La conveniencia de incorporar a Rusia y Turquía a la Unión Europea (página 8)
Enviado por Ricardo Lomoro
En la opinión de Kissinger, están surgiendo concepciones opuestas del orden mundial no sólo en Oriente Medio, sino también en Asia. China actualmente está jugando según las reglas internacionales, pero cada vez más da a entender que espera ser tratada como el primero entre los pares de la región (la misma insistencia de Estados Unidos durante mucho tiempo respecto de su posición en América). Pero, conforme China se vuelve más fuerte y exige lo que, a su entender, es su posición histórica en Asia y el mundo, ¿cuánto tiempo esperará para insistir en la reformulación de las reglas internacionales?
Rusia está abiertamente rompiendo esas reglas y ya no se preocupa en justificarse bajo el derecho internacional. Por el contrario, hace alarde de reclamar territorios alguna vez gobernados por el Kremlin y amenaza con usar la fuerza para "proteger" a los rusos étnicos de supuestas amenazas.
Cuando Rusia anexó a Crimea en marzo pasado, Kadri Liik del Consejo Europeo sobre Relaciones Exteriores señaló la marcada diferencia en la manera en que manejó su invasión de Georgia en 2008. El gobierno ruso esencialmente provocó a Georgia para que atacara primero y luego pergeñó una justificación destinada a mostrar que sus acciones eran compatibles con el derecho internacional. Pero esta vez, escribió Kadri, "Moscú ha desafiado todo el orden europeo post-Guerra Fría, junto con su sistema de reglas".
La esperanza de Kissinger es que estos países y potencias crecientes como la India y presuntamente Brasil (deja a América Latina fuera de su recuento de órdenes mundiales) puedan forjar un acuerdo sobre un conjunto de reglas que todos considerarán legítimas, manteniendo así un equilibrio de poder global estable. En su opinión, el principio westfaliano de multiplicidad será crítico, ya que habrá que permitirles a los diferentes países y civilizaciones operar según principios domésticos muy diferentes.
Un orden mundial efectivo para el siglo XXI, sin embargo, debe hacer mucho más que mantener la paz. Kissinger se centra en las relaciones entre estados -en cómo, desde la perspectiva de un país, evitar la guerra con otros países disuadiéndolos a la vez de una agresión u otras acciones que probablemente desestabilicen un equilibrio de poder regional o global-. Ahora bien, una lectura de los titulares de hoy sugiere que lo que más probablemente mate y desplace a millones, si no cientos de millones, de personas en las próximas décadas sean amenazas globales como pandemias, el cambio climático y las redes terroristas y criminales -no una guerra entre estados.
Sí, la invasión de Ucrania por parte de Rusia arrojó más de 3.000 muertes. Pero las proyecciones actuales de la propagación del virus del ébola predicen un millón de casos en enero. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la epidemia de VIH/SIDA fue responsable de la muerte de 36 millones de personas, aproximadamente diez millones más que la cantidad estimada de muertes militares en la Segunda Guerra Mundial, además de otros 35 millones de personas infectadas.
Muchas de estas amenazas globales están estrechamente vinculadas con la guerra, pero una guerra no tanto interfronteriza sino más bien librada al interior de las fronteras. Consideremos que aproximadamente dos tercios de la población de Siria ha sido desplazada por la guerra civil del país, mientras que millones viven de manera miserable en campos de refugiados.
El estado desastroso de la atención médica en Liberia y Sierra Leona, dónde el ébola está haciendo estragos, refleja décadas de una guerra civil horrible en ambos países. La violencia en curso en la región de los Grandes Lagos de África, que se ha cobrado millones de vidas civiles, está arraigada en el genocidio de Ruanda de 1994 y en la resultante inundación de refugiados hutu en los estados vecinos.
Las sequías y las inundaciones causadas por el cambio climático harán que millones de personas tengan que desplazarse, primero a ciudades superpobladas e irascibles para luego cruzar fronteras. Rusia y Canadá tal vez estén felices de recibirlos ya que existen vastas extensiones de tierra disponibles, pero muchas otras partes del mundo ya están atestadas, lo que se traduce en conflicto.
Mantener la paz es esencialmente una cuestión de limitación o restricción. Una cooperación global efectiva requiere mucho más. Los gobiernos deben poder aunar esfuerzos, junto con actores vitales de la sociedad empresaria y civil, para adoptar planes de acción integrales.
Esos planes, a su vez, requieren de financiación, mano de obra, voluntad colectiva y capacidad de implementación. Sin embargo, hoy, frente a un virus que mata a la mitad de las personas infectadas y la perspectiva de que pueda diezmar una región entera de África, afectar los viajes aéreos y poner a gente en cuarentena a nivel global, el mundo ha ofrecido sólo una fracción de la asistencia financiera y material necesaria.
Vivimos en un mundo de problemas globales y de soluciones esencialmente nacionales. La necesidad de instituciones que puedan responder de manera rápida y efectiva, como lo hace el gobierno doméstico en estados bien gobernados, es más grande que nunca. Las instituciones post-Segunda Guerra Mundial se han vuelto insuficientes. Es hora de reformarlas -y de diseñar nuevas estructuras y herramientas destinadas a abordar los problemas globales.
(Anne-Marie Slaughter, a former director of policy planning in the US State Department (2009-2011), is President and CEO of the New America Foundation, Professor Emerita of Politics and International Affairs at Princeton University, and a member of the World Economic Forum Global Agenda )
– La lección de Larry Summers a Merkel: ¿y si la economía sólo pudiera crecer a fuerza de burbujas? (Vozpópuli – 1/11/14)
El debate sobre el papel de Alemania en la crisis se acrecienta. Conozca una versión muy distinta de la tradicional fábula de la cigarra y la hormiga…
Durante la reunión anual del FMI y el Banco Mundial celebrada hace escasas semanas, el exsecretario del Tesoro estadounidense, Larry Summers, recriminó a los alemanes su falta de inversión para combatir el estancamiento de la economía europea. Les presentamos una versión muy distinta de la fábula de la cigarra y la hormiga que tanto se estila en los círculos germanos.
En primer lugar, veamos qué está ocurriendo en la economía teutona. Últimamente, las exportaciones alemanas han sufrido un frenazo. El conflicto de Crimea y las consiguientes sanciones perjudican a Rusia, uno de sus compradores habituales. China ha ralentizado su crecimiento del PIB desde el 10 hasta el 7 por ciento y además intenta reorientar su crecimiento hacia el consumo doméstico en lugar de la inversión. Es decir, pretende comprar menos maquinaria alemana. Y Francia e Italia, que suponen el 38 por ciento de la zona euro y son los principales socios comerciales de Alemania, siguen mirando hacia otro lado mientras el resto de economías se reforman y compiten para quedarse con mayores cuotas de mercado, lo que se traduce en crecimientos cada vez más paupérrimos de galos y transalpinos.
La combinación de estos factores se ha plasmado en unos indicadores de producción y confianza que descienden y auguran una desaceleración brusca de la economía tudesca. Sin embargo, en Berlín restan importancia al tropezón. De hecho, los últimos datos de empleo fueron mejor de lo esperados. Incluso a costa de la precarización, el trabajo en Alemania está muy repartido gracias a las reformas Hartz que impusieron una suerte de congelación salarial.
Aunque el número de horas trabajadas no aumenta, la tasa de paro ni siquiera alcanza el 5 por ciento. En lugar de ajustarse por la vía de los despidos, el mercado laboral se ajusta vía salarios. Los jóvenes están mal pagados pero encuentran una oportunidad. Estudiantes y jubilados trabajan por muy poco para completar sus ingresos. Y ciertos colectivos que en otros países con Estado del Bienestar estarían percibiendo un subsidio terminan trabajando, aunque sea en precario. La población ocupada engorda, y ello permite a las arcas públicas germanas recaudar como nunca. Para indignación de sus socios europeos y en medio de un parón de la actividad, Alemania presentará déficit cero por primera vez desde la década de los 60. La hormiga sigue trabajando para cuando llegue el mal tiempo y los días de lluvia.
Sin embargo, éste es sólo un lado de la historia del éxito alemán. Cuando se examina la productividad, ésta no aumenta. Lo mismo que las horas trabajadas. La inversión pública y privada se sitúa en niveles muy bajos. Los empresarios se quejan de las condiciones de las carreteras que conducen a sus fábricas. La apuesta por las renovables y la supresión de la energía nuclear está encareciendo los costes energéticos hasta el punto de que empresas como Siemens se planteen mudarse a Estados Unidos, donde los precios de la energía bajan y la demanda crece. Faltan algunos tipos de trabajadores cualificados. Se precisan mejores guarderías para que las mujeres puedan trabajar. Partes importantes del sector terciario alemán se antojan poco competitivos. En la innovación más puntera, Estados Unidos les come el terreno. Y la apuesta por la expansión hacia la Europa del Este se ha visto frenada porque desde 2008 los bancos repatriaron sus capitales y, como consecuencia, estos países carecen de la financiación para invertir igual que se hizo con la periferia europea durante los años buenos de la Unión.
