La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 9)
Enviado por Ricardo Lomoro
Esta tendencia parece que va más allá de constituir una moda pasajera. En tan sólo dos años el número de hedge funds en Europa bajo el paraguas UCIT III ha pasado de cero a 200 y la industria espera un crecimiento de los activos bajo gestión hasta los 8.000 millones de euros en 2012.
Los expertos señalan que esta tendencia abrirá el mundo de la gestión alternativa a los inversores minoristas. No obstante, también advierten que a cambio de mayor regulación y transparencia, el ahorrador deberá renunciar en estos hedge funds descafeinados a una parte de la rentabilidad potencial de los hedge funds originales.
Ander López, responsable de gestión alternativa de Lyxor AM, cree que estos nuevos fondos reúnen una serie de ventajas como disfrutar de un entorno regulado con un formato conocido, mejores condiciones de liquidez, mayor transparencia y una percepción de mayor calidad. Entre las desventajas, López apunta que apenas hay patrimonio, que de momento el número de productos aún es limitado, que no cuentan con un historial de rentabilidad y que existe una falsa percepción de mayor seguridad. "La gente cree que el sello UCIT III mitiga los posibles fraudes. Eso no es así. Algunos fondos de Madoff eran productos regulados. Lo que te puede proporcionar seguridad no es que el fondo sea UCIT sino que tenga detrás una gestora seria y solvente", avisa.
En su teoría de la evolución, Darwin señalaba que para sobrevivir muchas especies tenían que renunciar a algunas de sus características. En el caso de los fondos especulativos, abrazar la fe de los productos regulados les supone desprenderse de sus estrategias ilíquidas o apalancadas, circunstancia que sin duda limitará su rendimiento. Entre los hedge funds con formato UCIT III que se ha lanzado las estrategias más utilizadas son las conocidas como long-short que consiste en ponerse largo -comprar- en determinados activos y cortos -vender- en otros- y las CTA -rastrean tendencias utilizando patrones cuantitativos-.
"El paso de gestionar un hedge fund a gestionar con las limitaciones de la normativa comunitaria no es sencillo. A la hora de comprar un producto el partícipe debe comparar sólo aquello que es comparable", aconseja Javier Ruiz, responsable de Dexia AM para España y Portugal.
Valórica, una de las gestoras españolas de fondos de inversión libre (como se conoce en nuestro país a los hedge funds) con mejor historial, ha registrado varios fondos UCIT en Irlanda. "Nuestros hedge son muy líquidos por lo que la transición al mundo regulado no nos ha costado mucho. Creo que hay mercado para ambos productos. Los fondos de inversión libre quedarán más para los inversores cualificados mientras que los fondos UCIT III ocuparán el lugar de los fondos de fondos de inversión libre", explica Víctor Manuel García Romero, director general de Valórica.
Otra gestora que apuesta por los hedge bajo formato UCIT III es
Schroders. Ha creado la plataforma GAIA que albergará fondos de gestión alternativa de firmas especializadas. De momento, cuenta con el fondo Egerton European Equity. "Tratamos de dar respuesta a las peticiones de los clientes. Desde 2008 éstos quieren productos transparentes que pueden utilizar estrategias distintas de las tradicionales pero ofreciendo la misma seguridad", señala Carla Bergareche, subdirectora de Schroders España y Portugal…
"El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, ha señalado al semanario Welt am Sonntag que la zona del euro necesita una institución con la experiencia y la autoridad del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, el ministro descartó que la alianza monetaria pueda aceptar ayuda del FMI más allá de la asistencia técnica. Schaeuble considera que "la eurozona apunta a resolver sus problemas por su cuenta", y pidió reforzar la cooperación entre los 16 países"… Alemania propone crear un FMI europeo (Cinco Días – 8/3/10)
"Estamos trabajando muy estrechamente con Alemania, Francia y otros países de la UE (…) y la Comisión está preparada para proponer un instrumento europeo del estilo del Fondo Monetario Internacional (FMI) que sería apoyado por los Estados de la UE. Pero la ayuda proveniente de este fondo se vincularía a condiciones estrictas", ha asegurado este fin de semana el liberal finlandés Olli Rehn, a través de un artículo firmado este lunes 8 de marzo en el rotativo alemán Financial Times Deutschland"… Bruselas confirma que trabaja en la creación de un Fondo Monetario Europeo (El Economista – 8/3/10)
El Financial Times, en su edición británica, adelantó ayer la noticia a última hora, y añadió que la intención es crear las normas y las herramientas para evitar que los problemas de endeudamiento de un miembro provoquen la inestabilidad del conjunto de la Eurozona.
El primero en hablar de manera pública y abierta en defensa de esta posibilidad este fin de semana fue Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas.
"Esta idea sólo es un parte de lo que se está discutiendo", aseguraron a elEconomista fuentes de la Comisión Europea. Bruselas insiste en que no se trata sólo de intervenir a posteriori para resolver crisis como la griega si finalmente el Estado heleno quebrara, sino también de prevenir a priori estas situaciones vía la coordinación de las políticas presupuestarias y macroeconómicas de los Gobiernos europeos.
El mayor cambio desde la entrada del euro
En Francia, el ex primer ministro conservador Edouard Balladur, una personalidad muy cercana al presidente galo Nicolas Sarkozy, ha propuesto que los Gobiernos de la zona euro sometan sus planes presupuestarios al Eurogrupo -la reunión de los 16 ministros de Economía y Finanzas de la zona euro- antes de presentarlos ante sus propios parlamentos nacionales. La propuesta pone en cuestión la soberanía de los Estados sobre sus presupuestos, y el control parlamentario.
Schäuble, en declaraciones al diario Welt am Sonntag, explicó respecto al Fondo Monetario Europeo que "no estamos planeando un competidor del FMI… pero necesitamos una institución para el equilibrio interno de la Eurozona que tenga a su disposición tanto la experiencia del FMI como mecanismos de intervención comparables".
Según el FT, el plan incluiría capacidad para sancionar duramente a los países de la Eurozona que no controlaran el déficit público o tuvieran una deuda excesiva. Entre las ideas propuestas estarían desde quitar fondos de cohesión, retirar temporalmente la capacidad de voto en las reuniones ministeriales o incluso suspenderles de la Eurozona.
Si se llega a un acuerdo en los términos que se está negociando, supondría la mayor reforma de la zona euro desde que se estableció la moneda única, según el diario británico.
"El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Jürgen Stark, rechaza categóricamente la propuesta de creación de Fondo Monetario Europeo que expondrán próximamente Francia y Alemania a sus socios comunitarios"… El economista jefe del BCE rechaza la creación de un Fondo Monetario Europeo (Expansión – 8/3/10)
En declaraciones que publica mañana el diario "Handelsblatt", Stark opinó que un Fondo Monetario Europeo sería incompatible con la Unión Monetaria, crearía un estímulo falso y dañaría los países con finanzas públicas sólidas.
Un Fondo Monetario Europeo "minaría la aceptación pública del euro y de la Unión Europea", advirtió Stark, miembro del comité ejecutivo del BCE.
Según medios de comunicación alemanes, el titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble, está elaborando junto con Francia propuestas concretas para crear un Fondo Monetario Europeo cuyo objetivo sería evitar en el futuro crisis como la actual de Grecia.
Un portavoz del Ministerio alemán de Finanzas informó hoy de que el ministro presentará "próximamente" sus ideas, que pretende coordinar sobre todo con Francia, "el principal socio en la UE".
La misma fuente subrayó que la idea de Schäuble es crear una institución con la experiencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y con una capacidad de actuación analógica.
– Un FMI para la eurozona (Expansión – 8/3/10)
(Por Lex – Financial Times) Lectura recomendada
La creación de un Fondo Monetario Europeo (FME) sería una solución para la próxima crisis de deuda de la eurozona, no a los actuales problemas de Grecia. Pero es un proyecto que merece la pena desarrollar -sobre todo porque, si se diseña de forma adecuada, una institución como esta podría ayudar a prevenir futuras crisis-.
Los problemas de Grecia han puesto de relieve no sólo la ausencia de mecanismos para abordar la situación de un miembro de la eurozona en riesgo de impago, sino también el fracaso del pacto de estabilidad a la hora de poner freno a la deuda y el déficit.
El Centro de Estudios de Política Europea propone un FME modelado sobre el esquema del Fondo Monetario Internacional, que inicialmente obtendría financiación de los mercados financieros. A partir de ahí, sólo los países que excedieran los límites fiscales de Maastricht realizarían aportaciones, lo que sería un importante motivo para hacer respetar las reglas fiscales. También seguiría siendo coherente con la "prohibición de rescates" del Tratado de Maastricht -ya que los estados que recibieran en última instancia los fondos del FME estarían recuperando el dinero que habían entregado-.
Lejos de generar riesgo moral, podría reducirlo -estableciendo procedimientos metódicos para gestionar un impago soberano europeo, "un Capítulo 11 soberano"-. Ningún estado miembro podría entonces tomar como rehenes a otros países amenazando con desencadenar una crisis sistémica de negársele la ayuda financiera.
