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La nueva-vieja cuestión de la integración – El Mercosur (página 2)


Partes: 1, 2

Valor de la complementariedad de la élite: El nivel en que los grupos de élites dentro de las entidades que se integran piensan igual, es de considerable importancia, por tanto dependerá mucho de las élites el grado de integración al que se quiera llegar. Sin embargo se sostiene también que las élites que han trabajado juntas eficazmente en una situación transnacional, puedan propiciar políticas divergentes que no conducen a la integración. Esto último se debe a que los burócratas nacionales son cautos ante la integración por la posible pérdida de control nacional. [7]

Existencia de pluralismo: Mientras mayor es el pluralismo en todos los Estados miembros, mejores son las condiciones para la integración. Esta es una falencia que está presente en MERCOSUR ya que "la diversidad en América Latina es el resultado de divisiones que se han originado en el marco del propio proceso de desarrollo y de una cultura fuertemente discriminatoria. A la diversidad cultural, geográfica y de recursos, el desarrollo añade mercados segmentados; diferencias educacionales, diferencias salariales y de acceso a las oportunidades; distinto acceso a la información, concentración del poder político, social y económico; elites divididas por distintas concepciones sociales, diferencias de credos religiosos, etc., todo lo cual tiene como reacción natural la intolerancia, considerada esta ultima como el extremo opuesto del pluralismo".[8]

Capacidad de los Estados miembros de adaptarse y responder: Cuanto más alto es el nivel de estabilidad interna de las unidades y mayor el grado de gobernabilidad, más probable es que puedan participar eficazmente en una unidad integrativa mayor. Este planteamiento es significativo si revisamos las variables presentes en los países de MERCOSUR y en general de América Latina, entre las que podemos mencionar la gobernabilidad, el rol de los partidos políticos, la inestabilidad y el caos económico, lo que nos permite señalar que aún con instrumentos jurídicos adecuados, existe un desfase permanente entre los objetivos de integración y su concreción. [9]

Es interesante señalar que el proceso de integración  de los países que conforman el Mercosur se encuentra más avanzado en los aspectos económicos antes que en los políticos, sin embargo la voluntad política es fundamental en el desarrollo y fortalecimiento del proceso, incluso podemos sostener que una integración real necesita de un proyecto político capaz de sostenerla, ya que es indiscutible que la integración económica y social afecta necesariamente a entidades políticas soberanas, por lo que algunos autores plantean que la integración es un fenómeno esencialmente político cuya consecuencia es económica y social

Dentro del concepto integración nos referiremos a la  Integración económica, por el cual volvemos a recurrir a J.C. de la Vega quien expone "Es un sistema  por el que se instrumentan medidas  necesarias tendientes a suprimir los impedimentos que separan  a las economías de dos o más estados, con el fin de actuar en forma coordinada  y complementaria.

Para lograr una integración económica amplia se ponen en práctica las siguientes medidas:

A)                 Se suprimen los derechos aduaneros entre los países integrados

B)                 Se adopta  una política común en materia de aranceles aduaneros con referencia a productos que ingresan desde estados que no participan de la integración

C)                 Se permite la circulación  irrestricta  de capitales, servicios y personas de los estados miembros

D)                 Se planifica la actividad económica en forma coordinada y complementaria en toda la región."  [10]

Para analizar esta situación, nos apoyaremos en la tesis que plantea Holzmann quien postula la existencia de tres tiempos distintos dentro de un proceso de integración, cada uno con diferentes grados de avance: Tiempo económico, definido por la velocidad del intercambio; Tiempo jurídico-institucional, definido a partir de la estructuración formal de esquemas de integración que dan la necesaria institucionalización jurídica al intercambio comercial; y Tiempo político, definido a partir de la conformación de una voluntad política manifiesta de los Estados con capacidad de concretar efectivamente una integración con objetivos comunes.[11]

A estos tiempos postulados por Holzman, incluimos el tiempo histórico en el cual se evidencian los intentos de integración en el período que transcurre desde principios del siglo XIX, coincidiendo con la gesta emancipadora americana, hasta la concreción del MERCOSUR, siendo este trayecto  nuestro objeto de análisis.

Por ello sostenemos que el Mercosur es la consecuencia de un largo proceso de integración, desde su primer antecedente en el pensamiento bolivariano, atravesando los intentos truncos desde  el  inicio del siglo XX, hasta su concreción en el año 1991.

Para ello se analizará, en primer lugar, el pensamiento de Bolívar, Artigas y Monteagudo respecto a la necesidad de integración americana. En una segunda instancia,  se examinará  lo que hemos denominado lo bosquejos fundacionales que abarca desde comienzos de 1900 hasta la década del 80. Y  finalmente se reflexionará sobre la situación actual del MERCOSUR.

Los abatares de la integración, del MERCOSUR, serán analizados en el presente escrito desde la perspectiva Argentina, por ello insistimos  en que es sólo una mirada, de las muchas con que se puede abordar el tema.

Recorriendo

El pasado de la integración

La nación latinoamericana, como proyecto empeñosamente reiterado desde la emancipación hasta el presente, sólo podría encontrar su posibilidad real y su racionalidad histórica, en cada uno de los recortados fragmentos del continente que, constituidos ya como naciones, no podrían dejar de aportar a la comunidad latinoamericana el caudal de cada irrenunciable memoria colectiva y de cada específica autoconciencia.

No se puede entender el integracionismo continentalista desatendiendo el papel que en ellas cumple los Estados nacionales, puesto que sus sociedades civiles surgen en el proceso de centralización del poder soberano a partir de las emancipaciones independentistas.

Gesta Emancipadora

Los orígenes del americanismo preexisten a la creación de los estados revolucionarios. Se ha dicho que no puede parecer insólito que, atendiendo a la génesis y puntos de partida de la conciencia nacional hispanoamericana, ésta la encontremos profundamente arraigada en el concepto de que América forma parte esencial de la unidad del imperio, y aún, de la unidad de la nación española. De este modo, y contradiciendo la realidad de la colonización económica, de la explotación social y de la coerción cultural, la superestructura jurídica del imperio y sus instancias ideológico-políticas se esforzaban por implantar el concepto de la igualdad de todos los súbditos ante la Corona. Así, a través de esta mediación ideológica el estado imperial intentaba difuminar los regionalismos existentes, los nacionalismos nacientes y la explotación de las diversas clases trabajadoras.

Se despliega en dicho proceso una dialéctica multipolar entre ciudad y región, nación y clase, constitución y pueblo, unidad y federación, hasta asumir una proyección continental. La idea de Nación aglutinó aquí una heterogénea composición interna que encontró simbólicamente en el "continente" su primer principio de unificación social. Según Soler, lo que tiene lugar en el proceso independentista es la dialéctica de una conciencia nacional que rebasa las propias determinaciones de clase de los grupos criollos que la impulsaron originalmente. Así, el radicalismo pequeño-burgués actuó "desde arriba" por medio de la organización de la lucha armada de los ejércitos insurgentes, concentrando el poder ejecutivo del aparato estatal y proyectándose ideológicamente hacia la confederación hispanoamericana. Por ello es que desde las luchas emancipatorias independentistas todos los grupos sociales reivindicaron la soberanía como programa unificador común, pre-constitucional, en torno a la idea de una Nación supra-regional. Y esta sobrevive como conciencia programática proyectada desde el pasado. Como colorario: el sueño continental de la "Patria Grande" tiene su raíz histórica en los idearios independentistas. [12]

Pensamiento Bolivariano: La Patria Grande

Los levantamientos tupacamaristas tuvieron un contenido revolucionario y a la vez integracionista y unificador de los sectores populares (indígenas, negros, mulatos y zambos, criollos pobres, bajo clero) proyectados en sentido nacional y continental. Pero la soberanía popular latinoamericana encuentra a partir de Bolívar su unidad programática fundacional, que San Marín refrendaría en la praxis concreta de sus campañas libertadoras. Es  Simón Bolívar quien  elabora un pensamiento político centrado en los valores de la Igualdad, la Libertad, la Soberanía popular y la Independencia nacional. [13]

 Habló de la gran nación que ha de ser  garantía de equilibrio en el escenario mundial en que han primado los enfrentamientos entre las potencias. Planteó también la necesidad de una institucionalidad política propia para la condición de un país joven pero digno y que mira al futuro;  se enfrentó a los imitadores europeizados y americanizados. Insistió en un gran sistema de educación amplio y propio que fomentara a través de la actividad de los talleres, el espíritu de trabajo y creatividad de los jóvenes de la gran Colombia. Por  su voluntad de unificación hace que procure incorporar a su proyecto nacional a las capas criollas acomodadas junto a la masiva incorporación de los sectores populares que participaron de las guerras independentistas, con el fin de superar el atomismo reinante tras la emancipación de la colonia. La idea bolivariana de la integración americana se concebía como una confraternidad de naciones y como ampliación de la ciudadanía a los grupos étnicos y a las capas sociales más postergadas.

El idealismo anfictiónico bolivariano no sustantivaba la formación de un único mercado compartido. Todo lo contrario, sus esfuerzos estaban encaminados al plano superestructural. Este proyecto vivirá su momento de apogeo en el Congreso de Panamá[14] (1826) y con avances y retrocesos caducará luego del fallido Congreso de Lima (1864) .Los Estados de la Región deberán esperar mejores épocas para plantearse el tema de la unidad.

En las postrimerías de la  vida de Bolívar, su obra política se derrumbó por la tenaz oposición de la clase dirigente. Esta traicionó su sueño y lo condujo al destierro en Santa Marta, Colombia, donde finalmente murió el 17 de diciembre de 1830. [15]

Artigas: Una federación de autonomías

Es con el antigüismo que se logró elaborar una concepción de la democracia americanista de rasgos propios. Artigas reelabora las doctrinas del contractualismo en su vertiente roussoniana y le imprime un contenido novedoso proveniente de la cultura de la campaña y sus sectores populares. La organización nacional proyectada por Artigas obedecía a una construcción progresiva de individuo, comunidad y federación.

Artigas era partidario del gobierno republicano basado en el respeto a la autonomía de las provincias, planteando la necesidad de establecer un contrato social, pero no en el sentido del resguardo del libre goce de la propiedad privada individual, sino como un contrato entre comunidades, estados o regiones, para la salvaguarda de la independencia nacional. [16]

B. Monteagudo: Teoría contractualista en América

En Bernardo Monteagudo encontramos una teoría contractualista y un ideario de unión americanista programáticamente expuesta en sus lineamientos fundamentales.

Monteagudo tenía en mente dos grandes propósitos que guiaban su proyecto de una liga confederada de naciones americanas: garantizar la pacificación interna y consolidar la soberanía externa. Filosóficamente lo orientaba la tradición del gran pensamiento político de la modernidad: la salida contractualista del "estado de naturaleza" representado por la amenaza de disgregación hobbesiana del cuerpo social bajo la guerra civil, mediante un pacto fundamental. Una vez conquistado el estado civil jurídico-político de cada nación, era necesario unificar continentalmente la América con el fin de instaurar el estado de paz y libertad para la liga confederada de los pueblos, y para hacer valer su soberanía frente a los deseos expansionistas o restauracionistas europeos.

En vistas de estos objetivos Monteagudo escribía: "La paz interna de la confederación quedará igualmente garantida desde que exista una asamblea en que los intereses aislados de cada confederado se examinen con el mismo celo e imparcialidad que los de la liga entera. No hay sino un secreto para hacer sobrevivir las instituciones sociales a las vicisitudes que las rodean; inspirar confianza y sostenerla. Las leyes caen en el olvido y desaparecen los gobiernos luego que los pueblos reflexionan que su confianza no es ya sino la teoría de sus deseos. Más la reunión de los hombres más eminentes por su patriotismo y luces, las relaciones directas que mantendrán con sus respectivos gobiernos y los efectos benéficos de un sistema dirigido por aquella asamblea, mantendrán la confianza que inspira la idea solemne de un congreso convocado bajo los auspicios de la libertad, para formar una liga a favor de ella.".[17]

Bosquejos fundacionales

-1909 -1916

Uno de los proyectos de integración económica más serios se remonta a 1909, cuando un grupo de políticos y empresarios argentinos proponen la creación de la Unión Aduanera del Sud. [18]

Argentina, Brasil y Chile firmaron el 25 de mayo de 1915 en Buenos Aires el Tratado de Cordial Inteligencia Política y Arbitraje. [19]

Los parlamentos de Brasil y Chile aprobaron el Pacto, conocido como Tratado del ABC[20] y en 1916 el Congreso Argentino debatió este tratado, el cual fue aprobado en el Senado pero la Cámara de Diputados lo rechazó. [21]

-De Pinedo a Perón

En el transcurso de los gobiernos neoconservadores de la década de 1930, Federico Pinedo retoma el tema de la Unión Aduanera del Sud e insiste en la idea de que un mercado ampliado por la integración con países vecinos puede favorecer el desarrollo de industrias de exportación, y lo efectiviza en su presentación en favor de la Unión Aduanera de Sud América del 26 de junio de 1931. Pinedo preconiza a favorecer la integración de las economías de los países de América del Sur.

  La política exterior del gobierno peronista utilizó diversos cursos de acción para lograr su objetivo de acrecentar el poder de Sudamérica bajo liderazgo argentino. Los medios de que se vale, técnicos y políticos de acuerdo con su programa de integración, son la búsqueda de la unión aduanera, la coordinación de las relaciones exteriores, la solidaridad en el ámbito de los derechos económicos y sociales y en el ámbito de las relaciones bilaterales.

  El punto de partida es la inteligencia brasileño-argentina en vísperas de las elecciones que llevarán a Vargas, nuevamente, a la primera magistratura de su país en 1950.

  El gobierno peronista, intentará llevar a cabo una política de integración, en un primer momento, en base a un acuerdo con el varguismo y más tarde, atento a la reticencia y rechazo brasileño, mediante la denominada unión económica con otros Estados sudamericanos.

  El tráfico mercantil  estaba orientado, principalmente, hacia Europa y Estados Unidos. La unión aduanera se acordará con Chile, Paraguay, Ecuador y Bolivia, estados de un menor grado de desenvolvimiento económico, con el propósito de reorientar el comercio hacia Sudamérica. Perón expresará: "América del Sur desea unirse, tal como lo permiten los estatutos de ONU (Organización de Naciones Unidas)y de OEA (Organización de Estados Americanos) y tal como se están organizando, con rótulos y realidades progresivas, los Estados de Centro América y los Estados de Europa Occidental…".

  El presidente Perón entendió que la manera apropiada de llevar a cabo una política relativamente autónoma en el contexto internacional, entonces vigente, era a través de una alianza con Brasil, Chile y demás países de Latinoamérica.

  El primer plan, unión con Brasil y Chile, fracasará por las dificultades internas del varguismo. La cerril oposición política que soportaba y la continuación de la política de desarrollo industrial con la colaboración de Estados Unidos, llevarán al presidente brasileño a desertar del plan comunitario que superara la tradicional rivalidad brasileño-argentina en Sudamérica. Vargas se verá asediado, cuando no jaqueado, en lo que a política de poder en la subregión se refiere, por el ejército (su estado mayor jugará un actuación decisiva en el desbaratamiento de la inteligencia Vargas-Perón); por la opositora UDN y por cierta prensa, quienes razonaban que una alianza con Argentina, en esa contingencia histórica, implicaba transigir con su liderazgo en Latinoamérica. En definitiva, la opción del varguismo por una política exterior "alineada" no sólo es resultado de las presiones de su frente interno sino (quizás) de la convicción de que los recursos financieros y el auxilio tecnológico requerido por Brasil sólo podían ser provistos por la administración con sede en Washington. 

  En la década del 50" comienzan las dificultades del peronismo. El desenlace de la guerra de Corea (que disipa la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial) añadido a la retracción de la producción agropecuaria, la deserción brasileña apuntada y la escasez de combustibles, conducirán a la política exterior peronista a asumir una actitud transigente hacia Washington. Es aquí cuando declinan los ataques a Estados Unidos y se negocian convenios con importantes empresas de este país en consonancia con los planes de sustitución de importaciones. Sin perjuicio de ello, el gobierno argentino persevera en su plan comunitario latinoamericano para contrarrestar su desigual relación societaria con la potencia hemisférica y es durante este período (1953-55) cuando concierta los acuerdos de Unión Económica favorecido por el ascenso al poder de Ibañez, Velasco Ibarra y Paz Estenssoro, al que debe agregarse Getulio Vargas, que si bien no se integra no se opone. Perú y Uruguay a pesar de ser invitados a adherirse al Acta de Santiago desestiman la propuesta. [22]

Década del ´60

En los años ´60, bajo la influencia de las políticas desarrollistas que se daban en la región se renovaron los intentos integracionistas.

Durante la presidencia de Illia, en el plano de su política exterior la integración ocupó un papel central, aunque por ello recibió muchas críticas, lo que quedó plasmado en el artículo del diario La Prensa del 19 de abril de 1965, titulado "La Integración, un salto al vacío"

"El 6 de enero del corriente año el nuevo presidente de Chile se dirigió por carta a cuatro funcionarios internacionales de su elección, con el objeto de encomendarle un trabajo trascendental. Se trataba de formular con urgencia un plan audaz para acelerar la integración latinoamericana…la iniciativa venía siendo elaborada lentamente por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina)…cuando el presidente Frei, dirigió su carta a los cuatro mentores elegidos…la respuesta del poder ejecutivo argentino, se contó entre las primeras y se distinguió por su total coincidencia…no se redujo el presidente argentino a esa conformidad general sino que ….agregó dos sugestiones destinadas a dar a aquellas "órganos de mayor poder de decisión política" la creación de un concejo de ministros, formados por los gobiernos que la integran y esto otro, ya más sugerente también creo haber llegado el momento de que nuestros pueblos estén más íntimamente vinculados a éste proceso de integración. Para lo cual estimo conveniente la creación de un parlamento …(latinoamericanos) tendría la importante función de estudiar e introducir en los parlamentos nacionales la legislación apropiada para facilita el cumplimiento de los objetivos fundamentales de la entidad…"[23] En la presidencia de Arturo Frondizi se concretó la experiencia de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC)[24] en 1960 (Tratado de Montevideo), sobre la base de recomendaciones de la Comisión Económica para América Latina, CEPAL.

Camino a la concreción

En 1980 se firmó el nuevo Tratado de Montevideo que estableció la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)[25], que eliminó las exigencias del programa de desgravación aunque fijó, sin plazo, la ambiciosa meta de un Mercado Común regional. Este acuerdo regional suscrito en Montevideo por Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, tiene como propósito alcanzar un mercado común latinoamericano, a través de un proceso progresivo de "articulación y convergencia" de las iniciativas de integración subregionales.

En l985 los gobiernos de Argentina y Brasil, los primeros libremente electos después de períodos con ausencia de democracia, enfrentaban la necesidad de reorientar sus economías, esto llevó a comprender que un proceso de reconversión y expansión tendría más ventajas si era encarado en forma conjunta.[26]

Sobre esta base a fines de l985 los Presidentes Raúl Alfonsín de Argentina y José Sarney de Brasil, ratifican la voluntad de encarar el futuro en conjunto y con ello crean el marco político para que se exploren caminos de acuerdo.

Una idea central era que este acuerdo debía servir no para cerrarse sobre sí mismos, sino para dar mayores oportunidades para que las economías de los dos países y, en definitiva el conjunto, saliera a integrarse al mundo.

Es así que en 1985 la Argentina y el Brasil suscribieron la Declaración de Foz de Iguazú, donde se sientan las bases para la futura integración.[27]

¡Ya es un hecho!

El 23 de agosto de 1989 los presidentes Carlos Menen de Argentina y José Sarney de Brasil se reunieron para considerar el informe de la Comisión de Ejecución del Programa de Integración entre los dos países, conforme a lo dispuesto en el Acta para Integración Argentino – Brasileña.

El proceso de integración continuó con el Acta de Buenos Aires, del 16 de julio de l990, suscrita por los presidentes, Carlos Menen y Fernando Collor de Mello, por el cual se establece un Mercado Común entre la República Argentina y la República Federativa de Brasil el que deberá encontrarse definitivamente conformado el 31 de diciembre de 1994.

A fines de 1990, representantes de ambos países se reunieron con autoridades de Uruguay y Paraguay, quienes expresaron su disposición para incorporarse al proceso de integración que se estaba llevando adelante. Se convino entonces en suscribir un acuerdo para crear un mercado común entre estas cuatro naciones.

Todo este proceso tuvo incidencia en la formulación del Tratado de Asunción, el cual fue firmado el 26 de marzo de 1991 por los Presidentes Carlos Menen, Fernando, Collor de Mello, Andrés Rodríguez y Luis Alberto Lacalle Herrera y Cancilleres de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay Guido di Tella, Francisco Rezek, Alexis Frutos Vaesken, Héctor Gros Espiell. Suscribieron el Tratado de Asunción, para la "constitución de un Mercado Común" entre sus países. Se previó para ello la elaboración de un programa de liberación comercial, la coordinación de políticas macroeconómicas y la puesta en vigencia de un Arancel Externo Común, así como otras normas y disciplinas comerciales, que entrarían en vigor a partir del 1 de enero de 1995.

Entretanto, la zona de libre comercio se perfeccionó de acuerdo al Programa de Liberación Comercial contenido en el Anexo I del Tratado, que fijó rebajas arancelarias progresivas, lineales y automáticas. Paralelamente se acordó la eliminación de todas las restricciones no arancelarias al 31 de diciembre de 1994. Las ventajas principales de la unión aduanera para los miembros serían: por un lado, aprovechar la eliminación de las trabas al comercio entre los países miembros a fin de aumentar los intercambios, al tiempo de permitir inversiones que atiendan un mercado más amplio. También pueden beneficiarse con el mayor peso que el conjunto tendría en las negociaciones con otros países o agrupaciones.

La forma definitiva que adoptó el bloque surgió del Protocolo de Ouro Preto, acordados en diciembre de l994.[28]

 Corre el reloj para el MERCOSUR

El MERCOSUR, ha seguido una línea de apertura hacia otros bloques comerciales, prueba de ello fue la firma del Acuerdo marco de cooperación interregional, entre MERCOSUR y la Unión Europea, el 15 de diciembre de l995, en Madrid.

En la X Reunión de Consejo del Mercado Común realizada en San Luis el 25 de junio de 1996 se firmó el Protocolo de Adhesión de Bolivia y Chile. Estos dos países son  miembros plenos del MERCOSUR, al haber   concluido el proceso de transición acordado.

La integración regional fue avanzando y lo que le da credibilidad a la ciudadanía, es que cada uno de los países miembros mantiene un régimen democrático y este se consolida con la integración.[29]

Actualmente la composición del MERCOSUR se ha ampliado, puesto que Venezuela se ha incorporado como miembro asociado. Al respecto opina el presidente Hugo Chávez Frías "el reto que tenemos es reducir la pobreza incrementando, al mismo tiempo, la democracia y allí confío plenamente en lo que se ha dicho en MERCOSUR"… El papel integracionista que viene cumpliendo el MERCOSUR dentro de los pueblos latinoamericanos configura… el hallazgo de la "piedra fundamental" que estaba escondida y que ha emergido para servir de escenario para enfrentar y acabar con la pobreza en la región… "creo que MERCOSUR debe ser una inmensa herramienta para reducir la pobreza y, por qué no para eliminarla este siglo y crear hacer aquí una realidad el sueño de tantos años y el dilema de Perón: Unidos o Dominados, y aquí estamos uniéndonos para liberarnos".[30] 

Conclusión

El propósito de nuestro trabajo fue demostrar la permanencia en el tiempo del proceso integrador, hoy Mercosur, tanto desde el ideario como en los intentos.

En relación al ideario, analizamos a Bolívar, Artigas y Montegudo, quienes entendieron la necesidad de integración como salida potable al problema de dependencia.

Por otro lado, rastreamos los distintos intentos de llegar a la concreción de esta integración con actores diferentes, desde su contexto histórico que les era contemporáneo hasta por las diferencias ideológicas que enarbolaban.

Fuimos recorriendo el proceso de integración desde sus primeros pasos, con sus marchas y contramarchas, hasta hoy. Queda claro que, este proceso fue (y es) muy complejo y que siempre ha tenido defensores y detractores; queda claro, también, que los detractores , muchas veces fue la clase dirigente de turno , con  tanta trascendencia como para frenar la integración, o al menos el proyecto, hoy concretado de un mercado común, MERCOSUR, que consideramos fundamental para el desarrollo de la región ante la ambición expansionista del el Imperio estadounidense.

Contrastando el MERCOSUR con la UNION EUROPEA, es visible la consolidación del "Tiempo Económico" ( Holzman)[31] como también la debilidad en los otros aspectos que hacen a una integración total; porque  ni siquiera en los países que integran  este bloque latino  se puede hablar de una unión,  problema tan viejo y tan vigente, que creemos, ese, el actual desafío de Latinoamérica.

Por eso sostenemos que: Este proyecto de integración latinoamericana, puede y debe servir para empezar a construir un futuro más equitativo y más justo. De no ser así, se corre el riesgo de desaprovechar las enormes potencialidades que este proceso de integración brinda a sus países miembros para combatir la situación de pobreza extrema en la que se encuentran millones de personas en el MECOSUR.

Por lo antedicho concordamos con Pablo Feinman en su artículo[32] "América Latina, ahora" , cuando sostiene que: "Hoy, América Latina, tiene una totalización negativa que puede generar un proyecto político positivo. Nuestro continente esta "unido" por la "deuda". Esa "unidad negativa" se transforma en positiva cuando América Latina decide instaurar una unidad política, económica y cultural", sólo agregaríamos que tenemos un pasado en común, que nos une y nos distancia a la vez.

Por eso creemos que el proyecto de nuestra unidad continental, de nuestra desfragmentación, nuestro proyecto no-deconstructivo siempre va a estar vigente ya que en él, está nuestra posibilidad de ser. Así lo entendieron  Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia, Uruguay, Ecuador, Venezuela y Argentina  al apostar al MERCOSUR. Y así lo entendemos nosotras: La fuerza negociadora de América Latina está en su unidad y nunca en su fragmentación.

Bibliografía

García Delgado ,"Estado Nación y Globalización ", Ariel – Noviembre de 1998

De la Vega J. C. , "Diccionario Consultor Político" , Librograf . , Colombia  Agosto de 1996

García Navarro, J. Raúl Coordinador , "Sistemas y procesos de Integración en América Latina" ,Escuela de Estudios Hispanoamericanos (CSIC), Fundación del Monte , Sevilla 2000

GAMBINA.J MINSBURG, N , "Tiempos Violentos- neoliberalismo, globalización y desigualdad en América Latina-"  C.L.A.C.S.O

Buenos Aires 2004

Publicaciones Periódicas

Feinmann José Pablo ,"América Latina, ahora". Diario Página 12 ,18 -10-2003

Caillet Bois, María Elena: "Los Argentinos ¿Por qué estamos cómo estamos? El siglo XX  bajo la lupa" , U.C.I.,Área Educación  a distancia ,U.N.C.2004

Disponible en Internet:

www.rnv.gov.ve/noticias, Radio Nacional de Venezuela. 8-7-2004

http://www.rau.edu.uy/mercosur/m-historia.htm , Red Académica Uruguaya , 14-9-2004

Agencia de Noticias Nueva Colombia ,      www.anncol.com

"El tiempo de El Libertador" . Quintanilla Carlos , 23-07-2003

http://www.estudiosavanzadosinter@ctivos ,Desde la Periferia y para el mundo a Leopoldo Zea en sus 90 años ,DEVES VALDES Eduardo

http://www.monografias.com , Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los procesos de integración: El caso de mercosur , Adolfo Barrera Fuentealba

Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión publica con mención en RR.II., Universidad Central de Chile.,  Julio de 2003

www.usc.es/bolivar/merco., Primeros Pasos del Mercosur

www.rau.edu.uy, El Mercosur  y su origen

Anexo

  • Congreso de Panamá

Reunión de Repúblicas hispanoamericanas, con asistencia de observadores de otras naciones, convocada por Simón Bolívar desde Lima el 7 de diciembre de 1824, que se celebró en la ciudad de Panamá del 22 de junio al 15 de julio de 1826. La idea de un congreso anfictiónico se la inspiró a Bolívar el ejemplo histórico de los antiguos griegos, que acostumbraban celebrar asambleas con participación de las ciudades para tratar acerca de asuntos generales, de interés para todas. La anfictionía aseguraba soluciones que contaban con un vigoroso apoyo y contribuían a la concordia entre los pueblos y a la estabilidad de sus instituciones.

En la Grecia clásica, la anfictionía significaba un conjunto de ciudades o repúblicas hermanas, unidas por el idioma y la cultura comunes alrededor de un santuario u otro lugar notable; existió, entre otras, la anfictionía de Delfos, dirigida por un Consejo de 24 miembros, que representaba a las 12 tribus de la región de las Termópilas. Fue el propio Simón Bolívar quien varias veces calificó al Congreso de Panamá de «anfictiónico», en las instrucciones a Joaquín Mosquera de 1821 y en una carta dirigida a Manuel Lorenzo de Vidaurre en 1825.

Concluida la gran empresa de la emancipación de Hispanoamérica, se hacía necesaria la existencia de un congreso en el que estuvieran representadas las antiguas colonias de España que habían alcanzado su libertad, a fin de que como hermanas, en torno de una misma mesa, discutieran acerca de los asuntos que les concernían en el plano internacional; éstos estaban directamente vinculados al afianzamiento de las conquistas alcanzadas en el campo de la guerra; a la defensa de sus intereses frente a las potencias que amenazaban con recuperar sus dominios perdidos en el Nuevo Continente; a robustecer la amistad entre los nuevos Estados y a fundamentar sobre sólidos principios la posesión del territorio y las relaciones internacionales.

En la mente de Bolívar la idea del Congreso estaba unida al lugar de reunión, y éste no era otro que Panamá, por su posición privilegiada en la geografía de América: de un lado el océano Pacífico, y del otro el mar de las Antillas, y el istmo como puente entre los 2 hemisferios. El Libertador destacó la importancia de Panamá en varios de sus documentos, como ya antes lo había hecho el Precursor Francisco de Miranda. Además, en los programas de los 2 dirigentes fue tema fundamental la unidad de América española, vista ésta como una sola gran nación…

 HISTORIA DE VENEZUELA,  Fundación Polar.1991

§         TRATADO DE ASUNCIÓN

La República Argentina, la República Federativa del Brasil, la República del Paraguay y la República Oriental del Uruguay, en adelante denominados "Estados Partes";

CONSIDERANDO que la ampliación de las actuales dimensiones de sus mercados nacionales, a través de la integración, constituye condición fundamental para acelerar sus procesos de desarrollo económico con justicia social;

ENTENDlENDO que ese objetivo debe ser alcanzado mediante el más eficaz aprovechamiento de los recursos disponibles, la preservación del medio ambiente, el mejoramiento de las interconexiones físicas, la coordinación de las políticas macroeconómicas y la complementación de los diferentes sectores de la economía, con base en los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio;

TENIENDO en cuenta la evolución de los acontecimientos internacionales, en especial la consolidación de grandes espacios económicos y la importancia de lograr una adecuada inserción internacional para sus países;

EXPRESANDO que este proceso de integración constituye una respuesta adecuada a tales acontecimientos;

CONCIENTES de que el presente Tratado debe ser considerado como un nuevo avance en el esfuerzo tendiente al desarrollo en forma progresiva de la integración de América Latina, conforme al objetivo del Tratado de Montevideo de 1980;

CONVENCIDOS de la necesidad de promover el desarrollo científico y tecnológico de los Estados Partes y de modernizar sus economías para ampliar la oferta y la calidad de los bienes y servicios disponibles a fin de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes;

REAFIRMANDO su voluntad política de dejar establecidas las bases para una unión cada vez más estrecha entre sus pueblos, con la finalidad de alcanzar los objetivos arriba mencionados,

ACUERDAN:

TRATADO DE ASUNCION

CAPITULO I

PROPOSITOS, PRINCIPIOS E INSTRUMENTOS

Artículo 1

Los Estados Partes deciden constituir un Mercado Común, que deber estar conformado al 31 de diciembre de 1994, el que se denominará "Mercado Común del Sur" (MERCOSUR).

Este Mercado Común implica

– La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente;

– El establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la coordinación de posiciones en foros económico-comerciales regionales e internacionales;

– La coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes: de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de transportes y comunicaciones y otras que se acuerden, a fin de asegurar condiciones adecuadas de competencia entre los Estados Partes;

– El compromiso de los Estados Partes de armonizar sus legislaciones en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

Artículo 2

El Mercado Común estará fundado en la reciprocidad de derechos y obligaciones entre los Estados Partes.

Artículo 3

Durante el período de transición, que se extenderá desde la entrada en vigor del presente Tratado hasta el 31 de diciembre de 1994, y a fin de facilitar la constitución del Mercado Común, los Estados Partes adoptan un Régimen General de Origen, un Sistema de Solución de Controversias y Cláusulas de Salvaguardia.

Artículo 4

En las relaciones con terceros países, los Estados Partes asegurarán condiciones equitativas de comercio. A tal efecto, aplicarán sus legislaciones nacionales para inhibir importaciones cuyos precios estén influenciados por subsidios, dumping o cualquier otra práctica desleal. Paralelamente, los Estados Partes coordinarán sus respectivas políticas nacionales, con el objeto de elaborar normas comunes sobre competencia comercial.

Artículo 5

Durante el período de transición, los principales instrumentos para la constitución del Mercado Común serán:

a) Un Programa de Liberación Comercial, que consistirá en rebajas arancelarias progresivas, lineales y automáticas, acompañadas de la eliminación de restricciones no arancelarias o medidas de efectos equivalentes, así como de otras restricciones al comercio entre los Estados Partes, para llegar al 31 de diciembre de 1994 con arancel cero, sin restricciones no arancelarias sobre la totalidad del universo arancelario;

b) La coordinación de políticas macroeconómicas que se realizará gradualmente y en forma convergente con los programas de desgravación arancelaria y de eliminación de restricciones no arancelarias indicados en el literal anterior;

c) Un arancel externo común, que incentive la competitividad externa de los Estados Partes;

d) La adopción de acuerdos sectoriales, con el fin de optimizar la utilización y movilidad de los factores de producción y de alcanzar escalas operatívas eficientes.

Artículo 6

Los Estados Partes reconocen diferencias puntuales de ritmo para la República del Paraguay y para la República Oriental del Uruguay, las que constan en el Programa de Liberación Comercial.

Artículo 7

En materia de impuestos, tasas y otros gravámenes internos, los productos originarios del territorio de un Estado Parte gozarán, en los otros Estados Partes, del mismo tratamiento que se aplique al producto nacional.

Artículo 8

Los Estados Partes se comprometen a preservar los compromisos asumidos hasta la fecha de la celebración del presente Tratado, inclusive los acuerdos firmados en el ámbito de la Asociación Latínoamericana de Integración, y a coordinar sus posiciones en las negociaciones comerciales externas que emprendan durante el período de transición. Para ello:

a) Evitarán afectar los intereses de los Estados Partes en las negociaciones comerciales que realicen entre sí hasta el 31 de diciembre de 1994;

b) Evitarán afectar los intereses de los demás Estados Partes o los objetivos del Mercado Común en los acuerdos que celebraren con otros países miembros de la Asociación Latínoamericana de Integración durante el período de transición;

c) Celebrarán consultas entre sí siempre que negocien esquemas amplios de desgravación arancelaria tendientes a la formación de zonas de libre comercio con los demás países miembros de la Asociación Latínoamericana de Integración;

d) Extenderán automáticamente a los demás Estados Partes cualquier ventaja, favor, franquicia, inmunidad o privilegio que concedan a un producto originario de o destinado a terceros países no miembros de la Asociación Latínoamericana de Integración.

CAPÍTULO II

ESTRUCTURA ORGÁNICA

Artículo 9

La Administración y ejecución del presente Tratado y de los acuerdos específicos y decisiones que se adopten en el marco jurídico que el mismo establece durante el período de transición, estará a cargo de los siguientes órganos:

a) Consejo del Mercado Común

b) Grupo Mercado Común.

Artículo 10

El Consejo es el órgano superior del Mercado Común, correspondiéndole la conducción política del mismo y la toma de decisiones para asegurar el cumplimiento de los objetivos y plazos establecidos para la constitución definitiva del Mercado Común.

Artículo 11

El Consejo estará integrado por los Ministros de Relaciones Exteriores y los Ministros de Economía de los Estados Partes.

Se reunirá las veces que estime oportuno, y por lo menos una vez al año lo hará con la participación de los Presidentes de los Estados Partes.

Artículo 12

La Presidencia del Consejo se ejercerá por rotación de los Estados Partes y en orden alfabético, por períodos de seis meses.

Las reuniones del Consejo serán coordinadas por los Ministros de Relaciones Exteriores y podrán ser invitados a participar en ellas otros Ministros o autoridades de nivel ministerial.

Artículo 13

El Grupo Mercado Común es el órgano ejecutivo del Mercado Común y será coordinado por los Ministerios de Relaciones Exteriores.

El Grupo Mercado Común tendrá facultad de iniciativa. Sus funciones serán las siguientes:

– velar por el cumplimiento del Tratado;

– tomar las providencias necesarias para el cumplimiento de las decisiones adoptadas por el Consejo;

– proponer medidas concretas tendientes a la aplicación del Programa de Liberación Comercial, a la coordinación de políticas macroeconómicas y a la negociación de acuerdos frente a terceros;

– fijar el programa de trabajo que asegure el avance hacia la constitución del Mercado Común.

El Grupo Mercado Común podrá construir los Sub-grupos de Trabajo que fueren necesarios para el cumplimiento de sus cometidos. Inicialmente contará con los Sub-grupos mencionados en el Anexo V. El Grupo Mercado Común establecerá su Reglamento interno en el plazo de 60 días a partir de su instalación.

Artículo 14

El Grupo Mercado Común estará integrado por cuatro miembros titulares y cuatro miembros alternos por país, que representen a los siguientes organismos públicos:

– Ministerio de Relaciones Exteriores;

– Ministerio de Economía o sus equivalentes (áreas de Industria, Comercio Exterior y/o Coordinación Económica);

Banco Central.

Al elaborar y proponer medidas concretas en el desarrollo de sus trabajos, hasta el 31 de diciembre 1994, el Grupo Mercado Común podrá convocar, cuando así lo juzgue conveniente, a representantes de otros organismos de la Administración Pública y del Sector Privado.

Artículo 15

El Grupo Mercado Común contará con una Secretaría Administrativa, cuyas principales funciones consistirán en la guarda de documentos y comunicación de actividades del mismo. Tendrá su sede en la ciudad de Montevideo.

Artículo 16

Durante el período de transición las decisiones del Consejo del Mercado Común y del Grupo Mercado Común serán tomadas por consenso y con la presencia de todos los Estados Partes.

Artículo 17

Los idiomas oficiales del Mercado Común serán el español y el portugués y la versión oficial de los documentos de trabajo será la del idioma del país sede de cada reunión.

Artículo 18

Antes del establecimiento del Mercado Común, el 31 de diciembre de 1994, los Estados Partes convocarán a una reunión extraordinaria con el objeto de determinar la estructura institucional definitiva de los órganos de administración del Mercado Común, así como las atribuciones específicas de cada uno de ellos y su sistema de adopción de decisiones.

CAPITULO III

VIGENCIA

Artículo 19

El presente Tratado tendrá duración indefinida y entrará en vigor 30 días después de la fecha de depósito del tercer instrumento de ratificación. Los instrumentos de ratificación serán depositados ante el Gobierno de la República del Paraguay que comunicará la fecha de depósito a los gobiernos de los demás Estados Partes. El Gobierno de la República del Paraguay notificará al Gobierno de cada uno de los demás Estados Partes la fecha de entrada en vigor del presente Tratado.

CAPITULO IV

ADHESION

Artículo 20

El presente Tratado estará abierto a la adhesión, mediante negociación, de los demás países miembros de la Asociación Latínoamericana de Integración, cuyas solicitudes podrán ser examinadas por los Estados Partes después de cinco años de vigencia de este Tratado. No obstante, podrán ser consideradas antes del referido plazo las solicitudes presentadas por países miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración que no formen parte de esquemas de integración subregional o de una asociación extraregional. La aprobación de las solicitudes será objeto de decisión unánime de los Estados Partes.

CAPITULO V

DENUNCIA

Artículo 21

El Estado Parte que desee desvincularse del presente Tratado deberá comunicar esa intención a los demás Estados Partes de manera expresa y formal, efectuando dentro de los sesenta (60) días la entrega del documento de denuncia al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República del Paraguay que lo distribuirá a los demás Estados Partes.

Artículo 22

Formalizada la denuncia, cesarán para el Estado denunciante los derechos y obligaciones que correspondan a su condición de Estado Parte, manteniéndose los referentes al programa de liberación del presente Tratado y otros aspectos que los Estados Partes, junto con el Estado denunciante, acuerden dentro de los sesenta (60) días posteriores a la formalización de la denuncia Esos derechos y obligaciones del Estado denunciante continuarán en vigor por un período de dos (2) años a partir de la fecha de la mencionada formalización.

CAPITULO VI

DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 23

El presente Tratado se denominará "Tratado de Asunción".

Artículo 24

Con el objeto de facilitar el avance hacia la conformación del Mercado Común se establecerá una Comisión Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR. Los Poderes Ejecutivos de los Estados Partes mantendrán informados a los respectivos Poderes Legislativos sobre la evolución del Mercado Común objeto del presente Tratado.

HECHO en la ciudad de Asunción, a los veintiséis días del mes de marzo del año mil novecientos noventa y uno, en un original en los idiomas español y portugués, siendo ambos textos igualmente auténticos. El Gobierno de la República el Paraguay será el depositario del presente Tratado y enviará copia debidamente autenticada del mismo a los Gobiernos de los demás Estados Partes signatarios y adherentes.

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA ARGENTINA

Carlos Saúl Menem; Guido di Tella

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA FEDERATIVA DEL BRASIL

Fernando Collor; Francisco Rezek

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA DEL PARAGUAY

Andrés Rodríguez; Alexis Frutos Vaesken

POR EL GOBIERNO DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY

Luis Alberto Lacalle Herrera; Héctor Gros Espiell.

§         Tratado del ABC

Denominado con la sigla ABC (Argentina, Brasil, Chile), el 17 de mayo, Cancilleres y Embajadores se reunieron en Santiago de Chile y posteriormente, el 25 de mayo, en Buenos Aires, donde procedieron a firmar el Tratado ABC, el cual consagraba la solución pacífica de eventuales controversias internacionales. Si bien, no conllevaba intenciones integracionistas, el Tratado ABC fue el primer acercamiento formal entre los tres países que serviría de base para futuros encuentros.

 

 

 

Autoras:

Verónica Carmen Mendizábal

María Valeria Lerda

Córdoba, Argentina

2004

[1] http://www.estudiosavanzadosinter@ctivos ,Desde la Periferia y para el mundo a Leopoldo Zea en sus 90 años ,DEVES VALDES Eduardo

[2] Ver en anexo

[3] De la Vega J. C. , "Diccionario Consultor Político" , Librograf . , Colombia  Agosto de 1996

[4] http://www.monografias.com , Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los procesos de integración: El caso de mercosur , Adolfo Barrera Fuentealba Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión publica con mención en RR.II., Universidad Central de Chile.,  Julio de 2003

[5] Ibid. anterior

[6] Ibid. anterior

[7] Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los procesos de integración: El caso de mercosur , Adolfo Barrera Fuentealba  Op. Cit.

[8] Ibid. anterior

[9] Ibid. anterior

[10] De la Vega J. C. , Op. Cit.

[11] Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los procesos de integración: El caso de mercosur , Adolfo Barrera Fuentealba  Op. Cit.

[12] http://www.monografías.com  Javier A. Vitale Gutierrez, " Integración : ¿La utopia americana? Facultad de Ciencias Políticas y Sociales , Universidad Nacional de Cuyo

[13]  http://www.monografías.com  Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit.

[14] Agencia de Noticias Nueva Colombia ,      www.anncol.com , "El tiempo de El Libertador" . Quintanilla Carlos , 23-07-2003

[15] Ver anexo : Congreso de Panamá: HISTORIA DE VENEZUELA, Fundación Polar.1991 

[16]Ibid  nota al pie nº 13

[17] http://www.monografías.com  Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit.

[18] www.usc.es/bolivar/merco

[19] Ibid nota al pie nº 17

[20] ver anexo

[21] Ibid nota al pie nº 19

[22] http://www.monografías.com  Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit

[23] Caillet Bois, María Elena: "Los Argentinos ¿Por qué estamos cómo estamos? El siglo XX  bajo la lupa" , U.C.I.,Área Educación  a distancia ,U.N.C.2004

[24] Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) Esta asociación se instituye por el tratado de Montevideo del 18 de Febrero de 1960. Su objetivo es establecer una zona de libre comercio entre los países signatarios que son : Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. En 1976 chile se retiró del Tratado.

El objetivo de ALALC es crear un mercado común latinoamericano con el fin de integrar y fomentar la economía de los países miembros. Uno de los compromisos es eliminar durante 12 años en forma progresiva, los gravámenes aplicados al comercio recíproco. De la Vega J. C. , "Diccionario Consultor Político" , Librograf . , Colombia  Agosto de 1996

[25] Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) En agosto de 1980 los países miembros de la ALALC decidieron formar una nueva Organización cuyo nombre respondiera con mayor fidelidad a sus objetivos. Quedó en consecuencia constituída la ALADI que sustituye a la anterior y tiene como finalidad el intercambio y la progresiva integración económica. De la Vega J. C. , "Diccionario Consultor Político" , Librograf . , Colombia  Agosto de 1996

[26] http://www.monografías.com  Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit

[27] Ibid anterior

[28] http://www.monografías.com  Javier A. Vitale Gutierrez, Op. Cit

[29] Ibid anterior

[30] www.rnv.gov.ve/noticias, Radio Nacional de Venezuela. 8-7-2004

[31] https://www.edu.red , Las limitaciones del funcionalismo en su aplicación a los procesos de integración: El caso de mercosur , Adolfo Barrera Fuentealba Licenciado en Ciencias Políticas y Gestión publica con mención en RR.II., Universidad Central de Chile.,  Julio de 2003

[32] Publicado en el Diario Página 12, del día 18-10-2003

Partes: 1, 2
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