Cultura y sociedad han transitado de la mano a través de la historia como resultado de los nexos internos que las unen; ambas son aspectos correlativos: la sociedad, en cada etapa de su desarrollo, es caracterizada por su cultura y ésta encuba los brotes de la nueva formación económico-social. Por el lugar que ocupa la producción de bienes materiales en el movimiento ascensional de la sociedad es que al trabajo y a las relaciones laborales se les considera objeto primario del cambio cultural, en sus aspectos económicos, técnicos y sociales; estos cambios reflejan la historia del hombre y su cultura, en los mismos han influido un conjunto de factores económicos, políticos, sociales y culturales en general que han impactado la cultura económica, empresarial y laboral. Los portadores materiales activos de estas relaciones y transformaciones son los trabajadores y de hecho, se convierten en sujetos de las transformaciones que se imponen como necesidad histórica.
Es imprescindible señalar que el contenido de la cultura laboral socialista cubana no ha sido sistematizado, aunque abunden estudios que analizan, desde distintos ángulos, la cultura cubana, los problemas del trabajo, la educación laboral y económica.
Nuestra condición de país subdesarrollado y dependiente tuvo una influencia decisiva en el desarrollo cultural del pueblo y en particular de los trabajadores, el atraso educacional y el bajo desarrollo tecnológico, entre otros aspectos, repercutieron en la cultura del trabajo, reduciendo esta a un conjunto de habilidades, muchas veces adquiridas de forma empírica y por ello poco competentes.
De hecho, la creación de la nueva cultura laboral ha tenido ante sí dos grandes dificultades: primero, la herencia cultural que nos legó la república neocolonial y segundo, la carencia de trabajos teóricos acerca de la cultura laboral socialista en general y cubana, en particular. Nuestra condición de país que construye el socialismo y el entorno externo en que nos insertamos exige, como elemento fundamental de este propósito, la formación de una nueva cultura del trabajo.
Es en este sentido que apreciamos en el pensamiento social de Ernesto Guevara una guía para la acción y en especial, sus aportes a la concepción de un nuevo tipo de trabajador. Como profundo conocedor del pensamiento marxista, Che no sólo interpretó el ideal cultural del socialismo, sino también lo enriqueció y dedicó gran parte de su tiempo e ingenio creador, a llevar a la práctica tal ideal. La visión de la cultura que tenía el Che sienta pautas en su concepción del papel que esta debía jugar en la construcción del socialismo y de la nueva cultura laboral.
El papel de la cultura lo considera en distintos aspectos: en la preparación que brindan los centros educacionales en general y, en particular, en una especialización: cultura médica, cultura técnica, etc; como portadora de nuevas ideas: "Falta el desarrollo de un mecanismo ideológico cultural que permita la investigación y desbroce la mala hierba…" (Obras, t-2: 379) y, como medio de liberación del hombre. "Esto se traducirá concretamente en la reaparición de su naturaleza a través del trabajo liberado y la expresión de su propia condición humana a través de la cultura y el arte" (Obras, t-2: 375) Y continua: "…Desde hace mucho tiempo el hombre trata de liberarse de la enajenación mediante la cultura y el arte. (Ibidem: 377) Por el lugar que da a la cultura, en la formación del hombre nuevo, es que considera el tiempo libre como un importante espacio para su desarrollo. "…hay algo más importante que la clase social a que pertenezca el individuo: la juventud, la frescura de los ideales, la cultura…" (Ibidem: 220)
Che emplea el concepto cultura con diferentes acepciones: Como educación o más bien como resultado de la instrucción y educación llevada a cabo por los centros docentes.
Al hacer referencia al papel de la técnica y de la cultura en el desarrollo, lo relaciona con los centros educacionales (Obras, t-2: 42) La previsión, como cualidad de los planificadores, la asoció a una base cultural amplia, adquirida, ante todo, en Institutos Universitarios (Obras, t-2: 46) y, como conjunto de aspectos que caracterizan a una civilización.
El monopolio y la propiedad monopolista en que se basa destruyen nacionalidad y culturas. "…Vende su cultura en forma de películas, de novelas, o de cuentos para niños, con toda intención de ir creando en nosotros una mentalidad diferente…" (Obras, t-2: 90) El socialismo es resultado de una Revolución Cultural que lleva a la exaltación de sus valores; de una nueva concepción del mundo, de relaciones sociales propias, de un nuevo modo de vida y para ello "La cultura es patrimonio del pueblo entero…" (Obras, t-2: 30).
Como sabemos, la formación del hombre nuevo es esencial en su visión estratégica de construcción del socialismo, pero esta transformación ha de realizarse durante y mediante la construcción del socialismo, lo que implica, ante todo, la formación del hombre socialista.
Este ser humano de nuevo tipo se proyecta con rasgos específicos; de ellos, podríamos señalar: una elevada conciencia política y social, valores éticos y conducta moral de tendencias socialistas, entre otros muchos. Sin embargo, dado el tema de este trabajo y la limitación de espacio, haremos énfasis en la formación de su cultura laboral y las consideraciones del Che al respecto.
Con frecuencia se caracteriza a una sociedad a partir de su cultura y aunque existe consenso en considerar la cultura como factor del cambio social, la determinación de cómo esta toma participación directa en el mismo, no siempre resulta fácil comprenderlo y exponerlo con suficientes argumentos. La complejidad del concepto cultura hace que un amplio espectro de problemas aparezcan interrelacionados con éste.
Sí nos detenemos en su definición, algunos autores como A. Kroeber y C Kluckhon (Culture a Critical. Review of Concepts and Definitions. Cambridge, Mass, 1952) ofrecen hasta 160 definiciones, en ello puede influir lo complejo del fenómeno y/o el enfoque unilateral en función del objeto de estudio de la ciencia que aborda el problema. Cualesquiera que sean las esferas de la vida y actividad social que tomemos, también tendremos unos u otros elementos de la cultura.
Por su origen, este concepto va ligado a lo que es producto de la actividad humana (agricultura) a diferencia de la naturaleza virgen, este término proviene del verbo latín "colo", cuyos significados "elaboro", "cultivo", "honro", "venero", son las más importantes entre las múltiples acepciones que existen. La mayoría de las conceptualizaciones realizadas tienden a abarcar todo lo creado por el hombre, lo material y lo espiritual. En ellas se ha querido sintetizar todos los adelantos: materiales, espirituales y sociales, dado que la cultura se expresa en todo el sistema de la actividad humana: material (laboral, científica y sociopolítica) y espiritual (gnoseológica, valorativa y comunicativa), reproduciéndose en la misma.
