Un espíritu similar es el motivo del éxito de Reykjavik Energy, la compañía que suministra a los islandeses la mayor parte de su agua caliente y su electricidad. Con una atención a la salud ambiental nada estadounidense, la empresa ha mostrado un ingenio y un espíritu innovador que le han llevado a excavar conductos en las profundidades de la tierra helada para extraer no petróleo, sino agua, que a un kilómetro bajo la superficie alcanza temperaturas de 200 grados centígrados. En 1940, el 85% de la energía de Islandia procedía del carbón y el petróleo; hoy, el 85% procede del agua volcánica subterránea, que después de pasar por enormes turbinas en plantas de alta tecnología y limpieza impecable, abastece la mitad de las necesidades de electricidad del país a un precio que es dos tercios de la media europea. Islandia tiene en la actualidad el mayor sistema de calefacción geotérmica del mundo, y otros países están interesándose. Los primeros ministros de China e India han visitado Islandia en años recientes para ver qué pueden aprender sobre energías limpias, baratas y renovables, y Reykjavik Energy está participando en proyectos conjuntos para reproducir el modelo islandés en lugares tan remotos como Yibuti, El Salvador e Indonesia, además de China.
El éxito de Reykjavik Energy es una metáfora del éxito general de Islandia: dominar la dura naturaleza, y transformarla, mediante la imaginación y el esfuerzo, en una energía rica y fructífera. Los artistas han hecho algo muy parecido. El país está lleno de escritores, pintores, cineastas y -como Oddny- músicos notables. Islandia tiene a la famosa Björk, la respuesta cool a Madonna, pero también una orquesta sinfónica nacional que toca en los mejores locales del mundo, y posee su propia compañía de ópera (cuando estuve allí se representaba La Traviata en la Ópera de Reikiavik totalmente a cargo de islandeses). Baltsar Kormakur, un antiguo galán de culebrones televisivos, es un importante director de cine local cuyas películas se han exhibido en 80 países, al que la revista Variety incluyó en 2001 entre los 10 "nuevos talentos más prometedores" del mundo y que está a punto de rodar su primera película en Hollywood este año. Además ha dirigido ya una obra en el Barbican de Londres, donde pronto repetirá con un montaje de Otelo, de Shakespeare. En cuanto a escritores, la mitad de la población parece haber escrito un libro, como si les inspirase el mayor legado cultural que ha dado Islandia hasta ahora, las sagas vikingas del siglo XIII, que Jorge Luis Borges calificó como las primeras novelas, 400 años antes de Cervantes. Como consecuencia, una cosa que los islandeses siempre han podido hacer y muchos en otros países no, ya en el siglo XIX, era leer, una tradición que se mantiene de forma voraz, como demuestra la abundancia de librerías en Reikiavik. La pintura como modalidad artística no existió en Islandia hasta hace cien años, pero hoy son muchos los que se dedican a ella como aficionados, y al menos cien islandeses viven de su arte.
Haraldur Jonsson, que estudió en París (todos han estudiado fuera), cuyo padre fue el campeón de los polifacéticos (era arquitecto y dentista), y que, como todos los demás, habla inglés mejor que la mayoría de los ingleses, es pintor abstracto, escultor y artista de video-performance, y describe su labor como la tarea de "hacer que el mundo invisible sea visible", transformar las emociones en cosas que puedan verse y tocarse. La gente responde. Ha hecho exposiciones en Londres, Barcelona, Berlín, Ámsterdam, Budapest, Los Ángeles, Chicago, Melbourne, Winnipeg, Vilna, Graz…, en todas partes.
¿Por qué hay tal abundancia de artistas en Islandia? ¿Qué les impulsa? "Lo hacemos para no volvernos locos", responde Haraldur, que es alto, nervioso, delgado y divertido, y que tiene unos ojos con la energía concentrada de un rayo láser. ¿Para no volverse locos? "Sí", sonríe, "para mantener alejada a la fiera". ¿La fiera? "La fiera es Islandia, esta isla en la que vivimos, con su naturaleza aterradora y su tiempo difícil y siempre cambiante. Es el mundo de las pesadillas de Goya: bello, pero grotesco. Ésa es la fiera taciturna de Islandia. Vivimos con una fiera invisible. Es la isla, y no podemos escapar de ella. Así que encontramos formas de vivir con ella, de domarla. Yo lo hago mediante mi arte", dice Haraldur, cuyos intentos de apaciguar al monstruo incluyen también los tres libros que ha escrito. "No hay animales ni árboles. Tenemos que tener una vida interna muy rica para llenar los espacios vacíos, para llenar el silencio con nuestro propio ruido".
Existe otra fiera con la que Islandia está en deuda: la II Guerra Mundial. Los islandeses deben de ser el único pueblo en el mundo al que Adolf Hitler dejó un legado de valor. Antes de la guerra, Islandia era el país más pobre de Europa. De pronto, en 1939 se convirtió en un lugar estratégico de inmenso valor. Los británicos y los alemanes compitieron por él, y los británicos llegaron primero. Establecieron una base militar en una manga de tierra cerca de la costa de Reikiavik. "De pronto empezó a haber una abundancia de trabajos que, por primera vez en la historia, no tenían relación con la pesca ni la agricultura", recuerda Asvaldur Andresson. "Antes de la guerra casi no teníamos carreteras, y las que había teníamos que construirlas con pico y pala. Llegaron los británicos y los estadounidenses, y empezaron a aparecer tractores oruga, y carreteras de asfalto, y herramientas maravillosas para trabajar".
Asvaldur, que nació en 1928 en un pueblo pesquero situado en el indómito extremo oriental de la isla, llamado Seydisfjordur, emigró al oeste, a Reikiavik, al acabar la guerra, y encontró trabajo como conductor de autobús en la base de Estados Unidos. Después, tras largas horas de estudiar por las noches, pasó la mayor parte de su vida como restaurador de coches machacados. Su vida siempre fue dura, pero sobre todo cuando era niño e Islandia constituía la peor de las mezclas posibles, un país del Tercer Mundo con un clima brutalmente frío. A los 12 años dejó el colegio y se fue a trabajar en un barco de pesca; es difícil imaginar un trabajo más duro en ningún lugar, con las tormentas heladas que se encuentran en el borde meridional del círculo ártico. Su hermana murió de tos ferina cuando tenía tres años, y su padre murió cuando él tenía 16 años y estaba en el mar, lo cual significa que, cuando se enteró, ya estaba enterrado. Ha trabajado jornadas de 16 horas toda su vida para alimentar decentemente a su familia, e incluso se construyó su propia casa de dos pisos; la empezó en 1958 y la terminó en 1966. Hoy tiene todo su tiempo ocupado con el cuidado de su mujer inválida. Lo bueno es que recibe dinero del Estado a cambio, y ésa es una buena razón -apoyada en la cultura de la cohesión familiar- por la que la mayoría de la gente mayor en Islandia no vive en residencias, sino en casa. "Repaso mi vida y veo lo que ha cambiado este país, y casi no puedo creerlo", dice Haraldur, que me acoge en su casa y hace unas tortitas extraordinarias para mí y para su esposa, que está en una silla de ruedas.
Lo más interesante es lo que ha sido de tres de sus nietas, todas ya adultas. Una hace documentales en París; otra es un genio de la biotecnología que ayuda a cirujanos en un hospital de Reikiavik; la mayor, de 26 años, posee un permiso para volar obtenido en Estados Unidos y está entrenándose para ser piloto de Ryanair. Con lo pronto que se reproducen las mujeres islandesas, Asvaldur y su esposa tienen ya cinco bisnietos.
No hay duda de que recibirán enorme amor y atención de su familia ampliada, así como la mejor educación, sobre todo si alguno de ellos va a una escuela que visité en Reikiavik, Háteigsskól. El director -un hombre discreto, pero apasionado, llamado Asgeir Beinteinsson- me enseñó su establecimiento con orgullo. Los niños tienen entre 6 y 16 años, y todas las aulas, que visitamos por sorpresa, eran una imagen de laboriosidad controlada y alegre. Además de la amplia variedad de asignaturas obligatorias para todos, desde cocina hasta carpintería, pasando por las tradicionales, lo que más me sorprendió fue la forma tan imaginativa de enseñar y la estrecha relación de los profesores con los padres. Un método que se utiliza con los más pequeños es explicar la historia y la ciencia a través del teatro. Por ejemplo, para aprender la historia de los primeros colonos que salieron de Noruega en 847, los niños representan los papeles de esos colonos y luego tratan de imaginar cómo pudieron navegar hasta Islandia guiándose por el sol y las estrellas y cómo lograron sobrevivir al llegar a las áridas rocas de la isla. También se utiliza el teatro en las clases de biología, en las que los niños hacen de corazón, pulmones, riñones y corpúsculos sanguíneos.
En cuanto a los padres, hay un miembro del claustro cuya función es recopilar los datos detallados de los ejercicios de valoración internos que se hacen para garantizar que el colegio mantiene un buen nivel. Después de consultas con los alumnos, profesores y padres, se evalúa el progreso en todos los aspectos, desde la calidad de la enseñanza de las matemáticas hasta la opinión de los alumnos sobre los edificios en los que está el colegio. Toda esa información está siempre a disposición de los padres en Internet.
