En dos ensayos publicados en 1972, Richard Emerson desarrolló los fundamentos de una teoría del intercambio integrada. El primer ensayo (Emerson 1972 a) analiza las "bases psicológicas del intercambio social", mientras el segundo (Emerson 1972 b) se centra en el nivel macro y en las "relaciones de intercambio y en las estructuras de redes". En este último ensayo Emerso explicitó la cuestión del vínculo micro-macro: "Intento extender la teoría del intercambio e investigar los niveles de análisis micro y macro mediante el estudio de las estructuras de las redes de intercambio" (citado en Cook, 1987). Karen Cook coincide con Emerson en la importancia del estudio de las redes de intercambio para vincular lo micro y lo macro. "El uso del concepto de redes de intercambio permite el desarrollo de una teoría puente que cierre la brecha conceptual entre los individuos aislados o las díadas y los grandes agregados o conjuntos de individuos (v.g. grupos o asociaciones formales, vecindarios, partidos políticos, etc.)" Emerson y Cook aceptan las premisas micro de la teoría del intercambio y las toman como punto de partida. Emerson, por ejemplo, señala: "El enfoque del intercambio centra su atención en los beneficios que las personas obtienen y con los que contribuyen al proceso de la interacción social". En concreto, Emerson acepta los principios conductistas del condicionamiento operante como punto de partida y subraya tres supuestos principales de la teoría del intercambio:
1. Las personas para quienes los eventos son beneficiosos tienden a actuar "racionalmente" a fin de que estos eventos ocurran.
2. Las personas acaban finalmente saciadas de los eventos conductuales, de manera que la utilidad de estos eventos disminuye.
3. Los beneficios que obtienen las personas de los procesos sociales dependen de los beneficios que son capaces de proporcionar en el intercambio. Esto confiere a la teoría del intercambio "su preocupación focal por el flujo de beneficios en la interacción social".
Todo esto nos resulta bastante familiar porque lo hemos analizado exhaustivamente en el Capítulo 7. sin embargo, al término de su primer ensayo de 1972, de orientación micro, Emerson comienza a desarrollar una teoría del intercambio de naturaleza conductista en una dirección diferente: "En este capítulo, nuestro principal propósito es incorporar principios operantes para poder analizar situaciones más complejas que las que estudia la psicología operante". (1972 a:48).
El segundo ensayo de 1972 comienza con esta cuestión: "El propósito de este ensayo es abordar la construcción de una teoría del intercambio social que conciba la estructura social como una variable dependiente" (Emerson 1972 b:58). Mientras en el primer ensayo Emerson se centra en un actor individual implicado en una relación de intercambio con su entorno (por ejemplo, una persona que pesca en un lago), en el segundo se preocupa por las relaciones de intercambio social y por las redes de intercambio.
Los actores en la teoría macro del intercambio de Emerson pueden ser individuos o colectividades. Lo que a Emerson le interesa aquí es la relación de intercambio entre los actores. Una red de intercambio tiene los siguientes componentes (Cook et al., 1983:277):
1. Un conjunto de actores que pueden ser individuos o colectividades.
2. Recursos valiosos que se distribuyen entre los actores.
3. Existe una serie de oportunidades de intercambio entre todos los actores de la red.
4. Las relaciones de intercambio, o las oportunidades de intercambio, existen entre los actores.
5. Las relaciones de intercambio están conectadas unas a otras en una única estructura de red.
En suma: "Una "red de intercambio" es una estructura social específica formada por dos o más relaciones de intercambio conectadas entre los actores". (Cook et al., 1983:277).
La naturaleza (y la intensidad) de la conexión entre las relaciones de intercambio tiene gran importancia y es crucial para vincular el intercambio entre dos actores (intercambio diádico) con los macro fenómenos (Yamagishi, Gillmore y Cook, 1988:835). La conexión entre dos o más relaciones diádicas es "positiva" si el intercambio en una relación depende del intercambio en la otra relación depende del intercambio en la otra relación. La conexión es "negativa" cuando el intercambio en una relación depende de la ausencia de intercambio en la otra. (También pueden darse conexiones mixtas, es decir, con elementos positivos y negativos (Cook y Gillmore, 1984). Tanto en las conexiones positivas como en las negativas (así como en las mixtas), lo más importante son las relaciones de dependencia entre los intercambios diádicos. Así, por ejemplo, dos relaciones diádicas A-B y A-C, forman una red mínima (A-B-C) cuando el intercambio en una depende del intercambio (o de la ausencia de intercambio) en otra. Para que se desarrolle una red de intercambio no basta con que A, B y C pertenezcan al mismo grupo; ha de existir una relación de contingencia entre los intercambios en A-B y en B-C. Así, una teoría de redes de nivel macro no es suficiente per se; son necesarios los principios micro de la teoría del intercambio.
En un estudio de 1983, Cook et, al., Intentaron analizar la relación entre la teoría del intercambio y la teoría de redes en función de la cuestión del poder y la dependencia. Emerson definió originalmente el poder como "el nivel de coste potencial que un actor puede inducir a otro a "aceptar"", mientras la dependencia implica "el nivel de coste potencial que acepta un actor en una relación". Esto nos lleva a la teoría del poder-dependencia de Emerson, que Yamagishi y sus colegas resumen de este modo: "El poder de una parte sobre otra en una relación de intercambio es una función inversa de su dependencia de la otra parte". El poder desigual y la dependencia conduce a desequilibrios en las relaciones, pero con el tiempo, éstas se orientan hacia una relación de poder-dependencia más equilibrada.
En su explicación de la dependencia y el poder, la teoría estructural de redes analiza cosas tales como la centralidad estructural, mientras la teoría del intercambio se ocupa de la relación diádica entre los actores. La investigación de Cook y otros (1983) tiende a encontrar evidencias de la importancia de la relación de intercambio y poder de manifiesto la debilidad del enfoque estructural de redes. Sin embargo, Cook y otros son plenamente conscientes de los sesgos micro de la teoría del intercambio y de la necesidad de elevarla de nivel e integrar en ella un nivel macroscópico.
Para distanciarse del enfoque diádico de la teoría del intercambio y aproximarse a un análisis del poder de una posición en una estructura, Cook y Emerson señalan que la determinación del poder de una posición se basa en el grado de dependencia de toda la estructura con respecto a esta posición. Esta dependencia sistemática constituye, en su opinión, una función tanto de la centralidad estructural de la posición como de la naturaleza de las relaciones de poder dependencia. Recurren a un enfoque centrado en "vulnerabilidad" para elevar la teoría del poder-dependencia desde el nivel analítico diádico hasta otro nivel analítico más Macroestructural" (Cook et al., 1983:301). La vulnerabilidad implica la dependencia respecto de una red de una posición estructural particular. Cook y sus colegas concluyen:
Es evidente que la integración de los principios de la teoría estructural de redes con la teoría de las redes de intercambio proporciona ideas útiles sobre la dinámica del poder en las redes de relaciones de intercambio conectadas…Esta formulación teórica ofrece un procedimiento explícito para vincular la conducta de los actores en el intercambio con las propiedades de la red…y sugiere mecanismos que pueden dar lugar a "transformaciones posible" de estas redes como resultado de la dinámica de poder o de los cambios en la naturaleza de las conexiones de intercambio.
Yamagishi, Gillmore y Cook (1988) van aún más lejos en su esfuerzo por vincular la teoría del intercambio y la teoría de redes. Afirman que el poder (y la dependencia) son preocupaciones centrales para la teoría del intercambio, pero constatan que el poder "es fundamentalmente un fenómeno social estructural". Estos autores son capaces de generar predicciones sobre la distribución del poder en todos los tipos de redes de intercambio –positivas, negativas y mixtas- verificándolas en experimentos y simulaciones informáticas. Un análisis plenamente satisfactorio debe implicar la preocupación tradicional de la teoría del intercambio por los procesos que ocurren dentro de las relaciones de intercambio, así como el interés tradicional de la teoría de redes por los vínculos entre las relaciones de intercambio.
Más recientemente, Cook, O"Brien y Kollock (1990) han definido la teoría del intercambio en términos intrínsecamente integradores y señalado que se centra en los intercambiados, en varios niveles de análisis, incluidos los intercambios entre individuos, corporaciones y estados nacionales. Identifican dos corrientes de trabajo en la historia del intercambio: una en el nivel micro, centrada en la conducta social como intercambio, y otra en el nivel macro, preocupada por la estructura social como intercambio. Consideran que la fuerza de la teoría del intercambio reside en la integración micro-macro puesto que "incluye en un solo marco teórico proposiciones que son aplicables tanto a actores individuales como al nivel macro (o nivel sistémico), e intentan formular explícitamente las consecuencias que los cambios en un nivel tienen en los otros niveles de análisis" .
