Todo esto ya lo sabíamos pero, ¿por qué se produce esta anomalía? La periodista Mercedes Serraller explica, en su libro "Por qué Apple paga más impuestos que tú" cómo es el "diabólico" sistema por el que las grandes empresas norteamericanas se aprovechan del "cacao" legal e impositivo que supone la Unión Europea: un mercado único, 27 sistemas fiscales. El perfecto escenario para establecer un fraude masivo a las haciendas públicas "siempre dentro de la legalidad". El marco legal no está preparado para un mundo como el de internet, donde los bienes son intangibles y los beneficios cada vez más irrastreables.
Irlanda es clave en la política fiscal de estas grandes tecnológicas: "Es un país que les ofrece tipos bajísimos o pactos encubiertos". Allí tiene la sede fiscal en Europa Apple, pero también Google y Facebook, que sólo mantienen en España una "delegación comercial", la primera de ellas a pesar de que ya ocupa dos plantas de la Torre Picasso de Madrid. La isla tendría hasta un pacto especial con la firma de la manzana para que esta pagara tan sólo un 2% de sus beneficios mientras el resto de empresas extranjeras pagarían la cantidad (también mínima) del 12,5%, según informó "Financial Times". De esta manera, su actividad en España, en Francia o en Alemania, pese a que les genera beneficios, no es fiscalizada.
Según la OCDE, las tecnológicas pagan de media un 1% en todo el mundo. Para Serraller "en el siglo XX a las grandes empresas se les obligaba a pagar en varios países por lo mismo (acababan pagando más de lo necesario por lo mismo) se cambió la legislación para que esto no ocurriera, pero poco a poco el avance de la economía mundial globalizada y estas actividades digitales de redes sociales, propiedad intelectual y activos intangibles han dado la vuelta a la tortilla y al final ya no pagan en ningún sitio". La propia organización de Estados industrializados ha propuesto que las empresas envíen "un informe detalladísimo sobre su actividad en cada país". Este "striptease" que deberían hacerse las propias empresas serviría para saber qué porcentaje de impuestos corresponde a cada Hacienda.
Esto en la des-Unión Europea, pero, ¿y en los EEUU? ¿Cómo le va al fisco americano?
"El presidente de EEUU, Barack Obama, volvió a recurrir ayer al denominado "patriotismo económico", un concepto que ya ha acuñado en ocasiones anteriores, para pedir al Congreso un acuerdo bipartidista que cambie la ley y evite que las grandes corporaciones paguen sus impuestos fuera del país"… Obama pide cambiar la ley para que las grandes empresas paguen impuestos en EEUU (Expansión – 25/7/14)
Obama ha llevado a cabo esta petición en un discurso ante estudiantes de una escuela técnica de Los Ángeles, el único evento abierto al público de su gira recaudatoria de tres días por el Oeste, que también le ha llevado a Seattle (Washington) y al área de Silicon Valley en California para tratar de conseguir fondos para los demócratas de cara a las elecciones legislativas de noviembre.
"Existe una tendencia en la economía actual que supone una amenaza. Un pequeño pero creciente grupo de grandes corporaciones que mantienen la mayor parte de su negocio en Estados Unidos y declaran su sede en el extranjero", se dirigió el presidente a los asistentes.
Para Obama, el principal problema es que esta práctica está amparada por la ley, por lo que, en su opinión, demócratas y republicanos deben trabajar juntos en Washington para evitar que la tendencia se extienda e incluso tratar de recuperar la "ciudadanía estadounidense" de aquellas empresas que ya han fijado su domicilio social fuera del país.
"No me importa que sea legal, porque está mal hecho. Si eres una secretaria o un trabajador de la construcción no tienes derecho a decidir dónde pagas tus impuestos", se lamentó el presidente.
El amparo legal que estas empresas encuentran para poder pagar sus impuestos en el exterior -normalmente en países con una fiscalidad mucho menor que la estadounidense y en paraísos fiscales- consiste en adquirir o fusionarse con una compañía extranjera y renunciar a por lo menos el 20% del control sobre la nueva sociedad creada.
Si los accionistas estadounidenses poseen un porcentaje inferior al 80% de la nueva empresa, la ley permite que ésta fije su sede en el país extranjero y que por tanto responda allí a sus obligaciones fiscales.
El Gobierno estima que, de no remediarse a tiempo la situación, esta práctica empresarial podría costar a las arcas del Tesoro entre 17.000 y 20.000 millones de dólares en ingresos durante la próxima década.
Para evitarlo, Obama propondrá al Congreso reducir este porcentaje al 50%, de manera que los accionistas estadounidenses deberían renunciar a controlar la mitad de la nueva empresa si quieren fijar su domicilio social en el extranjero, una medida que podría tener carácter retroactivo y afectar a todos los acuerdos realizados desde el pasado mes de mayo.
"No quiero castigar a estas empresas, pero pido patriotismo económico. El patriotismo económico dice que no hay que ayudar fiscalmente a los millonarios, sino a las familias, para que accedan a una mejor educación", dijo Obama en un discurso en el que también insistió en la importancia de la educación para permitir una mayor movilidad social.
"Siempre me han impresionado las personas que tienen el coraje de regresar a la escuela a estudiar siendo adultos", animó Obama a los estudiantes, para asegurar después que cuando se les da una oportunidad (con la debida formación necesaria), "los estadounidenses son los mejores trabajadores del mundo".
Esto decía POTUS ("yes, we can") el mismo que decía: "nunca más seremos rehenes de un banco demasiado grande para caer" (21/1/10) el mismo que quería saber a quién debía "patear el culo" para que cesara el derrame de petróleo del pozo submarino de la petrolera British Petroleum (BP) (8/6/10) el mismo que terminó cediendo ante el poder del establishment de Washington S.A. ("but they don't want to").
"En 2010, el gigante de las comunicaciones Verizon reportó un beneficio de 12 millones de dólares. La ley federal de sociedades norteamericana estipula que la compañía debería haber pagado un 35% (4,3 millones) de esa cantidad en impuestos. Sin embargo, según un informe del Center for Tax Justice, la empresa presentó una deuda tributaria negativa de 703 millones de dólares. Esto es, las arcas de Verizon salieron beneficiadas tras impuestos"… Treinta de las principales empresas de EEUU gastan más en lobbies que en impuestos (30/1/12)
No es el único caso, sino uno de los más representativos. El informe ha estudiado a 280 corporaciones, todas ellas de las lista Fortune 500, para descubrir que treinta de ellas no tributaron un solo dólar al IRS entre 2008 y 2010. Es más, durante ese periodo ingresaron 10.602 millones en devoluciones, al tiempo que reportaron unas ganancias conjuntas por encima de los 160.000 millones. Especialmente llamativos son los casos de las tecnológicas Pepco Holdings y General Electric, que reciben un reembolso -vía cheque del Tesoro- del 58% y el 45% del total de sus impuestos federales. De esta lista solo FedEx pagó 37 millones en concepto de impuestos federales… por unas ganancias netas de 4.247 millones.