"La filosofía en la que se basa todo lo que hacemos", dice Asgeir, "es que debemos estimular a los niños con unos fundamentos educativos amplios, enseñarles en un ambiente cálido y creativo en el que se respeta a todo el mundo por igual. Todos son iguales". Detrás de estos vagos buenos sentimientos hay mucha reflexión, que queda patente en la costumbre completamente islandesa de Asgeir y su claustro de profesores de viajar al extranjero en busca de ideas e inspiración. Dos profesores a los que conocí acababan de regresar de Inglaterra, donde habían visitado un distrito escolar de Birmingham famoso por tener un nivel escolar especialmente bueno. El propio Asgeir ha estado en Dinamarca, Escocia, Estados Unidos y Singapur, y la semana que le conocí se iba a Nueva Orleans. En general, todos los profesores tienen la oportunidad de tomarse un año sabático, completamente remunerado, para estudiar un tema de su elección.
Si el abejorro vuela, si Islandia es el mejor lugar del mundo para vivir y uno de los más ricos, es por cómo los Gobiernos han añadido políticas progresistas y sensatas, como la educativa, a la materia prima humana de la isla, fuerte, pragmática e imaginativa. "Como médico y como político, creo que existe una relación íntima entre la salud del país y la calidad de las decisiones políticas que se toman", dice Dagur, ex alcalde de Reikiavik. "Hace cien años éramos uno de los países más pobres, pero todos sabíamos leer y teníamos unas mujeres fuertes. A partir de ahí, hemos elaborado políticas sólidas. Lo que quiero decir es que, para la salud de un país, más importantes que no fumar son los fenómenos sociales en los que aquí hacemos hincapié: igualdad, paz, democracia, agua limpia, educación, energía renovable y derechos de la mujer".
Dagur, como todos los demás que me han hablado de Islandia con orgullo, se muestra seguro, pero no autocomplaciente; satisfecho de sí mismo, pero ambicioso y abierto al mundo. Esto último puede observarse en el colegio de Asgeir, donde encontré niños de China, Vietnam, Colombia e incluso Guinea Ecuatorial"…
(Fuente: Reportaje: Islandia – La buena vida (El País – John Carlin – 6/4/08)
Una tormenta perfecta en la isla encantada. Este país, que era catalogado hace 2 años por la UE como el que mejor calidad de vida tenía en el viejo continente, se ve sumido en una tremenda crisis financiera.
Islandia es una isla del Atlántico, cuya economía estaba basada tradicionalmente en la pesca y el turismo, hasta que el sistema bancario islandés vio la oportunidad de aprovechar los altos tipos de interés (necesarios para controlar la inflación, mal endémico de este país) para atraer capital extranjero. Resultaban muy apetitosos los intereses, que oscilaban entre el 14% y el 18%, para los inversores extranjeros, por lo que la demanda de Coronas islandesas crecía. Por su parte, los bancos islandeses recomendaban a sus clientes autóctonos que se endeudasen en euros, debido a los bajos tipos del Euribor con respecto al tipo islandés. En esta época, el tipo de cambio se presentaba en torno a 60 Corn/á,¬.
Pero la falta de liquidez provocada por la crisis financiera actual ha provocado un descenso de la demanda de Coronas, lo que ha hecho que el tipo de cambio se triplique, haciendo imposible a los islandeses pagar su deuda en euros. Para un mayor agobio de los ciudadanos de la isla, el euro ha sido un valor apreciado frente al dólar, por la consabida crisis de hipotecas sub-prime.
Los análisis más pesimistas se temen un nuevo "corralito" en Islandia y que los islandeses puedan utilizar sus coronas para tener un original "papel pintado" en la decoración de las paredes de sus casas. (Noviembre de 2008)
… a la metáfora
Protestas en la capital ante la situación económica (Efe)
Miles de islandeses se congregaron ayer ante el edificio del Parlamento y lanzaron tomates, huevos y papel higiénico para protestar por las consecuencias de la crisis financiera, mientras que en Bruselas cientos de manifestantes reclamaron garantías para sus depósitos en entidades islandesas.
La policía de Reykjavik cifró en unos 6 mil los participantes en la reunión de protesta ante el edificio del "Althing", una cifra desacostumbradamente elevada en un país de sólo 320 mil habitantes.
Los manifestantes exigieron la dimisión del primer ministro islandés, Geir Haarde, y elecciones anticipadas. Simultáneamente, en Bruselas se manifestaron cientos de ahorristas solicitando garantías estatales para el dinero depositado en el banco islandés Kaupthing.
Las protestas se congregaron delante de la embajada de Luxemburgo y luego ante la sede diplomática de Islandia. Según la policía, la manifestación contó con la participación de 550 personas. Según los organizadores la cifra ascendió a 750.
"Nosotros no somos ni especuladores ni inversores, sino personas que han depositado sus ahorros como buenos padres de familia en una cuenta de ahorros", señaló un grupo de clientes del Kaupthinig. Se estima que la entidad congeló un total de 20 mil cuentas de clientes belgas. Los manifestantes acusan al Estado islandés de responder únicamente por los fondos de los clientes islandeses de la entidad bancaria que quebró y luego fue nacionalizada.
Además, expresaron duras críticas contra las revistas de inversores que, antes de la crisis financiera, habían recomendado abrir cuentas de ahorro en el banco fracasado. El Estado islandés está al borde de la bancarrota tras el desplome de los tres mayores bancos del país. Los ciudadanos se enfrentan ahora a una inflación de 15%, tasas de referencia de 18% y un aumento dramático del desempleo.
El principal desencadenante de la crisis es la expansión internacional agresiva durante años de los bancos del país con ayuda de créditos de riesgo.
Ahora, las finanzas estatales sólo pueden asegurarse con ayuda de créditos del extranjero y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
También en Washington hubo protestas, aunque en ellas participó apenas un centenar de personas, que realizaron una marcha fúnebre para declarar "muerto" al capitalismo y pedir a los representantes de los países reunidos en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) que fomenten la creación de empleos y mejore la cobertura sanitaria. (16/11/08)
Islandia está experimentando la más profunda y más rápida crisis financiera registrada en tiempos de paz desde que sus tres principales bancos se derrumbaron debiendo ser rescatados por el gobierno. Los depósitos a plazo, mayoritariamente británicos, se han congelado lo que ha tensado las relaciones con el Reino Unido, y Gordon Brown ha debido salir a defender a los ahorradores. Es el primer país desarrollado que solicita la ayuda del FMI en 30 años. Y para una economía que depende fuertemente de las importaciones y exportaciones la situación es catastrófica.
El PIB de Islandia ha caído un 65%, muchas empresas han quebrado y un tercio de la población busca emigrar a otros países. ¿Qué ocurrió en Islandia para que la crisis adquiriera tales dimensiones? Según un informe de Willem H. Buiter y Anne Siebert la teoría monetaria seguida a rajatabla ha jugado una mala pasada: las altas tasas de interés impuestas por el Banco Central para controlar la inflación terminaron siendo nefastas al generar una burbuja impulsada por la interacción de las altas tasas de interés, la apreciación de la moneda y la gran afluencia de capitales externos.
El origen de estas políticas monetarias se remonta a fines de la década pasada cuando el banco central instauró las metas de inflación. El objetivo de controlar la inflación vía incremento de las tasas de interés obligó a las empresas locales a recurrir al crédito externo, lo que incentivó a los especuladores a apostar contra la paridad de tasas de interés provocando una masiva entrada de divisas. Resultado: el tipo de cambio se apreció y creó en los islandeses la ilusión de riqueza.
Esta burbuja alentó el crecimiento económico y la presión inflacionaria, lo que obligaba al banco central a elevar aún más la tasa de interés, retroalimentando el círculo vicioso y la nueva masiva entrada de capitales. En síntesis, el banco central no pudo controlar la inflación pues la pequeña economía de Islandia se veía sacudida por los grandes flujos de divisas que alentaban a la apreciación de su moneda.
La capacidad del gobierno islandés para hacer frente a la crisis es muy limitada y la profundidad del daño se ha visto acentuada por la drástica caída del tipo de cambio. El PIB islandés ha caído un 15%, pero en términos de euros la caída es de 65%. Sólo las pérdidas de un banco superan todo el PIB de Islandia. A modo comparativo las pérdidas de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial llegaron al 85% del PIB.
Según Wikipedia
"Islandia, oficialmente la República de Islandia (en islandés: Ísland o Lýðveldið Ísland; IPA: ['liðv?lt?ð 'istlant]) es un país localizado en el extremo noroeste de Europa, cuyo territorio abarca la isla de Islandia y algunas pequeñas islas e islotes adyacentes en el Océano Atlántico norte entre el resto de Europa y Groenlandia. El 9 de enero de 2006 superó la cifra de 300.000 habitantes por primera vez y el 1 de enero de 2008 el país tenía una población de 313.376 personas. Su capital y ciudad más importante es Reikiavik (Reykjavík), con 117.898 habitantes (1 de enero de 2008).
A causa de su localización en la dorsal mesoatlántica, Islandia es un país con gran actividad volcánica y geológica; este factor afecta en gran medida el paisaje del país. El interior de la nación consiste en una meseta caracterizada por desiertos, montañas y glaciares, mientras que muchos ríos glaciales fluyen hacia el mar a través de las tierras bajas. A causa de la corriente del Golfo, Islandia tiene un clima templado en relación a su latitud y provee un entorno habitable.