Así las cosas y con la economía europea abocada al estancamiento, algunas voces claman por una vuelta de la inversión en Alemania que eleve la productividad y, por ende, el crecimiento potencial, al tiempo que brinda al resto de Europa el tirón de la demanda que necesita. Máxime cuando algunos de los países de la periferia han acometido las reformas y tan sólo precisan de una demanda que les compre.
Sin embargo, el escepticismo alemán hacia las inversiones es comprensible cuando se observa cómo la proliferación de carreteras, trenes y aeropuertos no hicieron mejorar tanto la productividad en la periferia. O cuando los gobiernos que más reclaman la inversión son precisamente los que menos se reforman.
Además, Alemania rara vez ha sido una locomotora como tal. Su demanda nacional siempre ha estado en cotas bajas. Su juego más bien consistía en aprovechar la demanda de los otros, en ejercer de paganini de la Unión a cambio de unos pingües retornos comerciales.
A fuerza de sacrificios salariales, Alemania ha forjado una industria casi imbatible en el exterior que le reporta superávits por cuenta corriente del orden del 8 por ciento del PIB. O lo que es lo mismo, es una especie de monstruo que produce mucho más de lo que demanda. ¿Y qué hacen los alemanes con los ingresos que esto les reporta? Pues en lugar de destinarlos a la inversión productiva en casa, o bien se los llevan fuera o bien se los guardan en previsión de un invierno demográfico en los próximos años.
Y el actual entorno puede incluso empeorar estas dinámicas: tal y como denuncia el prestigioso Geneva Report, los niveles de endeudamiento se han disparado aún más durante la crisis y han adquirido dimensiones insostenibles (Lean esta pieza para entender la envergadura de los problemas: Por qué todo está cogido con alfileres). Allá donde se ponga la vista, el crecimiento resulta escaso y caro. Para colmo, el empuje de economías como Rusia, Brasil y China parece agotarse. Y la cotización a la baja del petróleo evidencia que el problema de una demanda débil se está convirtiendo en una enfermedad crónica y global. En la versión alemana de la fábula de la cigarra y la hormiga, resulta fácil concluir que es hora de ahorrar y prepararse para un invierno muy duro. Nada de alegrías con las inversiones.
Pero esta visión de la laboriosa hormiga no es compartida por todos. ¿Qué pasaría por ejemplo si llegase un cambio climático tal que fuese soleado todo el tiempo y compensase mucho más ser la cigarra? ¿Qué pasa cuando los bancos centrales están todo el tiempo repartiendo mucho dinero a un interés muy bajo? ¿Acaso compensa ahorrar cuando puedes tomar el dinero casi gratis?
Pues algo así reprochó Larry Summers al ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, durante las reuniones del FMI celebradas en la segunda semana de octubre. El exsecretario del Tesoro estadounidense manifestó ante el todopoderoso Schäuble su indignación con la actitud de Berlín. En su opinión, si sólo se adoptan reformas se aumentaba la oferta y por lo tanto se bajan los precios, ahondando en el problema de la deflación. Summers defendió que existe una falta de inversión productiva, y que para estimularla hay que aumentar la demanda, lo que elevaría la inversión y, a su vez, mejoraría la productividad y el crecimiento, haciendo sostenibles las deudas. Y cómo los bancos centrales están inundando el mercado de dinero casi gratis, merece la pena tomarlo para invertir y mejorar el rendimiento de la economía, tal y como se ha hecho en Estados Unidos. O dicho de otro modo, dado que al hacer sol durante mucho tiempo, merece la pena ser una cigarra en lugar de una hormiga. De hecho, a las hormigas les están pagando por sus ahorros tasas cercanas a cero.
Es más, con unos niveles de deuda cercanos al cien por cien del PIB, antes saltaría el pánico porque nadie lo refinanciaría. Pero ahora los bancos centrales garantizan todas las emisiones de deuda. Y el asunto ha tomado tal cariz que incluso un economista tan prestigioso como Willem Buiter, de Citigroup, ha propuesto recientemente que los bancos centrales compren la deuda y luego simplemente la amorticen y la retiren del mercado en una suerte de gran quita. En una situación ordinaria, estas trampas al solitario generarían una inflación rampante. Pero en este nuevo escenario no hay actividad y el dinero no circula. Tan sólo genera burbujas en los mercados que son las que van tirando artificialmente de la economía, como ha explicado en numerosas ocasiones Larry Summers.
O sea, que a grandes rasgos lo que habría que hacer es generar una burbuja para cambiar las expectativas y regenerar la inversión.
No obstante, está por ver si estas políticas funcionarían en Alemania. Mientras que en Estados Unidos surte efectos, en Japón han tenido que volver a imprimir billetes como si el límite fuesen los bosques del Amazonas. Después de veinte años, los nipones no consiguen reactivar la economía por más que inunden el mercado de dinero. La cosa pinta bastante mal. Y el problema reside en que, puestos a comparar, Alemania se parece mucho más a Japón que a Estados Unidos, ya sea por una demografía que envejece, unos costes energéticos altos, una banca zombi, un elevado gasto público, unos mercados de bienes y servicios menos flexibles, un mercado laboral más rígido, los tipos de empresas o unas expectativas de retornos de las inversiones bastante menores. Se parece tanto que la curva de tipos de Alemania traza un dibujo exactamente igual a la de Japón. Es decir, las expectativas de inflación y de actividad son las mismas que las de los nipones. Alemania y con ella la zona euro ya está pisando un terreno muy pantanoso sin que Europa tenga la misma cohesión social que Japón.
– La economía mundial con un solo motor (Project Syndicate – 3/11/14)
Tokio.- La economía mundial es como un avión a reacción comercial que debe tener todos sus motores en funcionamiento para despegar y alejarse de las nubes y las tormentas. Lamentablemente, sólo uno de esos cuatro motores está funcionando adecuadamente: la angloesfera (los Estados Unidos y su primo hermano, el Reino Unido).
El segundo motor -la zona del euro- se ha parado tras una reanudación anémica después de 2008. De hecho, con otra sacudida Europa caería en la deflación y en otro período de recesión. Asimismo, el tercer motor, el Japón, se está quedando sin combustible después de un año de estímulo fiscal y monetario y los mercados en ascenso (el cuarto motor) están desacelerándose acusadamente, a medida que los vientos de cola mundiales, que han durado un decenio -un rápido crecimiento de China, tipos de interés principales de cero, relajación cuantitativa por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos y un ciclo muy positivo de los productos básicos-, se han vuelto contrarios.
Así, pues, la cuestión es si la economía mundial puede permanecer en el aire -y durante cuánto tiempo- con un solo motor. La debilidad en el resto del mundo entraña un dólar más fuerte, que invariablemente debilitará el crecimiento de los EEUU. Cuanto más profunda sea la desaceleración en otros países y más suba el dólar, menos podrán los EEUU desligarse del miedo y la depresión en el resto, aun cuando la demanda interna parezca sólida.
Unos precios del petróleo en descenso pueden brindar una energía más barata a las empresas manufactureras y los hogares, pero perjudican a los exportadores de energía y a su gasto, y, si bien una oferta mayor -en particular, gracias a los recursos norteamericanos de esquisto- ha ejercido una presión con miras a la bajada de los precios, también lo ha hecho una demanda más débil en la zona del euro, el Japón, China y muchos mercados en ascenso. Además, unos precios del petróleo persistentemente bajos inducen un descenso de la inversión en nueva capacidad, lo que socava aún más la demanda mundial.
Entretanto, la inestabilidad de los mercados ha aumentado y aún está en marcha una corrección. Las malas noticias en el nivel macroeconómico pueden ser buenas para los mercados, porque una pronta reacción normativa puede impulsar por sí sola los precios de los activos, pero las recientes malas noticias en el nivel macroeconómico han sido malas para los mercados, por la impresión que existe de una inercia normativa. De hecho, el Banco Central Europeo está vacilando sobre cuánto debería ampliar su balance con compras de bonos soberanos, mientras que el Banco del Japón sólo ahora ha decidido aumentar su tasa de relajación cuantitativa, en vista de que existen pruebas de que el aumento del impuesto al consumo en este año está entorpeciendo el crecimiento y de que el previsto aumento tributario en el año próximo lo debilitará aún más.
En cuanto a la política fiscal, Alemania sigue resistiéndose a aplicar un estímulo muy necesario para impulsar la demanda de la zona del euro y el Japón parece decidido a infligirse a sí mismo un segundo aumento del impuesto al consumo, que retrasará el crecimiento.
Además, la Reserva Federal ha abandonado ahora la relajación cuantitativa y se muestra dispuesta a empezar a subir los tipos de interés principales antes de lo que esperaban los mercados. Si no aplaza los aumentos de los tipos de interés hasta que el clima económico mundial se aclare, corre el riesgo de un despegue frustrado: destino de muchas economías en los últimos años.
