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Breve historia contemporánea de la Argentina (página 2)

Enviado por Jorge Caiella


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¿Hasta qué punto eran justificados los terrores de la derecha? La ola de huelgas, que culminó entre 1917 y 1921, había sido formidable, pero no estaba guiada por un propósito explícito de subversión del orden, sino que expresaba, de manera ciertamente violenta, la magnitud de los reclamos acumulados durante un largo período de dificultades de la Argentina hasta entonces.Los socialistas apostaron a la acción legislativa y a la posibilidad de crear en el  Congreso un ámbito de representación. Pero había en el partido una incapacidad casi constitutiva para establecer alianzas o acuerdos, y aunque impulsaron algunas reformas legislativas no lograron dar forma a una fuerza política vigorosa, capaz de equilibrar a la derecha reconstituida o, siquiera, de precisar los puntos centrales del conflicto que se avecinaba. Su otra apuesta fue -a largo plazo- la ilustración de la clase obrera que, según suponían, se esclarecería en el contacto con la ciencia. De ahí su intensa acción educadora, a través de centros, bibliotecas, conferencias, grupos teatrales y córales, la Sociedad Luz. La difusión de ciertas prácticas en los grandes centros urbanos atestigua adecuadamente los cambios que -superada la crisis social- estaban experimentando los trabajadores y la sociedad toda.

El fin de la lucha gremial intensa, la reducción de la sindicalización el  debilitamiento de la Unión Sindical Argentina dan testimonio de la atención de los conflictos sociales. La Unión Ferroviaria, fundada en 1922 y con vertida en cabeza indiscutida del sindicalismo, expresó el nuevo tono de 1a acción gremial: un sindicato fuertemente integrado, férreamente dirigido de forma centralizada, negoció sistemática y orgánicamente con las autoridades, descartó la huelga como instrumento y obtuvo éxitos sustanciales.

La universidad constituyó un problema importante para la expansión. La reforma Universitaria -nació en Córdoba en 1918 y se extendió por toda la argentina y luego latinoamerica fue una expresión  de esta transformación: las universidades cuyo propósito era la de formar profesionales eran por aquel entonces elitistas y académicamente escolásticas. Muchos jóvenes estudiantes quisieron abrir sus puertas, participar en su dirección, remover las viejas camarillas de profesores, instaurar criterios de excelencia académica y de actualización científica y vincular a  la universidad con los problemas de la Sociedad.

La economía: Con la Primera Guerra Mundial -mucho más que con la crisis de 1930- terminó una etapa de la economía argentina: la del crecimiento relativamente fácil  sobre rumbos claros. Desde 1914 se entra en un mundo más complejo,  más delicado y en el que el futuro era relativamente incierto.

La guerra puso de manifiesto en forma aguda un viejo mal: la vulnerabilidad de la economía argentina, cuyos nervios motores eran las exportaciones el ingreso de capitales, de mano de obra, y la expansión de la frontera agraria.

Estados Unidos , ocupó los espacios dejados libres por los países europeos en mayor  o menor medida derrotados en la guerra. La expansión de Estados Unidos en la década de 1920 se manifestó por el  impulso exportador de automóviles, camiones y neumáticos, radios, megáfonos, maquinaria agrícola y maquinaria industrial. Para asegurar el mercado tentador, y saltar por sobre eventuales barreras arancelarias las empresas industriales -General Motors, General Electric, colgate entre otras— realizaron aquí inversiones significativas, que al principio  sólo era para armar localmente las piezas importadas. También avanzaron en las  empresas de servicios públicos –electricidad y tranvías- como  proveedoras, particularmente de los Ferrocarriles del Estados que por entonces crecieron. Estados Unidos para defender su comercio no permitía importaciones desde la Argentina lo cuál desequilibró las balanzas.Por otra parte, la vieja relación "especial" con Gran Bretaña se sostenía mínimamente: Gran bretaña no podía competir contra la industria norteamericana.

Desde 1912 se había conocido este tipo de tensiones en la agricultura; d 1921 se manifestaron en un punto mucho más sensible y que afectaba a intereses más poderosos: la ganadería. Gracias a las ventas de carne enlatada, los años finales de la guerra fueron  excelentes, beneficiándose no sólo los ganaderos de la zona central sino de las zonas  marginales, y hasta quienes criaban ganado criollo. La situación cambió  bruscamente a fines de 1920, cuando los gobiernos europeos, que estuvieron  haciendo stock, cortaron sus compras, y los precios y volumen derrumbaron.Alrededor de 1926 se inició un largo período de estabilidad una suerte de meseta sin el crecimiento espectacular previo pero también sin los problemas de estancamiento posteriores a 1940.

Construcción de la democracia.Yrigoyen comenzó su gobierno con un Parlamento hostil, al igual que la mayoría de los gobiernos provinciales, y buena parte de su estrategia fue aumentar su poder. Para ganar las elecciones, usó presupuesto del Estado, repartiendo empleos públicos entre sus punteros  aunque en Buenos Aires la competencia con los socialistas lo llevó a ei métodos más modernos. En 1918 logró obtener la mayoría en la Cámara de  Diputados, pero la clave seguía pasando por el control de los gobiernos provinciales, decisivos a la hora de votar. No vaciló en intervenir las provincias , organizando luego elecciones en las que triunfaban sus candidatos, y así su poder aumentó considerablemente, aunque nunca logró imponerse en el Senado, y tropezó con dificultades imprevistas en Diputados.

desde 1922 un militar Enrique Mosconi, presidía Yacimientos Petrolíferos Fiscales, creado por Yrigonyen  cuando su período ya expiraba. Bajo la dirección de Mosconi -que era ingeniero militar- la empresa se expandió en la explotación y  gracias a la construcción de su refinería en La Plata, avanzó en el mercado interno, poblando el país con sus característicos surtidores. Pero , también crecieron  empresas privadas: la británica Shell y la norteamericana Standard oil , que actuaba en Salta, de modo que la competencia empezó a convertir el  petróleo en un tema de discusión pública.

el problema petrolero se había instalado en la discusión pública, y la presencia extranjera era asociada con su manifestación más agresiva: la norteamericana de la Standard Oil. La bandera de la nacionalización coincidía con la prédica de los sectores militares preocupados por asegurar la autarquía respecto de los recursos estratégicos, se vinculaba con la nueva y fuerte hostilidad de los sectores terratenientes hacia Estados Unidos, a partir del conflicto de las carnes, y enraizaba finalmente en un sentimiento antiamericano de más larga data, que asociaba unívocamente la metrópoli del norte con el "imperialismo". Pero sobre todo, da la impresión de que de que alguna manera el petróleo aparecía como la panacea que aseguraría la vuelta a la prosperidad, una fuente de rentas tan abundante que con ellas podría asegurarse a la vez la prosperidad de los sectores propietarios, del Estado y de la sociedad.

