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Los componentes ético-políticos en la ideología de la Revolución Cubana (Quinta parte) (página 2)


Partes: 1, 2, 3

Del 12 al 15 de enero de 1934 tuvo lugar el IV Congreso de la Confederación Nacional Obrera de Cuba, ya en vísperas de que la Internacional Comunista abandonara la directriz política de lucha de <<clase contra >>, que tanto afectara la unidad de las fuerzas progresistas en nuestro país, por el de constitución de alianzas denominado de <<frente popular>>, aunque su adopción por el Partido Comunista y la CNOC aún no era una realidad a inicios de 1934.

En sus documentos, acuerdos y resoluciones, se exterioriza esa miopía política que impidió al Partido Comunista y a la CNOC aquilatar la valía revolucionaria de Guiteras y de su ideario. Como se puede leer en el acápite acerca de las Tareas generales del proletariado…"…el derrocamiento de la dictadura de Machado en agosto, cuyo factor principal fue el golpe dado por el proletariado con la huelga general y las grandiosas luchas revolucionarias de masas en las ciudades y en los campos, desarrollándose en continuo ascenso sobre la base de la profunda crisis económica, señalan el inicio de la revolución agraria-antimperialista de Cuba y el período de la preparación política y orgánica del proletariado y de los campesinos en las luchas decisivas por el poder. El golpe de estado del 4 de septiembre, que llevó al poder al gobierno de Grau San Martín-Batista, reafirmó la crisis creciente, indicando que las luchas de la clase obrera continuarían agudizándose. El gobierno de Grau San Martín, a pesar de su demagogia antimperialista, con la masacre del 29 de septiembre (de 1933), en (los centrales) >>Jaronú>>, <<Senado>> el 17 de diciembre , con la persecución al movimiento sindical revolucionario y el terror blanco en los centrales azucareros para fortalecer el cual se acaban de entregar a Batista $ 150 000 para armamentos, lo que demuestra con hechos que es un gobierno que es un gobierno de las clases dominantes, que encubriéndose con maniobras demagógicas para engañar a las masas, persigue el estrangulamiento del movimiento revolucionario, con el fin de sostener la dominación del imperialismo yanqui y de la burguesía y los terratenientes nativos. Estas leyes y medidas de carácter fascista tratan de alcanzar esos objetivos que el gobierno no pudo lograr con las <<treguas>>, arbitrajes en Gobernación y con la ayuda de los líderes reformistas y junquistas. Las luchas obreras, a medida que se acentúan, adquiere un carácter más agudo y los líderes reformistas, junquistas y anarquistas descubren más claramente su política de traición a la clase obrera…" (14)

Los injustos epítetos de << traidor a la clase obrera y demagogo oportunista>> que absurdamente se le endilgan a Guiteras es el mismo que desde su cargo, en el breve lapso del 10 de septiembre de 1933 al 15 de enero de 1934, venciendo innumerables obstáculos, logra la aprobación de importantes leyes de beneficio popular, hecho inédito hasta entonces en la historia republicana. (15)

Su muerte en el Morrillo, Matanzas, el 8 de mayo de 1935, junto al líder sandinista Carlos Aponte, en desigual combate, contra tropas enviadas por Fulgencio Batista, víctima de cobarde delación, marca el fin, parejamente con el fracaso de la huelga de marzo del propio año, de la denominada Revolución del 30, que empero tendrá significativa influencia en futuros acontecimientos que acontecerán en nuestra patria en fecha no lejana.

Raúl Roa García: mente lúcida y corazón apasionado

Constituye Raúl Roa un caso excepcional por ser de aquellos participantes destacados en la Revolución del 30 que nunca traicionó sus ideales juveniles en el decursar de la II República (1935-1959) y en su caso particular, personalidad relevante, en las primeras décadas posteriores al triunfo revolucionario del Primero de Enero de 1959, que marca el inicio de la III República.

Destacado intelectual, brillante ensayista, hombre de sólidos principios revolucionarios, figura como participante de una u otra forma, prácticamente en casi todos los acontecimientos más relevantes acaecidos en nuestra patria en la II República. Asumió desde sus años juveniles de lucha antimachadista, como ideología sustentadora de su pensamiento y acciones, el marxismo, siempre desde posiciones críticas y sin militancia partidista, quizás debido a no compartir los signifiativos errores de táctica y estrategia revolucionaria de la dirigencia del PCC, amén de la austeridad, abnegación y disciplina de su militancia. Al respecto, años después el propio Roa revelará que…"…no hay que olvidarse que en aquella época en Cuba la bibliografía marxista leninista era bastante pobre, era más rica la de Lenin que la de Marx. Por eso yo muchas veces he pensado que todos nosotros fuimos a Marx desde Lenin, y no fuimos a Lenin desde Marx, como suele ocurrir en la mayor parte del mundo." (16)

Al fallecimiento del Maestro Enrique José Varona, de gran influencia en nuestra juventud durante todo el primer tercio del siglo XX, particularmente en el tránsito por los años finales de existencia, en la que pudiéramos llamar su fecunda ancianidad, da lectura Raúl Roa en sus honras fúnebres, esta hermosa semblanza, a nombre del estudiantado universitario, en prosa elegante y sentida, reveladora de la hondura de sus sentimientos hacia quien sentara cátedra de eticidad en su época, como un último adiós al Maestro. El mismo que nos revela, a partir del ejemplo de su limpia trayectoria, el fiel reflejo de un pensamiento de altos vuelos, pero con los pies cuerdamente asentados en la realidad de su patria.

Para el joven revolucionario antimachadista…"…los hombres que rindieron plenamente su misión histórica jamás pasan. Se concretan en símbolos. La gloria no estriba en cosechar un retórico ramo de laureles póstumos, sino en haber puesto un grano de esfuerzo en el mejoramiento humano. Con E.J.Varona desaparece la última cabeza representativa del pensamiento liberal cubano que tuvo en José Martí su más claro exponente. La ideología democrática ha perdido en Varona a uno de los pocos sobrevivientes de la gesta emancipadora, que durante 30 oscuros años de factoría azucarera, ajustó su conducta a su prédica. No hizo nunca de la política cheque o trampolín. Tuvo por sus principios una lealtad inusitada. Fue siempre en la colonia española y en la colonia dentro de la República, como >>una flor de mármol>>, para emplear la justa expresión de Martí, en carta al egregio escritor fallecido". (17)

Si bien en la II república la honraron figuras de destacada y proba ejecutoria en destacados campos de saber, la cultura y la política, que sería prolijo enumerar* coexistieron con ellas aquellas otras de reprobable conducta. En años posteriores, en su libro Escaramuza en las vísperas", relata Roa una ejemplarizante prueba de carácter dado por Manuel Sanguily a su antípoda moral y cívico, el entonces candidato a la primera magistratura de la nación, Gerardo Machado. El hecho ocurre en 1925. Como este rememora…"…en los albores de su campaña presidencial, Gerardo Machado tuvo el atrevimiento de visitar a Manuel Sanguily, pretendiendo ganar su adhesión y concurso. Breve y tajante fue la entrevista. Ni siquiera le dejaría Sanguily insinuarle el objetivo. * Consultar trabajo del autor: Reseñas biográficas de figuras significativas en la historia de Cuba (4 parte) Soporte digital.

Y finalizó abruptamente de esta guisa: << ¿Reformar la Constitución? ¿Y por qué? ¡Cómo puede saberse si es buena o mala cuando jamás se ha cumplido y siempre se ha violado! ¡No! La Constitución (de 1901) es vírgen y mártir. Cumplirla y no reformarla: he ahí el deber>>. Y volviéndose a los que le rodeaban, lanzó esta trágica profecía: <<Si este hombre llega a ser presidente, ensangrienta la Isla>>>". (18)

Expresión del proceso temprano de maduración revolucionaria que se opera en Roa, será el artículo sobre la agresión yanqui a Nicaragua que se publica en la revista América Libre. En él realiza un análisis marxista del fenómeno imperialista y de su papel en la explotación de los pueblos. Expresión de un naciente y duradero espíritu antimperialista y latinoamericanista se ya se revelan en este trabajo donde expone como…"…el imperialismo es la explotación mas desvergonzada y abierta de los países pequeños y de las colonias por sus protervas metrópolis… Pero toda explotación supone implícitamente una reacción por parte de los explotados. Estos se baten corajudamente y con tesón por rescatar de manos extrañas sus medios de producción, sus riquezas, su economía nacional". (19)

