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La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 11)

Enviado por Ricardo Lomoro


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El primer ministro heleno, Giorgios Papandreu ha pedido a los mandatarios de la UE que alcancen un acuerdo en la semana del 25/3 sobre un respaldo financiero que permita apuntalar la confianza de los inversores y rebajar los "brutales" intereses que se ve obligada a pagar Grecia cuando emite nueva deuda.

En un movimiento considerado como política arriesgada, Atenas dijo que siempre podría recurrir al FMI, una solución que muchos países de la eurozona consideran una intrusión bochornosa en sus asuntos propios.

Otros funcionarios griegos que hablaron el 22/3 en condición de anonimato dijeron que las esperanzas de que se llegue a un acuerdo en el seno de la UE en la semana del 25/3 son escasas por la oposición de Alemania.

Si los asuntos internos de Grecia pasan a estar controlados por la sede del FMI en Washington, su Gobierno podría entrar en una crisis política. Los observadores creen que Papandreu podría verse aún más presionado si el FMI exige más restricciones además de las medidas de austeridad fiscal impuestas este año.

"El FMI goza de muy poca popularidad entre los griegos, que creen que ha condenado a la miseria a todo país que le ha pedido que le rescate", dijo una fuente cercana a la línea de pensamiento del Gobierno. "Si Grecia se vuelve hacia el FMI el Gobierno podría terminar con otro gran problema en sus manos".

Grecia está sometida a una intensa presión por la UE y los mercados financieros para recortar su déficit público, que según informó el banco central alcanzó el 12,9% del producto interior bruto el año pasado, algo por encima de la estimación oficial del Gobierno del 12,7%.

Grecia necesita refinanciar una deuda que vence a finales de mayo de más de 22.000 millones de euros. Desde el comienzo del año, Grecia ha colocado con éxito en dos ocasiones bonos a largo plazo, y ha recaudado fondos mediante una colocación privada y algunas subastas de letras a corto plazo.

Grecia tiene que recaudar otros 16.000 millones de euros para cumplir con los plazos de reembolso, dijo el estratega de Deutsche Bank Michael Gittler.

"Tras haber recaudado 5.000 millones de euros con la reciente emisión de bonos ahora tienen que tener 7.000 millones de euros en efectivo, así que el país no está desesperado todavía", señaló. "Esta reunión (la cumbre de la UE) y las discusiones sobre Grecia probablemente son el principal riesgo para los mercados esta semana".

"El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, ha advertido hoy de que sólo se justificaría un apoyo financiero de los socios europeos a Grecia, si la situación fuera "extraordinaria" y afectara a la estabilidad del conjunto de la zona euro"… Trichet sólo contempla la ayuda a Grecia, si la Eurozona se viera amenazada (Cinco Días – 22/3/10)

En una intervención ante el Parlamento Europeo, Trichet ha puesto tres condiciones para que un apoyo financiero de los gobiernos europeos al Estado heleno sea aceptable para el BCE.

En primer lugar, ha explicado, "no debemos confundir una transferencia o subvención con un préstamo".

"Sólo podría tratarse de préstamos no concesionarios, que no impliquen elementos de subvención", según Trichet.

En segundo lugar, además de la aplicación normal del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que contiene exigencias y contempla sanciones, la concesión de esas ayudas tendría que quedar sujeta a una "condicionalidad especial muy rigurosa".

Por último, "la situación tiene que ser realmente extraordinaria y crear un problema a toda la zona euro". "Eso es lo que han dicho los líderes europeos el pasado 11 de febrero".

Se trataría, pues, según el presidente del BCE, de "un apoyo no concesionario, con condiciones muy rigurosas, y con un elemento de estabilización para toda la zona euro".

En otra intervención previa ante la misma comisión del PE, el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, ha dejado abierta la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) contribuya, con algo más que asesoramiento técnico, al mecanismo que los dieciséis socios del euro están estudiando.

Juncker ha enfriado, no obstante, las expectativas de que dicho instrumento europeo, reclamado insistentemente por Atenas para rebajar la presión de los mercados, pudiera ser acordado por los jefes de Estado o Gobierno en la cumbre que celebrarán el jueves y viernes próximos en Bruselas.

En su opinión, "no es imprescindible" que los líderes decidan esta semana (25 y 26/3). "Es prematuro cerrar este debate", ha afirmado el primer ministro luxemburgués, quien ha indicado que todavía se trabaja en detalles técnicos y Grecia "no ha solicitado ayuda".

Juncker, como recientemente la Comisión Europea (CE), se ha pronunciado a favor de un mecanismo intergubernamental que consistiría en ayudas bilaterales coordinadas, de estado a estado, al que podría tal vez aportar recursos el FMI. Pero el presidente del Eurogrupo (el foro que reúne a los dieciséis ministros de Finanzas de la zona euro) se ha declarado en contra de que el caso griego sea trasladado sin más al FMI.

Trichet, por su lado, ha vuelto a considerar "absurda" la idea de expulsar a un estado de la unión monetaria, porque nada así contemplan los tratados, en contra de lo que ha llegado a sugerir la canciller alemana, Angela Merkel. El presidente del BCE ha insistido en que los países que han adoptado el euro comparten "un destino común" y que la Unión, que "no es un estado federal en absoluto", dispone de los instrumentos necesarios para salir de la crisis actual.

Ha insistido con vehemencia, a este respecto, en la aplicación "estricta" del Pacto de estabilidad, que obliga a los estados de la UE a mantener las finanzas públicas en equilibrio a medio plazo. Y a los gobiernos les ha instado a asumir su responsabilidad y ejercer "sin complacencias" la "presión de los pares" sobre los países incumplidores.

Ha sido esa presión política, en el seno del Eurogrupo, la que ha llevado al Gobierno griego, según Trichet, a adoptar "valientes" medidas de ajuste que le deben permitir reducir este año el déficit de un 12,7% del PIB al 8,7%. El mensaje de la autoridad monetaria no ha podido ser más claro: "que cada palo aguante su vela", ha dicho Trichet.

Asimismo, ha urgido a los gobiernos a que concedan inmediatamente poderes a Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea (UE), para que pueda auditar sobre el terreno las cuentas de los estados miembros, y no se repita la falsificación reiterada de datos que ha agravado el caso griego. Por otro lado, según Juncker, en el origen del colapso de las finanzas griegas está la pérdida de competitividad constante que ha registrado el país desde su adhesión al euro.

También Trichet ha reconocido la necesidad de una mayor vigilancia de estos desequilibrios macroeconómicos dentro de la zona, pero ha rebatido las críticas que se dirigen contra Alemania por su persistente superávit en la balanza de pagos, que ahogaría las posibilidades de recuperación de los socios deficitarios.

"Es legítimo ahorrar, crear reservas, cuando se hace frente al problema de una población envejecida", ha dicho el presidente del BCE. Antes bien, el responsable europeo ha querido hacer un llamamiento a los "países rezagados" para que aumenten su competitividad relativa respecto a Alemania y sitúen su nivel de inflación en el entorno de la media europea.

"El vicepresidente la Comisión Europa y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, apostó hoy por utilizar los instrumentos que ofrece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) para forzar a los países a reducir su nivel de endeudamiento público porque, en caso contrario, no va a funcionar bien el conjunto de políticas fiscales y presupuestarias. En la presentación del libro "El euro al rescate de Europa", Almunia insistió en que, además de por el déficit, es necesario preocuparse por la deuda pública, después de que el promedio de endeudamiento en la zona euro haya aumentado en veinte puntos en tres años y que, según las previsiones, se puede tardar más de 10 años en absorber. Por ello, incidió en que hay que hacer un esfuerzo por reformar el PEC en esta parte con el objetivo de "cambiar la tendencia de endeudamiento de estos países". Asimismo, Almunia solicitó a los líderes políticos que apoyen el pacto "tal cual es y no como lo interpretan algunos"… Almunia quiere utilizar el PEC para forzar a los países a reducir su deuda (Negocios.es – 22/3/10)

Además, recalcó que no sólo hay que hacer frente a los desequilibrios de política fiscal y presupuestaria, sino también a otros problemas macroeconómicos estructurales como el déficit por cuenta corriente o la evolución divergente de los costes laborales unitarios que existen en algunos países con respecto a la media. Esto está provocando, según Almunia, una pérdida "continua y constante" de competitividad precio, ligada a un endeudamiento "continuo y constante" del sector privado.

El vicepresidente de la CE subrayó que la crisis económica ha demostrado que "no basta con poder endeudarse con la propia moneda", y alertó de que están surgiendo nuevos desafíos, que se añaden a la presión de tener las cuentas públicas en orden, y que no pueden atajarse con el PEC, sino que requieren "más coordinación" para establecer políticas económicas.

Asimismo, Almunia afirmó que si el debate sobre la ayuda a Grecia no se resuelve bien, la zona euro puede entrar en una situación "muy difícil". Por ello, incidió en la necesidad de afrontar los problemas de fondo, pero no "como una huida hacia adelante".