1930- 1943

La restauración conservadora: 1930-1943 El 6  de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu asumió como presidente provisional y el 20 de febrero de 1932 transfirió el mando al general P. Justo, que había sido electo, junto con el doctor Julio A. Roca, en Noviembre del miso del año anterior. Intervención y cierre económico La depresión que empezó en 1928 y continuo hasta 1932 golpeó fuertemente las economías abiertas del mundo. Gran Bretaña se refugió en proteccionismo comercial y constituyó un "área" de la libra, defendida por el control de cambios primero y por la inconvertibilidad de la moneda después y sólo incursionó tímidamente por nuevos caminos; a mediados de 1933, con la designación como ministro de hacienda  de Pinedo -con quien colaboró Raúl Prebisch-, se avanzó por un  rumbo más novedoso, delineándose dos tendencias que habrían de perdurar  largamente: la creciente intervención del Estado y el cierre progresivo de la  economía. También otra, menos duradera pero de mayor trascendencia en lo inmediato: el reforzamiento de la relación con Gran Bretaña.

También en 1931fue el establecimiento del control de cambios mediante el gobierno centralizaba la compra-venta de divisas. Avanzando sobre el control de las finanzas en 1935 se creó el Banco Central; cuya función principal era regular las fluctuaciones cíclicas de la masa monetaria evitando tanto una excesiva holgura como la escasez, así como la de controlar los bancos privados-que pertenecían a su directorio- sobre todo en el manejo de créditos. Para atenuar los efectos de las crisis cíclicas y defender los productos locales se comenzó a regular la comercialización de la producción agropecuaria. El Estado fue asumiendo funciones mayores en la actividad económica, y pasó de la simple regulación de la crisis a la definición de  reglas de juego cada vez más amplias. La más importante tuvo que ver con la industria, cuya producción comenzó a crecer en el marco de la crisis, y siguió haciéndolo luego de la recuperación de la segunda mitad de la década. Con la prosperidad de las décadas anteriores se había constituido en el país un mercado consumidor de importancia. El cierre creciente de la economía, los aranceles y la escasez de divisas creaban condiciones adecuadas para sustituir los bienes importados por  producidos localmente, sobre todo si la producción no exigía una instalación  febril muy compleja o si ya existía una base industrial, que podía ser utilizada más intensamente.

La vieja dinámica de los sectores propietarios,  de diversificación en distintas actividades sin atarse definitiva a una encontró en la  industrialización sustitutiva un nuevo campo, que se completó posteriormente con la inversión inmobiliaria. Por otra parte con la combinación de un  mercado cerrado y algunas pocas grandes empresas por cada rama o cada actividad  tornó poco relevante la presión por la mayor eficiencia y el menor precio. La ganadería siguió retrocediendo respecto de la agricultura al igual que en la década anterior . La producción agrícola no decayó, a pesar del derrumbre de los precios, aunque la situación de los productores se deterioró sensiblemente, en especial la de los más pequeños, y se fueron delineando las condiciones del éxodo rural, visible luego del comienzo de la segunda guerra mundial. En todo el n nordeste se extendió la ocupación de nuevas tierras, iniciada en la década  anterior, y se constituyó un amplio sector de pequeños productores dependientes de un sector comercial e industrializador muy concentra.También  aquí el Estado intervino para regular la comercialización La presencia británica: Presionada por el avance de Estados Unidos, y en el marco de la crisis desatada en 1930, Gran Bretaña optó por reconcentrarse en su Imperio, fortalecer sus vínculos con las colonias y dominios y acotar la presencia estadounidense. A la vez, en un contexto mundial de restricciones financieras, se propuso defender sus antiguos mercados y salvar sus ingresos provenientes de préstamos o inversiones antiguas. En 1932 la conferencia imperial de Ottawa inclinó la balanza hacia los miembros del Commonwealth quienes tenían preferencias por las importaciones británicas. Entre otras medidas se decidió a reducir un tercio las compras de carnes congeladas proveniente de Argentina que podía reemplazarse con la proveniente de Australia y en un 10% la enfriada tomando para esto como base las compras de 1932, ya muy bajas. Se trataba de un punto extremadamente sensible para la Argentina, quizás no tanto por su importancia intrínseca como por la magnitud de los intereses constituidos en torno de la exportación de la carne: productores, frigoríficos y empresas navieras eran capaces de presionar fuertemente sobre el gobierno.

A la vez el gobierno Argentino también poseía una arma decisiva: la política arancelaria y el control de cambios, permitían discriminar las importaciones y regular el monto de las divisas que sería utilizado para pagar los servicios de la deuda Británica, para comprar productos británicos o para remitir las utilidades de las empresas británicas instaladas en la Argentina. En un contexto de escasez de divisas y con fuertes demandas de los intereses comerciales norteamericanos el punto se convertía sumamente importante para Gran Bretaña. En 1933 una misión encabezada por Julio A. Roca negoció en Londres las condiciones para el mantenimiento de la cuota Argentina de la Carne. La credibilidad del gobierno era vital  entre los diversos sectores ligado a la actividad pecuaria, pero tuvo un éxito relativo: se mantendrían las condiciones de 1932 y se consultarían eventuales reducciones posteriores que fueran necesarias. 

No logró gran cosa en su segundo objetivo: aumentar la participación de los productores locales en el control de las exportaciones de modo de negociar en mejores términos con los frigoríficos. Gran Bretaña se aseguró que la totalidad de las libras generadas por este comercio se emplearían en la propia Gran Bretaña: en el  pago de la deuda, la importación de carbón, material ferroviario o textiles -para los que se establecía un tratamiento arancelario preferencial-y en la remisión de utilidades de las empresas británicas. El tratamiento benévolo apuntaba a reflotar empresas británicas en dificultades: las ferroviarias y los transportes urbano. Los ferrocarriles estaban atenazados por gastos fijos muy altos en reducción general de su actividad y la creciente competencia del transporte automotor. Un frente popular Frustado    En 1935 los trabajadores de la  construcción de Buenos Aires conducidos por dirigentes comunistas, iniciaron un huelga que duró mas de 90 días. En los barrios de la ciudad se manifestó una amplia solidaridad y en enero la CGT realizó una huelga general de 2 días-la única de la década-al cabo de la cuál los huelguistas obtuvieron la satisfacción de una parte substancial de las demandas. El saldo más importante fue quizás la constitución de la Federación Obrera Nacional de la construcción uno de los sindicatos más importantes y  combativos del país. En 1936 se efectuaron muchas huelgas al igual que en 1935 y 1937, coincidiendo probablemente con la reactivación económica. La reacción del gobierno se dirigió también hacia el nuevo sindicalismo combativo: La ley de Residencia fue aplicada en 1937 contra los principales dirigentes de la construcción, comunistas de origen italiano deportados a la Italia fascista. Un manifiesto de la derecha fue el que alertó el resurgimiento de las masas ciegas y la turbia democracia desplaza en 1930 y justificó el fraude patriótico que desde entonces el gobierno utilizó sistemáticamente en favor de los partidos oficialistas. En el campo de los opositores al gobierno fue muy importante el cambio de posición del partido Comunista. Con la consigna de "lucha de clases contra clases" los comunistas habían combativo por igual fascistas y nazis y a los partidos socialdemócratas a quiénes estigmatizaban como los más peligrosos enemigos del proletario, pero desde 1935 se lanzaron a impulsar la unidad "de los sectores democráticos" para enfrentar al nazifascismo sacrificando las consignas y prácticas que pudieran irritar o atemorizar a los grupos progresistas y democráticos de la burguesía. Reconocer la importancia del Estado y hacer de él su interlocutor principal constituía también una tendencia muy fuerte entre los dirigentes sindicales. Esta tendencia fue criticada desde los partidos políticos opositores, empezaron a dar prioridad a los  reclamos democráticos y al enfrentamiento político con el gobierno y presionaron para alinear en él a las organizaciones sindicales. La guerra y el frente nacional: el progresivo avance de los mercados europeos -provocado por los triunfos alemanes- redujo drásticame las exportaciones agrícolas, pero en cambio aumentaron mucho las ventas carnes a Gran Bretaña, tanto enfriada como congelada. Como a la vez disminuyeron las importaciones de origen británico. Por otra parte, aprovechando las dificultades en todo el comercio internacional, y una suerte de "vacío de poder" empezaron a exportar a países limítrofes productos industriales: las de  textiles, confecciones, alimentos y bebidas, calzado y productos químicos acentuaron el crecimiento industrial iniciado con la sustitución de importaciones y el país empezó a tener saldos comerciales favorables, incluso con Estados Unidos. El  Plan de Reactivación Económica proponía para la salida a las dificultades generadas por la guerra, insistir en la cosechas por parte del Estado, para sostener su precio, y a la construcción, pública y privada, capaz de movilizar muchas actividades; sobre todo, remarcaba la importancia de estimular la comercio exterior seguía siendo la "rueda maestra" de la economía estas otras actividades, "ruedas menores", contribuirían al equilibrio general. Se advertía el problema de una economía excesivamente cerrada en sí misma y  proponía estimular las industrias "naturales", que elaboraban materias primas locales y pudieran exportar a los países vecinos y a Estados Unidos a largo plazo, la Argentina habría de solucionar un déficit comercial con el país del norte que sin duda se haría más gravoso a medida que fuera creciendo el sector industrial y aumentara la demanda de máquinas repuestos o combustibles.