¿Es posible un proyecto así desde el punto de vista político? En teoría, podría lograrse mediante el Procedimiento de Cooperación Mejorada, que permite a nueve o más estados miembros de la UE cooperar más estrechamente en determinadas áreas políticas. Ahora que Alemania, y también Francia, respaldan el mecanismo del FME, a los estados más pequeños de la eurozona no les quedaría otra opción que aceptar políticas y multas económicas más fuertes.
Sin embargo, los estados que no son miembros del euro podrían insistir en que ese proyecto debe basarse en cambios en el tratado de la UE, algo que podría ser imposible de aceptar. Los líderes europeos afrontarían entonces un dilema. Si intentan, y no consiguen, crear un FME, podrían dañar aquello que intentan mejorar -la credibilidad del proyecto del euro-.
– La dinámica franco-alemana convierte al FME en un objetivo lejano (Expansión – 9/3/10)
(Por Quentin Peel) Lectura recomendada
Que un ministro de Finanzas alemán refrendara en público la idea de un Fondo Monetario Europeo (FME) con recursos para rescatar a los miembros de la eurozona con problemas financieros resulta bastante sorprendente. Parece atentar -o al menos modificar- contra las reglas básicas alemanas que prohíben los rescates y muestran tolerancia cero a una disciplina financiera poco estricta dentro de la eurozona.
Sin duda, la idea sugerida este fin de semana por Wolfgang Schäuble es un arma de doble filo. Daría a ese fondo las mismas herramientas para imponer condiciones e intervenir en las políticas fiscales de los países de las que dispone el Fondo Monetario Internacional. Desde el punto de vista alemán, sería su principal propósito.
Pero igual de sorprendente resulta el hecho de que la iniciativa, que incluye la promesa de otras medidas sin especificar para reforzar la coordinación política en la eurozona, haya surgido antes de Berlín que de París.
Normalmente, las propuestas más espectaculares en la UE son una prerrogativa francesa. La tradición alemana es mucho más prudente. Las "huidas hacia adelante" francesas provocan irritación. Pero, en general, sólo si Berlín apoya la idea se alcanza alguna solución.
Al final, las grandes iniciativas europeas raramente se aprueban a menos que los dos mayores estados fundadores entierren sus diferencias y lleguen a un acuerdo. Eso era sin duda lo que sucedía cuando el club europeo contaba con menos miembros. En una UE ampliada, la cooperación franco-alemana es una condición necesaria, aunque no siempre suficiente, para el progreso.
Aquellos fuera del círculo mágico -especialmente en Reino Unido- desconfían con frecuencia de la estrecha relación entre Berlín y París. Tradicionalmente se los ha considerado empeñados en la integración europea, como en los días de Helmut Kohl y François Mitterrand. La tendencia británica a hablar de un "eje franco-alemán" -una frase muy ofensiva en Alemania por recordar el eje germano-italo-japonés de la Segunda Guerra Mundial, de infausto recuerdo- pone de relieve la instintiva hostilidad, al menos en Londres.
La realidad es mucho más compleja, ya que en la mayoría de las ocasiones París y Berlín muestran posturas distintas. De seguir así, no habrá posibilidad de acuerdo en Bruselas.
Ese es el caso en el área fundamental de la política económica -y especialmente de la política fiscal– de la eurozona. Francia siempre ha expuesto que los ministros de Finanzas que se sientan en el Ecofin, y en el eurogrupo de miembros de la eurozona, deberían tener mayores poderes para coordinar la política. Alemania ha considerado tradicionalmente esta idea como una estrategia para reducir la independencia del Banco Central Europeo (BCE) y, potencialmente, no sólo para interferir en las políticas presupuestarias de los estados miembros endeudados, sino también para obligar a los defensores de una firme disciplina presupuestaria -tal y como se considera a sí misma Alemania- a relajar y expandir la demanda doméstica a través del Tesoro.
La pregunta ahora es si los dos pueden encontrar intereses comunes para diseñar un paquete de medidas, inspirado por la crisis griega (aunque no se acordarían a tiempo para ayudar a Atenas).
La entrevista a Schäuble en un dominical alemán ha provocado un gran revuelo. Parece ser que fue aprobada por Angela Merkel, la canciller, pero no se comunicó a París. Por este motivo, el lunes las autoridades de Berlín trataron por todos los medios de hacer hincapié en que "tenemos que consultar a nuestros socios, y en especial a París".
A primer vista, Schäuble y Merkel han hecho un gran avance para cumplir el deseo francés de crear algún tipo de "gobierno económico" para la eurozona. Merkel incluso ha usado esa frase -aunque deliberadamente al referirse a los 27 estados miembros, y no sólo a los 16 miembros de la eurozona-.
Sin embargo, es probable que las propuestas alemanas se centren principalmente en la disciplina presupuestaria y que incluyan severas reglas y multas para aquellos que infrinjan las "normas de Maastricht", fijando un techo del 3% del PIB para los déficit presupuestarios, y un límite sobre los préstamos gubernamentales del 60%. No habrá nada en el paquete que pudiera fomentar la negligencia fiscal, sobre todo no por parte de Berlín.
Al hacer pública la idea del FME, es posible que Schäble intente poner en evidencia a París. No parece haber analizado cómo podría crearse sin una nueva negociación del tratado de la UE -algo que otros estados miembros contemplarían con pavor, teniendo en cuenta su experiencia con el tratado de Lisboa-.
Así que el resultado final quedará determinado por lo que pueda hacerse sin un cambio en el tratado, y conseguirse con París y Berlín del mismo lado. Sin duda llevará tiempo.
(The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved)
"Un movimiento para prohibir el uso de seguros contra cesaciones de pagos (CDS, por sus siglas en inglés), uno de los instrumentos predilectos de los inversionistas para especular contra la deuda de empresas y gobiernos, cobra nuevos bríos en Europa"… Europa quiere bajar el calibre de un arma financiera clave: los CDS (The Wall Street Journal – 10/3/10)
La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó el martes (9/3) que su gobierno respalda una iniciativa para limitar el mercado de CDS, junto con Francia, Grecia y Luxemburgo, y sugirió que Europa actuaría por cuenta propia si EEUU no estaba de acuerdo con la medida.
José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, indicó que la entidad analizará la posibilidad de prohibir por completo el corretaje "puramente especulativo" de estos derivados.
Los comentarios de Merkel y Barroso constituyen la postura más radical hasta ahora contra los CDS y alimentaron el debate sobre su papel en las dificultades financieras por las que han atravesado varios países europeos.
Por su parte, Gary Gensler, presidente de la Commodity Futures Trading Commission de EEUU manifestó en un discurso cuyo texto fue divulgado el martes (9/3) que EEUU podría adoptar normas para regular la transacción de CDS, a los que se considera uno de los principales culpables del virtual colapso de la aseguradora American Internationl Group Inc. (AIG), que tuvo que ser rescatada por el gobierno en medio de la crisis financiera en 2008. Gensler, no obstante, no indicó que EEUU estuviera dispuesto a prohibir los usos más especulativos de estos instrumentos.
Los CDS protegen contra la cesación en el pago de un bono. Si eso ocurre, el tenedor de un CDS recibe un pago por parte del vendedor del seguro. Pero los corredores no necesitan poseer los bonos para comprar la protección.
Cuando se deterioró la situación fiscal de Grecia y otros países europeos, como España y Portugal, los precios de los CDS que protegían contra una cesación de pagos de esos países se fueron a las nubes y los políticos lanzaron sus dardos contra los fondos de cobertura y otros inversionistas que se beneficiaban del derrumbe en los precios de los bonos.
Un estudio divulgado el lunes (8/3) por Bafin, el regulador financiero de Alemania, no halló evidencia de que CDS hayan sido usados para especular contra la deuda soberana griega.
El estudio mostró que el volumen neto circulante de CDS ligados a la deuda soberana de Grecia bordea los US$ 9.000 millones, cifra que no registra grandes variaciones desde enero. Esto se compara con una deuda total del gobierno griego de alrededor de US$ 400.000 millones. "Los datos del mercado no muestran una especulación masiva en los CDS", concluyó el regulador.
¿Manos a la obra?
La prohibición que se evalúa en Europa les permitiría a los inversionistas usar CDS para protegerse contra posibles cesaciones de pagos de deuda soberana, pero les impediría adoptar posturas puramente especulativas. "Es difícil justificar por qué los jugadores del mercado deberían comprar seguros contra riesgos a los que no están expuestos", manifestó Barroso.
Los líderes europeos alentaron el martes (9/3) el emprendimiento de medidas globales de EEUU y otros países pero dejaron en claro que no esperarían a que se produjeran antes de actuar. "Es importante que esto también se haga del lado estadounidense, pero creemos que un paso adelante de nuestro lado, de la Unión Europea, nos ayudaría", afirmó Merkel.
Los contratos de CDS han sido el blanco de duras críticas debido a su presencia en numerosas crisis financieras. Aparte del caso de AIG, algunos señalan que los inversionistas compraron estos instrumentos para atacar a Lehman Brothers y Bear Stearns en 2008. Lehman se declaró en bancarrota y Bear Stearns fue adquirida por J.P. Morgan Chase.