Almunia reconoció que los países más competitivos deben contribuir a ayudar a aquellos países con elevados déficit por cuenta corriente, algo a lo que se niega Alemania, que tiene argumentos "muy fuertes a su favor, pero no el cien por cien de la razón", porque podría perder competitividad y arriesgarse a un incremento de la demanda interna por ayudar "a países que viven por encima de sus posibilidades".

En este sentido, consideró que la idea de crear un Fondo Monetario Europeo es "una huida hacia adelante" y subrayó que no es viable en términos políticos iniciar la reforma de los tratados con este objetivo. Además, apuntó que probablemente ningún país va a dar un paso en este sentido, algo que consideró positivo. A pesar de todo, Almunia reconoció que la situación de Grecia requiere el apoyo y solidaridad en la medida en que todas la autoridades griegas "se aten los machos y afronten los problemas que tienen".

El comisario de Competencia también criticó la sugerencia realizada por la canciller alemana Angela Merkel de excluir de la zona euro a aquellos países que no cumplan con el rigor presupuestario y apliquen las reformas necesarias, al señalar que sería "un debate penoso y difícil" y con unas consecuencias inimaginables para toda la Unión Europea. "Llevaría a riesgos de fractura no sólo de la zona euro", alertó.

Por otra parte, reconoció que existen "evidentes" problemas de gobernanza en la zona euro, derivados del hecho de que el Eurogrupo sigue siendo "una organización informal". Además, la crisis económica ha puesto de manifiesto la débil representación exterior de la moneda única, que no cuenta con una "voz clara". Asimismo, resaltó que el PEC, que ha funcionado bien desde que fue revisado en 2005, está lastrado por una falta de credibilidad desde que en el año 2003 Francia y Alemania se negaran a que se aplicase la normativa en sus países. Sin embargo, destacó que existe una opinión generalizada de que la moneda única ha dado una estabilidad, no sólo a los países miembros de la eurozona, sino también a aquellos que pretenden formar parte de este grupo, y ha demostrado ser una buena estrategia de avance en momentos "tan duros y delicados como esta crisis".

"La campaña emprendida por el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, para que los gobiernos de los diferentes países aprendan la lección tras la crisis provocada por el déficit fiscal griego puede provocar un conflicto transatlántico con su homólogo estadounidense, Ben Bernanke y acabar llevando al euro a sus mínimos de 2006, según publica este martes Bloomberg.com"… Grecia va camino de provocar un conflicto entre Trichet y Bernanke que lleve al euro a mínimos de 2006 (El Confidencial – 23/3/10)

Mientras los inversores están forzando a Grecia, España, Portugal e Irlanda a acometer importantes recortes presupuestarios, la retirada de los estímulos puestos en marcha durante la crisis financiera está aumentando el riesgo de una segunda inmersión en recesión e, incluso, provocar un estado de deflación en todos o casi todos los 16 países de la zona euro. Así, la posibilidad de que la expansión económica se produzca de forma más lenta ha llevado a analistas de entidades como Deutsche Bank o HSBC a asegurar que Trichet puede tardar más tiempo en subir los tipos de interés de lo que pensaban.

Así, la política monetaria de Trichet contrastaría con la del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, si el banquero central de Estados Unidos toma la batuta de la subida de tipos mientras que los legisladores muestran pocos signos de atacar un déficit presupuestario de más del 10% del Producto Interior Bruto del país. Con esta situación, BlueGold Capital Management se ha aventurado a predecir que el euro caerá hasta los 1,2 dólares por primera vez desde marzo de 2006.

"La divergencia en materia de política económica es uno de los pilares centrales de mi visión de lo que va a ocurrir más adelante", ha asegurado Stephen Jen, director del hedge fund en Bloomberg. "Es una de las muchas razones por la que los inversores tienen que ser cautos sobre el euro".

"Líderes de la zona euro trabajaban el martes en un acuerdo que podría asegurar el respaldo de Alemania a un rescate financiero de Grecia. A cambio, otro grupo de países permitiría que el Fondo Monetario Internacional juegue un papel predominante en la asistencia, informaron funcionarios europeos de alto nivel"… Los líderes europeos buscan un compromiso para ayudar a Grecia (The Wall Street Journal – 23/3/10)

De todos modos, Alemania, que ha estado presionando para que el FMI sea parte de cualquier paquete de rescate, está imponiendo duras condiciones: la canciller Angela Merkel insiste en que Grecia sólo recibiría la ayuda si una cesación de pago de su deuda se vuelve inminente. Eso significa que Atenas debe agotar todas las posibilidades de recaudación de fondos en los mercados de capital, explican fuentes cercanas a Merkel.

Berlín insiste además en que los gobiernos de la Unión Europea deben avanzar hacia un control económico más centralizado con reglas más estrictas que disciplinen a los miembros más caprichosos.

En Alemania, la mayor economía de la zona euro, los votantes y legisladores se oponen enérgicamente a pagar el costo de un rescate de Grecia, en caso de que sea necesario. Francia y otras potencias del continente, no obstante, se resisten a dejar que un miembro de la zona euro acuda al FMI, lo que consideran un paso humillante que pone en riesgo la credibilidad de la moneda común.

Sin embargo, ante la cercanía de nuevas emisiones de deuda por parte del gobierno griego y las altas expectativas generadas por la cumbre en Bruselas del 25 y 26 de marzo, se estaría formando un consenso, dijeron autoridades. Una aseguró que el bloque está cerca de "alcanzar un acuerdo". Los líderes de la Unión Europea intensificaron su presión para que los problemas de Grecia sean abordados en la cumbre de Bruselas y dieron muestras claras de de que permitirían la intervención del FMI si eso es lo que los alemanes piden a cambio de su apoyo.

Aunque el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, no descarta que al final el FMI participe del rescate, el 22/3 dejó claro que esa no es su primera opción. Juncker, quien es también director del concejo de ministros de Finanzas de la zona euro, ha sido por largo tiempo un defensor de que el grupo afronte sus problemas de manera interna.

"Necesitamos un compromiso de parte de Grecia", señaló el 23/3 el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, según AFP. "Cuando un país de la zona euro atraviesa una etapa difícil, tenemos el deber moral e institucional de intervenir".

Pero alcanzar un acuerdo el 25 y 26/3 es muy complicado. Las autoridades europeas advirtieron que los líderes de la UE no tienen que tomar una decisión sobre Grecia en la anticipada cumbre de Bruselas. En cambio, el debate se centra en cómo y bajo qué condiciones podría suministrarse ayuda más adelante.

Según fuentes cercanas, Alemania y otros países discrepan en varios puntos. Entre las diferencias: qué o quién provocaría un paquete de ayuda, quién dirigiría su implementación y qué tanta información deberían revelar los líderes de la UE a los nerviosos mercados de capital a los que Grecia ha estado acudiendo en busca de dinero.

En este momento, Alemania sólo está dispuesta a aceptar un mecanismo de ayuda, pero no a dar la luz verde para un rescate. Berlín teme que ofrecer un plan detallado animará a Grecia a usarlo en vez de implementar primero severos recortes presupuestarios, dijeron fuentes al tanto.

Queda por ver cuánta participación Francia y otros países están dispuestos a permitirle al FMI. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha dicho en las últimas semanas que quiere que la UE, no el FMI, asuma el liderazgo en la elaboración de las medidas de ayuda. Hasta el momento, la mayoría de los líderes de la zona euro se han opuesto a préstamos del organismo internacional.

No obstante, el 22/3 el ministro de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner, dijo que no se descarta una solución que involucre al FMI. El brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, también ha indicado que está abierto a la participación del FMI.

El primer ministro de Grecia, Giorgios Papandreu, ha indicado en repetidas ocasiones que en este momento su país no necesita dinero de la zona euro, pero ha pedido que los gobiernos europeos declaren que Grecia tiene la opción de acudir a ellos en última instancia, con el fin de garantizar a los mercados de bonos que Grecia no caerá en una cesación de pagos y así reducir los costos de la deuda.

El 21/3, Merkel reconoció en la radio alemana que "a Grecia le gustaría tener cierta claridad sobre una eventualidad que aún no ha descartado del todo" y recalcó que Atenas no ha solicitado ayuda. También afirmó que Grecia debe resolver su crisis fiscal mediante la implementación de las medidas de austeridad que prometió.

Los negociadores trabajan en el lenguaje de un mecanismo de rescate que le daría a Grecia las garantías que busca y, al mismo tiempo, satisfaría el deseo de Alemania de que se recurra al mecanismo sólo en última instancia.

Alemania también quiere un acuerdo que promueva la inclusión de nuevas medidas al pacto de estabilidad fiscal de la zona euro para evitar que sus miembros caigan en déficits excesivos así como la adopción de nuevas sanciones para quienes no cumplan las reglas.

