La Unión Europea llama a revisión al Euro la casa está en llamas II (página 10)
Enviado por Ricardo Lomoro
Según fuentes de la Presidencia de turno española, la retirada de este punto del orden del día se debe al deseo de reunir el mayor grado de acuerdo sobre esta directiva clave para el sector financiero y a la que se oponen Reino Unido y Estados Unidos. Londres se opone prácticamente en solitario a la directiva por considerar que perjudica a la City, donde se concentran entre el 70% y el 80% de los fondos europeos.
Esta directiva también ha provocado ya un enfrentamiento entre la UE y EEUU. De hecho, el secretario del Tesoro, Tim Geithner, ha escrito una carta a la vicepresidenta económica del Gobierno y presidenta de turno del Ecofin, Elena Salgado y al comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, en la que expresa su "preocupación" por considerar que la norma de la UE sobre "hedge funds" "discriminará a las empresas estadounidenses y les denegará el acceso al mercado de la UE del que ahora disfrutan".
Uno de los principales puntos de discrepancia es el tratamiento que debe darse a los gestores de fondos de alto riesgo basados fuera de la UE. Reino Unido reclama que, si estos gestores son autorizados por el supervisor de un Estado miembro, se beneficien de un pasaporte europeo que les permita operar en todos los países de la UE. Ello permitiría que los 'hedge funds' basados en territorios dependientes de Reino Unido como Jersey o las islas Caimán puedan trabajar en toda la UE si los aprueba la autoridad británica.
El resto de estados miembros se opone a dar un pasaporte europeo a los gestores de fondos extranjeros porque no estarán sometidos a las mismas exigencias de transparencia que impondrá la UE. Reclaman que se mantenga la situación actual, es decir, que los gestores de fuera de la UE tengan que pedir autorización en cada uno de los países en los que quieran operar.
La norma sólo se aplicará a los gestores de 'hedge funds' con una cartera de más de 100 millones de euros. Para los gestores que no recurran al apalancamiento el límite para escapar a la regulación será más alto, de 500 millones, por considerarse que no plantean un riesgo sistémico.
Para operar en la UE, los gestores de fondos de alto riesgo deberán obtener la autorización del supervisor del Estado miembro en el que estén basados y estarán sujetos a supervisión y a controles estrictos, así como a duras exigencias de transparencia. Los supervisores tendrán todos los poderes necesarios para intervenir en caso de que el apalancamiento de los fondos suponga una amenaza para la estabilidad del mercado financiero.
Los gestores que cumplan estos requisitos tendrán derecho a gestionar y vender fondos no sólo en su propio país sino en toda la UE, es decir, se beneficiarán de un pasaporte europeo. La norma incluye además restricciones a las primas salariales que cobran los gestores. Francia considera insuficientes estos límites porque son menos estrictos que los que la normativa europea prevé para los directivos de bancos.
– Las exportaciones de Alemania, en el centro del debate en la crisis europea (The Wall Street Journal – 16/3/10)
(Por Vanessa Fuhrmans) Lectura recomendada
Berlín.- Lo que pone en juego el gobierno alemán al liderar un potencial rescate de Grecia a pesar de la resistencia popular interna tiene menos que ver con salvar al país heleno del colapso financiero que con proteger un factor clave de la economía de la zona euro: las exportaciones alemanas.
A la vez, los considerables superávits comerciales de Alemania con sus vecinos del sur están motivando llamados para que haga más para ayudar a resolver los problemas de los atribulados estados miembros en lugar de ofrecer consejos sobre medidas de austeridad.
Alemania envía el 43% de sus exportaciones a los países dentro de la eurozona de 16 miembros. Los envíos a países en la vulnerable franja del sur de Europa -un grupo que incluye a Grecia, España, Portugal e Italia– representan alrededor de un 12% del total.
Eso significa que si los problemas de crédito de Grecia se extienden a países más grandes dentro del área de la moneda común, como España, las repercusiones para la economía alemana serían serias.
Alemania ha estado "financiando a gran parte de Europa" afirma Nick Kounis, economista jefe europeo de Fortis Bank, "pero también se beneficia mucho de la zona de la moneda única".
Muchos economistas sostienen que el desequilibrio comercial de Alemania con sus vecinos del sur de la zona euro ha contribuido a sus problemas. La industria alemana impulsó la competitividad de sus exportaciones durante la última década en parte manteniendo los salarios sin cambios.
Este factor ha ayudado a las exportaciones alemanas, que representan alrededor del 40% de la economía del país. Los críticos afirman que la dinámica salarial también ha reducido el gasto de los consumidores alemanes, lo que perjudicó las exportaciones de otros países europeos a la mayor economía de Europa.
El resultado es uno de los mayores superávits comerciales del mundo, que alimenta al Producto Interno Bruto de Alemania pero que se resta del de sus vecinos.
"No estoy seguro de que sea un modelo sustentable para todo el grupo", indicó la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, en una entrevista con el Financial Times el lunes, al referirse a la presión de Alemania sobre sus costos laborales. "Claramente necesitamos una convergencia mejor".
Una demanda más fuerte en Alemania podría impulsar el crecimiento económico en Grecia, España y otras economías con problemas, lo que les facilitaría poner en orden sus finanzas públicas. "Si los alemanes gastan más, importarían más" del resto de la zona euro, afirmó Howard Archer, economista europeo de IHS Global Insight en Londres.
Alemania, como China, se ha visto sometida a la presión internacional desde la crisis financiera de 2008 para reequilibrar su economía y hacerla menos dependiente de las exportaciones, y para contribuir más a la demanda global. "No podemos regresar a la era en la que los chinos o los alemanes u otros países simplemente nos venden todo, y nosotros nos endeudamos con tarjetas de crédito o préstamos hipotecarios pero no les vendemos nada a ellos", afirmó el presidente estadounidense Barack Obama en septiembre.
Las autoridades alemanas rechazan las críticas sobre la concentración del país en las exportaciones. Durante una época de problemas económicos, Alemania no ha estado dispuesta a adoptar más medidas de estímulo porque aumentarían su déficit presupuestario.
El gasto del consumidor alemán cayó un 1% en el cuarto trimestre del año pasado, mientras las exportaciones saltaron un 3%, al beneficiarse de la recuperación de la demanda de otros países.
"¿Rescate, qué rescate? La canciller alemana, Angela Merkel, ha mostrado hoy su versión más dura respecto a la crisis del euro dando a entender que no habrá rescate de Grecia y que no se debe descartar la expulsión de un miembro como "último recurso" si éste incumple el Pacto de Estabilidad de manera reiterada. Merkel dijo ante el Parlamento que el Pacto no funciona y que hay que buscar soluciones a largo plazo. Grecia es una bomba política en manos de Merkel: Alemania oriental no perdonaría un rescate"… Ángela Merkel saca el dóberman a pasear para advertir sobre Grecia y la Eurozona (El Economista – 17/3/10)
Cualquier decisión respecto a Grecia debe ser tomada "con la vista puesta en la estabilidad del euro a largo plazo. La solidaridad a corto plazo no es la respuesta adecuada", explicó la canciller. "No necesitamos una solución que ayude a corto plazo pero debilite a largo plazo", añadió.
Esta idea contrasta con lo que dijo este lunes Joaquín Almunia, comisario de Competencia, que aunque valoró la idea de un Fondo Monetario Europeo a largo plazo creía que era necesario resolver algunas cuestiones a corto plazo.
También se pronunció a favor de la posibilidad de excluir de la zona euro, "como último recurso", a un país que "no cumpla las condiciones una y otra vez". Esa postura ya había sido defendida últimamente por su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
Merkel insistió en que Europa es una comunidad solidaria en la que no se debe abandonar a nadie, pero que "de nada sirven únicamente las manifestaciones de amistad y las ayudas precipitadas". Lo que hace falta es que Grecia "ataque el problema por la raíz y aplique rigurosamente su plan de ahorro", dijo.
El Pacto de Estabilidad no funciona
"La situación de Grecia no es producto de las embestidas de los especuladores, estos sólo la han agravado, sino de una violación del Pacto de Estabilidad Europeo que se prolongó durante años", dijo Merkel durante el debate presupuestario celebrado hoy en el Bundestag.
"Actualmente no tenemos los instrumentos adecuados. Cuando se ideó el tratado (de Maastricht) se planteó como sanción máxima para el país que viole el Pacto de Estabilidad que tenga que pagar una multa a la Comisión Europea. ¿Pero cómo lo va a hacer un país que no tiene dinero?", agregó.
Merkel no entró en más detalles y tampoco se refirió a la propuesta de Schäuble de crear en el futuro un Fondo Monetario Europeo para evitar bancarrotas de socios, iniciativa que ella ha calificado de "un buen enfoque", pero que, a su juicio debe entenderse como un "último recurso", al final de "una cadena de reacciones".
Dura respuesta a Francia
Angela Merkel también defendió la fuerza exportadora de Alemania como uno de sus principales potenciales de competitividad y rechazó con ello las críticas de algunos socios que ven en el superávit comercial alemán un problema para el equilibrio de la zona del euro.