Cook, O"Brien y Kollock identifican tres tendencias contemporáneas hacia una teoría del intercambio más integrada. La primera es el creciente uso de la investigación de campo centrada en cuestiones más macroscópicas, que complementan el uso tradicional de los experimentos de laboratorio para estudiar cuestiones microscópicas. La segunda es el giro, analizado antes, del trabajo sustantivo desde un enfoque diádico hacia una aproximación al estudio de las grandes redes de intercambio. Y la tercera y más importante es el esfuerzo continuado por sintetizar la teoría del intercambio y las sociologías estructurales, especialmente la teoría de redes..
En el curso de su investigación, Cook, O"Brien y Kollock exponen las ventajas de la integración de ideas derivadas de una variedad de teorías micro. La teoría de la decisión nos ofrece "una mejor comprensión del modo en que los actores hacen que sus elecciones sea relevantes para las transacciones". Términos generales, la ciencia cognitiva (que incluye la antropología cognitiva y la inteligencia artificial) arroja "más luz sobre el modo en que los actores perciben, procesan y recogen la información"). El interaccionismo simbólico nos proporciona conocimiento sobre el modo en que los actores comunican mutuamente sus intenciones, algo importante para el desarrollo de la confianza y el compromiso en las relaciones de intercambio. En términos generales, Cook O"Brien Y Kollock consideran que su versión sintética de la teoría del intercambio es capaz de analizar la importantísima cuestión de la relación acción-estructura. En su opinión: "De entre un número limitado de orientaciones teóricas de las ciencias sociales, la teoría del intercambio conceptualiza explícitamente la relación entre los actores intencionales con las estructuras" .
Aunque los propósitos integradores de la versión de Emerson y Cook de la teoría del intercambio tienen mucho mérito, es preciso mencionar la debilidad de su esfuerzo en el nivel micro subjetivo. Adviértase, por ejemplo, la conclusión de uno de sus estudios: "El poder es una función de la posición en la red, incluso cuando los ocupantes de las posiciones ignoran la estructura real de la red y su propia posición en ella". Si bien la estructura puede actuar a espaldas de los actores, la teoría del intercambio integrada nos ofrece poco sobre los procesos conscientes.
Como hemos señalado varias veces en el presente capítulo, la teoría de redes es harto prometedora desde el punto de vista de la síntesis teórica. La teoría de redes se centra en la estructura social, en el armazón de vínculos que liga a los miembros individuales (Granovetter, 1973, 1983, 1985; Wellman y Wortley 1990) y colectivos (Baker 1990; Clawson, Neustadtl y Beraden, 1986; Mizruchi y Koenig, 1986) de la sociedad. Aunque pueden considerarse como estructuras profundas, es decir, estructuras que se ocultan bajo la superficie (Wellman, 1983), su significado se acerca más a la concepción sociológica tradicional de estructura social la que hace atractiva a la teoría de redes para los que se interesan por la síntesis. Además, como las redes pueden ser micro (entre actores individuales) o macro (entre actores colectivos), tanto las teorías históricamente micro (por ejemplo, la del intercambio) como macro) (por ejemplo, la del conflicto) pueden ser integradas en la teoría de redes. Es más, este interés de la teoría de redes por las redes micro y macro hace que sea, al menos en algunos sentidos, intrínsicamente integradora.
Como hemos mencionado más arriba, lo más interesante son los vínculos emergentes entre la teoría de redes y la teoría del intercambio y, como ya se ha señalado, entre la teoría de redes y la teoría del conflicto). La teoría de redes parece ofrecerse a la teoría del intercambio como una macro teoría sumamente compatible que complementa la micro orientación básica de la teoría derivada del conductismo y de la teoría de la elección racional. Por ejemplo, los teóricos de redes, al igual que los teóricos del intercambio, apenas se interesan por los motivos individuales. El interés de los teóricos de redes por los vínculos objetivos se combina bien con la preocupación de los teóricos del intercambio por las pautas objetivas de conducta. Para decirlo en términos negativos, la teoría de redes no casa tan bien con las teorías sociológicas centradas en la conciencia (el interaccionismo simbólico, la fenomenología, el existencialismo). Por otra parte, la teoría del intercambio no encajaría tan bien con la orientación subjetivista (macro) de otras macro teorías tales como el funcionalismo estructural y la teoría crítica. La teoría de redes también permite a los teóricos del intercambio ver las díadas, que tradicionalmente constituyen el objeto de su interés, enmarcadas en grandes redes o en relaciones amplias. Esto significa que los teóricos del intercambio pueden examinar la influencia de las transacciones del intercambio pueden examinar la influencia de las transacciones del intercambio interpersonal en las grandes redes y, a la inversa, la influencia de esas redes en las transacciones del intercambio. Sin embargo, Cook, O"Brien y Kollock, al igual que otros (por ejemplo, McMahou, 1984), son conscientes de los riesgos que supone impulsar una teoría tradicionalmente micro en una dirección macro:
Aunque la teoría de las redes de intercambio supone una gran promesa, hay riesgos latentes en todo intento de extender un marco teórico micro plenamente desarrollado hacia niveles más macro. La teoría del intercambio requiere una especificación más explícita de los procesos que ocurren en el nivel macro para poder explicarlos, y cierta visión de la naturaleza de estos procesos en el nivel macro en relación con otras estructuras y eventos existentes (por ejemplo, un reconocimiento explícito de los contextos histórico, político e institucional en los que suelen producirse los acontecimientos que interesan).
(
Si bien se están realizando diversos esfuerzos por utilizar la teoría de redes en el intento de desarrollar teorías más integradas y sintéticas, también existen esfuerzos dentro del marco teórico de la teoría de redes para desarrollar esta orientación.
Ronald Burt (1982) se ha situado a la cabeza de los teóricos de redes que han intentado desarrollar un enfoque integrado en lugar de otra forma de determinismo estructural. Burt comienza su trabajo expresando el cisma que se produce en la teoría de la acción entre las orientaciones "atomista" y "normativa". La orientación atomista "supone que actores separados evalúan de manera independiente acciones alternativas, de manera que las evaluaciones se hacen al margen de otros actores", mientras la "perspectiva normativa se define por la existencia de actores separados dentro de un sistema que tienen intereses interdependientes, normas sociales generadas por actores que se socializan unos a otros". Burt desarrolla una perspectiva que "esquiva el cisma entra la acción atomista y la normativa" y, que "constituye menos una síntesis de las dos perspectivas de la acción, que una tercera vía que conecta intelectualmente ambas". Admitiendo que toma prestadas ideas de las otras dos perspectivas, Burt desarrolla lo que denomina una perspectiva estructural que difiere de las otras dos "en el criterio del postulado de la evaluación marginal. El criterio utilizado en la perspectiva estructural que propongo es el conjunto de estatus/ roles del actor generado por la división del trabajo. Un actor evalúa la utilidad de las acciones alternativas en parte en función de sus condiciones personales y en parte en función de las condiciones de los otros". Burt considera que su enfoque es una extensión lógica de la perspectiva atomista y una "restricción empíricamente precisa" de la teoría normativa.
Describe la teoría estructural de la acción de Burt. Burt explica la premisa de una teoría estructural de la acción: "los actores son intencionales bajo constricciones de la estructura social".. En su opinión:
Los actores se encuentran a sí mismos en una estructura social. Esa estructura social define sus semejanzas sociales, lo que a su vez moldea sus percepciones de las ventajas que generará la elección de cada una de las diversas acciones alternativas. Al mismo tiempo, la estructura social constriñe diferencialmente la capacidad de elección de los actores. Las acciones finalmente elegidas constituyen, por tanto, una función conjunta de los actores que persiguen sus intereses hasta el límite de su capacidad, en la que tanto los intereses como la capacidad vienen determinados por la estructura social. Finalmente, las acciones elegidas bajo la constricción de la estructural social pueden modificar la estructura social, y éstas modificaciones pueden potencialmente crear nuevas constricciones a las que se habrán de enfrentar los actores en la estructura.
TEORIA DE LA ELECCIÓN RACIONAL
La teoría de la elección racional es muy interesante desde el punto de vista de la síntesis teórica. Por un lado, se trata de una de las teorías micro más extremistas de la sociología. Esta teoría se apoya en el individualismo metodológico e intenta fundamentar una teoría sociológica sobre una antropología filosófica (homo economicus) del actor racional, maximizador y egoísta que elige correcta y eficazmente los medios alternativos que le permiten alcanzar sus fines con arreglo a la información de que dispone. Esta antropología filosófica fue rechazada por muchos de los primeros teóricos de la sociología en su esfuerzo por desarrollar una concepción más realista, es decir, menos racional del actor guiado por cosas tales como las creencias. Además, muchos teóricos que se han esforzado por desarrollar teorías más macro orientadas han rechazado el extremismo micro de la teoría de la elección racional. Sin embargo, el reciente éxito de la economía ha llevado a muchos sociólogos a aceptar de nuevo el modelo micro del actor racional para desarrollar teorías limpias, simples y elegantes.
