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La eutanasia

Enviado por John


Partes: 1, 2, 3

    1. Generalidades
    2. La eutanasia a nivel social y mundial
    3. La medicina ante la eutanasia
    4. La Iglesia ante la eutanasia
    5. Eutanasia y el suicidio asistido
    6. Derechos y necesidades de la persona con enfermedad terminal
    7. Conclusiones
    8. Recomendaciones
    9. Bibliografía-Lincografía
    10. Anexos

    INTRODUCCIÓN

    Cuando, hace casi dos años, el Comité Episcopal para la Defensa de la Vida, dependiente de la Conferencia Episcopal Española, presentó a la opinión pública el libro"EI Aborto: 100 cuestiones y respuestas sobre la defensa de la vida humana y la actitud de los católicos", ya anunció que aquel era efímero de una serie de publicaciones que verían la luz en el futuro. Una era la idea común: estudiar el valor y la dignidad de la vida humana desde la peculiar óptica que implica el tratamiento monográfico de un problema de actualidad. En aquella primera ocasión se trató del aborto; hoy, de la eutanasia.

    El amplio debate social generado por aquellas" caen cuestiones sobre el aborto", la difusión lograda por el texto en España, en Hispanoamérica y en toda Europa, especialmente en los países recién salidos de la experiencia comunista, no dejó de ser un acicate importante para el Comité a la hora de dar cumplimiento a su propósito inicial de continuar aquel trabajo sobre el aborto con otros temas de similar actualidad. El millón de ejemplares vendidos de las" 100 cuestiones sobre el aborto" y las noticias de su permanente uso como instrumento de trabajo y estudio en los más variados ambientes escolares, académicos y religiosos de varios continentes, han incentivado el esfuerzo intenso del Comité Episcopal para la Defensa de la Vida que ha trabajado durante más de un año en múltiples reuniones plenarias y de ponencia, para perfilar el texto que ahora se hace público.

    Médicos, filósofos, farmacéuticos, enfermeras, teólogos, juristas, moralistas, han escrito, reescrito, discutido y redactado finalmente este texto sobre la eutanasia durante largos meses de trabajo, pretendiendo lograr un producto final fiel al doble objetivo de esta colección de trabajos: rigor técnico y científico en el tratamiento y claridad y sencillez en la exposición.

    Mientras preparábamos este trabajo se han celebrado dos referendums en los EE.UU., sobre la eutanasia, rechazando en ambos la mayoría de los ciudadanos su legalización; se ha reabierto en Holanda el debate – una vez más en aquel país – sobre la despenalización de las prácticas eutanasias; en distintos países han saltado a los medios de comunicación social noticias sobre "casos", sentencias, opiniones y propuestas referentes a la eutanasia. Estos hechos no han alterado el plan de trabajo del Comité, aunque hayan sido estudiados, valorados y considerados.

    Cuando nuestro trabajo estaba casi acabado, el Gobierno Español ha aprobado un Proyecto de Código Penal – actualmente en trámite en el Congreso de los Diputados – en el que se regula la eutanasia como un delito singular acreedor a una pena sensiblemente más liviana que la del homicidio. Se Inicia así en nuestro país la tendencia de "comprensión jurídica" hacia las prácticas eutanasias que, nos tememos, puede acabar a corto plazo con su total impunidad como ha sucedido con el aborto, despenalizado parcialmente para atender a determinados "casos extremos" y legalizado en la práctica hasta el punto de constituir ya un lucrativo negocio amparado incluso por determinadas instituciones del Estado.

    La iniciativa legislativa del Gobierno hace de total actualidad el presente trabajo que pretende servir como elemento de reflexión para todos los ciudadanos – también para quienes emiten su voto como Diputados y Senadores – y como factor de formación para la conciencia ilustrada de los católicos.

    Este documento aborda la eutanasia sin rehuir ni ocultar los argumentos de sus partidarios; sin omitir los puntos de vista más conflictivos; sin silenciar los temas más polémicos, pues creemos que la sociedad – los católicos y quienes no lo son – puede y debe dedicar un tiempo razonable a reflexionar y lo formarse antes de emitir un juicio sobre cuestión de tal relevancia.