"Cada ciudadano paga exactamente la totalidad de sus impuestos federales, ¿por qué no las corporaciones de éxito? Se da la circunstancia de que un solo ciudadano, usted mismo, paga más al IRS que General Electric, Honeywell, Mattel, Boeing y Wells Fargo juntas", señalan los autores del estudio. En esta línea, desde el Center for Tax of Justice, se lamenta que la legislación norteamericana "tenga tantas lagunas legales en materia fiscal y, sobre todo, que el Congreso no haya votado para acabar con ellas". En 1986 la ratio de impuestos pagados por las grandes corporaciones en relación al PGB (Producto Geográfico Bruto) ascendía a 0,5%; en 2011 se sitúa en el 0,28%, un mínimo solo alcanzado en 2002. Todo esto sucede en un contexto en el que, desde 2008, el déficit federal se ha disparado y la situación económica de Estados Unidos se ha agravado notablemente.
Estas agresivas maniobras de evasión de impuestos, junto a sus intensas políticas de "lobby", han sido suficientes para que la prensa norteamericana les haya colocado el sobrenombre de las "Dirty thirty". Y es que entre todas han gastado casi 500 millones en presionar al Congreso, además de otros 22 en apoyo a campañas políticas. El resultado es un gasto en "lobby" diario, incluyendo fines de semana, de 400.000 dólares.
En la lista de las empresas con "tributación cero" también figuran algunas como Verizon, que en los últimos dos años han despedido a 21.000 trabajadores solo en Estados Unidos. Boeing, American Electric Power y Wells Fargo también han dejado a miles de empleados en la calle a pesar de los impuestos evadidos y de que sus balances anuales en rara ocasión se han teñido de rojo.
Donde no se ha aplicado la tijera es en la remuneración a altos cargos. Wells Fargo aumentó el salario en sus plantas nobles la friolera de un 180%, pasando de los 17,8 millones que percibían en 2008 hasta los casi 50 de 2010. El informe demuestra que 2010 fue un año récord en esta materia, con un promedio de 11,4 millones por CEO, lo que supone 343 veces el sueldo promedio de un trabajador, una cifra que se ha disparado desde 1980 cuando los directivos cobraban "solo" 42 veces más que cualquier "camisa azul". Estos datos, según la Federación Estadounidense del Trabajo, evidencian la mayor brecha salarial de Occidente.
La "globalización" de la miseria (el muerto al hoyo y el vivo al bollo)
Estos pequeños ejemplos (de cabotaje) me permiten incidir sobre las nefastas consecuencias que ha tenido para los trabajadores de los países desarrollados, el proceso de globalización de la economía.
Los cambios tecnológicos en robótica, informática y biotecnología; la internacionalización de las finanzas; la expansión de las comunicaciones; y la emergencia multinacional de las corporaciones son las fuerzas que impulsaron esa globalización.
¿Quiénes ganan con la globalización? Algunos países, las grandes empresas, un 20% de la población activa, el l% de las familias ricas, el capitalismo financiero y los altos directivos forman el elenco de los agraciados por la economía de mercado.
¿Quiénes pierden con el libre comercio? La subclase inmóvil, los nuevos pobres, el ejército de reserva, la salud, la educación, la mayoría insatisfecha, el trabajador de usar y tirar, los que viven el miedo al mañana, la angustia y la inseguridad, impulsan esta nueva "era de las desigualdades".
"Entre la unificación económica del mundo y su fragmentación cultural, el espacio que era de la vida social (y sobre todo política) se hunde, y los dirigentes o los partidos políticos pierden tan brutalmente su función representativa que se sumergen o son acusados de sumergirse en la corrupción o el cinismo" (dice Alain Touraine).
¿Cuáles son los condicionantes que ceban la bomba? En una primera síntesis, tenemos problemas: ambientales, demográficos, económicos y sociales. Y si deseamos "abrir" la lista podríamos ampliar a: explosión demográfica y conflictivos procesos migratorios, ecología, ampliación de la brecha entre ricos y pobres, empleo, acentuación del mundo a dos velocidades, desasistencia educativa, desasistencia sanitaria, aumento del número de pobres, drogadicción, delincuencia, deterioro de los servicios públicos, gente sin hogar, baja tasa de participación en las elecciones, caída de los niveles de vida de la clase media (brusca caída de los salarios), corrupción , y politización de la justicia.
¿Cuáles son las causales de semejante acumulación de problemas? ¿Hechos naturales?, ¿leyes irreversibles?, ¿enemigos ocultos?, ¿castigo divino?, ¿síntomas de decadencia del sistema?
Algunos autores y estudiosos diagnostican: "la liberación del comercio" (Ravi Batra); "el comercio sin normas" (Tim Lang y Colin Hines); "el modelo global" (Hans-Peter Martin y Harald Schumann); "los mercados libres" (Lester Thurow); "el dualismo económico" (Michael Albert); "la competitividad" (Robert B. Reich); "el poder de la tecnología" (Paul Kennedy); "la globalización" (Jean-Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon); "la mundialización" (Viviane Forrester); "la eliminación del trabajo humano en el proceso productivo" (Jeremy Rifkin); "la declinación de la confianza" (Francis Fukuyama); "un vasto movimiento de despolitización y de privatización" (C. Castoriadis); "la deflación competitiva" (Benjamin Coriat y Dominique Taddei); "el capitalismo salvaje" (Naum Minsburg); "la economía financiera" (Scavo); "la internacionalización de la vida económica" (Robert Heilbroner); "el comercio internacional" (Charles Hampden-Turner y Alfons Tronpenaards); "el fracaso del mercado" (Albert O. Hirschman); "un sistema de laissez-faire" (Bruce Ackerman); "la era de la competencia" (Grupo Lisboa); "la nueva era imperial" (Jean-Marie Guehenno); "la globalización y la privatización" (Alain Touraine); "el conflicto de olas" (Alvin y Heidi Toffler); "la cultura de la satisfacción" (John Kenneth Galbraith); "la economía simbólica" (Peter Drucker); "la muerte de la sociedad industrial" (Taichi Sakaiya).
¿Y cuáles son los riesgos, qué es lo que puede ocurrir si todo sigue igual? ¿Qué siente el hombre común frente a todo esto?
Aquí también los estudiosos opinan:
"En 1993, cuando la depresión silenciosa ya lleva su segunda década de vigencia resulta evidente para muchos que el gran sueño americano es ahora sólo eso: un sueño" (Ravi Batra)
"Un elemento clave de la visión social preconizada por los defensores del libre comercio es el consumidor en sustitución del ciudadano" (Tim Lang y Colin Hines).
"La idea de "un mercado libre" al margen de las leyes y decisiones políticas que el mismo genera, es pura fantasía" (Robert B: Reich).
