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Los componentes ético-políticos en la ideología de la Revolución Cubana (Quinta parte)


Partes: 1, 2, 3

  1. Introducción
  2. Antonio Guiteras: promotor fundacional de un proyecto socialista raigalmente cubano
  3. Raúl Roa García: mente lúcida y corazón apasionado
  4. Eduardo Chibás: fecundo reservorio de principios ético-políticos
  5. ¡El último aldabonazo!
  6. Referencias y notas bibliográficas
  7. Anexos

"Para que la ordenación orgánica de Cuba en Nación alcance estabilidad, precisa que el estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo. Mientras, estará abierta a la voracidad del imperialismo financiero".

Antonio Guiteras en el Programa de Joven Cuba (Octubre de 1934)

"El poder, imposibilitados de hacer la Revolución, no significaba nada para nosotros. Su único objetivo en nuestras manos era la de instrumento para hacer la revolución".

Antonio Guiteras En su artículo Septembrismo (Abril de 1934)

La minoría intelectual históricamente revolucionaria es aquella, pues, que, penetrada conceptual y sentimentalmente de las realidades, aspiraciones y necesidades vitales de cada época, rompe con su propia clase y se incorpora al servicio de las masas explotadas y desposeídas por la oligarquía dominante".

Raúl Roa. En Carta a Jorge Mañach (1931)

"La Constitución de 1901, de continuo invocada y de continuo pisoteada, no impidió que el bello sueño de Martí se trocara en jugosa pesadilla de politiquillos ambiciosos y traficantes desalmados, que nuestras tierras y riquezas fueran vendidas al extranjero y las relaciones entre patronos y obreros se fundaran en una estructura de factoría…"

Raúl Roa "En dos revoluciones simuladas y una contrarrevolución verdadera2 (1948)

"Frente a la corrupción no hay más que una política salvadora para el país y consiste en promover un gran movimiento de base moral que se enfrente con valentía a la podredumbre que representan las actuales dirigencias políticas"

Eduardo Chibás. En entrevista realizada por Ramón Vasconcelos (1949)

"Sigo pensando que vale la pena ser honrado porque yo tengo lo que no posee ninguno de los que desertaron de los ideales revolucionarios, los que cambiaron la vergüenza por el dinero: tengo el respeto, el cariño y el respeto del pueblo cubano"

Eduardo Chibás Artículo "Vale la pena ser honrado" Revista Bohemia (1950)

edu.red

Introducción

Al abordar el estudio del pensamiento cubano a partir del fin de la dictadura machadista, el 12 de agosto de 1933 hasta el funesto golpe militar perpetrado por Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, que marca el inicio de la etapa final de la II República, van a descollar, en sus figuras más representativas, una dicotomía evidente: aquellas portadoras de una eticidad política modélica y las otras, desafortunadamente carentes de principios morales en su actuación pública. Ello nos obliga a rememorar lo expresado por nuestro Apóstol, acerca de como existen…"… …seres humanos en quienes el derecho encarna y llega a ser sencillo e invencible, como una condición física. La virtud es en ellos naturaleza, y puestos frente al sol, ni se deslumbrarían, ni se desvanecerían, por haber sido soles ellos mismos y fortalecido con su amor a la Tierra…..Aman por cuantos no aman; sufren por cuantos se olvidan de sufrir. La Humanidad no se redime sino por determinada cantidad de sufrimiento, y cuando unos la esquivan, es preciso que otros la acumulen, para que así se salven todos…" *

Entre esas personalidades virtuosas, que desempeñan un protagonismo trascendente en el período van a descollar, Antonio Guiteras Holmes, Raúl Roa García y Eduardo Chibás Ribas, entre una pléyade de tantos otros, que entregaron sus capacidades e incluso en algunos la propia vida, por sus ideas, como Jesús Menéndez y Pablo de la Torriente Brau.

Líderes paradigmáticos, de especial talento político, comunicadores excelentes, hombres de lealtad inconmovible a los intereses más sagrados de su pueblo, herederos legítimos del ideario martiano y tenaces promoventes, con la palabra y la acción, de la República que soñara el Apóstol, siempre concibieron la Patria como ara y nunca pedestal. No obstante, no faltaron pillos, politiqueros, militarotes, asesinos a sueldo y apóstatas, corruptos y demagogos, que con la renuncia a sus ideales juveniles, lucraron ignominiosamente, incluso con su natural talento, para servir a los peores intereses, que, al igual que el conocido personaje faustiano, no dudaron en vender su alma al <<diablo>> en aras de satisfacer sus más bajas ambiciones personales, entre los que destacan, por su perfil e inmoral trayectoria, deshonrando las posibilidades que les otorgaban sus privilegiadas posiciones de poder, figuras como Fulgencio Batista y Zaldívar, Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás.

El pueblo que ignora sus raíces, hurgando con fervorosa pasión en sus entrañas históricas y es incapaz de transmitirla a las nuevas generaciones, despojadas de retóricas desmotivadoras, renuncia de hecho a un futuro mejor.