El asentamiento humano en Islandia data del año 874 cuando, de acuerdo con el Landnámabók o Libro del asentamiento, el líder noruego Ingólfur Arnarson se convirtió en el primer colono permanente de la isla. Otros, como el vikingo feroés Naddoddr, posible descubridor, visitaron la isla antes, hacia el año 860 y pasaron en ella el invierno, sin embargo nunca se asentaron. A través de los siglos siguientes población de origen nórdico y gaélico se asentó en Islandia. Hasta el siglo XX, la población islandesa dependía de la pesca y la agricultura, y fue desde 1262 a 1944 una parte de los reinos noruego y después danés. En el siglo XX la economía islandesa se desarrolló rápidamente.
Hoy en día, Islandia es un país desarrollado, el quinto en términos de PIB per cápita a nivel mundial y el primero en desarrollo humano. El país se basa en una economía de libre mercado donde los servicios, la pesca, las finanzas y varias industrias son los principales sectores. El turismo también es una actividad económica importante a causa de la popularidad de Islandia como un destino exótico entre visitantes de todo el mundo. Islandia es miembro de la ONU, la OTAN, la AELC, el EEE y la OCDE, pero no de la UE.
Historia
Islandia fue colonizada por primera vez por inmigrantes vikingos noruegos y algunos celtas (escoceses e irlandeses) a finales del siglo IX y durante el siglo X. Tiene el parlamento activo más antiguo del mundo, el Alþingi, que fue establecido en el año 930 como asamblea. Islandia fue independiente durante más de tres siglos, después de los cuales fue gobernada por Noruega y Dinamarca, formalmente como una colonia de la corona noruega hasta 1814, que fue cuando los reinos unidos de Dinamarca y Noruega se separaron por el tratado de Kiel, e Islandia pasó a ser una dependencia danesa.
La erupción del volcán Askja en 1875 devastó la economía islandesa y causó una hambruna general. Durante cerca de un cuarto de siglo, el 20 por ciento de la población emigró, principalmente a América del Norte (Estados Unidos y Canadá). El gobierno danés le otorgó un grado limitado de autonomía en 1874, y una independencia y soberanía sobre asuntos internos similares a las de un protectorado en 1918. Las relaciones exteriores y la defensa siguieron estando bajo la autoridad de Dinamarca y el rey de dicho país siguió siendo el soberano de Islandia hasta 1944, año en que se fundó la actual república de Islandia que aprovechó las circunstancias de la Segunda Guerra Mundial para proclamar su independencia.
Geografía
Ubicada al norte de Europa, es una isla entre el Mar de Groenlandia y el Océano Atlántico, al noroeste del Reino Unido. Islandia no es el país más septentrional de los Países Nórdicos, ya que partes de Noruega, Suecia y Finlandia llegan más al norte. Sin embargo, la capital Reikiavik (Reikiavik, en islandés: Cala de los Humos) es la capital nacional más septentrional del mundo; tiene las tierras más cubiertas por glaciares que el resto de los países de Europa Continental.
Se han registrado en Islandia cerca de 800 especies de insectos, como en otros países árticos y subárticos los dípteros (moscas, jejenes, etc.) forman el grupo más importante. No existen en Islandia ni reptiles ni anfibios.
Los ríos islandeses están colmados de salmones y los lagos y arroyos de diferentes especies de truchas. También puede encontrarse en agua dulce, la anguila. Ninguna de estas tres especies es verdaderamente de agua dulce, sino que representan especies de mar que se están estableciendo en agua dulce.
El plancton en aguas islandesas proporciona óptimas condiciones para una rica fauna marina. Las especies de agua salada son aproximadamente 150 incluyendo el bacalao, abadejo, arenque, abadejo de Noruega, halibut, la pescadilla (especie de merluza), el gado, la molva (especie de abadejo), la platija, las cuales constituyen la base de la industria pesquera costera.
La pesca del langostino y de la langosta se ha convertido últimamente en una actividad lucrativa en algunas partes del país.
Demografía
Al 1 de enero del año 2008, Islandia tiene una población de 313.376 habitantes. La esperanza de vida es de 81,5 años (la segunda más alta del mundo). El 99.9% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 1.91.
La naturaleza aislada de Islandia ha supuesto una tasa de inmigración y una diversidad genética muy limitadas a lo largo de cientos de años. La similitud genética de los islandeses es, hoy en día, motivo de estudio. Los islandeses hablan islandés, una lengua germana perteneciente al subgrupo de lenguas escandinavas, y, en su gran mayoría, son luteranos.
La composición étnica actual es la siguiente:
Europeos: 99,0% (Islandeses 95,4% + otros europeos 3,6%)
Asiáticos: 0,6% (mayoría de filipinos)
Americanos: 0,3% (mayoría de estadounidenses)
Africanos: 0,1% (mayoría de marroquíes)
La minoría étnica más grande es la minoría polaca, que cuenta más de 8.000 habitantes. Ciertas páginas web islandesas incluyen también una versión polaca (por ejemplo dv.is)
Economía
Islandia posee una importante red de carreteras sin asfaltar. La economía tipo escandinava de Islandia es básicamente capitalista, pero con una amplia asistencia social, bajo desempleo y una extraordinaria equidad en la distribución de ingresos. En la ausencia de recursos naturales (excepto por la abundante energía hidrotérmica y geotérmica), la economía depende principalmente de la industria pesquera, que da lugar al 70% de las ganancias por exportaciones y emplea al 12% de la fuerza laboral.
La economía no sólo es muy sensible a las disminuciones en la cantidad de peces sino también a las bajas en los precios mundiales de sus principales productos de exportación: el pescado y los productos relacionados con la energía: aluminio y ferrosilicio. El gobierno de centro-derecha tiene planes de continuar con su política de reducir el presupuesto y el déficit por cuenta corriente, al limitar los préstamos extranjeros, contener la inflación, revisar las políticas de pesca y agricultura, diversificar la economía y privatizar las industrias estatales.
El gobierno de Islandia se opone a un ingreso en la Unión Europea, en principio por el temor de los islandeses de perder el control sobre sus recursos pesqueros.
La economía islandesa se ha estado diversificando durante los últimos años en las industrias manufactureras y de servicios. Nuevos desarrollos en la producción de software, biotecnología, y servicios financieros también están creciendo. El sector turístico también se está expandiendo con las recientes tendencias en ecoturismo y observación de ballenas. El crecimiento ha sido bastante estable durante el período 1996-2001 con un crecimiento que rondó del 3% a 5% anual. En 2002, sin embargo, hubo un declive en un ambiente de recesión generalizado. En 2003 el crecimiento volvió a repuntar y la inflación cayó del 5% al 2%.
La Crisis Financiera de Islandia de 2008 es una crisis económica acaecida en Islandia en la que se produjo la quiebra de los tres mayores bancos del país, a lo cual siguieron las dificultades para refinanciar la deuda a corto plazo y "corridas bancarias" (huídas de depósitos) de inversores del Reino Unido. Las consecuencias para la economía islandesa han sido muy graves; la cotización de la moneda nacional, la corona islandesa, se derrumbó, las transacciones monetarias extranjeras fueron virtualmente suspendidas, los mercados de capitales islandeses se derrumbaron hasta un 75%, y se espera una recesión económica muy severa.
A finales de septiembre de 2008 se anunció la nacionalización del banco Glitnir. La semana siguiente, el control de Landsbanki y Glitnir fue declarado en quiebra por la Autoridad Supervisora financiera de Islandia. Seguidamente, esta misma organización declaró el mismo estatus para el mayor banco del país, Kaupthing. El Primer Ministro de Islandia, Geir Haarde dijo el 6 de octubre "Existe un peligro muy real de que la economía islandesa, en el peor de los casos pueda ser succionada por el remolino financiero y el resultado podría ser la bancarrota nacional". Sostuvo que el camino de las acciones emprendidas por el gobierno era evitar la bancarrota. A mitad de 2008, la deuda externa de Islandia era de 9,553 billones de coronas islandesas (50.000 millones de euros), de la cual más del 80% procedía del sector bancario. El Producto Interior Bruto de Islandia en 2007 era de 1.293 millones de coronas (8,5 millones de euros). Los activos de los tres bancos bajo el control del FME totalizaron 14.437 millones de coronas islandesas al final del segundo trimestre de 2008.
El coste total de la crisis aún no puede ser determinado, pero ya excede del 30% del producto interior bruto del país. Fuera de Islandia, más de medio millón de depositantes (más que el total de la población de la isla) se encontraron con sus cuentas bancarias congeladas y en medio de una disputa diplomática sobre el fondo de garantía de depósitos. El banco alemán BayernLB encara pérdidas por valor de 1.500 millones de euros, teniendo que acudir a su auxilio el gobierno alemán. El gobierno de Isla de Man pagará la mitad de sus reservas, equivalentes al 7,5% del producto interior bruto de la isla, en concepto de securización de depósitos.
La corona islandesa perdió un 50 % de su valor frente al euro entre enero y octubre de 2008. El 8 de octubre de 2008, el Banco Central de Islandia abandonó su tentativa de mantener una tasa de cambio fija en 131 coronas por euro. El 9 de octubre, la corona islandesa se cotizaba en 340 por euro.