Un análisis lógico del concepto nos remite a su extensión y contenido. El primero se refiere al conjunto de objetos que pueden ser incluidos en el mismo: cultura económica, empresarial, laboral, política, jurídica; cultura de salud y demás, así como la extensión de cada uno de ellos, por ejemplo: el concepto cultura de la salud incluye: cultura dietética, hábitos y costumbres alimenticios; cultura física: postura, ejercicios, etc.; cultura de la higiene: personal, familiar y comunitaria; cultura de la medicación: consultar al médico y regirse por sus indicaciones, no automedicarse; cultura del empleo del tiempo: su distribución y aprovechamiento. El segundo, es decir, su contenido, es el conjunto de caracteres a los que se le puede aplicar el concepto; a cada dimensión de su extensión le son comunes el:
- ser característica sintética del nivel de socialización alcanzado por individuos y grupos humanos,
- nivel de desarrollo alcanzado por personas y grupos sociales que se expresa en sus ideas, conducta y actuación,
- nivel de desarrollo alcanzado en la instrucción, la ciencia, el arte, la literatura, la producción material, la conciencia social y sus instituciones,
- mecanismo adaptativo de la humanidad a la naturaleza y la sociedad (a esto atribuyen el cambio social,
- conjunto de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de la actividad humana,
- horizonte (cultural) que sirve de prisma valorativo de la realidad,
- modo de vivir: hábitos, costumbres, tradiciones y,
- el ser reino de los significados; estos están determinados por las creencias y valores correspondientes.
Realizado este estudio, pudiéramos aceptar a los efectos de su análisis, la forma en que el Diccionario Cervantes la define:
"Conjunto de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en el curso de la historia y, también lo define como: "Nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en la instrucción, la ciencia, la literatura, el arte, la moral, la filosofía, etc. y las instituciones correspondientes"
Sí partimos de las ideas expresadas anteriormente sobre la cultura, antes de definir qué es cultura laboral, sería bueno precisar algunos aspectos de la extensión y contenido de este concepto. Extensión incluye: cultura del ahorro, de la calidad, del cuidado de los medios de trabajo, protección e higiene en el trabajo, cultura específica del tipo de trabajo: según el sector empresarial, tipo de empresa, puesto de trabajo y demás.
Si tomamos cultura de la calidad, esta incluye: presentación del producto, su acabado, adaptación al gusto del consumidor, su belleza, tiempo útil de duración, capacidad de reciclaje y bondades con respecto al medio ambiente; mantenimiento o incremento de los niveles tradicionales de calidad, preocupación por los detalles, es decir, aspectos tecnológicos y también sociales como son el mejoramiento continuo en la vida personal, familiar, social y de trabajo que involucre a todos.
Con respecto a su contenido tendríamos:
- Síntesis del nivel de socialización alcanzado por el trabajo y las relaciones laborales.
- Conjunto de valores materiales y espirituales creados para y por el proceso de trabajo.
- Horizonte cultural que sirve de prisma valorativo del trabajo y las relaciones laborales.
- Universo de los valores, creencias y orientaciones que matizan el medio laboral: la actividad y las relaciones laborales.
- Modo de ser en el medio y la actividad laboral.
Al producir, cada bien creado es un resultado de la cultura laboral de ese pueblo, de ese grupo o colectivo de trabajo; una verdadera creación artística, en la que no dejan de estar presentes las leyes estéticas; la materialización de ideas, sentimientos, motivos.
En la cultura laboral espiritual se ponen de manifiesto aspectos de la psicología social como son las emociones, estados de ánimo, impresiones y manifestaciones volitivas; la decisión, seguridad, perspectivas, costumbres, hábitos, tradiciones y gustos, normas sociales, opiniones públicas, ceremonias, convicciones son cualidades que actúan en el sujeto social; las necesidades económicas objetivas son su elemento de partida y los intereses económicos son formas de expresión de las relaciones socio psicológicas económicas, sus elementos son: el interés material, las motivaciones, los estímulos, el entusiasmo laboral.
El interés material y los motivos económicos de la actividad económica y laboral, en específico, actúan como componentes que enlazan la psicología económica y la conciencia económica, a través de ellos, es decir de los intereses económicos, el factor espiritual de la vida económica adquiere una fuerza real.
La actitud ante el trabajo, la satisfacción o insatisfacción por el proceso laboral, el entusiasmo en el trabajo son componentes de la psicología laboral. En la conciencia cotidiana, existen tradiciones y experiencias necesarias para el trabajo que complementan el nivel empírico de la conciencia económica. Pero a este nivel no se puede interpretar y llegar a la esencia de los fenómenos de la vida laboral, sólo se reflejan aspectos superficiales de las relaciones económicas, por lo que es preciso la existencia de un nivel teórico formado por la ideología y la ciencia económica.
La ideología abarca las formaciones espirituales que por su naturaleza tienen un carácter clasista y actúa como producto del reflejo del ser social a través del prisma de los intereses de clases, entre ellos los intereses económicos. Los puntos de vista teóricos de determinada clase o partido sobre la organización económica de la sociedad, sobre las formas de dirección económica se expresan a través de la ideología económica, como producto de la interiorización de sus intereses económicos fundamentales, aspecto este que las arma de ideas en la lucha económica, en la defensa de sus derechos laborales y en su identificación con otros niveles de intereses como son el interés social y empresarial. (V.D. Popov, 1981)
Por su parte, la conciencia científica se distingue por el modo y profundidad de reflejar la realidad; es un riguroso sistema de conceptos, juicios, deducciones, principios y demostraciones teóricas. La Economía Política, las llamadas economías concretas y otras ramas de las ciencias económicas forman parte de la conciencia científica económica que tienen como principal finalidad el conocimiento de las leyes económicas objetivas y el mecanismo óptimo de su realización.
Es bueno que realicemos algunas distinciones entre cultura económica, cultura empresarial y cultura laboral. A nuestro modo de ver, la primera es más amplia pues se refiere a la economía en general; por su parte, la cultura empresarial puede reducirse a ese medio; en ella se concreta la aplicación de la organización científica del trabajo como resultado de las investigaciones empresariales y económicas, las que impactarán el desempeño de la fuerza de trabajo y toda la organización del trabajo y la gestión empresarial.
Es decir, la cultura empresarial identifica la forma de ser de una empresa y se pone de manifiesto en su actuación ante los problemas, retos y oportunidades; adaptación al cambio; en sus creencias, entre otros aspectos y, la cultura laboral, aunque forma parte de las anteriores, podemos reducirla al desempeño de la fuerza de trabajo, es decir, obreros y trabajadores, administrativos y dirigentes. No obstante, todas estas formas de la cultura están estrechamente interrelacionadas, independientemente de las diferencias apuntadas. De esta forma podemos entender por cultura laboral: "Nivel de desarrollo alcanzado por la sociedad en el desempeño efectivo de sus recursos laborales humanos; expresado en su capacidad real para enfrentarse a una situación concreta de trabajo"
Un desempeño efectivo incluye características de la fuerza de trabajo, capacidades de la dirección empresarial y del medio laboral que responden a las siguientes interrogantes:
- ¿Qué espera la empresa del trabajador? ¿Puede hacerlo? ¿Tendrá los conocimientos, habilidades, capacidades y experiencia suficiente para desempeñar ese trabajo?