Ya hemos estudiado en detalle el esfuerzo reciente de Coleman por desarrollar una teoría de la elección racional más integrada. Friedman y hechter (1988, 1990) son también exponentes de una teoría de la elección racional más integrada y sintética. Reconocen algunas de las limitaciones de la teoría y, entre otras cosas, aconsejan la ampliación del modelo micro en cuestiones tales como la racionalidad de los actores individuales y sus limitaciones internas y el origen de las preferencias de los actores. En otras palabras, defienden una mayor integración en los niveles micro y al menos, cierto movimiento hacia teorías micro tales como el interaccionismo simbólico y la Etnometodologia. Además, aconsejan una mayor integración con preocupaciones macro tales como el modo en que el agregado de acciones individuales conduce a resultados macro sociales y el modo en que actores egoístas racionales producen instituciones. Friedman y Hechter defienden una concepción más satisfactoria del actor y una mayor preocupación por las diversas facetas del vínculo micro-macro. Estos persiguen un tipo de teoría de la elección racional más sintético de lo que solemos encontrar en este tipo de literatura: "¿Por qué preferir, pues, la teoría de la elección racional? Quizás la mejor razón es que se preocupa explícitamente por la vinculación de los niveles de análisis micro y macro, más que por establecer la supremacía analítica de uno sobre otro" (1988:212. Salta a la vista que su esfuerzo refleja una imagen de la teoría de la elección racional que no incluye el extremismo micro que normalmente le asociamos.
Mientras la mayor parte de las teorías que acabamos de analizar intenta la integración de las teorías sociológicas existentes, con frecuencia estadounidenses, existe también otro tipo de síntesis en la teoría sociológica. Se trata de la integración a la teoría estadounidense de ideas y teorías derivadas de otras disciplinas y/o naciones.
La teoría sociológica feminista es intrínsecamente sintética, puesto que se ha formado a partir de la intersección de tres teorías generales: teorías de las diferencias de género, entre ellas la teoría biológica, institucional y sociopsicológica del género; teorías de la desigualdad entre los géneros, entre ellas el feminismo liberal y el feminismo marxista; y teorías de la opresión de género, que incluyen la teoría psicoanalítica, la feminista radical y la feminista socialista. Algunos de estos sistemas de ideas son propios de la sociología, mientras otros incorporan a la sociología ideas derivadas de diversas fuentes externas. La confluencia de estas fuerzas internas y externas conduce al desarrollo de una teoría sociológica feminista distintiva. Aunque aún es joven y se encuentra en fase de desarrollo, parece evidente que esta teoría (o teorías) se expandirá y consolidará en los próximos años.
Además de la inmediata integración de la teoría feminista en la teoría sociológica (Alexander, Colomy y los neofuncionalita, Fine y los Interaccionista simbólicos, y otros la acogen de buen grado), Lengermann y Niebrugge-Brantley (1990) proponen otras áreas de desarrollo futuro. Si bien aconsejan centrarse en las situaciones subjetivas y micro sociales, son conscientes de la necesidad de vincularlas a los fenómenos macro. Describen la "tensión dialéctica entre la necesidad de centrarse en el individuo y la necesidad igualmente necesaria de generalizar". Estudian también la actitud crítica de las sociólogas feministas hacia la afición de la sociología por la retórica dualista (por ejemplo, la terminología femenino-masculino y micro-macro) e intentan desarrollar concepciones más integradas del mundo social.
Analicemos ahora la relación entre el movimiento hacia la síntesis teórica en la sociología y uno de los desarrollos intelectuales multidisciplinares más importantes de los últimos tiempos: el posmodernismo (D. Harvey 1989; Kellner 1988, 1990 a) en particular el que exponen las obras de pensadores como Jean Baudrillard (1983; véase también Bogard, 1990), Jean-Francois Lyotard (1984) y Frederic Jameson En este apartado sólo estudiaremos la pequeña parte del pensamiento posmodernista que guarda relación con nuestra preocupación por las síntesis teóricas. En el siguiente apartado analizaremos la influencia de la teoría posmoderna en el pensamiento Posmarxista. Hay muchos otros aspectos del pensamiento posmoderno que son relevantes para la sociología contemporánea, pero el análisis exhaustivo de todas las implicaciones del postmodernismo está fuera del alcance ce estos apartados. Por un lado, el postmodernismo no es una teoría coherente. Como Kellner señala: "No existe una "teoría social posmoderna" unificada", sino una "pluralidad de teorías y posiciones posmodernas diferentes". Y con más dureza, Callinicos afirma: "Los productores de este discurso… han ofrecido definiciones incoherentes entre sí, internamente contradictorias y/o desesperadamente vagas". Por otro lado, la teoría posmoderna se manifiesta en una amplia variedad de campos como el arte, la arquitectura, la literatura, el cine, la filosofía, la teoría cultural, la teoría social, etc. Y además, la teoría social posmoderna guarda relación con el desarrollo de una sociedad posmoderna, y hay incluso menos coincidencia en la definición de la sociedad posmoderna que en la de la teoría social posmoderna.
Es evidente que la sociedad posmoderna representa una ruptura con la sociedad; la posmodernidad sobreviene tras la modernidad. Sin embargo, no está claro si se ha producido una ruptura radical entre la modernidad y la postmodernidad y, si no imposible, resulta difícil distinguirlas con precisión. Ni hay acuerdo alguno en torno a la descripción de la sociedad posmoderna, pero si hemos de ofrecer un ejemplo, he aquí la de Lyotard:
El eclecticismo… de la cultura general contemporánea; escuchamos reggae, vemos una película del oeste, vamos a almorzar a McDonald y a cenar a un restaurante local, llevamos perfume parisino en Tokio y ropas "retro" en Hong Kong: el conocimiento es un asunto de los concursos televisivos. Es fácil encontrar un público para obras eclécticas. Convertido en kitsch destinado para el gusto popular, el arte alimenta la confusión que reina en el "gusto" de los patrones. Los artistas, los propietarios de las galerías de arte, los críticos y el público nadan juntos en él "todo vale" y la indiferencia reina en nuestra época.
Esta es una imagen de la sociedad posmoderna pesimista y muy crítica. Hay otras muchas descripciones, así como perspectivas que rechazan totalmente la idea de una nueva sociedad posmoderna.
Expreso mi rechazo absoluto a esta creencia. En mi opinión no vivimos unos "Tiempos Nuevos", en una "era posmoderna y posindustrial" fundamentalmente diferente del modo de producción capitalista que ha dominado el mundo durante los dos últimos siglos.
Si dispusiéramos de más espacio y tiempo intentaríamos clasificar las diversas imágenes de la sociedad posmoderna y el conjunto de teorías sobre esta sociedad. Aunque hay largas listas de características que diferencian el modernismo del postmodernismo, el modernismo se considera altamente racional y rígido, mientras el postmodernismo parece más irracional y flexible. Sin embargo, nuestra preocupación central en este apartado no es la naturaleza del modernismo y el postmodernismo en nuestro análisis del. Lo que sí es relevante es el hecho de que el postmodernismo adopta una serie de perspectivas que suponen el movimiento hacia la síntesis de la teoría sociológica. En esta apartado examinaremos este conjunto de ideas. Las ideas más relevantes para este análisis son las de Jean-Francois Lyotard, quien dedica más atención al conocimiento posmoderno que a la sociedad posmoderna.
Lyotard (1984:xxiii) comienza identificando el conocimiento moderno (científico) con el tipo de gran síntesis (o "meta discurso") que hemos asociado con la obra de teóricos tales como Marx y Parsons. Los tipos de narrativas ambiciosas que este pensador relaciona con la ciencia moderna incluyen "la dialéctica del espíritu, la hermenéutica del significado, la emancipación del sujeto racional o del trabajador, o la creación de riqueza".
Si Lyotard identifica el conocimiento moderno con las meta narrativas, entonces el conocimiento posmoderno implica un rechazo de estas grandes narrativas. Como Lyotard señaló: "Simplificando al máximo, defino el término posmoderno como la incredulidad en las narrativas" Y con más dureza, afirma: "Declaremos una guerra abierta a la totalidad… activemos las diferencias" De hecho el posmodernazo celebra que existan diversas perspectivas teóricas: "El conocimiento posmoderno no sólo constituye una herramienta para las autoridades; aumenta nuestra sensibilidad hacia las diferencias y refuerza nuestra capacidad de tolerancia hacia lo inconmesurable". En estos términos, la sociología ha dejado atrás la era moderna y ha entrado en la posmoderna en su búsqueda de una variedad de síntesis más específicas. En opinión de Fraser y Nicholson, Lyotard prefiere las "narrativas localizadas y en pequeñas" a las "meta narrativas" o grandes narrativas de la modernidad. Las nuevas síntesis analizadas a lo largo de este y el anterior capítulo pueden considerarse como ejemplos de esta narrativa sociológicas "pequeñas" y "localizadas".