"Los gobiernos alemán y francés han llegado a una solución de compromiso para la aprobación de un mecanismo de ayuda a Grecia, ante la reunión de los líderes de la zona euro convocada por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, según la edición digital del diario "Süddeutsche Zeitung"… Berlín y París acuerdan una solución para las ayudas a Grecia (Negocios.es – 23/3/10)

De acuerdo con ese medio, la canciller Angela Merkel y el presidente Nicolas Sarkozy habrían pactado el establecimiento de ese mecanismo de ayuda, en que se recurriría como último extremo al Fondo Monetario Internacional (FMI), si a Grecia se le agotan las vías de financiación del mercado, y que tal crédito sería complementado de forma voluntaria por algunos países de la UE.

Con ello se resolvería el disenso latente entre París y Berlín, ya que hasta ahora Merkel ha insistido en que no habría ayudas más que como solución de emergencia, mientras que Sarkozy rehuía la vía del FMI.

Según el diario, que cita a fuentes del grupo parlamentario cristianodemócrata (CDU), Merkel considera que "en caso de urgencia" se celebraría una reunión del FMI para abordar esa cuestión, un extremo que tampoco descartó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso (23/3).

Para la canciller, las ayudas por parte europea a Grecia deberían hacerse a través de aportaciones "voluntarias y bilaterales" de algunos estados miembros con Atenas.

El rotativo, señala que ese nuevo compromiso entre Francia y Alemania, del que falta por concretar detalles, se ultimará antes de abrirse el Consejo Europeo que se celebrará del jueves 25 al viernes 26 de marzo en Bruselas. De ser así, Merkel habría rectificado en el firme rechazo mostrado hasta ahora a que en esa cumbre pueda aprobarse ningún mecanismo de ayuda económica a Grecia.

La canciller había afirmado estos días que de la cita no iba a salir ninguna decisión definitiva relativa al caso griego, cuestión que la había colocado en una posición de confrontación no sólo respecto a París, sino también de otros socios de la eurozona, partidarios de establecer tales mecanismos.

Entre otras cosas, Merkel apostaba por la implicación del FMI por el temor a que una intervención meramente europea en apoyo de Grecia vulnerara las normas comunitarias.

Tras vencer la resistencia de Alemania, la Unión Europea podría cerrar pronto un acuerdo para rescatar a Grecia, si se agrava su crisis de endeudamiento, según informa Europa Press. El plan incluiría préstamos bilaterales coordinados de los países de la eurozona (como pidió Bruselas) -probablemente en función de su PIB- así como una contribución del Fondo Monetario Internacional (FMI). El principio de acuerdo ha sido responsabilidad del gobierno germano y del galo.

La mayor parte de la asistencia a Grecia, alrededor de dos tercios del total, será suministrada por los países de la eurozona en forma de los citados préstamos. El resto lo suministrará el FMI después de que su intervención haya sido reclamada por Alemania y otros países como Italia, Países Bajos o Finlandia. El montante de la ayuda se situará alrededor de 22.000 millones de euros y el tipo de interés que deberá pagar el Gobierno de Atenas "será la media de la eurozona", según fuentes europeas.

El principal escollo es cómo responder a la exigencia de Alemania de endurecer en el futuro las sanciones a los países que no respeten los límites de déficit y deuda. Berlín ha llegado a proponer que se expulse de la eurozona a los incumplidores, pero el resto de países ve con reservas esta propuesta y no quiere iniciar una nueva reforma del Tratado.

El endurecimiento de las sanciones es una de las condiciones que ha fijado Alemania para aprobar el rescate de Grecia, según asegura la prensa alemana. Hasta ahora, la canciller Angela Merkel se había opuesto a cualquier asistencia financiera alegando que Grecia no lo necesita y que el plan de ajuste aprobado por el Gobierno de Atenas será suficiente para hacer frente a su crisis de endeudamiento.

El otro requisito que ha fijado Alemania es la participación del Fondo Monetario Internacional, algo que ni la Comisión ni la mayoría de los países de la eurozona veían con buenos ojos por considerar que podría dañar la credibilidad de la moneda única.

– Europa y el rescate de Grecia: cómo están las negociaciones (Expansión – 24/3/10)

(Publicado por Financial Times) Lectura recomendada

Los líderes políticos de los 16 miembros de la eurozona se encontraban enfrascados el martes por la noche en negociaciones urgentes para resolver sus diferencias sobre la asistencia financiera a Grecia, después de que Alemania haya desvelado sus condiciones para llegar a un acuerdo.

Francia y España han pedido una reunión de los dieciséis jefes de Estado y de Gobierno para el próximo jueves, justo después de la cumbre que se celebrará entre los 27 miembros de la Unión Europea. Pero ni Bruselas ni Berlín querían convocar tal reunión a menos que hubiera acuerdo a la vista.

El Gobierno alemán dijo el martes que no había posibilidad de llegar a un acuerdo al respecto esta semana, y aseguró que Grecia debería demostrar que es incapaz de captar dinero en el mercado internacional de capitales para que la ayuda sea justificada.

Alemania también reclama que el Fondo Monetario Internacional haga una "contribución sustancial" en un posible rescate a Grecia, y pide que las negociaciones empiecen con un endurecimiento de las medidas para reforzar la disciplina presupuestaria de la eurozona, incluso si eso supone una renegociación del Tratado de Lisboa.

Los diplomáticos franceses todavía creen que es posible llegar a un acuerdo marco de ayuda a Grecia entre los miembros de la Unión Europea el mismo jueves, o, al menos, entre los miembros de la eurozona. Pero Angela Merkel, canciller alemana, está empeñada en que la ayuda financiera a Grecia debe ser un "mecanismo de último recurso".

José Manuel Barroso, presidente de la Unión Europa, ha pedido un acuerdo para establecer un mecanismo de emergencia bajo el que Grecia pudiera recibir créditos bilaterales de otros miembros de la eurozona.

Un diplomático senior alemán ha advertido que tal acuerdo no debe verse como un compromiso de que se vaya a dar dinero. Afirmó que si hubiera un acuerdo en este sentido, sólo se activaría si Grecia no pudiera emitir deuda en el mercado internacional.

Hubo indicios de que París y Berlín podrían llegar a un acuerdo sobre la participación del FMI, gracias a las cesiones del presidente francés Nicolas Sarkozy. La postura alemana emergió como respuesta a la creciente presión por parte de la Comisión Europea y de otros estados miembros de la UE para alcanzar un acuerdo en la cumbre de esta semana.

En una entrevista concedida el lunes al Financial Times, Barroso dijo que un acuerdo rápido sobre un mecanismo de ayuda era necesario para dar seguridad a los mercados financieros y asegurar la estabilidad del euro. Barroso aseguró que Angela Merkel respaldaría un acuerdo ya que es una "europea comprometida".

La respuesta alemana ha sido que el Gobierno de Berlín está "negociando en el interés de Europa, y demostrando su compromiso con Europa al defender la estabilidad del euro".

La petición alemana que puede recibir más oposición por parte de sus socios es la insistencia en que hay que negociar nuevas reglas para reforzar la disciplina presupuestaria, incluso si eso supone cambios en los tratados.

La participación del FMI en el paquete de rescate griego es un debate mucho más abierto. Ha habido claras divisiones en la propia Alemania sobre este asunto, pero los asesores de Merkel han ganado finalmente el debate al ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, que se oponía a ello.

Aunque Alemania ha aparecido cada vez más aislada en la eurozona al rechazar un rescate formal para Grecia, no parece probable que se llegue a ningún acuerdo sin el consentimiento de Berlín.

Es posible no obstante que haya un principio de acuerdo esta semana -si se incluyen las condiciones en las que se implementaría un rescate-, siempre que no se establezca una conexión directa con la crisis de Grecia, y sólo si no implica un rescate automático de su economía.

"Alemania apoya una salida a Grecia siempre y cuando se apruebe una sustancial inyección de liquidez por parte del Fondo Monetario Internacional. Además, Merkel asegura que su país es solidario"… Merkel, a favor del rescate griego si hay "ayuda sustancial del FMI" (Negocios.es – 24/3/10)

La canciller alemana, Angela Merkel, acude a la cumbre de Bruselas (25 y 26/3) sintiéndose abanderada de la estabilidad del euro y por ello dirá "no" a todo lo que implique una ayuda "precipitada" a Grecia.

En contra de lo que ha señalado estos días uno de sus aliados tradicionales, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, Merkel no ve que la solidaridad deba anteponerse a la estabilidad de la moneda única.

Alemania no es insolidaria, y mantiene el compromiso alcanzado en el Consejo del pasado 11 de febrero, en el que los jefes de Estado o Gobierno se comprometieron a respaldar a Grecia si surge esa necesidad.

En tal caso, Alemania apoyaría la idea de que las ayudas se realicen "con una aportación sustancial del FMI", a la que "todos los países de la Eurozona" podrían sumar una cantidad voluntaria.

Esas ayudas bilaterales, insistieron las fuentes, "en ningún caso" deben interpretarse como subvenciones, es decir, no deberían darse a un interés reducido.

En cualquier caso, todo este debate, sobre el que todavía no hay consenso entre todos los socios, no será tema oficial del Consejo Europeo, pues "sólo atañe en principio al Eurogrupo", y por tanto es improbable que quede incluido en las conclusiones de la cumbre, insistieron esas fuentes.