"No vamos a sacrificar nuestra fortaleza sólo porque se compran más nuestros productos que los de otros países", dijo Merkel durante el debate presupuestario, en alusión a las críticas formuladas sobre todo por la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, que instó a Berlín a impulsar la demanda interior para ayudar a otros miembros.
La canciller reconoció que los elevados costes laborales alemanes son efectivamente un problema, pero insistió en que sería una política de competitividad equivocada si Alemania sacrificara su potencia exportadora.
Merkel subrayó que el gobierno económico común que se plantea dentro de la Unión Europea es una idea acertada, pero sólo "si no se guía por el más lento, sino por el más rápido". Sólo así, añadió, Europa puede ser una región competitiva a escala mundial.
"El dóberman no para de ladrar. Michael Meister, portavoz de economía de la canciller alemana Angela Merkel, ha señalado hoy que Grecia debería dirigirse al FMI si necesita ayuda. Alemania, el país más poderoso y locomotora de la Zona Euro, se distancia definitivamente de la postura del BCE, de la Comisión Europea y del presidente francés, Nicolas Sarkozy, que prometieron ayudar al país y que descartaban acudir al FMI. Martin Feldstein: "Las alternativas son algún tipo de default o abandonar el euro, o las dos"… ¿La patada final? Alemania deja claro que Grecia debe pedir ayuda al FMI (El Economista – 18/3/10)
"Tenemos que pensar sobre quien tiene los instrumentos para ayudar a que Grecia recupere el acceso a los mercados de capital", explicó Meister, que es diputado y miembro de la CDU, el partido de Merkel.
"Nadie más aparte del FMI tiene esos instrumentos", sentenció el portavoz antes de añadir que intentar un rescate de Grecia sin la ayuda del FMI sería "un experimento muy osado".
Estas declaraciones están en línea con lo que dijo ayer Angela Merkel ante al Parlamento, que advirtió sobre la posibilidad de expulsión de algún miembro si no cumplía con el Pacto de Estabilidad de forma reiterada.
Además, la canciller descartó soluciones a corto plazo aunque aseguró que Grecia no quedaría abandonada. También dijo que la Eurozona, tal y como está concebida ahora mismo, no funciona.
Holanda piensa igual que Alemania
Por otro lado, según el periódico Het Financieele Dagbled, el parlamento holandés se opone a dar préstamos a Grecia y también cree que el Gobierno heleno debería pedir ayuda al FMI.
Grecia tiene vencimientos de deuda por unos 20.000 millones de euros hasta mayo. Sin embargo, los mercados dudan de que pueda acceder a esa financiación.
Además de una posible expulsión de la Eurozona, el default va tomando forma en el horizonte como una opción para el país.
– ¿Quo Vadis Europa? (BBCMundo – 17/3/10)
(Por Marcelo Justo)
Lectura recomendada
Una bandera, 27 miembros: ¿qué futuro?
TRATADOS DE LA UNIÓN EUROPEA
Tratado de Roma (1957): fundación de la Comunidad Económica Europea con seis miembros.
Acta Única Europea (1986): firmada en 1986 con el objetivo de crear para 1992 un mercado común europeo con libre circulación de mercancías, capitales y servicios.
Tratado de Maastricht (1992): cambia el nombre a Unión Europea que cuenta ya con 12 miembros y añade a la cooperación económica, una mayor integración europea en defensa, justicia y seguridad.
Tratado de Ámsterdam (1999): incorpora a la UE principios de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos.
Tratado de Lisboa (2007): la Unión Europea cuenta con 27 miembros tras la incorporación en 2004 de diez países, la mayoría de Europa del Este y en 2007 de los dos últimos miembros en sumarse a la UE (Bulgaria y Rumania)
La economía estancada, el euro en crisis, un presidente de la comisión europea que nadie conoce, una responsable de Relaciones Exteriores igualmente anónima… la Unión Europea parece sumida en una crisis de identidad a más de 50 años del comienzo del proyecto paneuropeo.
En un discurso ante el parlamento alemán, la canciller Angela Merkel dijo este miércoles que los 16 países de la eurozona podían considerar la exclusión de uno de sus miembros para salvaguardar la estabilidad del euro.
Las palabras de Merkel dejan en claro las dudas que suscita la crisis griega. La eurozona no logra ponerse de acuerdo para evitar la posible cesación de pagos de Grecia y parece mirar la crisis que se perfila en el horizonte de España, Portugal e Italia con la velocidad de reflejos de un conejo encandilado por los faros de un coche en medio de una carretera.
Este lunes, en Bruselas, los 16 países hablaron de un plan de rescate, pero no precisaron cuánto dinero pondría sobre la mesa y qué canales adoptarían para la ayuda, datos esenciales para saber si Grecia cuenta con el apoyo que necesita para hacer frente a los 20.000 millones de euros que requiere de acá a mayo para evitar la cesación de pagos.
En el plano diplomático se advierten más dudas que certezas. Mientras en las primeras décadas el proyecto paneuropeo crecía de los 6 miembros originales del Tratado de Roma (1957) a los 12 del Tratado de Maastricht (1992) y se convertía en la primera década del siglo 21 en una fuerza de 27 naciones, hoy, en medio de la debacle económica planetaria, está mostrando una alarmante falta de iniciativa.
Piotr Kaczynsky, investigador del Centro para Estudios Europeos de Bruselas, ve dos temas de fondo en esta crisis.
"Una parte de esta crisis de identidad es institucional. Otra histórica. Europa fue durante mucho tiempo el centro del planeta. Ya no lo es, pero todavía hay muchos países como el Reino Unido, Alemania o Francia que no se dan cuenta que sólo son relevantes como parte de una unidad superior", señaló a BBC Mundo
¿Alguien a cargo?
En lo institucional los críticos hablan de arteriosclerosis de un cuerpo demasiado grande para tener la vitalidad necesaria en un mundo que gira a una velocidad demencial.
Según estos críticos un ejemplo de esta lentitud es el borrador del programa económico de los 27 miembros de la Unión Europea, Europa 2020, presentado el miércoles 3 de marzo.
"Mientras Grecia tiembla y sufre y los sospechosos habituales especulan contra el euro, a Bruselas sólo se le ocurre anunciar que fabricarán "un marco para afrontar las inminentes amenazas a la estabilidad financiera del euro", señala en una columna en "El País" de España Xavier Vidal-Folch.
El Tratado de Lisboa, que entró en vigor en diciembre, es un intento de oxigenar una mecánica institucional que ha dado claras señales de oxidación.
El Tratado otorgó más poder al Parlamento Europeo, aceleró los mecanismos de voto y creó dos nuevos puestos: presidente del Consejo Europeo y responsable de la política exterior del bloque comunitario.
El problema es que debido a las innumerables tensiones políticas que conviven en la UE (estados chicos versus grandes, norte y sur, la dupla Alemania-Francia frente al Reino Unido) no se eligieron figuras con gravitación propia sino dos virtuales desconocidos.
Ni el ex primer ministro belga Herman Van Rompuy a cargo del ejecutivo ni la laborista británica Catherine Ashton titular de relaciones exteriores de la UE tienen, según los comentaristas, peso propio como para sentarse a negociar con Barack Obama, Hilary Clinton o Wen Jiao Bin.
Es la economía, estúpido
Estos vaivenes de la UE se hacen mucho más difíciles en medio de una crisis económica.
En los albores de la actual crisis, la UE reaccionó con celeridad para aprobar paquetes de estímulo fiscal que ayudaron a evitar una debacle como la de los años 30.
Pero en la zona del euro la crisis ha puesto al descubierto falencias, limitaciones y diferencias que, para algunos comentaristas, pueden ser letales.
De la noche a la mañana se supo que Grecia tenía un déficit fiscal de 12,7% más de cuatro veces superior al techo del 3% que rige para la eurozona.
Los críticos señalan que desde el lanzamiento de la moneda única europea se hizo la vista gorda sobre la "magia contable" que había en las cuentas fiscales de Atenas.
Otros indican que el euro tenía un pecado de origen: no se puede tener una misma moneda y autoridad monetaria (el Banco Central Europeo) sin tener una política fiscal común.
"Muchos economistas se opusieron a una creación prematura del euro porque no teníamos un nivel de integración política y económica que pudiera sostener la moneda. Al euro le falta un mecanismo de cohesión entre economías muy diferentes", dijo a BBC Mundo Ansgar Belke, jefe de investigaciones del Instituto Alemán de Investigación económica, y observador del Banco Central Europeo.
Por el momento la crisis griega ha mostrado crecientes divisiones entre Alemania, reticente a toda ayuda, Francia, más negociadora, y países como España, Portugal e Italia, alarmados por lo que perciben como falta de "solidaridad", un principio de la UE.
Adiós a la guerra
Los defensores del proyecto pan europeo señalan que la UE sigue funcionando como un foco de estabilidad en un mundo sin brújula.
En sus más de 50 años de existencia este proyecto, surgido de las cenizas de la segunda guerra mundial, ha superado crisis económicas, la guerra fría y el fin del comunismo sin derramamiento de sangre.
