El desarrollo de la creatividad en estudiantes de derecho penal económico (página 2)
Enviado por Charles Alexander Sablich Huamani
Es preciso indicar que, cuando se hace referencia al problema de la enseñanza del derecho en el Perú, el tema resulta inevitablemente monopolizado por la intensa experiencia que la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) ha tenido en esta materia. Adquiere sentido, por ello, que ésta aparezca como un dato central en el trabajo, a partir de la reconstrucción del proceso gestado en los años sesenta, como momento de ruptura con el pasado y como punto de partida para el desarrollo de un discurso y un tipo de práctica reformista en la enseñanza del derecho.
Explorar el impacto de la formación legal en el desarrollo de la actividad profesional, es una tarea fundamental, pero ello supone configurar los indicadores de este importante espacio de la vida institucional del país que por el momento no existen. Queda, por ello, como una tarea pendiente y una necesidad hacia el futuro.
La parte final del estudio está dedicada a formular un conjunto de reflexiones, que tienen como punto de apoyo los "hallazgos" de la investigación, pero que dejan tras de sí, otras interrogantes vinculadas a las oportunidades y limitaciones de la reforma de la enseñanza del derecho.
La enseñanza del derecho en un escenario de cambios. La enseñanza del derecho en el Perú se ha movido históricamente en un escenario de tensiones entre la tradición y el cambio. En efecto, la estructura de los programas de educación legal en el país ha estado siempre dominada por una férrea perspectiva más atenta al orden de los códigos que a la dinámica social. El punto de mayor tensión en la segunda mitad del siglo XX parece ubicarse en la década de los años sesenta, un período que articula un nuevo mapa institucional y social en el Perú, producto de los acelerados cambios de los años previos y de las transformaciones que en él mismo se produjeron.
Sin embargo, a contracorriente, como advierte un diagnóstico sobre la educación legal del año de 1965, los sistemas de enseñanza del derecho en el país, obedecen a un plan anacrónico que no responde a los requerimientos de la época, "en un mundo influido por una portentosa revolución técnica y convulso por un proceso de profundas transformaciones sociales y económicas". La desvinculación entre la enseñanza del derecho y las demandas de la realidad fue una constante que volvió a ponerse en evidencia en un estudio realizado sobre la situación de los abogados egresados de la Pontificia Universidad Católica del Perú, cinco años después, donde se concluye que los abogados de dicha universidad "configuran un sector profesional vinculado sólo parcialmente con los problemas sociales de los sectores sociales nacionales mayoritarios".
Un escenario de cambios en todo orden acompaña al proceso de la universidad peruana -y, por tanto, al de la educación legal en el país- a partir de aquél período: de la crisis y la erosión del poder oligárquico a las reformas del régimen militar y a la expansión del Estado en la década de los setenta, y del fracaso de las políticas populistas y liberales (1980-1985) al colapso institucional provocado por el gobierno aprista (1985-1990), en esta última década, además, bajo el fenómeno de la violencia política.
En forma paralela, un creciente proceso de politización del movimiento estudiantil acompasado por el incremento de la población universitaria desde comienzos de los años sesenta, produjo una combinación de expectativas y demandas sociales cuyo reflejo, en ciertos períodos, resultó un factor de importancia en la agenda pública y en el proceso de "modernización" del país. Este cuadro de tensiones en la universidad tuvo como marco legal el provisto por la Ley Universitaria de 1960 (Ley Nº 13417, de 8 de abril de 1960). Pero no se pierda de vista que, a menos de 10 años de promulgada aquélla, la Junta Revolucionaria de la Fuerza Armada dictó la Ley Orgánica de la Universidad Peruana (Decreto Ley Nº 17437), puesta en vigencia en febrero de 1969. La primera norma, recoge el "restablecimiento del co-gobierno o participación de los estudiantes en la dirección de la universidad", que amplió enormemente el ámbito de la autonomía universitaria, al remitir muchos aspectos del gobierno de la universidad a lo que se determinara en sus correspondientes estatutos. La segunda, sustrae la autonomía universitaria -a través de la creación del Consejo Nacional de la Universidad Peruana, conformado por autoridades de origen universitario- y restringe el co-gobierno estudiantil. Con este modelo se crea un esquema que inserta el problema de la universidad en el sistema más amplio de reforma de la educación.
En medio de ello, la demanda de los estudios de derecho se incrementó considerablemente, como indicador no sólo del crecimiento demográfico sino también del acceso a la educación superior de las grandes mayorías nacionales, y como producto probable de los requerimientos generados por el proceso de modernización del Estado y de la sociedad peruanas. Las cifras que reflejan este incremento sustancial de la demanda de los estudios de derecho en el período comprendido entre 1960 y 1986, son reveladoras: de 1.338 postulantes, en 1960, a 37.119 en 1986.
En efecto, mientras la población total del país se elevó de 9"900.000 de habitantes, en el año 1960, a 17"300.000, en 1980, y a 22"600.000, en 1990, casi en el mismo arco temporal, la población global de estudiantes de las universidades del país se multiplicó en 14 veces, es decir, de 25.748 universitarios matriculados en 1960, se pasó a 384.599 en 1986. Y en el caso de la población de las facultades de derecho, las cifras no fueron menos conservadoras: de 3.391 alumnos matriculados en 1960, se multiplicó a 35.503 en 1986, año en el que representaban el 9.23 % del total de la población estudiantil.
La reforma de la enseñanza del derecho: una experiencia de ruptura con la tradición. No obstante lo expuesto, al parecer, la preocupación por la reforma de la enseñanza del derecho en toda su intensidad corresponde al pasado. Como advierte el profesor Felipe González, de la Universidad Diego Portales de Chile, "… los intentos de reforma escasamente subsistieron. Existen, por cierto, algunas excepciones, como es el caso de la Universidad Católica del Perú, que a partir de esos años ha venido desarrollando y consolidando modalidades de enseñanza del Derecho distintas a las tradicionales en América Latina, pero en la casi totalidad de los casos se volvió a los ejes tradicionales, a veces con pequeños retoques aquí y allá". En efecto, hacia finales de la década de los sesenta, un grupo de profesores de la Pontificia Universidad Católica del Perú, liderados por su Decano, se propuso la tarea de reformar el sistema de enseñanza en la Facultad de Derecho. Esta voluntad institucional contó, además, con el auspicio económico de la Fundación Ford, y con un énfasis cada vez más acentuado en las metodologías de la enseñanza, ha mantenido sus proyecciones hasta la actualidad.
La propuesta de reforma -como se ha dicho- surge en el contexto de cambios profundos, gestados en la estructura social del país. Movilizaciones campesinas, un amplio proceso migratorio y la explosión urbana acecharon el orden imperante y erosionaron la estructura social oligárquica de aquel entonces. Compartiendo el mismo espacio, la universidad se convirtió en un escenario de luchas y escaramuzas precipitadas por el proceso político.
La presión social de este período fue asimilada por las reformas impulsadas por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado. Un régimen que, apenas instalado, anticipó su ruptura con el molde de la tradición golpista. El Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada hizo saber, desde el inicio, su intención de transformar la estructura del Estado y de modificar el orden social, económico y cultural. Su política se definió, entonces, como nacionalista, independiente y firme en la defensa de la soberanía y la dignidad nacional.
Reformar la enseñanza del derecho significaba producir cambios en un escenario de mayores transformaciones en la agenda pública, impregnados por el influjo que éstos traían consigo. El contexto se hacía propicio para "poner al día" el rol de las instituciones jurídicas y de los profesionales del derecho, como respuesta a las demandas sociales y al "desajuste" de las hegemonías internacionales, especialmente en la América Latina de fines de los sesenta.
El mencionado proyecto de reforma de la enseñanza del Derecho ha tenido tres importantes momentos en el tiempo. El primero se reflejó en la propuesta de plan de estudios de Carlos Fernández Sessarego, de 1965. Ésta consideraba una duración de diez ciclos, seis de ellos de formación común y el resto orientado hacia la especialización en siete grandes rubros: Derecho Privado, Ciencias Penales, Derecho Administrativo, Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, Derecho de la Empresa, Derecho del Desarrollo y Derecho Internacional y Diplomático. La propuesta fue objeto de una serie de ajustes, donde los estudiantes jugaron un papel relevante. El segundo momento se produjo con la entrada en vigencia del plan de estudios en 1967, cuya duración fue, sin embargo, efímera. Este plan marcó una notoria diferencia con la tradición previa: además de continuar con la idea de los cursos electivos, se puso énfasis en el método activo y se incorporaron cursos tales como Sociología del Derecho y Metodología del Aprendizaje Jurídico. Tres años después se dictó un nuevo plan de estudios, que profundizaría las reformas. En esto también tuvo que ver el Decreto Ley Nº 17437, Ley Universitaria (arts. 94 y 95). No obstante, las críticas a las que quedó sometido este plan, fueron las coordenadas que marcaron la evolución de la reforma en el tiempo.
