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Sistema de actividades que contribuya al desarrollo de hábitos en la ESBEC: Benito Juárez (página 2)


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La adolescencia es la etapa que transcurre durante el segundo decenio de la vida. Las edades entre los diez y los catorce años corresponden a la adolescencia temprana y a partir de los quince más o menos hasta los veinte años, adolescencia tardía. La presente investigación se enmarca en la adolescencia temprana, que es la edad en que se encuentran los alumnos de secundaria básica. Los aspectos que llevan a establecer estos límites de edad son esencialmente biológicos, educaciónales y sociales.

Este es el período donde se producen los cambios más bruscos en la formación de la personalidad del ser humano y es donde los aspectos de la formación de la personalidad están sujetos a variaciones individuales, porque todos los alumnos no arriban a la adolescencia a una misma edad. Según el teórico Coplán "la adolescencia no es una repetición del pasado ni una estación intermedia entre la infancia y la edad adulta, es un espacio de historias y potencialidades".[18]

La adolescencia es un período de reelaboración y reestructuración de diferentes aspectos y esferas de la personalidad, que alcanzan durante esta etapa un matiz más personal. También tienen lugar numerosos cambios cualitativos que se producen en corto tiempo, los cuales en ocasiones tienen el carácter de ruptura radical con las particularidades, los intereses, y las relaciones que tenía el niño anteriormente. Es un momento del desarrollo en que prima la necesidad de autoafirmación de la personalidad.

El adolescente aunque vive el presente, ya comienza a soñar con el futuro; ocupa gran parte de su tiempo en la actividad escolar y el estudio, pero siente necesidad de otros aspectos de la vida, sobre todo de relaciones con compañeros de su edad. Observa que se produce en su cuerpo un conjunto de transformaciones anatómo y fisiológicas, alcanza nuevas cualidades de sus procesos cognoscitivos, mayor definición y estabilidad de los componentes de su esfera moral y un nivel superior en el desarrollo de la autoconciencia, formación psicológica central en esta edad.

"A la adolescencia se le ha llamado "período de tránsito", ya que el adolescente, si bien no es un niño, tampoco es un adulto, lo que hace que en algunos aspectos presente características y conductas de uno u otro, en forma un poco inestable, así como que adolescentes de la misma edad cronológica muestren diferencias esenciales en los niveles de desarrollo de su personalidad".[19]

El adolescente participa en diferentes actividades sociales como integrante de los grupos familiar, escolar, de amigos, de círculos de interés y otros. Dado que la comunicación con los coetáneos es la actividad rectora en esta etapa, es importante que padres y profesores no obstaculicen la participación del adolescente en grupos de su edad. En este sentido, en la educación media reviste gran importancia la unidad de criterios en las exigencias que los diferentes profesores planteen a los alumnos.

En estos casos, algunos alumnos se muestran inhibidos en extremo en el grupo, se sienten infelices; otros se valen de diferentes mecanismos para llamar la atención del grupo y ganar sus simpatías (hacer bromas pesadas, cometer indisciplinas).

En casos extremos algunos adolescentes y jóvenes movidos por esta necesidad no satisfecha de pertenecer al grupo de coetáneos, buscan esta relación con otros grupos que, lamentablemente, no tienen normas y valores sociales positivos, alejan al adolescente de la escuela y de la actividad de estudio, y hasta pueden provocar que se vea involucrado en problemas delictivos.

En la niñez, generalmente se aceptaban las exigencias del adulto, ahora ya se tienen opiniones sobre estas exigencias, a veces no se aceptan, se analiza y se critica al adulto. La familia, como primer grupo de interacción del niño, fue en las etapas iniciales del desarrollo el centro de la vida infantil, pero al llegar a la adolescencia, se pierde un tanto esta posición.

Deben los padres y profesores atender a su relación con el adolescente, respetar y escuchar sus criterios, analizar su nueva posición social y actuar de acuerdo con ella. No tenerlo en cuenta da lugar a conflictos y agudas crisis adolescente – adulto. Es preciso cuidar que no se rompa el vínculo afectivo y la confianza entre ambos, porque en estos grupos el adolescente debe encontrar afecto, comprensión, orientación, y ayuda.

"(…) Los valores sociales, morales y humanos que caracterizan la personalidad comunista, al interiorizarse, se convertirán en los reguladores fundamentales del comportamiento en el hombre y los gérmenes de esta moral propia, fuertemente sentida y valorada, se encuentran en la adolescencia y la juventud, donde en cierta medida cristaliza todo el proceso que tuvo sus premisas en la edad preescolar".[20]

Si este proceso no se dirige adecuadamente, no se forman las normas y valores deseados, su conocimiento y valoración real son limitados y no se interiorizan como formas de conducta estable que responde a una fuerte motivación moral y al papel regulador del ideal. Esto puede dar lugar a "manifestaciones formales" de la conducta moral, en que se muestran conductas correctas, pero que responden a otros motivos, incluso personales, que quedan ocultos a los demás. Estas definiciones señaladas pueden conducir a conductas morales negativas. (Colectivo de autores, 1989).

En todo este proceso, y como uno de sus elementos, tiene lugar también la formación de la autovaloración. En la adolescencia, la autovaloración alcanza un mayor nivel de estabilidad y adecuación, y se convierte en motivo de la conducta y la actividad. De esta forma, el hombre, como ser social que necesita de la relación y la comunicación con los demás, ajusta su valoración en función de estas opiniones, de los resultados que él alcanza en sus actividades y de la propia observación de su conducta, rectifica su manera de actuar sobre la base de estas exigencias y de los modelos e ideales a que aspira, e influye así en la formación y la transformación de su personalidad.

En este sentido, un aspecto de relevancia en la adolescencia y la juventud es el paso a un nuevo nivel de autoconciencia, cuyo rasgo característico es la aparición de la capacidad y la necesidad de conocerse a sí mismo como persona, lo que a su vez engendra la necesidad de autoafirmarse, de autoexpresarse, de autodirigirse, de crearse a sí mismo, de influir sobre sí, de decidir por sí.

Por ello es necesario tener en consideración que la autoconciencia es la formación psicológica más importante de esta etapa del desarrollo, la que se ha venido conformando desde momentos iniciales de la vida y ahora alcanza un nivel cualitativamente superior.

"En general, los cambios ocurridos en la adolescencia en las diferentes áreas de la personalidad, adecuadamente tomadas en cuenta en el ámbito familiar y escolar, preparan al adolescente para las nuevas exigencias que le planteará su llegada a la juventud".[21]

El aumento de las posibilidades cognoscitivas del adolescente no es consecuencia de un proceso espontáneo, interno y biológico, sino de la asimilación de conocimientos y la formación de capacidades, habilidades y hábitos que tienen lugar fundamentalmente en el transcurso del proceso docente educativo.

La adolescencia marca el momento en el cual el alumno tiene la capacidad de combinar relaciones, precisamente esta capacidad le permite tener en cuenta simultáneamente varias hipótesis o proposiciones, sopesar las consecuencias de las acciones, valorar sus productos, con una visión más crítica y relativamente más ajustada a la realidad.

"Esta visión "a más largo plazo", más crítica y multidireccional, se manifiesta tanto en la esfera intelectual – al resolver problemas de la vida cotidiana y de la escuela – como en el área de los valores éticos, en las nociones y gustos estéticos, en las relaciones con los coetáneos, con sus familiares, Es significativa la agudización de la función crítica, que, en comparación con el escolar de edades anteriores, experimenta el pensamiento del adolescente".[22]

I.4. La educación en valores de los adolescentes: un reto del nuevo modelo educativo

En Cuba, las razones históricas que sostienen la identidad y la soberanía, tienen un fuerte contenido ético, que nació y evolucionó en la conformación de la espiritualidad nacional, en las luchas constantes por la independencia, y contra aquellos cubanos que con su conducta, se opusieron a la esencia emancipadora y dignificadora de la ideología martiana, marxista, leninista y fidelista. En la espiritualidad cubana, la moral y la política constituyen una unidad indisoluble, y alcanzan una elevada expresión desde Félix Varela, hasta Fidel Castro.

La necesidad de profundizar y fortalecer la educación en valores, por todos los factores socializadores, es una tarea importante hoy más que nunca en todo el mundo. De ello depende salvar lo más preciado que ha existido en el planeta: el ser humano. No se debe olvidar que durante los primeros años de la década del 90, Cuba se vio afectada económicamente debido al derrumbe del campo socialista, y la desintegración de la antigua Unión Soviética, agravada por el recrudecimiento del bloqueo imperialista.