Mientras Lyotard rechaza la gran narrativa de los social que encuentra su apoyo y justificación en las ideas del contrato racional, la sociedad civil, el progreso, el poder, la producción, es algo que existió alguna vez, pero ya no existe. La era de la perspectiva de lo social (que coincidió lógicamente con ese período mal definido que se conoce como modernidad)… ha terminado.
Así los posmodernistas abogan por el rechazo de las meta narrativas en general y de las grandes narrativas en sociología en particular.
Otro aspecto del postmodernismo que nos interesa es su tendencia a "subvertir" y "hacer estallar" las fronteras entre las disciplinas y subdisciplinas y a crear una perspectiva multidisciplinar y multidimensional que sintetice ideas procedentes de una amplia serie de campos (por ejemplo, la filosofía, la economía política, la teoría cultural, la historia, la antropología y la sociología) y de perspectivas dentro de una determinada disciplina. El postmodernismo proclama el final de una era de la vida intelectual y social y el comienzo de la búsqueda de "nuevos paradigmas, nuevas políticas y nuevas teorías" desde el punto de vista de Kellner, estas nuevas teorías implicarán nuevas concatenaciones de marxismo, teoría crítica, feminismo, teoría social posmoderna y otras corrientes de teoría social crítica para resolver nuestros problemas teóricos y políticos. Desde la perspectiva específica de la sociología, esto se encarna en los esfuerzos por desarrollar nuevas teorías sintéticas a partir de ideas derivadas de una amplia serie de fuentes teóricas.
Otro aspecto interesante del postmodernismo es su tendencia a considerar las diversas teorías como textos, como construcciones retóricas de los teóricos. Considerar las teorías como construcciones retóricos lleva a destruir la autoridad de las teorías y su estatus privilegiado. Esto conduce a una perspectiva de la ciencia en general y de la sociología en particular que las considera "una conversación entre estudiosos / retóricos". En esta conversación desmitificada los teóricos pueden tomar prestadas libremente ideas de los demás para crear la gama de nuevas teorías sintéticas analizadas en este y en el anterior capítulo.
En suma, el postmodernismo presenta cuatro características sumamente relevantes para el movimiento hacia las nuevas síntesis en sociología. En primer lugar, el rechazo de la anterior búsqueda de una única y gran teoría sintética. En segundo lugar la aceptación de una gama de esfuerzos sintéticos de menor alcance. En tercero, la destrucción de las fronteras disciplinares y la idea de que las nuevas síntesis pueden inspirarse en ideas pertenecientes a varias disciplinas diferentes. En cuanto, la desmitificación de la retórica teórica, que permite a los sociólogos tomar prestadas libremente las ideas de otros para crear teorías sintéticas.
Es preciso mencionar otra cuestión acerca del postmodernismo. Weisntein y Weisntein (1990) han vinculado explícitamente el postmodernismo con el tema del Apéndice de este libro: la matateorización en sociología. En pocas palabras, la Metateorización implica el estudio sistemático de la teoría sociológica. La Metateorización tiene muchos elementos en común con el postmodernismo y, hasta cierto punto, puede ser considerada como un desarrollo posmoderno de la teoría sociológica. Los trabajos posmodernos más básicos son anteriores en el tiempo al reciente surgimiento del interés por la metateoría, por lo que puede afirmarse que desempeñaron un importante papel en su desarrollo. Sin embargo, las referencias claras al postmodernismo y su vínculo con la metateoría son bastante recientes. Así, parece probable que las mismas condiciones que hicieron atractivo el postmodernismo a los ojos de los teóricos de la sociología hayan contribuido al desarrollo de la metateoría.
La metateoría, al igual que el postmodernismo, desmitifica y relativiza todos los enfoques teóricos. La metateoría no se centra en el análisis de cómo debe ser la teoría sociológica, sino en el estudio y comprensión de lo que es en todas sus ramas, variedades y manifestaciones. Para algunos meta teóricos esta mayor comprensión constituye un fin en sí, mientras para otros representa un medio para la creación de una nueva teoría o de una perspectiva teórica englobadora.
Podemos captar el significado de la metateoría analizando el término posmodernista "deconstrucción". Como defensores de la deconstrucción, los meta teóricos releen y reanalizan ateóricos, teorías sociológicas, paradigmas, etc. Y los estudian como "textos" que requieren una reinterpretación mediante el uso de perspectivas y herramientas contemporáneas (Harvey, 1989. El objeto de esta decosntrucción suele ser una mayor comprensión de lo que sé reanaliza. La deconstrucción también puede utilizarse para realizar el propósito más constructivo de combinar diversos conjuntos de ideas derivadas de varias perspectivas para formar una nueva teoría. Otra orientación compartida por meta teóricos y posmodernistas es su actitud crítica hacia las grandes narrativas, las meta narrativas o las totalizaciones. Podemos apreciar con claridad que ninguna de las meta narrativas sociológicas es satisfactoria, por no decir adecuada para analizar la sociedad en su conjunto. Los meta teóricos, en lugar de quedar atrapados en la batalla entre las grandes narrativas deficientes, han dedicado su atención a estudiarlas, a identificar las razones de sus defectos y los modos en que pueden superarse mediante nuevos esfuerzos sintéticos más acotados (Antonio 1990; Antonio y Kellner en prensa.
Aunque no explícitamente, estos esfuerzos sintéticos están en consonancia con la noción posmoderna de que deben destruirse las fronteras entre las teorías existentes. La mayoría de las síntesis teóricas contemporáneas analizadas en este capítulo se derivan de meticulosos análisis meta teóricos de una o más teorías existentes, y se orientan a la producción de nuevas síntesis teóricas a partir de una serie de teorías sociológicas.
En estos y otros sentidos, el postmodernismo es sumamente relevante no sólo por lo que respecta a los desarrollos en la teoría sociológica, sino también por lo que respecta a los desarrollos meta teóricos en la sociología. En el siguiente apartado dedicado a la teoría Posmarxista diremos más cosas sobre el postmodernismo, y en el Apéndice sobre la Metateorización.
Durante los años ochenta y principios de los noventa la teoría neomarxista ha experimentado cambios drásticos (Grossberg y Nelson 1988: Jay, 1988. Las variantes más recientes de teoría neomarxista rechazan muchas de las premisas básicas de la teoría original de Marx, así como muchos de los supuestos de las teorías neomarxistas. Estos cambios explican que se las denomine teorías Posmarxistas (Wright 1987. Aunque estas teorías rechazan los elementos básicos de la teoría marxista, muestran sin embargo las suficientes afinidades como para que se las considere parte de las teoría marxista. Analizamos aquí las teorías Posmarxistas porque suelen implicar la síntesis de teorías marxistas con otras teorías, ideas, métodos, etc. ¿Qué explicación tienen estos cambios espectaculares que ha experimentado la teoría neomarxista? Dos conjuntos de factores dan cuenta de ellos, uno externo a la teoría, que implica cambios en el mundo social, y otro interno
En primer lugar, los factores externos a la teoría marxista son el final de la Guerra Fría (al menos hasta ahora) (Halliday 1990) y el colapso del mundo comunista. La Unión Soviética está sumida en el proceso de la perestroika (reestructuración), en el que se aleja de una economía socialista dirigida por el estado y se mueve hacia una economía de mercado parecida, al menos en parte, a la economía capitalista (Piccone 1990; Zaslavsky 1988. La Unión Soviética ha renunciado al control de los países del este de Europs y muchos de esos países se están moviendo casi con mayor rapidez que la propia Unión Soviética en dirección a una economía de estilo capitalista (Kaldor, 1990. China, tras la violenta respuesta de la insurrección de la Plaza de Tiananmen, ha fracasado como modelo para el resto del mundo aún cuando no abandona su comunismo. Cuba parece aislada y en espera de la muerte o derrota de Fidel Castro para moverse hacia la perestroika y el capitalismo. De esta manera, el fracaso del comunismo a escala mundial ha llevado a los marxistas a reconsiderar y reconstruir sus teorías. (Burawoy 1990.
