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Breve historia contemporánea de la Argentina

Enviado por Jorge Caiella


Partes: 1, 2, 3, 4

    1. 1880 -1916
    2. 1916- 1930
    3. 1930- 1943
    4. 1943- 1955
    5. 1955- 1966
    6. 1966- 1976
    7. 1976 1983
    8. 1983 1989
    9. 1989- 1999

    Resumen de Historia Argentina 1880-1999 del libro de Luis Alberto Romero.

    1. 1880- 1916

    En 1880 cuando asumió por primera vez su presidencia Julio A. Roca, lo primero que hizo el Estado fue asegurar la paz y el orden Institucional. La "capital federal" -ciudad de buenos aires– se transformó en la capital de la Nación. El estado afirma su poder sobre territorios controlados por indígenas, se definió los límites del Estado como la "Conquista del Desierto" en 1879 y  en 1911 se completó la ocupación de los territorios del Nordeste. Se consolidó un fuerte centro de poder basado jurídicamente en la Constitución Nacional sancionada en 1853. Aunque estaban ideadas el sistema fiscal; judicial y la administración del Estado, su desarrollo era precario con escasos  medios para fomentar la Educación y la Inmigración. A medida que sus recursos aumentaron fue expandiendo sus instituciones y adquirió solidez antes que la sociedad.

    Para insertarse en la economía mundial, los sucesivos gobiernos desde 1810, con preponderancia en  1850 se alinearon comercialmente con Gran Bretaña, hecha potencia, en la cumbre económica por su desarrollo industrial. Por la aparación en el mercado mundial de Estados Unidos y Alemania, Gran Bretaña decidió cuidar sus relaciones o compromisos tomados conviertíéndolas ciertamente en monopólicas.Esta relación se varió desde la exportación de materia prima de lanas para la producción textil hasta el desarrollo de infraestructura "pública" como vías ferroviarias y trenes, bancos comercios y préstamos al estado. Además los Británicos instalaron y desarrollaron el sistema de Frigoríficos que permitía exportar carne envasada.

    Desde 1880 el país recibió numerosas cantidades de inmigrantes provenientes de toda europa, especialmente la mayoría italianos, luego en menor proporción españoles y franceses. El Estado fomentó la inmigración con subsidios y propaganda. El empresario rural buscó el máximo posible de ganancias. En el Litoral, donde escaseaba el ganado y la producción podía trasladarse fácilmente por los ríos, se inclinaron por la agricultura; allí donde la tierra era barata, optaron por la colonización, que la valorizaba, pero cuando el valor aumentó prefirieron el sistema de arrendamiento. En la provincia  de Buenos Aires perduró la gran propiedad indivisa y la explotación del lanar, hasta que la instalación de los frigoríficos hizo rentable la explotación del vacuno refinado con las razas inglesas y destinado a la exportación. Entonces, las necesidades de praderas artificiales estimularon la colonización agrícola: las tierras se destinaron alternativamente a cereales, forrajes y pastoreo, con lo que la agricultura se asoció definitivamente con la ganadería. Esta combinación resultaba la más adecuada para las condiciones específicas de entonces. La calidad de las praderas aseguraba altos rendimientos con escasas inversiones; por otra parte, las condiciones del mercado mundial, extremadamente cambiantes e incontrolables desde este lejano sur, hacían conveniente mantener la flexibilidad para elegir, cada año, la opción más rentable. Parecía más razonable mantener la tierra unida para conservar todas las opciones y encarar explotaciones más bien extensivas. Luego los arrendatarios rurales que poseían un capital limitado prefirieron alquilar extensiones de  tierra antes que adquirir una extensión  propia más pequeña. En 1880 la expansión de la agricultura fue continua. Entre 1892 y 1913 se quintuplicó la exportación y además se agregaron el trigo; el maíz; el lino, la lana y la carne vacuna congelada y enlatada. Apareció luego el crecimiento del sector ganadero desplazando la producción de lana hacia el sur. En este período el Estado modernizó los servicios de higiene y transporte, construyendo plazas y avenidas. Se construyeron edificios públicos y residencias. El Sector Industrial creció asociado a la economía agropecuaria y nutriéndose de capitales extranjeros. Conflictos culturales: al principio poca integración o comunión con otros inmigrantes de distintas naciones. Distinta lengua y cultura. Hacinamiento en condiciones de vivienda, inestabilidad en el trabajo, pésimas condiciones sanitarias, epidemias y mortalidad infantil. Analfabetismo. Estos conflictos fueron atenuándose con la integración social de distintas razas y culturas, se puede decir que en Argentina se caracterizó el mestizaje. Con la implementación de la educación además de la Alfabetización los hijos de los inmigrantes y las personas nacidas en Argentina comulgaron un lenguaje, y permitió el desarrollo de cultural de la sociedad en cierta forma. (nt:fede esta oración está traída de los pelos!) aunque los primeros inmigrantes analfabetos quedaron casi excluidos del sistema y del desarrollo progresista de la sociedad. Generación del ´80: Aristocracia "notables" notables de familias ricas. En la cúspide del sistema político la selección de personal se acordaban entre el presidente, los gobernadores y otros notables de prestigio reconocido. En niveles más bajos se encontraban los "caudillos" electorales que ejercían control sobre otros ciudadanos para boicotear padrones. El sistema estimulaba la escasa participación en las elecciones . El sistema institucional era republicano-aunque diseñado para mediatizar decisiones más importantes y alejarlas de la voluntad popular. La prácticas electorales de la época como la injerencia del gobierno desalentaba la competencia política. Como dijimos antes la educación pública solo se orientó hacia los jóvenes dejando a la gran mayoría de los adultos sin formación o analfabetos. Entonces surgieron: a)los anarquistas: tuvieron una relación más estrecha con los adultos-trabajadores y supieron hablarles en su lenguaje. Promulgando una sociedad más justa sin patrones ni Estado. La huelga y el levantamiento espontáneo  era su instrumento por las luchas específicas de cada gremio. b)socialistas: promulgaban un estado más justo y equitativo, através de una injerencia o intervención mayor del parlamento y llegaron específicamente a sectores populares integrados a la sociedad gralte con educación básica. c)sindicalismo: predicaron gralte en los sectores industriales tales como los ferroviarios o marítimos Como los socialistas promulgaban reformas regulares pero se desinteresaron de la lucha política y se dedicaban a la acción gremial. Partidos políticos: Ucr: los integraban jóvenes profesionales, comerciantes, empresarios y chacareros. Representantes: Carlos Pellegrini,  hipólito Yrigoyen luego. Objetivo: sufragio universal y moralización del sector público.Psd: partido demócrata progresista, principal figura lisandro de la torre, conservador Socialistas: objetivos y estrategias ya expuestas. Palacios principal figura en su tiempo. Anarquistas ya expuesto.