1) Estas interrogantes nos sitúan en el campo de las aptitudes. Poder hacer requiere: facultad de análisis, de tomar decisiones, de transmitir informaciones; habilidades motoras, sensoriales, psicológicas, cognoscitivas, experiencias; independencia, flexibilidad, incluye:
a) Calificación: conocimientos, habilidades, experiencia.
b) Capacidades: comunicación, cooperación, previsión, salud.
- Pero, ¿Quiere hacerlo? ¿Por qué razón hacerlo? ¿Qué condiciones se les ofrecen?
2) Y, estas otras cuestiones nos conducen al campo de las actitudes. Querer hacer está en dependencia de un sistema de valores que incluye la responsabilidad, solidaridad, austeridad, sensibilidad (ecológica, ética, estética, etc.), disciplina, sentido del deber, realización, pertenencia, colectivismo, interés, laboriosidad (incluye consagración, constancia, esfuerzo, esmero, entrega, otros), creatividad (incluye iniciativa, flexibilidad, diligencia, emprendimiento y otros), entusiasmo, alegría, honestidad, lealtad, fidelidad y otros.
- ¿Qué resultados se esperan de la empresa? : ¿Qué condiciones organizativas y de dirección son necesarias para un desempeño óptimo? ¿Qué condiciones se ofrecen a los trabajadores?
No todo queda en la masa de trabajadores, la dirección de la empresa ha de garantizar ciertas condiciones: régimen de estimulación, formas de organización de la emulación; clima laboral alegre, sano, amistoso, armonía, flexible; oportunidades de aprendizaje continuo, posibilidades de ascenso, independencia para operar, opinar; comunicación fluida, régimen de trabajo democrático, confianza mutua, control de abajo arriba y de arriba a bajo, posibilidades de innovación permanente, justicia y equidad como un modo innato de proceder, ejemplaridad de los mandos, adecuada exigencia, actuación honrada, práctica del ecologismo, legalidad, liderazgo, respeto, seguridad, sinceridad, tradición, transparencia, copropiedad, apertura al cambio y otros, entre los que se pueden mencionar: aprovechamiento de los recursos, cumplimiento del plan, movimiento de vanguardias, trabajo sindical, régimen participativo, etc.
3) Valores finales de la empresa. Resultados que se esperan de la empresa: Eficiencia económica, social y técnica según su misión; alcanzar, como señala Falop, la calificación de empresa de clase, es decir, eficientes y/o competentes y/o de clase mundial. (Rodolfo Falop Bejerano, 2002)
A través del proceso histórico de la Revolución cubana y de la revolución cultural, como parte de ésta, se ha venido conformando una nueva cultura laboral que en esencia consiste, según nuestra opinión en: "El nivel de desarrollo alcanzado por los trabajadores cubanos en términos de capacidad productiva, manifestada en su desempeño real y concreto, como expresión del grado de socialización logrado" En la misma podemos distinguir las cualidades generales exigidas en sus aptitudes y actitudes por el entorno global y, en específico, por la naturaleza socioeconómica de nuestro país. Por ello, la cultura laboral del trabajador cubano es portadora de rasgos, principios y valores propios, nacidos con la Revolución; fruto de las transformaciones democráticas, antiimperialistas, agrarias, populares y socialistas.
Su origen y desarrollo convergen con el proceso revolucionario y en particular con la revolución cultural llevada a cabo en el país y continuada en la actualidad.
Para tratar sobre la nueva cultura del trabajo en el socialismo y en particular en nuestro país, es necesario hacer referencia a los rasgos, principios y valores que forman su contenido. El ideal cultural laboral socialista aspira a que al trabajo y a las relaciones laborales le sean propios los siguientes rasgos:
1º. El trabajo como médula del modo de vida: Es decir, la actividad laboral será un medio de satisfacción humana, un medio de vida, única fuente de riqueza; una forma de hacer la vida más plena, rica y feliz; más íntegra, productiva y más humana. Se creará una sociedad de trabajadores en la que el holgazán, el vago, el lumpen y otras lacras no tendrán cabida; esta es una transformación básica, sin embargo, encuentra en la tradición mercantilista y una larga historia de explotación a unos de sus mayores escollos.
La actitud ante el trabajo, como un hecho de conciencia, durante la construcción del socialismo, debe cambiar y de ésta, depende la cantidad y calidad de su resultado, de su eficacia."El trabajo, punto central de la actividad humana, de la construcción del socialismo…está determinado también, en su eficacia, por la actitud que se tenga ante él" (Borrego, 2002: 243) Pero deben enfrentarse los rezagos del pasado, todo aquello que durante años cimentaron la enajenación. "Al entrar en una sociedad nueva no puede considerarse el trabajo como la parte negra de la vida, sino todo lo contrario.
Tenemos que caminar sobre una base fundamental, hacer del trabajo una necesidad moral, una necesidad interna, ese tiene que ser el proceso educativo de los años que vienen" (Pérez, 1989: 206. Y continua la autora citando al Che: "Es necesario que se quite el aspecto erróneo propio de una sociedad explotadora, de que el trabajo es la necesidad desgraciada del hombre y aparezca el otro aspecto del trabajo; como la necesidad interna del hombre" (Ob. Cit: 206)
Orlando Borrego, en su libro "Che el camino del fuego" cita palabras del Che que sintetizan sus ideas sobre el trabajo en el socialismo. "…el pasado, que se refleja haciendo que en la conciencia de muchos trabajadores sea esta necesidad de trabajar cotidianamente una necesidad oprimente, una necesidad que tratan de burlar, que burlan considerando que la fábrica es todavía del viejo patrón… Y nuestra actitud debe ser totalmente diferente.
El trabajo debe ser una necesidad moral nuestra, el trabajo debe ser algo que vayamos cada mañana, cada tarde o cada noche con entusiasmo renovado, con interés renovado. Tenemos que aprender a sacar del trabajo lo que tiene de interesante o lo que tiene de creador, a conocer el más mínimo secreto de la máquina o del proceso en que nos toca trabajar" (Ob. Cit: 244)
2º. El principio socialista de distribución establece que la remuneración se realice según el trabajo aportado debido a la heterogeneidad del trabajo y la calificación laboral de los trabajadores y, ante todo, por el insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas, reflejados en la productividad del trabajo y su eficiencia, las que requieren la puesta en práctica de estímulos materiales (además de los estímulos morales) ya que, como dijimos, el trabajo es aún un medio de vida.
Al mismo tiempo, la sociedad exigirá a cada cual que le aporte según su capacidad, lo que implica retos tales como, asegurar su formación laboral, garantizar puestos de trabajo, y no sólo un puesto de trabajo, sino también, un lugar donde pueda rendir según su capacidad. No obstante, las diferencias que implica la puesta en práctica de la distribución socialista, igualdad ante el trabajo, la unidad entre deberes y derechos laborales y el mayor empoderamiento de los nuevos dueños, permitirán la unidad de los intereses, una disciplina laboral y técnica consciente, por lo que las diferencias serán admitidas sin conflictos sociales y superadas en etapas posteriores; también se prevé una mayor coherencia entre la eficiencia económica y la eficiencia social y, el desarrollo de relaciones laborales camaraderiles, fraternales, de ayuda mutua, solidarias.