A este éxito le ha sumado la integración de economías menos desarrolladas (como España y Portugal en los 80) que dieron un gran salto gracias a su incorporación al proyecto pan europeo y a la solidaridad de los fondos de cohesión (ayuda presupuestaria para el crecimiento de los menos desarrollados)
Estos dos pilares han sido un imán para aspirantes a incorporarse a la UE. Para los atribulados países balcánicos, por ejemplo, la pertenencia al club europeo es una promesa de prosperidad y un paraguas protector a los conflictos armados que sacudieron la zona en los 90.
Pero muchos creen que la UE no está en condiciones de seguir ampliando el número de miembros.
"Hace tiempo que el dilema es entre expandirse o profundizar. Mi opinión es que llegó el momento de consolidar el actual proceso", indicó a BBC mundo Ansgar Belke.
En medio de la actual incertidumbre mundial, no cabe duda que la economía será fundamental para que la UE recupere el ímpetu de otras épocas.
"La Comisión Europea alertó ayer del riesgo de fracaso de los planes de ajuste fiscal de la mayoría de las economías de la zona euro, incluida España. Bruselas considera acertadas las medidas aprobadas hasta ahora, pero duda de la viabilidad de los objetivos marcados para el próximo trienio"… La CE desconfía de los planes de ajuste de todas las grandes economías de la UE (Cinco Días – 18/3/10)
Previsiones de crecimiento demasiado optimistas; ingresos fiscales exagerados; falta de medidas concretas para volver a situar el déficit público por debajo del 3% marcado por las normas comunitarias. Son las tres preocupantes señas de identidad que dominan los programas de estabilidad y de convergencia de 14 países analizados ayer por la Comisión Europea.
Como consecuencia, Bruselas teme que fracase de manera estrepitosa la estrategia de consolidación fiscal puesta en marcha tras la crisis y que en la mayoría de los casos debería completarse en 2013. Y esa lectura tiene visos de ser realidad porque los programas analizados corresponden a las mayores economías de la zona euro (Alemania, Francia, Italia, Holanda y España, entre otras) y de la UE (como Reino Unido o Suecia).
"Los principales riesgos para el proceso de saneamiento radican en las hipótesis macroeconómicas un tanto optimistas y en la falta de precisión en las medidas de ajuste", señaló en un comunicado el Comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
Sólo dos países tan periféricos como Estonia y Bulgaria prevén mantener sus números rojos por debajo del 3% durante todo el periodo analizado (2010-2103). El resto, sólo aspira a ese umbral sin concretar cómo lograrlo. Y en el caso más grave, el del Reino Unido, el programa presentado ni siquiera prevé cumplir el Pacto en el plazo más largo que se concedió el año pasado (hasta 2014).
"Los Gobiernos no parecen ser conscientes de que la recuperación no devolverá a la UE a tasas de crecimiento como las anteriores a la crisis", señalaron ayer fuentes del departamento de Asuntos Económicos y Financieros de la CE, encargado de la revisión anual de los programas de estabilidad. Las mismas fuentes creen que esa falta de realismo ha llevado a la mayoría de las capitales a sobrevalorar la capacidad de recaudación fiscal que tendrán cuando regrese el crecimiento.
Dentro de la zona euro, la mayor divergencia para 2010 entre la previsión de crecimiento de la CE (de noviembre de 2009) y la de los programas de estabilidad se encuentra en Holanda y es de 120 puntos básicos. En 2011, la palma del optimismo se la llevan España y Finlandia, que mejoran en 80 puntos básicos el pronóstico de la CE.
En el conjunto de la UE destacan los datos del Gobierno de Gordon Brown, que apuesta por un crecimiento que rebasa en 110 y 140 puntos básicos la previsión de la CE para 2010 y 2011.
El riesgo de un continuo descalabro fiscal resulta especialmente alarmante en un momento en que la deuda pública de la zona euro, según Bruselas, se puede disparar hasta casi el 90% del PIB el año que viene (71,9% en el caso de España).
Y puede colocar a los socios de la zona euro en una situación presupuestaria difícilmente sostenible por el impacto del envejecimiento de la población y el creciente coste del servicio financiero de la deuda.
Ningún país detalla las medidas fiscales para 2011 y 2012
Bruselas ha evaluado los planes de estabilidad de este año más a ciegas que nunca porque ningún país ha detallado las medidas presupuestarias concretas para 2011 y 2012. Algunos países, como Bélgica, ni siquiera mencionan las del segundo ejercicio. Otros como Reino Unido no han puesto ningún límite de gasto a los ministerios. Berlín, París y Roma, al igual que Madrid, sólo especifican las medidas a adoptar durante el presente ejercicio.
Y las dudas de la CE aumentan en el caso de los objetivos de déficits marcados por España, Alemania o Italia, dada la importante descentralización de la política fiscal en esos tres países. Bruselas también se inquieta por la falta de margen de maniobra del programa francés, cuyos objetivos pueden frustrase si el crecimiento fuera menor de lo previsto. Aunque la CE acepta como eximente la incertidumbre económica, quiere más datos.
– La UE hace lo posible por alcanzar un acuerdo sobre inversiones alternativas (Expansión – 18/3/10)
(Por Nikki Tait) Lectura recomendada
Afirmar que la UE está apurando hasta el último momento para encontrar una solución a sus planes de regular los hedge fund (inversión alternativa) y las firmas de capital riesgo sería quedarse corto.
Después de que las numerosas gestiones no dieran los frutos esperados de alcanzar un compromiso conjunto, la ministra española de Economía Elena Salgado, ha propuesto a sus homólogos de la UE ampliar varias semanas la ronda de negociaciones. Hace casi un año que la Comisión Europea dio a conocer por primera vez sus propuestas para regular el sector de los hedge fund", iniciativa que ha sido objeto de numerosas críticas.
Desde entonces, se han intensificado las campañas de los activistas del sector y se ha conseguido avanzar en muchos de los aspectos más polémicos, desde cómo definir los límites de los créditos a la normativa referente a la remuneración. El aspecto que más confrontación genera entre los ministros es el denominado elemento de "tercer país", que definiría los términos y condiciones según los cuales los fondos no pertenecientes a la UE estarían obligados a cumplir con las nuevas normas si desean operar dentro del territorio.
Divergencias
La idea es que esta iniciativa se pueda poner en práctica, dado que estas empresas ya están "protegidas" por la normativa de sus países de origen, equivalente a la de la UE.
Lo que más preocupa en Reino Unido es cómo se define esa equivalencia; también hay divergencias entre Reino Unido y otros estados miembros sobre el grado de potestad que se otorgaría a la Comisión Europea para imponer condiciones. Este aspecto enlaza con la cuestión de si se debería otorgar el llamado "pasaporte" de la UE a las gestoras de fondos autorizadas. Esta idea se introdujo en la propuesta original de la Comisión y tuvo una buena acogida en el sector, pero desde España acabó rechazándose.
Las críticas
Para Reino Unido, que alberga el 80% del sector europeo de hedge fund, estos aspectos son sumamente importantes. La comunidad de gestoras de fondos ha criticado duramente la solución "desprovista de pasaporte" asegurando que es proteccionista, y que podría provocar represalias por parte de otras jurisdicciones. Londres también ha insistido ante las autoridades que, sin el pasaporte, la nueva normativa aportaría sólo inconvenientes, ya que durante la próxima década los costes reguladores se dispararían.
No obstante, Francia y otros estados miembros aseguran que se supone que el mercado único está diseñado para beneficiar en primer lugar a los miembros del bloque. "El pasaporte es una idea inconcebible para algunos países", opinaba un alto cargo público.
Aunque no esté completamente aislado, a Reino Unido, casi con toda seguridad, le faltarán los votos necesarios para bloquear la solución adoptada por España. No obstante, Madrid ha optado por no intentar imponer su solución, consciente de la importancia de Londres en el sector de los servicios financieros y con la vista puesta en las próximas elecciones generales que se celebran en Gran Bretaña.
"Necesitamos el mayor grado de consenso posible… Creemos que podemos conseguir más… Todavía quedan algunas semanas", declaró Salgado. No obstante, la ministra también dejó claro que España sigue considerando "prioritaria" la firma de un acuerdo durante su presidencia, lo que hace pensar es que el asunto volverá a plantearse durante las próximas reuniones de los ministros de Economía, en mayo o junio. Lo que está menos claro es si para entonces habrá cambios de opinión.
Al menos, las elecciones británicas se habrán celebrado ya, por lo que habrá menos obstáculos a que se aumente la presión para aprobar la normativa. Otra posibilidad sería relegar el asunto a la presidencia belga, alternativa que los observadores creen cada vez más probable.
Aplazamiento
El aplazamiento hace que la atención se centre ahora en el Parlamento Europeo, que deberá aprobar la nueva normativa antes de que la ley entre en vigor. Allí, un comité parlamentario analiza más de 1.600 enmiendas propuestas, por lo que resulta prácticamente imposible saber cómo será el texto definitivo.
Jean-Paul Gauzes, el influyente eurodiputado francés que dirige el proceso, ha indicado que es partidario de una solución intermedia al pasaporte, aunque también cree que para ponerse en práctica debería haber un periodo de transición. Puede que la única certeza de esta batalla sobre la polémica legislación de hedge funds sea que se prolongará como poco durante meses.
