Fintech: los gigantes tecnológicos amenazan a la banca (Silicon Valley vs. Wall Street) (página 3)
Enviado por Ricardo Lomoro
Los jóvenes, que son los principales consumidores de banca digital, son también los clientes del futuro. Por eso, Lupina Iturriaga, directora ejecutiva de Fintonic, insiste en que el cambio será cada vez más profundo. Desde su experiencia en esa compañía, cuyo objetivo es ofrecer al cliente bancario herramientas para gestionar mejor su dinero, ahorrar y contratar los productos más idóneos para su perfil y necesidades, Iturriaga apuesta por que, en "unos pocos años", España alcanzará el nivel de penetración de la banca electrónica que caracteriza a los países del norte. "Ahora mismo, el porcentaje en España es del 30%, en los países nórdicos llega al 80%", recuerda.
Pero los expertos también avisan de los riesgos de ir demasiado de prisa. El citado experto de Deloitte recuerda que, actualmente, en España entre el 50% y el 55% de los clientes sigue prefiriendo el canal de la oficina; luego hay otro 30-35% de la clientela que es multicanal, y finalmente entre el 15% y el 20% que es completamente digital. "Por lo general, los clientes que tienen dinero son los mayores de 50 años, y estos son clientes que todavía tienen apego a la sucursal", avisa Pérez de Ayala. El grueso del pasivo se sigue captando vía sucursal, por lo que hay que tener cuidado con no descuidar las redes anticipándose demasiado a los acontecimientos. Uría coincide con que "la banca viene de una situación distinta de los nuevos competidores, porque tiene otra estructura. La clave es no perder negocio en la transición hacia lo digital".
Buena posición
La práctica totalidad de los expertos consultados coincide con que la banca española está reaccionando bien a las nuevas amenazas y está en buena posición frente a los bancos de otros países del entorno. Según el experto del IEB, "la banca española está liderando la transición digital a nivel europeo y mundial y esto, en un par de años, se empezará a reflejar en las cuentas". A su vez, el responsable de Strategy Consulting de Deloitte incide en que los bancos españoles han empezado a invertir desde hace tiempo. "Si comparamos con los países nórdicos estamos algo peor, pero es porque la digitalización de su sociedad ha sido más adelantada. Con el resto de países europeos competimos a la par".
Sandra Sieber también considera que en el conjunto la banca española va bien, aunque matiza que hay unas "tres o cuatro entidades que están tomando la delantera y están por encima de las demás". Esta experta añade que lo que le ha beneficiado a los bancos españoles es que siempre han estado centrados en el retail, que es el segmento de negocio en el que las exigencias de digitalización han aparecido antes y de forma más contundente.
¿Cuándo entrarán en el negocio financiero Google, Amazon, Facebook y Apple?
La irrupción de las empresas fintech en el mundo financiero está suponiendo un auténtico cambio, una revolución que traerá cambios más profundos en el medio plazo, cuando los jóvenes que hoy no trabajan o están a punto de empezar a hacerlo, comiencen a manejar sus ingresos y gastos mediante los hábitos de consumo que hoy realizan en el mundo 2.0 y, entre ellos, en el ocio y en su manera de interactuar con el mundo. (bez – 17/2/16)
Una de las grandes preguntas que todo el mundo se hace es qué van a hacer los GAFA: Google, Amazon, Facebook y Apple. Estos suponen una amenaza para el negocio bancario, aunque también para los propios actores fintech. Es solo una hipótesis, una posibilidad. Una mezcla de expectación y miedo para el sector financiero.
A diferencia de la banca tradicional que, con sus oficinas físicas, ha quedado para una generación envejecida, los GAFA tienen toda la experiencia de usuario de millones de clientes en todo el mundo. Facebook y Google tienen más de 1.000 millones de usuarios (cada uno), Apple 800.000 cuentas itunes y Amazon 250.000 clientes. Parecería lógico que entraran en el mundo de la desintermediación financiera; tienen a los clientes, tienen los datos, tienen las plataformas tecnológicas y tienen el producto. ¿Qué están haciendo?
Estrategia de largo plazo
Para ellos no es nueva la integración de medios de pago o mecanismos 2.0 financieros. En 2011 Google sacó la Google Wallet, un monedero virtual para hacer transacciones financieras, sin embargo ha sido un fracaso dados los números que maneja; Apple sacó en 2014 Apple Pay, un sistema de pago móvil que llegará este año a España; Facebook lanzó Messenger Payment en 2015 y Amazon lanzó en 2012 el Amazon Lending, préstamos para pequeñas empresas que operan en su plataforma.
Sin embargo los resultados han sido decepcionantes hasta ahora, unos mejor que otros, pero, en cualquier caso bajos, teniendo en cuenta los números que se manejan en su mercado. No hay datos concretos publicados al respecto, salvo que Amazon ha conseguido prestar unos pocos cientos de millones de dólares. No hemos tenido demasiadas noticias sobre su incursión en el mundo de la desintermediación financiera, a pesar de haber creado hace 1 año Finantial Innovation. ¿Por qué?
Se ha sugerido que incluso para estos gigantes es complicado crear un mercado nuevo cuando los consumidores no están preparados; en Estados Unidos y Europa llevan 15 años intentando implantar los pagos móviles y hasta ahora no han tenido demasiado éxito, a pesar de que su uso es mucho más sencillo e intuitivo que cualquier web bancaria. El cambio generacional y los cambios profundos de la crisis económica parece que nos acercan a ese momento. Según algunos analistas, si los mercados esperan que en el corto plazo los gigantes tecnológicos irrumpan con desarrollos fintech posiblemente estén equivocados. Para ellos es una estrategia a largo plazo. No es lo mismo un cambio en una fintech de 10 trabajadores con un nivel de clientes relativamente pequeño -donde los cambios pueden darse en el corto plazo y pivotar-, que estos gigantes tecnológicos que dominan el mundo y los hábitos de consumo de miles de millones de personas.
Los GAFA y su desarrollo de las finanzas y fintech
Sobre la competencia entre empresa fintech y banco siempre hay un elemento esencial sobre el que hay que reflexionar: modelo de negocio. En el caso de los GAFA, ¿está en su modelo de negocio, en su estrategia, implícito el desarrollo de las finanzas y fintech?
El negocio de Google está en la rentabilización de los datos. De momento se ha convertido en una de las corporaciones que más invierte en empresas fintech y startups. En Apple es parecido aunque no se centra tanto en la monetización de datos como en transacciones financieras de venta sobre productos físicos. En Facebook de momento no parece tan obvia la estrategia dentro de su modelo de negocio. Amazon trabaja con proveedores y clientes y actúa como logística entre unos y otros. De los 4 es el que tiene un modelo de negocio más integrado con la intermediación financiera. Si miramos a Alibaba en China, la cosa cambia. Ant Financial, su área financiera, está valorada en 50.000 millones de dólares
En definitiva, los GAFA van a ir expandiendo sus inversiones y negocio hacia los servicios financieros y parece que tendrán un rol importante en el ecosistema financiero, pero parece que será, al menos, a medio plazo porque su estrategia como negocio la integra de esta forma y porque los consumidores más jóvenes que llevan integrados en sus hábitos la utilización de sus dispositivos hacen de esta temporalidad el momento oportuno que llevan algunos años esperando.
¿Son un peligro inminente y real los GAFA para la banca tradicional?
Resultaría extraño que mientras cada día se hacen más cosas con un móvil, una tablet o un ordenador, no se lo tuviera en cuenta a la hora de realizar operaciones financieras.
Pero hasta hace bien poco no lo hacíamos. ¿Cuánta gente es cliente de determinados bancos que no están en absoluto preparados para afrontar con éxito el cambio? ¿O empresas de servicios cuya estrategia digital se limita a mejorar el aspecto de la web, tener cuenta en Twitter o Facebook? ¿Y cadenas hoteleras clásicas que no se han dado por enteradas que muchos de sus antiguos clientes buscan casa de vacaciones en Airbnb? Y de ahí en adelante.
Los bancos, las empresas de servicios financieros, las de distribución, la hostelería, el transporte de viajeros y en realidad casi todos los sectores que dan un servicio pueden ser víctimas de la revolución digital.
Si a todo esto agregamos la percepción de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y de los particulares, sobre mayores dificultades de conseguir un crédito que antes de la crisis, por mucho que los bancos digan lo contrario, la "oportunidad" está servida.
En una encuesta entre empresarios (españoles) realizada por la Fundación ICO (marzo 2016). Los principales obstáculos crediticios no están en el nivel de tipos (el Euribor en el 0% compensa los mayores diferenciales que los bancos cobran ahora), sino en la exigencia de mayores garantías y en el incremento de las comisiones y gastos asociados. De hecho, las propias entidades reconocen que el crecimiento del crédito se basa en los clientes preferenciales y en los que aportan garantías personales.
Esta encuesta muestra que el 60,5% de las empresas piensa que hay más dificultades para conseguir financiación ahora que antes de la crisis, frente al 12,6% que considera que son similares y sólo un 5,3% que encuentra menos dificultades en estos momentos. Estas respuestas se complementa con otras preguntas del sondeo: así, un arrollador 88,5% considera que las empresas desearían obtener más crédito a tipos de mercado del que les ofrecen los bancos. Asimismo, un 50% piensa que la situación del mercado de crédito sigue siendo un condicionante negativo o muy negativo para las pymes, mientras que el 33,4% opina que es positivo o muy positivo.