El mercado experimentó un auge. Hace siete años, los contratos de CDS ascendían a los US$ 3 billones (millones de millones); hoy la cifra supera los US$ 25 billones, según la Asociación Internacional de Seguros y Derivados. Debido a la escasa información disponible sobre quién compra y vende estos instrumentos, que generalmente se negocian en forma privada fuera de una bolsa, es difícil monitorear quién corre el riesgo de perder cuantiosas sumas de dinero y quien estaría ejerciendo presión contra la deuda de un país o una empresa.
Estos contratos pueden ofrecer protección útil para las distintas partes involucradas. Como tal, cualquier intento de restringirlos puede provocar una serie de consecuencias indeseadas, como un mayor riesgo para el sistema financiero y costos más altos de financiamiento para una variedad de países y empresas, advierten algunos observadores.
Restringir el uso de los CDS podría aumentar los costos de endeudamiento de varios países si los inversionistas sienten que tienen menos formas de protegerse contra un descenso en los precios de los bonos.
Se espera que el tema sea analizado en una reunión de ministros de Finanzas de la UE que tendrá lugar la tercera semana de marzo en Bruselas. Cualquier ley para restringir el uso de CDS debe atravesar los procedimientos a menudo intrincados de la UE y funcionarios de la comisión afirmaron que los abogados analizan la legalidad de una prohibición total.
"La Comisión Europea sopesa prohibir las operaciones financieras utilizadas para especular contra la deuda de un país por considerar que han sido un "factor agravante" en la crisis de Grecia, según anunció este martes ante el pleno de la Eurocámara el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso"… La UE sopesa prohibir las operaciones financieras para especular contra la deuda (Negocios.es – 9/3/10)
En concreto, el Ejecutivo comunitario se plantea declarar ilegales las operaciones al descubierto con seguros contra el impago de la deuda de un país (credit default swaps o CDS, por sus siglas en inglés). En este tipo de operaciones, los agentes adquieren seguros para cubrir unos bonos soberanos que no poseen y los utilizan para apostar por la quiebra del país en cuestión.
"La Comisión examinará atentamente la pertinencia de prohibir las ventas al descubierto puramente especulativas de CDS de deuda soberana", anunció Durao Barroso a los eurodiputados. Además, el Ejecutivo comunitario buscará una "coordinación internacional" sobre esta prohibición en el G-20 porque "estos mercados son tan móviles como opacos".
El presidente de la Comisión abogó también por "realizar un análisis en profundidad sobre los mercados de CDS para determinar mejor cómo funcionan y si realizan prácticas cuestionables". Bruselas tiene previsto presentar antes de verano una propuesta para regular por ley el mercado de derivados con el objetivo de aumentar la transparencia y limitar los riesgos.
"Si bien es cierto que los actuales problemas en Grecia no los causó la especulación en los mercados financieros, también es verdad que esta especulación fue un factor agravante", dijo Barroso.
Rescate de Grecia
El presidente de la Comisión reiteró que "Grecia ha tomado las medidas necesarias para reducir su déficit público este año" y alejar el riesgo de quiebra. Pero al mismo tiempo insistió en que la UE está haciendo lo necesario para "garantizar la estabilidad financiera de la eurozona en su conjunto".
"La Comisión ha trabajado activamente con los Estados miembros de la eurozona para diseñar un mecanismo que Grecia podría usar en caso de necesidad. Este mecanismo se ajustará al actual Tratado de Lisboa, en particular a la cláusula que impide un rescate (en la eurozona). E incluirá duras condiciones", anunció Barroso sin dar ningún detalle más.
Se refirió también a la creación de un Fondo Monetario Europeo que pueda rescatar en el futuro a países amenazados por una crisis de endeudamiento como la de Grecia. "La Comisión está dispuesta a proponer un marco europeo para una asistencia coordinada, que requeriría el apoyo de los países de la eurozona", dijo.
Además, el Ejecutivo comunitario presentará iniciativas con las que "reforzar la cooperación económica y financiera". Barroso también dijo que son "evidentes" las diferencias entre Estados miembros y que Bruselas "respeta la diversidad" entre ellos, pero insistió en la necesidad de una "cooperación creciente". En su opinión, si se mantienen 27 políticas "independientes" no será posible afrontar los retos globales "en pie de igualdad" con actores como China o Estados Unidos.
– Dilema en la UE: ¿Es necesario un Fondo Monetario Europeo? (Libertad Digital – 10/3/10)
Desde que hace dos días apareciese la noticia de que Francia y Alemania estaban en conversaciones para crear un Fondo Monetario Europeo (FME), se han sucedido las reacciones, unas a favor y otras en contra. Pero, ¿cuáles son los argumentos de uno y otro lado?
(Por D. Soriano) Lectura recomendada
En una esquina de este hipotético ring económico están Ángela Merkel, Nicolás Sarkozy y las autoridades comunitarias. En la contraria, los responsables del Banco Central Europeo y del Bundesbank.
Y en medio, un puñado de economistas que discuten sobre los posibles beneficios de la institución, con argumentos que parecen contrarios pero que tienen en común un mismo aspecto: haya o no FME, hay que mejorar la credibilidad de la zona euro y el cumplimiento de las normas que afectan a los países miembros (y ésas debería ser la razón última de este nuevo invento).
A favor: tal y como explicaba Alberto Recarte (en Libertad Digital Televisión) un organismo de estas características podría ser beneficioso si impusiera disciplina a los países con unas cuentas menos sólidas de la zona euro. Los argumentos más importantes de los partidarios del FME son:
•El objetivo es ayudar a los países en situación comprometida, pero a cambio de que realicen reformas en profundidad y cambios estructurales.
•Ya se debía haber previsto en Maastricht: si se crea una moneda única, también es necesaria una institución de este tipo que imponga disciplina.
•Podría servir para avanzar hacia una unión económica completa.
•Se impondrían las medidas más ortodoxas, que serían de obligado cumplimiento para todos los países.
•Lanzaría el mensaje de que la eurozona es seria y mandaría un aviso a los que no están haciendo los deberes.
En contra: también el lunes, el profesor Barea, (en esRadio) se mostraba algo menos entusiasta ante la idea, y mostraba su miedo a que el FME supusiese una especie de segunda oportunidad para los países miembros y que los gobiernos irresponsables lo interpretasen como una red de seguridad en la que caer en el caso de que todo fuera mal. En este sentido, comparte los argumentos que llegan desde el BCE y que podrían resumirse en la siguiente lista:
•Podría ser el inicio de un desequilibrio financiero muy costoso, daría falsos incentivos para los países que quisieran saltarse los criterios de convergencia de la eurozona.
•Su coste recaería en los países cumplidores.
•Dañaría la credibilidad del euro en los mercados internacionales.
•Los gobiernos actuarían con menos cuidado, al saber que podrían ser rescatados.
•Los mercados podrían sobre-prestar a gobiernos insolventes a sabiendas de que el FME respondería en su nombre.
La tercera vía: sin embargo, el problema podría ser que hay otro camino, que ninguno de los economistas citados anteriormente defiende pero que podría estar detrás de las declaraciones de los políticos europeos; una perspectiva que atemorizaría tanto a los partidarios como a los detractores del FME puesto que cogería lo peor de sus planteamientos. Esta supuesta solución implica la creación de un organismo que salve a los gobiernos irresponsables a costa de los contribuyentes, pero no les imponga ninguna obligación.
Esta tercera opción sería el resultado más político pero menos económico… Y la pregunta que muchos se hacen es ¿en una de esas interminables reuniones bruselenses en busca de una foto de familia y un pacto de mínimos, cuál de las tres se impondrá?
– Largo me lo fiáis (Expansión – 11/3/10)
(Por Juan Pedro Marín Arrese) Lectura recomendada
La idea alemana de un Fondo Monetario Europeo, aderezado de una serie de condiciones de imposible cumplimiento, como la reforma de los Tratados o penalizaciones draconianas para los infractores, nace muerta, pero le permite sacudirse la creciente presión para extender cheques a los más necesitados.
Es un mensaje de "vuelva Usted mañana", o mejor dentro de unos años, cuando se produzca una nueva crisis sistémica, avisando a los socios europeos de que no cuenten con su dinero para resolver los problemas del presente.
Si se mira bien, un FME carece de razón de ser si, como se anuncia, viene acompañado de una batería de medidas preventivas para cumplir con los compromisos de estabilidad presupuestaria. ¿Si todos cumplen el Pacto, díganme para qué sirve un Fondo?
Se nos dice que estaría inspirado en el FMI, pero este último ejerce una función de último recurso ante la ausencia de mecanismos de disciplina para evitar que los países en uso de su soberanía se embarquen en aventuras que desembocan en crisis de balanza de pagos y de liquidez. La zona euro no requiere de tales muletas para asegurar la liquidez a sus socios, siempre que resulten solventes. Para ello se basta el BCE.