* José Martí Nuestra América. La Habana, Cuba. Editorial Casa de las Américas. 1974. Artículo "Juan Carlos Gómez", publicado en la revista América, Nueva York, julio de 1884

Antonio Guiteras: promotor fundacional de un proyecto socialista raigalmente cubano

El derrocamiento de la dictadura de Gerardo Machado, síntoma del agotamiento de las posibilidades de supervivencia del modelo institucional impuesto por la primera ocupación norteamericana (primero de enero de 1899-20de mayo de 1902) en alianza con la oligarquía nacional y favorecido por la carencia de una sólida unidad ideológica de los sectores más progresistas, decretó el fin de la I República.

Para juzgar a la misma es cuestionable el adoptar posiciones absolutas que ven en ella sólo lacras y limitaciones, que por supuesto tuvo, sin reconocer que en la misma se crearon las premisas imprescindibles al futuro desarrollo y consolidación de nuestra identidad cultural y nacional promovidas por personalidades de incuestionable valía, surgidas del crisol de virtudes inagotable del pueblo, en campos tan diversos, pero orgánicamente vinculadas, como la cultura y la actividad política. Unas poseedoras de una loable ejecutoria ético-política en transito del siglo XIX, reservorio de tantas tradiciones patrias, y otras nacidas, en el propio siglo XX, preñado de excepcionales expectativas y conflictos, logros y frustraciones. VER ANEXO 1.

El régimen de Gerardo Machado (1925-1933) con su torpe política de autoritarismo, represión e incondicionalidad a los más espurios intereses foráneos, sumado a la aguda debacle económica mundial capitalista (1929-1933) sumieron al país en una profunda crisis financiera, institucional y moral, que provoca una renovación axiológica, que se refleja en el pensamiento cubano de la época, no exenta de una combinación contrastante de pesimismo, a la vez que de esperanza.

En entrevista realizada a Enrique José Varona el 19 de agosto de 1930 por el doctor Zaydín, director del periódico habanero El País, este valora acerca de la situación cubana en la época que…"…nuestro gobierno nos suele hasta lo último y nos quejamos de él con perfecto derecho…Nos hundimos y no vemos las manos que deberían tenderse y no se tienden para salvarnos. Se diría que los pueblos se salvan por sí mismos. Esto, en nuestro caso, es una mera frase. ¿Dónde va a buscar pan por sí mismo nuestro pueblo hambriento? ¿Estamos ciegos o hemos perdido la sensibilidad? El pueblo cubano tiene hambre, va desperdigado por los campos en busca de un mendrugo. Ante este hecho monstruoso, todo palidece. Hasta los atropellos a los derechos del ciudadano; hasta la atonía y semi-alelamiento de nuestros tribunales… ¿La juventud? Individualmente hay jóvenes de gran talento y cultura, algunos de carácter, pocos de alma ciudadana y espíritu público, pero en conjunto, lo que yo contemplo, no conozco lo del interior, rinde culto fervoroso a los <<sports>>; se entusiasma con los puños de <<Chocolate>>, las bolas que lanza (Adolfo) Luque o los triunfos de un <<team>> de fútbol, pero desintegrada de la vida pública, no se preocupa y más bien desdeña, con un pesimismo prematura, la actuación ciudadana, sin pensar que la renovación depende de ella, que los nuevos alientos, los impulsos fecundos, sólo se conciben a la edad en que se posee el >>divino tesoro>> de que hablara el poeta Rubén Darío. Yo quiera ver así a la juventud, gallarda, cívica, combatiente, preparada, culta, capaz de enfrentarse con los problemas de hoy, y encararse al futuro, con la misma gallardía heroica que supieron demostrar aquellas juventudes gloriosas del 68 y del 95. Quisiera verlos como aquellos pocos jóvenes universitarios protestantes contra la reforma constitucional y la prórroga de poderes y las libertades conculcadas, sacrificándose por el ideal, Un pueblo n se redime más que cuando tiene conductores de espíritu de sacrificio". (1).

Paralelamente a este complejo y contradictorio proceso de cambios y transformaciones del estatus institucional de la joven República, existe una continuidad, de otro similar, en su proyección a la conformación y consolidación de nuestro sentido identitario como nación no obstante la presencia limitante de la Enmienda Platt y sus inevitables consecuencias en la psicología de dependencia, hacia los Estados Unidos, que se crea en amplios sectores de la población y particularmente, como factor más repudiable, en los sucesivos gobiernos que se suceden durante el primer tercio de siglo.

Esta acuciante problemática es abordada por más de un investigador, historiador y personalidad relevante del contexto epocal, pero quizás ninguno con la hondura y sapiencia de Don Fernando Ortiz. VER ANEXO 2.

