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Personalidad religiosa. Una aportación multidisciplinar desde la psiquiatría (página 2)

Enviado por Conrad Surribas


Partes: 1, 2, 3

En la tercera parte de su Crítica de la Razón Pura –posterior a Ensayo sobre las enfermedades de la cabeza(79)-, dedicada a la Dialéctica Trascendental, no admite las "entidades" no empíricas (como Dios o el alma substancial e inmortal) considerándolas una "ilusión metafísica". Sin embargo, las acepta como "principios regulativos" que obligan al conocimiento a un constante emerger sobre aspectos empíricos parciales, ampliando sus propios límites la experiencia científica(66).

Su actitud religiosa pietista -contraria a todo dogma – , y como teórico de la Ilustración influyó en los "conceptos" hegelianos.

Seminarista de la iglesia protestante de Wüttemberg y posteriormente eminente representante del Idealismo, Georg Wilhelm Friedrich Hegel, entendía que "el fin de la naturaleza es resurgir rejuvenecida, en forma de espíritu".

El "espíritu" llamado "subjetivo" lo contextualizó en tres áreas:

1) la Antropología (relacionada con la naturaleza y el temperamento),

2) la Fenomenología (relacionada con el sentimiento, la conciencia, la percepción, el entendimiento, y la razón) y

3) la Psicología (relacionada con la inteligencia, la voluntad y la moralidad).

La intuición vitalista de Nietzsche -antes que el Treponema pallidum diera lugar a la astrocitosis y mermara su producción intelectual- se aparta del "espíritu absoluto" hegeliano (en éste, el "espíritu subjetivo" se "objetiva" en creaciones que dan lugar al derecho, la moralidad y la "eticidad"; y se "autoconduce" en el arte, la religión y la filosofía(74)).

Amigo de Wagner, hasta que sus composiciones incluyeran -como en Parsifal– ideales cristiano-medievales, Friedrich Nietzsche mostró una actitud "dionisíaca" (una afirmación básica de la vida "ebria de su propia fuerza"). En "Anticristo" y "Ecce Homo" reflejó con vehemencia sus discrepancias con la figura del "crucificado", la "resurrección", y contempla el cristianismo como arma psicológica subversiva de Saulo contra una Roma que había destruido Jerusalén y el Templo(100).

Más allá (no en este caso "…del bien y del mal", otra de sus obras de culminación filosófica) de estas afirmaciones, existe en él una manera casi darwiniana de valorar la prolongación de la existencia(w46): El desarrollo de la vida en la integridad de sus fuerzas mediando la creación de un Übermensch (o "superhombre", o "suprahombre", o sujeto "sobrehumano" o "ultrahumano"), que mejora evolutivamente de si mismo, como el propio ser humano del Homo ergaster (TABLA I y I(b)).

Las corrientes idealistas y vitalistas, pero sobre todo el pensamiento kantiano(25), han influido en la elaboración de las modernas teorías de la personalidad que, en la actualidad, incluyen la Trascendencia como una dimensión a partir de la cual la Espiritualidad es una variable evaluable.

John B. Watson, espoleta de la "bomba behaviorista"(66), constituye un referente en el eslabón ético-psicológico. La simplificación del reflejo condicionado, después estudiado por Pavlov, a la formulación R=f(S) ("respuesta" función del "estímulo") fue ampliamente criticada por el fisiólogo ruso -que, en su juventud, había iniciado estudios de teología, abandonándolos por la medicina y la química– al prescindir de la conciencia y de las estructuras neurofisiológicas intermedias entre los procesos sensoriales aferentes y los motores eferentes(66).

El "neobehaviorismo" reintrodujo la actividad psíquica ("drive" o "motivo") como "variable intermedia" entre estímulos y respuestas(66).

La psicología culturalista, representada en Estados Unidos por Gordon Willard Allport(66), recoge de otros autores criterios axiológicos-culturales, estudios de la persona como un todo funcional, y las "tipologías" hombre económico, hombre estético, hombre político, hombre teorético y hombre religioso (según la consideración de sus productos culturales, y de los valores que orientan su vida). Todo ello culmina en su obra Personalidad, su configuración y desarrollo(2).

Con anterioridad a sus estudios de medicina, Claude Robert Cloninger cursó filosofía, antropología cultural y psicología(27).

Su reformulación de un inicial "modelo biosocial unificado de la personalidad"(22) incluye siete dimensiones para definirla. Cuatro corresponden al temperamento o la predisposición emocional congénita; y otras tres al carácter, vinculado al aprendizaje y a la socialización(23; 25).

La "Autotrascendencia", como dimensión de carácter, agrupa características de espiritualidad, misticismo, los pensamientos mágico y religioso, y la visión de uno mismo como parte del universo(116).

Tom Kirkwood, gerontólogo de la Universidad de Newcastle(85), describe una biología de la inmortalidad. Sus estudios concluyen que en la biblioteca del cerebro -que almacena cien billones de bits de información en una masa de 1400 gramos(120)- no existe ningún programa para morir.

El cuerpo no esta programado para morir, y el envejecimiento es una acumulación de daños en el ADN producidos por la acción de radicales libres del oxígeno.

Esta línea de investigación contempla la paradoja de que en el ser humano existen células madre -inmortales por que se transmiten de una generación a otra- y esta construido por átomos -eternos según los físicos(85)-. Entonces -la pregunta en una interlocución(85)- ¿qué muere cuando se muere?.

En los diálogos entre Stephen Hawking y Karol Wojtyla(w21) -y en el contexto de sus divergencias sobre la existencia de un Creador del Universo por parte del teólogo o su subsistencia en una quinta dimensión según el astrofísico(71)- se aborda implícitamente el Principio Fundamental. Como en el cuento persa que divulgó en una de sus múltiples narraciones epistolares Horatio Walpole, Los tres príncipes de Serendip, la ciencia -al igual que aquellos personajes- encuentra cosas a través de increíbles casualidades(146). En ocasiones no se alcanza el objetivo, pero en su busca el investigador se enriquece en conocimientos y experiencias (TABLA II,IIb): "…existe una trascendencia divina que escapa a todo concepto, pero la relación entre fe y ciencia puede comprender una alianza a favor de la profundidad, el esfuerzo, la autenticidad y la autocrítica"(140).

Esta "serendipia" encuentra sus equivalentes en el pensamiento hipocrático(86), y trayectos filosóficos inimaginables a partir de una supuesta traducción en plural de la palabra hebrea Elohim, del Antiguo Testamento, realizada por Voltaire(149); todo ello en una red contextual biológica que contempla a thánatos como la pérdida de cohesión de los átomos que componen el cuerpo humano(85).

Ciencia, trascendencia y autotrascendencia

Las obras de ciencia envejecen, cómo, por el proceso natural de la Ciencia, se entierran incorporadas en la labor de sus continuadores(31).

La referencia al epílogo de El origen de las especies -obra que influyó en las teorías vitalistas de la evolución hacia un superhombre– abre un paréntesis, por mantener conceptos básicos actuales, en esta aseveración; permitiéndose además el lenguaje científico la licencia de la belleza literaria:

"Es interesante contemplar un enmarañado ribazo cubierto de muchas plantas de varias clases, con aves que cantan en los arbustos, con diferentes insectos que revolotean y con gusanos que se arrastran entre la tierra húmeda, y reflexionar que estas formas, Primorosamente construidas, tan diferentes entre sí, y que dependen mutuamente de modos tan complejos, han sido producidas por leyes que obran a nuestro alrededor. Estas leyes, tomadas en un sentido más amplio, son: la de crecimiento con reproducción; la de herencia, que casi está implícita en la reproducción; la de variación por la acción directa e indirecta de las condiciones de vida y por el uso y desuso; una razón del aumento, tan elevada, tan grande, que conduce a una lucha por la vida, y como consecuencia, a la selección natural, que determina la divergencia de caracteres y la extinción de las formas menos perfeccionadas. Así, la cosa más elevada que somos capaces de concebir, o sea, la producción de los animales superiores, resulta directamente de la guerra de la naturaleza, del hambre y de la muerte. Hay grandiosidad en esta concepción de que la vida, con sus diferentes fuerzas, ha sido alentada por el Creador en un corto número de formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado, a partir de un principio tan sencillo, infinidad de formas las más bellas y maravillosas"(43).

