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Identidad, territorialidad y juventud: una lectura biopolítica en Quetzaltenango (página 3)

Enviado por Ernesto


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El poder nos somete a la producción de la verdad y sólo podemos ejercer el poder por la producción de la verdad. Como dice Foucault: "no hay ejercicio de poder sin cierta economía de los discursos de verdad que funcionan en, a partir y a través de ese poder". El flujo de capital por las discotecas nos refleja el poder económico de quienes ejercen el poder, así como de quienes quedan sujetos a ese poder: los jóvenes que frecuentan estos centros de entretenimiento, pero también de control, pues si bien los jóvenes asisten a "pasarlo bien", sin embargo, están en situación de dependencia, ideológica (porque su mentalidad queda neutralizada por el poder ejercido por el dueño de la discoteca), política (porque el joven no se plantea procesos lógicos de una conciencia política de transformación de la sociedad), cultural (aunque el joven mantiene su identidad, sin embargo, para ser aceptado y "sobrevivir" en el territorio se "negocia" desempeñar un rol distinto al de su cultura. Baila al ritmo de música pop, reggaetón, merengue, salsa o bachata. Esto es, sujeto "sujetado". La identidad pasa por las lógicas del movimiento y su lectura es a partir de los capitales. Tal y como la demuestra Agamben en la noción de dispositivo. Éste, no define la soberanía como la capacidad de suprimir la vida primero, y de administrarla después, como hace Foucault[75]sino que habla del soberano como aquel que está facultado para abandonar la nuda vida en el espacio de la excepción. Ello no indica sin más que el fin de esa vida atrapada haya de ser suprimida, sino que, pura y simplemente, está expuesta a ello. No hay una asociación directa entre "soberano" y "muerte". La estructura de la excepción no adopta una forma única en sus concreciones, sino tantas como formas de actuación adopta el poder sobre la vida que toma a su cargo: penal, médica, eugenésica, disciplinaria, laboral. De este modo, la estructura descrita por Agamben acoge en su seno, en un sentido sincrónico, las transformaciones históricas que Foucault ha propuesto para el concepto de soberanía.

Por otro lado, Marx, en su obra El Capital[76]la entiende como plusvalía. Ésta, es el remanente del valor de la mercancía sobre su precio de costo. Pero, como el precio de costo es igual al valor del capital desembolsado, a cuyos elementos materiales revierte también constantemente, resultará que este remanente de valor es un incremento de valor del capital invertido en la circulación de la mercancía y que refluye de su circulación. Es decir, que los jóvenes creen que la aparente diversión que les pueda proporcionar la discoteca, como lugar de entretenimiento, de ocio, de interacción, es en realidad una empresa que se enriquece a costa del dinero reportado por ellos, en complicidad con las grandes empresas licoreras y un desfalco al fisco porque el joven al pagar su entrada no recibe una factura como comprobante o aporte al erario público y que la Super Intendencia de Administración Tributaria no fiscaliza[77]

CAPITULO III

RELACIONES DE PODER, MÚSICA Y PUBLICIDAD EN LAS DISCOTECAS

Introducción

En este tercer capítulo de nuestro trabajo buscamos establecer los diferentes modos de ejercicio de poder y cómo éstos se fundamentan y expresan en el discurso y el poder pastoral. Cabe destacar que para Foucault intenta definir cómo el poder se vuelve un saber que se instaura como verdad, y cómo a través de ésta se legitima la existencia de la exclusión, el dominio y la punición en el cuerpo social, para lo cual la visión discontinua de la arqueología resulta ser de mucha utilidad metodológica, igualmente, cómo opera el poder en la música y la publicidad.

Para el análisis epistemológico de los conceptos recurrimos a Michel Foucault, Pierre Bourdieu y a Manuel Castells. Acompañamos con relatos de vidas de los jóvenes que frecuentan algunas discotecas de la 14ª Avenida de la zona 1 de la ciudad de Quetzaltenango.

Hacemos un acercamiento a los distintos ritmos musicales, al oficio del Disjokey, al Estilo, así como el Vestuario y los Códigos que usan los jóvenes en su interacción, además de la transculturación que se efectúa en los sujetos de culturas distintas y la edad.

Idea clave en este capítulo no es el poder, sino más bien la resistencia, la oposición a una homogenización juvenil y una afirmación por lo diferente.

1. Relaciones de Poder y Discotecas

Desde Michel Foucault el poder viene aparejado por una resistencia, en Bourdieu la resistencia está también presente y lo está en la medida en que hay un árbitro que define lo legítimo y lo ilegítimo. Son procedimientos de control y delimitación del discurso, son, según nuestro autor, "sistemas de exclusión" y ponen en juego el poder y el deseo[78]Manuel Castells, la define como la relación entre los sujetos que, basándose en la producción y la experiencia, impone el deseo de algunos sujetos sobre los otros mediante el uso potencial o real de la violencia, física o simbólica[79]

El poder simbólico ejerce todos los lugares del cuerpo social. Es decir, está diseminado en la totalidad del cuerpo social de manera que "oculta" la realidad de las relaciones de fuerza y la forma en éstas se dan.

Según Bourdieu el habitus es el modo, la apertura que permite la salida y la entrada, que permite la decodificación del fluído poder simbólico. Es el nudo que va uniendo los hilos de la red.

Todas las discotecas objeto de nuestro trabajo de campo luchan por atraer más clientes, en su mayoría jóvenes entre los 17 y los 30 años, a través de su publicidad. El joven al apararse frente a la entrada de la disco es objeto de múltiples mensajes subliminales que le presionan a optar por el local que más rótulos de ofertas presenta. El exceso de tales propagandas ha llevado a todos los locales a tener problemas con la oficina del Centro Histórico que es la encargada de velar porque se mantenga el estilo, el ornato y el valor arquitectónico de los edificios y sus alrededores.

El ocio está ligado al consumo, a las relaciones de producción. Y en el consumo podemos encontrar lo que anteriormente se buscó en la producción: los elementos mediante los cuales se producen o reproducen las diferencias sociales.

Convencidos de que la apropiación desigual de los bienes es una condición importante para comunicar diferencias, coincidimos con Néstor García Canclini en que el consumo "no tiene por finalidad únicamente la posesión de un objeto o la satisfacción de una necesidad material, sino también definir o reconfirmar significados y valores comunes, crear y mantener una identidad colectiva"[80].

En la discoteca, en su lógica y en su carácter de espacio de consumo nocturno, podemos encontrar elementos que nos lleven a considerarla como un lugar clave para comunicar las diferencias sociales. Esta es una de las razones por las que decidimos insertarnos en el terreno de la discoteca en tanto espacio de consumo e interacción. Para entender su lógica y su función debemos remitirnos al concepto de necesidad y aclarar, al mismo tiempo, cuál es la significación que en este contexto le damos a la cultura.

Consideramos a esta última en el plano de la significación, y fundamentalmente como un proceso de producción. Los sujetos comparten significados, expresando mediante la acción un caudal simbólico que los involucra en el pensamiento y en la representación del contexto social y del mundo que los rodea. En este sentido, la cultura sería el conjunto interrelacionado de códigos de la significación que comparte un grupo social, y por el cual es posible la identificación, la comunicación y la interacción. Pero también, y retomando a García Canclini, porque la cultura funciona como productora de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema social.

Para Foucault, "Hay dos significados de la palabra sujeto; sujeto a otro por control y dependencia y sujeto como constreñido a su propia identidad, a la conciencia y a su propio autoconocimiento. Ambos significados sugieren una forma de poder que sojuzga y constituye al sujeto. Generalmente, puede decirse que hay tres tipos de luchas contra las formas de dominación (étnicas, sociales y religiosas); contra formas de explotación que separan a los individuos de aquello que ellos mismos producen; o contra aquello que ata al individuo a sí mismo y los subsume a otros de esta forma (luchas contra la sujeción, contra formas de subjetividad y sumisión)".

Foucault sostiene que es un error hablar del poder como de una "cosa".

"El poder no es una institución ni una estructura, o cierta fuerza con la que están investidas determinadas personas; es el nombre dado a una compleja relación estratégica en una sociedad dada". "El poder en el sentido substantivo no existe […] La idea de que hay algo situado en —o emanado de— un punto dado, y que ese algo es un «poder», me parece que se basa en un análisis equivocado […] En realidad el poder significa relaciones, una red más o menos organizada, jerarquizada, coordinada." [81]

¿Cómo podemos detectar el poder en los lugares de entretenimiento y qué dispositivos o mecanismos podemos encontrar en estos lugares? El poder es relación de fuerzas y se halla presente en la sociedad desde el primer momento, no es algo añadido con posterioridad. El poder se encuentra en todo fenómeno social, toda relación social es vehículo y expresión del poder; no es patrimonio exclusivo de los aparatos del Estado. Hay una inmensa cantidad de vectores de fuerza, entre los cuales las instituciones estatales son sólo puntos de mayor densidad. Esto se confirma con la narración de un expolicía que comenta las relaciones de fuerza entre los jóvenes que asisten para bailar y quienes van a consumir drogas, dice:

"En una ocasión vino joven en su vehículo, una Suburvan (modelo de camioneta de marca Toyota) del año, me dijo que quería hablar con el encargado de la seguridad. Le dije que por el momento no se encontraba, a la vez que hacía como consultar su reloj y afirmar su respuesta a su interlocutor. El muchacho me ofreció Q/. 400.00 (cuatrocientos quetzales) para evitar que alguien se acercara a su carro".