Estos cambios mundiales guardan relación con un segundo conjunto de cambios intelectuales internos a la teoría que, a su vez, influyeron en la teoría neomarxista Las nuevas corrientes teóricas como el Posestructuralismo y el postmodernismo influyeron profundamente en la teoría neomarxista. Además, ganó terreno un movimiento conocido como marxismo analítico, que se fundamentaba en w en la necesidad de que las teorías marxistas emplearan los mismos métodos que utilizaba toda empresa científica. Esto condujo a la reinterpretación de Marx en términos intelectuales más convencionales, a esfuerzos por aplicar la teoría de la elección racional a cuestiones marxistas y a intentos de estudiar los típicos marxistas utilizando os métodos y las técnicas de la ciencia positivista.
Así, una combinación de cambios sociales e intelectuales ha modificado drásticamente el panorama de la teoría neomarxista en los primeros años de la década de los noventa. Si bien las teorías analizadas siguen siendo importantes, la mayor parte de la energía de la teoría neomarxista en la actualidad se concentra en las teorías que analizaremos en este apartado.
Perry Anderson (1984) mantiene que el centro de la teoría marxista se ha distanciado de Alemania y de la Europa latina (especialmente Francia e Italia), y la prueba más contundente de ello es el surgimiento de la escuela hoy denominada marxismo analítico, o de lo que Callinicos ha llamado "anglo marxismo". He aquí como lo define John Roemer, uno de los principales exponentes del marxismo analítico:
Durante la pasada década se formó lo que en nuestros días parece una nueva perspectiva en teoría social: el marxismo analíticamente sofisticado. Sus exponentes se centran fundamentalmente en cuestiones marxistas y las estudian utilizando las herramientas contemporáneas de la lógica, las matemáticas y la construcción de modelos. Su postura metodológica es convencional. Estos escritores son, conscientemente, producto tanto de la traición marxista como neomarxista.
Así, los marxistas analíticos utilizan los métodos admitidos y convencionales de la filosofía analítica y la ciencia social para estudiar cuestiones marxistas tradicionales. En este capítulo hablamos del marxismo analítico debido a sus 'propuestas explícitas de realizar la síntesis entre los métodos no marxistas y la teoría marxista" El marxismo analítico adopta un enfoque no dogmático sobre la teoría de Marx. No apoya ciega e irreflexivamente la teoría de Marx, no niega los hechos históricos a fin de apoyar la teoría de Marx, ni rechaza totalmente la teoría de Marx, ni rechaza totalmente la teoría de Marx como fundamentalmente errónea. Antes bien, considera la teoría de Marx como una forma de ciencia social decimonónica poderosa y válida que, sin embargo, tiene puntos flacos considerables. La teoría de Marx es válida y debe ser defendida, pero requiere la utilización de métodos y técnicas que han surgido a finales del siglo xx. Este enfoque niega que haya una metodología marxista distintiva y crítica a los que creen que la hay y que es válida:
No creo en la existencia de una forma específica de lógica o explicación marxista. Con demasiada frecuencia, el oscurantismo se escuda tras un conjunto de términos especiales y de una lógica estilizada. El método del marxismo es la "dialéctica". La lógica dialéctica se basa en varias proposiciones que pueden tener cierto atractivo inductivo, pero que están lejos de constituir reglas de inferencia: que las cosas se convierten en sus contrarios y que la cantidad se convierte en calidad. En la ciencia social marxista la dialéctica se utiliza a menudo para justificar un tipo de razonamiento teleológico muy endeble. Los desarrollos deben ocurrir para que la historia se desarrolle tal y como se había planeado.
De modo similar, Elster señala" "No existe una forma de análisis específicamente marxista…Ni tampoco compromiso alguno con un determinado método específico de análisis, aparte de los que caracterizan en general a la buena ciencia social" .En consonancia con este rechazo los marxistas analíticos rechazan la idea de que hecho y valor son inseparables, de que están dialécticamente relacionados. Siguiendo los cánones de la corriente principal de la filoofía y el pensamiento social científico, intentan separar hecho y valor y estudiar los hechos desapasionadamente a través de un análisis teórico, conceptual y empírico.
Uno se pregunta por qué el marxismo analítico debe ser denominado marxismo. Roemer responde a esta cuestión y señala: "No estoy seguro de que debe recibir esta denominación" .Sin embargo, nos ofrece algunas razones que explican por qué debemos considerarla una teoría (neo) marxista. Primero, analiza temas marxistas tradicionales tales como la explotación y la clase. Segunda, sigue considerando el socialismo preferible al capitalismo. Sin embargo, aunque es marxista en estos sentidos, también "toma libre y voluntariamente prestadas ideas de otros puntos de vista" .De nuevo, el marxismo analítico sintoniza con el movimiento hacia la síntesis teórica analizado en este y en el anterior capítulo.
En este apartado estudiaremos brevemente tres variantes de marxismo analítico. En primer lugar analizaremos el esfuerzo por realizar la obra de Marx utilizando herramientas intelectuales admitidas. En segundo lugar, examinaremos el marxismo de la elección racional y la teoría de juegos. Y finalmente nos centraremos en la invesigación empírica desde la perspectiva marxista que utiliza las más novedosas herramientas metodológicas.
Reanálisis de Marx. Como hemos señalado más arriba, el marxismo analitico rechaza el uso de conceptos idiosincrásicos tales como la dialéctica e intenta analizar a Marx (y al mundo social) mediante el uso de conceptos que forman parte de la tradición intelectual general. Este rechazo y esfuerzo se ilustra principalmente en uno de los textos más representativos del marxismo analítico: la obra de G.A. Cohen, Karl Marx's Theory of History: A Defense (La Teoría de la historia de Karl Marx: una defensa) (1978). En lugar deinterpretar a Marx como un teórico dialéctico exótico. Cohen afirma que Marx empleó en su obra una forma funcional de explicación bastante mas prosaica. Cohen identifica los siguientes ejemplos de explicación funcional en la obra de Marx:
"Las relaciones de producción c0rresponden a las fuerzas productivas.
La superestructuras legal y política se erige sobre fundamentos reales.
Los procesos sociales, políticos e intelectuales están condicionados por el modo de producción de la vida material.
La conciencia estádeterminada por el ser social."
En todos y cada uno de estos ejemplos el segundo concepto explica el priemro. Desdde el punto de vista de Cohen, la naturaleza de la explicación es funcional porque "el carácter de lo que es explicado viene determinado por su influencia sobrelo que explica". Así, en el caso del último ejemplo, el carácter de la conciencia se explica por su influencia sobre el ser social, y en concreto sobre su propensión a sostener el ser social. En general, los fenómenos sociales se explican en términos de las consecuencias que tienen sobre otros fenómenos sociales. Cohen cree que Marx practica el pensamiento funcional en los ejemplos citados más arriba y en toda su obra e intenta explicar los fenómenos sociales y económicos de esta manera. Así, Marx no fue un pensador dialéctico, sino funcional. Desde esta perspectiva Cohen reinterpreta a Marx utilizando las ideas filosóficas de la corriente principal y considerando a Marx como parte de esta corriente.
Cohen se esforzó de forma cosiderable por distinguir el pensamiento funcional e la variante sociológica del funcionalismo (estructural). Cohen identifica tres tesis principales en el funcionalismo (estructural). Primera, todos los elementos del mundo social están interconectados. Segunda, todos los componentes de la sociedad se refuerzan mutuamente y refuerzan el conjunto de la sociedad. Tercera, cada aspecto e la sociedad es como es en virtud de su contribución al conjunto de la sociedad. Los marxistas rechazan estas tres tesis por varias razones, en especial por su conservadurismo. Sin embargo, los marxistas pueden emplear las explicaciones funcionales mencionadas más arriba sin aceptar ninguno de los principios del funcionalismo. Así, la explicación funcional no ha de ser necesariamente conservadora; al contrario, puede ser bastante revolucionaria.
Marxismo de la elección racional. Muchos marxistas analíticos se han inspirado en la economía neoclásica, especialmente e la teoría de la elección racional y en la teoría de juegos (para un análiis del uso de la teoría de la elección racional en la corriente prinipal de la sociología, véase el Capítulo 10). Roemer afirma que "el análisis marxista requiere de microfundamentos", especialmente afirma que "el análisis marxista requiere de microfundamentos", especialmente la teoría de la elección racional y la teoría de juegos, así como "el arsenal de técnicas de construcción de modelos desarrolladas por la economía neoclásica". Al utilizar estos enfoques, la teoría marxistas abandona sus pretensiones de ser diferente y recurre a enfoques ampliamente usados en las ciencias sociales. Pero a pesar de inspirarse y construir sobre la economía neoclásica, la teoría neomarxista sigue siendo diferente de ésta. Por ejemplo, mantiene su inetés por la acción colectiva para cambiar la sociedad y acepta la idea de que el capitalismo es un sistema injusto.