La mayúscula en "…(las formas) Primorosamente construidas…" , y el criterio "alentada por el Creador en un corto número de formas o en una sola" no se aleja mucho del debate -más conciliador- de Hawking en esta ocasión con Ratzinger(w24).

Coinciden, en las divergencias sobre su origen, en un Universo finito frente a la Teoría del Estado Estacionario que planteaba un Cosmos infinito en el tiempo. Ver en este campo las aportaciones -en una revisión histórica- del sacerdote y astrofísico belga Georges Lemaitre(47).

Según Ratzinger, "el mundo ha llegado de la nada al ser, por tanto ha tenido que ser creado por el primer Ser que es tal por esencia. Pero la fundación del cosmos y su desarrollo, según el deseo providencial del Creador, no excluye la evidencia de las ciencias empíricas en el comienzo de la historia del mundo y la vida".

Como se ha mencionado anteriormente, transcribiendo a Cloninger, una de las tres dimensiones que definen el carácter, la Trascendencia, evalúa la visión de la persona de este mundo y lo que le rodea. Esta percepción cosmológica -de interés tanto por parte de la teología como de la ciencia experimental- se hace Autotrascendente en la inclusión de variables como la conciencia y el significado de lo que está más allá de uno mismo, como la espiritualidad(26).

Algunos autores se refieren a ella como esta dimensión de la personalidad que habita y se desarrolla en lo más íntimo, y se integra con los valores culturales en un sistema de creencias, símbolos, visión del mundo y sentido de la vida personal(w26).

La Teoría de los Esquemas (TABLA IIb) vincula individuo y cultura(18). Se desarrolla un esquema cuando un conjunto de experiencias vinculadas forman una red de asociaciones mentales sólidas. Las cogniciones y las emociones evolucionan juntas como parte de la formación de los esquemas. Las experiencias, los sentimientos individuales y la atribución de significados dan lugar a las diferencias en los esquemas personales dentro de la misma cultura, a la personalidad, a la visión del mundo, a la cosmovisión. En esta cognición integrativa se desarrollan, entre otras, las nociones de perdurabilidad(57).

Las revisiones multidisciplinares dan a entender que las vivencias que conforman la espiritualidad se relacionan a fenómenos de comunión con percepciones, imágenes y símbolos que representan relaciones de conexión entre uno mismo y determinados objetos y sucesos del mundo y el universo(w26).

En esta simbología -desarrollada en una cosmovisión paleocristiana- Clemente, obispo de Roma a mediados de los años noventa del siglo I(150), introduce dos elementos inherentes a la resurrección(21) : el martirologio (mártires que "recibieron una noble recompensa (…) el don de la vida en inmortalidad"), y la recuperación conceptual del Fénix (legendaria ave que resucita tras morir cada 500 años(108)).

En Salmos 92 se refiere "el justo florecerá como una palmera". La palabra equivalente a palmera en griego es Phoenix (fénix). La imaginología y simbología paleocristiana identifica a los santos que han fallecido en martirio portando una rama de palmera, que proclama su resurrección en una época venidera ya iniciada.

Las concepciones sobre la espiritualidad quedan resumidas en su Definición Operativa(w26) (TABLA III), y en los cinco componentes de la Inteligencia Espiritual(53):

1- capacidad de trascendencia,

2- capacidad de experimentar estados elevados de conciencia,

3- capacidad de influir en las actividades cotidianas y relacionarlas con un sentido de lo sagrado,

4- posibilidad de utilizar recursos espirituales para resolver problemas de la vida, y

5- posibilidad de comportamientos virtuosos.

Criterios correlacionables con la Ciencia del Bienestar(26).

En este contexto, la dimensión Autotrascendencia es la más asociada a los conceptos de espiritualidad(w26), y se compone de tres áreas o escalas (TABLA IV) :

el Autoabandono,

la Identificación Transpersonal, y

la Aceptación Espiritual (que incluye -entre otras experiencias- las religiosas, las relaciones intuitivas de sexto sentido y mágicas, y la noción de inmortalidad).

Algunos estudios(78) refieren que el gran misterio de la neurociencia es que la conciencia humana no se puede explicar o reducir a procesos de carácter material(40). La autoconciencia incluye el conocimiento de los aspectos físicos, mentales y espirituales del ser humano(26), que permite llegar a la Contemplación -definida como la percepción preverbal que establece el marco general sobre el que se estructuran las interpretaciones de los acontecimientos (24)-.

A partir de estas interpretaciones se conjetura sobre la existencia de distintos modos espirituales en diferentes tipos de personalidad(w26), contextualizando la definición de ser humano como ser espiritual que ora o medita más que -por ejemplo- mantiene relaciones sexuales(25).

Actividad cerebral y nuevos conceptos: la neuroteología (de hades a persinger)

La producción literaria de Catalina de Siena (considerada una de las Doctoras de la Iglesia junto a Teresa de Jesús y Teresa de Lisieux(117)) fue dictada en buena parte "fuera de los sentidos", es decir, estando en "arrobamientos" o en "éxtasis"(121).

Es principio de la Teología no acudir a lo sobre natural cuando se puede encontrar una explicación natural(98).

La definición de "éxtasis", a partir se esta premisa, se ciñe a "un estado del alma caracterizado interiormente por una unión con Dios tan íntima y fuerte mediante la contemplación, que causa la suspensión más o menos acusada de la actividad fisiológica y percepción por parte de los sentidos"(121).

Hades gobernaba el inframundo de la mitología griega.

Reinaba sobre los muertos tras vencer -junto a Zeus y Poseidón- la Titanomaquia, contencioso bélico divino contra sus padres Cronos y Rea(118). Recibió de los Cíclopes su arma de guerra, un casco que le hacía invisible.

Sólo en una ocasión Hades se mostró clemente: al escuchar -portando su casco- la arrebatadora música de Orfeo y permitir que su esposa Eurídice regresara al mundo de los vivos(118).

No sólo los relatos míticos son capaces de elaborar un artefacto capaz de estimular, en aquella ocasión, la parte superior del lóbulo temporal. Existen varios estudios que relacionan la activación de determinadas áreas del cerebro con experiencias místicas que coinciden con la definición de éxtasis en un estado de contemplación.

La bibliografía legendaria aporta el caso de Hades, y la neurobiología actual implica los lóbulos parietal y temporal en alteraciones perceptivas místicas mediante los experimentos del llamado "casco de Dios"(105).

El perfil de la experiencia mística -revisar el óleo de Castelló Amat (s. XIX) Santa Catalina de Siena en éxtasis coronada con espinos y recibiendo los estigmas de Cristo crucificado- se define por(w35):

1. Sensación de unidad con todo lo existente.

2. Pérdida del Yo y el mundo, es decir, del sujeto y el objeto.

3. Pérdida del sentido del tiempo y del espacio.

4. Pérdida del sentido de la causalidad.

5. Sensación de alegría, bienaventuranza y paz.

6. Sensación de estar en contacto con lo sagrado.

7. Sensación de objetividad y realidad profundas.

8. Superación del dualismo y las contradicciones.

9. Inefabilidad.

10. Transitoriedad.

11. Cambios positivos y persistentes en la conducta.

12. Cualidad noética, es decir, intuiciones profundas.

13. Sensación de elevación y flotar en el aire -también se encuentran aproximaciones en este sentido en el misticismo hindú(133)-.