En su versión fuerte, el movimiento reformista expresaba su disconformidad con el "orden establecido"; sugería, por tanto, la necesidad de cambiar en forma "radical" el modelo de enseñanza en la perspectiva de promover cambios sociales. Una visión de "compromiso con la realidad", que prefigura la idea del derecho en cuestión, se ve graficada en una de las posturas más críticas -la del profesor Luis Pásara- como "…el enfoque legalista tradicional, que creyó en la existencia del orden jurídico como un mundo autónomo de consistencia propia, con sus propias normas, principios y fines, sustraídos y por encima de las luchas y los enfrentamientos del mundo cotidiano, de la realidad. Esta visión mítica del derecho claramente a-científica creó conceptos y vías metodológicas que no sólo no tenían validez teórica sino que cumplieron una función de ocultamiento de la realidad social y económica, al servicio de la cual el derecho tuvo una función instrumental sumamente importante".
Una reconstrucción aproximada de este panorama "inevitable" -en la versión del profesor Pásara-, se articula, con matices, en el discurso que justifica las causas de la reforma a tres años de su inicio. Se afirmó, entonces, que "los defectos fundamentales del sistema anterior obedecían a un distanciamiento entre la enseñanza universitaria y el ejercicio de las profesiones jurídicas". Un distanciamiento o, más bien, "ruptura" entre el concepto del derecho y la vida social que en el ámbito de la enseñanza se expresaba en cuatro niveles: i) ruptura entre el carácter teórico de los estudios y las exigencias de la vida práctica del egresado; ii) ruptura entre las especialidades jurídicas cuya formación era encarada por la Escuela de Derecho y las necesidades sociales, de modo que la formación privatista ocupaba un lugar relevante; iii) ruptura entre las aspiraciones al cuestionamiento de las relaciones sociales y un Derecho rígido; y, iv) ruptura entre la información recibida en la Escuela de Derecho y la información empleada en la vida profesional.
Paradójicamente, la propuesta de cambio arrastraba consigo un factor de resistencia. Advertido, en su momento, por el profesor De Trazegnies, el cuestionamiento básico al modelo de educación había concentrado su principal atención en el método, es decir, en los procedimientos empleados para la enseñanza; sin embargo, la crítica a los contenidos, en los hechos, permaneció en un segundo plano. La prioridad de la reforma, atribuida al desarrollo de destrezas y habilidades para el razonamiento legal, supuso que el cambio en la estructura conceptual de los contenidos se produciría más adelante, pero esto no ocurrió: el método no era suficiente como agente de transformación.
El "otro derecho" para el cambio. De este modo, el puente que uniría al derecho con las demandas de la realidad social, en este escenario de ruptura, no tuvo la consistencia esperada. Su estructura se erosionó al poco tiempo de iniciado el proceso de reforma. El énfasis inicial en el método resultó infructuoso. El "otro derecho", aquél que pudiera resultar de un "enfoque alternativo y competitivo con el tradicional", no tuvo la presencia necesaria en la propuesta inicial de reforma -o bien se quedó en el discurso- y, quizás, por ello, la fuerza de la teoría legal precedente se mantuvo intocada, atribuida aún de la condición de ciencia.
En la perspectiva del discurso reformador, era preciso afinar el "otro" nuevo derecho y transmitir su sentido al conjunto de la reforma. No cabía por más tiempo prolongar la disociación entre teoría y práctica. En esa dirección, se define el derecho como "un instrumento para la realización de fines sociales y no como un simple ordenamiento formal". Se dijo que el Derecho era un orden social y se plantearon, respecto de la enseñanza, las siguientes tres líneas de principio, que, en buena cuenta, definieron el tercer momento en el proceso de reforma y de su secuela: i) estudiar el derecho tal como se produce en la sociedad, es decir, a través de los distintos modos en los que se manifiesta y no en abstracto; ii) confrontar el derecho con las demás prácticas sociales para examinar la coherencia de su racionalidad interna en contraste con las exigencias, necesidades y aspiraciones sociales; y, iii) Asumido como práctica social, el Derecho evoluciona con la sociedad misma y no es el único orden jurídico posible. No basta, por tanto, explicar el Derecho vigente: es preciso, también, cuestionarlo.
El producto resultó ser un nuevo "currículum de estudios", definido hacia 1970. Articulado por cursos semestrales (divididos en 8 semestres), obligatorios y electivos, con su correlato en un sistema de créditos (140, para presentarse al grado de abogado), aquél sería el marco de flexibilidad para hacer viable el nuevo concepto de Derecho. Este nuevo concepto se abriría espacio a través de: i) la incorporación de contenidos y cursos no jurídicos, necesarios para explicar las causas y los efectos socio-económicos del derecho; y, ii) la sustitución de la tradicional división de los cursos en función de las leyes o de los libros del Código, por la identificación de los tópicos de la realidad social como punto de partida para la formulación de los cursos.
El cambio no sería posible sin docentes comprometidos con los principios de la reforma. En esa dirección, no se perdió de vista la necesidad de crear condiciones para formar profesores jóvenes -a través de pasantías en universidades norteamericanas-, que luego, pudieran incorporarse como docentes a dedicación. El esfuerzo por reestructurar el cuerpo docente de la facultad significó una modificación sustancial en el promedio de edad de los profesores: antes de la reforma, aquél oscilaba entre los 48 y los 50 años; para el año 1971, el promedio de edad no excedía de los 30-32 años. La misma lógica impulsó la necesidad de mejorar los recursos de la biblioteca y crear un espacio institucional de investigación jurídica con una orientación interdisciplinaria para entender el fenómeno jurídico en su interacción con la realidad.
Las limitaciones de la reforma: entre las expectativas y la realidad. Resistencias de diverso origen estuvieron presentes desde el inicio de este proceso de reforma. En el ámbito interno, fueron los profesores más jóvenes quienes mostraron pronta adhesión. Al parecer, las reservas no tuvieron muchos adeptos, pero apuntaron a la metodología y, en general, al nuevo concepto de derecho, es decir, al corazón de la reforma. Las razones presentes en el imaginario de los opositores eran atribuidas a su "formación tradicional" y a la renuencia al cambio sobre el papel que el abogado debía representar en la sociedad.
La reacción de los estudiantes estuvo delimitada por un atisbo de "infiltración política", derivado, supuestamente, de la aproximación de la reforma del derecho a las ciencias sociales, tanto como de la supresión de materias tradicionales como el Derecho Romano. En todo caso, a esta percepción se agregaron -en opinión de quienes lideraban la reforma y principalmente para el caso de los alumnos antiguos- tres cosas: i) el peso de la costumbre y la tradición; ii) la mayor carga de trabajo representada por la exigencia significativa del nuevo plan de estudios; iii) la fuerza de la tradición, reforzada por una visión utilitarista -y lucrativa- de la profesión, disfuncional y resistente a los cambios.
En el ámbito externo, los obstáculos de esta reforma estuvieron inicialmente determinados por la falta de información respecto del quehacer de los abogados y sobre los factores que influían en el éxito profesional. Aunque difícil de medir en su momento, se percibía un "mundo laboral" delimitado aún por el influjo de reminiscencias oligárquicas y patriarcales. De este modo, "el éxito en la profesión estaría fuertemente vinculado al origen socio-económico" y reservado al sexo masculino. Pero al fin y al cabo, esta "realidad" formaba parte del reto que la reforma debía enfrentar
Nuevos ajustes -cuyos orígenes fueron siempre el debate interno- se introdujeron en el modelo de 1970, sin que ello significara la prevalencia de la visión reformadora en la enseñanza del derecho. Entre los factores que dieron impulso al afianzamiento de la tradición, quizás se encuentre el debate generado con motivo de la reforma del ordenamiento civil, que concluyera con la dación del Código Civil de 1984, teniéndose en cuenta que la mayoría de los integrantes de la comisión reformadora eran docentes de la PUCP. Eso explica en buena medida la gran difusión que, desde fines de los años 70´ y a lo largo de la década de los 80´, se dio a los estudios en derecho civil en la facultad. Muchas publicaciones hicieron su aparición, dando cuenta de las ponencias de los sucesivos libros del proyecto de código, o bien desde posiciones menos exegéticas y abriendo la discusión en torno a argumentos que -en la mayoría de los casos- parecían más propios del debate codificador europeo. La influencia, por momentos "inmanejable", de la doctrina extranjera en el escenario codificador, se revela con suma crudeza si se sigue atentamente la estructura del código producido, repleto de inconexiones, quizás como resultado de visiones compartimentalizadas respecto del propio derecho civil, que habría llevado a sus redactores a repartirse los libros del código y a hacer cada uno, por su lado, lo mejor con la "mejor doctrina" posible. El resultado, más allá de los problemas internos -es decir, los referidos a la sistemática del código-, recreó un viejo escenario de discusión, esta vez para reubicar nuevamente el andamiaje jurídico en una realidad que le seguía siendo ajena. Más, como se dijo, las líneas básicas del proyecto inicial se mantuvieron en el horizonte, en medio de resistencias internas que, sin perder terreno, aprovecharon algunas de las novedades del nuevo modelo: la idea de los materiales de enseñanza y hasta el método activo sirvieron a este fin. Se gestó así un modelo de vanguardia con anclajes de la tradición legal de mayor reputación, la del derecho civil. Esta experiencia, en cualquier caso, no tuvo niveles de articulación conocidos con facultades del resto del país. Tampoco se sabe de influencias mediatas. Sin embargo, la dimensión que el tema de la enseñanza del derecho adquiere en años recientes, como problema, más allá de la PUCP -el caso de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas-, corresponde a una agenda marcada por las definiciones del neoliberalismo autoritario de los años noventa.
