Las seudo-ciencias herméticas, efectos de una época oscurantista (página 3)
Enviado por CARLOS HURTADO
2.1.7 La Oniromancia. "Es la adivinación por sueños y la onirocritica es el método para su interpretación"[93]. Hasta un determinado tiempo la oniromancia gozaba de gran prestigio, sobre todo con la publicación de Sinecio en el año 370, "Tratado sobre los sueños", en ésta expresa que "gracias a su facilidad, la adivinación por los sueños esta al alcance de todos; simple y sin artificio, es racional por excelencia, santa pues no utiliza medios violentos Y puede ejercerse en todas partes"[94]. Luego, en el Renacimiento hubo varios personajes que se encaminaron por el uso de este arte, incluso Jean Belot, un cura que se autollamaba "maestro de las cosas divinas y celestes"[95]. Son infinitas las obras y los autores que dedicaron su vida a escudriñar la oniromancia, pero en el siglo XIX entra en las ciencias, el psicoanálisis, propuesto por Freud, a través del cual quita toda solidez a la oniromancia, pues esos sueños a los cuales se les podía dar una interpretación pasaron a ser parte constitutiva del inconsciente que es básicamente el espacio donde el hombre hace suyos innumerables situaciones.
2.1.8 La Captromancia. "Es la adivinación por medio de los espejos y se derivan de ésta la cristalomancia y la hidromancia(, que fueron bastante fuertes en la Edad Media."[96]La práctica se hacía con individuos que durante tres días permanecían en ayuno y se envolvían en sahumerio, que a lo último terminaba en alucinaciones. Gian Battista Della Porta describe en una de sus obras "Magie Naturelle", la forma de trazar, pulir y preparar espejos en los que una persona se refleje con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba y como se trataba de espejos cóncavos, al mirarse en ellos se producían figuras poco agradables, y era lo que los magos transmitían a quienes los buscaban.
En 1680 un personaje se burla con las siguientes palabras al hacer mención de los practicantes de la hidromancia "en la que la mayoría de las adivinadoras utilizaban barreños llenos de agua, espejos y cosas por el estilo para embaucar al público"[97]. A partir de estos espejos surgieron las famosas historias de los espejos mágicos y ya en el siglo XIX, esta práctica pasó a significar el hipnotismo, que en asocio con el espiritismo fue utilizado para invocar las almas de los difuntos y, Cahagnet, un hipnotista famoso desarrolló las diversas clases de espejos a partir de los cuales se puede trabajar dicho arte: "el espejo teúrgico, el espejo de cagliostro, el espejo de Jules Potet, el espejo swendenborgiano, el espejo magnético, el espejo narcótico, el espejo galvánico, el espejo cabalístico"[98]. Lo interesante del tema es que a partir del siglo XIX los psicólogos tomaron la adivinación por medio de los espejos para incorporarla en sus trabajos, en especial los relacionados con "el automatismo sensorial y las alucinaciones provocadas"[99].
2.1.9 La Cartomancia. "Es el arte de adivinar por medio de la baraja, ésta apareció en Francia en el siglo XIV"[100]. No se tienen datos de ella en el ámbito del Egipto faraónico ni en la antigüedad grecorromana y menos en los comienzos de la Edad Media, las razones son justificables, debido a que no se empezó a difundir, sino a partir de cuando surge la imprenta, el papel y la xilografía y aun no se ha establecido cuál de los países europeos fue el encargado de poner a disposición del mundo estas técnicas. En cuanto al tarot es originario de Italia, data del siglo XIV, "en éste estaban representadas las imágenes del Papa, el Rey, el Emperador, el Mendigo, etc"[101]. El inventor de la cartomancia, Jean Francois Allierte (1738-1791), profesor de aritmética, decía haber estudiado magia desde los catorce años y se fundamentaba en los hermetistas, éste autor eleva la cartomancia a la "filosofía oculta"[102].
Para empezar a hablar de la alquimia como un componente importante en la Edad Media, es necesario remontarse hasta encontrar los focos donde posiblemente pudo aparecer este arte, tal como lo califican grandes exponentes del Medioevo. En un comienzo se dice que tiene un "origen sobrenatural, maldito y reputado a la vez. Al parecer esta tradición se inicia con los ángeles expulsados del cielo, de los que se comenta en génesis V, quienes bajaron a la tierra y tuvieron descendencia"[103], es claro que es una de las tantas teorías míticas que existen, pues también se habla de la mitología griega como propiciadora de dicho arte. Pero una de las mas acertadas es la que aportan los etnólogos, misioneros y exploradores, al afirmar "que las tradiciones orales, el trabajo primitivo de los metales en los pueblos y/o aldeas se convierte en el patrimonio fascinante y temido al mismo tiempo de pequeños grupos cerrados de herreros, que se transmiten los secretos de padre a hijo, de maestro a hijo"[104]. Rene Alleau, un investigador de dicho fenómeno, está convencido en fundamentar su teoría de origen de la alquimia "en la simbiosis que se da entre unas artes con fines prácticos, fabricar armas, herramientas, y una visión mágica, taumatúrgica, de todos los fenómenos comprobables, tanto naturales como humanos"[105]. Éste afirma que "antes del homo faber apareció el homo divinans" en un comienzo "el trabajo y la magia estaban estrechamente relacionados"[106].
Esa metalurgia de tinte sagrado fue dando después origen a la alquimia, donde un componente importante es el fuego, con el cual sufre transformación toda clase de metal, con el tiempo se fueron agregando algunos ritos para llevar a cabo dicha labor. El lugar exacto del origen de la alquimia, según su etimología, se sitúa en el Egipto faraónico, cuna del arte sagrado(. La palabra proviene del árabe Al-khimi-ya (la química), según los historiadores este vocablo proviene del sustantivo egipcio khemi, el cual era atribuido al color negro y que a la vez hacía alusión a la región de khem (país negro)((. En cuanto a la alquimia como tal, "la invención es atribuida a un misterioso personaje, que los alquimistas griegos de Alejandría llamaron Hermes((( Trimegisto"[107]. A este personaje se le atribuye la Tabla esmeraldina ( y ésta a la vez se relación con el Santo Grial((. A continuación una parte del texto original de la tabla esmeraldina, en la que se fundamenta la teoría alquímica:
Os digo una cosa bien cierta. Lo que esta abajo equivale a lo que esta arriba, y lo que esta arriba equivale a lo que esta abajo, en lo que concierne a la realización de los milagros de una obra única. Y así como todas las cosas provienen en del uno por la obra del uno, así todas han nacido de esa cosa única, por adaptación. El sol es su padre, la luna es su madre. El viento la ha llevado en su vientre, la tierra la ha alimentado. Ella es el principio de la perfección en todo el mundo. Su poder es infinito cuando se ha transformado en tierra. Sube de la tierra al cielo y desde el cielo vuelve a bajar a la tierra, y restablece la unidad de las fuerzas de las cosas superiores y de las inferiores: por esa via, conquistaras la gloria en todo el mundo y alejaras de ti todas las tinieblas. Separaras la tierra del fuego, lo sutil de lo denso, lentamente, con gran arte. Ella es una fuerza más fuerte que cualquier otra fuerza, por que puede sobrepasar toda cosa sutil y penetrar toda cosa solida. Así fue como se creo el mundo. Son maravillosas las operaciones que de esta manera fueron realizadas[108]
Según los últimos estudios realizados se afirma que esta Tabla no se pierde en el lejano pasado, al parecer data del siglo IV, en su idioma original, el griego, época del florecimiento de la alquimia en Alejandría. Sólo hasta el siglo VI, la alquimia saldría de Alejandría para el Imperio Bizantino, pero el occidente solo tendrá acceso a este nuevo conocimiento gracias a las traducciones de los musulmanes, entre los primeros alquimistas musulmanes se destaca el príncipe Omeya Khalid-Ibn-Jazid, que reino en el siglo VIII. La conquista de España por los Árabes en el siglo VIII, trae consigo todas sus tradiciones, entre ellas la práctica de la Alquimia y el judaísmo. Se destaca que junto a estos países orientales y occidentales banderas en la Alquimia, se halla en el lejano oriente la China, otra potencia en este aspecto, a tal punto que según investigaciones recientes se afirma que "el Taoísmo, de Laot-se, andaba también en la búsqueda de un elixir de larga vida, destinado a llevar a los seres humanos al mas alto estado de perfección física y espiritual"[109]. Aunque la traducción de los textos se empezó a realizar desde el siglo X, no fue sino hasta el siglo XII, cuando salen a la luz pública dichos textos. Entre los alquimistas, filósofos y escritores musulmanes se destaca Ibn Sina, Avicena (980-1037 d.C).