El proyecto fue aprobado por el Senado con mayoría oficialista pero la Cámara de Diputados no lo trató. Su fracaso fue antes político que económico. Desde 1932 con Roosevelt Estados Unidos cambió su relación de política exterior con el resto de los países americanos tratando de llegar a un acuerdo en común pero erigiéndose en el dominio del continente. El comercio bilateral entre Estados Unidos y Argentina fue infructuoso por el proteccionismo agrícola de ambos países. En junio de 1940 se constituyó Acción Argentina dedicada a denunciar las actividades de los nazis en el país y la injerencia de la embajada alemana, en ella participaron radicales, socialistas y muchos intelectuales independientes y muchos conspicuos de los miembros de la oligarquía conservadora. Se crearon la Dirección General de Fabricaciones Militares y el Instituto Geográfico impulsando así el avance de las Fuerzas Armadas sobre terrenos más amplios que los específicos. La presencia de los militares fue cada vez más visibles. Rápidamente las Fuerzas Armadas fueron convirtiéndose en un nuevo actor político. Un elemento central del nuevo perfil militar fue el desarrollo de una conciencia nacionalista. El terreno había sido preparado por el nacionalismo uriburista difundido por un grupo minoritario pero activo dentro y fuera de la institución. Era este un nacionalismo tradicional: antiliberal, xénofobo y jerárquico. 

También era importante el papel del Estado en una sociedad que seguramente sería acosada en la posguerra por agudos conflictos: la reconstitución del frente popular, las banderas rojas en los mitines obreros y la presencia en las calles del partido Comunista parecían signos ominosos de ese futuro y para enfrentarlo se requería orden y paz social.  El nacionalismo finalmente se manifestó en los intelectuales, que destacaron que el futuro funesto que le aguardaba a la nación era en parte por cierto facilismo, y renunciamiento espiritual de las clases altas o burguesas, del desprecio por el "mestizo" por parte de la sociedad toda, producto a su vez de la cultura de los inmigrantes europeos incapaces de comprender el verdadero valor de la nación. El 4 de junio de 1943 el Éjercito depuso al presidente e interrumpió por segunda vez el orden constitucional antes aún de haber definido el programa del golpe y ni siquiera la figura misma que lo encabezaría.

1943- 1955

El gobierno de Perón 1943-1955: 

la emergencia. Los militares en el gobierno coincidían en la necesidad de acallar la agitación política y la protesta social: proscribieron a los comunistas, a los sindicatos e intervinieron la CGT -por entonces dividida-, dísolvieron  Acción Argentina, que nucleaba a los partidarios de romper relación con  el Eje, y más tarde hicieron lo mismo con los partidos políticos, intervinieron las universidades dejando cesante a un vasto grupo de profresores de militancia opositora, y finalmente establecieron la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Contaron con la colaboración de un  elenco de nacionalistas y católicos integristas, algunos de antigua militancia  junto a Uriburu, quienes dieron el tono al régimen militar: autoritario antiliberal y mesiánico, obsesionado por la fundación de un orden social  para evitar el caos del comunismo que, según pensaban, sería la secuela inevitable  de la posguerra. No le fue difícil a la oposición democrática identificar  al gobierno militar con el nazismo. Los Estados Unidos atacaron con fuerza a uno de los estados Americanos que no se aliaron en contra del eje apartando a la Argentina de las relaciones comerciales internacionales, sumado a la inestabilidad social interna asumió como presidente Juan Domingo Perón. Clarividencia y preocupación descubrió un actor poco tenido en cuenta hasta entonces: el movimiento obrero. A cargo de la Dirección Nacional de Trabajo se dedicó a vincularse con los dirigentes sindicales. Todos fueron convocados con excepción de los dirigentes Comunistas.que luego de un frustrado acercamiento inicial, fueron perseguidos y erradicas de  sus posiciones. A los gremios y trabajadores se les cumplieron sus reclamos: se extendieron las jubilaciones, vacaciones pagas, accidentes de trabajo, se ajustaron las categorizaciones ocupacionales. Se equilibraron las relaciones entre obreros y patrones. La sanción del Estatuto del Peón innovó sustancialmente pues extendió estos criterios a las zonas rurales.La tendencia original sindicalista no había desaparecido: en 1942 se dividió entre un sector más afín a los partidos opositores encabezado por los comunistas y muchos de los dirigentes sindicalistas y otro identificado con la vieja linea sindicalista donde se alineaban los gremios ferroviarios.

En el Consejo Nacional de Posguerra que constituyó, insistió en la importancia de profundizar las políticas seguridad social, así como de asegurar la plena ocupación y la protección del trabajo ante la eventual crisis que pudieran sufrir las industrias crecidas con la guerra: A los empresarios les señaló la amenaza que entrañaban las masas obreras desorganizadas y el peligro del comunismo, que se veía avanzar en Europa. Ante unos y otros se presentaba como quien podía canalizar esa efervescencia, si lograba para ello el poder necesario. Pero los empresarios fueron desconfiando cada vez más del "bombero piromaníaco" que agregaba combustible a la caldera, hasta el límite del  estallido, y al mismo tiempo controlaba la válvula de escape.Progresivamente, las agrupaciones patronales fueron tomando distancia de Perón y  la  política de la secretaría, mientras éste paralelamente acentuaba su identificación con los obreros, subrayaba su prédica anticapitalista y desarrollaba ampliamente en su discurso los motivos de la justicia social.