Su epistolario, rico y variado, nos permite reconocer en Roa, aparte de su fino sentido del humor y su elegante y versátil prosa, a un fiel combatiente de las ideas más progresistas, en defensa de los más nobles valores. En carta a Jorge Mañach, talentoso ensayista, escritor y profesor universitario, pero portador de ideas políticas extremadamente conservadoras, fechada el 18 de noviembre de 1931, Roa le expresa como…"…estoy siguiendo con apasionado interés, desde mi forzado retiro del Hospital Militar de Columbia, la cálida polémica entablada entre Porfirio Pendás y tú, con motivo de un artículo de aquel, publicado en Línea, glosando apreciaciones tuyas sobre las minorías revolucionarias. Como, al igual que Pendás, pertenezco al Ala Izquierda Estudiantil, y se ventilan en ella cuestiones que me afectan muy directamente —no penetro en la vía, pues, por un chucho—, quiero emitir, con la amplitud necesaria, mi opinión al respecto. No se trata, indudablemente, de una polémica más; su trascendencia es mucho mayor de la que a primera vista parece. Y estriba esta, a mi ver, en que constituye un duelo abierto, sin concesiones ni reservas, no obstante tus evidentes esfuerzos conciliatorios, entre dos mentalidades que coexisten pero que se excluyen. Llamémosle, si quieres, para situarlo históricamente y destacar toda su significación, el duelo sin cuartel entre la vieja y la nueva mentalidad, que vienen a corresponder, en rigor, al «alma desencantada» de José Ortega y Gasset y al «alma encantada» de Romain Rolland. Aquella, representativa y mantenedora de un orden histórico —el capitalismo— y de una cultura —expresión ideológica de los intereses de la clase dominante— en franca e irremediable decadencia, vacíos de posibilidades auténticas, superados. Esta, encarnación misma del mundo nuevo que en el propio seno ensangrentado y convulso de aquel se gesta, sólo aguarda para dar su universal vagido los fórceps ineludibles de esa comadrona de la Historia, que, según Carlos Marx, es la violencia organizada para modificar revolucionariamente la sociedad….. ¿Tendré que añadir que la crudeza de discernimiento va totalmente limpia de animosidad personal? No lo creo. Se trata —según tu propia advertencia a Pendás— de una justa de ideas y no de ingenios. Si hay dureza en la expresión —que incuestionablemente la hay— nace ella exclusivamente de la irreconciliabilidad de las ideas en conflicto. Ocurre que así como tu lenguaje y tu ideario reflejan tu posición contemplativa y cauta, así nuestro ideario y nuestro lenguaje reflejan la nuestra, beligerante, afirmativa, revolucionaria, incompatible, por eso, con la ambigüedad, el oportunismo, el flirt y el criollísimo nadar entre dos aguas…. De algún tiempo a esta parte, he notado que, a veces sin comerlo ni beberlo, y otras con la mejor buena fe, te has convertido, por obra y gracia de tus gratuitos denostadores, en un backstop para sus vituperios. En este caso tienes que convenir en que la coyuntura polémica fue propiciada por ti….Porque, en efecto, al tú aceptar categóricamente la existencia de minorías revolucionarias al margen, o por encima de la lucha de clases, estás incurriendo en flagrante confusionismo político. Estás, por defecto de visión o conscientemente, deformando el sentido de un fenómeno de contornos nítidos y precisos. Por eso, tiene razón Pendás cuando te replica, también categóricamente, que sólo pueden estimarse tales en el régimen capitalista, a aquellas que combaten por la total reivindicaciónc de sus víctimas. No sé si tú figurarás, entre los que, a estas alturas, se empeñan en tapar con la pluma la realidad histórica de la lucha de clases, fenómeno que tiene su origen en la estructuración económica de la sociedad y su base dialéctica en sus contradicciones; o, de los que, a sabiendas, reconociéndola en su fuero íntimo, se esfuerzan, afanosamente, por remendar los intereses inconciliables del proletariado y del capitalismo, contribuyendo así a la perpetuación del abominable ordenamiento histórico actual…El dilema —nunca se repetirá demasiado— es terminante y concreto: o se toma un puesto junto a los oprimidos, que integran la única clase históricamente revolucionaria en la hora actual, o contra ellos y a favor de la reacción. Lo demás es complicidad responsable, o abstención, que, en el fondo, es idéntico. La minoría intelectual que opte por lo primero será cabalmente revolucionaria. Los intelectuales que opten por la militancia burguesa, o la inhibición, o la neutralidad, no merecen otra calificación política que la de traidores «al mundo que nace» y servidores, expresa o tácitamente, del crimen, de la explotación, de la arbitrariedad, de la injusticia, elementos basales del mundo que muere….. La minoría intelectual históricamente revolucionaria es aquella, pues, que, penetrada conceptual y sentimentalmente de las realidades, aspiraciones y necesidades vitales de cada época, rompe con su propia clase y se incorpora al servicio de las masas explotadas y desposeídas por la oligarquía dominante. Sólo ellas, por su posición creadora en el proceso productivo, son capaces de determinar, por vía revolucionaria, una transformación de tipo histórico. Esas masas explotadas son hoy las obreras y campesinas, como lo fue la burguesía cuando el medioevo entró en su madurez…. El intelectual, por su condición de hombre dotado para ver más hondo y lejanamente que los demás, está obligado a hacer política. Política realista, de crítica y denuncia constantes, revolucionaria, sin compromisos ni alianzas, por transitorias que sean, con el poder burgués, sometido en Cuba al imperialismo, ni con las facciones que bregan por asaltarlo y sin otro fin que enriquecerse desenfrenadamente a costa del hambre y la desesperación del pueblo". (20)

Igualmente en Carta a Raúl Maestri, temprano apóstata de los ideales de la Revolución del 30, le recrimina acremente en 1933 como…"…tú no mereces siquiera el «señor mío» convencional y burgués. Por eso, suprimo todo encabezamiento y voy derechamente a lo que me interesa decirte. Antes que nada, constatar tu propia imbecilidad al depararme la coyuntura para fotografiarte como tú eres, sin retoques deliberados. Después, registrar el hecho de que, al mencionar en tu columna infecta a ese «tal» Raúl Roa que está tan lejos de ti como tú cerca de Domingo Ávalos, has justificado, por primera vez, las pesetas que te paga el Diario de la Marina por acumular diariamente comentarios viscosos al margen del cable…. Y en cuanto a mi «desequilibrio mental» te digo que me siento muy orgulloso de sufrirlo. Ya sé que para muchos paso por loco. Es más: en la Universidad mis camaradas me denominan cariñosamente así. Pero un «loco» muy especial. Loco, porque le cantaba y le canto las cuarenta a cualquiera, como te las estoy ahora cantando a ti. Loco, porque no transigía ni transijo con lo establecido, ni con las glorias oficiales, ni con los mediocres, ni con la abyección, ni con la injusticia. Loco, porque mantenía y mantengo ideas que perturban la tranquila digestión de los acomodaticios y miméticos. Loco, porque tengo una «filiación y una fe»; porque estoy con los oprimidos y contra el sistema capitalista; porque no rehuyo afirmar mi ideología comunista; porque mientras tú vegetabas plácidamente en Colonia, yo le daba el pecho a una realidad histórica que tú cobardemente pretendes ignorar, y hasta vituperar a los que se pronunciaban heroicamente contra ella, como hiciste en carta a un ex amigo tuyo y entrañable mío. Loco, en fin, porque esa es la manera más propia con que los tránsfugas como tú califican a los individuos que, como yo, luchan por ideas y cosas cuya realización acaso no vean ni gocen. Déjame, pues, con mi «locura» y mis «trastornos endocrinos», mientras tú te avienes cuerdamente a la injusticia organizada del presente… Desprecio profundamente tus rastreras suposiciones de que mi pronunciamiento político tenga su raíz en el resentimiento ante el esfuerzo ajeno. Hasta ahora, evidentemente, yo no he escrito ningún libro. Acaso no escriba ninguno. Pero si alguna vez lo hiciera ten la plena seguridad de que no se parecería en nada a los tuyos. En cambio, mi vida ha sido útil y digna. He luchado y lucho por mis ideas, hasta el sacrificio inclusive. Tengo por encima de ti dos años de cárcel por contribuir con mis fuerzas al advenimiento de un mundo donde los Raúl Maestri no tendrán cabida. Pero tú estás moralmente incapacitado para entender este lenguaje. Y otra diferencia fundamental entre tú y yo: contigo forman y formarán causa común, los corrompidos, los intelectuales de derecha, los mediocres, los tránsfugas, los abyectos. Conmigo estarán y están los puros, los intelectuales de izquierda, los estudiantes y obreros todos de Cuba, que entre Raúl Roa y Raúl Maestri no vacilarán en decidirse. Tú puedes responder a esta carta en la forma y manera que quieras. Por mi parte, no descenderé a contestarte un renglón más. Y me tienes a tu disposición en cualquier terreno menos en el del honor conocido, ya que tú careces de él y yo no soy un caballero andante". (21)