Difícil trayectoria
Principios de 2008
Crece el entusiasmo por la regulación de los hedge fund y de las firmas de capital riesgo entre los parlamentarios europeos.
14 enero de 2009
José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, se dirige por escrito a los legisladores socialistas prometiendo nuevas regulaciones.
29 abril de 2009
La Comisión Europea publica un borrador que provoca una respuesta airada de la industria.
2 septiembre de 2009
El Parlamento Europeo comienza a debatir la propuesta. Suecia, recomienda introducir cambios y Reino Unido intensifica su campaña de presiones.
7 diciembre de 2009
El Parlamento Europeo declara que las propuestas son "prematuras", un duro golpe a la presidencia sueca, que contaba con la aprobación de un acuerdo a finales de año.
23 febrero de 2010
Jean Paul Gauzes, el europarlamentario responsable de sacar adelante la propuesta, se muestra "optimista" ante las perspectivas de llegar a un acuerdo.
1 marzo de 2010
Tim Geithner, secretario del Tesoro estadounidense, advierte de que la normativa podría provocar una crisis entre EEUU y la UE por la presunta discriminación a los grupos estadounidenses.
16 marzo de 2010
Los ministros de Finanzas de la UE abandonan los esfuerzos de alcanzar una solución inmediata después de que Gordon Brown rechazara aceptar el acuerdo.
(The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved)
– Crisis del euro – La hora de Alemania (Libertad Digital – 17/3/10)
(Por GEES) Lectura recomendada
Alemania parece haber llegado a una conclusión: o se cumplen los tratados o se hacen cumplir. Sólo hay una salida: que permanezcan en el euro los que puedan seguir en él.
Como en un chiste, va Merkel y le dice a Zapatero: "Tengo dos noticias, una buena y una mala". Primero la buena, responde éste. "Hemos decidido hacerte caso y adoptar las sanciones que propusiste al empezar tu presidencia europea". Muy bien; ¿y la mala? "Que tienes un año si no quieres que te expulsemos del euro".
Mientras se volatiliza la UE, Alemania surge como único defensor de la ortodoxia jurídica y económica. Ya el Tratado de Lisboa, contrariamente a la interpretación que se ha vendido, constata la paralización de la UE y la renacionalización de las políticas, pero la querencia a saltarse los tratados llega hoy a niveles insospechados. Así, se lleva mes y pico haciendo como que se discute el rescate de Grecia cuando el artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la UE y el 21 del Estatuto del BCE lo prohíben. Cierto, los tratados pueden cambiarse. Pero la modificación que se vislumbra es otra, y viene determinada por la triple crisis económica.
Hay una primera crisis financiera en los Estados del euro -no sólo, también en economías tan esenciales como la americana o la británica- provocada por un exceso de deuda, causado por el rescate de los bancos y los llamados planes de estímulo que sustituyeron al debilitado crédito privado. Sobre esta se superpone otra, la segunda, menos coyuntural, que es la del Estado del bienestar, o del despilfarro público, generada por las ineficiencias de innumerables sujetos públicos a los que hay que añadir el decrecimiento demográfico que afecta dramáticamente el gasto en pensiones. Lo que se deduce de ambas es que la premisa de la espiral de gasto -que los Estados no pueden quebrar-, era mentira.
Por fin, tercera calamidad, que no es ocioso recordar: la burbuja económica estalló porque los tipos, habiendo sido excesivamente bajos, generaron inversiones ineficientes. Llámense derivados o ladrillos, esto es secundario. Por razones políticas, se ha decidido resolver la cosa manteniendo los tipos a un nivel cero en Estados Unidos y al 1%, en la zona euro. Resulta que los tipos de interés son como las manzanas, existen en la realidad, no son una ficción. Son el precio que hay que pagarle al que tiene el dinero por no gastárselo hoy, que es cuando le apetece, para que demore su disfrute. Pero gracias a la simbiosis política de los bancos centrales con los políticos, no siempre coincide con lo que mandaría el mercado. Es decir, no sólo nos hemos empeñado, sino que es probable que lo hayamos hecho en gastos superfluos.
¿Qué hacer? Para algunos -no entre los más tontos, pero sí los más descarados, la ministra francesa de Economía- ha de prevalecer de nuevo la política. Ha tenido el valor de decirle a los alemanes que es su exceso de ahorro y la falta de demanda interna lo que impide salir de la crisis. C"est magnifique, mais ce n"est pas de l"économie!
Pero lo que esto evoca es que el problema económico es una broma comparado con sus consecuencias políticas: Alemania no quiere asumir el gasto de un rescate y el mando que ello conlleva porque tiene miedo de ejercer ese poder, y porque su lozanía tampoco es tanta. Y es de suponer que no serán muchos los que quieran entregar, mucho menos por la vía de hecho, la soberanía presupuestaria, núcleo esencial teórico de las democracias parlamentarias, en manos de un directorio en Bruselas o Berlín. Esto tendría repercusiones difíciles de evaluar. Algo de ello se ve ya en Grecia.
Así que Alemania parece haber llegado a una conclusión: o se cumplen los tratados o se hacen cumplir. Sólo hay una salida: que permanezcan en el euro los que puedan seguir en él, y lo demuestren habiendo hecho sus reformas en un año, y que salgan los demás. ¿Es esto lo que nadie está diciendo pero todo el mundo ha asumido ya en Bruselas? Pues que salga el presidente de turno y lo explique, si es que se ha enterado de algo. Basta de despotismo.
Menudo viaje de dos años vulnerando todas las reglas, económicas y jurídicas, para acabar concluyendo que hay que seguirlas.
(GEES, Grupo de Estudios Estratégicos)
– ¿Un Fondo Monetario Europeo? España sería uno de los primeros "rescatados" (Expansión – 19/3/10)
(Por Edward Hugh) Lectura recomendada
Una de las cosas más curiosas que he observado últimamente mirando la televisión, es que mientras ha habido muchos comentarios relacionados a propósito de poner en marcha un Fondo Monetario Europeo, parece que nadie ha sentido la necesidad de explicar cuáles serán los primeros clientes de esta entidad, ni mucho menos se ha atrevido a nombrar el país que tiene muchos números de encabezar la lista de invitados a la fiesta: el Reino de España.
Semejante lapsus ya lo voy a corregir yo, en este espacio. Es evidente que el nombre de Grecia está en la mente de todos, pero el de España no queda demasiado atrás, ni tiene razones de sentir ningún tipo de envidia por el tratamiento especial que Grecia está recibiendo en estos momentos.
Según el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble, la propuesta de crear un Fondo Monetario Europeo será respaldado por sanciones bastante severas en el intento por hacer que los países cumplan la disciplina presupuestaria y, de hecho, quien no cumpla puede enfrentarse a la expulsión de la zona euro "como último recurso".
Como el Financial Times señala en un editorial, Wolfgang Schäuble, parece más preocupado por la estabilidad que por el crecimiento, ya que quiere crear la nueva estructura de supervisión económica destinada a preservar el "equilibrio interno de la zona euro", donde el énfasis se pone en la rectitud fiscal, mientras que hay pocos indicios de cómo las economías de la periferia de Europa van a encontrar su camino de regreso al crecimiento.
La parte más importante de la propuesta del señor Schäuble se encuentra en un conjunto de nuevos instrumentos destinados a impedir que los países de la zona euro acumulen grandes déficits fiscales. De hecho, en su artículo el Ministro revela hasta donde los halcones fiscales de Berlín están dispuestos a llegar en su determinación de imponer el rigor fiscal, amenazando incluso en negar el acceso a los fondos de cohesión de la Unión Europea, la eliminación de derechos de voto en las comisiones ministeriales e incluso la suspensión, en el peor de los casos, de la pertenencia a la zona del euro.
Gideon Rachman en su Blog del Financial Times va directamente al grano de la cuestión, en un artículo adecuadamente titulado "la cámara de tortura de Wolfgang Schäuble", donde dice:
"¿Podría ser que el señor Schäuble en realidad quisiera convencer a los griegos y a otros posibles malhechores que el costo de permanecer en la zona del euro es prohibitivamente alto? Porque mas allá de su declaración de que "no hay alternativa a la unión monetaria", el ministro de Finanzas alemán en realidad plantea otra alternativa en la cual los países débiles deberían ser expulsados del euro. Él escribe – "Si un miembro de la zona del euro se encuentra incapaz, en última instancia, de consolidar sus presupuestos o restablecer su competitividad, el país debería, como último recurso, salir de la unión monetaria". Él no dice puede, dice debería. Esto me parece decisivo. En esencia, el gobierno alemán está proponiendo que se expulsen a los débiles de la zona euro".
El verdadero problema con todo esto es que el diagnóstico que se encuentra detrás de sus propuestas es, con toda probabilidad, equivocado. No todos los países de la periferia de Europa están sufriendo el mismo problema, y no todos ellos han ido derrochando desde el punto de vista fiscal en el pasado, y aunque todos los países más vulnerables necesitan tomar medidas para corregir su gran déficit fiscal, esto por sí solo no restablecerá el crecimiento. Lo que sí que hará es elevar sustancialmente la temperatura política en los países afectados, y además el proceso puede resultar bastante doloroso, y por eso, no sin razón, el Señor Rachman nos habla del uso de los instrumentos de tortura.