Tras el derrocamiento de la dictadura machadista el 12 de agosto de 1933 el país se sumerge en lo que certeramente V.I. Lenin, conceptualizara como <<situación revolucionaria>>. El desbordado fervor popular, reclama cambios y transformaciones radicales, quizás llevado por la espontaneidad de sus acciones, sin una brújula precisa en una u otra ideología, de las ya presentes en el espectro político nacional, pero que propicia el surgimiento de aquellas personalidades, con cualidades de liderazgo, talento y prestigio, capaces de encauzarlas. Entre los mismos va tempranamente a descollar Antonio Guiteras, destacado luchador anti machadista y hombre de sólidos principios ético-políticos, marxista sin militancia partidista pero sin lugar a dudas uno de los promotores fundacionales del socialismo en Cuba.

En respuesta de Antonio Guiteras a una encuesta de la Revista Bohemia bajo la interrogante ¿Qué opina usted del posible regreso de Machado a Cuba?, publicado en su edición del 23 de septiembre de 1934 este expresa con firmeza que…"…la repulsa unánime del pueblo hacia todos los que de manera directa intervinieron en el régimen machadista parece constituir un firme valladar contra ese retorno, los revolucionarios deben estar alertas, pues la conducta del actual gobierno (se refiere al de Batista-Caffery-Mendieta. N. del A) les ha hecho concebir grandes esperanzas y los medios de que disponen son cuantiosos. A pesar de que la semejanza entre el presente régimen y el de Machado es prodigiosa, existe una diferencia esencial: aquellos ya fueron arrojados por el pueblo enfurecido; estos permanecen aún en el poder. Y el precedente de aquella sanción es necesario mantenerlo a toda costa para que sea aplicable a su vez a todos estos actos, cuando el pueblo comprenda que todos los servidores del imperialismo parecen y tienen forzosamente que seguir el mismo camino".

(2)

Desde mayo del propio año 1934, Guiteras había fundado la organización Joven Cuba, acorde a su convicción de que en el contexto de la época, solo a través de la lucha armada era posible lograr las transformaciones políticas y socio-económicas que el país requería, a contrapelo de las restantes organizaciones y partidos, desde los fascistoides del ABC, los nacional reformistas, los representantes de la oligarquía nacional más conservadora e incluso los comunistas más radicales.

Su Programa, publicado originalmente como folleto y posteriormente en el diario Ahora, el 24 de octubre de 1934 expresa desde su inicio como…"…Cuba reúne los elementos indispensables para integrar una nación, pero no es aún NACIÓN. Ciertamente las realidades geográficas le dan unidad física; la ausencia de impedimentos formales a las relaciones espontáneas e indistintas entre sus habitantes deriva en unidad demótica; la uniforme regulación ordenancista le produce unidad policial. Desde la <<colonización>>, Cuba adquiere unidad en sus tradiciones, y el destino sustancialmente común vivido por todas sus regiones afirma su unidad histórica. y tales unidades han sido intensas, suficientes para determinar cierta analogía psicológica en la población que-no obstante su heterogénea oriundez-permite hablar de un <<carácter cubano>>. Y sin embargo Cuba no es una nación aún, porque carece de aquella unidad funcional en su economía, necesaria para presentarse como un todo capaz de bastarse a sí misma. En una palabra, Cuba permanece en estado colonial. Supeditada al capital extranjero, la estructura económica cubana es un aparato que no sirve a necesidades colectivas de dentro, sino a rendimientos calculados por y para los de afuera…De ahí la idea polar de nuestra orientación: para que la ordenación orgánica de Cuba en Nación alcance estabilidad, precisa que el estado cubano se estructure conforme a los postulados del Socialismo. Mientras, estará abierta a la voracidad del imperialismo financiero".

Para ello se plantea una vía realista de como hacerlo, al margen de copias miméticas y dogmas foráneos por muy sanas que sean las intenciones de sus promotores. Al respecto y ante tales complejas disyuntivas se plantea las siguientes interrogantes:

…"…¿Cómo se obtiene la integral estructuración socialista del estado? ¿Es posible pasar del coloniaje al nuevo molde con la rapidez con que se opera una mutación en el teatro?. La sinceridad obliga declarar que el cambio no es fácil; en ningún caso podría ser repentino. Porque las transformaciones de los pueblos están limitadas por las realidades histórico-económicas de una parte. y realidades espirituales de otra; las transformaciones sociales requieren posibilidades de conciencia-subjetivas, tanto como posibilidades ambientales-objetivas. Mientras el único juez de los valores humanos, de nada valdrá que las circunstancias de ambiente propicien una transmutación, si el espíritu social por su impreparación cultural es incapaz de comprender y desear el cambio; y del mismo modo la idea reformadora significará mera utopía o, hipótesis colectiva, si la falta de medios materiales imposibilita su realización, puesto que la eficacia activa del pensamiento necesita instrumental a propósito para revelarse. Ningún argumento derivará de estos, el <<derechismo>> contra nuestra hipótesis. Tenemos en cuenta la doble categoría de los factores condicionales del progreso y no demandamos no esperamos de la realidad más que lo que ella encierra ya de maduro en su centro. Es estado socialista no es una construcción caprichosa imaginada; es una deducción racional basada en las leyes de la dinámica social. A él se llegará a través de ciclos más o menos breves en que se descompone el proceso social. Tampoco nos afectarán las críticas del extremismo, fundidas en la insuficiencia del programa. Al Estado socialista nos acercamos por sucesivas etapas preparatorias. Fijada la gran meta a la que dirigimos la marcha, nuestro programa debe interpretarse como el trazado de la primera etapa. Pensando con reflexión, calculando con método, no quita ella para que se acojan las modificaciones que el replanteo exige. Perseguimos el acierto histórico no el forzamiento anti-histórico".