"La mayor prueba a que se verá sometida la sociedad humana en el siglo XXI consistirá en el modo de utilizar "el poder de la tecnología" para satisfacer las demandas planteadas por "el poder de la población"" (Paul Kennedy).
"La inseguridad es hoy la palabra clave". "Asalariados, funcionarios, jubilados: todos a la vez expresan temor a un mañana incierto". "El desarrollo de una desocupación masiva es el vector evidente y primordial de la sensación de inseguridad y vulnerabilidad que tetaniza a la sociedad". (Jean-Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon).
"Estamos ante una elección. A partir de ahora tenemos la facultad de decidir… ¡a la carta! si preferimos la desocupación a la pobreza o esta a aquella". "Pero que nadie tenga la menor duda: ¡tendremos las dos cosas!" (Viviane Forrester).
"No es la pobreza, sino el miedo a ella, el que pone en peligro a la democracia". "Los perdedores tienen un voto, y lo utilizarán. No hay razón para estar tranquilos: el terremoto social seguirá al político" (Hans-Peter Martin y Harald Schumann).
"Al igual que ocurrió en la década de los años 20, nos hallamos peligrosamente cerca de una nueva gran depresión" (Jeremy Rifkin).
"¿Qué tan lejos puede llegar la desigualdad antes de que el sistema se derrumbe?" (Lester Thurow).
"Hay un gran problema: La deslocalización de la mano de obra. Las personas que obtienen los nuevos empleos no son las mismas que perdieron los viejos. Los nuevos empleos no están en las fábricas, empresas e industrias, donde estaban los antiguos. De tal modo, la transición amenaza la seguridad del empleo" (Peter Drucker e Isao Nakauchi).
"Vamos hacia una estructura de oligopolio cerrado a nivel global. ¡Pobres consumidores! Estamos presenciando la agonía y muerte de la competencia en los mercados más vitales de la humanidad. Y no es sólo eso: también estamos presenciando la supresión masiva de empleos" (Luis de Sebastián).
"Vivimos la sociedad de los lobbies y de los hobbies". "El problema que se plantea es el de saber en qué medida las sociedades occidentales siguen siendo capaces de fabricar el tipo de individuo necesario para la continuidad de su funcionamiento" (C. Castoriadis).
"La aplicación de las diversas variantes del capitalismo "salvaje" ha conducido a una situación dramática. En el escenario internacional, así como también en el interior de cada país, desarrollado o en vías de desarrollo, se puede constatar la existencia de una tendencia a la dualización de la sociedad que se agudiza constantemente" (Naum Minsburg).
"La relativa pobreza de la clase trabajadora, la miseria física del "ejército de reserva" y la rápida disminución de los salarios junto con el súbito aumento del desempleo que se produce en la crisis, todo ello suministra una reserva creciente de potencial revolucionario" (Anthony Giddens).
"Cuanto más creador es el capitalismo de riqueza a corto plazo, mayor es el riesgo de convertirse en destructor de valores de largo plazo, si no está lo bastante acotado por los poderes públicos, y si no tiene la competencia de otros valores sociales que no sean los monetarios" (Michael Albert).
"La resignación resume la visión que el pasado lejano tenía sobre el futuro; la esperanza, la que tuvo el ayer; y la aprensión es el talante dominante hoy" (Robert Heilbroner).
"¿Puede la competencia gobernar el planeta? ¿Es la competencia el mejor instrumento para enfrentarse a escala mundial a los cada vez más grandes problemas medioambientales, demográficos, económicos y sociales? El mercado no puede calibrar el futuro porque es corto de vista por naturaleza. La dinámica de la competitividad, como ideología rectora de las relaciones sociales y políticas conduce a la catástrofe porque es incapaz de resolver los problemas comunes de un mundo al que crecientemente podemos percibir como una nave común en la que estamos todos embarcados" (Grupo Lisboa).
"Entre el estado-providencia que pretende hacerlo todo -y lo hace mal- y los ultraliberales persuadidos de que el estado no puede hacer nada bien, ¿no hay sitio para un camino intermedio, que redistribuya las responsabilidades a diferentes niveles, en función de la naturaleza de los problemas a tratar?" (Jean Marie Guehenno).
"El mercado destruye los antiguos sistemas de control social de la economía o los obliga a transformarse profundamente. Una conmoción de este tipo no exige la formación de movimientos sociales sino, más bien, de movimientos históricos, que opongan el pueblo a las elites, quienes sufren los cambios a quienes los dirigen" (Alain Touraine).
"La teoría del conflicto de olas, sostiene que el más grave con el que nos enfrentamos no es entre el islam y occidente o el de "todos los demás contra occidente", según señaló recientemente Samuel Huntington. Ni está en decadencia Estados Unidos, como declara Paul Kennedy, ni nos hallamos ante el "final de la historia" conforme a la expresión de Francis Fukuyama. El cambio económico y estratégico más profundo de todos es la próxima división del mundo en tres civilizaciones distintas, diferentes y comercialmente enfrentadas a las que no cabe situar según las definiciones convencionales. Tres civilizaciones tajantemente separadas, en contraste y competencia: la primera simbolizada por la azada, la segunda por la cadena de montaje y la tercera por el ordenador" (Alvin y Heidi Toffler).
"Actualmente y en el futuro, los conflictos sociales y políticos no serán entre el capital y el trabajo, sino entre los bien situados y los relativa o específicamente pobres. Es posible que dichos conflictos no sean pacíficos. La participación política es un disolvente de las tensiones, y, cuando no se dispone de dicha participación, la única alternativa es la violencia… Una amenaza más clara a la (era de la) satisfacción procede de aquéllos a los que se deja afuera del bienestar: la subclase de los barrios pobres urbanos en los que ha sido ampliamente confinada. La posibilidad de una rebelión de la subclase profundamente inquietante para la satisfacción, existe y se refuerza. (¡El Motín Urbano!) (John Kenneth Galbraith).
"La obsesión por la competitividad no es sólo equivocada, sino peligrosa, sesgando las políticas nacionales y amenazando el sistema económico internacional" (Paul Krugman).
"Si buscamos el momento histórico que más se asemeje al nuestro, inevitablemente señalamos esa hora oscura en que la civilización materialista y el espíritu científico y racional del mundo antiguo sufrió un descalabro que allanó el camino de la civilización medieval" (Taichi Sakaiya).
"La historia vuelve a ser ese túnel en que el hombre se lanza, a ciegas, sin saber a dónde lo conducirán sus acciones, incierto de su destino, desposeído de la ilusoria seguridad de una ciencia que dé cuenta de sus actos pasados. Privado de Dios, el individuo democrático, ve tambalearse sobre sus bases, en este fin de siglo, a la diosa historia: esta es una zozobra que tendrá que conjurar" (François Furet).
