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La prostitución como falla cultural (página 2)

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En Asia la prostitución masculina también ha estado presente: en Turquía y en algunas áreas del Asia Central, varones adolescentes entre 12 y 16 años realizaban danzas eróticas y sugestivas y estaban dispuestos a prestar servicios sexuales. En India los hermafroditas podían destinarse a la prostitución. En China mujeres casadas buscan "patos", es decir, jóvenes prostitutos para tener relaciones sexuales.

España

En España la prostitución masculina es considerada invisible.6 Este hecho hace que dicha población sea más vulnerable a problemas como el sida y las drogas y que sea difícil establecer parámetros de ayuda, porque los que ejercen la prostitución tienden a ocultarse socialmente más que lo hacen las prostitutas. Por otra parte, un estudio de la Fundación Triángulo de Madrid reveló en 2009 que el 87 por ciento de prostitutos detectados en el país europeo son inmigrantes y la mayoría ilegales.7 Sin embargo, otro estudio realizado en 2003 por la Asociación Stop Side y la Secretaría del Plan Nacional sobre el Sida, concluyeron que el 17.1 por ciento de los prostitutos en España eran extranjeros.

América Latina

En América Latina el tema ha sido menos estudiado y oculto pero está igual de presente. Se ha hecho evidente con el creciente desarrollo del turismo, especialmente del tipo sexual. En Cuba jóvenes buscan turistas y son conocidos como "jineteros", mientras en los países del Mar Caribe prostitutos buscan clientes en las playas. En grandes ciudades latinoamericanas como Buenos Aires, San Pablo, Bogotá o México, ciertos lugares como las llamadas "zonas rosas", calles y parques, son lugares preferidos para los "taxiboys" a la manera en que esto es practicado en Europa o Asia. Por otra parte el Internet ha jugado un papel determinante en el mundo de la prostitución masculina y ha reducido el número de prostitutos en las calles. Según el antropólogo Camilo Ernesto Morales Cruz de la Universidad Nacional de Colombia, la prostitución masculina en las culturas latinoamericanas es invisible para la sociedad:

"(…) porque su ejercicio vulnera el ideal de lo masculino. Los sujetos que intervienen son considerados liminales: los trabajadores son discriminados por su profesión, que es catalogada como despreciable y va en contra de la dignidad humana y, a su vez, discriminados por sus prácticas sexuales "antinaturales" y "pervertidas".9

Prostitución masculina en la actualidad

La prostitución masculina es muy variada y difiere en mucho de la prostitución femenina. Muchos varones ejercen la prostitución por necesidad, pero en cuanto adquieren un empleo estable la abandonan naturalmente. Otros de clases pudientes, especialmente adolescentes, la ejercen por obtener dinero alternativo, pero en edad más adulta la abandonan. Muchos varones ejercen la prostitución masculina de manera eventual, a veces incluso por curiosidad.

Clientes y prostitutos se encuentran en numerosas formas. Muchos de los términos con los que se refieren a los prostitutos nacen de las maneras en los que estos son contactados o los lugares en donde estos se encuentran. Por ejemplo en Colombia un "prepago" es un prostituto al que se le paga antes de que este preste su servicio sexual. En Cuba un "jinetero" es uno que "cabalga al turista". Estos nombres pueden tener su contraparte en la prostitución femenina. Un "gogoboy" es un prostituto que atrae clientes en espectáculos de danzas eróticas y Striptease. Internet ha contribuido a la internacionalización de ciertos nombres de origen anglosajón como "rentboys" y "escorts". Los masajistas también han tenido una relación con la prostitución masculina, especialmente en Asia.

La prostitución masculina puede ser ejercida de manera solitaria, en grupos o asociados a empresas de prostitución. La primera tiene mayores riesgos, tanto para el prostituto como para el cliente, mientras asociarse conlleva mayores garantías para ambas partes.

La siguiente es una clasificación no exhaustiva de los tipos de prostitución masculina:

Internet

Prostitución masculina profesional tiende a utilizar Internet como el principal medio de promoción de servicios en lo que se llama "agencias de escorts". El Internet se convirtió en uno de los medios principales para la promoción de la prostitución masculina porque conlleva una cierta protección tanto para el cliente como para el prostituto en comparación con la prostitución callejera.

Muchas de ellas se presentan como agencias de modelaje. Los prostitutos se asocian a dichas agencias pagando una cuota mensual para que sean enlistados con fotografías, textos descriptivos, precios e información de contacto. Los clientes contactan directamente al prostituto y este conserva toda la ganancia y paga la cuota estipulada.

Otra manera es que la agencia controla el contacto: el cliente contrata directamente con la agencia, de manera que esta hace de proxeneta y esta estipula el lugar de encuentro y las tarifas del servicio. Los prostitutos deben entregar a la agencia un porcentaje (en promedio entre 25 y 33 por ciento). En este caso, la agencia busca prostitutos potenciales a los que les ofrecen el seguimiento de una sesión de entrevistas, exámenes, sesión fotográfica y crean el portafolio del prostituto que incluyen en la página para que sea accedida por clientes potenciales.10 Es usual que un prostituto se asocie a varias agencias para garantizar un tiempo completo de trabajo y mayores rentas.

Otra forma de prostitución masculina en Internet es los "modelos de webcam", aunque estos no obtienen contacto directo con el cliente. El prostituto exhibe su cuerpo según los deseos del cliente que paga el servicio a la agencia con una tarjeta de crédito o algún sistema de afiliación.

Numerosos prostitutos anuncian de manera individual sus servicios en canales de conversación que permitan esto o que hayan sido creados para ello, en grupos, foros y otros programas. Estos prostitutos piden por lo general precios más bajos quizá por ignorancia de los precios del mercado o por urgencia económica. Estos prefieren no mostrar sus fotos en el Internet, son más restringidos en sus servicios (no besos, no sexo anal, etc.) y aparecen con frases como "en busca de algún generoso", "busco ayuda" y otras frases que den a entender lo que ofrecen.

Avisos

Numerosas publicaciones como revistas o periódicos de tipo gay, eróticos o que promueven los contactos, tienen secciones de anuncios de "escorts", masajistas masculinos, "terapistas" masculinos y otros que en realidad son personas que ofrecen prostitución.

Calles, bares, clubes, parques

Los "taxiboys" son aquellos prostitutos que esperan sus clientes en calles, parques, bares o clubes. Dichos lugares son por lo general identificados como tales y por lo tanto los clientes acuden a ellos en búsqueda de sus servicios, muchos de ellos en coche.

Calles y parques, sin embargo, resultan difíciles para ambas partes, porque los vecinos del lugar, al considerar dicha actividad como un problema de orden público y moral, llaman a la policía. Por otro parte, los prostitutos se hacen presa fácil de bandas homofóbicas o están más expuestos a cualquier tipo de violencia callejera, contrario a si se asocian a algún tipo de agencia. Al ser abordado en la calle por un cliente, el prostituto puede correr el riesgo de ser objeto de violencia del mismo sin mayores garantías. Por su parte, clientes pueden correr el riesgo de contratar criminales que se hacen pasar por prostitutos y tan sólo quieren robarlos o poner en riesgo su vida. Sin embargo, dichos riesgos pueden ser relativizados por el tipo de lugar en que se encuentran.

Bares y clubes contienen menos riesgos y son muy comunes en Asia, especialmente Japón y Tailandia, en donde clientes pagan al lugar por un "muchacho de compañía" para conversar dentro del club y, eventualmente, terminar en relaciones sexuales.

Saunas y clubes de sexo

Muchos prostitutos buscan trabajar en baños públicos gay o clubes de sexo, pero en dichos lugares la prostitución es prohibida, por lo que hacen contratos de manera secreta con los clientes. En algunos países como en Colombia existen salas de videos (llamadas simplemente "videos"), en donde se exhiben películas pornográficas y en donde se facilitan contactos entre clientes y eventuales prostitutos.

Burdeles de prostitución masculina

Los burdeles de prostitución masculina son muy comunes en el Sudeste Asiático (Tailandia, Camboya, Vietnam, Filipinas), pero también pueden ser encontrados en ciudades de Estados, aunque en Occidente es bastante extraño, pues el prostituto en esa parte del mundo tiende a trabajar de manera más independiente.1

En noviembre de 2005 Heidi Fleiss anunció sus planes de asociarse con Joe Richards para convertir el "Cherry Patch Ranch" en Crystal, Nevada en un establecimiento de prostitución masculina destinado exclusivamente para mujeres,11 pero en 2009 ella anunció que había abandonado esta idea.12

Turismo sexual

El turismo sexual en relación con la prostitución masculina, está destinado exclusivamente a mujeres, con excepción de Tailandia. Mujeres viajan al sur de Europa (ItaliaGrecia, Turquía, Croacia y España), al Mar Caribe (Jamaica, Barbados, República Dominicana y Martinica), África (Kenia) y Asia (Bali, Indonesia, Tailandia) para disfrutar sexo con jóvenes prostitutos de dichos países. Otros países con menos recurrencia, pero creciente turismo sexual femenino son Nepal, Marruecos, Fiji, Ecuador y Costa Rica.