La profesión de fe antimperialista y profunda previsoriedad doctrinal enriquecida en Guiteras, por su esencia de hombre de acción, se reitera en el propio documento, en el epígrafe: Objetivos, y posteriormente en el cuerpo programático, en el titulado Antiimperialismo donde se recalca como…"…se suscribe como esencial al credo antimperialista, a cuya luz se desenvolverá una política exterior e interior genuinamente cubana. Y punto que la libertad de Cuba debe significar la independencia integral de su economía, la estructura nacional vendrá determinada por las fuerzas de la producción en cuyas manos concentre la soberanía de manera que el poder político sea reflejo fiel del poder económico". (3)

Tal sorprendente lucidez que se nos revela en Guiteras es producto de varios factores sustanciales a todo dirigente revolucionario de alguna valía: amplia formación cultural, agudeza en el análisis de una determinada problemática por compleja que sea; su instinto político; su calidad humana, dada particularmente en su sensibilidad ante la injusticia social, particularmente sobre las capas más marginadas de la población; su profundo conocimiento de las esencias del marxismo, interpretado de forma reflexiva, realista y dialéctica, no como un dogma, sino como una guía para la actividad revolucionaria aplicado a las particularidades de su patria, en un contexto específico y época concreta, y particularmente, la asunción de su pensamiento a intangibles valores morales, con la aprehensión de los mismos a su práctica política.

En su antológico escrito Septembrismo, publicado en la revista Bohemia, el primero de abril de 1934, Guiteras revela nuevamente su plena lucidez política cuando valora como…"…el cuartelazo del 4 de septiembre dado por las clases y alistados del Ejército y la Marina con el fin de hacer de hacer una amplia depuración y obtener algunas reivindicaciones de carácter moral y material, pudo fin al caos creado en ese organismo por las facciones que luchaban por una depuración completa y para los que trataban de evitarla a toda costa. Pero el gobierno de Céspedes, impopular y débil por la mediocridad que caracteriza a todo gobierno de concentración, cayó también arrastrado por la enorme ola. Los elementos civiles que colaboraron en este movimiento y los que acudieron después, responsabilizándose con el mismo, fuimos los de la oposición anti imperialista, que habiendo adoptado en principio el programa del Directorio Estudiantil Universitario (DEU) pretendimos ponerlo en práctica. Cuando la forma colegiada espantó demasiado a los buenos burgueses, Grau fue proclamado presidente por el mismo grupo que se había reunido para formar la llamada Pentarquía que se había constituido en lo que se llamó la Junta Revolucionaria de Columbia. Tuve entonces el honor de ser llamado a colaborar con el gobierno de Grau desde una secretaría tan importante como la de Gobernación; y esto fue sugerido, según tengo entendido, por el compañero Irrisarri que a pesar de no haber tenido relaciones conmigo conocía mi historia revolucionaria contra el machadato y contra el gobierno <<mediacionista>>…Nuestra labor desde el gobierno, luchando contra los sectores mediacionistas, era ardua; pero más arduo aún era nuestro esfuerzo gigantesco para convertir el Golpe del 4 de septiembre en una revolución anti injerencista y sobre todo determinar donde llevar ese anti injerencismo.. Nuestro programa no podía detenerse simple y llanamente en el principio de la No Intervención. Tenía que ir forzosamente hasta la raíz de nuestros males: el imperialismo económico el que hizo retroceder a muchos anti injerencistas dividiéndose nuestras filas. Ante los decretos que como enormes martillazos iban rompiendo lentamente esa máquina gigantesca que ahoga al pueblo de Cuba como a tantos otros de América Latina, aparecían en escena para combatirnos, todos sus servidores nativos y extranjeros y su formidable clamor espurio nos restaba uno a uno a nuestros colaboradores, que eligiendo las exclamaciones derrotistas, <<de este modo no nos reconocerán los americanos>>, <<estas medidas alejan el reconocimiento>>, o las más terribles aún, <<los americanos desembarcarán>> <<cerrarán sus puertos a nuestro azúcar>>… Pero esa labor, conjuntamente a la beligerancia reconocida al proletariado, no obstante la actuación aislada de algunos miembros del Ejército, era para nosotros toda la Revolución. Se servía al imperialismo yanqui o se servía al pueblo, pues sus intereses eran incompatibles. Existía el peligro de perder el poder abandonados en el camino, por los que aparecían más identificados con nosotros, pero el poder, imposibilitados de hacer la Revolución, no significaba nada para nosotros. Su único objetivo en nuestras manos era la de instrumento para hacer la revolución. Por ello no nos arredramos ante la posibilidad de perderlo…Fracasamos porque una revolución sólo puede llevarse adelante cuando está mantenida por un núcleo de hombres identificados ideológicamente, poderoso por su unión inquebrantable, aunados por los mismos principios, y no por la doctrina de <<todo para destruir>>…A pesar del quebranto, el gesto del gobierno de Grau no ha sido estéril. Esa actitud fortaleció es espíritu de las clases y alistados del Ejército y la Marina que vieron en ese movimiento una consagración gloriosa de su grito de rebeldía del 4 de septiembre, espíritu cuyo clamor no puede ser acallado con el derecho a usar botas de oficial. Esa actitud rectilínea mostró un mundo de posibilidades al pueblo de Cuba, que ya había bebido con ansia los escritos de nuestros intelectuales, que le mostraban la senda de la Revolución verdadera. Esa posición erguida mostró a los revolucionarios el camino. Esa fase de nuestra historia es la génesis de la revolución que se prepara-que no constituirá un movimiento político con más o menos disparos de cañón, sino una profunda transformación de nuestra estructura económica y social" (4)