Si el Partido Republicano consigue el control total del Congreso de los EEUU en las elecciones de mitad de período que se celebrarán en noviembre, es probable que se agrave el estancamiento normativo, con el consiguiente peligro de una repetición de las perjudiciales batallas fiscales que el año pasado provocaron un cierre gubernamental y casi una suspensión técnica del pago de la deuda. En sentido más amplio, el estancamiento impedirá la aprobación de importantes reformas estructurales que los EEUU necesitan para impulsar el crecimiento.
Los más importantes países en ascenso también tienen problemas. De las cinco economías de los BRICS (el Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica), tres (el Brasil, Rusia y Sudáfrica) están próximas a la recesión. La mayor, China, está en plena desaceleración estructural que aproximará su tasa de crecimiento al cinco por ciento en los dos próximos años, frente a más del siete por ciento actual. Al mismo tiempo, se están aplazando unas reformas de las que se ha hablado mucho hasta que el Presidente Xi Jinping consolide su poder. China podría evitar un aterrizaje muy violento, pero parece probable que sea accidentado.
El riesgo de una quiebra mundial ha sido leve, porque el desapalancamiento ha avanzado con celeridad en la mayoría de las economías; los efectos del lastre fiscal son menores; las políticas monetarias siguen siendo acomodaticias y la reflación de los activos ha tenido efectos de riqueza positivos. Además, muchos países con mercados en ascenso siguen creciendo con fuerza, mantienen políticas macroeconómicas racionales y están empezando a aplicar reformas estructurales que aumentan el crecimiento. Además, el crecimiento de los EEUU, que actualmente supera la producción potencial, puede dar un impulso mundial suficiente… al menos de momento.
Pero hay amenazas graves en lontananza. Las deudas privada y pública de las economías avanzadas siguen siendo cuantiosas y en aumento y potencialmente insostenibles, en particular en la zona del euro y en el Japón. El aumento de la desigualdad está redistribuyendo los ingresos a favor de quienes tienen una gran propensión a ahorrar (los ricos y las grandes empresas) y resulta exacerbada por la innovación tecnológica con gran densidad de capital y que ahorra mano de obra.
Esa combinación de deuda elevada y desigualdad en aumento pueden ser la causa del estancamiento persistente que está aumentando la dificultad política para la aplicación de las reformas estructurales. Si acaso, el aumento de los partidos nacionalistas, populistas y nativistas en Europa, Norteamérica y Asia está propiciando una reacción contra el libre comercio y la migración laboral, que podría debilitar aún más el crecimiento mundial.
En lugar de contribuir a encauzar el crédito hacia la economía real, las políticas monetarias heterodoxas han aumentado, más que nada, la riqueza de los muy ricos, principales beneficiarios de la reflación de los activos, pero ahora la reflación puede estar creando burbujas de precios de los activos y la esperanza de que unas políticas prudentes en el nivel macroeconómico les impidan estallar es hasta ahora tan sólo eso: un acto de fe.
Afortunadamente, el aumento de los riesgos políticos -un Oriente Medio en llamas, el conflicto Rusia-Ucrania, la agitación en Hong Kong y las disputas territoriales de China con sus vecinos-, junto con amenazas geoeconómicas del ébola y del cambio climático mundial, pongamos por caso, aún no han provocado un contagio financiero. No obstante, están desacelerando el gasto de capital y el consumo, en vista del valor que representa la opción de esperar durante tiempos inciertos.
Así, pues, la economía mundial está volando con un solo motor, los pilotos deben esquivar los nubarrones amenazadores y están surgiendo peleas entre los pasajeros. Si al menos hubiera equipos de emergencias en tierra…
(Nouriel Roubini, a professor at NYU"s Stern School of Business and Chairman of Roubini Global Economics, was Senior Economist for International Affairs in the White House's Council of Economic Advisers during the Clinton Administration. He has worked for the International Monetary Fund )
– Rusia y China, de película (Project Syndicate – 11/11/14)
Nueva York.- Los tiempos que vivimos suelen verse reflejados mejor en el espejo del arte. Mucho se ha escrito acerca del poscomunismo en Rusia y China, pero creo que nada de eso pinta tan bien el paisaje social y político de estos países como dos películas recientes: Un toque de pecado (China, 2013) de Jia Zhangke y Leviatán (Rusia, 2014) de Andréi Zviagintsev.
La película de Jia cuenta cuatro historias independientes, que muestran actos de extrema violencia aislados (en su mayor parte extraídos de noticias recientes). Leviatán trata sobre un hombre decente a quien el alcalde del pueblo le arruina la vida, en connivencia con la Iglesia Ortodoxa Rusa y un tribunal corrupto.
Aunque sus historias son desoladoras, la estética de ambas películas es espectacular. Los sombríos cielos sobre la costa septentrional rusa en Leviatán se ven fabulosos, y Jia se las arregla para hacer que la jungla de vidrio y cemento de Shenzhen, la megaurbe entre Guangzhou y Hong Kong, parezca hermosa. El otro punto en común es cierta fascinación por los relatos míticos: el Libro de Job en el caso de Leviatán y el género de artes marciales en Un toque de pecado.
Un elemento central de ambas películas es la propiedad inmueble. En el primer episodio de Un toque de pecado, el capitoste local se convierte en un multimillonario con avión privado mediante el expediente de usurpar todos los bienes colectivos de la región para venderlos. En esta nueva China (donde el PCC, Partido Comunista de China, sigue en el poder, pero las ideas de Karl Marx están tan muertas como en Rusia) todo está en venta, hasta los símbolos del pasado maoísta. En una escena vemos a prostitutas en un club nocturno seduciendo a empresarios chinos de ultramar sensualmente vestidas con uniformes del Ejército Popular de Liberación.
La historia de Leviatán gira en torno de un hombre sencillo, un mecánico llamado Nikolai, a quien el corrupto alcalde del pueblo quiere quitarle la casa para ceder el terreno a la Iglesia Ortodoxa, que le pagó para levantar un templo nuevo allí. Para concretar el despojo, Nikolai es falsamente acusado por el asesinato de su esposa y juzgado por un tribunal venal.
La importancia de la propiedad inmueble en ambas películas no es coincidencia. Las edificaciones, la construcción y la tierra son la moneda corriente del poder en las sociedades mafiosas; lo mismo en China y en Rusia que en Sicilia. Una de las razones por las que China se convirtió en un inmenso predio en obra, en el que de un día al otro aparecen de la nada ciudades inmensas, es que así se mantiene andando una economía hiperveloz, y en gran medida corrupta, gobernada por un partido leninista que hizo de la expropiación de terrenos y la construcción un medio para monetizar su poder político.
No viene al caso que a diferencia del PCC, el partido Rusia Unida del presidente Vladímir Putin no reivindique ninguna ideología marxista. Ambos gobiernos operan de manera muy similar: jefes de partido, magnates y burócratas corruptos se dividen el botín, mientras alientan el chauvinismo y promueven "valores tradicionales" (los de la Iglesia Ortodoxa Rusa en un caso, los del confucianismo en el otro). Para garantizar la impunidad de los poderosos, a los jueces se los compra o intimida.
El partido de Putin obtuvo el poder en Rusia a través de elecciones, lo mismo que el partido Justicia y Desarrollo del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, el Fidesz del primer ministro Viktor Orbán en Hungría y el régimen militar del presidente Abdel Fattah El Sisi en Egipto. No así el PCC. Pero tampoco importa. El punto común de todos estos gobiernos es la fusión de la empresa capitalista con el autoritarismo político.
Ese modelo político se presenta ahora como un serio rival para la democracia liberal a la estadounidense, y tal vez lo sea. Pero durante la Guerra Fría, el capitalismo autoritario, que generalmente operaba bajo regímenes militares, era anticomunista y en gran medida pronorteamericano. El dictador surcoreano Park Chung-hee, padre de la actual presidenta Park Geun-hye, fue en muchos sentidos un pionero del tipo de sociedad que hoy vemos en China y Rusia. Lo mismo vale para el general Augusto Pinochet en Chile.
Con el fin de la Guerra Fría, las dictaduras de los países tributarios de Estados Unidos fueron convirtiéndose en democracias liberales, y muchos creyeron que la evolución natural (incluso inevitable) sería una transición universal y simultánea a la democracia liberal y el capitalismo. La libertad política es buena para los negocios, y viceversa.
Pero este gran mito del siglo XX se vino abajo. Hace algunos meses, Orbán declaró que la democracia liberal ya no es un modelo viable, y puso a China y Rusia como ejemplos de países más exitosos, no por razones ideológicas, sino porque en su opinión, pueden competir mejor en el mundo actual.
Claro que es discutible. La economía rusa depende demasiado del petróleo y otros recursos naturales; en el caso de China, una crisis económica podría acabar en poco tiempo con la legitimidad del sistema de partido único. Además, el manejo que hacen los regímenes autoritarios de las leyes en su propio beneficio no puede inspirar la confianza de los inversores, al menos no en el largo plazo.
