Los componentes ético-políticos en la ideología de la Revolución Cubana (Sexta parte) (página 5)
Enviado por Raul Quintana Suarez
Lo que le motiva a aconsejar a las nuevas generaciones, aspirantes a revolucionarios, como… les exhorta a las nuevas generaciones como …"…plantearse ser siempre el primero en todo, luchar por ser el primero, sentirse molesto cuando en algo se ocupa otro lugar, y luchar por mejorar, por ser el primero. Claro que no todos pueden ser los primeros. Pero sí entre los primeros, en el grupo de vanguardia. Eso debe ser ejemplo vivo, de ser el espejo donde se miren los compañeros que no pertenezcan a las Juventudes Comunistas, de ser el ejemplo donde se puedan mirar los hombres y mujeres de edad más avanzada que han perdido cierto entusiasmo juvenil, que han perdido cierta fe en la vida y que frente al ejemplo reaccionan siempre bien. Esa es otra tarea de los Jóvenes Comunistas. Junto a eso un gran espíritu de sacrificio, no solamente para las jornadas heroicas sino para todo momento, sacrificarse para ayudar al compañeros en las pequeñas tareas, para que cumpla su trabajo, para que pueda hacer sus deberes en el colegio, en el estudio, que pueda mejorar de cualquier manera. Estar siempre atento a toda la masa humana que lo rodea…"…dado que para este…"…es ser esencialmente humano, y ser tan humano, que se acerque a lo mejor de lo humano. Que purifique lo mejor del hombre a través del trabajo, del estudio, del ejercicio de la solidaridad continuada con el pueblo y con todos los pueblos del mundo. Que se desarrolle al máximo la sensibilidad para sentirse angustiado cuando se asesine a un hombre en otro rincón del mundo y para sentirse entusiasmado cuando en algún rincón del mundo se alza una nueva bandera de libertad….Será así porque ustedes son Jóvenes Comunistas, creadores de la sociedad perfecta, seres humanos destinados a vivir en un mundo nuevo, donde todo lo caduco, todo lo viejo, todo lo que represente la sociedad cuyas bases acaban de destruirse habrá desaparecido definitivamente". (103)
De su experiencia vivencial en el Congo, en 1965, como jefe guerrillero, queda como testimonio invalorable su diario personal publicado muchos años después. Ya en la que titula Advertencia preliminar, en función de prólogo al mismo, este reitera su fidelidad a la verdad histórica, sin temor a afrontar su posible manipulación o la distorsión urdida en criterios ajenos y mal intencionados. Es el Che de todos los tiempos, siempre creible, siempre admirado, siempre ejemplo. VER ANEXO 9.
De un supuesto fracaso, ya el Che piensa en su participación en la épica boliviana. En junio de 1966, Fidel Castro redirige una misiva, rebosante de camaradería y respeto, donde logra convencerlo, para que retorne temporalmente a Cuba. En la misma le expresa como… No media ninguna cuestión de principios, de honor o de moral revolucionaria que te impida hacer un uso eficaz y cabal de las facilidades con que realmente puedes contar para cumplir tus objetivos. Hacer uso de las ventajas que objetivamente significan poder entrar y salir de aquí, coordinar, planear, seleccionar y entrenar cuadros y hacer desde aquí todo lo que con tanto trabajo solo deficientemente puedes realizar desde ahí u otro punto similar, no significa ningún fraude, ninguna mentira, ningún engaño al pueblo cubano o al mundo. Ni hoy, ni mañana, ni nunca nadie podría considerarlo una falta, y menos que nadie tú ante tu propia conciencia….". (104)
Ya liderando la guerrilla boliviana, al hacer pública el Comunicado No 1 del Ejército de Liberación Nacional, con fecha 25 de marzo de 1967, en el mismo se reafirma como…"…al hacer pública la primera acción de guerra establecemos lo que será norma de nuestro Ejército: la verdad revolucionaria. Nuestros hechos demostraron la justeza de nuestras palabras. Lamentamos la sangre inocente derramada por los soldados caídos, pero con morteros y ametralladoras no se hacen pacíficos viaductos, como afirman los fantoches de uniformes galonados, pretendiendo crearnos la leyenda de vulgares asesinos. Tampoco hubo ni habrá un solo campesino que pueda quejarse de nuestro trato y de la forma de obtener abastecimiento salvo los que, traicionando a su clase, se presten a servir de guías o delatores. Están abiertas las hostilidades. En comunicados futuros fijaremos nítidamente nuestra posición revolucionaria, hoy hacemos un llamado a obreros, campesinos, intelectuales; a todos los que sientan que ha llegado la hora de responder a la violencia con la violencia y de rescatar un país vendido en tajadas a los monopolios yanquis y elevar el nivel de vida de nuestro pueblo, cada día más hambreado". (105)
Su cobarde asesinato en la Higuera, el 9 de octubre de 1967, la divulgación del contenido de su Diario y el rescate años después de sus restos mortales y de algunos de sus compañeros en Valle Grande, marcan hitos trascendentes difíciles de olvidar. VER ANEXO 11.
Como expresase Fidel Castro en la entrevista concedida a Frei Betto, en 1985…"…el Che por todas aquellas características empieza a descollar: características humanas, intelectuales, pero más tarde en la guerra, también militares su capacidad de jefe, su valentía. A veces era temerario, de forma que yo mismo tenía que ejercer cierto control sobre él. Algunas operaciones que quería hacer se las controlaba, o las prohibía incluso, porque cuando comenzaban los combates se enardecía mucho; era además tenaz, persistente en las acciones. Comprendiendo su valor y su tenacidad, hice lo que con otros cuadros también, a medida que ellos adquirían experiencia, buscaba cuadros nuevos para misiones tácticas y reservaba a los más aguerridos para operaciones estratégicas; es decir, había un momento en que el tipo de operaciones sencillas, aunque peligrosas, las asignaba a nuevos combatientes destacados para que adquirieran experiencia al mando de pequeñas unidades, y reservaba para misiones estratégicas a los más experimentados. Che poseía además una gran integridad moral. Se demostró que era un hombre de ideas profundas, trabajador infatigable, cumplidor riguroso y metódico de sus deberes y, sobre todo, predicaba con el ejemplo, muy importante. Él era el primero en todo, se ajustaba estrictamente a las normas que predicaba y tenía un gran prestigio, una gran influencia sobre los compañeros. Es una de las grandes figuras que ha dado esta generación de América Latina, y nadie sabe a lo que habría llegado a realizar de haber sobrevivido. Desde que estábamos en México y se incorporó a nuestro movimiento, me hizo prometerle que después de la victoria de la revolución en Cuba, se le autorizaría a volver a luchar en su patria o por América Latina. Así estuvo varios años trabajando aquí en importantes responsabilidades, pero siempre pendiente de eso. Al final, lo que nosotros hicimos fue cumplir el compromiso contraído con él, no retenerlo, no obstaculizar su regreso. Incluso ayudarlo; lo ayudamos a hacer lo que él consideraba que era su deber. En ese momento no nos detuvimos a considerar si podía perjudicarnos. Cumplimos fielmente la promesa que le hicimos, y cuando él dijo: >, >, le respondí". (106)
Fidel Castro en las conclusiones del acto solemne efectuado en Santa Clara, 17 de octubre de 1997 expresa como…"…con emoción profunda vivimos uno de esos instantes que no suelen repetirse. No venimos a despedir al Che y sus heroicos compañeros. Venimos a recibirlos. Veo al Che y a sus hombres como un refuerzo, como un destacamento de combatientes invencibles, que esta vez incluye no sólo cubanos sino también latinoamericanos que llegan a luchar junto a nosotros y a escribir nuevas páginas de historia y de gloria. Veo además al Che como un gigante moral que crece cada día, cuya imagen, cuya fuerza, cuya influencia se ha multiplicado por toda la Tierra. ¿Cómo podrá caber bajo una lápida? ¿Cómo podrá caber en esta plaza? ¿Cómo podría caber únicamente en nuestra querida pero pequeña isla? Sólo en el mundo con el cual soñó, para el cual vivió y por el cual luchó, hay espacio suficiente para el. Más grande será su figura cuanta más injusticia, más explotación, más desigualdad, más desempleo, más pobreza, hambre y miseria imperen en la sociedad humana. Más se elevarán los valores que defendió cuanto más crezca el poder del imperialismo, el hegemonismo, la dominación y el intervencionismo, en detrimento de los derechos más sagrados de los pueblos, especialmente los pueblos débiles, atrasados y pobres que durante siglos fueron colonias de Occidente y fuentes de trabajo esclavo. Más resaltará su profundo sentido humanista cuantos más abusos, más egoísmo, más enajenación, más discriminación de indios, minorías étnicas, mujeres, inmigrantes; cuantos más niños sean objeto de comercio sexual u obligados a trabajar en cifras que ascienden a cientos de millones, cuanta más ignorancia, más insalubridad, más inseguridad, más desamparo. Más descollará su ejemplo de hombre puro, revolucionario y consecuente mientras más políticos corrompidos, demagogos e hipócritas existan en cualquier parte. Más se admirara su valentía personal e integridad revolucionaria mientras más cobardes, oportunistas y traidores pueda haber sobre la Tierra; más su voluntad de acero mientras más. No todas las épocas ni todas las circunstancias requieren de los mismos métodos y las mismas tácticas. Pero nada podrá detener el curso de la Historia, sus leyes objetivas