    1916- 1930

    1916-1930 presidencias radicales Diferencias de presidencias entre Yrigoyen y Alvear Yrigoyen fue presidente desde 1916 a 1922 año en el que le sucedió Alvear. Yrigoyen fue reelegido en 1928 para ser depuesto por un levantamiento militar el 6 de septiembre de 1930. Desde entonces tuvieron que pasar 59 años para la transición de un poder democrático a otro poder democrático. La presidencia  de Yrigoyen fue contradictoria desde  el principio: para unos era quien -toda probidad y rectitud- venía  a develar el ignominioso régimen y a iniciar la regeneración; hubo incluso quienes lo vieron como una suerte de santón laico. Para otros era el caudillo ignorante y  demagogo, expresión de los peores vicios de la democracia. Alvear en  cambio fue identificado, para bien o para mal, con los grandes presidentes del viejo régimen, y su política se asimiló con los vicios o virtudes de aquél.Los reclamos de participación política se relacionaban con mejoras en la situación de los distintos sectores sociales.

    La posición Argentina durante la primera guerra mundial: Inicialmente Yrigoyen mantuvo la política de Victorino de la Plaza, su antecesor: la "neutralidad benévola" hacia los aliados suponía continuar con el abastecimiento de los clientes tradicionales, y además concederles créditos para financiar sus compras. La Argentina había resistido tradicionalmente las apelaciones del panamericanismo, una doctrina que suponía la identidad de intereses entre Estados Unidos y sus vecinos americanos, pero el hundimiento de tres barcos mercantes por los alemanes movilizó una amplia corriente de opinión en favor de la ruptura, que era impulsada por los estadounidenses y entusiastamente apoyada por los diarios La Nación y La Prensa. Las opiniones dividieron de un modo singular: el Ejército -cuya formación profesional germana- tenía simpatías por Alemania, mientras que la Marina se alinea por Gran Bretaña. La oposición conservadora era predominantemente rupturista, al igual que la mayoría de los socialistas, aunque en abril de 1917 produjo entre ellos una escisión que, siguiendo a la Unión Soviética, adhirió al neutralismo. Los radicales estaban muy divididos en torno de esta cuestión. También, había proclamado al 12 de octubre -aniversario del viaje de Colón- como Día de La Raza, oponiendo al panamericanismo la imagen de una Hispanoamerica excluía a los vecinos anglosajones.

