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Cuba, Estructura Social Desigualdades y Política Salarial (página 3)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

Otro problema que desarrolla es el del empleo. Keynes[43]invirtió la proposición clásica: el empleo no aumenta reduciendo los salarios reales, sino que los salarios reales diminuyen a causa del aumento del empleo resultante de un incremento de la demanda agregada[44]Según la teoría keynesiana de los salarios rígidos, a diferencia de los economistas clásicos[45]un descenso imprevisto en el nivel de precios eleva temporalmente los salarios reales, lo cual induce a las empresas a reducir el empleo y la producción. La reducción salarial no es un remedio contra el desempleo. El desempleo argumentaba Keynes, solo podía atacarse eficazmente mediante la manipulación de la demanda agregada.

Keynes creía que los trabajadores padecían la "ilusión monetaria", es decir, que su comportamiento estaba relacionado con el salario nominal, más que con el salario real[46]ellos rechazarían aceptar reducciones de sus salarios nominales, pero aceptarían reducir sus salarios reales. Los trabajadores estarían dispuestos a aceptar los aumentos de los precios resultantes de un incremento en la demanda, dadas unas tasas de salarios nominales estables. Tales argumentos reducirían los salarios reales estimulando de esta manera el empleo.

El empleo es un fenómeno muy importante para este autor ya que a él le interesaba la capacidad adquisitiva que tienen los trabajadores con el salario convirtiéndolos en los principales actores del mercado, hasta ese momento no se tenía en cuenta que la demanda de los productos a gran escala estaba en manos de los propios obreros. El éxito de la mercancía estaba en manos del consumo diario por parte del obrero y por tanto era necesario estimular el empleo, y que éstos se sintieran con la capacidad plena de consumir.

Por esta razón propone:

  • El desarrollo de una política de inversiones estatales en obras públicas (carreteras, desecación de pantanos, etc.) que sirviese de estímulo a la iniciativa privada mediante el aporte de cemento, hierro, componentes industriales, etc. La mano de obra empleada en estas actividades, aminoraría el desempleo, incrementaría el número de consumidores y estimularía la demanda.

  • Poner en circulación abundante dinero, con el fin de provocar una moderada inflación. El peligro de una alta tasa de inflación no existiría mientras el paro fuese elevado.

  • El incremento de los salarios. La reducción de los salarios como medida para mantener el empleo, defendida por los economistas clásicos, fue refutada por Keynes quien aseguraba que el empleo no depende de los salarios sino del consumo y la inversión. Una disminución de los sueldos de los trabajadores provoca un retraimiento que tiende a deprimir el consumo y, en consecuencia, la producción.

  • La regulación estatal de todos los sectores económicos, interviniendo en la fijación de precios, salarios, mercado laboral, asignando subvenciones a las empresas, etc.

  • La aplicación del Welfare State, o Estado protector, a partir de una política fiscal que asegurara la implementación de bienestar social para todos los ciudadanos. Esto debía suceder partir de un endeudamiento del estado con la Banca privada o la Banca central. Preferiblemente con la Banca central, la cual normalmente estaba en manos del propio Estado y podía poner suficiente dinero en circulación.

Conjunto con la aparición de los partidos socialdemócratas y la difusión del fordismo como paradigma industrial, la propuesta keynesiana fue un elemento esencial para la construcción de los Estados de Bienestar. Estos tuvieron muchas conceptualizaciones y fueron muy fructíferos principalmente en Europa y Estados unidos.

En el período posterior a la segunda guerra mundial, retomando el tema de los salarios y su efecto en la estructura social fue la escuela Austriaca, encabezada por Ludwig Von Mises y Friedrich Von Hayek; la que realizo un análisis de gran rigurosidad y lucidez, criticando los peligros y errores de las políticas socialistas, keynesianas e intervencionistas. Solo una economía de libre mercado podía asegurar libertad y prosperidad.

Friedrich Von Hayek, como representante de esta corriente teórica fundamenta su crítica sobre la base de una teoría hoy conocida como neoliberalismo.

Hayek retoma la ley de la oferta y la demanda como la principal exponente de las relaciones que se dan en el mercado. Todo análisis en el plano empresarial está regido por el dato que brindan los sistemas de precios, estos precios deben reflejar las relaciones que existen entre la oferta y la demanda, para que puedan ser tomados como verdaderos.

Este autor plantea que en una economía planificada, el Estado es el encargado de distribuir las riquezas entre las diferentes ramas de la industria y los servicios, así como el encargado de fijar los precios y salarios. A partir de aquí quien toma las decisiones es una entidad centralizada, nunca un individuo, de esta forma la sociedad pierde ya que se elimina la posibilidad de criterios opuestos o en definitiva una pluralidad de criterios.

Por otra parte una de las mayores dificultades que tiene la economía centralizada es procesar la información y hacer predicciones a futuro, lo que está marcado sobre todo por la incapacidad de recoger información fidedigna. No sólo porque hay precios cuyo valor se ignora o que no reflejan la ley de la oferta y la demanda, sino también porque recoger la información misma es muy difícil ya que los empresarios tienden a no declarar el total de su producción. Entonces la sociedad organiza un sistema en el cual va a premiar a quien oculta información al sistema. La única manera de compensar esto será o por niveles de compromiso político y ético, altísimo y virtualmente universal, caso difícil de sostener en el tiempo; o con niveles de represión altísimos. Pero lo probable es que la sociedad incurra en la desinformación sistemática en lo cual todos van a participar, porque todos van a ganar en la medida en que se desvían bienes fuera de los conductos regulares de información. Hayek explica que detrás de esa información que se mantiene oculta hay poder, hay una fuente de riqueza.

Hayek trata de rescatar las ideas del liberalismo clásico, sobre todo las ideas de A. Smith. Argumenta que la sociedad ideal es aquella donde los individuos tienen la libre capacidad de elegir y poner su conocimiento en función de sus intereses, el estado debe encargarse de crear las bases para que eso funcione así.

En cuanto a lo que nos concierne en este trabajo, Hayek no está de acuerdo con ninguna política salarial que no sea la de libre elección o negociación del salario por parte del empleador y el empleado. Para él toda política de distribución de las riquezas conlleva a un juicio de valor, y éste no tiene sentido en una negociación si todas las partes están de acuerdo, a no ser que ésta se haya efectuado bajo alguna medida coercitiva o halla existido algún fraude. En última instancia son la ley de la oferta y la demanda las que introducen un mínimo, mediante el sistema de precios.

Hayek no ve el poder coercitivo que se esconde detrás de la ley del mercado, mediante la cual el poseedor de los medios de producción establece cada vez salarios más bajos, debido a la introducción de las nuevas tecnologías que compiten junto al trabajador dentro de la oferta y la demanda. Las tecnologías estrechan la oferta y ponen a más personas en situación de desempleo, y por lo tanto aumenta la demanda de empleos, lo cual pone al capitalista en la posibilidad de escoger sus propias regulaciones salariales que van en detrimento de la clase trabajadora.

Por otra parte Hayek no toma muy directamente el tema de la desigualdad de oportunidades de acceder a niveles de educación que pongan en igualdad de condiciones a las personas a la hora de realizar sus negociaciones. El cree que la humanidad siempre ha sido así y que la respuesta para eso es que un orden espontáneo va a generar crecimiento económico, salud y educación y que esto toma tiempo, pero gradualmente va subiendo la pirámide completa a medida que el desarrollo económico va aumentando paulatinamente.

La práctica no demuestra esto, por el contrario, los pobres cada vez tienen menos oportunidades de ascender, y las oportunidades a la educación y a la salud cada vez le son mas ajenas, y por lo tanto su potencial de negociación es cada vez más escaso.

Como se aprecia, los criterios acerca de cómo el funcionamiento económico debe incidir en los sistemas de estratificación social y de remuneraciones es también, para la llamada economía clásica, un importante elemento de análisis. Este incluye, a su vez, un fundamento sociológico acerca de la naturaleza de las relaciones de propiedad y apropiación, y de las condiciones en que los sujetos participan y deben participar del mismo. Para estos autores la obtención de un óptimo distributivo depende de las restricciones que cada actor debe afrontar en el proceso de creación de la riqueza y presuponen la legitimidad de las condiciones de partida, sin cuestionarse su fundamento. Mientras que para muchos sociólogos el funcionamiento económico es resultante de un sistema de relaciones donde muchos de los condicionamientos de partida permanecen inexplicados, para los economistas el funcionamiento social depende de un conjunto de relaciones económicas donde las interacciones entre los actores se establecen según una lógica de oportunidades cuyos puntos de partida permanecen también inexplicados. De esta manera, las relaciones entre los salarios, las estructuras sociales y la generación de desigualdades pasa sobre todo, para los autores antes abordados, por la naturaleza de la participación de los distintos actores en los procesos de creación de la riqueza. Dicha naturaleza esconde, en la mayoría de los casos, el ocultamiento de las desigualdades de partida dentro de una estructura de oportunidades supuestamente igualitaria.

Epígrafe 4:

La construcción teórica sobre estructuras sociales y desigualdad desde la perspectiva Latinoamérica

La producción teórica sobre salarios, estructura social y generación de desigualdades en el continente americano ha estado marcada por una asimilación, en ocasiones acrítica, de las teorías sociológicas de los países centrales. No obstante, encontramos una producción propia, más o menos autónoma, más o menos descolonizada[47]

El análisis teórico sobre los salarios, las estructuras sociales y las desigualdades en nuestro continente ha estado ligado al estudio de las clases sociales desde dos puntos de vista principales: la caracterización de las clases en dependencia de los hechos económicos, o a partir de las fuerzas políticas.

Los estudios sobre la temática socio estructural evolucionaron desde tesis modernizadoras hasta tesis desarrollistas y dependentistas, las cuales se ven influenciadas por los enfoques empiristas, funcionalistas, marxistas y weberianos. La interpretación de las desigualdades ha estado estrechamente ligada a las formas de articulación entre las economías dependientes y el mercado mundial, desbordando los contextos en los que habían sido enmarcados, aplicándolas fuera del estado nación y vistas en su encadenamiento global, donde también se distinguen desigualdades y articulaciones clasistas extranacionales.

Los aportes más relevantes de la teoría latinoamericana tradicional al conocimiento universal es principalmente el modelo centro-periferia, que explica como los centros han retenido íntegramente el fruto de su progreso técnico e industrial sobre la explotación de los recursos de los países periféricos[48]

La teoría del subimperialismo[49]por otra parte, refiere un modelo de re-escalonamiento jerarquizado mediante el cual han surgido centros medianos de acumulación que son potencias capitalistas y suponen la emergencia de un subimperialismo.

La teoría de la dependencia explica como la dependencia de los países periféricos es un proceso multiforme que no incluye solo el problema del intercambio desigual sino que también es un problema de articulación productiva, clasista y política que imposibilita el desarrollo de los países periféricos.

A partir de la profundización de la crisis en los países latinoamericanos alrededor de los años 70 y 80 del pasado siglo XX, se potencian las reflexiones sobre desigualdades especialmente a partir de estudios de estratificación, orientados hacia problemas como el empleo, ocupación, pobreza, promovidos por la CEPAL.[50]

Según Carlos Filgueira[51]existen tres grandes núcleos a la hora de ordenar el análisis sobre la desigualdad y movilidad, primero referido a la movilidad estructural, segundo a la movilidad de reemplazo o individual y tercero a la marginalidad.

El primer núcleo refiere que el desarrollo económico influye positivamente en la movilidad social. El proceso de industrialización que inundo las sociedades latinoamericanas con mayor o menor profundidad, mas temprana o tardíamente, provocó una inmigración del sector rural al sector urbano, una desocupación en el sector primario, provocando una urbanización y un creciente grado de salarizacion en la población económicamente activa (PEA), así como la expansión de los niveles de educación. Otro de los factores que influenció en la movilidad social fue el factor demográfico de fecundidad, ya que en la medida que las clases medias y altas redujeron su fecundidad, esto provocó que se creara un vacío que podría ser ocupado por los hijos de padres pertenecientes a las clases mas bajas.

La movilidad de circulación o reemplazo: indicaba en términos de movilidad individual, la posibilidad real de ascenso dentro de las estructuras sociales, lo cual demostró que el crecimiento económico y el crecimiento demográfico dentro del sector urbano provocaron movimientos intrínsecos que redujeron notablemente el grado de permeabilidad de los agentes individuales.

La marginalidad es otro concepto que aparece como forma de explicación de las desigualdades y las posibilidades reales de ascenso social. A partir del proceso de inmigración que se produjo hacia las zonas urbanas desde las zonas rurales se fue concentrando un gran número de personas que no encontraron lugar dentro del sistema de estratificación social. Lo que provoco una limitada integración social, es el caso del crecimiento de cinturones periféricos de pobreza urbana, como las callampas, los cantegriles, las fabelas, los cerros. Por otro lado la imposibilidad del mercado laboral de absorber a toda esta población y los problemas que esto trae aparejado, como el empleo precario, el subempleo, el desempleo.

Cabe recalcar que independientemente de la centralidad que este paradigma brinda a la dimensión ocupación, también reforzó sus estudios con el análisis del estatus incorporado a la ocupación de posiciones en el nivel educacional y con los ingresos según su relación con el logro educacional como requisito a mejores posiciones en la estructura ocupacional.

Gino Germani [52]es uno de los sociólogos que comenzó la investigación empírica sobre la estructura social y la estratificación dentro de las sociedades latinoamericanas. Para este autor existía un modelo aplicable a la estratificación social dentro de las sociedades capitalistas, que se centraba en la relación existente entre estratificación y el desarrollo histórico de la sociedad capitalista. En la primera fase, paleocapitalista, existía un sector primario de la economía todavía importante, un sector secundario que es el eje básico de la economía, y un sector terciario embrionario, a partir de los cuales se articula toda estratificación social. En la segunda fase, denominada transicional, el sector secundario alcanza un máximo en su expansión, y se aprecia un crecimiento notable del tercer sector embrionario en el área de los servicios modernos, con refuerzos de elementos directivos y burocráticos. La tercera fase es la neocapitalista donde el sector primario esta reducido a su mínimo, el sector secundario consolidado y el terciario en expansión.

Germani sostuvo que las tendencias de la estratificación social latinoamericana no se ajustaban plenamente al modelo de transición temprana al capitalismo que rigió en los países del norte. América Latina presentaba factores propios explicados por el desajuste de la economía de exportación de productos primarios con industrialización retrasada, que fue característica de la región en la fase inicial "paleocapitalista", lo cual conlleva al predominio de los propietarios latifundistas en la conformación de la clase alta, y a la sobreexpansión de los sectores de la clase media, lo que le confiere un notable protagonismo sociopolítico progresista dada la debilidad o inexistencia a veces del proletariado organizado.

El derrumbe de este modelo económico conllevó a la crisis de las clases medias, con salidas de corte fascistas en algunos casos, y a la consolidación en la cúspide de la estratificación social de un conglomerado de vieja burguesía terrateniente y nueva burguesía industrial, con una burguesía media, bajo presión, y un proletariado creciente y mas consolidado que convivía con sectores marginales en expansión.

La producción teórica sobre este tema en nuestro continente es muy extensa y recoge autores que desde una perspectiva marxista construyeron su análisis sobre las estructuras sociales y las desigualdades como es el caso de Florestán Fernández, Emilio de Ipola y Susana Torrado[53]entre otros, que basaban sus postulados en el proceso de división social del trabajo.

Compartían la premisa marxista del antagonismo de clase, pero con la distinción de que para ellos el mercado latinoamericano es limitado, poco dinámico y no abarca a toda la población, de modo que más que clases, lo que este capitalismo origina son categorías sociales que se superponen a otras tales como desposeídos y marginales. Otra premisa fue que el capitalismo en América Latina no es capaz de crear condiciones de desarrollo autónomo y tampoco logra crear las bases de un crecimiento autosustentado.

A partir de los años 80 se comenzaron a crear las condiciones necesarias tanto político social como teórico conceptual para hacer una revaloración del concepto de desarrollo humano, y es en 1990 cuando el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) construye un concepto mas amplio para mejorar las condiciones de vida de las personas sin distinción de raza, genero, edad o procedencia. Dicho concepto intrínsecamente mantiene relación con las desigualdades sociales, los niveles de movilidad social, y la estratificación, pero no se exponen claramente, se esconden bajo las dimensiones de equidad, cooperación, sustentabilidad, productividad, potenciación y seguridad social.

El desarrollo humano es: un proceso mediante el cual se amplían las oportunidades del ser humano. En principio estas oportunidades pueden ser infinitas y cambiar con el tiempo, cuyos niveles más esenciales de desarrollo son: disfrutar una vida saludable y prolongada, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios para lograr un nivel de vida decente.[54]

La equidad es una dimensión básica del concepto de Desarrollo Humano. Para que el desarrollo aumente las oportunidades de las personas, éstas deben disfrutar de un acceso equitativo a esas oportunidades. Debe garantizar la equidad entre hombres y mujeres, minorías étnicas y religiosas, poblaciones rurales y urbanas, y de diferentes generaciones.

Lo interesante del concepto Desarrollo Humano Sostenible (DHS) es que sus dimensiones establecen las pautas mediante las cuales se aceptan niveles mínimos de desigualdad proporcionados por el nivel subjetivo de los actores sociales, de acuerdo a lo expuesto en la equidad, la cual presupone un acceso a oportunidades equitativo.

La equidad en todas las aristas y esferas de la vida ha sido muy polemizada y problematizada, tanto en la esfera científica como en la vida cotidiana. El concepto de equidad implica tener en cuenta las diferencias, respetarlas y evitar que se transformen en manifestaciones de exclusión social. De no ser así, se restringirían las opciones de muchos individuos dentro de la sociedad. En este sentido, se insiste en que la equidad debe entenderse como igual acceso a oportunidades, pero no a iguales resultados, pues lo que cada uno haga con sus oportunidades entra en la esfera de la iniciativa individual, lo que deja un estrecho margen para el desarrollo de desigualdades y a la movilidad social.

A pesar de lo planteado, el concepto conlleva a la naturalización de las desigualdades, al no establecer con claridad cual sería el principio de justicia distributiva a partir del cual dichas desigualdades pueden ser consideradas legítimas o no. Implica también la creencia de que el supuesto acceso igualitario a las oportunidades puede producirse en sociedades donde el propio fundamento de los mecanismos de dominación consiste en el bloqueo deliberado de dicho acceso.

La producción teórica latinoamericana sobre el tema que nos ocupa es en la actualidad amplia y diversa, y pasa por posiciones que parten de la teoría de la dependencia cepalina hasta la aplicación de núcleos conceptuales desarrollados por el llamado constuctivismo, incluyendo a autores que insertan sus producciones dentro de los postulados impulsados por el PNUD y otras instituciones como el Banco Mundial. Sin embargo, existe consenso alrededor de que un importante grupo de relaciones, como la que nos ocupa, permanece aún en niveles exploratorios.

Epígrafe 5:

El caso de Cuba, construcción teórica acerca de la estructura social, desigualdad y salario

La construcción socialista en la sociedad cubana es escenario ideal para la confrontación de nuestro problema de investigación. Los estudios sobre ingresos y salarios en Cuba se han construido desde dos perspectivas. La primera, desde las ciencias económicas, ha estado encaminada sobre todo a elaborar políticas financieras y de distribución coherentes con los momentos históricos por los que ha pasado la sociedad cubana, como son la elaboración y rediseños de las escalas salariales[55]las cuales están construida sobre la base de igual salario a igual trabajo, con el fin de lograr una sociedad en igualdad. Teorías sobre el poder adquisitivo del pago frente a la devaluación de la moneda, el salario y el problema de la dualidad monetaria; se inscriben dentro de la producción de instrumentos para contrarrestar las crisis económicas, mientras que las metodologías para la aplicación de la política salarial, como "Las recomendaciones Metodológicas para el Diseño de Sistemas de Pagos y Estimulación", elaborados por El Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo[56]tenía como objetivo crear una herramienta rectora que sirviera a las empresas para implementar sus políticas salariales.

La visión del salario desde la economía se ha restringido fundamentalmente a la perspectiva económica de las relaciones empleo – salario, política social – salario, modelo de desarrollo – salario. Aunque el alto impacto social de las relaciones anteriores, sobre todo en la estructura social y la desigualdad es reconocido, el empeño que los economistas cubanos se ha dirigido a contrarrestar estas disyuntivas desde una perspectiva que parte de un criterio fundamental: un cambio económico favorable conllevaría por si solo el buen funcionamiento del sistema social.

La otra perspectiva se construyó desde la sociología, a partir de los estudios socio estructurales y de las desigualdades en Cuba. Las primeras aproximaciones a este entorno estuvieron construidas por investigaciones de corte histórico, con valoraciones antropológicas de corte racial, aunque como tendencia fueron derivando a investigaciones de corte sociológico y politológico, principalmente después de 1959, a causa de la relevancia que los estudios socio estructurales adquieren en la puesta en practica de la revolución socialista y la impronta marxista que esto trae consigo, hasta convertirse en nuestros días en una de las esferas del contexto social más estudiadas[57]

A partir de los años 80 es que este proceso cobra real fuerza, en primer lugar por el reconocimiento en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba (1975) de la diferencias sociales y su superación como uno de los problemas claves en la construcción socialista, luego por la celebración en 1980 de la Conferencia Teórica Internacional "La estructura de clase en América Latina" auspiciado por el Partido Comunista de Cuba (PCC). A inicios de la década del 80, la concepción del trabajo científico estaba elaborada y orientada a abarcar todos los problemas sociales relevantes, sobre la base de los textos pragmáticos del PCC, lo que además estuvo marcado por las relaciones académicas con la URSS y la RDA, donde la temática socio estructural era centro de atención para las ciencias sociales.

Esta fuerte influencia del pensamiento soviético provocó una importación de sus manuales académicos "universalmente válidos para todas las sociedades" los cuales significaban una abstracción de la realidad social, que se utilizaron como modelos a seguir y cualquier diferencia con estos significaba un obstáculo o un problema de investigación a resolver.

Debido a las constantes incompatibilidades que demostraba el modelo de homogenización social se logró transitar hacia una perspectiva critica problematizadora, que se encargó de acercarse más a la comprensión de los procesos de transformación socialista desde el subdesarrollo, así como a la tensión entre tendencias de igualación y diferenciación, simultaneas y contradictorias, propias del socialismo y los significados de heterogenización en este proceso.

Este enfoque dio a luz a interesantes conclusiones, en contraste al enfoque homogenizador, como la complejización de las relaciones sociales en el proceso de transición socialista, la producción de diferencias sociales, no solo por la herencia capitalista sino también como cualidades de la lógica diferenciadora del socialismo y la potencialidad conflictiva de estas diferencias; la necesidad y posibilidad de abrir nuevas brechas de propiedad no solo de tipo estatal sino dejando algún espacio a la pequeña propiedad mercantil urbana bajo lógicas socialistas; así como la necesidad de elaborar una política de distribución que atendiera tanto a la igualdad y la integración social, como a la diversidad de necesidades de intereses de los distintos grupos sociales.

Esta etapa está marcada por la preferencia a investigaciones de tipo cuantitativas y macro estructural así como la insuficiente elaboración teórica, la subvaloración de los aspectos cualitativos y subjetivos de la escala local y cotidiana. Por lo que los temas asociados a los actores sociales y sus realidades como acceso al poder, integración, conflicto social, desigualdades raciales, pobreza, marginalidad y vulnerabilidad social, diferencias y desigualdades extra clasistas, mentalidades e identidades colectivas, etc. no fueron abordados o fueron poco tocados, entre otras causas, por pensar que no tendrían cabida dentro del sistema, o que ya habían sido superados.

La crisis de los noventa altera el tipo de conexión entre socialismo e igualdad que se había establecido, y con ello se configuran nuevas formas de reestratificación social, de desigualdades en los más diversos ámbitos de la vida social, lo que provocó un reacomodo del objeto de estudio de las ciencias sociales en Cuba.

Espina establece cinco bloques o áreas temáticas que se observan en este momento:

1- Estudios de pobreza y marginalidad: provocaron un gran impacto, ya que estos estudios no eran comunes en países de corte socialista porque se creía que el propio sistema había contribuido al mejoramiento ininterrumpido de las condiciones de vida desventajosas, tanto en el plano económico como en el social, lo que creó un optimismo social que rechazaba la presencia de las ciencias sociales en esta área. De esta forma encontramos tanto estudios cuantitativos comparativos y estadísticos sobre pobreza y marginalidad, así como estudios cualitativos desde la perspectiva del sujeto enfocado hacia la caracterización interna de la pobreza y las estrategias de sobrevivencia de las familias en circunstancias adversas. Además, estos estudios aportaron la identificación de relaciones de desigualdad al acceso del bienestar en categorías como género y raza.

2- Los estudios de política social: articulados a los resultados de los estudios de marginalidad y pobreza, retoman la línea de valoraciones concerniente a las características y contenidos de la política social cubana, proporcionando apreciaciones sobre el lugar de la equidad y la igualdad en el modelo socialista y el significado que el aumento de los márgenes de desigualdad y su manejo generaron la crisis y la reforma. El debate sobre la propiedad estatal y su complementación con otros agentes económicos a modo de generación de empleos, ingresos y oferta de servicios fueron el telón de fondo. Estos estudios representaron una fuerte intención propositiva así como un extenso grupo de recomendaciones, sobre todo en el ámbito de las diversas formas de propiedad, la comprensión de la heterogeneidad social, encarnando visiones fuertemente establecidas en el discurso oficial.

3- Las mediciones del Índice de Desarrollo Humano: estos estudios representaron un gran avance en la investigación sobre desigualdad, ya que brindaron datos articulados a partir de categorías que normalmente se ven de forma separada, así como por presentar una metodología internacional, a partir de la cual se construyeron valoraciones surgidas de la comparación de este índice con otras regiones y países. Otro de sus aportes es la consideración de las diferencias territoriales del desarrollo y las diferencias asociadas al género lo que posibilita la apertura para acciones particularizadas.

4- Estudios sobre dimensiones subjetivas y culturales de la desigualdad: este campo se encuentra en muchas ocasiones formando parte de investigaciones más amplias como complemento de variables estructurales consideradas como objetivas, enfatizando en los perfiles subjetivos, notándose una intención de multidimencionalidad para interpretar la diversificación socioeconómica.

5- Estudios integradores del proceso de reestratificación: en este grupo se incluyen investigaciones tanto cualitativas como cuantitativas, así como combinaciones entre estas, donde se utilizan una mezcla de datos macroeconómicos articulados a estudios cualitativos y de escala micro, enfatizándose en una lectura racional de la estratificación social y sus expresiones micro- macro, cualitativo -cuantitativo, subjetivo- objetivo, así como la construcción de estudios con enfoques particulares que tributaron a la comprensión de la desigualdad como un todo.

Esta etapa de crisis y reforma abrió paso a lo que en la sociología cubana se conoce como momento de reestratificación social, que se caracteriza por la ampliación de las desigualdades sociales, el cambio en la jerarquía estructural de los factores que definen la desigualdad, así como por el cambio en la significación social de las valoraciones sobre la desigualdad. Supone un escenario cualitativamente diferente para la política social, especialmente porque los actores del desarrollo, reales o potenciales, han cambiado sustantivamente sus posibilidades de acción como agentes de cambio y sus perfiles subjetivos. La ampliación o nueva concepción de las desigualdades sociales están determinadas por:

– "Multiplicación de las formas de propiedad y fuentes de ingresos, diversificación de los agentes económicos.

– Recomposición de la pequeña burguesía urbana.

– Diferenciación de los ingresos y segmentación del acceso al consumo, que incluye la reemergencia de situaciones de pobreza, vulnerabilidad social y marginalidad, y la conformación de una elite económica, cuyas ventajas no siempre se asocian al trabajo.

– Pérdida de la capacidad del trabajo en general y del trabajo en el sector estatal tradicional en particular, para dotar de ingresos familiares adecuados.

– Elevado peso de fuentes no asociadas al trabajo (remesas, corrupción e ilegalidades) en la obtención de altos ingresos.

– Formación de redes que subvierten las formas de propiedad y de distribución socialista.

– Fortalecimiento de los vínculos entre espacialidad y desigualdad. El espacio como regulador inequitativo del acceso a oportunidades del bienestar.

– Explosión y diversificación de las estrategias familiares de sobrevivencia y de elevación de los ingresos, que suponen un repliegue desde el proyecto social al individual e incluyen prácticas cotidianas disímiles y una legitimación social de la ilegalidad.

– Expansión de la economía informal y de su estructura social propia.

– Diversificación de los perfiles subjetivos y de las percepciones sobre la desigualdad social, incluyendo sentimientos de exclusión y privación que no visualizan su solución.

– Persistencia y ampliación de desigualdades raciales de soporte estructural (desigualdades económicas racializadas) y simbólico (pervivencia de estereotipos, prejuicios y actitudes discriminatorias) que afectan a los grupos no blancos.

– Persistencia de brechas de género, que se expresan con particular fuerza en la esfera de la participación en el poder"[58].

Los resultados alcanzados, en esta nueva etapa de crisis, experimentaron un considerable deterioro sobre la base del resurgimiento de problemas sociales que habían sido erradicados. Fenómenos como los antes expuestos provocaron un deterioro del nivel de vida de la población, el empobrecimiento de vastos sectores de la fuerza laboral, la exclusión de segmentos de la población, el surgimiento de niveles de vida divorciados de los resultados del trabajo, la inequidad y otros como la diferenciación racial y de género que se intensificaron en este momento[59]

Lo anterior reafirma la importancia de la realización de estudios acerca de las relaciones que se establecen entre los salarios, la estructura social y la generación de desigualdades. Si bien los ingresos de la población es una de las variables más utilizada mundialmente y en Cuba dentro de los análisis sobre desigualdad, la estratificación a partir de esta variable sólo demuestra los niveles de acceso al consumo de los estratos y el aprovechamiento de las oportunidades. Por esta razón, la relación antes expuesta resulta de vital importancia pues imbrica la participación en la generación de la riqueza social desde la participación en los procesos de trabajo, y marca como los grupos, dentro del sistema de producción son desigualmente recompensados. Esta relación sirve como indicador de un posicionamiento social que refleja las oportunidades de vida de los individuos, si tenemos en cuenta que vivimos en una sociedad de trabajadores, una sociedad socialista donde las desigualdades deben estar mediadas por una balanza según el aporte de trabajo, donde los que más aportan en calidad y cantidad deben tener un mayor acceso a satisfacción de sus necesidades materiales.

Capitulo 2:

Marco metodológico de la investigación

Epígrafe 1: Diseño de investigación:

El proceso de la investigación científica debe desarrollarse de tal manera que exista una relación interdependiente entre la empíria y la teoría. De lo contrario no es posible construir una línea lógica de conocimiento que convierta los datos obtenidos en juicios bien elaborados y fundamentados.

Las investigaciones que no tienen en cuenta la historia de su problema de investigación, comúnmente cometen el error de repetir lo que ya se ha dicho dentro de un contexto histórico diferente.

Las referencias teóricas expuestas y analizadas en el capítulo anterior valieron para determinar un eje analítico sobre la influencia de los salarios en la estructura social y la generación de desigualdades, en función a un sistema socialista, para la sociedad cubana. Las estructuras salariales en este sentido conforman una buena medida para conocer el carácter de las desigualdades que se generan dentro de nuestra estructura social, con arreglo a los principios de distribución socialista.

En este sentido la teoría marxista nos aporta una metodología sólida para comprender que el salario es una categoría que esconde bajo su apariencia económica relaciones sociales que la explican en su totalidad, en tanto agente de interacción dialéctica entre prácticas cotidianas y procesos de producción y reproducción de necesidades.

Para poder entender el tipo de desigualdades que deben establecerse en la estructura social socialista, no pueden ser usados los ingresos totales como variables de medida, porque estos esconden la participación real de los actores dentro de los procesos de creación de la riqueza social, así como la cantidad y calidad de dicha participación. Si entendemos que el socialismo debe ser una sociedad desigual, dicha desigualdad debe partir del aporte antes señalado, y los salarios deben ser entonces la expresión de dicha desigualdad, el único ingreso que puede servir de medida legitima.

La distribución socialista es un fenómeno que abarca no solo la reproducción del trabajador como tal, es el proceso mediante el cual se debe distribuir y redistribuir la riqueza social, en dependencia del aporte y el esfuerzo de los individuos, lo que implica una desigual distribución y redistribución de tal riqueza.

En este sentido el estudio de la política salarial cubana debe ser objeto de estudio de primer orden dentro de nuestra comunidad científica. Demostrar la importancia de este complejo grupo de relaciones en uno de los propósitos de la presente investigación. Por lo tanto el problema de investigación que se propone este trabajo se encuentra bajo estos fundamentos.

Problema de investigación:

En que medida la política salarial, a partir de su diseño actual, genera, dentro de la estructura social cubana, desigualdades en consonancia con un sistema de distribución socialista.

Objetivo general.

Analizar el diseño de la política salarial cubana a partir de su función de generar ejes estructuradores de desigualdades para nuestra sociedad, acorde a los principios de distribución socialitas.

Objetivos específicos.

Rastrear, dentro de las ciencias sociales, las relaciones que se han construido entre los conceptos de salario, estructura social y desigualdades.

Caracterizar el desarrollo de la política salarial cubana en función del cumplimiento de los principios de la distribución socialista.

Determinar el impacto de la política salarial dentro de la estructura social cubana.

Determinar el carácter de las desigualdades que genera dicha política salarial.

Analizar los diferentes criterios acerca de la funcionalidad de la política salarial, dentro de la comunidad científica cubana, a partir de los abordajes que sobre esta se realizan, su impacto en la estructura social, y en la generación de desigualdades.

Preguntas de investigación.

¿Como ha sido tratada en las ciencias sociales la relación entre salarios, estructura social y desigualdades?

¿Cuáles son los ejes de distribución socialista aportados por la teoría marxista?

¿Cómo se han implementado tales ejes de distribución socialistas dentro de la política salarial cubana?

¿Cual ha sido el impacto de la política salarial dentro de la estructura social cubana?

¿Que tipo de desigualdades ha generado la política salarial dentro de la sociedad socialista cubana?

¿Cuáles son los pronunciamientos fundamentales de la comunidad científica cubana actual acerca de las relaciones que deben establecerse entre política salarial, estructura social y generación de desigualdades?

Definición de conceptos.

Política Salarial: es el conjunto de medidas que abordan la distribución y redistribución del valor creado dentro de la sociedad. Responde a un criterio institucional a partir del cual se reparte la riqueza social (material y espiritual) entre los participantes de los procesos productivos.

Salario: es aquella parte del valor creado que el trabajador recibe directamente por el ejercicio de su trabajo, sea cual fuere la medida para ello. Implica también la parte que este recibe como redistribución social, políticas de bienestar, seguridad social, entre otras.

Ingresos: es el total de réditos que una persona o familia recibe para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, las cuales responden a una diversidad de formas para su obtención. Los ingresos pueden estar conformados por, el salario, las remesas, las propinas, la venta de algún artículo personal, entre otras.

Estructura Social: es un sistema de posiciones jerarquizadas en función de un eje de desigualdad establecido (legitimo o no).

Desigualdad Legitima: relacionada con la dócima de desigualdad que refiere C. Marx en La Critica al Programa de Gotha,堼em>¡de cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades!…[60]. Que significa que los ingresos para satisfacer las necesidades de la población deben estar desigualmente repartidos en proporción a los aportes que cada cual haga a la sociedad con su trabajo.

Criterio de oportunidad: se refiere a la posibilidad de obtención de ingresos no relacionados al ejercicio del trabajo, tienen que ver con la "oportunidad" de recibir remesas, o de obtener un empleo que permite obtener ingresos no salariales, recoge variables como, color de la piel, género, etnia, religión, a partir de las cuales se puede notar desigualdades no relacionadas al ejercicio del trabajo, y al aporte de este en cantidad y calidad.

Comunidad científica: hace referencia a un grupo social que se distingue por la producción de conocimiento, dentro de determinado sentido práctico, ethos, ideologías, etc.

Enfoques de la comunidad científica: se entienden según el énfasis que los entrevistados muestren durante el transcurso de la entrevista, sobre la relevancia de los aspectos que caracterizan la política salarial en su función de generar óptimos económicos, sociales o integrados, dentro de los cuales se pueden observar matices.

Operacionalización.

Variables

Dimensiones

Indicadores

Política salarial

Ingresos provenientes del pago por el trabajo ( salario)

Pago según el grupo de la escala salarial.

Pago por sistemas de estimulación.

Ingresos provenientes de la redistribución

Beneficios recibidos a partir de la política social

Criterio de oportunidad

Ingresos que no provienen del pago por el trabajo.

Remesa, propinas, etc.

Ingresos provenientes de la estructura de la propiedad: (arrendatarios, propietario de negocios por cuenta propia, etc.)

Diferencias raciales y de género

Estructura social

Desigualdades legitimas

Asociadas al pago por el ejercicio del trabajo medido en cantidad y calidad

Desigualdades ilegitimas.

Diferencias establecidas partir de criterios de oportunidad.

Enfoques fundamentales de la comunidad científica

Enfoques sobre la política salarial en función de la generación de desigualdades.

Enfoque economicista

Enfoque Social.

Enfoque integrador.

Enfoques matizados.

Epígrafe 2: Metodologías, técnicas, criterio muestral y plan de análisis.

La investigación realizada es de tipo descriptiva – analítica, teniendo en cuenta el grado de conocimiento que existe en la comunidad científica cubana sobre el tema. Se trató de medir[61]la situación actual de la política salarial como eje de la estructura social cubana, a partir del análisis de las desigualdades que esta genera, sobre la base de los distintos enfoques que brinda este nicho de información. Sobre esta información se concluyó que la política salarial y la estructura social eran conceptos bastante elaborados por la comunidad científica cubana, lo que permitió establecer cierto grado de análisis sobre estas variables, estableciendo niveles dicotómicos de desigualdades, legítimas o no.

Los estudios descriptivos tienen la tarea de medir conceptos de tal forma que dichas mediciones indiquen el estado del fenómeno en cuestión[62]La realidad ha demostrado que las investigaciones están sujetas a diferentes tipos de criterios; por lo que según su finalidad, una investigación puede presentar características exploratorias, descriptivas, analíticas o correlaciónales, y explicativas.[63]

La metodología de la investigación social es a menudo interpretada como el conjunto de métodos y técnicas utilizados para la determinación, recolección, procesamiento, y análisis de los datos recolectados. La construcción del conocimiento sobre esta base ha estado divida en las ciencias sociales según el carácter de los datos y la manera de analizarlo en cualitativa y cuantitativa.

Significativas han sido las diferencias entre el enfoque cualitativo y cuantitativo a la hora de abordar, estudiar, analizar e interpretar la realidad social, y conocidas son las visiones del paradigma cuantitativo al respecto (acercamiento a la realidad a través de deducciones, estudiando hechos concretos, que puedan ser comprobados, medibles, con el uso de técnicas que permitan la matematización de la información, en busca de explicaciones de los fenómenos, partiendo de criterios de fiabilidad y validez).

Las investigaciones cualitativas se plantean una reflexión mas profunda sobre un conjunto de problemas metodológicos que eran considerados como definitivos: el muestreo, la generalización, las pretensiones de validez, etc. Aunque en el método cualitativo, la construcción científica se refiere a la significación subjetiva de las acciones humanas, eso no impide que la investigación deba ser objetiva en el sentido de que la recogida de datos, las interpretaciones y las conclusiones deban someterse a verificaciones controladas.

Desde esta perspectiva cualitativa un estudio, para ser científico, no requiere adecuarse a un protocolo de investigación, lo que requiere es organizar un plan metodológico que refleje la naturaleza del objeto de estudio y del mundo social. O sea, que la investigación social tiene que ser más fiel al fenómeno que se estudia, que a un conjunto de principios metodológicos.

Este aspecto naturalista de la investigación cualitativa sitúa al investigador en el campo donde se produce el fenómeno que le interesa. Consecutivamente hace referencia a la forma en que se recogen los datos mediante vías llamadas naturales: preguntando, visitando, escuchando, mirando, etc.[64]

Según estos propósitos se utilizó la interpretación y el análisis de los datos recogidos desde una óptica cualitativa con el objetivo de brindar respuestas claras y bien fundamentadas a las preguntas planteadas en la investigación.

Constructivamente este paradigma brindó la posibilidad de elaborar un diseño teórico con cierto grado de flexibilidad en la medida que el conocimiento sobre el tema en cuestión fue alcanzando mayor profundidad.

La necesidad de implementar la metodología cualitativa dentro de esta investigación, no esta referida al rechazo de los datos cuantitativos. En este sentido no se abogó por la dicotomía a la que ha estado expuesto el conocimiento científico. Responde al limitado acceso que se ha presentado durante la recogida de la información de datos numéricos, o susceptibles de ser cuantificados. Esto se debe al rechazo de las fuentes de información a la hora de brindar datos concretos, por lo polémico que suele resultar este problema de investigación a niveles políticos. Por otro lado, las características del problema provocaron que el análisis cuantitativo de estos no fuera definitivo para el cumplimiento de los objetivos generales y específicos de esta investigación. Fue de mayor interés los contenidos de los mensajes y no su cuantificación.

No obstante se utilizaron representaciones numéricas elaboradas por fuentes secundarias que complementaron éste estudio y fueron analizadas desde una óptica cualitativa para nuestros propósitos.

Los diseños teóricos actuales, tanto cualitativos, cuantitativos como integrados presentan en su estructura comúnmente una separación entre la forma de recoger los datos y su plan de análisis, un lineamiento que define pasos a seguir que ha incidido en la repetición de una tendencia positivista[65]En el presente, el autor trató de resumir en un solo apartado el proceso de recolección de los datos y la manera en que se van a analizar, integrando otro de los aspectos que aparentemente está sufriendo una desconexión y que realmente se resume en un proceso, aunque se realicen sobre líneas de tiempo diferentes.

El análisis fue comprendido como un conjunto de operaciones oportunas que conlleven a elaborar en un todo coherente y significativo los datos obtenidos, a través de transformaciones reflexiones y comprobaciones que se realizan para extraer significado relevante en base a los objetivos de investigación[66]

Para la clarificación del problema de investigación se construyó una política salarial tipo o ideal, en consecuencia al eje de distribución socialista, que proporcione un referente comparativo para el sistema distributivo cubano en función de ese eje estructural. La comparación en este sentido se interesa por las semejanzas y diferencias que puedan existir entre ese deber ser de la política salarial, y su puesta en practica.

Para el análisis y caracterización de la política salarial, tanto del tipo ideal, como la utilizada en nuestro país se usó el análisis de documentos. Se trató de compilar la mayor cantidad de información a partir fuentes diversas entre las que se encuentran las entrevistas a expertos, búsquedas bibliográficas, y datos ofrecidos por: Oficina Nacional de Estadísticas, Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, Ministerio Economía y Planificación, Ministerio de Finanzas y Precios, (CIPS) Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas del (CITMA) Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE), Instituto de Estudios e Investigaciones del Trabajo (IEIT).

Las fuentes utilizadas dentro del proceso investigativo fueron:

1- Investigaciones previas: lo que demostró que existía en Cuba poca exploración sobre el tema de los salarios relacionados con la generación de desigualdades.

2- Resoluciones dictadas por los ministerios encargados de elaborar políticas económicas y sociales afines a nuestro objeto de estudio: lo que demostró que no existía una relación coherente entre ellas, por lo que muchas veces entraban en contradicción.

3- Escalas salariales: para comprender si las relaciones que se establecían entre los salarios y la estructura social resultaban en desigualdades legítimas.

4- Entrevistas a expertos: a partir de las cuales se logró compilar las posiciones actuales de la comunidad científica productora de conocimiento en ésta área, labor antes no realizada por ninguna otra investigación sobre el tema. Lo anterior reveló que existe desconexión entre los distintos saberes aportantes, y la fragmentación de las evidencias fundamentales acerca de la política salarial cubana.

El análisis de documentos como método y técnica a su vez es una vía fundamental para descubrir los significados segundos o contenidos latentes que subyacen en los mensajes, es por esto que se dice que el análisis de contenido es la justificación científica del arte de leer entre líneas[67]Bajo esta forma de interpretar los datos tanto cuantitativos como cualitativos, se logró dar un orden coordinado al cúmulo de información que se obtuvo mediante las búsquedas bibliográficas y las entrevistas realizadas.

El análisis de documentos se efectuó por medio de la codificación, proceso en virtud del cual las características relevantes del contenido de un mensaje son transformadas a unidades que permitan su descripción y análisis preciso. Lo importante del mensaje se convierte en algo susceptible de describir y analizar. En este sentido el análisis no solo se aplicó a información preexistente, sino que también se utilizó para el análisis a datos generados por la propia investigación. Lo relativamente interesante para el cumplimiento de nuestros objetivos fue la interpretación de la significación del contenido de las categorías, más allá de la frecuencia en que ocurren ni sus estadígrafos de origen. No obstante fue necesario definir el universo, las unidades de análisis y las categorías de análisis de las variables con el objetivo de poder controlar las interpretaciones y los ejes comparativos.

En este sentido el análisis contribuyó a aseverar la operacionalización de las variables fundamentales de esta investigación sobre la base de criterios temáticos,[68] los cuales posibilitaron la medición y comparación del tipo ideal con la realidad.

Política salarial:

  • Relaciones establecidas a partir de la estructura de los ingresos provenientes de la participación en el trabajo (vía distribución, vía redistribución).

  • Sujetos de apropiación.

  • Estructuras de las desigualdades generadas.

Criterios de oportunidad:

  • obtención de ingresos por vías no provenientes de la participación en el trabajo.

  • Sujetos de apropiación.

  • Estructuras de las desigualdades generadas.

Estructura social:

  • desigualdades asociadas a aquellos ingresos que provienen del trabajo.

  • desigualdades asociadas a los ingresos no provenientes del trabajo.

Para establecer análisis comparativos con los datos arrojados por las entrevistas a expertos, los objetivos de nuestra entrevista fueron los siguientes:

Enfoques fundamentales de la comunidad científica sobre:

  • Criterios sobre política salarial en función de sus objetivos.

  • Criterios sobre política salarial en función a la generación de desigualdades.

  • Criterios sobre la política salarial y su impacto en la estructura social.

La entrevista a expertos fue una vía mediante la cual se obtuvieron datos relevantes para los efectos de nuestra investigación.

La entrevista a expertos, como variante de la entrevista en profundidad (variante semi estructurada), es aquella que se realiza a sujetos con un grado de conocimiento alto sobre un tema en específico. Esta constituye una vía a través de la cual y mediante la interrogación de estos sujetos se obtienen datos cuantitativos y cualitativos importantes para las investigaciones sociales. En dependencia de la relación entrevistador entrevistado, la entrevista a expertos puede darnos una gran cantidad de información amplia, directa y profunda.

La entrevista en este sentido fue una fuente incalculable de información pues nos permitió acceder a los criterios de la comunidad científica sobre el tema y reconstruir la estructura del conocimiento aportado en función del cumplimiento de nuestros objetivos.

El tema tratado por esta investigación fue una fuente de motivación para los entrevistados, y la condición de alumno del entrevistador propició que se lograra recoger de forma menos influenciada el criterio de los distintos expertos, los cuales se desinhibieron ante una relación profesor alumno a la que muchos de estos están acostumbrados por dedicarse también al magisterio.

La muestra que se utilizó responde al criterio de "sujetos tipo".[69] Este tipo de criterios se utiliza en investigaciones donde el objetivo principal es la riqueza, profundidad y calidad de la información, no la cantidad ni la estandarización de esta. Para su conformación se tuvo en cuenta que:

1) que fueran personas que se dedicaran a estudiar, o hubieran estudiado el tema. 2) que existiera una equidad entre la representación de las distintas ciencias, tanto de la economía como de la sociología, y sobre los temas que estudiaban, tanto las estructuras y las desigualdades, como la política salarial, y el salario en particular[70]De esta forma la muestra se redujo considerablemente, teniendo en cuenta el tamaño de la población que representa a la comunidad científica cubana. Ver al respecto la tabla #2.

Por otra parte incidieron factores ajenos a esta investigación, por lo que muchos de los integrantes de esta muestra no estuvieron disponibles para la realización de las entrevistas.

Producto de esto y con el objetivo de hacer más efectiva la muestra bajo los parámetros ya mencionados, se reconstruyó otra muestra, teniendo en cuenta aquellos expertos que estuvieran disponibles, la cual quedo configurada de la siguiente forma. Tabla # 3.

Tabla # 2: Muestra inicial.

Posibles Entrevistados

Sociólogos/as

Ciencias económicas/as/os

Estructura y desigualdades

Política salarial, salarios

Centro de procedencia.

Mayra Paula Espina

X

X

(CIPS)[71]

Viviana Togores

X

X

(CIPS)

Boris Nerey

X

X

X

(IEIT)[72]

Francisco Alonso

X

X

(IEIT)

Antonio Espiñeira

X

X

(IEIT)

Hiram Marquetti

X

X

(CEEC)[73]

Omar Everleny

X

X

(CEEC)

Juan Triana.

X

X

(CEEC)

Oscar Echeverría

X

X

INIE[74]

Ernel Gonzales

X

U.H[75]

Juan Valdez Paz

X

X

U.H

Graciela Chailloux

Historiadora de la economía

U.H

Tabla # 3: Muestra utilizada.

Entrevistados/as

Sociólogos/as

Ciencias económicas/as/os

Estructura y desigualdades

Política salarial, salarios

Centro de procedencia.

Mayra Paula Espina

X

X

(CIPS)

Viviana Togores

X

X

(CIPS)

Juan Carlos Campos

X

X

(CIPS)

Boris Nerey

X

X

X

(IEIT)[76]

Francisco Alonso

X

X

(IEIT)

Omar Everleny

X

X

(CEEC)

Pavel Vidal

X

X

(CEEC)

Oscar Echeverría

X

X

INIE

Didio Quintana

X

X

INIE

José Luís Martin

X

X

CEDEM[77]

Las entrevistas se realizaron en los centros de trabajo de los investigadores, bajo un ambiente para ellos muy familiar, lo que provocó que se sintieran cómodos para expresar sus ideas.

Guía de la entrevista semi-estructurada:

  • 1- Según su criterio, cuales deberían ser los objetivos de la política salarial en Cuba.

  • 2- En que medida dichos objetivos apuntados por usted se cumplen.

  • 3- Cuales son las áreas, según su criterio, donde más se ha avanzado en materia de política salarial en el país.

  • 4- Cuales son las áreas, según su criterio, donde menos se ha avanzado en materia de política salarial en el país.

  • 5- Cuales son, según su criterio, las modificaciones que sería necesario realizar para el cumplimiento de dichos objetivos en materia de política salarial en el país.

  • 6- En materia de corrección de las actuales desigualdades de la sociedad cubana, cual es, según su criterio, la función que debe jugar la política salarial.

  • 7- Como incide la política salarial en la estructura social cubana.

  • 8- En las condiciones actuales, como incide la política salarial en la movilidad social en una sociedad como la cubana.

La pregunta 1 estuvo encaminada a conocer la opinión de los entrevistados sobre los objetivos fundamentales de la política salarial. En esta pregunta el entrevistado tiende a exponer la posición de su enfoque.

Enfoque Economicista

Enfoque Social

Enfoque Integrado.

Enfoque Matizado

Las preguntas 2, 3, 4 y 5 están elaboradas para que el entrevistado exponga su criterio sobre la situación actual de la política salarial y los cambios que deberían elaborarse para un mejor funcionamiento de esta, en función de los objetivos que expuso. En este sentido normalmente los criterios están influenciados por su posición u enfoque.

La pregunta 6, esta dirigida a establecer los criterios de los expertos acerca de en que medida la política salarial debe influir dentro de las desigualdades.

Las preguntas 7 y 8 están encaminadas a establecer el impacto de la política salarial dentro de la sociedad.

Los análisis en este sentido se construyeron sobre la base de cruzar las variables: política salarial, desigualdades, estructura social, a partir del análisis realizado por los expertos acerca del cumplimiento de los objetivos de la política salarial, sus tendencias actuales y futuras.

El interés de los enfoques es saber hasta que punto lo sociólogos y economistas son capaces de integrar sus saberes para establecer la posibilidad de construir una política salarial que implique un acercamiento integral a las soluciones.

Para el análisis cualitativo de los datos obtenidos por esta técnica se utilizó el método de agrupamiento y cruzamiento cualitativo de las variables apoyados en el análisis de documentos antes explicado. A través de dicho método se organizaron todas las respuestas con el objetivo de crear bloques interpretativos sobre los cuales se pudieran obtener los análisis comparativos que fueron utilizados en el presente estudio.

Capítulo 3.

La política salarial cubana en su función generadora de desigualdades dentro de la estructura social, acorde a los principios de distribución socialista, el reto de la comunidad científica

Epígrafe 1: Capitalismo o Socialismo: Salarios, estructura social y generación de desigualdades.

La comparación implícita dentro del título tiene como objetivo clarificar las diferencias a partir de las cuales debe desarrollarse un sistema alternativo al capitalismo, así como conocer las bases sobre las que debe organizarse su política salarial en función de lograr los objetivos de una sociedad socialista. Estas bases nos permitirán la construcción de un tipo ideal de paradigma distributivo socialista, que utilizaremos para medir el grado de aproximación de la estructura salarial actual con dicho paradigma, así como las relaciones que establece con la estructura social y sobre que criterio de desigualdad se funda.

El capitalismo se ha presentado como una sociedad cuya lógica de funcionamiento se establece entre dos instituciones fundamentales, el Estado y el Mercado. En tal sentido la organización y funcionamiento de la política salarial ha estado mediada por la institución que ha resultado hegemónica en el momento histórico. Dentro de las múltiples variantes resultantes, la distribución y redistribución del valor creado, poseen como principal objetivo la obtención de una masa de ganancia cada vez mayor con un costo social mínimo, lo que ha provocado la concentración del capital en manos de aquellos que poseen los medios de producción, configurándose una división social en beneficio de la ganancia y en detrimento de los salarios.

De esta manera las formas en que las empresas capitalistas han regulado el pago salarial van, desde los clásicos sistemas de pago por tiempo y a destajo, con sus múltiples variantes, hasta los modernos sistemas de pago por los resultados finales, las utilidades, la productividad u otros indicadores, en dependencia de los objetivos que persiga la empresa y el grado de desarrollo de las relaciones asalariados- empleadores.

Sin embargo un denominador común del desarrollo de las formas de regulación salarial en la empresa capitalista ha sido el intento de tratar de que los mecanismos salariales, bajo formas represivas o no, incentiven la productividad del trabajo y con ello el monto de las ganancias de los propietarios.

La reproducción capitalista tiene como base la expansión y penetración de mercados, lo que produce graves implicaciones para los países menos desarrollados. Esto se debe a que lo que motiva el comportamiento de los capitalistas no son las necesidades sociales sino la extracción de cuotas de ganancia cada vez mayores, lo que dimensiona un proceso en el que el necesario control previo de lo que se produce, cómo se produce y la situación de los que las producen son objetivos de intervención del sistema.

El Mercado nos conforma cada vez más, y esto ha transformado cada aspecto de nuestras vidas, desde la naturaleza de nuestras necesidades hasta nuestra capacidad de satisfacción. Lo que hoy se compra y vende en el mercado no es solo alimentos, ropa y artículos domésticos, sino la dignidad de nuestra fuerza laboral, la calidad de nuestra agua potable, los limites de nuestra integridad personal, la naturaleza de nuestra soberanía nacional y, en ultima instancia, la supervivencia del planeta.[78]

Bajo este sistema, el asalariado, en su condición de consumidor, aunque establezca una jerarquía de sus necesidades dentro de su restricción presupuestaria, no participa en la creación de sus propias necesidades. El desarrollo de las fuerzas productivas, la ciencia y la tecnología convierten al capitalista en explotador de nuevos mercados, y por tanto en creador de necesidades. El asalariado se convierte en este escenario en un actor pasivo, cuya libertad se restringe a escoger dentro de una amplia gama de productos, que esconden en realidad la diferenciación en las relaciones de apropiación y la desigual capacidad para regular y dirigir los procesos productivos.

Ocultas bajo estas redes se encuentran diferentes formas de explotación, que van más allá de la relación mercantil resultante de la venta de la capacidad de trabajar. El trabajo se convierte, en el capitalismo, en un proceso mediante el cual se realiza la función general del sistema. La salarización de la fuerza de trabajo es entonces la vía a partir de la cual dichas desigualdades toman cuerpo y originan ejes de desigualdades que dependen de las relaciones de apropiación y dominación.

El Estado puede funcionar como reglamentador del Mercado, aplicando orden a los métodos "indebidos" de competencia, limitando la posibilidad de engaños, fijando pesos y medidas uniformes, obligando a la honradez en la publicidad y prohibiendo la venta de productos dañinos realizando pruebas de seguridad a estos, pero solo puede corregir, nunca abolir, las relaciones de apropiación que le son intrínsecas. Puede apoyar las industrias locales y los productores agrícolas estableciendo aranceles de mercado a los productos importados, imponer controles salariales y de precios, pero no suprime las bases de la dominación. Garantizando el empleo, pagando seguros de desempleo, beneficios de salud y bienestar social a todos los ciudadanos, solo contribuye a la perpetuación de un orden social que tiene sus bases en la exclusión de las mayorías trabajadoras.

Aun cuando el Estado asuma tales responsabilidades, la explotación del obrero queda intacta, los Estados de Bienestar son un ejemplo de esto. Autores como Ariel Francais[79]indican que dicha configuración también ocurrió en los países del llamado socialismo real. Según el propio Francais[80]varios fueron los fenómenos que dieron al traste con los Estados de Bienestar, primero, el llamado choque petrolero con sus transformaciones en la economía mundial, segundo el desplome del campo socialista, y el tercero la ofensiva neoliberal apoyada en la incapacidad del Estado de sustentar sus modelos de desarrollo y dar respuesta rápida a los problemas que se enfrentaban.

El capitalismo ha asumido básicamente dos variantes en su soporte. El modelo de acumulación capitalista ha estado, como se ha expuesto, apoyado por dos instituciones, el Mercado y el Estado, y tanto la teoría del laissez-faire como la de los Estados de Bienestar han sido incapaces de sostenerse frente a los inconvenientes económicos y sociales a que se han enfrentado en sus momentos históricos. La reproducción de la sociedad capitalista, se ha demostrado, es insostenible bajo estas configuraciones, lo que redunda históricamente en crisis cíclicas.

Por otra parte, los Estados Socialistas, a pesar de logar altos niveles de desarrollo en sus políticas de bienestar, suprimiendo, al menos en la teoría, el papel del Mercado como constructor de desigualdades, a la larga construyeron una sociedad donde el Estado sólo sustituyó al Mercado, que se convirtió en constructor y mediador de todas las relaciones sociales, sacrificando así, las particularidades, y la diversidad social. Conformando una sociedad con niveles de igualitarismo que en la práctica fueron tan dañinos como las desigualdades del mercado.

El socialismo es aún una sociedad desigual, pero sus niveles de desigualdad están determinados por el aporte desigual de los individuos dentro de los procesos de trabajo, lo que la convierte en una sociedad justa. Su característica esencial reposa sobre una autentica apropiación de la esencia humana[81]por el hombre y para el hombre[82]por lo que la riqueza espiritual y material de la sociedad coinciden por vez primera dentro de la historia de la humanidad.

El trabajo es entendido como una fuerza humana creadora de valor material y espiritual. Su componente especial es que solo a partir de él se puede construir una sociedad con un criterio real de justicia distributiva. Una política salarial fundada en la naturaleza del aporte en trabajo a la sociedad como vía de satisfacción preponderante de las necesidades humanas es la solución a la lógica enajenante del capitalismo.

De esta forma se puede manejar dentro del socialismo el tema de las desigualdades, que lejos de establecerse como fenómeno de exclusión, se convierta en un mensaje partir del cual el ejercicio del trabajo se convierta en la fuente de acceso a la satisfacción de las necesidades y a la movilidad social.

La distribución socialista implica también la generación de plusvalor, es falsa la idea de que el obrero obtendrá el fruto integro de su trabajo, pero a diferencia del capitalismo, en el socialismo ése plusvalor se redistribuye: 1- en reponer los medios de producción consumidos; 2- en incrementar la producción; 3- en fondos de reserva o de seguro contra accidentes, trastornos frente a desastres naturales etc., De ese total restante debe deducirse aun: 4- los gastos generales de administración no concernientes a la producción, los cuales deben ir decreciendo en la medida en que vaya desarrollándose la nueva sociedad; 5- la parte destinada a la satisfacción de necesidades colectivas, políticas de bienestar, seguridad social, educación e instituciones de salud, parte que aumentara considerablemente en la medida que se vaya desarrollando la sociedad; 6- fondos de sostenimiento de las personas incapacitadas para trabajar, la beneficencia social[83]Solo después de desmenuzar necesariamente esta riqueza socialmente producida, puede comenzarse la distribución individual, aun cuando parte de este total ya distribuido retorne al individuo, directa o indirectamente (redistribución), como miembro de la sociedad.

Dentro de este sistema el productor recibe de la sociedad lo mismo que ha dado (su cuota individual de trabajo), la suma de la cantidad de horas que ha aportado como trabajo social. Luego de haber descontado lo que ha trabajado para el fondo común, el trabajador obtiene la misma cantidad de trabajo que ha aportado bajo otra forma distinta, cambia su cuota de trabajo individual por un equivalente de trabajo socialmente necesario. En base a lo anterior, las desigualdades son medidas por un componente realmente justo, el aporte en trabajo. La medida del trabajo debe establecerse a partir de la intensidad y la duración de este, desechándose cualquier distinción de clase, reconociéndose las desiguales aptitudes de estos y por tanto la desigual capacidad de rendimiento. Por lo que se puede hablar del derecho a la desigualdad, una desigualdad que parte del ejercicio del trabajo, no del derecho de renta, ni del poder. A igual trabajo igual derecho de acceso al consumo, ¡de cada cual, según sus capacidades; a cada cual, según sus necesidades![84]

El tránsito a la sociedad comunista también pasa por revolucionar el concepto de necesidad social. La perspectiva socialista se orienta hacia la satisfacción gradual de necesidades cada vez más numerosas, no hacia su restricción al nivel más elemental. Marx no abogó jamás en favor del ascetismo y la austeridad. Al contrario, teniendo en cuenta que el desarrollo de las fuerzas productivas está relacionado con el aumento y variedad de las necesidades humanas, debe establecerse una tendencia a la producción de una creciente variedad de bienes y servicios que satisfagan estas necesidades.

El trabajo acumulado de esta forma es un medio para ampliar y enriquecer la vida del los trabajadores. Por lo tanto es necesario fomentar un trabajo conciente, que apuntale la libertad y la personalidad del trabajador socialista, lejos de la enajenación a la que se enfrentan bajo los parámetros capitalistas.

El socialismo debe establecer el derecho al trabajo sin exclusión racial, género, etnia o religión. Promover en este sentido una educación social, una cultura alternativa, lejos del adiestramiento de los hombre en maquinas, lejos de las ataduras y las costumbres de la familia burguesa la cual reproduce las necesidades del sistema. En la medida en que se vayan modificando las condiciones de vida y las relaciones sociales, se modificaran también las ideas, las nociones y las concepciones del mundo.

Los proyectos socialistas en este sentido no cumplieron con su objetivo principal: romper con las lógicas de funcionamiento capitalista. El Estado socialista comenzó a reproducir los patrones enajenantes del sistema capitalista, producto de no lograr un proceso emancipatorio de los actores sociales. No se logró romper con la dicotomía estado- mercado, construyendo un sistema completamente estatalizado que a la larga imposibilito que los actores sociales se convirtieran en sujetos de apropiación.

En este sentido no se crearon las condiciones históricamente necesarias para que madurara una conciencia socialista dentro de los estados nación. Se originaron procesos de enajenación de nuevo tipo, que a la larga impidieron desarrollar sistemas productivos que rompiera con los procesos de producción capitalistas, profundizados por el mantenimiento de una división social del trabajo que mantenía al obrero en una posición de subordinación ante los procesos de organización de la producción y el trabajo, en condiciones de salarizacion[85]

Las relaciones capitalistas construyen las bases para la revolución socialista, pero no producen a los sujetos socialistas[86]Este fundamento se origina sobre la base de que el socialismo es un sistema que funciona solo cuando los sujetos sociales se convierten en sujetos de apropiación, lo que implica romper con la salarización de la clase trabajadora, no sólo como sistema de remuneraciones, si no como práctica cultural, y que tengan el poder real para gestionar las condiciones de producción y reproducción de la cultura material en todos los ámbitos y niveles del proceso de acumulación socialista.

La política salarial entonces no puede entenderse como un agregado económico pasivo, sino como un conjunto de herramientas que permitan construir procesos de producción, distribución y redistribución de la riqueza nacional de forma socializada. No debe reproducir las lógicas capitalistas de la salarizacion, y en este sentido convertirse en un proceso de enajenación del trabajador, si no generar un proceso de liberación del trabajo.

La política salarial debe convertirse en un sistema de gestión de las desigualdades. Las formas de distribución y redistribución de la riqueza socialmente creada, debe funcionar como un elemento de diferenciación social. De lo contrario solo contribuiría a la homogenización del trabajo. Por esta razón, las desigualdades en este sentido están referidas a las capacidades y el esfuerzo propio.

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