Otro campo de lucha para Roa lo constituyó la necesaria reforma universitaria, que ya reclamada por Julio A. Mella desde la temprana fecha de 1922, inspirada en el proceso iniciado en la Universidad de Córdova en 1918, pronto repercute en nuestro más alto centro docente y es asumida como tarea prioritaria por la Federación Estudiantil Universitaria, desde su fundación en 1922. Punto de álgida confrontación entre la masa estudiantil y los gobiernos de turno, en el período analizado, la perentoriedad de tales reformas, siempre tuvo en Roa a un inclaudicable defensor en sus continuos avatares. Al respecto este valora en 1934, como… "…la insurrección estudiantil ha estallado impetuosa y magnífica. Se ha declarado la huelga indefinida hasta que el gobierno nos reintegre la autonomía y el Consejo Universitario resuelva favorablemente el pliego de demandas que le hemos sometido a su consideración. No podrá el Claustro alegar esta vez que nos hemos lanzado a tan extrema actitud, ni improvisada, ni arbitrariamente. Si se ha recurrido a la huelga ha sido por culpa de los propios profesores, por su resistencia sistemática a dar curso y viabilidad a las peticiones estudiantiles, por justas y fundamentadas que sean. La experiencia de estos últimos tiempos lo demuestra cumplidamente. No hay un sólo caso en que la docencia acceda a nuestras demandas por la razón que las asiste y, mucho menos, por el impulso renovador que las inflame. Sólo en última instancia, ante la perspectiva egoísta de verse despojado del cocido, o por la fuerza incontrastable del estudiantado, el profesorado cede. O déspotas ensoberbecidos, o esclavos abyectos: no parecen conocer otra postura. La insurrección estudiantil ha estallado impetuosa y magnífica. Se ha declarado la huelga indefinida hasta que el gobierno nos reintegre la autonomía y el Consejo Universitario resuelva favorablemente el pliego de demandas que le hemos sometido a su consideración. No podrá el Claustro alegar esta vez que nos hemos lanzado a tan extrema actitud, ni improvisada, ni arbitrariamente. Si se ha recurrido a la huelga ha sido por culpa de los propios profesores, por su resistencia sistemática a dar curso y viabilidad a las peticiones estudiantiles, por justas y fundamentadas que sean. La experiencia de estos últimos tiempos lo demuestra cumplidamente. No hay un sólo caso en que la docencia acceda a nuestras demandas por la razón que las asiste y, mucho menos, por el impulso renovador que las inflame. Sólo en última instancia, ante la perspectiva egoísta de verse despojado del cocido, o por la fuerza incontrastable del estudiantado, el profesorado cede. O déspotas ensoberbecidos, o esclavos abyectos: no parecen conocer otra postura. Las demandas planteadas por la Asamblea General de Estudiantes Universitarios, a través de su Comité de Huelga, constituyen, en su totalidad, salvo las determinadas por las circunstancias anormales en que ha vivido el alumnado en estos últimos años, las bases para iniciar sobre ellas la realización plena de los postulados de la reforma universitaria. La Universidad y la época reclaman perentoriamente esa reforma. La Universidad no puede seguir enraizada en bases pedagógicas, administrativas y científicas en pugna con el espíritu renovador del alumnado y la efervescencia política que enciende el país, que se cuela, en llamarada traviesa, por la escalinata hasta el centenario laurel, a cuya sombra fragante más de una vez Julio Antonio Mella levantó su verbo cargado de gérmenes nuevos. Hay una contradicción profunda, esencial, entre su arcaica estructura, al servicio del profesionalismo y de la reacción, y las apetencias y reivindicaciones estudiantiles y populares. Su externo esplendor —que ha deslumbrado más de una pupila turista— es puro maquillaje… El alumnado universitario lucha, desde hace más de diez años, por ese renacimiento. Por viabilizarlo, ha sufrido persecuciones y reveses y ha rubricado y ennoblecido sus afanes de mejoramiento con la sangre generosa de sus elementos mejores. Julio Antonio Mella, Rafael Trejo, José Elías Borges y Gabriel Barceló combatieron también por transformar la Universidad. Es su mismo espíritu el que anima a los que hoy intentamos lograrlo. La lucha que mantenemos, con inquebrantable firmeza, no es, pues, una huelga más. No se hace para no estudiar, ni para adquirir a su costa vías ilícitas de acceso a los títulos. Nos impulsa, por lo contrario, un noble afán de superación, sin el cual los estudiantes carecen de autoridad moral para exigirle un esfuerzo mayor a sus profesores. De otro modo, nuestra postura estaría viciada de origen. Pero las demandas planteadas no constituyen, no pueden constituir, nuestra aspiración final. La reforma universitaria no es sólo eso. No debemos ceñir nuestras exigencias a la simple participación del estudiantado en el gobierno de la Universidad ni a conquistas de orden subalterno. Nuestra acción debe orientarse, resueltamente, en la renovación total de los métodos de enseñanza, en la docencia libre, en la vinculación efectiva de la Universidad con el proceso social por medio de una bien dotada Facultad de Ciencias Sociales y de universidades populares, en la gratuidad de la matrícula para los que carezcan de recursos económicos, y, antes que nada, en la consecución inmediata de nuestra autonomía, que es el instrumento indispensable para llevar adelante ese proceso….La Universidad tiene que ser un foco superior de irradiación de ideas, un taller de trabajo, un centro de investigación. Pero no será nada si, además de todo eso, no es un irreductible baluarte de lucha contra la opresión y el despotismo". (22)

El reclamo de la promulgación de una Constitución acorde a los nuevos tiempos, que sustituyese la proclamada bajo la tutela intervencionista, en 1901, constituye un reclamo permanente. La convocatoria a una Asamblea Constituyente era uno de los objetivos a cumplimentar por el Gobierno de los 100, por iniciativa de Antonio Guiteras, frustrado por su derrocamiento por Fulgencio Batista, el 15 de enero de 1934. Ello no eliminó, sino tan solo aplazó, por determinadas circunstancias, tal propósito.

La convocatoria a las elecciones para delegados a una Asamblea Constituyente dictada por Fulgencio Batista durante su gobierno de facto, urgido por las peculiaridades del momento político a finales de la década de los 30 así como presentarse como un demócrata, con vistas a sus aspiraciones presidenciales, en las elecciones de 1940, lo concitaron a ello.

Como valora el Dr. Eduardo Lara Hernández, en su trabajo El Constitucionalismo Cubano. Sistema Político, Democracia y Derechos Humanos en Cuba, en nuestra patria…"…siempre ha existido, como una constante, una vocación jurídica y de ajuste a la ley que nace desde la iniciada por los libertadores, llamados mambises, la lucha por la independencia el 10 de octubre de 1868 que se extendió por unos 30 años. Esa tradición, que se mantiene actualmente, se corresponde con la llamada en la doctrina Estado de Derecho, entendiendo por tal la sujeción del Estado al derecho, es decir del poder a la norma, independientemente de las modalidades nacionales y de la voluntad de cada pueblo de conformidad con su sistema político establecido soberanamente por su Constitución. El 10 de abril de 1869, unos meses después, se adopta por representantes de los insurrectos, en Guáimaro, territorio liberado en la región de Camagüey, la primera Constitución mambisa por la que se crea el Estado beligerante y la República de Cuba en Armas. Las otras tres constituciones mambisas cuyo propósito fundamental era, del propio modo, lograr la independencia así como organizar la República de Cuba en Armas, fueron: Baraguá en 1878, Jimaguayú 1895 y la Yaya 1897. Ellas seguían las concepciones constitucionales y liberales de la época, como la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, las Constituciones francesas de 1791 y 1793 y las de los países latinoamericanos que habían obtenido su independencia. Los Estados Unidos, que desde 1805 comenzaron a actuar para apoderarse de la Isla, nunca reconocieron a la República de Cuba en Armas ni su carácter beligerante, en contraste con la actitud asumida por la mayoría de las repúblicas hispanoamericanas – México, Perú, Chile, Venezuela, Bolivia y otras – y la presión del propio pueblo de los Estados Unidos. Esta actitud contraria al reconocimiento de la República de Cuba fue aún más fuerte en la etapa final de nuestra guerra de independencia en virtud, además, de su política panamericanista. El 20 de mayo de 1902 se inicia con la Constitución de 1901 la República de Cuba, mediatizada y neocolonial, castrada por la imposición de la Enmienda Platt…La Enmienda Platt fue "abolida" en 1934 por la posición y las protestas del pueblo, sin que, a pesar de ello, se dejara sin efecto el "arrendamiento de la base", con lo que en realidad subsistía uno de sus aspectos más repugnantes. és de distintas reformas constitucionales y la adopción de algunas constituciones de corta vigencia, en 1940 se aprueba una Constitución progresista, avanzada para esos momentos, debido a la evolución del pensamiento cubano, e influida por las formulaciones sociales que, por primera vez en el mundo, ofreció la Constitución mexicana de 1917. Del propio modo fue el resultado de las ideas sociales predominantes en la primera mitad del siglo XX y de la lucha de elementos progresistas y socialistas que integraron la Convención Constituyente de 1939 que la aprobó…". (La Habana, julio del 2005. Soporte digital)

Promulgada a bombo y platillo y demagógicamente invocada por los gobiernos de Fulgencio Batista y Zaldívar (1940.1944), Ramón Grau San Martín (1944-1948) y Carlos Prío Socarrás (1948.1952), estos nunca se interesaron por la promulgación de las leyes complementarias que le dieran efectividad jurídica. Al respecto, Raúl Roa escribe el 23 de mayo de 1948 que…"…si es indiscutible que el carácter y contenido de la Constitución de 1940 están influenciados decididamente por el <<renquiciamiento y remolde>> que impulsó al pueblo cubano a remover la estructura colonial que lo exprime y sojuzga, no lo es menos que los objetivos últimos del movimiento revolucionario sobrepasan largamente su articulado. La Constitución de 1940 es un camino y no una meta. Ni es, ni podía ser, la efectiva y cabal plasmación de los ideales revolucionarias. Fue la resultante obligada de una situación de compromiso, surgida de las alternativas propias de un proceso revolucionario en desarrollo incipiente. Ni para Fulgencio Batista, ni para los partidos y grupos revolucionarios había otra salida inmediata en aquella coyuntura, que darle un cauce jurídico y un régimen de supervivencia a las corrientes en pugna. De esa singular circunstancia dimana precisamente la dualidad que el sindicato de millonarios ha percibido con restallante alborozo: la Constitución de 1940 puede servir lo mismo a impeler al país hacia adelante, que impelerlo hacia atrás. El rumbo y el ritmo dependerán forzosamente de las clases, de los intereses y de los partidos que interpreten la constitución y rijan la república. La historia política de nuestra América suministra abundantes ejemplos de lo que significa una constitución democrática en manos de caudillos, gamonales y cavernícolas. No constituye excepción nuestra experiencia republicana. Desde Tomás Estrada Palma hasta Gerardo Machado la constitución ha ido por un lado y la realidad por otro. La Constitución de 1901, de continuo invocada y de continuo pisoteada, no impidió que el bello sueño de Martí se trocara en jugosa pesadilla de politiquillos ambiciosos y traficantes desalmados, que nuestras tierras y riquezas fueran vendidas al extranjero y las relaciones entre patronos y obreros se fundaran en una estructura de factoría…" (23)