Sobre los claustros universitarios, donde se desarrolla el derecho se puede comentar acerca de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Al respecto a mediados del siglo XVI, las colonias españolas en América crecían. Se fundaban nuevas ciudades y aumentaban las campañas a favor de un mejor trato para los indios, pues haciendo tabla rasa de las leyes que los protegían, los maltratos de diversa índole eran interminables.
En esa época, los juristas venían desde España y la visión del mundo que encontraban estaba condicionada por los intereses que tenía que proteger el reino de España y por los conocimientos que ellos habían adquirido en su patria. Además, generalmente, venían enviados por España y cuando no ocurría así quienes se aventuraban a llegar al Nuevo Mundo tenían en mente más sus intereses personales que eran los de adquirir dinero y poder, que la administración de justicia.
Las relaciones entre Estado e Iglesia eran muy cercanas y firmes y muchos acuerdos, para ser válidos, tenían que estar aprobados por el Patronato, que es como se llamaba la autoridad conjunta de los funcionarios políticos y de los eclesiásticos.
Fue en ese contexto, que el 12 de mayo de 1551, fue creada la Universidad de Lima, con Real Cédula del Estado y con Bula Pontificia confirmatoria y teniendo por primera sede el Monasterio de Santo Domingo. Había nacido la primera universidad de América, la misma que, desde entonces, ha mantenido sin interrupción, la continuidad institucional, administrativa y académica.
"Es la primera y mayor en este Nuevo Mundo, segunda en toda la cristiandad, sólo inferior a Salamanca, hija de sus ciencias, hermana de sus privilegios y émula de sus cátedras. Digna de gloriosa fama y de mayores premios" dijo refiriéndose a ella, en 1647, el cronista Fray Antonio de la Calancha, según lo recuerda el historiador Miguel Maticorena en el opúsculo "San Marcos de Lima, Universidad Decana de América", publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la misma que el próximo 12 de mayo, celebrará el 452° aniversario de su fundación.
La Universidad de los Reyes de Lima, a la que se le cambió el nombre al de San Marcos en 1574, alcanza rápidamente una dimensión continental, pues de ella iban saliendo profesionales que pronto pasaron a formar parte de la alta burocracia americana, tanto secular como religiosa. Este hecho tuvo singular importancia en el campo del Derecho, pues de los juristas graduados en Salamanca, se pasó a los juristas graduados en América, cuya sensibilidad y cuyo entendimiento del mundo indígena eran más realistas, pues pertenecían, generalmente por rama materna, a la raza mestiza que iba poblando el Nuevo Mundo.
El doctor Luis Antonio Eguiguren, sanmarquino ilustre, autor, entre muchas otras, de la obra "La Universidad en el siglo XVI", habla de la irradiación sanmarquina en América recordando que graduados, profesores, incorporados o simplemente alumnos, intervinieron directa e indirectamente en la creación de diez universidades fundadas en el período hispánico. Los virreyes, con poderes omnímodos, se interesaban en los procesos de administración de justicia, pero no la aplicaban directamente por temor a ser acusados de cometer excesos o de perdonar agravios a la Corona, pues, de regreso a España, eran sometidos a juicios de residencia, en los cuales debían dar cuenta de todos los actos que habían realizado durante su mandato.
Por eso, a medida que la Corona Española aumentaba su poderío político militar en el Nuevo Mundo, los letrados se convirtieron en los colaboradores más directos de los gobernantes. La característica de este grupo social, conformado tanto por miembros de la nobleza española, directamente llegados del Viejo Continente, como por la nueva categoría social que era la de los mestizos, generalmente hijos de nobles y de mujeres nativas, que habían seguido sus estudios en la recientemente creada Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que funcionaba en Lima, era que, debido a sus estudios, tenían capacidad para la discusión y la negociación, antes de aplicar una sentencia o resolver un diferendo.
Para unificar la administración de justicia en las colonias, los Reyes Católicos habían creado el Supremo Consejo de las Indias, organización política, jurídica y económica que regiría la vida de los países de ultramar. La institución fue completada por Felipe II, quien ordenó la recopilación de todas las Leyes de Indias y expidió la ordenanza que puso en vigencia esa legislación. Mientras tanto en Lima, se fundaba en 1550, la Real Audiencia de Lima con la participación de los que fueron los primeros magistrados del virreinato del Perú: Andrés de Cianca, el doctor Melchor Bravo de Saravia, los licenciados Diego Gonzáles Altamirano y Hernando de Santillán.
Santillán tuvo un importante papel en el establecimiento de la legislación en los territorios hispanoamericanos porque fue autor de una de las primeras obras históricas y jurídicas de las Indias. La "Relación del origen, descendencia, política y gobierno de los Incas" fue el primer tratado que informó, con precisión histórica, sobre el origen del Tahuantinsuyo y su ordenamiento legal "de facto" y sirvió de base para la implantación de un sistema de administración de la vida y bienes de los indios, llamado reducciones.
Las reducciones eran lugares donde los naturales del antiguo imperio vivirían separados de los conquistadores españoles, con derecho a escoger entre ellos mismos a quienes se encargarían de resolver las desavenencias que surgieran.
A raíz de esa medida, apareció la figura de la Apelación Judicial, que se hacía ante un tribunal integrado por magistrados españoles que habían interiorizado en las antiguas costumbres indígenas y podían entender, por ello, la idea que de la justicia tenían los descendientes de los pobladores del imperio de los incas.
La Real Audiencia de Lima, que tenía su equivalente en la Real Audiencia de México, era el Tribunal Supremo de los varios dominios que la Corona Española tenía en América y fue la cúspide del Poder Judicial de las colonias.
Era la Audiencia de Lima, una especie de Cancillería que tenía como misión inspeccionar, fiscalizar y controlar a las 15 audiencias subordinadas que funcionaban en los dominios del Virreinato del Perú. Además se encargaba del dictado de las ordenanzas del gobierno virreinal para evangelizar y pacificar los territorios conquistados, del nombramiento de visitadores para que realizaran la inspección del trabajo de los funcionarios menores, de otorgar las licencias para la entrada a los territorios de la Corona o para que en ellos se realizaran nuevas exploraciones y podía asumir el gobierno en caso de muerte del Virrey.
En el campo de la administración de justicia, la Real Audiencia tenía la potestad de conocer los informes de los jueces en las causas civiles e inclusive en las criminales y veía las causas falladas por las autoridades menores. Nombraba a los gobernadores y corregidores, que eran autoridades políticas y judiciales, quienes si no eran letrados, debían consultar sus fallos con asesores del gobierno o tenientes gobernadores letrados. Cumplía, inclusive, un rol económico pues podía impedir o poner coto a los gastos que realizara el Virrey durante su gestión.
Con la llegada del primer Virrey del Perú, Blasco Núñez de Vela, llegó el licenciado Juan Polo de Ondegardo, quien se encargó de redactar las ordenanzas para la explotación minera y fijó las bases de una primera legislación nacida del Derecho Español y de las normas no escritas de los descendientes de los incas.
Luego fue el Virrey Francisco de Toledo, quien trabajó arduamente en la adaptación de la legislación española a la realidad de las colonias y dejó a las comunidades nativas el derecho de conservar sus normas y personal de justicia, motivo por el cual tuvo problemas con el Consejo de las Indias, que propugnaba que los códigos que rigieran la vida de las colonias tuvieran su base en la legislación española y que las ordenanzas que se daban en la Corte Española, tuvieran vigencia en todos los territorios conquistados.
La práctica educativa cotidiana responde a la ideología de la clase dominante y por eso la universidad trasmite los valores de esta clase, que intenta mantenerse en el poder. Esto no niega la aspiración de los sectores más progresista de la sociedad que luchan por transformar la educación, para que ésta contribuya realmente al progreso social.
Aún se practica la educación tradicional que tiene un enfoque externalista, "bancario", como lo define Paulo Freire (1970). Señala que cuando más vaya llenando los recipientes con sus "depósitos", tanto mejor educador será. Cuanto más se dejen "llenar" dócilmente, tanto mejor educandos serán. La educación así concebida ha demostrado ser ineficiente para las condiciones socioeconómicas de la época moderna.
A la mitad del siglo XX, el cognoscitivismo termina por infiltrase en el espíritu de los futuros profesionales de derecho de la Asociación Universidad Privada San Juan Bautista filial Ica. La concepción de que lo único que importa es el contenido de la asignatura que la capacidad humana fundamental es la de conocer, que consiguientemente el hombre es un ser meramente cognitivo y que el papel esencial del maestro es la trasmisión de conocimiento.