"En otra ocasión, me dijo un joven que entrara a ver quién era el encargado de distribuir el polvo (droga) dentro de la discoteca. Sospechando la movida, -sostiene el expolicía-, le respondí que no sabía de eso, es más, eso no me interesa. El chavo me ofreció Q/. 2, 000.00 (dos mil quetzales) para confirmarle la información, a lo que adujo no saber, ni era de su incumbencia".

Analicemos desde el pensamiento de Michel Foucault estas afirmaciones del ex-policía. Ambas situaciones le sirven al vigilante como veremos en la continuación en su trabajo.

Lo primero que podemos colegir es que el joven reconoce de alguna manera la autoridad que tiene el agente que cuida la puerta. Sabe que su posición puede influir en el movimiento del ir y venir de todos los asistentes a la discoteca. Para Foucault, la disciplina es un principio de control de la producción del discurso, ella, la disciplina, fija sus límites por el juego de una identidad que tiene la forma de una reactualización permanente de las reglas[82]El visitante puede interpretar la necesidad que tiene el vigilante, está allí porque su economía no le alcanza para ofrecer otro servicio de acuerdo a su nivel académico, a su posición social, pues depende de ese trabajo. Sin embargo, el agente inteligentemente descubre que de su decisión depende su continuación en el trabajo, de hecho no consulta con su jefe para tomar la decisión apropiada y salvar su puesto. Quizás el vigilante deduce que puede llegar a ser una trampa y puede traerle complicaciones futuras si llega la policía a investigar la procedencia El expolicia, piensa que los Q/. 400.00 (cuatrocientos quetzales) no sufragan su permanente necesidad económica que le obliga cada viernes y sábado controlar la entrada y salida de quienes frecuentan estos antros de entretenimiento.

Lo segundo, el sujeto que le interroga, se confiesa, es decir, reconoce que ejerce poder para controlar la disciplina a la entrada de la discoteca. Aunque sabe quién es el que está sentado a la puerta, sin embargo, quiere confirmar las sospechas que conozca el trasiego de drogas en el lugar. Es una mutua vigilancia que responde a los intereses de dominación. El ex-policía no permite que lo dominen y el intruso no permite que lo controlen. Son pruebas de fuerzas que se dan el en espacio. Una vez más, se cuestiona la solvencia económica del agente. Se le ofrece dinero porque sabe que puede estar necesitado de una fuerte suma. Cantidad que solamente puede ofrecerla quien tiene el control del capital, es como decirle, "trabaja para mí" "Yo te puedo ofrecer en un momento lo que tu jefe te concede en un mes de trabajo". Es el control ejercido desde la prisión.

También el conocimiento es un producto social, y se encuentra por tanto condicionado por la posición y los intereses de los sujetos que lo producen. "La «verdad» ha de ser entendida como un sistema ordenado de procedimientos para la producción, regulación, distribución, circulación y operación de juicios. La «verdad» está vinculada en una relación circular con sistemas de poder que la producen y la mantienen."

El poder se ejerce y se impone no tanto por el ejercicio de la fuerza y del engaño sino por la producción del saber, de la verdad, por la organización de los discursos. "Lo que hace que el poder se sostenga, que sea aceptado, es sencillamente que no pesa sólo como potencia que dice «no», sino que cala de hecho, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos; hay que considerarlo como una red productiva que pasa a través de todo el cuerpo social en lugar de como una instancia negativa que tiene por función reprimir". Más que prohibir, el poder gobierna, presenta al individuo las alternativas válidas para la acción, induce, encauza sus conductas en una dirección. Ha esto lo denominó Foucault "poder pastoral", en cuanto fuerza que fija las estructuras de producción de la subjetividad humana.

2. La Música

¿Qué influencia pueden ejercer los distintos ritmos musicales y cómo condiciona las relaciones de poder entre los jóvenes? Los distintos géneros musicales se escuchan todos los viernes por la noche en cada una de las discotecas hasta tal punto que los jóvenes se sienten identificados con el local de acuerdo al ritmo de música. El Dj de la discoteca Sahara nos dice saber qué música poner, a qué hora y cuando. Esto hace que la comunicación tanto del DJ como de los asistentes sea como un contrato no firmado que se cumple de mutuo acuerdo. Hay una interacción entre los actores, pues, tanto los asistentes como el Dj mantienen el ritmo de los espacios (sets) musicales para profundizar en el diálogo con sus interlocutores, contar experiencias recientes, noticias impactantes, consultar futuros proyectos, en fin, todo cuanto ayude a fortalecer los lazos de amistad y compañerismo.

La música produce un poder pastoral. Los jóvenes corean las palabras de las canciones al mismo tiempo que las bailan, ¿será acaso, identificación con la letra de las canciones o por el contrario, una manera de rebelarse al mundo de donde proviene plagado de represión, de sumisión, en definitiva, de férreo panoptismo donde cada paso se le vigila y si transgrede las normas establecidas es castigado?. Posiblemente, puede que sea su identificación y a la vez su sometimiento de su voluntad que se interioriza en los cuerpos. Es hacer vida las palabras del tema musical en ese momento. Incluso, hay quienes lloran emocionados por el mensaje de la canción. La autodefinición quién le gustaría ser y el ritmo le facilita descargar ese chorro de sentimientos arrinconados en su corazón. Acarician a su pareja, a la vez que toman prestadas las letras de las canciones, dedican sus mejores deseos o sus advertencias a su pareja de baile.

Ahora bien, en cada una de las discotecas visitadas el tipo de música que se escucha difiere en cuanto la hora y la concurrencia. Los temas musicales que escucha el joven al entrar al recinto le inicia en lo que puede ser una noche fantástica.

3. El oficio de Dj

Un DJ (disc jockey) toma muchas formas. Las tres formas más comunes es: Radio DJ, Mobile DJ, y el Club DJs. Los tres comparten el objetivo común de ofrecer un entretenimiento para una gran variedad de personas a través de diversos medios, en su mayoría sin embargo, a través de la música.

El trabajo de un DJ es combinar todos los elementos necesarios para su desempeño en un paquete de líquidos que pueden ser tragados fácilmente por todos los de su de oyentes. Para algunos esto incluye DJs de conversación y juegos, mientras que para otros significa el hilado y más a la gente más de moda de la ciudad.

El trabajo del Dj se complementa con la asistencia de grupos musicales de rock nacionales. No así de bandas musicales de marimba pura, lo que nos hace pensar que quien controla por medio del poder a los asistentes a las discotecas de la 14ª Avenida no da reconocimiento a este género musical o quizá los nuevos imaginarios que intentan establecerse en los jóvenes son más encuentros cercanos con otras culturas anglosajonas que propias.

Una manera de gobernar a los asistentes es por medio de los distintos ritmos que se escuchan y que solamente quien conoce a los asistentes, sabe qué es lo que les gusta, en el momento oportuno y a la hora conveniente. El Dj se agencia de otras personas que le facilitan la gubernamentalidad, un animador que trata que los jóvenes permanezcan en la pista de baile. Así, los jóvenes quedan sujetados a las dinámicas y ritmos de Dj y su acompañante. Es más, la posición como está colocada la cabina del Dj hace que controle todos los alrededores de la pista. No es cualquiera que puede realizar esta tarea, solamente quien sabe qué debe hacer en el momento oportuno. Por eso, el dueño del negocio puede confiar en que los jóvenes bailarán hasta saciarse y podrán consumir los tragos de cerveza, ron y wisky, así como fumar cigarrillos.

El poder pastoral que ejerce el Dj sobre los asistentes a las discotecas es evidente y más cuando es quien dirige el ritmo de música, condiciona el ambiente y quien "no baila son que toca" queda excluido, queda marginado por que no va al ritmo de quienes se sienten identificados con la música; quizás hasta es motivo de burla por que desentona. De hecho, el espacio que tiene el Dj en la microfísica local, es decir, el lugar desde donde dirige la música, es un espacio que está en alto, controla todo, es el panóptico de la discoteca, vigila cómo está la audiencia como para seguir bailando. Observa las ganas que puedan tener en cada momento los asistentes. Es más, evita repetir canciones aunque se vayan agregando nuevos "sujetos sujetados". La función debe continuar. Esto lo denomina Foucault ritual, pues:

"Ell ritual define los gestos, los comportamientos, las circunstancias, y todo el conjunto de signos que deben acompañar el discurso; fija finalmente la eficacia supuesta o impuesta de las palabras, sus efectos sobre aquellos a los cuales se dirigen, los límites de su valor coactivo"[83].

Para el ejercicio del poder no necesariamente tienen que articularse palabras, basta con una mirada, un gesto o con el movimiento corporal. El discurso lo controla quien sabe y quien sabe domina y los demás se dejan dominar de lo contrario pueden ser excluidos, marginados y en definitiva, expulsados. Aquí es donde, según Foucault, "es la parte del discurso que pone en juego el poder y el deseo"[84]. Nadie cuestiona la actitud del Dj, todos se someten a su voluntad, al deseo de sentirse gobernados, que es él quien controla la situación, el ambiente. Desde el micrófono reta a los participantes, los motiva y les advierte que deben divertirse y es aquí donde también coacciona, pues dice la hora que queda por terminar; crea un sentimiento pre-nostálgico de recuperar los momentos y la compañía vividos. Para asegurarse la asistencia del próximo fin de semana, el Dj informa las actividades preparadas, los invitados especiales, las promociones; en definitiva, el poder económico. Es como advertirle: "debes tener dinero para que puedas realizarte".