Al referirse al fenómeno conciencia, Che lo hace con una visión integral: no es sólo disposición política para el gran sacrificio en hechos trascendentales, sino el heroísmo cotidiano en diferentes aspectos, entre ellos, la entrega al trabajo, ya que "…la construcción del socialismo está basada en los frutos del trabajo, en la mayor producción, en la mayor productividad. En balde sería que profundizáramos al máximo nuestra conciencia, si no pudiéramos aumentar nuestra producción…" (Che, Obras t-6: 1962:423 El socialismo es para él "…un régimen al que se llega históricamente, y tiene como base la socialización de los bienes fundamentales de producción y la distribución equitativa de todas las riquezas de la sociedad, dentro de un marco en el cual haya producción de tipo social" Y continua: "…una sociedad en que el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social.
Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple con el deber social. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo" Una sociedad, en fin, que implicaría para el hombre: igualdad, participación, responsabilidad, libertad y desalienación. (Vasconi, Pensar al Che t-2: 352)
Para Che, "…la actitud comunista ante el trabajo va formándose paulatinamente a través de cambios que van ocurriendo en la mente del individuo, cambios que necesariamente serán largos y que no se puede aspirar a que sean completos en un corto período en los cuales el trabajo ha de ser lo que todavía es hoy, esa obligatoriedad compulsiva social, para transformarse en una necesidad social"
El trabajo como deber social, la entrega al trabajo, la disposición al sacrificio, integración del hombre a la sociedad, jerarquización del estímulo moral son cualidades que el Che vincula con la nueva actitud ante el trabajo.(Obras, t-4: 147)
Che estimaba que "…Estimulo material directo y conciencia son términos contradictorios, en nuestro concepto…" (Obras, t-1: 191) y afirmaba: "Sí, el estímulo material se opone al desarrollo de la conciencia, pero es una gran palanca para obtener logros en la producción…nosotros afirmamos que en tiempo relativamente corto el desarrollo de la conciencia hace más por el desarrollo de la producción que el estímulo material…" (Obras t-1:101) En el Sistema de Financiamiento Presupuestario, señala: "…La búsqueda de mecanismos de incentivación que difieran de los empleados en el capitalismo está dado por la comprensión de que el socialismo no es sólo un hecho económico, sino también un hecho de conciencia".( Tablada, 1987: 144) y añade este autor, "El socialismo se propone no sólo crear un régimen caracterizado por la abundancia de bienes de consumo, sino también una nueva actitud humana ante la sociedad y ante el bienestar que ésta le brinda"(Ob. Cit: 145). El Che valoraba que "La lenta y compleja transformación ideológica plantea durante un tiempo la contradicción "producción vs. conciencia"
Es en este período que el peso de los hábitos de pensamiento inculcados por el capitalismo (ambición, egoísmo, individualismo, y otros ) se hacen sentir negativamente en el esfuerzo productivo y puntualizaba: "…no negamos la necesidad objetiva del estímulo material, si somos renuentes a su uso como palanca impulsora fundamental…(…) No hay que olvidarse que viene del capitalismo y está destinado a morir en el socialismo" "…la etapa de construcción socialista es de transición, aún en ella el estímulo material es importante…Hacemos énfasis en los estímulos morales de la sociedad socialista y consideramos que los estímulos materiales deben ir en descenso hasta que desaparezcan en la sociedad sin clases" (Obras t-4: 482)
3º. Carácter creador del trabajo: La creatividad es un valor de la cultura laboral que en el socialismo deberá alcanzar altos niveles de realización como expresión de la nueva actitud ante el trabajo que se va gestando, no sólo por la calificación de la fuerza de trabajo, sino además, por la organización científica del trabajo y la producción y, la conciencia económica socialista formada.
Ello permitirá que en cada momento sea alentado el espíritu innovador, que las ideas se expresen y generen un ambiente propicio al diálogo y la creación, dándole cauce a los proyectos valiosos y oportunos para mejorar la actividad de investigación; influyendo en la disposición y el deseo de aportar nuevas ideas para perfeccionar el trabajo, en tanto se desarrolla una cultura que privilegia el cambio tecnológico, la invención e innovación, propicia un ambiente participativo y de mutuo compromiso de los trabajadores como parte de la visión de futuro.
Las contradicciones que genera el mercado, la ley del valor y la distribución según el trabajo, frente al plan y la propiedad social socialista, en el período de transición, hay que admitirlas y utilizarlas conscientemente; trazar una política económica que propicie su extinción paulatina, transformando las condiciones que generan su presencia; no bastan la distribución según el trabajo y su complemento a través de los fondos sociales de consumo, la eliminación de la explotación del hombre por el hombre y muchos otras medidas populares, es imprescindible el trabajo formativo de conciencia socialista. Che enfrentó esta problemática con espíritu crítico y pensamiento creador, dos aspectos relevantes en su personalidad.
Su crítica al capitalismo, a los métodos y formas de construir el socialismo en otros países; a determinados aspectos de la teoría marxista que se convertían en dogmas, fue muy clara y abierta; también a sus compañeros más cercanos les criticó de forma oportuna y constructiva. Al respecto escribe Orlando Borrego: "…la crítica más cruda contra los errores o debilidades y luego, ante la evidencia de una rectificación, el apoyo solidario potenciando las cualidades humanas y no los defectos de las personas" (Ob. Cit: 53) Su creatividad se pone de manifiesto en un conjunto de acciones en función de la reorganización del país y de su aparato económico; también en la forma que su pensamiento trasciende fronteras y el tiempo. La ciencia y la técnica en función de la construcción de la economía socialista, fue altamente valorada por el Che, la revolución científica y técnica que comenzaba a desplegarse en aquellos años, consideraba, tenía que manifestarse en innovaciones en todas las ramas del saber llevando a la práctica la iniciativa y la creatividad basada en el acervo de conocimientos que el pueblo debía alcanzar gradualmente a través de la obra educativa. "Estamos inaugurando una época en la cual los conocimientos científicos son y serán, cada vez con mayor fuerza, los que determinen nuestro ritmo de desarrollo y nuestra capacidad de quemar etapas en la construcción socialista" (Borrego, 2001: 131)
Para el Che, el objetivo de la nueva sociedad debía tener, como fundamento básico esencial, el desarrollo de la conciencia y una cultura científica y tecnológica integral; el camino del desarrollo, en el aspecto económico, debía vencerse con la técnica más avanzada posible y ésta había que tomarla donde esté. Con respecto a la electrónica dijo: "Todo indica que esta ciencia se constituirá en algo así como una medida del desarrollo; quien la domine será un país de vanguardia…Más adelante señalaba: "Estamos entrando en la era de la automatización y de la electrónica; tenemos que pensar en la electrónica en función del socialismo y en el tránsito al comunismo…" (Ob. Cit: 135) Vinculó el fenómeno del desarrollo científico con la conciencia: "…Cuando en cada cubano el trabajo sea una necesidad vital como expresión de creación humana, la técnica, la tecnología, los inventos se sucederán por millones…" (Borrego, 2001: 337)
4to. Dirección democrática del trabajo, con papel relevante del colectivo laboral (mínima distancia de poder como expresión de su nivel de empoderamiento) Preocupación por el desarrollo y realización multifacético del trabajador (atención al hombre). Sentido superior de pertenencia materializado en su participación consciente y la responsabilidad compartida.