La situación anterior obligó al Gobierno Revolucionario a tomar una serie de medidas, entre ellas, la despenalización de la tenencia de divisas, la reapertura del mercado agropecuario, la creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, la ampliación del trabajo por cuenta propia, entre otras. No obstante, la aplicación de las medidas trajo aparejado también, en una parte de la población, el deterioro de determinados valores, como la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad, la honradez, la laboriosidad y de modo más sensible, los hábitos de cortesía y un cambio en la jerarquía de estos.

No se puede aspirar, a que solamente trabajando en el fortalecimiento de la conducta ético – moral de las personas, sea suficiente para resolver las deficiencias que existen, y sobre las cuales se está trabajando, pero sí es importante adquirir mayor conciencia y sentido del momento histórico que vive el país, y de esta forma sentirse cada vez más dueños de los medios de producción, y a través de la laboriosidad, poner todo el empeño en elevar la productividad en el trabajo, siendo más eficientes en la labor que se realiza.

"Como cubanos, tenemos el compromiso ético con la dirección histórica del país, de seguir la obra iniciada por ellos y mantenerla al precio que sea necesario, pero sin hacer cambios ideológicos en el sentido opuesto al ideario martiano, sin apartarnos del marxismo-leninismo, bajo la enseñanza creadora de los líderes de la Revolución, Fidel Castro, el Che, y las tradiciones de lucha que nos identifican y dignifican en todo el país".[23]

El mundo de hoy exhibe logros tecnológicos que apenas se podían soñar hace cien años. El hombre ha crecido, y con él la cultura. Estos logros han profundizado las grandes contradicciones que matizan la realidad actual desde lo económico hasta lo ideológico – cultural, colocando en el centro de atención, el problema de la formación en valores.

Ahora, cabe preguntarse, ¿qué son los valores?, ¿cuáles son los valores fundamentales?, ¿cómo educar en valores?

"Los valores son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto".[24]

El estudio de los valores como única vía para lograr la supervivencia de la especie humana, viene siendo tratado desde la época de José Martí, él expresó, "Pero nunca es un niño más bello que cuando trae en sus manecitas de hombre fuerte, una flor para su amiga"[25], pues él veía en este acto una obra de infinito amor, una forma de expresar sus sentimientos de ternura, afecto y cariño. Él relacionaba la felicidad, con la inteligencia y la bondad, a la vez la maldad con la torpeza y la infelicidad, con este propósito hablaba de la instrucción del pensamiento, y la educación de los sentimientos.

Además planteó, que "la cruzada se ha de emprender ahora para revelar a los hombres su propia naturaleza, y para darles, con el conocimiento de la ciencia llana y práctica, la independencia personal que fortalece la bondad, y fomenta el decoro y el orgullo de ser criatura amable, y cosa viviente en el magno universo"[26], así mismo consideraba que el secreto humano está en la facultad de asociarse. Esto también se vincula con un pensamiento de Marx, cuando al plantear que el sujeto se hace objetivo en la relación con los demás.

La educación se basa en lograr una Cultura General Integral, basada en la justicia y la ética, las que hay que forjar desde la más tierna edad, y en ello influyen tres factores esenciales; la familia, la escuela y la comunidad. Es indispensable hacer funcionar estos contextos educativos[27]pues solo así se puede forjar al hombre nuevo, del que nos habló el Che.

La educación cubana está encaminada a la formación del hombre en su más amplio y elevado concepto. El hombre integral que piense, sienta, valore, haga, actúe, y sobre todo ame.

La Revolución Cubana, se desarrolló desde su origen en franca batalla por la formación y defensa de la conciencia de cubanía, contra poderosas disolventes de estas.

"Para Varela la certeza de que una idea, un concepto, un modo de actuar o de ver, no puede transmitirse con éxito, sin el conocimiento del receptor, el convencimiento de que no es imponiendo un criterio o combatiendo al contrario, como se llega a lograr que el otro piense lo que se desea, sino que se trata de convertir al interlocutor, de ir poco a poco, persuadiéndolo no solo de que está equivocado, sino de que lo que le proponen es más razonable y mejor. Además consideraba, que el gran secreto de manejar la juventud, sacando partido de su talento, y buenas disposiciones, consiste en educar el carácter individual de cada joven, y arreglar por él nuestra conducta".[28]

La oposición que se hace a un joven, si queremos que produzca buen efecto, debe ser casi imperceptible y es preciso procurar que él mismo sea su corrector.

Para José de la Luz y caballero "educar no es solo enseñar gramática, geografía, física e historia: (…) educar es templar el alma para la vida, este educador dio gran peso a la labor educativa en la escuela. Enfatizó en la necesidad de desarrollar cualidades positivas de la personalidad, tanto a través del proceso de instrucción como mediante otras actividades que la escuela programe".[29]

El filósofo alemán Karl Marx, aplicaba el concepto de dialéctica a los procesos políticos, sociales y económicos. El llamado materialismo – dialéctico de Marx, con frecuencia considerado como una revisión del sistema hegeliano, afirma que "las ideas solo son el resultado del determinismo de las condiciones materiales dadas"[30].

Dentro de los valores jerarquizados, en el sistema de valores a los que aspira la sociedad, esbozados en el Programa Director para el reforzamiento de valores fundamentales en la sociedad cubana actual en el 2007, donde se expresan como orientadores y reguladores de la conducta, pues guardan relación dinámica unos con otros, se encuentran, el patriotismo, la solidaridad, la responsabilidad, la laboriosidad, la honestidad, el humanismo, la justicia social, la dignidad y la honradez.

De los valores antes mencionados los que más se relacionan con los hábitos de cortesía son: solidaridad, humanismo y dignidad. Por lo que se hace necesario identificar cada uno de ellos.

Dignidad

  • "Es el respeto a sí mismo, a la patria y a la humanidad.[31]

  • "La dignidad humana como valor moral, se asocia a los sentimientos de indignación ante un tratamiento que el individuo considera inadecuado, injusto, humillante, o degradante, tanto hacia su persona como hacia el grupo a que pertenece, o hacia otros seres humanos, esto reafirma la identidad cualitativa del individuo, manteniendo su integridad moral, sin rebajarse o degradarse humanamente.[32]

Solidaridad

  • "Es comprometerse en ideas y acciones con el bienestar de los otros, en la familia, la escuela, los colectivos laborales, la nación, y hacia otros países. Es estar siempre atento a toda la masa humana que nos rodea".[33]

  • "El valor de la solidaridad genera un sentimiento de apoyo mutuo, agradecimiento, altruismo, respeto a las diferencias ideológicas, de razas o de otro tipo, y sobre todo estimula, y promueve la unidad de voluntades y de las fuerzas humanas por el logro de objetivos o empeños comunes propuestos por quienes lo practican".[34]

Humanismo

  • es el amor hacia los seres humanos, y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la justicia".[35]

  • "De la ética de José Martí: "La cobardía y la indiferencia no pueden ser nunca las leyes de la humanidad. Es necesario para ser servido de todos, servir a todos".[36]

  • "De la ética de Fidel Castro: "[…] es ser tratados y tratar a los demás como seres humanos".[37]

Estos valores tienen sus puntos de contacto, ya que en ellos está implícito el respeto, el amor, y la solidaridad a sí mismo, la patria y a la humanidad, lo que se manifiesta en la educación moral y ética, por lo que no difiere lo que plantea el VIII Seminario Nacional para Educadores, y los conceptos que se abordan en ética y sociedad.

Los valores anteriores tienen un gran alcance humano universal, en la realidad histórica, se corresponden con las condiciones de la realidad cubana, y los intereses que ellos han expresado en la interrelación de las clases, y las contradicciones socioeconómicas y políticas de cada período histórico. Además, han sido desarrollados en el pensamiento ético cubano de avanzada, que ha hecho un aporte excepcional a la formación y desarrollo de la conciencia, la nación y la cultura cubana, así como a la contribución al fundamento moral del proyecto social revolucionario cubano, con una ideología martiana, marxista, fidelista, guevariana, humanista y socialista.

Actualmente la escuela y los educadores desempeñan un papel decisivo en sembrar ideas en las nuevas generaciones, en forjar valores, en enseñar a orientarse ante los problemas del presente, y a hacer que la apropiación por todos de una Cultura General Integral, sea un formidable instrumento de mejoramiento humano y de eliminación de desigualdades.

Este noble empeño educativo ha estado siempre en el quehacer diario del maestro, y del profesor. Y de eso se trata, de privilegiar lo educativo. Ya se sabe que la instrucción y la educación constituyen una unidad indisoluble, pero los tiempos en que se vive reclaman un especial énfasis en lo profundamente educativo, en los sentimientos de las personas, en sus valores, en su comportamiento, cualidades y virtudes.