A fines de 1933, Carleton Beals, afamado periodista norteamericano, visita a Cuba y lograr una entrevista con Guiteras. En la misma el líder cubano le expresa como…"…nosotros tenemos que enfrentarnos con nuestros problemas económicos y sociales ahora; no podemos esperar por una solución política. Somos un Gobierno Provisional, pero debemos actuar como si fuéramos un Gobierno permanente. Tenemos que vivir de día en día, pero si no queremos dejar el caos para los que nos sucedan, es preciso echar a andar la máquina económica. Debemos darle al pueblo hambriento, alimentos y otras oportunidades de ganarse la vida. Mientras el pueblo tenga hambre no podemos tolerar que existan tierras inútiles en Cuba, no importa a quien le pertenezcan. Nosotros tenemos que actuar legalmente, pero tenemos que actuar…Las medidas que yo he propuesto tienen que ser llevadas a cabo. Tenemos que tener independencia económica sin la cual no hay independencia política. Nosotros podemos conseguir independencia política fácilmente pero la perderíamos enseguida….Quiero decir una sociedad productora con los medios productivos en manos del pueblo no controlados por el capital extranjero ausente protegido por un gobierno servil basado en la tiranía militar. Hay solamente dos alternativas. Esta como es natural está fuera de nuestro problema inmediato de echar a andar la máquina econóica y terminar inmediatamente el desempleo y el hambre….".

A la pregunta del periodista acerca del problema del Ejército y en general, del problema militar, este argumenta que…"…como miembro del Gobierno no puedo decir ciertas cosas, ni aún a ustedes personalmente, y desde luego no para publicarlas. yo no creo en el militarismo, pero nosotros hemos sido gobernados por la fuera y el temor. Este es momento de fuerza revolucionaria y si la fuerza ha de emplearse yo quiero que esta sea usada por Joven Cuba, pero en favor de na nueva y libre Cuba. No podemos hacer desaparecer en un día ese elemento antiguo del viejo ejército machadista. Ellos nos derrocarían. Ellos pueden hasta logar que nos traicionen los mismos hombres en quienes confiamos ahora". (5).

Circunstancialmente en la misma época, el 24 de agosto de 1934 se firma en Washington el nuevo Convenio de Reciprocidad Comercial entre Cuba y Estados Unidos, en sustitución del similar, profusamente cuestionado, firmado en 1902, sumamente lesivo a nuestros intereses. Al respecto el prestigioso intelectual cubano Emilio Roig de Leuchsenring publica el 10 de enero de 1935, en la revista Masas, su escrito El nuevo convenido de reciprocidad en el cual expresa como…"…ahora en 1934, con el nuevo convenio se Reciprocidad Comercial se ha reproducido, aunque mucho más graves, al ocurrido al negociarse en 1902 el primer Tratado de Reciprocidad entre Estados Unidos y Cuba, porque la situación de ruina y desesperación que hoy existe en Cuba, no tiene como en 1902, su origen en causas nacionales, como fue la guerra contra España por la independencia de la Isla, sino que nuestra pavorosa crisis presente se agrava por el apoyo prestado por los gobiernos de Coolidge y Hoover a la tiranía machadista y a los atropellos arancelarios y medidas restrictivas azucareras cn que los Estados Unidos nos castigaron rudamente en los últimos años y mucho más grave que en 1902 es hoy también la situación política y administrativa de la Isla, pues aunque el gobierno de Estrada Palma, que negoció el Tratado de 1902, fue un gobierno nacido al calor de las influencias de Washington y el Presidente un convencido americanizante, el gobierno de (Carlos) Mendieta no es un gobierno que representa la voluntad popular, sino un gobierno creado expresamente por la Cancillería norteamericana para concertar con el los nuevos Tratados de Relaciones y de Reciprocidad Comercial". (6)