"¿Quién dice que es mejor europeo? el que ofrece ayudas rápidas poniendo así en peligro la estabilidad y no el que piensa a largo plazo y da prioridad a ésta", dijeron el 24/3 fuentes del Gobierno de Merkel que hablaron bajo condición de anonimato.

Con ello, las citadas fuentes reaccionaron a las crecientes críticas que se oyen desde varias capitales y que ven un cambio de rumbo en la política alemana, y temen que el Gobierno de Berlín abandone su tradicional postura como guardián del europeísmo y se convierta en un nacionalista que sólo vela por sus intereses.

El diario "Frankfurter Allgemeine" sostenía el 24/3 en su editorial que la crisis de la deuda de Grecia ha puesto de manifiesto una evolución en la política alemana que se aleja de la línea de anteponer los intereses europeos a los nacionales.

Merkel sabe que tiene el respaldo de la población en esta cuestión, no sólo por el temor histórico que existe en Alemania a toda devaluación monetaria, sino porque la mayoría no entiende por qué haya que salir en rescate de un país que no ha cuidado sus cuentas, sentimiento que se ha alimentado desde la prensa populista.

Consciente de que cuenta con el apoyo popular y con unas importantes elecciones regionales en puertas, Merkel ha preferido así apostar por mantener un pulso contra otros socios europeos.

Otro de los argumentos que se esgrimen entre los círculos gubernamentales es el temor a que cualquier indicio que apunte a una posible violación de las reglas de los tratados europeos, concretamente la cláusula que impide salir en rescate de un socio, pueda llevar nuevamente a demandas ante el Tribunal Constitucional.

Por ese motivo, fuentes del Gobierno que hablaron bajo condición de anonimato volvieron a insistir en que Alemania no ve todavía llegado el momento para actuar en la causa Grecia, y es por eso que tampoco ve sentido en convocar una reunión del Eurogrupo.

Las citadas fuentes sostuvieron el 24/3 que dicha reunión sólo tendría sentido si hubiera algo que decidir, lo que, desde la postura alemana, "no es el caso".

Oficialmente, Merkel se mantiene firme en su postura de que no hay motivo alguno para activar ningún mecanismo de ayuda para Grecia, en primer lugar "porque Grecia no lo ha pedido", y en segundo porque "no es necesario" mientras el país heleno pueda refinanciar su deuda en el mercado.

Las citadas fuentes no quisieron confirmar tampoco que Francia y Alemania hayan llegado a un acuerdo respecto a una posible inclusión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el mecanismo de ayudas, pero afirmaron que "ahora son muchos más socios los que apoyan esta idea que hace unas semanas".

El Gobierno alemán no descarta una operación de ayuda a Grecia, pero sólo la ve como "ultima ratio" para el caso de que el país heleno no logre colocar ya sus bonos de deuda en el mercado.

"Las negociaciones sobre el recate griego siguen en el mismo punto que ayer, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un toque de atención a la canciller alemana, Angela Merkel. La institución le ha mandado el siguiente mensaje a Merkel: el coste de la inacción podría ser mayor que ofrecer ayudas temporales a Grecia"… El BCE reprocha a Merkel que no hacer nada es peor aún que prestar dinero a Grecia (Expansión – 24/3/10)

"Si Grecia sucumbe, Alemania y otros líderes europeos acabarán pagando incluso más que si hubieran dado apoyo financiero de forma temporal", asegura Bini Smaghi, miembro del comité ejecutivo del BCE, en una entrevista que se publicará el 25/3 en el diario Die Zeit.

Bini también ha repetido que la feroz oposición del BCE a la asistencia del FMI en el rescate griego va más allá de una cuestión técnica. "Si el FMI participa, la imagen del euro sería la de una moneda que sólo es capaz de sobrevivir con la ayuda externa de una organización internacional. La reacción de los mercados en los últimos días ha mostrado que el apoyo del FMI puede ser perjudicial para la estabilidad del euro".

Estas palabras llegan en mitad del estancamiento de las negociaciones. Los líderes europeos de los 16 miembros de la eurozona están enfrascados intentando resolver sus diferencias sobre la asistencia financiera a Grecia, después de que Alemania haya desvelado sus condiciones para llegar a un acuerdo.

Francia y España han pedido una reunión de los dieciséis jefes de Estado y de Gobierno para el próximo jueves, pero ni Bruselas ni Berlín querían convocar tal reunión a menos que hubiera acuerdo a la vista.

El Gobierno alemán ya ha dicho que no hay posibilidad de llegar a un acuerdo al respecto esta semana, y aseguró que Grecia debería demostrar que es incapaz de captar dinero en el mercado internacional de capitales para que la ayuda sea justificada. Merkel quiere que la ayuda a Grecia sea "un mecanismo de último recurso".

Alemania también reclama que el FMI haga una "contribución sustancial" en un posible rescate a Grecia, y pide que las negociaciones empiecen con un endurecimiento de las medidas para reforzar la disciplina presupuestaria de la eurozona, incluso si eso supone una renegociación del Tratado de Lisboa. Este último punto se presenta como el más polémico entre los socios europeos.

A pesar de las discrepancias (sobre todo por parte de Alemania) parece posible no obstante que haya un principio de acuerdo, siempre que no se establezca una conexión directa entre las medidas que se adopten y la crisis de Grecia, y sólo si no implica un rescate automático de su economía.

"La CE urge a los líderes de la zona del euro a tomar una decisión política rápida sobre un mecanismo europeo de ayuda financiera al país heleno. Bruselas siembra el pánico, aunque se produzca el rescate, "ni Grecia ni la zona euro están fuera de peligro todavía"… Bruselas siembra el pánico: aunque se rescate a Grecia la eurozona está en peligro (Libertad Digital – 24/3/10)

La Comisión Europea ha urgido el 24/3 a los líderes de la zona del euro a tomar una decisión política rápida sobre un mecanismo europeo de ayuda financiera a Grecia, que contribuya a estabilizar la Eurozona.

El comisario europeo de Asuntos económicos y monetarios, Olli Rehn, ha afirmado en rueda de prensa que, pese a las medidas de ajuste adoptadas por el Gobierno griego, "ni Grecia ni la zona euro están fuera de peligro" todavía. El Colegio de comisarios ha celebrado el 24/3 un debate "muy serio y sustancial", según Rehn, sobre la crisis presupuestaria en Grecia y sus efectos en el conjunto de la zona.

El comisario ha aprovechado una comparecencia prevista ante los medios de comunicación para leer un comunicado, en nombre del Ejecutivo de la UE, en el que se insta a los dieciséis líderes de la Eurozona a decidir sobre Grecia en las próximas horas. La Comisión, ha afirmado Rehn, "anima a los estados miembros de la zona euro a tomar una decisión política sobre un mecanismo que asegure la estabilidad dentro de la zona euro en su conjunto".

El comisario no ha querido pronunciarse sobre si habrá o no finalmente una reunión de los dieciséis miembros del euro, antes de que comience el 25/3 por la tarde la cumbre trimestral de todos los jefes de estado o gobierno de la Unión Europea.

La organización de ese encuentro al máximo nivel corresponde, ha indicado Rehn, al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y al del propio Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Pero la CE considera, según el responsable económico, que "si hay posibilidad de tener una decisión política, una reunión de ese tipo sería útil".

"Hoy (24/3) hemos tenido un debate muy serio y sustancial sobre Grecia en el Colegio de comisarios", y en la discusión ha quedado claro, según el resumen ofrecido por Rehn, que Grecia está ahora "en la vía para lograr la reducción del déficit" exigida para 2010, tras las medidas aprobadas por el parlamento griego a principios de mes. Ese drástico plan de ajuste "supondrá un antes y un después en la historia fiscal de Grecia".

Ahora bien, ha advertido Rehn, "ni Grecia ni la zona euro están fuera de peligro todavía", porque sigue existiendo preocupación por la estabilidad financiera en la zona. Por este motivo, el Ejecutivo comunitario "anima a los estados de la Eurozona a tomar una decisión política sobre un mecanismo que asegure la estabilidad de la zona en su conjunto".

Dicho mecanismo "debería poder ser activado rápidamente, en caso de necesidad" y sería conforme con las disposiciones del tratado, especialmente con la cláusula que prohíbe el rescate puro y simple de un estado excesivamente endeudado. La Comisión "está lista para poner en marcha ese marco europeo de coordinación" de una asistencia que sería "condicional" y "sin ningún automatismo".

Rehn ha explicado que la CE trabaja estrechamente con todos los miembros de la zona y con los presidentes del Consejo Europeo y del Eurogrupo para llegar a esa solución "esta semana", en el contexto de la cumbre que comienza el 25/3.

Preguntado por la opinión de la CE acerca de una hipotética participación del Fondo Monetario Internacional (FMI), el comisario ha destacado que Bruselas "prefiere una facilidad financiera europea para un problema europeo". Esa facilidad deberá tener, según la Comisión, una dirección europea e ir ligada a condiciones decididas por los europeos, en este caso por los miembros de la Eurozona.