Si se persigue constituir un fondo de contingencia ante situaciones sistémicas excepcionales, bastaría con un acuerdo intergubernamental sin necesidad de institucionalizar un FME. Pero el riesgo de un acuerdo de esta naturaleza sería la evaporación de todo el sentido de la responsabilidad fiscal que debe presidir la eurozona.
Si existe la certeza de un rescate, se producirá una tendencia a la relajación en las costumbres presupuestarias, pese a la dureza en las condiciones para acceder a este instrumento. Para todo Gobierno siempre resulta más fácil culpar a Bruselas de los platos rotos que adoptar unilateralmente medidas de austeridad.
Equilibrio
Lo peor es el daño a la economía productiva. La lógica del Pacto de Estabilidad no se circunscribe a las bondades del equilibrio presupuestario. Permite evitar que se ahogue la iniciativa privada con un excesivo déficit y deuda públicos. Cuando se produce un "shock" como el actual y se encoge el balance privado, el Estado debe ampliar el suyo para compensar.
De lo contrario, el equilibrio se alcanza a menores niveles de renta y empleo. ¿Qué hubiera ocurrido en España si se hubiera impuesto una férrea disciplina como la propugnada por Alemania? Pues un ajuste todavía más brutal del que hemos experimentado.
No cabe engañarse. La asignatura pendiente no es cómo resolver el rescate de un improbable Estado quebrado en la eurozona. Si se trata de aliviar de verdad los problemas de endeudamiento, que aquejarán más tarde que temprano al conjunto de los socios, la única respuesta viable consiste en crear las condiciones para un sólido crecimiento duradero.
Esto exige coordinación de las políticas económicas, eufemismo para decir que Alemania debe expandir con mayor vigor su demanda para un mayor equilibrio en Europa. Por eso la idea del FME sustrae este debate fundamental y lo sustituye por un ejercicio de auditoría de las cuentas públicas. Quienes, como España, necesitan una urgente recuperación que sólo puede venir impulsada por la demanda europea, no deberían desaprovechar la ocasión para plantear el problema en sus justos términos.
– No a un fondo monetario europeo (El Economista – 11/3/10)
(Por Lorenzo B. de Quirós) Lectura recomendada
La delicada posición fiscal de Grecia y el riesgo de una crisis de deuda con un potencial desestabilizador para el conjunto de la eurozona han puesto de relieve las debilidades de la arquitectura institucional de la UEM para lidiar con escenarios a la griega.
Esta hipótesis ha sido el factor determinante para el lanzamiento de una iniciativa del eje franco-alemán de crear una especie de Fondo Monetario Europeo (FME) destinado a prevenir y combatir la génesis de posiciones presupuestarias insostenibles que puedan conducir a una suspensión de pagos a los países integrados en el área monetaria del euro.
Por desgracia, esa idea, lejos de favorecer la prosecución de políticas fiscales y presupuestarias rigurosas y sensatas, genera incentivos para todo lo contrario; es decir, para estimular la irresponsabilidad con la convicción de que, si las cosas van mal, el FME o cualquier instrumento parecido correrá en su socorro y los salvará de la quiebra.
Pacto de Estabilidad y Crecimiento
Curiosamente, evitar este tipo de cuestiones fue el elemento clave para establecer el conjunto de reglas monetarias y presupuestarias que acompañaron al nacimiento del euro. El primer pilar para evitar ese tipo de peligros fue el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que establecía un marco normativo para impedir la generación de déficit y deudas excesivas.
Su debilitamiento a partir de 2005 está en los orígenes de buena parte de los problemas de las finanzas públicas griegas y su efectiva suspensión a raíz de la crisis económico-financiera internacional iniciada en el verano de 2007 sólo sirvió para agudizar la tendencia a desplegar estrategias fiscales insostenibles en Grecia y en otros países de la eurozona.
La experiencia demuestra que esa actuación no ha servido para sacar a ningún Estado miembro de la recesión y sólo ha servido para generar niveles de endeudamiento público inmanejables. Desde esta óptica, no han fallado las reglas de disciplina impuestas por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento por la sencilla razón de que han sido vulneradas de manera sistemática.
El segundo pilar de la constitución económica de la eurozona es la cláusula según la cual se prohíbe al BCE monetizar los déficit/deuda de cualquier Estado. De este modo, se pretendía impedir el recurso a la máquina de fabricar billetes del banco central para financiar los desequilibrios de las finanzas públicas de los países integrados en la UEM. Éste era un criterio básico para fortalecer la credibilidad del instituto emisor en su compromiso con la estabilidad de precios y para lanzar una señal a los mercados y a los Estados de que éstos habrían de soportar los costes de sus políticas fiscales.
Aunque en teoría esta cautela ha sido respetada, en la práctica se ha visto debilitada por las medidas extraordinarias de liquidez aplicadas por el BCE para evitar el desplome del sistema de pagos de la UEM. Buena parte de esos recursos han sido empleados por las instituciones financieras para comprar deuda pública, lo que supone una monetización indirecta de la misma.
En este contexto, los mercados financieros han castigado a los países con posiciones fiscales insostenibles. Unos han optado por hacer los deberes, léase Irlanda; otros no los han hecho, caso de España, y algunos están en trance de hacerlos, parece que Grecia.
Quienes se han embarcado en una estrategia de ajuste presupuestario creíble han recuperado la confianza de los mercados, de nuevo los irlandeses, y quienes no han emprendido esa senda tienen problemas y los seguirán teniendo mientras no restauren la confianza en la solidez de sus finanzas públicas.
Irresponsabilidad presupuestaria
Esto significa que no es necesario arbitrar ningún mecanismo extraordinario de ayuda ni crear un FME para que un Estado evite una crisis de deuda, un default, como dirían los argentinos. Es más, el potencial rescate de Grecia por procedimientos ajenos al marco institucional de la UEM supondría premiar a quienes lo hacen mal frente a quienes lo hacen bien. Sería subvencionar a los irresponsables frente a los prudentes. Esto no parece justo y, además, tiene consecuencias indeseadas y, en buena medida, perversas.
Si se crea un FME o algo parecido, se fomentará la irresponsabilidad presupuestaria. ¿Para qué va a incurrir un país en los costes políticos de la austeridad si no existe la posibilidad de que quiebre, si al final Mamá Europa evitará su colapso fiscal?
Se produce así una situación de riesgo moral que estimula sin duda alguna el despliegue de políticas fiscales insostenibles y, por tanto, aumenta en lugar de reducir la emergencia de entornos de riesgo sistémico generalizados. Si se socorre a Grecia, por ejemplo, es evidente que se hará lo mismo con cualquier otra economía de la eurozona que llegue a estar en una situación parecida.
Ayudar a unos es ayudar a otros
De nada sirve proclamar "es la primera y última vez", porque nadie se lo creerá, sobre todo si la amenaza de bancarrota afecta a una o a varias economías de mayor tamaño. Es impensable que no se permita hundirse a Grecia por su impacto desestabilizador sobre la UEM y, por ejemplo, se dejase caer a España, que es la cuarta economía de la región, si se viese abocada a una crisis de deuda. Es un caso de libro de inconsistencia temporal.
Hay un mecanismo de ajuste más poderoso que cualquier arreglo normativo, que no puede ser burlado y ha funcionado con extraordinaria precisión: la disciplina de los mercados.
Éstos han puesto en su punto de mira, y con razón, a los países inmersos en escenarios presupuestarios insostenibles y que no hacen nada o poco para corregirlos. A esas economías indisciplinadas, y sólo a ellas, les corresponde restaurar su solvencia y credibilidad. De lo contrario, pagarán las consecuencias.
"Alemania y Francia lanzaron una propuesta el jueves que hace un llamado para que el corretaje europeo de seguros contra cesación de pagos, o CDS, sea llevado a cabo en bolsas transparentes y que se impongan períodos mínimos de tenencia de estos valores"… Líderes de la Unión Europea proponen regulación para los CDS (The Wall Street Journal – 11/3/10)
Las medidas están diseñadas para regular mejor un mercado que los dirigentes han culpado de sumar presión especulativa sobre el euro, a causa de la crisis de deuda griega.
La canciller alemana Angela Merkel, el presidente francés Nicolas Sarkozy y los líderes de Luxemburgo y Grecia enviaron una carta al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso pidiendo una investigación sobre el rol de los seguros contra cesación de pagos en el corretaje de bonos soberanos en los países europeos.
"Proponemos que la… comisión inicie lo más pronto posible una investigación a nivel europeo sobre el papel y el impacto de las prácticas especulativas en conexión con el corretaje de CDS en los bonos soberanos de los países europeos", escribieron los líderes en su carta.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, quien representa a los 16 países de la zona euro y el primer ministro griego George Papandreu también firmaron el documento.
Los líderes pidieron que la comisión, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, examine la introducción de periodos mínimos de tenencia para las transacciones de CDS y que prohíba la adquisición de CDS que no sean usados como cobertura.
"Debemos prevenir que las acciones especulativas causen tanta incertidumbre en el mercado que los precios dejen de proveer una información certera y la financiación estatal alcance un nivel injustificablemente alto", dijo la carta.