"En épocas turbulentas, en tiempos de grandes cambios, las personas optan por uno de los dos extremos: el fundamentalismo o la experiencia espiritual o personal" (John Naisbitt y Patricia Aburdene).
"En los albores del siglo XXI los estadounidenses afirman que el sueño de prosperidad y seguridad se ha convertido en un sueño imposible de alcanzar. Del american dream al american downsizing" (Mercedes Odina y Gabriel Halevi).
"En el plano financiero hemos asistido a un formidable crecimiento de la internacionalización… que ha llevado a hablar de una verdadera "financierización" de la economía… con riesgos reales de formación de una "economía de casino", centrado en el corto plazo y la especulación en detrimento de la industria y el largo plazo" (Benjamin Coriat y Dominique Taddei).
"El compromiso es un camino de ida y vuelta, y los empresarios que esperan obtener lealtad, flexibilidad y cooperación de sus trabajadores, sin darles nada a cambio, ya sea en forma de seguridad, beneficios o capacitación son, lisa y llanamente, explotadores" (Francis Fukuyama).
Ante esta situación de irracionalidad, frente a un estado de desesperanza, nos planteamos algunos interrogantes que servirán para el análisis y propuesta a desarrollar:
¿Por qué las empresas impulsan la globalización? ¿Por qué los países o bloques aceptan la globalización? ¿Por qué los trabajadores y consumidores aceptan la globalización? ¿Adónde nos lleva esta situación? ¿Quiénes ganan? ¿Quiénes pierden? ¿Cuáles son los costos? ¿Será posible que la globalización globalice las crisis? ¿Es cierto que el libre comercio beneficia a todos los países? ¿Por qué se debe flexibilizar "sólo" el mercado de trabajo? ¿Quién se beneficia con el aumento de la productividad? ¿Estamos llegando a la paradoja de un capitalismo sin consumidores? ¿El paro se tornará endémico? ¿Puede Europa competir? ¿Puede el capitalismo morir de éxito? ¿Estamos ante el fin de la historia o ante el fin del futuro? ¿Puede la economía de casino seguir especulando ante el peligro del estallido social?
Resulta poco menos que increíble, ante este panorama de capitalismo asesino, que buena parte de los que tienen algo que decir o hacer -políticos, intelectuales, académicos, gobernantes y hasta empresarios- disimulen, finjan, mientan a sabiendas, en una actitud cínica, que cuanto menos podríamos llamar cómplice, frente a la economía del miedo imperante.
Así y todo, la duración de los aplausos se apagará en una generación. Estos "sopistas" que denostan el "estado de bienestar" recurrirán a los gobiernos -como lo han hecho tantas veces como han necesitado- para que les resuelvan las consecuencias -como siempre, imprevistas, no deseadas- del próximo crack bursátil, inestabilidad, pánico o huida financiera, hija de sus especulaciones, de sus volatilidades y de sus frivolidades culposas.
¿Cómo podemos, sin mentir, no enterrar la esperanza?
Ante la irracionalidad, la mediocridad, la corrupción, el desprecio; conviviendo con el miedo, la incertidumbre, la desigualdad, la insolidaridad, el déficit de porvenir, la desilusión, debemos hacer frente a este holocausto laboral, a esta globalización de la miseria.
Mientras la mano invisible -del mercado- tira de la horca, el fundamentalismo económico nos condena al analfabetismo democrático.
Están dadas todas las condiciones para que entremos al nuevo siglo caminando hacia atrás en el futuro. Este cambio indigerible del atletismo económico quiere dar por bueno al trabajador de usar y… tirar.
La miopía capitalista ha puesto al hombre contra el mercado. La óptica del "ganador se lleva todo" puede llevar a la "rebelión de los esclavos" en busca de una nueva fe.
De la economía del miedo, hemos pasado al salario del miedo, como escala previa a la globalización de la miseria.
En esta guerra sin frente, que impone un mercado de trabajo brutal, ¿puede Europa competir?, ¿debe Europa competir?
¿Cuál será el voto de los perdedores? ¿Cuánto se demorará la rebelión de los trabajadores ante el espiral descendente de la globalización? ¿Se podrá detener el sida económico? ¿Tendrá remedio la bacteria asesina del empleo? ¿Estamos todos atrapados en la red? ¿Iremos todos juntos a la quiebra?
(Si parece que fue ayer ) Este último Apartado fue extraído de mi Ensayo: "Globalización económica – El imperio de la mediocridad", publicado en octubre de 1998, hace exactamente 16 años, mucho antes de la pikettymanía y de la pikettyfobia.
Sin ser Nassim Taleb (autor del Cisne Negro) que escribió sobre el impacto de lo altamente improbable, ni Nouriel Roubini (el Doctor Muerte), que predijo la crisis financiera de 2008, no me podrán negar que mi "antiglobalización" viene desde antes que se notaran sus "daños colaterales". La amargura de la victoria.
Sin modelos matemáticos, sin matrices y derivadas, sin correlaciones, ni variables aleatorias, por conocimiento de la historia (esa de la que reniegan muchos académicos, porque nunca tuvieron que pagar una nómina) y por pura lógica económica (esa a la que renunciaron muchos académicos, para no ofender a los que le pagan la nómina), vi venir la cachetada desde antes del inicio del primer round. La tierra no es plana.
La crisis financiera era previsible (por exceso y avaricia) y la crisis laboral y de ingresos era previsible (por defecto y competencia desleal). Lo difícil es despertar.
Durante mucho tiempo se permitió que la ciudadanía, las empresas, y los Estados pidieran prestado para crecer aunque fuera por encima de sus posibilidades. Pero ese modelo está agotado y los bancos centrales tienen un problema.
A esta crisis se llegó cuando se agotó la capacidad de endeudamiento. Llegados a este punto, los incrementos de la base monetaria o las políticas expansivas en todos los ámbitos seguirán sin funcionar porque primero hay que digerir la deuda que ya se ha contraído. Los bancos centrales no pueden suplir con "el gas de la risa monetario" (Daniel Lacalle) los desequilibrios de los países.
Estamos en una situación en la que sobra producto ("oferta") y falta trabajo ("capacidad de absorción"). Los estímulos monetarios, además de innecesarios, son peligrosos.
En las próximas páginas se presenta como Anexo II una versión resumida (con algunas tablas seleccionadas) de diversos Informes de Organismos Internacionales, sobre ingresos y pobreza en los países desarrollados, desde el año 2011 hasta el año 2014.
Al final, volveré al "falso debate" sobre Crecimiento vs. Desigualdad.
Anexo II: Después de Piketty (un salto a lo desconocido: la eternización de las pérdidas económicas y las penurias personales)
Del Paper – La era de la desigualdad (¿consecuencia directa del "imperialismo monetario"?) – Parte I, publicado el 15/12/14)
En las siguientes páginas se ofrece una selección de Gráficos, comentarios e Informes de Organismos internacionales, sobre Distribución de los Ingresos en los países desarrollados.