"Dicho esto", ha añadido Rehn, "no queremos entrar en ningún debate teológico sobre el FMI. Concibo al FMI como un socio, y ya estamos cooperando estrechamente con él; confiamos en su experiencia". "Tenemos sentido de la urgencia y buscamos un solución que esté basada claramente en la UE y en condiciones definidas por la Unión", ha insistido.

Rehn no ha querido comentar qué pasaría si los europeos no logran ponerse de acuerdo en la próxima reunión, para no "adelantarse a los acontecimientos" ni "poner a nadie contra la pared". Pero ha garantizado que el presidente del Consejo Europeo "está trabajando a marchas forzadas" en un mecanismo que pueda garantizar la estabilidad financiera de la zona euro.

– La disyuntiva de Europa: privilegiar el crecimiento o la red de protección (The Wall Street Journal – 25/3/10)

(Por Marcus Walker y Alessandra Galloni) Lectura recomendada

Los líderes europeos que se reunirán hoy en Bruselas corren contra el reloj para resolver la crisis de Grecia. Sin embargo, para muchos expertos el auténtico remedio para los problemas de confianza que aquejan a la zona euro va mucho más allá: una muy necesitada reconfiguración de las economías más importantes del bloque, empezando por las de Alemania y Francia.

Los temores de que los gobiernos del bloque no logren zanjar sus diferencias sobre un posible paquete de rescate para Grecia arrastró ayer al euro a su nivel más bajo en 10 meses. La calificación de la deuda de Portugal fue rebajada por Fitch Ratings, lo que pone de relieve el riesgo de que la crisis fiscal de Grecia se contagie a otras economías en apuros.

Se trata de un panorama diametralmente opuesto a la visión que acompañó el lanzamiento de la moneda común en 1999.

En aquel entonces, los promotores del euro auguraron un renacimiento del viejo continente impulsado por la modernización de estados de bienestar poco eficientes y la liberalización de mercados excesivamente regulados. Diez años después, la zona euro lucha por apuntarse a la recuperación económica global que arrancó en Asia y se ha propagado a EE.UU. y parte de América Latina.

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La hora de las reformas

Los miembros del bloque de 16 países afrontan un dilema: o estimulan la economía mediante el cumplimiento de viejas promesas para recortar las prestaciones y flexibilizar los mercados laborales o, como advierten muchos economistas, lidian con una década de estancamiento económico.

La zona euro ha perdido dinamismo durante los primeros 10 años de la moneda común, con un crecimiento anualizado de 1,7% de 2000 a 2008, una caída frente al 2% de los años 90. La próxima década podría ser peor. El mayor endeudamiento de los gobiernos y una mayor población de jubilados forzarán un alza de impuestos, que pesará tanto sobre empresas como consumidores.

"La verdadera pregunta que esta crisis nos plantea a todos es: ¿en qué medida podrán los países aceptar una auténtica reforma?", señala Thierry Breton, ex ministro francés de Finanzas que ahora se desempeña como presidente ejecutivo de la firma de tecnología de la información Atos Origin SA.

Las decisiones que se adopten tienen ramificaciones globales. La zona euro es la mayor economía unificada del mundo después de Estados Unidos y una fuente primordial de demanda global de bienes y servicios. Una Europa alicaída pone en peligro el crecimiento equilibrado y sostenible del resto del mundo.

Sin embargo, la predisposición hacia profundos cambios estructurales es muy baja en un continente acostumbrado a las generosas prestaciones del Estado y las fuertes protecciones laborales.

Incluso en las épocas de vacas gordas, los europeos se resisten a adoptar un modelo de capitalismo estadounidense, donde estiman que a menudo impera la ley del más fuerte. En los momentos de vacas flacas, los electores tienden a priorizar la seguridad económica frente al cambio.

La clara derrota del partido conservador francés en las elecciones regionales del fin de semana pasado fue interpretada como un aviso de que muchos votantes encuentran que los intentos del presidente Nicolas Sarkozy de abrir Francia a los negocios y reducir algunos beneficios públicos son una medicina difícil de tomar.

"Se suponía que el euro sería un trampolín para lograr una mayor productividad y crecimiento al promover una mayor integración entre las economías (europeas)", afirma Simon Tilford, economista jefe del Centro para la Reforma Europea, un centro de estudios en Londres. "En su lugar, la integración está perdiendo vigor. La falta de flexibilidad en los mercados de trabajo y productos genera serias preguntas sobre las posibilidades que tiene el euro de cumplir con su potencial".

Seguridad y cambio

Las reformas estructurales parecen ser la última gran esperanza, en parte debido a que los países de la zona euro disponen de pocas alternativas para reactivar sus economías. No pueden, por ejemplo, modificar las tasas de interés para estimular el crédito, ya que la política monetaria está en manos del Banco Central Europeo. La moneda común, asimismo, implica que los países carecen de una divisa nacional que puedan devaluar, una medida que abarataría sus exportaciones.

La alternativa restante, según numerosos economistas, pasa por la reforma del querido "modelo social".

Eso significa limitar las pensiones y los beneficios a quienes realmente los necesiten, en vez de mantener a personas perfectamente capacitadas para trabajar pero a las que les resulta más cómodo vivir del Estado, y eliminar leyes laborales y empresariales que disuaden el emprendimiento y la creación de empleos.

Este es el camino que prefiere Carlos Bock. El graduado alemán con un título de administración de empresas pasó meses, inmerso en la densa burocracia del país, antes de instalar un negocio de computadoras y cibercafé en 2004. Antes de ofrecer una taza de café, cuenta, tuvo que obtener una licencia para regentar una "empresa gastronómica". Uno de los 38 requisitos le exigía asistir a un curso de manejo higiénico de carne picada.

Bock cerró el negocio en 2008. Las estrictas regulaciones y protecciones sociales alemanas favorecen a las empresas establecidas y trabajadores veteranos frente a los proyectos nuevos y emprendedores, lamenta el empresario. También tuvo que hacer frente a la renuencia de los consumidores a abrir sus billeteras, un problema que los economistas atribuyen en parte a los altos impuestos sobre las empresas, que reducen el salario neto de los trabajadores.

"Si los mercados fueran más libres, habría más caos al principio, pero con el tiempo alcanzaríamos un mejor nivel económico", sostiene.

Políticos en toda Europa afirman que la causa de la reforma no está perdida. Xavier Musca, subsecretario general de Sarkozy, dice que el ánimo a favor de la reforma ha recobrado impulso a partir de 2007. "El gobierno está estimulando a los empleados a trabajar más y buscando una mayor competencia en el sector minorista… Ahora, también vamos a acelerar la reforma del sistema de pensiones", explica.

En última instancia, algunos gobiernos no tendrán otra alternativa. Alemania acaba de aprobar una ley que garantiza a los jubilados de la tercera edad que sus pensiones no van a disminuir, una promesa costosa que, en la opinión de varios economistas, pesará sobre futuros empleados y las empresas a menos que se reforme el sistema.

"Ahora no nos quedará otra opción que emprender reformas", señala Michael Fuchs, un legislador de la Unión Demócrata Cristina, el partido de la canciller alemana Angela Merkel.

"El rescate de Grecia seguía anoche en el aire. Berlín no acepta una intervención de la zona euro y prefiere préstamos bilaterales y voluntarios como complemento a un plan del FMI"… Berlín deja a Grecia al albur de ayudas voluntarias y bilaterales (Cinco Días – 25/3/10)

La suerte de Grecia se jugaba anoche entre Berlín y París. En la noche del 24/3, Alemania mantenía su negativa a respaldar una intervención de la zona euro y se decantaba por dejar el posible rescate de Grecia a la aportación bilateral de préstamos por parte de los socios de la Unión Monetaria que acepten colaborar. El grueso de la operación, en todo caso, correría a cargo del Fondo Monetario Internacional.

El Gobierno de Angela Merkel evitaría así la creación de un mecanismo de rescate comunitario que podría servir de precedente para futuras crisis. Una amenaza que ayer ganó fuerza con la creciente atención de los mercados a la situación de la deuda pública portuguesa.

A pesar de la resistencia alemana, la mayoría de los socios de la Unión Monetaria y de las instituciones europeas desean zanjar hoy mismo la inestabilidad generada por la desconfianza hacia la deuda pública griega.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, urgió "a crear dentro de la zona euro un instrumento para una acción coordinada que podría utilizarse para facilitar asistencia a Grecia en caso de necesidad". Los principales grupos del Parlamento Europeo (populares, socialistas y liberales) también pidieron una respuesta sin más dilación. "Es absolutamente necesario que se encuentre de una solución para la crisis griega", señaló el eurodiputado francés Joseph Daul, presidente del grupo Popular.

Pero entre los partidarios del rescate tampoco hay unanimidad. Mientras Barroso y el PP aceptan la intervención del FMI, el Banco Central Europeo arremetió contra esa posibilidad. "El euro daría la imagen de que sólo puede sobrevivir con apoyo externo", advirtió Lorenzo Bini Smaghi, del comité ejecutivo del BCE.