El trabajo sindical debía encaminarse a lograr una amplia y consciente participación de los trabajadores en el proceso de planificación y en el cumplimiento del plan, así como en otras tareas revolucionarias; tiene que jugar un doble papel: aliado de la administración en la producción, pero voz y oído de los trabajadores.
A fines de 1961 se crearon las asambleas de producción las cuales estaban llamadas a convertirse en escuelas transformadoras de la mentalidad de la clase obrera, "…serán una parte de la vida de las fábricas, y serán el arma que tenga toda la clase obrera para la fiscalización del trabajo de su administración, para la discusión de los planes, para el control del plan, para el establecimiento de nuevas normas técnicas, organizativas de todo tipo, para toda clase de discusión colectiva o todo núcleo de la fábrica, o todos los trabajadores de la fábrica, o todos los trabajadores del departamento, según la importancia de cada unidad de la producción. (Borrego, 2001:197) La emulación es una competencia, pero dirigida a mejorar en beneficio, ante todo, de la sociedad; presupone una organización eficaz para que prenda en las masas, se realice el reconocimiento de cada trabajador y colectivo y, se lleve a efecto la estimulación moral y material. La aplicación de estímulos al trabajo se remonta a los primeros meses de 1961, aún antes de ser organizada y puesta en marcha, la emulación socialista.
5to. Carácter planificado del proceso de trabajo.
Este presupone un nuevo papel del Estado en la organización, dirección y control de la economía nacional; ejerce la propiedad de las empresas estatales, designa sus directivos, aprueba objetivos y presupuestos; desempeña un papel regulador mediante diferentes políticas estatales, leyes, normativas y otras disposiciones. Todo ello se conjuga con la participación de los trabajadores en un proceso de planificación continua.
El Che concedía a la planificación una importancia capital en el funcionamiento de la economía socialista, "La planificación pasa a ser la función a través de la cual los hombres pueden conocer la realidad, decidir sobre ella y crear y conformar, por tanto, su presente y futuro…" y agrega que con el marxismo "El hombre deja de ser esclavo e instrumento del medio y se convierte en arquitecto de su propio destino" (Obras, t-1 P. 354) Y, añade: "…Podemos decir que la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza, por fin, a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta, la plena liberación del ser humano en el marco de la sociedad comunista" (Che, obras, t-1 P.200)
Conocido estos rasgos, se asumen los principios, es decir, aquellos puntos de partida, guías de la labor que se pretende llevar a término, en este caso, el perfeccionamiento del trabajo y las relaciones laborales. El mecanismo ideológico cultural debe accionar en el sentido de convertir estos principios en convicciones, en creencias para que de los mismos puedan derivarse los valores correspondientes.
El trabajo como un deber y derecho de todos, implica, ante todo, garantizar puestos de trabajos para todos, acorde a la preparación de cada cual y esto último, presupone la obligación de brindar la preparación profesional requerida a cada uno, además de elaborar un cuerpo legal que ampare las partes.
Pero deberes y derechos han de andar unidos, el trabajador tiene deberes que cumplir los cuales deben ser asumidos, como el deber social de asistir al trabajo, rendir en el mismo en cantidad y calidad, cuidar los medios a su disposición, colaborar con sus compañeros y el colectivo, entre otros.
Humanización del trabajo abarca aspectos vinculados a su protección e higiene, la atención al hombre y también, con ayuda de la técnica, ir sustituyendo la fuerza física humana por las fuerzas mecánicas.
Intelectualización del trabajo no es un lujo del socialismo, es una tendencia mundial originada por el progreso científico-técnico, esta encuentra en el socialismo las condiciones para su masificación tal como observamos está ocurriendo en nuestro país. Mientras que en el capitalismo, la polarización de la riqueza y la pobreza y la privatización de la enseñanza originan niveles altos de marginación dentro de los países, regiones y entre el Centro y la Periferia del sistema capitalista.
Igualdad ante el trabajo rebasa lo referido al sexo, edad, raza, nacionalidad, territorios, entre otros. Hacer realidad los presupuestos anteriores de hecho significa un gran reto, ya que esta llamada igualdad se extiende a la preparación laboral, a la ubicación en el puesto de trabajo que le agradaría ocupar.
Carácter rector del interés social es el elemento que permite alcanzar la unidad en torno a las necesidades sociales; presupone un alto nivel de desarrollo del colectivismo, la solidaridad y la cooperación. En la práctica, su aplicación no significa el desconocimiento de los intereses grupales e individuales, sino la conjugación de todos, aunque no siempre el beneficio de uno u otro sea inmediato en una situación determinada.
Conjugación de la disciplina y la independencia laboral son aspectos que no se excluyen sino más bien se presuponen "…No consideren la disciplina como una actitud negativa, es decir, como la sumisión a la dirección administrativa, la disciplina debe ser en esta etapa absolutamente dialéctica, disciplina consiste en acatar las decisiones de la mayoría, de acuerdo al centralismo democrático…" (Che, discurso 21-8-62, en Escritos y Discursos, t-4) La creatividad laboral exige independencia, dejar hacer al trabajador y esto debe estar avalado por una actitud responsable ante el trabajo, disciplina laboral y técnica, individual y colectiva.
Conjugación de la eficiencia y justicia social.
La eficiencia económica expresa la relación entre resultados y gastos medidos en unidades de tiempo de trabajo o en dinero; generalmente se expresa como relación entre ingresos y gastos monetarios. La eficiencia social está relacionada con el impacto de la producción en el mejoramiento del bienestar y del desarrollo humano de la población, sobre la base del uso adecuado de los recursos disponibles.
Como sabemos, la productividad del trabajo ha sido considerada por los clásicos del marxismo leninismo, los teóricos marxistas y dirigentes de los partidos comunistas como elemento fundamental en la victoria del socialismo, a esto se le añade la competitividad existente en el mundo de hoy. El capitalismo tiene métodos pocos humanos de alcanzar crecimientos económicos, pero el socialismo debe alcanzar eficiencia sin afectar la equidad y la justicia social, aún cuando no se cuenta con un desarrollo a plenitud de la conciencia.
La estimulación material y moral, a partir del reconocimiento del aporte laboral de cada cual, la democratización de la vida laboral y social, el perfeccionamiento de los métodos socialistas de gestión, entre otros, contribuyen a la conjugación de estos importantes aspectos.