Parte I – Un largo viaje a ninguna parte: Gráficos, comentarios e Informes
– Informe mundial sobre Salarios – OIT – 2010/2011
Nota: Observamos que, en 2008, el índice de precios al consumidor, que abarca a todos los consumidores urbanos (IPC-U), aumentó con relativa rapidez durante la primera parte del año, lo cual desgasta el poder adquisitivo de los salarios en ese periodo. La caída en los precios al consumidor durante la última parte de 2008 dio posteriormente impulso a los ingresos reales (a pesar de que los ingresos nominales aumentaron sólo modestamente), lo cual explica por qué el nivel promedio de los salarios reales fue mayor en 2009 que en 2008.
Nota: En general, las semanas laborales más cortas parecen haber desempeñado un papel importante en amortiguar el crecimiento de los salarios en países desarrollados. El gráfico muestra que el promedio de horas trabajadas o pagadas por semana disminuyó entre 2007 y 2009 en casi todos los países donde estos datos estaban disponibles. Ello ocurrió ya sea como resultado de acuerdos a nivel de empresa, como en los Estados Unidos, donde la disminución en los ingresos semanales entre febrero de 2009 y febrero de 2010 fue resultado tanto de la caída en los salarios por hora como de menos horas de trabajo, o fue una medida dentro de esquemas más amplios conocidos como "repartición del trabajo", los cuales promueven una reducción del tiempo de trabajo para evitar despidos, redistribuyendo un volumen reducido de trabajo. En Alemania, por ejemplo, los salarios mensuales reales de todos los trabajadores se redujeron durante tres años consecutivos, incluido el 2009, cuando los salarios mensuales nominales cayeron por primera vez en la historia del país después de la guerra. Sin embargo, esta caída se debió principalmente a una reducción en las horas de trabajo para preservar el empleo. La restricción de la muestra a trabajadores de tiempo completo indica un crecimiento de los salarios mensuales reales en Alemania de 0 por ciento en 2008 y 0,8 por ciento en 2009.
Nota: El cuadro muestra que los salarios mundiales promedio aumentaron casi una cuarta parte durante ese período. En los países avanzados, los salarios reales aumentaron sólo 5 por ciento en términos reales durante toda la década, lo que refleja un período de moderación salarial.
– Informe mundial sobre Salarios – OIT – 2012/2013
Nota: Tras un período de crecimiento económico robusto a principios del siglo XXI, la economía mundial se contrajo en 2009 como resultado de la crisis financiera y económica mundial. El impacto de la crisis se ha sentido en forma muy diversa alrededor del mundo. En el grupo de países más avanzados, 2009 se llamó el año de la "Gran Recesión", el revés económico más severo desde la "Gran Depresión" de los años 30.
Nota: El desempleo mundial aumentó en 27 millones desde el inicio de la crisis, llevando el número total a cerca de 200 millones o 6 por ciento de la fuerza de trabajo mundial. Tal vez la preocupación más seria se refiere al desempleo juvenil, el cual ha llegado a proporciones alarmantes. La OIT estima que en 2011 el desempleo afectó 75 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años a nivel mundial, representando más de 12 por ciento de todos los jóvenes. Muchos más no aparecen en las estadísticas de desempleo porque se desilusionaron al punto que dejaron de buscar trabajo.
Nota: El cuadro adopta una visión de más largo plazo y muestra el aumento acumulado de los salarios promedio reales desde el año 2000. Vemos que entre 2000 y 2011 los salarios promedio mensuales reales a nivel mundial aumentaron cerca de un cuarto, pero las diferencias entre regiones son claras.
En las economías desarrolladas los salarios promedio sufrieron una doble recaída: cayeron en 2008 y nuevamente en 2011.
Nota: Las zonas sombreadas son zonas que han registrado retrocesos de la actividad económica.
Una publicación de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, por ejemplo, indica que la brecha entre productividad laboral por hora y el aumento en la retribución por hora ha resultado en una menor participación del trabajo en Estados Unidos (Fleck, Glaser y Sprague, 2011). Desde 1980 la productividad laboral por hora en el sector empresarial no agrícola aumentó 90 por ciento, mientras que la compensación real por hora aumentó 26,7 por ciento, una cifra mucho menor.
Nota: Otro ejemplo es Alemania, donde la productividad laboral (definida como el valor agregado por ocupado) aumentó en casi un cuarto (22,6 por ciento) durante las dos últimas décadas, mientras que los salarios mensuales reales permanecieron estables durante el mismo período. De hecho, entre 2003 y 2011 cayeron por debajo del nivel visto a mediados de los años 1990.
Nota: La caída de los salarios mensuales se atribuye en parte a una marcada reducción en el tiempo de trabajo por mes, desde 122,7 horas en 1991 hasta 110,7 horas en 2011, a medida que el número de trabajadores a tiempo parcial y formas atípicas de empleo, tales como los así llamados "miniempleos", aumentaron sustantivamente.
Nota: Dado que algunas de las economías grandes, inclusive Estados Unidos, Alemania y Japón, han visto rezagado el crecimiento de los salarios en relación al aumento en la productividad, nuestro informe considera que en las economías desarrolladas en su conjunto la productividad laboral promedio ha sobrepasado el crecimiento de los salarios promedio reales. Sobre la base de los datos de 36 países, estimamos que desde 1999 la productividad laboral promedio aumentó en más de dos veces los salarios promedio en las economías desarrolladas.
Nota: El gráfico ofrece una ilustración de los "sospechosos habituales": cambios tecnológicos, globalización, mercados financieros, instituciones del mercado de trabajo y la declinación en el poder de negociación de los trabajadores. En nuestra ilustración, los círculos para los cambios tecnológicos, globalización y mercados financieros se superponen, reflejando las dificultades para distinguir entre estos fenómenos tanto a nivel conceptual como empírico. La estructura del diagrama indica, además, que el poder de negociación de los trabajadores deriva directamente de las instituciones del mercado laboral (particularmente la existencia y fuerza de los sindicatos) pero es también influenciada por la globalización y los mercados financieros, los cuales permiten mayores opciones para la inversión en activos financieros además de en activos reales, tanto a nivel nacional como en el extranjero. De hecho, mientras gran parte de la evidencia se ha centrado en el papel de la globalización y especialmente la tecnología, muchos estudios han pasado por alto los efectos potenciales de los mercados financieros y la reducción de las instituciones sociales y del trabajo.
La globalización de los mercados financieros y la "financiarización", definida como el papel creciente de los motivos financieros, los actores financieros y las instituciones financieras en la operación de las economías nacionales e internacionales se han incluido solo más recientemente en esta ecuación. Un informe del IIEL identificó la integración internacional de los mercados financieros como un importante motor de la declinación en la participación de los salarios, al menos en las economías avanzadas.
