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Islandia: un país "subprime"- Historia de una utopía (página 3)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Pero, para impedir que una fuerte salida de capitales empuje aún más abajo la corona, se mantendrán las restricciones de la cuenta de capital en el futuro próximo. Esto es lo que llevó a las autoridades a formalizar legalmente este régimen de facto en la última semana de noviembre, para que sea más eficaz y transparente y funcione en base a reglas. Pero quiero reiterar que la meta es eliminar todos los controles de capital durante la vigencia del programa, a medida que vuelva la confianza.

Boletín del FMI: ¿Está el FMI solicitando recortes del gasto?

Thomsen: No le estamos diciendo a Islandia que se apriete el cinturón en medio de una recesión. Durante el primer año del programa entrarán en acción los estabilizadores fiscales automáticos.

Esto significa que el déficit fiscal primario subirá de alrededor de ½% del PIB en 2008 a un 8½% del PIB en 2009. El FMI no se opone; nos parece mal iniciar una consolidación fiscal cuando hay por delante una recesión grave.

Ahora bien, Islandia tendrá que sanear sus finanzas una vez que la recesión haya tocado fondo. Por culpa de la crisis bancaria, de la noche a la mañana pasó de ser uno de los países menos endeudados de Europa a contarse entre las economías avanzadas más endeudadas de la región. Solucionar los problemas del sector bancario probablemente le cueste al sector público alrededor del 80% del PIB. La manera de lograr esa consolidación -ya sea recortando el gasto o incrementando el ingreso, o por ambas vías- es algo que deberán decidir las autoridades islandesas.

Boletín del FMI: ¿Qué papel tendrá el FMI en la reestructuración de los bancos?

Thomsen: No olvidemos que Islandia se comprometió a reconocer sus obligaciones respecto de los depósitos garantizados, y también a realizar una reestructuración bancaria justa y equitativa. La estrategia del gobierno es dividir a los bancos en "nuevos" y "viejos"; los nuevos se ocuparán de las necesidades bancarias internas, y a los viejos les tocará la difícil tarea de saldar la mayor parte de las obligaciones externas.

El FMI colaborará con la reestructuración bancaria dentro de este marco general. Parte de la estrategia consiste en valorar los activos de los bancos nuevos y viejos de acuerdo con prácticas óptimas internacionales; asegurar que los bancos nuevos compensen a los viejos por toda discrepancia del valor razonable de los activos y pasivos que asuman; recapitalizar los bancos nuevos con miras a privatizarlos, y lograr el máximo de recuperación de activos en los bancos viejos. Asimismo, también se reformarán la supervisión y regulación bancarias para que nunca ocurra otra crisis de esta magnitud.

Boletín del FMI: ¿Qué encierra el futuro para Islandia?

Thomsen: No cabe duda de que los dos o tres próximos años serán duros. La profundidad de este shock no tiene precedentes. Podría resultar la reestructuración bancaria más costosa que haya visto jamás el mundo, en relación con el tamaño de la economía. Aun si logramos estabilizar la corona, el PIB podría caer un 10% el año que viene, e incluso podría haber otra disminución pequeña en el año 2010.

Lo alentador es que la economía islandesa es muy flexible. Como depende de la pesca y del aluminio, Islandia sufrió perturbaciones bastantes fuertes en el pasado, pero siempre logró ajustarse muy bien. Por eso, me imagino que después de esta desaceleración relativamente marcada la economía podría recuperarse bastante rápido.

Boletín del FMI: ¿Cómo sabremos si el programa ha dado resultado?

Thomsen: En dos o tres meses el gobierno tendría que haber estabilizado la corona y normalizado las operaciones cambiarias, de modo que todas las empresas que importan y exportan tengan acceso al mercado de divisas.

Una vez estabilizada la moneda, el gobierno podrá recortar poco a poco las tasas de interés en 2009, levantar paulatinamente los controles de capital y comenzar a enfrentar los problemas fiscales.

Las posibilidades de éxito son muy buenas gracias a que la economía es tan flexible. Mi expectativa es que hacia el final de los dos años del programa la economía islandesa estará creciendo nuevamente.

Boletín del FMI: ¿Qué habría pasado si el FMI no hubiera suministrado financiamiento?

Thomsen: Estoy seguro de que el valor de la corona habría vuelto a sufrir pérdidas considerables. Eso habría generado una presión significativa para los hogares con hipotecas en moneda extranjera, una ola de morosidad en empresas con préstamos en moneda extranjera, un aumento mucho más grande del desempleo y una caída del PIB mucho peor que el 10% previsto actualmente.

(Camilla Andersen – Departamento de Relaciones Externas del FMI)

Síntesis del programa concertado con Islandia

Las perspectivas a largo plazo de Islandia resultan alentadoras, ya que los fundamentos económicos son muy sólidos, la fuerza laboral está muy preparada, el clima de inversión es propicio y los recursos naturales abundan. El programa suscrito con el FMI gira en torno a los retos más apremiantes:

• Evitar otra fuerte depreciación de la corona, manteniendo una política monetaria debidamente restrictiva y una política cambiaria flexible. A corto plazo se mantendrán las restricciones a las salidas de capital.

• Elaborar una estrategia exhaustiva y cooperativa para la reestructuración bancaria, que incluya:

i) establecer una estructura eficiente que facilite el proceso, ii) proceder de inmediato a la valoración de los activos, iii) recuperar al máximo los activos de los bancos viejos, iv) brindar un trato justo y equitativo a los depositantes y acreedores de las instituciones intervenidas y v) afianzar las prácticas de supervisión y el marco de insolvencia.

• Lograr la sostenibilidad fiscal a mediano plazo. Aunque los estabilizadores fiscales automáticos funcionarán a pleno en 2009, el programa contempla un plan firme de consolidación fiscal a mediano plazo a partir de 2010. El plan es necesario para lidiar con el sustancial aumento de la deuda del sector público que probablemente haya que asumir como costo presupuestario de la recapitalización bancaria y ejecución de la garantía de los depósitos en sucursales extranjeras de bancos islandeses.

(Para más detalles, diríjase a www.imf.org/external/np/sec/pr/2008/pr08296.htm)

La "exuberancia irracional"… de los vikingos (¿Un caso de "menos muertos"?)

Hemeroteca

– Islandia, un pequeño país congelado por una gigantesca crisis financiera (El Mundo – 17/4/08)

Reykjavik, la capital de Islandia, había sido en los últimos años un modelo para todas las ciudades del mundo por el crecimiento de su riqueza. En la última década, este pequeño país de 313.000 habitantes había sido un ejemplo a copiar, una de las economías pujantes de Europa, la sexta nación más rica de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sin embargo, ahora es vista como "un canario en una mina", según los expertos de economía. Un débil animal capaz de detectar -y sufrir- el peligro antes que nadie.

El país ha cambiado totalmente en las últimas dos décadas. El mayor salto se produjo en 2003, cuando los mercados financieros fueron menos regulados y la banca fue privatizada, lo que provocó un movimiento de capitales muy fuerte y que las entidades buscaran ampliarse al extranjero. Así, los grandes bancos islandeses, el Kaupthing, Landsbanki y Glitnir, poseen desde hace un tiempo cierta presencia internacional.

Sin embargo, ha sido un modelo de crecimiento erróneo, vista, la manera en que la crisis financiera mundial ha golpeado a sus habitantes, informa el diario británico The Guardian. El mal planteamiento de los fondos de inversión libres ("hedge funds") y su escasa regulación han provocado unas deudas que el Banco Central de Islandia no puede levantar por su escaso músculo financiero.

Las instituciones públicas denuncian el mal que ha hecho la especulación en el país, pues muchos negocios no han sido más que operaciones especulativas de gente interesada en conseguir el siguiente dólar cuanto antes.

La cuestión que planea sobre el país es que todo fue bien cuando había liquidez en los mercados, pero ahora que el sistema financiero mundial se abrocha el cinturón se han revelado todos los problemas que supone refinanciar unas deudas tan inmensas. Como muestra un botón: según la situación actual de los mercados, la probabilidad de quebrar de Kaupthing es siete veces mayor que la media de la banca europea.

Recientemente, el banco estadounidense Bear Stearns aseguró que invertir en Islandia era tan seguro como hacerlo en Kazajstán. Sin embargo, este comentario quizás resultase exagerado, vista la capacidad de previsión de una entidad que ahora representa el lado más turbulento de la crisis.

Asgeir Jónsson, jefe economista de Kaupthing, lamenta como la espiral de deudas ha provocado la fuga masiva de liquidez. "En vez de ver gente esperando en las colas de los bancos, ves especuladores y fondos de inversión libres apostando contra las entidades que el Banco Central no será capaz de suplir la falta de liquidez. Los bancos islandeses no tienen experiencia en pérdidas, están muy bien capitalizados, pero si ves una cola en frente de una entidad, ve y únete", afirma.

Unos de los grandes fondos de inversión, Gnúpur, anunció a principios de año que necesitaba una urgente refinanciación de su deuda, mientras que FL Group tuvo que vender activos, incluida una participación del 8% en American Airlines.

En 2006 hubo una pequeña crisis de liquidez, pero entonces la banca recurrió a Gran Bretaña, donde pudo solventar sin problemas su falta de financiación. Sin embargo, ahora es imposible encontrar ninguna entidad dispuesta a arriesgarse ante las turbulencias que afectan a todos los mercados.

Por ello, los inversores han comenzado a sacar su dinero. Desde inicios de año, la corona islandesa se ha devaluado un 25%, mientras que el mercado de valores se ha desplomado un 40% desde el pasado verano. Además, la inflación se eleva al 6,8% y los tipos de interés alcanzaron el 15,5% la pasada semana. Por otra parte, la descompensación en su balanza comercial es acusada, sobre todo a causa del gasto en consumo de los últimos años.

El gasto en consumo se ha parado repentinamente en el país. Un representante de Mercedez-Benz afirma que el pasado año vendieron en el centro de Reykjavik más coches de lujo que en toda Suecia, pero ahora las ventas han parado. "Los precios de los coches se han elevado entre un 25% y un 30%", afirma Leifur Orn Leifsson, representante del fabricante de automóviles.

No obstante, la crisis no afecta a todos por igual. "Siempre hay gente buscando una oportunidad para sacar beneficios, gente que buscaba algo así", asegura el ministro de Finanzas, Arni Mathiesen. "Algunas transacciones parecen más las apuestas en un juego de Las Vegas que verdaderas operaciones financieras de instituciones", agrega.

"La crisis será resuelta", dice Jónsson, pero recuerda que hay que tomar medidas: "unirse al euro, porque parte de nuestros problemas surgen de ser una pequeña región".

– Iceland – Kreppanomics (The Economist – 9/10/08)

How a banking crisis brought down a small economy

One word on every tongue in Iceland these days is kreppa. Normally it means to be "in a pinch" or "to get into a scrape", but when it is applied to the economy, it becomes "financial crisis". In time kreppa may become the word that conjures up the disastrous meltdown that is now taking place in the country"s economy.

Iceland"s kreppa has been long in the making and, at least for some, widely anticipated. The economy has wobbled a few times in recent years. But few could have predicted the speed or ferocity with which the country"s banking system, credit rating and currency collapsed under the pressure of the credit crisis.

Iceland has been growing smartly in recent years. The country has low unemployment and income per person is somewhat above the average in the European Union. Huge investments in green energy and aluminium smelting have drawn inflows of foreign investment and promise to underpin exports for years to come. But on these sound foundations, Iceland has also built a financial house of cards.

The country"s three largest banks have expanded headlong abroad since two of them were privatized in 2003, amassing assets of about á,¬ 125 billion ($ 180 billion) by the end of 2007, compared with an economy of just á,¬ 14.5 billion. Many of these assets were funded by lenders in fickle wholesale markets. In early 2006 less than 30 cents in every loan issued was backed by deposits. Iceland"s households also racked up debts amounting to 213% of disposable income. Britons and Americans owed just 169% and 140% of disposable income respectively -figures that make them seem almost sober by comparison.

After a wobble in markets in 2006, when the main banks struggled to finance themselves, both the banks and the country have been trying to steer back to safer shores -the banks by gaining foreign deposits to back their assets abroad and the country by raising interest rates to try to cool the economy.

In the end, however, the banks could not make it to safety. Stymied by the frozen credit markets, they were unable to roll over their debts. Panic spread after the government stepped in and partly nationalized Glitnir, the third-largest bank. Its currency tumbled and the cost of insuring its national debt against default soared. Having tried to prop up one bank, it soon had to seize the others, Landsbanki and Kaupthing. And its initial response -which included announcing efforts to peg the currency to the euro, despite lacking the reserves to defend it, and trying to secure a loan from Russia- served mainly to confuse.

Iceland"s rapid rise and even faster fall has been viewed from afar as a parable of greed and hubris, in which a nation of farmers and fishermen borrowed too much and are paying the price. But that is to draw false comfort. Although Iceland represents an extreme case of a huge financial system towering over a small economy, other states suffer from similar imbalances. They differ only in scale, but not substance. Kreppa may be an Icelandic term, but it translates.

– As Banking "Fairy Tale" Ends, Iceland Looks Back to the Sea (The Wall Street Journal – 10/10/08)

(By Charles Forelle)

Thingeyri, Iceland. – Kristjan Davidsson went to sea as a deckhand at 16. At fisheries college he aspired to be a boat captain. For two decades, he sold fish and fish-processing equipment. Like his father, and practically everyone in this remote village, he owed his living to the fish his country pulled from the ocean.

But in 2001 Mr. Davidsson got bored. He joined one of Iceland's newly privatized banks. He got rich. Now, he says, it looks like it's back to fish. That may be true for this nation's fortunes as a whole.

edu.red

On Tuesday, Iceland's government seized Glitnir Bank hf, Mr. Davidsson's employer, caught up in the unfolding global financial crisis. On Wednesday, he came to the office for an emergency staff meeting. Glitnir's government-appointed receiver addressed the troops. "The basic message I heard was, 'Go find another job'", says Mr. Davidsson.

Fishing sustained the rugged and remote island of Iceland for centuries. But just a half-dozen years ago, Icelanders discovered that vast fortunes could be made in high finance. They took to the new business with all the zeal and fearlessness of their seagoing past, lending abroad with speculative fervor. The banks quickly swelled to a size that dwarfed the economy of some 300.000 Icelanders back home.

Within a few years, Iceland's three big banks – Kaupthing Bank hf, Landsbanki Islands hf and Glitnir became highly leveraged, like other now-troubled banks. The banks' assets reached á,¬ 100 billion, about 10 times the country's gross domestic product last year, and their foreign depositors have come to far outnumber the island's population.

Icelanders are risk-takers, Mr. Davidsson says. "All this energy was released when the banks were privatized. We like to do things fast".

Today, Iceland's swollen banks are ruined. In the space of a few days, practically the entire banking system has been seized by the government. The largest bank of all, Kaupthing Bank, was seized Thursday, and trading was suspended on the stock exchange until Monday. The krona has ceased functioning as a currency outside Iceland.

Inflation and debt payments are soaring, and trade has been crippled in a country heavily dependent on imports. The U.K. and Netherlands are suing over frozen deposits held by their citizens, while the government is trying to arrange more foreign loans to help stave off national bankruptcy.

The collapse is the most dramatic washout from the global credit crunch, a pyrotechnic demonstration of how the crisis can demolish a once-booming economy. Other countries have mounted giant bailouts: Ireland's plan to guarantee its banks' deposits potentially puts it on the line for a sum twice its annual economic output. The U.K.'s package is roughly equivalent to its GDP, the world's fifth-largest.

But investors fear that Iceland's tiny treasury can't back its banks' obligations and that the country might default on its sovereign debt. That could have a cascading effect on other small, debt-ridden countries -and on the country's investors- giving the island outsized importance amid the financial pain circling the globe.

Mr. Davidsson, 47 years old, who wears a wide grin and a pinstriped suit despite the collapse of his bank, still awaits word on his future. But he's convinced of one thing: "It's going to be the seafood industry for me".

Thingeyri is a village of 300 people hemmed in a fjord between towering mountains in Iceland's northwest. Getting there from the region's biggest town, Isafjordur, population 3.000, requires a four-mile drive through a tunnel. The tunnel was built in 1996. Before then, cars had to drive over the mountain. In winter that was often impossible.

His father, David Kristjansson, was born in a nearby farm in 1930. As a child, he lived in a turf hut. At 17, he began fishing. "There were a lot of guys my age from the farms who went out to sea", Mr. Kristjansson said, sitting in the living room of his modest brick house on Thingeyri's main street.

He started as a shipmate, doing whatever jobs cropped up. He had a facility for things mechanical, so he was often put to work in the engine room. It was hard. At the time, herring were plentiful. One year, he says, there was so much his crew stayed on the boat from June "almost nonstop until Christmas", with only a 10-day break.

But the fish were there and money was good. In one period, Mr. Kristjansson says, his 11-man crew hauled in more than 1.200 tons of cod in each three-month season, three years running.

He saw technology breed efficiency. He lived through the advent of sonar, and of mechanical winches to close up nets. In 1963, he built the house he lives in today. "This house may not be the biggest or the tallest, but I paid it up in three years", he says. "A lot different than people do now". Towns like Thingeyri "built up around fisheries and still do", he says. "We still live on fish".

Up until a few days ago, Icelanders thought they could live on banks.

It was 2001 when Mr. Kristjansson's son, Mr. Davidsson, looked for a new vocation. Banks were being privatized, and the bank that would become Glitnir was eager for fishing experts to help it expand beyond Iceland and do deals around the world.

Mr. Davidsson signed on, advising on mergers and lining up financing for fishing companies world-wide. He strayed far from Iceland, once finding financing for a Peruvian company and engineering its listing in Oslo.

Meanwhile swank restaurants crammed downtown Reykjavik, the capital and new financial center. The main shopping street filled up with pricey boutiques selling avant-garde fashions and design cookware. The krona was strong. That damped exports -fish is the island's biggest- and the trade deficit ballooned, a worrying sign.

Icelanders, however, didn't much mind. To their surprise, they became some of the wealthiest individuals on the planet. Many became millionaires, a few billionaires. The standard of living was high and foreign luxuries could be imported cheaply. They bought expensive cars with loans in yen and Swiss francs with attractively low interest rates, racking up high debts exposed to the vagaries of currency exchange.

Banking has been good to Mr. Davidsson, too. He has built a comfortable life in Reykjavik with his family. They vacation abroad. "I am well off", he says, "I have my pension".

Earlier this month, Mr. Davidsson went home for the annual sheep herding, when villagers bring back sheep loosed into hilly pastures the spring before. He lent a hand to a farmer schoolmate, rounding up animals in his leather-interior Toyota SUV.

For the banks, growing was easy. They could borrow at low cost from all over the globe, then turn around and with little oversight lend that money to businesses and entrepreneurs wherever they wanted -in the U.K., Denmark and the U.S. Over time, the banks' assets- largely these loans they made – grew and grew.

The money rode a carousel: Iceland banks borrowed, made loans, borrowed some more. They had to pay their own lenders, of course, but that wasn't a problem – there was always someplace to borrow more money with which to make the payments.

Then, last winter, the credit crunch struck. By this summer, no one wanted to lend to anyone, really, least of all Icelandic banks. That was because they had gotten so large.

While investors figure the U.S. and large European countries could come up with cash to bail out their banks if need be, what could tiny Iceland, with á,¬2 billion in foreign-exchange reserves, do if its banks with á,¬ 100 billion in assets got in trouble?

Just printing more money -something the U.S. can do- wouldn't help the Iceland banks much, since their debts were largely in foreign currencies. The creation of more Icelandic krona would just push down the exchange rate. Fearing this, investors began shunning the krona. It tumbled more than 40% against the euro this year.

Just about everything but fish is imported here, so the plummeting krona has caused prices of cars and food and furniture to rise rapidly. Inflation hit 14% recently. Families are squeezed. In the past five years, household debt doubled as people bought new homes and the tricked-out sport-utility vehicles that chug through Reykjavik's streets.

Most loans are inflation-linked, meaning payments rise with inflation, or in foreign currency, which means payments rise with the sinking krona. Today, both are calamities.

Gisli Gislason, the director of the Reykjavik port, has an office that looks over the harbor where cargo ships haul in building materials and cars, and trawlers send out fish. He saw the storm brewing a couple of months ago, when imports started to fall off. Exporters began to recover.

"Overnight, the change of emphasis is going from banking over to solid products, and that is fish and aluminum", he said.

Those fishermen who didn't plunge into banking are breathing easier. Halldor Leifson had worked in the industry for a decade and a half, in jobs from seaman to plant supervisor. A year and a half ago he thought he'd bail for cushier employment.

"Every one of my fellows worked in the banks", said Mr. Leifson, dressed in a white smock coat and a blue hair net, standing on the floor of a fish plant in Reykjavik's harbor. "The guys had been saying, 'You're still working in fish?'".

Mr. Leifson mulled a job as a consultant to banks, but in the end he got cold feet about leaving an industry that had long been his family's livelihood. "Thanks to God", he says. Behind him rise rectangular tubs stacked 10 high. Fish spend three weeks inside, curing in pebbly salt. A real economy needs products to sell, Mr. Leifson says. Banking is "paper money. You can't do anything with paper money".

After years of scorning fishing as dirty and boring, the paper-money princes may have second thoughts. "Those especially who have been raised in small villages close to the sea, they still have it in their blood", says Mr. Leifson. "I think it is just a question of moving back".

There are signs of that. It has been "slightly easier in the past couple of months" to lure back workers who fled fishing for the boom in home construction – an offshoot of the easy-credit days, says Eggert Gudmundsson, chief executive of HB Grandi, Iceland's biggest fishing company. Bankers who might want to return had better be prepared to get wet. "We have very small overhead, so we will not be hiring a lot of office people", he says.

In an address last week, Iceland's prime minister told his countrymen that they would have to fall back on the resources of land and sea. Fishermen say they believe the government will raise cod quotas to goose the business. This week, Iceland nationalized the three banks. The prime minister said the "fairy tale" of banking was over.

"Most of the people knew at heart that it would end in disaster somehow," Mr. Kristjansson says. Says his son: "We had one hell of a party. Don't tell me we shouldn't have expected some sort of hangover".

– La crisis pone fin a la "saga" islandesa (Heraldo.es – 19/10/08)

Islandia ha pasado en un par de semanas de ser uno de los países con nivel de vida más alto a estar al borde de la bancarrota, con el sector financiero en ruinas, la divisa por los suelos, una inflación galopante y una deuda astronómica.

El fin de la "saga" islandesa cierra la etapa esplendorosa de la última década, impulsada por la expansión del sector financiero, que representa nueve veces el Producto Interior Bruto (PIB), pero que se ha derrumbado en unos días y ha arrastrado al abismo a todo un país, el más golpeado hasta ahora por la crisis financiera internacional.

Las autoridades islandesas negocian a marchas forzadas la concesión de un crédito ruso en Moscú y discuten una posible ayuda del Fondo Monetario Internacional, mientras los desconcertados isleños se aprietan el cinturón y se concentran diariamente frente al Parlamento para mostrar su enojo con sus dirigentes.

El crecimiento de la inflación y la devaluación de la corona islandesa en los últimos meses eran un presagio, pero no fue hasta el pasado día 6 que los acontecimientos se empezaron a precipitar.

Días después de adquirir por su falta de liquidez el 75 por ciento del Glitnir, tercer instituto crediticio del país, el Gobierno anunció que garantizaba todos los depósitos en institutos crediticios, pero sólo de los inversores nacionales.

Horas después aprobó de urgencia un plan de rescate que permitía al Estado nacionalizar toda la banca si fuera necesario.

Temeroso por el futuro de los ahorros de sus ciudadanos en las filiales de bancos islandeses en el Reino Unido, el primer ministro británico, Gordon Brown, congeló sus fondos: fue el tiro de gracia.

En apenas dos días los tres principales bancos islandeses -Kaupthing, Landsbanki y Glitnir- pasaron a control estatal, entre acusaciones del primer ministro, Geir Haarde, a Gran Bretaña por aplicar a Islandia "leyes antiterroristas".

Las acciones de los bancos se suspendieron y la bolsa tuvo que cerrar tres jornadas por la situación inestable del mercado: cuando reanudó su actividad el día 14, perdió un 76 por ciento de su valor.

Devaluada se ha visto también la corona islandesa, que ha perdido dos quintas partes de su valor frente al euro en un año, y aunque el Sedlabanki (Banco Central) ha bajado los tipos 3,5 puntos, la inflación está en el 20 por ciento y los pronósticos para los próximos meses apuntan a que puede situarse en el cien por cien.

Los expertos no se atreven a señalar el alcance y duración de la crisis, pero lo que es seguro es el fin de la "gran fiesta".

Islandia, un país de poco más de 300.000 habitantes, ha vivido en los últimos 30 años una modernización espectacular: gracias a la implantación de un sistema de cuotas pesqueras en la década de 1970, y la extensa política de privatizaciones entre 1985 y 1995, incluido el sector bancario, que impulsaron a una nueva generación de jóvenes islandeses que empezaron a invertir en los mercados internacionales.

Apoyados en una coyuntura económica propicia y en préstamos en el extranjero, pusieron en práctica una agresiva política expansiva en el Reino Unido y Escandinavia, en particular en Dinamarca, el antiguo poder colonial, del que Islandia se independizó en 1944.

Nadie como Jon Asgeir Johannesson, al frente del grupo inversor Baugur, personifican mejor esa generación de nuevos ricos y de consumismo desaforado: en apenas unos años se hizo con varias de las más prestigiosas y exclusivas tiendas británicas y danesas.

Como el magnate islandés interpretado por Fridrik T. Fridriksson en la comedia de Lars Von Trier "El jefe de todo esto" (2006), su apetito era insaciable, apoyado por los fondos del Glitnir.

La caída de este banco y de todo el sector financiero ha obligado a Johannesson a deshacerse de casi todo su imperio británico, y es cuestión de tiempo que haga lo mismo con sus inversiones danesas.

Los dirigentes islandeses -que han reconocido ahora que será inevitable acabar entrando en la UE, aun a expensas de que ello perjudique a su potente sector pesquero- no han ocultado su decepción por la falta de apoyo de sus "amigos" de Estados Unidos y de Europa, de los que sólo han recibido buenas palabras.

La única ayuda concreta ha venido de los bancos centrales de Suecia, Noruega y Dinamarca: en mayo aprobaron un crédito por valor de 1.500 millones de euros (2.300 millones de dólares) a su homólogo islandés, que hasta ahora ha hecho uso de 400 millones.

La crisis ha alimentado hasta bromas: una falsa salida a venta de esta isla volcánica en la página de subastas Ebay que ha captado a muchos interesados en invertir, sobre todo desde China.

Pero por dramática que sea la situación, su presidente, Olafur Ragnar Grimsson, no duda de que los islandeses saldrán adelante apelando a su "espíritu de lucha", el mismo que les ha permitido sobrevivir en los últimos siglos a la peste, las hambrunas, los inviernos helados, las erupciones y los terremotos.

– The first casualty of the crisis: Iceland (VOX – Research-based policy analysis and commentary from leading economists – 12/11/08)

(By Jon Danielsson)

Iceland"s banking system is ruined. GDP is down 65% in euro terms. Many companies face bankruptcy; others think of moving abroad. A third of the population is considering emigration. The British and Dutch governments demand compensation, amounting to over 100% of Icelandic GDP, for their citizens who held high-interest deposits in local branches of Icelandic banks. Europe"s leaders urgently need to take step to prevent similar things from happening to small nations with big banking sectors.

Iceland experienced the deepest and most rapid financial crisis recorded in peacetime when its three major banks all collapsed in the same week in October 2008. It is the first developed country to request assistance from the IMF in 30 years.

Following the use of anti-terror laws by the UK authorities against the Icelandic bank Landsbanki and the Icelandic authorities on 7 October, the Icelandic payment system effectively came to a standstill, with extreme difficulties in transferring money between Iceland and abroad. For an economy as dependent on imports and exports as Iceland this has been catastrophic.

While it is now possible to transfer money with some difficulty, the Icelandic currency market is now operating under capital controls while the government seeks funding to re-float the Icelandic krona under the supervision of the IMF. There are still multiple simultaneous exchange rates for the krona.

Negotiations with the IMF have finished, but at the time of writing the IMF has delayed a formal decision. Icelandic authorities claim this is due to pressure from the UK and Netherlands to compensate the citizens who deposited money in British and Dutch branches of the Icelandic bank Icesave. The net losses on those accounts may exceed the Icelandic GDP, and the two governments are demanding that the Icelandic government pay a substantial portion of that. The likely outcome would be sovereign default.

How did we get here? Inflation targeting gone wrong

The original reasons for Iceland"s failure are series of policy mistakes dating back to the beginning of the decade.

The first main cause of the crisis was the use of inflation targeting. Throughout the period of inflation targeting, inflation was generally above its target rate. In response, the central bank keeps rates high, exceeding 15% at times.

In a small economy like Iceland, high interest rates encourage domestic firms and households to borrow in foreign currency; it also attracts carry traders speculating against "uncovered interest parity". The result was a large foreign-currency inflow. This lead to a sharp exchange rate appreciation that gave Icelanders an illusion of wealth and doubly rewarding the carry traders. The currency inflows also encouraged economic growth and inflation; outcomes that induced the Central Bank to raise interest rates further.

The end result was a bubble caused by the interaction of high domestic interest rates, currency appreciation, and capital inflows. While the stylized facts about currency inflows suggest that they should lead to lower domestic prices, in Iceland the impact was opposite.

Why did inflation targeting fail?

The reasons for the failure of inflation targeting are not completely clear. A key reason seems to be that foreign currency effectively became a part of the local money supply and the rapidly appreciating exchange-rate lead directly to the creation of new sectors of the economy.

The exchange rate became increasingly out of touch with economic fundamentals, with a rapid depreciation of the currency inevitable. This should have been clear to the Central Bank, which wasted several good opportunities to prevent exchange rate appreciations and build up reserves.

Peculiar Central Bank governance structure

Adding to this is the peculiar governance structure of the Central Bank of Iceland. Uniquely, it does not have one but three governors. One or more of those has generally been a former politician. Consequently, the governance of the Central Bank of Iceland has always been perceived to be closely tied to the central government, raising doubts about its independence. Currently, the chairman of the board of governors is a former long-standing Prime Minister. Central bank governors should of course be absolutely impartial, and having a politician as a governor creates a perception of politicization of central bank decisions.

In addition, such governance structure carries with it unfortunate consequences that become especially visible in the financial crisis. By choosing governors based on their political background rather than economic or financial expertise, the Central Bank may be perceived to be ill-equipped to deal with an economy in crisis.

Oversized banking sector

The second factor in the implosion of the Icelandic economy was the size of its banking sector. Before the crisis, the Icelandic banks had foreign assets worth around 10 times the Icelandic GDP, with debts to match. In normal economic circumstances this is not a cause for worry, so long as the banks are prudently run. Indeed, the Icelandic banks were better capitalized and with a lower exposure to high risk assets than many of their European counterparts.

If banks are too big to save, failure is a self-fulfilling prophecy

In this crisis, the strength of a bank"s balance sheet is of little consequence. What matters is the explicit or implicit guarantee provided by the state to the banks to back up their assets and provide liquidity. Therefore, the size of the state relative to the size of the banks becomes the crucial factor. If the banks become too big to save, their failure becomes a self-fulfilling prophecy.

The relative size of the Icelandic banking system means that the government was in no position to guarantee the banks, unlike in other European countries. This effect was further escalated and the collapse brought forward by the failure of the Central Bank to extend its foreign currency reserves.

The final collapse was brought on by the bankruptcy of almost the entire Icelandic banking system. We may never know if the collapse of the banks was inevitable, but the manner in which they went into bankruptcy turned out to be extremely damaging to the Icelandic economy, and indeed damaging to the economy of the United Kingdom and other European countries. The final damage to both Iceland and the rest of the European economies would have been preventable if the authorities of these countries have acted more prudently.

While at the time of writing it is somewhat difficult to estimate the recovery rate from the sale of private sector assets, a common estimate for the net loss to foreign creditors because of private debt of Icelandic entities is in excess of $ 40 billion.

The Icelandic authorities did not appreciate the seriousness of the situation in spite of being repeatedly warned, both in domestic and foreign reports. One prominent but typical example is Buiter and Sibert (2008). In addition, the Icelandic authorities communicated badly with their international counterparts, leading to an atmosphere of mistrust.

The UK authorities, exasperated with responses from Iceland overreacted, using antiterrorist laws to take over Icelandic assets, and causing the bankruptcy of the remaining Icelandic bank. Ultimately, this led to Iceland"s pariah status in the financial system.

British and Dutch claims on the Icelandic government

The current difficulties facing Iceland relate to its dispute with the Netherlands and the UK over high interest savings accounts, Icesave. Landsbanki set these savings accounts up as a branch of the Icelandic entity, meaning they were regulated and insured in Iceland, not in the UK or the Netherlands.

Icesave offered interest rates much above those prevailing in the market at the time, often 50% more than offered by British high street banks. In turn, this attracted £ 4.5 billion in the UK with close to £ 1 billion in the Netherlands. Landsbanki operated these saving accounts under local UK and Dutch branches of the Icelandic entity, meaning they were primarily regulated and insured in Iceland, although also falling under local authorities in the UK and the Netherlands. Hence the Icelandic, British and Dutch regulators approved its operations and allowed it to continue attracting substantial inflows of money. Since the difficulties facing Landsbanki were well documented, the financial regulators of the three countries are at fault for allowing it to continue attracting funds.

Landsbanki went into administration following the emergency legislation in Iceland… The final losses related to Icesave are not available at the time of writing, but recovery rates are expected to be low, with total losses expected to be close to £5 billion. The amount in the Icelandic deposit insurance fund only covers a small fraction of these losses.

Both the Dutch and the UK governments have sought to recover the losses to their savers from the Icelandic government. Their demands are threefold. First, that it use the deposit insurance fund to compensate deposit holders in Icesave. Second, that it make good on the amounts promised by the insurance fund, around EUR 20.000. Finally, that it make good on all losses. The last claim is based on emergency legislation passed in Iceland October 6, and the fact that the government of Iceland has promised to compensate Icelandic deposit holders the full amount, and it cannot discriminate between Icelandic and European deposit holders.

Murky legal situation

The legal picture however is unclear. Under European law 1% of deposits go into a deposit insurance fund, providing savers with a protection of á,¬ 20.000 in case of bank failure. Apparently, the European law did not foresee the possibility of a whole banking system collapsing nor spell out the legal obligation of governments to top up the deposit insurance fund. Furthermore, the legal impact of the Icelandic emergency law is unclear. Consequently, the Icelandic government is disputing some of the British and Dutch claims.

Blood out of a rock

Regardless of the legal issues, the ability of the Icelandic Government to meet these claims is very limited. The damage to the Icelandic economy is extensive. The economy

is expected to contract by around 15% and the exchange rate has fallen sharply. By using exchange rates obtained from the ECB November 7 the Icelandic GDP is about EUR 5.5 billion, at 200 kronas per euro. In euro terms GDP has fallen by 65% (This calculation is based on the Icelandic GDP falling from 1,300 billion Icelandic kronas to 1,105 and a Euro exchange rate of 200. One year ago, the exchange rate was 83. In domestic currency terms the Icelandic GDP has contracted by 15% due to the crisis, in Euro terms 65%).

The total losses to Icesave may therefore exceed the Icelandic GDP. While the amount being claimed by the UK and the Netherlands governments is unclear, it may approximate 100% of the Icelandic GDP. By comparison, the total amount of reparations payments demanded of Germany following World War I was around 85% of GDP.

Resolution and the way forward

Any resolution of the immediate problems facing Iceland is dependent on the UK and the Netherlands settling with Iceland. Unfortunately, the ability of the Icelandic government to meet their current demands is very much in doubt.

Opinion polls in Iceland indicate that one third of the population is considering emigration. Further economic hardship due to Icesave obligations may make that expression of opinion a reality. Meanwhile, many companies are facing bankruptcy and others are contemplating moving their headquarters and operations abroad.

With the youngest and most highly educated part of the population emigrating along with many of its successful manufacturing and export companies, it is hard to see how the Icelandic State could service the debt created by the Icesave obligations to the UK and the Netherlands, making government default likely.

The economic rationale for continuing to pursue the Icesave case with the current vigor is therefore very much in doubt. If a reasonable settlement cannot be reached, and with the legal questions still uncertain, it would be better for all three parties to have this dispute settled by the courts rather than by force as now.

(Jon Danielsson – Reader in Finance at the London School of Economics)

– Iceland: A portent of the future (World Socialist Web Site – 29/11/08)

(By Chris Marsden)

Iceland is facing a social and economic catastrophe. Its 300.000 people have suffered the worst and most immediate impact of the worldwide financial crisis of any advanced country.

For that reason, the events in Iceland offer a portent of developments that must inevitably unfold in much larger nations and on the international arena.

Iceland's banking system has collapsed, plunging its entire economy into an accelerating decline. In the space of seven days in October, its three major banks became insolvent and the government was forced to step in and take them over. The Brown Labour government in Britain used anti-terror laws in an effort to force the return of hundreds of millions invested there by individuals, company's pension schemes, local councils, charities and police forces – much of which will not be retrieved.

The scale of the losses was due to Iceland's efforts to become a centre for global speculative investments, primarily by linking bank rates to inflation, which exceeded 15 percent. Its banks offered rates often 50 percent higher than available elsewhere.

At its height, Iceland's banks held foreign assets worth up to ten times its gross domestic product, with much of this investment secured against international loans. It represented a huge speculative bubble built on a pyramid scheme of unsustainable debt.

Iceland is effectively bankrupt and cannot possibly repay its vast debts. The losses that have now been suffered by foreign creditors are estimated to be above $ 40 billion. Landsbanki's online banking unit Icesave, for example, attracted more $ 6.75 billion in investments in the UK and $ 1.5 billion in the Netherlands. Both countries are demanding these sums are returned, a debt greater than Iceland's entire GDP. As Jon Danielsson, reader in finance at the London School of Economics pointed out, "By comparison, the total amount of reparations payments demanded of Germany following World War I was around 85 percent of GDP".

Iceland has only staved off default by securing $ 10 billion in financial assistance. A $ 2.1 billion loan from the IMF is the first time that a developed country has received such assistance since Britain in 1976. It will be accompanied by demands for the type of "structural adjustment programmes" suffered by many impoverished African and Asian countries so that global debts can be "serviced". In addition Sweden, Norway, Denmark and Finland have lent $ 2.5 billion, with additional loans agreed by other European countries fearing the impact of total economic collapse.

The economy is in meltdown. In domestic currency terms GDP has contracted by 15 percent, but due to the collapse of the krona's value this represents 65 percent in euro terms. Iceland's currency is almost impossible to trade internationally. The value of the krona has halved and inflation has reached 17.1 percent, rising by 1.74 percent in a single month. Essentials have risen even faster, with food prices rising by 30 percent.

Companies are folding every day and making thousands of workers redundant. About a third of the population, are believed to have lost all or most of their savings. The situation is so bad that, in surveys, one third of respondents said they were considering emigration. Many young people, with employment skills, are already leaving.

This is the background for the political protests now taking place regularly in the capital Reykjavik—directed against both the coalition government of the Independence Party and the Social Democratic Alliance and the IMF.

The concern within the media and ruling circles for the fate of Iceland is palpable. Max Keiser wrote in the Huffington Post asking, "Who Could Have Predicted Revolution in Iceland?"

He reports how earlier, "I asked the Head of Research at Kaupthing Bank, if when the global debt bubble did burst, the people might "rise up" in anger as they did in France in the 1780's. He laughed at the question: Today, the Icelandic people are calling for revolution, literally".

The investment journal Fall Street.com also poses the question, "Who would have ever imagined that Iceland would be in a virtual state of economic anarchy and revolution?"

However, fears extend far wider than the economic and political fate of Iceland. Danielson insists that "Europe's leaders urgently need to take steps to prevent similar things from happening to small nations with big banking sectors".

Hungary has already negotiated a $ 16 billion loan from the IMF and $ 8 billion from the European Union that demands massive cuts in services, jobs and pensions, workers suffering a wage freeze and losing a yearly bonus worth eight percent of pay. Ukraine was loaned $ 16.5 billion from the IMF and Belarus, Serbia, Romania, Latvia, Estonia and Lithuania are reportedly actively seeking loans.

Ireland is predicted to also follow Iceland's path. All News Web Ireland states that "there is a good chance that Ireland might be the next European nation to hit the skids in a big way. "The Irish property market is severely overpriced, and the level of debt here is sky-high: as people realize they can't eat a house and as investment from the US starts drying the bubble will burst' argues Sean McCarthy, a senior economic advisor to the Irish banking sector. "When the property bubble truly deflates here and panic takes over God help Ireland'".

The investment blog Credit Writedowns notes that whereas "Ireland, was the first country to offer a blanket guarantee to its banks' depositors", the "country has an outsized financial sector which could not possibly be guaranteed by the Irish government". Therefore, "It remains to be seen whether there is a sub-current of panic about the fragile Irish banking system that could lead it to Iceland's fate."

Fears of national bankruptcy leading to social and political unrest are not, moreover, confined to small nations. There is serious discussion of a similar fate awaiting the world's fifth largest economy, the UK.

Patrick Hosking asked in the November 22 edition of Times, "Is Britain simply a bigger version of Iceland? Certainly the City of London is starting to look a bit too much like Reykjavik, but with taller buildings and fewer cod… In essence the domestic banks are largely bust. The Government's £ 500 billion bailout plan is primarily designed not to keep banks lending to small firms and to homebuyers but to prevent an unimaginable financial calamity".

Hosking concludes with an ominous warning: "Banks provide the very foundations and plumbing of the entire economy. A failure of confidence in them could still bring the entire capitalist edifice tumbling down… At the risk of hyperbole, we should not be worrying about whether this is going to be a thin Christmas for retailers (it is), but whether Britain and the West are about to plunge into a years-long economic Dark Age – complete with mass unemployment and social unrest".

It is such an understanding of the implications of the unfolding global economic crisis that must now begin to inform and animate a political rebirth of the workers' movement internationally and its reorientation on a socialist programme for the abolition of the profit system.

(Published by the International Committee of the Fourth International – ICFI)

– Key Dates of Iceland's Crisis (The Wall Street Journal – 28/1/09)

Review major events in the meltdown of Iceland's financial system.

Sept. 29, 2008 — The government puts in $ 810 million for a 75% stake in one of Iceland's three big banks, Glitnir Bank. Ratings agencies cut Iceland's sovereign-debt ratings, and the cost of insuring the debt against default jumped.

Oct. 6 — Prime Minister Geir Haarde says Iceland is at risk of "national bankruptcy". The parliament passes emergency legislation enabling the government to intervene extensively in Iceland's financial system.

Oct. 7 — The government takes over two of Iceland's three largest banks, Landsbanki and Glitnir. Iceland gives its biggest bank, Kaupthing Bank, a loan of $ 703 million, and its regulator bans short-selling in financial stocks.

Oct. 8 — British Prime Minister Gordon Brown says Britain will take legal action against Iceland to try to recover British deposits lost in Landsbanki's branch in the U.K.

Oct. 9 — Iceland takes over and nationalizes Kaupthing. With some 20 local governments in the U.K. also holding accounts worth well over $ 173 million in Icelandic banks, the British government uses powers under its terrorism laws to freeze Landsbanki's assets until the status of the deposits is resolved. Iceland's Prime Minister Geir H. Haarde criticizes British authorities at a press conference. The OMX Nordic Exchange Iceland halts trading on all equities, citing the "unusual market conditions".

Oct. 14 — Upon the reopening of equities trading at Iceland's stock exchange, the market's key index plunges.

Oct. 15 — Icelandic authorities register a complaint with NATO over Britain's invocation of anti-terrorism legislation to freeze assets of Icelandic banks in the U.K.

Oct. 20 — New Kaupthing, Glitnir and Landsbanki banks are established to assume control over their respective domestic assets.

Oct. 24 — Iceland reaches a deal for a $ 2 billion loan from the International Monetary Fund.

Oct. 28 — Iceland's central bank raises its key interest rate to 18%, from 12%.

Nov. 3 — Norway's minister for Foreign Affairs, Jonas Gahr Stoere, announces a five-year loan of $ 641 million to the Icelandic government.

Nov. 20 — The IMF approves $ 2.1 billion loan for Iceland. Iceland becomes the first Western European nation to get an IMF loan since the U.K. in 1976.

Jan. 23, 2009 — Mr. Haarde calls for elections in May -two years early- amid increasingly violent protests and the fracturing of its coalition.

Jan. 26 — Mr. Haarde announces that he and his cabinet will resign immediately.

Jan. 27 — Icelandic President Olafur Ragnar Grimsson asks the head of the leftist Social Democratic Alliance to lead talks to form a new minority coalition government.

(Sources: Wall Street Journal reports, Icelandic Government Information Center)

– Islandia se perfila como el primer país víctima de la crisis financiera, según el "Financial Times" (ABC – 27/3/08)

El diario británico Financial Times señaló ayer a Islandia, un país con menos de 300.000 habitantes repartidos en 103.000 kilómetros cuadrados, aunque con uno de los niveles de vida más altos del mundo, como la primera víctima de la crisis financiera internacional, al anunciar que el banco central de ese pequeño país había subido por sorpresa los tipos de interés 1,25 puntos porcentuales hasta el 15% en un intento de restablecer la confianza y alejar la posibilidad de una recesión en su economía.

La institución monetaria del país del norte de Europa justificó la medida por el "deterioro de las condiciones de crédito en los mercados financieros internacionales". En lo que llevamos de año, el krona, la moneda islandesa, se ha depreciado un 22% frente al euro, por lo que la entidad advierte que si no se invierte esta tendencia la economía del país afronta una "espiral alcista de la inflación, los sueldos y los precios de las exportaciones".

"Sólo el tiempo dirá si la medida funciona", ha afirmado el gobernador del banco central islandés, Ingimundur Fridriksson, al rotativo británico. "Islandia es una economía pequeña pero dependiente del exterior y expuesta, por lo tanto, a los movimientos en la economía internacional".

Subida de la Bolsa

Por el momento, la medida ha tenido su efecto inmediato tanto en el mercado de divisas, donde el krona ha recuperado un 6,3% de su valor, como en la Bolsa, cuyo principal índice ha registrado a su vez el mayor repunte de los últimos 15 años con un avance del 6,2%.

El último movimiento del banco central islandés sobre los tipos tuvo lugar en noviembre de 2007 y ese momento, la autoridad monetaria islandesa aseguró que dejaría el precio del dinero inalterado hasta mediados del presente año, si no era necesario intervenir antes, como finalmente ha ocurrido.

La decisión del instituto emisor islandés ha venido impulsada también por el hecho de que la inflación haya subido un 6,8% en febrero, muy lejos del objetivo del 2,5% fijado de manera oficial desde 2004.

– La crisis convierte a Islandia en el Bear Stearns del Atlántico Norte (El Mundo – 27/4/08)

El pequeño país nórdico afronta una crisis que ha puesto en peligro los cimientos de su economía, hasta ahora una de las más sólidas de Europa.

(Por Pablo Pardo / Washington)

La economía de Islandia se funde más deprisa que sus glaciares cuando les estalla uno de sus famosos volcanes al lado. En lo que va de año, la corona se ha depreciado un 27% frente al euro. Y todo a pesar de que el banco central de ese país ha subido los tipos 125 puntos básicos, hasta el 15,5%. Una medida a la desesperada que no ha evitado que, por segunda vez en cinco meses, Standard and Poor's rebajara la semana pasada la calificación de la deuda de ese país.

Islandia se enfrenta a una tormenta perfecta: alta inflación, derrumbe de la divisa y una recesión que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), provocará una caída del PIB del 1,8% en 2009. Toda una catástrofe para una nación modélica. Porque Islandia es un país que, en lo que va de década, ha crecido a un escalofriante 5% de media anual y que, según la ONU, es la nación del mundo con mejor Índice de Desarrollo Humano, un modelo estadístico que muchos economistas consideran el más idóneo para evaluar la situación real de un país, ya que computa tanto variables económicas -como el PIB per cápita- como otras sociales, entre las que están la educación o la esperanza de vida. Pero ahora, semejante joya es calificada en Wall Street como "el Bear Stearns del Atlántico Norte", en referencia al quinto mayor banco de inversión de EEUU, que se colapsó en marzo.

Y toda esa crisis viene de la contracción del crédito que comenzó en EEUU hace 10 meses. Islandia, una economía pequeña -con apenas 305.000 habitantes y un PIB de 13.500 millones de euros- corre el peligro de ser la primera nación en convertirse en víctima del colapso del crédito ocasionado por la explosión de la burbuja inmobiliaria americana.

Claro que no todo lo malo viene de EEUU. En realidad, el impresionante crecimiento de Islandia tenía mucho de ficticio. Como explicaba Standard and Poor's en la nota a sus clientes en la que explicaba la nueva bajada del rating, "el apalancamiento de la economía (de Islandia) ha alcanzado un nivel sin precedentes".

En los últimos cuatro años, el crédito concedido por los bancos como porcentaje del PIB se ha disparado del 130% al 384%. Y la deuda del sector privado, que equivalía al 184% del PIB en 2004, llegó en 2007 al 400%. En 2006, el déficit por cuenta corriente de Islandia -que mide la cantidad de ahorro externo que necesita una economía para financiar su crecimiento- fue de un surreal 25,4% del PIB. En otras palabras: los islandeses habían construido un paraíso a crédito. Y ahora el crédito se ha terminado.

Es una situación que recuerda a la de otro país que se está viendo tremendamente afectado por la crisis: España. Porque, según el FMI, el déficit por cuenta corriente islandés se reducirá este año al 8%, es decir, 2,5 puntos menos que el de España. La gran diferencia es que España obtiene gran parte de los capitales que necesita de otros países de la zona del euro, con los que no existe riesgo de tipo de cambio. Aunque, a cambio, nosotros no podemos devaluar, de modo que nuestra crisis sólo puede solucionarse con recortes de los salarios reales.

Así que la súbita contracción del crédito desatada por la crisis inmobiliaria de EEUU ha atrapado a Islandia. El heroísmo suicida de su banco central al subir más y más los tipos no está teniendo efecto en un mercado en el que, simplemente, no hay liquidez. Encima, las autoridades no están siendo precisamente un modelo de gestión. El gobernador del banco central islandés, David Oddsson, ha culpado de la crisis a los especuladores «faltos de escrúpulos», y ha amenazado con actuar como hizo Hong Kong en 1998: interviniendo masivamente con dinero público en todos los mercados. Pero a Oddsson se le ha olvidado el pequeño detalle de que el Gobierno de la ex colonia británica literalmente nadaba en dólares, mientras que Islandia tiene unas reservas inferiores a 2.000 millones de euros. Como ha declarado el economista islandés Thor Herbertsson al Financial Times: "Islandia no corre más peligro que los bancos de Wall Street". Lo que, visto cómo están los bancos de Wall Street, no es precisamente ningún llamamiento a la calma.

Apoyos

Europa del este y el Báltico corren el mismo peligro

Islandia puede ser la primera economía de la periferia de Europa que sufra un contagio brutal de la crisis del crédito. Pero tras ella pueden venir otras. De hecho, toda la zona del euro podría acabar rodeada de países en crisis. Esa es una posibilidad que preocupa al FMI, debido a los enormes déficits por cuenta corriente de varias economías ex comunistas. Y también al sector privado.

En una nota para sus clientes, el banco de inversión Merrill Lynch explicaba la semana pasada que "seguimos preocupados por el potencial de que haya shocks en ciertos países europeos con desequilibrios significativos", en referencia a Rumanía y Letonia.

Para Moritz Kraemer, de Standard and Poor's, "la restricción del crédito global podría golpear a la deuda soberana de los mercados emergentes europeos con más dureza que a los de otras regiones". Para Kramer, además de Rumanía y Letonia, también son muy vulnerables Turquía, Kazajistán, Hungría, Polonia, Bulgaria, Lituania y Ucrania.

La economía se desacelera

El país nórdico ha crecido en lo que va de la década a un increíble ritmo del 5% anual.

Islandia ocupa el primer puesto en el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas.

La deuda del sector privado llegó en 2007 a un 400% del PIB, cuando en 2004 era sólo del 184%.

El FMI cree que el PIB caerá un 1,8% en 2009. Su déficit por cuenta corriente fue del 25,4% en 2006.

Los islandeses han construido su paraíso económico a crédito. Y el crédito se ha terminado

– El Gobierno irlandés garantiza los depósitos de los bancos (Expansión – 30/9/08)

En una medida excepcional, provocada por el desplome bursátil del conjunto del sector financiero del país, el Gobierno irlandés ha tratado de calmar este nerviosismo con la decisión de garantizar los depósitos y la deuda de los bancos del país durante dos años. Bank of Ireland, Allied Irish Bank y Anglo Irish Bank figuran entre las entidades "respaldadas".

Las secuelas de la crisis del sistema financiero no sólo se traducen en rescates y nacionalizaciones. Las alertas han llevado al Gobierno irlandés a tomar una medida tan extraordinaria como la garantía de todos los depósitos de los bancos del país durante un periodo de dos años.

En un comunicado emitido por el Ministerio de Finanzas, explican que "el Gobierno ha decidido establecer con efectos inmediatos una garantía para salvaguardar todos los depósitos, bonos y deuda".

Irlanda es uno de los países más presionados por el frenazo económico, y en particular por la crisis inmobiliaria. Las previsiones de los analistas no descartan incluso una contracción de hasta el 2% en la economía del país.

La exposición al mercado inmobiliario ha convertido a la banca irlandesa en una de las más castigadas en las bolsas europeas. En el día de ayer, el sector bancario registró caídas de hasta el 26% en la Bolsa de Dublín.

La garantía del Gobierno sobre los depósitos se prolongará hasta septiembre del año 2010, y cubrirán a entidades como Allied Irish Bank, Bank of Ireland, Anglo Irish Bank, Irish Life and Permanent, Irish Nationwide Building Society y otras filiales.

Este respaldo del Gobierno no evita un nuevo desplome en las cotizaciones de los bancos del país. En la apertura de la jornada, los títulos de Anglo Irish Bank se hunden un 45%. Más contenidas son las pérdidas que sufren Allied Irish Bank y Bank of Ireland, del 15% en ambos casos.

– Islandia suspende temporalmente la negociación de sus principales bancos (El Economista – 6/10/08)

El regulador financiero islandés decidió hoy suspender temporalmente la negociación de los principales bancos del país debido a la incertidumbre que rodea al sector y sus efectos en la formación de precios.

De este modo, el regulador decidió la suspensión de las acciones y cualquier otro instrumento financiero emitido por los bancos Glitnir, Kaupthing, Landsbanki Íslands, Straumur-Burdarás, Spron y Exista.

Por otro lado, el primer ministro de Islandia, Geir Haarde, confirmó que los principales bancos del país han acordado desprenderse de sus activos en el extranjero y reducir su actividad exterior en el marco de los recientes movimientos dirigidos a diseñar un plan de rescate que proporcione estabilidad al sistema financiero. En este sentido, precisó que por el momento no se ha tomado ninguna decisión al respecto.

En este sentido, el diario británico Daily Telegraph apunta que entre las opciones que se barajan aparece la posibilidad de que el Gobierno facilite algún acuerdo entre los principales bancos islandeses como Kaupthing, Landsbanki y el recientemente nacionalizado Glitnir.

– Islandia se derrite (BBCMundo 6/10/08)

Hasta hace unas décadas Islandia, un país con apenas 300.000 habitantes y una superficie similar a la de Cuba, contaba con una economía basada en la pesca.

Pero en los años 90 su industria bancaria empezó a expandirse rápidamente en el extranjero, creciendo en volumen ocho veces por encima del Producto Interior Bruto del país. Fue entonces cuando las compañías islandesas desembarcaron en Europa, en países como el Reino Unido, donde poseen desde cadenas de supermercados hasta clubes de fútbol.

Pero ahora, como señala el corresponsal de la BBC, Steven Duke, la tierra del hielo y el fuego está sufriendo a consecuencia de la crisis crediticia.

Siguiendo la estela de otros gobiernos europeos, este lunes el gobierno islandés anunció que garantizará la totalidad de los ahorros bancarios de sus ciudadanos.

Plan de emergencia

La medida se hizo pública después de que se suspendiera la cotización de los seis bancos e instituciones financieras más importantes del país y el mismo día en que la corona islandesa perdió un tercio de su valor frente al euro.

Además, el primer ministro, Geir Haarde, dio a conocer en una dramática intervención pública los detalles del plan emergencia que van a adoptar para salvar a los bancos del país, después de un fin de semanas de reuniones en las que participaron los principales líderes políticos, financieros y sindicales del país. Según Haarde, la actual crisis puede llevar al Estado islandés a la bancarrota.

Según los detalles que han trascendido del plan para hacer frente a la crisis, el gobierno podría tomar el control de las instituciones financieras con problemas, incluso obligándoles a que se fusionen o a que se declaren en bancarrota. Anteriormente había anunciado que los principales bancos del país han acordado vender algunos de sus activos en el extranjero para traer dinero a casa.

El gobierno también quiere que los sindicatos trasladen al país una parte importante de los fondos de pensiones que tienen fuera del país. A cambio, los sindicatos piden que Islandia presente la solicitud para convertirse en miembro de la Unión Europea (UE), algo a lo que se han resistido durante décadas.

Recesión

Tras crecer a un ritmo del 7% anual, para el año próximo se ha pronosticado que la economía islandesa entrará en recesión, con unos tipos de interés del 15,5% y una inflación por encima del 12%.

Hace una década, los bancos islandeses utilizaron los ahorros nacionales como su principal fuente de financiación. Pero hacia 2006 esos mismos bancos dependían de los mercados extranjeros para obtener liquidez. Ahora esos mercados se han congelado, dejándoles con importantes deudas que pagar.

Según el corresponsal de la BBC, si en Islandia hace seis años hubieran querido pagar las deudas que tienen sus bancos en el extranjero, les habría constado a cada uno de sus 310.000 habitantes unos US$ 26.000. Actualmente, según nuestro corresponsal, cada hombre, mujer y niño en Islandia necesitaría cerca de US$ 280.000 para pagar esas deudas.

– Plan de urgencia: Islandia autoriza la intervención estatal sobre todos los bancos (El Economista – 7/10/08)

Gobierno y oposición islandeses aprobaron anoche de urgencia varias reformas legales que implican de facto el control estatal de todo el sistema bancario.

Las nuevas medidas, en respuesta a la grave crisis financiera, permitirán al Estado intervenir todos los bancos, obligarlos a fusionarse o a declararse en bancarrota.

"Estamos ante la posibilidad de que toda la economía nacional sea arrastrada a las profundidades de la crisis bancaria global y que la nación se declare en bancarrota", declaró en un discurso televisado el primer ministro conservador, Geir Haarde.

Ayer, el regulador financiero suspendió temporalmente la negociación de los principales bancos del país.

– ¿Bancarrota nacional? Islandia toma el control del segundo banco del país (El Economista – 7/10/08)

La crisis financiera internacional parece querer llevarse por delante a Islandia, que se encuentra en riesgo de declararse en "bancarrota nacional", según su primer ministro. Para evitarlo, y tras suspender de cotización a los principales bancos, han aprobado una ley para poder intervenir todas las entidades que ya ha puesto en práctica con la toma de control del segundo mayor banco del país. Además, ha solicitado un préstamo de 4.000 millones de euros de Rusia.

La Autoridad islandesa de Servicios Financieros (IFSA) ha tomado el control de la segunda mayor entidad bancaria del país, el Landsbanki, con el objetivo de salvaguardar los depósitos domésticos y mantener la operativa bancaria de forma ordenada, confirmó la institución.

De este modo, IFSA precisó que la acción fue tomada en virtud de los nuevos poderes otorgados por el Parlamento islandés y subrayó que "todos los depósitos domésticos están completamente garantizados" y que el resto de servicios de la entidad funcionan "con normalidad".

Ley a medida

Además, el gobierno islandés ha anunciado la concesión de un crédito inmediato por valor de 500 millones de euros para el principal banco de Islandia, el Kaupthing. Hace una semana, Islandia ya había nacionalizado el Glitnir, tercer banco del país, hace una semana, al adquirir el 75% de sus acciones para contrarrestar su falta de liquidez.

Hoy mismo, Gobierno y oposición acordaron varias reformas legales que implican de facto el control estatal de todo el sistema bancario y a partir de las cuales pueden intervenir todos los bancos, obligarlos a fusionarse o declararse en bancarrota.

Previamente, el Gobierno había garantizado los depósitos en bancos comerciales y cajas de ahorro nacionales.

Crédito de Rusia

Por otro lado, el banco central islandés, Sedlabanki, informó de que ha solicitado a un crédito de 4.000 millones. A pesar de que esta mañana se había afirmado que dicha línea de financiación ya había sido concedido, Rusia lo ha negado más tarde.

Sin embargo, el ministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin, señaló que sí habían recibido su solicitud. "Islandia es conocida por su estricta disciplina presupuestaria y vemos favorablemente este pedido. El resultado se conocerá tras las negociaciones", dijo Kudrin.

Con este préstamo se incrementarían las reservas de divisas, según manifestó el banco central, y se refuerza la estabilidad cambiaria de la corona islandesa, que acumula una depreciación del 30% respecto al dólar en apenas un mes. En este sentido, el Sedlabanki ha fijado la paridad de la corona islandesa con una cesta de divisas, equivalente a 131 euros.

Al borde de la bancarrota

"Existe el peligro real de que la economía islandesa, en el peor de los casos, sea arrastrada a las profundidades de la crisis bancaria global, y el resultado sería la bancarrota nacional", declaró en un discurso televisado el primer ministro islandés, Geir Haarde. "Muchas personas perderían dinero", añadió.

Hoy, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's volvía a recortar el "rating" de la deuda soberana de Islandia por segunda vez en lo que va de semana, hasta "BBB/A-3" desde "A-/A-"'.

Islandia, un país de apenas 300.000 habitantes que ha vivido años de boom económico, es uno de los más afectados por la crisis mundial, debido a la fragilidad de su economía, muy dependiente del sector financiero, que representa ocho veces el PIB nacional.

– Islandia descarta que vaya a entrar en suspensión de pagos (Expansión – 7/10/08)

Las quiebras y nacionalizaciones bancarias podrían dar paso a una situación aún mucho más extrema, la de la "suspensión de pagos" por parte de un Estado. Esa posibilidad es la que ha forzado al primer ministro de Islandia a asegurar, en rueda de prensa, que "Islandia nunca ha incurrido en impagos de su deuda y no lo hará". La ayuda financiera de Rusia ha activado las alertas.

Prácticamente ningún país es inmune a los efectos de la crisis crediticia. Pero Islandia podría ser uno de los principales damnificados. Así lo ven analistas como los de Deutsche Bank: "Probablemente está en la peor situación del mundo desarrollado para hacer frente a la crisis".

Su sistema financiero se ha mostrado también en las últimas jornadas como uno de los más frágiles, lo que ha provocado medidas también extremas. El Gobierno islandés suspendió ayer la cotización en bolsa de todos sus valores financieros, en el mismo día en el que anunció que garantizará todos los depósitos en bancos comerciales y cajas de ahorro nacionales.

Sólo un día después, ha tenido que proceder a la nacionalización del segundo mayor banco del país, Landsbanki, para que las sucursales de la entidad, la atención telefónica, los cajeros, así como las operaciones por Internet se mantengan abiertas con "normalidad".

La anormalidad viene además de la mano de la financiación a la que ha tenido que recurrir Islandia para llevar a cabo estas medidas. Un acuerdo con la "vecina" Rusia permitirá al país escandinavo recibir un préstamo por valor de 4.000 millones de euros.

El hecho de recurrir a Rusia para paliar la crisis de su sistema financiero ha encendido todas las alarmas sobre la situación ya no del sector bancario, sino de las cuentas públicas. El déficit por cuenta corriente, a finales de junio, era equivalente al 34% del PIB.

Para colmo, su moneda, la corona islandesa, se ha mostrado en los últimos tiempos como una de las más inestables en el mercado de divisas, más aún entre los países desarrollados. Y los últimos acontecimientos no han hecho sino agravar el desplome de la corona.

De ahí que el primer ministro islandés, Geir Haarde, haya tenido que salir al paso de los temores de suspensión de pagos del país, para asegurar en una conferencia de prensa en Reykjavik que "Islandia nunca ha incurrido en impagos de su deuda y no lo hará".

– La Guerra Fría llega a la crisis financiera de la mano de Islandia (El Mundo – 8/10/08)

(Por Pablo Pardo)

Nashville (Tennessee).- Si hay algo que nunca esperó el Departamento de Defensa de Estados Unidos es que un aliado de la OTAN pidiera a Rusia un crédito de emergencia por valor de un tercio de su PIB. En otras palabras, que Moscú se convirtiera en quien salvara de la quiebra a un miembro de la Alianza Atlántica. Como señalaba ayer, de Breakingviews, "Rusia podría querer algo a cambio del crédito". Y eso podría hacer que "EEUU se pusiera nervioso acerca de la posibilidad de que supusiera una presencia militar rusa en el Atlántico Norte". De hecho, Washington tuvo en Islandia una de las bases más importantes de la OTAN, la de Keflavik, cuya misión era perseguir a los submarinos nucleares soviéticos por el Atlántico Norte y garantizar que en caso de una guerra en Europa los convoyes estadounidenses con suministros pudieran alcanzar el Viejo Continente. La base fue cerrada hace dos años.

Aún más alarmante para Washington es el hecho de que el Gobierno de Reykjavik no se ha dirigido al Fondo Monetario Internacional para pedir ayuda, a pesar de que la crisis bancaria y de cuenta corriente de Islandia encaja como un guante en lo que se supone que son las competencias de esa organización. Esa decisión de Islandia ha reforzado la sensación de que el FMI, en el que EEUU tienen derecho de veto, está cayendo en la irrelevancia más absoluta a pesar de los esfuerzos de su actual director gerente, Dominique Strauss-Kahn, por sacarlo del marasmo en el que se encuentra desde que hace prácticamente una década el también francés Michel Camdessus abandonó el Fondo.

– Islandia nacionaliza ahora el primer banco del país (Cinco Días – 9/10/08)

Las autoridades financieras de Islandia anunciaron hoy la nacionalización del primer instituto crediticio del país, el banco Kaupthing, un día después de asumir el control sobre el tercero, el Glitnir, y dos después de hacer lo mismo con el segundo, el Landsbanki.

El gobierno de Reikiavik dictó a principios de semana un decreto urgente por el que se atribuye la capacidad de nacionalizar los institutos bancarios privados para evitar el colapso financiero del país y la práctica bancarrota de Islandia.

– La bolsa de Islandia suspende sus operaciones por la crisis (Infobae – 9/10/08)

El mercado de Reikiavik cancelará su actividad hasta el lunes por la inestabilidad que ocasiona la crisis financiera internacional. El gobierno de Islandia aplicó el corralito y estatizó los principales bancos

La Bolsa de Reikiavik, azotada por la crisis que golpea al sector financiero de Islandia, suspendió sus cotizaciones hasta el 13 de octubre, anunció este jueves el operador bursátil OMX.

"A raíz de las condiciones de mercado inhabituales, OMX Iceland decidió el jueves suspender temporariamente los intercambios en sus mercados de acciones. Los mercados reabrirán el lunes 13 de octubre", precisó el operador en un comunicado.

– Y van tres: Islandia nacionaliza el Kaupthing, el mayor banco del país (El Economista – 9/10/08)

A pesar de los esfuerzos del Gobierno islandés por mantener la entidad a flote, finalmente ha sido necesaria su intervención completa para salvarlo. El Estado islandés ha anunciado hoy la toma de control del Kaupthing, el principal banco del país, tras la nacionalización del segundo y el tercero banco islandeses en los últimos días.

La Autoridad islandesa de Servicios Financieros (IFSA), "de conformidad con el poder acordado por el Parlamento islandés, tomó el control de Kaupthing para mantener la continuidad de las operaciones bancarias comerciales en Islandia", afirmó en un comunicado.

Créditos insuficientes

Según el regulador islandés, los depósitos de los clientes del Kaupthing están completamente garantizados, y el ánimo de la operación es "hacer funcionar al sistema bancario doméstico".

Islandia ha tenido que recurrir a esta fórmula después de haber intentado mantener el funcionamiento del banco por otras vías. Así, ayer mismo, el Kaupthing recibió un crédito de 5000 millones de coronas suecas (cerca de 500 millones de euros) del Banco Nacional de Suecia. Sólo un día antes, el propio Gobierno islandés había inyectado con carácter inmediato otros 500 millones de euros a la entidad.

Con esta nacionalización, los tres mayores bancos de Islandia, gravemente afectados por la crisis financiera, ya se encuentran bajo las alas del Estado. Y es que desde el martes, el segundo y el tercer banco del país, el Landsbanki y el Glitnir, han pasado a manos del Ejecutivo islandés con el objetivo de salvaguardar los depósitos domésticos y mantener la operativa bancaria de forma ordenada.

Para ello, aprobaron un plan de emergencia por el cual se garantizaban el control estatal de todo el sistema bancario, de forma que pudieran intervenir todos los bancos, obligarlos a fusionarse o declararse en bancarrota.

ING a escena

Estas maniobras urgentes se han combinado con la acción de ING Direct, que también ayer pactó con el Tesoro británico la adquisición de los depósitos de los bancos Kaupthing Edge y el Heritable Bank, filiales en Reino Unido de los bancos islandeses Kaupthing y Landsbanki, respectivamente.

En concreto ha adquirido 3.200 millones de euros en depósitos y 160.000 clientes del Kaupthing Edge, y 690 millones de euros y 22.200 clientes del Heritable Bank.

– El capitalismo "en entredicho" – Islandia nacionaliza los tres mayores bancos del país y podría pedir ayuda al FMI (Expansión – 9/10/08)

La debacle del sistema financiero de Islandia se ha completado hoy con la nacionalización de su mayor banco, Kaupthing, de forma que el Estado escandinavo, ahogado por el déficit, pasa a tener el control de los tres mayores bancos del país. Para dar este nuevo paso, Islandia, después de las ayudas económicas recibidas de Rusia y Suecia, estudia recurrir al FMI.

La oleada de nacionalizaciones en la banca se produce en una situación extrema en las cuentas públicas del país. No en vano, en las últimas jornadas el Gobierno ha tenido que salir al paso de los rumores de una posible "suspensión de pagos". Las agencias de calificación crediticia han aumentado si cabe estos temores, con los recortes de rating emitidos por S&P y Moody´s en los dos días precedentes.

La falta de recursos económicos, con un déficit público disparado y una divisa desplomada, ha forzado al Gobierno islandés a recurrir a otros países para financiar estos planes de salvamentos bancarios. Primera fue Rusia, con el inicio de negociaciones para una préstamo de 4.000 millones de euros, y ayer la "vecina" Suecia, con 518 millones de euros para garantizar la liquidez de la división sueca de Kaupthing.

Las garantías del banco central sueco (Riksbank) no han sido suficientes para evitar, hoy, la nacionalización del mayor banco islandés. En el día de ayer el Riksbank señalaba ya que Kaupthing, todavía, era solvente, pero advertía que las condiciones del mercado financiero islandés hacían difícil asegurar sus obligaciones de pago.

Sin apenas recursos para llevar a cabo la nacionalización de Kaupthing, el primer ministro islandés ha reconocido que estudia solicitar ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional. La deuda del sistema bancario de Islandia es equivalente, nada menos, que a 12 veces la economía del país, según Bloomberg.

La crisis extrema del país escandinavo forzó al banco central a intentar fijar un tipo de cambio fijo para su divisa, la corona islandesa, y evitar así la continuidad de su desplome. Pero una vez más la falta de recursos para estabilizar la divisa llevó al banco central a abandonar ayer estos intentos.

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