Eduardo Chibás, que ya empieza a descollar como dirigente revolucionario, interviene el 30 de octubre de 1933, en la asamblea del alumnado universitario que tiene lugar en el anfiteatro del Hospital Calixto García, motivada por la pérdida de apoyo de la masa estudiantil (proveniente en su mayoría de clases privilegiadas) al Directorio Estudiantil Universitario de 1930, enfrascado en sus contradicciones ideológicas internas y que conlleva en definitiva a su disolución el 5 de noviembre de 1933. En la misma Chibás expone, con su pasión acostumbrada, en apoyo al Gobierno de los 100 Días, donde desempeña un papel protagónico revolucionario su Secretario de Gobernación y Guerra, Antonio Guiteras, como…"…las revoluciones solo avanzan taladrando montañas de intereses, de ignorancias y miserias; montañas que inexorablemente sepultan en su seno a los pioneros que van abriendo los surcos por donde avanzan los pueblos. Estos luchadores de avanzada siempre son devorados por su propia obra, víctimas propiciatorias de la falta de visión de los espíritus mediocres. A los pueblos solo se les presenta una vez en la vida la oportunidad de hacerse libres y dignos y si por cobardía, por inconsistencia, por maldad, o por ignorancia, la dejan escapar son condenados a vivir como pueblos coloniales en perpetua esclavitud, porque estas oportunidades no se presentan todos los días" (7)

Las trágicas secuelas del machadato, expresión de un modelo de república típicamente neocolonial y plattista, en profunda crisis, aún ejerce su nefasta influencia, tras su derrocamiento, en prejuicios, modos de hacer política y supeditación a los intereses foráneos, a lo que Guiteras debe enfrentar en un gobierno asentado en personalidades con ideologías contrapuestas y notoriamente antagónicas, como las representadas por Grau San Martín, un nacionalismo burgués reformista y particularmente por Fulgencio Batista, antológicamente reaccionario a lo largo de su trayectoria política, que acrecienta su poder, sobre los destinos de Cuba, con el respaldo de las fuerzas armadas, que astuta y demagógicamente manipula para su propio provecho.

Tempranamente, en un manifiesto del DEU de 1927, publicado el 7 de junio de 1932, en que consta, entre otras, la firma de Guiteras, como representante de la Escuela de Farmacia de la Universidad de La Habana, se declara como…"…los miembros del DEU de 1927, radicados en Cuba, expulsados de la Universidad por combatir una reforma de nuestra Constitución, con el objetivo de perpetuarse en el poder la camarilla gobernante, denunciamos a la opinión pública la burla de la que se pretende hacer víctima nuevamente con la reforma constitucional que se trama y que no tiene otra finalidad que defender intereses personales colocados en peligro inminente ante la cívica actitud adoptada por la sociedad cubana, harta de ser escarnecida y explotada. El actual gobierno, producto de un golpe de estado, repudiado por todas las clases sociales, no está ni moral ni legalmente capacitado para reformar la constitución…Padecemos un gobierno de facto, sostenido por medio de la coacción y el soborno, al que estamos obligados a obedecer, sino por el contrario, nos hallamos en el deber de combatir y derrocar, para instaurar sobre sus ruinas, un régimen de legalidad práctica".

(8)

Años después, el 7 de diciembre de 1933, en declaraciones al periódico habanero Ahora, Guiteras reitera algo que evidentemente constituye para él, un factor importante: la divulgación de los objetivos del gobierno respecto a la política socio-económica. En ello puede influir, aparte de la elemental prioridad de todo gobierno en fundamentar su programa de acción, el salir al paso a aquellos, tanto desde la derecha como de la izquierda, que sistemáticamente le atacan, con los peores términos. Si desde el sector más conservador es comprensible y hasta lógico, no es así la carencia de visión política del PC y de la dirigencia de la CNOC encabezado por su dirección en la época: César Vilar, Joaquín Ordoqui e Isidro Figueroa. A partir del Congreso del PCC efectuado en abril de 1934 Blas Roca asume como secretario general de la organización partidista así como Lázaro Peña, en 1935, sustituye a César Vilar al frente de la CNOC. Ya en esa fecha se percibe un cambio en la línea orientada por la Internacional Comunista de <<clase contra clase>> por la de creación de los frentes populares y la promoción de alianzas entre representantes de diversas tendencias progresistas, motivado por el auge del fascismo en Europa. No obstante ello no se reflejará en las posiciones asumidas por el PC y la CNC de forma inmediata, sino hasta bien entrado el año 1935.