El 20 de noviembre de 2008 el consejo de administración del Fondo Monetario Internacional aprobó un préstamo de 2.100 millones de dólares a Islandia"…
Islandia: del ensueño…
Las terribles montañas negras del oriente islandés, sus profundos fiordos tan plácidos. Islandia es una isla de ensueño, mundo onírico, donde una soledad primigenia, una desolación vibrante en su colosalismo, puede abocarnos tanto a la pesadilla de montes que se elevan cual tensas erupciones, sus cumbres imitando desmoronados castillos diabólicos, de pronto velados por densos nubarrones, como dejarnos ir por la mínima carretera que bordea sus dilatadísimos fiordos, anchos y azules, con apenas alguna casita, igual que si el paisaje de pronto dejara de ser natural para idealizarse en un dibujo de dulces perfiles. ¿Nombres? Tanto da: Lónsöraefi, Stafafell, Höfn… Y en el norte están los puertecillos entre lluvias y brumas, Saudákrokur, Húsavik, el salvaje océano, acongojante con el recuerdo de todas sus almas muertas, mar de naufragios, que cada cuando es surcado por las ballenas en su metódica marcha incansable, la masa brillante y esquiva, una insólita alegría deslizante. Y al atardecer nos acercábamos a los carcomidos acantilados del sur para visitar las focas jugando y pescando: una ya nos esperaba, asomaba entre la espuma del rompiente del islote, tontorrona y bigotuda, los redondos ojillos…
Hasta hace poco teníamos una visión idílica de Islandia, con un paisaje casi extraterrestre de volcanes, géiseres y lagos de aguas termales, que ocupaba el primer lugar en los rankings de calidad de vida o libertad de prensa, y aparecía esporádicamente en los medios ya fuera por su nivel educativo o por comprar el equipo de fútbol inglés West Ham United. En cambio ahora está de actualidad por la bancarrota de su sistema financiero, y de repente ya no es el mejor lugar del mundo para vivir, sus 320.000 habitantes han dejado de ser los más felices del planeta y su desesperada situación es seguida con curiosidad por muchos lectores.
Invierno islandés
"Lo mejor en la vida no se puede comprar". En plena debacle financiera, la televisión islandesa emite anuncios con este lema. Un famoso (una actriz, un cantante, un deportista, un pastor, una miss Mundo…) explica frente a la cámara lo que le hace feliz. Estar con la familia, respirar hondo en medio de la naturaleza, jugar con los hijos como si se fuera un niño o reír hasta que duele la tripa. "Queremos recordar a la gente que, aunque parezca que todo se esté yendo al infierno, aunque perdamos la casa, el coche, las vacaciones en el extranjero o el trabajo, la vida es mucho más que las cosas materiales con las que nos hemos rodeado en los últimos años", dice Sigridur Oddsdottir, directora de Skjarinn, la cadena que emite el anuncio. Hasta hace poco, los islandeses no necesitaban que nadie les diera el secreto de la felicidad. Coronado por la ONU como el mejor país para vivir, con la sexta renta per cápita mundial y un desempleo del 1%, donde se leían más libros, Islandia era el país "más feliz del planeta". En apenas quince años, había pasado de ser uno de los estados más pobres de Europa a encarnar el milagro capitalista gracias a la desregulación total del sistema financiero. De comer bacalao hervido a beber champán francés y conducir Cayennes y BMW. Al mundo entero se le caía la baba, y a los islandeses más que a nadie. …
La energía de los volcanes
Salpicada de géiseres y atravesada por una cordillera de volcanes, más o menos activos, Islandia es un modelo de aprovechamiento de energía geotérmica. Con una temperatura exterior de 5 º C de media, el calor del subsuelo es una energía limpia, que satisface la mitad de las necesidades eléctricas del país y, en concreto, provee de calefacción a la mayoría de los edificios. Junto a las ventajas topográficas, el Gobierno de Geir Haarde apuesta de forma decidida por las energías renovables. Es, además, uno de los países con la tecnología de hidrógeno más desarrollada…
Sobreviviendo
Kari Stefansson fue premiado por la industria farmacéutica europea como excelente científico la semana pasada (29/6/08). El doctor Stefansson fue uno de los fundadores y es el presidente de deCode Genetics, quizás una de las empresas de genética más prestigiosas del mundo y la más grande de su pequeño país, Islandia. Islandia ha sabido utilizar un activo curioso, la homogeneidad genética de su población, para convertirse en una isla-laboratorio. Gracias a tanta investigación genética tiene un vuelo diario de Reikiavik a Boston, primer polo mundial de la investigación médica. Cenando en París, el doctor Stefansson nos explicó una historia entrañable. Cuando él era niño a su padre le detectaron un cáncer en el fémur y le tuvieron que amputar una pierna. Pero eso no le desanimó y siguió trabajando hiperactivo publicando libros. El doctor Stefansson nos contó que de joven él no tenía más que una ilusión: ser científico. No le interesaba el rock, ni los deportes, ni el cine. Sólo ser un científico. Se fue a América, estudió, fue científico y profesor allí y finalmente regresó a su querida Islandia donde fundó deCode Genetics para seguir investigando…
… a la bancarrota
La burbuja de hielo se funde
La isla ártica habitada por 300.000 personas afronta una crisis financiera y monetaria tras tres años de excesos. Todo empezó el 21 de febrero (2006) cuando Fitch, la agencia de evaluación de los riesgos crediticios y de valoración de la solvencia financiera de los acreedores, decidió rebajar desde estable a negativa su valoración respecto a la deuda pública de Islandia, debido a un "insostenible" déficit exterior por cuenta corriente (saldo de sus relaciones comerciales y financieras con el exterior), equivalente a un 16,5% de la economía de esta isla septentrional casi siempre helada en la que conviven 300.000 lugareños con una notable calidad de vida: son los segundos del mundo en el índice de desarrollo humano, por detrás de Noruega y por delante de Estados Unidos (10 º ) y España (21 º ). Inmediatamente, inversores y especuladores rechazaron suscribir más títulos de deuda, con lo cual el Banco Central, con sede en Reykjavik, capital histórica de negociaciones improbables durante la guerra fría, se vio obligado a elevar tres cuartos de punto su tipo de interés, hasta el 11,5%…
¿Qué pasa cuando un país se declara en bancarrota?
El interrogante, aunque parezca sacado de una novela de ficción, puede tener pronto una respuesta concreta a causa de la crisis financiera que azota al planeta.
Por primera vez en la historia de la sociedad moderna, la crisis puede provocar la bancarrota de Islandia, una nación pequeña, pero moderna y próspera.
La apacible isla enclavada en el Mar del Norte y cercana al Circulo Ártico vivió hasta el lunes pasado una aparente tranquilidad que fue perturbada por un dramático mensaje a la nación dirigido por el primer ministro Geir Haarde, quien anunció que la crisis podía llevar al Estado islandés a la quiebra.
"Queridos compatriotas existe el peligro de que toda la economía real sea arrastrada a las profundidades de la crisis bancaria global cuyo resultado podría ser la bancarrota del Estado", dijo el político durante un mensaje difundido por la televisión.
No fue todo, Haarde anunció que el Ejecutivo había aprobado una Ley de Emergencia que fue aprobada sin discusión por el Parlamento en la noche del lunes (6/10/08), mediante la cual el Gobierno aprobó una medida que consternó a la nación.
En menos de tres días, el político nacionalizó los tres principales bancos del país, a los que hizo responsable de la catástrofe que viven estos días los 320 mil habitantes de la isla.
El origen de la tragedia de Islandia, y esto ahora lo saben todos los habitantes de la isla, hay que buscarlo en la agresividad de los tres bancos más importantes del país, que captaron clientes, por ejemplo en el Reino Unido y Alemania, con altos intereses para depósitos a corto plazo.
Después de vivir durante décadas bajo la sombra real de la austeridad con una dependencia casi absoluta de las exportaciones de la pesca. Islandia comenzó a vivir un cambio extraordinario a causa de una extensa política de privatizaciones, que incluyó al sector bancario.
Gracias a una coyuntura favorable y a préstamos obtenidos en el extranjero, los bancos islandeses pusieron en práctica una agresiva política expansiva e hicieron creer al país que la pequeña isla se había convertido en una potencia capitalista del primer mundo.
Los inmigrantes dicen adiós
El panorama es tan poco alentador en Islandia que muchos de sus 30.000 inmigrantes se plantean abandonar el país, si es que no lo han hecho ya. Polacos en su mayoría (40%), seguidos de lituanos, tailandeses y filipinos, muchos trabajan en la construcción, uno de los sectores más afectados por la crisis. Otro factor es la depreciación de la corona islandesa, sobre todo para los que mandan remesas a sus países de origen. "Les recomendamos que se vayan. Están perdiendo sus trabajos y no hay perspectivas de recuperarlos", señala Kart Sigurdsson, jefe de departamento de una oficina del Eures (servicio europeo de empleo). Einar Skulasson, director del Centro Intercultural de Reikiavik, que ofrece gratuitamente asesoría legal y clases de islandés a los inmigrantes, alerta del nacionalismo creciente en tiempos de crisis: "Me preocupa el vocabulario del Gobierno, que sólo habla de ayudar a los islandeses y no a los que viven en Islandia"…
Islandia: el recuerdo
(qué sé yo si era así… pero yo me la acuerdo así)
– Un duelo histórico – Partida de ajedrez entre Fischer y Spassky, en Reikiavik (1972)
Sus reticencias a enfrentarse a un soviético y sus temores a las maniobras del KGB eran tales que Henry Kissinger, entonces secretario de Estado norteamericano, intervino para convencer a Fischer de que se enfrentará a Spassky. Un empresario británico, James Slater, donó además un premio de 125.000 dólares para acabar con sus dudas. Fischer ya había sabido atraer patrocinadores, convertido en el gran talento occidental, el único que podía derrumbar la maquinaria soviética, donde todo el Estado obligaba a sus maestros a poner sus conocimientos al servicio del elegido por las autoridades, como más tarde denunciaría el disidente Víctor Korchnoi con respecto a Anatoli Karpov. El norteamericano, dueño de un juego total sobre el tablero, agresivo e innovador, era, de hecho, el primer profesional del ajedrez en el sentido estricto.
El duelo se disputó en Laugardalur, un centro deportivo de Reikiavik donde todavía se conserva la mesa de juego original. Fischer puso algunas extravagantes condiciones y venció a Spassky en 21 partidas, lo que al soviético le costó la postergación del Kremlin, mientras su rival era agasajado por Richard Nixon. Fue interpretada como una victoria política, una hazaña que traspasaría la frontera del deporte por su simbolismo, comparable a las medallas de Jesse Owens en los Juegos de Berlín'36, al triunfo de la Alemania de la posguerra en el Mundial de fútbol de 1954 o a los combates de Cassius Clay, primero, y Muhammad Ali, después, sobre Sonny Liston y George Foreman, respectivamente.
– Las superpotencias dialogan – Reagan asegura que no se firmarán acuerdos en Reikiavik (El País – 1/10/86)
El presidente norteamericano y el líder soviético se entrevistarán en la capital islandesa el 11 y 12 de octubre
(Por Francisco G. Basterra – Washington)
El presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha aceptado una propuesta sorpresa del líder soviético, Mijail Gorbachov, para que ambos se reúnan los próximos 11 y 12 de octubre en Reikiavik, la capital de Islandia, país perteneciente a la OTAN, y preparen la celebración de una cumbre en Estados Unidos, antes de fin de año, en la que las dos superpotencias podrían firmar un acuerdo provisional para reducir sustancialmente el número de misiles de alcance intermedio (INF) desplegados en Europa (euromisiles). "Desde hace años no ha habido mejor oportunidad que la actual para alcanzar algún tipo de acuerdo", explicó el presidente Reagan, que advirtió, sin embargo, que la reunión de Islandia no será una oportunidad "para firmar nada".
El caso del periodista Nicholas Daniloff, liberado el lunes en Moscú y que ayer llegó a Estados Unidos, ha tenido una conclusión inesperada. Apagados los fuegos artificiales intercambiados por Washington y Moscú, los dos países aparecen más cerca que nunca de alcanzar acuerdos sobre control de armamentos. Al llegar a Washington, Daniloff manifestó su "inmensa gratitud" a Reagan por haberle defendido. El presidente norteamericano, convencido de que la mayoría de la opinión pública quiere que se celebre la cumbre y deseoso de pasar a la historia como un presidente de paz, no ha dudado en ver a Gorbachov fuera del país en plena campaña electoral, el 4 de noviembre se renueva el Congreso, algo que había reiterado que no haría en ningún caso. Un Reagan sonriente anunció ayer en Washington que aceptaba la propuesta de Gorbachov -sigue siendo la Unión Soviética quien lleva la iniciativa en la batalla diplomática entre el Este y el Oeste-, y precisó que la reunión de Reikiavik no es la "genuina cumbre", sino, una reunión preparatoria. Islandia es "un lugar neutral", dijo…
– Bobby Fischer es enterrado en Islandia (La Vanguardia – 22/1/08)
Copenhague.- El estadounidense Bobby Fischer, figura legendaria del ajedrez mundial, ha sido enterrado en una ceremonia privada en la iglesia de Laugardalur, a las afueras de la localidad islandesa de Selfoss, en el sur del país, informó hoy la radio nacional de Islandia (RUV).
A la ceremonia, que se celebró ayer, sólo asistieron unos pocos amigos del ex campeón mundial y su pareja, la ajedrecista japonesa Miyoko Watai.
Fischer murió el pasado jueves a los 64 años de una enfermedad no especificada en su casa de Reikiavik, donde vivía desde marzo de 2005, refugiado de la justicia de su país.
¿Un país en "vías" de subdesarrollo?
(El primer país del mundo gestionado como un fondo de alto riesgo)
Los islandeses han construido su paraíso económico a crédito. Y el crédito se ha terminado.
Un caso paradigmático de contagio económico (Acontecimientos / interpretaciones)
– FMI – Finanzas & Desarrollo – Marzo de 2007
(Por Leslie Lipschitz)
Islandia sobrevive al nerviosismo del mercado
A partir de 2003, la abundancia de energía barata impulsó grandes proyectos de inversión en Islandia que agudizaron el déficit en cuenta corriente, acapararon la mano de obra local y estimularon una demanda global vigorosa, aunque se esperaba que aceleraran el crecimiento y causaran cierta apreciación de la moneda. A medida que la política monetaria se fue endureciendo frente a la fuerza de la demanda, las tasas de interés subieron y la corona islandesa se apreció considerablemente ponderada según el comercio exterior.
Los bancos islandeses aprovecharon el diferencial de las tasas de interés captando préstamos en euros y otorgando crédito en coronas, cuidándose de cubrir su exposición. La combinación de una moneda en alza, tasas de interés elevadas y crédito de buena calidad -los bonos soberanos llevaban la calificación AAA- atrajo también carteras de inversión extranjeras, que financiaban sus posiciones largas de deudas en coronas con crédito tomado en monedas menos redituables. (Esto se vio exacerbado por la innovación financiera, como la emisión offshore de eurobonos denominados en coronas por parte de instituciones extranjeras que canjeaban sus pasivos en coronas por los pasivos en euros de los bancos islandeses). Los diferenciales de rendimiento después del ajuste del tipo de cambio rondaron el 9¼% en 2003, el 7½% en 2004 y el 18% en 2005.
Nadando en dinero y en busca de nuevas modalidades de crédito, los bancos comerciales comenzaron a mediados de 2004 a competir directamente con el Estado en la oferta de primeras hipotecas para la vivienda. Como proponían condiciones más favorables, el crédito a los hogares aumentó el 98% en 2004, alimentando el rápido encarecimiento de la vivienda y la consiguiente extracción de capital a través del refinanciamiento. Eso, a su vez, aceleró el consumo interno, agravando el déficit en cuenta corriente.
Los cambios financieros en Islandia fueron enormes. La deuda externa se disparó. El endeudamiento del sector privado se triplicó entre 2003 y 2006, con aumentos vertiginosos en la deuda de los hogares y de las empresas. Los precios de las propiedades y de las acciones subieron con rapidez; entre mediados de 2003 y fines de 2005, las valoraciones bursátiles prácticamente se cuadruplicaron. Todo esto terminó sembrando mucho nerviosismo en los mercados y generando presiones sobre la moneda y las valoraciones bursátiles en la primavera y el verano de 2006.
– Credit crisis triggers downturn in Iceland (International Herald Tribune – 17/4/08)
(By Mark Landler)
Reykjavik, Iceland: Life on this rugged, windswept island has always veered between famine and feast, reliant on the fish that swim in its icy waters and the luck of its fishermen in catching them.
But little could have prepared Iceland for the reversal of fortune it has suffered in the past few months. The country's long economic boom has ended in a painful bust, with a collapsing currency, roaring inflation, double-digit interest rates, and predictions of its first recession since 1992.
The trouble began shortly after the New Year when investors started questioning whether Iceland's banks were at risk of defaulting because of their huge foreign loans. As traders speculated against Iceland's currency, the krona, those doubts mushroomed into a crisis of confidence.
Now the banks, which symbolize Iceland's metamorphosis from a poor fishing society into the North Star of the global economy, are fending off rumors that they may need to be bailed out.
Few here dispute that Iceland is in deep trouble, perhaps the starkest national casualty yet of the worldwide credit crisis. In offices, stores, bars, and car dealerships, there is a sense among Iceland's hardy folk that they may have to pay dearly for their country's profligate ways.
"As a citizen, you have to wonder what's going to happen to this country", said Eggert Benedikt Gudmundsson, chief executive of the largest fishing company in the country, HB Grandi. "We always tend to go to extremes", he added, as the wind rattled the windows of his seafront office.
The roots of Iceland's crisis long predate the credit crunch. For most of the past decade, this tiny country has run on a high-octane mix of foreign investment, borrowed money and breakneck consumption, turning its 307.000 people into one of the world's wealthiest societies.
With rising inflation and mounting foreign debt, Iceland was ripe for a correction. The credit crisis was the trigger.
What makes this setback harder for people to stomach is that while Iceland's banks borrowed heavily overseas in recent years, they bought virtually none of the American mortgage-backed investments that have contaminated the books of U.S. and European banks.
The problems of Iceland's banks are due mainly to the paralysis in the credit markets that followed the subprime crisis. Yet rather than being rewarded for their foresight, the banks are being portrayed by analysts as the string that could unravel the country's economic miracle.
Beyond the banks, people here object to what they say is a caricature of Iceland being propagated abroad – that of a feckless country that used its strong currency and high interest rates to borrow heavily and lure foreign capital, setting itself up as a kind of Viking hedge fund in the North Atlantic.
"If you took what the ratings agencies say about Iceland at face value", said Finnur Oddsson, the managing director of the Iceland Chamber of Commerce, "you would look out these windows, and expect to see flames shooting out the top of every office building".
For now, Reykjavik looks very much a boomtown, with construction cranes swooping above the skyline, private jets landing at the airport, and Range Rovers purring on the cobbled streets.
Iceland, Oddsson said, still has robust fishing companies that export cod and haddock to Britain and Germany. Investors like Alcoa have built giant aluminum smelting plants, which take advantage of a bountiful supply of inexpensive, clean hydro energy.
"Much of the dialogue about Iceland is based on a misunderstanding about our economy", he said.
Like people in other countries that have been whipsawed by global markets, many in Iceland think their woes are being exploited by foreigners. Hedge funds, they say, are spreading malicious rumors about Iceland's banks in the hopes of profiting from a financial collapse.
In an oft-told, but unconfirmed, story, a group of hedge fund managers gathered at a chic bar in Reykjavik for drinks one evening last January and hatched a plan to go after the banking system.
Such conspiracies are hard to prove. Iceland's Financial Supervisory Authority is investigating trading patterns to see if there was a concerted strategy to sow doubts about the banks. The governor of the central bank, David Oddsson, blamed the recent currency swoon on "unscrupulous dealers".
Iceland has some allies abroad. Richard Portes, a well-regarded economist at the London Business School who published an upbeat report about the country's financial system, said he got a phone call a few weeks ago from the senior partner of a hedge fund, quizzing him about why he was not more negative. He declined to identify the person or the hedge fund.
"I asked him, 'are you shorting Iceland?" Portes said, referring to a trade in which the investor bets that the value of a stock or currency is going to decline. The next day, he reported the conversation to the Icelandic authorities. "I was listened to, and I think, with interest", he said.
Portes does not dispute that Iceland's economy was overheated and due for a correction. A huge investment boom and the privatization of the banks eight years ago left the country with a yawning current-account deficit – $ 2.7 billion, or 16 percent of its total economic output in 2007.
By comparison, the much-criticized current-account deficit of the United States is 5.3 percent of total output.
Iceland's banks have grown out of all proportion to its little economy. The total assets of the banks are nearly 10 times the size of the country's gross domestic product. The three largest banks -Glitnir, Kaupthing, and Landsbanki- have expanded into Scandinavia and Britain, have bought European banks, and have even opened branches in China and Canada.
"It's a huge motor attached to a tiny buggy", Fridrik Mar Baldursson, a professor of business at Reykjavik University, said.
Jitters about the banks triggered a milder crisis in early 2006, after Fitch Ratings changed its outlook for Iceland's sovereign debt to negative from stable. The krona plummeted then, too, but recovered after the banks took steps to reduce their risk and improve credibility with investors.
The difference this time, analysts said, is that the markets are in a less forgiving mood. On April 1, Fitch again placed Iceland's banks and sovereign debt on a negative credit outlook.
"Investors are worried because the banks have no real access to the markets", said Paul Rawkins, a senior director and Iceland expert at Fitch. "Their next stop will be the government, which would have to bail them out. But the government doesn't have the checkbook to pay for it".
Iceland's government has pledged to support the banks, though it has refused to say how. The central bank has reserves of only $ 2.5 billion, which worries Rawkins, who likened the situation to that of South Korea in the months leading up to the Asian financial crisis.
For bankers here, such talk is an affront.
"Iceland has never defaulted" said Bjorn Gudmundsson, the head of research at Landsbanki, noting that his bank shunned subprime investments because it deemed them too risky. "It is an absurd discussion because it is almost unthinkable to us that we would default".
Government officials, however, have entertained that possibility, with talk of borrowing funds to double the central bank's foreign exchange reserves. But they are putting their faith in the markets, which they say will regain their footing before the banks reach a danger zone.
"In 2006, Iceland was viewed as the canary in the coal-mine", said Thorsteinn Thorgeirsson, a director general in the Finance Ministry. "Now we're suffering, but a lot of other countries are suffering, too".
In fact, Iceland may suffer more than most. The government projected that the economy would shrink 0.7 percent in 2009, after growing 3.8 percent last year. The central bank is even more pessimistic, projecting a 2.5 percent contraction in 2009 and 1.5 percent in 2010.
The gloom is starting to fall on stores, where the depreciating krona is making imported goods more expensive. At Hagkaup, a supermarket chain, a carton of Ben & Jerry's ice cream already costs $ 10.
At the local Porsche dealer, there were no customers checking out the Cayenne sport utility vehicles. Jon Eyjolfsson, the managing director, figures his sales of Porsches will drop 40 percent this year. "People were buying these cars because the krona was so strong", he said. His only comfort, Eyjolfsson said gamely, is that he also owns the Chevrolet dealership for Iceland.
– Market Scan – A Bank Falls Through Iceland's Cracks (Forbes – 10/7/08)
(By Lionel Laurent)
The small island takes control of Landsbanki to offset a potential catastrophe.
Iceland's international banking dreams looked set to end in tatters Tuesday, as reports emerged that Landsbanki had collapsed into receivership and that the government had stepped in to dismiss the board and protect the bank's domestic operations.
A Landsbanki representative refused to confirm the reports, saying only that a statement would be issued later in the day, but multiple sources in Iceland told Forbes.com that the national financial services authority was now in control of Landsbanki. One banking source said that this was a last-ditch attempt to save Landsbanki's domestic operations, after the Icelandic government decided to follow the example of several European governments by guaranteeing domestic deposits.
The news torpedoed European shares, which had enjoyed a rally during early trading. By 11 a.m. central European time on Tuesday, the banking sector was down 3.3% across Europe. Icelandic financial stocks have been suspended from trading since Monday.
The reported collapse into receivership of Landsbanki left its rival Kaupthing (other-otc: KPBIF – news – people) alone in the firing line, as Iceland's only major independent financial firm left standing. But Kaupthing sought to reassure the market on Tuesday by saying that there was "no indication" of government intervention, and that the Icelandic central bank had in fact given the bank a loan of 500 million euros ($ 676.8 million) to facilitate operations.
The sheer size of Iceland's financial sector, which is about nine times the country's gross domestic product, means that the problems have spread far beyond the industry. (See "Cold Wind Blows Across Iceland's Banks.") Confidence in the Icelandic krona has plunged: the Icelandic central bank said on Tuesday it had received a loan of 4 billion euros ($ 5.4 billion) from Russia to help shore up the falling currency, while earlier this year it also received similar loans from Norway, Sweden and Denmark.
Now comes the tough part: working out how other banks will be affected by Iceland's crisis-racked financial sector. The Stockholm-listed shares of Nordea (other-otc: NRDAF – news – people) bank fell 3.5%, to 77.10 Swedish kronor ($ 10.76), after the bank said its net exposure to Icelandic financial institutions totaled around 15 million euros ($ 20.3 million). Swedbank (other-otc: SWDBY – news – people), said in a press release Tuesday that its 564 million-kronor ($ 78.7 million) exposure to the Danish subsidiary of an unnamed Icelandic bank would be included in a Danish financial stability agreement to be decided on Thursday.
– Market Scan – Iceland Teeters On Bankruptcy (Forbes – 10/8/08)
(By Parmy Olson)
Investors won't touch its currency; Fitch and Moody's have lowered their sovereign ratings.
Iceland is getting closer to becoming the first nation to go bankrupt as a result of the subprime mortgage crisis and resulting squeeze on lending. Late Wednesday afternoon in Europe, Fitch Ratings said it had cut Iceland's long-term sovereign currency issuer default ratings to "BBB-", from "A", putting them firmly in "junk" territory. Moody's also cut Iceland's sovereign rating to "A1", from "Aa1", and said its ratings were on review, according to TradeTheNews.com.
Meanwhile, Iceland's central bank has abandoned an attempt to peg its currency at 131 kronor to the euro after just two days. The central bank had tried selling the currency at that level on the interbank market for foreign currency, which is how its exchange rate is normally determined, but gave up when no one would buy it. But on Wednesday, the central bank said on its Web site that it had become "clear that there is insufficient support for this exchange rate; therefore, the bank will not make any further such efforts for the time being".
The kronor dropped by about a quarter against the dollar and the euro on Wednesday, and by evening in Reykjavik, the euro bought 172.16 kronor, up from 135.83 kronor on Tuesday, and the dollar bought 126.5 kronor, up from 100.13 kronor on Tuesday.
Most currency investors are shying away from any exposure to Iceland, a country which has been hard hit by the lending crisis partly because it is so heavily exposed to the banking sector, which dwarfs the rest of the economy. The U.K. government has even threatened to sue the country over lost deposits held by tens of thousands of Brits with Icelandic bank accounts.
Iceland's now cash-strapped government had tried turning to several other countries for loans, but said it did not get a favorable response until it turned to Russia, which it said was giving it a multibillion-dollar loan (although even that loan has been disputed.)
The country's Prime Minister, Geir H. Haarde, said Wednesday that he was optimistic that Iceland would be able to secure the loan from the Russian government, but his citizens would have to face a reduction in living standards. The government of Iceland has been scrambling to put together a series of rescue packages for its banks and economy and has put two big banks, Landsbanki and Glitnir, into receivership.
– Financial crisis: Iceland's dreams go up in smoke (Telegraph – 7/10/08)
What a difference a year makes. Only last November, Iceland's status as one of the most successful economies in the West was underlined when it was judged the best place to live in the world.
(By Andrew Pierce)
Iceland had ousted Norway from the head of the UN's league table of 177 countries that compared per-capita income, education, health care and life expectancy – which, at 80.55 years for males, was third highest in the world.
This was only one in a string of glowing assessments of a country (population 313,000) which had pulled off a modern-day economic miracle. No wonder they are also said to be the happiest people on the planet. The inhabitants of this newly discovered Utopia, with its much-admired free health and education systems, bought the most books, owned most mobile telephones per head, and included the highest proportion of working women in the world.
Iceland had also presided over the fastest expansion of a banking system anywhere in the world. Little did anyone know that the expansion once so admired would go on to saddle the country with liabilities in excess of $100 billion – liabilities that now dwarf its gross domestic product of $ 14 billion.
Iceland overreached itself in spectacular fashion, and the party is coming to a messy end.
Yesterday, trading in the shares of six major financial institutions was suspended as the government sought to avert meltdown.
Sigurdur Einarsson, Chairman, Kaupthing Bank, warned against people being too alarmist.
"Over the years we have built a strong and well-diversified bank. We have some of the strongest capital ratios in the European bank sector. We've got good asset quality and a highly diversified loan portfolio.
Kaupthing has and continues to manage its business prudently and, with our strong fundamentals, we are naturally concerned when we hear malicious rumors and sensationalism about Kaupthing being reflected irresponsibly. We ask people to look at the facts, not rumor and innuendo".
Meanwhile, Icelandic interest rates have been catapulted to 15.5 per cent, peaks not seen in Britain since Black Wednesday, in an attempt to rein in inflation. The krona's freefall on the international currency markets is surpassed only by the catastrophic failure of Zimbabwean currency.
One of the country's three banks, Glitnir, has been nationalized; another wants money from its customers. Foreign currency is running out as international banks refuse pleas to lend money.
No longer smiling, office workers hurry home wondering out loud if they will have jobs to go to by the end of the week. Car showrooms are deserted. Estate agents are closing early. There are few takers for the thousands of unsold houses on their books. An unexpected cold spell is keeping many people inside their homes, another reason why the shops, many of which have discount sales, are quiet.
The speed with which Iceland rose and then fell to earth has bewildered not just the islanders but also Geir Haarde, the Prime Minister who has spent the past four days locked away with his advisers in Reykjavik. He emerged on Monday to announce new powers for the country's financial regulator:
"We were faced with the real possibility that the national economy would be sucked into the global banking swell and end in national bankruptcy. The legislation is necessary to avoid that fate".
The dramatic change in Iceland, from the poor relation of Europe to one of its wealthiest and apparently most successful, and now back again, dates from the mid-1990s with the privatization of the banks and the founding of the country's Stock Exchange.
The free market reforms unleashed a new generation of thrusting, young businessmen, many of whom picked up their banking trade in the United States. They were determined that their country would no longer have to rely on fishing for its principal source of wealth; they loathed the international perception of Iceland as a parochial nation of farmers and fishermen who could not hold their own on the world business stage.
They had learnt at school all about the last Cod War with Britain, in 1976, when Iceland unilaterally extended its territorial waters, desperate to increase the financial yield from its trawler fleet. So, in keeping with the traditions of their Viking ancestors, the new army of corporate raiders went overseas to seek their fortune.
Kaupthing, one of the three banks at centre of the debt crisis, is not even in the top 100 of the world's biggest banks. But its influence on the British economy is out of all proportion to its 124th ranking. In five years it has underwritten more than £3 billion in debt to help finance British deals.
This is why the bankruptcy is not only adding to the turmoil on London Stock Exchange – which at one point yesterday lost eight per cent of its value – but also sending ripples through the British High Street. Baugur, the Icelandic investment house, has amassed large stakes in retailers including Hamleys, House of Fraser, Oasis, Debenhams and Iceland the frozen food store. Question marks hang over their future.
Kaupthing lent the money to Baugur to finance its investment in Arcadia back in 2001, which it then sold on to the British billionaire Philip Green. It also snapped up the UK merchant bank Singer & Friedlander for £ 547 million in 2005 – a company which has helped bankroll some of Britain's best known entrepreneurs, such as Gordon Ramsay. It also advised the sportswear tycoon Mike Ashley on his troubled £ 134 million purchase of Newcastle United football club. Kaupthing was also a big investor in the London property market, which has become another millstone round the bank's neck.
The Icelandic bankers were able to raise billions for their expansion from the booming new Stock Market in Reykjavik and because of Iceland's extraordinary well-funded pension system.
For decades one of the poorest countries in Europe, Iceland could finally celebrate as the average family's wealth grew by 45 per cent in five years. GDP accelerated at between four to six per cent a year and the wealth was invested in property that, in turn, fuelled an unsustainable boom in house prices. In the good times, credit companies sprang up offering 100 per cent loans, many in foreign currency such as Japanese yen or Swiss francs. But with the krona in freefall, some loans have doubled in size and thousands are defaulting.
Some did counsel caution. In 2004, Bjorn Gudmundsson, an economist with Landsbanki, said: "We think the economy will cool rapidly in 2007. Much of the investment in infrastructure will come to an end then". But the dealmakers thought the good times would last forever. In the same year that Gudmundsson sounded his warning, Icelandic investors spent £895 million on shares in British companies alone.
It was almost inevitable that when the international credit crisis unleashed the worst financial tsunami the world had seen since 1929, there was little that Iceland, which disbanded its armed forces 700 years ago, could do to repel the shock waves. Iceland has guaranteed all its savers deposits, but could not extend this guarantee to the hundreds of thousands of British savers who have invested money in their internet savings banks.
The mood of crisis was heightened further when the Government suspended all public service broadcasting, a measure usually reserved for volcano warnings. The chairman of the opposition left-green party, Steingrimur Sigfusson, has called for a coalition government to lead Iceland through its financial emergency.
The trade unions, meanwhile, are pressing for Iceland to begin talks about becoming part of the European Union, which the government has been reluctant to join for years. The pension funds have now also agreed to help the Government by selling assets.
It took a while, though, for the penny to drop. As recently as this spring, when questions were being asked about the economy, the country was in denial.
Dagur Eggertsson, a former mayor of Reykjavik, said: "Someone called it 'bumblebee economics' because it is hard to figure out how it flies, but it does, and very nicely, too". The bumblebee, though, like the billionaires who thought they could buy up the British high street, is no longer flying high.
– Crisis. ¿Qué ocurrió en Islandia? (Jack Smart – rebelion.org – 5/11/08)
"La economía islandesa es próspera y flexible" (FMI, 4/7/2008).
"Existe un peligro muy real… que la economía islandesa, en el peor de los casos, pueda ser absorbida con los bancos en un remolino y que el resultado pudiese ser la bancarrota nacional". (Discurso a la nación del primer ministro de Islandia Gier Haarde, 6/10/2008).
¿Qué ocurrió en Islandia en ese período de tres meses que pueda explicar este cambio? Por supuesto en otras ocasiones hemos señalado la arrogancia y estupidez de la burguesía y sus representantes en instituciones como el FMI, que claramente cometieron un error en su valoración de la economía islandesa. Pero Islandia ha sido uno de los países más afectados por la actual crisis mundial del sistema capitalista.
Para explicar la crisis particular de los bancos de Islandia lo mejor que podemos hacer es remitirnos a un artículo publicado por The Financial Times el 1 de julio de 2008 escrito por Robert Wade, profesor de la London School of Economics. El profesor Wade explica que antes del año 2000 la mayoría de los bancos islandeses eran de propiedad pública y aplicaban una política conservadora en cuestiones como los préstamos y el crédito. Los tipos de interés reales, es decir, los tipos de interés teniendo en cuenta la alta tasa de inflación de Islandia, eran bajos e incluso negativos. No se daba fácilmente crédito y era bastante difícil conseguir préstamos individuales. Debido a la presión de la clase capitalista, envidiosa de los masivos beneficios que conseguían los bancos en otras partes, en el año 2000 el sistema bancario islandés se desreguló y privatizó.
Citaremos al profesor Wade: "Los bancos fueron privatizados en el año 2000 mediante un precio rápido y dirigido políticamente. La propiedad pasó a personas que tenían estrechas relaciones con los partidos de la coalición conservadora gobernante que apenas tenía experiencia en la banca moderna". Los reguladores bancarios "prefirieron una reglamentación reguladora lo más liberal posible". (Robert Wade, The Financial Times, 1/7/2008). Por supuesto lo que quiere decir el buen profesor es que la elite islandesa vio la oportunidad de hacer negocios con el sistema bancario y por lo tanto arregló todo para que así fuese. La democracia parlamentaria simplemente fue un medio para conseguir este objetivo. Estas acciones, por supuesto, fueron aplaudidas por la clase capitalista mundial y alabada por instituciones como el FMI.
Los bancos, de trabajar principalmente como bancos comerciales internos, extendieron sus operaciones a la banca de inversión. La desregulación permitió a los bancos, empresas e individuos pedir prestadas grandes sumas de dinero y este capital ficticio provocó un boom masivo. La mayor parte de este dinero procedía de fuera de Islandia en lo que se conocía como "bicicleta financiera" (operaciones en las que se toma dinero prestado en una moneda a tasas bajas para colocarlo en otra moneda a tasas más altas. N. del T). Era una forma que tenían los especuladores capitalistas de pedir dinero prestado fuera de Islandia, es decir, a la Eurozona, a tipos de interés bajos, a cambio de coronas islandesas y después prestar a los bancos, empresas e individuos islandeses a tipos de interés más altos.
Mientras los tipos de interés en zonas como la Eurozona estaban bajos y el crédito en estos lugares era fácilmente accesible, la fiesta continuó. Los bancos y las empresas se endeudaron para financiar inversiones tanto en Islandia como en el extranjero. Se dedicaron a comprar valores en Europa incluidas muchas empresas hipotecarias británicas. El Banco Central de Islandia levantó los requerimientos necesarios de reservas e intentó frenar el aumento de la inflación causado por el boom financiero incrementando los tipos de interés hasta un 15 por ciento. Esto provocó una afluencia de capital extranjero, un aumento de la bicicleta financiera y más boom. Se proclamó el milagro de la economía islandesa, incluso algunos ideólogos burgueses llegaron a anunciar que era "el primer país del mundo gestionado como un fondo de alto riesgo", eso hacía que Islandia fuese el modelo para el futuro.
Por supuesto, la fiesta no podía durar eternamente. Durante el último año, en la medida que la crisis económica se ha intensificado, los bancos empezaron a ser reticentes a prestar dinero y han estado pidiendo la devolución de sus préstamos. La bicicleta financiera en Islandia terminó y los préstamos a los bancos islandeses debían ser devueltos. El problema es que ahora los bancos islandeses tienen un alto nivel de apalancamiento, es decir, deuda con relación a los activos reales. The Financial Times informaba el 8 de octubre que según el Banco Central de Islandia, el dinero adeudado por los bancos del país al extranjero en el segundo trimestre de 2008 era seis veces el PIB de Islandia. A los ojos de los capitalistas Islandia se ha convertido en un "sistema bancario razonablemente grande con un pequeño país acoplado" (The Financial Times. 8/10/2008), pero el sistema bancario también estaba en crisis. El gobierno islandés aprobó medidas de pánico y ordenó a los bancos vender sus activos en el extranjero y repatriar el dinero. El 5 de octubre el gobierno anunció que no había necesidad de introducir medidas especiales. En medio de la crisis financiera mundial el parlamento aprobó una ley, con el apoyo de la oposición, que permitía al gobierno hacerse cargo de los bancos. Ese mismo día el primer ministro se dirigió a la nación y anunció "la perspectiva es desalentadora para muchos".
Se suspendió la bolsa y como los bancos no tenían suficiente dinero para cubrir sus deudas, uno por uno fueron nacionalizados. Landsbanki fue nacionalizado el 7 de octubre, lo que empujó al gobierno británico a congelar unos 4.000 millones de libras en valores de Landsbanki recurriendo a la ley antiterrorista. La justificación legal fue combatir una "acción que iba en detrimento de la economía británica", el gobierno británico dijo que había utilizado sus poderes para proteger a los pequeños depositarios británicos porque no estaba claro que Landskanki pudiese cubrir sus obligaciones. Como explicaba The Financial Times: "Para aquellos con dinero atado a su sistema bancario (el de Islandia)… las pérdidas amenazan con ser grandes" (8/10/2008). No contento con etiquetar las acciones de un banco como acciones terroristas, al día siguiente el gobierno británico se hizo cargo de la administración de la filial británica del banco islandés, Kauphting, provocando que la empresa con base en Islandia entrase en bancarrota técnica. El gobierno islandés se vio obligado a nacionalizar también Kaupthing.
Por supuesto esta es la manera en que los capitalistas y sus representantes se tratan entre sí. El gobierno británico no representa a los trabajadores de Gran Bretaña ni el gobierno islandés representa a los trabajadores islandeses. Cuando están amenazados los beneficios de su clase capitalista, el gobierno británico hace lo que sea, sobre todo si es contra un país pequeño y menos poderoso. Así que incautaron los bienes de los bancos islandeses en Gran Bretaña independientemente del efecto que eso tenga para su aliado. A cambio el gobierno islandés tuvo que recurrir a la carta nacionalista e intentó culpar al gobierno británico. En realidad lo que hay detrás es la locura del sistema capitalista.
Los bancos de Islandia no estaban expuestos a las hipotecas basura cuando se desencadenó la crisis del crédito el año pasado. Pero sí estaban metidos en la burbuja especulativa que ha experimentado el capitalismo mundial durante el último período, una burbuja que ahora ha pinchado. El gobierno ha nacionalizado los bancos, el estado no tiene recursos para hacer frete a todas las obligaciones de los bancos y ahora se enfrenta a la bancarrota. En el año 2000 los activos combinados de los bancos islandeses eran inferiores al PIB anual de ese año, ahora se calcula que esos activos, basados en la deuda, son aproximadamente 10 veces el PIB.
Dicen que el gobierno está negociando un préstamo con Rusia y otro con el FMI. Como saben los trabajadores argentinos, el FMI se asegura de que la clase obrera pague las extravagancias de la clase dominante. En cualquier caso, independientemente del endeudamiento adicional que contraiga el gobierno para hacer frente a la crisis a corto plazo, está claro que sobre la base del capitalismo no hay soluciones creíbles para los trabajadores islandeses. En medio de las nacionalizaciones de los bancos en la prensa británica citaban a una mujer que decía: "No tenía dinero antes, no tengo dinero ahora (…) Conozco a un chico que antes del último fin de semana tenía 3.000 millones de coronas y después 600 millones. Pero su esposa aún compra en Prada". (The Guardian. 8/10/2008). Se trata de una comparación de los sacrificios que hace cada clase cuando se trata de la crisis. Desgraciadamente, este sólo es el principio, las condiciones para la clase obrera empeorarán. Pero este contraste entre los privilegiados y los pobres no se tolerará mucho tiempo.
(Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=75380)
– OECD – Economic Outlook Nº 84 (25/11/08) Preliminary Edition
Iceland
After a long period of unbalanced growth, the Icelandic economy has entered a deep recession following the failure of its major banks. The economy is projected to shrink until early 2010 and unemployment to soar over the next two years. Following a large depreciation of the currency, inflation is projected to spike higher, though to fall back sharply once the exchange rate effects have passed through and the effects of substantial economic slack come to bear. The current account deficit should decline markedly.
The authorities are facing very difficult challenges. Apart from remedying the banking crisis, they will need to ensure that inflation does indeed fall quickly. The central bank"s task would be facilitated if wage setters were to look through much of the spike in inflation resulting from the depreciation of the exchange rate. Bank regulation will need to be reformed, including through stricter rules on bank governance, to ensure that a similar crisis does not recur.
– FMI – Finanzas & Desarrollo- Boletín 37 – Número 12 – Diciembre de 2008
Ayuda a Islandia para superar la crisis
La crisis financiera que tiene cercado al mundo cuenta entre sus primeras víctimas con Islandia y sus 300.000 habitantes.
El país respondió con un plan exhaustivo y solicitó asistencia del FMI, que el 24 de octubre anunció un programa por un total de US$ 2.100 millones estructurado a través del mecanismo de financiamiento para emergencias.
El 19 de noviembre, el Directorio Ejecutivo aprobó un préstamo stand-by de dos años, desembolsando de inmediato US$ 827 millones y escalonando el resto en ocho cuotas iguales sujetas a revisiones trimestrales.
Según el programa económico oficial, este préstamo cubrirá alrededor del 42% de la brecha de financiamiento de 2008-10; de la diferencia se ocuparán acreedores bilaterales oficiales.
Poul Thomsen, jefe de la misión a Islandia y Subdirector del Departamento de Europa del FMI, habló de la crisis y de los planes para enfrentar sus repercusiones.
Boletín del FMI: ¿Qué ocurrió en Islandia?
Thomsen: Islandia permitió que el sistema bancario creciera a tal punto que terminó superando considerablemente la capacidad de las autoridades para actuar como prestamista de última instancia en caso de problemas. Hace apenas unos años, el sistema bancario era de tamaño normal; pero, cuando finalizó la privatización en 2003, el valor de sus activos pasó de poco más de 100% del PIB a casi 1.000% del PIB.
Cuando en estos últimos meses empeoraron los problemas de confianza, Islandia fue una de las primeras víctimas porque el mercado se dio cuenta de que el sistema bancario era demasiado grande en relación con el tamaño de la economía. Cuando los inversionistas se batieron en retirada, la moneda se vio rápidamente en dificultades. En el plazo de una semana se desmoronaron tres bancos, la corona islandesa perdió más del 70% de su valor, y la bolsa, más del 80%. Para una economía pequeña que depende totalmente de las importaciones, la crisis fue gigantesca.
Boletín del FMI: ¿Cuál es la meta del programa respaldado por el FMI?
Thomsen: A corto plazo, nada más que estabilizar la corona. La economía nacional sigue sumamente apalancada. La deuda está denominada mayormente en moneda extranjera o indexada a la inflación, así que la depreciación de la moneda encarece mucho el servicio de la deuda. Si no frenamos la caída de la corona, probablemente haya una ola de morosidad en el sector de las empresas y los hogares, lo cual resentiría aún más la economía.
Por eso, el programa respaldado por el FMI propone utilizar la política monetaria y cambiaria para restablecer la confianza en la corona en dos o tres meses. A corto plazo, esto significa tasas de interés más altas. Islandia también impondrá restricciones a la circulación de capitales. Le recomendamos al gobierno que no las levante hasta que el mercado cambiario no se estabilice.
Boletín del FMI: ¿No es extraño que el FMI esté de acuerdo con controles de capital?
Thomsen: En la práctica hay controles de capital desde el colapso de los tres bancos en octubre, ya que están permitidos únicamente los pagos de importaciones prioritarias y otras transacciones en cuenta corriente. Una de las prioridades del programa del FMI es eliminar todas las restricciones de la cuenta corriente y de capital para que Islandia pueda recuperar la moneda libremente convertible que supo tener durante tantos años. De hecho, como un primer paso importante hacia la normalización, ya se han levantado todas las restricciones a la cuenta corriente.
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