tienen perenne validez. El Che se apoyó en esas leyes, tuvo una fe absoluta en el hombre. Muchas veces los grandes transformadores y revolucionarios de la humanidad no tuvieron el privilegio de ver realizados sus sueños tan pronto como lo esperaban o lo deseaban, pero más tarde o más temprano triunfaron. Un combatiente puede morir, pero no sus ideas. ¿Qué hacía un hombre del gobierno de Estados Unidos allí donde estaba herido y prisionero el Che? ¿Por qué creyeron que matándolo dejaba de existir como combatiente? Ahora no está en La Higuera, pero está en todas partes, donde quiera que haya una causa justa que defender. Los interesados en eliminarlo o desaparecerlo no eran capaces de comprender que su huella imborrable estaba ya en la Historia y su mirada luminosa de profeta se convertiría en un símbolo para todos los pobres de este mundo, que son miles de millones. Jóvenes, niños, ancianos, hombres y mujeres que supieron de él, las personas honestas de toda la Tierra, independientemente de su origen social, lo admiran. Che está librando y ganando más batallas que nunca. "¡Gracias, Che, por tu historia, tu vida y tu ejemplo! ¡Gracias por venir a reforzarnos en esta difícil lucha que estamos librando hoy para salvar las ideas por las cuales tanto luchaste, para salvar la Revolución, la patria y las conquistas del socialismo, que es parte realizada de los grandes sueños que albergaste!". (107)
La Ideología de la Revolución Cubana (IRC) posee la mayor fortaleza, en su particular génesis, desde fines del siglo XVIII, en medio de las irreconciliables contradicciones entre los ya reconocidos como criollos, y los representantes de una autoridad colonial, que les impone medidas y disposiciones ajenas a sus más legítimas aspiraciones e intereses reformistas, lo que les concita a la búsqueda de un mayor espacio político, que les otorgue una mayor participación en la toma de decisiones que inciden en sus vidas y haciendas. Entre sus personalidades más descollantes tenemos a José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Antonio Saco, entre otros. Su pensamiento político está permeado de una eticidad de raíces cristianas, acorde a la época y a sus personales y profundas creencias religiosas. Entre los certeramente llamados por José Martí, nuestros Padres Fundadores, prima el ejercicio del magisterio, erigido en una vocación pedagógica encaminada a la formación en sus alumnos, de valores humanistas trascendentes. Avanzado el siglo XIX, ante las reiteradas frustraciones en el logro de sus demandas, se conforma la corriente política independentista, que tiene en Varela a su más connotado atalayador; en Carlos Manuel de Céspedes, Máximo Gómez y Antonio Maceo sus más sobresalientes adalides y en José Martí a su más significado ideólogo. Son estos los más representativos, entre una pléyade de patriotas, iniciadores de una cruenta contienda de 30 años, que permite la consolidación de nuestra identidad nacional y el gran orgullo de reconocernos como cubanos. Sus contribuciones a la IRC, a partir de sus avanzadas concepciones políticas, donde priman sólidos principios morales que rigen sus normas de conducta, tanto públicas como privadas, les conceden una singular ejemplaridad e indiscutible liderazgo. No se puede dejar de significar, una vez más, como el ideario martiano constituye, sin lugar a dudas, por su creatividad, universalidad y singular relevancia, el aporte más significativo al pensamiento ético-político cubano, en nuestro decursar histórico, que mantiene en el presente su plena vigencia.
Iniciado el siglo XX, tras la ominosa primera ocupación norteamericana, nace la I República, con sus consabidas limitaciones, pero que República al fin, más propiciatoria, para el naciente protagonismo de personalidades de lúcido pensamiento, tanto de aquellas que transitan de la finiquitada centuria, prestigiadas por su respetada veteranía, como Enrique José Varona, Carlos Baliño y Manuel Sanguily, como aquellas otras que surgidas en el nuevo contexto nacional, dadas las nuevas coyunturas históricas, nos ofrendan sus fecundos aportes. Otro importante momento a destacar es la incorporación a nuestra ideología, de ideas contentivas del socialismo utópico por Diego Vicente Tejera y del marxismo, por el patriota y líder obrero, Carlos Baliño, desde inicios del siglo XX. Particularmente el segundo, alcanza un singular desarrollo, a partir de la década de los años 20, gracias a la presencia de relevantes personalidades como José Antonio Mella, Rubén, Martínez Villena y Pablo de la Torriente Brau, propugnadores de enrumbar a este, por el camino más realista y expedito de nuestras peculiaridades y problemáticas nacionales, sin renuncia de sus principios básicos, lo que permite su gradual proceso de profundización y consolidación, y su mayor influencia en las luchas populares, no obstante las tendencias siempre presentes, en el seno del movimiento comunista latinoamericano, a la copia, por casi inevitable mimetismo, del modelo de construcción del socialismo desarrollado en la antigua Rusia Zarista, tras el triunfo de la Revolución Socialista de Octubre (1917), particularmente en los años posteriores, inmediatos a la muerte de Lenin (1924) y el arribo de Stalin, al poder, con sus conocidos virtudes y yerros.
Es de destacar la permanencia de estrechos vínculos en el proceso de conformación de la IRC entre política, ética y cultura los que se revelan de múltiples formas en este largo, complejo y enriquecedor proceso que transcurre desde la colonia a la república, en la obra de no pocos de sus representantes más prominentes, donde se expresa, acorde a las diversas coyunturas e intereses clasistas o sectoriales de sus autores, sus anhelos, frustraciones, personales satisfacciones, como expresión y vívidos reflejos de su época y de la sociedad en que viven.
La conocida como Revolución del 30, resultado de la cada vez más masiva oposición a la dictadura de Gerardo Machado, el más execrable y último representante, en la magistratura del país, de aquellos civiles y militares, participantes en la contienda independentista, profanadores del ideal de República, soñada por Martí, promueve el surgimiento de nuevas personalidades, portadoras de un avanzado pensamiento progresista, enmarcado en espectro de amplio prisma, contentivo de diversas ideologías, desde posiciones liberales, reformistas, nacionalistas y fascistoides hasta marxistas. Entre estos últimos destaca Antonio Guiteras, que sin afiliación formal al Partido Comunista, constituye, junto a Mella, uno de los más lúcidos pensadores de la izquierda revolucionaria, en el período final de la I Republica. Con su muerte en el Morrillo matancero (1935) esta, agotadas sus posibilidades, da paso a la que pudiéramos denominar como II República.
Aunque frustrada en sus ideales programáticos esenciales, la Revolución del 30 ejerce notable influencia en cruciales acontecimientos nacionales, en los próximos lustros. Si bien en su seno se generan, como sus hijos bastardos, personajes nefastos para la joven república, como Fulgencio Batista, Ramón Grau San Martín y Carlos Prío Socarrás, defenestradores de los más elevados valores cultivados, con encomiable empeño, por generaciones de patriotas, propicia igualmente el surgimiento, forjados en el crisol de la lucha revolucionaria, de otras personalidades, que en el futuro inmediato, desempeñarán un rol protagónico, de singular importancia, como Eduardo Chibás, símbolo por antonomasia, de los que aspiran al rescate de la ética en política, frente a mandatarios venales y corruptos, apañadores del gangsterismo, la más burda politiquería y la corrupción administrativa.
El golpe de estado perpetrado por Batista, el 10 de marzo de 1952, agudiza la crisis política, económica y moral imperante en el país, sumándole a la misma, la utilización de métodos represivos de extrema crueldad y violencia, contra el pueblo. Como inevitable y justa respuesta, mientras una parte de la oposición asume vergonzosamente, la vía electorera, haciéndole el juego al régimen, supuestamente en aras de la paz, otra adopta, como única vía expedita, la extrema alternativa del enfrentamiento armado, que alcanza su cota más alta en la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, que tras múltiples sacrificios, culmina exitosamente con la fuga del tirano. Este hecho representa el nacimiento de la que se puede denominar III República, que conlleva profundos cambios estructurales, políticos, socio-económicos e ideo-culturales, con la instauración, con un gran respaldo popular, de un Gobierno Revolucionario, que opta, como única solución válida, por la construcción del socialismo, lo que genera, desde la promulgación de las primeras leyes revolucionarias, en el primer año en el poder, una violenta confrontación ideológica con los sectores más privilegiados de la burguesía y pequeña burguesía, particularmente afectados, que en los años iniciales fungen como oposición interna, aún influyente y altamente conflictiva, aliada incondicional de los gobiernos de turno en los Estados Unidos, que en conciliábulo con sus aliados regionales y extracontinentales, promueve, organiza y financia agresiones militares, sabotajes, levantamientos armados internos, y la instauración de un férreo e inmoral bloqueo económico, que cosecha sus principales víctimas en los sectores más vulnerables de la población.