El diario Ahora en su edición del 7 de diciembre de 1933 comenta, a partir de la anterior entrevista, que una de las tareas más importantes para el gobierno es la…"… de no otorgar la propiedad de la tierra a los campesinos, en la proyectada distribución de las 10 000 caballerías laborables, sino reservarles exclusivamente el usufructo, para evitar la formación de la pequeña burguesía rural….El programa económico que se propone acometer inmediatamente el gobierno es de la reconstrucción agrícola. Cuba carece en la actualidad de los elementos naturales necesarios para la vida de su población y los importa en casi un 80% de sus necesidades. Se tropieza con las dificultades que originan la movilización de nuestras riquezas por carecerse de los instrumentos adecuados para ello; el primero la banca. Necesitamos oro si queremos sustituir la penuria con la prosperidad de una inflación….El aumento del medio circulante para hacer que llegue a quienes lo necesitan, , movilizando así la riqueza, pero sin garantía, contribuye a difundir el mal, ya que como país importador nos hallaríamos con una moneda depreciada e incapaz para servir las necesidades del intercambio comercial….En las 10 000 caballerías laborables podrían hallar cómoda subsistencia 20 000 familias cubanas. Pero no bastan tierras; hacen falta también aperos de labranza, semillas, reservas económicas para guardar las cosechas. Se están procurando recursos para resolver estos problemas. Se ensayarán granjas cooperativas, para poner los recursos de la maquinaria agrícola al servicio de las colectividades de campesinos". (9)

Acerca de la distribución de la propiedad rural Guiteras declara como…"…el estado no debe permitir que la propiedad reconquistada vuelva a las manos privadas, para evitar que se manifiesten nuevamente los vicios de la economía burguesa. Cuanta propiedad pase a manos del estado, como consecuencia de la orientación, debe ser retenida con la finalidad de que este llegue a tener el control total de la riqueza". (10)

Respecto a los planes agrarios en proyecto valora como…"…dentro de un mes el plan de reconstrucción agrícola estará en marcha. El mismo podrá dar trabajo a 20 000 familias. No se cultivará caña, sino otros productos que tiendan a independizarnos del monocultivo azucarero que ha convertido a la República en una colonia económica de los Estados Unidos. En los primeros 8 meses se considera que serán cosechados productos de alimentación necesarios para el abaratamiento de estos que podrán llegar a todos los hogares mediante una anticuada red de distribución. El estado fijará un subsidio para cada familia…Desde luego que no se le facilitará el dinero sino instrumentos de labranza y víveres necesarios hasta aguardar el resultado de las cosechas. Las tierras que sean repartidas entre las familias, preferentemente indigentes y desocupados serán tomadas de las expropiadas al machadato. El dinero americano que hay en el tesoro será invertido en la adquisición de maquinaria agrícola en los Estados Unidos. Parte de la plata de la nueva emisión será utilizada también en la compra de materiales e implementos agrícolas para aprovechar mejor los recursos mecánicos para la producción. Habrá también centros de cooperativas para la distribución de la producción" (11)

Existe un manuscrito de Guiteras que data de diciembre de 1933, con tachaduras y enmiendas realizadas por el propio autor, rescatado por Tabares del archivo personal de Vilaseca, nunca publicado y de extraordinario valor para el estudio del ideario de este. Gracias a la minuciosidad y profesionalismo científico debemos el rescate de este documentos, eliminadas las enmiendas y tachaduras.