2.2.1 Objetivo de la Alquimia. En un principio, el objetivo estuvo centrado en la parte material, "los textos de alquimia que simultáneamente se difundían en occidente y oriente hablaban de espiritualizar la materia y de materializar el espíritu de la necesidad de hacer mas pura la naturaleza"[110]. Un destacado personaje de la Edad Media, Roger Bacón( decía que "la alquimia es la ciencia que enseña a preparar cierta medicina o elixir((, el cual, al actuar sobre los materiales imperfectos, les comunica la perfección en el mismo momento de la obtención"[111]. Su fundamento estaba en "la imaginería popular, su meta fascinante era la de fabricar oro"[112], aunque se destaca que nunca llegaron a tal cometido, sí aportaron las bases suficientes para la transformación y manejo de los metales al punto que un historiador sentencia que "que la alquimia es la madre de la química moderna"[113], en otras palabras se concluye que la alquimia en la Edad Media fue una especie de prehistoria que dio como resultado la química experimental. En las conclusiones a las que han llegado los historiadores, se destaca que existen ciertas características que hacen únicas cada uno de los artes, en cuanto a la alquimia, se debe entender como "un saber tradicional, en la que la idea de descubrir algo nuevo tendría sentido y sagrado, pues se basa en la transmisión de secretos. Es un arte en el que, sin duda, se realizan operaciones de laboratorio, pero en el que éstas interfirieron en otros campos que no son el trabajo sobre la materia"[114].
2.2.2 Lugar de Trabajo. Ubicándose en la Edad Media, era una constante el hecho de que los alquimistas tenían sus lugares de trabajo, pero aislados del público, pues se consideraba que así tendrían la posibilidad de sustraerse de las miradas de los curiosos y además les permitía mantener el secreto. Estos laboratorios eran instalados en cualquier sitio de las ciudades o del campo, en los castillos, los conventos, las casas curales y las casas de burgueses. Se destaca que junto a los laboratorios se edificaban los oratorios, que eran los lugares propicios para algunos momentos en los que el alquimista se centraba a estar en oración. "La gran obra( empezaba en el hornillo o crisol, llamado Atanor, el cual debía calentarse con fuego, sobre el que se colocaba el huevo filosofal, llamado también Aludel, de materiales como el barro, el vidrio o cristal"[115]. Entre los múltiples utensilios en sus trabajos se destacan "los aparatos para la destilación, las pinzas, atizadores, martillos, un fuelle, recipientes de cerámica y vidrio"[116]. El arte estaba regido por cuatro condiciones:
La primera es la convicción de que en los orígenes de la manifestación del universo, de la vida en particular, actuaba una energía inteligente o consciente; la segunda es tener la creencia en una forma posible de inmortalidad física del ser humano; la tercera es tener una representación del mundo sometido a una ley intangible e ineluctable; y por ultimo, la existencia de una tecnología metalúrgica suficientemente evolucionada[117]
En cuanto a la simbología reflejada en sus utensilios se destaca el pelicano, que es el aparato de destilar y éste lo asociaban con un legendario símbolo cristiano: "el de la hembra del pelicano que se abre el vientre para alimentar a sus polluelos- alusivo al absoluto sacrificio de Jesucristo que se ofrece en holocausto para la redención de todos los hombres"[118]. Se destaca también el Uroboros(, como uno de los símbolos claves dentro de la filosofía hermética.
La búsqueda final de toda ciencia alquímica era la piedra filosofal, pero se requería una materia prima sobre la cual trabajar y entre las varias que se postulaban para tal fin se encuentra el sulfuro natural de antimonio (Sb 2 s3) dado a través de un proceso llamado la vía húmeda, el cual consistía en dejar por cuarenta días la mezcla de algunas sustancias, hasta que tomaran el color negro, pero los riesgos que se corrían eran de gran magnitud, pues no tenían los suficientes conocimientos acerca de la volubilidad de ciertos cuerpos. No se desconoce que el alquimista del Medioevo guardaba una estrecha relación con la astrología, pues asociaba cada proceso para conseguir la piedra filosofal con los signos zodiacales, además de que el tinte cristiano estaba bastante marcado en ellos, ya que creían en el pecado original e invitaban en sus comentarios a invocar al Señor "hijo mío, antes de realizar nuestra obra filosófica, invoca el nombre de Nuestro Señor, que sufrió una terrible muerte por amor a los pecadores, haz la señal de la cruz para que el diablo no interfiera en nuestro trabajo"[119]. Incluso muchos alquimistas trataron de asociar parte de su trabajo con los dogmas de la Iglesia, Bernardo Trevisano en su obra, "la palabra abandonada" hace un paralelo entre la santísima trinidad y los tres elementos básicos de la alquimia, azufre, mercurio y sal[120]
Entonces se tiene la idea de un alquimista como aquel personaje que bajo procedimientos mágicos llevaba a cabo su trabajo, pero es demostrable que el verdadero alquimista difería de este tipo de ciencia hermética, sin desconocer que si se llevaban a cabo ciertas operaciones que para la mentalidad actual quizá si logren ser calificadas como mágicas, pero es que además de la parte práctica del arte estaba también el tenerla como fundamento espiritual, "los alquimistas combinaban estrechamente los sensible y lo espiritual, materia y espíritu eran los dos polos originarios, activo y pasivo"[121], "esa relación se fundaba en los cuatro elementos que conformaban el cosmos, agua, tierra, fuego y aire, como esa quintaesencia que daba fundamento a todo"[122] además consideraban que uno de los principios para alcanzar la consecución de la piedra filosofal era haber adquirido la iluminación y ello implicaba dar muerte al hombre viejo "y sabed que el fin es solo el principio y que la muerte es causa de vida y principio del fin. Observad el negro, el blanco, el rojo, nada mas; pues vuestra muerte es vida eterna tras la muerte gloriosa y perfecta"[123].
Se manejan diversos conceptos que luego filósofos modernos retomarán, un ejemplo es el microcosmos, al cual se refería Hermes en sus comentarios, cuando hablaba del hombre de la siguiente manera, "el hombre es el microcosmos o pequeño mundo que contiene todo lo que encierra el macrocosmos o gran mundo, al igual que el macrocosmos con sus dos luminarias, el sol y la luna, también el hombre posee dos, el ojo derecho que representa el sol y el izquierdo la luna…"[124]. Dentro de su filosofía sencilla, se llega a pensar que poseían bastante un sincretismo y un panteísmo exagerado, pues buscaban "ese espíritu universal, principio de toda creación el cual estaba difundido en las obras de la naturaleza como por una continua infusión, y que mueve cada universal y cada particular, según su genero por medio de un acto secreto y perpetuo"[125]. El alquimista de la Edad Media, teniendo como herramienta los utensilios ya mencionados, además de saber la teoría en cuanto que "Dios daba cuerpo a la sustancia espiritual, y el universo entero no era sino la reunión de los diversos agregados que ese espíritu, al hacerse materia formaba en el mundo inmanente"[126], concebía también que todo lo creado debía "nacer, crecer, multiplicarse y morir y al final de su ciclo retornaba en una nueva transmutación"[127], ahora el filósofo alquimista con toda la tecnología dispuesta, pero, sobre todo, con el fuego, buscaba "manipular las criaturas mas simples, con el fin de repetir a menor escala la labor que ejercía Dios en la gran obra"[128], en esto reside la gran diferencia entre las ciencias modernas y la alquimia, "ésta utiliza el conocimiento humano y lo asocia a los impartidos por la naturaleza, con el fin de trascender, mientras la primera solo busca conocer y explotar"[129]. Era necesario que entre el espacio y el tiempo hubiese una explicación a los cientos de casos que envolvían el misterio de la alquimia, por ello se atribuía todo "al determinismo divino, el destino y la determinación del hombre"[130], como coordenadas a partir de las cuales todo ser realiza su existencia.
En párrafos anteriores se habla de un espíritu absoluto, que es propiamente el que da fundamento a los alquimistas, con él buscan satisfacer sus ambiciones, pero frente a ese mismo reto surgían diversas cuestiones, entre ellas ¿cómo poder acceder a él? y si lo lograban ¿cómo hacer que estuviese siempre con ellos? Surge entonces lo que se denomina el vaso alquímico donde "se buscaba obtener un elemento lo suficientemente purificado para convertirse en catalizador del espíritu universal e impregnarse del mismo, convirtiéndolo en agente de transmutaciones reales en el plano fenoménico, aparece el concepto de Imán o Magnesia"[131], con este aspecto, la alquimia empieza a tomar un rumbo diferente, pues se torna exotérica, toda la filosofía y práctica alquímica se desarrollan en lo más hermético posible.
Debido a lo anterior, toda la obra alquímica que ha llegado hasta los tiempos modernos está expresada a través de símbolos, los cuales eran los elementos perfectos para transmitir, pero también para ocultar la esencia de tal arte. Muchos autores diferían en esta práctica en cuanto a la significación de objetos y situaciones, ello esta comprobado en tres factores el modus operandi que al parecer variaba de un autor a otro; las obras hacían uso de falsas recetas con el fin de acumular las contradicciones y desde un principio la alquimia siempre tuvo vocación de ser ciencia secreta y se disfrazó así mismo mediante un sistema lingüístico refinado y complejo, liberado de cualquier limitación sintáctica conocido como cábala( fonética. El objetivo era claro, difundir el arte bajo apariencias y solo quienes estaban llamados a interpretarlo lograrían percibir que en muchas de las obras publicadas en aquel entonces llevaban impreso el sello alquímico, que el arte que aparecía también bajo este mismo efecto. Se llegó a denominar también a la cábala hermética como "el lenguaje de los pájaros"[132], por ello se da fundamento a la hipótesis de que quizá "San Francisco comprendía y hablaba el lenguaje de los pájaros, esto porque los hermanos menores, quienes fueron los encargados de difundir la historia, tenían muchos conocimientos en la cábala hermética"[133].