    Crisis social: las condiciones sociales eran complicadas en el momento de su estallido, se agravaron luego por las dificultades del comercio exterior y de la retracción de los capitales: en las ciudades  se sintió la inflación, el retraso de los salarios reales -los de los empleados públicos incluso sufrieron rebajas- y la fuerte desocupación. La guerra perjudicó las exportaciones de cereales, y particularmente las de maíz, y en las zonas rurales agravó la situación ya deteriorada de los chacareros y también jornaleros . Se inició entonces un ciclo breve pero violento de confrontación social que alcanzó su momento culminante en 1919 y se prolongó hasta 1922 o 1923.

    Esa ola de convulsiones se desarrollaba de manera parecida en todo el mundo occidental, recogiendo los ecos primero de la revolución soviética de 1917 y, luego, de los movimientos revolucionarios que estallaron, apenas terminó la guerra, en Alemania, Italia y Hungría. La impresión de que la revolución mundial era inminente operó en cierta medida como ejemplo para los trabajadores, pero mucho más lo hizo como revulsivo para las clases propietarias. La revolución se mezclo con la contrarrevolución, y entre ambas hirieron de muerte a las democracias liberales: en medio de la crisis de valores desatada en la posguerra, éstas fueron ampliamente cuestionadas por distintos tipos de ideologías y de movimientos políticos, que iban desde las dictaduras lisas y llanas -como la establecida en España en 1923 por el general Primo de Rivera- hasta los nuevos experimentos autoritarios de base plebiscitaria, como el iniciado en Italia en 1922 por Benito Mussolini, cuyas formas novedosas ejercieron una verdadera fascinación. En 1919, los fantasmas de la revolución social los despertaron bruscamente: La Liga  Patriótica Argentina, fundada en las calientes jornadas de enero, fue la primera expresión de su reacción. Confluyeron en ella los grupos más diversos: la Asociación del Trabajo-una institución patronal que suministraba obreros rompehuelgas-, los clubes de élite, como el Jockey club círculos militares  -la Liga se organizó en el Círculo Naval-, o los representantes de las empresas extranjeras. Conservadores y radicales coincidieron y se mezclaron en las tramos iniciales y el estado le prestó un equívoco apoyo mediante la Policía.Lo más notable fue la capacidad que la Liga mostró para movilizar a varios contingentes de la sociedad, reclutado en sus sectores medios, para la defensa y el orden y la propiedad reivindicando cierto patriotismo y nacionalidad amenaza por la filtración extranjera. 

    También fue notable su capacidad para organizar "brigadas" que asumían la tarea de imponer el orden  a palos -luego fueron muy activos en las zonas rurales-y para presionar al gobierno quien probablemente tuvo muy en cuenta la magnitud de las fuerzas polarizadas en torno de la Liga cuando a lo largo de 1919 imprimió un giro sutil pero decisivo a su política social. La derecha tuvo un nuevo impulso y un argumento decisivo aunque todavía impreciso contra la democracia:voluntaria o involuntariamente Yrigoyen era sospechoso de subvertir el orden. La liga aportó los motivos del orden y la patria. Los católicos combinaron el pensamiento social con el integrismo iliberal que empezó a difundirse  a través de los Cursos de Cultura Católica y cristalizó más tarde en la revista Criterio, fundada en 1928. Jóvenes intelectuales, como los Irazusta, difundieron las ideas de Maurras y Leopoldo Lugones proclamo la llegada de "la hora de la espada". Sin duda había discordancias en estas voces  y no menores -Lugones era declaradamente anticristiano-, pero no  preocupaba a su auditorio, que probablemente no tomaba demasiado en serio  mucho de lo que oía pero recogía en todas ellas un mensaje común: lazo a la movilización social y la crítica a la democracia liberal.

     La Liga Patriótica se dedicó al "humanismo práctico", organizando escuelas para obreras y movilizando a las "señoritas" de la alta sociedad. Mucho más importante fue la acción de la Iglesia que en 1919,en el pico de la crisis, organizó la Gran Colecta Nacional, destinada a movilizar a los ricos e impresionar a los pobres. Ese año fueron unificadas todas las instituciones católicas que actuaban en la sociedad -con tendencias y propuestas diversas- dentro de la Unión Popular Católica Argentina, un ejército laico comandado unificadamente por los obispos y los curas párrocos, quienes organizaron una guerra en regla contra el socialismo, compitiendo palmo a palmo en la creación de bibliotecas, dispensarios, conferencias y obras de fomento y caridad, tareas éstas en las que los activistas reclutados en los altos círculos sociales adquirían la conciencia de su alta misión redentora. El antiliberalismo que nutre todas estas manifestaciones resultó eficaz como arma de choque, como discurso unificador y como bandera de combate.

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