A más de medio siglo del triunfo revolucionario del primero de enero de 1959, se significan por sus aportes más sustanciales, audaces y creativos a la IRC en la esfera ético-política el ideario de Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, no obstante se debe reconocer que en los últimos lustros, se han publicado valiosas obras, no limitadas a meras compilaciones de documentos y discursos, narraciones testimoniales y recuentos históricos, sino particularmente ensayos, conferencias y artículos publicados, preferentemente en Páginas WEB, aún de limitado acceso para la población, con argumentos y propuestas de posibles soluciones, que podemos o no compartir, honrando el justo derecho a la discrepancia, concernientes a debilidades aún existentes en la construcción del proyecto socialista, incompatibles con las exigencias de la contemporaneidad, ya adentrados en el nuevo milenio. Resulta aún notorio, entre no escasos dirigentes, en los distintos niveles, tanto partidistas como institucionales, así como en signifiativos sectores de la población, la carencia de una conciencia ético política, tanto en su vida pública como privada, acorde con los atributos que nos reclamase el Che e imprescindibles en los tiempos actuales, caracterizado por la agudización de las confrontaciones ideológicas entre intereses de clases arcadamente antagónicos. Si bien es cierto, como valorase V.I. Lenin, que la política es expresión concentrada de la economía, no obstante, en determinadas coyunturas, la subsistencia de nocivas tendencias voluntaristas, presentes en la adopción de importantes decisiones, invirtieron tales componentes.
Otras tantas incongruencias, con la moral socialista, , se revelan en las justas críticas al excesivo verticalismo y el extremo paternalismo institucional, que laceran el desarrollo del pensamiento creador, aparejado al justo reclamo, en aras de los intereses de nuestra sociedad, a la exigencia y puntual responsabilidad, tanto individual como colectiva, ante acciones atentatorias y definidamente punibles, a la legalidad socialista, que en parte se revela por la insensibilidad de no pocos funcionarios ante críticas de la población y la demora o ausencia de una respuesta concreta, en flagrante violación del precepto constitucional que así lo demanda; la proliferación de la corrupción en el seno de la sociedad, consecuencia de la obsolescencia de los métodos de control, lo que entraña un peligro sustancial a la propia supervivencia de nuestro proyecto de construcción socialista, causa a la vez que consecuencia de la gradual pérdida de valores, pilares incuestionables del rico legado ético-político de anteriores generaciones; la persistencia de la indolencia y la mediocridad en no escasas esferas de la producción material y espiritual; el incremento de las desigualdades, entre sectores de la población altamente vulnerables, resultado de las marcadas diferencias en ingresos económicos, no siempre basados en la justa retribución, acorde a los aportes a la sociedad, producto del trabajo honesto a lo que se suma el alto costo político que aún representa la dualidad monetaria y el bajo nivel de los salarios; la existencia de prohiciones y tabúes, innecesarios, que solo sirven para encubrir, en el mejor de los casos, malos manejos administrativos; la persistencia de las trabas aún existentes, que no permiten a la prensa ejercer, entre otras, su imprescindible función de instrumento ideológico, mediante el ejercicio adecuado de la crítica y la autocrítica fundamentado en una labor investigativa, profesional, éticamente irreprochable y justa; el necesario perfeccionamiento de nuestro sistema electoral, que fortalezca, consolide y enriquezca nuestra democracia socialista, al igual que del sistema vigente, a nivel partidista, referido al trabajo político-ideológico, urgido de métodos menos retóricos, repetitivos, formales y poco atrayentes, particularmente para los jóvenes, e igualmente, de la implementación de una mayor democratización en el proceso electivo de los cargos dirigentes, particularmente a nivel provincial y nacional, en las organizaciones de masas e instituciones, a partir de propuestas de afiliados, miembros y asociados, que propiciaría el fortalecimiento y mayor reconocimiento popular de nuestra sociedad civil.
Resulta alentador el proceso de perfeccionamiento de nuestro proyecto socialista, a partir de la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en el VI Congreso del PCC, en abril el 2011 y posteriormente, en la Asamblea Nacional del Poder Popular, promovidos por el Presidente Raúl Castro, después de amplia consulta popular, aunque el mismo requiere de un mayor dinamismo, abocados a la inevitable desaparición de la generación histórica, que debe conllevar el exitoso relevo generacional, siempre aportador, tal como nuestro propio decursar histórico, demuestra y confirma.
Referencias y notas bibliográficas
(1) José Martí, discurso en Steck Hall, New York, el 24 enero de 1880. En Obras Completas, Editorial Ciencias Sociales. La Habana, Cuba; 1975. Tomo 4, página 193.
(2) Fidel Castro. Discurso en el antiguo Campamento de Columbia, 8 de enero de 1959. .gobierno.cu.discursos
(3) José Martí. Nuestra América. La Habana, Cuba. Editorial Casa de las Américas. 1974. Artículo "Juan Carlos Gómez", publicado en la revista América, Nueva York, julio de 1884. Página 140.
(4) De la Osa, Enrique., Homenaje con sangre. Tomado de: "En Cuba, Primer tiempo. 1947-1948. La Habana, Cuba: Editorial Ciencias Sociales; 2004. Página 217
(5) Fidel Castro. En esta universidad me hice revolucionario. La Habana, Cuba: OPCE; 1995. Páginas 53 a 55
(6) Ibídem. Página 71.
(7) Ibídem. Página 88 a 90)
(8). Consultar la obra de Mario Mencía "El Grito del Moncada". La Habana, Cuba: Editora Política; 1986. Página 119.
(9) Mario Mencía. El Grito del Moncada. Volumen I. La Habana, Cuba: Editora Política; 1988. Páginas 136-137.
Como agudamente previera Abel Santamaría, en los clásicos rejuegos de la politiquería criolla, los nuevos líderes conciliadores del PPC(O), Millo Ochoa, José Pardo Llada y Carlos Márquez Sterling, partidarios de establecer alianzas electoralistas con los auténticos de Carlos Prío, suscriben en Canadá el llamado Pacto de Montreal, el 7 de junio de 1953.. Meses antes, en enero del propio año, Fidel, que participa en la reunión, celebrada en el local ortodoxo, en Prado # 109, donde triunfa la posición de los >, con el repudio del sector juvenil ortodoxo y de líderes históricos como Manuel Bisbé, Pelayo Cuervo y Roberto Agramonte, se retira indignado de la misma, con un grupo de simpatizantes de sus ideas, con un pronunciamiento premonitorio: >.
(10) Fidel periodista. La Habana, Cuba: Editorial Pablo de la Torriente Brau; 2006. Páginas 51 y 52.
(11) Colectivo de autores. Moncada: antecedentes y preparativos. Dirección Políticas de las FAR. La Habana, Cuba. 1972.
(12) Colectivo de autores. Fidel periodista. La Habana, Cuba: Editorial Pablo de la Torriente Brau; 2006. Páginas 57 a 59
(13) Fidel periodista. Ya citado. Página 60
(14) Fidel periodista. Ya citada. Páginas 54 y 55
(15) Mario Mencía en "Tiempos precursores", ya citada. Páginas 129 y 130. Asimismo en revista Bohemia consulte el artículo "Este partido puede resistir una escisión". Edición del 18 de enero de 1953. Página 190.
(16) Fidel Castro. La historia me absolverá. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 2007.
(17) José Bell Lara. Fase insurreccional de la Revolución Cubana. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 2007. Páginas 44 a 49.
(18) Norman, Heberto. La palabra empeñada (en 2 tomos). La Habana, Cuba: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 2005. La palabra empeñada too I. Páginas 20 y 21.
(19) Ibídem. Páginas 32 y 33.
(20) Mario Mencía en su libro "La prisión fecunda". La Habana, Cuba: Editora Política; 1980. Páginas 35 y36.
(21) Ibídem. Página 21.
(22) Ibídem. Página 25.
(23) Ibídem. Página 155.
(24) La palabra empeñada. Página 73.
Ibídem. Páginas 64 a 66.
(25) La palabra empeñada. Página 93.
(26) Ibídem. Páginas 67 a 74.
(27) Ibídem. Página 75.
(28) Tomado de: Heberto Norman Acosta, "La palabra empeñada" tomo 1. La Habana, Cuba: Editorial Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 2005. Página 127.
(29) "En Cuba siempre ha existido, como una constante, una vocación jurídica y de ajuste a la ley que nace desde iniciada por los libertadores, llamados mambises, la lucha por la independencia el 10 de octubre de 1868 que se extendió por unos 30 años. Esa tradición, que se mantiene actualmente, se corresponde con la llamada en la doctrina Estado de Derecho, entendiendo por tal la sujeción del Estado al derecho, es decir del poder a la norma, independientemente de las modalidades nacionales y de la voluntad de cada pueblo de conformidad con su sistema político establecido soberanamente por su Constitución. El 10 de abril de 1869, unos meses después, se adopta por representantes de los insurrectos, en Guáimaro, territorio liberado en la región de Camagüey, la primera Constitución mambisa por la que se crea el Estado beligerante y la República de Cuba en Armas. Las otras tres constituciones mambisas cuyo propósito fundamental era, del propio modo, lograr la independencia así como organizar la República de Cuba en Armas, fueron: Baraguá en 1878, Jimaguayú 1895 y la Yaya 1897. Ellas seguían las concepciones constitucionales y liberales de la época, como la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica, las Constituciones francesas de 1791 y 1793 y las de los países latinoamericanos que habían obtenido su independencia". Tomado de: El Constitucionalismo Cubano. Sistema Político, Democracia y Derechos Humanos en Cuba. Dr. Eduardo Lara Hernàndez. Santiago de Cuba, (soporte digital).
(30) Fidel periodista. Obra ya citada. Páginas 76 a 79.
(31) Ibídem. Páginas 80 a 82.
(32) Ibídem. Páginas 83 a 85.
(33) Ibídem. Páginas 86 a 90.