Y sin embargo, hoy por hoy, las sociedades tan ácidamente retratadas en Leviatán y Un toque de pecado siguen atrayendo a muchos decepcionados por el estancamiento económico de Europa y la disfunción política estadounidense. Empresarios, artistas, arquitectos occidentales, aquel que necesite grandes sumas de dinero para algún proyecto costoso no se privará de trabajar con regímenes autoritarios que "hacen las cosas". Los pensadores antiliberales de la extrema derecha y la extrema izquierda admiran a los déspotas que plantan cara a Estados Unidos.
Un toque de pecado se proyectó en todo el mundo con excelentes críticas, pero en China no se pudo ver. Leviatán, en cambio, es la candidata oficial de Rusia para los Óscar.
Tal vez los líderes chinos no estén tan seguros de sí mismos como Putin; o tal vez Putin sea un tanto más astuto. Es difícil que sus seguidores en Rusia vean una película artística, mucho menos que se dejen influir por ella, y esta migaja de libre expresión puede presentarse en el extranjero como prueba de que todavía queda algo de liberalismo en la democracia autoritaria de Putin. Al menos, hasta que esa ilusión también se venga abajo.
(Ian Buruma is Professor of Democracy, Human Rights, and Journalism at Bard College. He is the author of numerous books, including Murder in Amsterdam: The Death of Theo Van Gogh and the Limits of Tolerance and, most recently, Year Zero: A History of 1945. )
– Putin sobre hielo (Project Syndicate – 17/11/14)
Viena.- Las temperaturas globales están en aumento, pero los conflictos congelados de la ex Unión Soviética no dan señales de querer derretirse. Por el contrario, el hielo se está expandiendo.
El respaldo por parte de Rusia de la elección llevada a cabo por los separatistas en Donetsk y Luhansk -ciudades clave en la región Donbas de Ucrania- indica que el Kremlin ha decidido crear otra "mini Guerra Fría" semipermanente, esta vez en zonas controladas por los rebeldes del país vecino más importante de Rusia. Pero hacerle el vacío al gobierno legítimo de Ucrania en la región es potencialmente mucho más desestabilizador que el respaldo que el Kremlin les pueda dar a los otros territorios ex soviéticos separatistas: Transnistria de Moldova y las regiones georgianas de Abjasia y Osetia del Sur.
Al desdibujar su frontera con Ucrania, Rusia está creando una nueva relación con una entidad anómala e internacionalmente irreconocible que pertenece, cultural e históricamente, no a la imaginaria "Novorossiya" (Nueva Rusia) proclamada por los separatistas, sino a la Unión Soviética "no muerta". El interrogante es por qué el presidente ruso, Vladimir Putin, y su entorno ven el conflicto congelado en Donbas, creado para impedir un acuerdo político o una paz duradera, como un desenlace positivo para su país.
En el marco de sus fronteras actuales, Donetsk y Luhansk tienen una importancia geoestratégica insignificante para Rusia. Es más, una Donbas independiente le impondría costos sustanciales a Rusia, que supuestamente se vería obligada a reconstruir y sostener una economía privada de cualquier otra inversión extranjera.
A diferencia de Transnistria o Abjasia, Donbas está sumamente industrializada y depende de subsidios; su infraestructura está devastada; y sus empresas son, en gran medida, propiedad de oligarcas, que huyeron a Kyiv, Londres o París, y no a Moscú, para escapar del conflicto. Si a esto le sumamos el estado legal irregular de estas "repúblicas populares" autoproclamadas, que torna imposible que los productores industriales de Donbas puedan hacer negocios con el mundo, las perspectivas económicas (y sociales) de la región parecen desalentadoras.
Los ciudadanos de las otras regiones separatistas respaldadas por Rusia desde hace mucho tiempo están subyugados por sus escuálidos sistemas "democráticos feudales", en los que los líderes locales sistemáticamente montan elecciones falsas y basan su poder en corrupción y clientelismo de características mafiosas. Después de meses de promesas vacías de los líderes separatistas, es improbable que los ciudadanos de Donetsk y Luhansk acepten silenciosamente la transformación de Donbas en otra entidad paria aislada internacionalmente que beneficia a las redes criminales con sede en Rusia.
Al establecer un conflicto congelado en Donbas, Rusia le ha clavado una espina a Ucrania y, en el corto plazo, complicó las relaciones entre el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, y el primer ministro del país, Arseniy Yatsenyuk. Pero también garantizó que, en el más largo plazo, el estado ucraniano se vuelva a consolidar en torno a un sentimiento y políticas anti-Rusia -lo que implica que Rusia no podrá normalizar sus relaciones con Ucrania por décadas.
Es más, el respaldo de Putin a los separatistas de Donbas es el clavo final en el ataúd de su proyecto de integración regional, una Unión Económica Euroasiática (UEE) liderada por Rusia. Irónicamente, las ambiciones rusas de una UEE es lo que alimentó su respuesta enérgica a la tendencia occidental de Ucrania. Putin reconoció que, sin Ucrania, el bloque no podría cumplir su visión de un rival viable para la Unión Europea. Sin embargo, la violación flagrante y sin remordimientos de la integridad territorial de Ucrania por parte de Rusia no sólo contaminó las relaciones con Kyiv, sino que también amenaza implícitamente a los potenciales miembros de la UEE, especialmente Kazajstán, cuya categoría de estado independiente Putin cuestionó abiertamente.
¿Cuál es el rédito geopolítico para Rusia de transformar una Donbas inestable en un contexto perdurable del interior sudoccidental de su país? ¿Por qué el Kremlin mostraría "respeto" por elecciones que prácticamente ningún otro país reconocerá?
La respuesta podría ser simplemente que el Kremlin se metió en camisas de once varas. Los medios estatales de Rusia, junto con los nacionalistas domésticos, han fomentado una atmósfera pública frenética que priva a la política de Rusia hacia Ucrania de toda flexibilidad táctica. En lugar de una estrategia integral, el Kremlin se basa en gestos ad hoc para asegurar que la población rusa, de cuyo apoyo depende, no vea esto como una traición a los rebeldes en Ucrania. Por su parte, los líderes rebeldes ucranianos, reacios a perder sus feudos recientemente adquiridos, están haciendo un lobby ferviente contra cualquier reacercamiento entre los gobierno ruso y ucraniano.
Al mismo tiempo, Putin presuntamente quiere mostrarle a Occidente que sus políticas hacia Rusia, incluidas las duras sanciones económicas, no funcionarán. Crear más conflictos congelados, que Occidente aborrece pero que no puede resolver, puede parecer una manera útil de lograrlo.
En resumen, las acciones de Rusia en Donbas pueden ser más simbólicas y oportunistas que estratégicas. Pero eso no las hace menos peligrosas. Putin ahora ha perdido la iniciativa que ganó en Crimea al convertir la batalla sangrienta por Donbas en un impasse irresoluble. Frente al derrumbe de los precios del petróleo, Putin ahora puede sentirse en la obligación de tomar otra medida desesperada y destructiva, con la esperanza de convencer al mundo de que sigue controlando la situación. Sin embargo, los esfuerzos por identificar alguna gran visión estratégica detrás de estas tácticas destructivas seguirán resultado inútiles.
Putin, que enfrenta presión de todos lados, está perdiendo su posición geoestratégica. Sus logros en materia de política exterior en el último año no deberían sobreestimarse. Al anexar a Crimea, perdió a Ucrania. Y al "congelar" a Donbas, ha enterrado su sueño de una UEE cuasi imperial de una vez y para siempre.
(Stephen Holmes is a professor at New York University School of Law and is the author, most recently, of The Matador's Cape: America's Reckless Response to Terror. Ivan Krastev is Chairman of the Center for Liberal Strategies in Sofia, and Permanent Fellow at the Institute for Human Sciences (IWM) in Vienna. His latest book is In Mistrust We Trust: Can Democracy Survive When We Don't Trust Our Leaders?)
– Todos contra Putin: ¿aguantará su economía o reventará? (El Confidencial – 19/11/14)
(Por Marc Garrigasait)
Putin se ha propuesto enfrentarse al mundo. Tras las críticas recibidas en la reciente reunión del G20 por su actuación en Ucrania y las amenazas de nuevas sanciones, decidió abandonar la cumbre.
El rublo se ha depreciado más de un 40% solo en 2014, lo que refleja el grado de estrés que está sufriendo la economía soviética. Unas semanas antes, la reciente gobernadora del Banco Central ruso subió los tipos de interés para defender su divisa, pero el movimiento no ha servido de nada.
El comportamiento de una divisa no es una ciencia exacta. El factor confianza en un país es siempre muy relevante, aunque otras variables claves son el volumen de divisas en reserva de su banco central; la deuda externa o pagos a realizar; los tipos de interés o rentabilidad que ofrece esa moneda; la confianza en su Gobierno y, especialmente, en su banco central; la solidez de sus empresas, las necesidades de financiación externas, etc.
La semana anterior circularon rumores en los mercados financieros sobre un posible default o suspensión de pagos de Rusia. Ya lo hizo en 1998 por sorpresa, lo que provocó un pánico vendedor mundial, pero especialmente en las inversiones rusas. ¿Puede ocurrir lo mismo en 2014?