El empeño de Alemania en impedir cualquier medida de apoyo comunitario a Grecia está causando un serio malestar entre buena parte de los socios de la Unión Monetaria. En Bruselas, las fuentes más benignas atribuyen la actitud de la canciller Angela Merkel a su alianza gubernamental con los liberales, que ha resultado más incómoda y euroescéptica de lo esperado. Otros acusan a la presidenta del Gobierno alemán de electoralismo y de rendirse ante las opiniones más populistas y nacionalistas de su país.

"En Alemania se ha instalado la falsa tesis de que en la UE todo lo pagan ellos", lamenta un alto cargo comunitario. Otra fuente subraya que el posible rescate de Grecia "lo pagaríamos todos, no sólo Alemania".

Aun así, parece evidente que a Berlín le correspondería la mayor aportación si el reparto de la carga se hace en relación con el PIB o con la cuota de participación en el BCE (los dos baremos manejados hasta ahora). El PIB alemán es el 27% de la zona euro, frene al 11,7% de España. En el BCE, el Bundesbank tiene el 18% del capital y el Banco de España, 8,3%.

– Merkel contra Europa: cita clave en Bruselas para definir el rescate griego (El Confidencial – 25/3/10) Lectura recomendada

La canciller alemana, Angela Merkel, resistió ayer, a pocas horas del comienzo de una cumbre europea decisiva en Bruselas, la presión de sus principales socios europeos en favor de un mecanismo de ayuda a la endeudada Grecia. En los mercados cambiarios, la moneda única europea volvió a caer acosada por la incertidumbre en torno al destino de las finanzas públicas griegas y la noticia de la devaluación de la deuda portuguesa. Hoy ha llegado a perder los 1,33 dólares y se mueve en mínimos de diez meses frente a la moneda estadounidense.

Pese a los llamamientos de la Comisión Europea, del presidente de turno de la UE, José Luis Rodríguez Zapatero, y del presidente francés, Nicolas Sarkozy, la canciller alemana seguía ayer por la tarde sin dar su visto bueno a una reunión de los dieciséis líderes de la zona euro para dar un respiro a Grecia.

Aunque el martes se daba por seguro el encuentro de jefes de Estado y de Gobierno de los países de la moneda única antes de la cumbre de los Veintisiete, la tardanza en convocar la reunión y las dudas expresadas de nuevo desde Berlín han elevado la incertidumbre al máximo. Fuentes del Gobierno alemán volvieron a insistir hoy en que no ha llegado el momento de actuar en la causa de Grecia porque el Gobierno heleno "no lo ha pedido" y puede seguir financiándose en el mercado.

Mientras, los contactos y las llamadas a la acción se han redoblado en las últimas horas entre los responsables europeos, para intentar vencer la resistencia de Merkel. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, viajó ayer a París para tratar el tema con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante un almuerzo de trabajo del que sólo ha trascendido la "completa coincidencia de puntos de vista, así como su determinación común de llegar a un acuerdo".

El día anterior, Sarkozy departió con el jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y ambos pidieron públicamente la celebración de la reunión de líderes de la Eurozona hoy, antes del inicio del Consejo Europeo de primavera. Por otro lado, desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, volvió a instar hoy a los gobiernos a pactar cuanto antes un instrumento financiero con el que asistir a Grecia en caso de que el país lo necesite porque no pueda seguir financiándose a precios razonables.

El presidente del Ejecutivo comunitario apeló a la "responsabilidad" y "solidaridad" de los líderes europeos e insistió en que ese mecanismo sería una suerte de "red de seguridad" que sólo sería utilizado "en caso de que se agotaran otras soluciones". El mensaje de Barroso en el Parlamento Europeo, que le brindó su apoyo, insistía en la línea expresada horas antes por el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien también animó a los líderes comunitarios a ponerse de acuerdo sobre una fórmula de apoyo a Atenas, con objeto de eliminar la incertidumbre que alimenta la especulación, y proteger la estabilidad de toda la zona euro.

Pese al duro ajuste aprobado por Atenas, "ni Grecia ni la zona euro están fuera de peligro" todavía, alertó Rehn. Las incógnitas sobre la modalidad y cantidad de la ayuda, así como sobre la eventual participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) también siguen sin despejarse y fuentes diplomáticas aseguran que el tema "está aún muy abierto".

Se estudiará la participación del FMI

Las mismas fuentes explicaron en Bruselas que el encaje de la participación del FMI en la modalidad de ayuda a Grecia es uno de los temas que están discutiendo Van Rompuy, Merkel, Sarkozy, Papandreu y el resto de los "actores principales" de la negociación. El Gobierno de Alemania ha presionado para que la ayuda, en caso de que finalmente sea habilitada, contenga "una aportación sustancial del Fondo Monetario Internacional", a la que "todos los países de la Eurozona" podrían sumar una cantidad voluntaria, según informaciones aparecidas en la prensa local.

La participación del FMI es una opción que en principio fue descartada pero que ha ido sumando adeptos en la última semana aunque la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, Sarkozy y el propio gobierno griego han apostado en todo momento por un apoyo de los Dieciséis.

Sin embargo, fuentes diplomáticas aseguran que "nadie desea" que la "solución europea" sea arrancada a costa de poner en peligro la supervivencia de la coalición de Gobierno en Alemania, donde los liberales se muestran extremadamente reacios a cualquier operación que se asemeje a un rescate prohibido por el Tratado europeo. La proximidad de las elecciones regionales en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, crucial para la coalición democristiano-liberal, explicaría la resistencia de la canciller a zanjar ya la operación en apoyo de Grecia.

"El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, ofreció el jueves socorro al atribulado Gobierno griego al decir que el organismo seguirá aceptando el próximo año bonos con calificaciones de hasta BBB- como garantía"… Trichet le ofrece la pipa de la paz al gobierno de Grecia (The Wall Street Journal – 25/3/10)

No obstante, el BCE no dará préstamos tan altos a los títulos de menor calificación como a los que tengan una calificación de AAA.

Este anuncio es muy tranquilizador para los tenedores de deuda estatal griega, que se habría vuelto inservible como garantía para el BCE si el banco hubiera mantenido sus planes de aumentar el rating mínimo aceptable al nivel previo a la crisis financiera.

El BCE redujo el límite de rating crediticio aceptable a BBB- desde A- para luchar contra la crisis financiera. Esta medida estaba pensada para garantizar a los bancos el acceso a cantidades suficientes de crédito del BCE tras el cierre de los mercados crediticios interbancarios a todas las entidades excepto las más solventes.

Grecia, cuyo déficit público casi alcanzó el pasado año el 13% del Producto Interno Bruto y cuya deuda supera con creces el 100% del PIB, es el ejemplo más claro del deterioro generalizado de las cuentas públicas en la eurozona, que ha lastrado fuertemente al euro este año.

El propio Trichet ha indicado que el BCE considera "valiente y convincente" el plan de recorte del déficit del primer ministro heleno, Giorgios Papandreu.

El grado de preocupación internacional por el tema quedó claro el jueves cuando Zhu Min, vicegobernador del Banco Popular de China, calificó el problema de deuda de Grecia de "punta del iceberg".

"No vemos acciones decididas que digan al mercado: 'podemos solucionarlo, podemos cerrarlo'", indicó Zhu, que añadió que las "mayores preocupaciones hoy son obviamente España e Italia".

Sus comentarios llevaron al euro a un nuevo mínimo de 10 meses de US$ 1,3283.

"Si la zona euro no acuerda un plan de ayuda a Grecia se corre el riesgo de "un tsunami" financiero en otros países de la UE como España, Portugal, Reino Unido o Francia, ha advertido Viviane Reding, comisaria europea de Justicia – Bruselas alerta del riesgo de un "tsunami" financiero si no se ayuda a Grecia (Cinco Días – 25/3/10)

"Hay que ayudarle, porque no hacerlo tendrá una influencia sobre todos los demás que no van tan bien, como España y Portugal, como Reino Unido, como Francia", afirmó Reding en unas declaraciones a la cadena de radio Bel RTL.

Preguntada sobre el caso británico, Reding precisó que la situación presupuestaria del Gobierno de Londres está "muy, muy mal", ya que tiene "un presupuesto de austeridad muy duro".

A pesar de que Grecia ha cometido "bastantes errores" es un miembro de la familia de la zona euro. "Hay un país que está en dificultades y hay que ayudarle porque si no lo hacemos habrá un "tsunami" en otros países. Hagámoslo", recalcó.

La comisaria luxemburguesa dijo que ha hablado "varias veces" de esta cuestión con la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo Gobierno se opone en solitario en la UE a un mecanismo de ayuda europea a Grecia.

Merkel "tiene un grave problema político en casa", ya que "todo su pueblo está en contra" de la ayuda a Grecia después de que los medios de comunicación alemanes han tratado la cuestión "con un populismo extraordinario", añadió la comisaria europea. "Pensaba que habíamos dejado esta fase, si alguien hace algo mal hay que decirlo y luego corregirlo, pero lanzar a un pueblo contra el otro… no es bueno, no es mi Europa", lamentó.

