El impacto del Tratado de Libre Comercio de América del norte en México (página 3)
Enviado por Jos� Carlos Mendoza Saiz
3.2Apalancamiento del impacto de las remesas.
Si bien los remitentes individuales y sus familias a menudo son invisibles, el poder económico de millones de pobres se hace cada vez más evidente. De hecho, la línea divisoria entre los pobres y los no pobres ya no se trata tanto de la existencia de activos como del uso de esos activos. Sobre los pobres y la propiedad se aplican igualmente a las remesas: "Para que los países pobres se desarrollen, debe permitirse que los pobres y las clases medias bajas usen sus activos de la misma manera en que lo hacen los ciudadanos más ricos. . . [Esos activos] pueden volverse más productivos y generar capital para sus dueños, crecimiento para la nación y mercados para la industria".
Si dejamos de pensar en los pobres como víctimas o como una carga y empezamos a reconocerlos como empresarios adaptables y creativos y como consumidores conscientes de su valor, se abrirá todo un nuevo mundo de oportunidades.
Las remesas se incrementaron con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, con este tratado las remesas crecieron de una manera dinámica y expansiva, hoy en la actualidad entra mas capital por medio de las remesas, que por la inversión extranjera directa y el petróleo; sin embargo no se hace mucho en materia política por este fenómeno, durante mas de diez años lasa remesas has servido de sustento para muchas de las familias mexicanas pero no a servido de incentivo para el desarrollo económico, debido a que el uso de las remesas se ha destinado para el consumo primario y no para la inversión o realización de algún proyecto para pequeña o mediana empresa.
En el nivel de los hogares, las remesas a menudo promedian un medio o más del ingreso familiar. Muchos inmigrantes envían dinero a más de un hogar. El grueso de las remesas (entre 80 y 85%) se utiliza para cubrir necesidades básicas diarias, como comida, vivienda y servicios. Para millones de estas familias, muchas de las cuales viven con unos cuantos miles de dólares al año, las remesas regulares y las transferencias periódicas de bienes pueden tener una enorme importancia en cambiar su nivel de vida. Sin embargo, en gran medida este canal sigue siendo insuficiente con respecto a la oferta a los pobres de más opciones a la hora de utilizar sus propios recursos para beneficiar a sus familias y a sus comunidades locales.
A diferencia de la ayuda exterior, las remesas van directamente a las familias en lugares que son los más difíciles de alcanzar por la asistencia para el desarrollo, como son las áreas rurales remotas. En comparación con la inversión extranjera directa y otros flujos de capital, las remesas también exhiben una notable fuerza para resistir, en parte debido a que apoyan la supervivencia de la familia en el país de origen.
El error es que casi no usan las remesas para usos productivos como para pagar la escuela de sus hijos, comprar algún bien inmueble, poner un negocio en fin para un uso productivo.
Dadas las magnitudes de estos flujos, las remesas representan un enorme espectro de oportunidades potenciales no sólo para las familias individuales, sino también para las comunidades locales y las economías nacionales. En el nivel macroeconómico, las remesas tienen un fuerte impacto por su efecto multiplicador en el PIB, la creación de empleos, el consumo, el ingreso y la inversión. En un estudio de 2003 patrocinado por el Fomin del Banco Interamericano de Desarrollo, se encontró que encauzar las remesas por las vías principales hacia los sistemas financieros de los países receptores puede incrementar en grado significativo los multiplicadores de ingresos de estos flujos.
La inmensa escala de las remesas a México puede ser una poderosa palanca para abrir los sistemas financieros, movilizar los ahorros, generar préstamos a pequeñas empresas y multiplicar el impacto en las economías para millones de familias individuales y las comunidades en que viven.
Las remesas presentan una enorme oportunidad para que millones de familias entren en el sistema financiero mundial: abrir una cuenta de ahorros u obtener un préstamo o una hipoteca. Éste es un primer paso decisivo para que familias individuales se incorporen a la corriente general de las finanzas y que un país determinado alcance la meta de la democracia financiera.
Las autoridades públicas se encargan de regular y gravar el dinero. Las instituciones de desarrollo, como el Banco Mundial, el FMI y el BID, se encargan de poner condiciones al dinero que prestan. Las remesas son distintas. Son transacciones privadas entre partes privadas. El dinero es dinero de la familia: ganado con arduo trabajo y con considerable sacrificio. Estas transferencias familiares representan la esencia de los valores de la familia: trabajo arduo, economías, sacrificio y esperanza de un futuro mejor. A la base de todo ello está un hecho fundamental: es su dinero. El dinero pertenece con toda justicia a los remitentes y a sus familias.
En palabras simples pero profundas, cuando se trata de los remitentes y receptores de remesas: es su dinero. Las remesas son mucho más que meras transferencias financieras; son el resultado de la separación de familias, de la fractura de economías nacionales y del éxodo de adultos creativos y muy trabajadores de países pobres a los más ricos. Estos flujos arrojan elevados beneficios financieros, pero a un costo humano muy alto.
Sin embargo, las remesas siguen siendo flujos privados a la búsqueda de oportunidades públicas. Si emprenden acciones las autoridades públicas, las instituciones encargadas de remesar y la sociedad civil pueden hacer mucho para ofrecer los incentivos y capacidades necesarias que permitan a la gente colocar su dinero de modo que sirva a sus familias y su futuro. Las remesas, por largo tiempo el signo de un amplio problema, tienen ahora el potencial de ser parte de una solución de gran alcance. En suma, ya es hora de convertir el efectivo en cambio.
El fenómeno de las remesas es el resultado más satisfactorio del TLCAN, de echo por este solo fenómeno catalogo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte como un éxito, este fenómeno no se esperaba por ninguno de los tres países integrantes del TLCAN, de echo el fenómeno de las remesas equivale a la enorme emigración de mexicanos a los estados unidos, este problema se encuentra en la reforma del convenio, es decir se trabajara de manera intensa en el ASPAN en este rubro; si se logra canalizar las remesas para usos productivos se lograra combatir a la pobreza de manera natural, sin tener que dedicarle mucho capital por parte de la recaudación tributaria federal.
3.3La pieza positiva del TLCAN en México con sus partes "oscuras".
Las remesas son una fuente importante de ingreso para las familias que las reciben, y se han convertido en un elemento significativo para los países en vías de desarrollo. México, con cerca de 25 millones de remitentes potenciales que viven en Estados Unidos, no ha sido la excepción.
El Banco de México estima que durante 2004 entraron al país 16 613 millones de dólares correspondientes a remesas familiares. Este flujo tuvo un incremento de 24% con respecto al año anterior y fue mayor a la inversión extranjera directa que ingresó a México en ese año. Asimismo, el informe del Banco Mundial, La pobreza en México, indica que las remesas son uno de los factores que permitieron a varios millones de mexicanos salir de la pobreza extrema (definida como un ingreso de un dólar por persona por día) entre 2000 y 2002. Tanto organismos internacionales y asociaciones civiles, como el gobierno de México, confían en el éxito de programas en los cuales las remesas financien proyectos de desarrollo regional.
Los resultados positivos han dado lugar a propuestas optimistas. Es común leer que las remesas continuarán teniendo un crecimiento significativo, el cual resultará en la disminución de la pobreza, y que las remesas serán fuente de financiamiento estable para microempresas.
Lamentablemente, este optimismo tiene límites según los datos empíricos recabados. México y otros países con amplia población remitente se equivocan al celebrar los beneficios de las remesas sin evaluar sus limitaciones.
En primer lugar, es probable que el flujo de remesas a México decrezca durante esta década. Fenómenos como la reunificación familiar, la posible aprobación de iniciativas en el Congreso estadounidense a favor de los derechos laborales y políticos de los inmigrantes en Estados Unidos, y cambios en el número y/o las características de los emigrantes mexicanos, reducirán en primera instancia la tasa de crecimiento de las remesas y, finalmente, su monto general.
En segundo lugar, sólo una pequeña proporción de las remesas se envía a instituciones para proyectos de inversión en la comunidad o microfinanciamiento particular. En su gran mayoría, los remitentes envían el dinero directamente a sus familias, en especial para consumo primario.
En tercer lugar, la distribución de las remesas no es uniforme en el territorio nacional, y los estados con menor ingreso percápita no son los que necesariamente absorben más. Diez estados de la República reciben 70% del monto total de las remesas, mientras que el restante 30% se distribuye en 23 estados De hecho, cinco de los 10 estados con los niveles más bajos de ingreso per cápita, educación y salud en México son receptores minoritarios de remesas.
Para respaldar estas afirmaciones utilizamos, entre otras fuentes, dos encuestas elaboradas por el Tomás Rivera Policy Institute (TRPI). Una de las unidades de análisis de ambas encuestas del TRPI es la población de origen mexicano que vive en Estados Unidos y envía remesas a México. El primer estudio del TRPI, "Encuesta de las actividades políticas y civiles del inmigrante", se elaboró entre julio y agosto de 2002, a partir de entrevistas telefónicas a 1602 emigrantes de los cuatro grupos más importantes (mexicanos, salvadoreños, dominicanos y puertorriqueños). El segundo estudio del TRPI, "Encuesta del comportamiento del inmigrante remitente", se elaboró en diciembre de 2003, también por teléfono, con respuestas de 800 personas de origen mexicano y salvadoreño que durante ese año enviaron dinero a sus países de origen.
De acuerdo con la encuesta del TRPI de 2002, son dos los principales indicadores que distinguen a la población remitente de origen mexicano en Estados Unidos de la población no remitente. En primer lugar, los remitentes tienen un familiar directo que se "ha quedado atrás" en su país de origen. En segundo lugar, ellos tienen la voluntad de regresar a vivir a México en el futuro. Otras características, como el nivel de ingreso, su género o los años que han vivido en Estados Unidos, no tuvieron un impacto significativo para distinguir a los remitentes de quienes no envían remesas.
Los resultados de la encuesta son contundentes. Ochenta por ciento de los encuestados que tienen algún familiar directo en México y que desean volver al país son quienes envían remesas. En cambio, más de 90% de los inmigrantes de origen mexicano que no envían remesas no presentan ninguna de las dos características: ni tienen familiares en México, ni desean volver al país.
Estos resultados coinciden con los trabajos de investigación sobre otro grupo demográfico de remitentes potenciales en Estados Unidos: la segunda generación de mexicano-estadounidenses. En su mayoría, los miembros de este grupo no tienen familiares directos en México y tampoco la intención de cambiar su residencia. Se ha demostrado que éstas son dos razones por las cuales la segunda generación de mexicano-estadounidenses remite mucho menos que los inmigrantes recientes y que los mexicano-estadounidenses de primera generación, tal como lo sugiere el capítulo de Louis DeSipio en Sending Money Home (2002).
Entonces, ¿cuáles son las causas que pueden reducir el envío de remesas a México? En primer lugar, las políticas públicas que faciliten al inmigrante a establecer su domicilio permanente en Estados Unidos. Algunas de ellas dependen del Congreso estadounidense, como la extensión de permisos de trabajo temporal o la legislación a favor de la amnistía en asuntos migratorios.
Otra causa es la falta de oportunidades laborales en México para el emigrante que decide regresar al país después de trabajar en Estados Unidos. Cada vez se sabe de más casos de mexicanos que, tras haber intentado sin éxito establecerse en México, fincan su residencia permanente en el país vecino. Así, México pierde dos veces al mismo emigrante, la segunda vez con carácter definitivo.
En segundo lugar, el flujo de remesas a México puede disminuir como consecuencia de políticas públicas que favorecen la reunificación del inmigrante con su familia en Estados Unidos. En la legislación estadounidense existen antecedentes favorables a la "unidad familiar" del inmigrante. En 1986, la Reforma para el Control Migratorio (conocida como IRCA, por sus siglas en inglés) permitió a los inmigrantes indocumentados mexicanos, que se establecieron en Estados Unidos antes del 1 de enero de 1982, legalizar su categoría migratoria y, posteriormente, introducir legalmente a su familia en ese país. Con políticas similares se reduciría el número de familiares que "se han quedado atrás" y con ello también concluiría una de las razones para el envío de remesas.
Por último, cambios en el número y/o las características del inmigrante podrán también reducir el flujo de remesas. El caso de Turquía es ilustrativo de este fenómeno. En 2003, cerca de cuatro millones de turcos vivían fuera de su país, 50% de ellos en Alemania. Durante las décadas de los 1980 y 1990 la emigración turca produjo un aumento considerable en el envío de remesas. Mientras en 1985 Turquía recibió remesas por 1740 millones de dólares, para 1998 el flujo se incrementó a más de 5300 millones de dólares. A partir de entonces el flujo de remesas a Turquía ha mermado considerablemente: en 2003, el monto total cayó a 1710 millones de dólares, nivel similar al recibido en 1985 y equivalente a una reducción de 68% con respecto al monto máximo histórico recibido en 1998.
¿Qué explica esta caída? La población de origen turco en Alemania crece cada año, pero lo hace a tasas decrecientes. De 1997 a 2002 la emigración de Turquía a Alemania fue de 52 mil personas en promedio cada año. Aun cuando elevado, este monto es menor a las 70 mil personas que emigraron entre 1990 y 1996, en promedio anual. Si bien es cierto que la intensidad de la inmigración ha disminuido, el total de inmigrantes turcos en Alemania es mayor ahora que hace 10 años.
Esto produce un enigma: si en 2003 había más remitentes potenciales turcos en Alemania que en 1998, ¿por qué ahora remiten menos?. Una respuesta posible es que el tipo de inmigración ha cambiado con el tiempo y es ahora sustancialmente diferente al del pasado.
Por ejemplo, entre 1961 y 1967 la proporción de mujeres inmigrantes turcas en Alemania era de alrededor de 16%. A finales de 1986 esta proporción se duplicó y, para finales de los noventa, la proporción era cercana a 40% del total. Esto ha dado como resultado la reunificación con esposos y padres turcos que radicaban en Alemania. El cambio en el tipo de migración tuvo dos efectos que reducen el flujo de remesas. Por el lado de la oferta, el inmigrante original tiene menos incentivos para volver a Turquía, pues sus familiares ya viven en Alemania. Por el lado de la demanda, tanto el inmigrante original, como el nuevo, ya no tienen a quién enviar remesas.
Lo mismo sucederá en México si la inmigración futura resulta en la reunificación de familias mexicanas en Estados Unidos. Así, a pesar de que el número de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos se incremente, de hecho se reducirá tanto el número de remitentes como el número de receptores. En consecuencia, disminuirá el monto total de las remesas enviadas a México.
Este fenómeno migratorio puede estar ya en su fase inicial. Según Jeffrey Passel del Pew Hispanic Center, la población promedio de inmigrantes mexicanos que ingresó sin documentos a Estados Unidos entre 1980 y 2004 fue de alrededor de 253 mil personas por año. El movimiento migratorio no ha sido constante: el menor ocurrió entre 1980 y 1984, mientras que el más intenso ocurrió entre 2000 y 2004. Sin embargo, este crecimiento se da en tasas decrecientes. Por ejemplo, de 1985-1989 a 1990-1994 la población que ingresó sin documentos a Estados Unidos creció 225%, mientras que de 1995-1999 a 2000-2004 la población mexicana que entró a Estados Unidos sin documentos aumentó tan sólo 21 por ciento.
En conclusión, es posible que la población total de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos continúe en aumento, pero que su crecimiento se dé en tasas decrecientes. Además, las características del nuevo inmigrante pueden ser diferentes que las del inmigrante de los noventa (en su amplia mayoría hombre y soltero). Por ejemplo, el Pew Hispanic Center estima que en 2004 una de cada seis personas que ingresaron a Estados Unidos sin documentos era menor de edad.
Asimismo, en el pasado reciente el número de mujeres inmigrantes sin documentos ha crecido: en 2004 representaron ya 29% del total. Esta tendencia permite suponer que la migración creciente de niños y mujeres se debe a la reunificación familiar. Como ya se ha dicho, la reunificación familiar reducirá tanto la oferta como la demanda de remesas. Así, el envío de remesas a México será menor cada año y, a la larga, se detendrá.
Las remesas se destinan jerárquicamente para pagar una pirámide de servicios básicos. Una vez que éstas financian el consumo básico, el dinero excedente se destina a satisfacer el siguiente escalafón de necesidades. Según la encuesta del TRPI de 2003, las remesas pueden dividirse de acuerdo con el objetivo del remitente. Sesenta y nueve por ciento de los remitentes envía remesas para el consumo familiar; 31%, con un doble objetivo: consumo familiar y fines colectivos.
El primer grupo envía en promedio 900 dólares por año y lo distribuye de la siguiente manera: 69% tiene como objetivo el pago de consumo básico, 9% el pago de los servicios de salud, 3% la construcción o mejoras del hogar, y 2% la cobertura de la educación (ver gráfica).
El segundo grupo, el que remite dinero para consumo familiar y para fines colectivos, envía en promedio 980 dólares por año y destina 62% al pago de consumo básico, 9% al pago de servicios de salud, 4% a la construcción o mejoras del hogar, 2% a la educación y 11% a fines colectivos. Gran parte de los envíos colectivos se destina a actividades recreativas (ferias del pueblo o ceremonias religiosas). Menos de la mitad tienen como objeto actividades productivas (construir infraestructura, generar empleo o financiar desarrollo económico) (ver gráfica).
¿Por qué se envía poco dinero para fines colectivos? De acuerdo con el TRPI de 2003, dos respuestas son las más comunes y están relacionadas entre sí: 1) 54% prefiere enviar el dinero directamente a su familia, y 2) 33% de los remitentes no confía en que el dinero que envían será utilizado efectivamente para los fines colectivos deseados. Un dato de interés adicional es que solamente una minoría de los remitentes (9%) pertenece a organizaciones (las llamadas hometown associations) que promueven envíos colectivos para financiar proyectos en sus comunidades de origen.
En conclusión, la gran mayoría de los remitentes no envía dinero para fines colectivos. Incluso aquellos que remiten para esos fines destinan más de la mitad de su remesa al consumo básico. En gran medida, las remesas con fines colectivos tienen propósitos recreativos o religiosos. La mayoría de los inmigrantes no pertenecen a las hometown associations, ni confían en que el dinero que se envía para estos fines vaya a ser utilizado eficientemente. Por lo tanto, a menos de que se construyan nuevos vínculos de participación y confianza entre la comunidad emigrante y su contraparte en México, las remesas no serán fuente estable de financiamiento para proyectos productivos con fines colectivos.
La recepción de remesas en México no es geográficamente uniforme. Nueve estados y la ciudad de México reciben más de 70% de las remesas; 22 estados se distribuyen el restante 30 por ciento.
¿Qué características tienen los 10 estados que reciben la mayor parte de las remesas? Es común suponer que la pobreza produce emigración, y que ésta produce remesas. Si esto fuera así, los estados y los municipios con menores niveles de ingreso per cápita, educación y salud tendrían un gran número de emigrantes y, por lo tanto, recibirían un elevado monto de las remesas nacionales. Sin embargo, la distribución geográfica de las remesas en México revela una realidad diferente.
Los estados y los municipios con menor índice de desarrollo humano — medida que incluye niveles de ingreso per cápita, educación y salud — no son los que necesariamente reciben mayores remesas. De hecho, los municipios con el mayor porcentaje de hogares que reciben remesas tienen un índice de desarrollo humano medio.
En el nivel estatal este fenómeno también se puede comprobar de dos maneras: 1) en términos absolutos, evaluar el monto total de las remesas que recibe cada estado y compararlo con su índice de desarrollo humano, y 2) en términos relativos, evaluar el monto de remesas per cápita que recibe cada estado y compararlo también con el índice estatal de desarrollo humano. Para realizar estas comparaciones se utilizan los datos del Banco de México en "Balanza de pagos, Ingreso por remesas familiares, Distribución por entidad federativa" (2004) y los índices del PNUD en su "Informe sobre el desarrollo humano en México 2002".
La globalización es un fenómeno que se desarrolla por la necesidad a la seguridad y desarrollo de los países con una visión de política neo liberal, los organismos e instituciones que apoyan a este sistema se crearon un poco después de la primera y segunda guerra mundial; después de Bretton Woods, en menos de tres décadas ya existía una plataforma novedosa en la cual los países fuertes se encontraban muy favorecidos, se crea la (CECA y el GATT), y en un abrir y cerrar de ojos los países se encuentran interactuando en bloques económicos.
Se sentía cerca el día en que México formara parte de este sistema, por el hecho de ser vecinos del país mas poderoso del mundo y el gobierno que se encontraba mayormente adaptado a este sistema, México había sido caracterizado por ser un país de economía cerrada, pero bajo las crisis que afrontó en las diferentes décadas, se vio obligado a ingresar al GATT, una vez situado en el riel no hay mucho por hacer, con un préstamo por parte del Fondo Monetario Internacional, las decisiones del futuro de México jugaban en un sistema tridimensional; ahora bien todo parecía que giraba de maravilla, las negociaciones que involucraron a México a ser parte del bloque económico del Norte parecían perfectas o por lo menos así nos lo hicieron ver en el gobierno de la republica mexicana de 1994.
Con la creación del TLCAN, las exportaciones crecieron considerablemente, también creció la inversión extranjera directa, ambos son puntos que se presumen año con año desde la entrada en vigor del tratado, pero lo que no se da a entender es que el objetivo no es exportar más, el objetivo es exportar más con el fin de llegar al desarrollo como país, esto no se ha logrado, por la sencilla razón de que son cifras o resultados engañosos, antes de exportar un producto mexicano terminado, se importa el noventa por ciento de su materia prima aproximadamente, además los sectores donde a crecido México en sus exportaciones es en el de la maquila el cual no forma parte de las normas del TLCAN, curiosamente es en donde se concentran mas la Inversión Extranjera Directa, debemos de ser analíticos y darnos cuenta de estos puntos importantes, si México no logra hacer reformas estructurales no lograremos ser competitivos y mucho menos podremos aprovechar el nuevo convenio que se esta creando en América del Norte.
Para un futuro muy cercano se espera que se pula este tratado, lo cual significa que se están construyendo nuevas piezas y sería prudente que en esta ocasión nos preparemos a tiempo para sacar mayor provecho. Para lograr este objetivo, México debe reorientar sus políticas económicas para alentar una inversión mayor y distribuir los beneficios del crecimiento económico de manera más equitativa y eficiente en todo el país.
Se necesita avanzar, en particular, en los siguientes rubros: (1) expandir considerablemente la inversión y la productividad en el sector energético; (2) continuar los esfuerzos para elevar la transparencia gubernamental, construir la capacidad reguladora y profundizar la reforma judicial; (3) mejorar el acceso a la educación pública de alta calidad; (4) promover el desarrollo de proyectos de infraestructura básica por parte de los gobiernos estatales y municipales; (5)ayudar a productores pequeños y medianos a aprovechar las ventajas de la integración económica; (6) incrementar la base federal impositiva como porcentaje del producto interno bruto, y (7) establecer objetivos claros y cuantificables para el gasto público. Desde luego, es asunto de México desarrollar las condiciones políticas para que estos cambios se realicen.
Adaptar un compromiso en América del Norte con un medio ambiente más limpio, expandir la producción de energía como impulsor de una economía continental creciente y más competitiva trae consigo la responsabilidad conjunta de dar forma a un medio ambiente más limpio y reducir la contaminación.
Expandir la colaboración trinacional en conservación e innovación, el desarrollo de nuevas tecnologías y estrategias de conservación es esencial, tanto para reducir la contaminación como para obtener el mayor provecho de las ventajas de la región en materia de recursos.
Establecer un mercado integral para el comercio en América del Norte.
Ahora que las barreras arancelarias han quedado virtualmente eliminadas y que se perciben los trazos de una economía de América del Norte, ha llegado el momento de adoptar un enfoque más amplio para fortalecer las perspectivas económicas de los ciudadanos de los tres países.
El primer paso es alentar la convergencia de las tasas arancelarias a la de la nación más favorecida que cada socio aplica a las importaciones procedentes de afuera de América del Norte. Luego los gobiernos deben reducir las restantes barreras no arancelarias al flujo de bienes y servicios, y atender problemas derivados de discriminación en precios y subsidios a competidores dentro de América del Norte. Por último, deben coordinar su trato respecto de prácticas desleales de comercio de proveedores externos al mercado norteamericano. El fin último debe ser crear un mercado integral para proveedores y consumidores en toda América del Norte.
Las recomendaciones específicas que aquí se expresan requieren que los tres gobiernos avancen más allá de los confines de los actuales marcos regulatorios y legales y aborden los elementos restantes del proyecto de libre comercio con el cual se comprometieron en el ALC y el TLCAN. También significa que deben atender con creatividad asuntos difíciles, como los diferentes enfoques hacia el comercio con terceros paséis y las normas conflictivas entre acuerdos de libre comercio negociados en la pasada década. Las modernas tecnologías y los patrones casa vez más profundos de producción industrial hacen posible y fructífero explorar esta próxima etapa de facilitación de libre comercio.
Estos objetivos no sólo profundizarán y fortalecerán la economía de América del Norte: también elevarán la seguridad de la región. Si los oficiales fronterizos no necesitan inspeccionar los orígenes de productos que cruzan la frontera y se preocupan menos por otros asuntos de rutina en las aduanas, podrán concentrar más recursos en prevenir la entrada peligrosa o ilícita de personas y bienes procedentes de fuera de América del Norte.
Existen unos puntos vitales en los que debemos trabajar de manera inmediata como por ejemplo:
Cielos y caminos abiertos. La eficiencia de la red de transporte es decisiva para hacer de América del Norte un lugar más competitivo para invertir y producir, y para extender los beneficios del crecimiento económico a todos los rincones del continente. Entre otras reformas regulatorias, los gobiernos deben considerar los beneficios de permitir a firmas transportista de los tres países acceso ilimitado al territorio de los demás, con inclusión de una autorización de cabotaje total (comercio entre dos puntos dentro de un país, por ejemplo, una camionera canadiense que lleve carga de Chicago a Los Ángeles o una aerolínea estadounidense que traslade pasajeros entre la ciudad de México y Monterrey) de aerolíneas y transportistas terrestres.
Una sola prueba para biotecnología y productos farmacéuticos. El costo y calidad de la atención a la salud es un tema crítico en los tres países. La biotecnología y los productos farmacéuticos desempeñan un papel vital en el suministro de nuevos tratamientos que mejora la salud y que a menudo también reducen costos enormes en su desarrollo y en la obtención de la aprobación regulatoria correspondiente.
La investigación preliminar indica que la cooperación regulatoria en las áreas de fármacos humanos y veterinarios, aparatos médicos, control de plagas y productos químicos elevaría el valor de las ventas en esos sectores en más de 10 por ciento, las utilidades en 8 por ciento y la tasa de recuperación de inversión en nuevos productos en un promedio de 4.8 %.
Dos posibles enfoques para reducir la carga regulatoria y mantener a la vez normas rigurosas de protección de la salud y seguridad serían adoptar un principio de una sola prueba, según el cual un producto probado en un país satisfaga las normas de los otros, o establecer un centro de prueba para América del Norte con personal de cada país.
Integrar protección de alimentos, salud y medio ambiente. El mercado en América del Norte de productos agrícolas y alimenticios ya está muy integrado, y la intensa perturbación de este mercado por sólo dos casos de la enfermedad de las vacas locas demuestra la necesidad de garantizar que los procesos regulatorios estén tan integrados como sus mercados relevantes. Una mayor cooperación es también esencial para ofrecer respuestas efectivas a amenazas a la salud de humanos y animales, y al medio ambiente de América del Norte.
Convertir las normas de América del Norte en el enfoque de preferencia para adoptar nuevas reglas nacionales. A la vez que se hace un esfuerzo para eliminar las diferencias regulatorias existentes tan pronto como sea posible, también es importante que los reguladores consideren la dimensión norteamericana al elaborar nuevas reglas. Con este fin, debe utilizarse el marco de la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad para establecer un nuevo mecanismo que permita mayor colaboración y consulta entre los tres países, en todos los niveles de gobierno, al desarrollar y adoptar nueva normas. Cada jurisdicción retendría el derecho soberano a elaborar reglas dentro de sus fronteras, pero como principio, normas individuales de aplicación nacional sólo se adoptarían cuando no exista un enfoque internacional o continental, cuando no ocurran circunstancias o prioridades únicas nacionales, o cuando se abrigue una bien fundada falta de confianza en las prácticas regulatorias de los otros socios. El nuevo mecanismo trinacional debe también encargarse de identificar medidas conjuntos para asegurar una aplicación consistente de las nuevas reglas conforme se desarrollan.
La gente es el recurso de mayor valor en América del Norte. Bienes y servicios cruzan las fronteras con facilidad; asegurar el tránsito legal de los trabajadores en América del Norte es más difícil. La experiencia con el sistema de visado del TLCAN indica que es necesario simplificar sus procedimientos, y tales visados deben ponerse a disposición de una gama más amplia de ocupaciones y de categorías adicionales de individuos, como estudiantes, profesores, legítimos visitantes frecuentes, y jubilados.
Para obtener el mayor provecho de la impresionante reserva de destreza y talento que existe en América del Norte, los tres países deben de poner la mira más allá del sistema de visado del TLCAN. El gran volumen de inmigrantes indocumentados de México a Estados Unidos es un asunto urgente que esos dos países deben de atender. Un objetivo de largo plazo seria crear una "preferencia norteamericana": nuevas reglas que dieran muchas mayores facilidades de desplazamiento a empleados, y a los empleadores para reclutar personal a través de fronteras nacionales dentro del continente. Esto incrementaría la competitividad de América del Norte, elevaría la productividad, contribuiría al desarrollo de México y atendería uno de los principales temas de la agenda bilateral México – Estados Unidos.
Canadá y Estados Unidos deben considerar eliminar por completo las restricciones a la movilidad laboral entre sí y trabajar en soluciones que a la larga puedan permitir la extensión de la plena movilidad laboral también hacia México.
- Expandir los programas de trabajadores temporales.
- Instaurar el acuerdo de totalización de seguridad social negociado entre Estados Unidos y México.
- Crear una preferencia norteamericana.
Es hora de buscar y tomar el timón en nuestras manos y poder crear nuestras propias posibilidades. Para las personas que piensan en una posible unión aduanera con los países del TLCAN, pienso que este no tiene trazas de tomar forma. México tiene una serie de enormes problemas internos que debe de resolver antes de aventurarse a soñar con esa alianza. Las uniones aduaneras requieren de integración en políticas fiscales y monetarias. Si no hemos logrado tener en nuestro país una reforma fiscal integral que sea justa y simplifique la recaudación no podemos pensar en una Unión.
Los retos globales que enfrenta América del Norte no pueden enfrentarse sólo mediante esfuerzos unilaterales, o bilaterales, o mediante los parámetros existentes. Requieren una cooperación más profunda, basada en el principio, sostenido en la declaración conjunta de México, Canadá y Estados Unidos de marzo de 2005, de que "nuestra seguridad y prosperidad son dependientes y complementarias entre sí"
Establecer una comunidad económica y de seguridad para América del Norte para el 2010 es un objetivo ambicioso, pero factible, el cual consiste con ese principio y, lo que es más importante, impulsa los objetivos y valores de los ciudadanos de América del Norte que comparten el deseo de alianzas seguras y protegidas, oportunidad y prosperidad económicas y fuertes instituciones democráticas.
Con la creación del TLCAN, surgieron las remesas con un mayor impacto, es importante llevar a cabo los programas que se mencionan en el capitulo tres, no se sabe con certeza cuanto tiempo más pueda existir este despunte de las remesas, mientras tanto debemos intentar aprovechar al máximo este fenómeno que juega a nuestro favor.
Debemos de tener confianza en este nuevo paso para América del Norte y sobre todo contar con las ganas y anhelos de vivir, no se logrará nada si no contamos con ese ingrediente, el tener ganas de hacer la cosas bien y de luchar por el futuro. A continuación una percepción de lo que a implicado este tratado ya a más de una década de existencia, las posibilidades de mejorar las cláusulas están en proceso, la necesidad de seguridad de EU y Canadá ofrece una oportunidad para retomar el tren de la competitividad.
El Cafta, es posiblemente otro tratado parecido al TLCAN solo que esta vez se pondrá aun más en riesgo todos sectores productivos de estos países de centro América, es un bloque que en conjunto busca la cooperación y el comercio con el mercado mas grande del mundo además de generar inversión extranjera directa y de esta manera lograr estar en estabilidad, sin embargo estos hechos son un tanto peligrosos ya que son países que carecen de competitividad además de no poder lograr sus reformas en tiempo y forma.
Esta puede ser una razón por la que jamás se lleve acabo la creación del (ALCA), el abusó nuca es bien visto ante los ojos de nadie, esperamos lo mejor, existe un proverbio que dice que lo que no mata te hace más fuerte.
El imperio de los Estados Unidos se encuentra herido, cuenta con un déficit federal que está creciendo a $400 mil millones por Katrina, un déficit comercial de $700 mil millones a $800 mil millones, y los estadounidenses ahorrando sólo el uno por ciento de sus ingresos, la situación actual es insostenible tienen que eliminar los recortes impositivos, o los planes sociales y militares, o la idea del Nuevo Imperio Americano. No podemos mantener todo esto al mismo tiempo.
No creo que Estados Unidos deje de ser una superpotencia tras Katrina. Estados Unidos ha tenido enormes déficit con anterioridad, sólo para corregirlos posteriormente. El mayor peligro para la recuperación de Estados Unidos –y para la cooperación internacional para combatir la pobreza– no es que su economía se haya extendido más allá de sus posibilidades, sino el aislacionismo.
Las plataformas están construidas y México se encuentra en la calidad de HUB, vinculados a través de acuerdos bilaterales con diferentes "rayos" (spokes), de esta manera es un intermediario entre varios mercados importantes. Además el imperio nos necesita y es momento de pulir al caballo de la globalización.
Llegar ser de los países emergentes líderes que disputaran el gran pastel y los beneficios que acarrea la globalización.
El Nuevo Jefe de Asuntos Latinoamericanos.
ANDRES OPPENHEIMER Thomas A. Shannon, el funcionario nombrado por el presidente George W. Bush como nuevo jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, es un diplomático de carrera de bajo perfil, que probablemente baje el tono de la retórica de Estados Unidos en la región.
Sin embargo, por lo que me dicen fuentes republicanas bien situadas en Washington, podría tratarse de un hombre que habla suavemente, pero lleva un garrote en la mano.
Shannon, que se desempeña actualmente como jefe de asesores de Asuntos Latinoamericanos de la Casa Blanca, fue nombrado esta semana para reemplazar al embajador Roger Noriega como Subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
''Probablemente vamos a un cambio de estilo, a favor de una mayor moderación, multilateralismo y diplomacia callada'', me dijo Michael Shifter, un analista político del Diálogo Interamericano, un centro de estudios de Washington. “El sabe de la necesidad de un estilo diferente para ser más efectivo''.
Shannon está casado con una guatemalteca y ha desempeñado cargos en Venezuela, Brasil y Guatemala, además de la misión de Estados Unidos en la Organización de Estados Americanos. Ocupa su puesto en la Casa Blanca desde el 2003.
''Es un hombre de muy bajo perfil, pero muy agudo'', me dijo Luis Lauredo, un ex embajador de Estados Unidos en la OEA, que fue jefe de Shannon en ese puesto. “Pienso mucho las cosas antes de hablar''.
La salida de Noriega había sido anticipada hace varios meses. En enero, dijimos en esta columna que probablemente no se quedaría en su puesto más de seis meses. La Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, quería un miembro de su propio equipo, como Shannon, para ese puesto. Ni Shannon ni Noriega respondieron mis llamados el miércoles.
Según sus críticos, Noriega era muy temperamental y reaccionaba demasiado rápido a los insultos cotidianos del presidente izquierdista venezolano Hugo Chávez. Recientemente, Noriega había coordinado dos intentos infructuosos de Estados Unidos por hacer elegir a sus candidatos para la jefatura de la OEA.
Asimismo, Noriega, un conservador de línea dura, era visto en varios países latinoamericanos como demasiado concentrado en Cuba, en lugar de Sudamérica y México, dicen sus críticos.
Según sus seguidores, Noriega logró materializar el Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con cinco países centroamericanos y la República Dominicana, e iniciar negociaciones de libre comercio con Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. También logró hacer elegir a un amigo cercano de Bush, el embajador colombiano Luis Alberto Moreno, como jefe del Banco Interamericano de Desarrollo.
Asimismo, Noriega será recordado por ocasionales salidas de humor incisivo, como cuando dijo que ''Chávez debe amar a los pobres, porque ha creado muchos''. Efectivamente, el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela reportó recientemente que la pobreza en ese país aumentó un 10 por ciento durante los primeros cuatro años de Chávez en el poder.
Con Shannon, probablemente veremos menos respuestas públicas del gobierno de Bush a los discursos ''antiimperialistas'' de Chávez y más esfuerzos por contener al presidente venezolano mediante mejores relaciones con Brasil, Argentina, México y otros países de la región. ''Shannon va a evitar meterse en duelos verbales con Chávez'', dice Shifter.
También es probable que Shannon le dedique menos tiempo a Cuba, por el solo hecho de que la política hacia Cuba –o por lo menos las declaraciones públicas sobre Cuba– podrían ser transferidas cada vez más a Caleb McCarry, quien recientemente pasó a ocupar el nuevo puesto de “coordinador para la transición cubana''.
Sin embargo, fuentes bien ubicadas del partido Republicano dicen que no hay que interpretar el nombramiento de Shannon como síntoma de una mayor moderación de Estados en la región. Por el contrario, Shannon podría haber sido escogido para implementar respuestas más enérgicas a Venezuela que no habían sido llevadas a cabo por su antecesor, dicen.
''Podría ser un esfuerzo por moderar el tono mientras se implementa una política más enérgica'', me señaló un Republicano muy cercano al gobierno. “Vamos a ver con peores ojos la falta de cooperación de países como Brasil o Argentina ante amenazas regionales como Chávez, pero no vamos a meternos en debates públicos con ellos''.
Mi conclusión: si Shannon es confirmado por el Congreso, como se prevé, habrá un cambio de estilo, pero no creo que veamos un cambio en la dirección de la política de Bush en la región.
POST DATA: Entre los posibles sucesores de Shannon en la Casa Blanca se encuentran el alto funcionario del Departamento de Defensa, Roger Pardo-Maurer, y el jefe de Asuntos Centroamericanos del Departamento de Estado, Dan Fisk. Veremos.
Las elites latinoamericanas.
ANDRES OPPENHEIMER Si ustedes creían que las elites latinoamericanas tienden a ser pronorteamericanas, y que las clases trabajadoras son más proclives a estar en contra de los Estados Unidos, una nueva encuesta les va a dar que pensar. En muchos casos, ocurre exactamente lo contrario.
La encuesta de las elites latinoamericanas realizada por Zogby International, que será presentada formalmente el jueves en la Conferencia de las Américas del Miami Herald, muestra que las elites de América Latina tienden a ser más críticas con los Estados Unidos, y a situarse más a la izquierda que el común de la gente.
La encuesta, conducida entre funcionarios de gobierno, empresarios, periodistas y académicos en seis países de América Latina –México, Colombia, Chile, Venezuela, Brasil y Argentina– hizo algunas de las mismas preguntas realizadas a la población en general por otra encuesta independiente. Y, en muchos casos, las diferencias son sorprendentes.
Preguntados cual es ''el mejor amigo'' de su país en el mundo, los miembros de las elites latinoamericanas escogieron a España por un amplio margen. Comparativamente, una encuesta de la población general en América Latina realizada a fines del 2004 por la empresa Latinobarómetro, con sede en Chile, encontró que una mayoría escogió a los Estados Unidos por un margen similar.
La encuesta de Zogby muestra que el 37 por ciento de los miembros de la elites escogieron a España como el mejor amigo de su país, mientras que el 12 por ciento seleccionó a los Estados Unidos, y un 10 por ciento a Brasil. La encuesta de Latinobarómetro de la población en general dió a los Estados Unidos como el favorito, con un 28 por ciento, seguido por España con 10 por ciento y Brasil con 3 por ciento.
''Yo hubiera pensado que ocurriría lo contrario, y que las elites serían más favorables a los Estados Unidos que el público general'', me dijo John Zogby, presidente de la empresa encuestadora. “Sin embargo, para quienes siguen de cerca lo que hacen las elites para mantenerse, este es un testimonio del tamaño del desafío que enfrentan los Estados Unidos para reparar el daño (en su imagen)''.
Marta Lagos, presidenta de la empresa encuestadora Latinobarómetro, me dijo en una entrevista telefónica que las encuestas de Zogby coinciden con sus propios hallazgos, en el sentido de que los latinoamericanos con mayores niveles de educación tienden a ser los más críticos con los Estados Unidos.
“Esto se debe a que muchas de las políticas económicas apoyadas por los Estados Unidos no han funcionado, y a que la desclasificación de documentos sobre el rol de Estados Unidos durante las dictaduras latinoamericanas de los setenta han golpeado la imagen de los Estados Unidos'', dice Lagos. “Sin embargo, las personas de menores recursos todavía creen en el sueño americano, que en los Estados Unidos tú puedes nacer en Harlem y terminar en la Quinta Avenida (de Nueva York)''.
Preguntados cómo califican el manejo de Washington de los conflictos mundiales –incluyendo la actuación del presidente Bush en Irak, el Medio Oriente y la guerra contra el terrorismo— el 86 por ciento de los miembros de las elites dijeron estar en desacuerdo. Comparativamente, un 66 por ciento del público en general dijo estar en desacuerdo en la encuesta de Latinobarómetro.
Cuando se les preguntó dónde se ubicaban políticamente, un 28 por ciento de los miembros de las elites entrevistados por Zogby se colocó a la izquierda del centro, mientras que un 23 por ciento se ubicó a la derecha del centro. Entre la población en general entrevistada por Latinobarómetro, un 21 por ciento se ubicó a la izquierda del centro, mientras un 20 por ciento se ubicó a la derecha del centro.
''Las elites tienden a estar más a la izquierda que la población en general, lo que puede explicar por qué mucha gente no se siente bien representada por sus líderes'', dice Lagos. “Puede haber una discrepancia entre lo que las elites piensan que la gente quiere, y lo que la gente realmente quiere''.
Mi conclusión: aunque puede ser que las elites estén más inclinadas a la izquierda, esto no debería ser causa de celebración en Washington DC. Aunque los conservadores en Estados Unidos digan que las elites están desfasadas de la realidad, lo cierto es que ambas encuestas muestran que la imagen del Tío Sam ha caído en todas las franjas de la opinión pública latinoamericana.
Y cuando, además de todo lo anterior, Washington reduce los intercambios estudiantiles, hace más difícil la obtención de visas de turista, y conduce chequeos físicos innecesarios a los funcionarios extranjeros cuando llegan a los aeropuertos de Estados Unidos, es difícil pensar en una recuperación rápida de la imagen de los Estados Unidos en la región.
Katrina y la amenaza aislacionista.
ANDRES OPPENHEIMER ¡Qué ironía! El presidente izquierdista venezolano Hugo Chávez y el perenne candidato presidencial derechista de los Estados Unidos, Pat Buchanan, tuvieron la misma reacción tras el huracán Katrina: ambos dijeron que el imperio estadounidense está herido de muerte.
¿Son ciertos estos vaticinios? ¿Habrá sido Katrina un desastre geopolítico para los Estados Unidos, tal como lo señalan los extremistas de ambos lados del espectro político?
Antes de contestar estas preguntas, veamos lo que dijeron Chávez y Buchanan.
El gobernante venezolano, en un discurso el 7 de septiembre en Jamaica, en ocasión de la firma del convenio Petrocaribe de suministro de petróleo en condiciones preferenciales a los países caribeños, dijo: ''El imperio norteamericano pudiera estar herido de muerte, y ojalá esté herido de muerte''. Agregó que ''O se acaba ese imperio o se acaba el mundo'', según el cable de la Agencia Bolivariana de Noticias, el servicio de noticias del gobierno venezolano.
Chávez, que habló con el dictador cubano Fidel Castro a su lado, reiteró su teoría de que mientras Estados Unidos se ahoga en un pantano político por la tardía respuesta gubernamental ante el huracán Katrina, el alza del los precios del petróleo y la guerra en Irak, el mundo se estaría moviendo hacia un ''socialismo del siglo XXI'', donde figuras como Castro serían los nuevos modelos políticos.
Mientras tanto, en los Estados Unidos, Buchanan escribía que ''el verano llegó a su fin para Estados Unidos''. La imagen unificadora de Bush como comandante en jefe parado encima de una pila de escombros en Nueva York después del 11 de septiembre del 2001 ha sido reemplazada por una avalancha de acusaciones sobre quién es culpable del desastre de Nuevo Orleans, según escribió Buchanan en una columna publicada por The Miami Herald. El imperio está en problemas porque se ha ''sobreextendido'', agregó.
''Con un déficit federal que está creciendo a $400,000 millones por Katrina, un déficit comercial de $700,000 millones a $800,000 millones, y los estadounidenses ahorrando sólo el uno por ciento de sus ingresos, la situación actual es insostenible'', escribió. “Hay que eliminar los recortes impositivos, o los planes sociales y militares, o la idea del Nuevo Imperio Americano. No podemos mantener todo esto al mismo tiempo''.
Los extremistas de derecha dicen que la solución es ''menos gobierno'': quieren recortar el gasto público, cerrar las fronteras y reducir los compromisos militares y económicos de Estados Unidos alrededor del mundo, incluyendo los acuerdos de libre comercio con América Latina.
En la misma semana en que Buchanan hacía sus argumentos, la Organización de las Naciones Unidas señalaba en un nuevo informe que los países ricos como Estados Unidos no están haciendo lo suficiente para ayudar a reducir la pobreza en el mundo, y que Washington debería incrementar sustancialmente su ayuda externa.
''La ayuda externa es una de las armas más efectivas en la guerra contra de la pobreza'', dice el Reporte del Desarrollo Humano del 2005 de la ONU. Añade que ''hoy, esa arma esta subutilizada'', haciendo notar que aunque Estados Unidos es el mayor donante del mundo en cantidad de dinero, es uno de los países ricos que menos dinero dona en relación a su producto bruto.
Mi conclusión: la mayor amenaza geopolítica tras el huracán Katrina no son los sueños chavistas de un renacimiento del totalitarismo socialista, sino los anhelos de Buchanan y sus aliados de que Estados Unidos se vuelque hacia adentro, y reduzca sus compromisos de cooperación internacional para reducir la pobreza, y su defensa –es cierto, muchas veces errática– de los derechos humanos y la democracia.
Las predicciones de Chávez sobre el inminente ocaso del capitalismo son tan delirantes que no necesitan mucho comentario: el fenomenal éxito económico de China, India y los países de la ex Europa del Este desde que abrieron sus economías probablemente pasará a la historia como la mayor revolución capitalista en la historia del mundo.
Por primera vez en siglos, la pobreza a nivel mundial se ha reducido a la mitad –de un 40 por ciento a un 21 por ciento– desde que China y la India empezaron su apertura económica hace dos décadas, según el Banco Mundial. Por el contrario, la pobreza de Venezuela ha crecido en un 10 por ciento desde que Chávez llegó al poder, según cifras oficiales venezolanas, y Cuba se ha convertido en uno de los países latinoamericanos de menor ingreso per capita.
No creo que Estados Unidos deje de ser una superpotencia tras Katrina. Estados Unidos ha tenido enormes déficit con anterioridad, sólo para corregirlos posteriormente. El mayor peligro para la recuperación de Estados Unidos –y para la cooperación internacional para combatir la pobreza– no es que su economía se haya extendido más allá de sus posibilidades, sino el aislacionismo.
Libros:
"Inversión en la globalización", Autor: Timothy Heyman. Editorial: ITAM. Capitulo: 1- 2
"Foreingn Affairs en Español", Autor: Donald F. Ferry, R. de la Garza.
Editorial: ITAM. Paginas: 7 – 30.
"Marketing Internacional," Autor: Philip R. Cateora, John L. Graham.
Editorial: Mc Graw Hill. Capítulo: 9.
Revistas:
Aduanas. Año. 4 Num. 2: Marzo – Abril del 2005.
Aduanas. Año. 4 Num. 3: Mayo – Junio del 2005.
Aduanas Año. 4 Num. 4: Julio – Agosto del 2005
Expansión. Año. 36. Num. 922: Agosto. Articulo de portada. "TLC El ajuste".
News Week. 8 de agosto del 2005. Articulo de portada. "Lula puesto a prueba".
Paginas Web:
www.bancomext.com.mx
Lic. Comercio Internacional:
José Carlos Mendoza Saiz
Culiacán Sinaloa, 16 de noviembre del 2005
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