De los ticos mojados: una mirada a la comunidad trasnacional costarricense en Chicago
Enviado por Désirée Mora Cruz
- La ciudad de los vientos: tierra de migrantes por excelencia
- "Chicago: My kind of town"
- Comiendo gallo pinto con salsa Lizano en la ciudad de los vientos: los ticos en Chicago
- El sueño Americano: Por qué vamos a USA?
- Los ticos en Chicago
- Experiencia de vida
- Qué hacen los ticos para no olvidarse de su tierra?
- Redes de apoyo y su alcance
- Identidad
- Bibliografía
"En el mundo todos migran: en el ciclo de vida migramos de la infancia a la adolescencia, migramos de estados de ánimo depresivos a eufóricos, migramos de una ideología a otra, migramos y migramos. La vida es movimiento, la migración es movimiento, y más allá de nuestros ojos, en cada punto de la tierra un hombre está a punto de partir."
Juan Carlos Narváez Gutiérrez
A lo largo de casi 7 años que su servidora se ha interesado por el fenómeno de la migración, en especial de la nicaragüense en Costa Rica, tuve el privilegio de conocer a muchos otros profesionales en distintas disciplinas inclinados igualmente en dicho fenómeno; pude viajar a Nicaragua, convivir con las familias que se habían desprendido de seres queridos mucho tiempo atrás, escuchar toda clase de anécdotas unas que arrancaban carcajadas y otras que sencillamente desgarraban el alma, fue un proceso muy rico, no sólo a nivel intelectual sino también personal, pero aun así siguió siendo un fenómeno comprensible intelectualmente hablando, pero anímicamente ajeno a mí, puesto que nunca había experimentado la sensación de asentarme en otra nación y ser calificada como extranjera o llegar a percibir mi grupo de referencia, es decir los costarricenses, como la población migrante, sino que en Costa Rica suele hablarse de nosotros como "los dueños de la casa".
Pocas veces, se habla o se hace referencia de los costarricenses, no como miembros receptores en una sociedad, sino como sujetos de paso, como los "recién llegados", los que vienen de fuera, "los paisas", los mojados o "wet backs", "los brownies", como es el caso de los costarricenses que por distintas razones que expondré más adelante, optaron por mudar su "residencia principal" a los Estados Unidos de América.
Este artículo será una breve reseña de lo que fue mi experiencia de campo en la ciudad de Chicago, por casi 3 años, no sólo como antropóloga, sino también como una mujer, joven, latina, costarricense, viviendo en esta urbe y como se desarrolla la vida de muchos otros compatriotas que han hecho de Chicago su segunda patria. Este artículo está basado en 238 entrevistas a profundidad que en un periodo de 3 años realizó su servidora, a distintos miembros de la comunidad costarricense radicada en Chicago, así como 57 observaciones participantes de eventos y reuniones de la comunidad en cuestión.
La ciudad de los vientos: tierra de migrantes por excelencia
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"Nosotros somos ahora una de las mayores naciones
hispano-hablantes en el mundo.
Somos una fuente
importante de música latina, periodismo y cultura.
Sólo ve a Miami, o San Antonio, Los Ángeles,
Chicago o el oeste de Nueva York, New Jersey …
y cierra los ojos y escucha.
Tú podías fácilmente estar en Santo Domingo o Santiago,
o San Miguel de Allende.
Durante años nuestra nación ha debatido este cambio
–algunos lo han elogiado y otros se han irritado por ello–.
Al nominarme a mí,
mi partido ha elegido dar la bienvenida a la nueva América."
George W. Bush [Miami, campaña presidencial 2002]
Tomado de Criado, 2003
La primera impresión de un latinoamericano que llega por primera vez a ciudades como Nueva York, Miami, Chicago, Arizona, Atlanta o California, podría ser de que se ha equivocado y el avión dio una vuelta en círculo para regresarlo a América Latina, no es de extrañar los numerosos rótulos que adornan las vidrieras con un "se habla español", restaurantes de comida mexicana por ahí, venta de piraguas y jibaritos por allá, olores de arroz con habichuelas, gandules, arroz con gri o gallo pinto en esquinas perdidas de las mayores metrópolis de los Estados Unidos, una buena jalada de orejas con su respectiva mentada, en un bus urbano, al mejor estilo de una mamá latina, grandota, querendona pero severa.
Anuncios publicitarios, cadenas de radio y televisión, periódicos que bombardean a la población en un claro español matizado de acentos mexicanos, puertorriqueños, cubanos, argentinos, salvadoreños o guatemaltecos y cuyo uso se ha vuelto cada vez más cotidiano, "más normal".
Música de banda, bachata, merengue, reggae, salsa, cumbia, vallenato, boleros, reggaetón se desbordan los viernes y sábados por las noches, en los clubes más reconocidos de la ciudad o en las cantinas de los vecindarios, porque si señores también hay cantinas o "pubs" como diría un "gringo".
Hospitales, bomberos, agencias gubernamentales y estatales y cuerpos de seguridad ciudadana fomentan o promueven, de un modo u otro, las habilidades lingüísticas de sus miembros, por ejemplo en la ciudad de Chicago, aquellas personas que posean destrezas lingüísticas bilingües ven incrementado su salario en $3000, según me comentó Tatiana Cruz una de las ticas más activas en la comunidad costarricense radicada en Chicago, y la cual trabaja en el Departamento de Niños y Familia (DCFS, sus siglas en inglés) de esta ciudad.
Todo esto no es de extrañar, la presencia latina se hace sentir en el cotidiano, en 35 de los 50 estados que conforman la Unión Americana, constituimos la mayoría en la minoría, alrededor de 31.1 millones de latinoamericanos viviendo en E.U.A, es decir el 13 % de la población total de este país, según la Oficina del Censo (Criado, 2003) y según estimaciones de esta misma entidad en 20 años los Estados Unidos tendrán la segunda población latina más numerosa del mundo, antecedido por México.
El estado que alberga la ciudad de Chicago es Illinois, el cual posee según datos del censo realizado en el año 2000, una población de 1 529 058 migrantes, es decir el 12.3 % de la población de este estado norteño, de los cuales 731 397 son de origen latinoamericano, es decir un 47.8% de los migrantes, le siguen los de origen europeo (389 928 persona) o sea el 25.5% del total y en tercer lugar los asiáticos 359 812 personas es decir el 23.5% del total.
Según este censo en el estado de Illinois existen 1 253 676 personas es decir el 10.9 % de la población que hablan español y apenas el 5.8 % de la misma hablan inglés. Dicho lo anterior se puede desprender que los latinos somos la mayor minoría en el estado de Illinois, tendencia que siguen la mayoría de estados en los Estados Unidos, al igual que la ciudad de Chicago como lo expondré a continuación.
La ciudad de Chicago posee una de las más ricas y antiguas trayectorias en cuanto a migraciones se refiere, con respecto al resto de los estados de la Unión Americana. Las poblaciones más sobresalientes en cantidad que se asentaron en Chicago en el siglo 19 fueron las de origen irlandés, alemán, judíos rusos, eslavos e italianos.
El área de Chicago constituye la quinta ciudad de los Estados Unidos con mayor población migrante con 1.4 millones de migrantes registrados en el último censo del 2000, es decir un 18% de la población total de esta ciudad (Paral y Norkewicz, 2003).
A nivel numérico los mexicanos constituyen la población con más miembros en esta ciudad con 582 028 personas, constituyendo el 56% del total de migrantes residentes en Chicago, le siguen los polacos con 137 670 personas y los indios con 76 931 personas.
Pero también hay grupos de África, Asia, Europa, otros países latinoamericanos y del Cercano Oriente que han establecido enclaves en esta ciudad. No en vano se puede encontrar la China Town, Indian Town, Lituanian Town, Polish Town, Little Village o "La villita" o sea la Mexican Town, Korean Town, Puertorican Town, los suburbios de judíos, etc.
Como lo explica Earls: "los latinos se han convertido a partir de los noventas en el mayor grupo étnico foráneo y junto con la población afro-americana (entiéndase afro-estadounidense), son ya la mayoría en Chicago: mexicanos y puertorriqueños han reemplazado a polacos y alemanes, los mismos vecindarios que habían sido mayoritariamente polacos se han transformado en villas urbanas que nos recuerdan los pueblos de México, el dominio de los europeos americanos ha sido modificado por la preponderancia de la cultura hispano americana (léase hispano estadounidense)." (Earls, 2003)
Además se presenta el fenómeno conocido como: "los nuevos latinos", tales como: salvadoreños, guatemaltecos, dominicanos, colombianos, ecuatorianos y en los cuales los costarricenses que emigran se pueden contar de igual manera, son grupos de latinoamericanos que tradicionalmente no se conciben como población migrante o extranjera en E.U.A., los de menor número y relativa novedad, pero que van creciendo en cantidad poco a poco, poniendo negocios, desarrollando comunidades, permeando las capaz sociales de la micro sociedad latina en Chicago y otras urbes anglosajonas, "ello añade aún más diversidad al universo hispano y, por ende, dificultad para hablar de él en general, dada la variedad de perfiles y marcados contrastes que presentan los miembros de cada grupo" (Logan 2001; Suárez-Orozco et al. 2002, tomado de Criado, 2003).