Cuando se les pregunta por los elementos que han mejorado o empeorado en el último año, las principales quejas no se refieren ni al volumen concedido, ni al tipo de interés, ni al plazo, ni siquiera al plazo de respuesta de la entidad financiera (aunque la mayoría asegura que éste ha aumentado). Las mayores dificultades, a juicio de los empresarios, se encuentran en las garantías y avales que exigen los bancos para conceder financiación, que han aumentado en opinión el 40,4%, y a los gastos y comisiones que cobran, cuyo crecimiento es denunciado por el 35,6%. La banca está disparando las comisiones para compensar la caída de los márgenes del negocio puro bancario.
Estos problemas son admitidos por las propias entidades financieras. En otra encuesta trimestral realizada en sucursales bancarias por el ICO, una gran mayoría asegura que el crédito está creciendo, sobre todo por la mejoría del entorno económico. Ahora bien, reconocen que esta aumento se centra básicamente en los clientes preferenciales -casi el 60% de los encuestados afirma que ha crecido bastante en el último trimestre- y en aquellos que aportan garantías personales más allá de las de la empresa -el porcentaje aquí supera el 50%-.
Si comparamos los dos sondeos, se observa claramente la diferencia de percepción entre los bancos y sus clientes empresariales. Mientras que éstos creen que las condiciones de crédito no han mejorado lo suficiente y desearían acceder a más financiación de la que les ofrecen, las entidades afirman claramente que la oferta de crédito ha aumentado en el primer trimestre de 2016, pero que la demanda por parte de las pymes y particulares se mantiene igual o sólo aumenta ligeramente. Probablemente, la respuesta a esta diferente percepción es el concepto de "demanda solvente" al que tan aficionados son los gestores de las entidades a la hora de explicar la evolución del crédito en España; es decir, hay más demanda, pero no es solvente según sus estándares, y la que sí lo es crece bastante menos.
Otro resultado llamativo de estas encuestas es que las empresas no piden el crédito para crecer o invertir, sino para sobrevivir. Desde el punto de vista de las empresas, el 52,5% afirma que es preferible reducir deuda a invertir en la empresa; desde el de las entidades, aseguran que están concediendo mucho más crédito para financiación de circulante que para la inversión en equipamiento.
Ante esta situación de desasistencia crediticia bancaria, es donde se abre la posibilidad de desarrollar e impulsar fórmulas de financiación alternativa y entonces aparecen los "sospechosos habituales": Google, Apple, Facebook, Amazon y la "santa compaña".
No debería sorprender que los GAFA vayan expandiendo sus inversiones y negocio hacia los servicios financieros y es probable que alcancen a tener un rol importante en el ecosistema financiero, pero será a medio plazo, porque los consumidores más jóvenes que llevan integrados en sus hábitos la utilización de sus dispositivos hacen de esta temporalidad el momento oportuno que llevan algunos años esperando. De todos modos, no creo que a los bancos les haga muy felices esta competencia, a medio y largo plazo. Los GAFA pueden "gafar" a un sector, que aún no ha recuperado toda su fuerza.
Tanto fue el cántaro a la fuente que al final, el "Gran Hermano" resultó ser "Caín"
Negociación de alta frecuencia
La negociación de alta frecuencia, también conocida en el ámbito financiero por su nombre en inglés high-frequency trading o por sus siglas HFT, es un tipo de negociación que se lleva a cabo en los mercados financieros utilizando intensamente herramientas tecnológicas sofisticadas para obtener información del mercado y en función de la misma intercambiar valores financieros tales como activos u opciones. Se caracteriza por varios elementos distintivos:
Es altamente cuantitativa ya que emplea algoritmos informáticos para analizar datos del mercado e implementar estrategias de negociación.
Cada posición de inversión se mantiene solo durante muy breves períodos de tiempo, para rápidamente ejecutar la posición y comprar o vender, según el caso, el activo de que se trate. En ocasiones esto se lleva a cabo miles, o incluso decenas de miles de veces al día. Los períodos de tiempo durante los que se mantienen las posiciones pueden ser de solo fracciones de segundo.
Al final del día de operaciones, no se mantienen posiciones de inversión abiertas, esto es, se saldan todas las operaciones llevadas a cabo.
Suele llevarse a cabo por importantes salas de mercado, normalmente de fondos de inversión o bancos de inversión con carteras con gran volumen y muy diversificadas.
Es un tipo de negociación muy sensible a la velocidad de procesamiento del mercado y al propio acceso al mercado.
Historia
El high-frequency trading lleva teniendo lugar al menos desde 1999, una vez que la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos (SEC) autorizó los intercambios electrónicos en 1998. A comienzos del siglo XXI las operaciones HFT requerían un período de ejecución de varios segundos, mientras que para 2010 este tiempo había disminuido hasta los milisegundos, e incluso microsegundos. Se trata de un tipo de negociación en los mercados financieros que se ha mantenido escasamente conocida fuera del sector financiero desde su creación, apareciendo por primera vez en un medio generalista en julio de 2009.
Crecimiento del mercado
En los primeros 2000, la negociación de alta frecuencia significaba menos del 10% del total de órdenes sobre activos, pero esta proporción pronto comenzó a crecer. De acuerdo con el NYSE, la negociación de alta frecuencia creció alrededor de un 164% entre 2005 y 2009. En el primer trimestre de 2009, el valor total de activos gestionados por hedge funds a través de estrategias de high-frequency trading representaba 141.000 millones, un 21% por debajo de su máximo alcanzado antes de que vinieran los peores momentos de la crisis. Las estrategias de alta frecuencia tuvieron éxito por primera vez gracias a Renaissance Technologies. Multitud de empresas de high-frequency son creadores de mercado y suministran de liquidez al mercado, lo que se ha afirmado que puede haber contribuido a disminuir la volatilidad y ayudado a reducir los márgenes haciendo de la negociación y de la inversión menos costoso para otros participantes en el mercado. En los Estados Unidos, las empresas de negociación de alta frecuencia representan el 2% de las aproximadamente 20.000 firmas que operan, pero alrededor del 73% del volumen de todas las órdenes sobre equity. El Banco de Inglaterra estima porcentajes similares para el mercado estadounidense en 2010, y sugiere además que el mercado europeo de HFT representa alrededor del 40% del volumen de órdenes de negociación, alcanzando para Asia entre el 5 y el 10%, con potencial de rápido crecimiento. Por valor, se estima que en 2010 el HFT representaba el 56% de las operaciones de capital en Estados Unidos y el 38% en Europa.
Controversia
La negociación de alta frecuencia ha sido objeto de intenso y creciente escrutinio público desde que diferentes reguladores de los mercados financieros proclamaron que este tipo de prácticas habrían contribuido a la volatilidad del 6 de mayo de 2010, jornada popularmente conocida como el Flash Crash de 2010, un crash bursátil que tuvo lugar en Estados Unidos el 6 de mayo de 2010 durante el cual el índice Dow Jones Industrial Average sufrió su mayor caída intradía de la historia medida en puntos, si bien no términos porcentuales, para inmediatamente recuperar la mayor parte de las pérdidas solo escasos minutos tras el crash.
Compañías más importantes de alta frecuencia
En el mercado de capitales de EEUU, algunos de los traders que mayores volúmenes negocian a través de estrategias HTF son Knight Capital Group, Getco LLC, Citadel LLC, Jump Trading, LLC y Goldman Sachs.
– Premio al vigilante de los fondos de alta frecuencia (El Español – 7/3/16)
(Por Rubén J. Lapetra)
La SEC, el equivalente a la CNMV española, estableció en 2011 un programa de recompensas para recibir denuncias anónimas sobre fraudes y prácticas ilegales en los mercados de valores de EEUU. En estos cinco años, el supervisor ha premiado a 23 whistleblower (soplones anónimos) con 55 millones de dólares, dinero que obtiene de las multas que impone a los infractores. "No se recauda dinero de los inversores perjudicados para pagar a estos denunciantes", aclara la SEC. Las recompensas parten de un mínimo y llegan a alcanzar entre un 10% y 30% de las sanciones que luego se imponen. Como parte esencial del programa, la identidad de los recompensados nunca se revela, ni puede ser confirmada por las autoridades.
Sin embargo, Eric Scott Hunsader no ha querido permanecer bajo la protección del anonimato y ha confirmado -recibo de 750.000 dólares en mano- al Chicago Tribune la recepción del premio de la SEC. No sólo ha reclamado su premio, sino que ha querido contarlo a los cuatro vientos porque forma parte de su cruzada profesional contra los manipuladores de cotizaciones bursátiles que, en su opinión, forman un grupo especial de fondos de inversión. A través de Twitter lleva años denunciando este tipo de comportamientos. Hunsader es la persona Nanex, una empresa de software con sede en Chicago que se dedica a analizar grandes volúmenes de datos de los mercados de valores de EEUU.
También es la pesadilla de los inversores de mayor éxito en la última década en el mundo de las finanzas: los operadores robot de alta frecuencia (hight frequency traders, HFT, por sus siglas en inglés), que se caracterizan por lanzar miles de órdenes de compra y venta en cuestión de segundos para obtener pequeños márgenes en las cotizaciones de bolsa. Sin embargo, su capacidad para hacerlo durante horas cada día les permite sumar suculentas ganancias a lo largo del día.