(34) "Un artículo de denuncia inédito que escribió Fidel hace 52 años y que se creían perdido al ser secuestrada la edición por los esbirros de Batista" por el periodista Ernesto Vera. Periódico Granma, edición del 11 de junio del 2007. Páginas 1, 4 y 5.
(35) Antonio Núñez Jiménez y Lilliana Núñez Velis en su libro Huellas en el exilio. La Habana, Cuba: Casa Editorial Abril; 2004. Página 40.
(36) "La Palabra empeñada" Tomo 1. (Ya citada). Página 162.
(37) Ibídem. Páginas 178 y 179.
(38) Ibídem. Páginas 205 a 208.
(39) Ibídem. Páginas 217 a 220.
(40) Fidel Periodista. (Ya citada), Páginas 91 a 101.
(41) La palabra empeñada. Páginas 174 y 175,
(42) Fidel periodista. Páginas 102 a 104.
(43) Ibídem. Páginas 122 a 132.
(44) Ibídem. Páginas 146 a 151.
(45) Tomado de: Eugenio Suárez Pérez y Acela Caner. Fidel: de Cinco Palmas a Santiago. La Habana, Cuba: Editorial Verde Olivo; 2006. Páginas 40 a 45
(46) José Bell Lara. Fase insurreccional de la Revolución Cubana. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 2007. Páginas 139 a 145.
(47) Al no constituir el objetivo de nuestro trabajo, remitimos a los interesados en documentarse históricamente, al respecto, consultar la bibliografía disponible al final del trabajo que, aunque aún insuficiente, basta para nuestro propósito. Sugerimos consultar el trabajo del autor: Fidel Castro y la prensa escrita, legado y contemporaneidad (en soporte digital), sin otro mérito, que su estrecha vinculación al propósito del autor de revelar a través de los escritos, documentos y discursos del líder histórico de la Revolución Cubana, el contenido ético-político de su pensamiento de forma sistemática y contextualizada
(48) Cien horas con Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet. La Habana, Cuba: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 2006. Páginas 198 a 201.
(49) Alocución del Comandante en Jefe Fidel Castro, a través de Radio Rebelde, el 1ro de enero de 1959. En: Eugenio Suárez y Acela A. Caner. "De Cinco Palmas a Santiago".La habana, Cuba: Casa Editorial Verde Olivo; 2006. Página
(50) Ibídem. Declaraciones del Comandante en Jefe Fidel Castro, dirigidas al pueblo de Santiago de Cuba, a través de Radio Rebelde, el 1ro de enero de 1959.
(51) Ibídem. Llamamiento a la huelga general revolucionaria Alocución del Comandante en Jefe Fidel Castro, por Radio Rebelde, el 1ro de enero de 1959
(52) Parque Céspedes, Santiago de Cuba, primero de enero de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(53) Campamento militar de Columbia, 8 de enero de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(54) En la Plaza Aérea del Silencio, Caracas Venezuela. 23 de enero de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(55) En la toma de posesión como Primer Ministro del Gobierno Revolucionario. Palacio Presidencial. 16 de febrero de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(56) En la escalinata de la Universidad de La Habana el 13 de marzo de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(57) En el I aniversario de la Huelga de Abril. En la Alameda de Paula, La Habana, 9 de abril de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(58) Reunión con estudiantes y profesores de la Universidad de La Habana. 11 de mayo de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(59) En el acto de firma de la Primera Ley de Reforma Agraria. La Plata, Sierra Maestra. 17 de mayo de 1959. www. discursos.gobierno.cu
(60) Concentración campesina en La Habana, el 26 de julio de 1959. www.discursos,gobierno.cu
(61) En la clausura del X Congreso de la CTC. Palacio de los Trabajadores. La Habana. 21 de noviembre de 1959. www.discursos.gobierno.cu
(62) Acto de entrega del Cuartel Moncada al MINED. 28 de enero de 1960. www.discursos.gobierno.cu Sugerimos consultar al respecto la obra del autor: El ideario educativo de Fidel Castro en la formación de maestros. (Ver bibliografía).
(63) Acto en la entonces llamada Plaza Cívica, en La Habana, en conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores. Primero de mayo de 1960. www.discursos.gobierno.cu
(64) Graduación de las Milicias Campesinas, en San Julián, Pinar del Río, el 21 de agosto de 1960. www.discursos.gobierno.cu
(65) Discurso frente al antiguo Palacio Presidencial al regreso de su viaje a New York donde intervino en la Asamblea General de la ONU. 28 de septiembre de 1960. www.discursos.gobierno.cu
(66) Concentración en la Plaza Cívica el 2 de septiembre de 1960 donde se aprueba la Declaración de La Habana en respuesta a la Declaración de San José acordada en Reunión de Cancilleres convocada por la OEA. www.discursos.gobierno.cu
(67) Ibídem.
(68) Creación de la FMC. Teatro de la CTC. La Habana. 23 de agosto de 1960. www.discursos.gobierno.cu
(69) En las honras fúnebres a las víctimas del atentado al vapor La Coubre. En la esquina de las calles capitalinas 23 y 12, en las cercanías del Cementerio de Colón. 5 de marzo de 1960. www.discursos.gobierno.cu
(70) Honras fúnebres a las víctimas de los bombardeos, previos a la invasión de Girón, a los aeropuertos militares en La Habana y Santiago de Cuba. En la esquina de las calles capitalinas 23 y 12, en las cercanías del Cementerio de Colón. 16 de abril de 1961. www.discursos.gobierno.cu
(71) Acto por el Primero de Mayo. Plaza Cívica. 1961. www.discursos.gobierno.cu
(72) Conclusión a las reuniones efectuadas con los intelectuales los días 16, 23 y 30 de junio de 1961 en la Biblioteca Nacional José Martí. La Habana. Discurso conocido como: Palabras a los intelectuales. www.discursos.gobierno.cu
(73) Acto en la Plaza de la Revolución José Martí para declarar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo. 22 de diciembre de 1961. www.discursos.gobierno.cu
(74) II Asamblea Nacional del Pueblo de Cuba. Plaza de la Revolución José Martí. La Habana. 4 de febrero de 1962. www.discursos.gobierno.cu
(75) Acto en la escalinata de la Universidad de La Habana. 13 de marzo de 1962. www.discursos.gobierno.cu
(76) Acto de graduación de 300 instructoras revolucionarias para las esuelas de domésticas. Teatro Chaplin (actualmente Karl Marx). 16 de marzo de 1962. www.discursos.gobierno.cu
(77) Con los militantes del PURS de las provincias de Pinar del Río, La Habana y Matanzas. Teatro Chaplin. 22 de febrero de 1963. www.discursos.gobierno.cu
(78) Conclusiones del I Congreso Nacional de la Brigada de Maestros de Vanguardia Frank País y graduación simultánea de las EBIR. Teatro Chaplin. 10 de abril de 1963 www.discursos.gobierno.cu
(79) Escalinata de la Universidad de La Habana. 27 de noviembre de 1963 www.discursos.gobierno.cu
(80) Plaza de la Revolución José Martí. La Habana. 2 de enero de 1965. www.discursos.gobierno.cu
(81) Acto de presentación del CC del PCC, Teatro Chaplin. La Habana. 3 de octubre de 1965. www.discursos.gobierno.cu
(82) Acto por el XII aniversario del Asalto al Cuartel Moncada. Santa Clara. 26 de julio de 1965. www.discursos.gobierno.cu
(83) Clausura del XII Congreso de la CTC-R. 29 de agosto de 1966. La Habana. www.discursos.gobierno.cu
(84) VI Aniversario de los CDR. 28 de septiembre de 1966. Plaza de la Revolución José Martí. La Habana. www.discursos.gobierno.cu
(85) Velada Solemne en memoria del Comandante Ernesto Che Guevara. Plaza de la Revolución José Martí. La Habana. 18 de octubre de 1967. www.discursos.gobierno.cu
(86) Ignacio Ramonet. Cien horas con Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet. La Habana Cuba: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado 2006. Ver capítulo 7: Che Guevara. Páginas 172 a183.
(87) Ernesto Guevara. Una revolución que comenzó. En: Pasajes de la guerra revolucionaria Escritos y discursos. Tomo II. Editorial Ciencias Sociales. 1972. Página 6.
(88) Entrevista del periodista argentino Jorge Ricardo Masetti en la Sierra Maestra, abril de 1958. Tomado de: Ernesto Guevara. América Latina. Despertar de un continente. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 2004. Páginas 159 a 164. Publicada originalmente en el libro de Masetti: Los que sufren y los que lloran.
(89) En: Una revolución que comienza. Pasajes de la guerra revolucionaria. La Habana, Cuba. Editora Política; 2006. Páginas 3 a 9.
(90) Ibídem. Alegría de Pío. Páginas 10 a 14.
(91) Tomado de: Ernesto Guevara. Apuntes críticos a la economía política. Centro de Estudios Che Guevara. Editorial Ciencias Sociales, 2006. (Soporte digital).
(92) Ibídem. Páginas 213-214.
(93) Artículo: América desde el balcón afroasiático. Publicado en la revista Humanismo. Septiembre-octubre de 1959. Tomado de: América Latina. Despertar de un continente. Páginas 166 a 168.
(94) Ernesto Guevara. Discurso pronunciado en acto en su honor organizado por el Colegio Médico de Cuba. 16 de enero de 1959. En: América Latina. Despertar de un continente. Página 169.