Entonces, ¿cuál es la alternativa? El primer paso hacia un nuevo planteamiento sería que los respectivos gobiernos dejan de negar la gravedad de los problemas a los que se enfrentan sus países.
(Ver Primera Tabla en página horizontal)
Por lo tanto, ellos deben aceptar el hecho de que volver a los déficits dentro del límite del 3% en el 2013 implicaría un crecimiento negativo durante todo el periodo de ajuste, y no, como pasa ahora, presentarnos cifras de crecimiento económico que proceden más de los sueños de una Alicia perdida en el país de las maravillas que de cualquier tipo de análisis sensato de las posibilidades reales.
De hecho, Daniel Gros, uno de los economistas que ha inspirado la propuesta de crear un fondo europeo, reconoce claramente esta realidad. En un estudio donde explica la gravedad de la crisis que espera a estos países, dice lo siguiente:
"El impacto del ajuste fiscal sobre la producción en todos los países implicados, a excepción de Italia, es sin duda tan grande como para ser políticamente inviable…. Para Grecia, por ejemplo, aun suponiendo una tasa de crecimiento subyacente tendencial del 3% anual, la caída prevista en el PIB seguiría siendo alrededor del 15% " (ver última columna en "Table 1", 24.6 – 9 = 15, en el caso de un ajuste de 3 años).
Eso significaría, en el caso de España, una bajada del PIB de un 16,5% (ver "Table 1") menos el crecimiento tendencial, que en la actualidad, después de la caída de la construcción, es muy difícil de estimar pero en todo caso es muy inferior del 3% anual. Gros basa sus argumentos en la aplicación de un multiplicador keynesiano clásico (es decir, él intenta estimar el impacto que la reducción del gasto puede tener en la medida en que se propaga a través de toda la economía).
(Ver Segunda Tabla en página horizontal)
La realidad es que el sector privado de España (hogares y empresas) se encuentra más endeudado aún que el gobierno, y por lo tanto, una expansión significativa en su deuda es altamente improbable, lo que significa que unas tasas de crecimiento del consumo privado de alrededor del 2% durante el ajuste (como se presenta en el Programa de Estabilidad) son totalmente irreales.
Así que, como Daniel Gros pregunta, ¿qué pueden hacer Grecia, España, Portugal, Irlanda, etc. para escapar del círculo vicioso – tipo argentino – de mayores primas de riesgo y bajas perspectivas económicas al que se enfrentan? La única manera de hacerlo es hacer que estos países sean más competitivos y así estimular las exportaciones. Como Gros afirma:
"Esto sólo puede lograrse a través de una reducción de los salarios (o de los costos de producción) en el sector privado de entre 10 y 20%. Recortes en los salarios de este orden de magnitud se encontrarán con una resistencia popular fuerte. Semejantes cambios sólo podrían venir al final de un proceso muy doloroso, cuando el desempleo haya alcanzado cotas nunca antes vistas, o podrían llegar mucho antes, como resultado de un pacto de estado en el que el gobierno, los partidos de la oposición y los interlocutores sociales estén de acuerdo en lo que se necesita en las circunstancias actuales".
Así que existe, pues, una alternativa. No todos tenemos que ir a visitar la cámara de tortura. Lo que necesitamos hacer es tratar de simular una devaluación externa a través de una vía interna. Ésta seguramente no sería indolora del todo (además, los bancos no estarían nada contentos, debido al impacto en sus balances), pero es la única manera razonable de salir adelante si España quiere mantener su participación en la zona euro frente al endurecimiento del discurso alemán.
Y en cuanto a Alemania, sólo mirando la tabla siguiente, es fácil de ver que el déficit por cuenta corriente en el sur de Europa tiene su reflejo en el superávit alemán. Conformándose con ejercer una presión fiscal inaguantable sobre sus propios socios en la zona euro, Alemania sólo conseguiría enviarse a sí mismo, una vez más, a la recesión (y como sostengo aquí, bien pudiera haber sucedido ya).
Y la propuesta alemana no ha permanecido sin respuesta por mucho tiempo. Esta semana, y otra vez desde las páginas del Financial Times, la Ministra de Financias francesa Christine Lagarde lo deja claro, los superávits de comercio alemán, edificados gracias a unos costes laborales en un apretón hacen insostenible el ajuste por parte de otros países de la zona euro.
"¿(Podrían) los que tienen superávits hacer un poquito para ayudar? Se necesitan dos para bailar un tango", dijo en una entrevista "No puede ser que esto sólo se trate de la aplicación de unos principios de déficit. Es evidente que Alemania ha hecho un trabajo increíblemente bueno durante los últimos 10 años, una mejora de la competitividad y una presión muy alta sobre sus costes laborales. Cuando miramos los costes laborales unitarios a Alemania, vemos que han hecho un gran trabajo en ese sentido. Pero no estoy seguro de que este sea un modelo sostenible a largo plazo para el conjunto del grupo. Es evidente que necesitamos una mejor convergencia entre países.".
Evidentemente, todas las partes tienen un interés común aquí – tanto a nivel de estado como a nivel de la Comunidad Europea. Podemos hacer este ajuste de la manera más difícil, o entre todos podemos hacerlo de la manera más fácil, ¿qué prefiere? Para poder hacer esa elección, los españoles necesitan estar bien informados sobre el alcance real de su situación, y para poder tomar la decisión sabia necesitan "entrar en razón" y asumir que la culpa y la responsabilidad aquí la tenemos entre todos, ya que las fórmulas para salir de la crisis sin dolor ahora han quedado atrás, debido a los casi tres años de inactividad total.
"El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, subrayaba hoy que sacar a un país de la zona euro es una hipótesis que no contemplan los tratados europeos y no descarta que Grecia pueda recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI)"… Barroso recuerda que sacar a un país del euro está descartado con los tratados actuales (Expansión – 19/3/10)
La exclusión de uno de los miembros de la zona euro "no se puede contemplar en el marco actual. Iría incluso contra los tratados", ha afirmado Barroso en una entrevista al canal de televisión "France 24".
En cuanto a la posibilidad de que Grecia termine recurriendo al FMI, no la descarta en la medida en que recuerda que ese país forma parte del fondo, al igual que el resto de los Estados de la Unión Europea.
"De hecho, los Estados miembros son de lejos la principal fuente de ingresos para el FMI", ha añadido, antes de considerar que utilizar su dispositivo para el salvamento financiero "no es una cuestión de prestigio, es una cuestión de ver cuál es la mejor manera de responder a la situación".
Ha insistido en que puesto que "Grecia ha tomado decisiones muy valientes y muy difíciles que sin duda tienen un costo para el pueblo griego, ahora los otros Estados miembros tienen que asumir sus obligaciones, en particular en la zona euro, para garantizar la estabilidad de la zona".
Barroso estima que la creación de un fondo monetario europeo "es una idea interesante, pero a medio o largo plazo" puesto que habría que modificar los tratados, que como lo muestra la experiencia cuesta mucho tiempo.
"No podemos esperar a un fondo monetario europeo para dar una respuesta a la situación más urgente que tenemos", ha comentado en una clara alusión a la deuda griega.
"El Ministerio de Finanzas alemán calcula que un eventual Fondo Monetario Europeo necesitaría un capital de unos 200.000 millones de euros, según la información que publicará el semanario "Der Spiegel" en su próxima edición del lunes"… Alemania calcula que un Fondo Monetario Europeo requeriría 200.000 millones (El Economista – 20/3/10)
Los expertos del Ministerio han elaborado varias opciones sobre cómo podrían recaudarse estos fondos, desde la aportación de divisas por parte de los bancos centrales de la zona del euro, pasando por la captación de créditos en el mercado para las operaciones de rescate o incluso la aportación de fondos de cada país dependiendo de su tamaño o de sus necesidades presupuestarias.
El rotativo, señala que si se optara por hacer aportaciones atendiendo al tamaño económico de cada país, Alemania debería poner sobre la mesa unos 50.000 millones de euros.
– Cuidado con tanto optimismo (El País – 21/3/10)
Las críticas a los programas de estabilidad ocultan la falta de credibilidad del pacto
(Por Alicia González) Lectura recomendada
"La Comisión debería pensárselo dos veces. Su análisis de los planes de estabilidad es que todos los Gobiernos se equivocan en sus previsiones. Lo mismo quien está equivocada es la propia Comisión". Para José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, no hay duda de quién yerra a la hora de las estimaciones de crecimiento sobre las que se basan los planes de estabilidad.
El mensaje de la oficina que dirige Olli Rehn ha sido inequívoco y bastante generalizado: las previsiones de crecimiento de la mayoría de los Estados miembros son optimistas -y, por tanto, difícilmente se cumplirán los programas de ajuste- y falta concreción sobre cómo se implementarán esos planes. A día de hoy, sólo Estonia y Letonia cumplen los criterios del pacto, "pero sólo porque, dada su precaria situación económica, nadie les prestó dinero y eso evitó un endeudamiento excesivo", aclara Díez.