Son los grandes dominadores de los mercados en la actualidad. Los HFT representaron entre el 24% y hasta el 43% de toda la negociación bursátil registrada en las bolsas europeas en 2014, según un estudio de la ESMA (Autoridad Europea de Supervisores de Bolsa). Su actividad principal consiste en aprovechar las diferencias de precios en algunos activos para "rebañar" céntimos cada segundo, pero también en ser los más rápidos del mercado, enviando órdenes gigantescas antes de que los inversores normales operen en ese mismo activo. Compran o venden de forma automática en cuanto se publica un dato económico de un país o los resultados financieros de una empresa, provocando tensiones de liquidez en las cotizaciones.
El "flash crash" de 2010
Su gran ventaja competitiva es que son más rápidos que el resto, a veces, demasiado. Las sospechas sobre este exceso de rapidez han sido una constante en los mercados durante años, hasta que se han comenzado a demostrar algunos fraudes. Hunsader aportó documentación a la SEC que fue clave en las investigaciones sobre el llamado flash crash del 6 de mayo de 2010, que provocó que durante unos minutos algunas cotizaciones llegasen a bajar hasta un 90% por efecto de estos inversores de alta frecuencia. Aquel efecto en cadena desplomó las cotizaciones en Wall Street por valor de 1 billón de dólares. Nanex detectó, por ejemplo, cómo se usaron millones de órdenes fantasma aquel día, que se introducían en el sistema y se retiraban rápidamente con el objetivo de colapsarlo y falsear la realidad del mercado en algunas cotizaciones de empresas.
Para Hunsader, el premio es lo de menos. La SEC tardó dos años en multar al NYSE (la empresa gestora de la Bolsa de Nueva York) por ofrecer sistemas de distribución de cotizaciones a algunos inversores, que les permitían operar en bolsa antes que nadie y contar, por tanto, con información privilegiada con milisegundos de ventaja. Suficientes para hacer mucho dinero. La multa para el NYSE fue de 5 millones de dólares, "pero es demasiado suave, debían haber sido 100 millones por lo menos", lamenta Hunsader en declaraciones al Tribune. "Después de 2.000 días es menos que nada, pero no compensa la pérdida reputacional que he sufrido por mis denuncias en público", añade.
– Las claves de la banca en la sombra (BBVA Innovation Center – 2/1/15)
Los sistemas financieros P2P son cada vez más frecuentes en nuestra economía. Por ello queremos darte las seis claves para conocer un poco más qué es la banca en la sombra, sus ventajas y sus debilidades frente a la banca tradicional.
La banca en la sombra es un sistema que genera controversia hasta en su definición. Expertos internacionales no se ponen de acuerdo en establecer cuáles son los puntos que caracterizan a este sistema financiero, cada vez con más auge, en el que operan las actividades financieras que se realizan fueran del marco establecido.
Por ello, antes de darte las claves para que conozcas un poco más qué es la banca en la sombra, te proponemos tres de las definiciones de este sistema:
Financial Stability Board: Es la intermediación de crédito con entidades y actividades financieras fuera del sistema de la banca regulada.
Stijn Claessens and Lev Ratnovski: Son todas aquellas actividades financieras, con excepción de la banca tradicional, que requieren de respaldo público o privado para operar.
Zoltan Pozsar: Son las entidades que llevan a cabo el vencimiento, el crédito y transformación de la liquidez sin garantía del gobierno ni el acceso a la liquidez del banco central.
Gráfico con el porcentaje del PIB de la banca tradicional y la banca en la sombra
Ahora que ya nos hemos podido hacer una idea sobre este sistema financiera, te detallamos las seis claves que te ayudarán a desgranar sus ventajas y sus debilidades:
¿Dónde es más frecuente y por qué?
Los sistemas bancarios en la sombra más grandes se encuentran en las economías avanzadas, es decir en países donde en los últimos años se ha producido un estancamiento económico y que tienen medidas regulatorias más definidas.
Por ello, el FMI apunta a que el crecimiento de este sistema en la sombra continuará en los entornos financieros de estas economías avanzadas, porque el "endurecimiento de la regulación bancaria" y el incremento de la demanda de inversores fomenta estas actividades consideras no bancarias estrictamente.
No obstante, el sistema bancario en la sombra está creciendo con fuerza en las economías emergentes, superando al crecimiento de la banca tradicional. El mejor ejemplo de esta evolución está siendo China, cuyo gobierno ha impuesto fuertes restricciones a la banca tradicional, lo que está provocando un auge de las actividades financieras P2P y P2B.
Complemento de la banca tradicional
No hay que equivocarse: la banca tradicional y la banca en la sombra pueden complementarse. De hecho, el sistema en la sombra jugar un papel beneficioso al ampliar el acceso al crédito, lo que aporta liquidez en el mercado y distribución de los riesgos financieros.
Crecimiento potencial de los préstamos P2P
En EEUU y en el Reino Unido este tipo de actividades se concentran en los hogares y las pequeñas y medianas empresas, a pesar de que se están formando una serie de asociaciones entre estas plataformas y algunos bancos tradicionales. Según los datos del FMI, es un mercado en el que ya circulan más de 6.500 millones de dólares hasta finales de marzo de 2014.
Las claves de la banca en la sombra
El debate de la transparencia
Uno de los puntos débiles de las actividades financieras P2P es la falta de transparencia. Existen importantes lagunas de información en este sistema financiero, por lo que muchas autoridades, como el FMI, reclaman un ejercicio de transparencia para mejorar la información de este tipo de actividades e impulsar una regulación que mejore la gestión de los riesgos. En la actualidad sigue siendo muy complicado obtener datos medibles de las diferentes actividades P2P, tanto a nivel de donaciones como en préstamos e inversiones en la sombra.
Los riesgos
En Estados Unidos a finales de 2013, la llamada banca en la sombra representó el 30% del riesgo sistémico en el sector bancario. Sin embargo, este porcentaje fue mucho menor en la zona Euro y en el Reino Unido, con tan solo un 13% y un 7% respectivamente.
Para evitar que este riesgo aumente conforme se incremente este tipo de actividad financiera, el FMI insiste en que es necesaria una fuerte cooperación política internacional de cara al arbitraje regulatorio transfronterizo para poder abordar así los riesgos de cara a lograr una estabilidad financiera global.
De hecho, los riesgos son más propensos a aumentar cuando las iniciativas reglamentarias se implementan sin coordinación en diferentes países, ya que los cambios regulatorios en un país, por ejemplo, pueden dar provocar efectos secundarios y el aumento de los riesgos en otros.
Los riesgos específicos de la banca en la sombra pueden mitigarse a través de herramientas como los límites de reembolso en inversión colectiva o restricciones al apalancamiento de la inversión. Asimismo, es necesario ampliar las exigencias de información para incrementar la transparencia del sistema y permitir un mejor seguimiento de los riesgos.
Los objetivos de una regulación
El desafío para las autoridades es maximizar el beneficio de la banca en la sombra para la economía y reducir al mínimo sus riesgos sistémicos. Se necesita lograr un equilibrio entre las bondades de este sistema en la sombra y la financiación tradicional de la economía, pero con una mejora en la protección de las vulnerabilidades que contiene dicho sistema. Las diferencias en las regulaciones de los países provocan que una firma se pueda considerar un banco en un país, pero en otro sea considerado un banco en la sombra. Por ello, desde el FMI se propone establecer marcos políticos que identifiquen y den respuesta a las amenazas que afecten a la estabilidad financiera y que han ido mejorando desde la crisis económica global.
De hecho, el FMI propone una descomposición de las entidades bancarias y las entidades en la sombra diferenciando por actividades, por función y por nivel de riesgo.
Por último, el FMI plantea cuatro fases para dar una respuesta reguladora a este sistema de banca en la sombra:
1. Identificación sistémica de los riesgos basada en una amplia supervisión del sector financiero por parte de una autoridad macro-prudencial.
2. La consideración y la posible adopción de medidas políticas que comprenden medidas macro-prudenciales, cambios en la conducta empresarial y medidas no reglamentarias
3. Supervisión y ejecución de las medidas, basándose en la experiencia de las autoridades micro-prudencial
4. Evaluación de la efectividad de las anteriores medidas políticas y económicas al menos una vez al año, para transmitir los resultados en el ámbito internacional
(Fuente: Fondo Monetario Internacional – Global Financial Stability Report, Octubre 2014)
– ¿Qué es la banca en la sombra? (Finanzas & Desarrollo – FMI – Junio de 2013)
Muchas instituciones financieras que actúan como bancos no son supervisadas como bancos
(Por Laura E. Kodres)
Según reza el dicho popular, si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces es un pato. Pero, ¿y qué hay de una institución que parece un banco y actúa como un banco? A menudo no es un banco, sino un banco en la sombra.
La banca en la sombra, en realidad, simboliza una de las muchas deficiencias del sistema financiero que desembocaron en la crisis mundial. El término "banco en la sombra" fue acuñado por el economista Paul McCulley en un discurso que dio en 2007 en el simposio financiero anual celebrado por el Banco de la Reserva Federal de Kansas City en Jackson Hole, Wyoming. Allí el concepto estaba claramente focalizado en Estados Unidos y se refería principalmente a las instituciones financieras no bancarias que hacían lo que los economistas denominan transformación de vencimientos. Los bancos comerciales lo hacen cuando usan depósitos, que normalmente son a corto plazo, para financiar préstamos a más largo plazo. Los bancos en la sombra hacen algo similar. Captan (es decir, principalmente toman en préstamo) fondos a corto plazo en los mercados monetarios y los usan para comprar activos con plazos de vencimiento más largos. Pero por no estar sujetos a la regulación bancaria tradicional, en una emergencia no pueden -como sí los bancos- tomar préstamos de la Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) y no tienen depositantes tradicionales cuyos fondos tienen cobertura de seguro; están "en la sombra".