El Dj no hace propaganda del licor que se vende en la barra. El desenfreno y el agotamiento físico llevan al joven a calmar su sed. Al llegar al espacio controlado por el camarero, lo primero que observa frente a él son las botellas sudadas por el frío y como la entrada al recinto incluye la primera bebida, el joven relaciona calmar la sed con el licor y no con un refresco, por que en este espacio pasa por valiente quien toma una copa de licor. De hecho, los refrescos están "reservados" para las féminas. Hasta en esto observamos la exclusión y el machismo.

4. El Vestuario

Lo primero que nos llama la atención cuando observamos a los jóvenes que frecuentan algunas discotecas de la 14ª Avenida de la zona 1 de la ciudad de Quetzaltenango es su vestuario. ¿quién les asesora para ir vestidos a estos ligares de esparcimiento, de poder y de resistencia? ¿qué códigos usan para advertir o para acercar a sus contemporáneos? ¿Qué papel juegan las imágenes ya sean religiosas, efigies de artistas o líderes rebeldes como Bob Marley o el "Ché Guevara" o, incluso, las religiosas como la virgen de Guadalupe, de Jesús o llevar colgado al cuello un rosario? Los códigos en el vestuario como pertenencia al territorio. Los jóvenes no solo se diferencian por su afición a ciertos ritmos. También por la forma de su indumentaria. Hemos observado que quienes frecuentan las discotecas Sahara Disco y el Duende no siempre visten de la misma manera, se distinguen entre ellos.

El vestuario es también una forma de comunicación y de advertencia, así como de pertenencia. No hemos detectado que unos y otros, es decir, que entre los asistentes a diferentes discotecas hayan tenido algún altercado por vestir diferentes, solo que la mezcla de olores y perfumes los separa, pues unos despiden aromas finos y otros esencias alteradas, es decir, de bajo precio y los peinados muy estilizados.

Entre estas grandes narrativas sociales y las concreciones empíricas que asumen los cuerpos jóvenes, media la biopolítica, cuyo objetivo es el sometimiento del cuerpo a una disciplina que lleva a la optimización de sus capacidades y al incremento de su utilidad[85]Hoy los grandes conflictos de la biopolítica apuntan en varias direcciones, unas de carácter metafórico (el cuerpo decadente del Estado Nacional), otras, articuladas por el mercado (el consumidor como cuerpo anónimo y domesticado) y otras más, derivadas de la tensión cambio-continuidad, representados por los conflictos, en torno a la moral pública (el aborto, la preferencia sexual, el uso del condón, etc.).

Uno de los jóvenes entrevistados nos dice que las camisetas que llevan sus amigos son en un estilo urbano para todos los jóvenes que van, no hay alguna en especifica, siempre hay jóvenes que llevan camisas formales, playeras, pero la mayoría no se les nota como es de noche todos llevan chumpas o suéteres  pero eso si nada de símbolos religiosos o bordados que representen fe. Aunque nosotros hemos descubierto que algunos llevan al cuello rosarios o la cadenita de un ángel o un santo protector, sin embargo, no lo hacen visible quizá para evitar la burla de los demás.

5. El Estilo

El estilo puede definirse como la manifestación simbólica de las culturas juveniles, expresada en un conjunto más o menos coherente de elementos materiales e inmateriales, que los jóvenes consideran representativos de su identidad como grupo. La mayoría de grupos juveniles comparten determinados estilos, aunque éstos no siempre sean espectaculares ni permanentes (puede hablarse también de estilos individuales, en la medida en que cada joven manifiesta determinados gustos estéticos y musicales y construye su propia imagen pública). Sin embargo, los que aquí nos ocupan son sobre todo aquellos que se manifiestan de manera espectacular en la escena pública y que presentan una trayectoria histórica precisa. En este sentido, corresponden a la emergencia de la juventud como nuevo sujeto social y se basan en la difusión de los grandes medios de comunicación, de la cultura de masas y del mercado adolescente.

Para Clarke (1983), la generación de un "estilo" no puede entenderse como un fenómeno de moda o la consecuencia inducida de campañas comerciales. El tratamiento son organizados de una manera activa y selectiva, en cómo son apropiados, modificados, reorganizados y sometidos a procesos de resignificación. Las diversas subculturas juveniles se han identificado por la posesión de objetos: la chamarra de los teds, el cuidado corte de pelo y la scooter de los mods, las botas y el pelo rapado de los skinheads[86]etc. Sin embargo, a pesar de su visibilidad, las cosas simplemente apropiadas o utilizadas por sí solas no hacen un estilo. Lo que hace un estilo es la organización activa de objetos con actividades y valores que producen y organizan una identidad de grupo. Todo ello demuestra, como ya había apuntado Monod, lo simplista que es responsabilizar al mercado de la aparición de "estilos" juveniles:

Los accesorios en el vestir tuvieron el papel de "mediadores" entre los jóvenes y sus ídolos, favorecieron por homología y al mismo tiempo por contigüidad su "identificación"; y cumplieron además la función de un lenguaje simbólico inductor de la comunicación de los fieles. Por ello, decir estilo, género o moda, es decir demasiado poco. Se trata de un sistema integrado de comunicación infraverbal. O sea: de una cultura[87]

Para analizar cómo se construye un estilo pueden utilizarse dos conceptos de la semiótica:

5.1. El concepto de bricolaje sirve para comprender la manera en que objetos y símbolos inconexos son reordenados y recontextualizados para comunicar nuevos significados. Se trata de un concepto que Lévi-Strauss (1971) aplicó al "pensamiento salvaje", refiriéndose a un sistema total de signos compuesto por elementos heteróclitos que provienen de un repertorio ya existente:

El bricoleur es capaz de ejecutar un gran número de tareas diversificadas, pero a diferencia del ingeniero, no subordina ninguna a la obtención de materias primas y herramientas: su universo instrumental está cerrado y sus reglas del juego consisten en arreglarse con los medios de a bordo, es decir, un conjunto finito de herramientas y materiales, heteróclitos por demás, porque la composición del conjunto no está en relación con el proyecto del momento, ni de hecho con ningún proyecto particular, sino que es el resultado contingente de todas las ocasiones que se han presentado para renovar o enriquecer el estoque o de mantenerlo con residuos de construcciones y deconstrucciones anteriores[88]

El estilo constituye, pues, una combinación jerarquizada de elementos culturales (textos, artefactos, rituales), de los que pueden destacarse los siguientes:

5.1.1. Lenguaje. Una de las consecuencias de la emergencia de la juventud como nuevo sujeto social es la aparición de formas de expresión oral características de este grupo social en oposición a los adultos: palabras, giros, frases hechas, entonación, etc. Para ello los jóvenes toman prestados elementos de sociolectos anteriores (habitualmente de argots marginales, como el de la droga, el de la delincuencia y el de las minorías étnicas), pero también participan en un proceso de creación de lenguaje. El uso de metáforas, la inversión semántica y los juegos lingüísticos (como el verlan: cambiar el orden de las sílabas) son procedimientos habituales. A veces los argots juveniles abarcan amplias capas de la población (como sucedió con el lenguaje del rollo de la Barcelona de los setenta o el lenguaje pasota de la movida madrileña). Otras veces son lenguajes iniciáticos para colectivos más reducidos que después se difunden (como sucedió con el "lenguaje de la onda" de los jipitecas mexicanos o el "caló" de los chavos banda). En cualquier caso, el argot de cada estilo refleja las experiencias focales en la vida del grupo (los términos turn on, tune in y drop out expresaban una determinada visión de la vida y del mundo). Las frases hippies constituyen una jerga compleja, obtenida eclécticamente de la cultura de los negros, del jazz, de las subculturas de homosexuales y drogadictos, del lenguaje idiomático de la calle y de la vida bohemia[89]