(95) Entrevista transmitida por Radio Rivadavia, Argentina, el 3 de noviembre de 1959. Ibídem. Página 171.
(96) Artículo: El desarme continental y otras claudicaciones. Revista Verde Olivo, 24 de abril de 1960. En: Ibídem. Página 175.
(97) Ibídem. Página 184. Artículo > y otros motes de la OEA. Revista Verde Olivo. 31 de julio de 1960.
(98) Discurso en el I Congreso Latinoamericano de Juventudes. La Habana. 28 de julio de 1960. Ibídem. Páginas 188 a 190.
(99) Cuba: ¿excepción histórica o vanguardia en la lucha anticolonialista? Verde Olivo. 9de abril de 1961. Ibídem. Página 218-219.
(100) En el acto conmemorativo de un nuevo natalicio del Apóstol. 28 de enero de 1960. Periódico Revolución, La Habana, Cuba. 29 de enero de 1960.
(101) Ibídem. La influencia de la Revolución cubana en América Latina. Discurso a los miembros del Departamento de Seguridad del Estado. 18 de mayo de 1962. Páginas 307 a 324.
(102) En carta dirigida por el Che a Carlos Quijano, editor del semanario uruguayo, Marcha, quien publica la carta en la edición del 12 de marzo de 1965
(103) En su intervención en el II aniversario de la integración de las organizaciones juveniles revolucionarias, el 20 de octubre de 1962, en La Habana,
(104) Diario del Che en el Congo. Advertencia preliminar. Tomado de: Pasajes de la guerra revolucionaria: el Congo. Editorial MONDADORI. Soporte digital. Páginas 17 y 18.
(105) Ibídem. Páginas 8 a 10.
(106) Fragmento del Comunicado 1 del ya entonces denominado, desde el 25 de marzo de 1967, como Ejército de Liberación Nacional de Bolivia. Este se hace público por primera vez el primero de mayo del propio año a través del periódico boliviano Prensa Libre, dirigido por el periodista Carlos Becar, quien fue detenido y condenado a 5 años de prisión por el régimen de Rene Barrientos y posteiormente absuelto por presión popular.
(107) Frei Betto. Fidel y la religión. OPCE. 1985 Paginas 371 a 378.
(108) Fidel Castro. Santa Clara, 17 de octubre de 1997. Acto solemne para recibir los restos del Che y sus compañeros de la guerrilla boliviana que serán depositados en el conjunto arquitectónico erigido en su honor en la ciudad de Santa Clara.
(109) Folleto "En esta universidad me hice revolucionario". La Habana, Cuba: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado; 2006.
(110) En folleto publicado con motivo del 4to Aniversario del Frente Francisco de Miranda y en conmemoración a los 40 años de la desaparición física de Ernesto Che Guevara. Talleres Gráficos de la Fundación CIARA. Julio del 2007. Páginas 14 y 15.
ANEXO 1.- "Dónde y cómo conocí a Fidel"
"Como jefe de redacción del diario "Alerta", en la etapa que se liberó en parte de su pasado lastre reaccionario de tantos años, como apéndice del "Diario de la Marina", viví episodios muy interesantes de mi trayectoria periodística. Era la etapa en que el gangsterismo oficial y la corrupción administrativa, creados por Ramón Grau San Martín durante su mandato presidencial (1944-1948) y mantenidos y estimulados por su sucesor y aventajado discípulo, Carlos Prío Socarrás (1948-1952), se hallaban en su nivel más alto. La prensa burguesa y pro norteamericana, subvencionada abundantemente por el régimen, se limitaba a narrar alguno que otro hecho de violencia y de sangre que se producía, pero sin enfrentarse a esa situación nauseabunda que provocaba la indignación, ante la indiferencia, y aún más, la complicidad de las autoridades. Todos esperaban que alguien, en algún momento, le saliera el paso a aquella horda de asesinos, con o sin uniforme, que sembraba el terror, sobre todo en la capital. Eran los años de las batallas campales entre los grupos armados, de los choques a tiros en plena calle esas bandas de mafiosos criollos que se disputaban el control de los cuerpos policíacos y del tesoro público a punta de pistola o de ametralladora. Era el predominio del "gatillo alegre". El diario "Alerta" adquirido por Ramón Vasconcelos, logró cierta independencia de criterios y de posición política. Éste entonces era Ministro de Educación en el gobierno de Carlos Prío Socarrás, se disgustó con éste y renunció al cargo. Comenzaba la campaña de las elecciones presidenciales, ya que el mandato de (Carlos) Prío finalizaba en 1952. El Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) había enraizado profundamente en las masas con el lema de Eddy (Eduardo) Chibás, de " Vergüenza contra dinero". Lo mejor y más sano de la juventud cubana y los que no eran tan jóvenes, que aspiraban a cambios sustanciales en los rumbos de la nación sumida en una crisis política y sociales ya al borde del caos, se agruparon junto a la Ortodoxia y empezaron a luchar por el poder a través de las elecciones. El diario "Alerta", que publicaba semanalmente los alegatos y denuncias que pronunciaba Eddy Chibás, en su programa dominical transmitido por la emisora CMQ, derivó gradualmente su tendencia política hacia la Ortodoxia. Vasconcelos, con buen olfato político, se dio cuenta que de celebrarse elecciones en la fecha señalada (junio de 1952), el triunfo del Partido Ortodoxia sería arrollador. Por lo que este diario, ya ubicado en su nuevo edificio de Carlos III (hoy Salvador Allende. N. del E.) Y Oquendo, se convirtió en el órgano semi oficial del partido chibasista.
Noche a noche los líderes de esa organización política-ya pujante y ostensiblemente mayoritaria- coincidían en la redacción de "Alerta" y comisiones de ortodoxos, apelaban a sus páginas para divulgar actos, mítines y asambleas partidistas. Entre los que frecuentaban el diario de Carlos III estaba el joven Fidel Castro, que ya apuntaba como un indiscutible líder, inquieto, conversador y amable con todos, presto a la sonrisa y al chiste…y gran tomador de café. Con el transcurso de los días o las noches, llegó a ser uno más y habitual de la redacción. Un día apareció con un montón de cuartillas y varias fotografías.
– Aquí traigo algo sensacional – nos dijo – es una denuncia de los desmanes de Prío y de las obras de reconstrucción de su finca La Chata, utilizando a presos comunes y con fondos del gobierno.
Luego de revisar el impresionante reportaje con fotografías tomadas por el mismo Fidel desde un helicóptero, acudí a Vasconcelos, que fungía como director-propietario del diario. De primera intención éste lo analizó con cierto recelo. Políticamente le servía para combatir al régimen del cual habíase declarado opositor. ¿Pero se podría confiar en aquel joven que comenzaba a ser reconocido en el país por sus gallardas actitudes, valentía personal y honestidad revolucionaria?
Al fin logramos convencer a Vasconcelos. Salió aquel reportaje con gran destaque en primera plana, el cual causó gran sensación al recibir amplio respaldo de las masas populares. Después siguieron otros, con revelaciones y denuncias espectaculares de Fidel sobre las bandas gangsteriles semi oficiales, los negocios sucios que proliferaban en el ámbito gubernamental y otros escándalos y trapisonderías.
De esa etapa recuerdo, al borde de la década del 50, que en varias ocasiones los compañeros del taller nos alertaron de la presencia de elementos sospechosos que mantenían guardia por la avenida de Carlos III. Estos ocurría precisamente cuando Fidel se hallaba en la redacción revisando las pruebas de alguno de sus trabajos o reportajes, o en el taller contribuyendo a dirigir el emplane de una crónica suya- En esta tarea era yo el responsable y la ejecutaba regularmente Cuco Valdés, experto tipógrafo (que posterior al triunfo revolucionario estaba al frente de los talleres del periódico "Juventud Rebelde"), o su hermano Juan o el gallego Benigno Seijo.
El temor muy posible de que elementos mafiosos o agentes represivos del gobierno estuvieran preparando una agresión contra Fidel cuando se retirara, siempre solo y desarmado, al finalizar el emplane de sus trabajos en la madrugada, hizo que le recomendáramos que saliera por la puerta del fondo del edificio, que daba a la calle Estrella.
La primera vez costó trabajo convencerlo:
-¿Creen ustedes acaso que tengo miedo?- argumentó airado.
Los ruegos de otros compañeros de la redacción y talleres pesaron más. Y cada vez que observábamos movimientos sospechosos, lo instábamos a salir por el fondo. Disimuladamente, dos o tres compañeros le seguían hasta que consideraban que había pasado todo peligro. De ello, porque nunca se le dijo nada, es posible que aún hoy lo ignore el propio Fidel.
Recordamos algunas vivencias simpáticas que evidencian facetas de carácter. En una oportunidad, en esos meses que el amanecer sorprendía a Fidel, junto a la primera plana, donde se montaba un nuevo reportaje, exclamó de pronto:
– Bueno…. ¿pero hoy aquí no hay café?
– Fidel, esperamos que hoy te toque pagarlo a ti – dijo un cajista de los más próximos a él.
– ¡Ojalá pudiera! -respondió – pero miren – y volvió sus bolsillos al revés – ¡no tengo un centavo!
Y nunca faltaba alguien que registrara los bolsillos propios y dijera al aprendiz de turno:
– Muchacho, ve al "Agua fría" (nombre del bar y cafetería contiguo al local del diario del A.) y trae café, pero que sea acabado de colar.