Al igual que John Roemer, Jon Elster es también uno de los principales exponentes del marxismo analítico. Elster cree que la adopción del tipo de teorización funcional analizada por Cohen obstaculizó el avance de la teoría neomarxista. También piensa que la teoría marxista ha de usar más la teoría de juegos, una variante de la teoría de le elección racional. La teoría de juegos, al igual que otras variantes de la teoría de la elección racional, supone que los actores son racionales y buscan maximizar sus ganancias. Aunque reconoce la existencia de constricciones estructurales, sugiere que éstas no determinan totalmente las elecciones de los actores. o que distingue a la teoría de juegos es que constituye una variante de la teoría de la elección racional que permite al analista ir más allá de las elecciones racionales de un actor individual y estudiar la interdependencia de las decisiones y las acciones de diversos actores. Elster (1982) identifica tres interdependencias entre los actores implicados en un juego. Primera, la recompensa de cada actor depende de las elecciones que hagan los demás actores. Segunda, la recompensa de cada actor depende de la recompensa que reciben los demás. Y finalmente, la elección de cada actor depende de las elecciones de los demás actores. El análisis de "juegos" (como el famoso "dilema del prisionero", en el que los actores terminan peor si persiguen sus intereses que si los sacrifican) ayuda a explicar las estrategias de los diversos actores y la emergencia de colectivdades tales como las clases sociales. Así, el marxismo de elección racional se esfuerza por encontrar microfundamentos para la teoría marxista, aunque el actor racional de esta teoríadifiere considerablemente del actor de la teoría crítica, cuya concepción del actor se deriva principalmente de la teoría freudiana.
La orientación de la elección racional de Elster también se manifiesta en su obra Making Sense of Marx (1985). En este libro Elster afirma que el métodobásico que utiliza Marx para explicar los fenómenos sociales implica una preocupación por las consecuencias inesperadas de la acción humana. En contra de la mayoría de los marxistas que consideran a Marx como un "holista metodológico" preocupado por las macroestructuras para Elster practicó el "individualismo metodológico", o "la doctrina de que todos los fenómenos sociales -su estructura y su cambio– son, en principio explicables únicamente en términos de los individuos: sus propiedades, sus metas, sus creencias y sus intenciones, y sus elecciones racionales". Elster utiliza esta perspectiva de la elección de la elección racional para criticar la orientación de los marxistas estructurales: "Los empresarios capitalistas son agentes en un sentido totalmente activo. No pueden quedar reducidos a simples empleados en el sistema de producción capitalista" .El marxismo de la elección racional se centra en estos agentes racionales (capitalistas y proletariado) y en sus interrelaciones.
Marxismo de orientación empírica. La figura principal relacionada con la importación y la apliacaión de métodos rigurosos para el estudio empírico de conceptos marxistas es Erik Olin Wright (1985). Wright se identifica explícitamente con el marxismo analítico en general y con la obra de John Roemer en particular. La obra de Wright implica tres componentes básicos: primero, la clarificación de conceptos marxistas básicos tales como la clase; segundo, el estudio empírico d estos conceptos y tercero, el desarrollo de una teoría más coherente basada en esos conceptos (especialmente en la clase).
El propósito de su libro Clases (1985_ es responder a la pregunta que Marx formuló y dejó sin respuesta: "¿Qué es la clase?". Wright explicita que su respuesta s fiel a la agenda teórica original de Marx. Sin embargo, no es la misma respuesta que hubiera ofrecido marx. Porque han pasado cien años desde que Marx produjo su obra teórica. Hoy somos teóricamente más sofisticados y los de Marx produjo su obra teórica. Hoy somos teóricamente más sofisticados y los tiempos han cambiado. Así, Wright, como los demás marxistas analíticos, parte de Marx pero no acepta su posición dogmática ni intenta adivinar el modo en que hubiera definido marx el concepto de clase. A partir de su estudio de la obra de Marx y del trabajo teórico que se ha realizado desde su época, los marxistas contemporáneos son los idóneos para presentar esa definición. En cualquier caso, vivimos en una época muy diferente, y la definción de Marx, aunque la adivinásemos, sería inapropiada para la sociedad moderna.
Como es un libro de teoría, no es preciso analizar detalladamente la investigación de Wright o la de otros marxistas de orientación empírica. Sin embargo, nos sería de gran utilidad mencionar su contribución conceptual más concodia: la idea de "las posiciones contradictorias en las relaciones de clase". Su pemisa básica es que una posición determinada no ha de localizarse necesariamente en una determinada clase social; puede encontrarse simultáneamente en más de una clase. Por ejemplo, los ejecutivos son burgueses en el sentido de que supervisan a sus subordinados, pero también son proletarios en el sentido de que son supervisado por los propietarios de la empresa. Wright deriva la idea de las posiciones contradictorias de clase de una análisis conceptual meticuloso, para luego estudiarla empiricamente.
Aunque, como hemos visto, los marxistas analíticos se consideran marxistas, hay otros (por ejemplo, Callincios, 1989) que se preguntan si el interés por conseptos y métodos de la corriente principal del pensamiento no hace que esta denominación carezca de sentido. Y Elster responde: "Muchas de las ideas que yo defiendo como ciertas e importantes las encuentro en la obra de Marx" .
Los desarrollos teóricos que se han producido en el estructuralismo y el poestructuralismo y los que más nos interesan aquí, en el posmodernismo han influido considerablemente sobre la teoría marxista.
La obra más representativa de marxismo posmoderno es el libro de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe Hegemony and Socialist Strategy (1985). Desde el punto de vista de Ellen Wood, esta obra, que acepta el interés por la lingüística, los textos y el discurso del posmodernismo, desliga la ideología de su base material y fianlemnte disuelve "todo lo social en ideología o"discurso"" el concepto de hegemonía, de suma importancia para Laclau y mouffe, lo desarrolló Gramsei para analizar el lierazgo cultural más que la influencia coercitiva de la dominación del estado. Esto, por supeusto, se aleja de la preocupación marxista tradicional por el mundo material y se mueve en la dirección de las ideas yd el discurso. Como Wood señala, "En suma, el argumento de Laclau es que noe xisten cosas tales como los intereses materiales, sino sólo ideas discursivamente construidas sobre ellos".
Además de sustituir las ideas por los intereses matriales , laclau y Mouffle también desplazan al proletariiado de su posición privilegiada en el centro de la teoría marxista. Como Wood señala, Laclau y Mouffe forman parte de un movimiento de "desclasamiento del proyecto socialista" . Laclau y Mouffe definen las clases en términos subjetivos y discursivos. El mundo social se caracteriza por la existencia de diversas posiciones y antagonismos, por lo que no es posible analizarlo con el tipo de "discuros unificado" que Marx atribuyó al proletariado. El duiscurso universal del proletariado "ha sido ssustituido por una polifonía de voces, cada una de las cuales construye su propia identidad discursiva irreductible.". Así, en lugar de centrarse en el discurso único del proletariado, estos teóricos marxistas aconsejan el análisis de los diversos discursos que surgen de una amplia gama de voces desposeidas, tales como las de las mujeres, los negros, los ecologistas, los emigrantes, los consumidores, etc. En consecuencia, la teoría marxista ha sido descentralizada y destotalizada porque ya no se centra únicamente en el proletariado y ha dejado de considerar los problemas del proletariado como el problema de la sociedad.
Tras rechazar el enfoque sobre los factores materiales y el interés central en el proletariado, Laclau y Mouffe proceden wa negar también la meta de la teoría marxista: el comunismo y la emancipación del proletariado. Como alternativa proponen un sistema llamado "democracia radical". En lugar de centrarse en los derechos democráticos de los individuos, como hace la derechoa, proponen "crear una nueva hegemonía que será el resultado de articular la mayor cabtidad posible de luchas democráticas". Lo que ésta requiere es una hegemonía de los valores democráticos, algo que exige, a su vez, la multiplicación de las prácticas democráticas, institucionalizándolas en unas relaciones sociales más diversas (Mouffe). La meta de la democracia radical es unir bajo el mismo techo una amplia serie de luchas democráticas: las de naturaleza antirracista, antisexista, antiexplotación de la naturaleza (Eder, 1990), anticapitalista, etc. Se trata por tanto de una "democracia radical y plural" (Laclau ). La lucha de un grupo no debe liberarse a expensas de las luchas de otros grupos; todas las luchas democráticas deben ser consideradas como luchas equivalentes. Por tanto, es preciso unificar estas luchas modificando su identidad de manera que los grupos se vean a sí mismos como parte de la lucha general por la democracia radical . Laclau y Mouffe señalan:
La alternativa de la izquierda debe consistir en situarse claramente en el ambito de la revolución democrática y expandir cadenas de equivalencias entre las diversas luchas contra la opresión. La tarea de la izquierda no consiste, por tanto, en renunciar a la ideología democrática liberal, sino en todo lo contrario, profundizar y expandirse en la dirección de una democracia plural y radical…La posibilidad de una estrategia hegemónica de la izquierda no consiste en el abandono del terreno democrático, sino al contrario, en la extensión de las luchas democráticas a toda la sociedad civil y el estado.