Michel Foucault habla del principio de trastocamiento[90]que no es más que buscar las causas que dan origen y la pretensión de cercar las formas de exclusión, de delimitación, de apropiación y así responder a las modificaciones y en qué medida se han alterado. Quienes frecuentan las discotecas, con su comportamiento limitan y diferencian, pues si frecuenta la discoteca Sarah, quiere decir que no visita la discoteca Mister E. Hace diez años era impensable por parte del joven elegir a qué discoteca asistir, no habían opciones, sin embargo ahora sí, es más, hemos observado que ritmos de los años ochentas son los que el Dj mezcla para invitar a los jóvenes a la pista de baile y uno se pone a pensar ¿Qué recuerdos o añoranzas puede tener el joven al escuchar una canción pop rock ubicada en la línea del tiempo de los años ochentas y que ellos se apropia y hasta sienten identificación? De hecho el territorio en que están enclavadas las discotecas gozan del poder que identifica al denominado Centro Histórico de la ciudad de Quetzaltenango. Limítrofes están la Municipalidad, la Casa de la Cultura, la Catedral, la Iglesia Presbiteriana y al menos unas diez sucursales bancarias; vecinas del edificio de corte moderno de la Súper Intendencia de Administración Tributaria (SAT). Todo esto también Foucault lo entiende como poder pastoral, pues el ejercicio del poder no sólo requiere de concurrencia de la libertad, sino que, en sentido todavía más fuerte, es capaz de producirla. Para nuestro autor el poder pastoral no puede identificarse con la violencia, pues justamente el tipo de relación que establece es inversamente proporcional a la atadura física que elimina todo movimiento. Sólo se reconoce aquel poder que es susceptible de ser ejercido sobre sujetos libres: o sea, sobre individuos que tienen ante sí la posibilidad de actuar de una manera o de otra, porque solo de esta forma es factible determinar el sentido de su acción. Es también, como identifica Foucault, la parte genealógica del discurso, que intenta captarlo en su poder de afirmación y constituye dominios de objeto, "a propósitos de los cuales se podrá afirmar o negar proposiciones verdaderas o falsas[91]

6. La Transculturación Juvenil

Los jóvenes que frecuentan las discotecas de la 14ª Avenida experimentan el fenómeno de transculturación. Los jóvenes que frecuentan todos los viernes y sábados la 14ª Avenida para evitar ser excluidos y estar en sintonía según los códigos de identidad propios se transculturizan. Es, como dice Barbero: una reorganización profunda de los modelos de socialización (Jóvenes: comunicación e identidad…). Cuando sucede el encuentro juvenil se da un derroche de códigos y dispositivos enriquecidos por el uso de instrumentos sofisticados de comunicación. Hay quienes opinan que la irrupción del neoliberalismo ha facilitado el control de los padres sobre los hijos pues la exigencia de mantenerse comunicado condiciona el permiso para una próxima ocasión. Irónicamente, lo jóvenes más que mantenerse comunicados con sus progenitores lo usan como medios de sobresalir por encima de los demás, amén de mantener la comunicación con sus amigos con quienes compartirá el ejercicio de poder mientras se los permitan quienes los mantienen sujetados por medio de la música y el lugar.

El mero hecho que el joven toque el aparato comunicador de alta tecnología le hace sentir aceptado en el complejo mundo globalizado y globalizante. Es como destacar en el status de quienes pueden hacer alarde de un poder económico solventable, aunque al salir del lugar sienta una leve nostalgia de haber experimentado tener poder. Barbero las llama: comunidades hermeneúticas por que responden a nuevos modos de percibir y narrar la identidad, y de la conformación de identidades como temporalidades menos largas, más precarias, pero también más flexibles, capaces de amalgamar, de hacer convivir en mismo sujeto ingredientes de universos culturales muy diversos.

La música de los 80s. Otra manera de transculturación de los jóvenes es bailar al ritmo de la música de los años ochenta, aún sabiendo que no entiende la letra de cada melodía que le hace identificarse, y diferenciarse a la vez, ante los demás. La pregunta clave es ¿cómo se distingue, aún más qué siente, el joven escuchando la misma música que sus progenitores de hace no menos tres décadas? Curiosamente la respuesta podemos encontrarla en el lugar y en la compañía. En el lugar, hablamos de la 14ª Avenida donde está concentrado el poder civil y en la compañía donde cada quien se autodefine e identifica. Quizá algunos padres de familia, que generosamente incluso llevan a sus hijos a la discoteca, no les diga nada el lugar en que se encuentra localizada dicha discoteca, sin embargo, para el joven es lugar de cercanía con… y para.. Son espacios de anonimato, como les llama Marc Augé, en donde no es preciso presentarse con nombre y apellido a cada momento, pero que a su vez lo siente como suyo, de hecho planifica lo que será el reventón[92]del próximo fin de semana.

7. Edad

Las preguntas que nos formulamos es ¿Qué factores influyen para que distintos tipos de jóvenes asistan a esta discotecas? ¿Qué les motiva a visitar estos lugares con mucha frecuencia? ¿qué identificación pueden tener la música con su edad?

Existen diversos intentos de comparación intercultural sobre los grupos de edad, ya sean visiones globales como el clásico libro de Eisenstadt (1956) o análisis sobre grupos de edad específicos basados en los datos del Human Relations Area Files, desde el trabajo precursor de Simmons (1949) para la ancianidad, hasta el reciente de Schlegel y Barry (1991) para la juventud. La preocupación por el estudio de las edades se ha traducido en la identificación disciplinaria de un espacio de debate bautizado como «antropología de la edad» (Keith, 1980), lo que se ha puesto de manifiesto en el espectacular crecimiento de las investigaciones, en la organización de numerosos eventos y foros, y en la publicación de una serie de readings que han venido a dar carta de naturaleza al nuevo campo[93]Es obvio que la edad como condición natural no siempre coincide con la edad como condición social. Bernardi (1985:1) distingue, en este sentido, entre edad psicológica (que mide el desarrollo cronológico de un individuo desde su nacimiento hasta el presente) y edad estructural (que mide su capacidad para desarrollar ciertas. actividades sociales, lo que se traduce en ritos de paso como la iniciación o en lindes legales como la mayoría de edad o la jubilación). No debe confundirse la edad como ciclo vital (que define los grados de edad por los cuales han de pasar los miembros individuales de una cultura) con la edad como generación (que agrupa a los individuos según las relaciones que mantienen con sus ascendientes y sus descendientes y según la conciencia que tienen de pertenecer a una cohorte generacional). Ni las clases de edad formalizadas de algunas sociedades preindustriales (una categoría de adscripción que agrupa a los individuos iniciados en un mismo período, que avanzan juntos a lo largo de los grados de edad) con los grupos de edad informales de las sociedades complejas (O'Donnell, 1985). Por último, debe diferenciarse la edad como condición social (que asigna una serie de estatus y de roles desiguales a los sujetos) y la edad como imagen cultural (que atribuye un conjunto de valores, estereotipos y significados a los mismos).

La edad influye en la socialización política (El concepto de socialización es originario de la Antropología Cultural, con el sentido de transmisión entre las generaciones de las costumbres, creencias y prácticas de las sociedades). Es la adaptación del individuo a los contextos sociales. En ese sentido lo usa la Ciencia Política, referido a los valores políticos, pero actualmente se insiste mucho sobre la naturaleza doble del problema: no se trata solo de la transmisión o reproducción de las pautas políticas sino también de su renovación. La socialización política presenta algunos rasgos generales, que permiten establecer algunas tipologías, pero es un proceso que presenta una fuerte especificidad en cada cultura. Las tipologías más usuales son las siguientes: – Socialización política primaria, que son los procesos formativos que acompañan a la infancia y la primera adolescencia, donde tienen una importancia fundamental las relaciones familiares, la internalización de la autoridad parental, los vínculos fraternales, la competencia y la solidaridad grupal familiar. También influye en esta etapa el grupo de pares (la "barra" y las prácticas del juego social). – Socialización política secundaria, que se refiere a las fases siguientes de la formación juvenil y adulta, donde tienen mucha importancia las organizaciones secundarias de la sociedad: instituciones religiosas, educativas, deportivas, específicamente políticas, etc. En nuestro tiempo hay que tener muy especialmente en cuenta los medios de comunicación social. A veces se producen re-socializaciones, en épocas de grandes cambios, como revoluciones, transiciones a la democracia, etc. En sociedades complejas, con muchas subculturas, cualquier movilidad horizontal (geográfica) o vertical (social) requiere una re-socialización. Una variante es la socialización anticipatoria, que es el proceso que recorre todo individuo que se prepara para su inserción en una nueva cultura: aprendizaje de otro idioma, otras costumbres, etc. – Socialización política explícita, es la realizada con el objeto deliberado de difundir determinadas ideas y valores políticos. – Socialización política implícita, es a-sistemática, consecuencia de experiencias vitales no coordinadas y parcialmente casuales. – Socialización política directa es la transmisión de contenidos específicamente políticos. – Socialización política indirecta es la transmisión de contenidos que no son políticos en sí pero que tienen luego consecuencias políticas (por ejemplo, la internalización de la autoridad paterna, que luego incide en el modo de entender la autoridad política).

Pero fueron sobre todo los autores de la escuela de Birmingham quienes, desde los años setenta, propusieron un nuevo paradigma teórico a partir de sus estudios sobre las subculturas británicas de posguerra[94]El presupuesto fundamental de la escuela es el hincapié en la clase social y no en la edad como factor explicativo del surgimiento de subculturas juveniles; y en el tiempo libre y no en la delincuencia como ámbito expresivo de las mismas. Éstas son consideradas como intentos simbólicos elaborados por los jóvenes de abordar las contradicciones de clase no resueltas en la cultura parental; así como formas de «resistencia ritual» frente a los sistemas de control cultural impuestos por los grupos en el poder. Combinando elementos del interaccionismo simbólico, del estructuralismo, de la semiótica y del marxismo gramsciano, los trabajos de estos autores documentan la emergencia de estilos juveniles espectaculares como rockers, mods, skins y punks, siendo interpretados como metáforas del cambio social. Uno de los trabajos más relevantes es el de Willis[95]sobre la «cultura antiacadémica» de los jóvenes obreros británicos.