Entre Pablo de la Torriente Brau, periodista y destacado revolucionario del período, caído en combate en la Guerra Civil Española, en 1936 y Raúl Roa, existió una estrecha amistad. El epistolario entre ambos, de tono coloquial e impregnado de hilarante prosa aparece en parte reproducido en el libro de este último Bufa subversiva (1935). Como prologuista del mismo, Pablo realiza una semblanza intimista de Roa, pletórica de datos biográficos interesantes, en el mismo estilo jocosamente serio, que caracteriza la obra. En el mismo expresa que…"…cuando Raúl Roa murió hubo que celebrar dos entierros. Uno para los amigos y otro para los enemigos A este concurrieron para despedir el duelo Jorge Mañach, Raúl Maestri, Pilar Jorge de Tella y otros. Al primer entierro acudieron sus amigos y hubo quien asistió a los dos acontecimientos. De hecho tan singular en la historia como el de un doble enterramiento dieron cabalmente cuenta los periódicos de entonces, a los que remito al lector. Ahora no tengo tiempo disponible, porque tengo que ir a comer con él a su casa ya que todavía no se ha muerto y se comen allí unos muy estimables espaghetti. Sin embargo, me parece muy prudente dejar aquí algunos datos para su biografía que pueden olvidar los diccionarios y los críticos. Vivía en un cuarto, con una cama, una mesa, una maquinita de escribir prestada siempre por alguien y en la que no escribía nunca; tenía también un escaparate con dos espejos, bastante anticuado. Había allí dos estantes con numerosos libros: El control obrero, La teodisea, Batey, Rusia en 1931, todo Freud. Sobre la mesa más libros: El capital, Páginas escogidas de Martí, Dramas de Shakespeare, las Catilinarias, Historia del materialismo de Lange. Pero lo más importante del cuarto era la pared, llena de retratos: al lado del título de Bachiller, Mella y Lenin, José Carlos Mariátegui, más cojo que el cojo Estrada; Rubén Martínez Villena; el busto de Martí, por Sicre, incrustado con cabezas de Varona y Bolívar; Juan B. Kourí, que por estar en imagen no está hablando mal de Platón, de los seudosabios y de la mentira y de la infamia organizadas; José Manuel Valdés Rodríguez; Rafael Trejo; Navarro Luna en caricatura, o sea, «Mongo Paneque»; Juan Marinello, que fue de los que concurrió a los dos entierros; José Zacarías Tallet, con cara de fauno; y en una foto, juntos: Aureliano, Guillot, Pendás, CarlosMartínez y el propio Raúl. En la mesa hay dos retratos: en uno está toda la familia: el viejo Ramón Roa, ayudante de Ignacio Agramonte y, adheridos, el actual «Viejo» Roa, la «Vieja» Roa y la «Vieja» Gilda, con mucho menos melena que la que usa ahora. En otro marco: Ada Kourí. (Se trata de un primer premio en cualquier lugar: aunque sea en New Orleans o en Jones Beach.) Podría actuar como estrella de la Metro, pero solamente vive en Perseverancia, adonde todas las noches va Raúl. (Este dato es muy importante para la biografía.) Pero en el cuarto, lo que más se parece a Raúl es una composición fotográfica: por paradoja, él, que lo destrozaba todo, le gustaba componer algunas veces. Es una composición tumultuosa: Aureliano en pose de arenga; Gabriel Barceló muerto; el Directorio de 1930, preso; la tumba de Mella, en México; tánganas estudiantiles; Arsenio Ortiz; Sylvia y Georgina Shelton; la policía frente a la Universidad; Mella de remero; Mongo Miyar y yo; y Teté Casuso y Ramiro Valdés Daussá y un perro de Isla de Pinos; tánganas estudiantiles; hombres asesinados en Santiago; heridos en Emergencias; Trejo herido; Benito Fernández; tánganas estudiantiles… Es una composición loca y agradable: lo más parecido a su biografía que hay en el cuarto. Olvidaba dos detalles: en un rincón, sobre terciopelo rojo: la mascarilla en yeso de Rubén. Sobre otro estante: su cabeza en yeso bronceado por Julito Girona. Y aún quedan varias fotografías más; y el manifiesto del 30 de septiembre, redactado por él, manchado con sangre mía, aunque dicen que es de Trejo. Hay un título de Doctor en Derecho Público, para complacer a la madre. Y algunos pisapapeles de Isla de Pinos, como recuerdo del Presidio Modelo. En este cuarto han sido creadas algunas cosas que nunca existieron, como Agis, el espartano.Y están juntas muchas cosas opuestas: el título de Bachiller y Mella; Lenin y Ada Kourí. Pero eso no importa. Algunas veces en este cuarto ocurrieron cosas tremendas: la composición fotográfica se animó vertiginosamente en el insomnio: Trejo y Gabriel resonaron a gritos; la voz de Mella, era un estampido del mar; las manifestaciones de estudiantes se estremecieron aullando el lema de «Muera Machado»: Raúl Roa se puso a escribir «Tiene la palabra el camarada máuser»… Pepe Tallet animó su cara de fauno y recitó «La rumba»: Raúl Roa le dijo mentiras a varias mujeres anteriores y les dedicó verdades fisiológicas; Rubén Martínez Villena tenía los ojos claros como su dialéctica maravillosa y en la noche de insomnio Raúl Roa hizo un artículo de estructura marxista irreprochable… Pero Ada Kourí hace tiempo que está sobre la mesa en su retrato solitario. Por eso, hace tiempo también que Raúl Roa tiene una nueva locura: la del silencio. Del silencio, como una ofrenda creo yo, es que sale este libro que debe ser recuento del trabajo realizado. Pero el libro no servirá para el biógrafo: ¡Ah, si yo contara episodios de La Cabaña, del Príncipe, el Presidio y la Universidad!… Pero en esta época de gases y petardos debo guardar silencio. ¿Qué museo guardará su lengua? ¿Y su melena" (24)

Tres lustros más tarde, en su libro l5 años después, escrito en 1950, Roa inserta su escrito 12 de agosto (1948) donde rememora con la lucidez que proporciona el tiempo, sus criterios sobre el derrocamiento de Machado, donde expresa como…"…me ha venido todo esto a mientes al enfrentarme de nuevo con la histórica efemérides del 12 de agosto. Bien está, de todo punto, que la lección se precise y la condenación se renueve. Hay que recordar y difundir, en cada aniversario, aunque un émulo suyo detentara el poder, que nunca tuvo la república gobernante peor que Machado y que ningún otro dejó tan abominable memoria. Y es imprescindible dejar enérgicamente sentado que nada de lo acontecido después lo justifica y redime, ni niega la vigencia del movimiento revolucionario, ni enturbia la pureza de sus ideales, ni arroja un saldo desfavorable en los objetivos propuestos. No estamos aún, ciertamente, ni a medio camino de la conquista y disfrute de nuestra liberación nacional y social; pero lo importante es que, a despecho de reveses, adulteraciones y excrecencias, la voluntad de proseguir la marcha se mantiene firme y el entusiasmo encendido. No en balde sentenció Martí que «cuando un pueblo entra en revolución no sale de ella hasta que la corona». Y en eso estamos, en la pugna decidida por coronar la revolución que el 30 de septiembre salió heroicamente a la calle a disputarle los destinos de Cuba al machadato y al imperialismo, lo que nada tiene que ver con la «revolución permanente» de León Trotski, ni con los mercaderes de la violencia que están chupando la ubre. Bien está que todo esto se diga cada 12 de agosto; pero volver una vez más sobre la fecha en tono de arenga o evocarla truculentamente al cárdeno fulgor de los saqueos, de la cacería despiadada de porristas y de la fuga vergonzosa de los grandes culpables, no es cosa, en verdad, que incite mi ánimo en esta ocasión. A lo que me siento movido, por la profusa documentación que he revisado en estos días y la necesidad ya imperativa de ir jerarquizando los sucesos, las ideas y los protagonistas del proceso revolucionario, es a examinar los plurales factores determinantes del 12 de agosto y el complejo cuadro de sus antecedentes inmediatos. Mas, de sentirse movido, a siquiera intentarlo, va un trecho apreciable. Habría que incurrir, por angostura obligada de espacio, en un esquematismo excesivo, al cabo contraproducente a los fines propuestos. Es tarea propia de una serie de artículos, de un folleto o de un libro. Y debo ya, pues, resignarme peregrinamente a explicarle al lector cómo hubiera yo debido alcanzar el propósito perseguido. La primera cuestión que habría de plantearme es la concerniente a la naturaleza y curso del proceso revolucionario en desarrollo. Ninguna revolución se produce por generación espontánea. Un largo y oscuro período de gestación precede a su estallido. Mucho antes que cuaje la conciencia revolucionaria ya el conflicto material que la genera ha adquirido tensiones y polaridades extremas en la estructura subyacente de la sociedad. Un sumario recordatorio de la mediatización originaria de la república y de la supervivencia económica y social de la colonia, agravada por la creciente penetración de capital yanqui hasta adueñarse de las riquezas fundamentales del país y de sus determinaciones políticas, contribuiría a dar la clave del régimen de Machado y de la revolución popular que suscita, subrayándose ya desde el 30 de septiembre de 1930, en que se vierten, simbólicamente, sangre estudiantil y sangre obrera, su carácter democrático y su contenido antimperialista. Indispensable resultaría fijar el papel respectivo que juegan en la fase inicial del ciclo revolucionario la juventud estudiantil, el movimiento obrero, el Partido Comunista y los «nacionalistas» que encabezaba Carlos Mendieta. Si todos convergen en su repudio a Machado, sus concepciones políticas y sociales son inconciliables en algunos casos y en otros existen divergencias profundas. No hay punto de contacto alguno ideológico, ni estratégico, ni táctico, entre los comunistas y los «nacionalistas». Ni entre estos últimos y el Directorio Estudiantil Universitario en punto a programa y métodos de lucha. Ni entre el Directorio y los comunistas en cuanto a la índole y alcance del movimiento revolucionario. Ni lo hay tampoco, en este mismo sentido, entre el Ala Izquierda Estudiantil y el Directorio, no obstante participar, de consuno, en acciones de calle y en los preparativos de la insurrección de agosto de 1931. Los «nacionalistas» aspiran, pura y exclusivamente, a sustituir a Machado. El Directorio propugna un «cambio total y definitivo de régimen», entendiendo por tal una remoción de la estructura jurídica, política y económica del país sobre una base democrática y capitalista, que le permita desenvolverse, sin interferencias extrañas, hacia una nacionalización progresiva de anchas implicaciones sociales, anticipando así la programática auténtica. El Partido Comunista tiene su línea política rígidamente trazada y a ella se ajusta. Combate por igual a Machado y a la «oposición burguesa», sin establecer distinciones ni matices. Su «revolución» es la agraria antimperialista y su objetivo establecer un gobierno soviético de obreros y campesinos, fantasmagórica panacea a la sazón recetada por la Tercera Internacional para los pueblos coloniales y semi coloniales. El Ala Izquierda Estudiantil, como la Liga Antimperialista y el Socorro Rojo Internacional, son meros organismos colaterales del Partido Comunista y teórica y prácticamente operan a su servicio. El nivel de desarrollo de las distintas clases sociales y el grado de influencia ejercido sobre ellas por los partidos y grupos de oposición completaría el panorama. (25)