En 1945 el éjercito forzó la renuncia de Perón pero no encontró una alternativa mejor ni tampoco ningún movimiento demócrata se pudo imponer. El 17 de octubre en medio de las  vacilaciones gubernamentales una multitud se concentró en la Plaza de Mayo para reclamar por restitución en el cargo de Perón y así éste y sus seguidores políticos en el gobierno volvieron al centro del poder. La industrialización había avanzado sustancialmente durante la guerra tanto para exportar a países vecinos cuanto para sustituir a las importaciones escasas por la dificultades del comercio y también del boicot norteamericano. Lo cierto es que la ocupación industrial había crecido y que la masa de trabajadores industriales había empezado a engrosar con emigrantes rurales expulsados de la crisis agrícola. Los dirigentes sindicales fortalecidos por la movilización de octubre decidieron crear un partido político propio "El Laborista"inspirado en el que acababa de triunfar en Inglaterra. Su organización aseguraba el predominio de los dirigentes sindicales y su programa recogía diversos motivos, desde los más estrictamente socialistas hasta los vinculados con el dirigismo económico y el Estado de bienestar. Apoyaron a Perón muchos dirigentes conservadores de segunda línea y sobretodo lo respaldaron el Ejército y la Iglesia que en una pastoral recomendó con pocos eufemismos votar por el candidato de gobierno que había perseguido al comunismo y establecido la enseñanza obligatoria.La Unión Democrática incluyó a los partidos de izquierda pero-por la impugnación de los radicales intransigentes-excluyó a los conservadores que debieron resignarse a apoyarla desde afuera o pasarse calladamente al bando de Perón como hicieron muchos movidos por la vieja rivalidad con el radicalismo. Mercado interno y empleo Estados Unidos continuó con su boicot hacia la Argentina por haber permanecido ésta intransigente en la guerra con el Eje. El bloqueo a armamentos e insumos vitales no pudo mantenerse en la posguerra pero el comercio exterior era vulnerable.Las exportaciones limítrofes que habían crecido mucho durante la guerra, empezaron a retroceder ante la competencia Norteamericana.Las exportaciones agrícolas a Europa-que recupera su paz pero sin materia prima para poder subsistir-fueron obstaculizadas por Estados Unidos, restringiendo los transportes o vendiendo a precios subsidiados. La apetencia de los países maltrechos por la guerra era demasiado grande para que esto impidiera las ventas pero en rigor ninguno de ellos poseía productos para intercambiar ni divisas convertibles que el país pudiera usar para saldar sus compras con Estados Unidos de modo que en estos años excepcionales la Argentina cosechó beneficios modestos.

 En 1948 se lanzó el Plan Marshall pero Estados Unidos prohibió que los dólares aportados a Europa se usaran para importaciones de Argentina. Ya desde 1949 las economías europeas se recuperaron, Estados Unidos inundó el mercado con dólares subsidiados y la participación Argentina disminuyó drásticamente. La magnitud de las deudas Británicas-la Argentina era solo un acreedor menor-hacía impensable el pago de las libras.La pésima situación de las empresas ferroviarias, la descapitalización y obsolescencia y la pérdida general de rentabilidad hacían conveniente para los británicos desprenderse de ellas.Se arregló la compra de los ferrocarilles por el Estado Argentino por un valor similar a las libras bloqueadas y un acuerdo sobre carne que sería pagada con libras convertibles. Tras la retórica nacionalista que envolvió esta operación-presentada como parte del programa de independencia económica y celebrada con una gran manifestación en Plaza de Mayo-se trataba sin duda de un éxito británico frente a un país que no tenía mejor opción. La crisis financiera de 1947 y el abandono de la convertibilidad de la libra acabaron con la única ventaja importante obtenida. La Segunda Guerra Mundial, la crisis de los mercados y el aislamiento acentuado por el boicot norteamericano habían contribuido a profundizar el proceso de sustitución de importaciones iniciada en la década anterior por la manufactura propia, más allá del desarrollo de materias primas extendiéndose el desarrollo al sector metalúrgico. La industralización interna en principio generó desocupación. Sin embargo creció las medianas y pequeñas empresas y luego aumentó la mano de obra industrial que se nutría de emigrantes internos de las provincias de forma intensa. Los grupos empresarios más tradicionales ubicados tanto en el sector exportador como en el industrial estimulaban las industrias naturales capaces de producir eficientemente y de competir en los mercados externos asociarse con Estados Unidos para sustentar su crecimiento y a la vez mantener un equilibrio entre el sector industrial y el agropecuario del cuál deberían salir divisas necesarias para la industria. La política de Estado-dotado cada vez más de instrumentos más poderosos-apuntó a la defensa del sector industrial instalado y a su expansión dentro de las pautas vigentes de protección y facilidad. Éste recibió amplios créditos del Banco Industrial; protección aduanera para eliminar competidores externos y divisas adquiridas a tipos preferenciales para equiparse. Las políticas de redistribución de ingresos hacia los sectores trabajadores contribuían a la expansión sostenido del consumo. La alta ocupación y los salarios en alza trajeron aparejada una expansión de la demanda y una inflación cuyos niveles empezaron a elevarse pero a la vez ganancias importantes para los empresarios. La política peronista se caracterizó por un fuerte impulso a la participación del Estado en la dirección y regulación de la economía, desarrolló administraciones conservadoras pero las extendió y las profundizó. A la vez hubo una generalizada nacionalización de las inversiones extranjeras sobretodo de empresas controladas por capital británico que se hallaba en pleno proceso de repatriación , adjudicando una importancia simbólica en la independencia económica expresada en Tucumán el 9 de julio de 1947. A los ferrocarriles se sumaron la empresa de gas, teléfonos y algunas empresas de electricidad del interior del país. Se dió un fuerte impulso a "Gas del Estado" construyendo el gasoducto de Comodoro Rivadavia a la Flota Mercante y a la incipiente Aerolíneas Argentinas. El Estado avanzó en sectores industriales no solo en fabricaciones militares sino con un grupo de empresas alemanas llamada DINIE. Pero la reforma más importante fue la nacionalización del Banco Central. Desde ahí se manejaba la política monetaria y la crediticia y también el comercio exterior pues los depósitos de todos los bancos fueron  nacionalizados y al Banco Central se le asigno el control de la IAPI. Las dos piedras fundamentales fueron la nacionalización de la economía y su control por el Estado y la otra, el mantenimiento del empleo y la elevación del nivel de vida, esto tenía raíces políticas más importantes que las económicas:el terror a las posibles consecuencias sociales del desempleo. Al resguardo del empleo industrial y redistribución del ingreso entre 1946 y 1949 se extendieron las medidas sociales por negociaciones colectivas amparadas por la ley:los salarios comenzaron a subir, se adjuntaron las vacaciones pagas. licencias por maternidad o enfermedad, sistemas sociales de medicina y de turismo actividades en los que los sindicatos tuvieron un papel importante; congelamiento de alquileres, establecimientos mínimos y máximos de salarios, mejora de salud pública; planes de vivienda construcción de escuelas y colegios; organización del sistema jubilatorio y en todo lo relacionado a la "seguridad social". Los sindicatos:   La ley de Asociaciones de Profesionales aseguraba la existencia de grandes y poderosas organizaciones-un sindicato por rama de industria y una confederación única-con fuerza para negociar de igual a igual con los representantes patronales pero la vez dependientes de la personería gremial otorgada por el Estado. Las orientaciones y demandas circulaban preferentemente desde arriba hacia abajo y la CGT conducida por personajes mediocres fue la responsable de transmitir las directivas del Estado a los sindicatos y de controlar a los díscolos. Similar fue la función de los sindicatos respecto a las organizaciones de base:controlar, achicar el espacio de acción autónoma intervenir a las secciones demasiado inquietas, a la vez se hicieron cargo de funciones más complejas tanto en la negociación de los convenios  como en las actividades sociales y debieron desarrollar una administración especializada de modo que la fisonomía de los dirigentes sindicales convertidos en una burocracia estable se diferenció notablemente de la de los viejos luchadores. Desde 1947 Eva Perón esposa del presidente se dedicó desde la Secretaría de Trabajo a cumplir las funciones de mediación entre los dirigentes sindicales y el gobierno facilitando la negociación de los conflictos con un estilo muy personal que combinaba la persuasión y la imposición. La relación de Perón con el sindicalismo fue sin duda compleja, negociada y difícil.Pese a la fuerte presión del gobierno sobre los sindicatos y a la decisión de controlar su acción, éstos nunca dejaron de ser la expresión social y política de los trabajadores. Desde la perspectiva de éstos, el Estado no solo facilitaba y estimulaba su organización y los colmaba de beneficios sino que creaba una comunicación fluida y casi familiar de modo que no lo consideraban como algo ajeno.