Realización del trabajador como dueño de nuevo tipo, ello comprende educación, cultura laboral socialista, funcionamiento económico eficiente y beneficios para el trabajador en su empresa y socialmente. En el plano individual se manifiesta en un desempeño competitivo por su calificación técnica y su actitud en el medio laboral, no limitándose a su puesto de trabajo; su actitud ante el trabajo es el principal criterio valorativo de su realización laboral y social.
Formación de la cultura laboral con sentido de integralidad, aquí se incluyen conocimientos económicos generales y específicos, habilidades para su desempeño eficiente, actitudes y otros aspectos de la cultura general que debe poseer como ciudadano socialista.
Carácter planificado del desarrollo.
Como vimos, al analizar la planificación como rasgo del trabajo socialista, el Che concedía a ésta una importancia capital en el funcionamiento de la economía socialista, al considerarla como vía para el conocimiento de la realidad y sobre esta base poder tomar decisiones para el presente y para el futuro, de modo tal que la misma se convierta en parte de la cultura de la organización y dirección de la economía nacional.
Otros, como el papel del Partido en tanto fuerza dirigente superior del sistema de democracia socialista; el Estado, como instrumento más directo del sistema de la democracia socialista; unidad de administración, sindicato, partido y rigor y sistematicidad en el control.
Los valores juegan un papel determinante en la concepción de la estrategia y política de desarrollo socialista; el contenido económico, político y cultural de la sociedad en transición socialista, exige la formación y consolidación de un sistema de valores acorde a su naturaleza social.
Mucho se ha teorizado acerca de los valores, los intentos por definirlos se remontan a tiempos remotos. En la segunda mitad del siglo XIX, con la aparición del marxismo, el concepto de valores humanos se aborda sobre la base de la relación del factor subjetivo y el factor objetivo en la esencia humana, es decir, en la correlación entre la vida material y la vida espiritual de la sociedad. Los valores que pudiéramos denominar tradicionales son definidos como sigue:
Colectivismo: El socialismo representa una etapa superior del grado de socialización alcanzado por la humanidad y, por tanto, es esencialmente colectivista, de ahí que la formación para el colectivo, por el colectivo y en el colectivo sea un principio que parte de la relevancia de este valor, tanto por su contenido como por sus vínculos con valores humanos tales como: la sensibilidad, el altruismo, la solidaridad, fraternidad, justicia, igualdad, dignidad, modestia, honradez, honestidad, fidelidad, patriotismo, internacionalismo y otros.
La interrelación colectivismo-individualismo fue analizada por el Che de forma muy clara: "Educarse en el sentido colectivo a que aspiraba el Che, significaba incrementar la capacidad de entrega sin subestimar la propia individual y la sana aspiración de reconocimiento y realización de los intereses de la persona como ser social" (Borrego, 2001:115) El Che señaló: "La Revolución no es una estandarizadora de la voluntad colectiva (…) sino todo lo contrario, es una liberadora de la capacidad individual del hombre" (Obras, t-2: 73) Y añade: "…el individualismo debe ser, en el día de mañana, el aprovechamiento cabal de todo el individuo en beneficio absoluto de una colectividad…" (Ob. Cit: 74) La actividad laboral, por su carácter social y el nivel alcanzado por la división social del trabajo, sólo es realizable eficientemente sí funciona como actividad de grupo, lo cual implica capacidades tales como la cooperación, ayuda mutua, coordinación de acciones, comunicación, trazarse fines comunes y otras; todo ello se resume en una aptitud y actitud colectivista de trabajo. Una conciencia colectivista presupone, entre otros valores, el desarrollo de la sensibilidad humana.
La Sensibilidad ética es un valor esencial de las relaciones humanas que expresa un profundo humanismo; propensión natural a ser sensible con los demás; manifestación de ternura y delicadeza en las relaciones interpersonales, reconocimiento de la necesidad ajena, disposición a sacrificarse por los demás.
Es el reconocimiento de la necesidad ajena; se expresa en la cortesía con los demás, comprensión de sus problemas, dedicación a la ayuda. Sí no se posee sensibilidad no se puede ser revolucionario, comunista. Un insensible no puede ser solidario, cooperativo, internacionalista, colectivista.
El Che venció sus limitaciones de salud, renunció a una vida profesional "cómoda" porque amaba al hombre y para ello se requiere identificación con los problemas de los demás. Entre las cualidades de un joven comunista él dijo: "…una gran sensibilidad ante los problema, gran sensibilidad frente a la injusticia…ser humano…solidario…sensible…" "…plantearse siempre los grandes problemas de la humanidad como problemas propios" (Che, Obras t-2: 174)
Muy relacionado con el colectivismo y como expresión de sensibilidad humana, encontramos el altruismo: (Del fr. Altruismo) Esmero y complacencia en el bien ajeno, aún a costa del propio, y por motivos puramente humanos.
Se trata del servicio al bienestar de los otros, de la disposición al sacrificio de los intereses personales en aras del beneficio de los demás. El medio laboral ofrece oportunidades para que se manifiesten actitudes altruistas entre los trabajadores: aporte de horas extras, trabajo voluntario, ayuda mutua desinteresada y otras.
Solidaridad (del lat. solidus: sólido). Comprensión de la comunidad de sentimientos, intereses e ideales u objetivos comunes y acciones correspondientes. En el colectivo laboral se pone de manifiesto la solidaridad laboral como espíritu de cooperación y ayuda mutua, identificación con los problemas de los demás y un ejemplo de ello es la llamada "atención al hombre" cuando la misma se ajusta a ciertos principios, entre los cuales podemos citar: Esta es un problema de todos, no sólo de jefes y ejecutivos de organizaciones; debe ser sistemática, es decir, no como cuestión de ciertos días o etapas; debe ser diferenciada, individualizada ya que las necesidades son de esta manera; no limitarse a la entrega de cosas materiales ya que el afecto, el cariño, la estima y otras son importantes también; evitar el formalismo y que la misma fluya como un modo de ser, una cultura de la convivencia laboral.
El patriotismo expresa el amor al país y es fruto de una identidad cultural en la que se conjugan muchos aspectos. No se expresa sólo en el aspecto militar, en la confrontación bélica con el enemigo; se manifiesta, además, en el orgullo nacional por nuestros logros, en la lucha por la calidad, por el desarrollo de todas las ramas de la economía y los servicios.