En la Revolución del 30 se fue a bolina, se reproduce la entrevista realizada a Raúl Roa por Ambrosio Fornet, publicada en la Revista CUBA, en 1968, contentiva de valoraciones sumamente interesantes. De la misma nos limitaremos a reproducir algunos fragmentos:

-Doctor Roa, ¿cómo definiría usted a la Generación del 30?

-La generación del 30-bautizada así cuando muchos de sus integrantes se habían defecado cínicamente en sus ideales y amasaban millones de pesos a su costa- es, por esencia, una generación orgánicamente escindida desde que surge a la vida política. Está compuesta en rigor por 3 hornadas: la que aflora en 1923 que simbolizo en Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena la que irrumpe entre 1927 y 1930 que personifico en Rafael Trejo, Antonio Guiteras y Pablo de la Torriente Brau y la que se empina, incorporándose a la lucha revolucionaria en 1933 y sigue personificada por esos 3 ejemplares combatientes. En esas 3 hornadas los genuinos revolucionarios constituyen minoría; la mayoría estaba cundida de oportunistas, farsantes, politiqueros, mediocres, reaccionarios, ambiciosos y tránsfugas….Es indudable que la minoría revolucionaria de la generación del 30 quiso más de lo que pudo: planteó el problema a la altura de su tiempo, pero no pudo resolverlo. La situación concreta en que le tocó actuar estaba suficientemente madura, para el salto cualitativo, pero faltó la vanguardia, la unidad de pensamiento y acción, la claridad en los objetivos, el aprovechamiento dialéctico de las circunstancias y factores operantes, y sobre todo, independencia de enfoque y perspectiva. Ese impulso revolucionario no tuvo cauce ni dirección, congruentes con su ulterior desarrollo, y, por eso, se despilfarró en una lucha desconcentrada que propicia la revancha del imperialismo y las fuerzas a su servicio, especialmente las gavillas uniformadas de Batista; el ABC, partido fascistizante y el PRC (A), aluvión amorfo de un pueblo de pueblo políticamente subdesarrollado que puso su esperanza en Ramón Grau San Martín, el Mesías de la desconflautación…En el largo, enmarañado y turbio proceso que va de 1940 hasta el taimado golpe militar del 10 de marzo de 1952, mantuve, consecuente con lo que juzgué mi deber revolucionario, la difícil posición del franco tirador, que hostiliza tanto a sirios como troyanos.

-¿Diría usted que en los mejores de su generación <<estaba viva>> la tradición mambisa o se consideraba como <<pasado>>?

– Aunque no faltaban los mancos y miopes o sectarios, constitutivamente incapaces de entender la dialéctica de la historia- que establecían artificial hiato entre la lucha contra la dominación española y la que se libra contra la dominación imperialista, los mejores de la generación- es decir, los que habían abarcado en su comprensión teórica el conjunto del proceso- vivían como propia la tradición mambisa. Se consideraban sus legítimos legatarios. En eso Mella fue precursor. Basta leer sus Glosas al Pensamiento de José Martí. Fue la misma posición que mantuvimos en América Libre, revista antimperialista dirigida por Rubén Martínez Villena…

-¿De dónde les venía a ustedes su conciencia antimperialista?

– El proceso de formación de nuestra conciencia antimperialista se nutrió de varias fuentes: la revelación de la realidad semi colonial en los hechos inmediatos y en el conocimiento de la historia republicana, jalonada sombríamente por la Enmienda Platt, la penetración económica y financiera y las intervenciones yanquis, directas o indirectas, en Cuba y América Latina, el descubrimiento de Martí, el bloqueo norteamericano a la Revolución Mexicana, las lecturas de José Ingenieros, Sanguily, Varona, Mariátegui, Marx y Lenin, y singularmente, la epopeya de Sandino en Nicaragua.

– ¿En qué se sentían ustedes de otra generación? Es decir, ¿en qué se sentía distintos a sus padres, a sus mayores?

– Es indudable que muchos componentes de nuestra generación se sentirían vagamente primero, nítidamente después, distintos a los de las anteriores generaciones. No solo teníamos una concepción del mundo diferente y enfocábamos los problemas desde una perspectiva diversa, sino que disentíamos también de la tabla de valores en los gustos personales y en las actividades privadas. Poseíamos en suma una sensibilidad y pupila propias". (26)

La espontaneidad, hondura, agudeza de análisis, compromiso político y lealtad a los principios que siempre invoca, dotan a los escritos, discursos y especialmente a la ejecutoria revolucionaria de Raúl Roa de un valor inestimable para una acertada valoración de los componentes ético-políticos que aportan a la conformación de la Ideología de la Revolución Cubana. Lo que le otorga el justo derecho de figurar entre las personalidades más emblemáticas, que surgidas en los años convulsos pero a la vez forjadores de una producción espiritual incontrastable, dejan su impronta en las próximas décadas de nuestro decursar histórico.

Eduardo Chibás: fecundo reservorio de principios ético-políticos

La mayor virtud de Eddy chibás, es el haber demostrado, con su personal conducta, la posibilidad de ejercer la política basado en sólidos principios éticos., algo excepcional en la época que le corresponde vivir, particularmente entre los gobernantes de turno, en el mejor de los casos, siempre a la caza de puestos lucrativos que les permitan lucrar a costa del presupuesto nacional, hasta los más comunes y execrables, siempre proclives a saquear desenfadadamente el arca pública. Tales especimenes proliferan desde los <<más modestos ladrones>> a nivel local, hasta los más encumbrados personajes, que sin ningún escrúpulo, se tornan millonarios de un día para otro. Maquiavélicos talentos, para urdir esquilmadoras maquinaciones en aras de su personal provecho.

Más no era ese su sólo mérito. Inmerso en la política, a partir de su participación de la Revolución del 30, aún estudiante universitario, se mantuvo leal a su ideal revolucionario juvenil, al amor por su pueblo y su perenne devoción por la justicia social. Postura que mantuvo hasta su auto inmolación, varios lustros más tarde. Sin abrazar la ideología marxista, que no le permitió quizás, conocer, hasta sus últimas esencias, la necesidad imperiosa de profundas transformaciones sociales, que dieran solución a las contradicciones que el propio sistema generaba, supo no obstante comprender como pocos, las tantas veces frustradas aspiraciones de las masas populares, las que a partir de su carisma personal y sus excepcionales dotes de comunicador, su verbo apasionado y su limpia ejecutoria, depositaron en él y su liderazgo, sus más legítimas y realizables utopías. Nadie como él, hasta entonces, supo aglutinar a favor de su causa a multitud tal de prosélitos. VER ANEXO 3.