Nota: El gráfico 38(a) muestra que, en el caso de las economías avanzadas, todos los factores contribuyeron a la caída en la participación del trabajo en la renta a lo largo del tiempo, jugando la financiarización mundial el papel más preponderante. Estas estimaciones significan que, en términos de contribución relativa, la financiarización mundial contribuye 46 por ciento de la caída en la participación del trabajo en la renta, en comparación a contribuciones de 19 por ciento de la globalización, 10 por ciento de la tecnología y 25 por ciento de los cambios en dos variables institucionales amplios: el consumo público y la densidad sindical. Estos resultados abren la posibilidad de que el impacto de las finanzas se podría haber subestimado en muchos de los estudios anteriores y sugieren que pasar por alto el papel de los mercados financieros podría tener implicancias serias para nuestra comprensión de las causas de las tendencias en la participación del trabajo en la renta.
En el caso de las economías en desarrollo, el gráfico 38(b) ilustra el impacto positivo de la tecnología sobre la participación del trabajo, lo cual se podría posiblemente explicar mediante un efecto de "ponerse al día" del crecimiento económico, la contracción de los mercados laborales y el agotamiento del exceso de oferta laboral. Este efecto de la tecnología compensa parcialmente los efectos adversos de la financiarización, la globalización y la reducción del estado de bienestar. No obstante, tal como fue el caso con la descomposición para las economías avanzadas, la financiarización se destaca como el factor más adverso en términos de explicar la declinación en la participación del trabajo en la renta entre las economías del mundo en desarrollo que se incluyen en la muestra.
Nota: La demanda agregada es la suma del consumo de los hogares, inversión del sector privado, exportaciones netas y el consumo público. El mecanismo económico ilustrado en el gráfico indica que un desplazamiento entre los dos componentes de la distribución funcional del ingreso (participación del trabajo y del capital) afecta los principales elementos de la demanda agregada y, en última instancia, estos cambios afectan el crecimiento del ingreso nacional en un proceso dinámico.
Nota: El cuadro ilustra el hallazgo que una declinación de 1 por ciento en la participación del trabajo se ha asociado sistemáticamente a una menor participación del consumo privado en relación al PIB en todos los 15 países, además de la eurozona como conjunto. Inversamente, una participación del trabajo 1 por ciento más baja se asoció a una mayor participación de las exportaciones netas en todos los países, especialmente China (según se destaca mediante las dos flechas ascendentes) que ha seguido muy explícitamente una estrategia de crecimiento liderada por la exportación. El vínculo entre la participación del trabajo y la inversión es menos claro. Una participación del trabajo 1 por ciento más baja se asoció a tasas más altas de inversión en el PIB en nueve países, así como en el grupo de la eurozona, pero no tuvo efecto perceptible sobre la inversión en cinco economías emergentes y en Estados Unidos.
Nota: En años recientes, muchos países han implementado estrategias de crecimiento impulsadas por la exportación en base a bajos costos laborales unitarios. En Alemania, miembro de la eurozona que no puede devaluar su moneda unilateralmente, los excedentes de exportación se potenciaron mediante la baja inflación y la declinación en los costos laborales reales unitarios en relación a otros países de la eurozona.
Nota: En algunos de los principales "motores de la demanda" en el mundo, el auge en el consumo desde el cambio de siglo se basó en un crecimiento vertiginoso del endeudamiento de los hogares más que en el alza de los salarios. En Estados Unidos en particular, el fuerte crecimiento en el consumo de cara al estancamiento de la mediana salarial fue posible solamente mediante el consumo financiado por el endeudamiento y el basado en la riqueza. El gráfico plantea que los déficits en cuenta corriente se asocian al mayor endeudamiento de los hogares en una selección de economías avanzadas que comparten el acceso fácil a los mercados de crédito, lo cual es indicativo de cómo la financiarización ha contribuido a los desequilibrios externos al canalizar recursos hacia el endeudamiento de los hogares para la demanda del consumo.
Nota: El gráfico A1 presenta los resultados de simular el impacto de una caída de 1 por ciento en la participación del trabajo en la renta sobre cada uno de los componentes de la demanda agregada. En comparación a la inversión y las exportaciones netas, la respuesta del consumo privado de productos nacionales es negativa y sustancial en todas las unidades económicas: en este caso no es posible distinguir entre economías desarrolladas y en desarrollo ya que todas parecen sufrir pérdidas de magnitud similar.
Mientras cae el consumo, la inversión es afectada positivamente por una declinación en la participación del trabajo en la renta en todas salvo seis unidades económicas y, en estas, el efecto es distinto a cero pero no significativo.
En el caso de las exportaciones netas, el gráfico A1(c) muestra que una caída de 1 por ciento en la participación del trabajo en la renta induce un aumento en exportaciones netas en todos los países. Es importante observar que en el caso de las exportaciones netas la magnitud se estima con un compuesto de elasticidades que dependen de los precios relativos de las exportaciones e importaciones, el grado de apertura de la economía y la elasticidad de los precios a nivel nacional.
Las estimaciones presentadas en el gráfico A1 son informativas: para la mayoría de las economías consideradas, el impacto de disminuir la participación del trabajo en la renta (digamos, reduciendo los salarios por debajo de la productividad promedio para ganar en competitividad) probablemente tendría un efecto tan negativo sobre el consumo doméstico(bienes y servicios comercializados a nivel nacional) que requeriría de una respuesta masiva en forma de inversión nacional y exportaciones netas para compensar el efecto adverso sobre la demanda agregada.
– Informe Oxfam Internacional – Enero 2013
Los ingresos en 2012 de las 100 personas más ricas del mundo podrían acabar cuatro veces con la pobreza mundial
Oxfam insta los líderes políticos a atajar la desigualdad global al menos a los niveles de 1990
El pasado diciembre se presentó un informe de Intermón Oxfam que alerta de la creciente desigualdad en España
El 1% de las personas más ricas del planeta han incrementado sus ingresos en un 60% en los últimos 20 años y la crisis financiera no ha hecho más que acelerar esta tendencia
La explosión de la riqueza y los ingresos extremos está exacerbando la desigualdad y dificultando la capacidad mundial para atajar la pobreza, según advierte hoy la organización internacional Oxfam, Intermón Oxfam en España, en un comunicado hecho público a pocos días del Foro Económico de Davos, que tendrá lugar la semana que viene.
Los 240.000 millones de dólares de ingresos netos de las 100 personas más ricas del planeta bastarían para acabar cuatro veces con la pobreza extrema, según el informe "The cost of inequality: how wealth and income extremes hurt us all" (El coste de la inequidad: cómo la riqueza y los ingresos extremos nos dañan a todos). El informe de Oxfam hace un llamamiento a los líderes mundiales para contener los ingresos extremos y que se comprometan a la reducción de la desigualdad, al menos hasta los niveles existentes en 1990.