Cuando se aplica a la pedagogía, se evidencia dos problemas: Primero, se pierde el equilibrio necesario entre enseñanza y aprendizaje, entre transmisión cultural y necesidades individuales y, segundo, la enseñanza es muy costosa, demorada en el tiempo, requiere de locales, de condiciones especiales y de una preparación teórico-práctica especial del profesor.
A fines del siglo XX la penetrado en la Universidad Privada y demás instituciones educativas del Estado el enfoque constructivista.
1.3 La orientación profesional y Proceso Enseñanza Aprendizaje de Derecho Penal Económico.
La orientación es un fenómeno inherente a la esencia de la actividad humana. Siempre que una persona se encuentra en una situación en la que deba resolver un problema o conflicto, aparece esta acción. Por lo general, cuando las personas enfrentan una situación problemática o conflictiva, requieren apoyarse en una serie de aspectos que les sirven de referentes para enfrentar su solución: para qué necesita resolverla, en qué condiciones lo hará, cuáles son los requerimientos para su resolución, qué instrumentos y procedimientos debe emplear.
Cuando faltan estos elementos, la persona se siente desorientada, no sabe cómo resolver la situación y, entonces, pueden sentir que el obstáculo es insuperable y abandonar la situación sin resolverla, empecinarse en hallar su solución, tanteando, lo que la puede llevar a fracasar de modo reiterado y a frustrase, con la carga enajenante que esto conlleva o en el mejor de los casos puede pedir ayuda a alguien que considera con más experiencia o preparación.
Es conveniente plantear que la tercera variante es la más común en las respuestas que dan los sujetos ante esta situación. Esto lleva a plantearse la necesidad, por parte de aquellas personas que están en situación de brindar esa ayuda, de poseer una preparación adecuada que les permita hacerlo de modo efectivo e influir positivamente en aquellos que acuden solicitando su orientación.
Se debe aclarar que las situaciones que resultan problemáticas son tan diversas como las personas que puedan estar involucradas en ellas, y que pueden ser de diversos tipo, como por ejemplo: profesionales, personales, sexuales, sentimentales, sociales, etc. Igualmente, las situaciones conflictivas y los conflictos derivados de ellas.
Específicamente, existen personas que, de modo profesional, brindan esta orientación, a partir de una preparación y entrenamiento que reciben y que las capacita para ayudar a aquellos que se encuentran en una situación de este tipo; en ese caso, se encuentran los pedagogos y otros. Se trata entonces de que a los docentes se les encarga la tarea de la orientación profesional
Muchos investigadores han abordado el estudio de la orientación en sentido general desde posiciones conceptuales y metodológicas diferentes, definiéndola de modo distinto, por lo que en la literatura especializada aparecen numerosos conceptos del término orientación. (Collazo, 1986; Recarey, 2003; Bermudez, 2005; Rojas, 208)
El elemento común a todos ellos reside en concebir la orientación como un proceso de ayuda, de asesoría, a alguien que la necesita. En el contexto educativo esta ayuda puede tener diferentes propósitos o fines, ser más o menos directiva, permitir al alumno un papel más o menos activo y protagónico, durar un mayor o menor tiempo, pero la orientación hacia la profesión ocupa un lugar esencial.
Desde el Enfoque Histórico Cultural que se asume como concepción de partida, la orientación se entiende como la relación de ayuda que establece el docente con sus estudiantes con el objetivo de facilitarles la toma de decisiones en situaciones problemáticas, conflictivas o desmotivación que no han podido resolver, sea porque carecen de recursos para su solución o de posibilidades actuales para hacerlo.
Se concibe la orientación profesional como un fenómeno eminentemente comunicativo, en el que el brinda su ayuda a quien la necesita, con el propósito de prepararle con una disposición positiva hacia la profesión, para la toma de decisiones autodeterminadas antes los problemas profesionales que deberán enfrentar en el ejercicio de la profesión.
El estudiante tiene un papel activo, protagónico, es él el que debe resolver sus problemas y conflictos, desde la toma de decisiones personales, a partir de las ayudas que le ofrece el docente para lograrlo y transferir lo aprendido a nuevas situaciones en las que pueda estar inmerso en el futuro.
Esto se relaciona con la utilización de métodos o técnicas que ofrezcan vías y procedimientos generales, válidos para un número amplio de situaciones en las que el estudiante pueda estar. Tiene que ver también con la conciencia de estos para comprender la forma en que se procede en el enfrentamiento y resolución de cada problema profesional.
Si bien la orientación educativa ocurre, generalmente, cuando el estudiante quiere ingresar a la educación superior, su repercusión trasciende los límites de esas etapas para posibilitar el desempeño profesional con eficiencia y ética. Las ayudas le preparan para enfrentar la profesión, a partir de la adquisición de estrategias y procedimientos creativos para la solución de problemas y conflictos, que le permiten su resolución y generan un bienestar emocional que se manifiesta en seguridad y con ello, la elevación de su calidad de la gestión profesional.
La concepción de la orientación que se asume se sustenta en los principios del Enfoque Histórico Cultural. Se parte del principio de que cada individuo se forma y se desarrolla y está en constante cambio y transformación. Los procesos de cambio ocurren en su interacción con lo que le rodea, en una relación de interdependencia, en la que cada uno va logrando niveles cada vez más altos de autonomía y autodeterminación, a partir de las ayudas que necesita y recibe de los demás, en situaciones de colaboración.
En los procesos de orientación profesional se propicia el crecimiento personal del alumno, teniendo en cuenta no solo el nivel de desarrollo alcanzado, sino también sus potencialidades para enfrentar y resolver sus problemas y conflictos. Aunque se ofrezca orientación en determinadas áreas de la profesión, ésta se concibe como una organización sistémica de contenidos y funciones que regulan y autorregulan el comportamiento en general y que manifiestan una estabilidad relativa y, desde este modo de entenderla, se ejercen las influencias educativas en cada aspecto, en función de lograr, en última instancia y como objetivo esencial, su desarrollo integral.
En tal sentido los seres humanos deciden la mayoría de veces por estímulos y se pueden determinar los siguientes:
Estilo impulsivo.- Por lo general, tomas tus decisiones de modo muy rápido, sin reflexión, respondiendo únicamente a los deseos inmediatos, sin analizar las consecuencias.
Estilo dependiente.- Si tienes únicamente en cuenta las opiniones de los otros y buscas principalmente la aprobación o valoración de los demás; sobre todo, de tus compañeros ("quedar bien" o "seguir la corriente").
Estilo autónomo.- Eres una persona que no te dejas influenciar por la moda, la presión social o los medios de comunicación.
Estilo racional.- Si eres una persona que reflexiona antes de decidir, busca información, analiza las distintas alternativas y valoras las posibles consecuencias de cada una de ellas. De todas estas formas, el estilo racional es el que brinda una mayor probabilidad de tener éxito al tomar una decisión. De todas estas formas, el estilo racional es el que brinda una mayor probabilidad de tener éxito al tomar una decisión.
Toma de decisiones y elección Académico – Profesional.- Lo que debes saber antes de decidir tu futuro profesional. La elección profesional es una de las tareas importantes a la que debemos enfrentarnos al terminar los estudios. Suele vivirse con tensión ante el temor que conlleva el miedo a equivocarnos y la inseguridad que producen los cambios en la vida. Pero en no menos ocasiones, no se valora lo trascendente de esta decisión y son muchos los jóvenes que acaban estudiando carreras que no tiene nada que ver con sus propios intereses y habilidades. Carreras que por lo general terminan abandonando o ejerciendo en medio de sentimientos de frustración.
La elección profesional del Derecho Penal Económico debe ser el fruto de un proceso de reflexión y de información, en el que es conveniente tener presente los siguientes aspectos:
Primeramente: Que ha de ser la propia persona quien tome la decisión, sin dejarse influenciar por presiones externas provenientes de la familia, razones económicas o porque algunas profesiones se ponen de moda en un momento dado. No son pocos los que escogen una carrera porque "se gana mucho dinero" o "porque es más fácil acceder a ella". Pero ante estas razones, recuerda que se trata de una decisión que marcará tu futuro, ya que con esta formación te enfrentarás al mundo, no tu familia, ni tus amigos, ni la sociedad.
En segundo lugar, se necesita poseer un adecuado conocimiento de si mismo para descubrir tu verdadera vocación. Es necesario que identifiques claramente qué profesión o trabajo le gustaría ejercer en un futuro y que tus preferencias vocacionales coincidan con tus capacidades reales para desarrollar la carrera elegida.
En tercer lugar, antes de decidir informarse sobre lo que ofrece el mercado en cuanto a instituciones educativas y todo lo que ellas ofertan: estudios y profesiones, carreras técnicas, duración, en qué consisten, posibilidades de inserción laboral, etc.