Algunos dirigentes han sugerido que los especuladores han usado los CDS para apostar a que Grecia pasará apuros o no podrá pagar su deuda y esta especulación ha creado altos niveles de volatilidad que han hecho más complicado que el gobierno griego recaude la nueva deuda que necesita.
Los defensores de los CDS dicen que estos sirven un propósito útil, ya que permiten que los inversionistas en bonos compren protección en contra de una cesación de pagos.
"Es muy difícil el distinguir entre los especuladores y los tenedores de deuda que buscan asegurar su inversión", dijo Jean-Francois Robin, un estratega de la firma francesa Natixis.
Las autoridades regulatorias deberían tener acceso al portafolio actual de corretaje, incluyendo las transacciones de CDS, a través del reporte obligatorio de todas las transacciones de derivados a una cámara de comercio ubicada en Europa, una medida que permitirá que los reguladores identifiquen a los principales operadores y monitoreen su actividad, indicó la carta.
Los reguladores deberían tener acceso ilimitado a los datos del mercado y deberían recibir la información detallada relevante de cámaras de comercio fuera de Europa, escribieron en la carta.
Los líderes también prometieron mejorar la seguridad de los mercados de derivados al exigir que todos los derivados elegibles coticen en bolsas o plataformas electrónicas, además de pasar por cámaras de compensación.
"El ministro de Finanzas germano dice que si un país no controla sus finanzas no puede tener derecho a voto sobre las decisiones de otros miembros de la Unión y pide, en casos extremos, la expulsión del Eurogrupo si no cumple con sus compromisos"… Alemania es partidaria de limitar el voto de los países que no controlen sus finanzas (Negocios.es – 12/3/10)
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se ha mostrado partidario de que en casos extremos y si un país no cumple con sus compromisos dentro del Eurogrupo se vea obligado a abandonar la Unión Monetaria.
"Si un Estado del Eurogrupo no es capaz de recuperar la capacidad de competencia de su economía ni de sanear sus presupuestos públicos, como "última ratio" debería abandonar la Unión Monetaria, aunque podría continuar siendo miembro de la UE", afirma Schäuble en un artículo que publica el 12/3 en el diario Financial Times Deutschland.
Pide suspender el voto de un país "no cooperativo"
"Un Estado que no controle sus finanzas no puede decidir sobre las finanzas de otros miembros del Eurogrupo", señala el ministro alemán, quien exige que, para que la unión Monetaria continúe siendo operativa, "se debe poder suspender el derecho de voto de un país miembro no cooperativo en el Eurogrupo".
Primeros detalles del "FME"
Schäuble ofrece además los primeros detalles de su iniciativa para la creación de un Fondo Monetario Europeo, del que debería hacerse uso solo en situaciones extremas y casos inevitables para rescatar a miembros de la Eurozona altamente endeudados.
"Ayudas de emergencia para garantizar la liquidez podrían ser concedidas por un 'Fondo Monetario europeo' con el fin de limitar el peligro de una incapacidad de pago", explica Schäuble en un artículo que escribe en el rotativo Financial Times Deutschland.
Añade que esas ayudas financieras solo deberían concederse en "casos de emergencia inevitables" que trajeran consigo un peligro para la estabilidad financiera de la totalidad del espacio del euro.
Las ayudas serían la "ultima ratio", señala Schäuble, quien las liga además a estrictas condiciones.
Asimismo señala que "la decisión política sobre la concesión de esas ayudas debería tomarse en el seno del Eurogrupo de acuerdo con el Banco Central Europeo" y comenta que esas ayudas podrían verse obligatoriamente vinculadas a severas sanciones dentro del marco del procedimiento sobre los déficits presupuestarios.
"Se aplicarían y ejecutarían multas contra el país miembro inmediatamente después de aplicado el programa de ayuda y tras un tiempo de carencia", añade el político cristianodemócrata.
El FME reforzaría la confianza de los mercados
La posibilidad de conceder ayudas ligadas a severas medidas de corrección político financieras reforzaría la confianza de los mercados, evitaría que se agudizara una crisis y haría superfluo para los países del Eurogrupo acudir al FMI, considera el ministro.
"Sin embargo no se debe dar por hecha la concesión de ayudas de emergencia para garantizar la liquidez. Debe mantenerse la posibilidad de que un estado caiga en la insolvencia", afirma el jefe del tesoro alemán.
"Gordon Brown y Nicolas Sarkozy han concluido su reunión de hoy en Londres sin llegar a acuerdos sobre los próximos pasos en la reforma de la regulación financiera internacional"… Londres y París chocan por la regulación financiera (Expansión – 12/3/10)
En una rueda de prensa posterior al encuentro, el primer ministro británico y el presidente francés han reconocido sus diferencias sobre la directiva europea para regular los hedge funds y las firmas de capital riesgo. Tampoco hay acercamiento sobre la creación de un fondo monetario europeo, que Sarkozy apoya y Brown rechaza. Y han salido a flote diferencias sobre la fórmula de implantación de una tasa global a los bancos.
Pese al cruce de elogios y buenas palabras entre los dos mandatarios, las principales cuestiones de la agenda de la cumbre siguen abiertas. Sarkozy ha insistido en su deseo de promulgar una dura legislación europea contra los hedge funds, a quienes considera "culpables en buena parte de la crisis financiera". Brown, por su parte, insiste en que su prioridad es "defender la fortaleza de la City", distrito financiero londinense desde donde operan muchas firmas de inversión alternativa. El primer ministro se ha limitado a pedir que la directiva sea "equilibrada y fomente la transparencia" de hedge funds y firmas de capital riesgo.
Los gobernantes esperan que sus equipos de finanzas sean capaces de llegar a un consenso sobre esa directiva en los próximos días.
En el asunto de la creación de un fondo monetario europeo, Gordon Brown ha dejado claro que "las actuales estructuras institucionales son las adecuadas para afrontar crisis como la de Grecia", por lo que no sería necesaria la creación del nuevo organismo que promueve Sarkozy. Éste ha admitido implícitamente que este asunto debe ser lidiado por la Eurozona (a la que no pertenece Reino Unido), al indicar que "es normal que si se comparte una moneda, se muestre solidaridad hacia los países que lo pasan mal".
– Tres franceses protagonizan una tragedia griega (The Wall Street Journal – 14/3/10)
Nicolas Sarkozy, Jean-Claude Trichet y Dominique Strauss-Kahn intentan contener la crisis fiscal de Atenas
(Por Alessandra Galloni, en París, Bob Davis, en Washington, y Brian Blackstone, en Fráncfort) Lectura recomendada
Tres franceses figuran entre los grandes protagonistas de la crisis griega, pero a menudo van en direcciones distintas.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet; el presidente francés, Nicolas Sarkozy; y el jefe del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan, están involucrados en el intento por impedir una cesación de pagos que tuviera repercusiones negativas en la economía mundial.
Pero cada uno interviene de un modo que refuerce la institución que lidera.
Esto ha revelado diferencias que podrían afectar no sólo las políticas del rescate griego, sino también otros temas cómo cuáles son las mejores formas de impulsar el crecimiento y valorar las monedas.
"En última instancia, los tres tienen interés en que Grecia salga de esto de la mejor forma posible", afirma Michel Camdessus, ex director gerente del FMI y gobernador honorario del banco central de Francia. "Pero también tienen roles diferentes que jugar".
Sarkozy y Trichet coinciden en que la Unión Europea debería entablar negociaciones con Atenas y que el FMI debería conservar un papel más secundario, el de brindar asistencia técnica.
Ambos, sin embargo, tienen preocupaciones un tanto diferentes.
La prioridad de Trichet es la credibilidad del euro y el bloque de 16 países que comparten la moneda. Durante una conferencia de prensa realizada hace una semana, el presidente del BCE cerró la puerta a cualquier participación del FMI en un eventual rescate griego, al afirmar que no sería "apropiado".
Sarkozy, al igual que otros líderes europeos, comparte esa opinión. Pero el mandatario de 55 años tiene un motivo adicional para mantener alejado al FMI. Strauss-Khan, de 60 años, podría ser un rival en las elecciones presidenciales de Francia en 2012.
Cuando Sarkozy apoyó a Strauss-Khan para ser elegido al frente del FMI en 2007, se consideró ampliamente como una forma de exiliar un rival político.
En ese entonces, el FMI era una institución sin una misión clara. La economía global estaba en auge y pocos países necesitaban sus préstamos. Una de las primeras tareas de Strauss-Khan fue implementar los primeros despidos a gran escala de la entidad.
Pero dos años en Washington elevaron el perfil internacional de Strauss-Khan, y su percepción entre los electores franceses, donde ya tenía credibilidad por preparar la entrada del país a la moneda única europea en 1999.
Strauss-Khan indicó hace poco que podría regresar a Francia para presentarse como candidato a la presidencia antes del fin de su mandato en el FMI, que se extiende hasta 2012.
El titular del Fondo "forjó una reputación que no hubiera tenido en épocas normales" debido al rol prominente del FMI en combatir la crisis global, afirma Jean Pisani-Ferry, director de Bruegel, un centro de estudios económico en Bruselas. "También es visto como el que habla y trabaja con los poderosos jefes de Estado".