El 1% de las personas más ricas del planeta han incrementado sus ingresos en un 60% en los últimos 20 años y la crisis financiera no ha hecho más que acelerar esta tendencia, en lugar de ralentizarla.
Oxfam advierte de que la riqueza y los ingresos extremos no solo no son éticos, sino que además son económicamente ineficientes, políticamente corrosivos, dividen a la sociedad y son medioambientalmente destructivos.
José María Vera, director general de Intermón Oxfam, afirma: "No podemos seguir fingiendo que la generación de riqueza por unos pocos beneficiará al resto – y muchas veces la realidad es la contraria".
"La concentración de recursos en las manos del 1% más rico debilita la actividad económica y hace la vida más difícil para el resto – particularmente para los más vulnerables y los más pobres".
"En un mundo en el que incluso los recursos más básicos, como la tierra y el agua son cada día más escasos, no podemos permitirnos concentrar activos en las manos de unos pocos y dejar a la mayoría pelear por lo que queda".
Se estima que cada persona del 1% más rico utiliza unas 10.000 veces más carbono que un ciudadano norteamericano medio.
Oxfam afirma que los líderes deben aprender de los éxitos actuales de países como Brasil, que ha crecido rápidamente al tiempo que reducía la desigualdad – así como el éxito histórico de los Estados Unidos en los años 30 cuando se implantó el New Deal de Roosevelt que ayudó a reducir la desigualdad y a atajar los intereses espurios.
Según Vera, "necesitamos un New Deal global para revertir décadas de incremento de la desigualdad. Como primer paso los líderes mundiales deberían comprometerse formalmente a reducir la desigualdad a los niveles existentes en 1990".
"Desde paraísos fiscales hasta débiles leyes de empleo, los más ricos se benefician de un sistema económico global que está amañado a su favor. Es hora de que nuestros líderes cambien el sistema para que funcione en el interés de toda la humanidad en lugar de hacerlo para una élite mundial".
Acabar con los paraísos fiscales – que albergan cerca de 32 billones de dólares (o una tercera parte de la riqueza global) podría generar 189.000 millones de dólares adicionales en recaudación impositiva. Además, el New Deal debería incluir elementos como:
– Revertir la tendencia hacia sistemas fiscales regresivos
– Aplicar un tipo mínimo global a las empresas
– Medidas que incrementen los salarios en relación con los rendimientos crecientes del capital
– Incrementar las inversiones en los servicios públicos universales y en redes de protección
La desigualdad en España
Intermón Oxfam presentó diciembre pasado el informe "Crisis, desigualdad y pobreza" en el que alertaba de la creciente desigualdad entre ricos y pobres en España. Tras cuatro años de crisis España encabeza el nivel de desigualdad en la Unión Europea, y de no rectificarse el rumbo, dentro de diez años el 20% de las personas más ricas en España ingresarán 15 veces más que el 20% más pobre.
– Informe "El coste de la inequidad: cómo la riqueza y los ingresos extremos nos dañan a todos" (en inglés en el original)
OXFAM MEDIA BRIEFING 18 January 2013 Ref: 02/2012
The cost of inequality: how wealth and income extremes hurt us all
The world must urgently set goals to tackle extreme inequality and extreme wealth
It is now widely accepted that rapidly growing extreme wealth and inequality are harmful to human progress, and that something needs to be done. Already this year, the World Economic Forum"s Global Risk Report rated inequality as one of the top global risks of 2013. The IMF and the Economist agree. Around the world, the Occupy protests demonstrated the increasing public anger and feeling that inequality has gone too far.
In the last decade, the focus has been exclusively on one half of the inequality equation -ending extreme poverty. Inequality and the extreme wealth that contributes to it were seen as either not relevant, or a prerequisite for the growth that would also help the poorest, as the wealth created trickled down to the benefit of everyone.
There has been great progress in the fight against extreme poverty. Hundreds of millions of people have seen their lives improve dramatically -a historically unprecedented achievement of which the world should be proud. But as we look to the next decade, and new development goals we need to define progress, we must demonstrate that we are also tackling inequality- and that means looking at not just the poorest but the richest. Oxfam believes that reducing inequality is a key part of fighting poverty and securing a sustainable future for all. In a world of finite resources, we cannot end poverty unless we reduce inequality rapidly.
That is why we are calling for a new global goal to end extreme wealth by 2025, and reverse the rapid increase in inequality seen in the majority of countries in the last twenty years, taking inequality back to 1990 levels.
Extreme wealth and inequality are reaching levels never before seen and are getting worse
Over the last thirty years inequality has grown dramatically in many countries. In the US the share of national income going to the top 1% has doubled since 1980 from 10 to 20%. For the top 0.01% it has quadrupled to levels never seen before. At a global level, the top 1% (60 million people), and particularly the even more select few in the top 0.01% (600,000 individuals – there are around 1200 billionaires in the world), the last thirty years has been an incredible feeding frenzy. This is not confined to the US, or indeed to rich countries. In the UK inequality is rapidly returning to levels not seen since the time of Charles Dickens. In China the top 10% now take home nearly 60% of the income. Chinese inequality levels are now similar to those in South Africa, which are now the most unequal country on earth and significantly more unequal than at the end of apartheid. Even in many of the poorest countries, inequality has rapidly grown.
Globally the incomes of the top 1% have increased 60% in twenty years. The growth in income for the 0.01% has been even greater.
Following the financial crisis, the process has accelerated, with the top 1% further increasing their share of income. The luxury goods market has registered double digit growth every year since the crisis hit. Whether it is a sports car or a super-yacht, caviar or champagne, there has never been a bigger demand for the most expensive luxuries.
The IMF has said that inequality is dangerous and divisive and could lead to civil unrest. Polling shows the public is increasingly concerned about growing inequality in many countries, and by people across the political spectrum.
Extreme wealth and inequality is economically inefficient. A growing chorus of voices is pointing to the fact that whilst a certain level of inequality may benefit growth by rewarding risk takers and innovation, the levels of inequality now being seen are in fact economically damaging and inefficient. They limit the overall amount of growth, and at the same time mean that growth fails to benefit the majority. Consolidation of so much wealth and capital in so few hands is inefficient because it depresses demand, a point made famous by Henry Ford and more recently billionaire Nick Hanauer in his much-discussed TED talk.
There quite simply is a limit to how many luxury yachts a person could want or own. Wages in many countries have barely risen in real terms for many years, with the majority of the gains being to capital instead. If this money were instead more evenly spread across the population then it would give more people more spending power, which in turn would drive growth and drive down inequality. The top 100 billionaires added $240 billion to their wealth in 2012- enough to end world poverty four times over. As a result growth in more equal countries is much more effective at reducing poverty. Oxfam research has shown that because it is so unequal, in South Africa even with sustained economic growth a million more people will be pushed into poverty by 2020 unless action is taken.