El Estado Peronista tenía a su vez en los trabajadores su gran fuerza legitimadora y los reconocía como tal y no de un modo retórico o abstracto sino referido a sus organizaciones y a sus dirigentes a quienes concedió un lugar destacable. El Estado peronista extendió su apoyo a la amplia franja de sectores populares no sindicalizados con quienes estableció una comunicación profunda através de Eva Perón y su Fundación. Financiada con aportes públicos y aportes privados casi voluntarios: se crearon escuelas, hogares para ancianos o huérfanos policlínicos repartió alimento y regalos navideños, estimuló el turismo y el deporte, se crearon muchas unidades básicas:organizaciones celulares del partido que detectaban casos particulares de desprotección y transmitían los pedidos a la Fundación. Eva Perón resultaba así la encarnación del Estado benefactor y providente. Sus beneficiarios no eran exactamente lo mismo que los trabajadores: muchos carecían de la protección de los sindicatos y todo le debían al Estado y su Intercesora. El Estado con mayor o menor fortuna aspiró a organizar a los empresarios reuniendo en la Confederación General Económica a todas las representaciones sectoriales así como a los estudiantes universitarios o a los profesionales. Intentó también redefinir las relaciones con las grandes corporaciones tradicionales. El gobierno Peronista mantuvo la enseñanza obligatoria religiosa en las escuelas y concedió la conducción de las universidades a personajes vinculados con el clericalismo religioso. Con respecto a las Fuerzas Armadas Perón no dejó que  se metieran en asuntos del Estado y por su parte tampoco él se metía en los asuntos interno de la Fuerzas Armadas.Paradójicamente un gobierno que surgió de escasa elección en el sufragio por el pueblo inobjetablemente, se dirigido al autoritarismo. En 1947 se reemplazó a la Corte Suprema mediante un juicio político poco convincente. Utilizó el recurso de intervenir provincias para acumular poder. 

Otra ley en 1947 acabó con la Autonomía Universitaria, estableciendo que toda designación docente requería un decreto del Ejecutivo. El poder Legislativo fue formalmente respetado pero se lo vació de todo contenido real:los proyectos se preparaban en  las oficinas de la presidencia y se aprobaban sin modificaciones, los opositores fueron acusados de desacato excluidos de la Cámara o desaforados. Los diarios independientes fueron presionados de mil maneras: cuotas de papel, restricciones de circulación, clausuras temporarias y atentados y en dos casos extremos la expropiación (l a prensa y la nueva presidencia). La reforma de la constitución hecha en 1949 estableció la reelección presidencial. Pero también aseguró derechos civiles, sociales y políticos de vastos sectores hasta entonces al margen de la vida del país, estableció el derecho al voto femenino y aseguró la presencia de la mujer en las instituciones.  Los conceptos más tradicionales de democracia no alcanzan a dar cuenta de esta forma muy moderna de democracia de masas: que se constituía desde el Estado la regulación y formación del individuo en la sociedad, se saturaba de propaganda los medios de comunicación-utilizados sistemáticamente-y también la escuela. El régimen autoritario Peronista tuvo una tendencia a convertir a todas las instituciones a su doctrina.Pero la forma más característica y singular de la política de masas eran las movilizaciones y concentraciones cuando había que apoyar una decisión política. Se desarrolló la verticalidad y el faccionalismo convertidos desde entonces en valores políticos. Crisis cultural: Clase media: quienes gozaban de rentas por la baja inflación se perjudicaron. También muchos perdieron sus puestos de trabajo en el Estado. Porcontraparte hubo una modesta prosperidad por parte de los trabajadores, la educación tuvo un expansión formidable y se desarrolló la actividad Universitaria. Por el menguamiento del desarrollo agrícola muchos trabajadores con sus familias partieron de las zonas rurales hacia las zonas industriales. Asentándose en zonas precarias y "favoreciendo" la creación de los planes sociales. Los sectores populares intensificaron el consumo, desarrollaron las ciudades y la política. Hubo un desarrollo intelectual de "justicia e injusticia social" que fue fomentada décadas antes por los partidos socialistas y la iglesia que maduró o se estableció justo en esta época peronista.

Los  mejores intelectuales y creadores críticos e innovadores convivieron junto con los de la Antigua cultura establecida y un poco caduca nacidas de instituciones al margen del Estado. Apareció el teatro "independiente" hecho por artistas no profesionales.El Estado había trabajo mucho para encuadrar los conflictos sociales en una concepción más general de Armonía de Clases, la comunidad de intereses y la negociación, que él arbitraba y a su vez había desplazado el conflicto al campo imaginario de la sociedad, que opuso lo "oligárquico" con lo "popular". Lo popular combinaba la dimensión trabajadora y carecía de aquellos componentes clasistas que en otras sociedades se manifestaba en una cultura cerrada y centrada en sí misma. La oligarquía pretendía restringir el acceso a esos bienes y excluir al pueblo. La resistencia a las prácticas peronistas producía irritación del proceso de democratización social.hubo mucho rechazo frente a la invasión popular de sectores y espacios que antes les pertenecían. Crisis y nueva política económica: En 1949 los precios de los cereales y carnes volvieron a su normalidad y los mercados se contrajeron mientras que las reservas acumuladas, consumidas con poca previsión se consumieron. La situación era grave para la industria ya que se dependía de las importaciones y esto llevaría al caos social. En 1952 el gobierno adoptó un nuevo rumbo, ratificado luego en el Segundo Plan Quinquenal. Para reducir la inflación se redujo el consumo interno, fueron eliminados subsidios a distintos bienes populares, se instauró una veda parcial al consumo de carne y se levantó el congelamiento de los alquileres, además Perón hizo una apelación a la reducción voluntaria y consciente del consumo de sorprendente efecto. Empezó a estimular a los productores rurales con precios retributivos al tiempo se priorizaba la importación de maquinari a agrícola. Esta política que no era apreciable, apuntaba a aumentar la disponibilidad de las divisas para seguir impulsando el desarrollo industrial clave para el Peronismo

