Hércules en Capricornio, el Mito de Prometeo y Cerbero

2. Los doce trabajos de Hércules
3. Matando a Cerbero, guardián de Hades. El Mito
4. Claves interpretativas del trabajo décimo de Hércules
5. Cerbero, Guardián del Hades
6. La leyenda de Prometeo
7. Prometeo, maestro de la Humanidad
8. Zeus y las falsas religiones
9. Prometeo, Lucifer, el yo y el alma

Todo el Sendero del Discipulado está representado simbólicamente en la historia mítica y en los doce trabajos de Hércules, y sus experiencias preparatorias para el gran ciclo final de la Iniciación encuentran un eco espontáneo en todo aspirante. Cada uno de nosotros es un Hércules en embrión y cada uno  habrá de enfrentar idénticos trabajos y pruebas en el circuito de un mismo círculo zodiacal. El progreso evolutivo y ascendente del alma desde la ignorancia a la sabiduría y desde el deseo material al logro espiritual está sintetizado en las dramáticas experiencias de aquel grande y antiguo Hijo de Dios, Hércules o Heracles, que toma en sus manos la naturaleza inferior y voluntariamente la sujeta a la disciplina que producirá eventualmente el surgimiento de la divinidad. En la vida y trabajo de Jesús el Cristo –el Hijo de Dios perfecto que ‘ha penetrado por nosotros en el interior del velo, dándonos un ejemplo para que sigamos sus pasos’— tenemos la ilustración de las cinco etapas del Sendero de Iniciación que constituyen los episodios culminantes para los cuales los doce trabajos han preparado al discípulo.

"El oráculo ha hablado y a lo largo de los siglos ha hecho resonar la palabra: ‘Hombre, conócete a ti mismo’. Este conocimiento es la conclusión del Sendero del Discipulado y la recompensa de todo el trabajo de Hércules" nos dice Alice Bailey en su obra sobre "Los doce trabajos de Hércules", significando con ello cómo a través de la superación de la forma y de la subyugación de la materia en los vehículos inferiores que componen la personalidad humana, en el transcurso sucesivo de la experiencia heracliana se nos da un cuadro de una desarrollada autorrealización divina mediante la presentación gráfica del paso de las pruebas del héroe griego y discípulo por antonomasia que es Hércules. El trabajo a realizar tiene como objetivo esencial y principal la eliminación de todo temor y el control de las fuerzas naturales de la naturaleza humana. Eventualmente el alcance de la verdadera figura del discípulo sería la etapa final del Sendero de Evolución caracterizada ya porque el hombre es definidamente autoconsciente y se halla comprometido en una firme e insoslayable decisión íntima de imponer la voluntad del alma, coincidente plenamente con la voluntad de Dios, sobre la naturaleza inferior.