Bajo la siguiente premisa "ora, lege, relege, labora et invenis…o sea reza, lee, relee, trabaja y encontrarás…"[134], los alquimistas, sin olvidar el acompañamiento de un buen maestro, incitaban a su pupilos para que conservando "una alma piadosa y una ferrea obstinación en el estudio y la practica llegasen a la esencia de la verdad"[135], pero ¿cuál verdad?, pues los alquimistas buscaban la piedra filosofal(, la cual era el resultado de todas sus operaciones o sea "la materialización del espíritu"[136].
Pero, los alquimistas no sólo buscaban la transmutación de los metales de los más simples al perfecto, en realidad era una de las varias virtudes que lograba encontraba la piedra filosofal, pues además ésta tenía la capacidad de influir en los hombres, en los animales y los metales. Según el estado de la piedra, ésta desempeñaba una función especial; en estado sólido arrojaba un "polvo de proyección, con el que se efectuaban las transmutaciones; en forma salina, servía como remedio universal y en solución mezclada con alcohol era la única verdadera acqua vitae, el oro potable, el elixir de la larga vida de los alquimistas orientales"[137].
Pero ¿por que debía ser el oro el objetivo de los alquimistas? Soledad Esteban Santos, una experta química argumenta lo siguiente, "por que el oro desde los primeros tiempos, atrajo la atención del hombre, por su aspecto era el metal mas bello, por su brillo y su color. Por su incorruptibilidad, resistente a la corrosión de la intemperie, al fuego y a la acción de otros materiales"[138]. En conclusión era y es "símbolo de riqueza y de poder, es pues tanto el metal por excelencia, el metal perfecto"[139].
La alquimia es considerada como una "metafísica experimental, se convierte en el sistema secreto de una teoría del conocimiento, una gnoseología practica, en la que la sucesión de operaciones iban respondiendo a unos resultados milagrosos"[140], estas operaciones se fundaban en tres aspectos que bajo el efecto de la sal, daban el resultado esperado, "el principio del mercurio, luego el del azufre y la unión de estos resultaba la piedra filosofal, como lo que se esperaba"[141]. Alberto Magno habla de cinco etapas que permiten llegar a la piedra filosofal: "la reducción de las sustancias a su primera materia, la extracción del azufre y del mercurio, purificación del azufre obtenido hasta darle la apariencia del oro y de la plata, preparación del elixir blanco, trabajo de este elixir hasta quedar rojo. Esto en cuatro operaciones; descomposición, lavado, reducción y fijación"[142].
Ante este panorama, parece normal la convivencia de las ciencias herméticas con la filosofía cristiana, allí, en esa aparente normalidad, empieza el gran dilema que existe, en cuanto a la caracterización de la Edad Media como época oscurantista, puesto que los alquimistas:
Empezaron a ser atacados por la Inquisición, igual que los hechiceros o los herejes, ya que en sus laboratorios empezaban siempre por rezar y purificar el alma antes de iniciar el trabajo. La Iglesia sospechaba que estos personajes tenían la pretensión de igualarse a Dios, no solamente creando riquezas en abundancia y preparando el elixir de la larga vida, sino además comparando la fabricación de la piedra filosofal a la creación de Adán a partir del limo(. Algunos de ellos los mas excéntricos, se ocuparon por otro lado de la Palingenesia( o de la posibilidad de crear un hombre en miniatura, un homúnculo[143]
Esta persecución de la Iglesia es avalada y corroborada por la bula del papa Juan XXII, publicada en 1317 en la que expresa todo su desprecio, y a continuación se relaciona un aparte del texto, ya que en su totalidad no aparece en un medio de fácil acceso a esta investigación:
¡Los malditos alquimistas prometen lo que no pueden dar! Su osadía ha ido demasiado lejos; ya que con estos medios acuñan moneda falsa, y engañan por tanto al pueblo.
La imprudencia llega tan lejos que los charlatanes acuñan moneda falsa. El Papa estima que todos los que los que han intervenido en la fabricación de oro alquímico deben ser desenmascarados como hombres sin honor. Deben dar a los pobres tanto oro verdadero como el que han fabricado falso. Los que han acuñado esta clase de monedas verán sus bienes confiscados y serán castigados a cadena perpetua. En cuanto a los religiosos que se encuentren en semejante caso, perderán sus privilegios…[144].
Y no solamente la Iglesia empezó a atacar los practicantes del arte también estaban las autoridades civiles,
Desde finales del siglo XIV los alquimistas sufrieron persecución: en Francia, el Rey V prohibió en 1380 las investigaciones alquímicas en todo su reino, y encargo a su policía que persiguiera y detuviera a los infractores; parecidos edictos emitieron el rey de Inglaterra en 1404 y el Consejo de Venecia en 1418[145]
Pero, los alquimistas a pesar de todas las dificultades buscaban los medios que tenían a su disposición y recurrían a métodos que sólo tiempo después y gracias a las investigaciones se pudo llegar a concertar que por ejemplo, "atribuían sus obras a los reyes y obispos mas reconocidos"[146] y de esa manera podían seguir en la práctica de su arte.
2.2.3 Personajes que aportaron a la elaboración del proyecto alquímico.
2.2.3.1 Geber Al-Yaber. Es considerado el iniciador de la doctrina alquímica medieval entre los siglos VIII y IX, descubrió la piedra infernal, del sublimado corrosivo (oxido mercúrico) y el proceso de copelación para alear oro y plata. Sistematizó el sistema alquímico, aunque nunca intentó establecer verificaciones en sus teorías. Basado en las concepciones astrológicas babilónicas y persas, afirmó la existencia de correlaciones entre ciertos metales( y ciertos planetas. Afirmo que los metales estaban todos compuestos de mercurio, arsénico y azufre. Descubrió tres sistemas de destilación y previó el importante papel de los gases en la composición de los cuerpos[147]
2.2.3.2 Alberto Magno. Es del siglo XII d.C. retomó las teorías de Geber, siendo el primero que se refirió a la afinidad de los cuerpos a partir de la acción del azufre sobre los metales. Partiendo del acido nítrico (aqua prima), obtuvo una serie de aguas o nitratos secundarios, terciarios, etc[148]
2.2.3.3 Paracelso. Tomó este apelativo para-celso, que significa más que Celso, un reconocido tratadista suizo de Medicina anterior a él. Nace en 1493 en Einsiedeln, suiza. Adquirió conocimientos de mineralogía, química y metalurgia y en talleres de minería en Austria. Desde su cargo de profesor realizo duras críticas a los métodos de la medicina tradicional de Galeno, se negó a dictar sus clases en latín. Paracelso abandona la búsqueda de la piedra filosofal y la reemplaza por la medicina tradicional, basada en el uso de remedios de origen vegetal, el uso de medicamentos minerales, denominada Iatroquimica[149]
2.2.3.4 Jean Baptiste Van Helmont. (1577-1644) continúo desarrollando las ideas alquímicas de Paracelso, asumiendo que el agua, por medio de un fermento o aura vital era el verdadero principio de todas las cosas. Se dedico a estudiar los gases liberados en proceso de fermentación, como el gas carbónico al que llamó gas silvestre. En cuanto al aire era considerado, por Van Helmont, como un elemento, lo mismo que el agua[150]
2.2.3.5 La Iatroquímica. Es decir, la medicina a base de curaciones por sustancias de origen mineral iniciada por Paracelso, fue continuada por Silvio (1614-1672) quien se encargó de vincular la salud con los fluidos del cuerpo. Clasificó los fluidos en ácidos y alcalinos y supuso que su combinación daba sustancias neutras, esta doctrina preparó el camino a la idea de afinidad o atracción química[151]
2.2.3.6 George Stahl. (1660-1734) Asumió además de la hipótesis alquímica de las tres tierras (pétrea, gaseosa y fluida), los cuatro elementos: agua, acido, tierra, y flogisto(. Tomando algunos apartes de la teoría del filosofo Empedocles. La hipótesis flogista propuesta por este personaje sería uno de los antecedentes de la química, analizado por Lavoisier((.
2.2.3.7 Isaac Newton. Es uno de los científicos más celebres de la modernidad, quien aportó grandes postulados a la ciencia experimental, pero ante él también estuvo el gran ideal impregnado por el pensamiento del momento, la búsqueda del elixir de la eterna juventud o piedra filosofal. Sus escritos sobre alquimia fueron encontrados en el año 1936 y subastados, de ellos se extrajeron los aportes de Isaac a la alquimia. "Quien se gano los documentos y consciente de lo que había adquirido, después de un estudio profundo, realizo una conferencia en el Royal Society, para presentar a Isaac, no como el científico moderno sino como el ultimo de los magos"[152].