Comiendo gallo pinto con salsa Lizano en la ciudad de los vientos: los ticos en Chicago
Según el censo del 2000 existe una población de 71 870 costarricenses en todo el territorio de la unión americana, representan el 0.2 % del total de migrantes en Estados Unidos que se han contabilizado como 31.1 millones de personas.
Alrededor de 1 192 viven en el estado de Illinois, representando el 1.7% del total de costarricenses en Estados Unidos y el 0.1 % del total de 1.5 millones de migrantes, que habitan en Illinois.
A continuación adjunto un cuadro con los estados que cuentan con mayor población costarricense, según el censo del año 2000, en los Estados Unidos
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(Tomado de la Oficina del Censo de Población de los Estados Unidos de América, 2000)
El sueño Americano: Por qué vamos a USA?
No hay viaje sin motivos, no hay viaje sin expectativas,
sin planes que pretendan cumplirse
después de realizado cualquier sacrificio.
(Paredes, 2003)
En el caso específico de la población costarricense es muy interesante, puesto que de todos los entrevistados durante estos 3 años, alrededor de 238 costarricenses, 193 respondieron a la pregunta por qué decidió venir a Chicago de manera muy distinta a la tan típica contestación de: "no encontraba trabajo en mi pueblo, en mi país no hay forma de sobrevivir, la violencia nos terminó de cansar", como suele ser el caso de otros centroamericanos, colombianos o mexicanos.
En primera instancia se debe entender la diferencia entre buscar la forma de sobrevivir, es decir movilizarse a otro país porque no quedó otra opción y de no hacerlo podría significar el fin de la persona o del grupo familiar, con desear mejorar las condiciones de vida, lo cual es una noción más sutil, subjetiva y que implica que la o las personas tienen varias opciones de donde elegir para buscar una mejora en su calidad de vida.
Como indica Paredes: "es bien sabido que la falta de empleo y la escasez de recursos en las distintas regiones, orillan a sus habitantes a salir en busca de lo necesario para subsistir o para hacerlo de una mejor manera, nadie se atrevería a negar tales acontecimientos, a dudar de la explicación primera acerca de la emigración" (Paredes, 2003), en lo cual estoy de acuerdo para muchos de los casos del resto de los latinoamericanos y algunos casos de costarricenses, dicha observación aplica, sin embargo, en mi trabajo de campo otras fueron las motivaciones para irse de Costa Rica y elegir a E.U.A como su nueva residencia ya sea temporal o permanente, a continuación haré un listado de dichas motivaciones, no podré ahondar en ellas ya que excedería los propósitos de este ensayo.
Motivaciones económicas: búsqueda de un mayor ingreso monetario para traducirlo en inversiones en Costa Rica (compra de casas, poner un negocio, etc.), posibilidad de empleo que permita generar un capital más rápidamente de lo que podría acuñar en el mismo periodo de tiempo en Costa Rica, propuestas de trabajo que permiten un ascenso en el currículo laboral, establecimiento de negocios en la ciudad (por ejemplo Transportes Costa Rica o Compañía de instalación de ventanas Ronma, Restaurante El Irazú, Importadora de Automóviles, etc.), ajustar un dinero extra que sirva a modo de pensión en la vejez, ofrecerles a los hijos la posibilidad de nacer en Estados Unidos y así que ellos ostenten las ventajas que su condición de legalidad les otorgaría y a la vez que la familia pueda recibir ayuda del gobierno Well-fair, se trabaja en una empresa cuya casa matriz es en Chicago y por motivos laborales debe pasar temporadas en esta ciudad, negocios binacionales de bienes raíces, etc.
Motivaciones emocionales y psicológicas: huir de los maltratos y violencia intra-familiar de compañeros, esposos, padrastros y otros miembros del núcleo familiar, huir de relaciones amorosas que ocasionaron estrés emocional a la persona, iniciaran una nueva vida conyugal con una persona que procede de Chicago, reunificación familiar, etc.
Motivaciones personales: Escapar de las responsabilidades como padre y no pagar pensión alimenticia, deseo de aventura, conocer otras tierras, curiosidad por saber como funciona el sistema de vida anglosajón, problemas de salud que pueden ser tratados más apropiadamente con la tecnología de los hospitales en Chicago, disfrutar de las comodidades y la vida social y cultural de una ciudad cosmopolita, realizar la "hazaña de cruzar la frontera, de vivir solo, siendo joven en una ciudad extraña", acompañar a otros miembros en el viaje cuando es su primera vez, tratar de iniciar una nueva vida reformando los malos hábitos que se practicaban en Costa Rica, búsqueda de independencia del grupo familiar, se nace en Estados Unidos pero se crían en Costa Rica o viceversa y consideran ambos lugares su "motherland", su terruño.
Motivaciones educativas: realizar estudios en escuelas, colegios y/o universidades de Chicago, ya que se considera que las posibilidades de ser un profesional exitoso se potencian con un título de alguna casa de enseñanza de este país, se les otorgó becas de estudio para especializaciones en diferentes ramas de estudio, aprendizaje del inglés para potenciar sus habilidades en el campo laboral, recibir capacitaciones en áreas de especialidad, etc.
Para nadie es un secreto en Chicago que los Estados Unidos es una noción más familiar y real para los mexicanos y puertorriqueños en su imaginario social y colectivo que de lo que lo es para los costarricenses, quienes llegan allá por primera vez carecen del conocimiento "a priori" que por relatos de familiares tienen la mayoría de los mexicanos, residentes en Chicago.
Los ticos que llegan por primera vez a Chicago cuentan con ideas románticas sobre el sueño americano, en mis entrevistas encontré manifestaciones como: "yo pensé al principio que aquí era tierra donde se puede ganar mucho dinero, se puede ser todo lo libre e independiente que uno quiera, sin que nadie se meta con uno, no como en Costa Rica que todo el mundo está de metiche, que uno puede ser alguien aquí más rápido que allá", " yo pensé que aquí iba a aprender mucho inglés, porque es Estados Unidos se supone que todos hablan inglés, pero nada que ver, aquí uno puede aprender de todo desde chino a polaco y español o inglés mocho, pero como cuesta que le hablen a uno en inglés…", "estar aquí es tuanis pero nadie me dijo que no querían a los latinos, es raro que a uno lo vean así como feo, sólo porque a la hora de hablar uno tiene acento, bueno eso dicen los gringos, la salvada que soy machillo y eso ayuda, porque si fuera como los compas morenos, me llevaría el diablo y después el hijo de p… frío que hace en los inviernos, eso nadie se lo dice a uno, es una madre, casi todos el primer invierno nos queremos regresar a Costa Rica, uno piensa que no va a aguantar y se la pasa uno enfermo como 3 meses mientras se acostumbra, eso es lo peor"…
Es el diario vivir, lo que por prueba y error, los ticos van advirtiendo como es la vida de un latinoamericano en esta metrópoli, sin embargo quisiera antes de proseguir en este punto aclarar la dinámica que se presenta entre costarricenses de acuerdo a su estatus legal, comparándolos entre ellos mismos y con otros latinoamericanos.
Según mi trabajo de campo, del total de 238 entrevistados, 177 entraron legalmente a los Estados Unidos, esto quiere decir que ingresaron por vía aérea o terrestre con algún tipo de Visa:
B1 de turista: se inscriben en paquetes turísticos que ofrecen diferentes agencias nacionales, consideran que entrar en grupo en este tipo de tours les permite una entrada menos accidentada en las aduanas norteamericanas, que si lo hacen por individual donde las preguntas son mayores por parte de los servicios de migración. Por otro lado antes del 11 de setiembre, muchos costarricenses lograron sacar un número de seguro social y licencia de conducir en las agencias del estado, al presentar su visado de turista, ya que el gobierno estadounidense proveían estos documentos a aquellos turistas que se quedaban por 6 meses en USA y pretendían conducir, este tipo de documentos en teoría no podían ser utilizados para trabajar y cuenta con un tiempo de caducidad. En la actualidad las políticas han cambiado y ya no se otorgan estos documentos, salvo en el estado de Kansas y Wisconsin, por lo que muchos de los costarricenses recién llegados viajan a estos estados para conseguir dicha documentación.