14. Referencias a luces brillantes y cegadoras.

Esta Union Mystica(w18) es motivo de estudio por parte de la Neuroteología (también llamada Bioteología, Neuroteología Espiritual o Neurociencia Espiritual (w4)), entendida como un campo de investigación que explora las bases neuronales de las experiencias espirituales(41).

Estudios realizados en las décadas 50 y 60 correlacionaban, mediante electroencefalografía, perfiles de onda con estados espirituales(w4).

En 1831 Faraday demostró que las corrientes eléctricas pueden ser transformadas en campos magnéticos(126).

Contextualizada la base histórica, en los años 80 el investigador canadiense Michael Persinger -tras observar que muchos pacientes afectos de epilepsia del lóbulo temporal presentaban con frecuencia experiencias o alucinaciones religiosas- ideó un curioso prototipo basado en equipar a un casco de motocicleta un dispositivo capaz de generar campos magnéticos, de intensidad débil, en los lóbulos temporales de 900 sujetos investigados en un ambiente de cero estímulos(w17).

Los resultados obtenidos apuntaban que un 80% de ellos habían experimentado una "presencia", y concluía que con la Estimulación Magnética Transcraneal se producían experiencias religiosas por su actividad en la neurotransmisión cerebral.

Las distintas personas estudiadas nombraban esta "presencia sentida" según se les hubiera enseñado en su cultura: Jesús o Mahoma(w16), Manitú(w7), o -con reminiscencias filogenéticas en la divinización de potenciales desconocidos- Bosón de Higgs(w31).

Se abría la posibilidad se localizar un Godspot, la zona cerebral donde se vivencian las experiencias místicas.

En este sentido, algunos autores refieren que la ciencia sigue los pasos de los filósofos y de los místicos para concluir que Dios es una experiencia interna, no un fenómeno externo a la persona(w7). Ver las referencias de Agustín de Hipona ("El Reino de Dios está dentro de ti. No lo busques fuera"(124)), los arrobamientos de San Antonio Ermitaño producidos por la privación de referencias sensoriales en sus retiros ascéticos, en los que dormía en un sepulcro vacío(w5), la existencia rica en experiencias místicas de la cartuja francesa Margarita de Oingt(112) subrayando en sus descripciones los límites de la mente al querer aferrarlas, o las apariciones marianas donde en una atmósfera sobrenatural (…) parecía que por un tiempo bastante largo estábamos privados de nuestros sentidos corporales (…), y sentimos una gran paz y alegría que dejaban el alma completamente sumergida en Dios (…) y nos agotaba físicamente (…) Nuestra Señora abrió las manos y nos comunicó el reflejo de una luz inmensa en las que nos veíamos como sumergidos en Dios(52).

Estudios, también canadienses -Beauregard y col(w43)-, refieren la implicación de diversas zonas cerebrales en la Union Mystica.

Se analizó una muestra de 15 mojas Carmelitas Descalzas de práctica religiosa en régimen de estricta clausura.

Según el médico manresano beatificado en 2004 Pere Tarrés, y otros místicos Dios no se muestra según la voluntad de los hombres(w16; 106; d1). La sensación de éxtasis sólo ocurre una o dos veces en la vida(9) a personas "entrenadas" en la oración o meditación, lo que dificultó la metodología del estudio.

Se utilizaron técnicas de Resonancia Magnética Funcional en tres estados mentales diferentes: en dos de ellos, las monjas estudiadas debían -con los ojos cerrados- recordar una experiencia vital intensa; en un tercero, revivir una sensación de Union Mystica que hubieran tenido anteriormente.

Una vez registrada la actividad cerebral, los patrones místicos fueron más intensos que el recuerdo social. El estudio se detalló en las distintas áreas neurológicas activas:

núcleo caudado (relacionado con el aprendizaje, la memoria o el enamoramiento), de donde podría provenir la sensación de amor incondicional a la que aluden los místicos;

la ínsula (vinculada a las emociones y a los sentimientos), referencia a las emociones agradables que suelen asociarse a los arrobamientos;

y el lóbulo parietal (relacionado con la conciencia espacial) que da lugar a la sensación de unidad con todo lo existente. La disminución progresiva de la actividad de su sección postero-superior y ciertas partes de la sección parieto-inferior en el hemisferio izquierdo (lado dominante) induce concretamente la sensación típica en la experiencia religiosa, de fusión del yo con el Eterno y la profunda conexión entre los diversos elementos de la relidad(9; w13).

Las imágenes obtenidas mediante SPECT, por investigadores de la Universidad de Pennsylvania, de cerebros de monjas Franciscanas de vida contemplativa – también de 8 monjes budistas en meditación zen(w43; w13)- en estados de Union Mystica, reportan un aumento de la actividad prefrontal y dorsolateral, junto a su descenso en el área de orientación del lóbulo parietal (zona que procesa la información sobre la orientación auto/alopsíquica(41; 42). Lo que se relaciona con:

a) pérdida durante la meditación profunda u oración del sentido del propio yo individual, que establece la frontera entre el sujeto y todo lo demás, con un sentimiento de integración en una totalidad única trascendente(w18);

b) sensación de alteración del esquema corporal(w16); y

c) descripciones como "fundirse en un océano infinito" o la insignificancia de la persona, o la unión con Dios(41; 42).

También se ha inferido, además de lo expuesto, la mayor involucración del lóbulo temporal medio-derecho y una práctica ausencia de la actividad en el córtex prefrontal dorso lateral contrastando con el fuerte registro órbito-frontal, criterio del sentido emocionalmente placentero de la experiencia mística(9).

Un equipo de la Universidad italiana de Udina propone, en un reciente estudio, también la corteza parietal como una de las bases anatómicas de la espiritualidad y la auto trascendencia(144).

Mediante un estudio con 88 pacientes afectos de neoplasia cerebral (tipo glioma y meningioma), se han evaluando criterios de trascendencia (creencia en un poder superior, sentirse conectado espiritualmente con otras personas o con la Naturaleza, creencia en la percepción extrasensorial, los milagros y fenómenos metafísicos) antes y después de ser intervenidos para exéresis de su tumor.

Posteriormente, a los 3 y 7 días respectivamente, se repitió la medición. Los pacientes diagnosticados de glioma situado en la parte posterior encefálica -incluidos el lóbulo parietal inferior, el córtex temporal y la circunvalación angular derecha- obtuvieron una metría más alta en autotrascendencia que los pacientes afectados en la zona frontal.

Tras la neurocirugía, la diferencia en puntuación entre los dos grupos aumentaba. Quienes perdían, por lesión quirúrgica, zonas pertenecientes al córtex parietal inferior mostraban una puntuación más alta.

En los pacientes afectos de meningioma no se observó ningún cambio en las escalas de autotrascendencia.

En otras patologías orgánicas también se han estudiado procesos de hiperreligiosidad. Como en el llamado derrame cerebral místico(w42), por afectación masiva del hemisferio izquierdo y mantenimiento de la actividad del derecho.

Distintas actividades biológicas sobre la red neuronal pueden dar lugar a experiencias místicas.