"(…)Solo se puede ser un buen maestro siendo buen educador (…) sin participar en el trabajo educaciónal, toda la cultura pedagógica, todos los conocimientos del pedagogo son letra muerta".[38]

Este pensamiento del pedagogo soviético V. Sujomlinski, no necesita comentarios y tiene total vigencia y correspondencia con lo que se ha abordado anteriormente. Al respecto José Martí expresó: "Instrucción no es lo mismo que educación: aquella se refiere al pensamiento y esta principalmente a los sentimientos. Sin embargo, no hay buena educación sin instrucción. Las cualidades morales suben de precio cuando están realzadas por las cualidades inteligentes"[39].

La autora de esta tesis coincide con lo planteado por José Martí, pues él valoró la importancia de la unidad de la instrucción y la educación de los niños, adolescentes y jóvenes reflejando que ambas se complementan mutuamente, que se debe elevar el proceso educativo sobre la base de los más altos niveles de instrucción.

En el proceso de formación en valores es importante para el alumno conocer: ¿qué esperan los adultos y la sociedad de ellos?; ¿qué es lo que se entiende por ser estudioso, responsable, educado, sencillo, disciplinado, intransigente e intolerante ante los intentos de dominación imperialista, digno y solidario? Para lograr ese gran objetivo los profesores tienen que ser verdaderos ejemplos a imitar diariamente en cada acción, momento y lugar; un modelo de ciudadano comprometido con la revolución, un modelo de profesional que constituya un paradigma para sus alumnos.

"La concepción dialéctico – materialista considera que la causa más profunda de la existencia de la moral es la necesidad de regular la conducta de las personas en la sociedad, en la convivencia humana, a partir de conjugar los intereses de cada individuo con los intereses de los demás, de la familia, del grupo, de la clase social, de las organizaciones a las que pertenece, de la nación o de la humanidad, para que la actuación de cada cual no sea una interferencia u obstáculo en el logro de fines y objetivos comunes. Por lo que la función esencial de la moral es reguladora, unida a la orientadora, valorativa, educativa y pronóstico".[40]

El valor moral, es el resultado de la actividad moral, como parte de la actividad humana, que abarca el amplio campo de las actitudes, actuaciones y comportamiento de los hombres, que se producen en el contexto de las relaciones morales, estas constituyen una forma específica de las relaciones humanas ya que expresan el aspecto afectivo y la sensibilidad humana que puede existir entre los seres humanos, en ellas se manifiesta la correlación entre los intereses sociales y personales.[41]

En el Diccionario Filosófico Abreviado, en su página 365, se define la moral como "una de las formas de la conciencia social, que comprende reglas de la vida en sociedad y de la conducta de los hombres que determinan deberes entre sí y hacia la sociedad".[42]

"La moral como parte de la conciencia social regula las normas en que se relacionan las personas en el seno de la sociedad, y hacen consciente a estas de la importancia de interiorizar las buenas actitudes, conductas, y costumbres en su centro laboral, el hogar, la escuela, y en todos sus actos.[43]

Como categoría histórica, la moral se modifica en la misma medida en que la base económica de la sociedad evoluciona y se trasforma el orden social establecido. En consecuencia, al cambiar radicalmente la Revolución Cubana, la estructura económica de la sociedad capitalista basada en la propiedad privada, y dar lugar al establecimiento de la propiedad social socialista sobre los medios fundamentales de producción, se originaron profundos cambios en los conceptos morales, sobre todo en el aspecto social.

Estas transformaciones eliminaron la explotación del obrero y el campesino por la burguesía y los terratenientes, acabaron con el analfabetismo, la miseria, la discriminación por motivos de sexo, raza o religión, permitieron comenzar la lucha por erradicar concepciones del pasado que aún persisten en algunas personas como la tendencia a la extravagancia, el individualismo, la corrupción, el comercio ilícito, el uso de drogas, el robo, la prostitución de la mujer y otras formas de conducta que ya no se corresponden con los valores morales y humanos que defiende la sociedad cubana actual. (Leyva Pagán, G., 2004).

Pero transformar los valores éticos y morales, es una labor que con independencia de la definición etimológica de la palabra, lleva mucho tiempo. Estos se encierran en la conciencia individual de cada persona y se debilitan o refuerzan de conformidad con sus intereses y sentimientos. Esas ideas y convicciones arraigadas en forma de intereses, hechas hábitos en la conducta, son las que le inducen a emplear o no la violencia, a apropiarse de lo ajeno, o cuidarlo, a hacer el bien o el mal a otras personas, a explotar o ayudar a los demás, a delinquir o ganarse la vida honradamente, a rehuir el vicio y la degradación o hundirse en ellas, acondicionando su conducta a lo que se considera correcto o no en el seno de la nueva sociedad en que vive (Leyva Pagán, G., 2004).

Atendiendo a estos aspectos señalados sobre el valor moral, puede tenerse en cuenta que su producción o asimilación subjetiva por los individuos de una sociedad concreta, se produce sobre la base de los siguientes componentes unidos entre sí:

  • Cognitivo: a partir de los conocimientos que el individuo posee, y se expresa en su concepción del mundo, la cultura de la época, y el conocimiento de la moral vigente en la sociedad que vive, lo que representa una premisa indispensable para la asunción de determinados valores.

  • Afectivo-volitivo: abarca la esfera psicológica de los sentimientos, emociones, intuición, los motivos, el tesón, la firmeza y especial el de la voluntad, la cual es sometida bajo el control de la conciencia moral individual, en los actos de elección de la conducta, cuya aprehensión e identificación con este sea capaz de movilizar la voluntad individual en su manifestación conductual.

  • Orientación Ideológica: La significación social buena de un hecho, que reafirme el progreso moral en una sociedad dada, tiene una connotación ideológica, que expresa condiciones de vida, el carácter de las relaciones individuo – sociedad y los intereses de las diferentes clases, predominando los intereses de la clase dominante sobre la conformación histórico – social.

  • Las vivencias y experiencia moral acumulada en la práctica, en el comportamiento: se producen en el transcurso de la vida y como resultado de las actitudes y conductas, en el contexto de las relaciones humanas; solo en la actividad moral pueden tener vivencias y experimentarse subjetivamente el contenido objetivo de un hecho con una significación moral progresiva. A su vez la actividad moral posibilita la interrelación de los componentes cognitivos, afectivos – volitivo e ideológico en el proceso de formación interna del valor, en la medida en que el contenido del valor, se practica en las actitudes y conductas del propio individuo, en sus relaciones con los demás y en la expresión de sus sentimientos y de sus convicciones. (Chacón Arteaga, N., 2000)

"Las transformaciones revolucionarias ocurridas en Cuba a partir de 1959 trajeron consigo la sustitución de los viejos valores, heredados del capitalismo, por otros derivados del carácter socialista de la nueva sociedad que se construye. Las nuevas condiciones sociales constituyen un conjunto de positivas influencias educativas que se ponen de manifiesto en la gran mayoría de los jóvenes. No obstante la necesidad de fortalecer la formación de los nuevos valores en las nuevas generaciones a través de un sólido proceso de asimilación, en el que inciden tanto lo cognoscitivo como lo afectivo, hace que se eleve tan importante tarea pedagógica. Las confrontaciones ideológicas con un enemigo cercano y los rezagos heredados no liberan a nuestros alumnos de influencias educativas negativas, portadoras de valores no aceptados y llamados a desaparecer".[44]

El ideario de los próceres obliga a normas de comportamiento social basados en la comprensión, la solidaridad y respeto que hagan tangibles su integración progresiva y consolide su unidad histórica. La gran obra de la Revolución que con sus programas educativos y culturales debe reflejarse en la conducta ejemplar de los compatriotas, para demostrar así que esta nación es y será cada vez más uno de los países más cultos del mundo.

"Todos tenemos la responsabilidad de inculcar con la palabra y el ejemplo reglas y normas educativas que, unidas a la instrucción que se recibe en las instituciones docentes, ayuden a conforman una Cultura General e Integral en el seno de la sociedad. La sencillez, corrección y buen gusto en el vestir, la higiene personal, la cortesía y el respeto hacia las personas, el cuidado de la propiedad social, y el uso correcto del idioma, son aptitudes que unidas a cualidades como el amor al trabajo, al estudio, la puntualidad, y otras formas de conducirnos, contribuyen a la formación de la personalidad y a la imagen que proyectamos en nuestras relaciones sociales".[45]

La Revolución Cubana, en su obra creadora de más de cuatro décadas, ha creado condiciones objetivas y subjetivas para la adquisición de hábitos de conducta por el pueblo, que expresen esa integridad en su cultura, los que se propone consolidar con los amplios y diversos programas sociales en marcha.