Un portavoz de Sarkozy, al igual que uno de sus asesores, no respondió llamados en busca de comentarios.
Una vocera de Strauss-Khan señaló que las ambiciones políticas del jefe del FMI son "meras especulaciones, quizás naturales cuando se trata de alguien de la estatura del director gerente".
Strauss-Khan se ha enfrentado al gobierno de Sarkozy. En medio de la crisis global, exhortó a Francia y a otros países europeos a expandir los paquetes de estímulo fiscal, mientras Sarkozy se concentró más en la necesidad de implementar una reforma regulatoria y controlar a los fondos de cobertura.
En otros temas económicos, sin embargo, tal vez no estén tan distantes. Sarkozy ha criticado la fortaleza del euro, que dificultó que empresas francesas vendieran sus productos en el extranjero. Strauss-Khan ha intentado numerosas tácticas -hasta ahora infructuosas- para que China devalúe su moneda.
Las políticas económicas que siguieron ambos, a su vez, los pusieron en conflicto con Trichet, cuyo mandato como presidente del BCE es controlar la inflación en la zona euro, sin interferencia de gobiernos deseosos de estimular el crecimiento interno.
"Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo) acudirán al rescate de Grecia el próximo lunes. El Eurogrupo está dispuesto a avalar la deuda pública griega para reducir los costes de emisión que soporta el Gobierno de Papandreu"… La zona euro avalará la deuda griega si se dispara su coste (Cinco Días – 13/3/10)
Tras varias semanas de trabajo sobre el posible rescate de Grecia, los expertos comunitarios han concluido que la solución más viable y políticamente digerible es la de avalar la deuda pública griega para permitir al Gobierno de Giorgios Papandreu que obtenga mejores condiciones en los mercados financieros.
La decisión política sobre ese aval podría tomarse el mismo lunes (15/3) en Bruselas, durante la reunión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la zona euro (Eurogrupo), aunque las fuentes consultadas no descartan que se intente mantener en secreto hasta que sea necesario activarla.
El aval sería bilateral, aunque algunos socios siguen defendiendo que sea colectivo. El respaldo de países tan solventes como Alemania o Francia permitirá a Atenas obtener hasta 25.000 millones de euros en los próximos meses a un tipo de interés más asequible que el exigido por los mercados al Estado griego.
A principios de marzo, Grecia tuvo que prometer un rendimiento del 6,25% para colocar 5.000 millones de euros a 10 años. Si se mantiene ese nivel en las próximas emisiones, el servicio de la deuda podría absorber todos los esfuerzos de saneamiento fiscal puestos en marcha por Papandreu.
El aval de los países de la zona euro, en cambio, permitiría a Grecia acercarse a los costes de financiación que disfrutaba desde el comienzo de la zona euro, situados en torno al 4,5%, sólo muy ligeramente por encima de lo que paga Alemania.
Las fuentes consultadas destacan que la fórmula de los avales permitirá ayudar a Grecia sin un desembolso monetario por parte de países como Alemania, donde la opinión pública se resiste a contemplar esa posibilidad. Los avales sólo se ejecutarían en caso de quiebra del Estado griego, una hipótesis descartada por casi todos los analistas.
La solución contemplada otorga a la Comisión Europea las labores de vigilancia para garantizar que Grecia cumple los planes de austeridad con los que espera rebajar el déficit público este año hasta el 8,7% del PIB desde el 12,7% de 2009.
Amenazas
Berlín ha acabado resignándose a la necesidad de ayudar a Grecia para evitar un contagio en el resto de la zona euro y un daño a los bancos alemanes que figuran entre los principales acreedores de Atenas.
A cambio, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, pidió el viernes un brutal endurecimiento de las normas del euro hasta el punto de expulsar a los países "que sean incapaces por sí mismos de consolidar sus presupuestos o recuperar la competitividad".
Primer rescate en 11 años de Unión Monetaria
La primera crisis soportada por la zona euro hizo saltar por los aires el Pacto de Estabilidad en 2003. La segunda, mucho mayor, se ha cargado el tabú de que ningún socio puede acudir al rescate de otro.
Grecia se convertirá el próximo lunes en el primer socio que recibe ayuda del resto de la Unión Monetaria para poder seguir a flote. El Consejo de Ministros de Economía de la euro zona, con la significativa ausencia del titular alemán (por enfermedad) concretará los planes de apoyo por los que ha venido clamando el Gobierno de Giorgios Papandreu desde principios de año.
Se acerca así al final la primera operación de rescate orquestada por la zona euro, para la que no había modelo ni guión a seguir. Bruselas, Fráncfort y el resto de capitales europeas han tenido que improvisar, como ocurrió en 2008 cuando se desplomaron varios bancos europeos por culpa de la caída de Lehman Brothers. La inyección de capital público fue entonces inmediata y las normas sobre ayudas de Estado quedaron en suspenso sin necesidad de discusión.
Ahora, los socios de la Unión han sido más precavidos. Primero, porque querían dar un escarmiento a Atenas para que empiece a respetar, por primera vez, las normas de un club al que se sumó de manera voluntaria hace nueve años. Y segundo, porque el caso griego sentará un precedente para el futuro de toda la Unión Monetaria.
Alemania y el Banco Central Europeo (BCE) quieren dejar claro que cualquier apoyo a Grecia respeta la cláusula de "no rescate" prevista en el Tratado de Maastricht. Al final parece que se ha buscado un artificio para que la ayuda no sea directa y así se respeten las normas, al menos sobre el papel, en el primer rescate en 11 años de historia del euro.
"Los países de la zona euro han mantenido intensas reuniones con representantes de la Comisión Europea para concretar un plan de ayudas a Grecia y poner fin a la actual situación de incertidumbre. Una propuesta con una amplia gama de soluciones y mecanismos será presentada por la Comisión Europea en la reunión del eurogrupo del próximo 15 de marzo. Fuentes comunitarias reconocieron que desde hace semanas se están estudiando distintos mecanismos que puedan ser compatibles con el Tratado de Lisboa"… Los países del euro ultiman un plan para dar soporte financiero a Grecia (El País – 13/3/10)
Entre las medidas que se barajan figuran un préstamo otorgado por los países de la zona euro, similar a los que la UE ha concedido a los países que no tienen la moneda única; una segunda opción sería una emisión de bonos de la UE garantizada por los países de la zona euro. Una tercera posibilidad sería la de avalar las emisiones de la deuda griega por parte de los miembros del eurogrupo. Fuentes comunitarias insistieron en que todas las iniciativas presentan serios problemas técnicos y de compatibilidad con el Tratado, lo que dificulta una solución rápida.
Fuentes consultadas indican que el volumen de recursos que se manejan podría ascender a 25.000 millones de euros. Grecia tiene todavía necesidad de emitir en torno a unos 50.000 millones de euros este año tanto para renovar las emisiones que vencen durante este ejercicio, así como por las nuevas necesidades de financiación.
En todo caso, el objetivo de estos mecanismos no es conceder dinero a Grecia sino facilitar a este país la financiación de su deuda a un precio más barato, que el que tiene que pagar por la actuación de los especuladores. Para ello se utilizaría la máxima garantía de la Unión o la de los países de la zona euro, según fuentes comunitarias.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, confirmó el pasado martes que la Comisión estaba trabajando "activamente con los miembros de la zona euro para diseñar un mecanismo que Grecia podría utilizar en caso de necesidad". Sin embargo, hasta el momento el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, no ha solicitado públicamente ayuda financiera alguna.
Barroso señaló que tal mecanismo "estaría en conformidad con el actual Tratado de Lisboa, y en particular con la cláusula de rescate e incluiría condiciones muy severas". Las cláusulas de no rescate impiden a los países de la zona euro asumir la deuda de otros países del grupo.
La primera medida, la de los llamados préstamos back to back que la UE ha utilizado para rescatar a Letonia, Hungría y Rumania, fue una de las primeras medidas que se consideraron para Grecia. En estos tres casos, la Comisión, amparándose en la calificación AAA de la UE, obtiene financiación del mercado de capitales a precios más baratos y transfiere los fondos a los Estados necesitados. Los expertos encuentran dificultades en la aplicación de esta medida cuando la emisión no es de los Veintisiete, sino de 15 países. La emisión de eurobonos requiere un mecanismo muy complejo técnicamente y los avales presentan muchos problemas con el Tratado, por su proximidad con la prohibición del rescate, según fuentes jurídicas.
– Europa ensaya el gobierno económico (El País – 14/3/10)
La idea de crear un Fondo Monetario Europeo reaviva el debate sobre la integración fiscal – El giro de Berlín, que quiere repartir la factura del fiasco griego, es crucial
(Por Andreu Missé / Claudi Pérez – Bruselas) Lectura recomendada
"Lo importante no es que Alemania proponga un Fondo Monetario Europeo (FME) sino que desee una mayor integración de la zona euro", señalaba el pasado viernes una alta fuente diplomática en Bruselas. "Esto habría sido impensable", añadía, "hace sólo unos meses". En ese tiempo, la crisis griega ha puesto al descubierto el talón de Aquiles de la zona euro: la falta de un mecanismo de defensa que proteja a sus miembros cuando se vean sacudidos por la crisis.
