- Introducción
- Contexto socio- político, económico y cultural de la época del autor
- Movimiento literario
- Clase de novela
- Motivación del autor para escribir su obra
- Síntesis argumental
- Ubicación espacio temporal de la novela
- Caracterización de los personajes
- Tema principal y temas secundarios
- Técnicas narrativas
- Realidad y ficción
- Figuras literarias
- Visión de mundo del autor
- Juicios críticos en torno a la obra
- Referencias bibliográficas
Introducción
La novela y todos sus subgéneros poseen una variedad temática muy amplia. Dependiendo de la forma, de lo que intenta transmitir el autor y por supuesto del momento en el tiempo y espacio en que se escribe, en la actualidad se ha logrado clasificarlas en picarescas, policiales, de caballería, entre muchas otras; pero en esta ocasión se ha hecho una análisis de la novela surrealista, tomando como gran representante al escritor Carlos Fuentes y su famosa novela "La Muerte de Artemio Cruz".
Para iniciar ha de realizarse un pequeño recorrido por la historia de México (1915-1968), su política, sociedad, economía y la cultura en esa época, como se encontraba el país durante el periodo de vida del escritor y como su entorno pudo motivarlo o no a escribir, además de un estudio de la vida de Fuentes y su creación literaria. Luego, se hablara un poco acerca del movimiento literario y la clase de novela, sus características y orígenes, asimismo se analizara La Muerte de Artemio Cruz, tiempo y espacio, personajes, temas; clase de narrador, las técnicas narrativas que el escritor emplea, la realidad y ficción dentro de la historia y las figuras literarias.
Para concluir se presentan los juicios de valor, pero de manera distinta, se han escrito desde la perspectiva de la estética de la recepción; de manera que, partiendo de la lectura de la obra, se ha escrito un final alternativo para la novela "La Muerte de Artemio Cruz".
ANÁLISIS DE LA MUERTE DE ARTEMIO CRUZ
Contexto socio- político, económico y cultural de la época del autor
Carlos Fuentes, como uno de los máximos representantes de la literatura mexicana del siglo XX, tomó como principal inspiración para sus obras todo el proceso de la Revolución Mexicana, destacando particularmente el periodo posrevolucionario. Por consiguiente, es relativamente fácil delimitar, al menos, cronológicamente hablando, la fecha de partida de este esbozo del contexto que vivió el autor; sin embargo, como el literato en estudio todavía mora en este mundo, es casi imposible extender el análisis de su medio de vida hasta nuestros días. Razón por la cual se decidió fijar como límite el año de publicación de la novela asignada, La Muerte de Artemio Cruz, en México: 1962.
Hecha la aclaración anterior, inicio la descripción del contexto de vida de Carlos Fuentes, desde la revolución hasta 1962, en la esfera socio- política.
CONTEXTO SOCIO- POLÍTICO.
La revolución se inició con una serie de alzamientos que provocaron la caída del dictador Porfirio Díaz quien había amparado siempre a "los de arriba": latifundistas y empresarios. Los indígenas, quienes siempre habían luchado contra los conquistadores españoles (los despojadores de tierras y creadores de haciendas), durante dicho levantamiento, pugnaron por "tierra y libertad". En ese sentido, de todos los comandantes revolucionarios, el que más se preocupó del impulso de la reforma agraria fue Emiliana Zapata. Él se oponía a los latifundios y deseaba que los campesinos tuvieran lo títulos correspondientes de la tierra que cultivaban con sus propias manos.
Este espíritu de Zapata fue plasmado en la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos del año 1917. Basándose en este mandato constitucional los gobiernos revolucionarios y posrevolucionarios de dieron a la tarea de repartir la tierra… hasta que, olvidándose del espíritu de la revolución, Venusino Carranza (1917- 1918), quién llegó a la presidencia del país venciendo a los partidarios de Pancho Villa, protegió a los grandes hacendados en contra de la Constitución. Así, como antes, de las esferas del gobierno emanaba un nuevo espíritu autoritario, que daba las primeras luces de un proceso revolucionario fallido. El suceso más trascendente del proceso contrarevolucionario que impulsó Carranza fue la emboscada y asesinaron del líder Emiliano Zapata, el 10 de abril de 1919. Ante esta situación los campesinos, decepcionados, se alzaron de nuevo en armas. Tantas convulsiones socio- políticas derivaron en el asesinato de Carranza.
Luego del asesinato de Carranza (1920), el gobierno provisional de Adolfo de la Huerta (1920) firmó un tratado de paz con Pancho Villa. En ese mismo año, asumió la presidencia Álvaro Obregón (1920 -1924). Éste último, a pesar de haber batallado de la mano de Villa y Zapata, desconoció, también, los ideales de la lucha y volviéndose más pragmático orientó su política en dos direcciones: distribución de tierras para los campesinos (de manera parcial) y fortalecimiento de las prestaciones al sector obrero; pero, al mismo tiempo, favorecer la inversión extranjera y a empresas privadas nacionales.
Entre otros aspectos, amplió las relaciones internacionales de su país (entre las más destacas están la reapertura de lazos diplomáticos con la Unión Soviética) y, a través de su secretario de educación pública José Vasconcelos, promovió la educación para lo sectores más necesitados de la población y el apoyo a las artes (precisamente en esta etapa los artistas Diego Rivera –muralista-, David Alfaro Siqueiros –muralista, escultor- y Gerardo Murillo iniciaron su labor).
Lo anterior le valió el apoyo de la población campesina durante la rebelión de Adolfo de la Huerta, en 1923, quienes reprimieron los afanes políticos del último.
No obstante, luego de ganar la presidencia por segunda vez, en 1928, fue asesinado por correligionarios de su partido en julio del mismo año.
Entre 1924 y 1928 asumió la presidencia Plutarco Elías Calles , quién había sido profesor y General de División durante en la Revolución. Su caso es del típico revolucionario: un pobre que se convierte en multimillonario gracias al tráfico de influencias después de la revolución. Algunos estudiosos[1]apuntan que, en el momento que Calles asumió la presidencia su fortuna llegaba ya a no menos de veinte millones de pesos; pero cuando terminó su período, éste tenía una riqueza incalculable.
Entre sus acciones como presidente, destaca su fanatismo anticatólico; llegando, inclusive a promulgar una ley sobre el culto, que hasta prohibió la estadía de sacerdotes extranjeros y clausuró seminarios y conventos. Estas acciones, obviamente, fueron rechazadas por la iglesia de México, derivando tanta tensión en el asesinato de algunos jesuitas. Además, fundó el Partido Nacional Revolucionario (PNR) que luego evolucionó al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Posterior al mandato de Calles, un período de inestabilidad política marcó la época de los llamados "presidentes interinos". Éstos, según estudiosos[2]fueron hombres de confianza del presidente Plutarco, siendo este último quien en realidad gobernaba, de manera subyacente. Aquí se subscriben: Emilio Portes Gil (1928- 1930), quien murió asesinado; Pascual Ortiz Rubio (1930- 1932), quien renunció súbitamente; Abelardo Rodríguez (1932- 1934). De esta etapa se resalta el espíritu empresarial del gobierno, donde el último acumuló una buena suma de capital invirtiendo en burdeles, casinos, bancos, comida, bienes raíces e hipódromos.
Luego, entre 1934 y 1940, accedió al poder Lázaro Cárdenas. Éste, recomendado por Calles, inició un verdadero período de cambios más acordes al ideal de la Revolución llegando, incluso, a perseguir y exiliar a Calles en Estados Unidos. Se le cataloga como uno de los presidentes más admirados de la historia de México por su actuar honesto, intachable e inflexible: se negó a vivir en el castillo de Chapultepec, redujo su salario a la mitad, estableció ejidos colectivos para combatir a los grandes hacendados, impulsó un sistema educativo socialista para combatir al fanatismo de la iglesia, impidió la acumulación excesiva de capital mediante obreros y cooperativas, nacionalizó diecisiete empresas petroleras extranjeras, consideró que las huelgas de obreros eran antipatriotas y que amenazaban los ideales de la revolución, apoyó a los republicanos españoles durante la guerra civil y dio asilo a los inmigrantes que regaron del triunfo de Franco. Terminado su mandato, se retiro de la política y se dedicó a la vida caritativa.
Después accedió al poder el General de División Manuel Ávila Camacho (1940- 1946). Su gobierno se caracterizó por establecer una paz con la iglesia y un absoluto respeto a la ley. Construyó hospitales, creó campañas de alfabetización y de seguridad social. Normalizó las relaciones con Estados Unidos, le declaró la guerra a Alemania (como reacción inmediata al hundimiento del buque petrolero mexicano "Potro del Llano, en aguas del Atlántico) y apoyó a los aliados con materias primas, petróleos y pilotos.
Sin embargo, con el fin del gobernó de Camacho terminó el período en el gobierno de los héroes de la revolución, que estuvieron treinta años en el poder, y ya no ocuparon de nuevo el cargo.
El siguiente período lo desempeño un civil, abogado de profesión: Miguel Alemán (1946- 1952). Durante su gobierno, aunque la reforma agraria no avanzó mucho, impulsó un ambiente de respeto a las instituciones y de progreso. Se llevó muy bien con la iglesia y recibió mucho aprecio del pueblo. No obstante, su gobierno no estuvo exento de escándalos de corrupción y coima.
A este período sucedió el del presidente Adolfo Ruiz Cortines (1952- 1958), quien entre sus más destacadas acciones como estadista continuó con la expropiación de latifundios y otras tantas obras sociales como la construcción de redes hospitalarias y viales, centros recreativos, mercados, plazas, etc.
Terminado el mandato de Cortines, llega al poder Adolfo López Mateos (1958- 1964), el cual siguiendo los principios de la revolución trató de lograr la integridad nacional, la grandeza de la Patria y el progreso del Pueblo. Entre sus acciones más notables destaca la nacionalización de la industria eléctrica. Sin embrago, este gobierno fue foco de críticas por la marcada tendencia de oprimir movimientos sociales. El encarcelamiento de David Alfaro Siqueiros fue el peor momento de la convulsionada dinámica social durante la presidencia de Mateos que no sólo fue criticada por artistas nacionales, sino que se unieron diversas voces de protesta alrededor del mundo. Una sensible deuda de este mandato fue no concluir, de nuevo, la reforma agraria. Es más, ante las presiones sindicales sobre este punto, la represión fue la respuesta gubernamental.
Como conclusión al estudio del contexto de vida de Carlos Fuentes, apuntamos que la historia de México, en esta etapa, estuvo llena de convulsiones socio-políticas y económicas motivadas por el despotismo de los gobernantes y el abandono a la base de la sociedad y producción de la sociedad: el Pueblo. Esto se hace más evidente cuando se profundiza en los verdaderos alcances de aquel proyecto revolucionario de Zapata y Villa, el cual no cuajó efectivamente en la ideología de sus correligionarios, siendo estos últimos los artífices de una revolución fallida, donde los máximos representantes del poder político actuaron en función del poder económico, cuya única y específica meta fue acumular grandes cantidades de capital utilizando cualquier mecanismo que se les presentase.
Estos "revolucionarios" gobernaron a México con los mismos ideales monetaristas que sus predecesores, adoptando, luego de pasada la fiebre de la Revolución, posturas de choque contra las masas para oprimir a los detractores, cuyo resultado fue la violencia. Unido a esto se encuentra un clima de corrupción más o menos generalizada.
CONTEXTO ECONÓMICO.
En el momento que Carlos Fuentes vino a este mundo, la nación de sus padres se encontraba en el apogeo de la Revolución Mexicana. Sin embargo, el proceso de modernización y reforma de la economía del país azteca había iniciado hace un par de años atrás, a fines del siglo XIX. Este consistió, en esencia, en incentivar alternativas viables de industrialización de la economía agraria, mediante la tecnificación de los procesos de cultivo y ganadería (por mencionar algunos). No obstante, esta apuesta no dio los réditos esperados pues, para los latifundistas históricos de México, la Reforma Agraria, uno de los estandartes de la revolución, minó considerablemente los proyectos de los grandes terratenientes, los cuales se vieron forzados a depender de conglomerados capitalistas emergentes.
Entre estos se encontraban el empresariado industrial- comercial, quienes ante la crisis del sector agropecuario, sostuvieron la economía mexicana por medio de la gradual explotación de la industria –en todas sus diversas ramificaciones- y de la expansión e incorporación de diversos mercados, y las élites que controlaban el sector financiero- bursátil.
Cabe destacar que los rubros más dinámicos y pudientes de la economía del México de principios del siglo XX eran la explotación petrolera, la generación de electricidad y los bienes raíces.
Asimismo, el éxodo del campesinado hacia las metrópolis mexicanas impulsó que éstas creciesen aceleradamente, comenzando así toda una época de cambios en las estructuras sociales de ese país.
En cuanto a las clases sociales de la época, se distinguen las siguientes:
CONTEXTO CULTURAL
Paralelo a toda la vorágine socio- política y económica de la época, durante la primera mitad del siglo XX hay una extensa y muy rica producción artística en México.
Un suceso de trascendencia universal en la cultura de México fue la visita del creador y precursor del surrealismo, André Bretón, al país azteca, a fines de la década de 1930. Aunque el viaje de aquel insigne artista era más con fines personales (Bretón se disponía a visitar a Lev Trotski, un político disidente ruso, impulsor de la revolución de Octubre), no pudo resistirse al encanto del mundo mexicano[3]y aportar en éste valiosos insumos para la explotación de la vanguardia surrealista en toda Latinoamérica.
Casi de inmediato comenzaron a surgir figuras artísticas quienes, bajo los postulados surrealistas, encausaron su labor creativa. Entre estos están:
Los pintores:
Frida Kahlo (1910- 1954); Diego Rivera (1886- 1957), quien en un inicio orientó su obra como pintor y muralista a los temas de la revolución, no logró resistir al cortejo surrealista; y Manuel Álvarez Bravo (1905- ¿?), quien dedicó su oficio de fotógrafo al surrealismo. Sin embargo, fuera de la corriente surrealista, y como máximo representante del muralismo mexicano, se sitúa David Alfaro Siqueiros (1896- 1974).
Los escritores:
El máximo representante del surrealismo en México fue Octavio Paz (1914- 1998), aunque éste lo conoció hasta dieciséis años después de la visita de Bretón. En esta etapa, el surrealismo destacó en poesía.
Así mismo, fuera de toda estética vanguardista, se perfilan dos grandes figuras de la actuación en México, referentes universales de la riqueza que lleva esta nación entre venas, y que establecen pautas y criterios de una dramaturgia muy latinoamericana: María Félix (1914- 2002) y Pedro Infante (1917- 1956). Fundadores del denominado "Cine de oro mexicano".
BIOGRAFÍA DEL ESCRITOR
Carlos Fuentes Macías nació en Panamá, el 11 de noviembre de 1928. Su padre era diplomático, y pasó su infancia en diversas capitales de América: Montevideo, Río de Janeiro, Washington D.C, Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires, ciudad a la que su padre llega en 1934 como consejero de la embajada de México. Los veranos los pasa en la Ciudad de México, estudiando en escuelas para no perder el idioma y para aprender la historia de su país. Vivió en Santiago de Chile (1940-1944) y Buenos Aires en donde recibió la influencia de notables personalidades de la esfera cultural americana.
Llega a México a los 16 años y entra en la preparatoria en el Centro Universitario México. Se inicia como periodista colaborador de la revista Hoy y obtiene el primer lugar del concurso literario del Colegio Francés Morelos. Se graduó en leyes en la Universidad Autónoma de México y en economía en el Instituto Altos Estudios Internacionales de Ginebra.
En cuanto a su vida como político, en 1975 acepta el nombramiento de embajador de México en Francia como homenaje a la memoria de su padre, durante su gestión, abre las puertas de la embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y a la resistencia española. Además, actúa como delegado en la Conferencia sobre Ciencia y Desarrollo en Dubrovnik, Yugoslavia. En 1977 renuncia como embajador en Francia, en protesta contra el nombramiento del ex presidente Díaz Ordaz como primer embajador de México en España después de la muerte de Franco.
Ha alabado la figura de Fidel Castro y le ha puesto, en algunas ocasiones, reparos importantes. Ha elogiado también la apertura de Raúl Castro. Es amigo personal de hombres poderosos de la política mundial, como Bill Clinton o Jacques Chirac y de la economía empresarial como Alberto Cortina (ACS., Banco Zaragozano, etc.), el empresario Javier Merino, el propietario de la multinacional Cámper Llorenç Fluxà, Alfredo Sáenz (Vicepresidente del Banco Santander) los millonarios Josep María Ollé, Leopoldo Rodés o el hotelero Simón Pedro Barceló (Grupo Barceló).
Producción artística- literaria.
En cuanto a su producción artística- literaria, es necesario destacar la multilateralidad de Carlos Fuentes, pues durante su vida ha escrito y hecho de todo. A continuación, esbozo su producción:
Novelas
La región más transparente (México, Fondo de Cultura Económica, 1958)
Las buenas conciencias (1959)
La muerte de Artemio Cruz (1962)
Aura (1962). 12. ed. México: Ed. Era, 1977. (Biblioteca Era)
Zona Sagrada (México, Siglo XXI, 1967)
Cambio de piel (México, Joaquín Mortiz, 1967)
Cumpleaños (México, Joaquín Mortiz, 1969)
Terra Nostra (1975) Barcelona: Seix Barral, 1977. (Biblioteca breve; 385)
La cabeza de la hidra (1978) Barcelona: Argos, 1978.
Agua Quemada. Cuarteto Narrativo (1983) México: Fondo de Cultura Económica, 1983.
Gringo Viejo (1985) México: Fondo de Cultura económica, 1985. (Tierra firme)
Cristóbal Nonato. México: Fondo de Cultura económica, 1987. (Tierra firme)
La Campaña (1990); México: Santillana. (Alfaguara)(2002)
La Frontera de Cristal. Una novela en nueve cuentos (1995) 2. reimpr. Madrid: Santillana, 1996. (Alfaguara) ISBN 968-19-0268-8
Los años con Laura Díaz (México, Alfaguara, 1999)
Instinto de Inez (2001) México: Alfaguara, 2001
La Silla del Águila (2003), Alfaguara
Todas las familias felices (2006), Alfaguara
La voluntad y la fortuna (México, Alfaguara, 2008)
Adán en Edén (México, Alfaguara, 2009)
Vlad (México, Alfaguara, 2010)
Antología de cuentos Carolina Grau (México, Alfaguara, 2010)
Relatos y cuentos
Los días enmascarados (1954) que consta de seis relatos, entre los que destaca "Chac Mool", uno de los cuentos más conocidos del autor
Cantar de ciegos (1964) Ed. Joaquín Mortiz, México, 1978. (Serie del volador) ISBN 978-97-0749-017-8
Chac Mool y otros cuentos (1973)
Agua quemada. 1. ed. México: CREA, 1983. (Biblioteca Joven; 4) ISBN 968-16-1577-8
Dos educaciones. Madrid: Mondadori, 1991. (Narrativa Mondadori) ISBN 84-397-1728-8
El naranjo, Alfaguara, 1994. Libro compuesto por 5 relatos: Las dos orillas (1991-92), Los hijos del conquistador (1992), Las dos Numancias (1992), Apolo y las putas (1991-92) y Las dos Américas (1992).
La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos (1995) 2. reimpr. Madrid: Santillana, 1996. (Alfaguara ) ISBN 968-19-0268-8 Incluye: La capitalina, La pena, El despojo, La raya del olvido, Malintzin de las maquilas, Las amigas, La frontera de cristal, La apuesta y Río GRANDE, río bravo
Inquieta compañía Alfaguara, 2004. Libro compuesto por 6 relatos: El amante del teatro, La gata de mi madre, La buena compañía, Calixta Brand, La bella durmiente y Vlad, Las Dos Elenas.
Ensayo
La nueva novela hispanoamericana (1969) 4. ed. México: Mortiz, 1974. (Cuadernos de Joaquín Mortiz; 4)
El mundo de José Luis Cuevas (1969)
Casa con dos puertas (1970)
Tiempo mexicano (1971)
Cervantes o la crítica de la lectura (1976) México: Joaquín Mortiz, 1976. (Cuadernos de Joaquín Mortiz; 42)
El espejo enterrado (1992)
Geografía de la novela (1993)
Tres discursos para dos aldeas. 1. ed., 1. reimpr. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 1993. (Colección popular; 489) ISBN 950-557-195-X
Nuevo tiempo mexicano (1995)
Retratos en el tiempo, junto con Carlos Fuentes Lemus (2000)
Los cinco soles de México: memoria de un milenio 1. ed. Barcelona: Seix Barral, 2000. (Biblioteca Breve) ISBN 84-322-1063-3
En esto creo (2002)
Contra Bush (2004)
Los 68 (2005).
Teatro
Todos los gatos son pardos (1970) Versión integra. 8. ed. México: Siglo Veintiuno ed., 1978.
El tuerto es rey 1.ed. México: Joaquín Mortiz, 1970. (Teatro del volador)
Los reinos originarios (1971)
Orquídeas a la luz de la luna. Comedia mexicana. Barcelona: Seix Barral, 1982. (Biblioteca breve; 494)
Ceremonias del alba (1990) Madrid: Mondadori, 1991. María Borges
Libretos de ópera
Santa Anna, libreto para una ópera en un acto puesto en metro músico por José María Vitier, compositor y pianista mexicano.
Cine.
Como gran aficionado al cine, Carlos fuentes también ha escrito guiones para numerosas películas, adaptado algunas obras a libretos y algunas de sus obras han sido llevadas a la pantalla grande por diversos directores:
Las dos Elenas (1964)
El gallo de oro (1964, junto con Gabriel García Márquez)
Un alma pura (1965)
Tiempo de morir (1966, junto con Gabriel García Márquez),
Pedro Páramo (adaptación de la novela de Juan Rulfo, con Carlos Velo, director, y Manuel Barbachano Ponce, 1967)
Ignacio (también adaptado de un cuento de Juan Rulfo, 1975).
Un alma pura (1965), Muñeca Reina (1972) y Vieja Moralidad (1988); estos tres films se basan en relatos del libro de cuentos de Cantar de ciegos.
Complot Petróleo: La cabeza de la hidra (1981).
Gringo viejo (1989).
Así mismo, el autor mexicano ha sido objeto de estudios y críticas del cine académico, destacando entre estas las vertidas por el profesor estadounidense Lanin A. Gyurko, de la Universidad de Arizona, quien ha demostrado en dos obras magistrales[4]la influencia considerable de Carlos Fuentes sobre el cine norteamericano y la del cine sobre la obra literaria de Carlos Fuentes.
Reconocimientos
1972 Premio Mazatlán de Literatura por "Tiempo mexicano"
1976 Premio Xavier Villaurrutia por "Terra Nostra".
1977 Premio Rómulo Gallegos por "Terra Nostra".
1979 Premio Internacional Alfonso Reyes.
1984 Premio Nacional de Literatura de México.
1987 Premio Cervantes.
1992 Legión de Honor.
1992 Premio Internacional Menéndez Pelayo.
1994 Premio Grizane Cavour.
1994 Premio Príncipe de Asturias.
1994 Medalla Picasso de la Unesco.
2000 Doctorado honoris causa por la Universidad Veracruzana.
2000 Doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa.
2001 miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua.
2004 Premio Real Academia Española de creación literaria 2004, otorgado por la Real Academia Española, por el libro "En esto creo".
2008 Premio Internacional don Quijote de la Mancha.
2009 Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Quintana Roo.
2009 Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
2009 Premio González Ruano de Periodismo, otorgado por la Fundación MAPFRE, por el artículo "El Yucatán de Hernán Lara Zavala".
2009 Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Veracruz.
2009 Homenaje Nacional a Carlos Fuentes.
2010 Doctorado Honoris Causa en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Para finalizar el esbozo biográfico de la vida de Carlos Fuentes, recalco que aunque su nombre ha figurado en las nóminas de candidatos al Premio Nobel durante las últimas dos décadas, codeándose con escritores de la talla de Mario Vargas Llosa, Ernesto Sábato, Mario Benedetti, entre otros, su proscripción de dicho reconocimiento es, hasta hoy, cuestión que atañe a la Academia Sueca de la Lengua e Historia de la Literatura.
Movimiento literario
Según las especificaciones de la guía de análisis literario para una novela[5]de la asignatura de Literatura III: Narrativa, y al subgénero de la novela que me ha sido asignado (la novela surrealista) debo ubicarla en un determinado movimiento literario en particular. Por tanto, diré que esta clase de novela es propia del siguiente movimiento:
El Surrealismo. Definición:
El surrealismo como movimiento artístico nace en Francia a mediados de la década de 1920. Su creador y máximo precursor fue André Bretón quien luego de romper lazos con el movimiento Dadá, publicó en 1924 el primer Manifiesto Surrealista, dando forma a la vanguardia literaria, plástica y de escultura subsiguiente.
El surrealismo no pretendió ser solamente una opción artística sino que quiso ser un movimiento que promoviera la revolución integral, la liberación total del hombre. Pretendió transformar la vida. Esa liberación total que buscan los surrealistas se centra fundamentalmente en dos áreas de la personalidad y de la vida. Por un lado buscan liberar al ser humano de sus propias represiones. En este aspecto, entroncan con la teoría del psicoanálisis de Freud. Pero también pretendieron una liberación de la represión que sobre el hombre ejerce la sociedad burguesa y su modelo de estado. En esta tendencia, el surrealismo se relacionará con el marxismo. En América Latina esta corriente artístico-literaria arriba a inicios de la década del 30, aproximadamente.
Características.
Para conseguir esa finalidad de liberar al ser humano de las represiones personales y sociales, los surrealistas se valieron de una serie de técnicas concretas, todas ellas buscando la libertad de creación y olvidando la razón, que luego pasaron a ser rasgos fundamentales del movimiento:
Escritura automática: liberación del lenguaje mediante metáforas, en las que se asocian términos que no tienen relación aparente, permitiendo que aparezcan libremente ideas, asociaciones y palabras que en casos llegan a ensamblarse de manera fortuita.
Reseña de sueños: enfatizaron su atención en lo irracional del ser humano, su inconsciente, la parte onírica de la persona.
A diferencia del dadaísmo, no reniega de la realidad sino que pretende acceder a la esencia última de esa realidad adentrándose en los campos profundos del pensamiento y dejando a éste libre de toda sujeción racional y, en gran medida, al margen de toda preocupación estética o moral.
Clase de novela
La novela surrealista. Definición:
La novela surrealista, o con las características del surrealismo, denominado también superrealismo, suprarrealismo o sobrerrealismo, es una narración extensa, con tendencias plásticas, que sostiene la primacía de los valores poéticos sobre los lógicos volcándose al terreno de lo onírico e inconsciente, con el propósito de sobrepasar la realidad y darle apariencia de verosimilitud a elementos pertenecientes al campo de los sueños y las asociaciones automáticas del subconscientes, exteriorizando la totalidad del alma humana. Además esta clase de novela rompe con los cánones discursivos de la novela tradicional.
Características.
Usa imágenes perturbadoras: presencia de profecías, sueños, humor negro, crueldad, satanismo y alusión a objetos surrealistas, como vías contrarias al sentimentalismo y romanticismo.
Recrea un mundo donde se encuentran elementos contradictorios de la vida, bajo la angustia represiva de una moral decadente, mediante la descripción de acciones o anécdotas escandalosas.
Emplea el automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar, verbalmente o por escrito, o de cualquier otro modo, el proceso real del pensamiento, el dictado de la mente, libre de cualquier control de la razón, independiente de preocupaciones morales o estéticas.
Confluencia de tiempos y voces narrativas alternas.
Orígenes y representantes.
Esta clase de novela surge entre la década de 1920 y 1930 en Francia, de la mano con la poesía del mismo género. Entre sus precursores están Raymond Queneau (1903- 1976) y Louis Aragon (1897- 1982).
Sin embargo, fuera de las fronteras francesas, el surrealismo también fue cultivado por una pléyade de escritores de renombre universal. Entre ellos destacan:
En España, la llamada generación del 27 produjo algunos libros influidos por el surrealismo, como Federico García Lorca, Rafael Alberti y Vicente Aleixandre.
Argentina: Julio Cortázar, Jorge Luís Borges.
Cuba: Alejo Carpentier, José Lezama Lima.
México: Octavio Paz, Juan Rulfo.
Perú: César Vallejo.
Motivación del autor para escribir su obra
La obra de Carlos Fuentes incide en la experiencia de la degeneración, tanto social y política como humana del México de inicios de los años 1960. Como él es, ante todo, un novelista, sus novelas de índole social y política suelen encarnarse en personajes, es decir, conllevan un tratamiento de situaciones humanas concretas o, dicho de otro modo, la estructura de esas novelas se gesta a partir de ciertas existencias singulares. No obstante, sería un yerro total afirmar que la caracterización de Artemio Cruz reside en algún individuo concreto del contexto mexicano. Con el hecho de presentar a un sujeto mal hablado, audaz, corrupto, oportunista, el autor representa las paradojas de la historia reciente de su país, el sistema político que hasta hace poco gobernaba, las costumbres de la clase media y de la clase alta arraigadas en el poder, en conjunto, a través del arquetipo del acaudalado corrupto.
Con la aclaración anterior queda completamente descartada una especie de motivación intrapersonal, en Carlos Fuentes, al momento de estructurar su obra. Más bien, estamos ante un motivo extrapersonal, de corte socio- político, con el cual el autor pretende mostrar no sólo a su gente sino al mundo entero una visión panorámica, una radiografía de la historia contemporánea de México. También, busca exponer la evolución de un revolucionario que sufre una metamorfosis ético-política causada por el encanto del poder.
Síntesis argumental
La novela, La muerte de Artemio Cruz, no está estructurada en capítulos, sino en pequeños fragmentos que entrelazan las sensaciones él en su lecho de muerte con el recuerdo de los momentos más importantes de su vida, de forma que la novela es un continuo trasloque de tiempos y recuento de esas memorias.
En primer lugar, la narración comienza cuando Artemio, desde ese lecho recuerda el día anterior. Un viaje en avión desde Hermosillo, Sonora, hasta la Ciudad de México. Él es un hombre de negocios, pero no precisamente legales. Los va enumerando: Transportadores de pescado entre Sonora, Sinaloa y el D.F., un periódico, inversiones en bienes raíces (México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Culiacán, Hermosillo, Guaymas, Acapulco), domos de azufre en Jáltipan, las minas de Hidalgo, concesiones madereras en la Tarahumara, la participación en la cadena de hoteles, la fábrica de tubos, el comercio de pescado, las financieras de financieras, la red de operaciones bursátiles, las representaciones legales de compañías norteamericanas, la administración del empréstito ferrocarrilero, los puestos de consejero en instituciones fiduciarias, las acciones en empresas extranjeras -colorantes, acero, detergentes- y quince millones de dólares depositados en bancos de Zurich, Londres y Nueva York.
Luego enumera los pasos que integraron esa riqueza: Préstamos a corto plazo y alto interés a los campesinos del estado de Puebla, adquisición de terrenos cerca de Puebla previniendo su crecimiento gracias a la intervención del presidente en turno, adquisición de terrenos para fraccionamientos en la Ciudad de México, adquisición de un diario metropolitano, compra de acciones mineras y creación de empresas mixtas mexicano-norteamericanas donde fungirá como hombre de paja para hacer cumplir la ley, hombre de confianza de inversionistas norteamericanos, intermediario entre Chicago, Nueva York y el gobierno de México. Manejo en la bolsa de valores para inflarlos, deprimirlos, comprar o vender a su antojo y utilidad, negociaciones con el presidente Alemán, adquisición de terrenos ejidales arrebatados a los campesinos en las provincias del interior, nuevos fraccionamientos y concesiones en la explotación maderera. Junto a Artemio Cruz en su lecho de muerte se encuentran Catalina y Teresa, su esposa y su hija.
Después el hilo de la historia se interrumpe con la incorporación de un relato de épocas pasadas, (1941: Julio 6). Aquí Artemio Cruz va a la oficina en su limusina y al pasar por Bellas Artes ve a su mujer y su hija entrando a una tienda de vestidos de novia. Él se reúne con los gringos, hablan de la explotación de azufre y él negocia sus ganancias Dice que pueden explotar la mina hasta bien entrado el próximo siglo, pero que a él no lo van a explotar ni un minuto más. Luego va a comer con Padilla, su secretario para celebrar el éxito del trato con los gringos mientras su hija y su esposa van a desayunar a un Sanborns. En la calle una pelea de perros asusta a su mujer Catalina y ellas deciden regresar a su casa de las Lomas.
A continuación, las reflexiones y los recuerdos se mezclan en la cabeza de Artemio Cruz tendido en la cama. Por una parte empezamos a intuir que su relación con su mujer y su familia no es precisamente buena y por otra nos narra sus pensamientos, sus convicciones, sus deseos… Por ejemplo admite que siempre envidió y quiso ser como los del norte, como los gringos y que por eso hizo negocios con ellos, para de alguna forma sentirse aceptado por ellos, sentirse su igual. Desprecia a los de aquí, a los mexicanos y admira a los gringos pero se da cuenta de que no es igual que ellos que ven todo en blanco y negro, bueno y malo. Él sabe que todo extremo contiene su propia oposición.
Al terminar esos episodios de monologo interior, se arra la visita de Artemio Cruz al Sr. Gamaliel Bernal, diciéndole que fue el último hombre que vio a su hijo con vida, compartió celda con él. (1919: Mayo 20). Ahí ve por primera vez a Catalina, la hija de Bernal. Cenan juntos y hace piecitos con la hija por debajo de la mesa. Gonzalo Bernal, el hijo de Gamaliel, fue fusilado en Perales, pero antes Cruz tuvo una conversación con él. Cuando la tropa fue dispersada por el presidente Carranza Artemio decidió ir a Puebla, consciente de que después de la revolución saber un apellido, una dirección, una ciudad es saber mucho. Pretende aprovechar esta situación y se ríe al pensar que es él el que regresa en vez del hijo fusilado.
Antes de ir a casa de Bernal Artemio hace averiguaciones en el pueblo. El confidente de Bernal es el padre Páez, todo el mundo le debe dinero en el pueblo, aunque este año tiene deudas pues los campesinos se rebelaron y se negaron a utilizar sus tierras. Los deudores también se rebelaron y ya no le quieren pagar más. Artemio urde algo para quitarle las tierras a don Gamaliel. Promete dar préstamos a todos los campesinos a un interés más bajo que Gamaliel y propone que los derechos del viejo hacendado pasen gratuitamente a sus manos. Eso le cuenta al cura y éste se lo cuenta a don Gamaliel.
La hija y el padre hablan de esto y la muchacha se queja de cómo la miraba Cruz. El padre piensa que Cruz es el nuevo mundo surgido tras la guerra civil, la generación nueva que viene a destituir a la vieja destruyéndola. Don Gamaliel le dice a su hija que ese hombre puede salvarlos, que él se merece vivir los últimos años de su vida en paz. Artemio convence a Gamaliel de que entregue las tierras que le piden los campesinos que son malas, gane así su confianza y ellos pronto irán a trabajar las tierras fértiles de ellos. Hasta puede pasar por un héroe de la reforma agraria. Artemio Cruz piensa casarse con Catalina y para ello espanta a un tal Ramón que la pretendía.
En la cama, de nuevo, Padilla, su secretario, le trae a Artemio las grabaciones de sus conversaciones del día anterior, donde discute con los que dirigen su periódico y unos gringos sobre unos asuntos sindicales de los ferrocarrileros y como esto los puede perjudicar. Luego le ponen una inyección y se duerme. Empieza de nuevo a recordar.
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