En 1998, sin tener una deuda externa elevadísima, 125.000 millones de dólares suponían sólo un 25% de su producto nacional bruto, pero apenas si tenía reservas en divisas para realizar los pagos exteriores.
El reputado economista del Fondo Monetario Internacional (FMI) Stanley Fischer publicó un artículo a principios de 1998 explicando los problemas de la economía rusa y era optimista sobre su evolución futura, sin sospechar que su enorme debilidad tras los desplomes económicos tras la perestroika provocaría el inesperado default.
Stanley Fischer es hoy el poderoso vicepresidente de la Reserva Federal (Fed), la alargada sombra de Janet Yelen tras su paso como gobernador del Banco Central de Israel (2005-2011). Fischer se basaba en que Rusia tenía superávit por cuenta corriente, lo que evitaba depender del capital externo. El problema que originó el default ruso, si es que no hubo intencionalidad política interna en aprovechar una suspensión de pagos para adquirir activos en Rusia con un 80% de descuento, fue que sus reservas de divisas estaban secas. Apenas si mantenían unos 15.000 millones de dólares en sus reservas, cifra totalmente insuficiente en una economía entonces de unos 400.000 millones de dólares y con una deuda externa de 125.000 millones.
¿Cómo están las finanzas de Rusia hoy? ¿Puede el cierre de grifo a la financiación internacional hundir a Rusia? Putin y los grandes oligarcas aprendieron en marzo, en la crisis de Ucrania, que las sanciones internacionales les provocan mucho más daños que cualquier envío de tanques. Especialmente, en el sector bancario ruso, muy apalancado y necesitado de refinanciaciones internacionales.
Si analizamos la deuda externa, deuda pública y reservas de divisas, encontramos cómo Rusia se encuentra en el mejor momento económico de su historia. No exactamente, su mejor situación financiera fue en 2013. Tras la reciente crisis, han perdido algo más del 20% de sus reservas en divisas comprando rublos. De algo más de 500.000 millones de dólares, su colchón se ha reducido hasta los 430.000 millones actuales. Con un producto nacional bruto actual de 2,1 trillones, su saldo vivo de deuda pública es de solo un 13% de su PNB, nivel absolutamente ridículo. Diez veces menor que la media de principales economías occidentales. Solo las compañías privadas rusas tienen un nivel de deuda externa algo mayor, con unos 670.000 millones, apenas un 30% de su PNB en términos brutos. En Estados Unidos es del 100% y España debe al exterior un 170%, por ejemplo.
Rusia mantiene en su banco central, además, unas 1.100 toneladas de lingotes de oro, cifra que no para de aumentar.
Yo he sido históricamente muy negativo en relación con invertir en Rusia. Puedes leer diversos artículos míos sobre lo imposible que es hacer negocios allí. También escribí que en el año 2013, a pesar de ser la bolsa "teóricamente más barata del mundo", no era atractiva.
Tras las fuertes caídas de la bolsa y del rublo en 2014 y tras la crisis de Ucrania, soy de los que piensa que estamos en un momento de precios mínimos históricos en relación con los activos rusos. A pesar de que el precio del petróleo ha caído de 100 dólares a 80, lo que les perjudica al ser su mayor bien exportado sus caídas en los precios, sumados a la caída del rublo, lo convierten, en mi opinión, en uno de los mercados más atractivos del planeta.
También es cierto que no se me ocurriría recomendar nunca una sola empresa rusa por los elevados riesgos políticos. Rusia es un mercado para invertir en el índice para eliminar el riesgo individual y quedarte con el riesgo sistémico, que sí te paga sobradamente el riesgo incurrido en tu inversión. La economía rusa continuará sufriendo aún en el primer semestre de 2015, pero los mercados van siempre por delante.
En el Anexo I se presenta una amplia información estadística, para que ustedes mismos, puedan elaborar sus conclusiones particulares (dar o quitar razón).
Russia Economic Report 32: Policy Uncertainty Clouds Medium-Term Prospects – (The World Bank – 24/9/14)
Russia Overview – (World Bank – 8/10/14)
Cloudy Outlook for Growth in Emerging Europe and Central Asia – (World Bank – 8/10/14)
Country and regional perspectives (WEO – FMI) Russian Federation – October 2014
Country Statistical Profiles: Key Tables from OECD – © OECD 2014
OECD Economic Surveys: Russian Federation 2013
Importaciones y exportaciones de Rusia (Fuente: RT Rusopedia – 2010)
Russia Economic Report 32: Policy Uncertainty Clouds Medium-Term Prospects (The World Bank – 24/9/14)
Russia Outlook: Divestment and Stagflation – Moody´s Analytics (Martin Janicko – September 17, 2014)
Los espero en Moscú
World Development Indicators
Global Economic Prospects – Forecasts
Russia Economic Report 32: Policy Uncertainty Clouds Medium-Term Prospects
(The World Bank – 24/9/14)
Recent Economic Developments
Structural impediments slowed economic expansion to near stagnation even before the impact of increased policy uncertainty amid increased geopolitical tensions took hold.
GDP growth was just 0.8 percent in the first half of 2014 compared to 0.9 percent in the first half of 2013.
The reasons for Russia"s slowdown remain, on balance, of a structural nature, with the economy operating at close to its potential output level.
Although Russia"s growth was not dissimilar to that of the Euro Zone, it dipped under that of other country comparator groups, such as emerging and high-income economies.
Due to Russia"s integration into the world economy with exports of resource-intensive products to high-income countries, their growth paths remain closely entwined. Current geopolitical tensions are adversely impacting these trade relationships.
Outlook
Over the medium term, growth will continue to be determined by slow progress in structural reforms and policy uncertainty emanating from geopolitical tensions.
The main challenges for Russia"s outlook are twofold: consumption growth is likely to weaken even further than previously projected and recovery in investment demand will be slower than previously expected.
The effects of weak growth for a second consecutive year, an increase in household debt burden, and continued high inflation expectations, are likely to depress consumer demand further, slowing this main engine of growth in Russia. These effects are expected to persist for the next two years.
With no major structural reforms planned, and microeconomic fundamentals unchanged, investment will remain subdued and there will be only a limited positive effect from import substitution.
Similarly, the multiplier effect from the planned increase in public and quasi-public investment expenditures is likely to be modest.
Towards Diversified Development
Russia"s portfolio is heavy in tangible assets such as oil and gas, and hard infrastructure such as schools, but it is light in intangible assets such as institutions for managing volatile resource earnings, providing high-quality social services, and even-handedly regulating enterprises.
Russia"s institutional weaknesses are now the main stumbling block on the road to greater economic efficiency and higher growth rates.
Developing a more balanced portfolio of national assets, namely natural resources, capital and economic institutions, can help Russia overcome structural constraints to growth.
Structural reforms would need to focus on improving economic institutions to ensure that public finances are stable and volatility is well-managed; that there are improvements in education and infrastructure to make workers more productive; and that there are strong competition regimes to encourage private enterprise and entrepreneurship.
Stabilization, transparent rules, better quality of public investment, and competition should be the reform priorities for the next decade.
Russia Overview
(World Bank – 8/10/14)
Context
The Russian economy is near stagnation, with continued lowered domestic demand leading to growth of 0.8 percent in the first half of 2014, similar to 0.9 percent in 2013. It was operating on the threshold of recession in the first half of 2014 with quarterly seasonally adjusted growth for the first two quarters close to zero. As a result, Russia"s growth dipped in the first quarter under that of all other relevant comparator country groups. Consumer and business sentiments were already weak in 2013 due to lingering structural problems and contributed to the wait-and-see attitudes of households and companies and leading to a slowdown of the Russian economy to 1.3 percent from 3.4 percent in 2012.
Increased geopolitical risks and the new environment of policy uncertainty and sanctions had an additional negative impact on economic activities in the first half of 2014. It hit the economy through three channels: (1) increased volatility on the exchange rate market and a significant depreciation of the national currency; (2) limited access to international financial markets for banks and non-financial corporations, and (3) suppressed business and consumer confidence about future growth prospects.
The World Bank says there are substantial risks to the medium-term outlook for Russia"s 2014-2016 growth. As the Russian economy needed to internalize several rounds of sanctions, countersanctions and measures to stabilize the economy, this environment of higher risk lowered domestic demand.
In the first half of 2014, macroeconomic stability continued and Russia remains in possession of large buffers to uphold stability in the near future. However, there is little movement on the structural reform agenda, which could boost Russia"s growth potential in the medium-term. Both of these observations together are captured in the World Bank"s most likely scenario -the baseline scenario- with positive but low growth near stagnation in 2015 and 2016.
The baseline scenario is one of stagnation with projected 0.5 percent growth for 2014, 0.3 percent in 2015 and 0.4 percent and 2016.
This baseline is paired with two alternative scenarios: an optimistic scenario foresees a small growth recovery to 0.9 percent in 2015 and 1.3 percent in 2016, and
A pessimistic scenario sees the economy slipping into a low-level recession, contracting by 0.9 percent in 2015 and 0.4 percent in 2016.
