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Por una radio pública modelo

Enviado por Daniel Cheruna


Partes: 1, 2, 3, 4

  1. Prólogo
  2. Introducción
  3. La comunicación social
  4. Los Medios
  5. La radiodifusión
  6. La radio pública
  7. Debate sobre Medios públicos
  8. Proyecto Badía
  9. Gestión y análisis de políticas públicas
  10. Política social y estratégica de la organización
  11. Gestión de la carrera profesional
  12. De la relación de empleo público en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
  13. Propuesta
  14. Conclusiones
  15. Bibliografía
  16. Proyecto

Prólogo

Dentro de los bienes culturales, los medios de comunicación, son los vehículos más idóneos para reflejar la historia viva de los pueblos, en toda la amplitud de su actividad creativa. La radio constituye una manera directa y efectiva, en el logro de los fines citados. El relativo bajo costo de los radiorreceptores; y la fácil adaptabilidad a las distintas tareas y ámbitos, lo tornan masivamente accesible. Dichos beneficios facilitan la información y lo convierten en un instrumento útil para la integración de distintos sectores de la sociedad.

La radio es difusora de ideas y opiniones, que permiten ejercitar el discernimiento, e impulsar una toma de conciencia y compromiso sobre diversos temas; además de proveer de una importante dosis de entretenimiento y diversión.

Los medios de comunicación social en general, al cumplir una misión relevante en la difusión de valores y la preservación del patrimonio cultural, constituyen una responsabilidad indelegable del estado. Su misión es fundamental, en un espectro social donde por determinados intereses, las empresas privadas no siempre cumplen los objetivos que las leyes les exigen.

Si bien existe un organismo regulador del estado (COMFER), que controla cuestiones técnicas de funcionamiento y otros aspectos normativos, cada vez es más difícil, abordar aquellos temas relacionados con los contenidos. De este modo, las emisoras estatales se han convertido en la opción válida, para los ciudadanos con derecho a formarse e informarse en democracia, con pluralidad de criterios, diversidad de propuestas y el más alto nivel de calidad posible, con cordialidad, respeto y buen gusto.

El cuarto párrafo del artículo 19 de la Constitución Nacional, atribuye al Congreso la función de "…Dictar leyes que protejan la identidad y la pluralidad cultural, la Libre creación y circulación de las obras del autor; el patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales". Y la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en su capítulo decimosexto (COMUNICACIÓN), Art. 47°, propone la creación de un ente autárquico, garantizando la integración al mismo de representantes del Poder Legislativo, respetando la pluralidad política y la participación consultiva de entidades y personalidades de la cultura y la comunicación social, en la forma que la ley determine. Finalmente, dice que los servicios estatales deben garantizar y estimular la participación social.

Es necesario tener en cuenta las diferencias substanciales entre los términos gasto e inversión; para no equivocar el rumbo, e incluso, evitar resultados distintos a los buscados, cuando se pretende hacer de la cultura una fuente de recursos.

Para el sector económico, puede ser además de una fuente de recursos, un arma de manipulación ideológica.

Es obligación del Estado, equilibrar la oferta y proteger al usuario de intenciones encubiertas, opuestas a la posibilidad de acceder a la información objetiva y a la difusión de valores fundamentales.

Ocupar el lugar que la actividad privada no atiende por razones de intereses espurios, sería la mejor manera de responder a una necesidad legítima de la ciudadanía.

Introducción

LS1, Radio de la Ciudad, depende de la Secretaría de Comunicación y Medios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Cuenta con un plantel potencialmente idóneo en el cumplimiento de sus funciones, cubriendo las 24 horas de emisión en las áreas de discoteca; producción; informativo; locución y técnica; teniendo a cargo de las tareas que la Dirección General determina, de acuerdo al diseño de su programación. Complementan la actividad, el personal administrativo, el de maestranza y choferes.

El papel que desempeña la repartición, es el de difundir una programación radial que en principio no difiere de las demás emisoras; lo que obliga a jugar con las mismas armas que éstas para alcanzar un fin común, que podría traducirse simplemente, en la mayor captación de audiencia; y como consecuencia, mejores posibilidades de ampliar la cartera publicitaria. El objetivo requiere de un considerable esfuerzo, y la utilización de tácticas y estrategias comerciales, propias de cualquier empresa de medios.

En primer lugar, se hace necesaria la contratación de figuras famosas, medidoras de rating, a las que se les debe pagar sueldos acorde a su nivel; y en segundo, personal contratado para tareas de asesoramiento y gerencia, también con costos elevados. Mientras, el resto del personal operativo con capacidad y competencia, realiza tareas limitadas de rutina, siendo que para acceder al lugar que ocupa por concurso, debió demostrar su idoneidad, mediante una exigente prueba de selección.