Mujeres organizan sus vacaciones a dichos países para conocer y disfrutar de "novios temporales" que encuentran por lo general en las agencias de escorts. Ellas solicitan "jóvenes de compañía", "guías turísticos" e "instructores de baile" con los que puedan tener además relaciones sexuales. Alemanas prefieren República Dominicana, Grecia y Marruecos, japonesas van a Bali en Indonesia y canadienses y escandinavas se hacen también cada vez más frecuentes. Las mujeres son de todas las edades, pero en general son de clase media en búsqueda de romances y sexo. Prostitución masculina orientada a mujeres extranjeras tome liderazgo en la actualidad en India con agencias de gigolos, aunque la prensa ha denunciado casos de abusos por parte de gigolós para sus clientes.

Precios

Los precios en la prostitución masculina son determinados por la oferta y la demanda. Además están bien determinados por elementos como la edad, la belleza física, la posición sexual, la raza, la personalidad, la experiencia en la cama, el tiempo en el cual el prostituto estará con el/la cliente, la habilidad para mantener una erección, el encanto, el deseo de practicar actos de fetichismo, la fama y la reputación. Agencias y los mismos prostitutos pueden cambiar sus precios de acuerdo a cambios en la demanda para atraer clientes.

La categoría de la prostitución masculina también afecta los precios. En realidad se piensa que las agencias de escort son las que contienen la mayor cantidad de prostitutos, pero por ejemplo según estudios del "Journal of Homosexuality" de Estados Unidos, menos del 5 por ciento de prostitutos en ese país pueden ser considerados prostitutos de agencia (escorts), mientras que la gran mayoría son en realidad "rentboys", "taxiboys" y prostitutos eventuales que son jóvenes que se dedican eventualmente a ello para obtener alguna renta. Este factor hace que la definición de precios fijos o regulares varíe y que estos puedan cambiar dramáticamente en cuestión de horas.

Prostitutos con mayor experiencia tienden a cobrar precios más altos que novatos o prostitutos ocasionales. Es posible que ello se deba a que conocen mejor el mercado y los métodos para anunciarse. Por otro lado, los precios pueden variar notablemente entre un país industrializado y uno en vías de desarrollo. Prostitutos en países como República Dominicana o Vietnam pueden venderse por precios que son muy inferiores a lo que pedirían sus colegas de Europa, Japón o Estados Unidos.

Riesgos

Todas las formas de prostitución masculina tienen riesgos tanto para el prostituto como para el cliente.

  • Riesgos relacionados con la salud (enfermedades de transmisión sexual).

  • Ocasionalmente, la prostitución masculina es utilizada como negocio para los narcóticos o mafiosos.

  • Posibilidad de abuso sexual (sea por parte del prostituto o por parte del cliente).

  • Posibilidad de violencia física por parte de ambos.

  • Problemas legales con las autoridades (en muchos sitios del mundo la prostitución es ilegal, muchos prostitutos son menores de edad o el problema legal de proxenetas).

  • Estigma social (la identidad del prostituto revelada puede generarle futuros problemas de reinserción social).

  • El prostituto puede ser rechazado por su círculo de amigos y familiares, especialmente si es prostitución gay.

  • Puede perder su trabajo si se enteran de sus actividades de prostitución.

  • Muchos comienzan a vivir una doble vida que los lleva a problemas sentimentales.

  • Pueden terminar siendo explotados o abusados.

  • Menores de edad que practican la prostitución están aún más en riesgo porque pueden terminar en manos de abusadores y personas violentas.

  • Clientes pueden caer en manos de criminales que se presentan como prostitutos y sólo quieren robarles y violentarlos. Muchos pueden terminar siendo extorsionados.

Los estudiosos del tema concluyen que violencia en contra prostitutos es menor que la violencia ejercida en contra de prostitutas. Los prostitutos que trabajan en la calle y los más jóvenes (especialmente adolescentes), son los más vulnerables a ser víctimas de violencia callejera y abuso.

Clientes que terminan siendo víctimas de falsos prostitutos es menor de la que se quiere evidenciar, muchas veces creado el pánico por casos individuales. Prostitutos tienden a prevenir a sus clientes potenciales de posibles riesgos y generan elementos que permitan su segura identificación. En tal caso, agencias de prostitutos prueban ser más seguras.

Problema legal

En algunos países del mundo, por ejemplo en Australia, los burdeles de prostitución, sean masculinos o femeninos, son legales, con excepción del Estado de Tasmania, mientras la prostitución en las calles está prohibida. En otros países como Estados Unidos, los burdeles son técnicamente ilegales (excepto en Nevada), pero la mayoría de las ciudades no ponen en práctica la prohibición de la ley evitando así que los trabajadores sexuales sean arrestados por su actividad desde que no se involucren en evidente prostitución callejera. En este país, el término "servicio de escorts" es en realidad un eufemismo para prostitución y la mayoría de los prostitutos aseguran que hacen su trabajo por cuestión de tiempo y no en búsqueda de sexo, que este resulta de manera espontánea y consensual y que ellos "no son prostitutos".

Otra de las preocupaciones legales de la prostitución masculina es la del abuso infantil. Dado que los prostitutos más deseados son menores de edad, proxenetas y clientes intentan buscar prostitutos de edades inferiores a 18 años o incluso inducir a menores de edad a la prostitución por medio de dádivas. Según estudios de la UNICEF para el año2000, en México se estimaba que alrededor de 30 mil menores de edad estaban dedicados a la prostitución y siendo víctimas de abuso infantil.16

Sin embargo, a diferencia de la prostitución femenina, la masculina incurre mucho menos en el fenómeno del tráfico de personas y de prostitución forzada, aunque varones menores de edad – e incluso mayores de edad -17 son susceptibles de caer en dichas redes. La prostitución de menores de edad es intolerable por los sistemas judiciales de todos los países del mundo. Como los menores de edad tienden a ser más deseables, muchos prostitutos jóvenes intentan dar un aspecto infantil para atraer clientes, pero ellos mismos y las agencias a las que pertenecen deben demostrar que están en edad legal ante cualquier autoridad que lo requiera. De otro lado, la prostitución en todas sus formas es una de las principales raíces de la pornografía infantil en la cual proxenetas o abusadores pagan dinero o incluso incurren a amenazas para que menores de edad posen desnudos.18

Estigma

La disparidad de edad entre el prostituto y su cliente, así como la diferencia de su clase social y económica, es fuente de criticismo social. En un estudio realizado en Dinamarca en 2003 con jóvenes dedicados a la prostitución, la mayoría veía su actividad como negativa y que hacían todo lo posible para ocultarla, lo que los lleva a vivir una doble vida y a crear cada vez más distancia con las personas cercanas (amigos y parientes). El aislamiento y el sufrimiento de no poder compartir sus experiencias como prostituto crean problemas afectivos. Muchos de los prostitutos en el estudio describieron que veían a sus clientes como meras relaciones sociales, mientras otros hablaron de ellos como figuras paternales.19

Este estigma también incluye otro tipo de relaciones amorosas que incluye una forma más sutil de prostitución o "casi" prostitución: se trata de la relación entre una persona muy madura y un jovencito.20 Esta disparidad en la edad recibe por lo general duras críticas del entorno social, tanto para el prostituto, como para el cliente

Cultura

La prostitución masculina ha sido ampliamente explotada por la literatura, el cine y el arte.

La novela del escritor colombiano Fernando Vallejo, La Virgen de los sicarios21 representa un caso de prostitución masculina latinoamericana fuertemente relacionada con el mundo del crimen en los bajos mundos de las grandes ciudades.

La obra del tailandés Chai Pinit con redacción del escritor fantasma Soshan Itsarachon, Bangkok Boy, A Stolen Childhood (Muchacho de Bangkok, una niñez robada),22 es la autobiografía de cómo un niño campesino que sufre abusos de uno de sus profesores en la escuela y termina involucrado en drogas, alcoholismo y prostitución en las calles de Bangkok y Pattaya.