Es importante que para decidir mejor el estudiante se autoevalúe las habilidades, rendimiento escolar, características de la personalidad, intereses, valores, motivaciones, capacidad de trabajo, limitaciones. Este autoconocimiento ayudará a tomar una decisión académica acertada, al elegir una profesión que sea compatible con su situación personal real.
Conoce tus capacidades y destrezas.
– Es necesario conocer que destrezas y aptitudes que tenemos mejor desarrolladas, dado que las distintas profesiones requieren unas habilidades en mayor grado que otras. Por tanto, en la medida en que tengamos desarrolladas determinadas capacidades, nos será más fácil ejercer ciertas profesiones. Las principales capacidades que son necesarias para realizar tareas y resolución de problemas en distintas áreas son:
Razonamiento verbal.
– Es la capacidad que nos permite hacer una adecuada utilización y comprensión del lenguaje. Gracias a ello podemos escribir y expresarnos oralmente de manera fluida. Son indicadores de una buena habilidad verbal el gusto por la lectura, el buen rendimiento en asignaturas de lengua, historia o literatura, comprender a la primera lectura, rápida captación de las explicaciones de los profesores. Entre las actividades cotidianas que denotan fluidez verbal están: el gusto por hablar en público, escribir cuentos o poesías, cartas, charlar, discutir, persuadir, etc.
Razonamiento numérico.- Es la capacidad para resolver operaciones numéricas o problemas que requieran del conocimiento de leyes matemáticas. Denotan una buena habilidad numérica, la facilidad para realizar cálculos complicados, entender tablas, alto rendimiento en matemáticas, etc.
Habilidad espacial.- Es la capacidad para realizar actividades que implique pensar en objetos de dos o más dimensiones. Las personas con una buena habilidad espacial tienen facilidad para orientarse en el espacio, así como una desarrollada habilidad para plasmar dibujos en perspectiva, comprender diagramas, mapas; buen rendimiento en geometría, dibujo técnico, etc.
Habilidad mecánica.- Está relacionada con la capacidad para entender el funcionamiento de máquinas e instrumentos. Es una habilidad necesaria en la reparación o creación de nuevos mecanismos de funcionamiento de todo tipo de artefactos.
Capacidad de memoria.- Es la capacidad para retener en la mente sensaciones, ideas, conceptos, imágenes y recuperarlas cuando las necesitamos. Una persona con buena memoria recuerda mejor que otra gente sucesos diversos, aprende con facilidad la nueva información y su atención- concentración es adecuada.
Destreza física.- Es el conjunto de habilidades físicas tales como equilibrio, coordinación, flexibilidad, fuerza, resistencia, que posibilitan el control del propio cuerpo.
Capacidad creativa.- Aptitud que permite mirar el mundo de forma diferente, ser una persona innovadora, capaz de aportar nuevos puntos de vista, así como soluciones novedosas a los problemas.
Analiza tu rendimiento escolar.- El analizar tu rendimiento escolar puede ser de gran ayuda para descubrir tus habilidades y orientar tu elección. Examina tus resultados académicos, las asignaturas que se te dan mejor y las que te gustan más. Lo que puede haber influenciado en tu rendimiento escolar: tu capacidad para dicha materia, interés en ella, esfuerzo, hábitos de estudio, si te parece fácil o difícil etc. Para realizar este análisis conviene consultar los libros de escolaridad que reflejan las calificaciones de cada asignatura. Lograrás una visión más amplia y objetiva de tu realidad educativa si comparas tu propia opinión, con la de familiares y profesores.
Conoce tus intereses profesionales y laborales.- Cada persona tiene sus gustos y preferencias sobre diversos trabajos y actividades. Unos prefieren realizar acciones de ayuda a los demás, otros tienen preferencia por las tareas manuales o por el trabajo con máquinas, mientras que a otras personas les pueden gustar más las actividades relacionadas con el mundo del arte, el mundo científico, etc. Estos son algunos ejemplos de la multitud de intereses que se pueden encontrar.
Normalmente los gustos e intereses guían la futura elección profesional. Lo ideal es que coincidan nuestros intereses por una carrera determinada con las habilidades que se necesitan para desarrollar con éxito dicha profesión. Por ejemplo, si tengo interés por la abogacía, necesitaré también poseer una buena capacidad verbal.
Reflexiona sobre tu situación personal y entorno social.- Se trata de tomar conciencia de la propia realidad personal. Identificar los aspectos positivos y limitaciones que se deben tener en cuenta a la hora de tomar la decisión vocacional. La identificación de nuestras limitaciones debe conducirnos a la superación, o la auto aceptación de las cosas que no podemos modificar y a la búsqueda de posibles soluciones de las dificultades añadidas. Muchas veces, la constancia, el esfuerzo, y el cambio de actitud pueden ayudar a modificar el rendimiento académico o superar una situación personal de desventaja. La situación socio familiar, las expectativas y actitudes de la familia, las circunstancias económicas, junto con la realidad del entorno más cercano, son otros aspectos a tener en cuenta en el momento de la toma de decisiones.
Reflexiona sobre tus valores.- Todas las personas regimos nuestro comportamiento por razones que nos hacen apreciar y dar más importancia a determinadas cosas. Los valores se forman bajo la influencia del ambiente familiar y el entorno social en que vivimos como amigos vecinos, medios de comunicación, etc. Si realizamos nuestra elección profesional tomando en cuenta nuestros valores, seguramente dicha actividad laboral nos producirá satisfacción personal y estaremos orgullosos de lo que hacemos. Los valores varían mucho de persona a persona. Así, la gente puede elegir su profesión buscando alguno de los siguientes objetivos: estabilidad, poder, prestigio social, realización intelectual, desarrollo de la creatividad, aventura, disfrutar del arte, etc.
Infórmate sobre las opciones profesionales y laborales que te ofrece el mercado.- En este punto es importante conocer la diversidad de estudios y profesiones para realizar posteriormente una toma de decisiones adecuada. Es de gran ayuda obtener información sobre los estudios que se desea realizar, de que tratan, que materias las componen, habilidades requeridas, centros donde se pueden cursar, coste económico, posibles becas y ayudas, salidas profesionales, acceso al mundo laboral, tasa de ocupación de la profesión escogida, tareas que se realizan habitualmente, perspectivas de futuro, preparación específica que se solicita.
Es necesario tener una idea clara del tipo de formación que deseas recibir. Si estás dispuesto a seguir estudios de larga duración que te proporcionen una formación intelectual y científica, puedes hacer alguna carrera universitaria. Si lo que prefieres es recibir una formación práctica para ingresar pronto al mundo laboral, lo tuyo es tener una profesión técnica en la especialidad que elijas.
En este sentido, en la orientación profesional juega un papel importante la motivación por algo, pues lo que mueve la acción es algo que depende de cada uno descubrir qué es lo que hay dentro para elegir en cada momento la acción a realizar fuera. Existe coincidencia en definir la motivación como un conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de la conducta. Motivar al alumno es orientarlo en una dirección y asegurar que se sigan los pasos necesarios para optimizar el vínculo entre la enseñanza y el aprendizaje. La motivación puede darse a partir de aquello que se hace con, o por los alumnos para incentivarlos, o también, a partir de los factores autogenerados que influyen para determinar un comportamiento determinado. De lo que se trata es de lograr que el proceso de enseñanza aprendizaje propicie la motivación por la asignatura y la reafirmación vocacional.
La asignatura del Derecho Penal Económico tiene una relevancia primordial en el desarrollo de la carrera del derecho, por cuanto, el derecho como ciencia se divide en ramas. Y precisamente el curso de Derecho Penal Económico, es una rama del Derecho.
La rama denominada Derecho Penal Económico, tiene su origen en la necesidad de legislar y normas conductas antijurídicas que se realizan en la actividad económica. El Derecho Penal Económico es la rama que se encarga del estudio de los delitos al orden monetario y financiero. Dentro de una escala de bienes jurídicos, se situaría en tercer lugar, después de los delitos contra la integridad del ser humano y delitos contra el patrimonio. Cabe destacar que, según algunos autores los delitos patrimoniales también son una suerte de delitos económicos, así como los delitos contra el medio ambiente, contra la propiedad intelectual o contra la administración pública.
No obstante, debido a la existencia de delitos pluriofensivos, los delitos económicos propiamente dichos son aquellos que afectan el orden económico, monetario y financiero (crediticio), así como los delitos tributarios y aduaneros. En realidad, la doctrina aún no es unánime respecto del contenido del derecho penal económico.
Los intereses o los sujetos pasivos pueden ser inciertos o difusos, del mismo modo existen problemas de carácter técnico que no se muestran favorables para el desarrollo de esta reciente rama del derecho. Empero, aún la frecuencia de estos es mínima aunque con un muy alto grado de criminalidad oculta. En todos los órdenes de la actividad humana se producen transgresiones al sistema legal, y es un hecho que en todas las agrupaciones sociales por más cohesionadas y coherentes que aparezcan existe un conjunto de personas cuya finalidad es regular el funcionamiento de los órganos colectivos, así como las diversas relaciones que mantiene con el agregado social. La intervención del Derecho Penal reconoce que la actividad económica no puede quedar libre del eficaz control social, esto es, debido a que se encuentran básicamente en una relación parcial de interdependencia entre sí, porque su fin es que la libertad económica no se transforme en un libertinaje entre sí.