Según Agustín de Hipona el que canta bien, ora dos veces. Además de un vehículo para hablar con Dios(w48), existen referencias sobre la producción de ondas alfa cerebrales -características de la vigilia tranquila con ojos cerrados y escasa actividad mental(134), una actitud orante- del canto gregoriano o en la repetición en estados elevados de meditación de la sílaba "Om"(133).

También la actuación de diversas sustancias:

a) dopaminérgicas relacionadas con el pensamiento mágico(w9) (que conjuntamente con las áreas prefrontales colaborarían en un modelo general de funcionamiento posterior/categorial, anterior/dimensional(w10)),

b) serotoninérgicas, y

c) de ambas frente a:

-sustancias alucinógenas(w38) tipo LSD, mezcalina o ayahuasca (enteógenos utilizados en rituales religiosos(w3)), y

– las nuevas i-dosing/drogas auditivas(w23), inciden en la neurotransmisión, dando lugar a experiencias espirituales y de autotrascendencia.

En los trabajos revisados, existe un consenso general en que las personas que han reportado experiencias ligadas al contacto íntimo con una divinidad muestran un mayor tamaño de las regiones cerebrales relacionadas con la empatía, la comunicación simbólica y la regulación emocional(w17).

Los resultados de Persinger han sido cuestionados por diversos equipos. Investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), además de realizar una crítica metodológica, inciden en que las experiencias espirituales se correlacionaban con el nivel de sugestión de los sujetos estudiados según los resultados de las pruebas psicométricas de personalidad practicadas: podrían anticipar los supuestos efectos de la TSM. La probabilidad de experimentar un fenómeno místico es valorada en función de la tendencia newage o abierta a asumirlos.

Las conclusiones aportadas hacen referencia "a que a Dios no se llega" sólo mediante la estimulación del cerebro en la corteza temporal. Existen otras áreas (cortex prefrontal), y factores motivacionales, cognitivos y la personalidad del sujeto, también relacionadas(w28).

Otros autores(w13) refieren que la experiencia espaciotemporal de profunda unidad cósmica de la meditación consistiría en una interacción funcional parieto-frontal caracterizado por:

a- un incremento en la actividad del córtex prefrontal dorso lateral izquierdo,

b- junto con el decrecimiento en el córtex parietal posterior superior izquierdo,

c- todo ello con cambios decrecientes funcionales en el lóbulo temporal lateral derecho y en el lóbulo temporal inferior izquierdo.

Esta línea de investigación sugiere -alejándose del concepto "punto Dios"- una amplia red temporo-parieto-frontal como sustrato de las creencias sobrenaturales (w6), en un balance interhemisférico(w13).

Además de las teorías del genetista Dean Hamer(w43) sobre un "gen Dios" en nuestro ADN -variante del gen V-MAT2 en el cromosoma 10- relacionado con un mayor grado de espiritualidad, se encuentra la Ciencia Cognitiva de la Religión(35). Engloba la neurociencia, la genética y la biología evolucionista, y sugiere que no existe un Gen Dios sino unos pocos genes impresos (con unos de sus alelos silenciados, funcionalmente haploides) que predisponen a la religiosidad -o a ser "descreídos"(w1)-.

Otros criterios genetistas apuntan a un sentimiento religioso determinado

biológicamente(w33) y prescrito genéticamente. La presencia de un endofenotipo(w33) definido como un nuevo constructo a medio camino entre el fenotipo y el genotipo; un mediador entre lo innato y lo adquirido(23); o un marcador biológico que permite incluir aspectos fenotípicos, rasgos o características observables, con una base genética asociada(125) se ha relacionado con la religiosidad.

También se ha descrito una variabilidad en cuanto ella como rasgo de carácter a través de estudios de concordancia entre gemelos monocigóticos(w1), llegándose a detectar más de 12 genes relacionados de las siguientes familias(w1):

a) genes de proteinas G de membrana,

b) genes de receptores de la vasopresina,

c) genes de diversas familias de receptores de la serotonina,

d) genes de la familia de los adrenoceptores.

"Punto Dios", "Gen Dios", "La fe está en tus genes", "Sinapsis de la espiritualidad", "Dios esta en la sinapsis". Algunas referencias bibliográficas indican que las pruebas psicometrías de Cloninger miden una "vaga sensibilidad newage (del ecologismo a la magia)", y no la religiosidad ni la creencia en una divinidad(w25). Incluso físicos cuánticos exponen sus opiniones sobre un "Punto Dios" en el lóbulo temporal(15).

La evidencia de un debate multidisciplinar propone la fórmula interrogativa a la aseveración de algunos autores(w33): ¿Dios vive entre neuronas o en la conciencia humana?.

A partir de una Neuroteología que estudia la neurología del sentimiento religioso y de la espiritualidad, los resultados de las investigaciones no son concluyentes.

La estimulación física por si sola no es suficiente para generar experiencias trascendentes en una red neuronal distribuida por todo el cerebro -lo que aleja, de manera ya referida, el criterio de la existencia de un Godspot-, y en un contexto de religiosidad a la que se puede acceder desde distintas constelaciones genéticas relacionadas con la socialización.

Las posiciones conceptuales expuestas se resumen en la siguiente secuencia. Para Persinger Dios es una cierta actividad eléctrica en las neuronas. Ramachandran(w39), de la Universidad de California, considera el lóbulo temporal el centro de contacto con Dios o de la experiencia de unirse al cosmos, y al Eterno como un fenómeno neurofisiológico. Y para Azari(w2), especialista en neurociencia cognitiva y psicología de la religión, el solo estudio mediante neuroimágenes de las experiencias religiosas no explica la religión en sí misma, poniendo en duda el origen evolutivo de la religión a partir de las bases neuronales de la experiencia religiosa.

En "La doctrina del puente"(98), no muy distante de "Las cinco relaciones con Dios" del hinduismo(127; TABLA V), Catalina de Siena -cuyos ayunos místicos se han relacionado con descripciones clínicas de anorexia nerviosa(10)-, da a conocer su versión de la resurrección en una Union Mystica.

El Dios Eterno le habla: (…) quiero decirte como está hecho este puente (…) , va del cielo a la tierra (…) por la unión que Dios ha realizado con el hombre (…). Este puente tiene tres escalones (…) de los cuales dos fueron hechos sobre el madero de la cruz. En el tercero sentí la gran amargura al darme a beber hiel y vinagre.

En estos tres peldaños reconocerás los tres estados del alma (…). El primer escalón son los pies, que significa el afecto. Como los pies soportan el cuerpo, así el afecto soporta al alma. Los pies sujetos constituyen el peldaño para llegar al costado, donde se manifiesta el secreto del corazón (…), poniendo los ojos de la inteligencia en el corazón de mi Hijo (…). Subido el segundo peldaño, se pasa al tercero (…), la boca donde se halla la paz (…) tras mantener la gran guerra por los pecados del hombre (…).

El corazón del hombre (…) es atraído con todas las potencias de su alma: la memoria, el entendimiento y la voluntad.

En "Oraciones y soliloquios"(121) expone la dimensión caracterial trascendente del ladrón -o seguidor anónimo(15)- que, crucificado junto a Él, se confesó frente a las dudas de los apóstoles.

"Pedro le había negado".

Psicología religiosa, simbología y vínculo

La hipótesis histórica en la que Fowler consideraba el cerebro como una agregación de 27 órganos -correspondiendo a cada uno de ellos diversas facultades intelectivas o emocionales(55)- fue considerada ya en su tiempo, aunque tuvo sus seguidores en la comunidad científica, una pseudo ciencia como la astrología o la quiromancia. Como curiosidad, la Frenología también localizaba en la zona parietal el órgano 26 de la religión, relacionado con los sentimientos morales y religiosos, la espiritualidad y la fe(61).