La educación comprende todo el trabajo encaminado a la formación multilateral y armónica del individuo, y por tanto al aspecto intelectual, científico, técnico, político, ideológico, físico, moral estético, politécnico, laboral y patriótico – militar. Es decir, el trabajo educativo implica la acción que ejerce la escuela como un todo, con el aporte necesario de la familia, las organizaciones de masas y los organismos culturales, en la formación de hábitos deseables de conducta y la incorporación a la personalidad del alumno de concepciones y valores en correspondencia con los objetivos del socialismo.

La educación representa un complejo fenómeno social que garantiza la apropiación por parte del ser humano de los frutos de la vida espiritual, donde se le capacita para vivir en una determinada época y se desarrolla la personalidad de modo consecuente con tales fines.

El maestro, en su labor cotidiana, comprueba que son variados y ricos los contactos que establecen los niños, adolescentes y jóvenes de ambos sexos en sus actividades vitales como el juego, el estudio y el trabajo. Es deber esencial garantizar que tales vínculos se fundamenten en el respeto, el compañerismo, la solidaridad, la cooperación y la responsabilidad, entre otros principios y valores propios de la sociedad socialista.

La estrategia ideológica la planteó Fidel en la apertura del curso escolar, el 16 de septiembre de 2002, cuando dijo: "Hoy se trata de perfeccionar la obra realizada y partiendo de ideas y conceptos enteramente nuevos. Hoy buscamos a lo que a nuestro juicio debe ser y será un sistema educaciónal que se corresponda cada vez más con la igualdad, la justicia plena, la autoestima y las necesidades morales y sociales de los ciudadanos en el modelo de sociedad que el pueblo de Cuba se ha propuesto crear."[46]

Uno de los objetivos que se ha propuesto la escuela para lograr este modelo de sociedad es: desarrollar sentimientos y convicciones, así como correctos hábitos de convivencia y salud física y mental, que le permitan asumir las cualidades positivas de sí mismo y aprender a desarrollarlas, consolidar la identidad propia, y expresarlos en su adecuada presencia personal, en su comportamiento responsable ante la salud individual y colectiva, en sus relaciones interpersonales y en la preparación para la vida en pareja, el matrimonio y la constitución de la familia, la práctica sistemática de deportes, el rechazo al alcoholismo, el tabaquismo y la drogadicción.

¿Qué son los hábitos?, ¿cómo se forman?

Los hábitos son "Costumbres adquiridas por la repetición de actos de la misma especie. Facilidad que se adquiere por larga y constante práctica en un mismo ejercicio".[47]

Muchos autores consideran como hábitos, los que se refieren a la conducta de los alumnos, y a la relación de estos con otras personas, por ejemplo, los hábitos de cortesía, de higiene y otros. Los hábitos se desarrollan en el ejercicio de la actividad para la cual son requeridos; así los hábitos relativos a la actividad docente y los de cultura laboral se forman, fundamentalmente, en la realización de estas actividades.

El que una acción o conjunto de acciones se conviertan en hábitos, significa que se hace habitual el procedimiento de su realización, es decir, la forma en que ellas se ejecutan se hace automática y relativamente inconsciente, pero tanto las condiciones en que se producen, como los objetivos a que van dirigidas, permanecen en el nivel consciente de la actividad.

"Esta peculiaridad permite trasladar la atención del hombre a los fines de la actividad en general. Es importante destacar que, en el hombre, y por tanto en la actividad del alumno, es difícil encontrar en su forma "pura", aislada, un hábito. Por lo general, los hábitos se integran en estructuras complejas que forman verdaderos sistemas que intervienen de manera significativa en la ejecución exitosa de la actividad".[48].

Sobre la importancia de estos hábitos Fidel Castro señaló: "No se podía predicar el sentido de la confraternidad humana donde condición indispensable para vivir era quitarle algo a los demás, fastidiar a los demás, reventar a los demás; se puede desarrollar el sentido de la fraternidad humana, de la solidaridad humana en su más vasto alcance, en una sociedad que tenga por base y sólo puede tener por base la solidaridad y la fraternidad entre los seres humanos, donde los seres humanos se ayuden unos a otros, donde los hombres juntan sus fuerzas para explotar los recursos de la naturaleza".[49]

También expresó: "La nueva sociedad requiere hombres y mujeres solidariamente unidos, y este sentimiento solo puede ser desarrollado plenamente dentro de una sociedad que ha desterrado el individuo y el egoísmo como formas de vida. Es solo dentro de este sistema donde las relaciones sociales adquieren un sentido profundo, y donde no pueden corresponder actitudes hipócritas o serviles"[50].

Resulta esencial para la formación de hábitos sociales la adecuada organización de las influencias educativas, y la correcta planificación de las distintas actividades sociales. Los hábitos responden a la educación formal que necesita la sociedad cubana actual.

Si quisiéramos definir la educación formal, bastaría con utilizar lo expresado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 3 de abril de 1976, en el XV aniversario de la Unión de Pioneros de Cuba, y el XIV de la Unión de Jóvenes Comunistas, cuando señaló: "el saber comportarse correctamente en cada lugar".[51]

La autora de la presente investigación coincide plenamente con lo planteado por Fidel, pues si los alumnos se comportan como es debido, dan muestra de ser personas educadas, sencillas, solidarias, de no ser así, no estarían en correspondencia con los objetivos de la nueva sociedad de formar al hombre nuevo, con correctos hábitos de conducta, y de la incorporación a la personalidad de las llamadas, buenas costumbres.

La formación de las costumbres, constituye un complejo problema del trabajo educativo, que en esencia está llamado a resolver una de las cuestiones fundamentales de la educación, la creación de conductas morales positivas en los alumnos. La educación de las costumbres es un importantísimo escalón dentro de la formación de la conducta moral. La formación estable de conducta en el hombre se reflejan, ante todo, en los hábitos culturales, en su aspecto exterior, en sus gestos, en el manejo de los utensilios y objetos de uso corriente, y lo que es más importante, en sus relaciones con los que lo rodean.

Esto abarca el cumplimiento de las normas generales establecidas por la sociedad, o sea, las reglas de convivencia, gracias a las cuales no solo se mantiene el orden general, sino que tiene lugar la comunicación adecuada entre los hombres. Las formas correctas de comportamiento significan el cumplimiento formalista de esas reglas, ellas constituyen una parte importante de los valores morales de la personalidad. En esencia, la expresión real de los rasgos morales como el humanismo, el sentimiento de dignidad que se manifiesta cotidianamente en la escuela, en la familia, en la calle a la vista de todos son manifestaciones de educación formal. (Colectivo de autores, 1984).

Sobre estas manifestaciones en el siglo pasado el célebre educador Manuel Valdés Rodríguez señaló:

"Hay un cierto género de educación de los niños y de los jóvenes, que bien pudiera llamarse formal, y que merece algunas consideraciones"[52], asimismo agregó que, "El deseo de agradar, las maneras urbanas escogidas, la delicadeza de los movimientos, el buen parecer, contribuyen al pulimento y cultura de la persona humana"[53].

La formación de la personalidad exige una labor sistemática de orientación que debe iniciarse desde la edad temprana, para lo que resulta de gran importancia, la educación moral, conjuntamente con otras áreas de desarrollo contribuyendo a la concreción de este objetivo.

José Martí, tuvo un concepto muy claro acerca de la formación integral del hombre. Para él en todo momento debía presentarse al niño la unidad dinámica que existe entre los conocimientos útiles, el desarrollo del pensamiento creador y la responsabilidad de actuar para transformar el medio natural que le rodea.

En general, muchas de las normas de conducta responden a costumbres de la sociedad, depuradas por siglos de civilización, por lo que los profesores deben tomar esto en consideración en sus explicaciones. "En próceres como, Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramante, Antonio Maceo y José Martí, por solo citar algunos, hay ejemplos en los cuales inspirar la formas de educación, como la urbanidad y la cortesía.

Ellos fueron en todos momentos arquetipos de buenos modales y estrictos cumplidores de las normas sociales, por lo que es importante apoyarse en sus vidas y en sus ideas, para impulsar el conocimiento y las prácticas de la mejor convivencia social".[54]

Una vía importante para el desarrollo de hábitos de cortesía en los alumnos, es el ejemplo personal del adulto, es decir, la imagen que den las personas mayores en su comportamiento diario. En las relaciones alumno – profesor se deben utilizar expresiones adecuadas, amables, como son: hazme el favor, muchas gracias, con permiso, es decir, brindándoles manifestaciones de afecto, así como la preocupación porque realicen sus actividades. Por lo que es importante que los niños y jóvenes cuenten con una guía y que cada adulto desde la posición de influencia social que ocupe, se convierta en su divulgador y predique con el ejemplo.