A return to higher growth in Russia will depend on solid private investment growth and a lift in consumer sentiment, which will require creating a predictable policy environment and addressing the unresolved structural reform agenda.
A more balanced and diversified portfolio of national assets, including natural resources, capital, and economic institutions, will help overcome structural constraints to growth. Institutional weaknesses are now the main stumbling block on the road to greater economic efficiency and a higher growth potential. Structural reforms would need to focus on improving economic institutions to ensure stable public finances and well-managed volatility; improved education and infrastructure to make workers more productive; and stronger competition regimes to encourage private enterprises and entrepreneurship. Stabilization, education, and competition should be the reform priorities for the next decade.
Strategy
The World Bank Group engagement with the country is unique in that it is three-dimensional: global, regional, and national. At the global level, Russia has increased its contributions to IDA and supports the provision of global public goods through contributions to global funds. In addition, the WBG offers its expertise to help prepare Russia"s presidency of international forums. At the regional level, the WBG supports Russia as an emerging donor for less-developed countries in ECA. Russia is already a significant provider of development assistance through a growing portfolio of IDA-IBRD-administered Trust Funds. At the national level, the WBG aims to maximize its development by reaching out to the regions in Russia with the most development needs. The current WBG 2012-16 CPS was discussed by the Board of Executive Directors on December 20, 2011. It is aligned with government priorities and covers four themes: (i) Increasing Growth and Diversification, (ii) Expanding Human Potential, (iii) Deepening Russia's Role in Global and Regional Development, and (iv) Improving Governance and Transparency (as a crosscutting theme).The strategy endorsed an envelope of up to US$ 5 billion in IBRD lending to support the program over the five-year period. IFC foresees total investments between US$ 3.8 and US$ 4.8 billion for its own account, plus the significant mobilization of counterpart funds. The Multilateral Investment Guarantee Agency (MIGA) continues to support foreign investors through the provision of political risk guarantees.
The Russia program is distinguished by several cooperation and innovation initiatives. These include IFC and IBRD subnational lending, RAS, and a joint strategy that capitalizes on IFC"s and MIGA"s work in the private sector. The WBG is in constant search of innovative engagement opportunities and instruments, such as direct lending to regions with a sovereign guarantee and a mechanism to fund analytical work and technical assistance to poorer regions.
Deepening Russia"s Role in Global and Regional Development
The majority of Russian development assistance is currently being channeled through multilateral institutions, including the WBG. The World Bank is a partner of choice for Russia"s development cooperation with the poorest countries. In particular, Russia has been a partner to International Development Association (IDA) since the ninth replenishment (referred to as "IDA9") in 1997 and has shown growing support and commitment to the World Bank Group development programs and Trust funds. Russia pledges to 17 IDA/IBRD Trust funds with contributions reaching a total of over US$ 248 million.
Russia has increased its regional role and become the second largest Trust Fund donor in ECA at the World Bank after the European Union (EU). Russia has five Trust Funds (US$74 million, or 30 percent of total Russian Trust Fund pledges) exclusively targeting ECA countries: (i) Public Expenditure Management and Peer-Assisted Learning (PEMPAL), (ii) Public Financial Management (PFM) Trust Fund, iii) ECA Statistical Capacity Building Trust Fund, (iv) ECA Capacity Development Trust Fund, which finances program and project preparation, and (v) Global Food Price Crisis Response Program for Tajikistan and the Kyrgyz Republic. Russia is increasing its regional role in ECA also through the Eurasian Development Bank (EDB), a multilateral organization focused on Commonwealth of Independent States (CIS) countries and the Eurasian Economic Community (EurAsEC) Anti-Crisis Fund managed by EDB. The Anti-Crisis Fund received resources in the amount of US$ 8.514 billion, of which US$ 7.5 billion was contributed by the Russian Federation to support CIS countries in response to the 2008-09 crisis. On March 14, 2011, the World Bank and the EDB signed a Framework Agreement that outlines their collaboration with regard to the projects of the EurAsEC Anti-Crisis Fund via the parallel cofinancing of investment projects and joint analytical work.
Results
The World Bank
The Russian Federation joined the World Bank (IBRD and IDA) in 1992. The Bank has provided financing for 70 projects in different sectors totaling slightly over US$ 10.5 billion in IBRD loans. About 95 percent of the total portfolio has already been disbursed.
The current IBRD portfolio consists of 10 projects with a total current commitment of US$ 668.3 million (as of September 2014). All of the Bank"s financing to Russia is currently provided in the form of investment project financing. Reimbursable Advisory Services (RAS) show steady demand, with continued interest from the regions and growing demand from the federal government.
Portfolio quality is relatively high. Except for the Financial Education and Financial Literacy Project, which holds moderately unsatisfactory rating in implementation progress, all other projects are rated at the moderately satisfactory or satisfactory level. The Judicial Reform Support Project went through two intensive restructurings and has been upgraded to moderately satisfactory. FY14 closed with a disbursement ratio of 15.5 percent, which was below ECA"s average of 23 percent. The average project age is 5.2 years, attributable to the fact that the majority of the projects are designed as five-year investment operations.
Analytical and Advisory Services (AAA) remain an important part of IBRD"s engagement in Russia. In close cooperation with the Government, AAA products are helping to modernize public finance and administration and improve social service delivery and the investment climate. The Bank expanded its technical assistance to areas of early childhood development (ECD) and social development, such as technical assistance on indigenous people and social accountability. In FY14, along with two traditional flagship Russia Economic Reports, the World Bank presented the reports on "Environmental Perspective of Russia"s Accession to the WTO", "Corporate Governance Reform in Russia" and several others. The report on social mobility is being prepared for release in FY15.
In October 2013, the World Bank and IFC presented "Doing Business 2014: Understanding Regulations for Small and Medium-Size Enterprises". The report found that the Russian Federation made starting a business easier by abolishing the requirement to have the bank signature card notarized before opening a company bank account. It made dealing with construction permits easier by eliminating several requirements for project approvals from government agencies and by reducing the time required to register a new building. And it made getting electricity simpler and less costly by setting standard connection tariffs and eliminating many procedures previously required. In addition, Russia made transferring property easier by streamlining procedures and implementing effective time limits for processing transfer applications. Finally, it made trading across borders easier by implementing an electronic system for submitting export and import documents and by reducing the number of physical inspections. Russia"s DB2014 ease of doing business rank was 92.
Demand has grown rapidly for RAS. Since 2007, the WBG has entered into more than 80 RAS for a total of almost US$ 40 million. Agreements cover a wide range of activities that are well aligned with Russia"s development challenges. RAS are also of increasing importance for Russia"s regions with more than 30 of Russia"s subnational governments having signed at least one RAS with the WBG (15 currently active in 9 different regions).
Innovative RAS products allow the WBG to build and keep a lead in global knowledge provision. One of the areas of early demand for RASs was in support for large-scale infrastructure projects where WBG advisory services supported the St. Petersburg Pulkovo airport expansion based on a private-public partnership (PPP). Pulkovo attracted more than EUR1.2 billion of private investments and was awarded the title of "Global PPP deal of the Year" by Infrastructure Investors in 2011. As international experience and analytical components are often critical success factors for education, health and social protection, demand from clients has led to widespread use of RAS in associated global practices as well. During the past two years, RAS are also in demand for improving the investment climate, providing economic policy advice and the local initiatives support program.
International Finance Corporation
Russia became an IFC member in 1993. Since then, IFC"s investments in Russia have totaled US$ 11.7 billion, including US$ 3.4 billion in syndicated loans across 309 projects. IFC"s current committed investment portfolio in Russia is US$ 1.9 billion in over 100 projects with about 70 clients. In FY14, IFC committed US$ 655 million at its own account and mobilized US$ 104 million from partners. Since the beginning of FY15, IFC committed about US$ 60 million at own account.
In line with the World Bank Group CPS, IFC continues supporting economic diversification and growth in Russia by helping its private sector clients realize long-term development potential, with particular focus on maximizing impact in less-developed regions, including creation of new high-skilled jobs; expansion of high value-added manufacturing; and improvement of transport and social infrastructure to provide people and companies with better access to goods and services. In addition, IFC provides Russian companies and banks with strategic advice on achieving long-term sustainable growth, increasing energy and resource efficiency, improving corporate governance, and advises Russian regions on structuring municipal infrastructure projects.
Multilateral Investment Guarantee Agency
MIGA"s gross exposure in Russia is US$ 852 million as of August 2014 (MIGA"s second largest gross and net exposure). MIGA is involved in eight projects in finance, infrastructure, manufacturing, agribusiness, and services. In dollar terms, MIGA"s exposure is concentrated in Russia"s financial sector (some 80 percent of MIGA"s gross exposure), supporting the investments of global financial institutions in their banking, mortgage, and leasing subsidiaries in Russia. Five out of MIGA"s eight projects are in non-financial sectors, some of them in Russia"s regions; such as agribusiness – in Russia"s "black earth" regions of Penza and Tambov, and manufacturing – in Novocherkassk.