Hipotecas residenciales
Los bancos en la sombra pasaron a llamar la atención de muchos expertos debido a su creciente papel en la transformación de las hipotecas residenciales en títulos valores. La "cadena de titulización" comenzaba con la originación de una hipoteca que luego era comprada y vendida por una o más entidades financieras hasta que terminaba integrando un paquete de préstamos hipotecarios utilizado para respaldar un título que era colocado entre los inversionistas. El valor del título estaba vinculado al valor de los préstamos hipotecarios que formaban el paquete, y los intereses que aquel devengaba se pagaban con los intereses y el capital que los propietarios de las viviendas pagaban por sus préstamos. Prácticamente cada paso desde la creación de la hipoteca hasta la venta del título tenía lugar fuera de la órbita directa de fiscalización de los reguladores.
El Consejo de Estabilidad Financiera (CEF), una organización de autoridades financieras y de supervisión de las principales economías e instituciones financieras internacionales, desarrolló una definición más amplia de bancos en la sombra que incluye a todas las entidades fuera del sistema bancario regulado que realizan la función central de la banca, la intermediación del crédito (obtener dinero de los ahorristas y prestarlo a los prestatarios).
Los cuatro aspectos fundamentales de la intermediación son:
Transformación de vencimientos: obtener fondos a corto plazo para invertir en activos a más largo plazo.
Transformación de liquidez: un concepto similar al anterior que entraña el uso de pasivos similares al efectivo para comprar activos más difíciles de vender como los préstamos.
Apalancamiento: emplear técnicas tales como la toma de dinero en préstamo para comprar activos fijos y así aumentar las ganancias (o pérdidas) potenciales de una inversión.
Transferencia del riesgo de crédito: tomar el riesgo de incumplimiento de un prestatario y transferirlo desde el originador del préstamo a un tercero.
Según esta definición, los bancos en la sombra incluirían a los operadores o agentes bursátiles que financian sus activos mediante acuerdos de recompra (repos), en los cuales una entidad que necesita fondos vende un título valor para hacerse de ellos y promete recomprar el título (rembolsar el préstamo) a un precio especificado en una fecha especificada.
Los fondos mutuos del mercado de dinero que concentran fondos de inversionistas para comprar papeles comerciales (pagarés de empresas) o valores con respaldo hipotecario también son considerados bancos en la sombra. Asimismo lo son las entidades financieras -denominadas compañías financieras en muchos países- que venden papeles comerciales y usan el producto de la venta para otorgar crédito a los hogares.
Por qué existe un problema
En tanto los inversionistas comprendan lo que sucede y esas actividades no planteen un riesgo indebido para el sistema financiero, no hay nada intrínsecamente "oscuro" en obtener fondos de diversos inversionistas que quizá quieran recuperar su dinero en un plazo breve y en invertir esos fondos en activos con vencimientos más largos. Sin embargo, durante la reciente crisis financiera mundial surgieron problemas cuando los inversionistas comenzaron a inquietarse acerca del valor real de esos activos a más largo plazo y muchos decidieron retirar sus fondos de inmediato. Para pagarles, los bancos en la sombra tuvieron que vender activos. Esas ventas forzosas a precios "de remate" redujeron el valor de los activos, obligando a otras entidades bancarias en la sombra (y a algunos bancos) a reducir en sus libros el valor de activos similares para reflejar el menor precio de mercado, creando más incertidumbre acerca de su solidez. En el apogeo de la crisis, fueron tantos los inversionistas que retiraron o no renovaron (reinvirtieron) sus fondos que muchas instituciones financieras -bancarias y no bancarias- quedaron inmersas en graves dificultades.
Si el hecho hubiera ocurrido fuera del sistema bancario, posiblemente habría quedado aislado y las entidades podrían haber sido cerradas de manera ordenada. Pero también los bancos reales quedaron atrapados en las sombras. Algunos bancos en la sombra eran controlados por bancos comerciales, que para preservar su reputación procedieron a rescatarlos. En otros casos, las conexiones se establecían entre partes independientes, pero como los bancos en la sombra tuvieron que retirarse de otros mercados -como aquellos en que vendían papeles comerciales y otros instrumentos de deuda a corto plazo- esas fuentes de financiamiento para la banca también resultaron dañadas. Y como la transparencia era escasa, a menudo no estaba claro quién debía (o más tarde debería) qué cosa a quién.
En resumen, las entidades bancarias en la sombra se caracterizaban por una falta de divulgación e información acerca del valor de sus activos (o a veces incluso cuáles eran esos activos); estructuras poco claras de gestión y de propiedad entre los bancos y los bancos en la sombra; escasa vigilancia regulatoria o de supervisión como la aplicada a los bancos tradicionales; una virtual ausencia de capital para absorber pérdidas o de efectivo para los rescates, y falta de acceso a un respaldo formal de liquidez para impedir las "liquidaciones" o ventas forzosas de activos.
Continúan los problemas
Las sombras pueden inspirar temor porque opacan la forma y el tamaño de los objetos. Lo mismo ocurre con los bancos en la sombra. Estimar el tamaño de ese sistema bancario es especialmente difícil porque muchas de sus entidades no declaran información a los entes reguladores oficiales. El sistema bancario en la sombra parece ser mayor en Estados Unidos, pero la intermediación no bancaria del crédito también existe en otros países, y está en aumento. En mayo de 2010, la Reserva Federal comenzó a recopilar y publicar datos sobre la parte del sistema bancario en la sombra que opera en algunos tipos de repos. En 2012, realizó su segundo ejercicio de monitoreo "mundial" para examinar toda la intermediación no bancaria del crédito en 25 jurisdicciones y la zona del euro, conforme al mandato impartido por el Grupo de las Veinte principales economías avanzadas y de mercados emergentes. Los resultados son aproximados porque utilizan una categoría genérica de "otras instituciones financieras", pero sí muestran que el sistema bancario en la sombra de Estados Unidos sigue siendo el más grande, aunque ha disminuido desde el 44% del total de los países de la muestra al 35%. Si se consideran todas las jurisdicciones analizadas por el CEF, el sistema en la sombra mundial alcanzó un máximo de US$ 62 billones en 2007, cayó a US$ 59 billones durante la crisis y creció nuevamente a US$ 67 billones al final de 2011. La participación de la banca en la sombra en la intermediación financiera total fue de alrededor del 25% en 2009-11, frente al 27% en 2007.
Pero el ejercicio del CEF, basado en mediciones del origen y destino de los fondos, no mide los riesgos que la banca en la sombra plantea para el sistema financiero. El CEF tampoco mide el monto de deuda usado para comprar activos (apalancamiento), el grado en el cual el sistema puede potenciar los problemas, ni los canales por los cuales estos pasan de un sector a otro. Existen planes para combinar el "mapa general" del estudio original con información recogida en los informes de regulación y supervisión y extraída de los mercados acerca de nuevas tendencias, instrumentos y vinculaciones. El CEF planea vincular esa información con las cuatro actividades de la banca en la sombra (transformación de vencimientos y de liquidez, transferencia del riesgo de crédito y apalancamiento) para trazar un "mapa del riesgo sistémico" y así determinar qué actividades, en su caso, pueden plantear ese tipo de riesgo.
La primera encuesta del CEF indicaba que la actividad de los bancos en la sombra en el plano local no era significativa en la mayoría de las jurisdicciones, aunque no tomaba en cuenta las actividades transfronterizas. Tampoco mostraba cómo las actividades podrían estar conectadas entre distintos tipos de entidades. Por ejemplo, en algunos países las compañías financieras parecen estar ampliando su alcance y su papel en la intermediación del crédito. Aún no se ha determinado cuáles son los verdaderos riesgos de esas actividades y su importancia sistémica.
Las autoridades se involucran
El sector oficial está recogiendo más información, y de mejor calidad, y está explorando vulnerabilidades ocultas. Los supervisores bancarios también están examinando la exposición de los bancos tradicionales a entidades en la sombra y tratando de contenerla a través de normas de capital y liquidez, porque fue debido a esa exposición que la banca en la sombra terminó afectando al sector financiero tradicional y a la economía en general. Además, como muchos de esos bancos en la sombra estaban tenuemente regulados o fuera de la órbita de los reguladores, se estudia extender el alcance de las normas sobre declaración de información y de la regulación tanto a ese tipo de entidades como a los mercados que ellas utilizan. Esa tarea de vigilancia también procurará disuadir a los bancos en la sombra de cualquier intento de adaptar su comportamiento para quedar sometidos a la supervisión de los reguladores más débiles (o de ninguno) a nivel local o mundial.
Las autoridades están logrando avances, pero ellas mismas trabajan en las sombras, tratando de reunir y conciliar datos dispares e incompletos para ver qué riesgos sistémicos, de existir, tienen su origen en las diversas actividades, entidades e instrumentos que conforman el sistema bancario en la sombra.