La formación patriótica del pueblo es una tarea de importancia decisiva, Che apuntaba: "…la victoria de Cuba no está en los cohetes soviéticos, ni en la solidaridad del mundo socialista, ni en la solidaridad de todo el mundo; la victoria de Cuba está en la unión, en el trabajo y en el espíritu de sacrificio de su pueblo" (Borrego, 2001: 120) La construcción del socialismo exige la formación de un nuevo ideal patriótico masivo "Porque eso de creer que el socialismo se va hacer sin el sacrificio de nadie, en medio de la reacción capitalista, eso es un cuento; eso es imposible, porque alguien se tiene que sacrificar, todo el mundo tiene que sacrificar algo…Ahora, los hombres de vanguardia, en todos los momentos deben ir sacrificándose, hasta que de pronto el sacrificio se transforme en un modo de ser"(Borrego, 2001: 338) Che establecía una relación muy directa entre la soberanía política y la independencia económica. El poder revolucionario o la soberanía política es el instrumento para la conquista económica pero, la soberanía política se consolida con la independencia económica.
El revolucionario no desarrolla sus sentimientos patrióticos en detrimento de otros pueblos "En primer lugar, yo considero mi patria no solamente a la argentina, sino a toda América. ( Ariet, 1989) La formación patriótica es parte inseparable de la educación integral del hombre nuevo, esta se lleva a cabo por distintas vías, en diferentes medios y con la participación de todos los factores.
Fraternidad (del gr. phratria y de éste el lat. fraternitas: fraternidad). Se trata del amor de hermanos que une a todos los miembros de la familia humana. El amor fraterno es la tendencia del ser humano a unirse solidariamente con los demás sobre la base de compartir una misma dignidad humana. Los revolucionarios cubanos hemos aprendido de Martí y Fidel a creer en el hombre, en su nobleza y tendencia a lo bello y sobre esta base trabajamos en la formación del hombre nuevo y practicamos fraternalmente la solidaridad humana, dentro y fuera del país.
Justicia (Del lat. Iustitia) 1. Valor ético que regula la vida espiritual y social del ser humano; es la virtud social por excelencia. La concepción del Che, acerca de la justicia social, es amplia pues abarca un conjunto de derechos, con igualdad de oportunidades, que abarcan la esfera política, económica, cultural y demás, sin distinción de razas, sexo, nacionalidad, edades, entre otros aspectos. Aunque retomaba aquello planteado por C. Marx sobre la sociedad en transición hacia el socialismo la cual ¨… presenta todavía en sus aspectos, en lo económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuyas entrañas procede (Marx y Engels, La ideología alemana, edic. 1987) ¨ Es decir, nosotros estamos en una época en que la injusticia no es desterrada, no la podemos desterrar absolutamente, no podemos dar a cada cual según su necesidad…"(Che, obras, t-4 P. 549), refiriéndose a un aspecto muy importante de las relaciones de distribución.
La justicia, en el plano laboral, tiene un amplio campo para su práctica, el derecho a calificarse para ocupar un puesto de trabajo y acceder al mismo, así como, a una remuneración acorde al trabajo realizado; la posibilidad de participar en las decisiones y de ascenso, entre otras, están amparadas legalmente.
Igualdad (del lat. aequalitatem. Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos, aunque los seres humanos no son iguales porque cada uno es una personalidad única, insustituible en su género, tanto como ser biológico o social. La igualdad social puede ser mal entendida y traducirse en igualitarismo, históricamente se han formado, dos concepciones fundamentales del igualitarismo: como igualdad de las posibilidades y como igualdad de los resultados. Pero, la igualdad es un valor de mayor alcance en la sociedad socialista, no se reduce al aspecto económico y mucho menos al problema de la distribución y aún otro más estrecho como es la remuneración del trabajo. La igualdad de oportunidades no es una condición abstracta, es posibilidad, realidad que se adapta a los seres humanos, pongamos como ejemplo los discapacitados, las diferencias de sexos, razas, edad, territorios y demás, todas ellas son protegidas.
No es posible hablar de desarrollo humano ajeno a la dignidad plena del hombre. Dignidad (Del lat. dignitatem: excelencia moral). Valor moral, reconocimiento del valor de todo el ser humano como personalidad por sí mismo y por la sociedad a la cual pertenece.
La dignidad es una forma de autoconciencia y de control de la propia personalidad que permite al ser humano comprender la responsabilidad con respecto a sí mismo y la sociedad, y a esta última reconocer en la práctica los derechos de la personalidad y formular exigencias hacia ella. El Che decía: "…No pedimos nada a nadie; no estamos mendigando empréstitos, ni solicitando la compra de nuestros azucares de rodillas, simplemente ofrecemos lo que tenemos, respetamos a los pueblos vecinos y a todos los pueblos del mundo y proclamamos nuestro derecho insobornable a ser considerados un país igual a cualquier otro de la tierra, en el concierto de los pueblos libres.
Quienes así nos admitan serán nuestros amigos, no importa la ideología interior y lo que les anime, no importa su sistema social o económico. Quien no nos respete como nación, no puede aspirar a nuestra amistad, sea cual fueren los vínculos anteriores que nos ligaron y sea cual fuere la fuerza que pueden poner para ofender a nuestra patria" (Borrego, 2001: 32)
Modestia: En el profesional o en el trabajador menos calificado es expresión de pudor, moderación, sencillez en las relaciones interpersonales.
Sentido de humildad que no humilla ni decrece al hombre sino que lo eleva. Rechazo al culto desmedido de las virtudes humanas y, a obtener beneficios personales por resultados que obtiene el individuo como representante de un colectivo social. Enfrentamiento a cualquier intento de una persona a considerarse por encima de los demás. El Che fue un modelo de modestia y sencillez, era su modo de ser, su modo de vida sencillo: auto, vivienda, oficina no lujosa; su forma de vestir; lenguaje coloquial, la menor distancia de poder, respeto a las opiniones de los demás, aún cuando no las compartía, capacidad para adaptarse a su interlocutor. La austeridad forma parte de su modo de actuación. Tenía un sentido muy alto de la humildad; enemigo declarado del envanecimiento humano; rechazaba el culto desmedido o injustificado de las virtudes humanas.
Honradez: muestra de honor y dignidad por el lugar que ocupa en la sociedad acorde a la importancia social que se le concede. Rectitud y justeza en su actuación; rechazo al robo, la corrupción, el soborno, la negligencia, el nepotismo, el engaño y demás.
Honestidad: despliegue de la honradez; manifestación del honor y la vergüenza; amigo de la verdad, rechazo al fraude, el globo, la traición, la hipocresía y la doble moral. En su expresión más pura, es sinceridad, verdad, es propia de personas francas, rectas, transparentes.
En la actividad laboral podemos analizar ciertos valores que aglutinan a otros como son:
La profesionalidad la cual integra un conjunto identificable y evaluable de conocimientos actitudes, valores, habilidades, relacionadas entre sí que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales de trabajo; en ella se pueden apreciar características de la fuerza de trabajo tales como, actitudes (comportamientos, valores, motivaciones) y aptitudes (facultad de análisis, toma de decisiones, transmisión de información; habilidades motoras, sensoriales, psicológicas, cognoscitivas, experiencias; independencia, flexibilidad).
La Consagración, es dedicación, empeño en la tarea, incondicionalidad ante las mismas, desvelo. La colaboración, es imprescindible en el trabajo de grupos, tanto para el cumplimiento de una tarea determinada como es el perfeccionamiento de la producción.