Lo cierto es que las previsiones presentadas por las mayores economías europeas (Alemania, Francia, Italia y España) sí resultan más generosas que las que les presumen otros organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De hecho, el FMI estima que el crecimiento español en 2011 será justo la mitad que lo que calcula el Gobierno español (0,9% frente al 1,8%). "Es verdad que la previsión de crecimiento del PIB es mayor que la nuestra y, lo que es peor, la elasticidad de los ingresos (cómo reaccionan los ingresos al crecimiento) es más alta que la que ofrece la economía española en estos momentos. Eso obligará al Gobierno a ajustar el plan a la realidad", asegura Alfonso García Mora, director general de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Y al igual que España, todas las grandes economías de la Unión Europea. "Es verdad que se han recortado muchas partidas, pero sin tocar los grandes capítulos de gasto, la sanidad, las pensiones y el desempleo; esos recortes son el chocolate del loro, llega un momento en que no se puede reducir más", advierte García Mora.
"Si en una recesión normal el Pacto de Estabilidad y Crecimiento adolece de falta de flexibilidad y de realismo, en una recesión de la magnitud de la que hemos atravesado queda fuera de cualquier estándar", apunta José Carlos Díez. "De hecho, si los Gobiernos se hubieran atenido al pacto en 2009, en estos momentos estaríamos hablando de una depresión en toda regla", remata.
En todo caso, ¿es realista y sensato exigir el cumplimiento del pacto, dada la debilidad de la recuperación o ante la recesión de la que aún no han salido países como España?
Muchos analistas vienen alertando del riesgo de una recaída en la recuperación, un escenario con forma de W. Sobre todo en Estados Unidos y Reino Unido, donde el fin de la recesión ha venido de la mano de la acumulación de inventarios, de los stocks. Pero cuando ese proceso termine, y no puede durar eternamente, no parece que la demanda interna, golpeada por unos elevados niveles de desempleo, vaya a coger el testigo del crecimiento.
"Ese mismo riesgo corre Europa si sigue al pie de la letra las recomendaciones de la Comisión", advierte García Mora. "Simultanear la retirada de estímulos monetarios y fiscales puede provocar sin duda una recaída". El Banco Central Europeo (BCE) mantiene los tipos de interés en el 1%, pero ya ha empezado a retirar parte del exceso de liquidez que inyectó al sistema en lo peor de la crisis.
Además, las bases de la recuperación europea son bastante endebles. Basta mirar la composición del PIB de Alemania -la locomotora europea- en el cuarto trimestre: la demanda interna vuelve a caer y sólo las exportaciones tiran del crecimiento. Pero los datos del arranque del año arrojan una sombra de duda mayor: las ventas al exterior cayeron un 6,3% en enero respecto a diciembre. Los analistas confían en que la tendencia se enderece a lo largo del año, pero, como recordaba recientemente la ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, Alemania no podría tener superávit comercial si el resto de los países de la región no compraran sus productos, lo que les lleva irremediablemente al déficit. "Hacen falta dos para bailar un tango", remataba Lagarde.
Los abultados números rojos de las cuentas públicas son fiel reflejo de la gravedad de la crisis y ahora se exige a los países un ajuste de varios puntos del PIB en corto plazo de tiempo, apenas tres años. Un esfuerzo sin precedentes, según coinciden García Mora y Díez, que por ambicioso corre el riesgo de ser irrealizable y, con ello, sufrir una nueva pérdida de credibilidad.
"Esas dudas sobre la credibilidad de la eurozona se reflejan en la caída de la cotización euro", que ha perdido casi un 10% frente al dólar desde mediados de noviembre, apunta el director general de AFI. Buena parte de esa caída está vinculada a la crisis de Grecia, pero por los mismos motivos: la incapacidad de la Unión Europea para resolver sus propios problemas. Y vista la reacción de los líderes europeos, no parece que sea algo que se vaya a recuperar a corto plazo.
¡Expulsado del euro!
Alemania ha vuelto a erigirse en el supuesto guardián de las esencias europeas. Esta misma semana, la propia canciller, Angela Merkel, apuntaba como una posibilidad que se expulsara del euro a quienes incumplieran "reiteradamente y a largo plazo" el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).
¡Qué pronto olvida Berlín que la primera reforma del pacto vino motivada por su propio incumplimiento! Fue en 2003 cuando se reformó el pacto para evitar la aplicación de sanciones contra Francia y Alemania por déficit excesivo durante cuatro años consecutivos. "Tenemos un problema de inconsistencia evidente", admite Alfonso García Mora, director general de AFI.
Por si fuera poco, la crisis actual ha puesto además de manifiesto que el PEC no sirve para monitorizar la verdadera salud de las finanzas públicas y el comportamiento que éstas tendrán ante una hipotética crisis. Ya son muchos los expertos que, como Jean Pisani-Ferry, director del think tank económico Bruegel, apuestan por su reforma para incluir otros parámetros, como la evolución del crédito o la balanza por cuenta corriente.
Y, sobre todo, por la necesidad de definir una hoja de ruta para abordar los episodios de crisis dentro de una unión monetaria. El Tratado, tal y como está redactado, no admite la posibilidad de que un país tenga problemas. Simplemente, niega que vaya a darse el caso, en contra de lo que la realidad ha demostrado con Grecia.
Si bien es cierto que la bonanza económica en estos años ha hecho posible la convergencia dentro del euro, la crisis ha acentuado las disparidades entre las economías y será con esa divergencia con la que tendrá que lidiar la política monetaria en los próximos meses.
Y los líderes europeos, antes o después.
– La competitiva economía alemana es la migraña de Grecia, España e Irlanda (The Wall Street Journal – 22/3/10)
(Por Brian Blackstone) Lectura recomendada
Grecia y el resto de las economías europeas en la sala de cuidados intensivos afrontan una amenaza que no pueden resolver mediante un recorte del gasto público o un alza de los impuestos: la pérdida de competitividad.
A los ojos de esos países, el villano es Alemania -la mayor economía de la zona euro-, que en los últimos años también se ha vuelto la más competitiva. Alemania hace más difícil que sus vecinos compitan para vender sus bienes y servicios tanto en el mercado interno como en el exterior, un factor que, a su vez, afecta su capacidad para reducir su endeudamiento.
Es cierto que los salarios alemanes son elevados, pero una productividad aun más alta significa que es relativamente barato contratar empleados y producir bienes manufacturados de alta calidad en Alemania, incluso comparada con Grecia, Portugal o España, países que tradicionalmente han tenido costos menores.
"La competitividad es el factor clave en todo este debate" sobre las finanzas fiscales, afirma Peter Jungen, presidente de la junta directiva de Peter Jungen Holding GmbH, una firma especializada en inversiones en nuevas compañías, y presidente del Centro sobre Capitalismo y Sociedad de la Universidad de Columbia.
Christine Lagarde, la ministra de Finanzas de Francia, causó revuelo en Europa la semana pasada cuando cuestionó abiertamente el modelo exportador alemán y sugirió que el país evaluara políticas para fortalecer la demanda interna. "Es obvio que Alemania ha hecho un trabajo excelente en los últimos 10 años más o menos, mejorando la competitividad, poniendo mucha presión en sus costos laborales… No estoy segura de que sea un modelo sostenible a largo plazo y para todo el grupo de países", indicó Lagarde en una entrevista con el periódico Financial Times.
Al mantener un estricto control sobre los costos laborales, las exportaciones alemanas pueden competir en precio a pesar de la fortaleza del euro. Pero esto se produce a costa de la cuota de mercado de otros países de la zona euro, afirman los críticos. Mientras Alemania logró un excedente comercial de 136.000 millones de euros (US$ 185.000 millones) el año pasado, España, Grecia y Portugal registraron déficits considerables.
La reacción de Alemania no se hizo esperar. El ministro de Economía, Rainer Bruederle, calificó de "injustas" las críticas en circunstancias en que otros países habían "vivido por encima de sus medios y descuidado su competitividad".
Hay tres maneras para que los países aumenten el atractivo internacional de sus productos: controlar el crecimiento de los costos laborales, mejorar la productividad y devaluar sus divisas. La última opción no está disponible para la zona euro al tener una moneda única que sigue estando, teniendo en cuenta varios indicadores, sobrevaluada. Y las dos primeras, si bien ayudan con el paso del tiempo, implican sacrificios económicos durante años.
Alemania ya pasó por este proceso. Enfrentada al colapso de la burbuja tecnológica hace diez años y la competencia de los países de bajos costos de Europa del Este, las empresas alemanas recortaron el crecimiento salarial mientras el gobierno impuso estrictas políticas dirigidas a reducir el desempleo a largo plazo.
La estrategia funcionó. Según la Comisión Europa, desde el lanzamiento del euro en 1999, los costos laborales por unidad de producción en Alemania han caído alrededor de 15%. Por el contrario, estos costos subieron 3,5% en Grecia, 10% en España y 13% en Irlanda y Portugal durante el mismo período.