(Laura E. Kodres es Subdirectora del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del Fondo Monetario Internacional)
– La "banca en la sombra" ganará peso en el sector financiero mundial y podría llegar a aglutinar hasta el 35% de los activos (PwC – 28/4/15)
(Informe Capital Markets 2020 elaborado por PwC)
El 70% de los directivos encuestados consideran esta actividad como una amenaza para la banca tradicional, mientras que un 20% cree que puede propiciar formas de colaboración innovadoras
La banca en la sombra (en inglés, shadow banking) ganará peso de forma sustancial en el sector financiero mundial en los próximos años. Hasta tal punto que, en 2020, sus activos podrían pasar del 25% al 35% de los activos financieros globales. Esta es una de las principales conclusiones del informe Capital Markets 2020, elaborado por PwC, a partir de una encuesta realizadas a 250 directivos del sector financiero -bancos, banca privada, brokers, hedge funds, fondos de pensiones, entre otros- en todo el mundo. El auge de las actividades de intermediación de crédito fuera del sistema bancario regulado -conocidas coloquialmente como banca en la sombra- no son sólo fruto de la reciente crisis financiera y seguirán ganando peso en los próximos años. De hecho, el 70% de los directivos encuestados consideran esta actividad como una amenaza para la banca tradicional, mientras que 20% cree que puede propiciar formas de colaboración innovadoras.
El estudio concluye que dentro de cinco años las compañías que conforman los mercados financieros serán muy diferentes a como las conocemos hoy en día. Entre los principales retos a los que se enfrentarán, de aquí a 2020, destacan, por este orden y según los encuestados, cuatro: aumentar la rentabilidad de los clientes (36%), el impacto de las nuevas tecnologías (33%), la atracción y retención del talento (33%) y la entrada de nuevos competidores (31%). En cuanto a las prioridades de inversión se encuentran: mejorar el servicio al cliente (56%), atraer al mejor talento (39%), el desarrollo de nuevos productos (35%) y la implantación de nuevas tecnologías (31%).
El informe contiene un análisis del impacto que tendrán en los mercados de capitales cuatro grandes mega tendencias mundiales como son: (1) un contexto internacional de mayor inestabilidad, (2) una mayor influencia de los estados en la regulación de los mercados, (3) la tecnología como motor del cambio y (4) la guerra por los recursos naturales.
Además, incluye una serie de recomendaciones para todas las compañías que conforman los mercados financieros y que pasan por hacer una gestión proactiva del riesgo, la regulación y el capital; redefinir su modelo de negocio, impulsar una cultura corporativa más potente, renovar su modelo operativo, impulsar la innovación y utilizar la información como una ventaja competitiva.
Para Justo Alcocer, socio responsable del Sector Financiero de PwC en España y Europa, Oriente Medio y África, "los mercados financieros van a experimentar un cambio sustancial en los próximos cinco años que vendrá marcada por la regulación, la innovación, el impacto de la tecnología, por las demandas de unos clientes cada vez más exigentes. Todo esto, junto con la aparición de nuevos entrantes, va a obligar a las compañías que conforman el sector a transformarse y a definir con claridad qué papel quieren jugar en este nuevo entorno".
No aprendieron nada (de la manipulación del mercado a la pérdida de confianza)
La preocupación por recuperar la confianza perdida por los clientes bancarios en la entidades, constituye un problema de primer orden hasta el punto de que empieza a considerarse como el principal, especialmente, para las entidades financieras que centran su actividad en la banca minorista.
La actividad bancaria tiene como eje principal la confianza que los clientes depositan en las entidades a las que encomiendan sus recursos y a las que solicitan fondos cuando los necesitan para llevar a cabo proyectos de inversión o de consumo. Esto adquiere especial importancia en la actividad de banca minorista, ya que las entidades que se centran en ella dependen en mucha mayor medida de la consideración que gozan de millones de personas individuales que trabajan con ellas.
En este entorno, y teniendo en cuentas las profundas heridas que la crisis económica y financiera ha provocado en una parte importante de las sociedades afectadas por ella, no es de extrañar que el mayor reto en la banca minorista sea recuperar la confianza perdida y que ello se debe regenerar a través de la honestidad, la profesionalidad, la empatía y el diálogo.
Si en un primer momento de la crisis económica y financiera los responsables de las entidades dirigían el foco de sus preocupaciones a conseguir recapitalizar las entidades, a medida que los supervisores iban exigiendo mayores recursos propios, y ponían el acento en los considerables esfuerzos que se estaban llevando a cabo para sanear los balances, la situación ha cambiado en la medida en que esos objetivos se han alcanzado, aun a costa de perder clientes por no atender sus necesidades, y ahora las prioridades son otras.
De lo que se trata ahora es de conseguir aumentar la rentabilidad de las entidades, muy deteriorada por los efectos de la crisis y complicada de recuperar por el entorno de bajos tipos de interés actual y por el mantenimiento de fuertes y crecientes requerimientos regulatorios por parte de los supervisores, y para ello parece imprescindible conseguir que los clientes, especialmente los de banca minorista, vuelvan a confiar en que las entidades cuidan sus recursos y están dispuestas a prestar ayuda a quienes la necesiten.
De ahí que prácticamente todos los responsables de banca minorista, intenten cambiar su lenguaje y señalen ahora que el eje de su actividad consiste en volver a poner a los clientes en el centro de su actividad y sus preocupaciones. Saneadas las entidades, de lo que se trata ahora es de conseguir que los clientes vuelvan a utilizar los servicios financieros que las entidades están dispuestas a proporcionar y que lo hagan de manera creciente.
Isidro Fainé, presidente de CaixaBank pero en su calidad de presidente de la Asociación Europea de Cajas y Ahorros y Banca Minorista, lo dijo en Bruselas de forma meridiana. "La confianza de nuestros clientes ha ido a la baja como consecuencia de la crisis financiera, y volver a ganarnos esta confianza es hoy uno de nuestros principales objetivos: si no hay confianza, no hay negocio". Y para ello "la proximidad a nuestros clientes, combinado con un servicio excelente, son inexcusables. Hay que reactivar el diálogo permanente con nuestros clientes y tenemos que asegurarnos que la regulación nos ayuda a lograr este objetivo". (Expansión – 17/3/16)
Y en este terreno pidió un tratamiento diferenciado, desde el punto de vista regulatorio, de las entidades minoristas frente al resto de bancos.
El presidente de CaixaBank terminó su intervención señalando que la cercanía al cliente que tiene la banca minorista es una ventaja competitiva frente al resto porque le permite conocerles mejor y saber realmente qué necesidades e inquietudes tienen. Pero, en su opinión, no solo la proximidad ayuda sino que el big data, los innumerables datos que las entidades tienen de cada uno de sus clientes, es otro factor positivo que los bancos deben desarrollar al máximo en los próximos tiempos.
Al high-frequency trading (Wall Street) le llega el flash tech (Silicon Valley)
P.: ¿Quién creo la "burbuja" de las "puntocom"? R.: Wall Street
P.: ¿Quién creo la "burbuja" de las "nuevas tecnologías"? R.: Wall Street
P.: ¿Quién se benefició con la "burbuja" de las "puntocom"? R.: Wall Street
P.: ¿Quién se benefició con la "burbuja" de las "nuevas tecnologías"? R.: Wall Street
P.: ¿Quién "origina" (inflando artificialmente) las altas valoraciones de mercado de Apple, Google, Facebook, Amazon, Uber, Airbnb ? R.: Wall Street
P.: ¿Quién se beneficia con esas altas valoraciones de mercado? R.: Wall Street
Ha sido Wall Street (la gran banca "creadora de mercado") la que por su exceso de especulación, avaricia, codicia, avidez, arrogancia, vanidad, soberbia, pedantería, fatuidad, engreimiento, ha creado estos "monstruos" que ahora le muerden la mano.
De esas "burbujas" (polvos), estos "ranas" (lodos). Del "tonting topic" (y los flautistas de Hamelin) a la "pesadilla" de la "interconectividad global" (y los banqueros tecnológicos).
Ahora la banca podrá constatar (dolorosamente) que existen enemigos "malditos", enemigos "mortales" y enemigos "virtuales" (antiguos compañeros de colusión).
Las "nuevas" realidades (y la pérdida de confianza en las elites)
"Hay tres realidades -injusticia social en una escala sin precedentes, desigualdades masivas, y una pérdida de confianza en las élites- que definen nuestro momento político, y lo definen así de manera correcta". (Joseph E. Stiglitz – Project Syndicate – 16/3/16)
Los estadounidenses y europeos mayores de clase media alta han tenido una buena vida. Cuando ingresaron a la fuerza laboral, había puestos de trabajo bien remunerados esperándolos. La pregunta que se formularon en aquel entonces fue qué querían hacer, y no durante cuánto tiempo tendrían que vivir con sus padres antes de conseguir un trabajo que les permitiera mudarse para vivir independientemente.
Esa generación esperaba tener seguridad laboral, casarse durante su juventud, comprar una casa -quizás también una casa de verano- y finalmente jubilarse de manera razonablemente segura. En general, estos jóvenes esperaban encontrarse en una mejor situación que la de sus padres.
Si bien la actual generación de personas con mayor cantidad de años se encontró con baches en el camino; en su mayoría, sus expectativas se cumplieron. Ellos posiblemente obtuvieron más ganancias de capital provenientes de la valorización de sus viviendas en comparación con las ganancias provenientes de sus salarios. Casi con seguridad ellos pensaron que dichas ganancias eran extrañas, pero aceptaron de buen agrado el regalo de nuestros mercados especulativos, y con frecuencia se felicitaron a sí mismos por comprar en el lugar correcto, en el momento adecuado.