En todo caso, Viviane Reding insistió en que "Grecia puede ser el debut de un "tsunami". Debemos ayudar a Grecia simplemente para mantener la coherencia en Europa".

Trichet pide "responsabilidad" a los países del euro

Por otro lado, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, reclamó hoy "responsabilidad" a los países de la eurozona para adoptar las "decisiones fundamentales" que exige la actual situación de inestabilidad provocada por los problemas de endeudamiento de Grecia porque comparten un "destino común".

Por su parte, el primer ministro griego, Giorgios Papandreu, aseguró hoy que su país "saldrá adelante sean cuales sean las decisiones que se tomen hoy (25/3)" en Bruselas.

– Francia y Alemania llegan a un acuerdo de ayuda para Grecia (The Wall Street Journal – 25/3/10)

(Por Charles Forelle y Marcus Walker) Lectura recomendada

Francia y Alemania respaldaron un acuerdo bajo el cual los países de la unión Europea y el Fondo Monetario Internacional tendrían un papel conjunto en un rescate griego que ascendería a 23.000 millones de euros (US$ 30.734 millones)

La solución que logró el apoyo de los reacios alemanes para un posible paquete de rescate griego también pone al bloque en una posición que algunos consideran como vergonzosa: el tener que acudir a una organización que usualmente organiza rescate para países en desarrollo.

El presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel, se reunieron en esta ciudad antes de la cumbre de los 27 líderes de la unión Europea y llegaron a un acuerdo bajo el cual los países de la UE dirigirían un posible rescate de Grecia y contribuirían con la mayoría de su financiación, mientras que el FMI tendría un rol de apoyo, dijeron fuentes al tanto.

La ayuda no sería automática, dijo una fuente y sólo se daría si Grecia la necesita y la pide. No se tiene claro exactamente qué condiciones activarían el paquete de ayuda. La fuente dijo que Grecia pagaría "tasas de mercado" de interés sobre préstamos de los países de la UE, pero con la expectativa de que los rendimientos exigidos por los inversionistas caigan tras el anuncio de la posible ayuda. El FMI, que presta con sus propios fondos, muy probablemente proveería mejores términos.

El acuerdo sobre los términos de ayuda, incluso sin un pacto final, es un gran avance para la zona euro, la cual ha sufrido por más de un mes para determinar la forma de proveer ayuda a Grecia, luego de decir vagamente en febrero que haría algo de ser necesario. No hay un manual de instrucciones para rescatar a un país de la euro zona que esté cerca de una cesación de pagos y los tratados de la UE contienen cláusulas que evitan que los países asuman las obligaciones de sus pares en problemas.

Estas cláusulas fueron principalmente el resultado de la resistencia alemana al momento de la creación del euro, quienes no querían tener que usar su fortaleza económica para ayudar a un vecino menos frugal.

Esa precisamente fue la situación que se presentó este año, cuando quedó claro que Grecia, agobiada por una creciente deuda y déficit, no podría refinanciar sus préstamos a las altas tasas que los mercados, actualmente sensibles al riesgo, están cobrando.

Alemania, reacia a cargar con un peso sustancial en un rescate griego, se pronunció en contra de la ayuda. Sin embargo, indicó esta semana que le daría apoyo a un sistema de préstamos de países más fuertes a Grecia, como último recurso. Su precio fue que el FMI también estuviera involucrado.

El déficit del gobierno griego alcanzó cerca del 13% del producto interno bruto el año pasado, muy por encima del límite de 3% prescrito por las reglas de la zona euro. Su deuda era 113% del PIB, frente a un límite de 60%. Años de esfuerzos de funcionarios de la UE para presionar a Grecia para que cambiara sus políticas de gasto tuvieron poco efecto.

Merkel dijo que apoya la propuesta del ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble de un Fondo Monetario Europeo y el poder de excluir a países del bloque que no cumplan con lo pactado, ambas medidas radicales que requerirán un largo proceso de ratificación y la aprobación de los 27 estados miembros de la UE.

"Respaldaré los cambios necesarios al tratado", dijo Merkel.

– La UE llega a un acuerdo de rescate para Grecia (The Wall Street Journal – 26/3/10)

(Por Charles Forelle y Marcus Walker) Lectura recomendada

Los líderes de los 16 gobiernos de la zona euro accedieron a apoyar un acuerdo de rescate para Grecia bajo el cual los países del bloque y el Fondo Monetario Internacional jugarán un papel conjunto en cualquier tipo de asistencia.

Un consenso sobre los términos de la ayuda representa un gran avance para el grupo, que ha estado dividido por semanas sobre cómo lidiar con los problemas de deuda de los griegos.

El compromiso alcanzado, que incluye el apoyo del renuente gobierno alemán, pone al bloque económico en la vergonzosa situación de acudir a una organización (el FMI) que usualmente orquesta rescates para países en desarrollo.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron en esta ciudad antes de la cumbre de los líderes de la Unión Europea y llegaron a un acuerdo bajo el cual los países de la UE dirigirían un posible rescate de Grecia y contribuirían con la mayoría de la financiación, mientras que el FMI tendría un rol de apoyo.

La ayuda no sería automática, dijo una fuente, y sólo se concedería si Grecia la necesita. El compromiso franco-alemán le otorga a Grecia la seguridad de que será ayudada por el resto de Europa, pero también le confiere a Merkel la potestad de tener la última palabra para decidir si poner en marcha el rescate. Los países de la zona euro deben estar de acuerdo de forma unánime antes de desembolsar cualquier ayuda, según el acuerdo.

El texto final no deja muy claro qué constituiría una necesidad de ayuda, y sólo especifica que la asistencia se extendería como recurso de última instancia, como insistió Merkel, y si los mercados financieros resultan ser "insuficiente".

Al final, la necesidad de unanimidad significa que Alemania tendrá la última palabra para decidir si Grecia recibe los fondos.

Atenas ha argumentado por semanas que la tasa de interés de más de 6% que actualmente debe aceptar para pedir dinero prestado en los mercados de bonos es inaceptable. El primer ministro del país, Giorgios Papandreu, ha estado presionando a los otros miembros de la UE para que reduzcan los costos de deuda de Grecia.

Pero un alto funcionario alemán dijo que los altos costos de crédito no serían "ciertamente" suficientes para activar el paquete de rescate. "'Insuficiente' no debería entenderse como 'incómodo' u 'oneroso'", dijo el funcionario.

Los países de la zona euro han tratado por más de un mes de encontrar la forma de ayudar a Grecia, después de haber asegurado en febrero que harían algo, si era necesario. No hay un manual de instrucciones para rescatar a un país de la zona euro que esté al borde de una cesación de pagos y los tratados del bloque contienen cláusulas que evitan que los países asuman las obligaciones de sus pares en problemas.

Estas cláusulas fueron principalmente el resultado de la resistencia alemana en el momento de la creación del euro, ya que el país no quería tener que usar su fortaleza económica (ganada a pulso) para ayudar a un vecino menos frugal.

Precisamente esa fue la situación que se presentó este año, cuando quedó claro que Grecia, agobiada por una creciente deuda y déficit, no podría refinanciar sus préstamos a las altas tasas que los mercados, de nuevo sensibles al riesgo, están cobrando.

Alemania, reacia a cargar con un peso sustancial en un rescate griego, se pronunció en contra de la ayuda. Sin embargo, esta semana indicó que, como última instancia, le daría apoyo a un sistema de préstamos de países más fuertes a Grecia. Su condición fue que el FMI también estuviera involucrado.

– Alemania se impone en la crisis del eurogrupo: el FMI asumirá hasta el 50% de un rescate a Grecia (Expansión – 26/5/10)

(Por Ramón R. Lavín – Bruselas) Lectura recomendada

Sarkozy y Merkel concretaron ayer un acuerdo que sólo se aplicará en casos de extrema necesidad. España compromete unos 2.500 millones en préstamos bilaterales al Ejecutivo heleno.

Francia y Alemania lograron ayer un principio de acuerdo sobre un plan europeo para rescatar a Grecia en una reunión que celebraron los mandatarios de ambos países, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, previa a la cumbre de la Unión Europea en Bruselas. Al cierre de esta edición, no había todavía acuerdo definitivo, pero el compromiso franco-alemán, base de las negociaciones, prevé un instrumento conjunto de financiación con una parte importante del FMI y préstamos voluntarios bilaterales, entre los socios del Eurogrupo.

La parte del FMI se destinaría a financiar los problemas de balanza de pagos y, aunque el borrador no contenía cifras, se hablaba ayer de que esa parte de la ayuda podría estar entre el 33% y el 50% del total. Los europeos se encargarían del resto. España aportaría el 12% –más de 2.000 millones–, según fuentes de la delegación española, a la espera de lo que aporten los demás, ya que no todos estaban dispuestos a colaborar.

La solución pasaba, al cierre de esta edición, por un anuncio de colaboración entre los países europeos y el FMI, en la que la parte europea serían préstamos bilaterales, aunque los países de la UE siguen confiados en que el plan de consolidación griego hará innecesario este mecanismo de ayuda a Grecia. La clave de reparto de los préstamos bilaterales seguía ayer en discusión. El tipo de interés se calculará según la media de los mercados.