El presente trabajo tiene como objetivo, promover un proyecto integrador para LS1 Radio de la Ciudad, basado en el real aprovechamiento de sus Recursos Humanos genuinos, y una labor participativa (matricial), entre los distintos sectores, para la puesta en el aire de una programación que redefina los principios de la radiodifusión estatal ideal; valiéndose de un presupuesto austero, pero suficiente para la ejecución del producto deseado.

Poner en marcha métodos legítimos de selección, en relación a las necesidades de la programación, que sean motivadores en el desempeño de las diversas funciones; con posibilidades de capacitación y crecimiento profesional permanente, haciendo eficientes y eficaces los recursos humanos disponibles, puestos plenamente al servicio de los destinatarios del servicio.

Implementar la forma de asegurar en el aire la permanencia de las voces características de la emisora, que le otorgan un perfil distintivo; evitando que los cambios de gobierno signifiquen una ruptura traumática en la continuidad de las sucesivas gestiones; garantizando una coherencia de estilo y personalidad a largo plazo.

Si bien las autoridades cambian, el público es el mismo y no debería sufrir las consecuencias negativas que se producen cuando se imponen cambios drásticos, sin tomar en cuenta su opinión. Los oyentes son en definitiva los verdaderos dueños del servicio. Nadie que asuma como administrador, debería arrogarse el derecho de decidir a su antojo, desechando lo realizado por la administración anterior, sin evaluar los aciertos alcanzados; y las políticas a largo plazo que definen el perfil y la razón de ser de la emisora.

La intención de alcanzar estos objetivos, no es suficiente garantía de éxito. Para ese fin es imprescindible contar con un marco legal que asegure el cumplimiento de políticas orientadas a definir un rumbo claro; tanto en lo concerniente a su funcionamiento estructural institucional, como al que corresponde al aprovechamiento y valoración de los recursos humanos disponibles.

Habrá que elaborar un modelo, que no pueda ser desviado por intereses ajenos a los fines de la radio pública en el ámbito de la ciudad; y su proyección a toda el área de cobertura en territorio nacional, con el propósito de mostrar la cultura de una de las capitales más importantes del mundo, propiedad de todos los argentinos.

CAPÍTULO 1

La comunicación social

Para comprender el rol de los medios de comunicación social, considero necesario primero, analizar la sociedad como sistema. Rastrear las causas que determinaron el surgimiento de esos medios; y su desarrollo en el tiempo, acompañando la evolución del hombre y su entorno.

Comenzaré por definir algunos conceptos, que considero básicos para entender el tema, que esencialmente está ligado a la dinámica de las relaciones sociales y a los marcos físicos, espirituales y simbólicos donde estas se desenvuelven.

Comunidad

La comunidad es un grupo social caracterizado por el hecho de vivir en conjunto, poseer bienes comunes, tener intereses y un objetivo en común. La idea de comunidad supone la reunión del objetivo común de un bien, la existencia de normas y una forma determinada de solidaridad entre sus miembros.

El principal conceptualizador de la noción de comunidad fue el sociólogo alemán Tönnies. Los etnólogos definen la comunidad como una unidad social restringida que vive de una economía parcialmente cerrada sobre un territorio del cual extrae lo esencial para su subsistencia. Somete a sus miembros a disciplinas colectivas en una especie de tensión constante hacia el mantenimiento de su cohesión y la perpetuación de su existencia.

Si se amplía esta manera de ver a escala de la sociedad, es evidente para Raymond Boudon y francois Bourricaud que la comunidad se vuelve una relación compleja, porque ella asocia de una manera muy débil sentimientos y actitudes heterogéneas. Es aprendida, porque es solo gracias a un proceso de socialización sin fin que aprendemos a participar en comunidades solidarias. Nunca es pura, porque los vínculos comunitarios están asociados a situaciones de cálculo, de conflicto o incluso de violencia.

Por eso más que comunidad, parece preferible hablar de comunalización y buscar cómo se constituyen y se mantienen ciertas solidaridades difusas. Uno de los dominios en los que el proceso de comunalización es más perceptible es el de las comunidades religiosas, que forman lo que M. Weber llamaba comunidades emocionales.

La carga afectiva que requiere la idea de organización comunitaria es esencial. Por ello R. Boudon y F. Bourricaud concluyen su opinión subrayando que cuando la sobrevivencia de un grupo se vuelve para sus miembros un objetivo oponible a los objetivos individuales que se consideran autorizados a perseguir, se dirá que este agrupamiento puede constituir una comunidad, o que está en vías de comunalización.