Entre los muchos objetivos de Newton estaba el de mostrar la grandeza de Dios a través de sus obras, era un defensor del pensamiento universal, por ello su interés por la Teología y la Alquimia. "En sus escritos deja entrever que su búsqueda por la piedra filosofal, esta fundamentada en que los hombres sabios de la antigüedad han legado un secreto en los libros, pero a través de símbolos, por ello es necesario descifrarlos. Newton recurriendo a la filosofía de los naturalistas, en especial a la de Heráclito, se funda en el postulado de este filósofo, todo esta en constante cambio"[153]. Y con respecto a esto en uno de sus libros expone:
Porque la alquimia no trata con los metales como piensan los vulgares ignorantes, cuyo error les ha hecho despreciar esta noble ciencia; sino también con las venas materiales de cuya naturaleza Dios creó a sus servidores para que concibieran y procrearan a sus criaturas… Esta filosofía no es de la clase que tiende a la vanidad y al engaño, sino más bien al provecho y a la edificación, induciendo primero el conocimiento de Dios y segundo el camino para hallar auténticas medicinas para sus criaturas… su finalidad es glorificar a Dios en sus Maravillosas obras, enseñar al hombre a vivir bien… Esta filosofía a la vez especulativa y activa no sólo puede hallarse en el volumen de la naturaleza sino también en las Sagradas Escrituras, como en el Génesis, Job, Salinas, Isaías y otros. En el conocimiento de esta filosofía hizo Dios a Salomón el más grande filósofo del mundo[154]
Enfrento problemas con la Iglesia y su interés por las sagradas escrituras, ya por ello optó por aprender hebreo y leer desde las fuentes, con el fin de buscar respuestas concretas a la fe impartida por el cristianismo, de manera especial, el dogma de la santísima trinidad, ya que no estaba de acuerdo con que Cristo compartiese la misma esencia y naturaleza de Dios y "con esto se adhirió a la teoría del arrianismo, la cual niega la consubstancialidad del Padre con el hijo. Para Newton Dios estaba por encima de todo, era imposible que se asemejara a la naturaleza de Cristo"[155].
Después de recorrer y analizar los diversos aspectos más relevantes de la Edad Media, de manera especial, el enfoque del hombre en las ciencias herméticas, se constata que "un periodo oscuro es un periodo pobre desde el punto de vista cromático, sin contrastes, unilateral; ahora, este periodo medieval es considerado por el contrario un periodo de indiscutible riqueza cromática, pues es la única vez en la historia de occidente cuando se alternan mentalidades monoteísta y politeísta"[156]. El término de oscurantismo fue un apelativo para identificar todo un periodo, pero tal como se observa, esto es aposteriori, lo que ha dejado abierta la posibilidad de cometer errores al juzgar desde determinada época la situación de otra ya sucedida. El fundamento está básicamente en afirmar que "el siglo XV es el renacimiento de los ideales de la antigüedad clásica, la cual había sido destruida por los barbaros, según la teoría tradicional de los historiadores"[157], pero Pirenne, un historiador francés, presentó una nueva alternativa para entender a plenitud este lapso de acontecimientos, "en la que deja entrever que el establecimiento de los germanos en la cuenca del Mediterráneo no supone de ninguna manera el punto de partida de una época en la historia de Europa. No rompieron con la tradiciones, el objetivo de los invasores no era aniquilar el Imperio Romano, solo disfrutar de su declive"[158].
La caída del Imperio Romano ya se venía gestando desde varios años atrás, y en vista de ello muchos de los pueblos germanos se acercaron a sus fronteras y asimilaron progresivamente las costumbres de sus anfitriones, incluso colaboraron en ocasiones con la defensa del Imperio. La corrupción político-administrativa, el envilecimiento del talante antaño austero y cívico dieron lugar a las fracturas en el Imperio y abrieron la posibilidad para que los bárbaros se instalaran en sus territorios definidamente, pero junto a ellos también se ubica una institución, "la Iglesia Católica como uno de los únicos estamentos socioculturales constitutivos del bajo imperio que en su momento registra una curvatura ascendente y se impone como una de las religiones con más poderío para las tribus germánicas, los visigodos, ostrogodos y confederaciones de los francos"[159].
En la actualidad debido a los estudios avanzados que se han efectuado en torno a la Edad Media, han surgido interesantes interpretaciones que desdibujan la idea clásica del periodo oscurantista, del cual siempre se habló peyorativamente. Uno de los primeros objetivos de los historiadores posteriores al renacimiento fue sugerir un nombre para designar el periodo de tránsito entre dos que eran totalmente distintos, la Edad Antigua y la Edad Moderna, en otras palabras, ese periodo no poseía identidad. Ahora, No se desconoce que en occidente sí hubo un espacio donde los conflictos se vieron latentes y que es quizás el periodo por el cual toda la Edad Media pasó a ser calificada como oscurantista, el cual esta comprendido entre los siglos VIII y X "donde la vida intelectual acusa su cota mas baja en la historia de occidente debido al cierre del mediterráneo y el libre comercio entre los pueblos"[160], fenómeno que ni siquiera con la entrada de los bárbaros en el Imperio logró hacer desaparecer los vestigios de civilización cultural existentes, porque éstos conservaron el comercio y al tiempo convirtieron a las ciudades en centros de mercado, los cuales eran viables por el mediterráneo. Luego, el cierre del Mediterráneo se hace efectivo por el Islam "cuya rápida expansión lo llevaría hasta los pirineos en Occidente y a fatigar las murallas de Constantinopla en Oriente"[161], acompañado por otros factores que aportan a la desestabilización de este paso obligado de dos culturas, "la acción de los vikingos al norte, los Magiares al Este y la critica de la Iglesia tendiente a desestimar el interés por los asuntos mundanos, llevaron consecuentemente a dicho fenómeno"[162].
Con el aporte investigativo de Pirenne se da por sentado el precedente de que el Medioevo no inicia en el siglo V y menos en el VIII, "pues allí todavía no se gesta un periodo histórico con identidad propia, de hecho se habla de que este lapso hace aun parte de la antigüedad tardía"[163], entonces "¿que fenómeno histórico proporciona unidad al periodo comprendido entre los siglos V y XV?"[164], según la teoría de un historiador, Gibbons y la más tomada a través de los siglos, "sostienen que un elemento sustentador de dicho espacio fue el cristianismo"[165], pero para Pirenne surge un nuevo interrogante "¿el proceso histórico mediante el cual el cristianismo termina por convertirse en protagonista del acontecer en Occidente constituye un fenómeno exclusivamente medieval?, al cual responde que independientemente de cual sea la fecha para indicar los orígenes del Medioevo, la preeminencia del cristianismo la antecede"[166] y se ve reflejado en los Emperadores quienes buscaban dar consistencia al imperio que estaba bastante agrietado; Constantino, Teodocio I, entre otros fueron los que se refugiaron en el cristianismo como una religión nacionalista y monoteísta, con el fin de compactar los diversos pueblos existentes en uno; "un Imperio, Un Cesar y un solo Dios,"[167].
"Monoteísmo, monarquía dinástica, feudo y primogenitura hacen parte del eslabón semita en cuanto a la concepción monolítica del poder en Europa"[168], pero ante este sistema hubo diversos fenómenos que se resistieron a ser penetrados, uno de ellos es el paganismo o mentalidad pagana que sobrevivió particularmente en el sector rural, hasta fines del primer milenio. "Estos eran adictos a la magia y al politeísmo, de hecho tenían fuertes creencias arraigadas a su estilo de vida, por ello asumir una religión positiva, el cristianismo, no era una decisión tan fácil"[169], además que esta religión se posesionaba en el sector urbano, al contrario de interesarse por el sector rural, éste no era tenido en cuenta. "Los campesinos libres, fue otro factor que pervive, sobre todo al feudalismo, debido a que pequeños agricultores empezaron a agruparse e intercambiar sus productos, por causa del declive del comercio"[170]. Pero, a pesar de esta resistencia bastante marcada, "entre los siglos VIII y X no se registra, al menos para occidente un nuevo proyecto cultural, pero sí la prolongación del predominio del Cristianismo, el cual bajo la protección de los emperadores carolingios enfatiza su camino rumbo al año 1000, con una doctrina moral que busca desacreditar los bienes materiales y exaltar los del mas allá"[171].
Llega el año 1000 y entran en escena una serie de pueblos germanos que no hicieron parte del desaparecido Imperio Romano, por ende no fueron cristianizados tempranamente y conservan parte de su cultura, "la monarquía electiva, la asamblea de hombres libres, su federalismo político, su politeísmo religioso y una concepción descentralizada del poder vistas tanto en el ámbito social y familiar, son entre otras las características de los Alemanes que se ubicaron en Allende el Rin"[172], el resurgimiento de las ciudades como centros de comercio e intercambio, fenómeno que se da "a raíz de las cruzadas convocadas por Roma tendientes a recuperar Palestina de manos del Islam, y entre cuyas consecuencias se destaca la apertura del mediterráneo al comercio con Oriente. Se da también quizá, por el fortalecimiento del sector agrario"[173]. La síntesis y antítesis en la historia de Occidente después del año 1000 se resume en el siguiente párrafo:
1. Relativos a las instituciones: en el ámbito político entre el centralismo de la corte y el federalismo propio del sistema feudal, entre siervos y señores, entre feudos y ciudades, entre Roma y el Imperio; a nivel económico entre el pequeño dominio y el gran dominio, entre la ciudad y el campo; en al ámbito religioso entre el Papado y la herejía.
2. Relativos a la mentalidad: Nos referimos, por supuesto, al cruce de culturas, de mentalidades también: entre el talante mágico, guerrero y festivo de los pueblos germánicos-si nos atenemos por ejemplo a la deologia de las tres funciones, común a los pueblos indoeuropeos, registrada por Dumézil-, de un lado, y a la religión cristiana jerarquica, intolerante, pero además ascética, de otro lado, cruce de culturas, entre la mentalidad monoteísta y la mentalidad politeísta, en donde en ocasiones devienen las antítesis; en otras, las respectivas síntesis[174]
Es una serie de contrastes los que empiezan a demarcar el ambiente del Medioevo, "a la par del devoto esta también el festivo, las procesiones religiosas y los carnavales paganos. Es el tiempo del héroe, pero también del santo, arde al unisonó el atanor del alquimista y la pira del hereje. Se crea la inquisición pero también la universidad. Se persigue por igual el deleite de los sentidos y la salvación del alma"[175], el hombre medieval vive en una dialéctica que logra expresar cuando "juega su vida en los torneos y se arrodilla periódicamente ante el confesionario; combate al Islam con la fuerza del silogismo y el filo de la espada. La sensibilidad del individuo de dicho tiempo se extiende de polo a polo, pues vive asombrado por que capta que su mundo gira encantado"[176].
El paso de la Edad Media a la Moderna no se hizo de un momento para otro, todo se dio en un proceso y ya desde el siglo XIII se gestaban propuestas que iban totalmente en contra de las ya establecidas por aproximadamente diez siglos y el renacimiento es prueba de ello, donde la propuesta que se presenta es innovadora, aunque no sea netamente original, pues se recurre a la antigüedad grecoromana, desconociendo los aportes medievales y centrándose en actitudes estéticas, naturalistas e individualistas. "Autores como Francisco Vitoria, Giordano Bruno, Nicolas de Cusa, Nicolas Maquiavelo, Hugo Grocio, Tomas Moro, Copernico, Kepler, Galileo Galilei y Francisco Bacon hicieron de este periodo de transición un despertar del hombre y en él todo lo que le rodea"[177]. El cambio de pensamiento del hombre medieval al moderno estaba centrado en la ruptura de la fe y la razón, pues el hombre de este periodo "creía estar de paso en el mundo, a fin de ser probado sobre si era digno o no de merecer la otra vida, la verdadera salvación"[178].
Es una época teocéntrica, donde el hombre esta dotado de la voluntad y la razón para conocer la realidad en toda su esencia y para probar ello, autores como San Agustín, Santo Tomás de Aquino "no tuvieron reparo alguno en coger lo que según ellos había de verdadero en la obra de los antiguos, sobre todo en Platón y Aristóteles, con el fin de trabajar a favor de los planteamientos de la Iglesia, que en si era la obra de Dios. Pero, llegaría Guillermo de Occam en 1300, un franciscano dedicado a su comunidad, con un aporte bastante interesante en cuanto al conocimiento de la esencia de las cosas, él sostenía que[179]sólo conocemos los seres en su individualidad singular cogida por los sentidos, pero no en la esencia íntima intuida por la razón, que los agruparía en especies, géneros, etc."[180]. Esto ya era un adelanto al Renacimiento donde se da el florecimiento de las ciencias experimentales, pues Occam al referirse a los géneros y especies dice que "sólo pueden inducirse a base de experiencia, viendo en que coinciden en su aspecto sensorial básico grupos de individuos tales o cuales"[181].
Además, tal como se afirma en la introducción de esta investigación, otro aspecto importante para designar la separación entre los dos periodos, es la reforma protestante, que bajo dos presupuestos empieza a imperar y a dar vía libre a la interpretación, significa "que el justo vive y se salva individualmente sólo por la fe y que las obras no están a la altura de la majestad de Cristo como para redimir del pecado y, en consecuencia, deben darse solo al servicio del mayor bienestar de los hombres en este mundo"[182].
Con estos postulados queda separado el reino de Dios, al que sólo se accede por la fe desde la conciencia y el mundo en el que se deben desarrollar las obras y las acciones, el hombre concreto actuando en la tierra sin esperar el más allá. Basta detenerse a mirar los postulados de Martín Lutero para concluir que sus tesis estaban fundamentadas en la teoría de Occam, pues ahora para captar el mundo sólo se necesita el conocimiento sensorial y se evidencia en la libertad de interpretación bíblica, la cual se puede realizar sin tener la necesidad de estar sometidos a una autoridad, pues Occam manifiesta que "ni en la ciencia ni en la religión cabe obedecer autoridades humanas, sino lo que rigurosamente es comprobable a través de los sentidos"[183]. Es evidente que el mundo religioso ha quedado separado del secular, donde el hombre es dueño de su conocimiento y querer y da paso a un nuevo estilo de mirar la realidad, es la llegada de la vía moderna totalmente en oposición a la vía antiqua.
El antropocentrismo es la característica de este nuevo periodo, que en ocasiones se califica como el fin de la historia tradicional, "es el gran paso de estadios inferiores de barbarie a unos de superior civilización"[184]. Nuevos pensadores, la gran mayoría sientan sus precedentes sobre la razón, aquellos que desde el renacimiento empiezan a darle un nuevo estilo de pensamiento a la filosofía oriental y occidental, pasando por los modernos para arribar en los contemporáneos, todos caracterizados por darle vía libre al conocimiento racional y sensitivo.
Es el auge de las ciencias experimentales, el Renacimiento con pensadores como Copérnico, Kepler, Galileo y Francisco Bacón, con quien nace el método de investigación, formulan un crítica a la física de Aristóteles, retomada por Santo Tomás de Aquino y denominada Metafísica, puesto "que no es posible la demostración silogística de sus contenidos y entra en el ámbito la observación y la experimentación expresada en formulas matemáticas, dando todo fundamento a las ciencias"[185]. Ante este panorama y notando que la alquimia era considerada una seudociencia, ¿habrá desaparecido?, a pesar de que las ciencias experimentales exigían ya el método experimental propuesto por Bacón para ubicar una teoría en esta rama, la alquimia logró dar ese salto de lo abstracto a lo practico y "ya en el siglo XVIII y XIX la química surge como disciplina racional vinculando la práctica y la fundamentación teórica. Esta nueva construcción racional parte de los resultados experimentales de la alquimia, los cuales estaban basados en postulados e hipótesis arbitrarias carentes de un contexto de justificación"[186]. "La alquimia ha legado al mundo moderno mucho más que una química rudimentaria: le ha transmitido su fe en la transmutación de la naturaleza y su ambición de dominar al tiempo. Es cierto que esta herencia ha sido comprendida y hecha realidad por el hombre moderno en un terreno totalmente distinto del que sustentaba al alquimista"[187].
Con la modernidad se adoptan nuevas categorías para designar la realidad, por ello el ciudadano pasa a ser llamado ahora individuo. Implica esto que para la reflexión filosófica o de cualquier otra área se debe partir de la persona, ya no de la polis y sus componentes, como quizá se concibió en un pasado, situación que por ejemplo, a partir del siglo XVIII o "Siglo de las Luces", trajo consigo varias revoluciones tendientes a favorecer los derechos inalienables del ser en particular, los cuales se veían afectados por los diversos avances tecnológicos. Cuando Hegel propone su filosofía la cual busca absolutizar toda la historia, hubo una línea de pensadores izquierdistas que abogaron por el ser teniendo en cuenta la singularidad aun en medio de su especie y la peculiaridad con la que se hace acreedor no sólo a la razón, sino también a unos sentimientos que lo convierten en un individuo holístico.
Se busca llegar hasta lo ínfimo del conocimiento y para ello se expresan varios métodos que deberán necesariamente conducir al encuentro de la verdad, éstos están caracterizados por utilizar fórmulas físico-matemáticas que todos logren comprender, pero que se liberen los posibles errores subjetivos. Nada de lo que no se pueda probar a través de estos medios no es aceptado, no es real. Ahora, se ha pasado de una ética heterónoma a una ética autónoma, donde el individuo está en la capacidad de recrear sus propias normas y evitar así la sujeción por parte de la monarquía absoluta dada en sistemas económicos o clases, ello lleva a que en el hombre se despierte la conciencia de ser el único entre todos los seres capaces de trasformar su entorno, pues la razón así lo demuestra.
No fue tan fácil dar ese salto, por ello desde el Renacimiento se empiezan a gestionar, tal como ya se afirmaba en párrafos anteriores, los primeros pasos hacia una liberación del ocultismo de la alquimia, sería gracias a Boyle, que la alquimia empieza a dejar atrás todos los prejuicios que se habían creado en torno a esta ciencia y empiezan a germinar ideas criticas y experimentales, "Boyle llevó a comprender perfectamente el método inductivo propuesto por Francis Bacon, cimentado en la experimentación, la observación y el análisis, para concluir que la química debía de apartarse de los Iatroquimicos, cuyo oficio se centraba en la medicina y de la alquimia cuyo único ideal era el de transformar los metales débiles en uno mas fuerte, en este caso el oro"[188]. Según estos postulados de Boyle, formulados un siglo antes de que la química fuese reconocida como ciencia con Lavoisier, la tarea de la química estaba en posesionarse como una nueva ciencia experimental y para ello debía abolir tres aspectos formulados: "aclarar la naturaleza del elemento químico; la naturaleza de compuesto químico y el carácter de las transformaciones químicas en especial la naturaleza de la combustión y el elemento llamado fuego y la naturaleza del elemento llamado aire y agua"[189].
Pero, ¿en qué momento se iba a dar ese cambio? Cuando por ejemplo en el comienzo de la Edad Moderna y finales del Renacimiento aun persistían persona interesadas en este arte, una de ellas es el reconocido científico, "Isaac Newton, quien aportó al mundo moderno el descubrimiento de la ley de la gravitación universal, las tres leyes de la mecánica, los principios de la óptica y el desarrollo del calculo diferencial e integral"[190].
Sería entonces el siglo XVIII el florecimiento de la química tras múltiples experimentos siempre en búsqueda de la perfección. Es bien conocido en la historia que durante este periodo se desarrolló "La Ilustración" o "Siglo de las Luces", en el que imperaba la razón y los avances tecnológicos y científicos son abanderados. Todo el avance de la química se centró en el proceso de la combustión, esto por dos razones que se transmitieron desde la Edad Media, "porque la combustión es uno de los procesos químicos mas fundamentales y conocidos; y porque es un fenómeno relacionado con los cuatro elementos aristotélicos: ya que un trozo de madera arde, es necesario el aire, el agua es un producto importante de la combustión y todo queda en cenizas, tierra"[191].
En un comienzo y debido a que no se tenía los conocimientos básicos acerca del manejo de los gases, Stahl formuló su teoría química que después pasó a llamarse la teoría del flogisto, que para él era principio inflamable, cometiendo aquí un error al confundir una propiedad, la capacidad de arder con una sustancia. Con el tiempo se concluye que la pérdida de peso es porque los productos son volátiles y, por tanto, escapan en forma gaseosa. Pero, ante la imposibilidad que tenían los flogistos de poder sostener su teoría, llegaron a mitad del siglo XVIII cinco personajes que darían un rumbo diferente a todo el cauce de la química "un escoces, un sueco, dos ingleses y un francés"[192].
Joseph Black, profesor de química en la universidad de Edimburgo durante 33 años, gracias a sus aportes en el aspecto del descubrimiento de algunos gases, entre ellos el anhídrido carbónico(, logró que la química pudiese escapar de los flogistos. Contrario a Black estaba el sueco Karl Scheele, hombre de talante humilde, empezó de boticario en las diversas ciudades de Escocia, incomunicado totalmente de los avances científicos y su conocimiento es netamente empírico. "Hacia 1770 logró descubrir el hidrógeno, al tratar un metal con ácido y al que llamo aire inflamable, tres años mas tarde descubrió el oxigeno, pero debido a su aislamiento no pudo darse la publicación de su hallazgo, a tal punto que después se le atribuyo a otro personaje. También descubrió el cloro, el acido arsénico, varios manganatos y permanganatos y algunos compuestos orgánicos como el acido cítrico, el acido láctico y la glicerina"[193].
Junto a los anteriores esta Priestley y Cavendish. Priestley era un pastor protestante que sin tener mucho interés en la química, se interesó por los gases hasta inventar un aparato llamado la cuba hidroneumática, cuyo objetivo era aislar y manejar fácilmente los gases. Cavendish era nieto de un multimillonario, por tanto, tenía los recursos económicos para dedicarse al estudio y aunque cuantitativamente no logró nuevos aportes su enfoque estuvo centrado en llevar a cabo investigaciones sistemáticas, pesos específicos, pesos de combinación y reprodujo el experimento de Priestley, descubriendo la combinación química del agua, el hidrógeno y el oxígeno y designándola como un compuesto químico más que un elemento.
El último de los grandes personajes de la química naciente es Antoinne Laurent Lavoisier, un letrado en leyes. Se interesó por la mayoría de experimentos que ya anteriormente se habían iniciado con otros químicos, pero se enfatizo en la combustión del fosforo y a la calcinación de metales, entre ellos el estaño, al cual Black ya le había dedicado un experimento con deducciones poco concisas, pero que Lavoisier si logro dar el nombre acertado, al flogisto, que era la combinación de un metal con un gas que estaba en el aire, denominado oxigeno y que el resultante de ese proceso fue denominado azoe, lo que hoy se llama Nitrógeno. Todo el aporte a la química por parte de Lavoissier esta contenido en su obra Traité Elemantaire de chimie , allí habla del fin de una era de la química y el comienzo de otra, la actual, es el cambio del flogisto por la oxidación, establece la ley de la conservación de la materia, desarrolla sus ideas sobre la naturaleza del oxigeno y del hidrogeno, introdujo el primer sistema racional de nomenclatura química y establece la necesidad de medidas cuantitativas, con lo que elevo a rango de ciencia a la química, de esta manera Lavoisier es el fundador de la química moderna.
"¿No es acaso esta ciencia la química moderna, la mismísima piedra filosofal capaz de transformar los ingredientes de la corteza terrestre en productos útiles, que el comercio convierte en oro? ¿Es que el conocimiento no es acaso el elixir, que nos ofrece conocer las leyes de la vida y que, finalmente nos entrega los medios para prolongarla?[194]. Pero, con el hecho de que la alquimia le hereda todo su conocimiento empírico a la química, quedan aun en el ambiente algunos personajes confiados de que la piedra filosofal no es sólo una quimera, que se puede llegar a ella y surge en el siglo XX un individuo interesado nuevamente en el arte, Fulcanelli(, el cual escribe varias obras en las que detalla algunos de los procesos ya mencionados en esta investigación para llegar a la quintaesencia.
Según lo planteado hasta el momento es claro que la evolución que el hombre ha tenido en todos los campos de la cultura ha dado como consecuencia un redescubrirse y ello implica desechar todos los aspectos que no le aportan significativos cambios y que al contrario lo mantienen anquilosado. Es claro que toda la historia de la humanidad se va dando procesualmente, por ello hasta este momento la investigación ha cumplido con un objetivo, demostrar la teleología de la alquimia, cuyos resultados se ven palpables en una química moderna, fundada ya no en lo empírico sino en lo experimentable. Y esto no es únicamente visto en la materia que sufre cambios, si no también en el pensamiento de los hombres.
La modernidad aporta los elementos necesarios para dar vía libre a la alquimia y convertir la gran obra en una ciencia, pero es menester recordar que dentro de las ciencias herméticas tomadas en este trabajo, la magia como ese elemento intrínseco del hombre donde "ésta esta engendrada por la unión del resuelto deseo del hombre con la caprichosa fantasía de la suerte, entonces todo deseo positivo o negativo no solo puede sino que debe tener su magia"[195], se convierte en un aspecto que al declinar la medievalidad y entrar la modernidad, no desaparece del todo, pues permanecen algunos vestigios que luego en la postmodernidad y contemporaneidad son retomados.
Pero antes de llegar hasta este escalafón de la historia, es necesario ubicar el foco de partida de las ciencias herméticas, la magia y la alquimia. En los primeros párrafos se hacia alusión al medio oriente como el punto de partida de la magia y la alquimia, es necesario trascender el tiempo hasta ubicarse en un momento en el que el hombre se siente atraído por todo aquello que es superior a él y/o desconocido, ahora "haciendo una lectura diacrónica o sincrónica de la historia no se registra una estirpe humana sin fe en la trascendencia, como raíz ultima y como horizonte global de la vida"[196] y esa adhesión a lo desconocido se expresa de diversas maneras mostrando no sólo el aspecto de la fe sino también la racionalidad "reflejada en símbolos, rituales, creencias, códigos, tabúes, calendarios…"[197], entra en el ámbito investigativo el hecho religioso "como una constante de la historia del mundo, sin excepción de épocas ni culturas"[198], significa esto que el hombre antes de preguntarse por aquello que le es extraño así mismo ha tenido una experiencia y ésta la ha transmitido de generación en generación creando momentos en la historia tales como "el teocentrismo, el antropocentrismo, épocas de sospecha, rechazo, indiferencia, proyectos de apologética, renovación…lo interesante es que el hecho religioso persiste"[199].
"El hombre religioso cultiva la vivencia de lo totalmente Otro, aquello de lo que no cabe hacerse una imagen exacta"[200], se escapa de su capacidad racional y lo interpela llevándolo a entrarse en el ámbito de lo sagrado, "el termino sagrado equivale a santo, categoría explicativa y valorativa, exclusiva de la esfera religiosa, es el fondo o medula de la religión, en hebreo se denomina qadosh en griego, hagios en latín sanctus o sacer, que en castellano equivale a sagrado"[201] se da la experiencia religiosa, teniendo en cuenta los dos mundos en los que se desenvuelve el hombre "aquel en el que cotidianamente realiza sus actividades y aquel en el que comparte con personas, objetos y símbolos con los que se comporta de manera especial ofreciendo reverencia y admiración, el primero es el mundo profano y el ultimo es el mundo sagrado"[202].
¿Pero, quién es ese Otro? ¿Es superior al hombre? ¿Por qué rendirle reverencia? ¿Cómo llamarlo? A estos interrogantes el hombre a través de la historia ha dado respuestas varias, con el fin de satisfacer la curiosidad que lo atrae hacia aquello que es diferente, pero, Jaime Correa Vélez, opta por denominar a ese Otro como Misterio( "en su sentido original la palabra Misterio fue utilizada por los griegos para denominar propiamente la divinidad, por ende se utilizaba en el aspecto religioso tal como lo demuestran los órficos y las escuelas, pitagóricas, Empedoclianas y platónicas, el misterio es la realidad ultima que determina el ámbito de lo sagrado"[203], ¿pero cómo el hombre logra tener ese contacto con el misterio?, lo hace a través de las hierofanías las cuales se presentan como las mediaciones del misterio, aquellas que hacen posible la unión de lo profano con lo sagrado sin llegar a un confusión de esencias. "Son seres intermediarios entre el hombre y el misterio. Su significado viene de hieros, en griego divino y fanía manifestación, que igual equivale a teofanías o manifestaciones de Dios"[204] y el símbolo o signo es elemental para entender la relación entre lo profano y lo sagrado y la religión como expresión de esa relación intima con el misterio hace uso de las "palabras, los gestos, cantos, posturas, danzas, vestidos, manejo de objetos…esto es denominado como el rito"[205].
El objetivo del rito "como causa eficiente de lo significado, mediante su celebración, actualiza lo significado, es decir, hace actuante la relación del hombre con el Misterio, esto es la esencia de la religión"[206], teniendo en cuenta lo anterior, es necesario hacer una breve distinción entre los diversas maneras de tener el contacto con el misterio, entre lo más destacable se encuentra la oración a través de la cual "el hombre expresa privilegiadamente su experiencia religiosa; en ella el orante reconoce la absoluta trascendencia del misterio con el que se comunica o dialoga en reverente invocación, alabando, dando gracias, bendiciendo su grandeza, pidiendo perdón y suplicando ayuda. Es la profunda vivencia del hombre contingente ante el trascendente"[207]. En este punto se encuentra la divergencia que enmarca las dos realidades, la magia y la religión, puesto que mientras la oración de petición "expresa la confianza del orante en el misterio porque tiene conciencia de depender totalmente de él"[208] la magia manifiesta todo lo contrario "busca manipular la divinidad y no se depende de Dios sino del poder automáticamente producido por la invocación humana"[209].
Antes de que el ser humano empezara a articular las letras para formar palabras, existía el lenguaje del símbolo "como un constitutivo de la condición humana, de hecho Cassier, define el ser pensante como el ser simbolizante"[210], ello implica que todo su ser expresa en sí un significado, su cuerpo, las expresiones del mismo, su espíritu y su actuar en el cosmos. Por eso el hombre busca expresar sus pensamientos, sentimientos y todo lo que es, a través de diversos medios, y uno de estos es el símbolo o signo y es de rescatar que toda la dimensión que esta relacionada con el misterio, debido precisamente a su imposibilidad de transmitir tangiblemente es bajada al mundo profano a través de los símbolos, los cuales no son ajenos a la interpretación de la razón humana, ya que es él mismo quien diseña la manera de acercarse al Otro, totalmente trascendente. Muchos de los grandes filósofos y entre ellos Goethe afirma que "el símbolo transforma el fenómeno en idea y la idea en imagen; la idea permanece inaccesible y activa en la imagen; a pesar de ser nombrada en toda lengua es indecible"[211].
La alquimia, como ciencia hermética necesariamente se desenvolvió en un ambiente oculto, por eso para transmitir su mensaje fue necesario retomar la simbología como medio de formación, a través de la cual mostraban a "dioses, héroes, animales verdaderos y fantásticos, y monstruos, revelaban principios, y describían operaciones mediante un serie de relaciones reciprocas: unas veces amorosas otras hostiles"[212], pues tal como lo afirma Fulcanelli "la alquimia es tan solo oscura porque es oculta"[213] y bajo una diversidad de signos y símbolos fue legada a generaciones, todo con el fin de no perder la tradición en cuanto a las practicas alquímicas y la magia también busco descifrar a través de símbolos y signos el destino de las personas.
Para connotados investigadores actuales hay serios indicios de que la modernidad ha terminado, de que no ha sido una época privilegiada, sino tan transitoria como cualquier otra; algunos tienen incluso la audacia de ponerle fecha a dicho término; habría ocurrido en 1970, después de finalizado el movimiento estudiantil de Paris en 1968, que seria una de las ultima utopías modernas, la de la imaginación al poder, empezando desde ahí una nueva época, la llamada postmodernidad[214]
Muchos de los nuevos movimientos, tanto políticos, religiosos, filosóficos y otros, están inmersos o son fruto de esta nueva época que en medio del quehacer diario del hombre emerge para posicionarse. Son varias las características que matizan dicho periodo, "atrás han quedado los metarrelatos para ser suplantados por los relatos"(, el pensamiento tiende relativizarse a tal punto que "todo vale" (( y otra serie de aspectos como la "búsqueda primaria de lo hedónico(((, sin sacrificios, la percepción de la realidad superficialmente, poco respeto por la vida en sí, la cual ya no se mira como sagrada, sino más bien bajo el aspecto de proporcionar agrados y placeres"[215], hacen de la postmodernidad una realidad latente para el hombre actual. El nihilismo es uno de los pilares sobre los cuales la postmodernidad se fundamenta y Gianni Vattimo((((, uno de los más grandes exponentes de dicho fenómeno, argumenta que "la sociedad actual se encuentra bajo la acción de un pensamiento débil, flojo, desfundante y enfermizo, donde se llega a decir que el ser no es, solo existe"[216]. "El pensamiento débil postula una modificación tanto del objeto del conocimiento cuanto del sujeto que conoce. A estos resultados nos empuja la destrucción nihilista de las categorías, el intento de quebrar el poder, o si se quiere la fuerza de la unidad"[217].
Como efecto de la técnica surge el consumismo donde "somos disciplinados por los medios de comunicación y la propaganda para consumir cada vez mas objetos, información, deportes, etc."[218] y lo peor de el asunto es que el individuo está tan inmerso en el ambiente que fácilmente se deja seducir y termina siendo "regulado, en el consumo, la información, la organización y la educación, en conclusión se es libre pero todos quieren lo mismo, se vive bajo el amparo de las organizaciones especializadas en idear, diseñar e inventar y se opta por eso mas no por eso otro"[219] y ante este panorama es obvio que el ser pensante adopte ciertas actitudes que dejan entrever el conformismo y/o inconformismo, "la apatía, la indiferencia, la deserción. No existen los grandes propósitos. Ninguna ideología política logra entusiasmar a las masas, no hay ídolos, ni tabúes, ni tan solo imagen gloriosa de sí misma, ningún proyecto histórico movilizador, se esta regido por el vacío, un vacío que no comporta, sin embargo, ni tragedia ni apocalipsis"[220], como anteriormente se mencionaba el advenimiento del nihilismo:
Donde además de no existir absolutos, ni en los valores familiares, ni en los políticos, ni en la religión, se reclama a gritos el individualismo, pues entre mas posibilidades de encuentro desarrollan las ciudades, mas solos se sienten los individuos, mas libres se vuelven las relaciones y ya es raro encontrar relaciones intensas, en esta sociedad hay múltiples modos de estar con otras personas, pero no de encontrarnos profundamente con aquellos que compartimos quizá mas de la mitad del día. Estamos juntos; pero estamos solos…"[221].
El narcisismo(, busca llevar al hombre a un redescubrimiento de su cuerpo, hoy basta con encender la TV y ver un comercial, en el que la invitación gira en torno a los cientos de productos que invitan al cuidado del cuerpo, cremas, shampoos, tintes. Generando dos patologías muy notorias entre los adolescentes; la anorexia y la bulimia. No existe la sensibilidad, se ha perdido el misterio, se desea ver todo, decirlo todo, hacerlo todo y la pornografía, el sexo libre son banderas que esgrime la nuestra época. ¿Hay lugar para el amor?[222].
Pero, ¿qué condujo a la aparición de todos estos sucesos que enmarcan todo un cambio en la historia del hombre?, ante este interrogante Armando Roa, pone de manifiesto, además de la influencia del pensamiento moderno, caracterizado por la razón que condujo a la secularización, dos patologías, que quizá siempre han sido inherentes al ser pensante; la angustia y la ansiedad. "La desaparición de la angustia en el hombre postmoderno, y la presencia invasora, en cambio, de la ansiedad"[223], son la base para dilucidar en torno al cambio epocal, las dos son trastornos similares, pero con matices profundamente diferentes, la angustia permite la individualización del hombre, "es un sentimiento que permite clasificar el yo, el tu, el ellos, porque cada uno hace vivamente presente lo irreemplazable"[224]. La angustia hace presente la temporalidad, por ende invita a disfrutar cada momento de la existencia, hace "patente el amor, pues no cabria la angustia ante la posible desaparición de algo o alguien que no importa nada, que no despierta el menor interés"[225], en cierta manera "da consistencia al ser individual, a las otras individualidades y a todo lo existente"[226], en contraposición aparece la ansiedad, mas propia de la postmodernidad, empezando porque "no se cree en la relación sujeto-objeto, pues no hay una estructura intima, recia, maciza que va mostrándose a si misma a través de la historia, sino una serie de eventos que al cumplir cada uno su papel, da lugar al próximo"[227], debido al avance tecnológico, todo cuanto se crea está diseñado para un tiempo determinado, llegado éste, el objeto queda obsoleto.
Con todo esto, la nueva historia es una total secularización entre religión y postulados basados en la razón, los nuevos planteamientos urgen de libertad. Según Fukuyama, "el espíritu humano ha terminado de evolucionar desde estadios ínfimos, en los cuales vivía inmerso en lo mítico y esclavizado a la naturaleza, hasta los estadios altos en que su inteligencia se aseñora de todo"[228], es según los esbozos de este pensador norteamericano un fin de la historia, pero al respecto se ha suscitado muchos debates debido a las múltiples posiciones. Se concluye igual que el ámbito contemporáneo pervive y dentro de éste se ha desarrollado esta nueva tendencia, la postmodernidad.
Es evidente que la historia contemporánea es difícil encasillarla en un tipo de pensamiento cuando en ella convergen un sinnúmero de actitudes, muchas de ellas provenientes de Oriente o sencillamente recogidas del pasado. Esto en cuanto al ámbito religioso que siendo congénito en la cultura, cumple un papel de magna importancia que logra determinar muchas de las cualidades que hoy hacen que el hombre se interese nuevamente por lo sagrado.
Creemos que ya puede comenzarse a hablar de una regresión religiosa de Occidente, que parte precisamente de una paradoja: la sociedad fundada en la ciencia, en la política racional y el predominio de los lazos temporales, es al mismo tiempo una cultura que día a día se carga de características mágicas, siguiendo un esquema que ya ha acompañado a otras crisis espirituales que marcan el fin de las distintas eras[229]
La secularización fue un tema de gran relevancia en la época Moderna y comienzos de la Contemporánea, donde era inminente esa separación de la religión del hombre concreto, el cual es esencialmente razón y, por ende, no debía doblegarse ante argumentos poco capaces de ayudar al avance tecnológico y científico, pero para Occidente no podía ser un estadio terminal, pues una vez que la secularización ha consumado su ciclo "vuelven asomar las raíces jamás extirpadas del viejo paganismo, y la magia se alía con la técnica. Se vive en la era que los computadores hacen horóscopos y los astronautas utilizan amuletos"[230]. Las artes adivinatorias aquellas que durante la Edad Media florecieron pero que igual fueron prohibidas, hoy se sienten abanderadas ante un mundo sediento de la verdad y que evita estar sujeto a autoridades y/o axiomas morales. Es claro que el ocultismo, aquel por el cual el Medioevo fue catalogado como el espacio de la historia más penumbroso, ha resurgido.
Los hippies de los años 60 cantaron con acentos mesiánicos el comienzo de la "era de Acuario". La antigua quiromancia ha pasado de las manos de las gitanas a las de verdaderos profesionales, que no solo leen la borra del café sino también se dedican a actividades de aspecto más científico, como la radiestesia o los biorritmos. El antiguo tarot, también traído de Egipto por las gitanas es fuente de lucrativas actividades. Este pequeño inventario basta para recordarnos que actualmente se vive un clima supersticioso[231]
Ese volver a lo religioso va mezclado de nuevos modos que muestran lo hibrido que es la realidad, pues se acude a Dios, pero también hay un ligero afán por las emociones fuertes, es algo así como un masoquismo que le permite al individuo experimentar las varias facetas del mal y para ello están los M.C.S. entes encargados de alimentar dichas emociones. "Películas como "el exorcista", "La profecía" y diversos productos de la televisión y los medios escritos dejan entrever que ya sea por curiosidad o por interés existen personas que les atrae aquello que se presenta"[232]. Hoy lo insólito llama mucho la atención, se recrean a partir de la imaginación una serie de mundos que no tienen fundamento histórico; libros y películas como las de "Harry Potter", en toda su saga, "El Señor de los Anillos", entre otras, dejan al descubierto un mundo que inquiere saciar incógnitas. Esta literatura busca en cierta manera "desvalorizar al mismo hombre"[233], puesto que presenta superhéroes, dotados de facultades sobrenaturales llegando incluso a concebir que toda obra admirable en la antigüedad haya sido realizada por la "influencia directa o indirecta de los dioses extraterrestres venidos desde las estrellas"[234].
Ese factor mágico se ve en los adolescentes que cargan la cinta colorada que se atan alrededor de la muñeca para contrarrestar la envidia o el mal de ojo; en el niño que camina por la acera, tratando de no pisar las rayitas de las baldosas, porque le traería mala suerte; en el adulto que se pone una corbata de un color especial para pedir trabajo o aumento de sueldo; en la señora que, religiosamente, lee su horóscopo de cada día; en ciertas oraciones que se publican en los periódicos; o en el espejo del taxista donde esta la cinta colorada, el San Cayetano, la ristra de ajo, el rosario y los cuernitos[235]
Pero, este reverdecer del hecho religioso, mezclado con los mitos modernos, con el ocultismo, con lo insólito y lo cotidiano de la existencia tiene un objetivo, que no es más que la extensión de la industria del entretenimiento, cuyos fundamentos se encuentran por lo general en Estados Unidos y Europa, países que apoyan la religión, pero no entendida de manera objetiva, sino subjetiva. No es raro que la sociedad haya virado la atención hacia la magia, pues ésta dota de poder al hombre y ante la inminente perdida de fe en la técnica, los poderes mágicos se presentan como posibles soluciones, ya que "la magia es anterior a la religión y nunca ha desaparecido del todo, de hecho la magia es la primera forma de técnica, anterior a la racional, pero sin tantas pretensiones"[236].
Las posibilidades que la magia brinda hoy, al igual que en la Edad Media, están centradas en ofrecer los medios necesarios "para dominar el poder divino y ponerlo al servicio de los otros hombres"[237], aquí no se trata de aceptar las cosas, entendidas como llegadas desde lo divino, tal como lo asume la religión. Es el dominio absoluto de las fuerzas ocultas, "se desea adivinar el futuro, dominar a los semejantes, divinizarse sin trabas morales"[238], incluso se asocia el nihilismo, como una de las características de la postmodernidad con la magia(, puesto que los fundamentos de este fenómeno son utilizados para cambiar la realidad, "ya que la acción se convierte en norma de si misma"[239].
Cuando un terrorista da muerte a una persona no por quién es sino por que simboliza; esta efectuando un sacrificio mágico, del tipo de magia contagiosa: parece como la si muerte de un individuo simbólico fuera a matar al sistema, de la misma manera que el hechicero quema un muñeco de cera que representa a su enemigo. Cuando se quema la efigie de alguien o se destruye un libro por repudio a la ideología del autor, se esta haciendo magia homeopática[240]
Pero, a la hora de la verdad, esto no es más que supersticiones, de la cuales muchos hombres que buscan su horizonte y a la vez su vocación, se apoderan para convertirlas en supuestos con los que tratan de convencer a sus adeptos, porque es tanta la fuerza que toman estos movimientos que logran recoger una multitud de seguidores, quizá los más imprevistos o también los que buscan darle sentido a sus vidas después de pasar por alguna situación difícil, o aquellos que envueltos en la angustia social desean, después de haber puesto todas sus esperanzas en la ciencia y ver el fracaso por no poder dar solución a cientos de enigmas, aferrarse a "aquello que no cambia, que es inmutable, que es trascendente, que es misterioso y oculto"[241].
Actualmente se hace alusión a una corriente "que no se trata de una religión mas, ni de un movimiento o secta nueva, es una completa "gnosis", una visión integral de la realidad, capaz de dar sentido a todo y a todos los aspectos de la vida"[242], se dice que es incluso "el retorno de lo sagrado reprimido. El objetivo es la búsqueda personal de autorrealización, el encuentro personal con la divinidad, el aspecto místico de la realidad"[243], es "la fe en el progreso"[244] y que ahora irrumpe en lo religioso "y en la transformación espiritual del hombre con tendencias sincréticas, evolucionistas, ecológicas y milenaristas"[245]. Algunos de los rasgos más representativos de la new age son:
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