Sería la primera vez que el FMI interviniese en los asuntos de la eurozona, muy a pesar de la gran mayoría de socios. El montante total de los prestamos sería de alrededor de 22.000 millones de euros, de los que España aportaría el 12%.

Endurecimiento

A cambio, Alemania obtendría un refuerzo futuro de la disciplina presupuestaria en la zona euro, con la posibilidad de imponer sanciones para los países que no cumplan esos requisitos. La canciller alemana, Angela Merkel, fue tajante en cuanto al momento en el que se pondría en marcha el mecanismo, "solo como último recurso".

El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, consideraba "impensable", que los líderes de la Unión Europea (UE), no alcanzasen un acuerdo para responder a la grave crisis presupuestaria en Grecia. En la misma línea el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, calificó de "razonable" la propuesta sobre la mesa, en la que las aportaciones de los países de la zona euro se completarían con la participación del FMI, aunque Zapatero insistió en que la solución debería ser básicamente europea.

Angela Merkel advirtió antes de llegar a Bruselas, de que "este plan solo se activará en el último momento, si Grecia acusa problemas de insolvencia", ya que, según el Gobierno alemán, el plan de choque adoptado por el Gobierno griego será suficiente para tranquilizar a los mercados, lo que la realidad ha desmentido.

La activación del mecanismo de ayuda a Grecia se deberá adoptar con el apoyo unánime de todos los países miembros de la eurozona, por lo que Alemania conserva el derecho a veto en la concesión de esas ayudas.

– Angela Merkel impone su criterio: será el FMI el que salga al rescate de Grecia (El Confidencial – 26/3/10) Lectura recomendada

La canciller alemana, Angela Merkel, se salió ayer finalmente con la suya. Los países de la zona euro han acordado que sea el Fondo Monetario Internacional (FMI) quien, en caso de ser necesario, salga al rescate de Grecia para evitar su caída. Esperan que el anuncio desanime a los especuladores y este socio de la Eurozona pueda refinanciar su enorme deuda a un coste razonable.

Después de semanas de incertidumbre y declaraciones contradictorias, los Dieciséis llegaron anoche a un compromiso que proporciona a Grecia un respiro, para seguir adelante con su draconiano plan de ajuste. Finalmente, los socios más reacios a una intervención del FMI, empezando por Francia, han tenido que aceptar que la institución con sede en Washington lidere el rescate eventual de un miembro de la Eurozona.

A la idea de ver desembarcar en la zona euro a los especialistas del Fondo se oponían nada menos que el Banco Central Europeo (BCE), guardián de la política monetaria europea, y la Comisión de la UE.

Pero el compromiso, fraguado en un encuentro bilateral entre el presidente Nicolas Sarkozy y la canciller prevé que los europeos activarán, si llega el caso, un mecanismo propio en favor de Grecia que consistirá en préstamos bilaterales de los miembros de la Eurozona y en "sustanciales" créditos del FMI.

La ayuda europea, última opción

El apoyo europeo "complementa la financiación del FMI", y será considerado "ultima ratio", es decir, un recurso utilizable sólo si la financiación del mercado resultara insuficiente para evitar la quiebra del Estado griego.

Según la declaración aprobada, "cualquier desembolso de créditos bilaterales será decidido por los países miembros del área euro por unanimidad", lo que equivale a conceder a Alemania, el socio más reticente, un derecho de veto. Estará "sujeto a estrictas condiciones" y se basará en una evaluación por parte de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo, lo que garantiza que el control del proceso queda en Europa.

"El objetivo de este mecanismo no será ofrecer financiación a tipos medios de interés de la zona euro, sino crear incentivos para volver a la financiación del mercado lo antes posible con precios adecuados al riesgo", puntualiza la declaración. Aunque no se precisa a qué tipos de interés prestarían dinero a Grecia sus socios, sí se aclara que no serán "concesionales", esto es, que "no tendrán ningún elemento de subsidio".

Además, se promete que las decisiones que se tomen de acuerdo con este mecanismo "se ajustarán plenamente al marco del Tratado y a las legislaciones nacionales", lo que debería tranquilizar a Alemania. El Gobierno de la canciller Merkel puso innumerables objeciones a cualquier operación que se asemejase a un rescate, por razones de principio y también de coyuntura política interna.

Grecia, opina Berlín, es la única responsable del castigo de los mercados, por sus políticas presupuestarias insanas y por haber falsificado reiteradamente las cuentas públicas, y engañado a Bruselas. Pero el pulso librado por los especuladores financieros, que han apostado a que lograrían la quiebra del Estado heleno, amenazaba ya con contagiarse a otros miembros de la zona y desestabilizar al euro.

La declaración trata de levantar un muro frente a la especulación, como ha asegurado a las claras el primer ministro portugués, José Sócrates, quien ha visto también esta semana cómo las agencias rebajaban la calificación de la deuda soberana de su país. Y abre la vía a un fortalecimiento de los instrumentos de la unión monetaria europea para hacer frente a crisis de solvencia futuras, para las que no estaba preparada según todos los analistas.

"Nos comprometemos", han afirmado los Dieciséis, "a promover una coordinación fuerte de las políticas económicas en Europa". "La situación actual demuestra la necesidad de fortalecer y complementar el marco actual para garantizar la sostenibilidad fiscal en la zona euro y aumentar su capacidad para actuar en tiempos de crisis", añaden.

Para el futuro, los gobiernos de la Eurozona creen que "debe fortalecerse la vigilancia de los riesgos económicos y presupuestarios y los instrumentos para su prevención, incluido el Procedimiento de Déficit Excesivo". Dicho procedimiento, contenido en el llamado Pacto de estabilidad, no ha servido manifiestamente para evitar el derrapaje de las finanzas públicas griegas.

Bajo la presión de Merkel, los miembros del euro han encargado al presidente de Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que abra la vía a un reforzamiento "del marco jurídico" de manera que no vuelva a repetirse una crisis como ésta.

"El mecanismo de ayuda financiera para Grecia acordado el jueves por los líderes de la eurozona resulta factible, pero es poco probable que sea activado, indicó el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien se mostró confiado en que "el mecanismo decidido hoy no necesitará ser activado y que Grecia recobrará progresivamente la confianza del mercado", manifestó"… Trichet confía en que el plan de rescate no tenga que ser activado (El Economista – 26/3/10)

"Estoy muy feliz de que el Gobierno de la Eurozona haya encontrado una solución factible", señaló. "Considero que esta solución preserva, lo que para nosotros es decisivo, las responsabilidades de los gobiernos de la eurozona", agregó, después de que los periodistas le preguntaran tras una sesión informativa del presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Según destacó, la credibilidad de Grecia está mejorando, por lo que el mecanismo acordado por los líderes, que combina dinero del Fondo Monetario Internacional (FMI) y préstamos bilaterales de la eurozona, no será necesario. "Confiado de que el mecanismo decidido hoy (25/3) no necesitará ser activado y que Grecia recobrará progresivamente la confianza el mercado", manifestó.

En su opinión, la participación del FMI en el mecanismo de ayuda no infringe la independencia del BCE y deja sin alteraciones las responsabilidades de gobierno de la eurozona. "La independencia del banco central es sacrosanta y nadie está poniendo eso en duda por un segundo", dijo Trichet, quién previamente había expresado su oposición a la participación del FMI en la ayuda para Grecia.

"Tenemos gran respeto por la habilidad del FMI, trabajamos con el FMI en Atenas (…) Nunca dije que la intervención del FMI fuera esto o aquello. Siempre he dicho que debemos tener la máxima responsabilidad por los gobiernos de la eurozona", declaró.

Los líderes de la eurozona acordaron que el mecanismo de ayuda sólo sería activado como último recurso, si la financiación del mercado resulta insuficiente, y que el desembolso de préstamos dependería de la evaluación de la Comisión Europea y el BCE. En este sentido, explicó que el BCE observará "la situación y haces una evaluación sobre la inestabilidad financiera que se derivaría de esto para el país y la eurozona (…) ese es el criterio, pero reitero que para trabajar nosotros no asumimos que esto empezará a funcionar".

Trichet recibió con beneplácito un llamamiento de los líderes de la eurozona para fortalecer las reglas de presupuesto de la UE para que una crisis de deuda en Grecia no vuelva a ocurrir. "Estoy complacido de ver que los jefes de Estado y Gobierno acordaron que necesitamos incrementar nuestra vigilancia y que necesitamos reforzar nuestra capacidad para vigilar (políticas fiscales)", expresó.

"El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, afirmó que los problemas económicos de España y Portugal son "completamente diferentes" a los de Grecia y que los mercados "se darán cuenta" de esto en días. En su opinión, que el Eurogrupo y el FMI se conviertan en garantes de que no se dejará caer al país heleno bastará para reducir los spreads y hacer la situación "soportable"… Rompuy: la situación de España y Portugal es "completamente diferente" a la de Grecia (El Economista – 26/3/10)

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