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La guerra de las divisas… (Primera parte) (página 4)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11

El FMI recomienda que los países vean primero si las políticas tradicionales, tales como permitir que las divisas se aprecien, funcionarán para moderar las entradas de capital. Los países cuyas monedas están valuadas adecuadamente y que son reacios a reducir las tasas de interés para frenar las entradas de capital deberían considerar las medidas "no convencionales", dijo Ostry. El FMI examinó las restricciones de capital intentadas por Brasil, Chile, Malasia y otros países, como por ejemplo impuestos específicos sobre la entrada de capital, exigencias de que una parte de la deuda de capital se mantenga sin intereses en el banco central, y varias regulaciones para reducir los créditos extranjeros.

El FMI afirma que tales restricciones dificultan el rápido retiro de dinero de un país, reduciendo así la fragilidad financiera. Lo que no está claro es si las medidas también reducen el capital total que entra al país, dijo el FMI.

En 2007, antes de la crisis, un FMI muy diferente ofreció un consejo también muy diferente. En un discurso realizado el 27 de julio (2009) en Bangkok, el entonces director gerente del FMI, Rodrigo de Rato, aconsejó a los países que los controles de capital "se hacen rápidamente ineficaces" y son fáciles de sortear.

En su informe más reciente, el FMI dice que buscar maneras de sortear las restricciones aumenta los costos para los inversionistas y actúa como "arena en las ruedas" del capital internacional. El economista Jagdish Bhagwati de la Universidad de Columbia, quien criticó la oposición del FMI a los controles de capital durante la crisis asiática a mediados de los años 90, aplaudió el cambio. "Más vale tarde que nunca", dijo. "Ésta es claramente un área en la que dejar que los mercados maduren no es una buena idea".

Imponer restricciones para mantener la divisas subvaluadas, advierten los autores del informe, no sería deseable. En estas circunstancias, el dinero iría a otros países, revalorizando sus divisas y haciendo menos competitivas sus exportaciones en el extranjero. Los autores no mencionaron ningún país en particular, pero está claro de que estaban advirtiendo a China. El FMI ha calificado de subvaluada al yuan, y se ha unido a EEUU y a Europa para presionar a China a que permita que suba su divisa.

Este muerto está muy vivo

"La reciente recuperación de la divisa estadounidense ha frenado las advertencias del fin del billete verde como moneda internacional. Su estabilidad es necesaria para cualquier economía"… ¿Ha llegado el fin de la hegemonía del dólar? (Libertad Digital – 1/3/10)

¿Estaba muerto o sólo inmerso en un largo y profundo letargo? Nos referimos al dólar, por supuesto. Una moneda que en las últimas dos semanas ha roto con los vaticinios más agoreros contra su hegemonía internacional. La moneda estadounidense ha recuperado posiciones respecto al euro a una velocidad mucho más rápida de lo que cabía esperar. De hecho, más que hablar de la fortaleza de una u otra divisa, tal vez habría que explicar cómo la debilidad de una impulsa a sus contrarias.

Porque lo que ahora está ocurriendo es que el euro ha perdido fuelle y credibilidad entre los inversores extranjeros, preocupados por unas señales más que evidentes de fatiga en algunas economías de la unión monetaria. El cambio entre ambas divisas de referencia se sitúa actualmente cerca de las 1,45 unidades a favor de la moneda europea, cuando hace sólo dos semanas la proporción era de 1,50 dólares por cada euro.

No hace tanto de eso, pero las perspectivas en el mercado de divisas han cambiado radicalmente. Claro que entre medias Grecia ha registrado la primera rebaja de rating de un país europeo por debajo de "A" y España ha sufrido un duro informe por parte de Standard&Poor"s en el que se advierte de un posible recorte de su calificación crediticia si no se toman medidas estructurales.

Primeros "efectos colaterales" (?) de la inflación exportada (made in USA)

"En muchos países en desarrollo, la inflación ya está a punto de superar las metas de los bancos centrales. Indonesia y Turquía, por ejemplo, corren el riesgo de quedarse rezagadas en su batalla contra la inflación (si es que no la han perdido ya), lo cual podría traducirse en aumentos de tasas más agresivos más adelante. Esto perjudicaría especialmente a los tenedores de bonos, ya que el valor de sus retornos sería erosionado por la inflación. "Actualmente vemos el sobrecalentamiento dentro del complejo de los mercados emergentes como el mayor peligro que amenaza a la economía global", apuntó el viernes Michael Shaoul, de la firma Oscar Gruss & Son, en un informe"… La inflación pone en peligro el auge de los mercados emergentes (The Wall Street Journal – 30/1/11)

Muchos de los problemas han sido causados por bancos centrales que, en su empeño por contener la avalancha de capital extranjero que ha disparado la cotización de sus monedas, optaron por no subir las tasas de interés.

Algunos gobiernos se han visto forzados a intervenir para evitar la apreciación de sus monedas; una divisa más fuerte puede sofocar las presiones inflacionarias, pero encarece las exportaciones. También están exigiendo que los bancos tengan mayores reservas e imponiendo o incrementando las multas sobre algunas inversiones de extranjeros.

Sin embargo, Ilan Goldfajn, economista jefe de Itaú BBA en São Paulo, asegura que no está claro si estas medidas surtirán efecto. El resultado, indica, "es el riesgo adicional de exacerbar un fenómeno de auge y caída… y al fin de cuentas hay que implementar medidas más severas".

Mientras en los países ricos las tasas de interés continúan en niveles de casi cero, los inversionistas compraron bonos más rentables en mercados como Indonesia, India y Brasil. Según la teoría, a medida que estas economías fueran creciendo, las autoridades monetarias subirían las tasas de interés, lo que atraería a aún más inversionistas, apreciando sus monedas y proporcionándole un empujón adicional a los retornos. Sin embargo, la realidad ha sido otra.

Un caso ilustrativo es el de Indonesia, que cuenta con uno de los mayores mercados de bonos en moneda local de Asia.

Indonesia nunca cayó en recesión durante la crisis financiera global pero recortó las tasas como medida preventiva. Desde entonces, el gobierno no ha subido los intereses pese a que la economía crece a un ritmo de 6% y la inflación casi llegó a 7% en diciembre, superando con creces la meta del banco central.

El año pasado, Indonesia era una niña mimada de los mercados. Desde principios de 2010, inversionistas extranjeros dedicaron US$ 9.400 millones a bonos soberanos y ahora tienen 30% de la deuda soberana en circulación, comparado con 15% en marzo.

Ahora, los temores inflacionarios han causado dañinas liquidaciones. Los inversionistas extranjeros vendieron US$ 1.300 millones en bonos indonesios entre el 7 y 26 de enero, según el gobierno. En general, los bonos en divisa local han perdido cerca de 5% de su valor en apenas un mes, según Barclays Capital. "Indonesia ofrece el precedente más preocupante para los demás países cuyos bancos centrales puedan quedarse rezagados", en su combate contra la inflación, dijo Michael Gavin, director de estrategia de mercados emergentes de Barclays.

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Repartiendo inflación por todo el mundo

"La inflación crece en medio mundo, sobre todo en alimentos y materias primas. Algunos gobiernos empiezan a limitar por ley los precios"… La inflación de materias primas revive la amenaza del "control de precios" (Libertad Digital – 8/2/11)

Las protestas y revoluciones en todo el mundo están en las portadas de todos los medios de comunicación. El norte de África, Asia… y la preocupación latente de que pueda extenderse a más países. Incluso Grecia tuvo un amago que al final el Gobierno controló a duras penas.

Esta serie de revoluciones no debería pillar por sorpresa a nadie y no es coincidencia que suceda justo cuando el precio de la comida está empezando a dispararse, siendo los países más pobres y los emergentes los que, de momento, más lo están notando. En India, incluso, crearon un "hit del verano" contra la subida de precios. Si se atiende a la historia encontraremos pocas o ninguna revolución que sucediera en un periodo donde la gente tenía el estómago lleno y ciertas expectativas de futuro (incluso si eran falsas). La gente cambia radicalmente con el estómago vacío.

Y tampoco debería extrañar a nadie que una de las medidas que han empezado a tomar los gobiernos de medio mundo sea el control los precios, especialmente en la comida y el resto de materias primas. Los políticos saben por experiencia que los precios cambian elecciones. Hasta el partido único en China está en alerta por las revueltas sociales que pudiera causar este fenómeno.

Pero los controles de precios, que ya se están empezando a implementar, traerán consecuencias aún peores. Es curioso, ya que este tipo de medidas intervencionistas es una de las escasas áreas donde todas las teorías económicas están de acuerdo. Probablemente, porque la historia es clara: nunca funcionan.

Aun así, los políticos siguen agarrándose a los controles de precios como acto desesperado para mantenerse en el poder, algunas veces incluso con el apoyo de una parte de los ciudadanos, que acabarán sufriendo las consecuencias.