En el mismo, Guiteras expone como…"…mucho se ha comentado sobre la orientación política y social del Gobierno como organismo encauzador de la revolución. Las sucesivas entrevistas con muchos que representan diversas tendencias y aspiraciones y el fracaso de las mismas, en cuanto al esfuerzo de algunos de ellos en producir un Gobierno de Concertación, utilizando la supuesta influencia del Embajador de Estados Unidos, han sido comentadas de muy diversos modos. Para la mejor orientación de la opinión pública se hace necesaria la explicación sobre la actitud adoptada en cuanto a la extensión de sus atribuciones y la ruta que cree necesario seguir. El Presidente de la República (Ramón Grau San Martín) en sucesivas declaraciones ha manifestado que habiendo recibido su investidura de las manos que llevaron a cabo la revolución del 4 de septiembre, con el compromiso supremo de hacer que el pueblo de Cuba, árbitro supremo de su propio destino, fuese el que definitivamente escogiese la modalidad de gobierno y el estatus social bajo el cual quisiese vivir, consideraba que la obra del gobierno no podía extenderse más allá de la normalización rápida del país y la celebración de unos comicios absolutamente honrados, donde quedaría electa la convención constituyente ante el cual abdicaría sus poderes. La obra de gobierno durante la corta etapa desde su inicio hasta la fecha de la inauguración de la Convención Constituyente (con fecha previamente fijada para el 20 de mayo de 1934. N. del A) sólo podía ser utilizada para mantener el principio fundamental de la revolución: absoluta independencia política de Cuba. Pero es sabido que no puede existir independencia política sin independencia económica siendo por tanto deber del presente gobierno dictar todas las medidas que era necesario lograr para ese fin. Todo gobierno que pretenda vivir en concordancia con este siglo de grandes transformaciones sociales que tienden a destruir las desigualdades entre los hombres mediante el control de la riqueza, la producción y la distribución de la misma de un modo equitativo, haciendo desaparecer la división de clases y borrando la jerarquía y todo lo que produce la casi infinita lista de males que padece nuestra sociedad, que siendo los síntomas del mal fundamental ya señalado, son tomados generalmente como enfermedades posibles de ser curados sin ser atacada de raíz, tiene que escoger el camino que de un modo firme y seguro lo lleva a la realización de estos fines. La Isla de Cuba convertida en factoría por el abandono en que fue dejada por los gobiernos anteriores, poniéndola a mercedes del oro extranjero, ha llegado a nuestras manos como país monoproductor que no produce la cantidad suficiente de comestibles para bastar sus necesidades y tiene que depender de la importación basada en la exportación de azúcar. Las inmensas riquezas de las tierras en cultivo y las grandes industrias, están en manos extrañas y toca al Gobierno legislar para que pueda efectuarse la lenta reconquista de la riqueza nacional y la creación, mediante el rápido cultivo de las tierras del estado, de una nueva riqueza agrícola que permita al pueblo de Cuba a bastarse a sí mismo para cubrir sus más perentorias necesidades adquiriendo de este modo la independencia económica que garantiza la soberanía política necesaria para el desenvolvimiento de las ideologías político-sociales modernas. Esta etapa de nacionalización de la riqueza que complementa el movimiento revolucionario del 4 de septiembre es el camino llamado de izquierda, que sigue el gobierno en contraposición con los derechos que buscan su orientación política en las cancillerías extranjeras. El Gobierno en su labor de nacionalización de la riqueza de Cuba, permitirá la existencia y propaganda de ideologías más amplias que señalen los derroteros a seguir después de esta etapa o los que adopten la Convención. El Gobierno luchará contra todo intento de impedir o entorpecer su labor en ese sentido, permitiendo la discusión de sus disposiciones pero no el desacato de ellas. Como Gobierno provisional que pronto depondrá en manos de posrepresentantes del Pueblo de Cuba, la labor del Gobierno es limitada y toca aquellos organismos y agrupaciones de programas más extensos o más radicales, exponerlos ante la opinión pública…" (12)

Como bien valora Raúl Roa, testigo excepcional del hecho histórico, en escrito posterior…"…el gobierno de Grau San Martín no fue ni podía ser, por su estructura y composición, un gobierno revolucionario. Ni siquiera consigue expresar la relación de poder, la unidad de fines y la coherencia de métodos que dimanan de su propio carácter nacional-reformista. La verdad, monda y oronda es, sin embargo, que ha sido hasta hoy el único gobierno cubano que intentó remover la estructura colonial de la república. Múltiples circunstancias intrínsecas y extrínsecas le impiden llevar a cabo la épica empresa. Su propia debilidad ante todo. Y después todo lo demás. No se le dio un minuto de respiro. Vivió en acoso perpetuo. Fue combatido a sangre y fuego por la embajada norteamericana, los oficiales depuestos, el ABC, la vieja política, el alto comercio español, las empresas extranjeras, los monopolios de servicio público, el Partido Comunista, la Central Nacional Obrera de Cuba, el estudiantado de izquierda (se refiere al Ala Izquierda Estudiantil N del A) y la casi totalidad de la prensa. No tuvo más defensa militante que las aguerridas huestes del DEU (para colmo, auto disuelto el 5 de noviembre de 1933 por contradicciones internas, motivadas en alto grado por la composición clasista entonces del alumnado universitario, formado mayoritariamente por estudiantes procedentes de sectores privilegiados de la sociedad o de baja conciencia política N del A) ni más pregón que sus propias obras, insidiosamente desfiguradas por la reacción, el imperialismo y la izquierda marxista, en absurda coincidencia. Le faltó el apoyo activo del ejército que no supo incorporarlo políticamente a la lucha contra la restauración y la ingerencia. Fulgencio Batista desertaría prontamente de sus deberes. Mejor dicho: volvería a ser quien era. En la medida que el gobierno horadaba la tupida red de los intereses creados a la sombra ominosa de la república factorial se escurría furtivamente al campo enemigo para entregarse, con descaro inaudito, en las garras del Embajador Jefferson Caffery. Cundían los efebos ensordecidos y faltaban los conductores de talla. La mayoría de los dirigentes, a excepción de Guiteras, se manifestaron muy por debajo de las exigencias del instante. Grau San Martín a la vanguardia. (13)

Partes: 1, 2, 3
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