Hoy en día, las expectativas de los jóvenes, dondequiera que se encuentren en la distribución del ingreso, son diametralmente opuestas. Ellos se enfrentan a la inseguridad laboral a lo largo de su vida entera. En promedio, muchos graduados universitarios buscarán durante meses antes de que encuentren un puesto de trabajo – a menudo sólo después de haber trabajado como internos en una o dos prácticas no remuneradas. Y, los antes mencionados se pueden contar entre aquellos con buena suerte, porque saben que sus compañeros más pobres, a algunos de los cuales les fue mejor en la universidad, no pueden permitirse el lujo de pasar un año o dos sin ingresos, y que estos últimos, para empezar, no tienen las conexiones para conseguir un puesto no remunerado como internos.
Los jóvenes graduados universitarios de hoy en día están cargados con deuda – y los que son más pobres son los que tienen más deudas. Por lo tanto, no se preguntan cuál es el trabajo que les gustaría; sino, simplemente se preguntan cuál sería el trabajo que les permitirá pagar sus préstamos universitarios, mismos que a menudo serán una carga financiera para dichos jóvenes durante 20 o más años. Del mismo modo, la compra de una casa es un sueño lejano.
Estas grandes dificultades se traducen en que los jóvenes no piensan mucho sobre su jubilación. Si lo hicieran, sólo se asustarían por la cantidad de dinero que necesitarán acumular para vivir una vida decente (es decir, una mejor vida a la que se vive cuando sólo se recibe las prestaciones de la seguridad social), si toman en cuenta en su análisis la posible persistencia de tasas de interés bajísimas.
En resumen, los jóvenes de hoy ven el mundo a través de la lente de equidad intergeneracional. Al fin de cuentas, puede que a los hijos de padres de clase media alta les vaya bien porque ellos heredarán la riqueza de sus padres. Si bien es posible que no les guste este tipo de dependencia, les gustaría aún menos la alternativa: un "nuevo comienzo" en el que las cartas se apilan en contra de lograr algo que se asemeje a lo que una vez se consideró como un estilo de vida de clase media básica.
Queda mucho por hacer para que el sueño de la casa propia sea posible, no sólo para quienes tienen padres que les pueden ayudar con el pago de la cuota inicial, y para hacer que sea posible tener seguridad de jubilación, tomándose en cuenta los vaivenes del mercado de valores y el mundo con tasas de interés cerca de cero al que hemos entrado. Lo más importante es que los jóvenes no encontrarán un camino llano en el mercado laboral, si la economía no se desempeña de mejor manera. Las altas tasas de desempleo hacen que los salarios se mantengan bajos.
Los jóvenes perciben una ausencia de justicia intergeneracional, y tienen razón de estar muy enojados por ello. Así que los "bancos" (y las elites que los "recatan") tendrán que hacer mucho, muchísimo, para recuperar la confianza de esta generación postergada (casi podía decir, "perdida").
Y todavía no ha llegado lo peor (populismo, xenofobia y racismo): ¿fin de la historia?
Los ganadores del proceso de globalización han sido quienes se han adaptado mejor al nuevo ecosistema económico (principalmente las grandes corporaciones tecnológicas y de servicios y las megaempresas de la industria financiera, que han llegado a colocar a los gobiernos a sus pies), mientras que los perdedores son millones y millones de trabajadores de los países desarrollados que se sienten traicionados por sus políticos y que, en realidad, dependen económicamente del tamaño del Estado de bienestar. O, incluso, malviven con bajos salarios y sin posibilidad de progresar socialmente. Ni ellos ni sus hijos. El fenómeno de los trabajadores pobres es, sin duda, el más singular de las economías de los países desarrollados.
Los perdedores del proceso mantienen la idea que la globalización ha ido demasiado lejos y eso ha dejado inerme a muchos países ante los avances de las nuevas economías. Algo que explicaría el nacimiento de fenómenos populistas enmascarados de forma capilar en la xenofobia o el racismo. Lo que preocupa, viene a decir, no es que vengan inmigrantes, sino que quiten el trabajo.
El caldo de cultivo, por lo tanto, existe, y aunque los altos niveles medios de renta per cápita de EEUU y Europa son el mejor antídoto contra los populismos, parece obvio que ese contrato social se está agrietando.
Los populismos no son la causa de los problemas, son la consecuencia de los errores. Y sacrificar el crecimiento económico, las posibilidades de empleo y los derechos sociales, no es más que el reconocimiento de un fracaso que exige repensar y ordenar la globalización antes de que sea demasiado tarde.
En aras de la prolongación del espectáculo, es inevitable sentir una mezcla de repulsa y fascinación al ver la diferencia entre los resultados esperados por los depredadores de la banca (Wall Street) y los efectos (¿colaterales?) alcanzados sobre las supuestas víctimas de la especulación financiera en el sector tecnológico (Silicon Valley).
De nada vale, ahora, denunciar a hombres que han sido sus amigos y han compartido su mismo credo. Un Saturno (Wall Street) que ya no puede devorar a sus hijos, porque es devorado (antes) por sus hermanos (Silicon Valley).
Parafraseando a Roosevelt, en esta ocasión, la banca (Wall Street) deberá preguntarse si, "nuestro hijo de puta", el niño del garaje (Silicon Valley) "no es demasiado hijo de puta". Y padecer las consecuencias de los avances tecnológicos en el uso alternativo del dinero. ¿Será la burbuja de las redes quien mate de estupidez a la banca?
En este "partido", y con esta "partida", hay muchos "Judas", y no hay ningún "Jesús".
La economía colaborativa llega a la banca
Dos de los modelos de negocio de los que más se ha oído hablar en los últimos meses a causa de su naturaleza disruptiva con respecto al resto de actores de su sector han sido Uber y Airbnb. Por el contrario, no parece que eso vaya a pasar a corto plazo con alguna marca o plataforma de banca. Y precisamente por ello deberían interesar a los miembros de dicha industria: ambas compañías encarnan varias tendencias en alza en el mundo de los servicios 2.0: focalización en el cliente, social, en la nube, móvil, etc. Ambas marcas han sabido subirse a lomos de un nuevo paradigma de consumo, la economía colaborativa, que representa un nuevo contrato social entre usuario y compañía, y una nueva forma de satisfacer las necesidades del primero. (BBVA Innovation Center – 5/2/15)
Pero, en definitiva, ¿qué tiene todo esto que ver con la banca?
Revolución de imagen
Son muchos los analistas que señalan que, cada vez más, los servicios financieros van camino de convertirse en "commodities"; esto es, en servicios con una oferta tan amplia como reducida será su diferenciación. Frente a esto, las nuevas compañías ofrecen una "narrativa" que induce un sentimiento de pertenencia y comunidad. Ser usuario de estos servicios tiene poco que ver con entrar en cualquiera de las miles de inmobiliarias o sucursales bancarias, indistinguibles entre sí: por contra, usar estas apps te conecta con otros usuarios, revalorizando la marca en el proceso.
Revolución de servicios
"Existe el riesgo real de que los bancos dejen de ser la fuente de financiación principal para los préstamos personales y las pequeñas empresas. (…) Las plataformas de crowdfunding podrían evolucionar de forma natural hasta convertirse en la fuente principal de servicios financieros para las nuevas generaciones (…). Es una tecnología disruptiva para la industria bancaria que tiene el potencial de desplazar a los bancos como la fuente principal de financiación de personas y pequeñas empresas"
Pero la banca no tiene que aprender únicamente de los nuevos gigantes de otros sectores. En sus cercanías han ido creciendo en estos años nuevos actores, hasta ahora pequeños e "ignorables", pero que podrían estar demostrando una sorprendente capacidad de adaptación y crecimiento.
Por ejemplo, los servicios de préstamos P2P ya no se limitan únicamente a pequeños anticipos ni a la financiación al consumo, sino que proyectos como Social Finance han entrado de lleno en el segmento de los préstamos estudiantiles (con 1.300 millones de dólares en préstamos refinanciados) y para compra de primera vivienda (anunció ya en octubre de 2014 la superación de la barrera de los mil millones en préstamos financiados, convirtiéndose en el operador que más rápidamente llegaba a esa cifra). Por su parte, Funding Circle (un marketplace online que permite a los ahorradores prestar dinero directamente a PYMES en del Reino Unido) ya ha prestado casi 509 millones de libras a 5000 empresas.
En su informe "The Sharing Economy", el Observatorio de Innovación Empresarial de la Comisión Europa, avisa de que "el mercado de préstamos peer-to-peer se transformará en una economía paralela a la de la banca convencional" y recuerda que ésta también tendrá que "adaptarse a las necesidades cambiantes de sus clientes, presentando sus propias plataformas online. Los clientes quieren tener más control sobre su dinero y poder determinar bajo qué condiciones adquieren o proporcionan un préstamo".
A este respecto, el informe destaca el ejemplo de la plataforma de préstamos P2P Fixura, señalando que "la carga administrativa, ya sea para otorgar un préstamo o para adquirirlo, es baja en comparación con los sistemas de préstamo convencionales. Además, te permite arreglar todo cómodamente desde casa. Por otra parte, a diferencia de los usuarios de sistemas de inversión o préstamos convencionales, los prestatarios y los prestamistas pueden establecer sus propios términos y condiciones". Se destaca, también, que la automatización a la hora de emparejar a estos sin necesidad de que intervengan empleados de la plataforma reduce significativamente los costes.