Cultura

El sentido clásico francés remite a la idea de creación, de obra. Supone una capacidad de definición de lo que en un momento dado se considera patrimonio, saber, creación y conocimiento, entendiendo que las definiciones evolucionan con el tiempo.

El sentido alemán está próximo a la idea de civilización e integra los valores, las representaciones, los símbolos y el patrimonio, tal como son compartidos por una comunidad en un momento de su historia.

El sentido anglosajón es más antropológico y toma en cuenta las maneras de vivir, los estilos, los saberes cotidianos, las imágenes y los mitos.

En el pasado, el problema era la oposición entre la cultura de élite y la cultura popular. Cuando se hablaba de cultura, se trataba de la primera, tanto en las obras, como en los gustos, la educación o la comunicación. En cuanto a la cultura popular, se trataba de la cultura de la mayoría pero sin un real "valor cultural". Deberá aguardarse hasta el siglo XIX y la lucha de clases, para que se valore la cultura popular.

Hoy en día el gran cambio es la aparición de la cultura media, mayoritaria o general, la más numerosa en nuestras sociedades, aquella a la cual todos pertenecemos. La causa del surgimiento de esa cultura media de la mayoría resulta de la conjunción de tres factores. Primero de la democratización, que amplió el círculo de los públicos cultivados y favoreció la cultura de la mayoría, principalmente mediante la formulación de políticas culturales.

La cultura media tiene sus propias normas, valores y barreras y se sitúa menos en una posición de inferioridad respecto de la cultura de élite que la cultura popular de ayer.

La novedad es esta cultura de gran público que traduce todos los movimientos de emancipación política, económica y social, surgidos desde hace más de medio siglo. Por su volumen ocupa el lugar de la cultura popular de ayer, además de su legitimidad. Es a la vez la música, el cine, la publicidad, los medios, los viajes, la televisión, la moda, los estilos de vida y de consumo.

Es la cultura moderna, el espíritu de la época, que produce la sensación de pertenecer a su época, de estar "de onda". De no estar excluido. Es una de las fuerzas esenciales del individuo social.

Jamás existió tanta tolerancia respecto de las diferentes formas de cultura, e incluso a veces, interpenetración; y esto gracias a los medios generalistas , que al asegurar cierta visibilidad de las culturas, contribuyen también a su cohabitación.

Un individuo accede, principalmente gracias a los medios, a diversas formas de culturas, o en todo caso, sabe que estas existen. Esto constituye la gran diferencia en relación con el pasado, donde cada uno permanecía en su medio cultural. Aunque las barreras culturales persisten, son sin embargo más visibles, lo que ya es un progreso.

Identidad

Mi identidad es lo que me hace semejante a mí mismo y diferente a los demás; es por lo que siento mi existencia tanto en mis personajes (prioridades, funciones y papeles sociales) como en mis actos de persona (significación, valores, orientaciones).

Mi identidad es aquello mediante lo que yo me defino y me conozco, mediante lo que me siento aceptado y reconocido como tal en el otro. La identidad es una síntesis del yo sometido a diferentes aspiraciones y temporalidades, a diferentes estrategias y relaciones sociales.

"La identidad es un sistema de representaciones, de sentimientos y de estrategias organizadas para la defensa conservadora de su objeto (el "ser uno mismo"), pero también para su control, su movilización proyectiva y su movilidad idealizante (el "llegar a ser uno mismo"). La identidad es un sistema estructurado, diferenciado, a la vez anclado en una temporalidad pasada (las raíces, la permanencia), en una coordinación de las conductas actuales y en una perspectiva legitimada (proyecto, ideas, valores). Coordina las identidades múltiples asociadas a la persona (identidad corporal, caracterial…) o al grupo (papeles, status…)" .

Todos estos elementos de definición remiten a una dimensión individual de la identidad. Justamente el pasaje a la identidad colectiva es uno de los problemas a los que la sociología no puede aportar una respuesta clara.

El modelo económico proporcionó los parámetros del modelo social: La sociedad se concibe bajo la forma de relaciones de intercambios entre propietarios libres e independientes: es reputada y está a cargo de la protección de los derechos de los individuos sobre su persona y sobre sus bienes, así como del respeto del orden en todas las transacciones.

A partir de esta concepción del individuo, la Revolución Francesa planteó que cada hombre posee derechos naturales inalienables, por el solo hecho de que es un individuo. Independientemente de toda relación con la colectividad en la cual está inmerso.

Es el individuo quien, por medio de su consentimiento en el momento de la formación del contrato social fundante, deviene la fuente de todo poder. El siglo XIX vio la extensión de los derechos que se reconocen al individuo, con la adquisición de ciertos derechos políticos, entre ellos la extensión progresiva del sufragio universal, la afirmación de los derechos sociales, como el derecho a una jubilación paga o a un trabajo.