Si bien la democracia radical mantiene el objetivo de abolir el capitalismo, reconoce que esta abolición no eliminará otras desigualdades sociales requiere un movimiento mucho más general que el que previeron los marxistas tradicionales.
Como vimos en el apartado inmediatamente anterior, el posmodernismo puede desligarse y ha sido desligado del capitalismo. Además, teóricos como Laclau y Mouffe se han distanciado bastante de las preocupaciones y las metas del marxismo tradicional. Sin embargo, otros pormarxistas han adoptado ideas posmodernas sin abandonar las preocupaciones tradicionales de la teoría marxista. Por ejemplo, Jameson (1984) considera el posmodernismo como "La lógivca cultural del capitalismo tardío". Jameson sitúa la ruptura entre el modernismo y el posmodernismo (aunque especifica que no existen claras líneas divisorias entre ambos fenómenos y épocas) en la década de los años cincuenta o principios de los sesenta. Un modernismo agastado y exhausto" cedió el paso al posmodernismo. Aunque se puede identificar el posmodernismo en diversas ,manifestaciones culturales tales como la arquitectura, la pintura y el cine –en cuyos términos ha de analizarse-, guarda una estrecha relación con el contemporáneo capitalismo multinacional. Estas nuevas formas culturales reflejan los elementos de la sociedad capitalista y son patrocinados y financiadas por las fundaciones y los empresarios.
Fiel a Marx, Jameson no sólo se limita a criticar el posmodernismo y sus diversas manifestaciones culturales. Señala que Marx nos aconsejó reflexionar sobre el capitalismo, para poder identificar y demostrar los rasgos perniciosos del capitalismo, así como su extraordinario y liberador dinamismo…el capitalismo es, al mismo tiempo, lo mejor y lo peor que le ha podido suceder a la raza humana. Asimismo, Jameson nos propone en términos posmodernos "hacer al menos cierto esfuerzo para pensar de forma dialéctica la evolución cultural del capitalismo tardío como catástrofe y progreso simultáneamente".
Jameson considera el posmodernismo como la tercera gran expansión del capitalismo. Antes de esta expansión el mundo experimentó el desarrollo de los mercados nacionales y luego el sistema imperialista. Cada una de estas expansiones tenía sus elementos culturales, pero su índole era económica. El posmodernismo representa una "internacionalización de un tipo radicalmente nuevo" (Jameson 1984:88). La naturaleza de la nueva internacionalización es fundamentalmente cultural. Para Jameson, el mundo contemporáneo se caracteriza por la "explosión de la cultura, "una prodigiosa expansión de la cultura por todo el reino social, hasta el punto de que podemos considerar que todos los elementos de nuestra vida social- desde el valor económico y el poder estatal hasta las prácticas y la misma estructura de la psique- han pasado a ser "culturales" . Como fiel marxista, Jameson nos propone que nos esforcemos por comprender este nuevo mundo posmoderno para poder actuar y luchar contra él como individuos y colectividades. (A pesar de este llamamiento, los marxistas más ortodoxos califican a Jameson de "apolítico"
Así, mientras muchos posmodernismos han abandonado la teoría marxista, Jameson se adhiere a ella considerándola un marco teórico básico y fundamental. En una entrevista a Jemson, Stuart Hall subraya su "fe absolutamente ciega en la lógica del marxismo clásico" (Hall y Jameson 1990:31). Jameson señala que tiene:La plena convicción de que existe aún el capitalismo en su sentido clásico. El posmodernismo tiene sus dos lados contradictorios si uno se convence de que el capitalismo ha triunfado: por un lado está el mercado, todo el mundo es más rico y baila al son de su música preferida; pero por otro estamos igualmente convencidos de que existe una enorme miseria en estas sociedades, que se empobrecen en lugar de mejorar…La nueva riqueza y el nuevo empobrecimiento mundiales son ciertas de modo simultáneo…Estoy convencido de que esta nueva y posmoderna forma mundial de capitalismo teien su nueva lógica de clases…Aún me siento comprometido con la lógica marxista.
Sin abandonar su compromiso con la teoría marxista, Jameson integra en ella las ideas del pensamiento posmoderno.
Otra obra marxista que se enmarca en el posmodernismo es The condition of Postmodernity (La Condición de la posmodernidad) (1989), de David Harvey. Aún cuando Harvey atribuye valía al pensamiento posmoderno, también identifica en él graves puntos flacos desde una perspectiva marxista. Acusa a la teoría posmodernista de dar demasidad importancia a los problemas del mundo moderno y de menospreciar sus logros materiales. Y lo que es más importante, parece aceptar la posmodernidad y los problemas relacionados con ella en lugar de sugerir soluciones para superar estas dificultades: "La retórica del posmodernismo es peligrosa porque evita el enfrentamiento con las realidades de la economía política y las circunstancias del poder mundial" (Harvey). Es preciso que la teoría posmodernista se enfrente a la fuente de sus ideas: la transformación económica y política del capitalismo tardía del siglo xx.
Elementos sumamente importantes en el sistema económico político son el control de los mercados y del proceso laboral (estas dos cuestiones implican la de la acumulación en el capitalismo). Mientras el período de posguerra entre los años de 1945 y 1973 se caracterizó por un proceso más flexible. Harvey relaciona el primer período con el fordismo (y con la economís keynesiana) y el segundo con el posfordismo, Mientras Harvey describe el fordismo como inflexible, relacione el posfordismo con una acumulación flexible basada "en la flexibilidad con respecto al proceso laboral, al mercado de trabajo, a los productos y a las pautas de consumo. Esta fase se caracterizó por la aparición de sectores de producción completamente nuevos, nuevos modos de proporcionar servicios financieros, nuevos mercados y, sobre todo, elevadísimos tasas de innovación comercial, tecnológica y organizativa" .
Si bien Harvey identifica grandes cambios y señala que estos cambios forman la base del pensamiento posmoderno, cree que existen también diversas continuidades entre los períodos fordista y posfordista. Su principal conclusión es que aunque "se ha producido un cambio superficial en la apariencia del capitalismo desde 1973…la lógica fundamental de la acumulación capitalista y sus tendencias a las crisis no han cambiado". Así, Harvey adopta un punto de vista que se asemeja al de Jameson, al menos por lo que respecta a este último aspecto.
La idea de la comprensión del espacio-tiempo está en el centro del enfoque de Harvey. Este cree que el modernismo comprimió tanto el tiempo como el espacio, y que este proceso se ha acelerado durante la era posmoderna dando lugar a "una fase intensa de comprensión del tiempo y el espacio que ha influido de modo desorientador y fragmentador en las prácticas político-económicas, en el equilibrio del poder de clase, así como en la vida cultural y social". Pero esto no es sustancialmente diferente de lo que caracterizó a las primeras épocas del capitalismo: "En suma hemos sido testigos de otro violen to tirón en ese proceso de la aniquilación del espacio a través del tiempo que siempre ha sido crucial para la dinámica del capitalismo (Harvey, 1989; 293).
Está aniquilación del espacio a través del tiempo puede ilustrarse mediante el ejemplo de los quesos que antes sólo estaban disponibles en Francia y ahora se venden rápidamente en todos los Estados Unidos debido a la rapidez del transporte y su bajo coste. O mediante el ejemplo de lo que sucedió con la información durante la guerra contra Irak en 199, durante la cual la televisión nos informó al instante de los bombardeos aéreos en Bagdad, los ataques con "scuds" sobre Tel Aviv y las reuniones militares en Riad.
Así, desde el punto de vista Harvey no existe discontinuidad entre los periodos del posmodernismo y el modernismo; ambos son reflejos de la misma dinámica capitalista fundamental. El modernismo y posmodernismo, el fordismo y posfordismo, coexisten en el mundo actual. El énfasis obre el fordismo y posfordismo, coexisten en el mundo actual. El énfasis sobre el fordismo y el posfordismo "variará en el tiempo y el espacio, en función de que sea cuestión de la posmodernidad desde el punto de vista de la teoría neomarxista, aunque ésta resulta modificada, a su vez, por los desarrollos que se han producido en el pensamiento posmoderno.
Finalmente, Harvey identifica cambios y rupturas en la posmodernidad que nos indican que problabemente estamos entrando en una nueva era, una era que la teoría neomarxista debe prepararse para teorizar, quizás mediante la integración de otros sistemas de ideas.