Podemos clasificar a los delitos económicos en:
Delitos societarios: interpretación y nuevo contexto de aplicación.
Delitos laborales: atentado contra la libre sindicación, prestar trabajo sin la debida retribución, trabajar sin las condiciones de seguridad e higiene necesarias, coacción para la celebración de un contrato, retención dolosa de remuneraciones e indemnizaciones, incumplimiento de resoluciones, distorsión y disminución de la producción y asimilación de causales para el cierre de local o abandono con la finalidad de extinguir relaciones laborales y el cierre del centro de trabajo sin la autorización de la autoridad administrativa.
Delito de quiebra: aquí se incluye la quiebra fraudulenta (incremento pasivo, satisfacción u ocultación de bienes y concesión de ventajas indebidas) y quiebra culposa impropia (deudores no comerciantes y ventajas indebidas y de conveniencia).
Delitos contra la propiedad intelectual: delito de hurto de uso, falsificación, de plagio, de defraudación.
Delitos contra la propiedad industrial, la patentabilidad como objeto de protección penal.
Delitos contra el orden económico: de monopolio y prácticas restrictivas de la actividad económica.
Delitos contra el consumidor: el acaparamiento, la alteración del producto, adulteración, publicidad engañosa, atentados contra la reputación industrial y la libertad de precios de remate, concurso y licitación pública.
Represión a la competencia desleal: actos de confusión, engaño, denigración, comparación, imitación, explotación de la reputación ajena, violación de secreto, violación de normas y trato discriminatorio y reproducciones no autorizadas.
Delitos financieros: concentración crediticia y obtención indebida de créditos, de omisión, negativa y falsedad en la información, intermediación financiera irregular, de condicionamiento para otorgar créditos, pánico financiero, de omisión de provisiones específicas.
La complejidad de la actividad económica produce un conjunto de conductas que buscan beneficiarse a expensas de los demás, afectando a la actividad económica y a la planificación estatal de la economía, buscando que pasar por alto las normas estatales que organizan y protegen la vida económica, por lo que la delimitación jurídica de estos delitos es trascendental.
En consecuencia, el proceso de enseñanza aprendizaje del Derecho Penal Económico, ofrece amplias posibilidades al operador del derecho de consagrarse como un gran jurisconsulto, un gran doctrinario, un especialista capaz de velar por la paz social, en una rama jurídica que tiene realce nacional e internacional; cuyo origen se remonta al orden económico y financiero.
Entonces, se considera que la enseñanza aprendizaje del derecho penal económico está sustentada en el hombre como ser social, históricamente condicionado, producto del propio desarrollo de la cultura que él mismo crea y ello nos obliga a desarrollar en el aula experiencias que pueda vivenciar el estudiante universitario y los prepare para el gran reto que es transformar la sociedad en pro de un desarrollo de la humanidad. Se necesitan estudiantes que dominen conocimientos y posean las habilidades necesarias para convivir armónicamente respetando los derechos de los demás y con un pensamiento creativo caracterizado por:
La fluidez que se refiere la capacidad de generar una cantidad considerable de ideas o respuestas a planteamientos establecidos; en este caso se busca que el alumno tenga más opción a los problemas que encuentra en su entorno.
La flexibilidad se entiende como la capacidad de organizar los hechos dentro de diversas y amplias categorías de respuestas; en este caso el alumno tiene facilidad de cambiar de una dirección a otra para dar solución a un problema.
La originalidad que es el aspecto más característico del pensamiento creativo porque implica pensar en ideas que nunca a nadie se le ha ocurrido o visualizar los problemas de manera diferente; lo que trae como consecuencia poder encontrar respuestas innovadoras a los problemas y aportes de la comunidad.
Estas dimensiones de desarrollo de la creatividad permitirán afrontar con éxito los desafíos del entorno y el desarrollo de las ciencias jurídicas, plasmadas en la rama del Derecho Penal Económico.
CAPÍTULO II.
TALLERES PARA EL DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD EN LOS ESTUDIANTES DE DERECHO PENAL ECONÓMICO EN FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA DE ICA
En este capítulo se presentan los resultados del diagnóstico realizado a los estudiantes de la Facultad de Derecho en el curso Derecho Penal Económico de la Universidad Privada San Juan Bautista de Ica, se describe la propuesta de talleres, la validación por especialistas y el resultado de la puesta en práctica.
La Asociación Universidad Privada San Juan Bautista es una institución que busca permanentemente mejorar su proceso de enseñanza-aprendizaje en aras de servir mejor a todas aquellas personas que vienen a ella en busca de una formación de calidad entre las diversas profesiones o grados superiores que ofrece, asumiendo su compromiso de aportar a la sociedad, con el concurso de sus docentes y egresados, formas más genuinas de resolver su problemática económica y social.
El proceso de formación del conocimiento en sus estudiantes se torna un eje central de la gestión académica, asumiendo que el resultado debe expresarse en una capacidad mayor de razonamiento lógico y crítico, mayores destrezas, habilidades y capacidades de argumentación. Los propósitos se orientan a dotar a los estudiantes de una mayor versatilidad para afrontar las situaciones reales del campo laboral, entendiendo que las posibilidades de éxito profesional no están aseguradas si los egresados no exhiben las competencias que éste exige, incluyendo principios y valores para el ejercicio de una ciudadanía responsable y modo de actuación creadora.
Gestionar el conocimiento para que los estudiantes tengan un dominio de las disciplinas que conforman su plan de estudios, saber cómo hacer para que los aprendizajes sean eficaces, entender las relaciones de causa-efecto en las interacciones de elementos naturales o artificiales, y buscar satisfacción en la aplicación de los saberes aprendidos, es una tarea fundamental de la Universidad. De ahí que en lo adelante se presenta el diagnóstico realizado a los estudiantes en la rama de Derecho Penal Económico.
Resultados del diagnóstico del desarrollo de la creatividad en los estudiantes de Derecho Penal Económico la Asociación Universidad Privada San Juan Bautista filial Ica
En el presente epígrafe se analizan y describen los resultados obtenidos en la aplicación de los instrumentos en la presente investigación, a partir de la determinación de las dimensiones e indicadores que se toman como criterios para hacer el estudio en profundidad del tema de la creatividad, cuestión que servirá de base para elaborar adecuadamente la propuesta, la cual tomará en consideración las necesidades y particularidades de los estudiantes, así como también su entorno socio cultural.
Dimensiones e indicadores
Teniendo en consideración las características y la naturaleza del campo de estudio de la presente investigación se tomarán en cuenta las siguientes dimensiones de la creatividad: la motivación; la fluidez; la flexibilidad; elaboración y la originalidad, todas estas dimensiones tomadas de la clasificación dada por Guilford. Estas han sido adaptadas al campo Derecho Penal Económico
MOTIVACIÓN: Es la relación que existe entre lo cognitivo y lo afectivo en función de solucionar el problema profesional que el estudiante debe resolver. Es la capacidad del estudiante para tener iniciativa propia en la solución de problemas legales, proponerse las metas de resolver los problemas jurídicos y perseverar en su solución por una u otra vía. Tiene como parámetros el modo de actuación profesional, conducta en la escuela de derecho o en la empresa donde desarrolla el campo de Derecho Penal Económico, establecimiento de contradicciones entre lo conocido y lo desconocido.
ORIGINALIDAD: Es la capacidad del individuo para generar ideas y/o productos cuya característica es única, de gran interés y aportación comunitaria y social. En el caso del Curso de Derecho Penal Económico, la originalidad de manifiesta cuando el estudiante une dos ciencias sociales como son el Derecho y la Economía, y con ellas crea originalmente nuevas formas de solucionar conflictos penales confeccionando con originalidad documentos únicos. Es la capacidad del estudiante para generar ideas, vías para conformar la solución de los problemas de manera única, resultado de gran interés y aportación al grupo. Como parámetros tenemos la novedad (apartarse de lo habitual), manifestación inédita (descubrir algo no conocido), singularidad (lo único apropiado y genuino), imaginación (creación mental de nuevas realidades).
FLEXIBILIDAD: Es la capacidad del individuo para organizar los hechos dentro de diversas y amplias categorías. Es la capacidad de modificación, de variación de comportamientos, actitudes, objetos, objetivos y métodos. Es la capacidad del estudiante para organizar las soluciones a los problemas a partir de las diversas formas que pueden utilizarse. Es la capacidad de modificación, de variación en comportamientos, actitudes, objetos, objetivos y métodos aplicados en la solución de problemas. Son sus parámetros la reflexión (volver a examinar), argumentación (apertura y confrontación de ideas, globalización y pluralismo), argumentación (apertura de criterio y facilidad de adaptación), proyección (capacidad de delinear y afrontar el futuro).
