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La religión y las técnicas de reproducción humana asistida

Enviado por Domingo Peña Nina


Partes: 1, 2, 3, 4

    1. Historia
    2. Engendrar
    3. Consideraciones religiosas de las TRAs
    4. Las Religiones y la despenalización de la Conducta. H.
    5. Los científicos cristianos y las TRAs
    6. Mito o Religión en las TRAs
    7. Religión y ciencias
    8. Religión y el espacio laico
    9. El dios Shamash y las TRAs
    10. La Iglesia Católica y la academia de la ciencia
    11. La Religión y el valor de la vida
    12. La condición actual del ser humano y las religiones
    13. La Religión y la necesidad de autoridades civiles
    14. La Religión frente al matrimonio o cohabitación
    15. Las Religiones y la donación de gametos
    16. La vida Religiosa y la vida espiritual en las TRAs
    17. Las religiones y la manipulación genética en las TRAs
    18. La Religión y la concepción de un nuevo ser
    19. La Religión y la procreación artificial
    20. La Religión y la dignidad del no nacido
    21. Las Religiones, la fecundación in-vitro y el exámen de la ciencia
    22. Posición de la Religión católica a las TRAs
    23. Las TRAs y la enseñanza de la Iglesia Católica
    24. La Religión y la investigación de las células estaminales
    25. Las Religiones y las tecnologías

    1.1.- Historia:

    El nacimiento del primer 'bebe-probeta en 1978 fue anunciado con titulares en todo el mundo. Todos, a excepción del Vaticano, dieron la bienvenida a este nuevo descubrimiento en la ciencia humana. Después de todo, el hombre es la creación fundamental; se ha creado el universo para el hombre, pero según las religiones incluyendo el Islam, Dios ha creado al hombre para Él.

    Durante las últimas cinco décadas, del milenio pasado el hombre ha dado grandes saltos en ciencia y en tecnología. Una de las áreas más desarrolladas es la de las nuevas técnicas en la reproducción humana.

    Es interesante anotar que en este tema, se han debatido dos puntos de vista extremos por las religiones: por una parte, se ha condenado categóricamente la fertilización in vitro, la inseminación artificial y la maternidad suplente, principalmente por la iglesia Católica. Por otra, los liberales y otras religiones permiten estos métodos, sin que les importe si son realizados por parejas casadas o no, basta con la unión de pareja estable y compuesta la pareja por un hombre y una mujer. El Islam, permite las nuevas tecnologías de reproducción mientras se realicen entre parejas casadas.

    1.2 Engendrar.

    "En el relato bíblico, la distinción entre el hombre y las demás criaturas se manifiesta sobre todo en el hecho de que sólo su creación se presenta como fruto de una especial decisión por parte de Dios, de una deliberación que establece un vínculo particular y específico con el Creador, "Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra" (Gen 1:26). La vida que Dios ofrece al hombre es un don con el que Dios comparte algo de sí mismo con la criatura".36

    "El mismo Dios, que dijo: "no es bueno que el hombre esté solo" (Gen 2:18) y que "hizo desde el principio al hombre, varón y mujer" (Mateo 19:4), queriendo comunicarle cierta participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: "Creced y multiplicaos"(Gen 1:28)".

    La generación de un nuevo ser entre hombres y mujeres es, pues, "un acontecimiento profundamente humano y altamente religioso, en cuanto implica a los cónyuges que forman una "sola carne" (Gen 2: 24) como colaboradores de Dios Creador".37

    Los agentes de la salud cumplen su servicio cuando ayudan a los padres a procrear con responsabilidad, favoreciendo las condiciones, removiendo las dificultades y protegiéndose de un tecnisismo invasivo y no digno del procrear humano.

    1.3.-Consideraciones Religiosas y la Valoración Tecnocientífica de la reproducción asistida:

    El desarrollo tecnológico y científico avanza mucho más rápido que las normas jurídicas. En estos momentos, una parte sustantiva del debate sobre las TRA, que suscita gran polémica, se debate entre científicos y el Vaticano, dentro de la Religión católica. Esta religión, principalmente, es la que lleva la voz cantante dentro de la posibilidad de decidir sobre una concepción del ser humano y del mundo, bajo la oposición a intervenir en los procesos de vida.