– Economía colaborativa. El triunfo del mercado (El Confidencial – 10/3/16)
(Por Juan Manuel López Zafra)
Es uno de los términos "blancos" que pretenden suavizar las características de la economía, ablandarla, hacerla humana. Como si necesitase del calificativo, el buenismo imperante designa como economía colaborativa aquella en que las personas comparten tiempo, bienes y servicios fuera de los cauces habituales. Los individuos abandonamos la rigidez de un marco de relaciones establecidas e intercambiamos casa, coche, lugar de vacaciones o experiencias de forma directa. Economía pura y dura, más allá incluso, capitalismo de libro. Porque el capitalismo, el mercado, supone exactamente eso: la colaboración (libre, no hay otra posible) entre dos partes que buscan su mutuo beneficio en el intercambio.
En este entorno de suavización y blanqueamiento de términos, la economía denominada colaborativa vive un auge espectacular, en parte por las vicisitudes propias de la crisis. Señala la consultora Price Waterhouse Coopers que las empresas dedicadas a este negocio generarán valor por importe de 322.000 millones de euros en el año 2025. Un desarrollo tan espectacular no es posible sin un soporte tecnológico paralelo. La implantación y mejora continua de la banda ancha móvil y la evolución de los "smartphones" hacen posible que negocios como Uber o Wallapop nazcan como nativos móviles, no como emigrantes. En el caso de Airbnb, la mayor plataforma "online" de alquileres de alojamiento turístico, el 65% de sus usuarios emplea el móvil en algún momento de la reserva, mientras que el 60% de los propietarios efectúa gestiones diarias desde el mismo. No es solo otro soporte, es el principal.
No se trata de meras alternativas curiosas para aficionados a la tecnología. HomeExchange es una plataforma de intercambio de casas vacacionales. Cuenta con 66.000 alojamientos que en 2015 dieron lugar a 150.000 intercambios tras 2,5 millones de consultas; el ahorro que la plataforma dice haber proporcionado a sus miembros es de unos 450 millones de dólares solo ese año, excediendo los 3.000 millones en los más de un millón de intercambios realizados desde su fundación. Los miembros de la comunidad pagan una cuota anual de unos 70 euros para acceder a un sueño.
Mucho más conocida es Airbnb. Corría el año 2007: Chesky y Gebbia no eran capaces de encontrar ninguna página en que ofrecer un "bed and breakfast" en el apartamento que compartían. Dicho y hecho, fundaron Airbedandbreakfast.com con su colega Nathan menos de un año después. En 2011, comenzó su expansión internacional con la apertura de oficinas en Hamburgo. Hoy, disponen de una oferta en 34.000 ciudades de 191 países con más de 2.000.000 de alojamientos, que generaron más de 80 millones de pernoctaciones en 2015. Cobra entre un 6% y un 12% al inquilino y un 3% al propietario. A pesar de un ebitda (beneficio bruto de explotación antes de gastos deducibles) negativo de 150 millones de dólares en ese año, en la última ronda de financiación de julio logró 1.500 millones de dólares, tras ser valorada en más de 25.500 millones de dólares. Solo 15 meses antes lo había sido en 10.000 millones.
Mucho más modesto es el caso de Parkfy, una empresa española que ofrece a los propietarios de aparcamientos su puesta en valor, permitiéndoles alquilar su plaza por días, semanas o meses. Cobra una comisión del 12% y ofrece alquileres en el centro de Madrid por 20 euros frente a los 35 que de media viene a costar una plaza en un aparcamiento tradicional. En 2014 experimentaron un crecimiento del 25% mensual, generando por vez primera el tráfico intraurbano entre Madrid y Barcelona. Entrará en breve en una ronda de financiación que pretende llevarles a las 100.000 plazas ofertadas al finalizar este año.
En Cookening se ofrecían esta semana paellas en Madrid por 26 euros para un máximo de ocho comensales o cenas con sabor andaluz para cuatro por 46 euros; tanto ella como EatWith se dedican a la restauración alternativa para un público que busca salirse de los lugares habituales de restauración.
Wallapop es, con eBay, la plataforma de venta de artículos de segunda mano más conocida en la actualidad. Ha logrado romper el mercado en un segmento dominado por empresas tradicionales que habían migrado a la red. Con solo 50 empleados, llega a ocho millones de usuarios. En sus primeros 18 meses de vida, había alcanzado más de cinco millones de descargas, generando más de 25 millones de conversaciones entre clientes en 2.000 millones de sesiones; el valor de los bienes puestos a la venta hasta entonces alcanzaba los 2.000 millones de euros y se habían cerrado operaciones por unos 450 millones de euros. No genera aún ingresos, pese a lo cual logró 38 millones de euros en su última ronda de financiación. Se debate entre tres modelos de negocio: la publicidad directa, las comisiones a los usuarios o los anuncios destacados.
Pero si hay un segmento en el que la economía colaborativa ha destacado realmente, es en el transporte. Blablacar ofrece la posibilidad de viajar a un destino en coche particular, compartiendo gastos. Tiene en la actualidad seis millones de usuarios, de los que 2,5 millones son españoles, con una edad media de 31 años frente a los 24 de media en 2010, cuando empezó en España. Se estima que desde entonces ha ahorrado la emisión de 700.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. En su última ronda de financiación, logró 160 millones de dólares.
En 2009, Uber empezó a ofrecer su servicio de taxi alternativo cuando su fundador, harto de esperar taxis que no llegaban cuando más los necesitaba, decidió aprovechar las ventajas que la geolocalización que su móvil ofrecía. En un mercado libre, Uber jamás hubiese existido tal y como lo conocemos hoy: se puede claramente observar que es hijo de una hiperregulación asfixiante que impide la libre elección y que distorsiona los precios en detrimento del usuario. Hoy se encuentra en más de 80 ciudades de 50 países. Solo en 2015 generó un volumen de facturación estimado en 11.000 millones de dólares (que prevén aumentar hasta los 26.000 millones este 2016), lo que, con una retención del 20%, les llevó a ingresar alrededor de 2.000 millones de dólares; el 80% restante, por supuesto, se lo repartieron los conductores. Unos conductores que son evaluados por los usuarios y que compiten en tiempo y en calidad de servicio, de forma que el usuario sabe de antemano quién le va a recoger y puede decidir si cambia o no de conductor. En sus distintas rondas de financiación, lleva levantados en cinco años unos 12.000 millones de dólares entre capital y deuda. La última valoración de los inversores se estableció en torno a los 64.000 millones de dólares, haciendo de Uber la compañía no cotizada con más valor del mundo, por encima de los 46.000 millones de Xiaomi o los ya citados 25.500 millones de Airbnb. Para ponerlo en contexto, excede en 10 veces la de Hertz, la compañía de alquiler de coches; y supera en un 33% la capitalización actual de Telefónica.
Por supuesto, la libertad de elección crea recelos, tanto por parte de los colectivos afectados como por las autoridades. Airbnb mantiene un contencioso con el Ayuntamiento de Barcelona por presión de los hosteleros tradicionales; Confebus demandó a Blablacar por competencia desleal (desestimada finalmente por el juez hace unos días); los taxistas madrileños bloquearon Madrid hasta lograr situar a Uber fuera de la ley, como señalaba hace meses, apelando a una seguridad del cliente que solo perseguía proteger unos derechos adquiridos a costa del usuario. Esto no es nada más que retrasar lo inevitable y poner puertas al campo, pues en el libre mercado el usuario es el jefe. Es él quien decide entre distintas ofertas, por mucho que gobiernos y "lobistas" traten de impedírselo. La libertad se escapa entre las rendijas de la regulación.
De la importancia de la economía colaborativa y de esta vuelta al mercado original hablamos el lunes día 7 en Santa Cruz de Tenerife dentro del marco del Free Market Road Show (FMRS), bajo el auspicio del Instituto Atlántico. El FMRS es una iniciativa del Austrian Economics Center de Viena, quizá la más importante del mundo para acercar el libre mercado al gran público. Este año tendrá lugar en 45 ciudades a lo largo de 12 semanas. El lunes abrían el ciclo Santa Cruz de Tenerife en Canarias y Liubliana en Eslovenia. Participan en las sesiones españolas ponentes de la talla de Enrique Ghersi, José Luis Cordeiro, Carlos Rodríguez Braun o María Blanco. No dejen de asistir si tienen ocasión.
Quién es quién en la financiación alternativa para las pymes
Impulsado por el cierre del grifo de la banca, el sector de fintech (que suma los términos financiación y tecnología) está al alza, especialmente para la microempresa y autónomo. El año pasado, el mercado se triplicó en Europa, hasta los 1.140 millones de euros, siendo Reino Unido, Irlanda, países nórdicos y Holanda los que se llevan la palma. En España se generaron 40 millones, según un estudio del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). Lo que significa que el recorrido en nuestro país es enorme. Sin embargo, la tendencia será que muchas empresas se queden en el camino, como ya está sucediendo, y otras se fusionen. "Se requiere una fuerte inversión tecnológica, en recursos y marketing, por lo que no esperamos que vayan a aparecer muchas más plataformas a nivel nacional. Sí de nicho o que vengan plataformas internacionales", señalan desde el comparador comparapyme.com. (El Mundo – 9/12/15)
Hasta ahora, en torno al 80% del crédito está controlado por la banca. Un porcentaje muy superior al de otros países como Reino Unido, donde tan sólo representa el 35%. En función del tamaño de la empresa surgen nuevos jugadores, muchos por internet. El coste de su financiación suele ser superior al de la vía tradicional, pero por contra es más rápida y accesible.