Con respecto a lo anterior, el Comandante en Jefe Fidel Castro en la graduación del Destacamento Pedagógico "Manuel Ascunce Doménech" afirmó:

"El Joven se guía mucho por el ejemplo, se guía más que nada por el ejemplo que imparten sus profesores, los dirigentes de la escuela, los trabajadores de la escuela"[55].

Sobre la importancia de que el profesor sea un patrón a imitar por los alumnos, el notable psicólogo soviético L. S. Vigotski, al plantear la Ley de la Negación de lo psíquico, apuntó: "Todo el desarrollo psicológico del ser humano es un producto de la mediación que ejercen las personas (…) en el sujeto en desarrollo"[56].

Son los profesores quienes deben lograr la formación de los valores deseados con su ejemplaridad. Cuando el educador propicia la formación de valores morales, como la veracidad, la honradez, la justicia, la bondad, está enseñando también que esas deben ser cualidades de los alumnos en la escuela y en la vida, respetando lo ajeno, cuidando la propiedad social, manteniendo una adecuada relación camaraderil con sus compañeros y profesores.

Solo cuando se logre la manifestación masiva de las hermosas formas de conducta social en la calle, en los cines, en los parques, museos, bibliotecas, zoológicos, acuarios, jardines botánicos, vehículos públicos, para citar algunos, se podrá afirmar que se ha cumplido con uno de los más importantes objetivos de la educación cubana.

El colectivo pedagógico estructura la vida de los alumnos con el objetivo de educar, y es muy importante tener en cuenta que la educación debe manifestarse en hábitos de conducta. Es necesario, pues, medir el resultado del trabajo educativo a través de las actitudes y hábitos correctos de conducta que se deben incorporar a la personalidad del niño y del joven.

"Los hábitos de cortesía y respeto mutuo dentro de la escuela hay que formarlos, pues, a través de la organización escolar. Si el niño diariamente se pone de pie a la llegada de su profesor, saluda con respeto al personal de la escuela, cumple con las reglas de higiene personal y social, se comporta correctamente en la mesa, mantiene adecuadas relaciones de estudio, trabajo y camaradería con sus compañeros, está incorporando sólidos hábitos de conducta que no podrán ser destruidos jamás"[57].

Indiscutiblemente existe toda la documentación necesaria, e incluso, la normación de la formación en valores en los alumnos, dentro de los cuales se contempla los hábitos de cortesía. Les corresponde a los profesores, en relación directa con los padres, influir positivamente sobre sus hijos. La comunidad también juega un papel esencial en las influencias sobre los padres y los hijos, con el apoyo incondicional de la escuela.

La cortesía no debe confundirse con la superficialidad, no se es cortés por quedar bien o por lograr un acercamiento con determinadas personas, se es cortés porque se siente placer al tener una frase o un gesto agradable para con todas las personas, cualquiera que sea su condición social, su cargo o relación. La cortesía debe estar presente en todos los actos, pues constituye el más exquisito perfume de la vida. Existen las orientaciones precisas para que los profesores, como guía de la actividad contribuyan al desarrollo de hábitos de cortesía mediante actividades planificadas, donde el adolescente es el protagonista directo y se le enseña a aprender.

Para resaltar la importancia de la formación de correctos hábitos de cortesía en los alumnos basta señalar las palabras de José Martí: "la vida sin cortesía es más amarga que la cuasia y que la retama".[58]

En relación a la frase anterior se considera que la cortesía es el sostén de la sociedad esta debe estar rodeadas de buenos valores, respeto, educación y felicidad; por lo que esta llena de hombres descorteses y frívolos traerían consigo muchos sin sabores y amarguras, como la cuasia y la retama.

El análisis de los fundamentos teóricos, abordados en este capítulo, permite establecer las siguientes conclusiones parciales:

  • Existe una amplia bibliografía que sustenta desde el punto de vista filosófico, psicológico, pedagógico y metodológico la formación de los valores, sirviendo estos mismos fundamentos de soporte teórico para el desarrollo de hábitos de cortesía.

  • El desarrollo de hábitos de cortesía tiene gran importancia para lograr la preparación para la vida de los alumnos de Secundaria Básica, ya que estos hábitos les permitirán relacionarse mejor con los demás.

CAPÍTULO II.

Implementación del sistema de actividades

Este capítulo está estructurado en tres partes: en la primera se presenta una descripción detallada de la metodología de la investigación utilizada, donde se hace énfasis en los métodos, y cómo estos han facilitado las respuestas a las preguntas científicas, y la realización de las tareas correspondientes, además de los resultados que han aportado; en la segunda se presenta una caracterización de la situación actual del desarrollo de hábitos de cortesía en los alumnos de octavo grado y en la tercera se realiza la fundamentación teórica del sistema de actividades propuesto, a partir del establecimiento y explicación de los principios metodológicos que lo sustentan, así como la validación de las mismas.

II.1. Descripción de la metodología de la investigación

El problema científico se detectó mediante la observación de la autora de su propia experiencia pedagógica, lo que permitió a partir de la sistematización, establecer regularidades y consideraciones acerca del proceso de desarrollo del sistema de valores.

El proceso de sistematización permitió el análisis y la síntesis de algunas variables que intervienen en el proceso de desarrollo del sistema de valores, entre ellos, la motivación de los alumnos, la realización de las actividades, la creatividad, las relaciones interpersonales entre los alumnos, y entre estos y el profesor, las manifestaciones de hábitos de cortesía.

La investigación se fundamenta en el método dialéctico – materialista, en el examen del fenómeno y su esencia, integrando en el análisis los aspectos cualitativos y cuantitativos del objeto de estudio, para determinar criterios a la luz de los presupuestos de la Filosofía Marxista; además de utilizarse métodos teórico, empírico y estadístico.

La situación problémica se describe mediante los métodos de investigación empíricos de observación, encuesta y entrevista. Estos aportan datos acerca de los alumnos y de su proceso formativo.

Los métodos empíricos revelan las características de los fenómenos de la realidad, y permiten la obtención de los datos y la información necesaria sobre aquello que se investiga. Estos se utilizaron en la etapa de diagnostico, en la acumulación de la información empírica, y en la comprobación de la efectividad para la solución del problema investigado. A continuación se describen los utilizados en la investigación:

  • Observación: Se utilizó en las visitas de clases para constatar el nivel alcanzado en cuanto al desarrollo de hábitos de cortesía en los alumnos del grupo tomado como muestra. Esto permitió la descripción del proceso formativo.

  • Encuesta: Se aplicó a los alumnos del grupo seleccionado para verificar el conocimiento que estos poseen sobre los hábitos de cortesía.

  • Entrevista: Se aplicó a los profesores para conocer si están capacitados para desarrollar hábitos de cortesía en sus alumnos.

  • Pre-experimento: Se utilizó para realizar la validación de la propuesta a partir de la comparación del estado inicial y final del grupo en cuanto a los indicadores seleccionados.

Para la sistematización de los fundamentos teóricos y metodológicos, en respuesta a la primera pregunta científica, así como para la valoración de la información obtenida de los métodos empíricos empleados, se utilizaron los métodos teóricos. A continuación se describen los utilizados en la tesis.

  • Análisis – síntesis: se utilizó en el estudio de la literatura consultada, así como para la valoración de la información obtenida de los métodos empíricos empleados; lo que permitió profundizar en el conocimiento sobre el desarrollo de valores en general y sobre los hábitos de cortesía en particular.

  • El método histórico – lógico: permitió analizar la trayectoria concreta del tratamiento metodológico dado al desarrollo de hábitos de cortesía, en las diferentes etapas de su desarrollo. También posibilitó poner de manifiesto la lógica interna en que se evidencia el desarrollo de ese hábito en un contexto pedagógico que propicie comprender sus leyes generales y esenciales, así como sus tendencias actuales.

  • El método de induccióndeducción: permitió conocer las causas de las carencias de los alumnos en cuanto al desarrollo de hábitos de cortesía, a partir de analizar los criterios particulares tomados de la aplicación de diversos métodos de constatación empírica, lo que condujo a conclusiones generales en las que se refleja lo que hay de común en los elementos aportados por cada método en particular.

  • Modelación: Permitió crear una representación modelo para investigar el desarrollo de los hábitos de cortesía. Posibilitó además, la construcción de las actividades, lo que constituye una modelación práctica de aquella teoría descrita con la ayuda del método inductivo – deductivo.

  • Sistémico-estructural: Permitió enfocar el proceso formativo diseñado en las actividades con un enfoque materialista – dialéctico, en tanto que en el participan varios factores internos y externos.

También se utilizaron métodos estadísticos, entre ellos:

  • la estadística descriptiva la que permitió tabular y procesar los datos empíricos obtenidos, a partir de su representación gráfica y el análisis porcentual, lo que permitió establecer las generalidades apropiadas a partir de ellos.