Conclusión

Los jóvenes que frecuentan la 14ª avenida interactúan con sus contemporáneos usando los espacios y apoderándose de ellos en la medida en que se lo permiten quienes ejercen el poder pastoral como son los dueños de las discotecas, los policías, los Disjokey que ponen la música según las partes en que está construida la noche.

También los jóvenes están sujetados al tiempo que les proporciona el espacio, pues la fiesta o empieza cuando entran a la discoteca, sino cuando el Disjokey lo considera porque se confiesa con el dueño de la discoteca para así aprovechar el consumo de bebidas alcohólicas o refrescos y, hasta solapadamente el consumo de drogas.

Uno de los jóvenes nos comenta que a los muchachos les tiene sin cuidado la religión aún cuando sean hijos de líderes religiosos de iglesias evangélicas. La vestimenta no lleva motivos ni símbolos religiosos, aunque usan expresiones que más que provenir de labios increyentes profieren expresiones como "Ojalá Dios primero", "Dios primero", "Qué Dios te castigue" ""Arriba hay un Dios que todo lo ve". Dichas expresiones no son más que la referencia a su ser superior que confirma lo que está diciendo el joven en ese momento. No obstante, las playeras que llevan puestas representan escenas de la vida, una calavera, flores estampadas en fondo lúgubre o en claroscuro. Son también la expresión del ánimo de la marcha de su diario vivir. De vivir en una sociedad vigilada y vigilante en donde existen instituciones que más que apoyarlos los castiga, les inflige dolor, les prohíbe y los limita en sus acciones. Para Michel Foucault mientras existan estas instituciones jamás la persona podrá realizarse y ser ella misma porque está viviendo bajo miedo a se castigado; castigando a los otros para poder sobrevivir en este mar de castigos y prohibiciones y no de recompensa y apoyo. El miedo es incertidumbre de lo porvenir que emplaza el imaginario de una vida estable que se plasma como una subjetividad dominante y como oferta suprema del capitalismo y en las discotecas lo hemos observado al realizar nuestro trabajo de campo. La felicidad entendida como la seguridad de acceso a todos los bienes y servicios; la certeza de que si el individuo se atiene al pacto social, acepta las regulaciones y legitima el monopolio de la violencia por el soberano, entonces recibirá a cambio protección y abrigo, según lo que dicta el sentido común. Y para eso está el Estado, el que todos pagamos, al que todos remozamos con nuestra obediencia y que, naturalmente, debe darnos garantías colectivas ante nuestra vulnerabilidad individual.

Además de las frustraciones del modo de ser en la sociedad actual, que sufre cada joven, en donde la identidad que garantiza la inclusión en el sistema está definida por el tener, en donde el abismo entre las ofertas del mercado y la capacidad de compra se amplían día a día y, en fin, en donde la vida humana se siente amenazada por tantos factores simultáneos, el miedo agudiza de manera determinante el deterioro de los modos de convivencia y se traduce en una degradación acelerada y generalizada del tratamiento de los conflictos entre seres humanos. La opción por el camino de la agresión, de la violencia y de la muerte como vía casi fatalmente aceptada, en donde el miedo y el permanente nerviosismo del ciudadano asustado, cristaliza o se convierte en justificación de enfermedades sociales del tamaño de la violencia intrafamiliar o de la monstruosa violencia contra los niños y las mujeres, esta última convertida en muchos lugares en auténticos femenicidios.

Recordemos que, el poder sólo se puede ejercer en acto, es el intento de unos por conducir la conducta de otros. No puede ser concebido sino como relación, en la intervienen sujetos libres. Ahí donde las determinaciones están saturadas no hay relación de poder.

Los tatuajes como pertenencia e imposición del miedo. ¿Cómo se identifican los jóvenes cuando asisten a las discotecas, además del uso del espacio como territorialidad? Hemos observado que los jóvenes muestran orgullosos los tatuajes en sus cuerpos como señal de pertenencia y de ejercicio de poder. ¿Cómo puede ejercer poder un tatuaje en el cuerpo? Tenemos que remontarnos a la época de los gladiadores romanos que para amedrentar a sus contrarios tatuaban en sus cuerpos letras o imágenes de animales feroces, que mostraban sus fauces en posición de combate. Eso mismo hemos podido observar en nuestro trabajo de campo. Alvyn, uno de nuestros informantes nos cuenta que es señal de su grupo. "Así –dice él- nadie se mete contigo y si lo hace ya sabe cómo lo pagará". Esto no es más usos de códigos y de alguna manera, un tipo de lenguaje que solamente los entendidos, ellos en este caso, lo pueden entender.

Si analizamos su discurso, podemos notar que hay una clara referencia de pertenencia a una territorialidad en la que se presenta una situación de ejercicio de poder. Es también resistencia, es como lo describe Michel Foucault y realizando un análisis de las relaciones de poder a través del antagonismo de estrategias y aquí surgen preguntas ¿qué interesa el estudio de los jóvenes en sus relaciones interpersonales mientras frecuentas estas discotecas? ¿por observarlos e interpretar su conducta si ya la sociedad brinda pormenores de cómo está la familia dentro de la sociedad y su proyección? Por eso nos interesa, más que el poder las formas de resistencia y los intentos por romper esas disociaciones de relaciones. Como expresa nuestro informante: "nadie se me te contigo porque sabe que puede traerle problemas", esto es resistencia.

CAPITULO IV

LUCHA POR EL RECONOCIMIENTO Y DISCOTECAS

Introducción

En esta parte abordaremos el fenómeno social desde las discotecas de la 14ª Avenida de la zona 1, de la ciudad de Quetzaltenango, enfocando las relaciones de poder que ejercen distintos actores objeto de nuestro estudio. Tomamos como referencias a dos grandes pensadores franceses: Pierre Bourdieu y Michel Foucault. Lo que Marx llamaba plusvalía, estos autores lo definirán como flujo de capital y poder social.

En este apartado analizaremos las estrategias y procesos de cambios que observamos en los jóvenes que frecuentan algunas discotecas de la 14ª Avenida de la ciudad de Quetzaltenango. Es urgar en si ¿los jóvenes son sujetos de cambios o sujetos sujetados, manipulables y manipulados? ¿A caso los jóvenes 'permiten', como estrategia de poder, mostrarse sujetados, manipulados para sobrevivir? ¿Tal vez está relacionada con la socialización, endoculturación, que es la tendencia de las generaciones jóvenes a imitar los patrones de conducta de las generaciones adultas, que son las que tienen el poder de premiar y castigar el comportamiento de los jóvenes de este modo los jóvenes quedan programados, por así decir, para repetir los comportamientos dominantes en una sociedad determinada?

1. Retos y nuevos imaginarios

Nuestra investigación sobre el comportamiento de los jóvenes que frecuentan las discotecas de la 14ª Avenida "A", nos ha llevado a hurgar en estos espacios las estrategias de poder, porque en eso consiste el ejercicio del poder para Michel Foucault. Cabe destacar que al marxismo le critica pensar únicamente que el poder tiene la función de sostener determinadas relaciones de producción, y de prorrogar una dominación de clase que es posible en función, precisamente, de las características de apropiación de las fuerzas productivas. De esta forma, según Foucault, el poder encuentra su razón de ser en la economía. Efectivamente, para el marxismo el poder es ejercido por la clase dominante, con la función última de perpetuarse y mantener las relaciones productivas. Foucault estudia las relaciones de poder y no el poder. El poder consiste en una serie de procedimientos que han sido inventados y perfeccionados en virtud de situaciones concretas y que van desarrollándose en forma permanente.

Consecuentemente, para nuestro filósofo Foucault, en una determinada sociedad, no se da una sola forma de poder tal como lo sostiene el marxismo, sino que por el contrario, "existen varios poderes" que ejercen los individuos sobre las acciones de los otros, en el ejército, en las fábricas, en las escuelas, etc. Todas estas formas de poder cuentan con funcionamientos y procedimientos propios, no derivan de un poder central y son heterogéneas entre sí. La estructura de este poder, no es piramidal sino reticular. Este poder reticular, disperso entre los individuos, que no responde a una única forma, ni a un único principio, pertenece al orden de una microfísica del poder. El objeto de esta genealogía es lo que Foucault llama dispositivos de regulación del discurso, es decir la red de relaciones que se puede establecer entre elementos heterogéneos –discursivos y no discursivos-, como instituciones, discursos, leyes, enunciados científicos, etc. También es el dispositivo el que establece el tipo de relaciones entre estos mismos elementos heterogéneos. Es en estos términos como el panóptico constituye un dispositivo. Dice Foucault en "Vigilar y Castigar":

"El panóptico es el diagrama de un mecanismo de poder referido a su forma ideal; es una figura de tecnología política, es un tipo de implantación de individuos en el espacio, en este caso, los jóvenes que frecuentan las discotecas de la mencionada avenida, de distribución de éstos unos en relación a los otros, de organización jerárquica, de disposición de los centros y los canales de poder, de definición de sus instrumentos y de sus modos de intervención, que se puede utilizar en los hospitales, los talleres, las escuelas, las prisiones. En cada una de sus aplicaciones permite perfeccionar el ejercicio del poder". Con esta figura del panóptico, Foucault identifica la forma de poder-saber propia de nuestras sociedades occidentales, a las que caracteriza como sociedades de control y corrección de las conductas para determinar una normalidad. Es por ello que se refiere a una era de "ortopedia social" por esta corrección"[96].

Métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad-utilidad.

Esta mecánica propia del poder se expande a través de las disciplinas, que son las encargadas de cruzar el cuerpo con la historia; ellas son a la vez, una anatomía política y una mecánica del poder. Señala el filósofo francés en "Vigilar y Castigar": "La disciplina no puede identificarse ni con una institución ni con un aparato. Es un tipo de poder, con una modalidad para ejercerlo, implicando todo un conjunto de instrumentos, de técnicas, de procedimientos, de niveles de aplicación, de metas; es una física o anatomía del poder, una tecnología. Las disciplinas son métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas e imponen una relación de utilidad-docilidad". Por eso, ¿qué hace que los jóvenes asistan a estas discotecas y se mantengan "sujetados" al ejercicio de poder en el territorio, al policía, a la música, al Dj., incluso a la hora de llegada y de salida? Porque en este ultimo, saben a qué hora reunirse.

2. Movilidad de los actores

Los jóvenes que frecuentan las discotecas de la 14ª Avenida organizan la estrategia para dirigirse al lugar donde interactuarán con sus amigos. De hecho, antes de entrar a la discoteca, controlan todo el territorio aledaño a las mismas, observamos un flujo de capital, un intercambio de poderes porque cada uno cumple con las normas acordadas, aunque no necesariamente escritas, pero que les compromete y su consecución en la pertenencia al grupo formando una comunidad societaria. Talcott Parson identifica como tal: a la red compleja de colectividades interpenetrantes y lealtades colectivas, un sistema que se caracteriza tanto por la diferenciación funcional como la segmentación"[97]. Castoriadis[98]la denomina magma de las significaciones imaginarios sociales, las cuales son llevadas por la sociedad e incorporadas a ella y, por así decirlo, la animan. Sin embargo, ¿qué hace que los jóvenes sientan inclinación y aceptación por una discoteca más que otra? ¿Quién dicta las reglas acerca del intercambio y manejo de la información? Una vez más encontramos la afirmación Foucaultiana: "el interés del estudio del poder en el sujeto y no en el poder mismo". Los jóvenes no luchan por obtener el poder, hacen un ejercicio de poder, económico, social y político y. todo bajo la atenta mirada de quienes les miran y pasan a su lado siendo testigos o al menos interesados en las transacciones antes mencionadas sumándole a esto, la emocional y la temporal. ¿Qué es lo que hace que a pesar del control que cada uno tiene contra el otro no surjan reacciones violentas entre ellos? Muy sencillo, hay una convención en sus relaciones, todos se aceptan, se toleran y saben que pueden contar con los demás.

3. Genealogía del discurso

3.1. Ambientes

Así como sucede al analizar la obra de Michel Foucault Vigilar y castigar, en donde podemos colegir que los personajes del cuadro están dispuestos en función de un centro que es claramente político, el lugar del Rey. Esa presencia no es real en el cuadro sino virtual y borrosa, tal como lo muestra el espejo del fondo. Foucault ha indicado claramente que es en torno a esa invisibilidad que se organiza "Las Meninas". Las miradas de los personajes del cuadro, en su mayoría, están dirigidas hacia ese centro del poder. El rey de esta pintura y el que está presente en el texto de Foucault no tiene la visibilidad-invisibilidad con que se presenta en el inicio de Vigilar y castigar, donde el suplicio de Damiens está funcionando como revitalización del poder real. Aquí simplemente cumple esa función organizadora, ordenadora. Reiteremos la cita: "(los reyes) ordenan en torno suyo toda la representación; es a ellos a quienes se da la cara, es hacia ellos hacia donde se vuelve". Esta presencia puede encontrar su correlato con la torre central del Panóptico. Es a ella hacia donde los internos dirigirán su mirada, es por ella que se sentirán mirados y se sustentará la economía disciplinaria del edificio: "De ahí el efecto mayor del Panóptico: inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder"[99].

3.2. Uso de los espacios como pertenencia

Cuando se les pregunta a cada uno de los jóvenes que frecuentan la 14ª Avenida qué es lo que más les llama la atención de las discotecas responden sin lugar a dudas diciendo que el ambiente. Pero ¿qué quieren expresar los jóvenes con el "ambiente"? Veamos, las relaciones de poder pasan por las lógicas del poder pastoral, por el reconocimiento del territorio y por el control panóptico de la población itinerante. Vamos por partes. Para Foucault enumera cuatro elementos característicos de esta nueva forma de poder: 1) La responsabilidad del pastor no sólo concierne a la vida de las ovejas, sino a todas sus acciones. Los pecados del rebaño son imputables, en última instancia, al pastor. 2) La relación entre el pastor y sus ovejas es individual y total. 3) El pastor debe conocer lo que pasa en lo más íntimo de sus ovejas. Aquí van a reunirse dos prácticas que provenían de las tradiciones pitagórica, estoica y epicúrea: el examen y la dirección de conciencia. Es en esta reunión que adquirirá forma la doctrina de la obediencia concebida como sumisión total. 4) El pastor debe conducir a sus ovejas por el camino de la mortificación, una especie de muerte cotidiana en este mundo. Esta técnica es, en realidad, una forma de relación consigo mismo[100]El poder pastoral es, en definitiva, una técnica de individualización tal y como queda demostrado.

4. Cada uno de los espacios tiene sus propios ritos

Hemos observado que los jóvenes antes de entrar a la discoteca, se reúnen en el frontispicio del centenario teatro municipal. Es allí desde donde arman lo que será su noche. Participan y controlan la transacción con sus contemporáneos. Limitan el tiempo de conversación vía celular teniendo en consideración el tiempo de inicio de la fiesta en la discoteca que han acordado entrar. Nada escapa a sus varias transacciones, el precio de la entrada, el precio de la bebida, la compañía, excepto la hora de salida que dependerá del ambiente con el que se encuentre, de todas maneras saben que esto último depende en definitiva de ellos, pues son ellos quienes controlan el ambiente.

5. El poder de hacer sufrir al otro

¿Qué sentido tiene el estudio del poder en este trabajo? ¿Cómo podemos identificar el poder y diferenciarlo de la resistencia? Foucault entiende el poder soberano como la facultad de disponer de la vida de los individuos. Soberano es aquel que tiene en su mano el derecho de vida y muerte. Esta forma de poder, con sus distintas modificaciones, ha venido ejerciéndose hasta la Edad contemporánea, pero en su forma más reconocible, con el espectáculo del suplicio como rito característico, tiene su ocaso hacia el final de la Edad clásica: «Y quizá haya que referir esa forma jurídica a un tipo histórico de sociedad en donde el poder se ejercía esencialmente como instancia de deducción, mecanismo de sustracción, derecho de apropiarse de una parte de las riquezas, extorsión de productos, de bienes, de servicios, de trabajo y de sangre, impuesto a los súbditos. El poder era ante todo derecho de captación: de las cosas, del tiempo, los cuerpos y finalmente la vida; culminaba con el privilegio de apoderarse de ésta para suprimirla.»[101]. El ejercicio del poder soberano evolucionará hacia otras formas con el inicio del proceso de la Modernidad, de acuerdo con las novedades epocales de la naciente formación social. El poder ya no se ejercerá sobre la vida para suprimirla, sino para administrarla y para maximizarla como recurso del que el poder dispone: «Ahora bien, el occidente conoció desde la Edad clásica una profundísima transformación de esos mecanismos de poder. Las "deducciones" ya no son la forma mayor, sino sólo una pieza entre otras que poseen funciones de incitación, de reforzamiento, de control, de vigilancia, de aumento y organización de las fuerzas que somete: un poder destinado a producir fuerzas, a hacerlas crecer y ordenarlas más que a obstaculizarlas, doblegarlas o destruirlas. A partir de entonces, el derecho de muerte tendió a desplazarse o al menos apoyarse en las exigencias de un poder que administra la vida, y a conformarse a lo que reclaman dichas exigencias.»[102]. Este poder sobre la vida se desarrolla a partir del siglo XVII en dos formas principales.

6. El derecho de captación

Nos comenta un expolicía que veía entrar muchachas de unos diez y siete años, más o menos, lindas y bien arregladitas, pero con la droga escondida para aspirarla adentro junto a otras patojas drogodependientes. Esto lo podemos interpretar una vez como la sujeción a sustancias narcóticas que no solamente les da una "característica propia", también le hace tomar poder de decisión. Para el negocio la presencia de lindas y hermosas chicas eleva la propaganda porque es como presentar un elevado nivel de presencia de gentes diversas y atrayentes. De hecho, cuando baja la afluencia de jóvenes a las discotecas, los dueños de las mismas organizan eventos promocionales con las grandes compañías de licores que contratan modelos, hombres y mujeres, a quienes denominan edecanes para atraer a los jóvenes a estos antros de entretenimiento.