En fotografía, Alvin Baltrop retrató el mundo marginal del West Side neoyorquino de mediados de la década de 1970, sobre todo el ambiente de la prostitución masculina y del tráfico y consumo de drogas. Otros artistas también han utilizado a chaperos como modelos, como el estadounidense Jack Pierson.

Estudios

El tema de la prostitución masculina ha sido objeto de estudio de teóricas feministas como Justin Gaffney y Kate Beverley. Según sus investigaciones con prostitutos y comparando con la posición subordinada de la mujer en sociedades patriarcales, la experiencia de la población de prostitutos es "oculta" y, como las mujeres, ocupan un lugar subordinado en sociedad.

En contraste, teoristas sociales de la teoría crítica post-estructural como Douglas Langston, concluyen que a diferencia de las prostitutas, los trabajadores sexuales tienen una construcción social mucho menos sumisa que la de sus colegas femeninas y que, según sus propias entrevistas con prostitutos para su estudio, la actitud de estos hacia las mujeres es misoginia. Langston dice que la prostitución masculina no es sumisa y que, igual que la erótica masculina y la fetichización de la dominación patriarcal, la prostitución masculina busca la dominación sexual de la mujer.24

Sin embargo, estudiosos coinciden en que la prostitución masculina y la femenina tienen numerosas diferencias que deben ser estudiadas por separado:

  • La prostitución masculina tiende a ser más voluntaria que los numerosos casos de mujeres obligadas a prostituirse.

  • Aunque los varones pueden ser discriminados por prostituirse, las sociedades patriarcales tienden a tolerarlos más fácilmente que si una mujer se prostituye.

  • Numerosos varones ejercen la prostitución de manera transitoria, pero en cuanto adquieren un empleo fijo o una carrera, abandonan la prostitución o la mantienen de manera esporádica.

  • La prostitución masculina es por lo general ignorada, lo que pone en mayores riesgos a la población de prostitutos y a las personas que acuden a ellos por problemas como enfermedades venéreas, drogas y abuso infantil. Además, muchos de ellos viven una doble vida.

La prostitución en la actualidad

Nos limitamos aquí a algunas referencias a la prostitución como se presenta hoy, sin precisar las diversificaciones que se encuentran en las diversas culturas.

1. LOS ORGANIZADORES DE LA Prostitución. En la base de la prostitución hay una extensa organización can ramificaciones internacionales, que impone un código de comportamiento; es la única ley que las prostitutas y sus explotadores se sienten obligados a respetar.

La organización de la prostitución se llama proxenetismo, en la cual actúan cuatro categorías distintas: los protectores, los dueños de los locales en los cuales tiene lugar el comercio prostitutivo, las alcahuetas y los traficantes. – Normalmente las prostitutas obran bajo la guía de un protector, que a menudo se convierte en el amante parásito de la prostituta, al que ella ama y teme. Al protector le incumbe atraer a las prostitutas: muchachas descarriadas, huidas de casa o a la búsqueda de aventuras en concursos (más o menos trucados) de belleza o de cine. Se comienza con algún cliente y con muchos regalos. Pero muy pronto la muchacha descubre en el protector a su amo absoluto, que puede también venderla a otro protector. Aunque en proporción menor, también hay mujeres que hacen de protectoras. – El dueño es el amo del local puesto (totalmente o en parte) a disposición de los encuentros con las prostitutas. – Alcahueta es la mujer que conoce el arte de seducir a la muchacha disponible a la prostitución, la pone en relación con el protector o directamente con los clientes y le enseña el oficio. – El traficante es el colocador, pagado por una comisión de protectores o dueños de casas que se compromete a trasladar prostitutas tanto a nivel nacional como internacional.

2. LAS PROSTITUTAS. Para simplificar el lenguaje se usa aquí el término femenino, por ser mujeres la mayoría de las personas que se prostituyen; pero todas las consideraciones hay que referirlas también a los varones.

a) Las categorías de las prostitutas. Las personas que se prostituyen se dividen habitualmente en profesionales, semi profesionales y ocasionales. 0 Para las profesionales el único verdadero oficio es la prostitución, lo cual implica una mentalidad, un tenor de vida, una capacidad de seducción y de selección de los clientes. Entre las profesionales está el ejército de las paseadoras, que son colocadas por los protectores en lugares céntricos o periféricos de ciudades o pueblos según la edad y el atractivo. Su exhibicionismo es lo que provoca reclamaciones periódicas e intervenciones ocasionales por parte de las autoridades públicas. Entre las prostitutas de la calle están las clacson-girls, que actúan a bordo de coches a veces particularmente lujosos. 0 Las sema profesionales ejercen habitualmente la prostitución juntamente con otros trabajos del todo honestos o bien junto con un trabajo expresamente adquirido porque permite "ejercer", como podría ser el de camarera, masajista, entraineuse (muchacha que divierte a los clientes en locales como cabarets, night clubs, etc.). Es claro que tales actividades normalmente son desarrolladas por personas (y son la mayor parte) que no tienen intención alguna de prostituirse. Entran entre las prostitutas semi profesionales, aunque se distinguen de ellas como categoría considerada más elevada, las call-girls: mujeres -tales son en su mayoría- disponibles a una llamada (ca11) telefónica. Externamente su personalidad debe parecer irreprensible. El giro del trabajo se establece por cita con una clientela reducida, pero refinada. 0 Las ocasionales son mujeres que inicialmente no intentan ser prostitutas, pero se ofrecen ocasionalmente por oscuros impulsos de naturaleza psíquica o para procurarse lucros extraordinarios. Las ocasionales se convierten fácilmente en prostitutas habituales.

b) La figura de la prostituta. Según los datos estadísticos, las prostitutas provienen en su mayoría de las clases sociales inferiores, generalmente de ambientes familiares desorganizados y moralmente disgregados, y se ven empujadas por el deseo de una ganancia fácil. Sin embargo, en las estadísticas no están comprendidas las prostitutas semi profesionales, y sobre todo las call-girls, entre las cuales se encuentran personas con estudios y de buena posición, que han realizado de modo consciente su elección.

La prostituta comienza su carrera a una edad joven o muy joven (en su mayoría antes de los veinte años); van en aumento las que comienzan ya entre los doce y los trece años: se trata de muchachitas escapadas de casa o inducidas al "oficio" por sus propios familiares.

Hay que distinguir la psicología originaria de la prostituta de la adquirida en el ejercicio de la prostitución. Inicialmente se trata de muchachas normales, que en general han frecuentado los comienzos de los estudios secundarios. Su personalidad se debilita de forma profunda según van avanzando en la "carrera", en gran parte a causa del régimen de vida: malos tratos y pretensiones de los protectores, consumo abundante de alcohol y ahora también de droga, a la que recurren para darse ánimos y superar momentos de particular desaliento.

No consta normalmente que la prostituta sea una hipersexual. Habitualmente su prestación carece de participación psíquica; de lo contrario no podría prestarse a relaciones continuadas con clientes. Es más, la obligación de las prestaciones con toda especie de hombres puede hacer nacer en ella una aversión al sexo masculino.

La prostituta a menudo desprecia a las personas honestas y normales que han de someterse a un trabajo común para ganarse la vida.

Particularmente fuerte es en la prostituta el amor materno cuando tiene un hijo.

En numerosas historias de prostitutas se ve que en un cierto momento las interesadas tienen una percepción exacta de su disgregación moral, de la cual, sin embargo, estiman que no pueden librarse (no faltan entre ellas tentativas de suicidio). Sin embargo, son posibles, aunque difíciles, las recuperaciones morales de prostitutas si reciben ayuda de instituciones privadas o gubernativas.

c) La prostitución infantil, por desgracia, ha existido siempre, pero actualmente ha adquirido proporciones industriales. Se la conoce en los países de Asia y de Sudamérica, donde padres desesperadamente pobres venden a uno u otro hijo para que pueda sobrevivir el resto de la familia.