Se tomó como muestra 30 alumnos de octavo grado de la ESBEC "Benito Juárez García", lo que representa el 16,9% de la matrícula total de este grado. El criterio para la selección de la muestra, fue intencional o deliberado, los criterios para la determinación del muestreo fueron cuantitativos y cualitativos, logrando una mejor interpretación de la información.

Los alumnos que conforman la muestra pertenecen a un mismo grupo etáreo, y vienen juntos desde la enseñanza primaria. Sus edades oscilan entre trece y catorce años, la mayor parte de ellos son de procedencia social obrera. Todos viven en zona urbana. El 27 % de los padres son graduados del nivel superior, el 53 % vencieron el nivel medio superior, y el 20 % solo tienen aprobado el nivel medio.

La implementación del sistema de actividades fue posible gracias a la experiencia pedagógica consistente en poner en práctica las actividades con el objetivo de contribuir al desarrollo de los hábitos de cortesía en los alumnos del grupo dos de octavo grado.

Para la validación del sistema de actividades se tuvieron en cuenta tres factores:

  • Los resultados del aprendizaje; es decir lo que asimilaron sobre los hábitos de cortesía.

  • Los procesos de aprendizaje; cómo se producen esos cambios, mediante qué mecanismos y estrategias.

  • Las condiciones de aprendizaje; o sea, el tipo de práctica y situación en que ocurren los procesos.

Para la valoración de los resultados del desarrollo de hábitos de cortesía se utilizó el pre-experimento, pues se aplicó una observación inicial y una final, al grupo tomado como muestra (ver anexo 1), y luego se realizó un análisis comparativo del estado final con el inicial del grupo, infiriendo a partir de ello la efectividad o no del sistema de actividades.

También se aplicó una encuesta (ver anexo 2), para comprobar el nivel de desarrollo de los hábitos de cortesía en el seno del grupo escolar. La misma permitió valorar el proceso y las condiciones en que ocurrió el desarrollo de dichos hábitos, es decir la factibilidad de la propuesta.

Relacionado con los resultados se espera comprobar el desarrollo de los hábitos de cortesía, es decir, que los alumnos manifiesten conductas positivas como parte de la formación integral de la personalidad.

Para facilitar la medición de la variable dependiente, esta se operacionalizó, es decir, se determinaron las dimensiones y los indicadores de la misma. Esto se recoge en la tabla siguiente.

Variable dependiente: Desarrollo de hábitos de cortesía.

edu.red

La escala asume los siguientes valores:

Siempre: Muy bien (MB)

A veces: Bien (B)

Pocas veces: Regular (R)

Nunca: Mal (M)

Una vez determinado los indicadores que permiten medir el nivel real en cuanto al desarrollo de hábitos de cortesía, se procedió a confeccionar una serie de instrumentos en correspondencia con los métodos empíricos, guía de observación, encuesta y entrevista, que permitieron medir el dominio de los mismos por parte de los alumnos del grupo seleccionado como muestra.

Los instrumentos elaborados fueron la guía de observación (anexo 1), el cuestionario de encuesta (anexo 2) y el de entrevista (anexo 3).

II.2. Diagnóstico de la situación actual de la educación en valores

En la década del noventa, con los cambios ocurridos por el derrumbe del campo socialista, y la desintegración de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, surgió en Cuba el debate en torno a la existencia de una crisis de valores en una parte de la sociedad.

El impacto de la desintegración del campo socialista, unido al recrudecimiento del genocida bloqueo norteamericano contra el pueblo cubano, se hizo sentir muy duro en las condiciones sociales y de vida. Surgieron males asociados a la desvalorización del trabajo, a la degradación de valores como la responsabilidad, honestidad, honradez, solidaridad, y un cambio en la jerarquía de estos. Esta situación hizo que la dirección de la Revolución Cubana, tomara medidas urgentes para lograr la subsistencia del sistema, y de sus principales logros, dando paso a la inversión extranjera, posibilitando un mayor desarrollo del turismo, despenalizando la tenencia de divisas, entre otras medidas que con el decursar de los años produjeron al deterioro de los valores fundamentales defendidos por la sociedad cubana.

El deterioro de algunos valores, se ha hecho evidente en los adolescentes y jóvenes, especialmente en el grupo que se investiga, pues han sido ellos los que han nacido y crecido en esta etapa, con todas sus condiciones objetivas y subjetivas, por lo que en su modo de actuación se observa que no cumplen las normas requeridas de buenos hábitos, como el hecho de que no saludan a sus compañeros y profesores, son poco caballerosos con las niñas, usan incorrectamente el vocabulario, falta de respeto entre ellos, uso incorrecto del uniforme, inasistencia e impuntualidad a las clases, poco cuidado de la propiedad social, no levantan la mano para contestar en las clases, entre otras conductas que se reflejan en su actuar cotidiano.

Los hábitos de cortesía, no fueron ajenos a esta problemática y se vieron afectados considerablemente.

Lo antes expuesto indica que falta constancia en el tratamiento de los hábitos de cortesía, detectándose que en la preparación metodológica de los profesores no se concibe la atención a los objetivos formativos de forma simultánea con los objetivos instructivos, manifestándose además que existe en el proyecto curricular la asignatura de Educación Cívica, con una frecuencia oncenal, y su evaluación se realiza en las Asambleas Pioneriles, lo que hace evidente la necesidad de proyectar actividades para solucionar las manifestaciones incorrectas de hábitos de cortesía, que presentan los alumnos, como vía para elevar la disciplina y organización escolar.

Cabe preguntarse: ¿Cómo es posible que las nuevas transformaciones aplicadas en secundaria básica con la introducción del Profesor General Integral no hayan tenido un impacto positivo en lo referido al desarrollo de hábitos de cortesía?

Se considera que el modelo está acorde con las intenciones de instruir, pero principalmente de educar, a partir de las influencias positivas y coherentes de un Profesor General Integral (PGI). Ahora bien, ¿se tiene la certeza que todos los PGI designados constituyen modelos para sus alumnos? ¿Se han entrenado adecuadamente para su misión?

La respuesta a partir de los resultados apreciados no está al nivel deseado, es cierto que no todos son ejemplo, ya que hay profesores que no llevan en sí el arte de educar, les falta preparación en todos los sentidos, tanto los mayores como los más jóvenes, unos porque no poseen la experiencia, la madurez pedagógica, y otros que no han sentido amor por la profesión, o en el menor caso no escogieron la carrera por vocación sino que lo han hecho como un trabajo más, como algo que hay que hacer, sin embargo, hoy en día hay buenos profesores, que enseñan, educan, y sienten amor por lo que hacen, que aún en los peores momento del período especial, se mantuvieron firmes, dando lo mejor de sí y si se les preguntará que harían si volvieran a nacer, dirían que profesores.

Los buenos profesores nacen, pero también se "hacen", y en eso influyen desde la buena acogida en los centros laborales, un consejo de dirección profesional y eficiente, el ejemplo personal de los que acumulan más años de experiencia en el magisterio, hasta la vocación de cada cual.

Es cierto que ha existido una degradación de valores y esto se ha visto en la pérdida del respeto y cortesía que siguen dañados en la mayoría de los alumnos y algunos se preguntan ¿por qué?

La respuesta está muy clara: porque la familia, la comunidad influyen sobre manera en la formación de los jóvenes, y para muchos hoy en día, no son tan importantes estas normas de educación formal, sino cómo se vive en el aspecto material y he aquí donde la escuela juega un papel preponderante en la continuidad e influencia de estos valores en los alumnos, y tratando por todos los medios de lograr en ellos una Cultura General Integral.

El fortalecimiento de los valores fundamentales en la sociedad cubana actual no debe ser consigna ni tema ocasional para reuniones e intercambio, sino una batalla de todos los días, hoy más que nunca tienen total vigencia las palabras expresadas por Fidel en la clausura del Primer Congreso de Escritores y Artistas el 22 de octubre de 1961: "Estos son tiempos de sembrar conciencias de sembrar ideas, de formar valores y enseñar a defenderlos cada vez mejor"[59]

II.3. Situación actual de los hábitos de cortesía en el octavo grado

El estado actual, se constató a partir de los instrumentos y técnicas investigativas aplicadas como parte de los métodos teóricos y empíricos. Seguidamente se describen los resultados que se obtuvieron de la aplicación de cada uno de ellos:

II.3.1. Descripción de los resultados de la aplicación de los instrumentos

Observación de clases

Se observaron 6 clases: 3 a profesores en formación y 3 a profesores licenciados en una sola asignatura, las que arrojaron los siguientes resultados (ver anexo 4 y 5):

  • Al evaluar sí se mantiene el respeto entre alumnos durante las clases, el 33,3% de estas fueron evaluadas de bien, el 66,6% de regular. Esto indica que en la mayoría de las clases las relaciones entre alumnos son deficientes.