Tradición

Es una manera o un conjunto de maneras de pensar, de hacer o de actuar, que es heredado del pasado. La tradición es entonces un producto del pasado pero que tiene actualidad. "Lo que de un pasado persiste en el presente donde se transmite o permanece activo y aceptado por los que lo reciben; y que, a su vez, en el transcurso de las generaciones, lo transmiten. Aparece como un aprendizaje, y por lo tanto como una reapropiación".

El estudio del desarrollo de las naciones, desde Tocqueville, también permitió mostrar que ninguna sociedad cambia radicalmente. Cada cambio de fase supone elementos de estabilidad, políticos, culturales o sociales, sobre los cuales apoyarse para iniciar movimientos nuevos. "Al redescubrir los elementos de permanencia, la sociología histórica reevalúa el concepto de tradición para hacer con él un componente activo de la modernización".

Espacio público.

Se trata de un espacio simbólico donde se oponen y se responden los discursos, la mayor parte contradictorios, mantenidos por los diferentes actores políticos, sociales, religiosos, culturales e intelectuales, que componen una sociedad.

Es entonces ante todo, un espacio simbólico que requiere tiempo para formarse, un vocabulario y valores comunes, un reconocimiento mutuo de legitimidades; una visión suficientemente próxima de los temas a discutir, oponerse y deliberar.

Simboliza simplemente la voluntad de una democracia en acción., o la expresión contradictoria de informaciones, opiniones, intereses e ideologías. Constituye el vínculo político que liga a los millones de ciudadanos anónimos, y les da la sensación de participar efectivamente en la política.

El espacio público supone la existencia de individuos más o menos autónomos, capaces de formarse una opinión, no "alineados en los discursos dominantes", que creen en las ideas y en la argumentación, y no solo en el enfrentamiento físico.

La idea de construcción de las opiniones por intermedio de las informaciones y de los valores, y posteriormente de su discusión, supone también que los individuos son relativamente autónomos para formarse su propia opinión.

Sociedad Civil

A partir de la Revolución Francesa y la concepción unitaria del Estado-nación que ella impuso, la noción de sociedad civil se opone a la de Estado, para significar lo que corresponde al dominio privado, a la sociedad sin Estado. Las huellas de esa ambigüedad perduran en el vocabulario.

Los adjetivos "civil" y "cívico" tienen la misma raíz. Sin embargo los derechos cívicos conciernen a lo que se asocia con el poder del Estado y participa de la comunidad política, mientras que los derechos civiles definen las obligaciones que rigen las relaciones entre los individuos en la vida privada.

"El concepto de sociedad civil encuentra su formulación sistemática en 1821 en Los principios de la filosofía del derecho de Hegel. Al introducir ese concepto, Hegel tomó nota del cambio más significativo de la modernidad política: la separación de la "vida civil" y de la "vida política", de la sociedad y del Estado; un cambio concomitante a la revolución industrial (ascenso de la cultura burguesa, importancia y autonomía incrementada de la esfera económica).

Hoy, Dominique Colas propone una definición operatoria de la sociedad civil. "Ella designa la vida social organizada según su propia lógica, principalmente asociativa, que aseguraría la dinámica económica, cultural y política".

Las variaciones históricas muestran bien hasta qué punto la sociedad civil es una noción conflictiva e ideológica. En nuestros días reapareció a partir de la crisis del Estado benefactor, y está investida de múltiples connotaciones positivas. Se encuentra emparentada entonces, según Francois Rangeón, con un mito político. "Antes de ser un concepto o una idea, la sociedad civil evoca en primer lugar un conjunto de valores positivos: la autonomía, la responsabilidad, el que los propios individuos se hagan cargo de sus problemas.

Por su dimensión colectiva, la sociedad civil parece escapar a los peligros del individualismo e incitar a la solidaridad. Por su dimensión civil, evoca la emancipación de la tutela del estado, pero también los valores más afectivos como la intimidad, la familiaridad, etc. Se explica así la reciente reactivación de la pareja sociedad civil-Estado".

Sociedad individualista de masas

La crisis del vínculo resulta de la dificultad de encontrar un nuevo equilibrio en el seno de ese modelo de sociedad. Los vínculos primarios, ligados a la familia. a la aldea, a la profesión, desaparecieron y los vínculos sociales, ligados a las solidaridades de clases y de pertenencia religiosa y social, también se desplomaron. Como resultado, no existe gran relación entre la masa y el individuo, entre el número y las personas.

Los medios de comunicación ofrecen justamente, un vínculo estructurante entre esas escalas y espacios. ninguna de las referencias unitarias que ayer organizaba el espacio simbólico de nuestras sociedades es hoy en día estable. En todos lados dominan las dualidades contradictorias cuya consecuencia es un cierto debilitamiento de las relaciones sociales.

El tributo a la libertad se pagó caro, como se pagó caro el advenimiento de la sociedad de masas, en nombre de la igualdad.

Los ciudadanos, gracias a los medios, se proyectan al mundo exterior. Cada uno desde su cocina, o desde su comedor, da varias veces una vuelta al mundo con la televisión.

Todos hablan mucho más de sus derechos que de sus deberes. Todos son libres, aunque el resultado sea el de una discreta pero obsesiva soledad, que explica aquí también el retorno de la problemática del vínculo social.

COMUNICACIÓN

La dimensión ineludiblemente antropológica de la comunicación, impide cualquier reduccionismo disciplinario. La comunicación es probablemente una de las actividades humanas de las que el hombre mantiene una distancia mínima, porque es directamente constitutiva de su relación con el medio.

Debe entenderse por comunicación, esencialmente cuatro fenómenos complementarios que van mucho más allá de lo que habitualmente se entiende por comunicación, al la que se identifica con los medios.

La comunicación es primero, el ideal de expresión y de intercambio que está en el origen de la cultura occidental, y luego, de la democracia. Presupone la existencia de individuos libres e iguales.

Es, también, el conjunto de medios masivos que, desde la prensa a la radio y la televisión, trastornaron considerablemente en un siglo las relaciones entre la comunicación y la sociedad.

Es, igualmente el conjunto de nuevas técnicas de comunicación, que a partir de la informática, las telecomunicaciones, los medios audiovisuales y su interconexión, en menos de medio siglo modificaron las condiciones de intercambio, pero también de poder a nivel mundial.

Es, finalmente, los valores, símbolos y representaciones que organizan el funcionamiento del espacio público de las democracias de masas y más en general de la comunidad internacional a través de la información, los medios, las encuestas, la argumentación y la retórica. Es decir, todo lo que permite a las colectividades representarse, entrar en relaciones unas con otras y actuar sobre el mundo.

Estas cuatro dimensiones de la comunicación caracterizan entonces, tanto la comunicación directa como la comunicación mediatizada por las técnicas; las normas y los valores que la promueven tanto como los símbolos y las representaciones que animan las relaciones sociales.

Desde este punto de vista no hay una diferencia fundamental entre información y comunicación; las dos pertenecen al mismo sistema de referencias ligado a la modernidad, a Occidente y a la democracia.

Aunque la información tiene por objeto darle forma al mundo, dar cuenta de los sucesos, de los hechos y contribuir directamente al funcionamiento de las sociedades complejas, es inseparable de la comunicación, que más allá del ideal normativo de intercambio y de interacción, constituye el modo de difundir esas informaciones y de construir a las representaciones. Las dos son inseparables.

Por comunicación debe entenderse, entonces, el conjunto de técnicas, desde la radio a los nuevos medios y su implicación económica, social y cultural, pero también los valores culturales, las representaciones y los símbolos ligados al funcionamiento de la sociedad abierta y de la democracia.

Las cuatro posiciones teóricas corresponden a una concepción de las relaciones entre la comunicación y la sociedad, a través de cuatro subconjuntos: el individuo, la democracia, la economía y la técnica.

Cada una de las cuatro posiciones implica una cierta relación del individuo con la técnica, la economía y la democracia.

Por esto, una visión de la información y de la comunicación oculta frecuentemente una teoría implícita o explícita de la sociedad y de los individuos en el seno de ésta. Por esto también, no existe una posición "natural" sobre la comunicación en lo que concierne a la imagen, la recepción, la televisión, las nuevas tecnologías…La dimensión antropológica de la comunicación remite siempre a una visión del mundo.

Comunicación normativa y funcional

La comunicación es siempre un intercambio entre un emisor, un mensaje y un receptor. Los dos sentidos de la palabra explican la cohabitación permanente entre la dimensión normativa y la dimensión funcional. Etimológicamente, esta palabra significa poner en común, compartir (communicare -lat.). Es el sentido de compartir que remite a lo que esperamos de la comunicación: compartir algo con alguien.

El segundo sentido más reciente, surgido a partir del siglo XVII, remite a la idea de difusión y se hace eco del desarrollo de la biblioteca y luego de la prensa, seguramente, difundir se concibió con el fin de compartir pero, progresivamente, con el aumento del volumen de documentos y de informaciones difundidas, los dos sentidos se disociaron. La difusión ya no fue naturalmente la condición de compartir.

Es la misma diferencia entre la comunicación normativa y la comunicación funcional. La comunicación normativa responde al ideal del compartir. La comunicación funcional se desarrolló mucho más durante este último siglo con los soportes de la escritura, el sonido, la imagen y los datos informáticos. Responde más a las necesidades de los intercambios en el seno de las sociedades complejas, a la división del trabajo y a la apertura de las sociedades unas a otras, desde que existe la especialización de actividades hay intercambio, por lo tanto desarrollo de las comunicaciones funcionales que cumplen una función práctica sin tener, sin embargo otras significaciones. Pero, simultáneamente, la sociedad occidental continúa valorando el ideal de compartir.

Es imprescindible que el desarrollo de la comunicación funcional se haga referido a la comunicación normativa. Estas son dos dimensiones casi ontológicamente ligadas de la comunicación, pero evidentemente contradictorias, puesto que las condiciones de un verdadero compartir, se alejan en la medida que se trata de la comunicación de un gran número de bienes y de servicios con destino a personas que no comparten forzosamente los mismos valores.

La ambigüedad de la comunicación vuelve a encontrarse en la información. Ésta tiene dos sentidos. El primero remite a la etimología (informare – lat.), que significa dar una forma; labrar; ordenar; dar un significado. El segundo más tardío, significa poner al corriente a alguien de algo. Es a partir de esto que se establecerá el vínculo entre información y acontecimiento.

La información consistirá en informar los sucesos, es decir todo lo que perturba y modifica la realidad. Se llega entonces al doble sentido de información. Es a la vez lo que da forma, lo que da un sentido, lo que organiza lo real, y al mismo tiempo es el relato de lo que surge, y perturba el orden. La ambigüedad de la información imita a la comunicación.

Existen dificultades en conocer y aplicar la lógica del conocimiento, allí donde domina la seducción de las promesas técnicas y el deseo de comunicar.

La función crítica del conocimiento resulta hoy indispensable, a la altura del papel de la comunicación en nuestras sociedades y a la altura de la velocidad de los cambios y de la magnitud de los imperios financieros que los acompañan.

Al tomar en serio los valores y las referencias que se reclaman para la comunicación, se puede analizar y salvar este concepto tan esencial para el patrimonio cultural.

La comunicación es para nuestras sociedades, una cuestión al menos tan importante como la educación, la investigación, el urbanismo, la ciencia y la salud.

CAPÍTULO 2

Los Medios

En su afán por estar en contacto con otras personas, lejanas o no, el Hombre viene recurriendo desde hace cientos de años a la comunicación, ya sea verbal, mediante signos, escrita, etc. Es por esto que aparecen, la radio, y muchos otros medios de comunicación, como la televisión, el cine, la prensa, las revistas y últimamente la red mundial de computadoras conocida como Internet.

Un elemento fundamental con el cual nos comunicamos desde el primer segundo de vida con nuestros pares son los sonidos emitidos por la boca y luego de un desarrollo, la voz; y es este principio el que utiliza la radio para comunicarse.

Siempre se trató de darle un mayor alcance a las comunicaciones entre los Hombres de todo el planeta. Con este fundamento se ha llegado a lo que es hoy la llamada Globalización. Esta maraña de sucesos que permiten por ejemplo saber qué sucede en la Bolsa de Japón en este instante; o que un terremoto en Oriente afecte nuestras exportaciones cerealeras.

La globalización de la comunicación es el fruto de dos grandes ideologías: la ilustración y el liberalismo.

La Ilustración proponía nuevas ideas, para esto contaba con el apoyo de la burguesía, poseía una concepción opuesta al absolutismo y por esto no contaba con el apoyo de la Iglesia. Y como punto fuerte proponía la división de poderes como así también declaraba que la razón y la ciencia eran los principios fundamentales.

El Liberalismo era una ideología económica, como así también política que luchaba por acabar con el absolutismo, luchar por la soberanía popular y la privatización de los sectores económicos públicos. Un gran avance que se logró con este pensamiento fue el de la Declaración de los Derechos Humanos y del Ciudadano, estos trajeron consigo los ideales de la igualdad, la fraternidad y la libertad.

Con estos ideales comienza a desarrollarse en Europa, y con el pasar de los años en el resto del mundo, un movimiento muy grande que comenzó con la creación de redes de comunicación entre las ciudades, y así se produjeron las invenciones de los primeros puentes y caminos. Se tenía conciencia de que esto lograría una mayor fluidez de los flujos de circulación de personas y mercancías. Se estaba desafiando las fronteras de lo desconocido para muchos.

ANTECEDENTES DE LA RADIOTELEFONÍA

Con una mayor circulación de personas se produjo un mayor intercambio cultural y esto causó que se haya querido unificar las lenguas existentes, ya que se creía que esto produciría una reducción de las diferencias entre culturas.

En el afán de universalizar una única lengua se trató de que ésta fuera el lenguaje de los signos, y fue el telégrafo óptico un integrante de esa búsqueda. Con la aparición de este útil invento, las comunicaciones se extendieron con mucha rapidez hacia los más diversos sectores. Muchos países querían instalar sus propias redes telegráficas y para prevenir futuros problemas, se creó la Unión Telegráfica Internacional que cumplió la función de normalizador de los flujos telegráficos.

Aparecieron también otras asociaciones de nivel internacional como la Postal Universal (1874), la Comisión Internacional de Pesos y Medidas (1875), la Convención para la Reglamentación Internacional de las Rutas Marítimas (1879), la Convención Internacional para los Transportes Internacionales por Ferrocarril (1890).

Al aparecer el emblemático ferrocarril en Inglaterra en 1830, comienza una nueva era en cuanto a la fluidez de las comunicaciones. Las líneas férreas comienzan a expandirse con notable rapidez y traen consigo la expansión del telégrafo y de las ocupaciones de tierras. Era tan buen negocio, que aparecen las primeras grandes empresas que representan tanto los intereses del ferrocarril como los de los telégrafos.

La organización de los ferrocarriles, precede a la instauración de la hora universal a fin de no tener conflictos con las horas locales. Se decide tomar el Observatorio de Greenwich como punto de referencia para calcular el tiempo universal. Aquí se demuestra cómo un avance conlleva a otro.

Es Inglaterra quien posee la mayor industrialización en el siglo XIX; y su capital, Londres, quien se convierte en una "economía-mundo". Un centro a partir del cual se organizan y distribuyen jerárquicamente las otras potencias, las zonas intermedias y las regiones periféricas.

El primer cable submarino se instala en 1851 entre Francia e Inglaterra; y luego con la India. Esto marca un gran avance en las comunicaciones internacionales. Ya en el año 1902 se termina el Transpacífico que termina por unir al Mundo con las tierras de la Reina.

Estos cambios producen un gran avance en la sociedad de aquella época y dan pie al desarrollo de la radio. Un paso más en las ansias del Hombre por comunicarse.

Aparición de la Radio

La aparición de este medio de comunicación es una sucesión de descubrimientos que comenzaron a finales del siglo XIX.

Se tiene noción de que la primera comunicación telegráfica inalámbrica sucedió un 14 de mayo de 1897 entre las poblaciones de Laverck Point y la isla Fratholm en el canal de Bristol que se hallan separadas por una distancia de unos 5 kilómetros. El autor de ese fantástico descubrimiento fue Guglielmo Marconi, un físico italiano.

La radio es algo muy utilizado hoy en día, de muy diversas dimensiones y potencias a la cual damos un valor relativo, debido a su masificación. Fue objeto de admiración, escepticismo e incalculables días dedicados a la investigación.

De esa primera comunicación le continuaron una seguidilla de avances tecnológicos que poco a poco fueron mejorando la calidad de las comunicaciones y también la cantidad.

El primer gran empujón que recibió fue durante el desarrollo de la 1° Guerra Mundial (28 de julio de 1914 – 1918). He aquí una gran utilidad que se le dio a este medio de comunicación: los fines bélicos.

Durante ese período, los radioaficionados lograron hazañas tan grandes como el primer contacto radial transatlántico (1921).

El papel que jugó la radio en la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) fue también muy importante y fue allí donde recibió muchísimo aporte militar para lograr un desempeño mejor al alcanzado en esa época. Se utilizó como medio alternativo de comunicación ante la destrucción de las vías férreas, telegráficas y de los caminos disponibles.

A continuación: una lista de inventores y pensadores que ayudaron a hacer lo que hoy es la radio:

Bright, Sir Charles Tilston (1832 – 1888).

Ingeniero de telecomunicaciones inglés nacido en Wanstead. En 1853 tendió el primer cable submarino profundo entre Portpatrick (Escocia) y Donaghadee (Irlanda). Fundó la Compañía Telegráfica del Atlántico.

Bell, Alexander Graham (1847 – 1922).

Científico e inventor escocés, nacido en Edimburgo. Sus investigaciones más importantes se refieren a la conversión de los sonidos en corrientes eléctricas que, una vez trasladadas a otro dispositivo situado a distancia, permitiesen nuevamente su conversión en sonidos. El 2 de junio de 1875 logra transmitir por vez primera sonidos por medios eléctricos. El 9 de octubre de 1876 realiza la primera conversación telefónica a larga distancia, entre Boston y Cambridge. Desarrolló el disco fonográfico de cera.

Carpentier, j. (n. 1854).

Este pionero de la radio francesa nacido en París fundó la Compañía General Radiotelegráfica.

Faraday, Michael (n. 1867).

Físico y químico ingles, ayudante de laboratorio en la Royal Institution de Londres, descubrió la inducción electromagnética que permitió la producción de energía eléctrica aplicada a la telefonía sin hilos, en definitiva la Radio.

Edison, Thomas Alva (1847 – 1931).

Nacido en Milan. En 1877 creó una primitiva máquina registradora de sonido, que lo acreditó como el inventor indiscutible del Fonógrafo. De esa misma época data su invento del micrófono de granos de carbón para el teléfono, que todavía se emplea. En 1882 instaló la primera central eléctrica del mundo. En 1883 observó el llamado más tarde "efecto Edison", básico para las válvulas de radio del futuro, aunque no llegó a percatarse de su importancia.

Heaviside, Oliver (1850 – 1925).

Físico inglés, nacido en Londres. Autor de la teoría sobre la existencia de la región ionizada extendida entre 90 y 320 kilómetros por encima de la tierra, conocida hoy en día con el nombre de Capa de Kenelly-Heaviside; capaz de reflejar las ondas radiofónicas de onda corta, permitiendo transmitir emisiones por toda la tierra.

Hertz, Heinrich (1857 – 1894).

Físico alemán nacido en Hamburgo. Sus trabajos se centraron en demostrar mediante un dipolo (un tipo de antena), la existencia de las ondas electromagnéticas formuladas por Maxwell, desde entonces y en su honor reciben el nombre de "hertzianas". La telegrafía sin hilos es una aplicación práctica de los hechos experimentales establecidos por Hertz. Sus descubrimientos sirvieron más tarde, entre otras cosas, para el desarrollo de las técnicas radiofónicas.

Popov, Alexander Stepánovich (1859-1906).

Ingeniero ruso nacido en Perm. Construye inicialmente un dispositivo capaz de registrar las perturbaciones eléctricas de la atmósfera (tormentas). Lo emplea a modo de vara conductora que se alza hacia el cielo para capturar la energía de las tormentas. Durante los trabajos, descubre que este dispositivo es capaz también de captar ondas electromagnéticas originadas artificialmente. Acaba de descubrir la antena.

Marconi, Guglielmo (1875 – 1937).

Ingeniero electricista e inventor italiano nacido en Bolonia. Fue el sabio que hizo "hablar el éter". La suya fue la primera voz humana transmitida por las ondas etéreas. En el año 1895 en la montaña, al aire libre, realizó una experiencia con la cual todos se quedaron boquiabiertos. Presenciaron el "milagro científico" en el que siempre creyó Gugliermo: a un kilómetro de distancia, Marconi emitió señales, que su hermano Alfonso recogió haciendo señas con un pañuelo.

El 14 de mayo de 1897, establece una lograda comunicación telegráfica inalámbrica.

Bucher, e. E. (n. 1885).

Nacido en Akson (Ohio). Pionero de la experimentación creó las primeras escuelas de radio y patentó numerosos dispositivos y sistemas.

Guillen García, José Maria de (n. 1887).

Nació en la Barcelonesa, calle de Pelayo. Promotor de la radiodifusión en España; cuyas aplicaciones técnicas tuvieron una rápida realidad práctica. El día 6 de febrero de 1924, en nombre de la Asociación Nacional de Radiodifusión creada por él, solicitó a la Dirección General de Comunicaciones autorización para instalar una emisora, solicitud que se le otorgó, naciendo así Radio Barcelona.

Jones, Hope Spencer.

Las señales horarias actualmente difundidas por la B.B.C. coincidente con el horario de Greenwich, fueron irradiadas a partir de una sugerencia hecha por Mr. Hope Jones, astrónomo real del observatorio de Greenwich. Sugirió que ya que la B.B.C. tenía los medios para distribuir la hora y no podía obtenerla exacta; y como el Observatorio de Greenwich tenía la hora exacta y no disponía de medios para distribuirla, la cooperación entre el Observatorio y la B.B.C., podría hacer más asequible la divulgación de la hora oficial. Sugirió también que las señales podrían tener la forma de seis tonos cortos o "pips" finalizando exactamente a las horas.

Radiodifusión o radiotelefonía

A pesar de ser usadas a menudo como sinónimos, las palabras radiodifusión y radiotelefonía no significan lo mismo; la primera constituye un modo de puesta en práctica de la segunda.

En el caso de la radiotelefonía propiamente dicha, el emisor se dirige expresa y deliberadamente a un receptor, como en el caso de las comunicaciones militares o policiales. Por consiguiente la radiotelefonía permite que el emisor reciba respuesta del receptor; mientras que en la radiodifusión, el mensaje que se emite es unidireccional, ya que el receptor no puede responder por medio del mismo canal. El destinatario es un público determinado.

CAPÍTULO 3

Partes: 1, 2, 3, 4
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