Para microempresas y autónomos
El crowdlending o préstamos entre particulares y empresas, es una vía a la que recurren especialmente la microempresa y el autónomo. Hay muchas plataformas, pero destacan Funding Circle, MyTripleA o Arboribus. Una variante es la basada en descuentos de pagarés, como Comunitae. También existen plataformas para el anticipo de facturas, como Novicap y Finanzarel. El direct lending o préstamos directos de una empresa o fondo es una alternativa para el acceso a la financiación rápida. En 48 horas la pyme recibe el crédito solicitado, siempre que supere las pruebas de solvencia. Destacan Spotcap e IWOCA. Otras vías de financiación son el factoring, confirming, renting o leasing.
Para startups
Todo emprendedor recurre de primeras al FFF (family, friends and fools, que traducido es familia, amigos y tontos), pero hay empresas especializadas en el capital semilla como el Businees Angels, para fases tempranas, y el Venture Capital, para fases más avanzadas. Alguna de las plataformas anteriores ofrece financiación para empresas de reciente creación, aunque lo normal es que exijan cierto recorrido.
Para pymes
El Mercado Alternativo Bursátil (MAB) es una opción para empresas de reducida capitalización en fase de expansión. A diferencia del Ibex35 o el Mercado Continuo, los inversores particulares no pueden invertir en él. Las menores exigencias de transparencia pueden dar lugar a escándalos financieros como el de Gowex. Desde que en 2009 se creó, no ha despertado mucho interés por "el escaso tamaño, el insuficiente nivel de internacionalización, la falta de cultura de transparencia y el desconocimiento del proceso de cotización", señala un informe de PwC. La variante a la renta variable es el MARF, Mercado Alternativo de Renta Fija, que nació hace dos años. Sus requisitos son menos exigentes y más simplificados que la banca.
Pros y contras del "crowdlending" o préstamos entre particulares y pymes
Un ganadero que quiere aumentar las cabezas de ganado, un despacho de economistas que renueva los ordenadores, una sastrería que necesita trajes de época… A partir de 50 euros usted puede invertir en el crecimiento de una pequeña y media empresa a cambio de una rentabilidad media del 8,5%. Es lo que se llama crowdlending (P2P) o préstamos de particulares a proyectos empresariales a través de una plataforma online. (El Mundo – 8/12/15)
Se trata de un mercado en plena ebullición. España apenas representa el 0,35% de los 3.793 millones que hasta noviembre de 2015 movió esta modalidad de crowdfunding en Europa, según Altfi News, pero crece a ritmos anuales superiores al 300%, o lo que es lo mismo, los ingresos se quintuplican año tras año, señala un estudio de la Universidad de Cambridge.
En otras palabras, un mercado con un enorme potencial de crecimiento para ambas partes: pequeño ahorrador y microempresa y autónomo, especialmente, pero no exento de riesgos.
"Pudimos conseguir algo de financiación de los bancos de confianza, pero en general nos ponían pegas a concedernos un nuevo préstamo por el nivel de endeudamiento". El concesionario del que es socia Francisca Cano consiguió una inyección de 50.000 euros a través de la plataforma de crowdlending MyTripleA. "Aunque el préstamo es más caro que el del banco", les compensa: "Menores inconvenientes, rapidez, mayor cuantía y además no consume Cirbe" -Central de Información de Riesgos del Banco de España-.
"Sí, es más caro que un banco", coincide David Sánchez, propietario de la constructora toledana Instalaciones Bladisa, "pero el tiempo que me he ahorrado no lo sabe nadie". Este empresario recurrió a otra fórmula novedosa de préstamo online, el direct lending: empresas que inyectan dinero con su propio capital. A través de Spotcop logró 25.000 euros en 48 horas. "Ya he podido comprar el material que necesitaba para empezar una obra. Si espero al banco, aún no estaría trabajando".
Actualmente, el 80% de los préstamos se gestiona a través de la banca, pero el lento goteo del crédito bancario y las dificultades de algunas empresas por su perfil de lograr financiación tradicional ha abierto vías alternativas por internet. Bajo el acrónimo Fintech, que suma los términos finanzas y tecnología, se aglutinan en la Red plataformas que financian a las pymes, bien a partir del crowdlending, el equity crowdfunding o el direct lending.
La transparencia es clave
La clave de estas plataformas es la transparencia. Su negocio va en ello. Viven de lo que cobran a la pyme en concepto de comisión de gestión del préstamo y un porcentaje en función de la cuantía y el plazo. "Algunas plataformas no son nada baratas y se aprovechan de empresas que no han podido conseguir financiación por la vía tradicional", advierten desde el comparador comparapyme.com. También se quedan con un 1% de la rentabilidad que obtiene el inversor.
Afirman solicitar todo tipo de información a la empresa para confirmar su solvencia. Desde estar al corriente de pagos, facturación, liquidez, historial -suelen exigir como mínimo un año de actividad- e, incluso, trabajan con empresas externas de análisis de riesgo. Las plataformas aseguran tener un nivel de morosidad bajo. "A estas compañías no les interesa la mora, porque si no la gente no invertiría, pero hay que saber invertir. Garantías hay, pero muchas empresas se quedaron en el camino", advierte Ángel González, responsable de la consultora Universo Crowdfundig y asesor de la CE en la materia.
Con todo, el riesgo de impago a futuro no desaparece. El perfil de las empresas que suele recurrir a esta vía de financiación corresponde a un tamaño pequeño, de entre 5-20 trabajadores con una facturación mínima de 100.000 euros, que no consigue toda la financiación que necesita del banco. Por otra parte, habitualmente no se pide un aval, como garantías hipotecarías o pignoración de bienes, para cubrir al inversor en caso de quiebra.
"Dependiendo del tipo de operación pedimos aval, seguros de crédito, garantías adicionales… pero normalmente no lo hacemos ya que por las cantidades que se solicitan no tiene sentido", afirma Sergio Antón, consejero delegado de MytripleA.
"Pedimos informes externos, hacemos llamadas de control, contamos con un equipo sólido de medición de riesgos", añade Francisco Sierra, director general en España de Funding Circle.
"No nos preocupa si está en algún listado de morosos, pero sí miramos su solvencia: historial de facturación, la estacionalidad del negocio, liquidez…", apostilla Diego Bestard, director general de Spotcap.
Diversificar para minimizar riesgos
Con estas reglas de juego, la estrategia de los particulares consultados coincide en diversificar, en invertir en varias empresas con cantidades pequeñas (desde 50 euros se puede prestar dinero) para minimizar el riesgo de impago. "Invertir en Bolsa me parece más arriesgado", apunta Vicente Valverde, profesor de la Escuela Oficial de Idiomas. "Hay muchas empresas identificables, con las que contribuyes a la riqueza del país", añade, "si inviertes en 20, una puede ir mal, pero a la larga me parece un menor riesgo".
"Yo puedo decidir dónde se invierte mi dinero. Si lo gestiona un banco, no sé dónde va", apunta Luis Casas, un economista que trabaja en una ONG con experiencia inversora hasta en participaciones preferentes.
En este sentido, la rentabilidad que se puede lograr tiene una horquilla muy amplia. Desde el 3% ofrecido en empresas avaladas por Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) y, por tanto, sin riesgo de impago, hasta un 21% para aquellas que tienen un perfil más arriesgado.
Otro aspecto que debe tener en cuenta el pequeño ahorrador es comprobar si la plataforma está supervisada por el Banco de España y/o la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Aunque de nuevo, esto no excluye que pueda producirse algún fraude. Ejemplos en otros sectores, en grandes empresas y en otros productos financieros, los hay. Basta con recordar las citadas participaciones preferentes o Pescanova.
¿Cómo funciona?
Todos los trámites se hacen por internet. La empresa se registra en la plataforma y aporta la documentación exigida. En 48 horas obtiene la respuesta y se publica en la web el préstamo solicitado durante 20 días. Pueden aspirar a una financiación mínima de 5.000 euros hasta un máximo de 250.000 euros. Una vez cubierta la cuantía, se ejecutan las órdenes de crédito de los inversores. Mensualmente éstos van percibiendo el interés hasta que venza el préstamo. Si no se llegase a cubrir, se negocia con la pyme si es suficiente la cuantía, de lo contrario, el inversor recupera su dinero.
Este es el escenario futuro de la financiación empresarial que viene de la mano de la crisis, y está para quedarse. "La digitalización de la banca es un proceso imparable que avanza un ritmo vertiginoso. Las empresas start ups Fintech explotan masivamente la tecnología digital y desarrollan nuevos modelos de negocio, bien colaborando y aliándose con los bancos tradicionales, bien compitiendo directamente con ellos", apuntan un informe del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). De hecho, el Santander o el BBVA tienen sus propios proyectos en el entorno fintech.
¿Y si estar mejor es imposible? (la "extraña levedad" de la economía colaborativa)
Creo que no puedo ser sospechoso de excesivas simpatías por los sectores de la banca y de las "nuevas tecnologías" (una amplia cantidad de mis publicaciones lo atestiguan; les basta con leer los títulos de diversos Papers y Ensayos, para comprobarlo).
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