FLUIDEZ: Es la capacidad para producir ideas en cantidad y calidad de una manera permanente y espontánea, sobre todo en el curso de Derecho penal Económico, cuando al emitir demandas, contrademandas, resúmenes legales, interpretaciones dogmáticas, entre otros; con nuevas ideas en el nuevo contexto de la investigación legal. Es el proceso de generación de descubrimientos que no se interrumpen. Es la productividad del pensamiento técnico en la búsqueda de contradicciones y la solución de problemas profesionales que ocasiona la ley penal. Como parámetros se encuentra la variedad y agilidad de pensamiento funcional, relaciones sinápticas, repentismo (rapidez para responder situaciones imprevistas), postjuicio (creación libre de requisitos), expresión (capacidad de percibir el mundo y expresarlo). Le permitan el descubrimiento de la solución a los problemas propuestos.
DIMENSION: Motivación
Indicadores:
Despierta interés por la resolución de problemas jurídicos y legales.
Tiene interés y espontaneidad para la solución de problemas jurídicos y legales.
Asume compromisos en la solución de problemas jurídicos y legales.
Propone soluciones jurídicas y legales de acuerdo a los temas de su interés.
DIMENSION: originalidad
Indicadores:
Elabora respuestas novedosas para resolver problemas jurídicos y legales creativamente.
Despierta curiosidad por la búsqueda de nuevas formas originales para resolver problemas jurídicos y legales.
Plantea situaciones novedosas en la solución de problemas jurídicos y legales. Plantea preguntas inusitadas, pero lógicas que favorezcan el proceso de solución de problemas jurídicos y legales.
DIMENSION: flexibilidad
Indicadores:
Asume diversidad de vías para la solución de problemas jurídicos y legales.
Articula el contenido de la clase con la realidad de su contexto social.
Busca la relación de la teoría y la práctica.
Relaciona la solución de problemas jurídicos y legales, con experiencias pasadas.
DIMENSION: fluidez
Indicadores:
Genera ideas para la solución de problemas utilizando el pensamiento divergente.
Argumenta con criterio lógico la resolución de problemas jurídicos y legales.
Produce nuevas ideas para la solución de problemas jurídicos y legales.
Muestra rapidez y fluidez en responder las preguntas de connotación jurídica.
Métodos y técnicas aplicados.
Para determinar el estado actual del desarrollo de la creatividad que tienen los estudiantes de la escuela de derecho y ciencias políticas de la Asociación Universidad Privada San Juan Bautista filial Ica se aplicó los siguientes instrumentos y técnicas en las diferentes etapas de la investigación.
Prueba pedagógica, Guía de observación a los profesores, y análisis de documentos (Syllabus del curso), cuyos resultados se exponen a continuación:
En este sentido las pruebas pedagógicas se utilizaron con el objetivo de comprobar el nivel de desarrollo creativo de los alumnos a través de la resolución de confección y diseño de recursos escritos como denuncias penales, demandas, informes orales, informes escritos y otros, en los estudiantes del sexto ciclo de educación superior, en la escuela de derecho.
La observación fue uno de los más empleados, se destinó a comprobar el estado actual que presenta el proceso de enseñanza aprendizaje en la escuela de derecho en la etapa de la introducción al curso y la expresión valorativa y explicativa en la creación de nuevos documentos de carácter legal.
La entrevista a los profesores fue utilizada para constatar el grado de generalidad de las dificultades en el desarrollo de la creatividad detectadas en un grupo de estudiantes.
La población seleccionada para la presente investigación está conformada por 24, estudiantes del turno noche representando el 100%, siendo la muestra de 24 estudiantes donde fue aplicada la propuesta, que representa el 100%de la población, la misma que fue seleccionada intencionalmente.
Resultados de instrumentos utilizados
En el análisis de los resultados obtenidos se valoraron los aspectos que conforman el proceso de desarrollo de la creatividad, además su tratamiento metodológico y la importancia que la práctica educativa le concede. Para la evaluación de las dimensiones e indicadores se utilizó la siguiente escala ordinal cualitativa que estaba representada por los siguientes niveles los cuales sirvieron para evaluar de la siguiente manera
Alto: Se caracteriza porque los estudiantes son capaces de: realizar las operaciones descritas en los indicadores anteriores, además de resolver los problemas jurídicos y legales planteados en forma rápida utilizando formas creativas al que se les ha enseñado.
Medio: Se caracteriza porque los estudiantes son capaces de: comprender los problemas jurídicos y legales planteados a través del estudio documental, para luego expresarlo en términos legales y proceder a la solución de los problemas planteado
Bajo: Se caracteriza porque los alumnos son capaces de: recordar los procesos de solución de problemas jurídicos y legales explicados por el profesor y no busca formas y/o soluciones nuevas para llegar al resultado
Se pudo comprobar que en el nivel alto se encuentran 3 estudiantes (12.50%), en el nivel medio, se encuentran 9 estudiantes que representan el (37.50%), en el nivel bajo se encuentra 12 estudiantes (50.00%). Como se puede apreciar un número muy reducido de estudiantes se encuentra en el nivel alto de creatividad, los cuales pudieron resolver los problemas planteados de manera creativa; la gran mayoría se encuentra en el nivel bajo, quienes no pudieron resolver los problemas de forma innovadora.
Veamos el comportamiento particular de cada uno de los indicadores a través del análisis de los resultados obtenidos del análisis de documentos, la observación a estudiantes y encuesta a profesores.
Análisis de documentos (anexo 1).
Del análisis de documentos, específicamente del syllabus, documento que contiene los objetivos generales y específicos que deben desarrollar los estudiantes, en el curso de Derecho Penal Económico, en la escuela de derecho con calidad y equidad, se puede apreciar lo siguiente: éste documento presenta: 1) datos generales, 2) sumilla, 3) objetivos, 4) programación de contenidos, 5) estrategias de la enseñanza-aprendizaje, 6) investigación científica formativa, 7) sistema de evaluación del aprendizaje, 8) materiales didácticos y recursos adicionales y 9) bibliografía.
Es el documento esencial de la docencia universitaria, es el camino por donde se debe dirigir el curso, es por su naturaleza el orden en que se deberá desenvolver la cátedra universitaria en el salón de clases. En tal sentido el curso de Derecho Penal Económico en la Universidad Privada San Juan Bautista tiene una vital importancia, sobre todo porque en el syllabus se plantea los créditos a obtener por el estudiante al concluir la materia de estudio (04 créditos), su condición de obligatorio como pre requisito de seguir las otras materias de la profesión (Derecho Penal II).
Observación del desempeño de los estudiantes en las clases de Derecho (anexo 2):
Se realizó la observación de clases de derecho en la cual se pudo evidenciar que la motivación es alta en el 2,5%; media 7,5% y baja 90%. La mayoría no muestran interés por la resolución de problemas, ni son espontáneos en la búsqueda de las vías de solución, tampoco asumen compromisos en su solución, se muestran distraídos, escasamente generan ideas o respuestas a problemas establecidos, no llegan a concentrarse para crear soluciones a los problemas de acuerdo a temas de su interés.
La originalidad se expresa de alta en el 1,5%; media 6,5% y baja en el 92% y esta se manifiesta en que en la sesión de aprendizaje en la poca elaboración de respuestas novedosas para resolver problemas jurídicos, poca curiosidad por la búsqueda de nuevas formas resolver problemas, plantear situaciones novedosas en la solución de problemas de índole legal, tampoco plantean preguntas inusitadas, lógicas que favorezcan el proceso de solución de problemas.
La flexibilidad se observa alta 3,5%; media 7,5% y baja 89%. El estudiante no asume diversas vías para la solución de problemas, no es capaz de articular el contenido de la clase con la realidad de su contexto social, ni buscar la relación de la teoría y la práctica, tampoco con experiencias pasadas.
La fluidez se observó que es alta 0%; media 4,34% y baja 95,66%.
El estudiante no encuentra nuevas formas innovadoras en la solución de problemas, lo cual indica falta pensamiento creativo, se evidencia en la falta de argumentos con criterio lógico para la resolución de problemas, los escases de nuevas ideas para la solución de problemas legales y la falta de agilidad mental en responder.
Encuesta a los estudiantes (Anexo 3)
Las principales regularidades de las opiniones de los estudiantes se revelan en que el (80%) considera poco interesante el curso de Derecho Penal Económico, y sólo el 20 % considera muy interesante dicho curso. Durante las sesiones de aprendizaje el 72% manifiesta sentirse aburrido durante las sesiones de aprendizaje, y muy pocas veces participan por temor a equivocarse o hacer el ridículo. Consideran que el profesor pocas veces motiva las sesiones de aprendizaje, ocasionando aburrimiento y desinterés por aprender, consideran también difícil aprender el curso, por su complejidad en los términos jurídicos, al momento de resolver ejemplos de problemas concretos, por ello el 86% no muestra empeño por aprender, manifestando que los contenidos son difíciles, más aún cuando se trata de resolver problemas aplicando jurisprudencia y doctrina jurídica elementales. Muchos de ellos manifiestan que no saben qué hacer cuando se encuentran frente a un problema jurisprudencial, simplemente copian la respuesta sin haber comprendido.