J1 de estudio y trabajo: este tipo de visado se ha vuelto muy popular entre los jóvenes costarricenses, lo proveen programas como los de Otec, Viajes Colón u Au Pair, estas agencias a través de honorarios, consiguen visas de este tipo para que las personas puedan ir a los Estados Unidos, y trabajen estacionalmente, los periodos van de 3, 6 meses y un año dependiendo del programa, algunos como Au Pair, que consiste en ser niñeras por un año en una familia estadounidense, logran también cursar inglés en colegios del estado. Este tipo de programas son especialmente convenientes ya que proveen a las personas de número de seguro social para trabajar exclusivamente dentro de este programa, licencia de conducir del estado donde vivirá y garantías sociales.
F1 o matrimonio: el gobierno norteamericano posee un tipo de visado para aquellas personas que se comprometen en matrimonio, el estadounidense debe reclamar a la otra persona y pasar por una serie de procesos burocráticos para conseguir este tipo de visado, es temporal y solo funcional si la persona se casa en el periodo de tiempo establecido por la embajada.
Nacionales: Son nacidos o nacionalizados en este país por lo que cuentan con pasaporte estadounidense.
Vía informal: llegaron a la frontera mexicana y le pagaron a un coyote para que los pasara o algún miembro de la familia pagó desde Estados Unidos para que los pasaran por la frontera méxico-estadounidense.
Podemos crear seis grupos de costarricenses de acuerdo a su estatus legal, ya que esto determina en gran medida, como se vive, donde, el estatus dentro de la comunidad y el tipo de trabajo que puede conseguir y en general la posición social que puede aspirar:
Los indocumentados, aquellos que no cuentan con ningún tipo de identificación o permiso de estadía en los Estados Unidos, estos responden al típico termino de mojados o wet backs (espaldas mojadas), usualmente ya han tenido experiencias previas en E.U.A, ya cuentan con familiares que los apoyaran en su inserción o re-inserción a Chicago, estas personas eligen este método después de haber agotado otras posibilidad: solicitar visado de turista en la embajada, tener visa pero en las aduanas estadounidenses detectaron alguna irregularidad y no les permitieron la entrada, tienen problemas legales en Estados Unidos y no desean ser detectados por la justicia, entre otros.
Los inautorizados, son los que entraron por vías legales y se quedaron después de la fecha en que se vencía su periodo de estadía, cuentan con algún tipo de documento estadounidense ya sea seguro social, licencia de conducir, green card o mica.
Los residentes legales, son aquellos que permanecen legales con permisos de trabajo, turismo o estudio, pero deben renovar cada cierto tiempo su documentación para continuar legalmente en el país.
Los nacionalizados, son los llamados ciudadanos, ostentan la doble nacionalidad, poseen todos los derechos y deberes de un ciudadano estadounidense, pueden desplazarse libremente dentro o fuera del territorio estadounidense, sin ninguna restricción migratoria.
Los nacidos en Estados Unidos, costarricenses de segunda generación, que por diferentes razones, se identifican como tales, aún habiendo nacido en los Estados Unidos, tienen un manejo del español de medio a excelente y cultivan sus vínculos familiares, comerciales, económicos y emocionales con Costa Rica, suelen viajar varias veces al año a Costa Rica y aprender los modismos ticos para reforzar su identidad costarricense.
Los indocumentados, son los que deben pasar por mayores dificultades para encontrar trabajo, conseguir crédito, tener cuentas bancarias, obtener servicios de teléfono, luz y gas, de salud, ya que el sistema en los Estados Unidos exige a los empleadores contratar sólo personas con número de seguro social, o solo los que poseen esta identificación pueden solicitar servicios básicos, por tal motivo los costarricenses en esta situación trabajan en negocios familiares o de amistades, donde la confianza permite que puedan trabajar clandestinamente o recurren a los medios informales que emplean mexicanos para conseguir documentación falsa o "piden prestado la identidad" de algún costarricense que posea seguro social y poder trabajar como mecánicos, en agencias de automóviles, en restaurantes, hoteles, como niñeras, en servicios de limpieza, fábricas o tiendas, solicitar crédito, comprar una casa o un automóvil o algo tan simple como tener un teléfono celular, por lo cual en su situación se vuelven profundamente dependientes de otros paisanos.
Los inautorizados cuentan con documentación auténtica por lo cual es más fácil conseguir empleo, tener crédito y gozar los servicios básicos sin necesidad de recurrir a terceros para obtenerlos, son más independientes en este sentido, tienen acceso a puestos de trabajo más lucrativos, sin embargo, después del 11 de setiembre muchos han decido ser más cautelosos, ya que los servicios de migración han comenzado a revisar los datos de compañías para encontrar anormalidades en los números de seguro social de sus trabajadores, lo cual implica que pueden descubrir que estas personas han permanecido en Chicago más allá del tiempo permitido por la ley migratoria.
En cuanto a los residentes legales, hasta antes del 11 de setiembre, no corrían ningún tipo de restricción migratoria, sin embargo, aquellos que han salido del país en los últimos 12 meses y que cuentan con record delictivo o cargos de alguna especie, se han topado con la sorpresa de ser detenidos en los aeropuertos, se les aisla en prisiones preventivas federales y reciben un juicio de valoración, en el cual los jueces deciden si les revocan o no su residencia y se les deporta a los países de origen, alegando motivos de seguridad nacional.
Tanto nacionalizados como los nacidos en Estados Unidos no cuentan con ningún tipo de situación especial a nivel migratorio, sin embargo en el aspecto cultural e identitario la dinámica que se gesta con los otros costarricenses es muy interesante, por ejemplo: entre la comunidad costarricense, es usual que aquellos con mayor tiempo de estadía en este país (15, 20, 25 años o más) son los que ostentan estatus de legalidad, ya sea porque contrajeron nupcias, lograron ser parte de la amnistía en los 80’s, pudieron legalizar su situación a través del reclamo de un familiar (madre, padre, hermanos o hijos) o nacieron en Chicago.
Estas personas tienen mayores recursos económicos y se han adaptado a la sociedad de Chicago de manera exitosa, han cursado estudios, tienen un domino del inglés amplio, poseen negocios, propiedades o un puesto de trabajo de importancia socialmente hablando, ellos poseen un estatus dentro de la comunidad porque se vuelven un ejemplo a seguir, son aquellos que han logrado triunfar en el sistema estadounidense, muchos son líderes, solidarios con los recién llegados, ofrecen sus consejos, conexiones y experiencia para aquellos que recién inician el camino en Chicago, ayudan consiguiendo empleos, automóviles, prestando su crédito, ofreciendo casa, otros se limitan a ayudar a sus parientes más cercanos o amistades y asistir a los eventos sociales de la comunidad, son los que adornan las carrozas en el desfile centroamericano anual, los que organizan los bailes y pic-nics, aquellos que pueden viajar a Costa Rica constantemente, son los que tienen un acento más mexicanizado o puertorriqueñizado, que saben lo que hay que decir: piragua cuando se quiere un copo, los que celebran "Thanks Giving" o Acción de Gracias, con pavo y gallo pinto, los que saben en cual tienda del norte, se consigue salsa Lizano, tricopilias y leche pinito, los que van a comer al único restaurante costarricense en la calle Milwaukee llamado el Irazú, que ofrece por cierto comida mexicana en el menú, son los que manejan con destreza en los "express ways" cuando hay una tormenta de nieve y manejan el tren hacia el "Loop", como el bus hacia San José, son los que no le temen a una redada de migración en los trabajos o que un policía los detenga y les pida la licencia, son los que tienen vacaciones pagadas y casas amplias, con una virgen de los ángeles en la puerta y el pabellón nacional en la ventana, pinturas de casas de abobe y una botella de ron centenario añejo edición especial junto con un Cacique y comida para microondas en la refrigeradora.
Sin embargo, a la hora de defender la identidad costarricense frente a otros grupos de latinos o entre costarricenses, los recién llegados son los "líderes", los portadores legítimos de la cultura costarricense, son los que ponen al tanto de lo que ocurre en Costa Rica, son los "verdaderos ticos", los que no han olvidado los modismos, conservan el acento, extrañan el gallo pinto que dejaron ayer, los que saben los últimos pasos de salsa o conocieron el último mall que construyeron por Tres Ríos, los que les ha tocado vivir asaltos con armas de fuego o que le pidan rescate por el auto robado, los que traen el último poster de la sele o el nuevo eslogan del monstruo del Saprissa.