Cuando un individuo busca mantener relaciones sexuales con niños o niñas y no quiere correr el riesgo de ser denunciado, tiene una segunda opción: acudir a la prostitución de menores. Si es que dispone de dinero suficiente como para permitírselo. Por otro lado, se encontrará con la dificultad de encontrar un individuo o club que se lo facilite, pues la prostitución infantil se esconde mucho más que la prostitución de adultos. Pero una vez salvados estos dos obstáculos, cualquier individuo puede convertir en realidad sus fantasías con una niña o un niño, esclavizado y obligado a ser un objeto para el uso sexual. Dicha prostitución nunca es voluntaria y va acompañada del miedo, al hambre, las drogas y multitud de circunstancias más, que pueden convertir la existencia tanto de un menor como de un adulto en un auténtico infierno que siempre sobrepasará nuestra imaginación.En el mundo hay redes de corrupción de menores todos los años, a quienes además se les incautan miles de fotografías y vídeos de menores, que serán vendidas de particular a particular o mediante catálogo y casi siempre en países distintos al de procedencia para evitar su posible identificación. La prostitución en general se ha definido tradicionalmente como la unión sexual con una mujer por una remuneración u otra contraprestación. Esta definición ha sufrido transformaciones últimamente y ha dejado de limitarse a las mujeres, por un lado, y a la unión sexual, por otro. El Black's Law Dictionary, en su sexta edición de 1990, define la prostitución como la realización, el ofrecimiento o la aceptación de un acto sexual por un precio. Utilizando y aplicando los criterios mencionados a la prostitución infantil, se define como "la acción de contratar u ofrecer los servicios de un niño para realizar actos sexuales a cambio de dinero u otra contraprestación con esa misma persona o con otra". Cabe destacar que en virtud de esta definición, la prostitución infantil no la "comete" el propio niño, sino la persona que contrata u ofrece sus servicios. La definición disminuiría por tanto la confusión con otras formas de explotación y malos tratos de niños. Entre los tipos más graves y detestables de violencia contra los niños figura la explotación sexual, especialmente la prostitución. Es comparable a la tortura en cuanto al trauma causado al niño y constituye una de las formas más graves de conculcar sus derechos. Está en aumento a escala mundial y constituye un sector rentable que produce anualmente beneficios netos por un monto de 5.000 millones de dólares de los EE.UU

Menos conocida es la prostitución de menores, a tiempo limitada o también a tiempo completa, que existe a escala limitada, pero de modo sorprendentemente vasto y en proporciones crecientes en Europa occidental y en USA. La explotación de menores como actores de filmes o foto romances pornográficos depende de organizaciones internacionales dedicadas a la producción y a la distribución de semejantes materiales. La explotación directa de menores que se conceden a clientes particulares pueden realizarla también organizaciones más pequeñas, pero no carentes de conexiones internacionales. A los menores, a veces vendidos por los padres, pero con más frecuencias huidas de casa, se los hace emigrar con el espejismo de aventuras y de riqueza entre personas que "legalmente" se hacen pasar por parientes suyos. Una vez caídos en la red, no es fácil que los interesados tengan el valor de revelarse; se resignan a un género de vida que consideran imposible cambiar, entre otras cosas porque se saben atados por un contrato mafioso que prevé para todo "error" durísimas sanciones, incluso a larga distancia de tiempo y de espacio.

REFLEJOS SOCIALES. Aquí se alude a algunos reflejos sociales de la prostitución.

a) Los clientes. Es casi imposible un análisis sociológico de los "clientes". Se han intentado algunos sondeos en clientes de la prostitución "proletaria", pero no en los clientes de las call-girls. Hay que distinguir entre los clientes "ocasionales", que no presentan particulares características, y los clientes "habituales". Éstos pueden ser "tímidos" que esperan perder sus complejos con un contacto prostitutivo, arriesgándose así a agravar sus dificultades psico-sexuales, o bien decepcionados por su relación conyugal, o impotentes y pervertidos. Es común en la prostitución proletaria un sentido de insatisfacción por un encuentro reducido a un cuarto de hora y poco personalizado.

b) Sobre la difusión de la prostitución sólo se pueden hacer conjeturas aproximadas, porque donde está vigente el sistema de la reglamentación (y el correspondiente fichaje) las prostitutas "clandestinas" -que las estimaciones sociológicas consideran más numerosas- evitan el control, y en los países prohibicionistas o abolicionistas es del todo imposible.

El fenómeno de la prostitución está difundido por todas partes e implica una circulación colosal de negocios. Entre los países prohibicionistas, solamente en Rusia y. en China Popular la prostitución clandestina es muy reducida, debido al efecto combinado de un sistema policíaco riguroso, de una educación cívica que reduce las evasiones individuales y de una nivelación económica que no favorece las especulaciones privadas. En los países de economía libre la posibilidad de explotación comercial y el clima de hedonismo favorecen la actividad prostitutiva más allá y en contra de la normativa legal.

c) La prostitución y las enfermedades venéreas. El temor al contagio venéreo, que se consideraba sobre todo provocado por la prostitución, ha tenido una parte decisiva para estimular una cultura contra la prostitución. Las estadísticas recientes desmienten netamente este temor. Las infecciones venéreas en los países industrializados de cultura occidental son debidas en gran parte a contactos con personas diversas, carentes de todo cuidado higiénico, más que a relaciones con prostitutas.

Ahora se añade el peligro de contagio de SIDA. Las prostitutas son posibles portadoras de virus, porque muchas de ellas hacen uso de drogas por vía intravenosa y porque tienen relaciones con demasiadas personas diversas que las pueden contagiar.

d) La prostitución y la criminalidad. El mundo de la prostitución gira en torno a la explotación y al tráfico de las personas y está ligado a la industria de la I pornografía, al racket de los locales de juego y al comercio de la l droga. Por eso hay que considerarlo como un factor criminógeno. 

IV. Normativas legales

La actitud cultural-legislativa contemporánea oscila entre tres orientaciones diversas, que van de la reglamentación al prohibicionismo y al abolicionismo.

1. Con LA. REGLAMENTACIÓN se tiende, gracias a programas más racionales y eficaces de los adoptados en los siglos pasados, a limitar rigurosamente el comercio y el ejercicio de la prostitución, reservando para ella locales autorizados y controlados, llamados casas cerradas. La primera reglamentación en el sentido moderno tuvo lugar en Francia en 1802. El ejemplo francés fue seguido pronto por otros países. Régimen legal de la prostitución en España].

En muchos países las motivaciones sociales de la reglamentación se basan en la presunción de que la prostitución es un fenómeno interminable, e incluso en parte útil para satisfacer las tensiones sexuales, sobre todo las masculinas, mientras que hay que poner freno al libertinaje más evidente y un dique a la difusión de las enfermedades venéreas.

El fichaje de las prostitutas implicaba la visita sanitaria obligatoria y algunas normas para su defensa: no podían ser admitidas antes de los dieciséis años; debían ser libres de rechazar al cliente no querido y de limitar sus prestaciones (prescripciones que eran todas ellas habitualmente ignoradas).

El aspecto más discutible de la reglamentación es que tales Estados reconocen los aspectos negativos de la prostitución -de lo contrario deberían dejarla libre como cualquier otra actividad-, pero a la vez la oficializan. Además, la reglamentación legitima el comercio de las prostitutas, que, una vez fichadas, se sienten más destinadas a ese trabajo. La protección sanitaria, que constituye la motivación social predominante de la reglamentación, es improductiva por varios motivos: controla sólo a la prostituta y no al cliente; el control en fechas fijas descuida los períodos intermedios. La mayoría de las prostitutas escapa a todo fichaje y control, ya que las "clandestinas" son más numerosas que las registradas.

El aspecto social positivo de la reglamentación es la posibilidad de un control, aunque sea reducido, y de una parcial protección legal y social de la prostituta.

2. EL PROHIBICIONISMO. A finales del siglo XIX, la Asociación inglesa de moralidad (The National Vigilance Association) inició una campaña contra la trata de blancas. Después de varias reuniones, se firmó en París una convención internacional (4 de mayo de 1919) que prohibía alistar para la prostitución a las menores, aunque consintieran, y usar para las mayores cualquier medio de coacción.

Pero la trata clandestina de menores continúa, como se ha indicado antes, incluso con la complicidad de algunos familiares. Para la trata de personas mayores habitualmente no se recurre a la violencia física; se proponen espejismos de ganancias fáciles y de afirmación, que luego se resuelven en formas renovadas de esclavitud.

En cualquier caso, las campañas contra los mayores abusos consiguientes a la organización de la prostitución han favorecido un cambio de mentalidad. De la reglamentación se ha pasado al "prohibicionismo", en virtud del cual la prostitución no puede entrar entre las actividades socialmente reconocibles. Este movimiento, alentado a nivel internacional, se difundió y fue adoptado en USA, en URSS, en casi todos los Estados europeos y en algunos países asiáticos, como la India.

El régimen prohibicionista considera la prostitución como tal un "delito" y propone su eliminación. Sin embargo ha resultado eficaz sólo en poquísimos casos

3. EL ABOLICIONISMO. La orientación legislativa abolicionista parte del principio de que la prostitución en sí misma no ha de ser ni reconocida ni prohibida por el Estado, por pertenecer a las relaciones privadas. Con ello se suprime el fichaje y la visita sanitaria de las prostitutas, que no pueden ser sometidas a leyes discriminatorias especiales. Entre las mayores no es delito conceder el cuerpo propio con fines de lucro, con tal de que salvaguarden las leyes emanadas de la tutela del orden público, como la prohibición de la seducción o de actos obscenos en lugar público, el atentado contra el pudor, la provocación al vicio. Disposiciones estas que son interpretadas cada vez de modo más elástico.

En particular, el abolicionismo se propone reprimir la organización de la prostitución. El "lenocinio" y cualquier forma de inducción a la prostitución y el mantenimiento de locales dedicados habitualmente a la prostitución se consideran "delito penal". Además, el abolicionismo se propone una educación cultural que favorezca la reeducación de las prostitutas y, dentro del respeto de las personas haga disminuir la demanda de relación prostitutiva. Han actuado en este sentido diversos movimientos abolicionistas, en particular, en Francia, la "Amicale des Maitres d'Hotels meublés de France et des Colonies". Tanto el sistema prohibicionista como el abolicionista siguen siendo periódicamente impugnados. Se desea el retorno a la reglamentación, aunque con modalidades controladas más rigurosamente. Las impugnaciones están estimuladas ciertamente por intereses comerciales, pero son presentadas como motivaciones sociales: disminuir el peligro de contagios venéreos y la difusión escandalosa de la oferta prostitutiva en las calles. Además, las prostitutas lamentan sobre todo la actual privación de toda tutela social para su trabajo, particularmente a nivel sanitario y pensionista.

Los abolicionistas replican que la defensa del pudor público no se aseguraría con la apertura de las "casas cerradas": las prostitutas "clandestinas" han sido siempre más numerosas que las que actúan en los locales autorizados; contra el peligro de contagio, a su vez, se debe instaurar una campaña sanitaria cívica; el mero control de las prostitutas autorizadas no resolvería el problema.

Análisis sociológicos

Como fenómeno social, la prostitución entra en el campo de la reflexión sociológica sobre la sexualidad y se la hace depender de factores diversos.

I. ENTRE LAS. TEORÍAS SOCIOL6GICAS PARTICULARES recordamos las que se refieren a la constitución biológica o a la situación económica.

a) El factor biopsíquico. En un primer tiempo la causa principal de la prostitución se buscó en la mujer, que sería constitucionalmente prostituta, es decir, predispuesta a relaciones sexuales múltiples. Véanse las teorías de C. Lombroso, G. Ferraro y O. Weininger, hoy superadas en su formulación más rígida. Otros autores estiman que la demanda del varón es la causa principal: el varón sería constitucionalmente polígamo como sus antepasados los monos. Es la tesis mantenida en particular por A. Kinsey. Desde siempre la mentalidad popular ha considerado que el varón tiene un instinto sexual difícil de dominar. Esta predisposición biológica a relaciones múltiples es sostenida ahora para ambos sexos.

b) El factor económico. Es innegable que el fenómeno de la prostitución se funda en intereses comerciales vastísimos. Las teorías económicas ponen el acento en la situación de pobreza de las personas que se prostituyen. Ciertamente la miseria induce con frecuencia a esta "profesión"; pero si se mira a los clientes y a la organización hay que reconocer que es el Estado de bienestar el que favorece la demanda y la expansión "industrial".

Entre las teorías económicas se puede encuadrar la interpretación marxista, para la cual el sistema capitalista y la falsa moralidad burguesa son causas determinantes de la difusión de la prostitución.

2. LAS TEORÍAS SOCIOLÓGICAS GENERALES. El comportamiento prostitutivo es reducido por otros sociólogos a explicaciones más complejas.

a) El ambiente. La causa determinante de la prostitución se busca en el ambiente socio-cultural del que provienen las prostitutas. Consta, en efecto, que la mayoría de ellas, como observaba la socióloga E. Kern, proviene de un ambiente familiar "desorganizado", es decir carente de sensibilidad y de afecto, caracterizado por una promiscuidad deformante y por experiencias de incesto que pueden imponer la idea de que el amor es un desahogo puramente físico. También las prostitutas nacidas en familias regulares y que han recibido una instrucción particular pueden ser víctimas de un ambiente "desorganizado" si han vivido en un clima impregnado de falsos valores y carente de compromiso moral.

b) La estructura de la sociedad Entre las teorías sociológicas generales se distingue la elaborada por algunos sociólogos estructuralistas alemanes, como H. Schelsky y W. Bernsdorf, que se relacionan con la "nueva antropología filosófica" de M. Scheler, A. Gehlen, H. Plesner y otros. En oposición a las teorías biopsíquicas, estos sociólogos objetan que el impulso sexual humano no está biológicamente determinado, como sucede en los animales inferiores, sino que depende de la cultura. La prostitución, según ellos, constituye un desahogo necesario en una sociedad jerarquizada y monogámica. Pero este fenómeno se prolonga también en la sociedad actual, que, a pesar de abolir "formalmente" las clases, conserva un enfoque jerarquizado del poder económico y además carente de valores ideales.

VI. Orientaciones ético-sociales

Analizado el fenómeno de la prostitución bajo diversos aspectos, se recuerdan ahora las soluciones propuestas a nivel de reflexión ético social. Se comenzará con una proposición que contrasta con los valores éticos cristianos, pero que es defendida como orientación de liberación social.

I. LA TEORIA DE LA LIBERACIÓN SEXUAL. La única orientación social que hay que proponer, según Engels, Reich, De Beauvoir, es la liberación de la tensión sexual, congénita en la naturaleza humana, aboliendo el matrimonio monogámico y legitimando el amor libre. Reconocida la plena libertad de relaciones sexuales, vendrá a menos la prostitución comercializada. A esta conclusión llegan tanto los sociólogos que hacen depender la prostitución de un hecho biopsíquico como los de la escuela estructuralista alemana. Sin embargo, aun partiendo de sus análisis, los resultados podrían ser diversos. El hombre no puede reducirse a sus tensiones biopsíquicas, y éstas hay que orientarlas al respeto de las exigencias superiores que distinguen al hombre del animal. Este último dato debería ser tenido presente con mayoría de razón por los secuaces del estructuralismo, que reconocen el influjo de la cultura en el comportamiento humano. A la cultura fuertemente jerarquizada, que provocaría la prostitución como desahogo, no hay que contraponer la cultura del liberalismo sexual, que podría provocar una prostitución general, aunque no comercializada. En cambio sería legítimo desear una cultura diversa, que ayude a la maduración sexual en orden a una efectividad personalizada y comprometida. Todo ello como orientación general, porque ningún comportamiento puede ser impuesto para ser adoptado por todos.

2. LAS POSICIONES CATÓLICAS. Hay que distinguir la valoración moral de la prostitución de la actitud que el Estado puede asumir respecto a este fenómeno social. – La ética cristiana ha condenado siempre la prostitución como inmoral porque implica el ejercicio de la genitalidad fuera de la relación afectiva y definitiva de los cónyuges, además de la degradación de las personas que venden su cuerpo y de los que reducen la satisfacción sexual a desahogo solamente fisiológico-sensorial. Pueden añadirse también otras razones, como el pecado de adulterio, el uso de contraceptivos y la disponibilidad al aborto. – En cambio son diversas las posiciones católicas sobre la actitud que el Estado puede asumir en relación con el fenómeno social de la prostitución.

a) La tolerancia. Ya san Agustín, y luego explícitamente santo Tomás de Aquino, defendieron la teoría de la tolerancia social. Partieron ellos de un principio general: el Estado no puede aprobar nunca el mal, pero tampoco puede eliminar todo mal moral; por tanto, debe obrar con una sana prudencia, que puede llegar a la tolerancia de algunos males morales mientras no sea posible una solución mejor. Ese principio fue aplicado por santo Tomás a la prostitución basándose en el supuesto social de que en aquella época el prohibicionismo estatal hubiera sido un absurdo (S. Th„ II-II, q. 10, a. 11).

b) La reglamentación. Particularmente el Colegio carmelitano de Salamanca (s. XVII), remitiéndose a la autoridad de santo Tomás de Aquino y a la práctica de los Estados pontificios, justificó la reglamentación de la prostitución. Se debe reconocer que la teoría de la "reglamentación" va más allá del principio tomista de la "tolerancia", pero es una consecuencia suya casi necesaria. Ante un fenómeno social que no se limita a relaciones entre dos personas, sino que implica fórmulas participativas de particular importancia, el Estado debe adoptar una posición jurídica. La reglamentación puede darse en forma de apoyo -y como tal sería inmoral-, o bien con la explícita intención de poner un dique al fenómeno y de algún modo controlarlo para evitar males peores: en esta forma, la reglamentación puede considerarse moralmente tolerable. La hipótesis entra en la discusión ética sobre la legislación estatal. Particularmente en los Estados modernos, aconfesionales y pluralistas, se puede discutir si es concebible una legislación que "regule" algunos episodios inmorales, como el divorcio [l Ordenamiento jurídico y ética].

c) La prohibición jurídica. Otros moralistas, entre los cuales destaca san Alfonso de Ligorio (j' 1787), estiman que el Estado debe prohibir la prostitución. Es la tesis que se ha hecho predominante entre los moralistas de nuestro siglo. El Estado ha de ser consciente de la degradación social y de la explotación criminal que comprende la prostitución organizada. La reglamentación, más que reducir el mal, lo oficializa.

d) Reflexión final. Ante todo hay que evidenciar que las tres hipótesis morales diversas concuerdan en estimar que la prostitución es un mal social; no niegan la presunción de que tal fenómeno sea ineliminable; tienden a evitar una complicidad directa del Estado La discusión versa sobre el comportamiento éticamente "prudencial" que el Estado debe adoptar: éste puede variar según las situaciones culturales y las posibilidades de control efectivo. Por tanto hay que evitar soluciones aprioristas.

En todo caso la tarea de la ética no se agota en la confrontación con el legislador. Hay que promover como primera la intervención "cultural" para una prevención ético-social del fenómeno prostitutivo. Se trata de recuperar el sentido de la I sexualidad humana. Además hay que potenciar las defensas sociales y jurídicas de los menores y las asociaciones que trabajan en favor de la juventud y en defensa de las muchachas madres y que miran a la recuperación de las personas socialmente marginadas.

Otros datos

En África se difundió el sida y se difunde en gran manera debido a la prostitución existente en las ciudades. En el sureste asiático, han sido las bases militares, y el turismo sexual lo que ha hecho aumentar la prostitución y con ello la expansión tremenda del sida. Y en los países occidentales la prostitución también está en alza.

En todo el mundo cuatro millones de personas son explotadas sexualmente. En muchos casos, estas mujeres son sujetadas por dos cadenas, una la droga, y otra la prostitución. Se prostituyen para tener dinero para droga, se drogan y no perciben que se ofrecen de esclavas de la depravación humana. Circulo vicioso en el que entran, incluso voluntariamente con la expectativa de vida fácil o paraísos artificiales.

El modelo en occidente de la prostitución actual se diferencia de la registrada en la primera mitad del siglo XX no sólo por las motivaciones individuales de quienes la ejercen o explotan, sino también por los factores sociales que la facilitan, como la crisis de valores espirituales, el deterioro de los vínculos familiares y la precocidad sexual de la sociedad de consumo organizada.

Aquí está el mal tolerado de siempre, la prostitución. A pesar del SIDA, no se han oído voces de limitar, prohibir, o perseguir la prostitución por ser vehículo del SIDA. A pesar de que se habla tanto de los derechos humanos, y de la dignidad de la mujer, los negocios de prostitución van en aumento. Va a resultar que los países en los que pensamos no se respetan los derechos humanos, y se pisotea la dignidad de la mujer, como China o los países árabes, son los que verdaderamente persiguen la prostitución y la pornografía.

Para hacernos una idea a nivel general, la ONU en un informe que publicó en Abril del 2000, denunciaba el tráfico de decenas de miles de mujeres para ejercer la prostitución, que son integradas, junto a menores, en redes internacionales de explotación sexual. Esta trata de blancas y de niños ha experimentado un auge vertiginoso en años recientes debido a los gigantescos beneficios que arroja y el bajo riesgo para sus organizadores, además de que muchos países no disponen de los instrumentos legales para imponerse contra estas nuevas formas del crimen global. Aquí van cifras del informe citado y de otros de Unicef.

Un mínimo de 100.000 prostitutas inmigrantes trabajan en Estados Unidos.

40.000 y 50.000 mujeres tailandesas se dedican a la prostitución en Japón.

Más de 1.000.000 de personas, en su mayoría mujeres y niñas, caen cada año en las redes de prostitución organizada en Asia.

Son más de 500.000 las mujeres importadas en Europa occidental de países del Este. Tan sólo en Italia hay más de 45.000 mujeres -dos tercios provenientes de Europa del Este y casi un tercio de África. Unas 75.000 brasileñas viven de la prostitución en Europa.

Lo peor de todo este mundo de la prostitución es que los vicios de los adultos los sufren los niños inocentes. Las cifras de niños que son prostituidos son de escándalo. UNICEF informaba en un informe preparado con motivo del II Congreso mundial contra la explotación sexual comercial que se celebró a finales de Diciembre del 2001 en Japón, que casi tres mil niños al día son obligados a entrar en el mercado del sexo en el mundo: un millón al año más o menos. En África Occidental hay 35 000 niños trabajadores del sexo; 25 000 en la República Dominicana; en India hay entre 400 y 500 000 prostitutas niñas; en Lituania entre el 20 y el 50% de las prostitutas son menores; en México se estiman 16 000 menores implicados en la explotación sexual.

La Agencia EFE informaba en Abril del 2002 que unos diez millones de niños son obligados a prostituirse en el mundo, de los cuales cerca de 300 000 contraerán el virus del sida en el futuro, según un estudio publicado el 19-4-02, la revista "The Lancet".

La investigación, un trabajo conjunto del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU y la Universidad de Tufts, en Medford (Massachusetts), indica también que dos millones de esos menores padecerán enfermedades de transmisión sexual. El estudio revela que dos millones y medio de esos niños prostituidos serán violados, 7.000 asesinados, más de un millón y medio intentarán suicidarse y casi todos caerán en la droga.

Por eso, los autores del estudio, los profesores Brian Willis y Barry Levy, abogan por impulsar una campaña mundial para prevenir la prostitución infantil que aúne los esfuerzos de médicos, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y la ONU

Sin condón

Ofrecer servicios sexuales sin utilizar preservativos, una práctica que habitualmente suelen exigir muchos clientes, se está convirtiendo en casi una rutina entre algunas de las jóvenes prostitutas, sobre todo entre las que proceden de los países del Este. Es una forma de aumentar las ganancias de muchas inmigrantes "sin papeles" que, además, evitan pasar controles para no ser detenidas.

El temor a contagiarse con una enfermedad sexual es "obviado" por tan sólo 10 ó 20 euros: "al cliente le pido 30 euros y 10 ó 20 más sin preservativo", reconoce sin dudar una prostituta que merodea por los alrededores del teatro Goya. En un reportaje publicado por el diario AVUI, en Octubre del 2006, otra compañera añade: "Sé qué precauciones he de tomar, pero a menudo es una ganancia neta para mí, y me arriesgo, según el cliente, especialmente los que ya son fijos. Algún día lo hago por hacer más caja".

Haciendo un breve recorrido por el tratamiento de la prostitución en los países de la

Unión Europea se pone de manifiesto lo señalado en los párrafos anteriores respecto a la ausencia de un tratamiento unánime con respecto a la prostitución, encontrándonos básicamente, con cinco modelos: el reglamentarista, entre los que se encuentran Holanda,

Alemania, Austria y Grecia; el neo-prohibicionista o abolicionista-prohibicionista, donde sólo se encuentra Suecia; prohibicionista, donde se ubica Irlanda; el llamado nuevo abolicionismo, como por ejemplo Francia, Italia, Bélgica y Luxemburgo y, finalmente, de no intervención estatal, donde se encuadra a España y Portugal. Como conceptualmente e ideológicamente ya se han definido en estas comparecencias, nos centraremos en Holanda al ser el país con más tradición en la permisividad y reconocimiento del ejercicio

De la prostitución y en Suecia, ante un enfoque totalmente opuesto a los Países Bajos, novedoso y elogiado por los expertos y, en concreto, por las feministas, cuyo análisis merece recordar y abundar en este foro.

A) LA PROSTITUCIÓN EN HOLANDA:

En los Países Bajos la prostitución no estaba ni prohibida ni legalizada, pero estaba tolerada. Al comienzo, fue aceptada por las autoridades como un mal necesario, después como un fenómeno social. En las grandes urbes poco a poco se fue instalando un sistema de regulación informal que tenía como fin tanto proteger y controlar el orden público como contrarrestar los excesos (excesos de violencia, humillación, sadismo, etc.). La expansión de la industria del sexo durante los años 70, creó la necesidad de instrumentos aptos para la regulación de la prostitución, además su internacionalización requiere de una legislación más rigurosa frente al tráfico de mujeres.

El primero de julio de 1997, el Ministerio de Justicia hizo una propuesta de ley para levantar la prohibición general de establecer burdeles. La ley combina los diferentes artículos en relación a la explotación de la prostitución, el proxenetismo y el comercio de 8 mujeres. La pena máxima de 6 años se aplica por explotación sexual forzada, tráfico, inducción a la prostitución y proxenetismo mediante engaño o violencia, aumentándose la pena a 8 años cuando hay coautoría, el o la menor tienen menos de 16 años o cuando hay resultado de lesiones físicas.

Los fines de la ley son: diferenciar entre la prostitución voluntaria e involuntaria y a la legalización de la gestión económica para conducir a la normalización de la situación, mayor transparencia y a una despenalización de la prostitución. La ley supone el levantamiento de la prohibición de burdeles a nivel nacional pero no implica una ley nacional sobre la prostitución, pues ésta queda gestionada mediante una política de licencias administrativas otorgadas a nivel de las comunas. En relación a estas licencias no existe, por tanto, ninguna obligación a las leyes nacionales, por lo cual puede existir una gran variedad de estas licencias, como condiciones de trabajo de las personas que ejercen la prostitución. Las políticas de otorgar licencias permiten:

– Exigencias en relación a la higiene.

– Exigencias en relación al tamaño de la habitación.

– Exigencias en relación al número de baños.

– La posibilidad de rechazar a un cliente, de rechazar actos sexuales sin protección, rechazar la realización de determinados actos.

Pero las autoridades casi no tienen influencia en las relaciones "de trabajo" entre la prostituta y el gerente, se supone que la mejoría viene como resultado de una mejor posición legal de la prostituta que le permite reforzar su posición frente al cliente y al gerente. Según los acuerdos entre el gerente y la prostituta es también posible el no mantener relaciones asalariadas, sino arrendar las facilidades trabajando como independientes. Esto excluiría la presión de los gerentes hacia las prostitutas y su trabajo.

Esta forma de empresa es nombrada como "empresa facilitaria".

Los derechos de las prostitutas extranjeras están lejos de ser claros. Según los datos estimados, hasta un 90% de las prostitutas son extranjeras. Actualmente, las prostitutas extranjeras no pueden obtener un permiso de residencia basado en su trabajo mientras que estén empleadas en la prostitución; sólo podrían establecerse como autónomas siempre que pudieran procurar su propio sustento y cumplieran los requisitos que establece la ley nacional sobre la empresa privada. El Estado parece querer excluir a mujeres no holandesas de reglas aplicables al trabajo en todos lugares.

La política de aumento o de reducción de establecimientos crea dificultades para aquéllas que quieran establecerse como independientes. La situación actual hace pensar que no son las prostitutas independientes (y su eventual asociación en cooperativa/colectivo) quienes se benefician de este cambio en la ley. En relación a la protección legal del trabajo y, en vista de la ausencia de una legislación nacional, es la relación prostituta-gerente, la que determinará la calidad de los derechos laborales. En vista de la situación fragmentada 9 y débil de las prostitutas (variedad de formas de ejercer la prostitución, variedad de origen étnico, peso del estigma que impide la reivindicación colectiva) su capacidad de negociar buenas condiciones será muy limitada y los gerentes pueden fijar de manera casi unilateral las condiciones, el ambiente y las relaciones de trabajo. Actualmente, nada parece estar hecho para reforzar la posición de la independencia de las prostitutas.

Además, el Estado no otorga más medios a la policía y a la justicia para controlar la aplicación de las nuevas leyes, por lo cual, el Estado de no derechos, continuaría existiendo. La situación de mujeres no provenientes de la Unión Europea se empeora como consecuencia de esta ley, pues ellas se ven empujadas hacia las formas de prostitución más bajas o no reguladas, allá donde la zona del no derecho continúa persistiendo. Esta ley pretendía dar una respuesta a la migración de mujeres sin contribuir con una solución real: marginalización y exclusión serán los resultados. La despenalización de la prostitución no basta para mejorar la posición de las mujeres y darles acceso a más derechos y a la palabra. El Estado aumenta sus medios de control del ejercicio de la prostitución, los gerentes –y no las prostitutas- van a beneficiarse de los cambios. Esto no es una política de emancipación hacia las prostitutas.

En resumen, contrariamente a lo deseado, la legalización no logra "normalizar" la actividad y ha resultado un fracaso. Ésta es la conclusión publicada por el Centro de Investigación y Documentación encargado de hacer un balance a los dos años de la abolición de la ley que prohibía la prostitución. Para ello han sido entrevistadas varios cientos de personas entre prostitutas, dueños de establecimientos del ramo y policías. Ni las condiciones laborales y sanitarias de las prostitutas han mejorado ni ha desaparecido el circuito clandestino; es más, el grueso legalizado sirve para encubrir la gran masa de mujeres traficadas y ha favorecido la explotación sexual de niños y niñas.

La ley aprobada en el verano de 2000, como se señaló anteriormente, pretendía erradicar la clandestinidad, que supuestamente lleva al proxenetismo, a la explotación de menores y al tráfico de inmigrantes ilegales sin recursos que ejercen la prostitución. La realidad, dos años después, no responde a las expectativas, pues se dieron de alta en Hacienda 921 prostitutas, cuando se estimaba que la cifra real rondaba las 30 000. Cuatro años más tarde de la obtención de estos datos, las cifras de mujeres prostituidas se disparan notoriamente. Por la parte oficial, ni Hacienda ha mostrado un interés en obligar a sus nuevas contribuyentes a cumplir con sus deberes fiscales, ni los bancos se atreven a conceder préstamos a dueños de burdeles, quienes además cada vez tienen más dificultades para encontrar personal con la documentación en regla.

Otro motivo del fracaso es la falta de interés de los Ayuntamientos para dar licencias y practicar controles, según afirma la Inspección de Trabajo. Los burdeles con permiso desaparecen porque, en estas circunstancias, la competencia los hace insostenibles. El intento holandés, que se caracteriza por permitir que los establecimientos del sexo sean negocios normales y la profesión se equipare a otras, no ha dado resultado.

Podemos concluir señalando que está comprobado que, cuando costumbres irregulares se toleran o incluso se protegen, se crean las condiciones ideales para que crezcan. Pues 10 no sólo ocurre con los Países Bajos, la corriente a favor de la legalización de la prostitución, que ya se ha plasmado en algunos países, muestra con facilidad que el número de personas que se prostituyen ha aumentado, al igual que en Alemania y Australia, sin haber demostrado mejoría en sus condiciones de vida.

Según la web "Mujeres del Oeste", los Gobiernos que han legalizado y regulado la prostitución, como Holanda, están apoyando a ONGs y proyectos que se ocupan de la violencia contra las mujeres. Muchas ONGs sobre el terreno que están recibiendo fondos de los países pro-trabajo sexual han afirmado que no pueden oponerse a la legalización/regulación de la prostitución por miedo a perder los fondos, aunque desde su experiencia directa y el daño sufrido por las mujeres en la prostitución les ha demostrado que la legalización no es la respuesta.

La prostitución en México

La prostitución en México se remonta desde la época prehispánica en Mesoamérica, con los aztecas. En la actualidad dicha acción está considerada por el gobierno como ilegal.

La prostitución por ser un problema histórico-social complejo es difícil de definir y por tanto sumamente difícil para los diversos niveles de gobierno decidir acciones políticas, jurídicas y administrativas encaminadas a prevenirla o intentar erradicarla.

En 1898 donde se emitió un nuevo reglamento de sanidad, por el cual se obligaba a las mujeres vendedoras de placer a registrarse en la Inspección de Policía, que vigilaba los centros de prostitución y aprehendía a las mujeres sospechosas, y especialmente a las meretrices clandestinas o no registradas. El registro, como tal, era una libreta comúnmente utilizada en ese tiempo por notarios, jueces y párrocos, y estaba compuesta por un total de 196 fojas. En cada página se inscribía tres mujeres públicas con su respectiva fotografía: durante el imperio de Maximiliano no sólo se utilizó por este medio para custodiar a los de reos sino, también para controlar el ejercicio de la prostitución. Se trataba del primer intento de organizar la vida prostibularia a través de un elemento en la ciudad de México. Este corpus de identificación quedaría conformado bajo el nombre de "Registro de Mujeres Públicas" (1865-1867), el cual fue elaborado conforme al Reglamento de Prostitución expedido por Maximiliano. Se perpetuó hasta los años de la vida revolucionaria. Los datos que acompañaban cada fotografía incluían el nombre de la mujer y el pueblo o ciudad del que provenía y la profesión o el oficio, que muy probablemente la mujer seguía desempeñando.

Además, se daban a conocer los domicilios en los que se localizaban las casas públicas o burdeles y las casas de tolerancia. En algunos casos, las prostitutas detallaron sus domicilios personales: cuartos o accesorias en vecindades. El tipo de formato fotográfico que localizamos con más frecuencia en el documento es el de tarjetas de visita; los otros formatos son de tipo cuadrado, o credencial como hoy lo conocemos, óvalo y otros más reducidos. En cuanto al encuadre, la mayoría corresponde al de las mujeres posando de cuerpo entero, a diferencia de las fotografías de reos, estas fotografías conjugaban diversos elementos, pues en ellas se codificaron escenarios, actitudes y valores estéticos y morales que permiten mostrar el contexto cultural y social de un sistema de significación presente ahí y entonces. Por lo tanto, esto remite a las convenciones sociales o al apego de sistemas de representación regidos por la construcción de un imaginario colectivo.

En el registro se mandaba que la prostituta entregara su fotografía al comisario de Sanidad para tener derecho a ejercer la actividad. Estas fotografías se adhirieron a un costado de los datos de filiación que cada una respondió en el momento de su inscripción. El corpus fotográfico para las autoridades representó un ejemplo coherente con la idea de normalizar y de excluir a las mujeres de manera tácita de la vida en la ciudad.

Otra diferencia que cabe destacar con respecto a las imágenes de los presos y de las prostitutas es que en muchas de las fotografías las mujeres se encuentran rodeadas de una atmósfera que no corresponde a un estatuto prostibulario, pues contienen elementos tomados del convencionalismo social, como una suerte desfase entre un propósito criminalista y sanitario, y una tarea fotográfica de retratos convencionales.

Se muestran distintos decorados, mobiliarios, objetos y poses, es decir, un conjunto de atributos que las prostitutas aprendieron por distintos caminos. Uno de ellos, muy probablemente, quien las retrató: el fotógrafo logró, a través de su arte, volcar sobre su modelo el cúmulo de normas del discurso imperante de la época.

Todas ellas llevaron a los burócratas de la oficina del registro a ejercer un poder sobre las prostitutas. Estos cuestionamientos no se alejaron de las ideas del francés Paret-Duchâtelet, las cuales fueron propuestas a principios del siglo XIX en Francia, para organizar la vida prostibularia de la ciudad. El higienista francés propuso que así como la suciedad de la capital francesa debía organizarse y controlarse, las mujeres de la vida galante por su misma actividad debían pensarse como drenaje social. Esto favoreció a que las mujeres públicas fueran vigiladas y controladas a través de un perfil antropológico, sociológico y criminológico. Bajo estas circunstancias y con la idea de proteger la salud de la población y tratar de explicarse el fenómeno de la prostitución desde distintas áreas del conocimiento, conocer sus causas y consecuencias, pronto la construcción de estos saberes se relacionó con los esfuerzos volcados en la consolidación y el mantenimiento del Estado liberal. Posteriormente, los gobiernos emanados del movimiento revolucionario mantuvieron políticas de higiene que no tomaban en cuenta la realidad de la ciudad de México. A pesar de tanto empeño, los intentos reglamentarios, como intentos de control de las enfermedades venéreas, fueron un rotundo fracaso. Si ya desde la era porfiriana algunos médicos estuvieron en contra de reglamentar el ejercicio de la prostitución, ahora se volvieron a lanzar voces para su abolición.

Entiéndase que el tema de la prostitución no se reduce al mero intercambio de sexo por dinero. Esa definición simplista no opera en un tipo de sociedad cada vez más diversificada y tecnificada como la nuestra. Pues, se trata de un fenómeno social, repito, complejo, en cuyo estudio se advierten diversas perspectivas para indagar en sus causas, las cuales a su vez originan otros graves problemas -de salud y seguridad públicas, de irritación social y de abuso policíaco-, por lo que la prostitución debe ser atendida de inmediato y no continuar soslayándola, viéndola como si fuera algo normal en esta ciudad donde nuestra juventud ya de por sí tiene innumerables facilidades para «contaminarse» y corromperse por el relajamiento de la disciplina en el seno familiar y la pérdida de valores dada la influencia cultural nociva que ejercen en los jóvenes los programas televisivos y películas procedentes de los Estados Unidos de América, cargados excesivamente de innecesaria violencia, sexualismo, tabaquismo, drogas y alcohol.

Por otro lado, la tolerancia, indiferencia o apatía que se observa en el combate a este problema social encuentran un fácil pretexto presuntamente explicable por el desconocimiento de los artículos específicos del Código Penal de Sinaloa y de otros ordenamientos jurídicos vigentes que se han expedido para prevenir, evitar y penalizar el ejercicio de la prostitución en lugares públicos, abiertos o cerrados. Por esta circunstancia, la prostitución ha proliferado, como sucede en la mayoría de las grandes ciudades del país, sin control, resultan-do afectados como consecuencia de ello no solamente los vecinos y colonos que habitan en lugares aledaños a la «zona de tolerancia» y «casas de cita» o «casas de asignación», sino también aquellas personas que se dedican a esta actividad y clientes de éstas.

Es claro, que la complejidad del asunto ha rebasado las atribuciones que en materia de prostitución asigna clara y explícitamente a la autoridad municipal el Bando de Policía y Buen Gobierno para el Municipio de Culiacán y el Reglamento Provisional para el Ejercicio de la Prostitución, este último ordenamiento es único en el Estado de Sinaloa y se encuentra vigente desde el año de 1951.

Además, independientemente de sus obvias implicaciones éticas, mora-les y jurídicas, nos encontramos ante un problema social que crece conforme aumenta la pobreza, el desempleo y se destruyen los valores morales que dan cohesión a las familias sinaloenses.

DEFINICIÓN

La prostitución consiste en permitir acceso a una relación sexual de manera relativamente indiscriminada, según el grado de complejidad del sistema económico en que se dé. Está implícito que el pago se realiza para obtener una gratificación sexual específica.

Asimismo la prostitución es un servicio personal- más nunca un trabajo- que puede ser efectuado por hombres o mujeres a solicitud bien de hombres o de mujeres.

Por su parte, la Ley de Salud del Estado de Sinaloa, en el artículo 199, define a la prostitución como aquella actividad que realizan las personas utilizando sus órganos sexuales como medio de vida.

VISIÓN GENERAL

En México existen los trabajadores sexuales masculinos (como se hacen llamar), femeninos, y hasta menores de edad, que ejercen su oficio en parques, en casas de masajes y otros centros especializados. No tienen un límite de edad propiamente establecido, tanto pueden contar con apenas 16 o 17 años (algunas veces menores controlados por la mafia), como con 30, 40 o 50 años. Comparten problemas muy complejos y por lo general menosprecian a sus clientes, éstos no están exentos de toparse algún día con un sexo servidor que tratará de robarles o algo peor.

En la literatura actual, se pueden encontrar muy buenas referencias de este viejo problema, en la mayoría de estos libros se describe la personalidad y maneras de operar de los sexoservidores y explorar sus motivaciones e impulsos. Asimismo, analiza sus ambiciones, actividades y estilos de vida y detalla todos los riesgos que implica la práctica de la prostitución. En el Vampiro de la Colonia Romapor ejemplo Luis Zapata relata la historia de un famoso chichifo, sus penas y glorias, sus tácticas de mercadotecnia, sus momentos amargos, sus contagios y tratamientos, la pérdida total de la salud y sus miserias.

La prostitución masculina, al igual que la femenina, es antiquísima desde Persia hasta el Indostán, donde existían los burdeles con cortesanos vestidos de mujer, ojos y mejillas maquilladas, trenzas y uñas pintadas con henna, pasando por la Roma decadente y la milenaria China y llega hasta nuestros días desaprobada por muchos todavía como una lacra y un insulto a la dignidad humana.

En realidad se trata de una cuestión de intereses. Así podemos entender que para los trabajadores de este sector sea un medio y forma de vida, para los clientes una necesidad, para los puritanos una ostentación de pecado, para los cándidos incautos una ruleta rusa, que algunas veces, les puede costar la vida. Por su lado las opiniones de índole psicológica convienen en afirmar a veces que el prostituto masculino exhibe en el ejercicio de su oficio el encubrimiento de su homosexualidad reprimida y salva su honor de heterosexual al comportarse activamente en la relación.

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