Con las referencias de:

-la Meditación u Oración,

-el Éxtasis Divino, y

-los procesos agentivo sociales-emocionales en un contacto más o menos explícito con un agente sobrenatural(w13), -Catalina de Siena, también San Juan de la Cruz(133)-, una perspectiva psicológica de la religiosidad como rasgo de carácter(w1) queda definida por los siguientes elementos:

1) Creencia (fe),

2) esperanza,

3) rituales de sumisión,

4) compasión,

5) congregación,

6) devoción ritualística, y

7) experiencias místicas (también llamadas "experiencias pico").

Además se le asignan las funciones de:

a) suministrar ilusiones (no delirios) de origen cósmico,

b) disminuir la incertidumbre y dar un sentido a la vida,

c) disminuir el sufrimiento (efecto placebo),

d) aminorar el miedo a la muerte,

e) aumentar la cohesión social y la obediencia a la autoridad,

f) aumentar la moralidad y las virtudes sociales, y

g) aumentar los sentimientos de placer interno e incluso de éxtasis(w1).

En la creencia sobrenatural, componente fundamental en la religión, algunos autores contemplan una actividad desde las regiones posteriores (córtex parietal, temporal) hacia las anteriores (córtex prefrontal). Es decir, desde áreas dedicadas a criterios de conceptualización hacia las dedicadas a la cognición social y a la regulación emocional(w9). Corroborando un derivado combinado del procesamiento visuoespacial y de sistemas dedicados a la interacción social(8).

En el capítulo dedicado a la vinculación entre ciencia y trascendencia se ha definido la tercera etapa de la autoconciencia -tras, en un continuo progresivo, la búsqueda inmediata de la gratificación, la capacidad de retrasarla aunque con frecuentes emociones negativas, y la meta cognición o etapa de madurez y de consideración hacia los demás– como contemplación o también llamada "fase conmovedora"(26). En ella, criterio ya descrito, se infiere que la persona adquiere conciencia hacia los sentimientos prevervales profundos (esperanza, compasión y veneración), muy relacionados con los elementos religiosos detallados como rasgo de carácter, y acerca la "Etapa del Bienestar" y los conceptos de Cloninger a una metafísica que incluye la religiosidad -adición discutida por algunos autores más a favor a su relación a contenidos newage -, difícil de asumir de una manera estable en las sociedades actuales con fuertes impactos de contenidos materialistas y antiespirituales(26).

El marco de la Psicología de la Religión -definida como una especialidad de la psicología cuyo objeto de estudio es la dimensión psicológica del hecho o fenómeno religioso, tal y como aparece a través de los recursos metodológicos adecuados(147)-, y asumida como una psicología aplicada(145), incluye el estudio de la persona creyente, atea, agnóstica y a la indiferente(5).

Una persona es religiosa cuando se relaciona con el Misterio(w22). Nomenclatura que globaliza el concepto de Dios a todas las tradiciones religiosas, incluidas aquellas que carecen de un nombre o una figura para designarlo o existe el vacío de toda representación.

El Misterio se caracteriza por su superioridad absoluta, su completa trascendencia y su condición de realidad que afecta íntima, total y definitivamente al sujeto(w22).

Las manifestaciones del Misterio son las llamadas Hierofanías(95), es decir, la toma de conciencia de lo sagrado cuando se manifiesta a través de los objetos de nuestro cosmos habitual como algo completamente opuesto al mundo profano. Se representan habitualmente en forma de constelaciones o conjunto de realidades mutuamente relacionadas (TABLA VI)(w22).

A partir de ellas -y mediante el proceso de "transignificación"- se configura el Símbolo, y las acciones simbólicas dan lugar a los Ritos.

De esta manera, las Hierofanías se constituyen en la proyección -mediante los símbolos religiosos y sus ritos- al mundo exterior de una realidad vivida por el individuo absolutamente trascendente.

Algunos autores sobre "el hecho religioso en la historia de la humanidad"(w22) refieren que los ritos de iniciación religiosa permiten un cambio ontológico de las formas estructuradas de la existencia.

En unas conceptualizaciones que actualizan los criterios sobre la resurrección del cuerpo vs. corruptibilidad de la carne propuestos por Saulo, el sujeto religioso muere a una forma de vida para asumir su convicción de acceder al ámbito de lo sagrado. En estos criterios, en cierto modo tanáticos, la fractura de su cotidianeidad "resucita" para comenzar a ser de una forma enteramente nueva.

El Vínculo a las creencias -entendido como toda relación profunda, cargada de afecto, libre y permanentemente aceptada desde el interior de la persona y que la afecta por entero(w30)- contextualizándolo en el hombre religioso, permite participar al sujeto en un mundo material, espiritual (ideas y valores) y también sobrenatural (Ser Absoluto)(84), estableciendo con ellos relaciones que van configurando su personalidad.

Esta relación con el ser humano depende del tipo de vínculo que tenga con Dios… y del tipo de Dios con el que la persona se vincula(131).

Números (Núm)

Este libro de la Biblia -cuarto del Pentateuco, "Torá" en la tradición hebrea-, en su traducción griega, describe el censo del pueblo de Israel en el desierto del Sinaí (Presentación La Sagrada Biblia(87)):

"Este es el total registrado por Moisés, Aarón y los doce jefes de Israel, uno por cada tribu. Según este censo, hecho por familias, todos los israelitas de veinte años para arriba aptos para la guerra resultaron ser 603.550 hombres. Los levitas no fueron registrados con los demás".

Núm, 44-47

Como los levitas tienen funciones cultuales, que les distinguen de los demás, no son censados con el resto de la comunidad. Por tanto en el campamento como en la marcha ocuparán una posición especial. La disposición se hace con criterios teológicos y litúrgicos, más que militares. El centro del campamento lo ocupa la tienda de la presencia,

"… de la alianza…"

Núm, 50

En torno a ella, en primer plano, se colocan los levitas. En segundo plano, formando un cuadrilátero, se asigna un puesto a cada una de las tribus. La imagen que ofrece el conjunto es la de una comunidad cultual, apiñada a su Dios, presente en la tienda(87).

En el Libro de Daniel (capítulo 1º, versículos 1,3,5,8,10,11,12,,13,14 y 15) aparece una experiencia que, en esencia, reproduce un instrumento del análisis epidemiológico: el estudio que en nuestros días llamamos "de casos y testimonios" (83); mostrando, a la vez, la capacidad gestora de los hebreos y la antigüedad en la historia de la humanidad en recurrir a las demostraciones experimentales(132).

Tres cosas podéis hacer (…): defender el Arca de la Alianza contra vuestros enemigos, unir las doce tribus para ser más fuertes, y entender que haya regresado a Egipto (…) como me ha señalado el Señor, nuestro Elohim i todos los Elohim son Uno(15).

Pitágoras, los pitagóricos y su "Uno", que era una "teoría del todo" puramente abstracta y numérica, son ejemplo de que la historia de la matemática tiene casos sobresalientes de individuos que han buscado o creído encontrar algún propósito trascendental o ente sobrenatural en una explicación matemática total del Universo(w10).

Gog es un personaje que toma su nombre del símbolo apocalíptico del poder enemigo (Ap 20,8). En el diálogo con su propio creador -Giovanni Papini(103)-, durante su ingreso en un manicomio particular, se propone escoger religión. Descarta el cristianismo ya que teniendo la inclinación de gozar de la crueldad le

invita a llorar el martirio de un Ajusticiado. Su particular "Avenida de los Dioses" (una galería en la que compiten en sus bondades -defendidas por sacerdotes auténticos traídos del país de origenreligiones de todo el mundo) se asemeja a la Teoría "Top-Down" sobre el aumento de la religiosidad en EE.UU. en relación a su descenso en Europa.