Los que aún vienen "puros" y no han pasado por el proceso de culturación, que aún no saben qué es español mocho, o que menudo es una especie de carne mexicana y no el cambio de un billete, que popote es pajilla y "mapear" el piso es trapearlo, que cuando lo insulten le dirán "brownie o wet back", en vez del típico "cara de picha" costarricense, que aquí tendrá que explicar una y un millón de veces que no es lo mismo un puertorriqueño que un costarricense, que San Juan no es nuestra capital y que Costa Rica no es una isla colonizada por Estados Unidos, que aunque sea blanco no es polaco, que si es negro no es del ghetto, que si es latino no es mexicano, que sí sabe leer, escribir y usar computadoras, que sabe hablar inglés aunque no haya nacido allá, que el acento que tenemos no es colombiano, que las mujeres no son unas güilas en el sentido mexicano, que la bachata no se baila marcada sino al estilo "palenque", que no hay que confundir jamás a un puertorriqueño con un dominicano, que los mexicanos no se llevan con los puertorriqueños, los colombianos no se mezclan con mexicanos, que los polacos son "tontos", los irlandeses e italianos ebrios, que "los morenos" son peligrosos, que no vaya a los barrios del sur porque las gangas lo pueden asaltar, que los judíos son déspotas y explotadores y en fin toda la lluvia de estereotipos, prejuicios, modismos, miedos, aciertos, realidades y fantasías por las que los recién llegados deben pasar como iniciación a la comunidad costarricense.
El caso de los costarricenses, es diferente del resto de grupos migrantes mayoritarios, residentes en Chicago, en cuanto a patrones de asentamiento, la comunidad costarricense está diseminada a lo largo de toda la ciudad y suburbios, no poseemos un vecindario, una "Costa Rican town", como es el caso en New Jersey por ejemplo, esto se debe probablemente a varias razones: la cantidad numérica considerablemente menor, el sentido de individualismo que caracteriza la idiosincrasia nacional: "cada uno en su casa y Dios en la de todos…", una inserción mas rápida al medio anglosajón, por el dominio del inglés, mayores recursos económicos que permiten vivir en barrios de clase media y alta o suburbios, el claro rechazo de vivir en vecindarios latinos y "volverse" o ser confundidos como mexicanos o puertorriqueños o correr el riesgo de ser atacados por pandillas.
Incluso los típicos asentamientos de la población centroamericana, según estudios de la Universidad de Roosevelt, no corresponden a los lugares de residencia de los costarricenses, ya que la gran mayoría de centroamericanos lo constituyen guatemaltecos (21 598 personas para el año 2000), hondureños y salvadoreños, en menor medida nicaragüenses y costarricenses.
Otro rasgo en cuanto a la actitud de los ticos en Chicago, consiste en una dicotomía o dualidad en el sentir de la mayoría de costarricenses, por un lado no desean ser confundidos con otras nacionalidades latinoamericanas, debido a una mezcla de prejuicios y estereotipos que les acarrearía y una sensación de superioridad que se respira cuando se refieren a mexicanos o puertorriqueños, sin embargo aquellos costarricense indocumentados o con una situación migratoria irregular (entiéndase con permiso de visa B1 turista, pero que trabajan o aquellos que entraron legalmente pero se quedaron después de su periodo de estadía legal, etc.), emplean la redes informales de otros grupos migrantes como mexicanos, ecuatorianos o puertorriqueños, para poder lograr una inserción eficaz en la sociedad de Chicago, por ejemplo: aquellos ticos que pretenden trabajar y no cuentan con la documentación adecuada, pueden solicitar en conocidos puntos de la "Villita", la ciudad de los mexicanos, documentación falsa tal como tarjetas de seguro social, la "mica", la "Green Card" y por sumas que van desde los $35 a los $350, hasta se pueden obtener las tan anheladas licencias de conducir de otros estados de la Unión.
Cabe señalar que en conjunto, los costarricenses forman parte de la "élite" de las respectivas comunidades en términos de educación y sus ingresos están por encima de la media salarial de la mayoría, entre $3 500 a $7 000 mensuales.
Otra diferencia, que se plasma en mi trabajo de campo, en la población costarricense es el grado de escolaridad y la mano de obra calificada que se presenta en los miembros del grupo, la gran mayoría finalizó estudios secundarios, manejan niveles de inglés básico hasta dominio perfecto e incluso muchos cuentan con grados universitarios, lo cual no implica que realicen trabajos acorde a su currículo académico, debido a su condición de ilegalidad o su decisión de incursionar en trabajos mejor lucrativos como lo son los artesanales: mecánica, construcción, instalación de ventanas, albañilería, plomería, cuido de niños, etc.: cuyo salarios pueden oscilar entre los $2 000 a $3 500 dólares mensuales, dependiendo de la posición y la temporada. La ventaja que se percibe en el grupo de costarricenses es ser bilingües, su educación formal (uso de computadoras, leer, escribir, títulos académicos de ambos países, etc.), habilidades que en el caso de otros grupos de inmigrantes no poseen.
Aquellos que ya cuentan con más de 15 años viviendo en USA y han legalizado su situación por diferentes vías, poseen sus propios negocios o son profesionales trabajando para el estado y devengan salarios de más de 6 000 dólares mensuales, un buen perfil crediticio, garantías sociales, casa o condominio propio, y viajes periódicos a Costa Rica (2 o 3 veces al año) lo que los coloca en una posición privilegiada con respecto a los costarricense recién llegados y una especie de modelo a seguir, de meta por alcanzar, " yo quiero llegar a ser como fulanito de tal, en 10 años", trazarse metas, tener aspiraciones de una mejor vida es una de las características que definen al grupo de ticos en Chicago.
Aunque los puertorriqueños son estadounidenses por constitución, en la práctica, son percibidos por la sociedad anglosajona como ciudadanos de segunda categoría, y ellos a su vez ostentan con orgullo su herencia latina y africana, como una forma de reacción a los procesos de discriminación y estereotipación de los que son objeto, lo cual los ubica en una situación particular, es por tanto que tanto puertorriqueños como mexicanos son percibidos como migrantes y sus patrones de comportamiento como grupo son similares, por ejemplo: tienden a vivir en los mismo vecindarios, ya que de esta manera pueden recibir los beneficios del contacto con otros miembros de la misma comunidad más experimentados, encontrar empleo a través de redes de amistades y familia, mitigar el "mal de patria", encontrar tiendas con los productos de la patria original, restaurantes que recuerdan la cuchara de la abuela, iglesias, organizaciones comunales, educación, vivienda, asistencia médica, etc.
Para ningún investigador en Chicago es un secreto que a mayor densidad en los barrios o "enclaves" típicamente latinos, las condiciones socioeconómicas tienden a bajar, al ir creciendo los vecindarios, los niveles de pobreza tienden a ser más altos, los índices de escolaridad bajan y las condiciones de vivienda aparecen peor que la media en esta ciudad. (Paral y Norkewicz, 2003), en estos barrios es donde la mayoría de inmigrantes indocumentados viven, no solo por lo bajo de los costos en renta, comida, transporte, sino también por la facilidad de ubicar redes de apoyo y esconderse de la "migra".
Según la antigua Oficina de ciudadanía y migración de los Estados Unidos se estima que existen 432 000 indocumentados o inautorizados residiendo en Illinois para el año 2000, desde una perspectiva conservadora, sin embargo la mayoría de los estudios señalan que incluso podría llegar a la cifra de 7 millones de personas, en su gran mayoría de origen mexicano, es decir un promedio de 3 indocumentados por cada arribo legal. (Paral y Norkewicz, 2003)
Qué hacen los ticos para no olvidarse de su tierra?
La comunidad costarricense en Chicago, a modo de fortalecer los lazos entre los miembros, darse apoyo mutuo, compartir recuerdos, vivencias y recrear un poco las costumbres costarricenses, celebran efemérides religiosas y patrióticas durante el año, por ejemplo en setiembre se celebra la Semana Centroamericana, conjunto con el resto de asociaciones cívicas de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua, se realiza un desfile anual al norte de la ciudad, donde niños y adultos se visten de "típico", exaltan la bandera y hacen una demostración pública ante toda la sociedad de Chicago, es un evento que está apoyado por la municipalidad de Chicago y está cubierto por los medios de comunicación latinos como el periódico La Raza, EL Éxito ahora Hoy, radio La Ley, La Onda Latina y periódicos locales de suburbios.
También se celebra el baile centroamericano donde se escoge alguna jovencita entre los 16 y 20 años, como Señorita Centroamérica, esta debe haber nacido en el país o sus padres ser oriundos de un país centroamericano, esta jovencita se convierte en representante de la comunidad en eventos culturales que promueve la municipalidad de Chicago a través del año.
El pic-nic anual tico, es el evento más importante en el año, se realiza usualmente el último fin de semana de verano, los ticos llegan desde todos los rincones de Wisconsin, Illinois y Michigan, se ponen puestos de comida tica, venta de productos costarricenses: chiquis, yipis, tricopilias, atún con vegetales, leche pinito, guayabitas, morenitos, copetines, sirope, cocadas, cerveza imperial, cigarrillos Derby, música típica, camisetas alegóricas, cajetas, artesanía, balones de la selección nacional, camisetas de equipos deportivos nacionales, etc.