¿Por qué este lugar lo frecuentan los jóvenes no solamente cuando asisten a la discoteca sino también durante las tardes a la salida de los colegios? Observamos cómo los jóvenes se sientan en las escalinatas para compartir todo lo que ha sido la jornada. El espacio les sirve para sus transacciones, para acordar compromisos de agenda, para fortalecer su amistad, e incluso para declaración de amor entre las parejas, es decir, confesarse mutuamente el deseo de un proyecto de vida, que puede ser a corto, a mediano o a largo plazo. En este espacio compartido, y lo es porque coincide con la salida de las personas de sus trabajos, especialmente de entidades de gobierno y de las agencias de bancos de los alrededores, amén de los cortejos procesionales y difuntos; los jóvenes modifican el espacio por que al colocar su mochila a su lado, sentarse con las piernas estiradas o tumbarse en el piso y hasta rayan el mismo con el marcador que trajeron de la escuela como una prolongación del pizarrón, establecen el dominio que ejercen en y desde el territorio. Esto nos lleva a pensar que han sacralizado su espacio, pues ¿por qué eligen este espacio y no otro? ¿Por qué debe ser su reunión a la hora de salida y no a otra hora? De todas maneras estos encuentros generan conflictos con los demás grupos reunidos que usan otros espacios del mismo teatro municipal. Es gozar del tiempo libre y, como dice Marcuse: "grata ocasión para construir y reflexionar", y que satisface "no solamente las necesidades del cuerpo y las exigencias del comercio, sino el deseo de belleza y el anhelo comunitario"[103].

Pues bien. Estos movimientos juveniles o migraciones juveniles, se suceden a partir de la siete de la noche y usan los mismos espacios que otrora lo hicieran otros jóvenes, sólo que en horas distintas. Las limitaciones quedan superadas. Un expolicía nos comenta que los jóvenes pasan varias veces frente a la discoteca como para ver quiénes van entrando a medida que el local se va llenando. ¿Podría pensarse en un control del espacio? O por el contrario, ¿un reconocimiento de su territorio igual que hace la araña tensando cada uno de sus hilos para darse cuenta que tan soporta la posible presa? Podríamos preguntarnos también ¿saben que los observan quienes ellos mismos observan? Por que una cosa es cierta, vivimos en una sociedad vigilada y vigilante. Todos nos miramos, unas veces nosotros, otras veces los demás. O ambas cosas a la vez. Y todo, para recriminarnos o para apoyarnos, pero vigilamos y también nos vigilan.

7. Encuentros alternos con la cultura

Cabe destacar que dichos encuentros juveniles son también un encuentro con la cultura, pues la primera piedra del teatro Municipal data del 14 de septiembre de 1891 y estuvo a cargo del quetzalteco Manuel Estrada Cabrera, en ese entonces presidente de la República. Los arquitectos encargados de la construcción fueron Enrique Jones, y posteriormente Joaquín Rigalt y Lorenzo Durini, además colaboraron en la construcción cientos de albañiles de todas partes de la región, gracias a esto el 19 de julio de 1895 es inaugurado el Teatro Municipal de Quetzaltenango. En los años siguientes se le hicieron reformas incluyendo la construcción de la monumental fachada que actualmente tiene esta realizada por fue Tomas Stik Vonelli e inaugurada el 20 de noviembre de 1908, sin embargo todo el monumento conserva el estilo arquitectónico y distribución original. Además, este lugar fue escogido para las representaciones de compañías dramatúrgicas extrajeras y al cual solo una clase económica tenía acceso. De hecho, los balcones se construyeron teniendo en cuenta diseños de teatros europeos, en sus colores, posición de los sillones y en los acabados. Llama poderosamente la atención dos de las cuatro puertas principales a las que se les denominan "las únicas puertas falsas de Xela". Irónicamente, una de las clases sociales en aquel tiempo excluidas, hoy hacen uso y ejercen poder sobre este espacio para la realización de eventos nacionales e internacionales por medio de los certámenes de belleza como Señorita Quetzaltenango, Pequeña Flor del Pueblo, que son en definitiva, una reproducción de élite hegemónicas indígenas. En definitiva, un pastiche. Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, (Del fr. pastiche). Imitación o plagio que consiste en tomar determinados elementos característicos de la obra de un artista y combinarlos, de forma que den la impresión de ser una creación independiente.

El denominado Centro Histórico a partir de los años 70"s. se ha convertido en espacio de capitalismo, un entronque del poder en sus diferentes formas. Los negocios han surgido debido a la afluencia de estudiantes extranjeros de escuelas de español. Esto ha generado diversos tipos de negocios como son las discotecas, restaurantes, almacenes de ropa, tiendas de conveniencias que ofrecen bebidas alcohólicas, refrescos, cigarrillos y productos importados desde Estados Unidos de Norteamérica. Aunque hemos sabido que por las noches de los jueves, viernes y sábados, ofrecen las llamadas cokies magic galletas mágicas elaboradas con marihuana y harina. Su precio oscila entre los Q/. 10.00 y Q/. 15.00, por galleta. En cierta ocasión alguien le preguntó al alcalde Jorge Rolando Barrientos porqué no cambiaba de lugar las oficinas de la Municipalidad de Quetzaltenango, a lo que él respondió inmediatamente: "Aquí tenemos concentrado todo el poder". Tiene mucha razón y mucha lógica, ésta última en cuanto a poder político se refiere, pues en sus alrededores se encuentran cuatro agencias bancarias, dos cajeros automáticos y siete restaurantes, los cuales dos son de compañías transnacionales; además de tres hoteles, y en uno de ellos se alojan anualmente las "bellezas internacionales" que vienen a celebrar el aniversario de la Independencia Centroamericana, que no es más que la reproducción de capital porque la Sociedad Quetzalteca, organización que aglutina a empresarios quetzaltecos residentes en la ciudad capital, establece las redes de las diversas marcas comerciales para financiar dicho evento teniendo como escenario el centenario Teatro Municipal, ubicado a cuatro cuadras del Parque a Centroamérica.

8. Lugares de encuentro

¿Qué lleva a los jóvenes a frecuentar los mismos lugares? ¿Porqué éste lugar y no otro es el espacio de encuentro entre los jóvenes? ¿Qué relación puede haber entre la hora de entrada autorizada por el policía que controla y la hora del ingreso del grupo de jóvenes? Porque el policía no influye ni les avisa que ya es hora que entren, ellos entran cuando les parece. Analizando el poder del discurso nos remitimos a Michel Foucault, pues para él "en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad." Lo que se diga de un discurso, definitivamente lo afectará, a través de su interpretación. En todos los principios que afectan al discurso no se encuentran causas en común. Van de la sociedad y la voluntad de poder, al deseo y a la moral; pasando por el prejuicio, y la costumbre. Pero, para acceder a todo esto, y por los cuales éstos regulan al discurso, es por el discurso mismo. Estructura maravillosa que se modifica a sí misma. Tomando ideas de Sistemas Complejos, los principios de la evolución natural (la vida se modifica a sí misma) y la evolución del discurso serían similares (los dos se adaptan a su medio, entre otras cosas).

Calculamos que un 90% de los jóvenes que frecuentan estas discotecas tienen un poder económico solventable. No tanto la entrada, que tiene un valor de Q/. 25.00, sino el tipo de bebida que ingieren. Hemos observado que el 90% prefiere tomar wisky que cerveza, que dicho sea de paso, la entrada incluye una cerveza. Pues bien, constatamos, por testimonios de expolicías, que hijos de narcotraficantes son más asiduos a estas discotecas. El diálogo entre iguales es más cercano que uno de edad diferente y esto lo sospechan los jefes narcotraficantes. Además, sus hijos, de los narcotraficantes, saben qué tipo de gente suelen visitar estos lugares y quiénes pueden hacer el contrapeso a sus negocios. ¿Por qué hay jóvenes que prefieren la botella de whisky más que la cerveza, aún cuando a la entrada se han topado con la figura de una botella inflable de gran tamaño? ¿Podría interpretarse como: "aquí demuestro quién soy yo"? Sin embargo, los jóvenes procedentes de ambientes cristianos católicos y evangélicos, lo cierto es que después de acompañar a sus padres al culto o a la misa, saben que dejar de asistir a la discoteca es como no saber en qué podría ocupar este momento del día.

Conclusión

Nuestro recorrido por la 14ª Avenida de la zona 1 de la ciudad de Quetzaltenango nos evidencia que las poblaciones juveniles itinerantes más que generar cambios son sujetos sujetados a un poder pastoral ejercido desde diversas esferas de poder que pasan por las lógicas de las discotecas y negocios complementarios ligados al flujo de capital. Éstos últimos los identificamos como hoteles, restaurantes de comida rápida como pizzas, plátanos fritos, etc. Queda claro que el poder pastoral no es una institución concreta, es una sociedad vigilada y vigilante, que castiga y hace sufrir al otro. Todos los movimientos o flujos migratorios juveniles son observados y calificados, además de reprimidos si transgreden las normas, aceptados si asumen "sumisamente" unas normas de conducción. Aunque el joven no lo sienta de esta manera, sin embargo, no se da cuenta que actúa bajo ciertas lógicas de poder, de flujos de capital en el que él es una pieza más de todo el engranaje articulado por quienes controlan los mismo flujos de capital y ejercen un poder panóptico en el territorio.