    La Iglesia Católica, se basa en el dogma religioso que define que la mujer y el hombre no dan la vida, sino que son depositarios de una voluntad divina. De ahí que la jerarquía católica considere que desde el momento de la fecundación, el ser humano en formación tiene plena autonomía y que el cuerpo de la mujer es un "mero instrumento divino"; y por eso sostiene también que, desde ese mismo momento, el producto en formación es absolutamente equiparable a un ser humano, pues desde el primer instante tiene "alma".

    Esta perspectiva religiosa se contrapone a otra que no acepta un destino impuesto por una voluntad sobrehumana, que se apoya en la ciencia para definir los límites neurológicos de la vida consciente, y que considera que no se puede imponer al conjunto de la sociedad las creencias religiosas como leyes divinas, sino que hay que regirse por acuerdos sociales, por leyes humanas.

    El entrecruzamiento de estas líneas confronta la postura de la fe con la perspectiva de la ciencia. A la aceptación incuestionada del concepto "vida", formulado de manera unívoca desde la posición católica institucional, se contrapone una perspectiva científica que no establece una diferencia entre la vida desde el momento de la fecundación y la vida consciente con base en la actividad cerebral, y la consideración de otros elementos como la calidad de la vida, la responsabilidad individual y la libertad. Por eso la religión conduce a establecer reglas o prohibiciones, lleva a replantear el sentido de la existencia.

    Esta perspectiva, además, define, que la condición principal para la decisión de tener un hijo bajo las TRA, al momento de tener o no un embarazo con este tipo de procedimiento, es la libertad de conciencia. Y un número creciente de católicos practicantes, inclusive monjas, teólogos y sacerdotes, están coincidiendo con ello y manifestando públicamente su discrepancia con la jerarquía de la Iglesia católica. Enfrentándose a la cerrazón del Vaticano, la argumentación de estos grupos católicos progresistas sobre el derecho a elegir de acuerdo con la propia conciencia ha abierto un camino de esperanza para los millones de mujeres creyentes que han utilizado estas técnicas (TRA) y que seguirán utilizándolas, y también para los hombres de fe que las han utilizado en apoyo, a sus esposas y que continuarán haciéndolo en caso que las necesiten de nuevo para engendrar y tener una familia.

    Aunque varias personas se asumen como creyentes y viven su fe y sus experiencias religiosas, es evidente que la religión ha dejado de ser la fuente de autoridad moral que una vez fue: los códigos morales basados en dictados divinos ya no guían, necesariamente, las conductas del mundo moderno. Además, ni siquiera dentro de una misma religión hay acuerdo total sobre cuestiones morales. Esto se ha hecho evidente en las divisiones entre judíos ortodoxos y no ortodoxos; en la gran variedad de posturas de la teología protestante y en el número cada vez mayor de creyentes que no acata los preceptos y prohibiciones de la jerarquía católica; así como en el surgimiento de grupos católicos que discrepan con la postura del Vaticano y que analizan cómo han cambiado históricamente las ideas morales en la Iglesia católica.

    Además de las divisiones al interior de las religiones, desde hace por lo menos dos siglos la cultura occidental se ha ido secularizando y esto ha afectado tanto al orden social como a las creencias y valores. La paulatina, pero sostenida, secularización ha permitido asumir que el poder no proviene de un Dios sino de las propias personas. Antes, en varios países latinoamericanos donde la religión Católica obedece a la mayoría, como es el caso de República Dominicana, México, Venezuela y Colombia, entre otros, había un único código moral, el católico; hoy coexisten varios.

    Savater dice que las iglesias hacen "creer a la gente que algo que ha sido dicho en la tierra proviene del cielo". Ante eso, el Estado tiene, necesariamente, que introducir la racionalidad como elemento básico para dar sentido colectivo a la existencia. La ciencia y la técnica escapan al control de las iglesias. Por eso, justamente, muchos valores religiosos dejaron de tener vigencia al constreñir el potencial de desarrollo de las personas. Por ello también, la jerarquía de la Iglesia católica repudia la autonomía de la razón.

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