Y así aquel joven, que ya despuntaba con valores propios y que de haberlo querido tendría los bolsillos repletos de dinero, nunca renunció a su probada modestia, su honestidad personal y principios revolucionarios. Desde entonces, considerándolo uno más en la gran familia de periodistas y tipógrafos que allí laboramos, aprendimos a quererlo y admirarlo sinceramente.
Aquella etapa, una de las más inolvidables de mi vida, quedó trunca por el "madrugonazo" del 10 de marzo de 1952. Vasconcelos, uno de los más vigorosos y brillantes panfletistas de Cuba, no pudo o no supo resistir a las ofertas, o sus debilidades personales lo sumaron al carro del régimen de (Fulgencio) Batista. Esa actitud me dolió en lo más profundo y me decepcionó, pues yo sentía por él verdadera admiración como maestro y escritor, por su talento y por la confianza que había depositado en mi persona al entregarme prácticamente la confección del periódico. El se limitaba por lo general a redactar su artículo de fondo para la primera plana y en muchas ocasiones lo preparaba en su propia casa y lo enviaba con el chofer, sin llegarse a la redacción. A Vasconcelos lo recuerdo más, como un ameno y formidable conversador. Era capaz de retener a un grupo de oyentes durante horas, escuchando sus relatos e historias con amenidad difícil de imitar. En varias oportunidades tuve que intervenir y romper los grupos que formaba en la redacción, paralizando la confección del diario, aún en horas de la madrugada.
– Director- le expresaba amablemente- si usted tiene interés en que el periódico salga hoy, debe dejar que el personal trabaje.
– Es cierto-confesaba – No me había dado cuenta. Está bien, ya me voy…
Y se retiraba sonriendo pero convencido.
Uno de esos contertulios me dijo en cierta ocasión:
– Vasconcelos es ideal para que la gente no se duerma en un velorio.
Después del golpe militar mi situación en "Alerta" se hizo insostenible. Ya los líderes de la Ortodoxia y las comisiones populares no frecuentaban, no podían frecuentar, un diario que se había puesto al servicio de la dictadura. En lo personal, como militante de ese partido, integrante de la organización de "Los Mil", formada por periodistas ortodoxos (cuyo carné aún conservo), me sentía muy mal. Tiempo después renuncié y pasé como redactor y agente publicitario de la revista "Carteles", desaparecida hace años. Y viajé a Venezuela con la misión de confeccionar un número especial dedicado a esa nación sudamericana"
(Tomado del libro de Raúl Quintana Pérez titulado Recuerdos no olvidados. Memorias periodísticas. (Soporte digital)
ANEXO 2.- "¡Qué crímenes tan horrendos habrá cometido este régimen que tanto temía la voz de un acusado!…."
"Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones; nunca contra un acusado se había cometido tal cúmulo de abrumadoras irregularidades. Uno y otro, son en este caso la misma persona. Como abogado, no ha podido ni tan siquiera ver el sumario y, como acusado, hace hoy setenta y seis días que está encerrado en una celda solitaria, total y absolutamente incomunicado, por encima de todas las prescripciones humanas y legales. Quien está hablando aborrece con toda su alma la vanidad pueril y no están ni su ánimo ni su temperamento para poses de tribuno ni sensacionalismo de ninguna índole. Si he tenido que asumir mi propia defensa ante este tribunal se debe a dos motivos. Uno: porque prácticamente se me privó de ella por completo; otro: porque sólo quien haya sido herido tan hondo, y haya visto tan desamparada la patria y envilecida la justicia, puede hablar en una ocasión como ésta con palabras que sean sangre del corazón y entrañas de la verdad….Caso insólito el que se estaba produciendo, señores magistrados: un régimen que tenía miedo de presentar a un acusado ante los tribunales; un régimen de terror y de sangre, que se espantaba ante la convicción moral de un hombre indefenso, desarmado, incomunicado y calumniado. Así, después de haberme privado de todo, me privaban por último del juicio donde era el principal acusado. Téngase en cuenta que esto se hacía estando en plena vigencia la suspensión de garantías y funcionando con todo rigor la Ley de Orden Público y la censura de radio y prensa. ¡Qué crímenes tan horrendos habrá cometido este régimen que tanto temía la voz de un acusado!…. A medida que se desarrolló el juicio, los papeles se invirtieron: los que iban a acusar salieron acusados, y los acusados se convirtieron en acusadores. No se juzgó allí a los revolucionarios, se juzgó para siempre a un señor que se llama Batista… ¡Monstrum horrendum!… No importa que los valientes y dignos jóvenes hayan sido condenados, si mañana el pueblo condenará al dictador y a sus crueles esbirros. A Isla de Pinos se les envió, en cuyas circulares mora todavía el espectro de Castells y no se ha apagado aún el grito de tantos y tantos asesinados; allí han ido a purgar, en amargo cautiverio, su amor a la libertad, secuestrados de la sociedad, arrancados de sus hogares y desterrados de la patria. ¿No creéis, como dije, que en tales circunstancias es ingrato y difícil a este abogado cumplir su misión?… El 10 de marzo tiene lugar en el momento en que había descendido hasta el mínimo el prestigio del gobierno civil, circunstancia que aprovecharon Batista y su camarilla. ¿Por qué no lo hicieron después del 1º de junio? Sencillamente porque si esperan que la mayoría de la nación expresase sus sentimientos en las urnas, ninguna conspiración hubiera encontrado eco en la tropa. Puede hacerse, por tanto, una segunda afirmación: el Ejército jamás se ha sublevado contra un régimen de mayoría popular. Estas verdades son históricas, y si Batista se empeña en permanecer a toda costa en el poder contra la voluntad absolutamente mayoritaria de Cuba, su fin será más trágico que el de Gerardo Machado….Señores magistrados: ¿Dónde están nuestros compañeros detenidos los días 26, 27, 28 y 29 de julio, que se sabe pasaban de sesenta en la zona de Santiago de Cuba? solamente tres y las dos muchachas han comparecido, los demás sancionados fueron todos detenidos más tarde. ¿Dónde están nuestros compañeros heridos? Solamente cinco han aparecido: al resto lo asesinaron también. Las cifras son irrebatibles. Por aquí, en cambio, han desfilado veinte militares que fueron prisioneros nuestros y que según sus propias palabras no recibieron ni una ofensa. Por aquí han desfilado treinta heridos del Ejército, muchos de ellos en combates callejeros, y ninguno fue rematado….En las guerras los ejércitos que asesinan a los prisioneros se han ganado siempre el desprecio y la execración del mundo. Tamaña cobardía no tiene justificación ni aun tratándose de enemigos de la patria invadiendo el territorio nacional. Como escribió un libertador de la América del Sur, …" (Fragmentos tomados de La Historia me absolverá. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 2007).
ANEXO 3.- 65 jornadas heroicas
"En este capítulo me referiré a la historia del periódico La Calle, basándonos en un reportaje publicado en un suplemento especial de su tercera etapa, en julio de 1959. Este trabajo se tituló
"Historia de un diario que se enfrentó a la tiranía"
"Recuento de una etapa de la que fue y es testigo el pueblo de Cuba"
"El día en que los esbirros de Salas Cañizares (brigadier Rafael Salas Cañizares, entonces jefe de la Policía Nacional de la dictadura de Batista), destruyeron las maquinarias del diario La Calle- el 17 de julio de 1955- se cumplían 65 ediciones del único periódico que le hizo frente a la tiranía, sin hacer concesiones, sin retroceder ante el terror y las amenazas, sin aceptar la censura".
Ese día aparecía en la primera plana una foto de Luís Orlando Rodríguez, director, bajo este título: CONDUCIDO NUESTRO DIRECTOR AL SIM (siglas del Servicio de Inteligencia Militar de la dictadura. N. del E.). Al centro de esa primera plana, un artículo: "AQUÍ YA NO SE PUEDE VIVIR". Y lo firmaba Fidel Castro.
Ese número no llegó a circular (10). Poco después de las cinco de la tarde un grupo de esbirros uniformados, ametralladora en mano, unos, y con mandarrias otros, asaltaron el local del diario habanero en la calle San José 458. Golpearon salvajemente a los trabajadores que en los talleres vigilaban la tirada y a cientos de vendedores que esperaban sus ejemplares para salir a vocearlo por las calles.
Rompieron los paquetes de periódicos ya listos para la circulación, hicieron añico los linotipos, regaron por el suelo las cajas con los tipos de letras y destrozaron a mandarriazos la modesta rotativa. Luego los esbirros subieron a la primera planta donde estaban la redacción, la administración, los archivos y el despacho de la dirección….y continuaron la obra vandálica: buroes, estantes, máquinas de escribir, colecciones de periódicos y cuanto hallaron a su paso, lo destruyeron y lanzaron al piso, pisoteándolos finalmente.
Diez minutos antes de la aparición de las hordas policiales nos habíamos retirado- yo era jefe de información– con el director, Luís Orlando Rodríguez y el administrador, Pepillo del Cueto. De no haberse producido este hecho fortuito, quizás el final de la historia hubiese sido distinto.
Esto es apenas un recuento de 65 jornadas plenas de firme decisión y coraje por un lado y de terror y amenazas por el otro. En los días previos al asalto una voz femenina, a través del teléfono, me prevenía de lo que después ocurrió…
Día a día, en esa segunda etapa, "La Calle" llegó al pueblo con los cintillos de la verdad. Llamó asesinos a los asesinos y corruptos a los corruptos. Desde su primera página, Fidel Castro y Luis Orlando Rodríguez, denunciaban las tropelías del tirano, que pocos se atrevían a decir.