Esto no quiere decir que los trabajadores alemanes son baratos. Los salarios y prestaciones en el sector manufacturero están entre los más altos de Europa, a unos 34 euros (US$ 46) por hora, según el Instituto de Economía Alemana. Los de Grecia son la mitad y los de Portugal incluso inferiores. Pero estos países perdieron terreno porque la productividad en Alemania subió mucho más rápido que en la mayor parte de Europa del sur, es decir, las compañías alemanas pueden producir más por menos. "Hay que alinear los salarios con los aumentos de productividad", afirma Michael Hesse, economista jefe de Allianz SE.
Los países europeos en apuros tienen que hacer mucho más que restringir los costos laborales, afirman los economistas.
España debe encontrar nuevas fuentes de crecimiento para reemplazar la burbuja de bienes raíces que impulsó la economía -a la postre en forma insostenible- en los últimos diez años. Irlanda se las tendrá que arreglar con las menores contribuciones de las industrias inmobiliaria y financiera. Por su parte, Grecia tiene que recortar el número de puestos de trabajo y los salarios del sector público. Hasta que esto ocurra, el crecimiento será muy lento, como lo demuestran los altos niveles de desempleo en los tres países.
Esto tiene un gran efecto en los presupuestos gubernamentales. Las reducciones de gastos y las alzas de impuestos, especialmente en Irlanda y Grecia, han recibido el apoyo de funcionarios europeos. El objetivo es reducir los déficits de dos dígitos como porcentaje del PIB a un nivel inferior a 3% del PIB en sólo tres años. Pero hay un problema: no servirán de mucho a menos que las economías crezcan, lo que aportaría más ingresos tributarios y reduciría la presión sobre el gasto social.
"Last minute" sobre el estado de la des-Unión Europea (Semana de Pasión)
The Hall of Fame (con todas las principales estrellas sobre el escenario): 25-26 de marzo de 2010 ¿Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, Reunión de "donantes", o una vulgar "gracieta" en la capital mundial del Comic?
Últimas "deposiciones" del Estado de Descontrol Europeo: una vez evacuada la "gran responsabilidad" y después de haber hecho uso del "papel importante", se ruega "tirar de la cisterna". That"s it!
Dejo a ustedes una reseña de los acontecimientos más recientes, previos al "cierre de edición". Un presente europeo, plagado de contradicciones y declaraciones cruzadas, en el cual, a esta altura del espectáculo, lamentablemente, sólo es posible constatar que la "gran cuestión" (exigir a los países que viven por encima de sus posibilidades, que se aten los machos y afronten los problemas que tienen: "que cada palo aguante su vela", o una huída -generalizada- hacia adelante: "café para todos", y hacer economías en "el chocolate del loro"), sigue sin resolverse.
En medio de la mayor crisis económica europea desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, los "grandes bonetes" sólo han logrado pasar de la "inconsistencia" a la "incontinencia" (y viceversa), lo que alimenta la sospecha que todo pueda terminar como La Parrala: "como te digo esto te puedo decir lo otro"…
El estribillo de La Parrala
Que sí, que sí, que sí, que sí,
que a La Parrala le gusta el vino.
Que no, que no, que no, que no,
ni el aguardiente ni el marrasquino,
Que sí, que sí, que sí, que sí,
que si no bebe no "pue" cantar,
que no, que no, que no, que no,
que sólo bebe para olvidar.
Frente a tanta "incompetencia perfecta", como ciudadano europeo (contribuyente y elector), ¿sería mucho pedir una postura única y coherente? Digo yo…
– Merkel, la irritante (El País – 21/3/10)
La canciller alemana sorprende a sus aliados con una retórica amenazante
(Por Pierre Briançon) Lectura recomendada
¿Qué mosca le ha picado a Angela Merkel? En las dos últimas semanas, la canciller alemana ha sorprendido a sus aliados europeos con una retórica amenazante que contradecía a veces la posición de su Gobierno con respecto a Grecia, los desequilibrios mundiales, la cooperación económica y la situación general en la zona euro. No cabe duda de que su numerito de policía malo es bien visto por la opinión pública alemana, pero Alemania, como principal beneficiario político y económico de la creación de la zona euro, no se puede permitir estar en desacuerdo con sus socios demasiado tiempo.
Los arrebatos de Merkel tienen una sencilla explicación: la política nacional. Se enfrenta a unas duras elecciones regionales que podrían provocar que su coalición en el poder perdiese la mayoría en el Bundesrat alemán, la Cámara alta del Parlamento. Merkel también tiene que lidiar con sus díscolos aliados en el Gobierno, el FDP. Este partido, que presta su apoyo a los Gobiernos en minoría, encabeza una campaña en contra del plan de rescate europeo para Grecia, la principal fuente de discrepancia de Alemania con sus vecinos.
Por otro lado, esto arroja luz sobre la disparidad existente entre las declaraciones de Merkel y las de su Gobierno. Un funcionario alemán anónimo insinuó esta semana que Berlín no se opondría a la intervención del Fondo Monetario Internacional para ayudar a Grecia. Esto contradice lo que manifestó claramente el ministro de Economía alemán unas semanas atrás, cuando parecía que se encontraba en sintonía con otros miembros de la zona euro. Merkel también ha pedido que la zona euro busque un mecanismo para expulsar a un miembro fiscalmente indisciplinado. De inmediato, y acertadamente, Jean-Claude Trichet, el presidente del Banco Central Europeo, criticó con virulencia la idea calificándola de absurda. Todo esto sucedía mientras la canciller alemana afirmaba que no habría rescate para Grecia, a la vez que firmaba comunicados de prensa de la zona euro en los que se daba a entender todo lo contrario.
Mientras tanto, Merkel, con su postura de no arrepentimiento y de no compromiso en relación con el superávit comercial de Alemania, se está ganando la enemistad de sus socios europeos. Insinúa que la manera de que el resto del mundo salga de la depresión mundial es parecerse más a Alemania. Pero su modelo de exportaciones en auge, crecimiento estancado y alto desempleo no es uno que los demás deseen imitar. Y mientras Alemania insta a sus socios a que se decanten por el camino de la deflación hacia una prosperidad difícil de alcanzar, el país debería plantearse por encima de todo que el resto de la UE es algo más que un puñado de irresponsables agoreros del déficit. También es, y con diferencia, su mayor mercado.
"La canciller alemana Angela Merkel dijo que Grecia no necesita apoyo financiero y que los líderes de la Unión Europea no deberían convertir la pregunta de si ayudar o no a Grecia en el centro de su cumbre en Bruselas a finales de esta semana"… Merkel asegura que Grecia no necesita ayuda financiera (The Wall Street Journal – 21/3/10)
En una entrevista con Deutschlandfunk radio, Merkel advirtió a otros líderes europeos que no deberían perturbar a los mercados financieros al crear "expectativas falsas" de que habrá una decisión sobre si brindar o no ayuda a Grecia esta semana. Insistió en que Grecia debería salir por si misma de sus problemas de deuda, pese a los llamados de otros líderes europeos para que Alemania respalde un mayor apoyo a Grecia.
Las tensiones entre Alemania y otros países de la Unión Europea sobre cómo manejar la crisis de deuda griega y las demás tensiones económicas del bloque están creciendo antes de la cumbre de dos días de la Unión Europea a iniciarse el jueves en Bruselas. Otros líderes europeos se han mostrado cada vez más frustrados con la decisión de Alemania de bloquear medidas más fuertes al interior de la euro zona que buscan acabar con la incertidumbre sobre la habilidad de Grecia para pagar sus deudas.
El gobierno alemán enfrenta una fuerte resistencia por parte de los votantes locales y de los legisladores a cualquier rescate de miembros de la euro zona que, a diferencia de Alemania, hayan seguido políticas relajadas de gasto en los últimos años.
Los comentarios de Merkel fueron una contestación implícita a los del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, quien pidió a los miembros de la Unión Europea el viernes que acuerden un paquete de ayuda de préstamos bilaterales para Grecia en la reunión de esta semana, luego que Atenas dijera la semana pasada que tendría que recurrir al Fondo Monetarios Internacional para obtener ayuda.
"No hay una insolvencia en el horizonte", dijo Merkel el 20/3. "No creo que Grecia tenga necesidades financieras agudas de la comunicad europea y eso es lo que el primer ministro griego me dice".
Funcionarios griegos dicen que no están pidiendo dinero, pero el primer ministro Giorgios Papandreu dijo a mediados de marzo que le gustaría que otros gobiernos europeos pusieran una oferta de dinero sobre la mesa para que los mercados financieros vean que Grecia tiene una malla de seguridad.
Eso permitiría a Grecia el tomar prestado en los mercados de bonos a tasas menos altas, dijo Papandreu.
– Alemania dice por primera vez las razones para no rescatar a Grecia (Negocios.es – 22/3/10)
"Más tensión para Grecia, Bruselas, Alemania y en el conjunto de la Eurozona. El país germano alega razones jurídicas para no acudir al rescate del país heleno"… Alemania dice por primera vez las razones para no rescatar a Grecia (Negocios.es – 22/3/10)
El secretario alemán de Asuntos Exteriores, Werner Hoyer, ha alegado "cuestiones jurídicas" domésticas para justificar el rechazo de Berlín a apoyar un plan europeo de rescate a Grecia en la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará el 25 y 26 de marzo en Bruselas.