Desde fecha tan temprana como 1927 ya aparece su firma al pie de varios documentos del DEU, del que es fundador, como el manifiesto Al pueblo de Cuba, presumiblemente escrito entre abril y julio del propio año, en protesta contra la prorroga de poderes urdida por Machado y sus más cercanos acólitos, lo que lleva aparejado la espuria reforma a la Constitución de 1901, entonces vigente. El 19 de abril del propio año, vuelve a figurar su firma en un Manifiesto al país, del propio DEU, junto con las rúbricas, entre otros, de Antonio Guiteras y Gabriel Barceló. En el mismo se denuncia como…"…golpe tras golpe, un atentado tras otro, van cayendo uno a uno los más sagrados derechos de que pueden gozar los ciudadanos en una república que se dice libre". (27)

Unos años más tarde, ya derrocado el régimen machadista, expone en respuesta a la encuesta ¿Qué opina usted del posible regreso de Machado a Cuba? publicada en la revista Bohemia, el 23 de septiembre de 1934 como…"…el machadismo no es un peligro para Cuba, sino una realidad encaramada en el poder. Cesarismo, daltonismo, leninismo y machadismo, son formas de gobierno que no exigen la resurrección de César, Dantón y Lenin, ni la presencia de Machado, para implantarse en el poder". (28)

Participante activo en las luchas estudiantiles, siempre mantuvo nexos indisolubles con el alto centro de estudios, criticando los males que lo aquejaban y compartiendo sus aspiraciones de perfeccionamiento académico y educativo. Siempre se mantuvo como parte intrínseca a su personalidad el carácter cuestionador, tan propio de la juventud; su audacia innovadora ante esquemas de pensamiento y actuación, ya obsoletos y su intransigencia ante la injusticia, en cualquiera de sus formas.

Ello se revela en el discurso pronunciado el 27 de noviembre de 1942 donde expresa lo que para él representa la Universidad de La Habana dado que…"…en cada instante de la vida cubana, la universidad ha jugado un rol preponderante. Ella es el barómetro más preciso de las pulsaciones de nuestro pueblo. Cuando en nuestro país se acentúa la descomposición política, económica y social ese estado se refleja fatalmente en la Universidad de La Habana. Cuando la nación comienza a despertar, es en el Alma Máter donde se experimentan los primeros síntomas".

(29)

Fundador del PRC (A), en 1934, bajo el liderazgo del <<camaleónico>> Ramón Grau San Martín, deposita su confianza, como amplios sectores de la población, en un discurso demagógico, que concreta en su programa, plagado de retórica, de quien cosecha como propios los méritos ajenos, en este caso, de Antonio Guiteras. Con su advenimiento al poder, en 1944, tal falacia política se pone gradualmente al descubierto. Con fecha 17 de octubre de 1945, el Directorio de la Unión Socialista Revolucionaria 8comunista) le hace un petitorio público a Chibás. Son otros tiempos, y los marxistas cubanos evitan repetir el trágico error cometido con Guiteras, una década antes. Tal como Guiteras no era Batista, tampoco Chibás era Grau. Reconociendo tal <<verdad de Perogrullo>>, expresan públicamente a Eddy Chibás como…"…el prestigio popular del Dr. Ramón Grau San Martín disminuye por días. Aunque lo quieran negar los oficiosos. Nosotros entendemos que usted conserva aún su prestigio popular inmaculado. No se le conoce ninguna desvergüenza. Ninguna traición o felonía. Por eso, en nombre de la Revolución por la cual cayó nuestro inolvidable Guiteras y tantos otros, está usted en el deber de salarla ante la opinión pública, contra los <<mercaderes>> que han invadido el Templo. Usted tiene que pronunciarse en forma independiente. No se una más a los errores y terquedades de Grau y camarilla; por sentimentalismo y por afectos la REVOLUCIÓN está por encima de los sentimientos personales". (30)

Amado por muchos, incomprendidos por otros y denostado por los menos, denuncia con singular valentía política a encumbrados políticos, elementos gangsteriles siempre a pupilo de las nóminas ministeriales, alerta sobre los planes golpistas de Batista, las tropelías de caciques y caudillos locales y a todos aquellos que hicieron de la República personal feudo de sus fechorías.

Guido García Inclán, fundador de la COCO, emisora radial provincial de La Habana y periodista de ideas progresistas, le comunica a Chibás, con fecha 13 de julio de 1946 como…"…he notado que en estos días se ha agudizado una severa campaña contra ti, llamándote loco; tal parece que la honradez es una enajenación en nuestro país. A los que han robado y acabado con la República le llaman vivos. A los que teniendo oportunidad no estafan al estado se les denomina bobos. A ti Chibás te dicen loco, precisamente por haber estado defendiendo siempre la decencia y la honradez. Te llaman loco por haberte sabido colocar valientemente en esa lucha entre la vergüenza y la desvergüenza". (31)

El 14 de marzo de 1947, intenta una vez más, mediante exhortación a la dirigencia del PRC (A), salvar al mismo de su gradual desprestigio público evitar su personal y definitivo distanciamiento de su membresía…"…! a luchar por el rescate del Partido Auténtico que está en manos enemigas, en manos de políticos arribistas y bandoleros! Confío para rescatar al PRC (A) que ha caído en mano de mercenarios, en la vergüenza, la decisión y el coraje de las masas auténticas…ya que considero que el PRC (A), no es de Grau San Martín ni de los miembros de su gabinete, sino que fue fundado por Martí y pertenece a la Historia de Cuba". (32)

En tiempo relativamente breve, descubre Chibás con amargura que el supuesto santo profeta es meramente un <<Judas>> más de la politiquería cubana. El falso Mesías y su camarilla íntima, que obtiene la presidencia del país por una abrumadora mayoría de votos en el proceso electoral de 1944, se ve prontamente involucrado en escándalos de corrupción apenas disimulados; en promotor de bandas gangsteriles subvencionadas por las nóminas ministeriales y en una cínica demagogia, que incluso en la Cuba de entonces, era inusual. El 30 de marzo de 1947 valora en escrito publicado en el diario habanero El Crisol, que…"…el gobierno del doctor Grau San Martín, al que he contribuido en gran medida a llegar al poder para terminar con los vicios de la política tradicional, me taca de nuevo como nunca lo hicieron Machado ni Batista, a pesar de que he pasado 20 años, consumiendo mi fortuna y arriesgando mi vida en defensa del doctor Grau, no obstante que durante los dos primeros años de su gobierno, mientras su camarilla se enriquecía con toda clase de negocios inconfesables, seguía yo ingenuamente sacrificando mi fortuna personal por defenderlo a él, mi líder y maestro, en quien tenía depositada mi fe, ignorante de los negocios escandalosos que se estaban realizando. Durante muchos años, lo mismo que el pueblo cubano, viví engañado…Todo ha resultado un engaño, una farsa, una burla cruel" (33)

Excelente comunicador, Chibás utiliza la prensa y la radio, como instrumentos por excelente para exponer sus ideas. En poco tiempo, su programa dominical, por la emisora CMQ, acapara los más altos niveles de audiencia. Precisamente en su alocución dominical del 5 de junio de 1947 éste expresa como…"…mis transmisiones radiales dominicales por la CMQ, que no son de ahora sino de hace 40 meses, representan para mí no haber conocido durante años lo que significa un fin de semana en la playa o en el campo; los domingos por la noche no voy al micrófono a improvisar, sino a leer trabajos muy meditados…". (34)

El 8 de diciembre de 1947 expone en el periódico habanero Información, como…"…siempre hemos tenido plena confianza en la sana intuición política del pueblo cubano para orientarse con rapidez de modo correcto, ante los más graves y complicados acontecimientos nacionales. Para ello sólo es necesario que se expongan los hechos con claridad meridiana. Una vez en consiento de la verdad no se deja engañar fácilmente por la palabrería insincera de los documentos pomposos, llenos de literatura intrascendente, ni por sofismas hábilmente urdidos ni falsos llamamientos al patriotismo, cuando en realidad sólo se pretende, en muchos casos, defender intereses personales a través de grandes apostasías y escandalosas claudicaciones…Nuestra deserción de los principios que dieron origen al Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), principios que hemos proclamado insistentemente desde su fundación, resultaría algo más injustificado todavía que la traición del presidente Grau a los postulados que predicó durante muchos años, desde la oposición, implicaría una burla sin precedentes al pueblo cubano y un acto de oportunismo irreconciliable con nuestra moral política y los deberes que responsablemente hemos contraído con la nación". (35)

Simultáneamente ocurren en el país acontecimientos de gran impacto nacional. El 9 de mayo de 1947 en el V Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba se elige al dirigente comunista Lázaro Peña, como secretario general y su principal fundador en 1939. El gobierno de Grau, a través del entonces su Ministro de Trabajo, Carlos Prío Socarrás, manipula para oficializar en su sustitución, al llamado Comité Obrero Nacional Independiente, dócil a su dictado, liderado por, entre otros, los inescrupulosos Eusebio Mujal y Ángel Cofiño. Para ello apoya la convocatoria a un congreso obrero paralelo, que debe sesionar los días 6, 7 y 8 de julio del propio año. Acorde a sus planes y logrado tal objetivo, la policía, el 29 de julio de 1946 desaloja del local de la CTC a los dirigentes elegidos democráticamente, lo que crea un profundo divisionismo en el sector obrero, que era el fin perseguido por el régimen auténtico. Por esos días tiene un importante acontecimiento político, asimismo de gran trascendencia en el futuro próximo: el 15 de mayo de 1947, en el local de la Sección Juvenil Auténtica, en La Habana, se constituye la comisión preparatoria para la creación del que se denominará Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) .