Este pic nic se realiza a las afueras de Chicago en un parque de reservas forestales, es aquí donde recién llegados, veteranos, mujeres, hombres, niños, heterosexuales, homosexuales, saprisistas, liguistas, negros, blancos, morenos, indocumentados y ticos de segunda generación, cónsules y obreros de fábricas, josefinos, cartagineses, limonenses, guanacastecos, heredianos y alajuelenses se reúnen todos al compás de la salsa y el merengue, corean "Represento" de Marfil, se ponen la bandera de Costa Rica en la cabeza y se consuelan con una "birrita" recordando la patria que se dejó hace una semana, un mes, un año o una vida…
Es aquí donde se despiden también los que deciden regresarse, los que terminaron su tiempo, los que lograron juntar dinero, comprar la casa en Pejibaye de Turrialba o la flotilla de taxis en Heredia, los que ya tienen el negocio montado en Guápiles, los que no pudieron encontrar trabajo, los que no aguantaron el frío o extrañan el abrazo de la novia, los que se van a retirar y disfrutar la vejez en las playas de Guanacaste, porque si hay una característica que marca a los costarricenses es su eterno discurso de: "volveré a Costa Rica algún día", la gran mayoría de los entrevistados manifestó que sus proyectos son regresar, algunos en cuestión de meses otros en años pero siempre regresar.
Lágrimas, risas, abrazos, peleas, gritadas, silencios, rifas, dedicatorias, intrigas, chismes, coqueteos, todo pasa en el esperado pic-nic tico anual.
También se dan otros eventos de menor convocatoria pero igualmente importantes de mencionar: fiestas de cumpleaños, bautizos, quinceaños o "sweet sixteen" según lo decida la cumpleañera, reuniones en bares para ver los partidos de la sele en circuito cerrado, la misa del 2 de agosto para celebrar la Virgen de los Ángeles, velaciones (ya que la mayoría coincide que los funerales se realizan en Costa Rica, las personas desean ser enterradas en su lugar de origen), cenas navideñas con buenos tamales de hoja de plátano o papel aluminio, año nuevo con rompope y coquito (bebida típica puertorriqueña para Navidad), los bailes cuando algún conjunto costarricense anda de jira por la ciudad, la cena de Acción de Gracias, pic nics o días de campo para celebrar el 4 de julio (fecha de la independencia de los Estados Unidos), "house warming" (inauguración de una casa de nueva adquisición), graduaciones escolares, reuniones para recibir un nuevo tico, para recoger artículos enviados con "alguien que fue a Tiquicia", para enviar con una persona que se devuelve o va de visita a Costa Rica entre las actividades más destacables.
Ser parte activa de la sociedad en Chicago implica varias estrategias de inserción que permitan el asentamiento o tránsito exitoso por estas tierras, entre ellas están aprender inglés, encontrar trabajo, acomodar a los niños en el sistema educativo estadounidense, para ello hay toda una serie de organizaciones formales e informales, que se encargan de ayudar en este proceso de inserción de manera activa, como organizaciones de latinos desde la iglesia, clubes sociales, bolsas de empleos, educación para ciudadanía e inglés gratuitas impartidas por casas culturales y en los "College" del estado.
Como se sabe, las redes sociales y familiares son muy importantes en la reproducción y continuidad de los flujos migratorios, ya que son "respuestas culturales dinámicas que están en la base de la formación de comunidades étnicas y en la mantención de uniones, que sobrepasan las fronteras nacionales. Se caracterizan por ser conjuntos de lazos interpersonales que conectan a los inmigrantes, antiguos migrantes y no migrantes en las áreas de origen y destino, mediante lazos de parentesco, amistad y/o origen común. También surgen a partir de la participación de los individuos en prácticas comunitarias, como lo son los festivales costumbristas, y asociaciones de inmigrantes. Estas redes, que pueden ser formales o informales e incrementan la posibilidad de los flujos; ya que disminuyen los costos y los riesgos de la migración al mismo tiempo que incrementan los retornos esperados de la migración. En su funcionamiento son importantes la información y el capital social con que cuentan los migrantes, para así facilitar el conseguir, por ejemplo; trabajo, vivienda y la adaptación al nuevo medio cultural" (Gurak & Caces, 1989; Fergany, 1989). (tomado de Doña, 2003)
Un rasgo que distingue a los costarricenses indocumentados e inautorizados son las redes de apoyo en su mayoría informales, de las que se valen para poder desarrollarse exitosamente en la ciudad de Chicago y las cuales se extienden hasta Costa Rica, estos indocumentados e inautorizados, suelen emplear medios informales, amistades, familiares que les proporcionan casa, trabajo y alimentación, buscan la forma de legalizar su situación, pagando para casarse con estadounidenses y conseguir la ciudadanía (usualmente son estadounidense de origen latinoamericano que están más familiarizados con este tipo de prácticas), embarazándose para lograr tener un hijo que le reclame años después en el sistema, aquellos que sólo pretenden quedarse temporadas cortas, les preocupa más conseguir identificaciones falsas que legalizar su condición, ya que este es un estereotipo que se maneja, es decir, que todos los migrantes que llegan a Estados Unidos, lo hacen con la mentalidad de residir y establecerse el resto de su vida, en muchos casos no aplica tal principio, por el contrario, son costarricenses "gitanos", que han hecho de Chicago y Costa Rica su hogar, viven periodos desde 6 meses a un año y hasta dos o tres años en Chicago trabajando y ahorrando, y luego regresan a Costa Rica a disfrutar, invertir, negociar o vivir en Costa Rica por otro lapso semejante al que vivieron en Chicago, algunos regresan, otros se quedan en Costa Rica, esta decisión depende del éxito que logren reintegrándose a la realidad socioeconómica en sus lugares de origen, de contrario regresan a Chicago por otro periodo para volver nuevamente a Costa Rica y así sucesivamente.
Ya que aquellos costarricenses autorizados o con doble ciudadanía suelen utilizar no sólo las redes de apoyo de los primeros, sino también las vías legales y formales que emplean otros estadounidenses para lograr su desarrollo social y económico en Chicago. Estos son los costarricenses que llegan a través de programas de trabajo, intercambios, becas universitarias, capacitaciones emplean instituciones estatales para insertarse en el engranaje del estado, a través de la atención médica estatal, uso de bancos nacionales, empleo del crédito para comprar bienes inmuebles, operan básicamente como lo hacen el resto de estadounidenses.
Los procesos de naturalización también son una estrategia cada vez más difícil de ejecutar, especialmente después del 11 de setiembre, pero muy exitosa si se logra, ya que permite una integración formal a nivel cívico y social, como ciudadano estadounidense se abren puertas a cierto tipo de trabajos bien remunerados, licencias profesionales, y el derecho al voto, así como el derecho a reclamar otros miembros de la familia fuera de los Estados Unidos.
Otra estrategia que si bien no ha sido promovida por el gobierno de Costa Rica, si se ha implementado gracias al apoyo del gobierno mexicano y pronto se unirán los de Guatemala, El Salvador y Honduras, me refiero a la matrícula consular, esta tarjeta es una identificación que si bien no es estadounidense, les permite a los "indocumentados", identificarse y realizar trámites bancarios, inscripción en cursos de inglés, etc.
Por otra parte, el español, se vuelve también una herramienta valiosa para el éxito laboral, ya que resulta cada vez más funcional en el mercado laboral debido a la demanda de personal bilingüe para la atención de clientes y usuarios de origen latinoamericano.
Si bien los costarricenses como mencione en secciones atrás no se agrupan en espacios físicos-sociales de interacción, como en el caso de puertorriqueños, indios, mexicanos, lituanos entre otros grupos habitantes de Chicago, si podemos decir que los costarricenses se agrupan en un enclave migratorio cultural extendido hacia Costa Rica como parte de los movimientos transnacionales que les caracterizan.
Estas redes de apoyo son lazos comerciales, económicos, emocionales, de parentesco, de amistad, informales en la mayoría de los casos, como mencioné anteriormente, con otros miembros de la comunidad costarricense o amistades cercanas a este círculo, que le permiten al recién llegado o al indocumentado, encontrar trabajo, vivienda, alimento, automóvil, falsificar documentación, enviar dinero a Costa Rica, enviar autos, electrodomésticos, medicinas, recibir productos comestibles costarricenses, recibir mercadería para vender en Chicago (artículos de cuero, artesanía, ropa, souvenirs, oro, cuadros, etc.), encontrar candidatos para matrimonio y "arreglar papeles", servicios médicos, cuido de niños, recreación, préstamos de dinero, transportación al trabajo, entre otros.