En 1953 se sancionó la "Ley de Radicación" que permitía el ingreso de capitales extranjeros para fomentar la industria. Los logros de la nueva política económica tuvo fue moderado. Se redujo la inflación y se equilibró  la economía pero los sectores agrícolas e industriales no cambió  sustancialmente su situación. Los comienzos de la crisis económica fueron acompañados de importantes manifestaciones de disconformidad entre los principales apoyos al régimen: el sindicato y el éjercito.El Estado  optó por aplicar una dura represión: prisión a los dirigentes rebeldes y movilización militar a los obreros. 

Perón inició un segundo período de mandato del poder consolidado por el nuevo plan económico que parecía tener éxito, la victoria sobre sindicales rebeldes y militares y un espectacular triunfo electoral. Sin embargo el Estado empezó una conducta errática de conducta frente al pueblo intensificando su autoritarismo como por ejemplo la reducción de la oposición y al parlamente o censura a la prensa. En 1953 opositores a Perón lanzaron bombas sobre la Plaza de Mayo y murieron varias personas, los simpatizantes de Perón tomaron venganza y prácticamente destrozaron y saquearon la ciudad de Buenos Aires. La caída: La fundación del Partido Demócrata Cristiano marcó el comienzo del conflicto entre Perón y la Iglesia que rápidamente lo llevó a su caída. La "comunidad organizada" -o la peronización de las instituciones-era un proyecto con dinámica propia ejecutada por un grupo de funcionarios que actuaba independientemente de su la voluntad de su líder. En el Éjercito las voces disconformes con el nuevo régimen se incrementaron. 

Con la Iglesia que se mantuvo un acuerdo conveniente para ambos (Estado-Iglesia) era irreductible y por eso potencialmente enemiga, sobretodo cuanto en la compleja institución tenían un lugar no despreciable viejos enemigos del régimen-identificados con la oposición- y nuevos disidentes quejosos de distintos aspectos de la nueva política como el abandono de consignas nacionalistas. La iglesia y el estado "chocaron" en campos específicos: la beneficencias mediante la Fundación Perón, la educación por su culto laico y la falta de predominio de la religión en la educación, y la organización de los estudiantes secundarios en un contexto sombrío de corrupción.Para el gobierno la presencia del PARTIDO DEMOCRATA CRISTIANO resultaba ciertamente subversiva. 

El 16 de junio se produjo un levantamiento militar de la Marina contra Perón. Bombardearon la Casa de Gobierno para intentar asesinar a Perón pero mataron a más de 300 personas que se encontraban reunidas en Plaza de Mayo. Como en 1953 se incendiaron Iglesias y la curia metropolitana en venganza por el atentado. Como en ocasiones anteriores esta explosión de Furia fue seguida de una actitud conciliadora de Perón que aunque triunfador había perdido mucho de su maniobra política y era en cierto punto prisionero de sus salvadores militares. El 16 de septiembre estalló en Córdoba una nueva sublevación Aunque los apoyos civiles fueron muchos, las unidades del Éjercito que se plegaron fueron escasas y había poca voluntad de combatir a los sublevados. También se sumó la marina amenazando bombardear las ciudades costeras. Perón había perdido completamente la iniciativa y tampoco manifestó voluntad de defenderse moviendo todos los recursos que disponía. Sus vacilaciones coincidieron con una decisión que hasta ese entonces lo sostenían. Perón renunció.

1955- 1966

El empate, 1955-1966 El general Eduardo Lonardi encabezó el nuevo gobierno que se presentó como provisional para indicar su decisión de restaurar el orden constitucional. Rodeados de un grupo de católicos -lo más activo y también lo más reciente de la oposición – y por militares de tendencia nacionalista, el jefe de la Revolución Libertadora proclamó que no había ni vencedores ni vencidos, y procuró establecer acuerdos con las principales fuerzas que habían sostenido a Perón como los sindicalistas.  El 13 de noviembre, apenas dos meses después Lonardi debió renunciar, y fue reemplazado por el general Pedro Aramburu, más afín a los sectores liberales y antiperonistas. Las consignas de la Revolución Libertadora en favor de la democracia coincidían con las tendencias pi de Occidente, donde la democracia liberal -práctica y bandera- dividía claramente las aguas con el Este totalitario.En 1947, los acuerdos monetarios de Bretton Woods establecieron el patrón dólar y los capitales y los capitales volvieron  fluir libremente por el mundo. Las áreas cerradas fueron desapareciendo y las grandes empresas comenzaron a instalarse en los mercados antes vedados.los países cuyas economías habían crecido hacia adentro y cuidadosamente  protegidas, como los latinoamericanos, y en particular la Argentina, el Fondo  Monetario Internacional -un ente financiero que en el nuevo contexto tuvo un enorme poder- propuso políticas llamadas "ortodoxas": estabilizar la moneda abandonando la emisión fiscal, dejar de subvencionar a los "sectores artificiales", abrir los mercados y estimular las actividades de exportación tradicionales. 