Cloudy Outlook for Growth in Emerging Europe and Central Asia
(October 8, 2014)
Ukraine Crisis has Impact, but Long-Term Reform Challenges also Remain
Washington, October 8, 2014 – Growth in the Emerging Europe and Central Asia (ECA) region remains tepid, with GDP growth for the region expected to be only 1.8 percent in 2014 and improving slightly up to 2.1 percent for 2015, the World Bank said during the 2014 World Bank/IMF Annual Meetings.
"The Emerging Europe and Central Asia region is facing some daunting challenges amid a cloudy outlook for growth", said Laura Tuck, Vice-President for the World Bank"s Emerging Europe and Central Asia region. "The tensions in Ukraine have clearly had an impact on the country"s growth and have disrupted economic activity. But many of the structural problems that confront countries in the region existed before the crisis and still need to be urgently addressed".
Added Tuck, "While we monitor the impact of the Ukraine crisis on the region, it is important not to lose sight of these longer-term issues that countries need to tackle to boost growth and create badly needed jobs. In many countries of Central and Eastern Europe, the challenge is to finally put the economic crisis behind – to kickstart the financial sector and improve the business climate. In the Balkans, deepening institutional reforms and improving governance are crucial. In Russia and many neighboring countries, key are reforms to enhance competitiveness and create sources of growth beyond oil and gas".
Signs of recovery
Some signs of hope show through in the region. Central and East European (CEE) countries are expected to see growth accelerate to 2.5 percent in 2014 and to 2.8 percent in 2015 – a significant improvement from the previous two years when growth was very modest (0.8 percent in 2012 and 1.3 percent in 2013). But recovery in the new EU member states remains mixed and growth in Western Europe is disappointing.
Unemployment rates in several countries have peaked and are now showing signs of improvement. While they remain above 10 percent in several CEE countries, they are declining the most in countries such as Estonia, Latvia, and Lithuania, where structural reforms and prudent policies were implemented swiftly. Given past trends, these positive developments are expected to be reflected in higher income growth for the bottom 40 percent of the population.
In the Western Balkans, economic growth is expected to drop from 2.4 percent in 2013 to only 0.6 percent in 2014, due to its debt overhang that is reducing financing for business and lack of reform momentum, and then recover modestly to a projected 1.9 percent in 2015.
Ukraine crisis
Meanwhile, in Ukraine, geo-political tensions have developed into a deep crisis for the country. Recent trends point to a sharper decline in Ukraine"s real GDP in 2014 and continued retrenchment in 2015 compared to earlier projections. Ukraine"s GDP is expected to contract 8 percent in 2014 and 1 percent in 2015.
The conflict in the east has disrupted economic activity, made collection of taxes difficult, adversely affected exports, and hurt investor confidence. Meanwhile, weak revenue performance, rising spending pressures and a growing Naftogaz deficit make fiscal adjustment more challenging. The current account deficit has adjusted because of the sharp depreciation, but balance of payments pressures remain high due to large external debt refinancing needs, low FDI, and limited access to external financing. A prolonged confrontation in the east, constrained credit supply due to risks in the banking sector, constrained domestic consumption, and investment demand all pose risks and affect prospects for recovery.
Russian stagnation
In Russia, the World Bank warned earlier this year of an unfinished transition, including ongoing problems in the business environment and heavy reliance on oil revenues. Currently, the Russian economy is slowing as its past growth drivers have weakened. GDP growth in Russia was just 0.8 percent in the first half of 2014, compared to 0.9 percent in the first half of 2013.
Economic activity was already hamstrung in 2013 by lingering structural problems and a wait-and-see attitude on the part of both businesses and consumers. An additional negative impact on the economy -besides slow structural reforms- came from increased geopolitical tensions and an uncertain policy environment. It is policy uncertainty about the economic course the country will take that is casting the longest shadow on Russia"s medium-term prospects. There is a greater need for reforms to enhance the business climate to build avenues for growth and less reliance on the energy sector.
The Commonwealth of Independent States (CIS) economies have faced headwinds due to the crisis in Ukraine and ongoing stagnation in Russia, however broad spill-overs to other countries have been limited so far. Immense reliance of the CIS economies on energy exports persists, and progress on structural reforms has slowed. Growth for these countries is expected to be a meager 1 percent in 2014 and to rise only slightly to 1.3 percent in 2015.
In Turkey, growth has also slowed from over 4 percent in 2013, but is projected to stabilize at about 3.5 percent in 2014 and 2015.
Going forward
"The forecast for the Emerging Europe and Central Asia region remains tepid because of deferred structural reforms, as well as ongoing weak growth in Western Europe and stagnation in Russia", noted Hans Timmer, Chief Economist in the World Bank"s Emerging Europe and Central Asia region. "Economic growth in the region remains lower than in most other regions of the world. Going forward, the emphasis should be on improving governance and the investment climate, strengthening competitiveness, ensuring the stability of the financial sector, and maintaining a sound macroeconomic framework".
"To be sustainable in the longer term, economic growth and shared prosperity need to be fiscally affordable, environmentally responsible, and conducive to social inclusion", said Timmer.
The World Bank, working jointly with other World Bank Group institutions, is helping its client countries in Emerging Europe and Central Asia address these and other challenges to reduce poverty and boost shared prosperity through policy dialogue, analytical work, project funding, and reimbursable advisory services.
Country and regional perspectives (WEO – FMI)
October 2014
Russian Federation
Country Statistical Profiles: Key Tables from OECD – © OECD 2014
OECD Economic Surveys: Russian Federation 2013
Executive summary
Importaciones y exportaciones de Rusia
(Fuente: RT Rusopedia – 2010)
El comercio exterior -el intercambio comercial entre países que exportan (venden) e importan (compran) sus productos y servicios- tiene un papel muy importante en el desarrollo económico de Rusia.
El petróleo y sus derivados, cereales, productos químicos, armas de defensa, metales, madera, productos alimenticios, máquinas y equipo forman parte de la estructura de exportación de Rusia.
Maquinaria y equipos, bienes de consumo, medicinas, carne, azúcar y productos de metal semielaborados son la base de importaciones del país.
El comercio del país se desaceleró en gran medida debido a la recesión mundial en 2008 y los ingresos relacionados con el comercio anual del país cayeron de 471.500 millones de dólares en 2008 a 259.000 millones de dólares en 2009. En 2010 comenzó la recuperación con el crecimiento de las exportaciones en el 33,3 % con el valor total de 625.400 millones de dólares.
El líder en exportaciones e importaciones en Rusia es el Distrito Federal Central, donde se ubica la capital del país.
La estructura del comercio exterior
Con la Unión Europea se establecen el 50 % de las relaciones comerciales del país más extenso del mundo. Los países de Comunidad de Estados Independientes (CEI) representan el 14,4 % de los intercambios comerciales de Rusia; los países de la Comunidad Económica de Eurasia, el 8,0 %; y los países del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el 21,8 %.
Los principales socios comerciales de Rusia en el primer semestre de 2010 fueron: los Países Bajos, con un volumen de negocios de 28.400 millones de dólares (el 10 % de la circulación total); y China, con 25.500 millones de dólares (9,0 %), según el Servicio Federal de Aduanas de Rusia.
Otros socios importantes de la primera mitad de 2010 fueron Alemania, con 22.900 millones de dólares (8,1 %); Italia, con 17.900 millones de dólares (6,6 %); Ucrania, con 15.900 millones de dólares (5,6 %); Bielorrusia, con 12.500 millones de dólares (4,4 %); Turquía, con 12.000 millones de dólares (4,2 %); Polonia, 9.900 millones de dólares (3,5 %); Estados Unidos, 9.800 millones de dólares (3,4 %); y Francia, 9.700 millones de dólares (3,4 %).
Los países de América Latina también representan un importante centro de las exportaciones e importaciones rusas. Por ejemplo, América Latina se ha convertido en el principal nuevo mercado para las exportaciones de armas. En el último año Rusia aumentó sus ventas a la región sobre todo gracias a Venezuela, según el informe anual Military Balance 2010, preparado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS).
En el año 2010, el intercambio comercial entre América Latina y Rusia, alcanzó los 10.800 millones de dólares. Casi 2.000 millones corresponden a la Comunidad Andina. Los principales productos de exportación de la Comunidad Andina hacia Rusia son plátanos, rosas, café y uvas. Los principales productos de importación de la Comunidad Andina desde Rusia son helicópteros, abonos minerales o químicos, trigo y gasóleo.
– Las "amistades" comerciales de Rusia: qué vende y compra Putin a Europa, EE UU o China (20minutos.es – 9/3/14)
La Unión Europea (UE), China, Estados Unidos y Japón son los principales socios comerciales de Rusia, y con la UE y EEUU ha comenzado una nueva batalla dialéctica llena de amenazas en clave económica a raíz del conflicto ucraniano.
¿Cómo son las relaciones comerciales rusas con las principales potencias mundiales?