Según ésta, la competencia entre diferentes denominaciones religiosas en un mismo contexto favorece la vitalidad de la adscripción y práctica religiosa(w8).

En España, el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), indica que el 75% de los encuestados -de una muestra de 2.500 entrevistas realizadas entre el 2 y 11 de marzo de 2010- se define como católico(w44).

En este grupo de religiosos católicos se infieren determinados clusters caracteriales en el desarrollo de sus creencias sobre la existencia de lo sobrenatural (TABLA VII). De ello se desprende una pluralidad conceptual e idearia sobre la vivencia del catolicismo descrita por Blasco y Elzo (2004) en los estudios de la Fundación Santa María -recogidos en el artículo Religión y juventud. Aportaciones desde la psicología(143)-.

Diferencias nada insólitas si se advierte -en un balance histórico-, que la propia compresión de la figura de Jesús también tiene matices distintivos según se estudian grupos cultuales en determinados contextos de socialización, e implicación socio-emocional, pertenecientes a las primeras comunidades: Judeocristianas de la diáspora, pagano cristianas, y cristianas pagano helenistas pospaulinas(15).

El tipo de relación MisterioDios-Hombre estudiado según el "Racionamiento religioso" de Fritz Oser y Olga Bejano(143) (TABLA VIII) -describe un arco en la interpretación del catolicismo desde el pensamiento mágico, pasando por el deísmo (Dios puede existir pero no actúa en el mundo, se asume a un Jesús histórico y su mensaje)-, a la aceptación de lo sobrenatural con las limitaciones implícitas de la red neuronal para comprender el fenómeno.

En 1969 se publicó una extensa encuesta(67) en la que se proponía como medida de investigación ocho preguntas. Las siete primeras eran generales para todos los encuestados. La octava era individualizada, según la profesión o circunstancias personales del destinatario (TABLA IX).

El autor hace una recreación sobre las respuestas a las que compara con la silueta de una cruz:

El palo vertical serían los creyentes. El palo horizontal, los agnósticos y los dubitativos. Los ateos podrían estar representados por la "hora nona", ese momento en que, coincidiendo con la expiración de Cristo –y con el sacrificio de los corderos en el Templo(15)- "obscureciose el sol y el velo del Templo se rasgó por medio".

El trabajo, aunque de estructura periodística, pretendía una vinculación entre "creencia" y "conducta", cercana aún la clausura de la última sesión del Concilio Vaticano II en 1965.

En estos ámbitos, los trabajos de Cloninger sobre la espiritualidad en la Ciencia del Bienestar abren la posibilidad de medición del grado de religiosidad o, en general, una tendencia new age –metafísica- de la personalidad.

En criterios teológicos la resurrección es el punto decisivo en toda investigación sobre la figura de Jesús y el cristianismo.

Trascribiendo a Ratzinger(114), que Jesús "sólo haya existido" o que, en cambio, "exista" también ahora depende de la resurrección. En el "si" o el "no" a esta cuestión no está en juego un acontecimiento más entre otros, sino la figura de Jesús como tal.

Objetivos de Números:

Relacionar la variable Trascendencia -definida en la reformulación de la Teoría Biosocial Unificada de la Personalidad, según el modelo de Cloninger(23)- con Religiosidad.

Hipótesis:

Primer Estudio.

01. Existen diferencias significativas entre las variables Trascendencia y Edad.

02. Existen diferencias significativas entre las variables Trascendencia y Sexo.

Segundo Estudio.

01. Existe una relación significativa entre Trascendencia y "Creer en Dios".

02. Existe una relación significativa entre Trascendencia y "Creer que algo del ser humano sobrevive a la muerte corporal".

03. Existe una relación significativa entre Trascendencia y "Creer en la resurrección corporal después de la muerte física".

MÉTODO:

Participantes:

Se incluyeron en el estudio una muestra de 23 sujetos, atendidos por el mismo psiquiatra, procedentes del Servicio de Psiquiatría, Psicología y Medicina Psicosomática de USP Institut Universitari Dexeus de Barcelona, a los que en su proceso de evaluación diagnóstica se les aplicó:

1) El Cuestionario de Temperamento y Carácter de Cloninger, versión revisada.

2)Una adaptación de la Encuesta Gironella para la vinculación creencia y conducta.

De la muestra (n=23), 13 eran hombres (56%) y 10 mujeres (43,5%) de edades comprendidas entre los 16 y los 42 años, con una media de 26,8 (s´d.e.=1,18).

Instrumentos:

La variable trascendencia se midió a través del Temperamental and Character Inventory Revised (TCI-R) de Cloninger, versión española revisada(70). Consta de 206 ítems en una escala de Likert de 5 puntos que evalúan 7 escalas:

.TEMPERAMENTO: 1) Búsqueda de Novedad

2) Evitación del Riesgo

3) Dependencia de la Recompensa

4) Persistencia.

.CARÁCTER: 5) Autodirección

6) Cooperación

7) Trascendencia

La variable religiosidad se midió a través de la adaptación de la Encuesta Gironella (1969). Consta de 3 ítems:

1) "¿Cree usted en Dios?"

2) "¿Cree usted que hay en nosotros algo que sobrevive a la muerte corporal?"

3) "¿Cree usted en la resurrección corporal después de la muerte física?".

Las variables dependientes fueron: Trascendencia y Religiosidad. Las independientes: Sexo y Edad.

Procedimiento:

En el contexto de la valoración clínica de los pacientes, y con su consentimiento, se les aplicó el cuestionario de personalidad y contestaron las preguntas de la encuesta referidas a religiosidad.

Para cada sujeto se registraron, además, las variables: edad y sexo.

La administración de la batería de los instrumentos fue individual.

Análisis estadístico:

El diseño del estudio fue de carácter observacional, transversal.

Los datos correspondientes a los resultados del test de personalidad, y la respuesta a las preguntas referidas a religiosidad fueron tratados con el paquete de análisis estadístico SPSS (V 19.0).

Inicialmente se procedió a la descripción de las variables. Para las categóricas se facilitó el porcentaje y el número de casos; para las cuantitativas, el valor promedio con su desviación típica.

Para el estudio de posibles relaciones se empleó un test de "t" cuando la variable independiente fuera categórica con dos valores, facilitando el valor promedio con su desviación para cada uno de los grupos; para cuando la variable fuera cuantitativa se calculó el coeficiente de correlación lineal de Pearson.

En todos los casos el nivel de significación fue el usual: 5% (a=0,05), aproximación bilateral.

Resultados:

PRIMER ESTUDIO:

La relación entre las variables antropomórficas y la variable trascendencia indicó que el sexo femenino era más trascendente que el masculino, y que a más edad menor trascendencia.

La relación estadísticamente significativa entre estas variables era la que se daba entre edad-trascendencia, siendo la p<0,05. En cambio, aunque la diferencia entre hombres y mujeres era relevante clínicamente, también podría ser explicada por el azar -ya que en este caso la p no era inferior a 0,05-.

SEGUNDO ESTUDIO:

La relación entre "trascendencia" y las tres variables que se referían a religiosidad indicó que los sujetos más trascendentes no tenían por qué creer más en Dios . En cambio la relación era estadísticamente significativa (p<0,05) entre "trascendencia" y la respuesta afirmativa a la pregunta "¿Cree usted que hay en nosotros algo que sobrevive a la muerte corporal?".