El giro de Alemania y su interés por crear un FME para rescatar a los países con dificultades hay que entenderlo como un intento de evitar pagar toda la factura de sus socios. La búsqueda de soluciones a la crisis se convierte así en un revulsivo a la integración de la zona euro.
El FME es la más llamativa de las iniciativas surgidas al calor de la crisis para cimentar un nuevo gobierno económico europeo. En la misma línea, el primer ministro belga, Yves Leterme, ha planteado crear un Ministerio Europeo de Finanzas y una Agencia Europea de la Deuda.
No es un debate nuevo. Hace casi dos años, en el décimo aniversario de la moneda única, el entonces comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, ya abogó por "reforzar la coordinación de las políticas presupuestarias y económicas" y promover "un gobierno eficaz" de la Unión Económica y Monetaria.
Pero hasta hace muy pocas semanas la referencia a un gobierno económico de la zona euro, abanderada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, era instintivamente rechazada por Berlín. La crisis griega ha trastocado los poderes en la Unión. Ahora es Alemania la que sugiere un mecanismo de ayudas. Y son los pesos pesados del Banco Central Europeo, Jürgen Stark y Axel Weber, también alemanes, quienes se muestran radicalmente en contra de la idea del FME. Temen que interfiera en el creciente poder de la autoridad monetaria, que eclipsa a la Comisión y demás instituciones europeas. El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, con más perspectiva política, ha insinuado su apoyo al Fondo.
Un FMI europeo sería el primer paso para coordinar mejor las políticas fiscales, la pata coja de la zona euro. Sus valedores replican a los halcones alemanes del BCE que impondría disciplina financiera. Además, terminaría con las dudas respecto a la solidaridad financiera entre europeos, que han permitido a los especuladores ganar dinero a espuertas, atacando la deuda griega.
La financiación y funcionamiento del FME presentan serias dudas, pero constituiría un paso decisivo hacia una política económica común. Sus promotores saben que no es una idea para mañana pues precisa la reforma del Tratado. Poul Nyrup Rasmussen, líder de los socialistas europeos, que atribuye la propuesta a "un plan original" de su partido, teme que el FME "se centre demasiado en el aspecto monetario en lugar de promover el crecimiento y el empleo".
"Cuando una idea importante se pone sobre la mesa siempre surge una cacofonía de comentarios", apunta el economista Daniel Gros, del Centro de Estudios sobre Política Europea, que hace unas semanas lanzó una propuesta de diseño del Fondo. "El FMI europeo sería muy positivo, tanto para resolver problemas fiscales como para prevenirlos, si se hace bien", asegura Gros, que cree que 120.000 millones de euros serían suficientes para ayudar a países de tamaño medio.
Pero algunos expertos no tienen claro las ventajas. "Un FME sería más caro que el actual FMI para el mismo nivel de protección: cualquier sistema de seguro es más barato cuanto más diversificados estén los riesgos cubiertos. Además, puede ser difícil para países de la misma zona euro imponerse medidas los unos a los otros: pueden reverdecer las viejas animosidades entre vecinos, como ya ha sucedido entre Grecia y Alemania", asegura Tomás Baliño, ex subdirector del FMI. "Pero", admite, "puede servir para coordinar políticas fiscales".
Luis Servén, economista del Banco Mundial, cree que el hecho de que un país de la eurozona acuda al FMI "suena a vergonzante fracaso". "Esto, tomado literalmente, haría del FME una hoja de parra para cubrir las vergüenzas de la Unión". Charles Wyplosz, del Graduate Institute de Ginebra, va un paso más allá. "El FME es otra mala idea, que nace la vacuidad del Plan de Estabilidad, y lo más probable es que falle. La política fiscal es un elemento de la soberanía nacional, y la creación de un nuevo fondo que imponga políticas a los Gobiernos indisciplinados es un error. La disciplina, en nuestras democracias, las deben imponer los ciudadanos, no los burócratas de Bruselas".
"El ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble, afirma que su iniciativa para la creación de un Fondo Monetario Europeo (FME) tiene justificación, ya que "necesitamos reglas más severas. El Pacto de Estabilidad no es suficiente"… Alemania: "Necesitamos reglas más severas" en la Eurozona (El Economista – 15/3/10)
"Entonces (cuando fue aprobado) no se pensó en la posibilidad de que un país del euro se volviera insolvente", comenta Schäúble en una entrevista exclusiva (15/3) que publica el tabloide Bild, que le ha visitado en el hospital donde se recupera de una operación quirúrgica.
Agrega que "el FME no ha sido concebido para Grecia. Esto hay que dejarlo claro. La crisis actual hay que resolverla con los instrumentos actuales y el gobierno griego merece todo el respeto por sus esfuerzos de ahorro".
"Quien moviliza ahora la calle en contra (de dichos esfuerzos) es un irresponsable", afirma Schäuble, quien desmiente los rumores sobre la posible concesión de créditos a Grecia para superar la crisis con el argumento de que "no hay una nueva situación".
"Los ministros de Economía de la eurozona discuten este lunes 15 de marzo la crisis de endeudamiento de Grecia y el mecanismo que se está diseñando para rescatar al país de la quiebra si es necesario. Este mecanismo estaría dotado con entre 20.000 y 30.000 millones de euros en forma de garantías y créditos bilaterales y podría hacerse público este mismo lunes, según diversas informaciones periodísticas"… El Ecofin podría hacer públicas hoy las medidas concretas del rescate a Grecia (Expansión – 15/3/10)
El propio presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmó el pasado martes (9/3) en la Eurocámara la existencia de este fondo para rescatar a Grecia. "La Comisión ha trabajado activamente con los Estados miembros de la eurozona para diseñar un mecanismo que Grecia podría usar en caso de necesidad. Este mecanismo se ajustará al actual Tratado de Lisboa, en particular a la cláusula que impide un rescate [en la eurozona] e incluirá duras condiciones", anunció Barroso sin dar ningún detalle más.
Se trataría de la contrapartida que ofrece la UE tras el último paquete de medidas de ajuste anunciado por el Gobierno griego para reducir su déficit del 12,7% al 8,7% del PIB este año y alejar el riesgo de quiebra. Entre ellas, se incluye la subida del IVA y los impuestos especiales sobre el alcohol y el tabaco, así como la reducción de las pagas extra de los funcionarios. Bruselas considera que estas medidas, que están provocando una fuerte contestación social, son de momento suficientes, aunque seguirá vigilando las cuentas griegas y presentará un nuevo informe en mayo.
Fondos de alto riesgo
Los ministros de Economía de la eurozona hablarán también de la propuesta más a largo plazo de Alemania de crear un Fondo Monetario Europeo (FME), cuyo objetivo sería permitir en el futuro rescatar a países amenazados por crisis de endeudamiento como Grecia. La puesta en marcha de este Fondo se acompañará de un endurecimiento de las sanciones contra los países que incumplan los límites de déficit y deuda, hasta llegar a la expulsión de la eurozona. Ello exigiría una reforma de los Tratados, según ha dicho la canciller Angela Merkel.
La crisis de endeudamiento griega será también abordada en la reunión de todos los ministros de Economía de la UE que se celebra el martes y que estará presidida por la vicepresidenta económica, Elena Salgado. La presidencia española tratará de lograr un acuerdo sobre la norma que regulará los fondos de alto riesgo pese a la resistencia de Reino Unido y las críticas de Estados Unidos, que considera que la directiva es proteccionista.
De hecho, el secretario del Tesoro, Tim Geithner, ha escrito una carta a Salgado y al comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, en la que expresa su "preocupación" por considerar que la norma de la UE sobre "hedge funds" "discriminará a las empresas estadounidenses y les denegará el acceso al mercado de la UE del que ahora disfrutan".
La presidencia española no se ha pronunciado, pero la Comisión asegura que esta norma no es proteccionista sino que se limita a cumplir los acuerdos del G-20 para que ningún instrumento financiero escape a la regulación.
De hecho, uno de los principales puntos de discrepancia que llega sin acuerdo a la reunión del martes (16/3) es el tratamiento que debe darse a los gestores de fondos de alto riesgo basados fuera de la UE. Reino Unido reclama que, si estos gestores son autorizados por el supervisor de un Estado miembro, se beneficien de un pasaporte europeo que les permita operar en todos los países de la UE. Ello permitiría que los 'hedge funds' basados en territorios dependientes de Reino Unido como Jersey o las islas Caimán puedan trabajar en toda la UE si los aprueba la autoridad británica.
El resto de Estados miembros se oponen a dar un pasaporte europeo a los gestores de fondos extranjeros porque no estarán sometidos a las mismas exigencias de transparencia que impondrá la UE. Reclaman que se mantenga la situación actual, es decir, que los gestores de fuera de la UE tengan que pedir autorización en cada uno de los países en los que quieran operar.