El conjunto de las exportaciones mundiales rusas se cifra en 529.255 millones de dólares (385.401 millones de euros) en 2012, mientras que sus importaciones se elevaron a 335.446 millones de dólares (244.270 millones de euros), según el último informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con fecha de septiembre de 2013. Europa, el principal socio con Alemania a la cabeza Europa continúa siendo el principal proveedor ruso, con un tercio del total, seguido de China (15,4%), EEUU y Japón.
La oficina estadística de la Unión Europea (Eurostat) refleja por su parte que el comercio de bienes y servicios entre la UE y Rusia alcanzó en 2012 niveles récord, al situarse las exportaciones europeas en alrededor de 120.000 millones de euros (164.794 millones de dólares) y las importaciones, en 213.000 millones de euros (292.510 millones de dólares).
Los combustibles, en especial el gas, constituyen los principales productos importados por la Unión Europea, en tanto que este bloque exporta a Rusia sobre todo tecnología, maquinaria, vehículos y bienes de consumo.
Alemania es el principal socio comercial de Rusia, seguido de lejos por Italia, Francia, Reino Unido y España.
China, segundo gran socio
Fuera del bloque europeo, China representa al segundo socio comercial ruso.
Moscú y Pekín mantienen fuertes lazos económicos y las exportaciones rusas a China se elevan a algo más de 35.000 millones de dólares (25.486 millones de euros) y las importaciones, a 51.767 millones de dólares (37.700 millones de euros).
Estados Unidos, tercero en discordia
Estados Unidos compra por valor de 13.000 millones de dólares (9.466 millones de euros) y vende por 15.000 millones de dólares (10.922 millones de euros). Brasil es el principal socio latinoamericano de Rusia
Por parte estadounidense las compras a Rusia se centran en combustibles y vende maquinaria, según datos de la OMC.
Japón
Las exportaciones rusas a Japón ascienden a 15.588 millones de dólares (11.351 millones de euros), de los que 12.735 (9.273 millones de euros) corresponden a petróleo y derivados; en tanto que las importaciones se elevan a 15.676 millones de dólares (11.414 millones de euros); de ellas tres cuartas partes corresponden a vehículo y maquinaria.
Con Latinoamérica
La OMC sitúa a Brasil como principal socio latinoamericano de Rusia. La Federación Rusa importa del país suramericano por valor de 3.500 millones de dólares (2.548 millones de euros) y exporta por un total de 2.300 millones de dólares (1.674 millones de euros). Venezuela, México, Argentina y Cuba figuran por este orden como los siguientes países latinoamericanos con significativo comercio bilateral con Moscú.
Russia Economic Report 32: Policy Uncertainty Clouds Medium-Term Prospects
(The World Bank – 24/9/14)
Executive Summary
Russia"s economy is stagnating. Seasonally adjusted growth for the first two quarters of 2014 was near zero. Consumer and business sentiments were already weak in 2013 due to lingering structural problems and contributed to the wait-and-see attitudes of households and companies. Heightened market volatility and policy uncertainty due to geopolitical tensions during the first half of this year exacerbated this confidence crisis. The Russian economy needed to internalize several rounds of sanctions, countersanctions and measures to stabilize the economy; this environment of higher risk lowered domestic demand. While the macroeconomic stabilization measures were timely and successful, mediumterm policy objectives are still being defined. This continued policy uncertainty about the economic course of the country is casting a shadow on Russia"s medium-term prospects.
Increasing uncertainty impacted investor and consumer decisions. Consumption growth continued to slow, but it was deteriorating investment that became the main reason for the weak growth outturn in the first half of 2014. The first rounds of sanctions against Russia limited the country"s access to international capital markets and increased the cost of borrowing for households and firms. High uncertainty also triggered massive capital outflows, and together with increased currency volatility and borrowing costs, it curtailed the willingness of businesses to invest through the first eight months of 2014. For consumers, higher borrowing costs meant that an increasing share of household income was used for paying off debts. Consumers also adjusted to the volatile environment with lower demand as renewed pressure on the Ruble and countersanctions restricting food imports in August translated into higher inflation. The impact of the latest rounds of sanctions and counter-sanctions will be more clearly reflected in outcomes starting with the second half of 2014. A small positive effect appears to be coming from import substitution. An expansion of sanctions related to the Russia-Ukraine tensions could send business and consumer confidence into another downward spiral, further reducing domestic demand.
There are substantial risks to Russia"s mediumterm outlook. Inertia on structural reform policies combined with high policy uncertainty-related to geopolitical tensions and the overall direction of the economy- remain the deciding factors for our outlook. Global demand is projected to be broadly stable, and oil prices are expected to remain around US$ 100/bbl, according to World Bank projections. Our baseline projection is one of near stagnation with growth of 0.5 percent in 2014, 0.3 percent in 2015, and 0.4 percent in 2016. This baseline assumes no further escalation of geopolitical tensions and no additional sanctions. Geopolitical tensions would continue to impact the economy through the already observed transmission channels. An alternative optimistic scenario projects a small recovery, facilitated by an end to geopolitical tensions and the lifting of all sanctions by the end of 2014. Growth would improve from 0.5 percent in 2014 to 0.9 percent in 2015 and 1.3 percent in 2016. A pessimistic scenario envisions an increase in geopolitical tensions and additional sanctions. As a result, the economy would slip into a recession with output contracting by 0.9 percent in 2015 and 0.4 percent in 2016.
Economic recovery will need a predictable policy environment and a new model of diversified development. Since the beginning of geopolitical tensions, economic policy has been dominated by measures to maintain macroeconomic stability. This important policy effort should go hand in hand with renewed focus on improving the economy"s structural fundamentals. However, some measures and economic policies under discussion have the potential to alter how the economy operates and might turn out to be detrimental to its competitiveness. A return to higher growth in Russia will depend on solid private investment and a lift in consumer sentiment, which will require a predictable policy environment and continued structural reforms. Developing a more balanced portfolio of national assets, namely, natural resources, capital and economic institutions, will help overcome structural constraints to growth. Russia is abundant with natural resources and institutional weaknesses are now the main stumbling block on the road to greater economic efficiency and higher growth rates. Structural reforms would need to focus on improving economic institutions to ensure that public finances are stable and economic volatility well-managed; that there are improvements in education and infrastructure to make workers more productive; and that there are strong competition regimes to encourage private enterprise and entrepreneurship. Stabilization, transparent rules, better quality of public investment, and competition should be the reform priorities for the next decade.
Prospects for further poverty reduction and shared prosperity are limited. In the past, rising wages and pension transfers allowed Russia to reduce poverty significantly and to expand the ranks of the middle-class. Unless structural reforms to expand the economy"s potential are pursued, low investment makes it less likely that plentiful well-paying jobs will be created. High inflation, moreover, will slow real income growth and hurt consumption growth, dimming the likelihood for further poverty reduction and limiting the ability of the bottom 40 percent of the population to share in prosperity.
Part I
Recent economic developments
Structural impediments slowed economic expansion to near stagnation even before the impact of increased policy uncertainty amid heightened geopolitical tensions took hold. GDP growth was just 0.8 percent in the first half of 2014 compared to 0.9 percent in the first half of 2013. The reasons for Russia"s slowdown remain on balance of structural nature, with the economy operating at close to its potential output level. Although Russia"s growth was not dissimilar to that of the Euro Zone, it dipped under that of other country comparator groups, such as emerging and high-income economies. Due to Russia"s integration into the world economy with the exports of resource-intensive products to high-income countries, their growth paths remain closely entwined. Current geopolitical tensions are adversely impacting these trade relationships.
1.1 Growth – An Economy on the Threshold of Recession
Russia"s growth stagnated in the first half of the year and lingers near the threshold of a recession. Growth is negatively impacted by low business and consumer confidence in an environment in which heightened geopolitical tensions and sanctions generate increased policy uncertainty.
Russia"s low-level growth is not that dissimilar to that in the Euro zone, but it contrasts with the cautiously firming growth in other high-income and emerging economies (Box 1). (De Box 1)
Russia"s economy grew more slowly than emerging economies outside the EU in recent years and over the last couple of quarters its pace of expansion dipped even below that of emerging economies in the EU (Figure 1) Those constraints led to a slowdown in growth starting from 2012 which was based on decelerating investment and consumption growth (Figure 2)
The increased uncertainty brought about by the Russia-Ukraine tensions and related sanctions impacted investor and consumer decisions. First, equity and currency markets entered a prolonged period of high volatility as they needed to internalize this high uncertainty (Box 2)
(De Box 2)
Second, the impact of Western sanctions on Russia"s growth performance in the first half of 2014 was channeled through adjustments in financial flows. Third, it exacerbated the confidence crisis the economy had entered in 2012-2013, weighing heavily on consumption and investment. Statistics on output dynamics by economic sectors for the second quarter (immediately following the start of the geopolitical tensions) indicate that the economy remains sluggish but with a small positive impulse coming from some import substitution (Box 3)
(De Box 3)
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