También existían diferencias estadísticamente significativas entre "trascendencia" y "resurrección", los sujetos más trascendentes creían más en la resurrección.

Conclusiones. Nicodemo y el legado de José de Arimatea

Padre, Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen

(Lc, 23-24)

De cierto te digo hoy: estarás conmigo en el paraíso

(Lc, 23-43)

Mujer, ahí tienes a tu hijo… Juan, ahí tienes a tu madre

(Jn, 19-26 s.)

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

(Mt, 27-46)

Tengo sed

(Jn, 19-28)

Todo esta consumado

(Jn, 19-30)

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu

(Lc, 23-46)

"Jesús expiró en la hora nona, día 7 de la luna de Nisán en el año 783 de la fundación de Roma (TABLA X); y el velo del Templo se rasgó de arribabajo (Mt, 51; Mc, 38; Lc, 45)".

José de Arimatea -miembro acomodado del Sanedrín y discípulo secreto de Jesús (114), aunque para otros autores era un funcionario, inspector de sepultureros y perteneciente a los tribunales de Jerusalén(15)- según los cuatro Evangelistas pidió a Pilato el cuerpo del Ajusticiado.

En ANTECEDENTES se han mencionado distintas teorías sobre lo acontecido después del óbito. Existen otros datos históricos sobre una expedición arqueológica realizada en la época de Constantino (a. 342)(38) que afirmaba en sus conclusiones haber localizado el lugar de la crucifixión. Y, siguiendo sus argumentos, la fosa común de cal viva dónde fue sepultado: "En el interior de la tercera muralla norte de Jerusalén, pero fuera de la segunda, que marcaba los límites de la ciudad(15)". Lo que para algunos historiadores(1) abre la posibilidad de que José de Arimatea enterró a Jesús -la vigilia de Pascua- como funcionario. No a título personal. A partir de estos supuestos, la Teoría de la Disonancia Cognitiva y la Ley de la Participación infieren que, mediante la resurrección, se mitiga la insoportable idea de la iglesia paleocristiana de un entierro deshonroso tras el trato recibido por Jesús durante el juicio y su ejecución. Fromme(64), en esta línea, define la "fantasía común" de la siguiente manera: "las satisfacciones obtenidas fantasiosamente tienen una doble función característica de un narcótico: actúan como analgésico y, a su vez, como freno al cambio de la realidad. Las satisfacciones fantaseadas en común tienen una ventaja esencial sobre las individuales: en virtud de su universalidad, son percibidas por la mente consciente como si fuesen reales. Una ilusión de la cual participa todo el mundo se convierte en realidad".

La Unidad de Psicología Evolutiva y de la Educación, perteneciente a la Facultat de Psicologia de la Universitat Autónoma de Barcelona, promovió en 2008 un curso sobre psicología de la comunicación artística.

Algunos conceptos de su temario se han aplicado, en el presente trabajo, en relación al arte y la cultura aplicados a la Trascendencia y la Religiosidad: explicaciones metafóricas de la comunicación visual, la mediación y el espectáculo, la representación del comportamiento humano en el cine, temas que representan las estructuras de la personalidad, la psicología de la comunicación artística en contextos auditivos: la música (Haydn compuso en 1785 Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz, un encargo para acompañar la meditación en los actos de Semana Santa).

El Cristo yacente de las Claras media entre el hiperrealismo – la necropsia realizada por especialistas de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando(w19), en 2007, descubrió un conducto en el torso comunicado con la llaga del costado, por el que se introducía vino con el objeto de simular hemorragia activa- y la ilusión metafísica kantiana.

Pero es en la clínica dónde se encuentran exponentes que justifican la integración de la dinámica cultural como medio de comunicación emocional, a través de una dimensión espiritual. Según el psicoterapeuta norteamericano James Redfield (115), la sincronización de "casualidades" e "intuiciones" ayudan a descubrir la dimensión espiritual de los pacientes. En su experiencia, niños con antecedentes de maltrato: La mejor terapia para sanar a una persona herida es ayudarle a descubrir su dimensión espiritual.

Se aporta el caso de una niña etíope, de trece años, adoptada por una familia residente en Barcelona. Su madre relata lo acontecido. La edad y las dificultades idiomáticas dificultaban inicialmente la comunicación con ella. La falta de estímulos conocidos la mantenían en un estado de inhibición expresiva.

Acudieron al Museu Nacional d´Art de Catalunya por motivos no reseñados. Frente al Pantocrátor de Sant Climent de Taüll y diversos frescos del románico la niña inició una actividad psicofísica de identificación que se valoró en su evolución adaptativa. Había reconocido en las imágenes los trazos del antiguo arte religioso copto de su país de origen.

Las alusiones de Cox(33), desde la psicosociología, definen el sentido terapéutico y de autoidentificación de las diversas manifestaciones culturales, y la aplicación del arte en conciliar lo trascendente (y espiritual) con lo inteligible.

En un contexto de opiniones encontradas entre distintos investigadores(15; 36; 114) -las dudas sobre la alfabetización del Cristo, y la negación de la existencia de un personaje descrito en los textos joánicos o ser considerado un mero funcionario municipal supervisado por José de Arimatea, en unos escritos, a tener funciones propias de un rico fariseo, miembro del Sanedrín, perteneciente a la clase culta de Israel, en otros; pasando por las descripciones del Descenso de Jesús a los infiernos que se le atribuyen apócrifamente- el diálogo nocturno con Nicodemo recupera a un Jesús culto y sanador (alusiones en este sentido: 1) las nociones "volver a nacer", "renacer en el espíritu"(13) debatidas aquella noche -aunque perdura la búsqueda de las ipssima verba jesu, las palabras verdaderas de Jesús(114) ; 2) Jesús como maestro esenio con conocimientos de medicina –sayya, esenio en arameo, significa sanador o curandero(15)- rememorando las Aretologías o fuerzas terapéuticas de un dios del mundo grecorromano(15); 3) los milagros como acontecimiento maravilloso que se interpreta como una acción o manifestación trascendental -la fe como placebo(36)-; 4) las comidas(15) multitudinarias con Jesús, asumidas como grupos psicoterapéuticos).

Nicodemo aparece, también, en las narraciones posteriores al descenso de la cruz. Devuelve realeza a un entierro deshonroso. Trató el cuerpo del reo ajusticiado con mixtura de mirra y áloe. Según Ratzinger la cantidad de aromas era extraordinaria. Representa el punto final: la unción. Un intento de detener la muerte, de evitar la descomposición del cadáver, frente a la imposibilidad de restaurarle la vida.

El estudio realizado en Números se origina en este punto histórico. Donde termina la Historia de Jesús de Hegel(72). Según el filósofo idealista, José de Arimatea y Nicodemo dieron sepultura al Cuerpo en el panteón familiar del primero, cercano al lugar de la ejecución. Lo que facilitó las maniobras post mortem en la vigilia de Pascua (día en el que no se podía tener contacto con cadáveres).

Crossan(39) introduce los conceptos de "Sarcofilia" -monismo del espíritu necesariamente revestido de carne- y "Sarcofobia" -dualismo del espíritu accidentalmente envuelto en carne-. De aquella se desprende la definición del ser humano como conjunción de carne y espíritu.

En el Concilio de Nicea, año 315, se abordaron los conceptos trinitarios. La creencia en el Padre y en el Hijo y, se añadía, en el Espíritu Santo(15) -confirmado teologalmente su carácter divino en el Primer Concilio de Constantinopla -en el a. 38(w37)-.

Para Saulo de la materia surgía la superestructura religiosa, el espíritu (1Co 15, 44-47).