La responsabilidad ante el trabajo, este es un valor que debemos ir fortaleciendo a través de diferentes mecanismos, métodos y formas organizativas y educativas por la importancia que el mismo reviste por ser expresión de la materialización de otras cualidades laborales, esta incluye: Responsabilidad ante los resultados del trabajo: Su cantidad y calidad; cumplimiento del plan asignado; responsabilidad ante las normas de disciplina laboral y técnica: asistencia, puntualidad, aprovechamiento del tiempo de trabajo, ahorro, cuidado de los medios, observar normas de protección e higiene del trabajo, etc; responsabilidad ambiental: oposición a la irresponsabilidad ambiental y de agresión al entorno natural y social. Rechazo al desequilibrio entre conocimiento y acciones prácticas sobre la conservación ambiental; responsabilidad ante las relaciones de cooperación entre trabajadores y entre puestos de trabajo.
Facilitar estos nexos, evitar que sus acciones afecten a otros; trasmitir ideas, experiencias, aconsejar; estar vigilante del flujo productivo; contribuir a la toma de decisiones; responsabilidad ante la búsqueda de soluciones: superación constante, actitud creadora ante las dificultades, buscar y brindar aportes y, responsabilidad ante sus deberes sindicales: afiliación, participación en la emulación, cumplimiento de las tareas sindicales, especialmente aquellas propias del control obrero.
La laboriosidad: expresión de la necesidad de trabajar por amor al trabajo; de la vocación, actitud, satisfacción estética y la experiencia. Oposición a la pereza; afición por el trabajo creador; inclinación, admiración y respeto hacia el trabajo; consagración al trabajo
Es una condición importante crear un clima laboral de entrega incondicional y el despliegue de una laboriosidad y responsabilidad laboral consciente.
Incondicionalidad ante el trabajo: subordinación y lealtad de lo individual al colectivo y lo social; significa, sencillamente, no poner condiciones; implica una gran entrega a la obra social, confianza en la dirección de la revolución y la conjugación de un conjunto de cualidades humanas en la personalidad. Che decía: "Yo no sé, yo dirijo o me dirigen donde me pongan. Eso depende de Fidel y del gobierno. Donde me necesite la revolución, allí estaré" (O. Borrego, 2001 P. 4) En el proceso de construcción socialista, muchas han sido las oportunidades de poner a prueba nuestro sentido de la incondicionalidad: en las misiones internacionalistas, en momentos que han demandado gran espíritu solidario, en las movilizaciones hacia diferentes tareas de la revolución, entre otras. Sin embargo, en la vida cotidiana, están presentes, frecuentemente y de forma anónima, actitudes que tienen como basamento la convicción de que este es nuestro deber.
El sentido de pertenencia: Identificación con su país, con los trabajadores, con su colectivo, manifestado en la preocupación constante por el mejor cuidado de los medios de producción y de toda la propiedad social. Orgullo de pertenecer a ese colectivo; interés por obtener los mejores resultados productivos y en la emulación; vigilante activo.
La identificación con su familia, vecinos, compañeros de trabajo es un nivel importante en el ascenso a su convicción de sentirse ciudadano de su país y luego, actuar consecuentemente como tal.
El cuidado de la propiedad social, la disposición de defender su país, de rendir el máximo en su puesto de trabajo, la sensibilidad ante las dificultades que atravesamos, o el disfrute de nuestros éxitos, entre otras, son expresiones de cuanto hemos desarrollado el sentido de pertenencia. Che apuntó: "…Estamos en una época en que se ha proclamado una revolución socialista, y el socialismo no es de palabras, sino que es el resultado de hechos económicos y de hechos de conciencia. Estamos tratando por todos los medios de superar esta situación, de hacer que la clase obrera sienta profundamente la revolución" (Borrego, 2001: 115)
Sentido del deber laboral: En este plano lo determinamos como un valor de la cultura del trabajo en el que se rechaza el acomodamiento indebido, el facilismo; oposición al incumplimiento y va muy unido a la dignidad revolucionaria. Orgullo profesional que lo conduce al máximo rendimiento y cuidado de su prestigio y le hace sentir realizado a través del resultado de su trabajo. El sentido del deber social es expresión del nivel de socialización del individuo y de los grupos sociales, es el descubrimiento de su pertenencia a un colectivo.
"En la sociedad socialista o en la construcción del socialismo el hombre trabaja porque es un deber social… Ese deber social es rendir un esfuerzo medio, de acuerdo a su calificación, y recibir, por lo tanto, un salario individualizado…al mismo tiempo todos los beneficios que la sociedad otorga" (Obras, t-4: 597) "Para Che, una de las formas de lograr la eficiencia deseada era cumpliendo con el deber social de cada productor, lo cual se resumía en: producir en la cantidad necesaria, con la variedad requerida, con la mayor calidad y el más bajo costo posible…" (Borrego, 2001: 89)
Transcurridas más de cuatro décadas del triunfo del primero de enero de 1959, observamos los brotes de la nueva cultura laboral cubana surgir, no sólo por el nivel cultural alcanzado en general y en particular, en materia del trabajo, sino también en los valores, actitudes y resultados; especialmente en el movimiento de trabajadores destacados y vanguardias; así como, en situaciones especiales cuando la nación ha necesitado enfrentar desastres naturales o solucionar problemas sociales de urgencia; o en el cumplimiento de tareas en otros países o de apoyo, ayuda a otros pueblos hermanos, dentro o fuera del país; también, muchas veces de forma anónima, en el cumplimiento cotidiano del deber social laboral.
La cultura laboral se expresa como una capacidad real demostrada en el desempeño de la fuerza de trabajo, su contenido recoge la mejor experiencia internacional, su carácter socialista y cubano. Su formación está consecuentemente estructurada en sistema que involucra a la familia, la escuela, la empresa y demás organizaciones e instituciones estatales, de masas y sociales; desde la niñez, la juventud y en los adultos como calificación continua; con un nivel de integralidad que va desde los asuntos económicos y laborales, técnicos y humanistas hasta su más estrecha vinculación con la práctica profesional y social.
Para optimizar el proceso educativo, en función de la formación de una nueva cultura del trabajo, es necesario dotar a los agentes socializadores de orientaciones pedagógicamente fundamentadas que sirvan como guías metodológicas que les permitan aprovechar las potencialidades de su medio, enfocar con carácter de sistema sus acciones e integrarse con el resto de los sujetos responsabilizados con dicha labor. Como ya apuntamos, la familia, la escuela y la empresa poseen potencialidades muy pocas aprovechadas en tal sentido.
Tomado de Tesis de Maestría "La cultura laboral socialista cubana", FLACSO, Universidad de La Habana, 2003.
Ángel B. G. Peralta Arbella,
Autor:
M. Sc. Ángel B. Grave de Peralta Arbella
Universidad de Holguín, "Oscar Lucero Moya"