Así, por ejemplo, vemos cómo China ya ha empezado a imponer control de precios en la comida, enviando a la cárcel a aquellos comerciantes que se negaban a obedecer; el Gobierno de India, un país con una larga historia en este tipo de intervenciones, ha recrudecido sus esfuerzos para que se obedezcan las leyes, en un momento en el que los precios de la comida han llegado a subir cerca de un 20% en un año; Rusia también ha impuesto controles de precios, a la vez que ha prohibido la exportación de ciertos productos agrícolas. El IPC ruso se acerca al 10%, de nuevo con la comida y la energía de protagonistas; varios países africanos y sudamericanos también han prohibido recientemente la exportación de ciertas materias primas…

El denominador común en todos estos casos consiste en culpabilizar a los "especuladores" del alza de precios, al tiempo que los políticos alegan que esos "controles" ayudarán a los más necesitados. Sin embargo, los gobiernos nunca explican claramente la razón de estas subidas de precios.

El deschave (I): objeciones a la monetización de Bernanke (así, se entiende todo)

¿Quién crea los desequilibrios, Bernanke? (Libertad Digital – 18/2/11)

(Por Juan Ramón Rallo) Lectura recomendada

¿Qué más le da a Bernanke que el crédito de EEUU se vaya a China y vuelva desde allí a EEUU a que, en cambio, se quede dentro del país sin pasar por el gigante asiático? Pues parece que sí le da, porque Bernanke lo que quiere es envilecer el dólar.

(Por Juan Ramón Rallo)

Se queja Helicóptero Ben Bernanke de que el dinero chino sigue entrando en grandes cantidades a Estados Unidos, motivo que le hace temer que los desequilibrios internacionales sigan acumulándose y terminen explotando en forma de nueva crisis. En opinión del presidente de la Fed, el déficit exterior de EEUU va de la mano del superávit exterior chino, de modo que para "enfriar" los flujos de capital desde Asia a Norteamérica habría que dejar que el mercado revaluara el yuan (restando competitividad a los chinos y minorando su superávit).

El simplismo de Bernanke es sin duda pavoroso, casi tanto como que semejante cabeza esté dirigiendo la Reserva Federal y el futuro del dólar. Como ya expliqué en otras ocasiones, los dólares que consigue China y que reinvierte en Estados Unidos no proceden de otro sitio que de la expansión crediticia que de continuo implementa el sistema bancario yanqui asistido por la Reserva Federal. Cuando los bancos generan mucho crédito, parte del mismo se filtra al extranjero -a China- para, finalmente, acabar regresando a Estados Unidos en forma de inversión extranjera.

Por supuesto, si China dejara flotar su divisa, el yuan se encarecería y una parte del crédito estadounidense que ahora se dirige a importar mercancías, se quedaría dentro del país. Pero, ¿cuál sería en tal caso la diferencia para Bernanke? ¿Qué más le da que el crédito de EEUU se vaya a China y vuelva desde allí a EEUU a que, en cambio, se quede dentro del país sin pasar por el gigante asiático? Pues parece que sí le da, porque Bernanke lo quiere es envilecer el dólar -generar inflación- y mientras los estadounidenses puedan comprar a precios fijos o decrecientes las importaciones chinas, esa inflación interna se diluye enormemente o se concentra en ciertos productos muy escasos que -como las materias primas- ni siquiera China puede fabricar a corto plazo en grandes cantidades.

Lo que teme Bernanke, pues, no es que se genere otra burbuja con el crédito artificial que él está estimulando a crear, sino que sea incapaz de provocar una intensa inflación para así diluir el valor real de las deudas y estafar a los acreedores estadounidenses (internos y externos). He ahí expuesta en toda su miseria la preocupación por el déficit exterior, el (falso) ahorro asiático y los desequilibrios internacionales…

Bernanke se defiende ante el G-20: la inflación y la burbujas son vuestras, no mías

"El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, entregó el viernes su respuesta más dura hasta la fecha a las críticas extranjeras que señalan que las políticas de dinero fácil del banco central estadounidense están alimentando la inflación y burbujas de activos en el mundo, en momentos en que los líderes de finanzas del Grupo de los 20 se reúnen en París"… Bernanke defiende la política de tasas bajas de EEUU (The Wall Street Journal – 18/2/11)

Al resto del mundo le interesa la recuperación estadounidense que las políticas del país están alentando, sostuvo Bernanke en comentarios preparados con anterioridad para ser presentados en una conferencia de bancos centrales en París.

El titular de la Fed añadió que los encargados de la política monetaria en el extranjero tienen muchas herramientas por sí mismos para combatir la inflación y burbujas de activos, entre las que se incluyen el permitir que sus tipos de cambio se ajusten al alza para evitar un sobrecalentamiento.

El funcionario afirmó, además, que la creciente expansión de las economías en desarrollo, impulsada en parte por sus propias políticas económicas, está causando problemas para Estados Unidos.

"Los efectos indirectos pueden avanzar en ambos sentidos", dijo. "El resurgimiento de la demanda en los mercados emergentes ha contribuido significativamente a la pronunciada alza reciente de los precios internacionales de los bienes básicos", agregó.

Los líderes del G20 se reunieron por última vez en Corea del Sur a comienzos de noviembre (2010), pocos días después de que la Fed anunciara su plan para comprar US$ 600.000 millones en bonos del Tesoro, un programa conocido como flexibilización cuantitativa que busca mantener bajas las tasas de largo plazo y llevar a los inversionistas a comprar activos de mayor riesgo y estimular el crecimiento. Los funcionarios de la Fed fueron criticados en la reunión de Corea por alimentar la inflación e intentar hacer bajar al dólar.

En una serie de declaraciones desde noviembre, Bernanke ha rechazado estas críticas. Una de las bases de las críticas apunta a que las políticas de dinero fácil de la Fed están impulsando el ingreso de capitales especulativos hacia los mercados en desarrollo. Bernanke sostuvo que el dinero llega a estos mercados debido a que esas economías están creciendo demasiado rápido. "Los últimos datos sugieren que los flujos acumulados hacia mercados emergentes no están fuera de línea con las tendencias de más largo plazo", afirmó.

Bernanke sostuvo que las economías en desarrollo de rápido crecimiento podrían utilizar "ajustes en el tipo de cambio, medidas monetarias y fiscales, y medidas macroprudenciales" para enfriar sus propios sobrecalentamientos económicos.

Los comentarios sobre los tipos de cambio parecían estar dirigidos a China, aunque Bernanke no mencionó al país asiático en sus declaraciones. En su lugar, el titular de la Fed afirmó que los países con grandes desequilibrios comerciales deben "permitir que sus tipos de cambio reflejen mejor los indicadores fundamentales del mercado y aumenten sus esfuerzos por substituir la demanda local por exportaciones".

El comentario de Bernanke sobre las medidas macroprudenciales hace referencia a los esfuerzos por fortalecer la regulación financiera global.

Estados Unidos, por su parte, necesita colocar su propia política fiscal en un rumbo más sostenible, indicó, en referencia a la necesidad de reducir el déficit presupuestario federal en el largo plazo.

Bernanke pareció también hacer una advertencia indirecta a China. Estados Unidos y Francia, señaló, ayudaron a provocar la Gran Depresión en las décadas de los veinte y los treinta al mantener sus propias monedas subvaloradas por demasiado tiempo. El dólar y el franco, en niveles subvalorados, provocaron grandes ingresos de capital a estos países y terminaron por desestabilizar el sistema financiero mundial, dijo Bernanke.

Bernanke dedicó gran parte de sus comentarios a un tema que ha estado explorando desde 2005: la gran acumulación de ahorros en el mundo en desarrollo y entre los países productores de petróleo, lo que, a su vez, generó una inundación de capital en Estados Unidos antes de la crisis financiera.

"La crisis financiera global está retrocediendo, pero los flujos de capital una vez más están presentando ciertos desafíos considerables para la estabilidad macroeconómica y financiera internacional", indicó. "El mantenimiento de divisas subvaloradas por parte de algunos países ha contribuido a un patrón de gasto global que es desequilibrado e insostenible", puntualizó.

"Parte de guerra" cambiaria en versión 2012 (hemeroteca de cuerpo presente)

Guido Mantega de Brasil: la guerra cambiaria se "intensifica" (The Wall Street Journal – 23/2/12)

(Por Tom Murphy y Luciana Magalhaes) Lectura recomendada

La "guerra cambiaria" mundial se intensificará este año al tiempo que la economía global se desacelera, advirtió el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, quien añadió que Brasil está "bien preparado" para defender su moneda frente a una apreciación no deseada.

"El crecimiento económico mundial en 2012 será menor al de 2011", dijo Mantega a Dow Jones Newswires en anticipación a su participación en una reunión de ministros de finanzas y titulares de bancos centrales del Grupo de 20 naciones industrializadas (G-20) y en desarrollo que se realizará en Ciudad de México este fin de semana. "Uno de los resultados de la desaceleración es que la guerra cambiaria mundial se está intensificando".

Dado que las economías desarrolladas han relajado de manera agresiva sus políticas monetarias, en un intento por reactivar sus golpeadas economías, sus monedas se han debilitado. Eso, a su vez, ha hecho que sus exportaciones sean más competitivas y llevó a los inversionistas a transferir su dinero a activos de mayor rendimiento, en muchos casos en mercados emergentes como Brasil, donde el crecimiento económico y las tasas de interés base son considerablemente mayores.

En los últimos días, el real brasileño se ha apreciado a cerca de 1,70 por dólar, un avance de 9% en lo que va de 2012. Un real fuerte perjudica a los exportadores y fabricantes brasileños.

Mantega indicó que el gobierno brasileño tiene "un gran arsenal de instrumentos" que usará "para impedir cualquier apreciación excesiva de la moneda brasileña".

Desde finales de 2010, cuando Mantega comenzó a hablar de "guerra cambiaria", el gobierno de Brasil ha utilizado una serie de herramientas en sus esfuerzos para frenar la apreciación del real.

Entre tales esfuerzos se incluyen las frecuentes compras de dólares al contado y dólares para entrega a futuro por el banco central. En ocasiones, el banco ha mantenido también subastas de canjes, en las que los inversionistas intercambian bonos vinculados a dólares por papeles indexados a tasas de interés internas. Otras medidas más polémicas han incluido impuestos sobre préstamos extranjeros a corto plazo, posiciones al descubierto en dólares en los mercados a futuro e inversiones de renta fija a corto plazo.

El ministro declinó mencionar un nivel o una banda cambiaria ideal para el real brasileño.

Aunque los reclamos de Brasil sobre la depreciación de la moneda serán prioridad en la reunión del G-20, la crisis de deuda de Europa, los fondos de rescate para contenerla y su impacto en el crecimiento mundial dominarán sin dudas las negociaciones.

"Los europeos, y no sólo ellos porque también Estados Unidos tiene su parte de responsabilidad, están arrastrando la economía mundial", dijo Mantega. Brasil, en la reunión del G-20, expresará sus preocupaciones acerca de las políticas europeas, que, añadió, se centran sólo en el problema inmediato de las deudas, y no sobre la cuestión más amplia de cómo estimular el crecimiento económico mundial.

"El cortafuegos (europeo) no se ha completado, y hay riesgo de contagio, incluso para los países de mercados emergentes", señaló.

Mantega expresó que su país propondrá una mejor coordinación de las políticas económicas internacionales, con el objetivo de promover un mayor crecimiento mundial.

Tales políticas podrían incluir mayor gasto público o reducciones de impuestos, indicó. "Brasil es uno de los tres países del G-20 que probablemente registrarán mayor crecimiento en 2012 que en 2011", sostuvo. Y añadió que su país ha sido capaz de conseguirlo mediante la relajación monetaria y los incentivos fiscales.

Mantega agregó que Brasil es partidario de un mayor papel para el Fondo Monetario Internacional, incluyendo el incremento de capitalización del organismo, de cara a la crisis actual. Sin embargo, dijo que el aumento de financiación del FMI para los países europeos endeudados debería basarse en acuerdos bilaterales y la supervisión del FMI. Tal monitoreo debería centrarse en la gestión de la deuda y la promoción del crecimiento económico, añadió.

El funcionario brasileño afirmó que los ministros de finanzas de los países del llamado BRIC -Brasil, Rusia, India y China- volverán a discutir la posibilidad de crear un banco de desarrollo con recursos provenientes de los cuatro países. "Eso está todavía en discusión", puntualizó.

Asimismo, señaló que los ministros de finanzas de los países BRIC se reunirán el sábado 25 de febrero en México para conversar sobre la idea del banco de desarrollo y, además, para presentar una propuesta común para los cambios en el Banco Mundial, donde el presidente del organismo, Robert Zoellick, dijo recientemente que dejaría el cargo al término de su mandato, el próximo 30 de junio.

"Los países BRIC no propondrán un nombre específico para la presidencia del Banco Mundial, pero sí propondremos un perfil, un conjunto de criterios, basado no en la nacionalidad sino en el mérito", explicó.

El deschave (II): objeciones a la monetización de Bernanke (así, se entiende todo)

Bernanke nos exporta su inflación (Libertad Digital – 4/3/12)

(Por Juan Ramón Rallo) Lectura recomendada

Frenar la caída ha significado frenar el reajuste, de modo que hemos terminado estrellándonos contra el mismo cuello de botella que ya estranguló el crecimiento mundial en 2008.

Los hay que han visto en la advertencia de Trichet de que tal vez subirá los tipos de interés en abril un soberano despropósito. "La economía española renqueante y Trichet encareciéndonos el coste de la deuda; ¿por qué no aprenderá de su cuate, el inflacionista Bernanke?". Aseguran que ante una inflación de costes como la que vivimos -los precios suben porque el petróleo y otras materias primas se encarecen-, aumentar los tipos de interés no servirá de nada. Al cabo, restringir el acceso al endeudamiento encareciéndolo sólo sería de utilidad si la inflación fuera consecuencia de que ese endeudamiento creciera (recalentando entonces la demanda), pero hoy nadie está obteniendo nuevos créditos a pesar de estar los tipos de interés al 1%, ¿a qué viene subirlos aún más?

Reconozco que, como en 2008, Trichet tiene poco margen de maniobra combatiendo una inflación que, en gran medida, le viene de fuera. Si acaso, el único freno al encarecimiento del petróleo vendrá vía revalorización del euro frente al dólar: si este se aprecia aún más, el barril nos costará menos. Algo que, sin embargo, puede convertirse en una alegría pasajera si los mayores tipos de interés abocan al impago a países como España y Portugal y, por tanto, la cotización del euro se hunde.

Podría parecer entonces que los monetaristas-inflacionistas están en lo cierto y que Trichet está combatiendo moscas a cañonazos. El problema es que Trichet, dentro de sus parcas posibilidades, está apuntando hacia la dirección adecuada: la subida de tipos de interés. Quien está obrando de mala manera y está conduciendo a la economía mundial a una situación límite no es Trichet, sino Bernanke. Suya, y de su política monetaria extraordinariamente expansiva, es la responsabilidad de que las materias primas estén subiendo y de que, por tanto, se esté extendiendo una inflación a escala internacional.

El proceso es el siguiente: al bajar los tipos de interés y monetizar casi todo aquello que fuera monetizable, Bernanke no sólo ha permitido financiar el derrochador y billonario déficit de Obama, sino que además ha permitido, por un lado, que la economía de Estados Unidos no se reconvirtiera en la dirección de ahorrar o producir más materias primas y, por otro, que China y el resto de países que le venden mercancías sigan hiperdesarrollándose a costa del endeudamiento de los estadounidenses (que no otra cosa significa que Estados Unidos mantenga un déficit exterior merced a las laxas facilidades internas de endeudamiento).

Desde la crisis de 2008, el dogma monetarista ha consistido en afirmar que, a diferencia de lo que sosteníamos los austriacos, las economías mundiales no necesitaban reajustarse a gran escala. Todo se trataba de un problema de expectativas que habían llevado a los agentes a atesorar masivamente dinero y a que las economías operaran por debajo de su potencial. La respuesta, pues, debía ser incrementar la cantidad de dinero por parte de los bancos centrales para que la gente siguiera gastando como antes, permitiendo una rápida recolocación de los recursos ociosos.

Mas hete aquí que cuando lo han hecho, la economía mundial efectivamente se ha estabilizado y ha comenzado a remontar el vuelo, pero… se ha topado de bruces con la realidad de unas estructuras productivas que para funcionar necesitan consumir más materias primas de las que ahora estamos capacitados para producir. Es decir, hemos vuelto a mediados de 2008, antes del estallido de la crisis, pero con un volumen de deuda pública infinitamente mayor.

Cualquier persona que sostenga la disparatada teoría de que el problema que padecemos es esencialmente monetario y no real, debería plantearse estas tres simples preguntas:

1. ¿Alguien creía que podíamos recuperarnos manteniendo casi intacta la estructura productiva de 2007-comienzos de 2008 sin que el precio de las materias primas se disparara?

2. ¿Alguien cree que esa estructura productiva de 2007 es viable con los elevadísimos precios actuales de las materias primas?

3. Si ambas respuestas son negativas, entonces ¿no estamos ante una crisis real que hay que corregir por el lado de la oferta? ¿A qué viene cebar sin ton ni son la demanda como si el problema estuviera ahí?

En definitiva, la respuesta monetarista ha sido una calamidad. Frenar la caída ha significado frenar el reajuste, de modo que hemos terminado estrellándonos contra el mismo cuello de botella que ya estranguló el crecimiento mundial en 2008. Bernanke jamás debería haber acomodado tanto como lo hizo las necesidades de unos deudores que o debían reducir su consumo de materias primas o incrementar su producción de las mismas, y que gracias a la expansión crediticia del Helicóptero Ben han podido no hacer ni lo uno ni lo otro.

Nuestras iras deberían dirigirse, pues, no contra Trichet, quien tímidamente está haciendo lo correcto, sino contra Bernanke y los monetaristas, quienes desde un comienzo no comprendieron de qué iba esta película y, tras el fracaso de los planes de estímulo keynesiano que ellos mismos ayudaron a sufragar, tomaron el relevo a la hora de estrecharnos, aún más, la soga alrededor del cuello.

Mientras, Bernie no se baja del helicóptero (los "drones" monetarios)

"Sin saberlo, Ben Bernanke vio el futuro a finales de 2002. En ese momento, cuando sólo era un miembro más de la Reserva Federal (Fed), el banco central de EEUU, advirtió en un discurso que, llegado el momento y aunque los tipos de interés estuvieran al 0 por ciento, las instituciones monetarias aún tendrían capacidad para adoptar medidas heterodoxas que ayudaran a reactivar la economía y las condiciones financieras"… "Helicóptero" Bernanke sigue su vuelo (El Economista – 31/8/12)

Maniobras que, en última instancia y según citó textualmente, equivaldrían a la famosa metáfora de Milton Friedman de arrojar dinero sobre la economía desde un helicóptero. Seis años después, y ya como presidente de la Fed, Bernanke pasó de la teoría a la práctica. Recurrió a esas medidas. A comprar deuda pública y privada en el mercado como complemento de las rebajas de los intereses oficiales, que terminaron 2008 entre el 0 y el 0,25 por ciento.

Se subió así en su propio helicóptero: el helicóptero Ben. Despegó entonces… y aún no ha aterrizado. De hecho, está dispuesto a que siga volando. Lo confirmó el viernes, en Jackson Hole, idílico paraje estadounidense en el que cada año, a finales de agosto, se celebra un cónclave que reúne a varios de los principales banqueros centrales y de los expertos en teoría monetaria del mundo. En su comparecencia, Bernanke anticipó, primero, que "no hay que descartar el uso de más medidas no tradicionales" y reiteró, como conclusión, que "la Fed proveerá los estímulos adicionales que sean necesarios para promover una recuperación económica más fuerte". Alimentó así la expectativa de que la entidad active una tercera ronda de impresión de dinero o estímulos cuantitativos (QE3) en la reunión de los días 12 y 13 de septiembre (2012).

Y es que, aunque Bernanke reconoció que es "difícil" valorar los efectos positivos -y negativos- de los dos estímulos anteriores -QE1 y QE2-, no ocultó que diversos estudios han demostrado que sus consecuencias sí han sido favorables. En concreto, esas investigaciones estiman que el QE1 y el QE2 podrían haber ayudado a generar tres puntos en el Producto Interior Bruto (PIB) y dos millones de empleos. Además, habrían ayudado a reducir el rendimiento de los bonos estadounidenses a 10 años entre 80 y 120 puntos básicos -o 0,8 y 1,2 puntos porcentuales-.

Con estos datos avalando la histórica política monetaria que está siguiendo, Bernanke está dispuesto a que su helicóptero continúe volando. Sobre todo, porque considera que "la situación económica está, obviamente, lejos de ser satisfactoria". Le preocupa, particularmente, la debilidad del mercado laboral, cuya mejoría es "dolorosamente lenta". Al mismo tiempo, le inquietan otros asuntos, como la fragilidad que aún presenta el sector constructor, los ajustes fiscales para reducir el déficit público y la persistencia de las tensiones financieras. En este sentido, Bernanke exigió contundencia a Europa. "Urjo a mis colegas europeos que impulsen medidas para resolver la crisis", demandó.

A la espera de que estos mensajes cristalicen en el QE3 en la reunión de septiembre, las palabras de Bernanke fueron bien acogidas en Wall Street. A media sesión, el Dow Jones subía un 0,6 por ciento, hasta los 13.081 puntos, mientras que el S&P 500 sumaba un 0,4 por ciento, hasta los 1.405 puntos, con lo que rondaba sus máximos desde 2008.

Desde el Consenso de Washington al Consenso de Jackson Hole

"El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, afirma que la FED está dispuesta a actuar con medidas cuantitativas, es decir, inyectar más liquidez al sistema, con los famosos QE"… Jackson Hole Bernanke no descarta el QE3 pero avisa de los riesgos (Gaceta.es – 1/9/12)

No obstante, según Bernanke hay que tener en cuenta los riesgos y el retroceso de los mercados.

En la conferencia de Jackson Hole, la máxima autoridad monetaria de EEUU considera que este estímulo monetario tiene efectos muy positivos tanto en el crecimiento y empleo.

Bernanke ha admitido que, a pesar de ciertos signos positivos, la situación de la economía de EEUU "dista obviamente de ser satisfactoria", añadiendo que, tras las medidas adoptadas por la Fed y los mecanismos naturales de recuperación económica, "se habrían esperado mayores progresos en la recuperación del mercado laboral".

De hecho, el presidente de la Fed expresó su preocupación por la situación del empleo, donde "no se ha observado mejoría desde enero", advirtiendo de que "si la economía no comienza a crecer con mayor rapidez de lo que lo ha hecho hasta ahora, la tasa de paro probablemente se mantendrá lejos de niveles consistentes con el máximo empleo por algún tiempo", lo que podría sugerir una mayor disposición de la entidad a intervenir.

"Tomando en su debida cuenta las incertidumbres y límites de las herramientas a su disposición, la Fed proporcionará las medidas adicionales de alivio necesarias para promover una recuperación económica más fuerte y una mejora sostenida del mercado laboral en un contexto de estabilidad de precios", afirmó Bernanke.

Así, respecto a la posibilidad de que la Fed anuncie nuevas medidas no convencionales para estimular la economía, el banquero explicó que la experiencia de estos años demuestra que estas "medidas no tradicionales" pueden ser efectivas, ya que sin ellas la recesión entre 2007 y 2009 habría sido más profunda y la actual recuperación más lenta.

"En vista de las evidencias, parece razonable concluir que las medidas no convencionales han sido y pueden continuar siendo efectivas para proporcionar acomodo financiero, aunque es menor la certeza respecto a la magnitud y persistencia de estos efectos que cuando se trata de medidas tradicionales", explicó.

De este modo, Bernanke reiteró que estas herramientas no convencionales comparten limitaciones semejantes a las de las políticas tradicionales, pues no pueden lograr por sí solas los efectos de una política económica equilibrada y con medidas de amplio alcance, "particularmente en lo que se refiere a los riesgos fiscales y financieros que afronta el país".

Salvemos al euro: Super Mario promete hacer "todo lo que fuera necesario"

"El atribulado euro por fin se ha ganado algunos amigos, aunque sólo sea en momentos en que está en ascenso. La moneda ha acumulado un alza de más de 4% desde que en julio cayó a su nivel mínimo de dos años. El lunes alcanzó US$ 1,2598 al tiempo que los inversionistas ganan confianza en que el Banco Central Europeo saldrá al rescate de las atribuladas economías de la Unión Europea. Es el mayor repunte en términos porcentuales desde un período de dos meses a principios de año"… El euro gana amigos sobre expectativa de acción del BCE (The Wall Street Journal – 3/9/12)

Conforme el banco central se prepara para su próxima reunión (9/12), muchos gestores de dinero esperan que su presidente, Mario Draghi, explique lo que quiso decir a fines de julio (2012) cuando insinuó que el BCE haría "todo lo que fuera necesario" para mantener la zona euro a flote.

Algunos apuestan a que Draghi indicará que el BCE empezará pronto a comprar bonos de España y otros países cuyos costos de endeudamiento se han disparado a niveles que según muchos expertos son insostenibles. Otros creen que un recorte en la tasa de interés de referencia del actual 0,75% también es una posibilidad.

Draghi dijo que si el BCE compraba bonos, lo haría en el mercado secundario (donde la deuda se negocia después de haber sido subastada) siempre y cuando los países pidan primero ayuda del fondo de rescate de la zona euro.

La compra de bonos implicaría la impresión de dinero, lo cual suele debilitar una moneda. Pero algunos inversionistas albergan esperanzas de que una señal clara de que estas compras son inminentes apuntalará el euro: la demanda adicional reduciría el costo de la deuda para los gobiernos en problemas, lo que a su vez disminuiría las probabilidades de que necesiten rescates o se vean obligados a abandonar el euro, explican.

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Sin embargo, estos mismos inversionistas aseguran que se sienten pesimistas de cara a las perspectivas a largo plazo de la moneda. Argumentan que no hay un final a la vista en el declive económico de Europa ni sus problemas fiscales, si bien están encantados de beneficiarse del reciente brote de optimismo.

"Me convertí en un optimista oportunista, con el potencial de convertirme en alguien que cree en una alza de la moneda a largo plazo", dijo Axel Merk, jefe de inversiones de Merk Investments, firma que administra US$ 600 millones en activos. Merk empezó a comprar euros a principios de agosto, animada por los comentarios de Draghi. Sin embargo, Merk añadió que el poder del BCE es limitado. Las acciones del banco no hacen que el euro sea "seguro" sino simplemente "menos riesgoso".

Los inversionistas también tienen que tener en cuenta la posible compra de bonos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. Su presidente, Ben Bernanke, planteó la posibilidad en un discurso en Jackson Hole, estado de Wyoming, antes de su próxima reunión, que concluye el 13 de septiembre (2012). Si ambos bancos intervienen, el valor del euro a largo plazo podría verse determinado por cuál de los dos bancos es más agresivo en los próximos meses.

Algunos inversionistas están comprando euros para cancelar las apuestas bajistas, temerosos de verse aplastados si la moneda europea sigue escalando. Hasta el 28 de agosto, las apuestas en el mercado de futuros a un euro más débil superaban en unos US$ 16.000 millones las que anticipan uno más fuerte, según la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), pero eso representa una caída de 32% desde los comentarios de Draghi en julio (2012).

Jonathan Lewis, fundador y director de inversiones de Samson Capital, un fondo que gestiona US$ 7.000 millones en activos, asegura que el euro simplemente se ha vuelto demasiado barato, tras caer casi 20% en un año. "Cuando el euro rondaba US$ 1,40, había razones fundamentales para pensar que se precipitaría", dijo. "Pero en los niveles de US$ 1,20… no parece prudente que el euro esté tan debilitado".

Muchos inversionistas sólo ven las desventajas de la moneda. Cualquier compra de bonos por parte del BCE está lejos de estar garantizada, y podrían aparecer nuevos riesgos. Las negociaciones entre Grecia y sus acreedores podrían romperse, obligando al país a dejar la moneda.

"El mercado ha alimentado las expectativas de que verán alguna acción del BCE… pero el grado en que eso pueda apuntalar los mercados de bonos sigue sin quedar claro", dijo Tom Nakamura, que gestiona US$ 42.400 millones en activos como vicepresidente y gerente de portafolio de AFG, en Toronto.

Su fondo tiene una baja ponderación en bonos de la periferia geográfica de Europa, como Italia y España, y tiene una alta ponderación en bonos alemanes. También ha disminuido su exposición al euro desde el 23 de agosto (2012).

El Show de Wyoming: "más madera" (nice Ben)

"En su discurso del viernes en Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dejó en claro que la Fed está preparada para ayudar a fortalecer la economía con una mayor flexibilización cuantitativa. Pero también reconoció los problemas que enfrenta ahora la economía, desafíos que podrían ser inmunes a la tercera ronda de flexibilización cuantitativa, o QE3"… Una tercera ronda de relajación cuantitativa podría no ser suficiente (The Wall Street Journal – 3/9/12)

En su discurso, Bernanke evaluó los dos programas anteriores de flexibilización cuantitativa. Afirmó que las investigaciones de la Fed muestran que estas instancias podrían haber aumentado la producción en casi 3% y las nóminas de empleos privados en más de 2 millones.

Pero al hablar sobre las proyecciones económicas, mencionó tres problemas. El primero, el mercado de vivienda -el epicentro de la Gran Recesión- no está contribuyendo al crecimiento como lo hizo en los últimos períodos de expansión. La Fed ha ayudado con la reducción de las tasas de créditos hipotecarios, pero los problemas del sector van más allá del precio de los créditos.

Segundo, los recortes de gasto en todos los niveles del gobierno han afectado la actividad empresarial. Además, la incertidumbre sobre el abismo fiscal y el límite de deuda federal "están probablemente restringiendo la actividad también", según Bernanke.

Finalmente, mencionó la presión en los mercados de crédito y financieros, que incluye la incertidumbre sobre la crisis de deuda de la eurozona. Como resultado, las condiciones de endeudamiento de potenciales compradores de viviendas y pequeñas empresas siguen siendo "ajustadas", pese a los miles de millones de dólares que la Fed ha inyectado, o que podría seguir inyectando, al sistema financiero.

Tal como Bernanke había mencionado en el pasado, es el segundo problema el que más incomoda a los encargados de política monetaria, quienes preferirían tomar decisiones sabiendo la tendencia futura de las finanzas del gobierno.

No sólo la Fed está preocupada por el desconocimiento fiscal. El informe del viernes sobre la percepción del consumidor destacó que la "incertidumbre (sobre el abismo fiscal) causará cada vez más que los consumidores gasten con más cautela".

La economía se beneficiaría mucho de un futuro fiscal más coherente. Pero, al mismo tiempo, el presidente advirtió que "las autoridades deberían tener cuidado de evitar una fuerte contracción fiscal a corto plazo que podría poner en riesgo la recuperación".

Uno se pregunta si las decisiones fiscales pendientes están llevando a la Fed a mantener la QE3 como reserva. Los economistas y la Oficina de Presupuestos del Congreso han advertido que los problemas producto de las fuertes alzas de impuestos y recortes de gastos casi con seguridad llevarían a Estados Unidos a una recesión.

Pero se mantiene la duda si una mayor flexibilización monetaria podría contener a la economía si esta cae en el abismo fiscal.

Rescaten al "soldado" Jens (solo ante la monetización del BCE)

"El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, está completamente solo en el Banco Central Europeo (BCE) en su cruzada contra la compra de bonos soberanos para ayudar a España e Italia"… Weidmann está solo en el BCE: nadie más se opone a la compra de bonos (El Economista – 4/9/12)

Tanto de puertas para adentro como públicamente, nadie sigue su línea, ni siquiera su compatriota alemán Joerg Asmussen, miembro del consejo de la institución presidida por Mario Draghi.

Según publica el diario financiero holandés Het Financieele Dagblad, otros halcones monetarios, como Klaas Knot, presidente del banco central de Holanda, no se oponen a reapertura del polémico SMP, el programa de compra de bonos soberanos.

Ahora los focos se centran en la próxima reunión del BCE de principios de septiembre (2012), donde se espera que Mario Draghi dé más detalles de las compras de bonos que anticipó en la última reunión a principios del mes de agosto.

En los últimos tiempos, el actual presidente del Bundesbank ha estado en la picota. De hecho, podría tener los días contados como presidente del Bundesbank. Eso es lo que se temen en Berlín, ya que su postura en contra de la compra de bonos no está teniendo efecto en la institución presidida por Mario Draghi y contradice el consenso generalizado que existe en Europa al respecto, según informaba la semana pasada el diario germano Handelsblatt.

El rotativo citaba a Emil Willsch, miembro de la comisión presupuestaria del partido Unión Cristiano Demócrata (CDU), que considera que existe el riesgo de que Weidmann dimita, al igual que hizo su antecesor en el cargo Axel Weber, que también se mostró en contra de algunos de las decisiones del banco central del euro.

A finales de agosto, el presidente del Bundesbank advirtió de nuevo contra el inicio de un nuevo programa de compra de deuda pública afirmando que ese tipo de financiación puede "crear adicción como una droga".

El FMI "bendice" la "print connection" (Lagarde está dispuesta a "ayudar")

"El Fondo Monetario Internacional está dispuesto a ayudar con cualquier nuevo programa de rescate de la Unión Europea, señaló el jueves la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que alabó el programa de compra de deuda del Banco Central Europeo anunciado un poco antes"… El FMI está dispuesto a cooperar con el BCE, dice Lagarde (The Wall Street Journal – 6/9/12)

"Damos una cálida bienvenida al nuevo marco del BCE", aseguró Lagarde. "El FMI está dispuesto a cooperar dentro de nuestros marcos".

El presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que el banco sólo puede comprar bonos de estados miembros con problemas que hayan accedido a programas de créditos condicionados otorgados por los fondos de rescate de la UE, y que el FMI probablemente participaría en cualquier programa de rescate.

Los economistas señalan que los costos del crédito de España e Italia oscilan en torno a niveles insostenibles. Responsables de ambos países han pedido apoyo a la UE para reducir las primas que pagan sus bonos. Pero algunos miembros del norte, liderados por Alemania, han presionado para que los países accedan primero a estrictos programas fiscales y económicos.

La participación del FMI daría a un eventual programa de créditos un toque de autenticidad, ayudando a tranquilizar a los mercados. Sin embargo, al igual que con sus otras participaciones en los programas de créditos, toda ayuda financiera probablemente sería minoritaria.

"La aplicación decisiva del nuevo programa de intervención ayudará a reparar la transmisión monetaria y a apoyar los esfuerzos de los países para lograr financiación a un costo razonable mientras acometen un ajuste macroeconómico ininterrumpido", dijo Lagarde.

"Consideramos las medidas del BCE un paso importante hacia el fortalecimiento de la estabilidad y el crecimiento en la eurozona", agregó.

Arranca la imprenta del BCE (Super Mario Bros)

"El Banco Central Europeo (BCE), en un reconocimiento de que la crisis de la deuda alcanzó un punto crítico, anunció que está preparado para usar su herramienta más poderosa -su imprenta- para salvar el euro"… El BCE saca la artillería pesada pese a las objeciones alemanas (The Wall Street Journal – 7/9/12)

Haciendo caso omiso de las objeciones de su mayor accionista, el Bundesbank de Alemania, el consejo de 22 miembros del BCE aprobó un plan que allana el camino para que la entidad intervenga en los mercados de bonos de los países del euro en aprietos con compras ilimitadas, lo que en la práctica equivale a imprimir dinero, aunque bajo estrictas condiciones. El objetivo es restaurar la estabilidad de los mercados de deuda soberana de España e Italia y captar inversionistas extranjeros, que han huido masivamente de tales activos.

"El euro es irreversible", sentenció Mario Draghi, presidente del BCE, luego de la reunión mensual del organismo, que mantuvo en 0,75% su tasa de interés de referencia, un mínimo histórico. "Queremos que esto sea percibido como un respaldo plenamente eficaz" que elimina los riesgos del bloque, aseveró.

Los mercados de deuda y acciones celebraron sus palabras. Los costos de endeudamiento de España e Italia cayeron y sus principales índices bursátiles treparon más de 4% cada uno (ver nota relacionada). El Promedio Industrial Dow Jones avanzó 244,52 puntos para cerrar en 13.292, su mayor nivel desde diciembre de 2007.

A pesar de la efusiva reacción de los mercados no está nada claro que el plan vaya a funcionar. La economía europea sigue de capa caída. Sin ninguna perspectiva tangible de crecimiento en el corto plazo, es probable que las posiciones fiscales de los países vulnerables empeoren, socavando aún más la confianza de los inversionistas.

El BCE, sin embargo, acaba de dar su paso para combatir la crisis. La decisión habría sido impensable cuando los problemas surgieron por primera vez, hace casi tres años. Subrayando la dimensión histórica de la medida, la junta del BCE tomó la decisión pasando por encima de las objeciones del Bundesbank, el banco central alemán.

Las autoridades del Bundesbank han arremetido en reiteradas ocasiones contra la intervención en el mercado de bonos, advirtiendo que podría disparar una inflación galopante una vez que la economía repunte. Otra preocupación es que el BCE está poniendo un enorme riesgo en su balance, dejando a los contribuyentes con una factura enorme si el plan falla y un país que recibe la ayuda cae en cesación de pagos. Alemania, por su tamaño y participación en los pasivos del BCE, es la que tendría más que perder.

Hasta ahora, Draghi parece contar con el respaldo del gobierno alemán. Tanto la canciller Angela Merkel como su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, han expresado su apoyo al presidente del BCE. Pero debido al escepticismo de los alemanes frente a las medidas del BCE, ese apoyo podría ser efímero si la intervención no produce resultados rápidos.

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El Bundesbank no demoró en denunciar la decisión, poniendo de relieve una profunda grieta entre el BCE y su mayor miembro. Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, considera la compra de bonos como "equivalente a financiar gobiernos mediante la impresión de billetes", dijo un representante de la entidad.

Para contrarrestar las críticas. El BCE resaltó que las compras serán "completamente esterilizadas", es decir, una cantidad equivalente de los fondos será retirada del sistema financiero en un esfuerzo por mantener estable la oferta monetaria. El BCE hace eso actualmente ofreciendo a los bancos depósitos con interés por el valor total de los bonos soberanos que poseen.

El paso, en todo caso, es en gran medida simbólico, según muchos analistas. Los bancos todavía pueden pedir prestado al BCE tanto como deseen, suponiendo que tengan la garantía, que puede incluir los depósitos que mantienen en el BCE. "Dudamos que esto cambie el comportamiento bancario en alguna medida significativa", escribió Greg Fuzesi, economista de JP Morgan.

Draghi se defendió de las críticas en los medios alemanes que lo acusan de alejar al BCE de sus raíces alemanas para satisfacer las necesidades del sur de Europa. No hay una "camarilla del sur" operando el BCE, señaló, y destacó la "enorme mayoría" que apoya su plan. Draghi enfatizó que el BCE insistirá en un número de condiciones antes de llevar a cabo cualquier compra de bonos.

Los países como España que pretenden la intervención del BCE tendrán que solicitar la ayuda del fondo de rescate europeo. Luego deben acordar recortes de presupuesto y reformas económicas con otros gobiernos de la zona euro y, tal vez, el Fondo Monetario Internacional. El banco central también se reservó el derecho de retirar la ayuda si los países dan marcha atrás en sus promesas.

¿Funcionará el plan para evitar la ruptura de la eurozona? (BBCMundo – 7/9/12)

(Por Stephanie Flanders) Lectura recomendada

Si alguna vez Jean-Claude Trichet hubiese declarado que el Banco Central Europeo (BCE) estaba dispuesto a ofrecer un "respaldo plenamente efectivo" contra la ruptura del euro, es muy probable que la crisis de la eurozona ya hubiese terminado.

Por supuesto, países como España todavía estarían atravesando un momento difícil, pero bien podríamos no estar hablando mucho de ellos -y tampoco le estaríamos prestando demasiada atención a las conferencias de prensa del BCE.

De más está decir que el predecesor de Mario Draghi al frente del BCE nunca dijo nada demasiado cercano a un respaldo. Y las compras de bonos que sancionó de mala gana en 2010 y 2011 fueron mucho más tibias que el programa de "operaciones simples monetarias" descritas, con cierto detalle, por Draghi.

Esta vez no hubo decepción

¿Se habla de un BCE que respalde lo suficiente para resolver la crisis en el otoño de 2012, bajo la presidencia de Draghi?

En un principio, algunos en el mercado financiero parecían tener sus dudas. La reacción inmediata al anuncio de Draghi fue que la gente vendió euros, y el valor de la moneda cayó. Pero los mercados bursátiles han dado un salto desde el final de la conferencia de prensa, lo que sugiere que -por una vez- el BCE no ha decepcionado.

El presidente del BCE habló, una y otra vez, acerca de la condicionalidad -acerca de las cuerdas que mantendría unidas las compras de bonos nuevos. Y, por si acaso, reveló que el BCE buscaría la participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la elaboración de los términos de esa condicionalidad.

Eso lo hace sonar como que las Operaciones Monetarias Simples (o OMT, por sus siglas en inglés) serán difíciles de conseguir para los países. Y fáciles de perder.

Tal vez. Pero deberíamos recordar que "la participación del FMI" no significa exactamente lo que solía significar. Para la elaboración de los programas de rescate de Europa, han sido la Comisión Europea y los gobiernos los que han insistido con los más duros términos.

En comparación, el personal del FMI ha sido las palomas, al pedir cronogramas más lentos cuando se trata de reducir déficits presupuestarios y un mayor foco en el crecimiento. El presidente del gobierno español Mariano Rajoy habrá notado que éstos han presionado especialmente por dar con una vía más lenta en la reducción del déficit en España.

También debemos recordar lo que Mario Draghi no dijo. No dijo que habría límites a las compras. Y no dijo que el voto fue unánime. El consejo de gobierno del BCE avanzó con este programa, a pesar de la oposición de Alemania. Y lo hizo, a pesar de la evidente incomodidad al interior de la institución de ser, incluso, una parte de un programa que muchos sienten como que el banco central está dejando a gobiernos derrochadores e imprudente inversores privados por fuera.

Si usted fuera Mario Draghi, también hablaría mucho de condicionalidad. También diría, una y otra vez, que el banco central no comprometería su independencia. Incluso hasta el punto, algunos dirán, de protestar demasiado.

Algunos en los mercados financieros estarán decepcionados de su desempeño. Ellos -y muchos gobiernos- estarán sin dudas decepcionados de que le tomara mucho tiempo al BCE ponerse al bate. No debemos olvidar que muchos de la línea dura -dentro y fuera del BCE también se sentirán profundamente decepcionados.

Radiografía del programa de compras del BCE (Septiembre 2012)

La arquitectura institucional diseñada en los dos últimos años por la Unión Europea para afrontar la crisis de deuda soberana, comienza a dar sus frutos. A cambio de una condicionalidad "estricta y efectiva", en palabras de Mario Draghi, el BCE comprará deuda pública de forma ilimitada. Y lo que es también relevante: sin conservar el estatus de acreedor preferente frente a los inversores privados.

Lo que no se sabe es a partir de cuándo comenzará a adquirir títulos gubernamentales. Ni qué entiende el BCE por condiciones estrictas y efectivas. Ni siquiera si España tendrá que negociar un nuevo Memorado de Entendimiento (MoU) o valdrá el actual con adendas. Ni, por supuesto, en qué nivel tiene que encontrarse la prima de riesgo para justificar una intervención de los banqueros de Fráncfort. El BCE podría haber anunciado un determinado diferencial -como hizo el Banco de Suiza para defender el franco de su imparable apreciación- pero no lo ha hecho.

Lo que sí está claro es que el Banco Central Europeo inicia una nueva era -en la que se juega su credibilidad- que le implica directamente en la financiación de los Estados, algo que está fuera de su mandato y que prohíben taxativamente sus estatutos. Pero el BCE lo salva con un argumento de peso: la transmisión de la política monetaria se ha roto (los bajos tipos de interés no llegan a los agentes económicos) y su obligación es restaurarla.

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, anunció (9/12) que el organismo pedirá menos garantías para conceder créditos a los bancos de los países rescatados y facilitar su liquidez. "El Consejo de Gobierno del BCE ha decidido suspender la aplicación de los umbrales mínimos de calificación de crédito exigidos como colateral para las operaciones de crédito del eurosistema en el caso de instrumentos de deuda emitidos o garantizados por el Gobierno central" de los países rescatados, explicó Draghi a los periodistas en Fráncfort.

Eso supone que los bancos de los países con un programa de rescate podrán seguir usando como garantía los bonos de sus países con independencia de la nota que les den las agencias de calificación crediticia.

El objetivo de esta medida y de otras que ha venido adoptando el BCE es evitar que las entidades financieras que no dispongan de las garantías necesarias se queden sin liquidez, como sucedió a una pequeña entidad española, solvente pero sin liquidez, que no tenía garantías para el BCE y tuvo que recibir, por el procedimiento extraordinario, 402,5 millones de euros que le prestó el Banco de España. También resta influencia a las agencias de calificación, en la medida en que sus notas dejan de tener la trascendencia que tenían hasta ahora. Pero al mismo tiempo se trata de una forma más de forzar a los países con problemas a pedir el rescate. Los bancos españoles son los que más liquidez reclaman al BCE, con unas cifras que ya han llegado a los 400.000 millones de euros, según los datos correspondientes a julio (2012).

En paralelo, el BCE también permitirá que se utilice como garantías de crédito los títulos que estén denominados en otras de las principales monedas diferentes del euro, como el dólar, el yen o la libra esterlina. Esta medida ya estuvo en vigor entre octubre de 2008 y diciembre de 2010.

Estos nuevos criterios no afectan a los bonos emitidos o garantizados por Grecia, que tiene su propio sistema desde el pasado Consejo Europeo de junio (2012).

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"Noche de ronda" (suben las apuestas, por la "tercera" de Bernanke)

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Ben Bernanke, no lo ha dicho, pero muchos inversionistas se comportan como si la compra de bonos por parte del banco central estadounidense fuera un hecho"… Los mercados apuestan a una tercera ronda de compra de bonos del Tesoro (The Wall Street Journal – 9/9/12)

Las débiles cifras sobre el empleo divulgadas sólo sirvieron para reforzar esa creencia. Los precios de toda clase de activos, desde acciones hasta los bonos del Tesoro, pasando por el oro, subieron, lo que refleja la convicción de los mercados de que la Fed anunciará nuevas medidas de estímulo monetario al término de una reunión de dos días de principios de septiembre (2012).

Pero debajo del optimismo, está la pregunta de cuánto margen de crecimiento tiene el reciente repunte. Las acciones en las bolsas estadounidenses han ganado 10% y el oro 12% desde sus mínimos de junio (2012) gracias en buena parte a las expectativas de que el banco central se dispone a iniciar una tercera ronda de compra de bonos, un programa conocido como relajamiento cuantitativo, orientado a mantener bajas las tasas de interés.

"Resulta bastante claro que el repunte experimentado en los últimos meses ha sido impulsado por la expectativa de que la Fed anunciará una nueva ronda de relajamiento cuantitativo", señala John Higgins, economista de mercados de la consultora británica Capital Economics. "Creo que la pregunta es si persistirá el impacto positivo una vez que la Fed anuncie las medidas".

Si el pasado sirve de guía, podría haber margen para que el repunte se mantenga. En 2010, el Promedio Industrial Dow Jones subió 11% entre fines de agosto, cuando Bernanke sugirió que otro programa de compra de bonos estaba en camino, y el 3 de noviembre, cuando se produjo el anuncio oficial. Para el momento en que terminó el programa de la Fed, en marzo de 2011, las acciones habían ganado otro 11%.

Las esperanzas de un nuevo estímulo de la Fed con una compra de bonos fueron reforzadas por el informe del viernes pasado que muestra que la economía estadounidense generó en agosto 96.000 empleos, una cifra menor a la esperada.

Analistas de Goldman Sachs Group dicen que la probabilidad de que la Fed anuncie el programa esta semana está "ahora por encima de 50%". Anteriormente, los expertos de Goldman habían proyectado que el anuncio se produciría a fines de año o en 2013.

Las predicciones sobre las dimensiones de cualquier medida de la Fed varían ampliamente.

Goldman espera que el banco central estadounidense compre al mes de forma indefinida alrededor de US$ 50.000 millones en valores respaldados por hipotecas y bonos del Tesoro. Por su parte, economistas de J.P. Morgan Chase dijeron que esperan que la Fed anuncie compras por US$ 300.000 millones que terminarían en enero. Y analistas de Barclays, a su vez, predicen que la Fed destinará US$ 500.000 millones a las compras de títulos hipotecarios y bonos del Tesoro.

Algunos analistas e inversionistas dicen que la Fed debería anunciar un gran plan rápidamente o arriesgarse a decepcionar al mercado que se ha acostumbrado a los estímulos de los bancos centrales desde la crisis financiera.

Con el tiempo, dicen algunos escépticos, la capacidad de que las acciones suban a partir de las medidas de la Fed inevitablemente disminuirá. Apuntan a señales de que el crecimiento de las ganancias corporativas está cayendo y la expansión de la economía es modesta.

"Es algo exagerado", dijo recientemente Kim Caughey Forrest, estratega de Fort Pitt Capital Group, una empresa de consultoría financiera en Pittsburgh. La especialista se llama a sí misma "inversionista de valor" a largo plazo, es decir que busca acciones que parezcan asequibles en comparación con las expectativas de ganancias futuras de las empresas.

Caughey dice que el problema es que cada vez es más difícil encontrar empresas con precios razonables, ya que las cotizaciones de las acciones están subiendo sin que el desempeño de las ganancias mejore mucho. "Los fundamentos en mi opinión no merecen esta fase previa", apunta.

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El Promedio Industrial Dow Jones cerró en 13.306,64 puntos, o cerca de 80% más que cuando la Fed anunció su primera compra de bonos del Tesoro, conocida como QE1, en marzo de 2009.

El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, que cae cuando los precios suben, se ha reducido de 3% en 2009 a 1,66%. La segunda ronda de relajamiento cuantitativo, conocida como QE2, empezó en noviembre de 2010, y fue usada por la Fed para comprar unos US$ 600.000 millones en bonos del Tesoro de EEUU. La Fed sigue siendo un jugador activo en el mercado de bonos a través de su programa "Operación Twist".

No todos creen que una tercera ronda de relajación es inevitable. Economistas de Nomura Securities argumentan que el reporte de desempleo no fue tan grave como para hacerlos cambiar su proyección de que la Fed aguantará un nuevo programa de estímulo.

Las economías "ilimitadamente dependientes" de sus bancos centrales

"Cuando las economías prueban el crecimiento fácil impulsado por un banco central, se resisten a retomar el sistema de crecimiento tradicional, que no se retoma sin medidas extremas"… El círculo vicioso de las economías dependientes de su Banco Central (Negocios.com – 10/9/12)

Con futuras compras "ilimitadas" de bonos confirmadas por Mario Draghi y el Banco Central Europeo (BCE), así como con la Reserva Federal (FED) haciendo exactamente lo mismo aunque sin llamarlo así, es casi automático comparar la actual revolución de los bancos centrales occidentales con el Banco de Japón en la década de los 80.

Esta propuesta llega desde el blog de economía Zero Hedge, que ha logrado influir con un solo post en los mercados a escala global debido a su amplia reputación. Esta vez, publica una entrada enviada por un autor externo que se esconde tras el alias NJB Deflactor. A él se atribuye el artículo The Japanese Writing On The Walls (La escritura japonesa en las paredes) donde se hace una analogía de la actuación del Banco Central de Japón en la década de los 80 y las actuales medidas tomadas por la FED de Ben Bernanke.

En los 80, Japón se enfrentó a una burbuja de activos que obligó a la nacionalización de muchos bancos japoneses cuyas prácticas de préstamo y balanzas de pagos dependían del valor de los activos que formaban parte de esa burbuja, lo que llevó el país a la recesión en 1990, cuatro años después del que se considera el inicio de la crisis.

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Rendimiento del bono a diez años japonés (azul), y la deuda en relación con el PIB (verde)

Curiosamente, el mayor endeudamiento respecto al PIB no se dio durante la crisis, el gráfico anterior muestra como sucedió parejo a las medidas monetarias siguieron a la crisis financiera nipona como forma de impulsar la economía. El resultado de esta primera ronda de estímulo consiguió que la economía japonesa se volviese adicta a la monetización de la deuda, como queda patente en el aumento de la deuda respecto al PIB.

Se suponía que la creación de deuda impulsaría el crecimiento y contrarrestaría las fuerzas deflacionarias. Esta es una "evidencia empírica" que, cuando un país comienza a basar su crecimiento en el Banco Central, se mete en un círculo vicioso en el que esta tendencia se conserva.

Las economías, "como si fuesen drogadictos", se resisten a volver a marcar mínimos históricos. Una vez que los agentes del mercado experimentan este tipo de "crecimiento gratis" gracias a las medidas de los bancos centrales, se muestran reacios a volver a los sistemas de crecimiento tradicionales. Esta perspectiva resulta sesgada, y teniéndolo en cuenta, encontrar un sistema de crecimiento es insostenible si no se utilizan medidas extremas, como el gran endeudamiento japonés.

Con el respaldo de la recuperación japonesa impulsada por la deuda como una analogía respecto a lo que está pasando en Estados Unidos, desde Zero Hedge proponen que los Estados Unidos se consideren a pocos pasos de amasar la misma ingente cantidad de deuda que está machacando Japón, poniendo la economía nipona "de rodillas" ante su banco central.

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Rendimiento del bono a diez años de EEUU (azul), y la deuda en relación con el PIB (rojo, no indexado como porcentaje).

Las tasas de interés japonesas alcanzaron su cénit en 1975, mientras que las estadounidenses las alcanzaron al comienzo de la década de los 80. Fueron consecuencia del régimen de estabilización orquestado por la FED en ese momento. Acciones similares tomó el Banco de Japón al comienzo de su crisis financiera, lo que recortó las tasas de interés desde entonces.

Las partes altas y media de la curva de crecimiento japonés se han aplanado tanto durante los 10 años posteriores a su crisis que las tasas de interés llegaron a 0% "y se han mantenido en 0% desde entonces".

Aunque no puede afirmarse con rotundidad que EEUU esté siguiendo el mismo camino de crecimiento basado en el Banco Central que Japón, las promesas de relajación de la economía por parte de la FED mientras las acciones estadounidenses rozando mínimos que hacía años no tocaban no parece una buena señal.

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S&P500 (rojo), y el diferencial entre en rendimiento a diez años de los bonos de EEUU y el índice S&P (azul).

EEUU entró en un círculo vicioso de ciclos deflactantes-reflacionarios en los años 90 y no parece que vaya a librarse de ello prontamente. Con la garantía de la generosidad de la FED, NJB Deflactor considera que "esta relación tiene un par de años más para disfrutar".

Los consejos del "filisteo" Hastings (escriba de Wall Street)

Es hora de que la Fed innove como el BCE (The Wall Street Journal – 10/9/12)

(Por Nicholas Hastings) Lectura recomendada

Cuando las nóminas de empleo no agrícola de Estados Unidos mostraron un incremento inferior al esperado el viernes pasado, las expectativas de una mayor flexibilización cuantitativa aumentaron y el dólar cayó.

Una explicación para la baja de la moneda estadounidense es que los rendimientos de los títulos del Tesoro estaban disminuyendo.

Pero, dado que los rendimientos en la mayoría de los otros mercados de deuda también caían y que los rendimientos de la nota a 10 años del Tesoro de EEUU, en 1,65%, siguen muy por sobre el reciente mínimo de julio de 1,4%, el argumento de los rendimientos no parece muy sólido.

Entonces, ¿por qué el dólar está sufriendo?

Puede ser porque la llamada QE3 simplemente no es la solución para reactivar la economía estadounidense.

Como implica su acrónimo, este sería el tercer intento de la Reserva Federal de inyectar liquidez a los mercados financieros estadounidenses en los últimos tres años y todavía no logra promover la recuperación que busca el titular de la Fed, Ben Bernanke.

Incluso su más reciente intento de estímulo, la llamada "operación Twist", que consiste en vender activos de corto plazo y comprar otros de mayor vencimiento para aplanar la curva de rendimientos, ha sido en gran medida poco exitoso.

Tal como Bernanke dijo en su discurso en Jackson Hole hace dos semanas, la economía no está acelerándose y la tasa de desempleo se mantiene obstinadamente alta.

En otras palabras, lo que una vez se consideraban medidas de política no convencionales no está logrando resultados.

Esta es una situación similar a la del Banco Central Europeo a inicios de este año cuando buscaba reiteradamente soluciones a los problemas de deuda de la eurozona.

La entidad optó por una política no convencional y algo controvertida de introducir una operación de refinanciamiento a largo plazo. Pero también descubrió que esta forma de flexibilización monetaria no lograba tener el efecto necesario sobre la economía real.

Tras semanas de debate y fuertes objeciones del Bundesbank alemán, el BCE implementó la semana pasada una nueva y radical forma de compra ilimitada de bonos, conocida como Transacciones Monetarias Directas.

Los detalles del programa siguen siendo poco claros y su capacidad de evitar otra crisis de deuda del euro no es segura.

Sin embargo, la decisión del BCE ha sido suficiente para inyectar un cierto nivel de confianza a los mercados financieros y ha ayudado a hacer caer precipitadamente los rendimientos de los bonos de los principales países deudores de la zona euro.

A medida que se aproxima la reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Fed el miércoles y jueves, los mercados financieros mundiales podrían considerar decepcionante sólo otra dosis de QE.

Por supuesto, en este punto los mercados tienen poca idea de si la Fed aumentará la cantidad, o la duración, o si cambiará la clase de activos a comprar en cualquier nuevo ejercicio de QE.

Pero la evidencia de que ejercicios pasados han ayudado a los mercados laborales es altamente debatible.

Con las recientes cifras económicas de China que mostraron un decepcionantemente débil crecimiento de la demanda interna, y de Japón que revelaron que el crecimiento del segundo trimestre fue revisado a la baja a sólo 0,7%, de 1,4%, la Fed podría encontrarse a sí misma bajo una mayor presión para asegurar que otorga el estímulo apropiado y efectivo.

Si ese es el caso, entonces sería aconsejable para la Fed sacar una página del libro del BCE e intentar algo más innovador que en el pasado.

Y en vez de caer por las especulaciones de sólo más QE, el dólar podría tener una mejor posibilidad de encontrar soporte a medida que aumentan las esperanzas de una economía más sólida en EEUU.

Esperando el "dulce porvenir" (mientras llega el repartidor de la "coca"…)

Los planes anteriores

En agosto (2012), la primera economía del mundo creó 96.000 empleos, frente a los 141.000 de julio. Aunque la tasa de paro se redujo del 8,3 al 8,1%, la reducción se debió a que hasta 368.000 estadounidenses se retiraron de la fuerza laboral.

En su discurso del de 31 de agosto en Jackson Hole el presidente de la Fed, Ben Bernanke dijo que las compras adicionales de bonos eran una opción para impulsar el crecimiento si bien no especificó la duración o la cantidad de un eventual programa nuevo.

Entre noviembre de 2008 y marzo de 2010, la Fed inyectó 1,725 billones de dólares con la compra de deuda hipotecaria y pública. Posteriormente, entre noviembre de 2010 y junio de 2011 imprimió 600.000 millones de dólares adicionales con la adquisición de deuda pública.

Pero la recuperación económica no se consolidaba. Por eso, más tarde, en septiembre de 2011, la Reserva Federal decidió resucitar la Operación Twist, el programa que empleó en la década de 1960, para tratar de reanimar la economía.

En virtud de esta operación de estímulo económico, el organismo decidió vender 400.000 millones de dólares en bonos a corto (de 3 años o menos) para invertir una cantidad similar en la compra de títulos a largo plazo, con vencimientos entre 6 y 30 años. En junio de este año prorrogó la operación twist hasta finales de 2012.

La preocupación entre algunos funcionarios de la Fed de que más alivio cuantitativo podría no ser eficaz o disparar la inflación "podría ser mitigado por un programa vinculado a la inflación real y a las medidas reales de la actividad económica", explica Karen Dynan, vicepresidente de estudios económicos de la Brookings Institution en Washington.

El poder de las palabras de los banqueros centrales

"La Reserva Federal ha probado un montón de cosas durante los últimos cinco años para devolver el crecimiento a la economía: ha bajado los tipos casi a cero, ha rescatado bancos, bancos de inversión y aseguradoras, y ha comprado billones de dólares en bonos. Y aun así, la economía sigue estancada en el barro"… Por qué las palabras de la Fed importan más que sus actos (El Economista – 13/9/12)

Mucha gente mira a este récord y concluye que la actuación de la Fed ha sido completamente ineficaz. Pero esas críticas no impedirán que la Fed lo intente de nuevo en su reunión de esta semana que concluye hoy. No estamos hablando de otra compra a gran escala de activos, sino de algo que puede ser más poderoso que 500.000 millones de dólares en bonos: palabras.

Rex Nutting nos explica desde MarketWatch que la Fed puede intentar cambiar la economía hablando, no haciendo cosas. Y puede que tenga razón si las palabras suenan más que las acciones. La Fed puede tratar de persuadir a los inversores y al público de que realmente va a mantener bajos los tipos hasta que la economía recupere de verdad todo el terreno perdido, aunque eso signifique violar sus propias reglas informales sobre cómo formular su política monetaria en un escenario de aumento de las presiones inflacionistas.

En efecto, la Fed tiene que convencernos de que está cómoda dejando que la inflación supere temporalmente el objetivo a largo plazo del 2%, de que no va a correr para subir los tipos con el primer signo de aceleración de la inflación. La Fed debe comprometerse a ser irresponsable, "igual que los presidentes de EEUU durante la guerra fría tuvieron que comprometerse a destruir el mundo para frenar un ataque nuclear" según Rex Nutting.

Hasta ahora, la Fed no se ha comprometido a ser irresponsable. Simplemente ha señalado que cree que la economía lo hará por debajo de lo esperado como mínimo hasta finales de 2014, y que, en consecuencia, los tipos de interés se mantendrán muy bajos hasta entonces. Pero "eso no es un compromiso, es más bien una previsión".

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