Hoyer ha reconocido que Alemania tiene "un papel muy importante que jugar" en la solución al problema de la deuda griega pero advirtió de que también tiene una "gran responsabilidad" con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y con los alemanes.
"Tiene una gran responsabilidad con Grecia y con el Pacto de Estabilidad (pero también) con el propio país porque hay una cuestión jurídica que resolver", dijo el responsable alemán a su llegada al Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE que preparan hoy la cumbre de líderes en la que el tema griego protagonizará los debates.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha pedido aprobar "lo antes posible" un plan de "préstamos bilaterales coordinados" para rescatar a Grecia si se agrava su crisis de endeudamiento.
No obstante, la canciller alemana, Angela Merkel, es contraria a aprobar un mecanismo de rescate a Atenas alegando que las autoridades griegas no han pedido esta ayuda a la UE.
"En las puertas de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno que celebrará la Unión Europea los próximos jueves y viernes para dar una solución al "problema griego", los líderes europeos están lanzando señales inequívocas de conflicto ante el abordaje del rescate. Mientras Merkel cree que la agenda de trabajo de la reunión no se debe focalizar en conceder ayudas para el país heleno y que éste debe concentrarse en consolidar su programa de austeridad, los principales socios comunitarios consideran prioritario y urgente instaurar un mecanismo comunitario que lo salve de la bancarrota y ponga fin a creciente inseguridad del euro"… Los socios del euro, divididos ante el rescate a Grecia (Expansión – 22/3/10)
Los 16 socios del euro siguen divididos respecto a la mejor forma de afrontar la crisis financiera de Grecia para salvarla de la bancarrota, que ha llevado a la moneda única a su primera gran crisis en sus once años de existencia y a su cotización más baja en estas últimas dos semanas.
Mientras algunos creen que la UE está lista para proponer un instrumento de asistencia coordinada a Grecia a través de préstamos bilaterales, otros gobiernos no están tan seguros, pero temen la reacción de los mercados si el paquete de ayudas no se instaurara, y el motor de la economía comunitaria, Alemania, condiciona su decisión a sus problemas internos.
La oposición de la canciller alemana a la insistencia del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, de instaurar un mecanismo comunitario de ayudas que dé tijeretazo a las especulaciones en torno al euro, y que el 22/3 ha refrendado Berlusconi, tiene su explicación en un inminente episodio electoral de Alemania, cuyo resultado podría perjudicar a la coalición de centro derecha que mantiene ahora a Merkel en el poder con mayoría absoluta. Se trata de las elecciones en mayo en Renania-Westfalia del Norte, el Länder más poblado de Alemania. Con un electorado atenazado por la crisis económica y contrario a instaurar un paquete de ayudas para Grecia, una hipotética victoria contra Merkel pondría su Gobierno entre las cuerdas y por tanto, cualquier declaración y decisión sobre el rescate griego está, por tanto, condicionada a esta fecha clave.
Precisamente un sondeo FT/Harris publicado el 22/3 revela que un tercio de los alemanes cree que Grecia debería dejar la moneda única. Es más, cuatro de cada diez alemanes cree que a su país le iría mucho mejor fuera del bloque europeo, informa Reuters.
Por tanto, y mientras no se sepa el resultado de unas elecciones que podrían perjudicar a sus planes económicos, entre otros, la promesa electoral de bajar los impuestos, la canciller se mantiene firme en su postura e insiste en que actualmente no hay necesidad de aprobar un mecanismo de ayudas financieras a Grecia, pese a la insistencia de otros socios e insiste en entrevistas en cadenas de radio germanas que Grecia no tiene "problemas financieros acuciantes" que hagan necesario darle ayudas.
"No creo que Grecia tenga problemas financieros acuciantes ni necesite dinero", ha declarado Merkel, refrendada por una llamada telefónica del primer ministro griego, Giorgios Papandreu, que insta a sus socios europeos a que aprueben un instrumento de ayuda financiera para su país sin que suponga, necesariamente uso del dinero: "Cuando tengamos ese instrumento en marcha, será suficiente para tranquilizar a los mercados, decirles que se ha terminado la especulación. Podría ser que nunca necesitáramos emplearlo", señaló el líder griego el 18/3. Usando las declaraciones Papandreu como acicate para las suyas propias, Merkel insiste en Grecia ha adoptado unas medidas draconianas de austeridad y por tanto, de momento "no hay urgencia para darle fondos (…) ni hay que crear turbulencias en los mercados creando falsas expectativas ante el debate", ha señalado el 22/3, en referencia la cumbre de esa semana, en la emisora Deutschlandfunk.
Paralelamente a Merkel, Barroso insiste hoy en una entrevista concedida al diario Handelsblatt que para la Unión Europea es "urgente" resolver el problema heleno "a pesar de los compromisos políticos internos de la agenda de los países miembros", ha dicho, en clara alusión a Merkel. "Asegurar la estabilidad del euro es también prioritario para la propia Alemania", continúa en la entrevista, "por tanto estoy seguro de que su aportación para resolver la crisis será constructiva", añade, impreciso en la entrevista.
Tras comentar que la solución pasa por la concesión de créditos bilaterales de los socios de la UE a Grecia en el caso de que Atenas pida ayuda, Barroso señala que "tampoco habrá un automatismo. Los jefes de Gobierno de la Eurozona decidirán si conceden y la cuantía de los créditos. Grecia debe además cumplir estrictas condiciones".
Mientras, el primer ministro Italiano, Silvio Berlusconi, que hasta ahora se había mostrado como un apoyo débil para la eurozona, ha declarado que está "absolutamente a favor" de instaurar un mecanismo común de ayudas, e incluso ha ido más allá afirmando que "la Unión Europea no tendría razón de existir si sus miembros no se mostraran firmes y unidos para ayudar a uno de sus socios en problemas".
La opinión pública italiana también se encuentra dividida al respecto, al igual que sucede en Francia, pero ambos gobernantes se han mostrado partidarios al rescate ya que se temen que un giro de los mercados ante la eventualidad de que Grecia no obtuviera ayudas o fueran demasiado imprecisas podría volverse contra ellos mismos, y lo mismo ha hecho Austria.
En España, la mayoría de los sondeos son partidarios al rescate, al igual que el Gobierno. El ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos se ha mostrado "seguro" de que el 25 y 26/3 se acordará el apoyo a Grecia, según informa Efe desde Bruselas, "La Presidencia española va a trabajar para eso. Creemos que es un momento importante para el futuro de la UE y para el futuro del euro", señaló Moratinos a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores comunitarios que se celebra el 22/3 en la capital belga. Moratinos aseguró que España -junto al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el resto de socios- hará "todos los esfuerzos" para dar "confianza" y "solidaridad" a Grecia.
"La perspectiva de que Grecia reciba un paquete de ayudas de Europa se tornó más lejana el lunes, después de que Alemania hiciera una sugerencia más clara para que el Fondo Monetario Internacional cargue con el peso del rescate en caso de que la insolvencia amenace a las cuentas públicas griegas"… Alemania sugiere que Grecia acuda al FMI, alejando la posibilidad de un rescate europeo (The Wall Street Journal – 22/3/10)
"En este caso, la ayuda financiera del FMI es claramente un asunto para la canciller y el Gobierno alemán", dijo el portavoz Ulrich Wilhelm durante una conferencia en Berlín.
Ya el 14/3, la canciller alemana Angela Merkel señaló que los líderes europeos en su cumbre del jueves (25/3) y el viernes (26/3) no llegarían a un acuerdo sobre los detalles de un plan de rescate para Grecia, a pesar de la presión de la Comisión Europea para que se elabore un plan de contingencia.
La negativa de Alemania a respaldar un paquete de ayuda de la Unión Europea para Grecia y la creciente perspectiva de que no habrá plan sin el FMI (15/3) sumió a Atenas en la confusión.
Durante una conferencia, el viceprimer ministro griego Theodore Pangalos advirtió de que los líderes de la UE dañarán la integridad de los dieciséis países que componen la zona euro si no ayudan a Grecia para disipar los rumores sobre los bonos griegos.
"Si no hay herramienta, ni un arma sobre la mesa (…) si los especuladores no están preocupados por perder nada, entonces el euro no tiene sentido", dijo Pangalos. "Si eso sucede, el objetivo de la unificación europea se retrasará muchas décadas".
Pangalos también acusó al Gobierno alemán de permitir de manera implícita que los bancos germanos ataquen a los mercados de un miembro de la zona euro. "Algunos en Alemania están haciendo dinero", dijo.
El euro se debilitó conforme parecían ahondarse las divisiones sobre la crisis de deuda griega.
El euro caía un 0,3% frente al dólar y toca un mínimo diario de US$ 1,3463. Bajaba también de forma similar hasta 0,8990 libras esterlinas, también un mínimo diario.
"Las líneas de combate se están endureciendo", señaló Simon Derrick, analista de divisas de The Bank of New York Mellon en Londres.
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