No obstante, progresivamente empezó a formularse una política alternativa, elaborada sobre todo en el ámbito de la Comisión Económica para América  Latina (CEPAL): los países "desarrollados" podían ayudar a los subdesarrollados a eliminar los factores de atraso mediante adecuadas inversiones en  sectores clave, que éstos acompañarían con reformas estructurales como la  reforma agraria. Desde entonces, la receta "monetarista" y la estructuralista -compitieron en la opinión y en las políticas. Podía pensarse que ambas estrategias  eran en última instancia complementarias, pero en lo inmediato tenían  corolarios políticos muy diferentes: mientras que la primera llevaba a revitalizar viejos aliados , los sectores oligárquicos, quizá la dictaduras impulsaba cambios profundos: una "modernización" de la sociedad que se coronaría  con el establecimiento de democracias estable a los de los países desarrollados. Luego de 1955 en la Argentina la apertura y la modernización fueron  valores compartidos pero las herramientas de esa transformación generaron una amplia polémica entre quienes confiaban en el capital extranjero  y quienes desde la tradición nacionalista que había alimentado el peronismo o desde la izquierda antiimperialista desconfiaban de él El empresariado Argentino:     participar activamente en el ingreso nacional     elevar la productividad racionalizando tareas y mano de obras     restringir el poder de los sindicatos y trabajadores     recuperar la autoridad patronal.     obstáculo a superar:la clase obrera maduró política y socialmente, conocía sus derechos. Libertadores y desarrollistas El general Aramburu, que encabezó el gobierno provisional hasta 1958 asumió plenamente la decisión de desmontar el aparato  Peronista,  fue disuelto y se intervinieron la CGT y los sindicatos puesto a  cargo de oficiales de las Fuerzas Armadas. el  9 de junio de 1956 un grupo de oficiales peronistas organizó un levantamiento; contaba con el apoyo de muchos grupos civiles y aprovechaba  un clima de descontento y movilización gremial.El gobierno los reprimió con con desusada violencia, ordenando el fusilamiento de los principales jefes militares, incluyendo al general Juan josé Valle. Se trató de un inusitado hecho de fría violencia, que dio la medida de la tajante división que desde el gobierno se planteaba entre peronistas. Raúl Prebisch, mentor de  la CEPAL, elaboró un plan que combinaba algunos principios de la nueva doctrina con un programa más ortodoxo de estabilización y liberalización .Los instrumentos que el Estado tenía para intervenir -el IAPI o el manejo de los depósitos bancarios- empezaron a ser desmontados. Se devaluó el peso y el sector agrario recibió un importante estímulo, con lo que se confiaba equilibrar las cuentas  ternas. Se aprobó el ingreso de la Argentina al FMI y al Banco Mundial , y se obtuvo la ayuda de estos organismos para los problemas más inmediatos, lo que les permitió dar al país sus contundentes recomendaciones- No hubo en cambio una legislación clara sobre el capital extranjero, cuya concurrencia -ya planteada por Perón- siguió despertando dudas. La política social fue más definida. Combinando eficiencia y represión patrones  y gerentes empezaron a recuperar autoridad en las plantas. Las convenciones colectivas fueron suspendidas, y en el marco de una fuerte crisis cíclica en  1956, los salarios reales cayeron fuertemente en 1957. Pero también las huelgas fueron numerosas y combativas, sobre todo en 1956, y fue frecuente el sabotaje y el terrorismo, con rudimentarios artefactos de fabricación casera.En septiembre de 1957 se  reunió el Congreso Normalizador de la CGT y los peronista nucleados en las  62 Organizaciones, accedieron a su control, aunque compartiéndolo con algunos núcleos independientes.Proscripto el peronismo, estas organizaciones sindicales asumieron simultáneamente la representación gremial y la política y desde entonces fueron  la "columna vertebral" del movimiento. Desde su exilio Perón conservaba todo su  poder simbólico, pero en lo concreto debió dejar hacer y tolerar las desobediencias para no ser negado  aunque reservándose cierto poder de veto. 

Perón se dedicó a reunir a todos cuantos aceptaran invocar su nombre, alentándolos y empujándolos  a unos contra otros, para reservarse así la última palabra. Aprendió una nueva técnica de conducción y la utilizó admirablemente, para el gobierno y  las fuerzas políticas que lo apoyaban, el "pacto de proscripción" era un problema para el futuro, mediato o inmediato: qué hacer con el peronismo. En la derecha, optaron por acercarse al peronismo algunos  de los viejos nacionalistas y los conservadores "populares".  En la izquierda la política represiva del gobierno libertador apartó pronto a muchos de un bloque antiperonista en el que hasta entonces habían convivido con sus enemigos naturales. Su misión era dirigir a la clase obrera y ésta era peronista y no dejaba de serlo, lo que planteaba un serio problema a quienes seguían creyendo en la naturaleza burguesa o aun fascista de ese movimiento. El ascenso de Frondizi en la Unión Cívica Radical provocó una ruptura. Después de la caída de Perón el radicalismo se dividió: quienes seguían a Balbín se identificaron con el gobierno libertador, mientras que Arturo Frondizi eligió la línea de acercamiento con el peronismo basándose en el tradicional  programa nacional y popular del radicalismo, así como en su constitutiva  oposición a las "uniones democráticas".  x:c iones presidenciales eran cosa remota- la UCR proclamó la candidatura presidencial  de Frondizi, lo que aceleró la ruptura, y el viejo partido se dividió en dos: la UCR Intransigente y la UCR del Pueblo. La maniobra más audaz consistió en negociar con el propio Perón su apoyo electoral, a cambio del  futuro levantamiento de las proscripciones. La orden de Perón fue acatada —salvo por unos 800 mil reluctantes- y Frondizi se impuso en las elecciones  del 23 de febrero de 1958, con algo más de 4 millones de votos contra 2,5  millones que obtuvo Ricardo Balbín. Frondizi presidió el gobierno entre mayo de 1958 y marzo de 1962, En la  nueva versión de su programa -que decepcionaba a sus seguidores de izquierda- Frondizi aspiraba a renovar los acuerdos, de raigambre  entre los empresarios y los trabajadores; éstos eran convocados a abandonar su actitud hostil e integrarse y compartir, en un futuro indeterminado  mil beneficios de un desarrollo económico impulsado por el capital extranjero, esta  retórica incorporaba el novedoso tema del desarrollo, asociados con las  inversiones extranjeras, y lo unía a la condena del viejo imperialismo británico. Además de trazar el prospecto de un país en crecimiento y sin conflictos la retórica deliberadamente imprecisa, servía para justificar las arriesgadas maniobras tácticas del presidente. Se legitimaba así a los equipos técnicos que  encabezaba Rogelio Frigerio -supuestamente representante de la burguesía  nacional"- así como el pacto con Perón y el acuerdo con los sindicatos. La  confianza en la eficiencia de este programa justificaba las concesiones a otros factores de poder en cuestiones juzgadas secundaria como la iglesia, en el campo de la enseñanza, y a los militares, entre quienes, se aspiraba a desarrollar una tendencia adicta, y nacionalista. El realismo político del  presidente incluía una tendencia a inclinarse por  la negociación táctica  con las grandes corporaciones, y consecuentemente una escasa valoración de la escena política.