El pueblo arrebataba los ejemplares a los vendedores y hubo algunos que llegaron a vender hasta a cinco pesos. Su oferta promedio en la calle era de dos o tres pesos por diario. Un hecho sin precedentes que en nuestro país jamás se había producido.
Este es un somero recuento de cómo se vivieron esas 65 jornadas de 1955.
Cómo nació "La Calle" y por qué se llamó así
Para ser exactos, "La Calle" nació dos años antes de todo lo relatado anteriormente. Pero murió al nacer. En junio de 1953, en recordación de la muerte de Eddy Chibás, "La Calle" publicó su primer ejemplar, pero esa edición nunca llegó a circular, destruida por la policía, al pie mismo de la rotativa. Resultó necesario esperar 24 meses, para que apareciera en su segunda etapa, aprovechando un contexto propicio.
Hagamos un poco de historia. Después del golpe de estado del 10 de marzo, transcurrieron días amargos y difíciles. Luís Orlando (Rodríguez) y los demás representantes a la Cámara por el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) acordaron en demostración de protesta contra la dictadura de Batista, no cobrar sus haberes como legisladores. Mes a mes, los cheques se fueron acumulando en la Pagaduría del Congreso, hasta que conocieron, que de no retirar los ocho mil pesos allí depositados, serían reintegrados a la Secretaria de Hacienda, a disposición del régimen. Entonces Luis Orlando y demás legisladores ortodoxos decidieron emplear ese dinero en algo útil para la patria y el pueblo. Se levantó un acta notarial ante el doctor Jiménez de la Torre y ese dinero se destinó a editar de nuevo "La Calle".
Eran instantes angustiosos en que pocos se atrevían o podían decir la verdad. El hombre del pueblo se preguntaba ansiosamente: ¿Qué se dice en la calle? Y el diario nació precisamente para ello, para decir lo que la gente de la calle quería saber. Los viejos talleres de la calle San José, se compraron a plazos, a Daniel Gómez Nieto. En ellos se imprimía el semanario "Cuba Deportiva". El papel resultó necesario comprarlo en el mercado negro, ya que a la nueva empresa se le negaba, pues esta carecía de la cuota oficial, que controlaba la embajada norteamericana, pues las bobinas se importaban- como todo- de los Estados Unidos. Súmesele a lo anterior la ardua tarea de buscar a los trabajadores (periodistas, tipógrafos y personal administrativo), que estuviesen decididos a enfrentarse a los riesgos, amenazas, incluso golpizas. Y salir cada día con la angustia de que podía ser el último. Como un día ocurrió.
Aquellos talleres permanecieron silenciosos durante dos años- de 1953 a 1955- y "La Calle" comenzó su segunda etapa también rindiendo sentido homenaje al máximo líder de la ortodoxia, Eddy Chibás. En su editorial de este número inicial, Luis Orlando vaticinaba como…"…sólo una verdadera revolución podrá sacarnos del barranco y ponernos en situación de emprender la solución de nuestros problemas"
"La Calle" comenzó editando 20 000 ejemplares (dependía de las bobinas de papel que se pudieran conseguir N.del A.) y cuando fue cerrado violentamente, su tirada ascendía a unos cincuenta mil, y ello porque no existía el papel suficiente. ¡Cuántos intentos de soborno por el camino! ¡Cuantas amenazas inútiles!
En ese barrio habanero donde proliferaba la prostitución bajo el amparo de la policía corrupta, aquellos viejos talleres de San José, reparados poco a poco según los recursos disponibles, resultaron insuficientes para seguir el curso vertiginoso de una circulación y de una demanda popular, en permanente ascenso.
En la etapa más violenta, represiva y sanguinaria de la tiranía batistiana, los titulares de "La Calle" tuvieron vigencia de grito. Sus páginas recibieron con abrazo y calor solidarios a los combatientes del Moncada, recién liberados de la cárcel, a mediados de mayo de 1955. En su edición del 16 de mayo- al día siguiente de su excarcelación- apareció una fotografía de Fidel y sus compañeros cuando salían del mal llamado Presidio Modelo, en la entonces Isla de Pinos, con un titular a toda plana que contenía una frase del líder: "CONTINUAREMOS COMBATIENDO EN CUBA". Y al pie, un manifiesto a la opinión pública de los hombres que guardaron dos años de prisión por querer ver libre a la patria. Mientras en la última página destacaba otro titular: LIBRES LOS COMBATIENTES DEL MONCADA, acompañado de una entrevista realizada al dirigente revolucionario, por el autor, realizada en el hotel Isla de Pinos, sito en la propia Nueva Gerona, poco después de liberado.
Es oportuno señalar que un grupo de reporteros de diarios y emisoras de radio de la capital, participaron en aquella entrevista, pero solamente la publicó "La Calle" y la transmitió la emisora COCO. Lo que Fidel dijo, con su valentía y honestidad de siempre, no se atrevieron a publicarla los editores de los diarios burgueses de la época, temerosos de los riesgos que ello conllevaba.
Los titulares de "La Calle" en esa etapa de violencias y de sangre, asesinatos y torturas de revolucionarios, reflejaban la situación imperante.
El 23 de abril de 1955 un titular a toda plana informaba: GOLPES Y PALMACRISTI A UN LOCUTOR DE SANTIAGO. El primero de junio, para solo señalar algunas denuncias, sacaba a la luz pública un escándalo: EL AFFAIRE DE LA LECHE EN POLVO, en el que estaban involucrados casi todos los miembros del Consejo de Ministros de Batista. Posteriormente los artículos de Fidel, así declaraciones de las heroínas del Moncada, Melba Hernández y Haydée Santamaría, acerca de los asesinatos de los combatientes detenidos, tras el asalto al cuartel santiaguero; el 6 de junio publicó nuevas acusaciones contra los militares por los sucesos del Moncada, y un titular, con un sensacional reportaje: "YO VI FUSILAR A MÁS DE 30 REVOLUCIONARIOS" basado en las declaraciones del ex gobernador de Oriente, Waldo Pérez Almaguer, y un subtítulo: "Al llegar Chaviano comenzó la masacre", ilustrado con una foto del asesino, coronel Alberto del Río Chaviano, con el encabezamiento: "El Chacal de Oriente".
Días después apareció publicada una foto impresionante, a varias columnas de ancho, mostrando el cuerpo acribillado a balazos del intachable revolucionario Jorge Agostini y un titular acusador, con letras de varias pulgadas: "Laurent lo asesinó" (Emilio Laurent era uno de los más notorios criminales del batistato y jefe del Servicio de Inteligencia de la Marina de Guerra. N. del A.).
En la edición del 12 de junio se publicó el siguiente cintillo a lo ancho de la primera página: EXIGIMOS EL CASTIGO DE LOS ASESINOS DE AGOSTINI. Y un artículo de Fidel, en respuesta a las mentiras divulgadas por la tiranía, sobre los sucesos del Moncada, que tituló: "¡Mientes Chaviano!".
Y así un día tras otro.
"La Calle" se convirtió en el vocero del pensamiento de Fidel tras su excarcelación. El 11 de junio publicó SU artículo: "FRENTE AL TERROR Y FRENTE AL CRIMEN". En sucesivas ediciones se publicaron otros más. Los trabajadores del diario conocimos muy de cerca a Fidel en aquellos días de fuerte tensión. Lo veíamos traer personalmente sus cuartillas, corregir las pruebas de sus artículos, pronunciarse con indignación contra las fechorías de la tiranía.
Cuando los esbirros del régimen torturaron a Juan Manuel Márquez- hecho que con fotografías publicó "La Calle" en forma destacada- Fidel calificó a los batistianos de estúpidos. Cuando le prohibieron hablar por la radio, escribió, desde las páginas del diario, su vibrante y enérgico artículo: "LO QUE IBA A DECIR Y ME PROHIBIERON POR SEGUNDA VEZ".
Al fin, en ese último número de la policía impidió que circulara, tras la brutal destrucción de los talleres y la clausura indefinida del periódico, se publicaba un artículo de Fidel, que constituía una declaración de objetivos, titulado "AQUÍ YA NO SE PUEDE VIVIR". Tras lo cual éste decidió partir hacia el exilio en México, para continuar la lucha, hasta el logro de la expedición del Granma.
A pesar de la destrucción de la imprenta, de la ocupación permanente de los talleres por la policía, portando armas largas, Luis Orlando no se resignó al silencio. Aprovechando una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se efectuaba en La Habana y en compañía del que les relata estos hechos, protestó oficialmente contra la clausura del diario. A lo único que accedió la dictadura fue a retirar la custodia policial de los talleres, pero la mantuvo frente al edificio y a lo largo de la cuadra, impidiendo el acceso a los mismos.
La SIP, al servicio de los grandes empresarios de la prensa y de los gobiernos, pro norteamericanos, hizo mutis. Y la arbitrariedad culminó con un decreto presidencia, que refrendó el entonces Ministro de Gobernación, Santiago Rey Pernas, prohibiendo definitivamente la salida de "La Calle".
Luis Orlando siguió a Fidel al exilio en México, para posteriormente regresar para incorporarse a la lucha clandestina, que más tarde habría de conducirle a la Sierra Maestra, en los primeros meses de la etapa insurreccional.
En el reportaje a que hicimos referencia en el inicio de este capítulo y que apareciera publicado en julio de 1959, en la tercera etapa de "La Calle", se amplía acerca de la trayectoria revolucionaria de Luis Orlando, que comenzó en la lucha clandestina contra el gobierno tiránico de Gerardo Machado (1925-1933), en la cual hay que destacar su participación en un atentado contra el comandante Arsenio Ortiz, conocido como "El chacal de Oriente".
Ya incorporado a la tropa guerrillera en la Sierra Maestra- dominado siempre por la inquietud periodística- y estimulado por Fidel y el Che, convencidos de que en la propaganda revolucionaria radicaba una de las armas más efectivas en la lucha, se dio a la tarea con el técnico Eduardo Fernández y de los locutores Ricardo Martínez y >Orestes Valera, así como los hermanos Edilberto, Ciro y Hugo Ríos, a montar una modesta planta de radio que llevara el mensaje de la verdad desde la Sierra Maestra, al pueblo de Cuba y a otros pueblos latinoamericanos.
Junto con los sacos de arroz, de sal y de azúcar, comenzaron a llegar al territorio libre de "La Pata de la Mesa", en el firme de la montaña, transformadores, micrófonos, baterías eléctricas y cuanto exigía la instalación de la que pronto se convirtió en la Radio Rebelde inaugurada el 24 de febrero de 1958. "La Calle" reapareció, en su tercera etapa, tras el triunfo de la Revolución, en su edición del 26 de julio de 1959, impulsada por renovado entusiasmo en su empeño de llegar al pueblo con la misma verdad de la Revolución, ahora triunfante. Quedaban atrás los días angustiosos, pero abnegados y heroicos, de las 65 jornada de 1955. El diario, en ese nuevo empeño, contó con antiguos y nuevos colaboradores. Presidía la empresa, el Comandante Luis Orlando Rodríguez; su director Raúl Quintana Pérez y su administrador, el Comandante Jesús Montané Oropesa, recién salido de la prisión. Los talleres donde ahora se editaba, habían pertenecido a la Gaceta Oficial, ubicados en la esquina formada por las calles Zanja y Lealtad. Posteriormente "La Calle" cedió el paso al diario "La Tarde", dirigido por el compañero Ernesto Vera, que devino con el tiempo en el actual "Juventud Rebelde". (Sobre la historia del periódico la Calle. Tomado de la obra de Raúl Quintana Pérez Recuerdos no olvidados. Memorias periodísticas)
ANEXO 4.- Entrevista de Herbert Matthews a Fidel Castro (Fragmento de la primera entrega de dicha entrevista)
"Fidel Castro, el líder rebelde de la juventud cubana está vivo y peleando con éxito en la intrincada Sierra Maestra, en el extremo sur de la Isla. El presidente Fulgencio Batista tiene la crema de su ejército en la región, pero hasta ahora está en desventaja en la batalla por vencer al más peligroso enemigo que jamás haya enfrentado en su larga y azarosa carrera como regidor de los destinos cubanos. Esta es la primera noticia confirmada de que Fidel Castro está todavía vivo y todavía en Cuba. Nadie fuera de la Sierra Maestra ha visto a Castro, con excepción de este reportero. Nadie en La Habana, ni aún en la embajada de los Estados Unidos, con todos sus recursos para obtener informaciones, conocerá hasta la publicación de este reportaje que Fidel Castro está realmente en las montañas orientales de Cuba.
Este encuentro romperá la más rígida censura de la historia republicana en Cuba. La provincia de Oriente con sus dos millones de habitantes, sus florecientes ciudades de Santiago de Cuba, Holguín y Manzanillo, está tan desconectada de La Habana, como si se tratara de otro país. La Habana no sabe y no puede saber que miles de hombres y mujeres están en corazón y en alma con Fidel Castro, así como con los ideales que defienden los jóvenes de la Sierra Maestra. Tampoco conocen que cientos de respetables ciudadanos están ayudando a Castro; que estallidos de bombas y actos de sabotaje se producen a diario (18bombas estallaron en Santiago el 15 de febrero) y que la fiera represión antiterrorista del gobierno está enardeciendo los ánimos populares aún más contra el presidente Batista….El paraje de la Sierra Maestra en que nos encontramos era poco fértil. >, me confió un rebelde. En conjunto parecían gozar de buena salud. Sus simpatizadores les enviaban alimentos; los campesinos les prestaban ayuda; guías de confianza van a comprar aprovisionamientos, pese a que los comerciantes hacen sus ventas con riesgo y contra las órdenes del gobierno. Raúl Castro, el hermano más joven de Fidel, se adelantó con miembros del grupo. Poco más tarde apareció Fidel. Considerándolo por su físico y su personalidad, es un hombre corpulento, de 6 pies, piel aceitunada, de cara llena, de barba dispareja. Vestía un uniforme color verde olivo y llevaba un rifle con mira telescópica del cual se siente orgulloso. Parece que sus hombres tienen más de cincuenta de esas carabinas que dice temen los soldados. >.
Después de conversar sobre algunas generalidades, nos sentamos sobre mi frazada. Alguien trajo jugo de tomate, sándwiches de jamón con galletas y latas de café. Para festejar la ocasión, Castro abrió una caja de tabacos y conversamos por espacio de tres horas. La conversación era un murmullo. Tropas del ejército circundaba las cercanías, con la única esperanza de poder atrapar a Castro y sus hombres. Su personalidad es abrumadora. Es fácil convencernos de cómo pudo agrupar a los dispersos sobrevivientes de los hombres que desembarcaron el 2 de diciembre. Más tarde cómo pudo mantener alejadas a las tropas del gobierno mientras jóvenes de todas partes de Oriente se unían a sus fuerzas, mientras el general Batista con sus prácticas antiterroristas. También contó cómo se aprovisionó de armas y comenzó los ataques de guerrilla que hicieron se le considerara invencible. Quizás no lo sea, pero eso es la fe que inspira a sus partidarios…..Castro es un gran conversador, sus ojos carmelitosos brillan; su rostro se aproxima a su escucha y su voz tenue como en una pieza de teatro, presta un vívido sentido de drama.
– Llevamos setenta y nueve días peleando y estamos más fuertes que nunca-enfatiza Castro-. Los soldados están peleando malamente; su moral es baja y la nuestra no puede ser superior. Estamos matando muchos, pero cuando los tomamos prisioneros nunca los fusilamos. Los interrogamos, les hablamos cordialmente, tomamos sus armas y su equipo y los dejamos libres. El pueblo cubano conoce las noticias sobre Argelia, pero nunca se ha escuchado una palabra acerca de nosotros o leído una noticia por la rigidez de la censura. Nosotros seremos los primeros en contarlas. Tengo seguidores en toda la Isla. Todos los mejores elementos, especialmente la juventud está con rostros. El pueblo cubano resiste cualquier cosa menos la opresión.
Le pegunté sobre las informaciones en que se aseguraba que proclamaría un gobierno revolucionario en la Sierra Maestra.
-Aún no-replicó-. Aún no es el momento. Lo haré en su oportunidad. Tendrá más impacto por la demora, ahora todo el mundo habla de nosotros. No hay prisa. Cuba está en estado de guerra, pero Batista trata de ocultarlo. Todo dictador debe demostrar que es poderoso pues de lo contrario se cae.; nosotros estamos demostrando que es impotente. El gobierno-comentó con amargura- está utilizando las armas suministradas por los Estados Unidos, no solo en su contra sino también contra todo el pueblo de Cuba. Ellos tienen bazookas, morteros, ametralladoras, aviones y bombas- refirió- pero estamos seguros en la Sierra; ellos tienen que venirnos a buscar.
Castro habla algo de inglés, pero prefiere conversar en español. Tiene mentalidad más de político que de militar. Sus deas de libertad, democracia, justicia social, de necesidad de restaurar la Constitución, de celebrar elecciones, están bien arraigadas. También cuenta con sus propias teorías económicas, que quizá un entendido consideraría pobres. El Movimiento 25 de Julio habla de nacionalismo y anticolonialismo.
-Puedo asegura que no tenemos animosidad contra los Estados Unidos y el pueblo norteamericano-replicó a mis preguntas-. Sobre todo-recalcó- estamos luchando por una Cuba democrática y por la conclusión de la dictadura. No somos antimilitaristas; por eso es que dejamos libres a los soldados prisioneros. No tenemos odio contra el ejército porque sabemos que hay buenos hombres, incluyendo a muchos oficiales. Batista tiene tres mil soldados en el campo contra nosotros. No le diré con cuantos contamos por razones obvias. Trabajan en columnas de doscientos; nosotros en grupos de diez a cuarenta y estamos triunfando. Es la batalla contra el tiempo y el tiempo está de nuestro lado.
(Tomado de: Eugenio Suárez Pérez y Acela Caner. Fidel: de Cinco Palmas a Santiago. La Habana, Cuba: Editorial Verde Olivo; 2006. Páginas 45 a 49. La misma fue reproducida íntegra en sus tres partes, en su época, por la revista Bohemia No 8, 3 de marzo de 1957. Suplemento 2 con el título: Entrevista a Fidel Castro).
ANEXO 5.- Segunda Declaración de La Habana (fragmentos). 4 de febrero de 1962
DEL PUEBLO DE CUBA A LOS PUEBLOS
DE AMERICA Y DEL MUNDO
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