Estas redes están establecidas, por dos razones mayores, una y las más obvia para ayudar a la sobrevivencia de los ticos en Chicago, física como culturalmente hablando, debido a que los ticos no se expresan políticamente, como el caso de mexicanos, cubanos y dominicanos, no cuentan con representantes en municipios, o en ligas mayores comunitarias, ni grupos o asociaciones que promuevan su bienestar social, como grupo no de latinos sino de costarricenses, sus expresiones como tales y sus necesidades, van más en el campo privado, y es de esta manera que las redes permiten perpetuar la cultura de la que se proviene y mantener al grupo amalgamado a través del sentimiento de solidaridad y "paisanismo".
La otra razón por la que la red existe es para mantener la comunicación y los lazos dejados en Costa Rica, las redes son el puente que une Chicago con los diferentes puntos de origen en el territorio nacional, haciendo de Chicago una prolongación de donde se vino o a Costa Rica una extensión del medio de Chicago, todo depende de la perspectiva con la que se tome.
Sin duda alguna, los pioneros y artífices expertos en el desarrollo de vías alternas informales para sobrevivir en Chicago son los pobladores de origen mexicano, ellos durante décadas han desarrollado bajo la premisa de prueba y error, estrategias para evadir las autoridades y lograr pasar inadvertidos ante el sistema (controles policiales y migratorios), experiencia que no ha pasado inadvertida para el resto de latinoamericanos migrantes en Chicago, y los costarricenses no son la excepción, cuando un inautorizado o indocumentado, necesita obtener o modificar documentación como seguro social, la mica o green card (permiso de residencia), obtener licencias de conducir de otros estados, suelen recurrir a fuentes mexicanas, enclavadas en el corazón de la Villita o "Little Village", existen personas que proveen de esta documentación, se ubican en la calle, centros comerciales o tiendas (el equivalente de pulperías en Costa Rica), en tarifas que oscilan entre los 35 a 300 dólares, pueden conseguirse una serie de documentos que permiten trabajar, crear crédito, comprar casa, automóvil, etc., esto porque el sistema de los Estados Unidos requiere que una persona para poder hacer todo esto necesita un número de seguro social y la licencia, sin estos documentos es muy difícil conseguir un trabajo formal.
Otros costarricenses que cuentan con mayores recursos económicos, prefieren viajar a otros estados como Kansas o Wisconsin y sacar licencia de conducir de estos estados donde aún los turistas pueden solicitar tal documento, si su permiso de estadía no a expirado, para ello pagan entre 300 a 600 dólares, otro costarricense que se encarga de hacer la conexión en las oficinas de ayuntamiento, logra sin mayores complicaciones obtener los documentos, esto es particularmente vital, ya que una persona con licencia de conducir automáticamente se le asigna un número de seguro social y así pueden trabajar o si llegaran a ser detenidos por un oficial de policía la licencia permite identificarse y pasar por residente legal de esa ciudad, ya que sólo los "legales" tienen documentación, o al menos parecer la consigna dictada por el sistema, aunque en la práctica sea otra la realidad.
Otros que dejaron vencer su fecha de estadía autorizada, solicitan al Fisco, un número para reportar "taxes" o impuestos, el cual suelen usar también como si fuera un número de seguro social para trabajar, pero dependiendo del lugar donde se solicite trabajo se les acepta o no, esto por que especialmente después del 11 de setiembre y con la ola de "seguridad nacional" que invadió a la antigua oficina de migración (INS por sus siglas en inglés), se hacen escaneos a empresas para asegurarse que solo empleados que sean personas documentadas y autorizadas para laborar y residir en Estados Unidos trabajen en empresas, aquellos empleadores que tienen trabajando indocumentados están sujetos a fuertes sanciones monetarias y suspensiones de permisos y licencias en los casos más drásticos.
Sin duda alguna, el papel de la tecnología tiene un peso preponderante en cuanto a la creación, establecimiento, fortalecimiento y perpetuación de los lazos interpersonales e inter e intra grupales en los campos transnacionalizados en los que se movilizan el grupo de costarricenses en relación con Costa Rica.
El uso de Internet se encuentra generalizado en la población costarricense, en su mayoría lo emplea en el trabajo, la casa o la biblioteca, lo cual permite acceder a una serie de "ciberespacios" que permiten estar actualizados en el devenir de Costa Rica, sus familias, amigos, excompañeros de trabajo, novias o novios, clientes, socios, etc., el empleo de Chats o "cuartos de conversación", en programas como Mirc, que permiten conversaciones escritas interactivas en tiempo real en ciberlugares denominados Costa Rica o Tiquicia, el Messenger de Yahoo y Hotmail son de los mas populares, aquellas personas adscritas a los mismos si se encuentran conectada en la Internet y otros usuarios conocidos también lo están aparece en la pantalla la información y así pueden comunicarse en ese momento, incluso si ambos usuarios de computadora poseen Web cams, o sea cámaras de video caseras, pueden enviar imagen mientras escriben texto y si poseen tarjeta de sonido y micrófono pueden incluso mantener una conversación sin embargo esto no es lo mas usual, debido a la mala recepción a lo costoso del equipo, el sistema de 506.com que por la módica suma de 4 dólares mensuales, puede una persona desde cualquier punto del planeta enviarle a través de Internet un mensaje de texto a un celular en Costa Rica, o a través de correos electrónicos como Lycos se puede enviar gratuitamente mensajes de texto a celulares en los Estados Unidos, el acceso a las paginas web de los periódicos nacionales como Al Día, La Nación, La prensa Libre, La Extra, los servicios de correo electrónico gratuito, como Hot-mail, Yahoo, Lycos, Geomundos, entre muchísimos otros, la Pagina del gobierno costarricenes.cr, que permite acceder no sólo a correo electrónico gratuito si se es costarricense, sino también a servicios estatales, servicios bancarios "en línea", a través de Internet como es el Banco Nacional, Popular, Crédito Agrícola de Cartago, Bañes, etc., la oportunidad de escuchar en vivo Monumental, Sabrosa (emisoras de radio costarricenses), narrando un clásico la Liga-Saprissa, o poniendo "la canción más programada en la última hora" en Costa Rica, mientras se hace un gallo pinto en una cocina de la casa de los ticos en Palatine (suburbio de Chicago).
La creación de páginas web familiares, donde la boda que ocurrió hace tan sólo 4 horas en el Juzgado de Cook County es plasmada en Internet a través de fotografías y video digitales, para que la abuela y primas en Cariari de Limón puedan ver de que color fueron las flores y el maquillaje de la novia o como la sobrina que cumplió 15 años y lo celebró en el Hotel Corobicí lució sus frenillos en aquella fiesta, aunque el tío se encontrara en un café Internet al sur de Chicago.
Claro no hay que dejar de lado los medios tradicionales, como el teléfono, que con la compra de tarjetas prepagadas de 5 y 10 dólares, los ticos en Chicago, pueden comunicarse hasta por una y dos horas respectivamente, con sus seres queridos en Costa Rica, las cartas por correo postal, las visitas semestrales a Costa Rica por avión, vía Taca (con vuelo directo desde el aeropuerto O’Hare hasta el Juan Santa María, 3 veces a la semana, además tiene 21 vuelos diarios de Estados Unidos a El Salvador, en donde más del 70% de sus viajeros son Centroamericanos (Paredes,2003)), para celebrar el aniversario de casados de los papás, la Semana Santa en Conchal o la boda de la prima Julia, el envío de dinero a través de entidades como Money Gram y Western Unión una vez al mes, (lo cual incluye a los ticos en el tan estudiado fenómeno de las remesas: "Las transferencias de remesas también representan una fuente importante de ingreso. Los negocios de remesas, tanto formales como informales constituyen cerca de un 60% del negocio total remesador en América Latina, y en algunos países hasta mas alto"). (Paredes, 2003), o para ocasiones como: cumpleaños, graduaciones o matrimonios, el envío desde cocinas, refrigeradoras, computadoras, hasta paños, cremas reductoras de celulitis, maquillaje, lociones, perfumes victoria secret a través de empresas como Transportes Costa Rica, que cobra desde 150 por cajas medianas hasta 2000 dólares por envió de automóviles y opera en todo el medio oeste de los Estados Unidos, con homólogos en California, Nueva Orleáns y Miami.