 La "batalla del petróleo",  la negociación con compañías extranjeras de la exploración y puesta en exploración de  las reservas, y simultáneamente anunció la autorización para el funcionamiento de las universidades no estatales, lo que generó un profundo debate entre  los defensores de la enseñanza "laica" y los de la "libre", en su mayoría católicos. En los cálculos del presidente ambos debates -el del petróleo y el  de la enseñanza- acabarían neutralizándose) E1 meollo de la política económica fueron las leyes de radicación de capitales extranjeros y de promoción industrial, sancionadas antes de que terminara 1958. Por ellas se aseguraba a los inversores extranjeros libertad para remitir  ganancias y aun para repatriar el capital. Se establecía un régimen  especial a las inversiones en sectores juzgados clave para la nueva etapa de  desarrollo: la siderurgia, la petroquímica, celulosa, automotriz, energía y naturalmente el petróleo, al que todos los diagnósticos señalaban como el mayor cuello  de botella del crecimiento industrial. Habría trato preferencial en  materia de derechos aduaneros, créditos, impuestos, suministro de energía  compras del Estado, así como en la protección arancelaria del  mercado local  todo ello manejado con un alto grado de discrecionalidad, manifestado en los contratos petroleros, que el presidente negoció en forma personal y secreta. Los resultados de esta política fueron notables: las inversiones extranjeras, de alrededor de 20 millones de dólares en 1957 subieron a 248 en 1959 y 100 más en los dos años siguientes. La producción de aceros y automotores creció de modo espectacular y casi se llegó al autoabastecimiento de petróleo. La fuerte expansión hizo probablemente más intensa la crisis cíclicas trienal- anteriores fueron las de 1952 y 1956-, anunciada a fines de 1958 por  una fuerte inflación y dificultades serias en la balanza de pagos. En diciembre  de 1958 se pidió ayuda al FMI y se lanzó un Plan de estabilización cuya receta recesiva  se profundizó en junio de 1959, cuando Frondizi convocó al ministerio  de Economía al ingeniero Alvaro Alsogaray. Se trataba de unos de los  voceros principales de las corrientes liberales y  aplicó un ortodoxo programa  de devaluación, congelamiento de salarios y supresión controles  estatales cuyas consecuencias fueron una fuerte pérdida en los ingresos de los trabajadores y una desocupación generalizada. Su adopción marcó el final de la  ilusión integracionista y puso en evidencia la necesidad de enfrentar el obstáculo sindical. El plan de Estabilización puso fin a una precaria convivencia entre el gobierno y los sindicatos  peronistas, que hasta entonces habían apreciado medidas gubernamentales  como el fin de las proscripciones y, sobre todo la Ley de Asociaciones Profesionales , que establecía el sindicato único y el descuento por planilla . Pero los efectos de la política de estabilización y la dureza con que el gobierno reprimió las protestas, a partir de la huelga del Frigorífico Lisandro de La Torre de enero 1959, pusieron a los sindicatos en pie de guerra.Las huelgas se intensificaron  en los meses siguientes, y luego recrudeció el sabotaje. El gobierno respondió interviniendo los sindicatos y empleando el éjercito para reprimir -según lo establecía el plan CONINTES—, al tiempo que los empresarios aprovechando la recesión, despedían a los cuadros más combativos de cada planta.La racionalización laboral pudo avanzar libremente, mientras que en los sindicatos se consolidaba un nuevo  tipo de dirección, menos comprometida en la lucha cotidiana y más preocupada por controlar las complejas estructuras sindicales  recurriendo incluso a la corrupción o al matonismo para acallar las disidencias. Una nueva burocracia sindical, especializada en  administrar la desmovilización, con paros generales duros de palabra pero escasamente combativos y negociaciones permanentes con todos los factores de poder.En momento  en que se debilitaba en el terreno de la negociación específicamente laboral , este nuevo sindicalismo adquirió una enorme fuerza en la escena política. Los militares vieron con desconfianza  el triunfo de Frondizi y se dedicaron a vigilarlo, y en particular a controlar sus relaciones con los peronistas. Se dividieron según sus diferentes opiniones  acerca de cuánto debía haber de respeto a las instituciones constitucionales  y cuánto de presión corporativa, que tomaba la forma de planteo al presidente para que adoptara determinada medida. La Marina fue más homogénea en su rechazo a la política presidencial, pero en el Ejército dominó  un faccionalismo creciente, que amplificaba las divisiones anteriores. Frondizi-Cuba-FFAA-Final: En principio Frondizi adhirió a las consignas de "La Alianza para el progreso" expuestos por Kennedy pero reacio en condenar a Cuba ya que le brindaba una alternativa socialista en el continente. Los militares presionaron a Frondizi, para romper relaciones con Cuba lo cuál sucedió. Ante de las elecciones de 1962, en 1961 Frondizi cambió su estrategia política. Expulsó Alsogaray, terminó con la estabilización y fomentó una política social más flexible. Las fracciones del peronismo comenzaron a interesarse por las fuerzas de izquierda, lo cuál pretendía una renovación ideológica que los sindicatos debieron aceptar. El peronismo y el sindicalismo formaron el movimiento obrero que administraba Vandor. El 18 de marzo los peronistas ganaron las elecciones. Frondizi intervino provincias cambió su gabinete y atravéz de Aramburu (militar) trató de conciliar con la oposición, no lo logró y los políticos se declararon indiferentes ante la suerte del presidente y del sistema institucional, sin embargo antes que los militares depusieran a Frondizi, este logró poner como presidente interino al presidente del Senado José María Guido y salvar así la institucionalidad. Presidencia de Illia (octubre de 1963-junio de 1967) UCR del Pueblo:     mitad de las gobernaciones que respondían a su poder     no tenía mayoría en la cámara de diputados     mayor consideración del sistema  ins/constitucional y no tanta negociación con las corporaciones     No logró una alianza consistente con otros partidos políticos para garantizar la defensa de la institucionalidad.     recuperación industrial y 2 años de buenas exportaciones     elevación del salario de los trabajadores     control de precios y renogaciación de contratos petroleros     Ley de Asociaciones: mecanismo para controlar el manejo de fondos e internas de los sindicatos Entre mayo y junio de 1964 los sindicatos que respondían a Vandor ejecutaron huelgas para demostrar al gobierno, sectores empresariales y a la sociedad que aún tenían importancia y poder en el desarrollo productivo. El operativo retorno: Vandro cada vez más, acapara poder en los sindicatos desplazando a Perón. Perón a fines de 1964 decidió regresar al país pero fue detenido en Brazil y lo enviaron de vuelta a España. El enfrentamiento a lo largo de 2 años consolidó a Vandor en el plano sindical y a Perón en el plano electoral. El rol de las FFAA  Cualquier intervención en la sociedad originaría divisiones facciosas. Los comandantes en jefes eran los representantes frente al gobierno y al estado. Onganía fue adquiriendo importancia nacional. Trato de Westpoint: "doctrina de seguridad nacional"–> las fuerzas armadas eran "la garantía" de los valores supremos de la nacionalidad y debían obrar cuando se vieran amenazadas por la subversión comunista. "Fronteras ideológicas": que en cada país dividía a los partidarios de los valores occidentales y cristianos de quienes querían subvertílos. Estados Unidos comenzaba su intervención política y los militares (de cada país estimulados y apoyados discretamente por EEUU) comenzaron a derrocar gobiernos democráticos. Para la FFAA la democracia era un obstáculo sobretodo para la seguridad y finalmente para la modernización económica que necesitaba de eficacia y autoridad. La economía entre la modernización y la crisis E1 programa que en 1958 sintetizó de manera convincente Arturo Frondizi  expresaba una sensibilidad colectiva y un conjunto de convicciones compartidas acerca de la modernización económica, En parte  debía surgir de la promoción planificada por el Estado, y de una renovación  técnica y científica hacia la cual de 1955 en adelante se volcaron muchos  esfuerzos. Así surgieron el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), de incidencia importantísima en su campo, y el menos influyente  Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). La investigación básica  y la tecnológica fueron promovidas desde el Consejo Nacional de investigaciones Científicas y Técnicas, creado en 1957, o desde Comisión nacional de Energía Atómica, que frecuentemente actuaron asociados a  las universidades. El Consejo Federal de Inversiones debía regular las desigualdades  regionales mientras que el Consejo Nacional de Desarrollo creado en 1963, asumiría la planificación global y la elaboración de planes  de desarrollo. En suma, un conjunto de instituciones debían poner en  movimiento, planificadamente, la palanca de la inversión pública la ciencia y la técnica.

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