La presidencia española no descarta aprobar la directiva incluso con el voto en contra de Reino Unido, pese a que en la City de Londres es donde se concentran la mayoría de los "hedge funds" europeos.
La norma sólo se aplicará a los gestores de "hedge funds" con una cartera de más de 100 millones de euros. Para los gestores que no recurran al apalancamiento el límite para escapar a la regulación será más alto, de 500 millones, por considerarse que no plantean un riesgo sistémico.
Para operar en la UE, los gestores de fondos de alto riesgo deberán obtener la autorización del supervisor del Estado miembro en el que estén basados y estarán sujetos a supervisión y a controles estrictos, así como a duras exigencias de transparencia. Los supervisores tendrán todos los poderes necesarios para intervenir en caso de que el apalancamiento de los fondos suponga una amenaza para la estabilidad del mercado financiero.
Los gestores que cumplan estos requisitos tendrán derecho a gestionar y vender fondos no sólo en su propio país sino en toda la UE, es decir, se beneficiarán de un pasaporte europeo. La norma incluye además restricciones a las primas salariales que cobran los gestores. Francia considera insuficientes estos límites porque son menos estrictos que los que la normativa europea prevé para los directivos de bancos.
"Los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro analizaron ayer qué medidas podrían adoptar en apoyo a los países con problemas de desequilibrios presupuestarios, sobre todo, Grecia.
El Eurogrupo descartó la posibilidad de conceder avales, por lo que se especula que la solución consista en conceder préstamos a esos países. El presidente del Ecofin, Jean Claude Juncker, solo adelantó que "todos los Estados van a participar" y dejó la adopción definitiva de ese mecanismo en manos de los Jefes de Estado o de Gobierno de la Unión"… El eurogrupo decide que no se garantizarán préstamos para sanear la deuda de Grecia (Expansión – 16/3/10)
Alemania, en particular, exige que se respete escrupulosamente la cláusula del tratado europeo que prohíbe asumir la deuda de un socio de la Eurozona, o financiar directamente su déficit, para que la decisión no pueda ser recurrida como inconstitucional ante los tribunales alemanes.
– Alemania, la carga del líder (Cinco Días – 16/3/10)
(Por Pierre Briançon) Lectura recomendada
Por fin alguien dice en voz alta lo que otros muchos están pensando: es un problema alemán en Europa. Christine Lagarde dice que el superávit comercial de Alemania, y la persistente desgana a impulsar significativamente la demanda interna, son una carga para el resto de la Unión Europea. La ministra de Finanzas francesa puede ser criticada por su lenguaje contundente y su falta de habilidades diplomáticas. Pero tiene una razón. Es hora de que Alemania acepte que su liderazgo en la eurozona supone también una responsabilidad.
Desde el principio, Alemania ha ejercido una fuerte influencia en el sistema monetario europeo. El BCE se inspira en el Bundesbank. Su misión oficial es combatir la inflación y mantener la estabilidad monetaria. La Reserva Federal de EEUU, por ejemplo, debe preocuparse por el crecimiento económico. El euro le ha proporcionado a Alemania una moneda que sin duda es más débil de lo que el marco podría haber sido, lo que impulsa sus exportaciones a todo el mundo. También ha permitido a los productos alemanes ganar cuota de mercado en la zona euro, especialmente en los países que no tienen la misma disciplina de costes y fiscal y donde de pronto han sido privados de la herramienta de la devaluación de la moneda.
La ironía es que Alemania predica por que se aplique su modelo de disciplina fiscal en toda la UE y, al mismo tiempo, es el principal beneficiario de los paquetes de estímulo que sus socios han aplicado para evitar la recesión mundial. En ninguna parte es más visible que con la crisis de Grecia, donde Berlín insiste que no quiere ayudar a Atenas, a pesar de que tiene un interés creado en mantener el euro saludable.
Es cierto que el éxito de las exportaciones alemanas se debe a la fuerte disciplina de los costes laborales a la que se ha sometido a sí misma en los últimos diez años. Otros países deberían emular eso, al menos en parte. Pero el éxito del euro en el largo plazo -o, para el caso, de toda la UE- no puede descansar en todo el mundo que se vuelve más como Alemania. En algún momento, Alemania debe darse cuenta de que tiene que empezar a gastar, y convertirse un poco más como los demás.
"El Gobierno español, que este semestre ejerce la presidencia semestral de la UE, ha anunciado este martes que queda aplazada la aprobación de una directiva que encorsete a los instrumentos alternativos de inversión como los hedge funds. Las presiones del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, para influir en la redacción de la futura directiva europea sobre gestores de fondos de inversión alternativos han surtido efecto"… Bruselas aplazada la directiva sobre hedge funds tras las advertencias de EEUU (El Economista – 16/3/10)
Elena Salgado, vicepresidenta española y titular de las carteras de Economía y Hacienda, acudió este lunes a Bruselas con la intención de fraguar un acuerdo definitivo que fuera aceptable tanto para Reino Unido como para Francia.
Pero en vísperas de la reunión fue pública y notoria la presión ejercida por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, sobre Salgado y sobre el francés Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios Financieros. Y es que el estadounidense se posicionaba a favor de las tesis británicas y advertía a los europeos de que no discriminaran a los hedge funds norteamericanos.
Francia y Alemania quieren mantener la situación actual con respecto a los fondos de alto riesgo que son gestionados desde fuera de la UE o que aún, estando gestionado desde centros financieros europeos como Londres, están implantados en paraísos fiscales como las Islas Caimán o las Islas británicas del Canal de la Mancha.
Es decir, que para captar fondos en los diferentes países de la UE tienen que pedir permiso a todas y cada una de las autoridades de regulación y supervisión financiera de los Veintisiete.
Caballo de Troya
Reino Unido y Estados Unidos defienden que la UE les conceda un pasaporte para que una vez que reciban la autorización en uno de los países del club, puedan operar con total libertad a lo largo y ancho de todo el mercado único continental.
París y Berlín consideran que ese pasaporte sería como un caballo de Troya a través del que se infiltrarían en la UE los tiburones de la especulación internacional. Los anglosajones acusan a franceses y alemanes de proteccionistas, y de boicotear la City de Londres en beneficio de Fráncfort y París.
La futura directiva sobre gestores de instrumentos de inversión alternativa pretende arrojar más transparencia sobre este mercado opaco.
Los responsables de la UE reconocen que no hay pruebas para acusar a este sector de la crisis financiera pero, dado el tamaño que están adquiriendo estos fondos, exigen que sean más transparentes para evitar que planteen riesgos sobre el conjunto del sistema financiero internacional.
"Los ministros de Finanzas de la Unión Europea no consiguieron el martes alcanzar un acuerdo sobre una nueva normativa para los fondos de cobertura y las firmas de capital riesgo, dijeron funcionarios de la UE"… Los ministros de finanzas de la Unión Europea no llegan a acuerdo sobre regulación de fondos de cobertura (The Wall Street Journal – 16/3/10)
Los miembros del bloque han estado discutiendo sobre los así llamados fondos de inversión alternativa desde el año pasado, pero hay grandes divergencias entre los países.
Reino Unido, cuya capital, Londres, es el mayor centro financiero de la UE, se opone a una regulación estricta que teme que haga que los inversionistas se marchen a otros lugares. Francia y Alemania, por contra, están a favor de unas normas más firmes sobre estos fondos, al considerar que conllevan un riesgo y provocan volatilidad en los mercados.
Uno de los puntos calientes es cómo trataría la nueva legislación a los fondos que tienen su sede fuera del bloque. Reino Unido quiere asegurarse de que esos fondos tienen acceso a inversionistas de la UE, mientras que Francia quiere limitar la obtención de recursos de esos fondos.
La aprobación de la nueva legislación requiere una mayoría cualificada. Los diplomáticos de la UE dicen que hay suficiente apoyo entre los 27 miembros de la Unión para aprobar las regulaciones en su forma actual, pese a las objeciones del Reino Unido. Sin embargo, el gobierno español insiste en que desea obtener "un consenso" antes de seguir adelante. Las medidas también necesitan la aprobación del parlamento europeo, que actualmente discute enmiendas a la legislación propuesta.
Un funcionario del Tesoro británico describió la demora en las negociaciones legislativas como "un buen resultado para el Reino Unido". "Debemos mantener nuestra posición. Otros son dados a mostrarnos como antireformistas. Eso es equivocado. Lo que queremos es obtener un acuerdo que fortalezca al sistema sin sacrificar la competitividad", dijo el funcionario.
Una propuesta que se encuentra bajo discusión es un sistema de "pasaportes" que le permitiría a los fondos extranjeros cooperar con un regulador de un estado de la Unión, permitiéndoles atraer inversiones a lo largo del bloque. Francia se opone vehementemente a esta idea, según un diplomático de la Unión Europea.
"La Unión Europea ha aplazado una decisión sobre la nueva regulación prevista para los fondos de inversión especulativos, que hoy debían tomar los ministros de Economía y Finanzas de la UE"… La UE aplaza decisión sobre la nueva regulación de los fondos especulativos (El Confidencial – 16/3/10)
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