Nacimientos, muertes, goles, compra de casas, la noticia de que se encontró empleo o que por fin ya entiende el chiste que el jefe gringo le cuenta en "los breaks", carros nuevos, Firulais el nuevo miembro de la familia, la primera nevada, la Torre Sears, El Lago Michigan, Las fiestas de Zapote, El Taste of Chicago, graduaciones, propuestas de matrimonio, relaciones sexuales, rompimientos, silencios, llantos, la inundación que dejó toda la casa llena de barro, el nuevo Terra Mall, Guerni Mills, otoño en la fuente Baugkingham, paseo a Tapantí bajo el aguacero de un octubre, la ultima fractura de la abuela, la noticia de que ya empecé a jalar con un afgano que no entiende nada de lo que le digo o que ya se comer comida china con palitos al mejor estilo de China Town, aprendí a insultar en polaco y discutir a lo potorro, que los huecos en las calles son mas grandes toda esta galería de lugares y vivencias se intercambian, se entretejen en el colectivo de vivencias de migrantes y no migrantes gracias a la tecnología, volviendo dos espacios físicos distintos en una sola área de convivencia común, en un espacio transnacionalizado.
Un rasgo que hay que señalar a la hora de tratar el tema de identidad en Chicago es el siguiente: "Segregation by race is a way of life". (Earls, 2003), es decir "segregación por raza es un estilo de vida", refiriéndose a Chicago. Esto es especialmente importante y delicado y es una realidad con la que se vive y se convive, día con día, hasta volverse "natural", cuando se es parte de la ciudad de los vientos, permea todas las capas sociales, todos los espacios de interacción, sin distingo de grupos etáreos, sexo o afinidad biológica, preferencia sexual o religiosa, los recién llegados al principio no lo notan pero es el convivio con los otros, lo que les va enseñando "las reglas del juego", ya ser puriscaleño, liguista o saprissista pierde sentido, incluso el ser costarricense no tiene carga social en Chicago, es el ser "latino", una nueva identidad asignada por otros extraños que parecen conocer, con tal etiqueta, todo sobre el costarricense recién llegado, sólo por el hecho de hablar español, es así, de esta manera que "latino" se perfila en este contexto social como una nueva concepción que con el tiempo se va conociendo los alcances de tal palabra en el cotidiano, tanto a nivel positivo como negativo.
En Chicago ocurre el fenómeno dinámico del cambio identitario de los enclaves o barrios, por ejemplo vecindades típicamente mexicanas, van poblándose de puertorriqueños, lugares formalmente puertorriqueños van mexicanizándose, espacios anglosajones se van latinizando, incluso barrios típicamente latinos se anglosajonizan, las identidades cambian y vuelven a emerger en un juego continuo, constante e ininterrumpido en Chicago, pero esto no sólo ocurre a nivel espacial sino también personal y los costarricenses no escapan de este proceso.
A nivel legal, ciertos países latinoamericanos han aceptado el que sus ciudadanos puedan ostentar la doble ciudadanía y de esta manera promover desde la posición estatal, la construcción de identidades transnacionales, ciudadanías transfronterizas, avaladas por los propios gobiernos, tal es el caso de países como: México, Brasil, Guatemala, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua, Chile, Bolivia, Uruguay , Panamá, Perú y El Salvador. Sin embargo, muchos aunque tengan ambas nacionalidades, suelen ser identificados en Estados Unidos, no como estadounidenses per se, sino como mexico-americanos, cubano-americanos, chicanos, newricans, tico-americanos, su país de procedencia o el de sus padres siempre aflora en cuanto a situaciones identitarias y de identificación social se refiere.
Se crea una identidad dual, especialmente con aquellos que establecen domicilio en ambos países, los que van a trabajar por temporadas a Chicago, estos lapsos de estancia varían entre ser estacionales: primavera, verano y otoño, hasta quedarse por lapsos de dos años volver a Costa Rica por 6 a 9 meses y regresar otros 2 años. Este fenómeno provoca la difuminación de las fronteras políticas en los "costarricenses transnacionalizados" y comiencen a considerar,
La migración es movilidad, la movilidad implica cambio, y el cambio simplemente se manifiesta: en las palabras, el caminar, la vestimenta, etc., estos son símbolos que delatan las pequeñas metamorfosis que van sufriendo los ticos en Chicago, podría verse como nuevas mutaciones culturales, hibridaciones, emergiendo como nuevas minorías dentro de la gran minoría latina, "gangas", racialización e incluso identificaciones, estereotipos y pensamientos racistas que no se manejaban antes en Costa Rica, se empiezan a incorporar en la lógica de los costarricenses que radican después de un tiempo en Chicago, por ejemplo: que los afro americano son peligrosos, violentos, sucios, solo se dedican a traficar con drogas y prostituirse, los mexicanos son borrachos, ignorantes, pobres, sin modales y machistas, los polacos son estúpidos y mentirosos, etc.
La cultura latina en Estados Unidos tiene características y matices propios, no son estadounidenses, no son latinamericanos tampoco, tal cosa, el ser "latino", es una macro construcción para denominar los que vienen del sur o tienen ancestros latinoamericanos, pero dicha macro construcción conceptual pierde sentido en cada uno de nuestros países.
En Estados Unidos este concepto es poderoso, es un arma para atacar y un escudo para defenderse, al mismo tiempo, es una identidad propia, distinta delas que se pueden encontrar en los países de origen y en el país receptor, emerge como un discurso propio, con prácticas culturales que tratan de abrir paso en el universo multicultural que representa esta nación "anglosajona" .
Entre nacionalidades latinoamericanas se alimentan unas con otras, por ejemplo un tico expuesto por cierto periodo de tiempo al resto de latinoamericanos, termina por adquirir palabras, comidas, bebidas, tipo de bailes, expresiones propias de su alrededor y viceversa, se crea una nueva identidad multicultural. Esto ocurre a nivel micro y macro; micro, porque se comienza a adoptar la identidad "latina" entendida en el contexto estadounidense (se comen sopes mexicanos con gallo pinto, arepas colombianas con café Rey, se toma cucha guatemalteca con Cacique, se dice chingaos! en vez de que madre!, piraguas en vez de copos o se comen jibaritos con agua dulce, por citar sólo algunos ejemplos), a nivel macro se observa la influencia en el arte, la música, los programas de televisión, literatura, graffitis, en la ganguificación o pandillerificación de los más jóvenes, en el vocabulario en spanglish.
Una característica política que nos diferencia de hondureños, colombianos, guatemaltecos, nicaragüenses y salvadoreños, es que en el caso de estos últimos pueden aplicar a las cláusulas de refugiados políticos, prácticamente todos lo centroamericanos menos los ticos tienen alguna preferencia o cláusula en materia migratoria, que les accede a documentos de estadía autorizada en Estados Unidos, menos a los costarricenses, por tal motivo obtener papeles también se vuelve complicado para quienes están sumidos en la clandestinidad, ese mismo sentimiento de "orgullo de ser superiores", que ostentan la mayoría de costarricenses en Chicago, por venir de un país más desarrollado que los vecinos, "pacífico", sin ejército, por manejar un nivel de inglés aceptable o muy bueno, por tener estudios formales, una situación económica buena, etc, en comparación a otros centroamericanos, nos dificulta precisamente en la práctica la obtención de documentos, ya que no considera el gobierno estadounidense que necesitemos "ayuda" o trato especial, además no somos una masa numérica significativa como los mexicanos, que políticamente pueda presionar a cambiar las políticas migratorias, por tanto los costarricenses en Chicago, no entrarían en la amnistía para mexicanos, es decir para efectos legales dejan de ser "latinos", para convertirse en costarricenses y por consecuencia sin voz alguna que puedan representarles.
Existe una pugna entre los movimientos pro de la diversidad cultural (quienes han luchado por los derechos civiles y el pluralismo cultural, han logrado importantes beneficios en materia legal, política en pro de las "minorías") y aquellos que apoyan la posición de "english only", desde la más moderada hasta la más extrema como el KKK, etc.; que temen una latinización en específico y una extrangerización en general de los espacios "típicamente estadounidenses", aunque tal cuestión no esté claramente definido ni siquiera para los mismos estadounidenses, quienes desde sus inicios son un crisol de culturas.
Entre esta guerra franca y cotidiana de posiciones, se encuentran los costarricenses que viven en Chicago en particular y los migrantes en general en los Estados Unidos, tal pugna se traduce en una dificultad para una identificación completa con la sociedad americana y contribuyen a reafirmar la originaria en muchos casos. Sufrir discriminación y segregación como miembros de una minoría étnica y como inmigrantes, además de en muchos casos indocumentados, lleva a procesos reactivos en los que la lengua y la cultura de procedencia en este caso la tica se convierten en símbolos de orgullo frente a la amenaza externa; es lo que Portes y Rumbaut (1996; 2001) denominan etnicidad reactiva.(tomado de Paral, 2003)
Otro caso interesante dentro del universo de los ticos en Chicago, es de aquellos ticos afro-costarricenses, quienes se encuentran en una posición si bien aventajada en el sentido de su dominio en el inglés, dicho inglés, para los estadounidenses "tiene acento", lo cual los expone a la estructura racial tan fuerte que se maneja en este país, que a su vez es contraria a nuestra tradición de mestizaje que por siglos a caracterizado a América Latina, entonces esta población se exponen no sólo a su condición de latino, sino también de "negro", situación que los pone en una posición de doble segregación, discriminación y estereotipación y una doble lucha con la sociedad que los ve desarrollarse, adquiriendo una nueva identidad que no poseían en Latinoamérica, cargando con un pasado y luchas que no habían sido suyas, se vuelven afroamericanos de la noche a la mañana, sin ser aceptados tampoco en este grupo, porque los perciben como "africanos", cuando en realidad son afrolatinoamericanos y más específico afrocostarricenses.