  • En cuanto a la relación entre alumnos y profesores, el 66,6 % de las clases fueron evaluadas de bien, el 33,3 % de regular. Esto demuestra que existen dificultades en cuanto al respeto maestro – alumno.

  • Al valorar sí los alumnos solicitaban su participación levantando la mano, el 50,0 % de las clases fueron evaluadas de regular y el 50,0 % de mal. Aquí se aprecia la indisciplina de los alumnos al participar a coro en las clases.

  • Se evaluó el papel del profesor como responsable de la corrección de las manifestaciones de falta de cortesía. El 33,3 % de las clases se evaluaron de bien, el 66,6 % de regular. Esto indica que no todos los profesores se preocupan por mantener relaciones entre alumnos basadas en el respeto, la solidaridad y el afecto.

  • Al evaluar sí el profesor en algún momento de la clase dedica tiempo para tratar los hábitos de cortesía se constató que el 16,6 % de las clases fueron evaluadas de bien, el 16,6 % de regular y el 66,6 % de mal. Se aprecia claramente que muy pocas veces se da tratamiento a los hábitos de cortesía y su importancia en el aula.

  • Finalmente se constató sí el profesor constituye un modelo de cortesía en el tratamiento que da a sus alumnos y alumnas, donde el 66,6% de las clases fueron evaluadas de bien y el 33,3 % de regular. Esto demuestra que aún existen profesores que no han conscientizado el papel que juegan para el grupo como ejemplo a imitar.

Encuesta a alumnos

Se encuestaron los treinta alumnos del grupo tomado como muestra, obteniéndose los siguientes resultados (ver anexo 6)

  • El 46,6 % de los alumnos consideran cortés al que es amistoso con todos, el 23,3 % al que es solidario con sus amigos, el 23,3 % al que es solidario con sus compañeros y el 6,60 % al que es respetuoso con todos. Esto demuestra que no existe dominio por parte de los alumnos del concepto cortesía y no lo aplican en las relaciones con sus coetáneos.

  • El 100 % de los alumnos consideran que son corteses, de ellos el 10,0 % plantean que siempre lo son y el 90,0 % que algunas veces. En este caso se observa que los alumnos que se consideran corteses siempre son una minoría con respecto a los que consideran que son corteses algunas veces.

  • El 66,6 % plantean que son corteses con sus profesores, el 20,0 % con sus compañeros y el 10,0 % con las niñas y el 3,30 % con todos. Se evidencia, en este caso, que muy pocos alumnos son corteses con todos.

  • El 16,6 % plantea que la cortesía es inteligencia, 17,0 % que es amabilidad, el 33,3 % que es afecto, el 6,60 % que es educación, el 13,3 % que es atención, el 3,30 % que es amistad, el 6,60% que es responsabilidad y el 3,30 % que es camaradería. Se evidencia que la mayoría de los alumnos tienen desconocimiento del concepto cortesía al relacionar este erróneamente con la inteligencia, la responsabilidad y la camaradería. Ningún alumno escogió el respeto.

  • En cuanto a cuáles eran los factores que consideraban influían en el desarrollo de hábitos de cortesía: consideraron que la familia influía, a veces, el 66,6 %; siempre, el 23,3 % y nunca el 10,0 %; consideraron que la escuela intervenía, a veces, el 23,3 %, siempre, el 76,6 %, y nunca, el 0,00 %; mientras que con relación a la comunidad, a veces, el 30,0 %, siempre, el 10,0 % y nunca el 60,0 %. Se puede observar que se confirma el desconocimiento de los hábitos de cortesía, y de los elementos que los propician, y enriquecen.

Entrevista a profesores

Al entrevistar a los profesores sobre qué entienden por hábitos de cortesía el 100 % respondió favorablemente con significados que en otras palabras dan sentido a lo que se debe entender por hábitos de cortesía. En cuanto a los hábitos de cortesía más afectados, el 100 % de ellos manifestaron que los alumnos presentan falta de caballerosidad, usan palabras vulgares; el 66,6 % afirman que tienen exceso de confianza, el 100 % que intervienen en las conversaciones sin permiso, el 83,3% que tienen problemas de educación formal en el comedor y el 100% que hablan en voz alta.

Al preguntarles qué actividades pondrían en práctica para contribuir a la formación de hábitos de cortesía en los alumnos se obtuvieron las siguientes regularidades:

  • Lectura y análisis del Manual de Educación Formal a los alumnos.

  • Debate con los profesores sobre la necesidad de exigir los hábitos de cortesía a los alumnos.

  • Exigir a los alumnos diariamente los hábitos de cortesía en cada una de las actividades.

  • Reconocer a los alumnos que muestran hábitos correctos de cortesía.

Del análisis de los resultados descritos anteriormente se pueden inferir, entre otras, las principales dificultades que se presentan en el desarrollo de los hábitos de cortesía.

  • 1. Los alumnos del grupo dos de octavo grado de la ESBEC: "Benito Juárez García" presentan bajo nivel en cuanto al desarrollo de los hábitos de cortesía, lo que se puso de manifiesto en los resultados alcanzados por los mismos en la encuesta y las visitas de clases.

  • 2. No todos los profesores poseen la preparación necesaria para contribuir al desarrollo de hábitos de cortesía en sus alumnos.

  • 3. La familia y la comunidad aún no juega el papel que se requiere de ellos, en la formación integral de los alumnos y específicamente para el caso de los hábitos de cortesía.

Por las razones antes enunciadas y como parte de la ejecución de las diferentes tareas planificadas para el desarrollo de esta investigación, la autora de esta tesis, propone implementar un sistema de actividades que propicien un acercamiento afectivo entre profesores y alumnos, con la intensión de rescatar o reforzar los valores y hábitos más afectados que no solo pueden tener como base la cotidianidad, teniendo en cuenta además que cada cual debe ser tratado a partir del medio social en que se desarrolla y la experiencia acumulada por las generaciones que lo antecedieron.

II.4. Fundamentación del sistema de actividades

Partiendo del diagnóstico se obtiene el problema, y se establecen las proyecciones del trabajo científico que en este caso es la implementación de un sistema de actividades para el desarrollo de la formación en valores en los alumnos, a partir del fortalecimiento de los hábitos de cortesía.

Se realizó la representación modélica (Ver anexo 7), del sistema de actividades con el objetivo de dar respuestas al problema real que existe como una necesidad de la práctica educativa en el grupo objeto de investigación, que consiste en: el desarrollo de la personalidad de los alumnos, a partir del fortalecimiento del sistema de valores, con énfasis en los hábitos de cortesía, que constituye su eslabón más débil.

En el proceso de representación modélica del sistema de actividades, como expresión de una nueva concepción para el tratamiento del desarrollo de los hábitos de cortesía en los alumnos del grupo investigado, se sistematizan las acciones desde los diferentes contextos educativos, sobre la base de que la escuela es el centro cultural más importante de la comunidad, y a ella corresponde la realización de actividades inherentes a su condición de institución educaciónal, y la dirección que son propias de la familia y la comunidad, con la finalidad de ejercer influencias educativas en el desarrollo de la personalidad en los alumnos, y sobre la base del logro de una Cultura General Integral.

Este sistema de actividades se fundamenta en tres ideas básicas, ellas son:

  • La escuela es el centro cultural más importante de la comunidad.

  • La familia como célula básica de la sociedad, ha de elevar su influencia educativa, sobre la base del desarrollo de la estrategia trazada desde la escuela.

  • La comunidad en conjunto con las organizaciones políticas y de masas, los trabajadores sociales, y los medios de difusión masiva, deben realizar un trabajo cooperado que complemente las acciones de la escuela y la familia.

Los problemas que están presente en la formación en valores, solo pueden ser resueltos mediante la acción conjunta de los diferentes contextos educativos, y no son en modo alguno responsabilidad exclusiva de la escuela.

La escuela conociendo su importante función, realiza múltiples actividades para desarrollar el proceso docente educativo, en aras de cumplir exitosamente la misión a ella encomendada. Como institución, debe orientar cada vez más su trabajo con el objetivo de educar a la familia para garantizar que esta asuma su responsabilidad educativa en una dirección de forma aceptada y positiva.

Teniendo en cuenta que la educación y la instrucción forman una unidad dialéctica, por lo que al educar a los alumnos, se les instruye, y al instruirlos, se les educa, corresponde a la escuela desarrollar una Cultura General Integral, esto se fundamenta en el pensamiento martiano.

Se considera que existen dificultades en el logro de esta meta, ya que no existe una adecuada correlación entre los procesos de instrucción y educación, pues la escuela no ha logrado a partir de los programas de estudio, un realce en el tratamiento adecuado del desarrollo de valores desde el punto de vista instructivo, donde se debe elevar la interacción de estos procesos para el logro de la formación integral de los alumnos.

"La escuela ha de transformarse en el principal palacio de pioneros, como un modelo en la práctica educativa, donde prime el ejemplo de la actuación de los órganos directivos, el Consejo de Escuela, y el conjunto de trabajadores docentes y no docentes, logrando orden interior, limpieza, cultura estética, presencia del busto de Martí, el asta de la bandera, la flor diaria al Maestro, y la disciplina consciente a partir del cumplimiento del Reglamento Escolar, y del diseño para la formación integral del alumno".[60]

A pesar de los logros obtenidos en esta dirección, se debe seguir perfeccionando el trabajo en las diferentes modalidades, como son el trabajo de pioneros creadores, el desarrollo de módulos culturales, el uso de la computación, y el vínculo con la familia y la comunidad.

La familia como célula fundamental de la sociedad, constituye otro de los contextos educativos que influye en la formación en valores, ya que es el primer medio de influencia social sobre el niño. No solo deben satisfacer las necesidades materiales de ellos, inculcar valores, sentimientos, hábitos, sino también debe satisfacer la necesidad de afecto de la descendencia, lo cual contribuye a la estabilidad emocional de su personalidad en formación.

Para complementar la formación de la personalidad de los alumnos corresponde a la familia elevar sus influencias educativas en coordinación con la estrategia trazada por la escuela, propiciando el desarrollo de acciones conjuntas tanto en lo cognitivo – volitivo, y lo axiológico. Para el logro de una correcta educación a la familia, en el desarrollo de hábitos de cortesía, las escuelas deben convertirse en la vía fundamental para promover patrones positivos en los alumnos.

Partiendo de las dificultades detectadas en el diagnóstico inicial y la experiencia pedagógica, se trazan un sistema de actividades encaminadas a dar solución, a esta problemática, lo que se complementa con la realización de visitas a los hogares de los alumnos que presentan afectaciones en su conducta para brindarle a los padres las medidas psicoterapeutas necesarias para el tratamiento conjunto escuela – familia.

La estimulación a la familia, con influencias educativas positivas, relacionadas con los buenos hábitos de cortesía motivó a la incorporación de otras al desarrollo de las actividades programadas por la escuela.

La comunidad integrada por las organizaciones políticas y de masas, el trabajador social, y los medios de difusión masiva, desempeñan un rol fundamental en la educación de los alumnos. A pesar de los esfuerzos que se llevan a cabo para mantener una estrecha relación entre estos componentes, no se ha logrado un vínculo estable con la escuela y la familia.

En las visitas realizadas a la comunidad con el objetivo de informar a las organizaciones que la integran, sobre aquellos alumnos que tenían carencias de buenos hábitos de cortesía, para de una forma conjunta brindar la ayuda necesaria, se demostró la importancia de estas reuniones comunitarias para dar a conocer las familias y los alumnos que se destacan positivamente.

Como resultado de todas las acciones que se han realizado, en vista a la estimulación de los buenos hábitos de cortesía en el seno familiar, se han trazado pautas que llegan más allá de lo que es el contexto educativo, utilizando otras vías como son los medios de difusión masiva, específicamente la radio comunitaria[61]que se escucha en el ámbito de residencia de los alumnos que se investigan, divulgando la existencia de estas familias que se destacan con su ejemplo diario en el desarrollo de estas buenas costumbres.

El trabajador social es un eslabón fundamental entre la familia, la escuela, y la comunidad, pues este conjuntamente con las organizaciones políticas y de masas, deben identificar las situaciones problémicas de cada seno familiar, y de la comunidad en general, buscándole vías de solución efectivas, con la finalidad de lograr el vínculo estable entre los distintos contextos educativos.

La utilidad del sistema de actividades se fundamenta en la labor pedagógica desarrollada por la autora en la que se ha comprobado en la práctica la efectividad de dichas actividades.

II.5. Principios metodológicos

El sistema de actividades se fundamenta en los siguientes principios metodológicos:

  • Principio del carácter diagnóstico.

  • Principio del trabajo cooperativo.

  • Principio de la unidad entre personalidad y comunicación.

  • Principio de la objetividad.

  • Principio del carácter formativo.

  • Principio del carácter interdisciplinario.

  • Principio de unidad entre lo instructivo y lo educativo.

  • Principio del carácter sistémico.

Principio del carácter diagnóstico

En este se pone de manifiesto la importancia del conocimiento de las necesidades de los alumnos, de sus motivaciones, así como de los valores, hábitos, habilidades, y conocimientos que poseen. El diagnóstico permite saber qué, cuándo, y cómo, enseñar y evaluar. Este posibilita conocer lo que el alumno desea, y permite satisfacer sus necesidades personales, a la vez que se establece las relaciones entre los objetivos personales y grupales de los alumnos y la sociedad en la que vive. Es un proceso permanente de búsqueda de información acerca de quiénes son los alumnos, qué saben, y qué necesitan, para ello pueden utilizarse métodos y técnicas como la observación, encuesta, entrevista, y los test.

Principio del trabajo cooperativo

El principio del trabajo cooperativo se refiere al trabajo en pequeños grupos o parejas, donde los alumnos se apoyan unos a otros, comparten el conocimiento, intercambian ideas, y expresan distintas opiniones para solucionar colectivamente los problemas. En correspondencia con este principio el aprendizaje es activo, reflexivo, democrático, socializador, y científico. Con este tipo de aprendizaje se fortalecen valores como la solidaridad, la responsabilidad y el colectivismo. Los alumnos participan activamente, sin presión por la presencia del maestro, y además no se exponen ante todo el grupo.

Principio de la unidad entre personalidad y comunicación

La comunicación es una manifestación de la interrelación humana, que constituye un aspecto importante para la formación de la personalidad, y a su vez, una expresión del medio social en que se desarrolla el individuo. De ahí el papel de la comunidad educativa, como fuente para la educación en valores de los alumnos. En este sistema de interrelación entre los alumnos, la comunidad, y otros componentes del sistema de influencias educativas, se crean las bases del conocimiento, lo cual implica, que la escuela debe utilizar estas potencialidades para accionar y lograr sus aspiraciones con los alumnos.

Principio de la objetividad

Se tiene en cuenta ya que para educar en valores a los alumnos hay que considerar la formación de la personalidad del sujeto en su relación con el contexto en el que se desarrolla por tener un conocimiento pleno de los nexos internos que tienen lugar en la escuela, así como los que se establecen en otros factores que permiten complementar el proceso, fuerzas motrices y tendencias que genera.

Principio del carácter formativo

El proceso docente – educativo contribuye a que se garantice la solidez de los conocimientos y su repercusión en las actitudes del alumno. Las actividades que el profesor planifique, deberán poseer una riqueza en la consideración de lo afectivo, y desarrollador de la personalidad del alumno, es en ella donde se traza un sistema de actividades para lograr que el contenido se convierta en el marco esencial tributario al carácter formativo del aprendizaje. El profesor desde el diagnóstico del alumno, conoce las carencias o potencialidades educativas. En muchas ocasiones las mismas necesitan ser abordadas conjuntamente con la familia, o el resto del sistema de influencias que actúan sobre el alumno.

Principio del carácter interdisciplinario

Está dado por las posibilidades que ofrece el contenido para aprender sobre los ejes transversales, y los núcleos conceptuales que se ilustran a lo largo de todo el currículum de las diferentes asignaturas. El conocimiento interdisciplinario, es una postura que conlleva al desafío de superar las visiones fragmentadas y asumir una posición más radical con el objetivo de erradicar las fronteras entre las disciplinas, romper barreras entre la teoría y la práctica, donde no se propongan conocimientos adicionales o yuxtapuestos, sino que se procure establecer conexiones y relaciones de conocimientos, hábitos, habilidades, normas de conducta, sentimientos, y valores humanos en general, en una totalidad no dividida en permanente cambio.

Principio de la unidad entre lo instructivo y lo educativo

El aprendizaje implica la formación de sentimientos, actitudes y valores, pero no surgen como resultado automático de un proceso de exposición de los alumnos a determinada información o experiencia considera afectiva, moral, o socialmente relevante, o como un producto de la adquisición de conocimientos, por el contrario, solo se logran con la implicación activa de los sujetos hacia los aprendizajes que realicen, de la oportunidad de valorar de manera muy personal sus contenidos, desde diversos puntos de vista y perspectivas, moral, social, e ideológica, de analizar sus consecuencias, y reflexionar cómo se vinculan dichos contenidos con sus propias conductas, con sus auténticas necesidades de interacción con el mundo.

Principio del carácter sistémico

Partes: 1, 2, 3
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