En el fondo, el joven, hemos observado en nuestro trabajo de campo, en muchos momento es listo, permite le manipulen. Esto hace referencia a un contrato de vasallaje de las culturas del Medio Oriente de hace unos cinco mil años antes de Cristo. Éste consistía en que los esclavos, para evitar la aniquilación de su población por parte del monarca, establecían un pacto: el esclavo obedecía y el amo lo protegía ante los embates de sus enemigos. El joven para evitar morir, sobrevive en un ambiente que le concede "privilegios" de ser escuchado, de ser tomado en cuenta, de participar en el diálogo, en definitiva, lo que la institución denominada base de la sociedad no le brinda y lo anula, en estos centros de diversión y ocio, le joven se siente realizado, es decir, tomado en cuenta. Para Michel Foucault, lo hemos citado, "en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad."

La lucha encarnizada que combaten los jóvenes por sobrevivir, recordemos que, según Foucault, es la lucha de la estructura de muerte contra la vida, Foucault la entiende como la biopolítica que aparece en el preciso instante en que la soberanía deja de definirse como aquella capacidad de suprimir la vida, y se transforma en aquella potestad de mantenerla y administrarla, fenómeno aparecido hacia el siglo XVIII con el pacto de vasallaje. Podríamos decir que es un mecanismo de del joven en una sociedad dominante, de prohibición y no propositiva.

Los jóvenes que hemos observado que frecuentan las discotecas de la 14ª avenida de la zona1 de Quetzaltenango, se mantienen al margen de la vida de los actores políticos, es más, aún siendo hijos de prominentes diputados, alcaldes o síndicos, a ellos les tiene sin cuidado y les preocupa más la diversión y lo que pueden sacar de las relaciones con sus congéneres. Uno de estos jóvenes me dijo que evita decir que es hijo de diputado aún cuando algunos lo conocen. Su forma de comportarse le evita tener enemistades. Sus amigos lo acuerpan al momento de alguna situación incómoda. Es la dependencia unos de otros para salvarse y todo por el flujo de capital. Sus amigos saben que pueden contar con una buena suma de dinero por protegerlo. A esto Michel Foucault lo denomina trastocamiento. Foucault plantea en su discurso, que "en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad." Para lograrlo, clasifica los principales sucesos que afectan al orden del discurso. El planteamiento de Foucault para "atacar" los "problemas" como las costumbres, los prejuicios, incluye cuatro principios:

•Principio de trastocamiento: donde se reconocía el origen del discurso (el autor, la disciplina, la voluntad de verdad), hay que reconocer el enrarecimiento del discurso.

•Principio de discontinuidad: el que existan sistemas de enrarecimiento del discurso no implica que debajo de ellos se encontrará un discurso ilimitado, continuo y silencioso. Los discursos deben de ser tratados como prácticas discontinuas que se cruzan, yuxtaponen, ignoran o excluyen.

•Principio de especificidad: la concepción del discurso como una violencia que hacemos a las cosas, donde los acontecimientos del discurso encuentran su regularidad. Esto debido a que las cosas no tienen regularidad per se. Nosotros se las imponemos.

•Principio de exterioridad: a partir del discurso, ir hacia sus condiciones externas de posibilidad, sus motivos, y lo que fija sus límites.

Estos principios se oponen, uno a uno, el acontecimiento a la creación, la serie a la unidad, la regularidad a la originalidad, y la condición de posibilidad a la significación. Los cuatro principios a los que se oponen los propuestos por Foucault son los que dominaban las ideas.

CAPITULO V

PODER Y CONTRAPODER

Introducción

En este apartado analizaremos las lógicas de dominación y resistencia que se registran en las sociedades juveniles de la ciudad de Quetzaltenango. En este capítulo quinto se describe la manera de ¿cómo leer la participación cultural y política de los jóvenes como actores en una sociedad que coacciona, reprime, limita y castiga? En realidad ¿los jóvenes son masas pensantes o masas "vivientes" al vaivén del consumismo? ¿Por qué se pretende aducir en diversos ambientes o círculos de reflexión que los jóvenes no piensan y solamente actúan movidos por quienes tensan los hilos para manipularlos a gusto y antojo? Para interpretar clara y contundentemente este fenómeno recurrimos al análisis epistemológico de Michel Foucault que explica esta relación de poder como biopolítica y cómo repercute en las relaciones entre los jóvenes que frecuentas las discotecas de la 14ª Avenida de la zona 1.

1. Quetzaltenango, entre el Ayer y el Hoy

La ciudad de Quetzaltenango por su ubicación geográfica es un lugar estratégico para la investigación de los cambios que vienen generándose desde los años 60" cuando se escuchaban música de rock and rol o música pop en incipientes discotecas situadas a lo largo de la 14ª Avenida de la zona 1. Si bien no eran tan concurridas como en la actualidad si podemos interpretar que estos espacios son punto de referencia con el poder local, como ya queda escrito anteriormente en el presente trabajo de investigación cualitativa. Mucho tiempo ha transcurrido desde las zarabandas que se realizaban durante las fiestas patronales en las inmediaciones del Parque Central de la ciudad de Quetzaltenango, pues ahora su permanencia y posesión de la territorialidad a todo lo largo de la 14ª avenida de la zona 1.

Los cambios son pocos si bien tomamos en consideración que los jóvenes más que ser actores propositivos, generadores de cambios son sujetos "sujetados" en una sociedad "panóptica" vigilada y vigilante porque, en el caso de las discoteca objeto de nuestro trabajo de campo, el joven está siendo vigilado por el policía de la entrada a la discoteca, lo vigila el Disjoky, lo vigilan los demás asistentes, lo vigila el bartender, además lo vigilan los foráneos que van de paso ya sea hacia el parque central o en dirección hacia el mercado municipal de la Democracia.

El consumo de alcohol, de tabaco y de otras sustancias tóxicas para el organismo es frecuente entre los jóvenes de ambos sexos. En este sentido, jóvenes entrevistados admitieron alcanzar niveles altos de consumo. El uso del alcohol va desde lo esporádico hasta lo periódico, y que lo ha ingerido por lo menos una vez. No todos admiten el uso de otras sustancias, como pasta básica, marihuana, crack, entre otras. Los varones reconocen por lo general que las han utilizado en alguna fiesta; sin embargo, todos han confesado que toman licor, siendo la cerveza la bebida más común, también porque el precio de la entrada incluye la bebida; entre las chicas se dan aunque en menor medida, pero lo hacen por aparentar tener "todo controlado". Fumar cigarrillos es una costumbre que adquirieron a temprana edad, algunos fuman marihuana o pasta básica, pero lo hacen de manera esporádica cuando se presenta la ocasión, es decir, en un bar como lo hemos observado en nuestro trabajo de campo, en discotecas o en fiestas, por eso, aunque el alcohol sea perjudicial para el organismo, permite que afloren niveles de agresividad reprimida, y, en muchos casos, sobre todo antes de una «pelea», se toma para adquirir mayor «valor».

La familia es la base de la formación de estos jóvenes; por tanto, la descripción de cómo son los hogares de donde provienen nos indican qué valores manejan y qué modelos reproducen. Aunque es de hacer notar, que la familia no podemos leerla bajo una óptica moralista, todo lo contrario, es un espacio donde se registran tensiones, confrontaciones y contradicciones.

Las familias en riesgo tienen a los padres casi siempre fuera de casa por el trabajo, por la bebida (alcoholismo) o por el abandono (familias monoparentales o reconstituidas).

Las familias desintegradas no brindan un medio conveniente para que los adolescentes fortalezcan su identidad. Por tal razón, muchos de ellos tratan de afianzar dicha identidad en la discoteca, donde los modelos son del todo inadecuados. Los problemas económicos son fuente de inspiración para los conflictos intra familiares; sin embargo, no podemos atribuir todo el peso de la agresión y de la violencia a este factor, porque la integralidad que concatena las variables antes mencionadas va gestando la cultura de la violencia en la que viven y actúan. La familia juega aquí un papel preponderante, obrando como reproductora de la «cultura de la violencia», porque tal vez dicho modelo sea reproducido en el futuro cuando esos jóvenes formen familia. Claro, esta reproducción responde a las dinámicas y recomposiciones que registran en el capitalismo.

Quizás la manera de escapar a una realidad dolorosa sea la de las diversiones; describir cómo se divierten nos permitirá saber lo que los hace soñar, gozar y también aturdirse. Pero también estos espacios son para el ejercicio de poder pastoral en los demás contemporáneos.

2. Poder Pastoral y Jóvenes

Este trabajo no intenta destacar que todo lo que puedan realizar los jóvenes en las discotecas sea malo o perjudicial. Lo que analizamos, teniendo como referencia el debate entre Michel Foucault y Joan Chomsky, es que solamente puede el joven y la chica "independizarse" de la sujeción cuando toma conciencia de que lo que hace lo realiza por su propia iniciativa y no por inercia, por manipulación por agentes externos que ejercen poder pastoral como lo hemos comprobado en este estudio. Sin embargo, mientras las estructuras de poder manipulen e impidan al joven decidir, cosa que procurarán mantener por medio de sus estrategias comerciales como "ofertas dos por uno", los chicos pagan y ellas no, "el precio de la entrada incluye la bebida"; tendremos jóvenes manipulados y manipulables que se niegan el derecho a una sana elección y una probada diversión; además de una conciencia política en donde se siente vivo, inmerso en una sociedad que valora su deberes y sus derechos.

Partes: 1, 2, 3, 4
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