Mientras podemos calificar de posmarxistas todas las teorías analizadas en esta sección, existe una serie de trabajos posmarxista que no pueden incluir en las categorías procedentes. Un ejemplo de este pensamiento posmarxista es la obra de Samuel Bowles y Herbert Gintis (1987) Democracy and Capitalism (Democracia y Capitalismo). Esta obra se inspira en el marxismo y el liberalismo de aquí su carácter intrínsecamente integrador, pero encuentra insuficiencias en ambas teorías. Como la preocupación central de ambos autores es la creación de una sociedad democrática, identifican una serie de limitaciones de estos dos "ismos". El liberalismo se centra en la libertad, no en la democracia, y la preocupación central del marxismo es una sociedad sin clases, no la democracia. Si hablamos de su común interés por el poder, el liberalismo se limita a ocuparse del poder del estado, mientras el marxismo se centra en el poder de clase. En cambio, para Bowles y Gintis, el poder es hetereogeneo e irreductible a una única fuente o estructura. Así, el poder se encuentra y debe analizarse en todas las esferas de la vida (por ejemplo, en la familia patriarcal) y no sólo en el estado o en la economía. Por tanto, es necesario democratizar no sólo la economía sino "el conjunto total de relaciones sociales que forman la sociedad" (Bowles y Gintis, 1987: 91).
La relación entre la estructura y la acción se sitúa en el núcleo de la teoría de Bowles y Gintis . En su opinión, el poder implica tanto la estructura como la acción.
Mientras la estructura controla la acción, ésta, sea individual o colectiva, tiene la capacidad de cambiar la estructura. Las estructuras existen en diversos lugares de la sociedad, y contriñen la acción social que, a su vez, altera la estructura. Estos autores consideran cada uno de estos lugares como un tipo de "juego" en el que las reglas (la estructura) y los jugadores (los actores) se transforman mutua y continuamente. Sin embargo, estos juegos (que se solapan entre sí) son asimétricos, de manera que un grupo de jugadores tiene ventaja sobre otros grupos. En consecuencia, la dominación y el poder tienen una gran importancia en estos juegos.
Por lo que respecta a la cuestión de la acción, Bowles y Gintis consideran deficiente el modelo marxista (como también el liberalismo en los tocante a esta cuestión). Los marxisas adoptan una "concepción expresiva de la acción, es decir, la idea de que la conducta individual constituye una expresión de la pertinencia colectiva. De acuerdo con la teoría expresiva de la acción, los individuos se conducen en consonancia con su posición de clase, de género nacional, étnico o con cualquier otro tipo de posición social" Bowles y Gintis, . Este enfoque carece de una noción de la elección y la acción del liberalismo), Bowle y Gintis nos ofrecen la noción de "llegar a ser mediante la acción" que implica la idea de que "los individuos se transforman en muy buena medida a través de sus proyectos conjuntos".
En consonancia con la orientación general lingüística en la teoría social, Bowles y Gintis se centran en la importancia de los "discursos" y en el papel que desempeñan en la formación de los actores colectivos: "Un movimiento social democrático depende del discurso político en tanto que constituye su fuerza sintetizadora. Al igual que las armas y el dinero, el discurso constituye su fuerza social con carácter propio". El objetivo de estos autores posliberal que presumiblemente conducirá a la democracia radical posliberal.
En el centro de esta sociedad se encuentra un economía, un sistema educativo, una estructura familiar, un vecindario, etcétera, responsablemente democráticos. La importancia que estos pensadores atribuyen a la responsabilidad democrática, su análisis de una amplia gama de instituciones y su esfuerzo por inspirarse en el marxismo y el liberalismo convierten su teoría en una variedad de teoría posmarxista.
Antes de terminar este aparato es preciso señalar que muchos teóricos marxista no aceptan de buen grado estos desarrollos posmarxistas (por ejemplo, Burawoy, 1990, Wood, 1986). Burawoy, por ejemplo, ataca a los marxistas.
Analíticos por eliminar la historia de su enfoque y por hacer de la claridad y el rigor un fetiche. Weldes critica el marxismo analítico por dejarse colonizar por la corriente principal de la economía y adoptar un "enfoque técnico centrado exclusivamente en la resolución de problemas", por su creciente academicismo, su preocupación cada vez menor por la política y su conservadurismo . Wood hace una crítica política para descalificar al marxismo analítico (y al marxismo posmoderno) por su quietismo político y su "cínico derrotismo, en virtud del cual todo programa de cambio radical se considera condenado al fracaso". Incluso los defensores de una rama del marxismo analítico –el estudio empírico riguroso de las ideas marxistas- han criticado también a quienes confraternizan con la teoría de la elección racional y adoptan erróneamente una posición metodológicamente individualista (Levine, Sober y Wright 1987),.
La obra de Laclau y mouffe ha sido objeto de ataques particularmente duros. Por ejemplo, Allen Hunter la crítica por su comportamiento incondicional con el idealismo y, en concreto, por "situarse en el polo extremo del análisis del discurso, y por considerar todo como discurso" . Asimismo Geras (1987) ataca a Laclau y a Mouffe por su idealismo, pero además los tacha de poco rigurosos, disolutos, ilógicos y obscurantistas. La respuesta de Laclau Y Mouffe a Geras está implícita en el título de uno de sus artículos "Posmarxismo sin disculpas" (1987) Burawoy critica a Laclau y Mouffe (y a Bowles y Gintis) por "perderse en un laberinto histórico donde todo es importante y la explicación es imposible". En cambio Burawoy sigue convencido de la utilidad del marxismo para comprender la dinámica y las contradicciones del capitalismo a escala mundial, "el marxismo…volverá en sí" .
Lo más probable es que el posmarxismo siga levantando polémicas tanto entre los círculos intelectuales marxistas como entre el resto de la comunidad intelectual.
Es difícil expresar un punto de vista sobre algo que nunca queda claro que cambia constantemente
Es que en sociología nada esta dicho ,si bien para la mayoria es una ciencia ,rompe con uno de los principios fundamentales del concepto ,ciencia es sinónimo conocimiento cierto , razonado y exacto de las cosas
Creer esto a mi parecer seria limitar a la sociología aquí nada es exacto y la multiplicidad de factores lo hacen mas complejo ,yo solo lo calificaria como una disciplina .porque hay que ser consecuente con un punto imparcial al momento de analizar sociedades analizar problemas grupales de personas singulares ,ciertamente un paradigma de valores variables.
La metateoría es a mi parecer perjudicial para los sociólogos aunque una excelente herramienta para los que estudian esta disciplina ,es que estudiarla y ser participe de la elaboración de teorias no puede ser lo mismo , se deben hacer desde un punto de vista purificado sin tomar partido de ninguna ideología o factores preponderantes que pudieran influir en el desarrollo de esta ,el trabajo de los metateoricos actuales solo consiste en negar o ampliar teorias mas no se ve nada nuevo ,no con esto quiero restarle importancia a los avances, porque ciertamente lo son, pero creo que estos han perdido el rumbo empujados por un protagonismo histriónico acompañado de factores de tiempo y economia ,es mas facil y mas rentable elaborar o editar obras sobre bases estructuradas que invertir tiempo y dinero en reconocimientos postumos .
estudiar sociología es importante te abre los horizontes , te permiten mantener una ventana abierta para apreciar lo que pasa mas alla de tu percepción.
No hay que olvidar que las sociedades asi como las doctrinas son diferente y de acuerdo al medio y carencias se desarrollan.Entonces debemos apuntar a teorias y doctrinas netamente autóctonas que son el unico camino para el desarrollo del Perú . en el fondo que nos puede importar lo que paso en Alemania o EE.UU. si las cosas no van a cambiar en nuestro medio ,es importante el estudio de sociedades para no caer en los mismos bucles paradigmaticos ,pero tambien es importante aplicar teorias que vayan de acuerdo con la realidad geografica ,técnica y moral.
No hagan caso de la frase "el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro" nuestro principal enemigo es el atraso tecnológico y la salvaje realidad geografica en que nos encontramos ,son factores constantes que debemos tomar en cuenta en el desarrollo de estas ,lean tambien filosofos peruanos
Espero que algo de mis palabras queden en sus corazones que la conciencia del corazon es menos amnesica que la de la mente y formen parte activa de esta revolucion que lleve mas cerca a esa utopia que todos queremos .
Teoría sociológica clásica George Ritzer
Teoría sociológica contemporánea George Ritzer
Humanismo y Revolucion Francisco Miro Quezada
Monografías .com
Autor:
Manuel Aliaga Rosello
[1] Trabajo hecho por: Manuel Aliaga (MANUEL_ALIAGA_CMLP[arroba]YAHOO.COM)
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |