"Luego de dos días de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).el plan para comprometerse a reducir emisiones contaminantes hacia el 2050 fue dejado fuera de la declaración final. Los líderes mundiales reunidos en Singapur dijeron que no será posible alcanzar un acuerdo sobre cambio climático en la conferencia de Naciones Unidas en Copenhague"… APEC abandona metas medioambientales (BBCMundo – 15/11/09)
Los líderes prometieron que van a trabajar hacia un "resultado ambicioso" en Dinamarca, una cita que, sin embargo, ya no es considerada corolario de esfuerzos, sino otra reunión más, según señalaron funcionarios.
El fracaso en llegar a un pacto para reducir las emisiones contaminantes fue visto como "evidencia de lo difícil que es superar el vacío existente entre países desarrollados y en vías de desarrollo, entre ricos y pobres, Oriente y Occidente", señaló Rachel Harvey, corresponsal de la BBC, desde Singapur.
"Estados Unidos y China, los mayores contaminantes del mundo, han hecho oficial el fracaso de la conferencia del clima que se celebrará el mes próximo en Copenhague. Los líderes de ambos países, apoyados por algunas de las principales naciones emergentes del mundo, han comunicado este domingo en Singapur al Gobierno de Dinamarca que no será posible conseguir en esa ocasión un acuerdo vinculante que permita la reducción de emisiones de dióxido de carbono"… EEUU y China hacen fracasar Copenhague (El País – 16/11/09)
En su lugar, se intentará lo que se ha llamado retóricamente acuerdo en dos etapas, y que, en realidad, consiste en hacer en Copenhague una mera declaración de intenciones, pero se postergarán los compromisos obligatorios para un momento posterior, quizá para otra conferencia que debe de celebrarse el próximo año en México.
Consciente de que estaban aquí los dos gobernantes que tienen la última palabra en el asunto climático, el presidente norteamericano, Barack Obama, y el líder chino, Hu Jintao, junto a otros países que son protagonistas destacados de este debate, como Indonesia, Japón, Rusia o México, Rasmussen se trasladó este domingo por sorpresa a Singapur en busca de una solución desesperada para salvar la cumbre de Copenhague.
Pero sólo obtuvo, según fuentes norteamericanas, un compromiso de todos los participantes, incluido China, de respaldar en la capital danesa un documento que establezca objetivos ambiciosos, e incluso algunos procedimientos para alcanzarlos, pero sin exigir que los países contaminantes reduzcan sus emisiones, lo que era el objetivo inicial de la conferencia patrocinada por Naciones Unidas.
Obama no quiere firmar ningún acuerdo que, como ocurrió con el de Kioto, suscrito por Bill Clinton, no sea después refrendado por el Congreso. China, por su parte, no está dispuesta a hacer movimientos relevantes en ese campo que no vayan acompasados por Washington. Lo mismo puede decirse del tercer mayor contaminante, Indonesia. Y Japón, cuyo nuevo Gobierno había anunciado recientemente la voluntad de reducir las emisiones de gases, tampoco quiere hacerlo sin acciones recíprocas por parte de China y Estados Unidos.
De esta manera, con toda probabilidad, otras grandes naciones en desarrollo, como India y Brasil, se negarán a respaldar acuerdos que no estén apoyados por esos cuatro países, y Copenhague puede quedar reducido a un ejemplo más de voluntarismo infructuoso.
Y mientras tanto, el planeta tierra "pierde sus constantes vitales"
"Desde hace 15 millones de años, el Ártico tiene una cubierta de hielo permanente, más extensa en invierno y menos en verano, pero siempre presente alrededor del Polo Norte. Por eso, la perspectiva actual de deshielo completo de ese mar septentrional, dentro de un par de décadas tal vez, debido al calentamiento global del planeta, preocupa a los científicos, alarmados ante un cambio tan drástico y rápido. De hecho, el deshielo registrado en la región recientemente es mucho más acentuado que las predicciones más pesimistas que se venían haciendo: ya se ha alcanzado una reducción de cobertura helada del Ártico que los modelos de proyección climática situaban en torno a 2020"… El Ártico amenaza con fundirse por primera vez en 15 millones de años (El País – 23/11/09)
"El océano Ártico empezó a congelarse hace 47 millones y medio de años estacionalmente, es decir, que se formaba el hielo en invierno y se fundía en verano; sin embargo, durante los últimos 14 o 15 millones de años, la parte central del Ártico ha estado permanentemente helada. Ahora, debido al cambio climático, se espera que vuelva a la situación de deshielo completo en verano. Esto significa que el calentamiento en el Ártico, desde una perspectiva temporal geológica, es extremadamente dramático", explica Nalan Koc, investigadora del Instituto Polar Noruego. Koc es especialista en paleoclima y una de las científicas principales del programa internacional Acex que ha reconstruido la historia del Ártico de los últimos 56 millones de años.
Para descifrar la secuencia de hielo y deshielo en el mar más septentrional del planeta, los científicos leen las páginas del pasado escritas en el subsuelo del fondo marino. "Hay fósiles como diatomeas asociadas al hielo y microfósiles de aguas abiertas preservados en los sedimentos acumulados", explica Catherine Stickley, investigadora del proyecto, también del Centro Polar Noruego, con sede en Tromso. "Remontarnos a 47 millones de años, cuando empieza la cobertura helada estacional, nos ayuda a comprender lo que está pasando ahora en el Ártico", añade. Las conclusiones de la investigación se han publicado en Nature recientemente.
"Si logramos averiguar lo que sucedió en el pasado geológico, podemos empezar a utilizar ese conocimiento para explorar el futuro", afirma Jan Backman, de la Universidad de Estocolmo y uno de los científicos del consorcio Ecord, en el que participan 13 países europeos -incluido España– más Canadá.
La reducción del glaciar Blomstrandbreen, en el Ártico, se aprecia en las fotografías de hace un siglo (arriba) y de 2002. – Instituto Polar Noruego / Greenpeace / Aaslund
Pero si no es fácil leer el registro de los sedimentos acumulados en el subsuelo marino, mucho menos es obtenerlo. Hubo que recurrir a un buque perforador especial y dos rompehielos de acompañamiento (uno ruso atómico) para sacar las muestras del fondo marino en forma de cilindros mediante una cala vertical, de hasta 428 metros de profundidad, con 1.300 metros de agua encima. La campaña, denominada Acex, se llevó a cabo en verano de 2004, durante mes y medio, y el lugar elegido para la perforación fue la cresta Lomonosov, una cadena montañosa submarina que cruza el Ártico desde Siberia hasta Groenlandia y que pasa a 250 kilómetros del Polo Norte.
El rompehielos ruso Soyuz y el sueco Oden fueron abriendo camino por el mar helado al buque perforador noruego Vidar Viking (un rompehielos adaptado) hasta el lugar elegido sobre la cresta Lomonosov. Lo protegieron durante las tres semanas de perforación durante las que se logró hacer un agujero de muestreo en el fondo marino de 428 metros y otros cinco de menor profundidad. Así fueron extrayendo cilindros formados por capas aplastadas de sedimentos del fondo oceánico del pasado abarcando 56 millones de años de historia climática. "Es el primer registro temporal largo del Ártico", afirma Stickley. Acex costó 12,5 millones de euros, contando la operación de los tres buques, añade Stickley.
La clave en las muestras ha sido la presencia de unas diatomeas (plantas unicelulares) específicas del género Synedropsis, similares a las que se encuentran hoy en día en el Ártico y adaptado para vivir a temperaturas muy bajas y en la oscuridad, es decir, en condiciones de superficie del mar helada. Al hacer correlaciones temporales en las capas sucesivas de sedimentos acumulados en los cilindros de muestras, los científicos pueden reconstruir la historia climática.
El Acex ha proporcionado valiosa información científica, pero los investigadores están ya pensando en futuros objetivos. Más de 500 científicos de todo el mundo, expertos de perforaciones profundas -no sólo de Ecord, sino también equipos estadounidenses y japoneses- se reunieron a finales de septiembre en Bremen (Alemania) para diseñar la continuación del actual Programa Integrado de Perforaciones Oceánicas (IODP), que termina en 2013. Entre los objetivos definidos destaca la investigación del papel de los gases de efecto invernadero en la transición entre periodos fríos y templados de la historia climática del planeta y la magnitud, velocidad y localización de los correspondientes cambios en el nivel del mar.
Además, se emprenderán perforaciones en el suelo oceánico mucho más profundas que las actuales. El buque japonés Chikyu ya es capaz de hacer sondeos de hasta 7.000 metros en el fondo marino.
Pero tranquilos, que viene China con "las Rebajas"… (el gran contribuyente)
"China ha anunciado que se comprometerá a reducir entre un 40 y un 45% la intensidad energética (emisión de dióxido de carbono por unidad de PIB) en 2020 con relación a los niveles de 2005. Entre 2006 y 2010, el Gobierno chino se había comprometido a reducir esta intensidad energética un 20% (lo que equivale a 1.500 millones de toneladas de CO2), por lo que el nuevo compromiso, que llega diez días antes de que se celebre la cumbre de Copenhague, supone doblar los esfuerzos del país más contaminante del mundo junto a EEUU"… China se compromete a reducir casi hasta la mitad su intensidad energética en 2020 (La Vanguardia – 26/11/09)
En un comunicado a través de la agencia oficial Xinhua, el Consejo de Estado aseguró que el compromiso "es una acción voluntaria del Gobierno chino, teniendo en cuenta sus actuales condiciones nacionales" y lo calificó de "gran contribución a la lucha internacional contra el cambio climático".
La intensidad energética es un concepto algo más vago que una reducción concreta de emisiones, lo que permite al Gobierno chino un mayor margen de maniobra, y aun con todo no está claro si Pekín logrará en 2010 ese objetivo del 20% que había prometido en su plan quinquenal.
El anuncio de China llega después de un año de negociaciones, especialmente con EEUU, para que el país asiático asumiera mayores compromisos en la lucha contra el cambio climático, pese a que, al ser un país en desarrollo, no está obligada a reducir emisiones de acuerdo con el Protocolo de Kioto.
El presidente, Hu Jintao, ya había adelantado en septiembre que China iba a reducir su intensidad energética en la próxima década "en un largo margen", aunque la cifra concreta había sido una incógnita.
Minutos antes de anunciarse el nuevo porcentaje, el Ministerio de Asuntos Exteriores había informado de que el primer ministro, Wen Jiabao, encabezará la delegación china que participará en la cumbre sobre cambio climático que tendrá lugar en la capital danesa entre los días 7 y 18 de diciembre.
La presencia de Wen "demuestra la gran importancia que el Gobierno chino da al cambio climático y su voluntad política de trabajar con la comunidad internacional en este asunto", señaló un portavoz del Ministerio.
Corta alegría: China no contaminará más, pero tampoco menos (el gran simulador)
"A diez días de la conferencia internacional de Copenhague contra el calentamiento global, China, uno de los mayores países contaminantes del mundo y el principal emisor de gases de efecto invernadero, puso ayer sus cartas sobre la mesa. Por primera vez, Pekín cuantificó un objetivo para paliar su responsabilidad en el cambio climático, pero no disminuirá sus emisiones de dióxido de carbono, sino que las frenará. Es decir, no contaminará más, pero tampoco menos"… China frenará, pero no reducirá, sus emisiones para no dañar su economía (ABC – 29/11/09)
Con respecto a los niveles de 2005, el gigante asiático reducirá en 2020 del 40 al 45% sus emisiones contaminantes, pero no totales, sino por unidad del Producto Interior Bruto (PIB). Tal y como reconoció a la agencia estatal de noticias Xinhua Qi Jianguo, un economista especializado en política medioambiental perteneciente a la Academia China de Ciencias Sociales, "en 2020 el PIB del país doblará al de ahora, al igual que las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero la reducción fijada significa que dichas emisiones tendrán que ser las mismas que ahora".
Otros expertos consideran que China seguirá aumentando su contaminación a un ritmo más lento que el de ahora gracias a la disminución de la "intensidad carbónica" (emisiones por unidad del PIB).
Para ello, el coloso oriental tendrá que hacer un gran esfuerzo ahorrando energía o utilizándola de forma más eficiente. Con el propósito de ir librándose de la dependencia del carbón, con el que se produce el 75% de la electricidad del país, el Gobierno chino pretende que la cuota de la energía nuclear y las renovables suba hasta el 15% en 2020.
El "dragón rojo" intenta que su reducción de emisiones no dañe a su crecimiento económico. La oferta se produce sólo un día después de que la Casa Blanca anunciara que Obama participará en la cumbre de la capital danesa, donde desgranará la propuesta de EEUU de reducir sus gases de efecto invernadero en un 17 por ciento en 2020.
La Rebaja de las Rebajas (heredarás el viento)
"El gobierno chino ha diseñado un plan para aumentar el uso de energías renovables hasta representar una tercera parte del consumo energético del país en el año 2050"… China planea que un tercio de su energía sea renovable en 2050 (El Mundo – 7/12/09)
Turbinas de energía eólica en Urumqi, Xinjiang. | AP
Así lo ha anunciado al diario oficial "China Daily" Han Wenke, director general del Instituto de Investigación de la Energía, un centro perteneciente al mayor órgano económico del país, la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo de China.
El nuevo proyecto "contribuirá al objetivo de protección ambiental y a combatir el cambio climático", agregó el funcionario, días después de que Pekín anunciara una reducción de sus emisiones de carbono de hasta un 45% en 2020, en vísperas de la cumbre contra el cambio climático de Copenhague la próxima semana.
Según Han, este plan reducirá en gran medida la dependencia del carbón, que actualmente suma más del 70% del consumo energético chino, convirtiendo al país en uno de los más contaminantes del mundo junto con Estados Unidos.
Las exportaciones chinas de carbón disminuyeron un 50,6% interanual hasta los 18,9 millones de toneladas en los diez primeros meses de 2009, mientras que las importaciones casi se triplicaron hasta los 97,68 millones de toneladas.
China ha establecido cuotas de exportación y reducido los aranceles de importación del carbón con el fin de contrarrestar la caída de la producción nacional y la creciente demanda doméstica de este mineral fósil.
Un plan en tres fases
El nuevo plan chino de energías renovables consta de tres plazos, el primero de ellos en 2020, cuando estos recursos tendrán que alcanzar el equivalente a 600 millones de toneladas de carbón estándar, o un 15% del consumo total de energía del país asiático para esa fecha.
El siguiente paso será aumentar la producción de renovables hasta el equivalente a 1.000 millones de toneladas de carbón estándar en 2030, un 20% del consumo chino para entonces; y en 2050 ese nivel tendrá que superar un tercio del consumo, es decir, el equivalente a 2.000 mil millones de toneladas de carbón.
El director Han se mostró optimista acerca del cumplimiento de este objetivo, ya que la tercera economía mundial tiene un gran potencial para el desarrollo de energías renovables, como la eólica.
Líder en energía solar, superado en eólica
China es en la actualidad el cuarto mayor productor de energía eólica, por detrás de Estados Unidos, Alemania y España, después de que entre los años 2000 y 2008 el sector chino registrara un crecimiento anual del 52%, hasta los 12,17 millones de kilovatios.
En cuanto a la energía solar, China lidera la producción mundial con una capacidad equivalente a 1,7 billones de toneladas de carbón estándar al año en la actualidad (la producción en 2008 fue de 2,6 millones de kilovatios).
De los 30 países productores con esta fuente de energía renovable, China cuenta con la mitad de la producción de módulos de baterías para aplicaciones fotovoltaicas y planea la construcción de instalaciones a gran escala en el norte de su territorio.
En cuanto a la bioenergía, Han Wenke señaló que el plan energético incluye el desarrollo de bioetanol y biodiesel a partir de productos no cereales a corto plazo, mientras investigan el desarrollo de una segunda generación de productos a medio y largo plazo.
Shanghai y más allá la inundación… (¿un 40% del PIB bajo las aguas?)
"La subida del nivel del mar amenaza con inundar la ciudad, motor económico del país – Cientos de kilómetros de diques intentan proteger la gran urbe"… Shanghai se amuralla (El País – 7/12/09 Por José Reinoso – Shanghai)
Las Tres Gargantas en el río Yangtsé en Yichang, en la provincia china de Hubei. REUTERS
El agua color chocolate se agita sin dirección aparente bajo la luz del atardecer. Las barcazas navegan corriente arriba sobre el Huangpu, el afluente del Yangtsé que secciona Shanghai. Las banderas nacionales rojas ondean sobre los edificios neoclásicos del malecón del Bund. Las obras traquetean, el tráfico zumba. La capital económica y financiera de China se acicala a marchas forzadas para celebrar la Exposición Universal el año que viene y ocupar su turno en los televisores de todo el planeta, como el año pasado hizo Pekín con los Juegos Olímpicos. El lema para el gran evento: "Mejor ciudad, mejor vida".
Pero sobre esta megalópolis de 20 millones de almas pesa una grave amenaza: ser engullida por las aguas. No ocurrirá mañana, pero sí podría pasar en un futuro si no toman medidas y no se pone freno al cambio climático.
Inundaciones, sequías, olas de calor y graves tormentas de nieve han aumentado la frecuencia en el último medio siglo y cada vez serán más habituales en el Yangtsé, según el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre los efectos del alza de las temperaturas en la cuenca de este río, en la que viven 400 millones de personas, y donde se origina el 40% del PIB (producto interior bruto) chino.
"El cambio climático hará a ciudades costeras como Shanghai más vulnerables a las subidas del nivel del mar, fenómenos climáticos extremos y desastres naturales o inducidos por el hombre. Tendrá un gran impacto sobre su seguridad", afirma Ma Chaode, experto de la organización no gubernamental WWF (Fondo Mundial para la Protección de la Naturaleza) y uno de los dos principales coautores del informe, que ha sido redactado por una veintena de investigadores, entre otros, de la Academia de Ciencias china y la Administración Meteorológica.
El estudio, hecho público a mediados de noviembre, asegura que las temperaturas medias en la cuenca, que ocupa una superficie más de tres veces la de España, fueron 0,33 grados más altas en la década de 1990 que en los años sesenta. Y la tendencia se está acelerando. Entre 2001 y 2005, han subido 0,71 grados, y en los próximos 50 años podrían ascender entre 1,5 y 2 grados más, lo que duplica el calentamiento previsto para todo el país.
"El nivel del río Suzhou (uno de los que cruza Shanghai) ha crecido mucho desde que yo era niño", dice Yuan Yulong, un vecino de 77 años, mientras hace un gesto con la palma de la mano a medio metro del suelo. Yuan mira hacia el tributario del Huangpu y continúa: "Cada vez hace más calor. Los glaciares se están fundiendo".
Según un reciente informe de la Universidad de Colorado (EEUU), 24 grandes deltas, de los 33 estudiados en todo el mundo, se están hundiendo, debido a la subida del nivel del mar por el calentamiento global y la acción humana, como la construcción de presas, que retienen los sedimentos fluviales, y la excesiva extracción de los acuíferos. Los científicos afirman que el 85% ha sufrido graves inundaciones los últimos años, y calculan que en las próximas cuatro décadas la superficie de tierra susceptible de resultar anegada aumentará un 50%.
La mayoría de estos deltas se encuentra en Asia; entre ellos, el del Yangtsé. Según la Administración Oceánica Estatal china, el nivel del mar se ha elevado 11,5 centímetros en la zona de Shanghai en los últimos 30 años, y calcula que aumentará 20 centímetros entre 1999 y 2050.
El problema se agrava por el hecho de que la superficie de Shanghai está cediendo, debido a la extracción de agua del subsuelo y la alta densidad de edificios. Según Unescap (organismo de cooperación económica y social para Asia Pacífico de Naciones Unidas), el nivel relativo del agua en la ciudad china ascenderá 43 centímetros para mediados de siglo.
Las márgenes del río Suzhou, situado a pocas manzanas de la céntrica calle Nanjing, la más famosa de Shanghai, son una de las zonas con más riesgo de inundaciones de la ciudad. Hace años, fue instalada en su confluencia con el Huangpu una barrera móvil de acero de un centenar de metros de largo y 5,86 metros de altura para regular las mareas que remontan por el estuario del Yangtsé. Durante un tifón en 1997, la marea subió en Shanghai 5,72 metros, cuando la altitud media de la ciudad es de tres metros.
"La subida del nivel del mar, unida al hundimiento del suelo puede obligar a tomar medidas técnicas extremadamente caras para amurallar ciudades enteras", explica Michael Kuhn, investigador del Instituto de Meteorología y Geofísica de la Universidad de Innsbruck (Austria).
Ya está ocurriendo. Antes de las graves inundaciones sufridas en 1949, Shanghai apenas contaba con protección. Desde entonces, han sido instaladas compuertas en los afluentes del Huangpu y han sido erigidos cientos de kilómetros de diques y muros de contención tanto en la ciudad como en la costa.
En las últimas décadas, el malecón que protege el Bund ha sido elevado en varias ocasiones, hasta llegar a 6,9 metros, y actualmente están siendo reforzadas las paredes del cauce del Suzhou, antaño una importante vía comercial, flanqueada de viejas fábricas y almacenes, hoy convertidos en bares y galerías de arte. "El año pasado, tenía delante de la tienda árboles y flores, ahora hay esta pared de cemento por lo que pueda ocurrir", dice Dong, de 31 años, dependiente en un comercio de tuberías metálicas. A pocos metros, una docena de obreros, con monos naranjas, trabajan en el muro de hormigón, de 30 centímetros de grosor y hasta dos metros de altura sobre la línea de calle. En la orilla de enfrente, detrás de la pared del cauce, sobresalen los tejados de algunas casas, cuya planta baja está a un nivel inferior al del río.
El Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, en Alemania, calcula que el mar podría crecer un metro este siglo, y cinco metros para el año 2300. Los habitantes de la antigua Perla de Oriente rechazan estas predicciones apocalípticas. "Esto es Shanghai. Aquí no puede ocurrir nada", dice orgulloso el anciano Yuan. "Si el agua sube, subiremos los muros".
Esperando la Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP15) de Copenhague (¿11 días para salvar al mundo?)
Situación de partida
– Emisiones. China es el primer emisor de gases de efecto invernadero del mundo, por delante de Estados Unidos.
– Ante Copenhague. Pekín se ha comprometido a reducir entre un 40% y un 45% las emisiones de CO2 por unidad de PIB para 2020 respecto a 2005. Pide fuertes compromisos vinculantes para los países ricos, ya que han sido éstos los principales causantes de la subida de temperaturas. Algunos expertos chinos consideran que en Copenhague se debe hablar no sólo de mitigar los efectos del cambio climático sino también de cómo adaptarse a él.
– ¿Qué se juega? El calentamiento ha aumentado la frecuencia de inundaciones y sequías y ha provocado la destrucción de humedales. La subida del mar pondrá en peligro ciudades como Shanghai, mermará los acuíferos, salinizará tierras cultivables y tendrá un gran impacto sobre la economía. El cambio climático reducirá gravemente las cosechas de grano.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE)… (la "mala praxis" China)
El 55% de la totalidad del crecimiento previsto en las emisiones derivadas de la energía hasta 2030 procederán de China (y el 18% de India)
El argumento a favor de cambiar pronto esta tendencia es que los costes de evitar un fuerte aumento de la temperatura se volverían, de lo contrario, extremadamente altos o, en el peor de los casos, prohibitivos.
La AIE sugiere que si el objetivo es el de limitar las concentraciones de gases de efecto invernadero a 450 partes por millón, cada día que se retrase el avance hacia la trayectoria exigida para ello se añaden 500.000 millones de dólares (332.182 millones de euros) adicionales al coste global estimado de 10,5 billones de dólares. Estos costes se derivan de la vida extremadamente larga de los principales activos usados en la generación de energía y de la supervivencia aún más prolongada del CO2 en la atmósfera.
COP 15: Un juego de dos (hipócritas unidos: tahúres del Mississippi y del Yangtsé)
"Al secretario de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Yvo de Boer, casi le sale un palíndromo al resumir la situación de la Cumbre del Clima Copenhague: "EEUU pide más de China y China pide más de EEUU". El nuevo G-2 acapara una negociación en las que primero se acordó lo que parecía más difícil, las cifras de reducción de emisiones, y el atasco está ahora en las palabras y la financiación. Ayer, unos 50 ministros se reunieron a puerta cerrada para que los 110 líderes tengan su acuerdo. Mientras tanto, la policía danesa volvió a enseñar músculo al detener a 257 personas que liberó horas después. De los 968 arrestados el día anterior en la gran manifestación, sólo presentó cargos contra cuatro. La desproporción originó una oleada de críticas de los activistas"… La pugna entre EEUU y China centra la negociación en la Cumbre del Clima (El País – 14/12/09 – Por R. Méndez / C. Álvarez – Copenhague)
La pugna entre EEUU y China centra la negociación en la Cumbre del Clima.
La primera semana de la cumbre ha revelado los escollos. EEUU afirma que de ninguna manera financiará a China. "No veo dinero público de EEUU destinado a China"; resumió el enviado de Obama, Todd Stern, quien añadió que no piensan "reparar ni pagar ninguna deuda" por sus emisiones de los últimos 200 años.
El viceministro chino de Exteriores, He Yafei, contestó a lo oriental: "La historia es el espejo en el que mirarnos para avanzar". China exige ayuda para rebajar un 40% del CO2 por unidad de PIB en 2020 con el argumento de que es un país en desarrollo con 150 millones de pobras.
Las cifras chinas no están claras. China no habla de emisiones, sino de intensidad, lo que dificulta la comparación. Para financiarle, los países desarrollados piden que declare sus emisiones, algo que Pekín ve como una intromisión. Los cálculos de la UE no coinciden con los chinos. Europa considera que el objetivo chino supone que, en 2020, sus emisiones estarán entre un 12% y un 15% por debajo de la tendencia actual. Esto se sitúa lejos del 30% pedido por la UE. No se trata de reducir emisiones sino de que crezcan menos. Las dudas crecen porque la Agencia Internacional de la Energía afirma que el plan chino aportará un 25% de la reducción mundial. México, Reino Unido y Noruega han presentado una propuesta de financiación que incluye a China como donante, aunque muy lejos de los países ricos.
La UE exige compromisos mayores a ambas partes. Europa ve cómo los dos borradores de la cumbre contemplan que el Protocolo de Kioto siga vigente entre 2013 y 2020. "Nosotros salvamos Kioto, lo vamos a cumplir y nuestra legislación incluye los mecanismos del protocolo. Pero no basta. No incluye a EEUU ni obliga suficientemente a China", explicó el comisario europeo Stavros Dimas.
Los Veintisiete se reservan la carta de ampliar su recorte de emisiones del 20% al 30%. El anuncio se da por descontado. El Panel Intergubernamental pide para los países ricos recortes de entre el 25% y el 40% y la UE, que ha liderado este proceso, no puede ir con una cifra inferior. Dimas admitió que sin el 30% carecían de "fuerza moral" para reclamar más a EEUU y China.
Cuando ni siquiera el "éxito" del COP 15 alcanza (en la "intensidad", está la trampa)
"Imagínese que un acuerdo "soñado" salga de Copenhague esta semana: Estados Unidos accede a recortar las emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% para 2050, como ha estado prometiendo el presidente de ese país, Barack Obama. Los otros países desarrollados prometen recortar sus emisiones en un 60%. China promete reducir las suyas en un 70% para 2040. Las economías emergentes prometen que en 2040, cuando su riqueza per cápita haya crecido a la mitad de la de EEUU, recortarán las emisiones en un 80% durante los siguientes 40 años. Y todas las partes cumplirán con sus promesas. Éxito medioambiental, ¿no es cierto? Equivocado. Incluso si se cumplen todas las metas, las emisiones seguirán subiendo hasta casi cuatro veces el nivel actual. El dióxido de carbono atmosférico total aumentará a casi 700 partes por millón para 20800 (el nivel actual es de 385), y -si el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC) están en lo cierto- la temperatura global aumentará unos seis grados Fahrenheit en las latitudes medias"… Copenhague al desnudo (The Wall Street Journal – 15/12/09 – Por Richard Muller – Profesor de física en la Universidad de California, Berkeley, y autor de "Física para presidentes futuros" – 2008)
El motivo es que la mayoría de las futuras emisiones de carbono no provendrán del mundo actualmente industrializado, sino de las economías emergentes, en especial China. Y China, que actualmente emite 30% o más de dióxido de carbono por año que EE.UU., no ha prometido recortar las emisiones actuales. Este y otros países en vías de desarrollo prometieron recortar sólo su "intensidad" de carbono, un término técnico que significa emisiones por unidad de PIB.
China asegura que ya está recortando la intensidad de dióxido de carbono en un 4% anual como parte de su plan de cinco años. El presidente Hu Jintao dio señales de que en Copenhague China ofrecerá continuar con esas reducciones. Para 2040, eso ascenderá a una reducción de 70% en intensidad. Eso suena bien, pero esta es la trampa: con un crecimiento anual del 10% en la economía China, un recorte del 4% en intensidad de hecho es un aumento anual del 6% en las emisiones. India y otros países en vías de desarrollo tienen un crecimiento similar de dióxido de carbono.
Es verdad, el dióxido de carbono per cápita de China es sólo un cuarto del índice de emisiones de EEUU. Pero el calentamiento no proviene de emisiones per cápita, proviene de las emisiones totales. La intensidad de carbono ahora es cinco veces mayor a la de EEUU; es extremadamente ineficiente en su uso del carbono. Para el momento en que los chinos recorten la intensidad de las emisiones en un 45%, su total anual será más del doble que la de EEUU. Y en el propuesto escenario de ensueño de Copenhague, para 2025 las emisiones de China de hecho superarán las de EEUU per cápita.
Si el tema es las emisiones en ascenso en las próximas décadas, la conclusión es simple: el mundo desarrollado se convierte en irrelevante con rapidez. Cada recorte de 10% en EEUU es anulado por un año de crecimiento de China. Para 2040 China podría ser el país más dominante económicamente en la tierra. Occidente quizás pueda persuadirlo, pero no podrá imponer sanciones sobre China. La temperatura estará a la merced de las nuevas economías poderosas. Es más, un esfuerzo costoso para reducir las emisiones occidentales pone un ejemplo sin valor. Sólo los recortes de emisiones que otorgan un beneficio económico medible para los países en vías de desarrollo serán adoptados por éstos. Si el 80% del recorte de emisiones de EEUU termina por dañar la economía estadounidenses, garantiza que China nunca seguirá ese ejemplo.
La energía verde barata no será fácil. El carbón es baratísimo, y China instala una nueva planta de carbón gigawatt cada semana, lo suficiente para proveer de energía a cinco nuevas ciudades del tamaño de Nueva York cada año.
Donde dije digo, digo Diego (Cuentos chinos: la Danza de los Enanos)
"El Gobierno chino acusó a los países desarrollados y sus peticiones "poco razonables" de entorpecer la negociación para llegar a un acuerdo en la Cumbre del Cambio Climático que se desarrolla estos días en Copenhague (Dinamarca)"… China lamenta las peticiones "poco razonables" de los países desarrollados – La Vanguardia – 15/12/09)
En rueda de prensa ofrecida hoy en Pekín, la portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jiang Yu, aseguró que las conversaciones están en "una fase crítica". "Se han conseguido algunos logros pero sin embargo todavía permanecen fuentes de conflicto", expuso la portavoz china, quien animó a los países ricos a "afrontar sus responsabilidades históricas".
Varias delegaciones en la cumbre climática acusaron ayer a China y Estados Unidos, los países más contaminantes del planeta, de entorpecer los avances para consensuar un documento. En este sentido, Pekín se defendió argumentando que los países desarrollados introdujeron "regresiones" en materia de ayuda financiera y técnica que deben prestar a los países emergentes.
"La clave del éxito es que los países desarrollados muestren su deseo político de alcanzar un acuerdo", sentenció Jiang, quien apuntó a la necesidad de que estas delegaciones fijen "objetivos concretos" para desarrollar la negociación.
Ayer, tanto los enviados de Washington como de Pekín, así como los representantes de la Unión Europea (UE), cancelaron sus respectivas ruedas de prensa después de que el bloque africano abandonase la sesión de ayer, lunes, por considerar que los países ricos intentan "matar" el Protocolo de Kioto, vigente hasta 2012.
Las potencias emergentes, entre ellas China, se han opuesto a firmar compromisos vinculantes, a los que el Protocolo de Kioto sólo obliga a los Estados ricos, algo que también les piden los Países Menos Desarrollados (LDC, por sus siglas en inglés).
Recordatorio: La opinión de los Organismos Internacionales (lecturas recomendadas)
– China toma medidas sobre el cambio climático (Naciones Unidas – 26/5/09)
El cambio climático es un desafío serio para la humanidad y el desarrollo sostenible, que exige tanto respuestas proactivas como un esfuerzo concertado por parte de la comunidad internacional.
(Por Zhenhua Xie)
Para China es muy importante hacer frente al cambio climático. En 2007, estableció el Grupo Nacional Líder sobre Cambio Climático (NLGCC, tal su sigla en inglés), encabezado por el premier Wen Jiabao. Ese mismo año, China emitió su Programa Nacional sobre Cambio Climático, el primero generado por un país en desarrollo.
En su Programa Nacional sobre Cambio Climático, China planteó el objetivo de reducir su consumo energético por unidad del PBI en 20% aproximadamente del nivel de 2005 para 2010 y, en su Plan de Mediano y Largo Plazo para el Desarrollo de Energía Renovable, China también plantea el objetivo de aumentar la proporción de energía renovable en la mezcla energética primaria a 10% para 2010, y a 15% para 2020.
Para alcanzar estos objetivos, China adoptó una serie de políticas y medidas efectivas, que le permitieron lograr un progreso destacable. En primer lugar, China pudo reducir su consumo energético por unidad del PBI en 1,79%, 4,04% y 4,59% respectivamente para 2006, 2007 y 2008, lo que sugiere claramente la perspectiva de alcanzar el objetivo del 20% para 2010.
En segundo lugar, entre 2006 y 2008, China cerró unidades pequeñas de generación eléctrica termal con una capacidad total instalada de 34,21 GW, redujo progresivamente 60,59 millones de toneladas de capacidad de fabricación de acero atrasada, 43,47 millones de toneladas de capacidad de fundición de hierro y 140 millones de toneladas de capacidad de producción de cemento. Todas estas medidas redujeron la contaminación considerablemente.
En tercer lugar, entre 2000 y 2008, China aumentó su capacidad de generación de energía eólica de 340 MW a 10GW, de energía hidráulica de 79,35GW a 163GW y de energía nuclear de 2,1GW a 9,1G.W. También ha hecho grandes esfuerzos para reducir las emisiones de gases de tipo invernadero, agrícolas y rurales. De hecho, para fines de 2007, más de 26,5 millones de hogares rurales utilizaban digestores de biogás hogareños, evitando así 44 millones de toneladas de emisiones de CO2.
En cuarto lugar, China aumentó sus reservorios de carbono al promover la reforestación. La tasa de cobertura forestal de China aumentó del 12% a principios de los años 1980 al 18,21% hoy.
Para este año, China completará la formulación de programas provinciales para el cambio climático en todo el país, promoviendo la implementación efectiva del Programa Nacional sobre Cambio Climático.
Asimismo, en el paquete de estímulo económico de China, se asignaron 210.000 millones de yuanes a proyectos de conservación energética, reducción de agentes contaminantes y protección del ecosistema, 370.000 millones de yuanes al ajuste estructural económico y a la renovación tecnológica, y 400.000 millones de yuanes a nuevas viviendas eficientes en el consumo de energía, ya que utilizarán materiales que no son nocivos para el medio ambiente. Además, se utilizarán 370.000 millones de yuanes para mejorar los estándares de vida rurales de una manera ambientalmente sólida y sostenible.
China está haciendo enormes esfuerzos para combatir el cambio climático a pesar del hecho de que sigue siendo un país en desarrollo de bajos ingresos con un PBI per cápita de apenas 3.000 dólares aproximadamente. Por cierto, según los patrones de las Naciones Unidas, China todavía tiene 150 millones de personas que viven en la pobreza. China no tiene otra opción que favorecer el desarrollo sustentable para poder satisfacer las necesidades básicas de su pueblo y erradicar la pobreza. En este proceso, se garantiza al mundo que China hará todos los esfuerzos para hacer frente al cambio climático.
La comunidad internacional tiene grandes expectativas de que se alcance un resultado positivo en Copenhague. Según la visión de China, la clave para el éxito en Copenhague reside en llevar a cabo la implementación plena, efectiva y sostenida de la Convención y su Protocolo de Kyoto (PK). Los países desarrollados que participan en el PK, colectivamente, deben reducir sus emisiones de gases de tipo invernadero en por lo menos 25-40% por debajo de su nivel de 1990 para 2020.
En el caso de los países desarrollados que no integran el PK, deberían asumir compromisos comparables con objetivos cuantificados de reducción de las emisiones. Los países desarrollados también deberían cumplir con sus obligaciones planteadas por la Convención de proporcionar respaldo financiero y transferencia de tecnología de modo de permitir que los países en desarrollo hagan frente de manera efectiva al cambio climático.
Por otra parte, deberían establecerse mecanismos apropiados y acuerdos institucionales para la adaptación, el respaldo financiero y la transferencia de tecnología. Los países en desarrollo, en el contexto de un desarrollo sostenible y con un respaldo mensurable, declarable y verificable en términos de financiamiento, tecnología e incremento de la capacidad, deberían emprender acciones de mitigación apropiadas a nivel nacional.
La crisis financiera global, sin lugar a duda, ha exacerbado el desafío del cambio climático. Pero como el cambio climático es un desafío más serio y de mucho mayor alcance, el mundo no debe vacilar en su determinación y compromiso de resolverlo. De hecho, la crisis financiera internacional, si se la resuelve correctamente, también debe transformarse en una oportunidad para alcanzar una solución positiva tanto para la protección del clima como para el desarrollo económico.
Con un profundo sentido de la responsabilidad por su propio pueblo y por toda la raza humana, China continuará implementando políticas y medidas proactivas para hacer frente al cambio climático, así como realizando esfuerzos incesantes para la protección del sistema de la Tierra.
(Xie Zhenhua es representante especial sobre cambio climático del presidente Hu Jintao y vicepresidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China)
– El imperativo climático (Naciones Unidas – 1/7/09)
Hoy es urgente y esencial que el mundo se movilice ante el cambio climático. De hecho, ya no puede haber debates acerca de la necesidad de actuar, porque el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC), que presido, ha establecido que el cambio climático es una realidad inequívoca y más allá de cualquier duda científica.
(Por R K Pachauri)
Por ejemplo, está habiendo cambios en los patrones de precipitaciones, con una tendencia a que haya mayores niveles de lluvias en las latitudes superiores del mundo y menores precipitaciones en regiones tropicales y subtropicales, así como en el área del Mediterráneo. También está aumentando la cantidad de casos de lluvias extremas, y se están generalizando. Más aún, la frecuencia e intensidad de las ondas de calor, las inundaciones y las sequías van en aumento.
Este cambio en el patrón y la intensidad de las lluvias tiene serias implicancias para varias actividades económicas, así como para la preparación de los países para manejar emergencias como inundaciones costeras de gran escala o nevazones intensas.
Algunas partes del mundo son más vulnerables que otras a estos cambios. La región ártica, en particular, se ha estado calentando a tres veces el ritmo del resto del planeta. Los arrecifes de coral, los grandes deltas (que incluyen ciudades como Shanghai, Calcuta y Dhaka) y los pequeños estados formados por islas son también extremadamente vulnerables al aumento del nivel del mar.
Entre otros efectos negativos del cambio climático se encuentra la posible reducción del rendimiento de las cosechas. Por ejemplo, en algunos países africanos podría llegar a disminuir en un 50% para el año 2020. El cambio climático produciría una mayor escasez de agua, que para el año 2020 podría afectar a entre 75 y 250 millones de personas tan sólo en África.
En general, se estima que las temperaturas aumentarán para el año 2100 entre 1,1ºC y 6,4ºC. Para centrarse con mayor precisión en estos escenarios, el PICC ha concluido que lo más probable es que el extremo inferior de esta gama sea 1,8ºC, y 4ºC el superior. Incluso en la estimación más baja, las consecuencias del cambio climático podrían ser graves en varias partes del mundo, lo que incluiría una mayor escasez del agua, graves efectos sobre los ecosistemas, y vidas y propiedades amenazadas debido a inundaciones en zonas costeras.
Puede haber además graves consecuencias para la salud humana si no se pone control al cambio climático, particularmente mayor morbilidad y mortalidad como resultado de olas de calor, inundaciones y sequías. Más aún, cambiaría la distribución de algunas enfermedades, haciendo más vulnerables a las poblaciones humanas.
Puesto que el efecto del cambio climático es global, hace falta que el planeta como un todo adopte medidas específicas de adaptación. Sin embargo, ya es claro que la capacidad de adaptación de algunas comunidades se verá superada rápidamente si no se reduce la intensidad del cambio climático.
Para ayudar a estas comunidades vulnerables, es esencial que el mundo idee un plan de acción para limitar la emisión de gases que incrementan el efecto invernadero (GEI). El PICC ha evaluado varios escenarios, y uno que limitaría el aumento futuro de las temperaturas a entre 2 y 2,4ºC requeriría que las emisiones llegaran a su punto máximo no más allá del año 2015, y que se redujeran a partir de entonces. El ritmo de reducción determinaría en qué medida sería posible evitar los peores efectos del cambio climático.
El PICC también ha concluido que un esfuerzo así de estricto para reducir el cambio climático no significaría más de un 3% del PGB global en el año 2030. Lo que es más, hacerlo conlleva enormes beneficios: las menores emisiones de GEI estarían acompañadas de una menor polución del aire y mayor seguridad energética, más producción agrícola y mayores índices de empleo. Si estos beneficios se tomaran en cuenta como un todo, ese coste del 3% del PGB para el año 2030 sería significativamente menor, quizás hasta negativo. El mundo podría optimizar su producto económico y su bienestar al buscar una manera de reducir el cambio climático.
Por tanto, la necesidad de una acción internacional surge de dos importantes observaciones resultantes del trabajo del PICC. Primero, si no mitigamos las emisiones de GHG, será difícil revertir los efectos negativos del cambio climático, lo que implicará más dificultades y posiblemente un riesgo de supervivencia para la humanidad y otras especies.
Segundo, los beneficios de reducir la emisiones de GEI son tan abrumadores que esto, combinado con las perspectiva del daño resultante de la inacción, hace imperativo que el mundo diseñe una respuesta y un plan de acción internacionales. Considerando el reto al que nos enfrentamos, cuya magnitud y naturaleza ha sido claramente descrita por el PICC, la Conferencia de Copenhague, que se ha de realizar este año, debe producir un acuerdo multilateral que lo aborde de manera adecuada.
(R. K. Pachauri, ha recibido el Premio Nobel y es Presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático y Director General del Instituto de Energía y Recursos.)
Fisuras económicas (placas tectónicas… ¿una "potencia" con pies de barro?)
Dos mujeres chinas observan una pantalla de Bolsa el pasado 26 de agosto. – REUTERS
El apetito desmedido de los chinos
"Con este sugerente e impactante título, el último número del Informe Mensual de La Caixa aborda, en un breve pero interesante artículo, el tratamiento de la forma en que la sostenida expansión económica del gigante asiático está influyendo en múltiples aspectos del acontecer económico de nuestros días, especialmente en los precios de las materias primas y algunos alimentos"… – China se come el mundo (Negocios.com – 23/2/08 – Por José Villaverde Castro)
Para algunos, este "apetito desmedido" de los chinos por consumir algunos productos se considera una amenaza para sus economías.
Hasta no hace demasiado tiempo, el crecimiento económico chino se amparaba, sobre todo, en el dinamismo de sus exportaciones y de la inversión. Aunque ambas palancas se siguen manteniendo en la actualidad -y los Estados Unidos, por ejemplo, siguen quejándose del dumping competitivo con el que se realizan las primeras-, no es menos cierto que, poco a poco, el papel del consumo interno ha ido ganando enteros, hasta ser, en el año 2007, el principal responsable de un aumento del Producto Interior Bruto por encima del 11%. Ésta es, por lo menos, la conclusión que algunos analistas extraen a partir de las informaciones ofrecidas por la Oficina China de Estadística.
El crecimiento del consumo interno encuentra su razón de ser en dos fenómenos evidentes: por un lado, el aumento del peso específico de las clases medias chinas (con un poder de compra que crece por momentos) y la insatisfacción de las mismas con los niveles y patrones de consumo que hasta ahora ejercitaban.
Uno de los frentes en los que esto se está dejando notar de forma clara es en el grado de motorización de los chinos y, por lo tanto, en su consumo de carburantes. Aún cuando la densidad de vehículos por habitante es todavía muy baja, sobre todo si se la compara con la existente en los países más desarrollados, no lo es menos que ha crecido de forma singular en los últimos años, y con ella la demanda de petróleo.
Además, las muchas previsiones al efecto son que ambos crecimientos continuarán de forma sostenida en el futuro, por lo que la presión sobre los precios del crudo se mantendrá (e incluso es posible que se acentúe) en los próximos años. Si a esto añadimos que la industrialización china sigue siendo intensiva en el uso de materias primas, parece que los aumentos en los precios de las mismas (incluido, claro está, el petróleo) están determinados, en parte, por el consumo y la inversión chinas.
Otro campo en el que la demanda de consumo china está haciendo "estragos" en el mundo es el relativo a algunos productos alimenticios. En efecto, el aumento de renta que conlleva el nacimiento de una clase media cada vez más sólida supone, al mismo tiempo, cambios en los patrones de consumo, cambios que están trayendo consigo, por ejemplo, aumentos en los precios de la carne e, indirectamente, de los cereales a nivel mundial.
Otro terreno en el que el "apetito" chino se muestra insaciable (expresión exagerada pero ilustrativa de lo que sucede) es en la compras de múltiples utensilios. Así, las ventas al por menor, que llevaban varios años aumentando a ritmos entre el 10 y el 15% anual acumulativo, se han disparado en el año 2007, alcanzando un crecimiento ligeramente por encima del 20%.
Para algunos analistas -o, más bien, para algunos políticos sometidos a una fuerte presión interna-, este "apetito desmedido" de los chinos por consumir determinadas materias primas y productos se considera como una gran amenaza para sus economías, sobre todo, se arguye, porque puede tensionar una situación de la economía mundial, que ya es un tanto precaria.
El acelerado crecimiento de los mercados emergentes amenaza el suministro de recursos naturales
"A lo largo de los siglos, de vez en cuando, diferentes voces han advertido que la actividad humana agotaría los recursos naturales de la Tierra. Pero los malos augurios siempre han estado equivocados. Cada vez, se descubrían nuevos recursos o aparecían tecnologías para propulsar el crecimiento. Ahora han vuelto los viejos temores y parece que no van a poder ser descartados tan fácilmente"… ¿Un mundo demasiado próspero? (The Wall Street Journal – 24/3/08 – Por Justin Lahart, Patrick Barta y Andrew Batson)
Aunque no se avecina una catástrofe Malthusiana, en alusión al economista británico que pronosticó que el crecimiento poblacional iba a superar la capacidad de la tierra para producir recursos, la escasez prevista por el Club de Roma nunca ha sido tan evidente desde la publicación en 1972 de su famoso libro Los límites del crecimiento. Los constantes aumentos en los precios del petróleo, trigo, cobre y otras materias primas son señales de un giro duradero en la demanda que no se ha visto acompañado por un incremento similar en el suministro.
Al mismo tiempo que el mundo se vuelve más poblado (las Naciones Unidas proyecta que la Tierra estará habitada por 8.000 millones de personas en 2025, frente a los 6.600 millones de ahora), se vuelve más próspero. Una persona promedio consume más alimentos, agua, metal y electricidad. Una mayor parte de la población de China (1.300 millones de habitantes) e India (1.100 millones de habitantes) se está subiendo al vagón de la clase media, consumiendo dietas ricas en proteínas, transportándose en vehículos a gasolina y disfrutando de los aparatos electrónicos imprescindibles en los países desarrollados.
El resultado es que la demanda por recursos naturales se ha disparado. Si los suministros no se mantienen al mismo ritmo, es probable que los precios sigan escalando, haciendo que el crecimiento económico sufra tanto en los países ricos como en los pobres. Algunos de los recursos en mayor demanda no tienen sustituto. En el siglo XVIII, Inglaterra respondió a la escasez de madera mediante un cambio hacia el carbón, un material mucho más abundante. Pero no hay semejantes alternativas para cosas como tierras cultivables y agua fresca.
Uno de los peligros es que los gobiernos, en vez de buscar soluciones globales para la escasez de recursos, se concentren en formas de sacar su tajada económica. China ha estado financiando proyectos de desarrollo en África, lo que algunas autoridades estadounidenses ven como una forma de ganar acceso a su madera, petróleo y otros recursos. India, que era un ferviente defensor del movimiento en favor de la democracia en Myanmar, ha firmado acuerdos comerciales con este país rico en recursos naturales.
El auge de China e India ha cambiado la economía mundial en formas duraderas, desde los flujos de capital a la ubicación de los nuevos centros de manufacturas. Sin embargo, siguen siendo sociedades pobres con crecientes apetitos.
En 2005, China tenía 15 autos por cada 1.000 personas, cerca de los 13 autos por 1.000 que Japón tenía en 1963. Ahora, Japón tiene 447 autos por 1.000 habitantes, un total de 57 millones. Si China llegara a alcanzar esa proporción, estaríamos hablando de 572 millones de vehículos (sólo 70 millones menos del total de autos en todo el mundo hoy en día).China consume 7,9 millones de barriles de petróleo al día. Estados Unidos, con menos de una cuarta parte de su población, consume 20,7 millones de barriles. "La demanda seguirá subiendo, pero se verá limitada por el suministro", le dijo a un grupo de analistas James Mulva, presidente ejecutivo de la petrolera ConocoPhillips. "No creo que vayamos a ver que la producción supere los 100 barriles al día y la razón es: ¿de dónde va a salir todo eso?".
No hay sustitutos para el agua. Pese a los avances, la desalinización sigue siendo costosa y requiere grandes gastos de energía. En todo el mundo, el agua es demasiado barata. Es probable que el cambio climático agudice los problemas de falta de agua. Los cambios en los ciclos climáticos se sentirán con "mayor intensidad en la distribución de agua en todo el mundo y en su variabilidad temporal y anual", concluye un informe del gobierno británico sobre calentamiento global dirigido por Nicholas Stern. La escasez de agua podría ser especialmente grave en África, Medio Oriente, el sur de Europa y América Latina, detalla el documento.
Las nuevas tecnologías podrían ayudar en la creación de soluciones. Los avances en la agricultura, la desalinización y la producción de electricidad limpia, entre otras cosas, serían pasos importantes. Pero Stiglitz advierte que los consumidores deberán eventualmente cambiar su comportamiento. Su conclusión es que las definiciones y medidas tradicionales del mundo de progreso económico, basado en producir y consumir cada vez más, deben replantearse.
En los últimos 25 años, chinos e indios han incrementado significativamente su poder adquisitivo
"Un estudio del FMI, basado en la paridad de poder de compra, sitúa a las dos grandes potencias asiáticas en segundo y cuarto puesto de la economía mundial. El centro de gravedad de la economía mundial se desplaza hacia Asia, gracias al arrollador ímpetu de gigantes como China y la India. Y los estudios estadísticos de los organismos internacionales confirman esta nueva arquitectura global"… China y la India escalan posiciones en la economía global (Negocios – 6/5/08 – Por Isabel Rodríguez)
Frente al tradicional top ten de las economías mundiales, basado en los tipos de cambios que marca el mercado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado, en colaboración con el Banco Mundial, la OCDE y la Comisión Europea, una nueva clasificación basada en la paridad de poderes de compra, que aúpa a los países emergentes.
La paridad de poder de compra, basada en la ley de un solo precio que determina que en un mercado eficiente los bienes que son idénticos deben tener un único precio, beneficia a China. En 2007, el país generó el 11% de la riqueza mundial, y que pasa al segundo puesto mundial, desplazando a Japón (6,6%) a la tercera plaza, seguido por la India, que pasaría a representar el 4,6% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, frente al 2% que le adjudica el método tradicional.
Estados Unidos (21,4%) se mantiene como la primera economía del mundo, aunque con un peso algo menor que con los tipos de cambio del mercado. La revisión estadística también quita fuste a todas las economías de la zona euro, ya que, según los datos de 2007, Alemania pasaría a la quinta posición, el Reino Unido al sexto lugar y España se colocaría undécima y descolgada de los puestos de honor con gran consternación del Gobierno, orgulloso de la octava plaza que le otorga la clasificación tradicional.
A nadie sorprende el arrollador empuje de los dos gigantes asiáticos, que han superado sus bajas tasas de crecimiento económico y comienzan a alejarse rápidamente de la pobreza, al crecer a tasas mucho mayores que las locomotoras económicas del siglo pasado: Estados Unidos, primera en el mundo, Japón, primera en Asia y segunda en el mundo y Alemania en Europa, tercera a nivel mundial. China, con una población de 1.320 millones de personas y un crecimiento económico superior al 10%, y la India, con 1.110 millones de habitantes y una expansión que ronda el 8%, representan en conjunto cerca del 40% de la población mundial.
La carrera de los pobres (la deslocalización de la deslocalización)
"El grupo textil Ever-Glory International es un símbolo de la industrialización china gracias a su fuerte poder en el mercado de la ropa y los juguetes baratos. Entre sus clientes están Levi Straus y Tesco. Ahora, tras representar el despegue chino de estas dos últimas décadas, inicia una nueva etapa. Una fase que resume los cambios que se viven en el gigante asiático: deslocaliza su producción a regiones y países con menores costes"… Vietnam e India toman el relevo – China, víctima de la deslocalización industrial (El Mundo – 13/5/08)
La apreciación del yuan frente al dólar (un 4,45% en el año 2008) y el incremento de los costes de la mano de obra han hecho que su dueño, Edwar Kang, planifique el traslado de sus fábricas al interior de China y a Vietnam, según un reportaje de la agencia Bloomberg.
En la zona este de China, las cuatro regiones donde se concentra su PIB ya no son tan rentables como antes. Por ello, Kang aprovechará las facilidades dadas por las autoridades del país para trasladar sus factorías de Nanjing al interior -pobre- del país. Además, un 40% de su manufacturación se deslocalizará en los próximos cinco años a una nueva fábrica en la ciudad portuaria de Haipong, Vietnam.
Como esta empresa, muchas más compañías chinas han llegado a la misma conclusión. Según un informe de Tao Dong, economista jefe de Credit Suisse en Hong Kong, al menos un tercio de las empresas manufactureras de la provincia de Guangdong, productora de un 30% de las exportaciones chinas, cerrará en tres años por la agresiva competencia de Vietnam, India y otros países vecinos.
El crecimiento del país se concentra en estas cuatro regiones, Guangdong, Jiangsu, Fujian y Zhejiang, donde las inversiones extranjeras potenciaron hace años el crecimiento gracias a la combinación de la cercanía de los puertos con las ventajas fiscales y, sobre todo, una mano de obra muy barata.
Según el Banco de Desarrollo Asiático, China ha gestionado en los años 2003 y 2008 en torno a un 65% de los 792.000 millones de dólares invertidos en Asia, dinero del que un 90% se concentró en la costa sureste. Esto provocó que los sueldos se doblasen desde 2001, de 1.284 yuanes en 2001 a 2.594 (algo menos de 400 dólares) en diciembre de 2006, según datos de la firma estadounidense CEIC Data que ha recogido Bloomberg. Mientras en las zonas pobres de China el coste es mucho menor. En Gansu, al noroeste, el salario medio es de 1.437 yuanes (unos 200 dólares), por ejemplo.
Las compañías extranjeras invirtieron en el año 2007, 11.600 millones de dólares en el oeste y centro de China, un 30% más que en 2003, según FDI Intelligence. Pero el porcentaje es mucho mayor en otros países vecinos: las inversiones en Vietnam aumentaron el pasado año hasta 40.100 millones de dólares, un 354% más que en 2003, mientras que en India alcanzaron los 52.600 millones de dólares, un 174% más.
"Nuestros clientes dicen que nuestros precios son una locura. Siempre hay otras empresas vietnamitas y tailandesas mucho más baratas", dijo a Bloomberg Zhejiang Hefeng Shoes, una compañía con más de 1.000 trabajadores en plantilla.
Los vietnamitas cobran unos 104 dólares al mes, la mitad que los chinos de la provincia central de Jiangxi, mientras que los indios ganan 87 dólares, según datos del Banco Mundial.
¿Un dulce porvenir? Qué dicen los que saben (lecturas recomendadas)
– China, ¿crecimiento sobre pilares de barro? (El Confidencial – 17/6/08)
(Por S. McCoy)
Aprovechando la visita a España de Paul Krugman, catedrático de economía en Princeton y uno de los columnistas más reputados de Estados Unidos desde su atalaya del New York Times, rescato para todos ustedes lo que, en mi modesta opinión, es uno de sus artículos imprescindibles. Todo un clásico de 1994 cuya vigencia actual es incuestionable: "El Mito del Milagro Asiático". Publicado por vez primera en la revista Foreign Affairs a finales de ese año, se trata de un documento largo pero extraordinariamente bien escrito sobre el que merece la pena reflexionar serenamente. Les invito a que lo hagan. Desafortunadamente no lo he localizado traducido al castellano.
Su tesis central es la siguiente: el crecimiento de una economía, para que sea sostenible en el tiempo, no se puede basar en una expansión continua de los factores de producción o inputs (empleo, educación, inversión en capital fijo) sino que necesita asentarse sobre mejoras de productividad, esto es: de output, o producto terminado obtenido por unidad de input, que es función, principalmente, del conocimiento, la innovación y la capacidad de desarrollo tecnológico. Si se produce lo primero, más madera, y no lo segundo, mejor combustión, cuando llegue la escasez de la materia prima, o no haya salida para el producto terminado, la llama no tendrá aguante suficiente como para mantenerse viva. Es lo que ocurrió en su día, en opinión de Krugman, con las economías del bloque soviético. Es también lo que está ocurriendo con los países del Golfo Pérsico tal y como revela este interesantísimo artículo del Financial Times del pasado jueves, en lo que parece una aplicación práctica de la proposición central del norteamericano. Es, por desgracia, lo que ha acontecido estos últimos años en España donde la apuesta por el desarrollo de sectores de muy poco valor añadido, como la construcción residencial y los servicios, está pasando ahora la factura correspondiente. Y es, por último, y de aquí la gran actualidad de la cuestión, lo que podría ocurrir en la China comunitalista, elemento sobre el que nos vamos a centrar en el artículo de hoy.
No se trata, ni mucho menos, de una cuestión trivial o un aburrido debate intelectual más. Es una evidencia que el agresivo modelo de crecimiento chino, y en menor medida indio, es uno de los factores que están alterando el equilibrio de los mercados de materias primas a nivel mundial. Conocer el fundamento real de dicho crecimiento, y poder así proyectarlo al futuro, se convierte en una de las claves fundamentales para tratar de prever la evolución económica global en los próximos años, más allá de la mera extrapolación de estadísticas pasadas. Y hay que reconocer que, hasta ahora, lo que se traduce de los, a mi juicio, cuestionables datos oficiales de la economía de aquél país, es una capacidad espectacular de movilizar recursos hacia la cadena productiva que no ha venido acompañada de una mejora paralela de sus estándares de eficiencia en idéntica proporción, lo que daría pábulo a las tesis de Krugman. Ni en términos absolutos,
China parecía apostar hasta hace bien poco más por la imitación a bajo coste que por la innovación, ni en términos relativos donde el país apenas alcanzaba, a cierre de 2005, el 15% de la productividad de Estados Unidos, líder mundial sobre esta materia los últimos quince años. Aunque es cierto que el proceso de convergencia se ha acelerado de forma notable en los últimos ejercicios, China continúa necesitando, a día de hoy, cinco veces más energía por unidad de output que las empresas norteamericanas. ¿Está abocada China a una desaceleración similar a las vividas por otras economías intervenidas y, por ende, veremos una ralentización sustancial de las tasas de crecimiento del gigante asiático con su consecuente impacto para el resto de las naciones que han convertido al país en la fábrica del mundo? Cuestión abierta.
Pese a la aproximación de China al modelo económico capitalista, no hay que olvidar que continúa siendo una economía, en sus términos fundamentales, intervenida por un gobierno de corte comunista. Y aunque es cierto que los procesos de globalización han acelerado los procesos de transferencia tecnológica de un modo radical, y que la propia suficiencia financiera de su economía es un colchón importante para sobrellevar cualquier cambio de orientación económica que en un momento dado tuviera que realizar, no es menos verdad que la necesidad de alimentar el sistema productivo con nueva mano de obra e inversión se ha convertido en uno de los ejes centrales sobre los que gira gran parte de la débil paz social que garantiza que la población del gigante no despierte de golpe. Esa obsesión por crecimiento a cualquier precio no podía haber sido descrita de mejor manera por Stephen Roach de Morgan Stanley en la misma edición del FT al que antes hemos hecho referencia: "En Asia el hipercrecimiento parece la panacea para las aspiraciones de una creciente clase media". Más claro, agua.
Resulta evidente que, por la vía de los inputs a China le quedarían aún unos cuantos años de felicidad económica por delante, siempre que la demanda global de sus productos no se colapsara antes de que tuviera un verdadero consumo interno, hasta el punto de que el propio Krugman no ve la amenaza inminente de una ralentización. El problema, y la gran cuestión, en mi más que modesta opinión, es: ¿qué pasará después? Y, sobre todo, ¿qué no hará China por asegurarse entonces dicha imprescindible estabilidad política, social y económica? Ya saben mi tesis central: la tercera guerra mundial va a ser soterrada y financiera. Y probablemente esté ocurriendo sin que nos demos cuenta. Una opinión tan discutible como otras, seguro. Ustedes mismos.
(El que sigue es el artículo de Roach, citado por McCoy)
– The new stagflation: an Asian export
(By Stephen Roach)
Published: June 12 2008
Fears of 1970s-style stagflation are back in the air. Global bond markets are growing ever more nervous over this possibility, and US and European central bankers are talking increasingly tough about the perils of mounting inflation.
Yet today"s stagflation risks are very different from those that wreaked such havoc 35 years ago. Unlike in that earlier period, wages in the developed economies have been delinked from prices. That all but eliminates the automatic indexation features of the once dreaded wage-price spiral – perhaps the most insidious feature of the "great inflation" of the 1970s. Moreover, as the stunning surge of the US unemployment rate in May suggests, slowing economic growth in the industrial economies is likely to open up further slack in labour markets, thereby putting downward cyclical pressure on wages over the next couple of years.
But there is a new threat to global inflation that was not present in the 1970s. It is arising from the developing world, especially in Asia, where price pressures are lurching out of control. For developing Asia as a whole, consumer price index inflation hit 7.5 per cent in April 2008, close to a 9½-year high and more than double the 3.6 per cent pace of a year ago. Sure, a good portion of the recent acceleration in pricing is a result of food and energy – critically important components of household budgets in poorer countries and yet items that many analysts mistakenly remove to get a cleaner read on underlying inflation. But even the residual, or "core", inflation rate in developing Asia surged to 3.8 per cent in April, more than double the 1.8 per cent pace of a year ago.
Given Asia"s new-found role as the world"s producer, such an outbreak of surging inflation in this region is not without serious risks to the global economy. The globalisation of trade flows is a new transmission mechanism of worldwide inflation that was not evident in the 1970s. According to estimates from the International Monetary Fund, overall exports should hit a record 32.5 per cent of world gross domestic product in 2008, more than 50 per cent above the export share of 21 per cent prevailing in 1980, when the "great inflation" was nearing its peak.
At the margin, that means cost pressures and price determination today are shaped much more in the global arena than they were during the domestically driven stagflation of the past. Asia"s outbreak of surging inflation is especially problematic in that regard. Nowhere is that more evident than in China – the new engine of Asian output and exports.
Chinese inflation has surged at an 8.3 per cent average annual rate over the four months ending May 2008, the sharpest sustained increase on a year-on-year basis since the mid 1990s. China"s inflation problem is much deeper than the food and energy price shocks that thus far have played a disproportionate role in driving its consumer price index higher. Also at work are serious wage pressures reflecting, in part, increases in minimum wages associated with new labour reform laws. Meanwhile the People"s Bank of China has held its policy lending rate below headline inflation, resulting in negative real short-term interest rates.
The result has been an ominous increase in Chinese inflationary expectations, strikingly reminiscent of similar occurrences that plagued the developed world in the 1970s and early 1980s. History does not treat kindly a serious deterioration in inflationary expectations. The longer such a trend persists, the more wrenching the monetary tightening required to arrest it – and the greater the risk of a subsequent hard landing. That is the last thing China wants or needs.
China is hardly alone in its reluctance to take firm action against a worrying build-up of inflationary pressures. That is true throughout most of developing Asia, where hyper-growth is viewed as the panacea for the aspirations of a growing middle class. Throughout the region, central banks are keeping short-term interest rates far too low to combat these inflationary pressures. For developing Asia as a whole, a GDP-weighted average of policy rates is currently about 6.75 per cent, fully three-quarters of a percentage point below the 7.5 per cent headline inflation rate.
Such monetary accommodation in an increasingly inflation-prone developing Asia spells a persistence of elevated price pressures in this vital segment of the global production chain. Not only does that threaten living standards for newly prosperous households in the developing world; it also takes an especially severe toll on those at the lower end of the income distribution. And, of course, it provides a price shock to imported goods in the developed world, which now play a much greater role in meeting the demands of domestic consumption.
Notwithstanding recent pressures in bond markets, the world remains largely in denial over the outbreak of a new strain of stagflation. The hopes of "core inflationists" depend on a reversion in food and energy prices to take headline inflation lower in the developing world. Yet this will be the sixth year in a row when that has not happened. The "market purists" are counting on currency adjustments -especially sharp appreciation of currencies in developing Asia- to temper the transmission of price pressures from these export-led economies. Yet these are not economies that want to use the currency lever to put their growth imperatives at risk.
The risks of a new stagflation are mounting. But it will not be a replay of the 1970s. Like nearly everything else in the world these days, this one is likely to be made in Asia.
(The writer is chairman of Morgan Stanley Asia – Copyright The Financial Times Limited 2008)
Primeros síntomas de debilidad (un triple enemigo)…
"Xue Jianfang, vicepresidente de Changshu Zhogjiang Import-Export, no está acostumbrado a cifras de crecimiento de un sólo dígito. Desde su empresa, en Shanghai, ha visto cómo este año las exportaciones han caído un alarmante 10%. Buena parte de la culpa la tiene el renqueante mercado estadounidense. De momento, la empresa no ha despedido a nadie, pero los beneficios de 2008 bajarán, por lo menos, el 85% respecto a 2007. A pesar de las malas perspectivas del exterior, Xue Jianfang reconoce que la situación en el mercado doméstico es "incluso peor""… China comienza a debilitarse (Negocios – 13/8/08)
Las empresas tienen un triple enemigo: materias primas más caras, la actual situación económica y un yuan más fuerte. La economía de debilita en las exportaciones.
La economía china, un rayo de luz en medio de un sombrío panorama mundial, se debilita en sectores como las exportaciones textiles y las ventas de automóviles. Los líderes comunistas han peleado durante un año entero para frenar la rampante inflación. Ahora quieren evitar la pérdida de empleos.
Y es que las empresas chinas se enfrentan a un enemigo de tres cabezas: récord en el precio de las materias primas, bajón en la demanda mundial y apreciación del yuan, lo que hace que el consumidor estadounidense tenga que pagar más dinero por una prenda china. La desaceleración china puede tener un impacto global si el gigante asiático compra menos equipamiento a EEUU y Europa y menos materias primas a las economías en desarrollo.
El crecimiento chino disminuye (9% en 2008, lejos del 11,4% de 2007), las exportaciones textiles caen, un serio revés para una industria que emplea a millones de personas en el país. En total, el crecimiento de las ventas al exterior en junio de 2008 fue el 18,2%, lejos del crecimiento del 28% de mayo.
Y, en automoción, las ventas en 2008: de 6,2 millones de unidades a 5,95 millones. Y es que el precio de la gasolina desmotiva las futuras ventas de coches entre los chinos, pero también puede afectar a las multinacionales del sector que hasta hace poco se apoyaban en su mercado para contrarrestar la caída de la demanda en Estados Unidos y Europa.
… aunque el optimismo continúa (el papel lo aguanta todo)…
"La veterana compañía minera Rio Tinto, fundada en el siglo XIX, no teme por la demanda de materias primas para las próximas dos décadas. Según un estudio propio, China construirá entre 20.000 y 50.000 rascacielos antes de 2025, lo que supondría "el equivalente a 10 ciudades de Nueva York", según el presidente de la compañía, Paul Skinner"… "Los rascacielos chinos serán el equivalente a 10 ciudades de Nueva York en el año 2025" (El Mundo / Reuters – 27/8/08)
La compañía cita una investigación de la consultora McKinsey, cuyos pronósticos estiman que China tendrá en aquel año 221 ciudades de más de un millón de habitantes, cuando Europa cuenta a día de hoy con 35. Además, unas cuantas de ellas estarán lejos de Beijing y Shanghai, lo que supondría un fuerte desarrollo de las provincias menos habitadas hasta ahora.
Así, las peticiones de acero y otros materiales de construcción no preocupan a Rio Tinto. Este año, la compañía ha doblado su facturación en China, respecto al pasado: ha pasado de ingresar 2.400 millones de dólares a rozar 5.000 de los 30.000 millones que facturó en total hasta junio.
Tras cinco años de fuertes subidas, los precios de las materias primas no han sufrido más que un "modesto impacto" de la crisis financiera, aseguró Skinner al diario británico 'The Guardian'. "No hay duda de que vivimos en una era sin precedentes de tal demanda de minerales y metales", agregó el director ejecutivo de Rio Tinto, Tom Albanese.
… pero la realidad es tozuda (pese a que, algunos se nieguen a admitir la evidencia)
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