Aunque una Teología Fundamental Cristiana es crítica con la concepción hegeliana de la función mediadora y de interpretación de la filosofía respecto a la religión(w41; 141), en sus Lecciones(73)(de filosofia de la religion)Hegel describe la Doctrina Cristiana de la Trinidad como expresión religiosa apropiada en sus conceptualizaciones sobre el Espíritu.

En estos conceptos, Jesús -en el sentido cristológico- se concibe:

a) como el símbolo de la unidad entre la naturaleza divina y la humana; y encarna la promesa de la existencia de Dios en cada hombre(w27),

b) como unidad trina ("Padre como origen del amor comunicado al Hijo, Aliento Sagrado o Espíritu Santo como realidad de esta comunicación de Dios a nuestros espíritus"(15).

Los resultados obtenidos en Números remiten a que la variable "trascendencia", perteneciente al TCI-R de Cloninger, no es medida para valorar la religiosidad entendida como "creer en Dios". Pero la significancia estadística afirmativa con "creer que hay en nosotros algo que sobrevive a la muerte corporal" y "creer en la resurrección corporal después de la muerte física" admite ser instrumento de medida a partir de:

a) el criterio de Sarcofilia,

b) las conceptualizaciones teologales aportadas por Saulo y Agustín de Hipona,

c) las conceptualizaciones éticas hegelianas,

d) las conceptualizaciones históricas referidas al Aliento Sagrado -entendido como Espíritu Universal que se encuentra el interior de las personas individuales (los discípulos)-,

e) las conceptualizaciones sociológicas referidas al Espíritu Santo como Espíritu Universal que se encuentra, también, en las comunidades humanas.

Los procesos de socialización se relacionan tanto con la Neuroteología como con la genética contextualizada en una Ciencia Cognitiva de la Religión. La primera sugiere una amplia red temporo-parieto-frontal como sustrato de las creencias sobrenaturales y de las experiencias "pico" (éxtasis, Union Mystica o intoxicación divina(133)) en oradores entrenados, en un balance interhemisférico – según Kaplan y Sadock(81) la Union Mystica o sentimiento oceánico de unidad con un poder infinito no se considera patológico si concuerda con el ámbito religioso o cultural de la persona-.

Los criterios genetistas, incluidos en la segunda, definen un sentimiento religioso determinado por un endofenotipo.

Las variables antropomórficas estudiadas en Números apuntan significativamente a que "a más edad menos trascendencia". Lo que justifica, en ámbitos sociales religiosos sugerentes, los movimientos multitudinarios de jóvenes ejemplarizados en dos acontecimientos cercanos de repercusión mediática:

1- La consagración del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona como Basílica menor el 7 de noviembre de 2010, por el Papa Benedicto XVI.

2- La Jornada Mundial de la Juventud, celebrada el 16-21 de agosto de 2011 en Madrid. En ésta, además, se convocó -por parte de la Compañía de Jesús- la reunión Magis (en latín "más") de jóvenes con una misma espiritualidad, divididos en grupos de tres nacionalidades para compartir experiencias en los ámbitos de peregrinaje, acción social, ecología, diálogo fe-cultura y arte-creatividad(65).

Magis -en términos de espiritualidad Ignaciana de la orden jesuita- tiene inferencia identitaria en:

– aumento de las propias competencias y capacidades al servicio de los demás,

– trascender y encontrar felicidad en el propio desprendimiento voluntario,

– compartir solidario(w49).

Los datos de filiación -en términos psicosociológicos- en cuanto a edad de los integrantes de movimientos trascendentes de adscripción confesional, suponen la vitalidad del porvenir de la ilusión (no delirio) religiosa; corroborada al ser considerada, además, atributo de base biológica, no sólo un invento cultural(w1).

Resumen y últimas conclusiones:

1) El proceso llamado resurrección -por la iglesia paleocristiana- se define como una nueva corporeización viva a continuación de un período de muerte como estado (durante el cual cabe o no estar vivo de otra manera no corporal).

2) En criterios junguianos, no todos los acontecimientos de nuestra experiencia están ligados por una causalidad perceptible en las leyes naturales.

3) Los fenómenos de Pareidolia, entendidos como casos colectivos no patológicos en los que se perciben agentes sobrenaturales -incluyendo el reconocimiento facial- , se relacionan con la actividad visuo-socio-emocional en las relaciones posteriores del cerebro.

4) La fe no es una realidad deducible de determinados principios, sino una actitud sólo posible a partir de una capacidad trascendente para cada individuo.

5) Los culturemas, en el marco de una psicología de la comunicación cultural, permiten una visión trascendente para cada persona y de su espiritualidad.

6) Las corrientes idealistas, vitalistas y el pensamiento kantiano han influido en la elaboración de las modernas teorías de la personalidad que incluyen la trascendencia como una dimensión a partir de la cual la espiritualidad es una variable evaluable.

7) La ciencia sigue los pasos de los filósofos y de los místicos para concluir que Dios es una experiencia interna, no un fenómeno externo a la persona.

No existe un punto Dios (Godspot) en el cerebro, sino una amplia red temporo-parieto-frontal como substrato de las creencias sobrenaturales, en un balance interhemisferico, factores motivacionales, cognitivos y de personalidad, en un entorno donde la información sensorial sea sugerente.

No existe un Gen Dios. La Ciencia Cognitiva de la Religión, que engloba la neurociencia, la genética y la biología evolucionista, apunta hacia la presencia de un endofenotipo relacionado con la religiosidad.

La estimulación física por si sola no es suficiente para generar experiencias trascendentes en una red neuronal distribuido por todo el cerebro, y en un contexto de religiosidad a la que se puede acceder desde distintas constelaciones genéticas relacionadas con la socialización.

8) Existen distintos modos espirituales en diferentes tipos de espiritualidad.

9) La tercera etapa de la Autoconciencia, según Cloninger, es conocida como Contemplación o Fase Conmovedora. La persona adquiere conciencia hacia los sentimientos prevervales profundos (esperanza, compasión y veneración) muy relacionados con los elementos religiosos detallados como rasgo de carácter; y acerca la Ciencia del Bienestar (concepción clínica que integra métodos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales para potenciar la salud mental) a una metafísica que incluye la religiosidad.

La función adaptativa de la religión(82) para satisfacer las necesidades humanas universales aportan al Consejo pastoral una entidad terapéutica. Y por ende, la necesidad de la presencia de un espacio destinado a la meditación u oración en los centros clínicos.

10) Transcribiendo al médico y humanista Moisès Broggi(a8): después de la muerte, el estudio de la materia no lo explica todo. Según la física cuántica la materia tampoco existe, se confunde con el concepto de energía. Esto también pasa con la vida. Hay una fuerza que lo dirige todo y como el estudio de la materia no lo explica todo, hay que recurrir a la filosofía o a las religiones.

La personalidad humana tiene una configuración en tres planos: material, mental y espiritual. Éste último forma parte del Espíritu Universal (la idea de Dios) y es eterno.

"El teólogo Rabano Mauro (780/784-856)(99) describe a José de Arimatea perseguido, tras la creencia paleocristiana de la resurrección de Jesús, acusado de haber sustraído el Cuerpo de su sepulcro -donde recogió la sangre del Ajusticiado-. Según el relato del beato alemán, en el año 63 José se trasladó a Inglaterra, estableciéndose en la ciudad de Glastonbury.

Treinta años después de la muerte de Jesús, en una colina cercana a la villa -Glastonbury Tor- construyó la primera iglesia en suelo británico. Allí, al hilo de las narraciones teologales, depositó lo que sería su legado. Otro de los "grandes mitos" de Ey: El Santo Grial".

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Partes: 1, 2, 3
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