Pero esta dificultad para identificarse, con lo que aparentemente los estadounidenses asumen que el inmigrante es, no sólo les ocurre a los afrocostarricenses, también a los costarricenses de tez un poco más clara se enfrentan a la situación de no encajar en la idea de "latino", que se maneja en Chicago, ya que no se es mexicano, no se pasó de mojado por el río Bravo, ni se es analfabeta o se proviene de Puerto Rico, muchos se consideran así mismos "migrantes de cuello blanco" por la formación educativa que tienen, pero este calificativo en Chicago se aplica a indios, alemanes, franceses, japoneses, principalmente, en resumen se es tico y simplemente en Chicago ese concepto no existe, se cambia por latino, con todo lo positivo y negativo que el termino conlleva.
Para nadie es un secreto que los Estados Unidos es una tierra de contrastes, manejando la famosa teoría del "melting pot", donde todo inmigrante es capaz de lograr de una u otra manera, mezclarse en el crisol de culturas y volverse "americano", los Estados Unidos se yergue como un mundo de ironías y contrastes, un Bush hablando un accidentado español, y políticas discriminatorias o políticos conservadores que están en contra de darle a indocumentados licencias de conducir, pero las papeletas electorales debían estar en español, poderosos lobbies conservadores, que promueven medidas anti-inmigrantes, ostentan el estandarte del ‘English only’ y llaman a la americanización ante el crisol cultural que se da en Estados Unidos, como si fuera un evento histórico nunca antes visto en sus anales.
Pero en realidad, la migración a los Estados Unidos, es añeja y responde a un proceso de transnacionalización y globalización, más amplio y extendido en el mundo entero, la paradoja es considerada como un proceso típico de aculturación, definido como un proceso de acomodo, a la cultura hospedera mientras se crean y/o mantienen lazos, hábitos y tradiciones de la cultura de origen.
Lograr establecer un rol social, llevar a los chicos al colegio o escuela, ahorrar dinero, enviarle a los familiares al país de origen, comprar una casa, un automóvil, lograr un retiro seguro, estos son algunos de los muchos incentivos que motivan a los migrantes costarricenses en Chicago.
Los espacios transnacionalizados, también son "espacios de vida" (Tarrius, 1992, tomado de Mendoza, 2003) que permiten una comunión entre la cultura receptora y la de origen, ya que facilitan la conservación de la lengua y otras pautas culturales al conformar un espacio en el que constituyen lo habitual. Así mismo, según se acumulan entidades culturales que hablan de una presencia específica –comercios, asociaciones, restaurantes, centros de reunión, etc.–, dicha zona se constituye en un marco espacial que se identifica con el mismo – frente a los otros– y le dota de un cierto territorio, lo que añade el nivel simbólico, una dimensión que acaba tomando forma. (Criado, 2003).
El transnacionalismo puede verse como un fenómeno global, multidimensional (en el ámbito psicológico, económico, cultural, político, social, religioso, etc.), donde se toma en cuenta tanto la globalización como la incertidumbre económica que facilita la construcción de redes en todo el mundo.
El concepto de los espacios sociales transnacionales, busca reconocer las prácticas que conectan los mundos de los migrantes y de los que permanecen en el país de origen, así como las instituciones que los conectan. En estos espacios se construyen lazos que cruzan las fronteras políticas al mantener múltiples relaciones políticas, familiares, económicas, sociales, religiosas y culturales. Al mismo tiempo, estas permiten el movimiento de bienes, ideas e información (FAIST, 2000).
Tales nociones son perfectamente aplicables al caso de las comunidades costarricenses en Estados Unidos y en particular la asentada en Chicago, pueden considerarse como sociedades transnacionales, ya que no dejan morir los lazos con Costa Rica, viven en Chicago pero interactúan con las realidades de Costa Rica, física, emocional, social y económicamente, como se evidenció en páginas anteriores.
Al respecto, Portes y Pries, realizan observaciones interesantes: "Estas relaciones se sostienen mediante el traslado físico continuo de los individuos entre sus áreas de origen y de destino; sin embargo, no todos los inmigrantes son transmigrantes; sólo lo son aquellos inmigrantes que llevan una vida doble: comparten dos culturas, tiene hogares en dos países y construye su vida por medio de intercambios continuos a través de fronteras nacionales. Las actividades en los espacios transnacionales comprenden una enorme gama de iniciativas políticas económicas y culturales, que van desde negocios informales de exportación e importación, hasta campañas realizadas por políticos o movimientos sociales de la comunidad de origen para lograr apoyo entre los residentes en el país de acogida". (PRIES, 1999; PORTES, 2001, tomado de Narváez, 2003).
El transnacionalismo es la capacidad de una persona de vivir en dos sociedades al mismo tiempo, la de origen y la receptora, a partir del incremento de la movilidad mundial y expansión de las comunicaciones. Lo anterior, por definición, crea un nuevo espacio de socialización para los migrantes internacionales que ha conducido a la creación de espacios transnacionales de participación económica, política y socio-cultural, por lo que a algunos especialistas afirman que ello demuestra el surgimiento de fenómenos post-nacionales (Kastoryano, 2000 tomado de Rodríguez y Valido, 2003)
Cabe destacar la importancia de las redes sociales, en este caso transnacionales, siendo una dinámica de intercambio simbólico y material, como elemento aglutinante que da forma a los espacios transnacionales (es decir lugares, no lugar, territorios sin límites políticos definidos, con fronteras difusas, que a su vez inciden en la conformación de identidades transnacionales (mosaicos culturales), no necesariamente binacionales, que determinan la vida diaria, su devenir, y van más allá de sociedades nacionales, en el caso de la comunidad costarricense en Chicago, lo anterior se evidenció en el caso de los ticos… la literatura sociodemográfica sobre migraciones ha demostrado que la consolidación y afianzamiento de las redes sociales entre migrantes, ex-migrantes y no migrantes entre áreas expulsoras y receptoras es fundamental para entender la continuidad y expansión del flujo migratorio en las regiones de origen (Massey, 1990, Massey et al. 1991).
La unidad básica del análisis de la migración internacional será entonces el conjunto de intercambios que ocurren a través de las fronteras y el espacio social que tales intercambios crean. Los cuales no sólo incluyen a las transacciones de negocios como lo dicta Portes, sino son intercambios más amplios que van encaminados a al reproducción social cotidiana, siendo la comunidad transnacional, un ente que no sólo se localiza en el país de origen o en el de recepción, sino que existe más allá de estos dos. Podría decirse que la red surge, como respuesta a condiciones de exclusión, de falta de recursos económicos, discriminación, segregación, racismo. Son la alternativa de organización que ayudará a superar a través de lazos sólidos, toda situación adversa que se presente, tanto en el origen como en el destino. Dichas redes, a pesar de ser parte antigua de los procesos migratorios adquieren nuevo sentido en el contexto transnacional, ya que gracias a nuevos elementos se ha logrado su sofisticación, como lo es el uso de tecnologías de información y comunicación, así como una red de transporte internacional, que permite un contacto más próximo entre comunidades origen y destino. Dichos elementos han logrado un mayor intercambio de recursos entre las comunidades dando origen por ejemplo a nuevos negocios transnacionales, o simplemente facilitando la reproducción material y cultural de la comunidad transnacional. (Narváez, 2003)
Finalmente, a pesar de los esfuerzos del gobierno estadounidense por querer cerrar las fronteras a la migración internacional, no lo han logrado, y recordemos que en el artículo 13, la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de la ONU, que tiene fuerza vinculante para los Estados firmantes, habla sobre el libre movimiento internacional de personas tales como: el derecho a la libre circulación, a emigrar, al retorno y a escoger residencia en cualquier país del mundo.
Los ticos en Chicago hacen uso de ese derecho de elegir no sólo un país de residencia, sino una zona de vivencia, en este caso Costa Rica-Chicago, fenómeno que con los procesos globalizantes se vuelve más claro.
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Lic. Désirée Mora Cruz
Antropóloga Social
Universidad de Costa Rica