Entrevista a docentes (anexo 4)
Se consideró las cinco dimensiones para elaborar la entrevista a los profesores sobre, el desarrollo de la creatividad a través de la resolución de problemas en el área de derecho en los estudiantes del sexto ciclo de le Escuela de Derecho y Ciencias Políticas.
Se aplicó una guía de observación de clases a los estudiantes del sexto ciclo. Se entrevistaron 2 profesores, los cuales revelaron que el 100% de los estudiantes escuchan con atención al docente cuando inician el proceso enseñanza aprendizaje, perdiendo el interés después de transcurrido un periodo de tiempo corto, por lo que era necesario que el profesor repita más de una vez las indicaciones. Sólo en forma ocasional se observa que los estudiantes participan expresando sus opiniones y respuestas, pero afirman los docentes universitarios que los términos utilizados no son lo más adecuados, demostrando poco dominio para enseñar el curso de derecho penal económico. Se observó en los estudiantes pocos deseos de buscar por sí solos alternativas de soluciones a los problemas planteados, mostrando una total dependencia del docente.
También manifestaron que los estudiantes, cuando tienen dudas o no entienden prefieren preguntar al compañero que esta la lado o simplemente se quedan callados, sin importarle si comprendieron o no, la mayoría de los estudiantes copian de otros más destacados en la materia solo para cumplir con su trabajo.
Talleres para el desarrollo de creatividad en los estudiantes universitarios de Derecho Penal Económico.
Justificación del empleo del taller como de organización de asignatura Derecho Penal Económico.
En tal sentido es necesario el uso de la técnica de taller sobre orientación profesional, en forma permanente y constante, que permite a los estudiantes universitarios despejar sus dudas, sus temores, sus anhelos, sus deseos, sus ambiciones, sus necesidades, entre otros; esto a través de talleres. La técnica de taller propone un espacio y un tiempo de comunicación, reflexión y creatividad participativa, donde lo importante es el proceso y no el producto terminado. El taller es protagónico, activo y vivencial, movilizando a los integrantes para compartir y colaborar. Aspira a desarrollar una comunicación espontánea entre los participantes.
Estos talleres de orientación profesional se deben desarrollar considerando para ello la creatividad. Cabe señalar, que una acumulación de estudios de investigación ha provisto de la perspicacia y el entendimiento que forman la base para la enseñanza de la creatividad. Tradicionalmente se nombraban los factores de una persona creativa, proceso y producto. Hoy en día se añade un factor adicional. El factor "press" o ambiente para el pensamiento y comportamiento creativo se está convirtiendo en una consideración decisiva. La creación de talleres permite hacer uso de estos tres factores proceso, producto, ambiente para el pensamiento y comportamiento creativo.
Estos talleres de orientación profesional se realizan de forma activa, con objetivos claros y con metas acordes a los estudiantes universitarios. Los objetivos del taller procuran movilizar a los participantes para la posterior elaboración de los temas abordados en el taller, ya sea ampliando la información, solicitando posteriormente un asesoramiento o asistencia individual o grupal, o efectuando otras actividades complementarias. No es finalidad del taller la elección vocacional durante su realización, sino la consideración de los factores intervinientes en la elección vocacional, y una primera aproximación a la información requerida para realizarla.
De igual manera a través de los talleres de orientación profesional se busca determinar el nivel de atención de los estudiantes, su capacidad de retención de lo aprendido, en síntesis el nivel de memoria de todos y cada uno de los educandos. Considerando para ello, como memoria a la capacidad de conservar y evocar mentalmente, hechos pasados, reconociéndolos como pertenecientes a nuestra experiencia anterior y localizándolo en los tiempos útiles para una actuación creadora futura.
Esta propuesta es una alternativa que posibilita una clase más democrática, dinámica, enriquecedora del desarrollo humano, participativa, divertida, activa, creativa, productiva e inventiva que contribuya con los tiempos modernos, que buscan un cambio en la educación peruana.
La participación de todos los miembros del grupo, en la reflexión y la acción transformadora.
La relación horizontal de todos los participantes, en la construcción del conocimiento.
Aprender de los errores, sin que su costo sea excesivo
La auto determinación en el desarrollo de la clase.
La elevación de la autoestima.
La comprensión del éxito personal y grupal.
El desarrollo efectivo y en la práctica de la responsabilidad académica, personal y grupal.
Las relaciones humanas entre los integrantes del grupo y fuera de él.
La práctica de la creatividad, la productividad y la inventiva.
Con base en estos principios educativos se derivan los principios metodológicos descritos a continuación:
Integración. está dirigida a lograr que los objetos y experiencias del taller educativo se conviertan en un todo integrado para los involucrados. se utilizarán mecanismos para lograr la integración de la teoría con la práctica, de lo nacional con lo regional y lo local, del grupo entre sí y de los grados entre ellos, de los aspectos temáticos con los afectivos y con los valores humanos, de los diferentes componentes del programa, de los aprendizajes y experiencias pasadas con las proyecciones hacia el futuro.
Flexibilidad. Se adaptará el ritmo de trabajo, la metodología, el uso del tiempo y de los recursos a los límites de tiempo y de los medios disponibles.
Auto – dirección. Se busca que cada uno de los participantes fortalezca sus habilidades para tomar decisiones, identificar recursos, fortalecer el trabajo en grupo y el autoaprendizaje permanente.
Participación. Es el proceso a través del cual los participantes en forma colectiva tienen la oportunidad de analizar, reflexionar, reconstruir su experiencia y planificar sus futuras acciones a la luz de las reflexiones anteriores. el trabajo participativo requiere labor en equipo, para que cada individuo se exprese en torno a una idea, tema, situación o proyecto, debe estar precedido por relaciones e integraciones de respeto, confianza, valoración y solidaridad de los integrantes del grupo.
Relación teórico – práctica. Quiere decir que el proceso de aprendizaje debe estar integrado a la práctica cotidiana de la profesión, en el hogar, es aprender haciendo, desplegando la imaginación, para la creación de conocimiento y la transformación de la realidad.
Auto – conocimiento. Auto – evaluación.
Los participantes a nivel individual y colectivo tienen la oportunidad de analizar y evaluar sus propias acciones, valorar lo que ha hecho e identificar los aspectos fuertes y débiles de su aprendizaje y los próximos pasos en su crecimiento personal.
Auto – expresión. Esta metodología, les da la oportunidad de expresarse a nivel personal y grupal, para reafirmar sus estilos, aprender y cambiar su forma de conocer el mundo. (Perea y Arango, 1987).
2.3 La Fundamentación de los talleres para el desarrollo de la creatividad a través de la orientación profesional con estudiantes del curso de Derecho Penal Económico.
Los talleres se basan en referentes teóricos generales que sirven de soporte para su explicación científica y devienen presupuestos que sirven de guía orientadora para concebir y organizar la docencia de la asignatura Derecho Penal II.
La Teoría Histórico Cultural de L. S. Vygotsky.
La Teoría de los grupos.
Principios pedagógico y psicológicos
A continuación se presentan las ideas que sustentan los talleres que se proponen:
La orientación profesional se asume como proceso dinamizador a partir de los contenidos a desarrollar en la asignatura de Derecho Penal Económico.
Considerar la orientación profesional como el elemento dinamizador significa la articulación de los componentes no personales del proceso, en los cuales debe existir una coherencia entre objetivos, contenidos, métodos, medios, formas de organización y de evaluación para propiciar el progreso de manera paulatina del estudiante de Derecho Penal Económico.
Por tanto, los objetivos y contenidos que se asumen para orientar las acciones, informan acerca de la unidad dialéctica entre las necesidades y potencialidades del estudiante, en la dimensión motivación, originalidad, elaboración, fluidez, que configuran su desarrollo presente y prospectivo, como profesional de esta rama. En este orden, adquiere especial relevancia la dimensión motivación, que intenciona el desarrollo de las demás, pues juega un papel desarrollador en tanto moviliza al estudiante y orienta su actuación, mientras que la dimensión pedagógica cobra importancia en sí misma, incluye las habilidades que resultan esenciales para el desempeño de las funciones del profesional del leyes. Esta se relaciona con las habilidades de: planificación, el trabajo en equipos, reflexionar y debatir de forma abierta, organizada, flexible para lograr consensos, analizar la práctica de forma crítica, trabajar con la información, elaborar documentos que sinteticen la experiencia propia de los estudiantes en formación.
En este sentido, orientar y promover los cambios en la enseñanza de Derecho Penal Económico presuponen que, los docentes universitarios implicados en su formación, al plantearse sus metas de trabajo, otorguen una significación diferente a los contenidos de la enseñanza que enfrentarán como resultado del conocimiento del estado inicial de los estudiante, la secuenciación gradual y progresiva del acceso a los contenidos necesarios para alcanzar nuevas situaciones de desarrollo.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |