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Inmigración a la Argentina (1850-1950) Sacerdotes, frailes y religiosas (página 2)


Partes: 1, 2

Irlandeses

El sacerdote dominico Antonio D. Fahy nació en 1805; falleció en Buenos Aires en 1871. Arribó "a Buenos Aires en 1844 para actuar como capellán de la comunidad irlandesa en el país. En 1848 fundó el Sanatorio de Inmigrantes Irlandeses e impulsó la llegada de sacerdotes de ese origen a la Argentina. En 1864, Antonio Fahy fue designado en el cargo de canónigo honorario de la Catedral de Buenos Aires" (1).

"Los primeros inmigrantes irlandeses llegan al Río de la Plata a fines del siglo XVIII y principios del XIX. La reunión de una Sociedad Católica Irlandesa aparece por primera vez e el año 1830. A partir de 1844, no se cuenta con documentación alguna que certifique la existencia de una institución irlandesa organizada. Es en ese año que llega desde Irlanda el padre Antonio Fahy, figura que cobra singular importancia para la colectividad irlandesa no sólo por su inagotable y férrea tarea evangelizadora, sino por su preocupación y acciones en beneficio de niños, enfermos, ancianos y huérfanos".

"Por su iniciativa surgen una Enfermería para inmigrantes irlandeses, que luego se convertirá en hospital, un colegio orfanatorio para niñas y un convento para las Hermanas de la Misericordia irlandesas. Durante su vida el Padre Fahy se preocupó en forma personal por el sustento de estas obras, en las que colaboraron generosamente los irlandeses más pudientes. El 20 de febrero de 1871 fallece víctima de la fiebre amarilla. Su desaparición dejó un vacío de liderazgo que afectó profundamente toda la vida de la Comunidad irlandesa, de la cual era alma, motor y aliento. Aparecen entonces dentro de la colectividad intentos de organización institucional, que preserven las obras iniciadas y consolidadas por el Padre Fahy" (2).

Ema Wolf y Cristina Patriarca transcriben, en La gran inmigración (3), el testimonio de un irlandés, acerca del Padre Fahy: "La vida de estos inmigrantes se desarrolló únicamente dentro de la comunidad, fieles al principio de que para ayudar a un irlandés nada mejor que otro irlandés. Y por encima de todos ellos como abrazando amorosamente el redil para que no se dispersaran, actuaron los sacerdotes católicos. Entre ellos, el legendario Padre Fahy. Un compatriota lo evocó así: ‘Benditos sean aquellos tiempos cuando el padre Fahy partía de (la ciudad de) Buenos Aires a caballo para visitar a su rebaño de fieles desperdigados. Frecuentemente galopaba de cuarenta a sesenta millas por día, cambiando caballos cuando se le presentaba la oportunidad. Muchas noches dormía en su recado envuelto con su poncho, con el techo de paja de algún rancho sobre su cabeza y a veces nada más que el estrellado cielo de la pampa. Muchas de sus comidas las comía (en lugares) donde el huésped debía tomar la carne con los dedos y usar su propio cuchillo de campo como mejor le pareciese".

"Go west! -relata Teresa Deane- Esa era la consigna del padre Antonio Fahy, uno de los personajes más emblemáticos de la comunidad irlandesa en el país. ‘Entre 1840 y 1850, Fahy recibía a los irlandeses en el puerto de Buenos Aires y los convencía de que se fueran al campo, al Oeste, a criar ovejas. Después los visitaba y los iba casando entre ellos’ " (4).

En 1889 arribó el SS City of Dresden, con alrededor de dos mil pasajeros irlandeses. Ellos se dirigieron a Napostá, cerca de Bahía Blanca, desde donde, en 1891, quinientos veinte colonos regresaron a Buenos Aires, "broken in spirit, uterly destituted". Los adultos quedaron librados a su suerte. Las niñas fueron enviadas al orfanato irlandés y los varones a la primera Fahy School (5).

El Dean Patricio Dillon ocupó, "entre otros cargos el de diputado por la Provincia de Buenos Aires y presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, cargo desde el cual propuso y defendió la conveniencia de que la provincia de Buenos Aires se desprendiera de la Capital".

El 16 de enero de 1875, Dillon fundó The Southern Cross, "primera publicación católica (en ese entonces íntegramente en inglés) que circulara en el Buenos Aires del 1875 y aún lo continúa haciendo. Es la voz de una comunidad fuerte, pionera, que llegó al país cuarenta o cincuenta años antes que las inmigraciones masivas, para anclarse definitivamente en su nuevo destino. En sus ciento veinticinco años de vida, sigue viendo la luz todos los meses. Uno de sus secretos radica, precisamente, en que este periódico (por haber sido sus integrantes desplazados de su propia patria, buscaron afanosamente otra) supo asumir su condición de ser Plenamente argentino y el otro, en el de sostener a lo largo de los años uno de los tesoros más comunes a la cultura irlandesa y a la argentina, que es indiscutiblemente la religión católica. Como tal, este mensuario la ha defendido y difundido y lo sigue haciendo, consciente de su misión".

"Durante todos estos años de generación en generación, se transmitieron los lineamientos e ideales de los iniciadores, haciendo posible que continúe vivo, representando a la comunidad argentino-irlandesa y a todos sus amigos, y nos enorgullece que las séptimas generaciones, están comenzando a tomar la posta para continuar con su misión de formación e información, manteniendo nuestras tradiciones, siendo éstas las bases de nuestra identidad y dignidad".

"El periódico cubre tanto la parte de actualidad como la cultural, social y es la voz de los integrantes de esta comunidad, vivan en la Capital Federal, en el interior de nuestro país o en el exterior, priorizando lo argentino sin desmedro de lo que ocurre en la patria de nuestros ancestros, como así en el resto del mundo. Esta es pues nuestra tarea como católicos, como argentinos y como herederos de la cultura irlandesa" (6).

"En 1879, surge, por primera vez el nombre de Irish Catholic Asociation ("The Irish in Argentina" – Tomás Murray). En esa fecha el Arzobispo de Bs. As. Monseñor León Aneiro, realiza una Asamblea que será el antecedente inmediato de la futura Asociación Católica Irlandesa, finalmente fundada el 5 de junio de 1883, por los auspicios del Dean Monseñor Patricio J. Dillon, capellán de la ciudad de Buenos Aires".

"Esta institución tendrá el poder de administrar no sólo el Orfanatorio Irlandés y el hospital sino toda donación o legado que en el curso del tiempo llegase a ser propiedad de la comunidad Irlandesa. La A.C.I., la más antigua de lacios católicos de Bs. As., desde entonces, estará presente en todas las actividades e iniciativas de la comunidad irlandesa y se constituirá en la entidad lider de los irlandeses y sus descendientes en Argentina. Ingresa en el siglo XXI, celosamente guardiana de las traducciones, fe y patrimonio heredados de sus antepasados e históricamente integrada a la Comunidad Argentina. En las aulas de sus Colegios, Santa Brígida y Monseñor Dillon, se educan cientos de niños y jóvenes, sin distinción de origen. A través de ambos, cumple su alta y actualizada función educativa" (7).

Los Palotinos son una "orden religiosa católica fundada por San Vicente Pallotti en Roma (Italia), en 1835. Entre 1870 y 1900 llegaron a la Argentina unos 10.000 irlandeses, la mayoría de los cuales se instaló en el interior. Junto a esta colectividad arribaron los palotinos, que instalaron sus misiones y colegios en pueblos de la región pampeana. En el barrio porteño de Belgrano R tienen la parroquia San Patricio" (8).

" ‘Ya en los años 50 el padre Fidelius Rush y el asturiano Manolo del Campo organizaban festivales de música y baile celta, pero en el 85 se hizo el Primer Encuentro Pan Celta en el Club Fahy’, recuerda Susana Shanahan, periodista y conductora del Plum Pudding (por el budín de ciruela con whisky, plato típico irlandés), un programa de radio que gira, obviamente, alrededor de la cultura celta. ‘Este auge era un eco de lo que pasaba en el mundo, donde The Chieftains, U2, Clannad o Enya ganaban grandes audiencias’ " (9).

El Colegio Santa Brígida "tiene en nuestra capital una historia ininterrumpida de cien años. Fue fundado y sostenido, en sus comienzos por familias irlandesas radicadas en la campaña, a fin de ayudar a niñas pobres para que adquieran una verdadera educación. El Padre Anthony Fahy, luego de 27 años de esforzado trabajo, fundó un hogar de niñas que funcionó en Riobamba y Tucumán, donde se halla el Colegio La Salle de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. (…) Como la casa de la calle Tucumán con el andar del tiempo resultó insuficiente, la Asociación levantó en 1899, el actual imponente edificio en la calle Gaona 2068. La inauguración fue bendecida por el Arzobispo Monseñor Castellano. La institución solía albergar, mantener y educar doscientas treinta niñas argentinas pupilas de familias modestas, en su totalidad residentes en el interior del país. El Colegio fue dirigido y administrado por las Hermanas de la Misericordia (Sisters of Mercy -fundación irlandesa) hasta el año 1979" (10).

Graciela Montes recuerda a las monjas irlandesas con las que se educó un tiempo, en el Gran Buenos Aires: "Lo oral ocupaba en ese entonces mucho espacio, y no estaba depositado exclusiva ni fundamentalmente, como ahora, en los medios de comunicación masiva (de la radio se escuchaba en mi casa alguna novela, música y los partidos el domingo, y la televisión llegó a casa cuando yo ya tenía ocho años). Me acuerdo de lo que contaban y cantaban mi abuela y mi tía Elvira, como la historia del asno cagador de monedas o el Mariasantanaporquelloraelniño (con esa perdurable imagen de las dos manzanas consoladoras, ‘una para el niño y otra para vos’ ), de las conversaciones en la mesa y de los tangos (mi madre y sus hermanos cantaban y tarareaban tangos en cualquier momento, y los bailaban cuando había fiesta). Sumo a esto la imaginería cristiana, que entró en mi vida más bien tarde, en tercer grado, cuando me cambiaron a una escuela de monjas irlandesas, pero que me impresionó vivamente (a menudo teníamos que dibujar escenas de la Biblia o del martirio de los santos en los cuadernos y se hablaba mucho, y como de algo muy concreto, del infierno y del purgatorio, que se me volvieron visualizables)" (11).

Notas

1, Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

2. S/F: "Historia de la Asociación Católica Irlandesa", en

3. Incluido en Wolf, Ema (texto) y Patriarca, Cristina (investigación): La gran inmigración. Ilustraciones de Daniel Rabanal. Buenos Aires, Sudamericana, 1997. Sexta edición. 226 páginas. (Sudamericana Joven Ensayo).

4. Guyot, Héctor M.: "Sociedad. Irlandeses en la Argentina. Una verde pasión", en La Nación Revista, Buenos Aires, 13 de marzo de 2005. Fotos de Daniel Pessah.

5. Geraghty, Michael John: "Land, lambs, churches… and schools", en Buenos Aires Herald, 15 de septiembre de 1998.

6. S/F: en www.TheSouthernCross.com.ar.

7. S/F: "Historia de la Asociación Católica Irlandesa", en www.santabrigidaesc.edu.ar

8. Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

9. Guyot, Héctor M.: "Sociedad. Irlandeses en la Argentina. Una verde pasión", en La Nación Revista, Buenos Aires, 13 de marzo de 2005. Fotos de Daniel Pessah.

10. S/F: "Cómo nace Santa Brígida", en www.santabrigida.esc.edu.ar.

11. Montes, Graciela: en www.gracielamontes.com.

Italianos

Lorenzo Cot fue un "sacerdote venido de Chambons de Fenestrelles, Piemonte. Ejerció su apostolado durante la Presidencia de Urquiza en la Capilla San José de su residencia. Desde este lugar concurría asiduamente a la Colonia San José para visitar a los colonos, muchos de los cuales fueron traídos por él desde su patria. En 1859 fue enviado a Europa para traer más inmigrantes. Luego fue designado sacerdote en la Colonia y Villa de Colón. Siempre tuvo mucho aprecio de los compoblanos europeos pues veían en él a su defensor y protector de los derechos que les correspondían por contrato. Pero esta defensa le valió grandes enemigos en la esfera política de Colón, quienes lo persiguieron en forma incansable. Un cúmulo de acusaciones no hacían impacto en su fuerte personalidad, y si bien tenía el apoyo de las altas autoridades eclesiásticas, llegó un momento muy difícil para su tranquilidad de parte de algunos hombres colonenses. Falleció asesinado el 27 de septiembre de 1868. Este crimen quedó sin aclarar hasta el día de hoy ya que no ha sido estudiado aún en su profundidad" (1).

Pablo Lantelme "nació en Piamonte en 1814 y llegó a San José en 1860. Era pariente del padre Cot. Ejerció varios cargos públicos, y en especial, fue maestro de escuela. Mucho mérito ha tenido por sus diplomas de pedagogo, pero más, por haber escrito un libro en italiano para la enseñanza primaria. Las autoridades locales consideraron su traducción al castellano. Todo esto hizo de él un hombre muy especial en el seno de la Colonia. Cuando enviudó se trasladó a Santa Fe donde cursó estudios eclesiásticos en el seminario de dicha ciudad, ordenándose de sacerdote a los sesenta años de edad. En 1875 fue nombrado Capellán efectivo en Colón, y luego fue Cura Vicario de dicha parroquia. Entre sus actividades, aparte de su apostolado, figuran: el enfrentamiento con los sacerdotes de San José por los problemas de jurisdicción, y la construcción de una de las torres de su iglesia. En 1885 renunció a sus funciones trasladándose a Concepción del Uruguay desde donde siguió atentamente el desarrollo de los acontecimientos de Colón y San José. Sus escritos sobre el uso del castellano en las escuelas explican en parte por qué los hijos de inmigrantes no conservaron el idioma de sus padres" (2).

Luis Giorgi, nacido en 1821, "Fue el arquitecto de la orden Franciscana caracterizado por su sentido escenográfico. En Salta hizo las reformas del interior de la Iglesia de San Francisco y luego de la fachada, en 1870; allí como escultor plasmó las imágenes de ‘San Severo’, en cera; ‘La Purísima’ ubicada en el altar mayor, realizada con pasta y tela encolada; y ‘San Diego de Alcalá’, confeccionada en madera tallada y tela encolada". Falleció en Catamarca en 1905 (3).

La Catedral Basílica de Salta, que fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1947, es un testimonio de su talento: "A partir de 1858 se construye reemplazando a la antigua Catedral dañada por un incendio, quedando finalizada en 1882. (…) La fachada se enmarca en un estilo italiano clásico, con frisos y cornisas muy trabajadas sobre las que se asientan dos campanarios con arcos que rematan en una cruz de hierro forjado. Es uno de los ámbitos religiosos de mayor fastuosidad en el país. Se veneran las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, patronos tutelares de Salta desde 1692, y cada quince de septiembre esta Catedral es testigo de la procesión multitudinaria de la Virgen Coronada de las Lágrimas y de la Cruz Primitiva del Señor del Milagro. Se destacan dos pinturas americanas entre varias de gran valor: ‘La Asunción de María Santísima’ y ‘Nuestra Señora de los Dolores’. En ella, ubicado a la izquierda de la entrada, también se erige el ‘Panteón de las Glorias del Norte de la República’, que guarda las urnas funerarias del General Martín Miguel de Güemes, entre otros importantes héroes salteños, como así también de Antonio Alvarez de Arenales, Rudecindo Alvarado, y además el de una mujer llamada Doña Martina de Gurruchaga quien organizó con sus propios recursos un escuadrón que entregó al Gral Belgrano y obsequió al Ejercito del Norte una bandera que ella misma había tejido. Este Panteón fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1947".

"La Catedral, en su interior, posee tres naves y un crucero con cúpula, destacándose por su ornamentación en colores ocre, verde y azul, además del dorado que resalta al observar el llamativo altar mayor, que es una manifestación del barroco tardío obra del arquitecto franciscano Luis Giorgi"..

Trabajó asimismo en la construcción de la iglesia salteña de San Francisco: "Esta Iglesia perteneciente a la orden franciscana tuvo varias reconstrucciones. Concluyó la primera etapa en 1625, y posteriormente se construyó un segundo templo en 1674, que fue destruido por un incendio a mediados del siglo XVIII. Luego se comenzó a erigir la actual iglesia bajo la dirección del español Fray Vicente Muñoz, nacido en Sevilla, quien construyó además la Iglesia de San Francisco de Buenos Aires y la magnífica cúpula de la Catedral de Córdoba. Como la Catedral anteriormente nombrada fue también decorada por el arquitecto italiano Luis Giorgi en otra reforma que presentó en 1870, donde se levantó la esbelta torre que acompaña al templo. Con su campanil separado de la nave central de cincuenta y tres metros de altura, la convierten en la más alta de Sudamérica. La campana de la torre del campanil llamada ‘Campana de la Patria’, fue realizada mediante la fundición de los bronces de los cañones utilizados en la batalla de Salta, donde venció el Ejercito del Norte a las tropas realistas. El mismo Gral. Manuel Belgrano asistió iniciado el siglo XIX a la misa fúnebre oficiada en memoria de los vencedores y vencidos en la mencionada batalla de Salta en 1813. (…) La iglesia San Francisco fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941" (4).

Juan Cagliero nació en Italia en 1838 y falleció en su tierra natal en 1926. "Dirigió la primera expedición de la orden de los salesianos al Río de la Plata, en 1875, enviada desde Italia por Don Bosco, fundador de esa congregación religiosa. En 1884 fue nombrado primer obispo-vicario apostólico en la Argentina, cargo que ejerció hasta 1904. Ese año se trasladó a Italia como arzobispo y allí fue ordenado cardenal, en 1915. En 1964, sus restos fueron trasladados a la ciudad de Viedma, en honor a su labor en el país y en gran parte de América del Sur" (5).

Monseñor Cagliero supo apreciar las virtudes de Ceferino Namuncurá. El padre del joven "se presenta ante el ex presidente Sáenz Peña. Éste, gran amigo de los aborígenes, le aconseja que lo inscriba en el colegio de los salesianos donde seguramente sería muy bien recibido. Allí lo recibió Monseñor Juan Cagliero, vicario apostólico de la Patagonia, enviado del mismo Juan Bosco, hoy santo. (…) En el cuarto año de su estadía en Buenos Aires, Ceferino comenzó a experimentar una tos insistente y rebelde a todo cuidado que le atacaba los pulmones. Monseñor Cagliero pensó en llevarlo a un ambiente más natural y saludable. Monseñor tenía su sede en Viedma, distante a 900 Km. de Buenos Aires, cerca de la desembocadura del Río Negro. Allí también había un colegio salesiano, donde Ceferino gozaría de un clima más parecido al de Chimpay, donde naciera. Monseñor Cagliero y Ceferino llegaron a Viedma a fines de 1901. (…) En abril de 1904, monseñor Cagliero es nombrado arzobispo, y llamado a Roma por el Papa. Ceferino le pide que lo lleve con él. En agosto de 1904 desembarcan en Génova, y suben a Turín, donde lo recibe Don Rúa, hoy beato y primer sucesor de Don Bosco. En septiembre del mismo año, Monseñor va a Roma, y presenta a Ceferino al Papa. Pío X se siente por unos instantes conmovido ante aquel joven araucano. Luego hace pasar a los misioneros a su despacho, y conversa larga y afectuosamente con ellos como un viejo amigo" (6).

Juan Bautista Scalabrini nació en Lombardía en 1839 " (…) Los dos hermanos mayores, Antonio y José, en sus peripecias financieras y familiares, tuvieron siempre el consejo y el apoyo del hermano Obispo. El primero había asumido la administración del negocio paterno, pero, aventurándose en operaciones riesgosas, terminó por endeudarse al extremo de correr el riesgo de ir a la cárcel. Mientras que José, también desafortunado, intentó la aventura de la emigración (Scalabrini conoció el drama de la emigración, ante todo, en el seno de su propio hogar) y luego de varias contingencias terminó víctima fatal de un naufragio frente a las costas peruanas. Fue a causa de las tristes vicisitudes del hermano José que Juan Bautista vio llorar a su padre por primera vez. (…) Beato Juan Bautista Scalabrini fue ordenado sacerdote el 30 de Mayo de 1863, cuando aún no había cumplido los 24 años, por lo cual fue necesario pedir la dispensa por falta de edad. Durante los primeros cuatro meses después de la ordenación, ejerció suplencias en algunas parroquias. Motivado quizá al constatar el restringido horizonte de su futuro ministerio sacerdotal, o mejor aún, por el entusiasmo hacia el nuevo instituto misionero del PIME (Pontificio Instituto de las Misiones para el Exterior), tuvo la idea de hacerse misionero. De eso hablará él mismo, veinte años después, al presidir la ceremonia de la entrega del crucifijo a cinco misioneros que partían: recordará como se había arrodillado delante de su madre y ella le había otorgado el consentimiento entre lágrimas. Empero, su destino tenía que ser otro, el de llevar la cruz pectoral de Obispo, en lugar de la cruz de madera del misionero. En realidad aquel proyecto misionero no se concretó por la rápida intervención de su Obispo que le dijo terminantemente: "Tu India es Italia". (…) Nos remontan a los tiempos del seminario algunas de las hermosas amistades de Scalabrini. Fue gran amigo del Beato L. Guanella, el "siervo de la caridad" que en 1912, siguiendo la huella de las hazañas misioneras del gran amigo y maestro desaparecido, irá hacia América para organizar la asistencia religiosa de los emigrados. (…) Los diversos Papas que lo conocieron y lo trataron, admirados por la obra benemérita y multiforme del Obispo de Piacenza, le atribuyeron diferentes títulos como: Apóstol del Catecismo, Príncipe de la Caridad, Obispo Misionero, Padre de los Emigrantes.(…) Se sentía responsable de su Iglesia "local" y al mismo tiempo, como sucesor de los Apóstoles, responsable también de la Iglesia "Universal". Él no se consideraba limitado a su ya extensa diócesis, ni se sentía ajeno a las vicisitudes de tierras lejanas más allá de los Alpes o del océano. He aquí porqué consideró de su competencia la institución de la Obra de los Mondadores de arrozales; aunque trasponía los límites de su diócesis. He aquí porqué extendió de este lado y del otro lado del océano su grandiosa obra de asistencia en favor de los emigrados italianos. He aquí porqué, hasta pocos días antes de su muerte, él instó a la Santa Sede a interesarse por los emigrados de todas las nacionalidades. (…) Por lo tanto, las fronteras de Scalabrini eran las fronteras del mundo. Signos de este universalismo, además de las diversas iniciativas ministeriales y caritativas, que iban más allá de todo límite geográfico o ideológico, estaban sus inspiradas y clarividentes visiones históricas. (…) Aún antes de instalarse en Piacenza, el mismo día de su consagración episcopal, Scalabrini envió a la Diócesis su primera Carta Pastoral. En ella, se presentó con gran humildad, todavía confundido por la altísima responsabilidad que se le había asignado; mas con igual determinación de querer entregarse con todas sus fuerzas a la causa del Reino de Dios. Presentando su programa, se declaró dispuesto a hacerse "siervo de todos", pero sobre todo de los pobres y de los enfermos. a los que él se comprometía a socorrer y a evangelizar. Y, como se verá, en los treinta años de su ministerio episcopal, él trabajará con el pensamiento y con la acción dirigida hacia aquella gran masa humana formada por indigentes, enfermos, desocupados, huérfanos, ciegos, sordomudos, encarcelados y además, la de los emigrados. (…) se han abierto nuevos frentes y nuevos desafíos para el carisma de los Misioneros Scalabrinianos" (7).

El Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (Cemla) es "una entidad que promueve estudios sobre las corrientes que poblaron el país y las nuevas migraciones. Además, organiza congresos para ahondar sobre algunos problemas derivados, como discriminación o adaptabilidad. Pero podría decirse que el ‘plato fuerte’ del Cemla es el banco de datos de inmigrantes. Al respecto, el director de la entidad, el padre Mario Santillo, explicó a La Prensa: "Se recopilaron los nombres de 3 millones de personas que ingresaron al país entre 1882 y 1926. La información fue rescatada de los antiguos libros de entrada al país. La base de datos fue encarada en sucesivas etapas mediante microfilmación, grabado de imágenes y digitalización. ‘Lamentablemente no todo pudo ser salvado, muchos libros estaban en muy mal estado; se perdió casi un millón de datos’, explicó el sacerdote. (…) El Cemla es una institución que depende de la Congregación de los Padres Scalabrinianos- El creador de la orden religiosa –que nació en Italia- fue Juan Bautista Scalabrini, tío de Raúl Scalabrini Ortiz. ‘La congregación scalabriniana siempre tuvo preocupación por la situación de los inmigrantes que se han diseminado por todo el mundo, por eso cuenta con centros para estudiar esta problemática’, señaló Santillo" (8).

En "Las fronteras históricas del legalismo", Mariano Gutierrez reproduce una carta, fechada en Villa Merced en septiembre de 1879, en la que el fraile Donati "le advertía a su compañero de las trampas en que el gobierno pretendía hacer caer a los indios". Donati escribe al M.R.P. Moysés Alavez: "Mi querido padre Prefecto: Recibí la apreciable de V.P.M.R. fecha 28 de presente. Con respecto á Ramón, consideratis considerandis, nosotros me parece que no debríamos más que aconsejarle á que se reduciese entre Cristianos á una vida civil para que despues consiguiésemos su conversión. Por ahora no usan otros términos que se entendiese con los Gefes o con el Gobierno, en cuanto á las propuestas que se hiciesen que después no se hubiesen de cumplir caeriamos en su desgracia. Según la carta de V.P. me confirmo siempre más que los actuales gobernantes no quieren reducciones, pero si la sumisión de los indios por medio de dispersiones de ellos. En una palabra reducirlos en un estado como se halla en los tiempos presentes la nación hebrea que no forma población reunida. Es de dura necesidad mostrarse indiferente con ello, que haga expontáneamente lo que les parezca mejor. Por el contrario se nos sublevaría si viniesen con propuestas que probablemente no serán fielmente realizadas. Me buscan que vaya para hablar ellos conmigo, por que gracias a Dios me creen; pero yo no tengo datos seguros que el futuro Presidente quiera favorecer á nosotros y á los indios. Ygnoro los proyectos de él y las instrucciones que tienen los Gefes. Yvanoski me ha comunicado que Sarmiento no quería pagarle este último trimestre. Es más fácil evitar el pantano que salir caído en el. Muéstrese neutral con Ramón dígale que se entienda con el Coronel Roca. Me es doloroso usar estos términos (…). también V.P. tenga la advertencia de reflexionar bien sobre el racionamiento de Nicolás, no sea que este pobre caiga en la red como han quedado estampados aquí una cuadrilla de cautivos que comenzaron á racionarles con el título de Vaqueanos prestando servicios. A poco á poco, de vez en cuando los mandaban a descubrir el campo, en seguidos que estuviesen vestidos de paisanos reunidos en tal Fortín, la conclusión fue que ahora están gobernados por un oficial como militares veteranos. Nicolás debería pensarlo bien y determinar si él mismo quiere carne de la Patria. Se me han desaparecido un par de botas; Marquito me asegura que las ha visto en mi celda puede ser que alguno de los Padres las haya ocupado para ir a cazar; me parecía que no estuviesen allí; pregunté de ellas, son botas casi nuevas. Entró el Padre Luis, algo ha de haber sucedido. En lo que tengo encargado que no me dejen la llave a nadie. Saludo con toda la expansión de mi corazón á los compañeros, en particular á V.P. Fray Marcos Donati" (9).

En 1993, la Asociación Dante Alighieri publicó El padre Marcos Donati y los franciscanos italianos en la Misión de Río Cuarto, un trabajo de Inés Isabel Farías distinguido en el certamen "Los grandes Italo-argentinos", organizado por la entidad entre los actos conmemorativos del V Centenario del Descubrimiento de América. En esa obra, la investigadora señala que en 1856 llegaron, a instancias del Padre Bonfiglioli, los Padres Eugenio Nardoni, Romualdo Ferrando, Cirilo Ostilo, Daniel Urbani, Juan B. Raineri, Marcos Donati, Plácido Sargenti, Luis Soli, Isidoro Anselmi y Federico Da Genova y los frailes Félix Perino y Leonardo Benacci.

En 1867, el Padre Marcos Donati regresa de Italia, acompañado por los padres Constantino Longo, Guillermo Zelli, Quírico Porreca, Mario Dal Negro, Ludovico Quaranta, Antonino Caldarelli, Benito Fessitori y Pío Bentivoglio, y los frailes F. Benvenuto y Domngo Bedinni.

"Cabe destacar en este punto –afirma Farías-, la preocupación del Padre José Luis Padrós, archivero del Convento, en rescatar el nombre de todos ellos, a la espera de que, alguna vez, la comunidad de Río Cuarto rinda a estos pioneros, la recordación que realmente merecen. Dice así:

"Lista de religiosos misioneros franciscanos de este Colegio de San Francisco Solano de Río Cuarto, fallecidos en el mismo, para ser incluidos en la placa dedicada a los fundadores del Colegio Misionero:

P. Eugenio Nardoni + 5 de abril de 1861

P. Juan B. Raineri, + 17 de noviembre de 1867

Fr. Benvenuto (lego),+ 29 de junio de 1868

P. Guillermo Zelli,+ 3 de marzo de 1874 (cólera)

Fr Venancio ( lego) + 4 de marzo de 1874 (cólera)

P. Luis Soli,+ 11 de marzo de 1878

Fr Félix Perino (lego),+ 19 de febrero de 1878

P. Mario Dal Negro, + 5 de mayo 1882

P. Moisés Alvarez, + 16 de junio de 1882

Fr. Fernando Salvatori, + 14 de mayo de 1886

P. Francisco Luchini, + 11 de febrero de 1887

Fr. Daniel Palacios (corista), + 21 de marzo de 1888

P. Plácido Sargenti, + 1 de marzo de 1889

Fr Angélico Ruggi, + 20 de enero de 1890

P. Rufino Cagliari + 21 de setiembre de 1890

P. Marcos Donati, + 8 de abril de 1895

P. Quirico Porreca, + 25 de abril de 1896

Fr Onofrio Carlomusti, + 6 de agosto de 1896

P. Constantino Longo, + 26 de enero de 1906

Fr. Francisco Baldini, + 16 de enero de 1906

P. Antonio Cardarelli, + 13 de febrero de 1915

R.I.P. Amén" (10).

El misionero salesiano José Fagnano nació en 1844 y falleció en Chile en 1916. "Luchó en Italia junto a Garibaldi y, tras abrazar la vida religiosa, llegó al país en 1875 con la primera expedición enviada por el fundador de la orden salesiana, Don Bosco. En 1876 asumió como director del colegio de esa congregación en San Nicolás de los Arroyos. En 1883 fue nombrado prefecto apostólico de la Patagonia meridional, y desarrolló una importante labor como protector de los indios. En 1893 fundó la misión de Nuestra Señora de la Candelaria, en el área que hoy ocupa Río Grande, Tierra del Fuego, donde se afincaron numerosas familias de indios onas. Incansable explorador de la Patagonia, estableció la ubicación del lago fueguino que lleva su nombre" (11).

En "El cura y el cowboy" se recuerda, entre otros sacerdotes, a monseñor Fagnano: "La Patagonia tuvo en aquellos lejanos tiempos muchos aventureros. ¡Hasta los misioneros que recorrían leguas a caballo, como el padre Mascardi, el padre Quiroga, el padre Falkner y otros tantos aventureros de la Cruz! ¿Por qué no recordar también a Monseñor Fagnano, cuando cruzaba Tierra del Fuego en 1886 a lomo de mula? … o al padre Angel Savio, remontando en 1885 el río Santa Cruz, rumbo al lago Argentino pasando por las chozas de los tehuelches. Y no olvidemos al padre Bonacina quien en 1892, en pleno invierno cruzó con un baqueano y una tropilla de Viedma a Rawson para fundar allí una iglesia salesiana" (12).

El sacerdote y arquitecto Ernesto Vespignani nació en 1861; falleció en Buenos Aires en 1925. "Realizó numerosas obras religiosas en su país. En la capital de Argentina, inició las obras del Santísimo Sacramento y se destacan la iglesia de San Carlos y el Santuario de Nuestra Señora de Buenos Aires, el Santuario de Nuestra Señora de Itatí (Corrientes), la iglesia del Rodeo (Mendoza), la iglesia de Viedma (Río Negro), el colegio San José (Santa Fe), la iglesia de Nuestra Señora de la Merced (Tucumán), la iglesia de María Auxiliadora (Córdoba) y numerosos colegios y parroquias de la congregación salesiana en el país" (13).

Rafael Gobelli nació en Casalcermelli en 1862; falleció en Salta en 1944. Historiador y religioso franciscano, "llegó al país en 1874 y, cuatro años después, tomó los hábitos en el convento de San Diego, Salta. Se ordenó sacerdote en Córdoba, en 1885 y, en 1890, fue designado definidor general de la orden. Dictó cátedra de materias como Teología y Derecho Canónico y fue misionero en las provincias del norte y en el Chaco. Publicó trabajos como Los indios tobas y asistió al Primer Congreso de Historia Nacional (Jujuy, 1924). Colaboró en la formación del Museo Provincial de Salta" (14).

En su trabajo "Caza de subsistencia en la provincia de Salta: su importancia en la economía de aborígenes y criollos del Chaco semiárido", Francisco Ramón Barbarán y Carlos Javier Saravia Toledo se refieren a este sacerdote: "A fines del siglo XIX, la aparición del ferrocarril y la iniciación de la industria azucarera, determinaron el aprovechamiento de los aborígenes como mano de obra, llegando a trasladarse tribus enteras con la colaboración del ejército, a los ingenios de Tucumán. Posteriormente la actividad azucarera se expande a las Provincias de Salta y Jujuy, que atraen grupos aborígenes mediante el sistema de contratistas de indios. Los indígenas también se empleaban en los ingenios voluntariamente, al recibir en pago cuchillos, hachas e incluso escopetas, que los hacían mas eficientes en la caza y la recolección. Las armas de fuego fueron artículos codiciados porque las usaban además en los continuos enfrentamientos que mantenían con unidades del ejército, lo cual es corroborado por diversos autores. Gobelli (1912) manifestaba que "hasta ahora las armas que los ingenios y obrajes han dado a los indios les han servido para matar a los oficiales y soldados del ejército’ " (15)

Olga Weyne transcribe el testimonio de José Brendel acerca de un sacerdote: "(En 1913): ‘El tiempo de la ausencia del padre Kotulla (uno de los más recordados sacerdotes del Verbo Divino, en colonia San Miguel), fue cubierto provisoriamente por un sacerdote italiano, recién llegado, que no hablaba ni el alemán ni el castellano, pero que con su bondad y sus expresivos ademanes italianos, se hizo querer, ya que no entender, por la población. Se llamaba Juan Sciortino. Sus seromnes eran un acopio pintoresco de varias lenguas, pues también hacía sus ensayos en alemán, que le enseñaban los monaguillos y que él mismo repetía después en el altar, con abundante transpiración aunque con vano intento. Los niños eran sus predilectos y para ellos siempre tenía golosinas; (…) San Miguel guarda un recuerdo cariñoso del Padre Juan y quiere que estas líneas sean un homenaje a su vocinglera bondad" (16).

Don Orione nació en Pontecurone en 1872; falleció en San Remo en 1940. "En 1885 ingresó al convento franciscano de Voghera y, luego a los salesianos de Turín, donde conoció a Don Bosco. Ordenado sacerdote en 1895, fundó la obra de los Primeros Ermitaños de la Divina Providencia. En 1921 vino a la Argentina y, al año siguiente, inauguró en Victoria (Buenos Aires) la primera casa de la obra. Volvió a Italia y regresó en 1934 en ocasión del Congreso Eucarístico Internacional. En 1935 colocó la piedra fundamental del Pequeño Cottolengo Argentino en Claypole (Buenos Aires). Luego fundó hogares para discapacitados, centros para niños abandonados, escuelas y parroquias. Regresó a Italia, falleciendo en 1940. Beatificado en 1980 por Juan Pablo II, en 1984 su corazón fue traido en un relicario que, tras recorrer las comunidades, en 2000 fue depositado en el Cottolengo de Claypole. En la actualidad hay centros asistenciales (hogares o cottolengos) de las Obras de Don Orione en Córdoba, Corrientes, Mendoza, Chaco y Provincia de Buenos Aires" (17).

"Don Orione fue un sacerdote todo de Dios y todo de los hombres. Dedicó su vida entera a amar y servir al Señor en los más humildes, en los más pobres y desposeídos. ‘Sólo la caridad salvará al mundo’ fue la convicción que marcó su vida; una caridad necesaria y urgente para ‘llenar los surcos que el odio y el egoísmo han abierto en la tierra’. Hoy, Don Orione, sus obras y sus opciones siguen teniendo vigencia y son un testimonio claro de que la vida sólo es tal cuando se comparte solidariamente con el prójimo, especialmente con aquel más necesitado y abandonado, pues en él ‘brilla la imagen de Dios’ " (18).

José Zaninetti nació en Novara en 1874 y falleció en Paraná, Entre Ríos, en 1941. "Llegó a Paraná en 1886 e ingresó al Seminario de Santa Fe, ordenándose sacerdote en 1897. Cultor de la música sacra, en 1908 viajó a Roma donde estudió con el abate Perosi. Profundizó sus estudios en Francia y España, en los centros benedictinos de Solesmes y Silos, respectivamente. De regreso al país en 1911, fue inspector de parroquias y capellán de hospitales en la diócesis de Paraná, en la que llegó a alcanzar la dignidad de deán de la Catedral. Compuso la Misa en honor de San José, Te Deum, Tantum ergo, Tu est Petrus, la misa Mater Misericordiae, Sacratissimi Cordi Jesu, una colección inédita de Salmos y también su inédita misa In hon, beata Mariae Virginis. Autor, también, de composiciones folklóricas inspiradas en el cancionero argentino" (19).

Artémides Zatti nació en Boretto en 1880 y falleció en Viedma en 1951. Fue laico de la Sociedad Salesiana. "Legó a la Argentina como parte de una familia de inmigrantes y se instaló en Bahía Blanca en 1897. Ingresó al seminario salesiano de Bernal (Buenos Aires) y enfermó de tuberculosis. Trasladado a Viedma, pidió a la Virgen su curación y prometió dedicarse a los enfermos. Cumplió su promesa cuidando convalecientes en el Hospital San José (entre otros a Ceferino Namuncurá), donde murió en 1951. Llamado ‘El enfermero Santo de la Patagonia’, fue beatificado en 2002 por Juan Pablo II" (20).

José Sobrero sdb resume la vida del beato: "El Hno. Artémides Zatti es un salesiano coadjutor de la Congregación Salesiana que desplegó un trabajo de promoción entre los enfermos de la ciudad de Viedma y cuya vida consagrada ha sido propuesta para el estudio de sus virtudes en la causa de beatificación y canonización".

"Italiano, nació el 12 de octubre de 1880 en Boretto. Su familia trabajaba en el campo: trabajadores que conocen del sudor para arrancarle los frutos a la tierra. Son ocho hermanos junto a papá Luis y mamá Albina. Artémides Joaquín Desiderio María ocupa el puesto 3. De Boretto emigraron hacia la República Argentina invitados por un tío para largarse a la aventura de América. En 1887 se establecieron en la ciudad de Bahía Blanca. Y continuaron trabajando. Artémides tuvo varios empleos al estilo de ‘changas’ hasta que aterrizó en una fábrica de baldosas. Comenzó a frecuentar la Parroquia salesiana ‘Nuestra Sra. de las Mercedes¿. Participaba de la Misa y de las actividades comunitarias. Allí nació su vocación: codo a codo con los salesianos".

"Con 19 años ingresa al Aspirantado salesiano en Bernal, provincia de Buenos Aires. Quiere ser sacerdote. Sus padres le ayudan mucho. En Bernal, por su edad y por su contextura física, lo invitan a realizar todo tipo de trabajos domésticos. Digamos que es un verdadero factótum. Así en enero de 1902 le proponen cuidar a un sacerdote enfermo de tuberculosis. El final de esta tarea es trágico: fallece el sacerdote y Artémides contrae la tan temible enfermedad. Con esa dificultad a cuestas lo envían a Junín de los Andes para curar o morir. En Bahía Blanca cambia Junín de los Andes por Viedma. Con esta circunstancia se quiebra la ilusión de aspirar al sacerdocio".

"En Viedma se encuentra con el P. Evasio Garrone, conocido como el ‘Padre Dotor’, quien lo invita a realizar una promesa a María Auxiliadora: pedirle la gracia de la salud y ofrecerle como respuesta el cuidado de los enfermos para toda la vida. Y el milagro se dió. Soportó la grave enfermedad con la sonrisa en los labios y al final quedó totalmente curado. Entonces le tocó cumplir la promesa: Creí, Prometí, Sané. Allí mismo, en el Hospital ‘San José’ de la ciudad de Viedma, comenzó a trabajar por los enfermos. En 1904 se incorpora a la botica ‘San Francisco de Sales’ anexa al Hospital".

"Su camino salesiano continúa. El ‘noviciado’ fue un poco largo. Hasta 1910 aparece en los registros como ‘ascritto’. Con 27 años hace sus votos trienales el 11/1/1908.En 1911 fallece el P. Garrone y ese mismo año hace los votos perpetuos. En 1913 se hace cargo del Hospital realizando diversas tareas. Artémides no se santificó solamente por su infatigable trabajo. Su vida de oración, la vivencia de los votos, su inserción comunitaria, ha sido tan rica como su labor apostólica en bien de los enfermos".

"Lo podemos imaginar rodeado de jóvenes, rezando con sus hermanos, compartiendo la mesa, en los Ejercicios Espirituales…".

"La vida de estos santos nos ayudan a caminar con esperanza precisamente por la vida escondida, en silencio, desde lo cotidiano, en lo concreto y con los pies sobre la tierra".

"Y así Artémides nos dejó un 15 de marzo de 1951.Tenía 70 años y la convicción que debía morirse para seguir viviendo. El pueblo lo lloró y lo proclamó santo antes de tiempo porque en la memoria de ese pueblo estaban todas las gauchadas que le prodigó el ‘enfermero santo de la Patagonia’ " (21).

"El 14 de abril de 2002, en Roma, el Papa Juan Pablo II declara Beato a Don Artémides Zatti, el enfermero de Viedma" (22).

En un libro publicado recientemente por la Editorial Polo Rossi, se habla de la importancia de los sacerdotes en la producción de vino en Mendoza.

" ‘Il vino si fa così’. Lo taxativo del título no limita a la obra. Apenas es una síntesis que advierte sobre cómo la herencia itálica fue guiando la labor mendocina en materia vitivinícola. "El vino se hace así", es en consecuencia una coproducción literaria entre la Escuela de Enología de Don Bosco (Mendoza), la Escuela de Conegliano (en Italia) el consulado y la Universidad de Turín. (…) "Recuperamos las apreciaciones de Giovanni Dalmazzo, un precursor italiano para nuestra historia en el vino. También contamos cómo los primeros técnicos de las escuelas mendocinas fueron insertándose en las bodegas", comentó Borzi de la congregación de los salesianos. Toda la documentación está ilustrada con fotos históricas sobre los pioneros del vino. De las transferencias culturales entre ambos países se ocupó Julieta Gargiulo. A los dos autores, la elaboración de estas 120 páginas del volumen les demandó tres años de investigaciones de uno y otro lado del Atlántico, según comentaron" (23).

"Para entender el desarrollo vitivinícola mendocino, nada mejor que Il vino si fa cosí…, de Julieta Gargiulo y Agustín Borzi. El libro muestra la influencia que tuvieron los intercambios entre Italia y la Argentina para el gran despegue de nuestros vinos, tanto de escuelas italianas de enología –Conegliano y Alba, por ejemplo-, como de los sacerdotes llegados a la provincia, especialmente el padre Oneglia, clave en la formación de los enólogos mendocinos" (24).

"Alberto María De Agostini nació en Pollone, pequeño pueblo de Piamonte, en las cercanías de Biella, el 2 de noviembre de 1883. Fue ciertamente la feliz ubicación de la región natal, al pie de los Alpes, y la vecindad de Biella, cuna del alpinismo italiano, las que influyeron, desde la juventud, en el ánimo y las preferencias de De Agostini. La pasión por la montaña, por los grandes espacios y las zonas inexploradas creció con él, y ya sobre los Alpes supo destacarse como experto alpinista que acompañaba, junto a la acción, la investigación, los escritos y la documentación fotográfica".

"En 1909, a los veintiséis años, consagrado sacerdote en la orden salesiana, abandonó inmediatamente Italia y partió como misionero hacia una de las regiones menos conocidas y más inhóspitas del globo: la Tierra del Fuego. ¿Qué era lo que lo impulsaba hacia allá? Ciertamente, la vocación sacerdotal y las exigencias de su orden, pero también, sin duda, ese espíritu de exploración en el cual apenas se ha mencionado la influencia de su hermano Juan, fundador del Instituto Geográfico que lleva su apellido".

"Ya Don Bosco, fundador de la orden de los salesianos, hablaba de aquellas lejanas tierras con conocimientos superiores a los comunes. En sueños había tenido la visión de las riquezas y bellezas naturales aún ocultas en las regiones interiores de la Patagonia y de la Tierra del Fuego. En la obra de exploración de De Agostini podemos entrever por cierto también una voluntad permanente que tendía al propósito de demostrar en forma cabal que el sueño de Don Bosco era verídico, lo que, ante la magnitud del material reunido puede considerarse logrado".

"Fue con estos antecedentes que inició una de las más completas obras misioneras que se conozcan: el eclesiástico se conjugó con el antropólogo, con el fotógrafo, con el geólogo, con el etnólogo y con el montañista, y todos estos aspectos, actuando como fuerzas conjuntas, permitieron a De Agostini alcanzar aquella estatura humana y espiritual que todos le reconocen".

"El joven sacerdote llegó a Punta Arenas en 1910 y halló a sus hermanos de orden empeñados en la tentativa de sustraer de la declinación y de la destrucción a los últimos núcleos de los indios fueguinos. Desde varios anos atrás esa obra era llevada adelante con tesón por el prefecto apostólico de los territorios magallánicos, monseñor José Fagnano. Con gran habilidad diplomática, Fagnano logró obtener el apoyo de las más importantes familias de colonos, los Menéndez y los Braun, pero la situación era ya comprometida y se precipitaría muy pronto. La introducción de la cría de ganado desencadenó la caza del indio y dio definitivamente el golpe de gracia a la cultura indígena. Los salesianos se empeñaron esforzadamente en preservar de la invasión de la cultura occidental a los indios, agrupándolos en misiones adecuadamente construidas, pero la empresa no era fácil, dado que se debía también mantener una buena convivencia con los colonos y con los ricos propietarios que habitaban en los grandes centros".

"En este cuadro De Agostini inició su obra, enseñando en las misiones y en los centros salesianos. Tan solo en el tiempo libre se dedicaba a las exploraciones que lo hicieron tan famoso. No obstante, ese escaso tiempo fue suficiente para permitirle documentar de manera completa todos los territorios magallánicos".

"Punta Arenas fue la base de partida para las primeras exploraciones de Alberto De Agostini, quien no por casualidad mostró muy pronto su interés por la cordillera fueguina conocida como Cordillera Darwin" (25).

El sacerdote italiano es el protagonista de una biografía escrita por Amalia del Pino, publicada por la Asociación Dante Alighieri en 1976. En esa obra, la autora evoca un suceso que tuvo lugar en 1909: "El arzobispo de Turín, Cardenal Richelmy, bendice en el imponente santuario de María Auxiliadora la expedición que sale el 28 de octubre de ese mismo año rumbo a Punta Arenas. Integra ese grupo misional el flamante sacerdote De Agostini, pleno de juventud y de buenos propósitos, dispuesto a ser instrumento dócil de la Providencia para hacer realidad el sueño de Don Bosco, fiel a sus votos generosamente hechos y voluntariamente aceptados. Diez años le vio la Tierra del Fuego desplegar con singular celo su actividad misional, atrayendo al corazón de la Iglesia a tantos seres a quienes supo conquistar con su ejemplo y su acción incansable, que no detuvo el clima hostil, la natural desconfianza del aborigen ni la indiferencia de los colonizadores, que se convertían en acicate para su espíritu fuerte" (26).

Eduardo Tyrrell se refiere al "Rvdo Padre Geniale Silvi. Sacerdote Italiano que llegó a la Argentina cuando lo llamó Don Orione, don Geniale se destacó y fue un luchador incansable por los desvalidos". Tyrrell afirma: "Hace ya tiempo que estoy haciendo una recopilación de datos y fotos de este Sacerdote que es digno de destacar". A partir del material que Tyrrell reunió, Juan P. Mariani escribió en 1987 "De Don Orione al Padre Silvi, El inicio de la obra benéfica de uno de sus servidores y continuadores, Reverendo Geniale Silvi, el Padre de La Divina Providencia. Fundador de los Cottolengos de Rosario, Córdoba y Río Cuarto". Cinco años después, Marcos J. Barbero presentó, en la Cátedra de Metodología Histórica de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Río Cuarto, un trabajo basado en la misma documentación. Se tituló "Las huellas del Rvdo. Padre Geniale. Pequeño Cottolengo Don Orione".

Transcribo la historia de vida escrita por Mariani:

"En Italia, en la provincia de Ancona existe un pueblo llamado Stáffolo distante aproximadamente 30 km. del Puerto de Ancona sobre el mar Adriático. Esta a 400 metros sobre el nivel del mar flanqueado por colinas. Como algunos otros pueblos de esta Provincia, fue una fortaleza medieval y sus 5000 habitantes dedican sus afanes a la agricultura y al cuidado de viñedos".

"Allí vivía un " bracciante " ( jornalero ) llamado Pedro Silvi junto a su señora María Marquegiani. este matrimonio modesto, trabajador devoto tuvo cinco hijos : Enrique, Oreste, Alfonso, Ana María y Geniale. El niño que bautizaron con el nombre de Geniale nació en 20 febrero de 1910".

"En 1911 Pedro Silvi junto a su familia emigran a la Argentina estableciéndose en la zona de Marcos Juárez en la provincia de Córdoba, Transcurren tres años y en 1914 al entrar Italia en Guerra, Don Pedro, padre de Geniale, es llamado a incorporarse en las filas de su ejército, para cumplir con su patria, vuelve a Italia con toda su familia y deja a todos en Stáffolo y va al frente donde encuentra la muerte".

"El pequeño Geniale Silvi, con sólo cinco años ya no tiene padre. En tierna mente se fijan momentos de espanto de la cruel lucha, como el bombardeo aéreo enemigo a los hangares de la muy cercana Ciudad de Iesi. Siempre recordará " un resplandor como si hubiese estallado el sol’. A los siete años era un chico amante de jugar y corretear todo el día con niños de su edad por las calles del pueblo. Estar con ellos junto a las fábricas de queso, esperando que al rodar las grandes hormas se rompiese alguna y deleitarse comiendo los pedacitos que pudieran "rapiñar’. Sobre todo gustaba de la independencia y la libertad de su sano albedrío por eso no le gustaba la idea de ir al colegio, pese a los esfuerzos del cura Párroco ( un santo varón ) y de mucha gente bien intencionada del pueblo. El domingo hacía de Monaguillo para que le regalaran algunas monedas…"

"Geniale, sentía cierta vocación religiosa frenada por tantos deseos de corretear, jugar y sobre todo por su espíritu independiente. A los 11 años pierde a su madre y va a vivir a la casa de los abuelos. Un año después sufre una seria enfermedad: la descalcificación de los huesos de la cadera, afección que paliada le originará sufrimientos para siempre. Mientras se encuentra en tratamiento el cura Párroco y el farmacéutico del pueblo escriben al colegio DON ORIONE para que reciban y cuiden al pequeño Geniale. Aceptado llega con su pequeña bolsita y unas pocas prendas personales a Roma e ingresa en la colonia Agrícola de Monte Mario, de la que fue primer alumno en la escuela primaria. Al tiempo su director le aconseja insistentemente para que continúe los estudios secundarios, pero el niño le contesta siempre que quiere aprender un oficio. En conocimiento de ello, será personalmente quien hoy es SAN ORIONE quien lo envíe a la escuela de artes y oficios de Venecia y el que le haga confeccionar una media especial de lana para su piernita enferma. El clima fuertemente húmedo de Venecia es perjudicial para las dolencias de pequeño y obliga a su regreso".

"En esta época, después de haber tomado la comunión en la Santa Misa, el pequeño Geniale siente en su interior un " llamado sensible " y se despierta en todo su ser una vehemente vocación Religiosa. Este fue el momento que marcaría el inicio de su destino y la preparación para una futura vida dedicada por intermedio del sacerdocio a propagar la maravillosa obra de Don Orione".

"Consecuentemente con su nuevo anhelo inicia los estudios secundarios en el flamante Colegio Apostolario de Roma, del que también fue su primer alumno. Luego pasa a la Ciudad se Bra en la Provincia de Cúneo para realizar el primer año de noviciado y por último en Tortona sigue los estudios de filosofía y teología".

"Recuerda que siendo más joven aún no clérico, para la fiesta de la Virgen, en premio de su devoción al estudio se lo había distinguido para vestir la sotana. Llegó la noche del día anterior y el trajecito no llegaba… Con mucha tristeza paseaba por los jardines del colegio y se encuentra a DON ORIONE, que enterado lo palmea en el hombro y le dice "no tengas cuidado Geniale, en último caso mañana enviamos todo el día a la cama a otro chico de tu estatura". ( Su profesión temporaria se realizó en 1930 y la perpetua en 1933 )".

"En su estadía en Tortona, Silvi trabaja de " peón " para levantar el maravilloso Santuario de la Virgen. Corre el año 1935 y Geniale recibe el llamado de DON ORIONE, que se encuentra en la Argentina para que lo alcance a los fines de trabajar en la construcción del Cottolengo de Claypole ( Cottolengo Argentino). El joven clérico se embarca en el vapor Augustus rumbo a Buenos Aires. A su llegada se aloja en el Colegio San Vicente de Paúl, por Vicentinas, donde aprende nuestro idioma. En 1936 acompaña a DON ORIONE ayudándole en sus obras en Itatí, de donde se traslada a Mar del Plata para permanecer un año".

"Desde 1938 a 1945 se desempeña como maestro el la localidad de Victoria, (Provincia de Buenos Aires), y luego como maestro y Sacerdote en San Fernando ( Provincia de Buenos Aires ), habiéndose ordenado de Sacerdote en la Iglesia de San José de Mar del Plata en 1942. Posteriormente se trasladó a Rosario, y allí permaneció algunos años donde fundo el cottolengo en esta ciudad".

"Hacia 1950 se encontraba en Córdoba, a los efectos de que el clima de las sierras mejorara su estado de salud, siempre precaria. Al recorrer los suburbios de la Ciudad Capital mediterránea observó las condiciones de urgencia de sus habitantes y un gran número de desvalidos, lo que le sugirió la idea de crear un Cottolengo que los amparase. La idea se le volvió una obsesión, y emprendió largas y fatigosas caminatas a veces bajo el sol ardiente Serrano, pero su fe es inmensa e inquebrantable. una tarde su rostro se ilumina de contento, ha encontrado un lugar ideal para el futuro Cottolengo y en su ilusión ya ve construidos y funcionando los pabellones que darán albergue y amparo a tantos despojos humanos que todo lo espera de la " Divina Providencia " ".

"Recordando entonces como hacía DON ORIONE, corre a buscar medallas de la Virgen Milagrosa, se llena los bolsillos y regresa al lugar elegido. pide la ayuda de un humilde anciano Italiano dueño de un pequeño y escuálido carro tirado por un flaco y poco vistoso caballo. así mientras el sol se ponía, el cielo de Córdoba ve un pobre carro que despaciosamente recorre poco a poco el perímetro de un bello terreno, y sobre él haciendo equilibrio un fatigado y sudoroso Padre que va tirando medallas de su inmensa Fe, para que se haga un milagro en bien de los pobres y necesitados".

"El hermoso terreno está en Santa Isabel a la vera del camino que une la Ciudad de Córdoba y Alta Gracia y muy cercano de la Capital Cordobesa. La " Divina Providencia " no le falló al Padre. El Reverendo Geniale Silvi lleno de Fe entrevistó a su propietario, un benefactor, un hombre que sabía de la necesidad hacer la caridad que lo donó para la construcción del Cottolengo".

"Siguieron años de lucha de muchos esfuerzos, pero eso sí sin ningún desmayo. colaboró mucha gente de buen corazón y empezó a levantarse el primer edificio. Siguieron otros pabellones, escuelas, capillas y así surgió el actual Cottolengo de Córdoba que sobre una extensión de 15 hectáreas cuenta con varios pabellones y hasta una escuela de discapacitados y aloja a mas de un centenar de internados".

"En el año 1970, llega a Río Cuarto, su ultimo destino donde funda el actual cottolengo, falleció el 14 de abril de 1988, sus restos descansan en el mausoleo erigido en el jardín del cottolengo de Río Cuarto".

El sacerdote Mario Pantaleo nació en Pistoia en 1915 y falleció en Buenos Aires en 1992. "Debido a la crisis provocada por la Primera Guerra Mundial, la familia de Mario Pantaleo emigró a la Argentina, radicándose en Córdoba. Mario estudió en un colegio salesiano y, luego, junto a su familia, volvió a su país natal. Allí concurrió al seminario de Arezzo y fue ordenado sacerdote en la catedral de Mattera en 1944. Volvió al país en 1948, afincándose en González Catán. En esa localidad, en 1975, inauguró la iglesia Cristo Caminante. Era el núcleo de una obra que incluye un área educativa y otra dedicada a la discapacidad, centros de día, un policlínico y un museo. La Obra del Padre Mario, integrada por dos fundaciones, tiene su sede en González Catán e instalaciones en Capital Federal, La Rioja y Santa Fe" (27).

"Además de su obra benéfica para la gente carencia de su barrio, lo que dio fama al padre Mario fueron las largas ‘filas de la esperanza’ como se llamó a la gran cantidad de gente que desde la madrugada se juntaba en González Catán y dos veces por semana en los fondos de una panadería del barrio de Floresta para buscar alivio a sus enfermedades y problemas, porque como ya dijimos, el Padre Mario era un Cura Sanador. Se calcula que atendió en los últimos treinta años un promedio de 2.000 personas por semana. Sus seguidores eran principalmente los humildes, pero también muchos famosos y de renombre, como el pintor Raúl Soldi, Amalia Lacroze de Fortabat, el escritor Ernesto Sábato, el ex-Presidente Arturo Frondizi, el empresario Francisco Macri (padre del Presidente del Club Boca Juniors), e incluso el propio Ex-Presidente de la República, Carlos Menem" (28).

"Monseñor Eduardo Gloazzo, párroco durante 35 años de Nuestra Señora de la Merced de Caseros (…) Había nacido el 17 de agosto de 1923 en Castions di Strada, provincia de Udine, Friuli (Italia) y niño aún viajó con su padre a la Argentina, donde hizo todos sus estudios. Los estudios sacerdotales los inició en el seminario de los padres salesianos de Bernal, donde cursó los cinco años de humanidades. Posteriormente fue recibido en el Seminario Mayor San José, de La Plata. Ordenado sacerdote, celebró su primera Misa en Santa Juana de Arco, de Ciudadela, cuyo párroco era el casi legendario padre Agustín B. Elizalde, quien ofició de orador sagrado. El 8 de diciembre de 1956, el Arzobispo de La Plata, Mons. Antonio José Plaza, lo nombró párroco de la Merced. El 17 de marzo fundó el Instituto Secundario Nuestra Señora de la Merced, del que fue rector hasta 1984. Creada la diócesis de San Martín, fue su primer presidente del Colegio de párrocos, miembro consultor, miembro del Consejo presbiteral y primer decano de la zona de Caseros. Entre 1971 y 1973, asesor de los Jóvenes de la Acción Católica y profesor del Seminario Catequístico de San Martín. El 13 de octubre de1979, fiesta de San Eduardo, Juan Pablo II lo designó Prelado de Honor. El 15 de agosto de 1989, Asunción de la Santísima Virgen, puso en el aire la radio Regina Coeli, de transmisión ininterrumpida las 24 horas. Según la Agencia Católica Argentina (AICA) "estas son unas muestras de su celo apostólico, que tuvo otras muchas expresiones también, no siendo de las menores el brillo que año tras año supo imprimir a las fiestas patronales, como una ocasión de ampliar el Reino de Dios" (29).

Lucio Gera nació en Treviso en 1924. Se ordenó sacerdote "en Buenos Aires en 1947 y profesor emérito en Teología en el Seminario de Buenos Aires. Fue prelado de honor del papa Juan Pablo II en 1998. Se doctoró en Teología en la Universidad de Bonn (Alemania). En las décadas de 1960 y 1970, sus escritos inspiraron al movimiento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo. Entre otros textos, es autor de Pueblo, religión del pueblo e Iglesia, compilación de documentos de reflexión teológica sobre la evangelización y la acción social de los sacerdotes" (30).

Antonio Quarracino nació en Pollica en 1924 y falleció en Buenos Aires en 1998. "Radicado junto a su familia en la Argentina, fue ordenado en 1945. Fue elegido obispo de 9 de julio en 1962, desempeñándose en esa localidad hasta 1968, cuando fue trasladado para ejercer como obispo de Avellaneda y secretario general (1978-1982) y presidente (1983-1987) del Consejo Episcopal Latinoamericano, con sede en Colombia. De regreso al país en 1985, fue promovido a arzobispo de La Plata, tomando posesión de esa sede el 5 de abril de 1986. En 1990 fue designado arzobispo de Buenos Aires y, un año más tarde, fue ordenado cardenal por Juan Pablo II. Fue presidente de la Conferencia Epsicopal Argentina entre 1990 y 1996" (31).

El 5 de marzo de 1998, se publicó esta noticia: "Con la presencia de obispos, sacerdotes y fieles argentinos, el día de ayer el Obispo-Coadjutor de Buenos Aires, Mons. Jorge Mario Bergoglio, presidió la misa exequial y posteriormente el entierro del Cardenal Antonio Quarracino. Luego de la celebración eucarística, que empezó a las 11 de la mañana, el cuerpo del Cardenal Quarracino fue sepultado en la Catedral a los pies del altar de la Virgen de Luján, sobre una nave lateral opuesta a aquella donde se encuentra el mausoleo de San Martín. En esta misma Catedral descansan varios obispos de Buenos Aires, entre ellos Mons. Juan Carlos Caggiano, que falleció el 23 de octubre de 1979, a los 90 años, así como los restos del Arzobispo Fermín Emilio Lafitte" (32).

La Congregación de la Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia fue fundada por Santa María Josefa Rossello, el 10 de agosto de 1837. La Madre Rossello, con las primeras compañeras, confía el naciente Instituto a la protección de María Santísima de la Misericordia, inspiradora y Madre de la nueva Misión, a la que se dedicarían las Hermanas con el significativo nombre de Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia, nombre que encierra todo un programa: Difundir en el mundo la Misericordia de Dios; Ser, como María, instrumento de salvación. Desde la terraza de la Casa Madre del Instituto, en Savona, Italia, Santa María Josefa Rossello vio, que el barco que llevaba a las primeras Hermanas hacia América cruzaba ante sus ojos y dijo que su corazón también se iba con la nave hasta la tierra nueva que esperaba a sus hijas. Desde entonces su corazón creció y palpitó con fuerza misericordiosa en el Río de la Plata y se multiplicó más allá de esas márgenes, se instaló junto a la cordillera, subió hacia el Litoral, pasó fronteras argentinas para estar en otros países americanos y se quedó donde hubiese infancia que educar, juventud que guiar, enfermedad que aliviar, vejez que proteger. Hoy sentimos que al Instituto de las Hijas de la Misericordia … ¡Dios lo fundó! …lo creó para que hubiese menos hambre de Dios y menos frío de soledad y de cultura. Y es como el árbol, la encina de nuestro escudo que se extiende, da fruto y sostiene en sus ramas los nidos de nuestras vidas. Nuestra identidad esta constituida por: Una cosmovisión CRISTOCÉNTRICA Un carisma: LA MISERICORDIA Como respuesta a este llamado nuestro colegio abrió sus puertas en 1903, cumpliendo así con el mandato de la Madre Rossello: "Las envío a las escuelas para instruir a los niños, háganlo bien; no olviden que las envío para salvar almas; que nuestra misión sea un medio para inducir a los jóvenes a la práctica de la virtud". (33).

"Hoy será un día muy especial para los argentinos –escribe desde Italia Elisabetta Piqué-, pero sobre todo para los platenses. Juan Pablo II beatificará a sor María Ludovica De Angelis (1880-1962), religiosa de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia que, si bien nació en Italia, pasó casi toda su vida en la Argentina, dedicándose con cuerpo y alma al Hospital de Niños de La Plata, que administró durante 54 años y hoy lleva su nombre. (…) Antonina ingresó en 1904 en el noviciado de las Hijas de la Misericordia, en la ciudad de Savona. Un año más tarde, vistió el anhelado hábito de esa congregación; le fue impuesto el nombre de Ludovica y a fines de 1907 partió hacia la Argentina. A principios de 1908, Ludovica recibió la orden de ir al Hospital de Niños de La Plata, que en esa época no era más que ‘una alambrada, un portón y dos salas de madera bajas y chatas para sesenta camas’, según las crónicas. Pese a que su destino era la cocina y la despensa (…) tiempo después fue designada administradora y luego también superiora, cargo que mantuvo hasta que murió, en 1962. Gracias a su gigantesca tarea, el hospital se convirtió en un verdadero orgullo nacional por su estructura edilicia, su moderno equipamiento técnico, su expansión y su alta profesionalidad. Además, gracias a su tenacidad, sor Ludovica había hecho realidad una capilla y una granja en City Bell, de la cual obtenía comida sana para el hospital pediátrico y evitaba el abandono religioso en que se encontraban los chacareros, y un solarium en Punta Mogotes, Mar del Plata, para la rehabilitación de niños débiles, raquíticos y atacados por problemas óseos" (34).

"Antonio Gianelli nace en tierra Ligur, en Cereta, pequeña fracción de Carro, en una famila pobrísima que cultiva tierras arrendadas. (…) En la Catedral de San Lorenzo, en Génova, Antonio María es consagrado Obispo el 6 de mayo de 1838 por S. Excia. el Cardenal Tadini. Aquella tarde un amigo suyo, rector del Seminario de Génova, confiaba a sus seminaristas: "Hoy he asistido a la consagración episcopal de un santo". El 8 de julio, Monseñor Gianelli inicia su ministerio de Padre de la Fe en la Diócesis de Bobbio. Consumido por las fatigas apostólicas vive pocos años y el 7 de junio de 1846 muere en Placencia. La Iglesia lo cuenta entre sus Santos desde el 21 de octubre de 1951" (35).

El 23 de abril de 2005 apareció en La Capital de Rosario, una nota que se titulaba "Aniversario del Colegio del Huerto", en la que se anunció: "El miércoles 27 de abril el Colegio Nuestra Señora del Huerto festejará su 142º aniversario. La tradicional institución rosarina fue fundada en 1863, por las hermanas de la congregación Hijas de María Santísima del Huerto. La congregación fue creada por San Antonio María Giannelli el 12 de enero de 1829. (…)" (36).

Notas

1 Vernaz, Celia: La Colonia San José. Santa Fe, Colmegna,

2 ibídem

3 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

4 S/F: "Argentina Salta. Paseos por la ciudad".

5 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

6 S/F: "Ceferino Namuncurá", en www.cunadeceferino.com.ar.

7 S/F: en www.scalabrini.org.

8 Limiroski, Sergio: "Existe un lugar donde buscar las raíces", en La Prensa, Buenos Aires, 8 de noviembre de 1998.

9 Gutiérrez, Mariano: "Las fronteras históricas del legalismo", en derechopenalonline.com.

10 Farías, Inés: El padre Marcos Donati y los franciscanos italianos en la misión de Río Cuarto. Buenos Aires, Editorial Asociación Dante Alighieri, 1993.

11 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

12 S/F: "El cura y el cowboy", en www.misionrg.com.ar.

13 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

14 ibídem

15 Barbarán, Francisco Ramón y Saravia Toledo, Carlos Javier: "Caza de subsistencia en la provincia de Salta". Theomai. Universidad Nacional de Quilmes.

16 Weyne, Olga: op. cit.

17 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

18 S/F: "Aprobación del milagro", en www.donorione.org.ar.

19 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

20 ibídem

21 Sobrero, Jose sdb: "Beato Artémides Zatti sdb", en sapweb.tripod.com.ar, Instituto San Antonio de Padua. Barrio San Vicente de Córdoba Capital.

22 S/F: "Breve historia de la diócesis de Viedma".

23 S.L. "Libro sobre la herencia de los vinos de la provincia", en Los Andes, Mendoza, 10 de noviembre de 2004.

24 CMR (Carmen María Ramos?): "VINOS Herencia italiana", en La Nación Revista, 17 de julio de 2005.

25 S/F: Cuadernos Patagónicos – 2 El padre De Agostini y la Patagonia, en www.tecpetrol.com

26 Pino, Amalia del: Alberto M. De Agostini SDB. Buenos Aires, Editorial Asociación Dante Alighieri, 1976. 57 pp. Pág. 6.

27 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

28 S/F: "José Mario Pantaleo", en www.losenigmas.gov.ar.

29 S/F: "Noticias del 02.12.01. Una revista católica revela milagro en la vida de recordado sacerdote", en "ACI digital", www.aciprensa. com.

30 Varios autores: Enciclopedia Visual de la Argentina. Buenos Aires, Clarìn, 2002.

31 ibídem

32 S/F: "Ultimo adiós a Cardenal Quarracino", 5 de marzo de 98, en www.aciprensa.com.

33 S/F: "Nuestra identidad", en www.misericordiaonline, 2003

34 Piqué, Elisabetta: "Sor María Ludovica De Angelis llega a los altares Una beata que llena de orgullo a los platenses", en La Nación, Buenos Aires, 3 de octubre de 2004.

35 Pardini, G. B., Mons.: "Antonio María Gianelli", en www.huerto.yocreo.com, 2001.

36 S/F: "Aniversario del Colegio del Huerto", en La Capital, Rosario, 23 de abril de 2005.

Polacos

En la provincia de Santa Cruz, "En el año 1904 el padre Ludovico Dabrowski, polaco de nacionalidad y salesiano de religión comenzó sus correrías apostólicas. Con su valentía, sus chifladuras y con conocimientos de medicina se dirigió hacia el Sur. Anduvo por las comarcas tehuelches, recorriendo siempre a lomo de caballo los toldos de los aborígenes y los ranchos de los puesteros para llevar a todos la luz del Evangelio.

Él no se manejaba con armas, aunque siempre le habían advertido que la zona era peligrosa porque andaban muchos bandoleros… pero solo decidió llevar consigo un crucifijo bendecido porque no le preocupaban esta clase de hombres. Tampoco le preocupaban las inclemencias del tiempo… al curita no lo detenía nada.

Por la zona había un malvado y muy conocido bandolero… era "El Norteamericano", el cual hablaba inglés y un poco de castellano bastante mal, por cierto. Este era de esos que donde ponía el ojo ponía la bala y hasta la policía le tenía terror a enfrentársele. Era "yankee" en serio. Era común que cuando eran buscados por la justicia del país del norte y ya no había muchas chances por allá; se subían a algún barco en la zona de California para bajar en Punta Arenas… y seguir "ejerciendo" en la Patagonia. Tal era el caso de este auténtico cowboy.

En el mes de noviembre el padre Dabrowski andaba misionando por el pedregoso camino que iba de Colonia Sarmiento a Lago Buenos Aires. Cada vez que llegaba a un lugar, golpeaba y nadie le abría las puertas… debía dormir afuera porque la gente estaba asustada y pensaba que podía ser "El Norteamericano" que andaba merodeando por ahí.

Por la tarde el padre llegó al boliche del turco Sarum, ató su caballo picazo en el palenque y dejó allí su caballo carguero. Cuando ingresó al boliche y saludó, Sarum con cara de felicidad lo recibió amablemente y el padre se dió cuenta al observar a unos de una mesa de atrás, que había llegado en el momento justo:

– Buenas tardes señores- dijo el cura.

– Güenas, pagrecito.

Su presentimiento fue cierto porque cuando al rato entró un mocito saludando con sombrero, un rubio de los de aquella mesa le dijo:

– ¡Cuando se saluda se saca la sombrero! Sino la sacamos nosotros.

Y eso mas que para el que entraba recién iba dirigido al padre, que también llevaba su sombrero sobre la cabeza. Fue entonces cuando no le quedaron dudas de que quien se encontraba allí sentado era "El Norteamericano"

El misionero lo miró indiferente como si no lo conociera. Fue entonces cuando el yanqui lo empezó a interrogar:

– Diga, señor Padre; ¿Usted nunca sentir olor a pólvora?

– Y usted -replicó el sacerdote sin inmutarse- ¿nunca sintió el olor al rapé? Aquí tiene sírvase. – Y le ofreció.

El hombre tomó una pieza y aspiró un poquito y luego le dijo:

– Usted seguro no me conoce. ¿Usted no sabe que yo pude matar a usted?

– Si, puede, pero no debe, porque desde allá arriba hay uno que después nos va a pedir cuentas por todo lo que hagamos.

– Usted quiere asustar a mi? – echó a reír: Esas son todas macanas que ustedes inventaron para ganar plata.

– Si fuera para ganar plata, yo haría como hace usted – replicó el padre Ludovico.

-¿ Qué hace yo?

– … Y … ¡trabaja! – concluyó el cura… todos rieron.

La charla continuó hasta que los bandoleros decidieron retirarse. Sarum asustado, le pidió al padre que no se fuera porque temía que el bandolero regresara. El misionero decidió descansar allí y prevenido con una winchester pasó la noche.

Por el contrario "El Norteamericano" esa noche no durmió. Con sus compañeros habían quedado en que esa noche asaltarían a Sarum. Él iba a dar la señal de partir en la madrugada hacia el boliche. Pero llegó la aurora, el día… y nada… Los demás bandidos lo miraban pero la orden de encarar hacia el boliche no llegaba. Claro el yanqui no quería matar al cura. No sé como, pero de pronto le había brotado un poco de respeto de entre tanta tiranía o quizás tendría temor de perder la partida al medirse con un sacerdote.

El lunes a la tarde, cuando el misionero llegó a otro boliche todos le preguntaban si habían matado al turco y él respondió:

– No que va a matar. La hora de Sarum todavía no ha llegado y nadie se muere hasta que Dios no lo dispone.

Con la tranquilidad de su crucifijo, su rapé (por las dudas un winchester) y su Fé; supo despertar un rayo de humanidad en el corazón de un verdadero pistolero huído de la justicia norteamericana… un cowboy en tierras patagónicas" (1).

Notas

1 S/F: "El cura y el cowboy", en www.misionrg.com.ar.

…..

Formados en la Argentina y en el extranjero, los sacerdotes, frailes y religiosas inmigrantes brindaron su aporte a la tierra que los recibió, dedicándose no sólo a la religión, la caridad y la defensa de los desprotegidos, sino también al periodismo, la educación, las ciencias y las artes.

Trabajo enviado por

Marìa Gonzàlez Rouco

Licenciada en Letras UNBA, Periodista

Partes: 1, 2
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