Al respecto Chibás escribe en El Crisol, el 18 de mayo de 1947 como…"…la crisis del gobierno produce la crisis del Partido, la cual a su vez determina la crisis misma de la Revolución Cubana. Ideas y procedimientos nuevos: nacionalismo, antimperialismo, y socialismo, independencia económica, libertad política y justicia social. Esas fueron las consignas de las promociones revolucionarias del 23, 27 y del 30". (36)

Acerca de la índole del nuevo PPC(O), por él fundado, expone en Carta pública dirigida a Jorge Mañach y publicada en la revista Bohemia, con fecha 25 de mayo de 1947 como…"…no estamos invitando a organizar un partido político más, para viabilizar aspiraciones electorales, puesto que hemos abandonado voluntariamente el poder que contribuimos decisivamente a conquistar, en la creencia de que alcanzábamos el mismo en función de los intereses básicos del pueblo de Cuba y de los principios de la revolución. Si el origen de este movimiento de recuperación revolucionaria, interviene determinado por apetencias, fácil nos era garantizar esas apetencias dentro de las filas del PRC(A). La creación del nuevo Partido responde a los principios que nos han guiado siempre en las luchas políticas cubanas…No nos proponemos fundar un partido exclusivista de puertas cerradas sino un gran instrumento político del pueblo de Cuba. No queremos que se convierta en un Partido más donde se imponga el dinero, las triquiñuelas de la politiquería al uso y las fórmulas de gabinete". (37)

El vil asesinato de Jesús Menéndez, en enero de 1948, ejemplar dirigente comunista y líder sindical, luchador insobornable en defensa de los derechos de los trabajadores del sector azucarero, despierta en el pueblo una justa ola de indignación. Al respecto, este proclama como…"…sería torpe y mezquino contemplar el asesinato de Jesús Menéndez como un caso esporádico, como una simple periferia de las contiendas, como un accidente de la lucha anticomunista. No, no es eso, se trata de un ataque brutal y deliberado del gobierno a toda la clase trabajadora, a la comunidad parlamentaria, al Congreso y al orden constitucional". (38)

Escribe en El Crisol el 2 de febrero de 1951 como…"…es un deber de todo gobierno desarrollar una política permanente de profilaxis social pero ha de recordarse que solo tiene autoridad para imponer la moral pública el que pueda ostentar una moral impecable. Además, ciertos males sociales no se remedian con procedimientos policíacos, brutales y expeditivos, sino con una política preventiva y metódica de educación y asistencia social…Palucha de clases no podrá ser evitada sino aplicando la legislación social existente, sin violentarse su espíritu, utilizando la influencia del gobierno para crear un ambiente de mutuo respeto entre los distintos factores de la producción, como medio de impedir que alguno de ellos se desborde abusivamente. Y sobre todo debe tenerse en cuenta que siempre hay un tercer interesado: el público consumidor y que por encima de los intereses particulares están los intereses permanentes de la República". (39)

Chibás escribe en El Crisol el 29 de marzo de 1949 como…"…diríase que la política ha dejado de ser una función pública y un patriótico ministerio para convertirse en el más cínico juego de ambiciones y codicias que pueda concebirse…Cuando la política decide abjurar de toda ideología y los partidos se convierten en simples cooperativas de aspirantes para alcanzar una posición más o menos grande del poder, la vida pública se llena de confusión y el ciudadano se siente desorientado". (40)

En su artículo ¡A la cárcel con los ladrones! publicado en Bohemia el primero de abril de 1951 reflexiona como…"…amenazada de volver a la muerte civil que padecía bajo la colonia, bajo Machado y bajo Batista, y de la cual ha resucitado una y otra vez, la República, hija del ideal de José Martí, necesita una nueva prédica, una nueva reafirmación del ideal martiano, un nuevo movimiento de recuperación nacional, de resurrección cívica y moral que la libre de peculados, latrocinios organizados desde las esferas palatinas, del escarnio a todo lo que prometió e hizo bueno la Revolución. Ese movimiento es la Ortodoxia, única esperanza que tiene en el presente el pueblo cubano" (41)

El 15 de diciembre de 1950 se publica en la revista Bohemia su artículo ¡Sí, vale la pena ser honrado! donde afirma como…"… Pepín Bosch trata de contestar las preguntas que le formulé en el Senado, en BOHEMIA y en mis charlas dominicales de la CMQ en su artículo:"¿Vale la pena ser honrado?" El simple planteamiento del asunto, la mera interrogación, entraña una actitud escéptica y negativa en el fondo. Nosotros los Ortodoxos vamos a contestarle la pregunta a Pepín Bosch de modo categórico y rotundo, sin dudas ni vacilaciones: "! Sí, vale la pena ser honrado!"Es muy grave que un Ministro de Hacienda confiese públicamente que tiene dudas sobre si vale la pena ser honrado. Es un síntoma terrible que se ponga a calcular sobre las conveniencias o desventajas de la honradez. Cuando eso ocurre es que está en el plano inclinado de las tentaciones que conducen al delito. Las cárceles están pobladas por personas que en algún momento de su vida han tenido la misma duda que hoy asalta al Ministro de Hacienda de Carlos Prío. Ningún hombre verdaderamente honrado tiene dudas sobre ese particular, por adversas que sean las circunstancias que lo rodeen. Pepín Bosch, al ponerle a su artículo un título tan significativo, reveló indiscretamente al pueblo de Cuba lo que está palpitando en el fondo de su subconciencia. Es la influencia del medio ambiente. La duda y la vacilación resultan características del Priato. ¿Qué confianza se puede tener en un Ministro de Hacienda que proclama a los cuatro vientos sus dudas sobre si vale la pena ser honrado? No se preguntaron si valía la pena ser honrado los próceres de la Guerra de los Diez Años, Carlos Manuel de Céspedes, Francisco Vicente Aguilera e Ignacio Agramonte cuando brindaron sus fortunas a la causa de Cuba. No se lo preguntó la madre de Maceo cuando ofrendó sus hijos, uno a uno, a la Libertad. No se lo preguntó el Apóstol de nuestra Independencia, José Martí, tildado de loco, atacado y calumniado por los propios cubanos, cuando dijo: "Urge ya, en estos tiempos de política de mostrador, dejar de avergonzarse de ser honrado. La honradez se ha de poner de moda. Y fuera de moda la desvergüenza. No se preguntó si valía la pena de ser honrado Don Tomás Estrada Palma cuando vetó la Ley creando la Renta de Lotería. No se lo preguntó Enrique José Varona, de vida acrisolada en la Colonia y en la República, que muere como un santo laico. No se lo preguntó Maza y Artola, de pulcra ejecutoria ciudadana. No se lo preguntó Miguel Coyula, que ejemplarizó con su probidad la vida cívica de la nación. No nos preguntamos los ortodoxos si vale la pena ser honrados cuando abandonamos las ventajas del Poder para lanzarnos a toda clase de sacrificios en defensa de los grandes principios morales de la Revolución Cubana, en lucha titánica por adecentar las costumbres públicas. ¡Sí, vale la pena ser honrado, pero honrado íntegramente, honrado a carta cabal! Lo que no vale la pena es ser honrado a medias, semi-honrado, honrado exteriormente, mientras en el orden interno se encubren y apañan enormes atracos al Tesoro Público, malversaciones por más de ciento setenta millones de pesos, desfalcos gigantescos en las Cajas de Retiros y Pensiones… De esa manera no vale la pena ser honrado!… Sigo pensando que vale la pena ser honrado porque yo tengo lo que no posee ninguno de los que desertaron de los ideales revolucionarios, los que cambiaron la vergüenza por el dinero: tengo el respeto, el cariño y el respeto del pueblo cubano; tengo la dirección suprema del más limpio y formidable movimiento de renovación moral que han visto las Américas en los últimos años; tengo ganados para el movimiento Ortodoxo las páginas más bellas y brillantes de la historia de Cuba republicana. Podrán quitarme la vida, pero no podrán arrancarme de las páginas de la historia de mi país. Podrán arrojar contra mí recuas de escritores mercenarios para que me injurien, calumnien y difamen, pero no me podrán destruir, porque el fango no destruye las rocas. Sólo yo me puedo destruir y arrancarme de la historia nacional, traicionándome a mí mismo, claudicando de mis ideas, apostatando de mi credo revolucionario, renegando de mi propia ejecutoria de combatiente insobornable de la causa cubana durante 25 años ininterrumpidos; pero no lo haré porque estoy convencido que vale la pena ser honrado, porque no cambio la gloria por el dinero; porque no vendo por todas las riquezas del mundo mi puesto de honor en la historia patria". (42)

El 5 de marzo en la Sección EN CUBA de la revista Bohemia se publica:

"<<Yo no soy un general de los que mueren en la cama>>". La exclamación dirigida al reportero de la Sección en Cuba, solo podía provenir del jefe ortodoxo. Forzado a permanecer en su lecho de convaleciente tras una delicadísima operación. Sometido al más estricto plan de alimentación y reposo, depauperado físicamente, sujeto aún a crisis fisiológicas a consecuencia de su inquieto temperamento, Eddy Chibás parecía empeñado en ignorar todo esto, cuando expresa como la verdad es que la  <<famosa >em>generación del 30 no es un todo homogéneo ni se agota con los visitantes e inquilinos de Palacio. De hecho está dividida en tres porciones; la que se mantuvo fiel a los postulados de la revolución, la que renegó de ellos y nuestros adversarios del machadato. Como es natural, las dos últimas pandillas son las que han celebrado una alianza. Los manes de Trejo, de Alpízar y Mella deben estar escandalizados de ver a sus antiguos compañeros de bracete con los apapipios y porristas de ayer. El Partido Ortodoxo es laico pero no antirreligioso. Resulta obvio afirmar que está compuesto en enorme medida de católicos, puesto que esa es la religión tradicional y mayoritaria en Cuba. Pero estimo que las cosas de la política no deben mezclarse con las de la religión para bien de estas pues pertenecen a distintos campos>>"  (43)

Apenas unas semanas antes de su muerte, como parte de su entonces muy publicitada polémica con el entonces Ministro de Educación, Aureliano Sánchez Arango, que en buena medida condujo a su auto inmolación, éste denuncia como… "…en el Ministerio de Educación para la Contratación de Servicios, servicios muy misteriosos, se crea un crédito de 175 mil pesos y las Oficinas de Publicidad se crea otro crédito nuevo de 170 mil pesos también pero exclusivamente para personal. El Crédito del Desayuno Escolar, que solo se reparte a unos pocos alumnos para justificar el enorme affaire que representa, asciende en el presupuesto vigente a 544 mil pesos. En el nuevo presupuesto elevan crear el ayuno escolar a un millón de pesos; son 356 mil pesos más que va a desayunar el Ministro de Educación a costa del hambre de los niños infelices de las escuelas públicas. Por eso suprimió la subasta del Desayuno Escolar. Los números no mienten. ¿Qué se hace con tanto dinero? Es evidente; se lo roba el aviador y motociclista Aureliano Sánchez Arango. Burle de los fallos de los Tribunales de Justicia, fuhrer del choteo y Apóstol del ASA, cuyas siglas significan, según unos, agarradera de santurrones arrepentidos o Agrupación de Sabandijas de Alcantarillas. A mi juicio ASA quiere decir algo completamente distintos. Algo que no puedo publicar por respeto a mis lectores."  (44)

¡El último aldabonazo!

Hace nueve siglos el Tribunal de la inquisición le gritaba a Galileo: ¡Mentiroso! ¡Mentiroso!¡Engañador! ¡Presente las pruebas de que la Tierra se mueve alrededor del Sol! Galileo no pudo presentar las pruebas físicas del hecho evidente y fue condenado, pero siguió repitiendo, firme en su convicción moral: ¡Pero se mueve! ¡Pero se mueve!

Hace cinco años acusé al Ministro de Educación José Manuel Alemán de robar los dineros del material y el desayuno escolar y de estar fomentando en Miami un imperio de propiedades inmuebles. El Ministro Alemán y todos sus corifeos atronaron el espacio gritando: ¡Mentiroso! ¡Calumniador! ¡Presenta las pruebas! Yo no pude presentar las pruebas físicas de que se estaban robando el dinero del Tesoro Nacional, pero seguí repitiendo firme en mi convicción moral: se lo roban.

Ahora acuso al gobierno de Carlos Prío de ser el más corrompido de cuantos ha tenido la República hasta el presente y a su Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango-que ha sustituido el BAGA por el ASA-de robarse los dineros del material y el desayuno escolar y de realizar grandes inversiones en Guatemala y otras repúblicas de América Central.

El domingo pasado desde esta misma tribuna de orientación y combate, presenté al pueblo pruebas irrefutables de la enorme corrupción del régimen de Prío: fotografías de escuelas y hospitales en la miseria, contrastando con las fincas y palacetes ostentosos de gobernantes que hace poco vivían en la pobreza. Sin embargo, a pesar de que las continuas depredaciones de Machado, Batista, Grau San Martín y Carlos Prío no se ha conseguido embotar la sensibilidad moral del pueblo cubano, lo que habla muy alto de la firmeza de sus virtudes, mis palabras del pasado domingo no tuvieron toda la resonancia que la grave situación requería. Cuba necesita despertar. Pero mi aldabonazo no fue, quizás, lo suficientemente fuerte. Y Cuba, urgentemente, necesita despertar. Seguiremos llamando a la conciencia del pueblo cubano.

Por su posición geográfica, la riqueza de su suelo y la inteligencia natural de sus habitantes, Cuba tiene reservado en la historia un grandioso destino., pero debe realizarlo. Otros pueblos asentados en islas que no gozan de situación tan privilegiada como nuestra patria, han desempeñado en la historia un papel de preeminencia singular. En cambio, Cuba ha visto frustrado su destino histórico, hasta ahora, por la corrupción y ceguera de sus gobernantes, cuyo pensamiento-salvo excepciones-ha volado siempre a ras de tierra.

La feliz conjunción de factores naturales tan propicios, unido a la alta calidad de nuestro pueblo, solo espera la gestión honrada y capaz de un equipo gobernante que éste a la altura de su misión histórica, Ese equipo no puede ser el del gobierno actual, corrompido hasta la médula, aunque se disfrace de nuevos rumbos para encubrir sus robos, contrabandos y desvergüenza. Ni la falsa oposición de Batista que alienta el regreso de los coroneles, del palmacristi, la goma y la ley de fuga, con la taimada ayuda del comunismo internacional. Ni tampoco el grupo de despechados que sigue al ex presidente Grau. El único equipo gobernante capaz de salvar a Cuba es el Partido del Pueblo Cubano(O), con su línea antipactista de la independencia política, que no admite transacciones ni componendas.

¡Compañeros de la Ortodoxia, adelante! ¡Por la independencia económica, la libertad política y la justicia social! ¡A barrer a los ladrones del gobierno! ¡Vergüenza contra dinero!

¡Pueblo de Cuba, levántate y anda! ¡Pueblo cubano, despierta! ¡Este es mi último aldabonazo! (45)

Fidel Castro, entonces joven abogado y muy vinculado al sector juvenil del PPC(O), el 16 de agosto de 1951, ante el féretro del líder ortodoxo, tendido en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, proclama que…"…!tiemblen de pavor y espanto los que en el lecho de muerte vertieron torrentes de oprobio sobre su vida ejemplar de redentor y apóstol Las calumnias con que lo hirieron en sus últimos momentos caerán como estigmas indelebles sobre la deshonra de sus detractores. Como a un predicador, como al fundador de una nueva ética, un culto nuevo a la Patria, viene a llorar a sus pies la multitud afligida y lacerada de dolor. Ya no podrán decir que eran un aspirante desenfrenado a la presidencia de la República. Ya no podrán acusarlo de ser un egoísta y un ambicioso. Mientras otros extendían su mano pordiosera, pidiendo de limosna un poco de respaldo él, que lo tenía más que nadie y con la meta del triunfo personal al alcance de la mano, renunció a todo en el más extraordinario gesto de desinterés. Porque le importaba más el porvenir seguro de la Patria que el éxito probable de su persona".  (46). "Eduardo Chibás: imaginarios". Obra ya citada. Páginas 150-151.

Años después, ya triunfante la Revolución Cubana, apenas a unos días de su entrada triunfal en la capital, el 16 de enero de 1959, éste pronuncia un discurso de recordación, ante su tumba, en el Cementerio de Colón donde expresa cuan…"…fácil es comprender nuestra emoción, junto a esta tumba tan llena de recuerdos. Los sentimientos son encontrados. Muchas veces habíamos venido aquí después del 16 de agosto de 1951, antes y después del 10 de marzo. ¡Y por cuantas diversas etapas hemos pasado!….La historia de la Revolución, la historia del 26 de Julio, está íntimamente ligada a la historia de esta tumba. Porque debo decir aquí que sin la prédica de Eduardo Chibás, sin lo que hizo Eduardo Chibás, sin el civismo y la rebeldía que despertó en la juventud cubana, el 26 de Julio no hubiera sido posible. El 26 de Julio fue pues la continuación de la obra de Chibás, el cultivo de la semilla que él sembró en nuestro pueblo". (47)

Ya retirado de sus cargos en el Gobierno y el Partido, Fidel Castro valoraría en una de sus reflexiones acerca del dirigente ortodoxo como…"…el primer problema a resolver era Batista en el poder. Con Chibás vivo no habría podido dar el golpe de estado, porque el fundador del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) lo observaba de cerca y metódicamente lo ponía en la picota pública. Muerto Chibás, era seguro que Batista perdería las elecciones que debían realizarse el 1º de junio del año 1952, dos meses y medio después del golpe de estado. Los análisis de opinión eran bastante precisos y el rechazo a Batista crecía constantemente, día tras día. Yo estaba en la reunión donde se eligió al nuevo candidato ortodoxo, más como atrevido que como invitado. Ingresaría en el Parlamento, donde lucharía por un programa radical. Nadie habría podido impedirlo. Se rumoraba entonces que yo era comunista, palabra que despertaba muchos reflejos sembrados por las clases dominantes. Hablar entonces de marxismo–leninismo, e incluso en los primeros años de la Revolución, habría sido insensato y torpe. En aquel discurso ante la tumba de Chibás hablé de forma que se comprendiera por las masas las contradicciones objetivas que nuestra sociedad enfrentaba en aquel entonces, y aún tiene que enfrentar". (48)

Partes: 1, 2, 3
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