    En nuestro tiempo crecen sentimientos de ideas muy acordes con la idea de hombre, de justicia y de derechos humanos que subyace en este trabajo, pero a la vez se imponen en nuestras sociedades prácticas incompatibles con la dignidad humana. El Comité Episcopal para la Defensa de la Vida está convencido de que podemos impulsar los aspectos más positivos de nuestra cultura si todos hacemos un esfuerzo para ser coherentes con el humanismo que ha inspirado los aspectos más positivos de la Modernidad. Por ello, ofrece a la consideración responsable de todos los ciudadanos – también de los políticos, los médicos, educadores, familias y demás personas que han de decidir sobre la eutanasia -, un trabajo que se inspira en un profundo respeto por cada hombre, por cada mujer, por cada ser humano, que – para quienes creemos en Dios – es objeto de un amor singular y personal desde antes de la creación y no acabará jamás, proyectándose tras la muerte por la eternidad

    CAPÍTULO I: GENERALIDADES

    • HISTORIA

    La eutanasia no es una práctica surgida en la actualidad, sino que estaba presenta ya en las primeras sociedades humanas. A lo largo de la historia este término ha servido para referirse a infinidad de conceptos relacionados con la muerte, muchas veces incluso, desviándose de la concepción inicial.

    Se distinguen tres grandes bloques en la práctica de la eutanasia que evoluciona de forma paralela a la historia.

    Eutanasia ritualizada.

    Se conocen prácticas eutanásicas en pueblos primitivos que van desde la eutanasia piadosa hasta la eutanasia eugenésica. La muerte era un suceso muy temido e incluso muy ritualizado, por ello la eutanasia también.

    En Grecia surgió como objeto de deseo y de petición de una serie de personas que luchaban por una muerte buena y no provocada, sino asumida y esperada para cuando, por naturaleza llegase. Heráclito prohibió a los médicos quitarle la vida a un paciente aunque este mismo se lo pidiera. Sin embargo Platón consideraba que los menos sanos deberían dejarse morir.

    En la otra gran civilización, la romana, esta práctica fue múltiple por la creencia de que era mejor la muerte que una vida de sufrimiento.

    Con la llegada de la Edad Media y durante los principios del renacimiento (S.XIV), aparece el pensamiento cristiano. La eutanasia tiene otro valor, el de buen morir, es decir, la muerte como último proceso de la salud y de la vida del hombre. Por ello es necesaria la ayuda al moribundo con todos los recursos disponibles para una muerte digna y sin sufrimiento.

    Eutanasia medicalizada.

    Una vez surgida la medicina científica, en el S.XIII, los médicos serán los responsables de la práctica de la eutanasia que se medicalizará siendo permisible y común en las actuaciones médicas.

    Ya en el S.XIX, Marx trata el tema en su tesis doctoral "Eutanasia Médica" proponiendo la obligación de enseñar a los médicos a cuidar técnica y humanamente a los enfermos en estado terminal.

    A mediados del S.XX en Alemania con la dictadura de Hitler, se practicó la eutanasia con el fin de exterminar a numerosos discapacitados físicos y mentales con la disculpa "piadosa" de que su vida sólo les reportaría un inútil sufrimiento. Fue una etapa dura y de corrupción. Esto se hizo sin tener en cuenta la opinión de los pacientes ni de los familiares. Fue una etapa de dominación que marcó una etapa para los alemanes muy dura de recordar.

    La práctica fue llevada a cabo por médicos, muchas veces, con graves cargos de conciencia. Era una situación insostenible que tenía que cambiar, dando origen a otra etapa.

    Eutanasia autonomizada.

    Es la etapa actual que ha surgido recientemente, a finales del S.XX. La práctica de la eutanasia en esta era es responsabilidad del paciente terminal y, en ocasiones, para los profesionales y los familiares. Nunca se le podrá practicar sin la voluntad del paciente, aunque sean personas indefensas, vulnerables o ancianas.

    Hay que tener en cuenta que en muchos países esta práctica no es legal por lo que cualquier decisión que se adopte con el objetivo de finalizar de modo activo con la vida de una persona aunque ella misma lo desee, tendrá sus detractores, porque están en juego la libertad y la vida humana.

    Sobre esta última etapa está basado el trabajo, ya que, creemos que es un tema interesante y bastante actual que nos permitirá reflexionar, debatir, informarnos y compartir algunos pensamientos.

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