Extreme Wealth and Inequality is Politically Corrosive
If, in the words of the old adage "money equals power" then more unequal societies represent a threat to meaningful democracy. This power can be exercised legally, with hundreds of millions spent each year in many countries on lobbying politicians, or illegitimately with money used to corrupt the political process and purchase democratic decision making. Joseph Stiglitz and others have pointed out the way in which financial liberalization led to huge power for the financial industry, which in turn has led to further liberalization. In the UK the governing
Conservative party receives over half its donations from the financial services industry. Capture of politics by elites is also very prevalent in developing countries, leading to policies that benefit the richest few and not the poor majority, even in democracies.
Extreme Wealth and Inequality is Socially Divisive
Extreme wealth and inequality undermines societies. It leads to far less social mobility. If you are born poor in a very unequal society you are much more likely to end your life in poverty. As Richard Wilkinson, co-author of the Spirit Level, has said, the American dream is more real in Sweden than it ever has been in the United States. Social mobility has fallen rapidly in many countries as inequality has grown. If rich elites use their money to buy services, whether it is private schooling or private healthcare, they have less interest in public services or paying the taxes to support them. Those from elites are much more likely to end up in political office or other positions of power, further entrenching inequality. Their children are likely to be as rich, if not richer, than their parents, with inter-generational inequality increasing. Inequality has been linked to many different social ills, including violence, mental health, crime and obesity.
Crucially inequality has been shown to be not only bad for the poor in unequal societies but also the rich. Richer people are happier and healthier if they live in more equal societies.
Extreme Wealth and Inequality is Environmentally Destructive
As the world is rapidly entering a new and unprecedented age of scarcity and volatility, extreme inequality is increasingly environmentally unaffordable and destructive. The World Bank has shown that countries with more equal distribution of land are more equitable and more efficient, and grow faster40. Those in the 1% have been estimated to use as much as 10,000 times more carbon than the average US citizen. Increasing scarcity of resources like land and water mean that assets being monopolized by the few cannot continue if we are to have a sustainable future. Poverty reduction in the face of extreme wealth will become harder as resources become scarcer. More equal societies are better able to cope with disasters and extreme weather events. Studies show that more equal countries are also better able to reduce carbon emissions.
Extreme Wealth and Inequality is un ethical
Gandhi famously said "Earth provides enough to satisfy every man's need, but not every man's greed". From an ethical point of view, it is extremely difficult to justify excessive wealth and inequality. In fact, most philosophers and all of the major religions caution against the pursuit of excessive wealth at all cost and prescribe sharing of income with less fortunate members of the community. For instance, the Koran bans usury and says that the rich should give away a portion of their money. The decision of Bill Gates and Warren Buffet to give away their fortunes or to call for greater taxation of excess wealth is an example to the rest of the world"s billionaires.
Extreme wealth and inequality is not inevitable
After the Great Depression in the US in the 1930s, huge steps were taken to tackle inequality and vested interests. President Roosevelt said that the "political equality we once had won was meaningless in the face of economic inequality". These steps were echoed in Europe after World War Two, leading to three decades of increasing prosperity and reduced inequality. Similarly the growth of the Asian tiger economies like Korea was achieved whilst reducing inequality and meant the benefits were widely spread across their societies. More recently, countries like Brazil, once a poster child for extreme inequality, have managed to buck the global trend and prosper whilst reducing inequality.
The policies required to reduce inequality are also well known. Decent work for decent wages has had a huge impact. The rise in the power of capital over labour has been identified by Paul Krugman among many others as a key cause of the recent crisis and one that means that assets are not being used productively, in turn reducing demand.
Free public services are crucial to leveling the playing field. In countries like Sweden, knowing that if you get sick or that you will receive good treatment regardless of your income is one of the greatest achievements and the greatest equalizers of the modern world. Knowing that if you lose your job, or fall on hard times, there is a safety net to help you and your family, is also key to tackling inequality. Similarly, access to good quality education for all is a huge weapon against inequality.
Finally, regulation and taxation play a critical role in reining in extreme wealth and inequality. Limits to bonuses, or to how much people can earn as a multiple of the earnings of the lowest paid, limits to interest rates, limits to capital accumulation are all only recently -abandoned policy instruments that can be revived. Progressive taxation that redistributes wealth from the rich to the poor is essential, but currently the opposite is the case -taxation is increasingly regressive and the poor pay higher effective tax rates than the rich, a point recently highlighted by Warren Buffet among others, who has called for greater taxes on the rich. Cracking down on tax avoidance and tax evasion goes hand in hand with more progressive taxation. Closing tax havens and ending the global race to the bottom on taxation, for example with a globally agreed minimum rate of corporation tax would make a huge difference It is estimated that up to a quarter of all global wealth -as much as $ 32 trillion- is held offshore. If these assets were taxed according to capital gains taxes in different countries, they could yield at least $ 189 billion in additional tax revenues.
End extreme wealth and inequality
Whatever the combination of policies pursued, the first step is for the world to recognize this as the goal. There are many steps that can be taken to reverse inequality. The benefits are huge, for the poorest -but also for the richest. We cannot afford to have a world of extreme wealth and extreme inequality. We cannot afford to have a world where inequality continues to grow in the majority of countries. In a world of increasingly scarce resources, reducing inequality is more important than ever. It needs to be reduced and quickly.
An end to extreme wealth by 2025. Reversing increasing extreme inequality and aim to return inequality to 1990 levels.
– Informe Tendencias Mundiales del Empleo – OIT – Enero 2013
Sumario ejecutivo
Este informe Tendencias Mundiales del Empleo para 2013 es una edición especial, justificada por el resurgimiento de la crisis en 2012. En el año 2011 hubo un debilitamiento de la recuperación, seguido en 2012 por una disminución tanto en el crecimiento como en el empleo.
El desempleo aumentó en otras 4 millones de personas a lo largo de 2012.
El informe analiza la crisis en los mercados laborales tanto de las economías avanzadas como de las economías en desarrollo. El epicentro de la crisis ha estado en las economías avanzadas, que representan la mitad del incremento total del desempleo de 28 millones de personas desde el estallido de la crisis. Pero la pronunciada recaída del empleo en las economías avanzadas además ha tenido repercusiones considerables en los mercados laborales de las economías en desarrollo. Una cuarta parte del incremento de 4 millones de personas en el desempleo mundial durante 2012 tuvo lugar en las economías avanzadas, mientras que tres cuartos en otras regiones, con efectos significativos en Asia Oriental, Asia Meridional y África Subsahariana
Al examinar el impacto de la evolución macroeconómica en los mercados laborales, el informe analiza los bucles de retroalimentación negativos de los hogares, las empresas, los mercados de capital y los presupuestos públicos que han debilitado los mercados del trabajo.
Constata que los desequilibrios macroeconómicos han sido transferidos en gran medida a los mercados laborales. En un número de países, los mercados del trabajo debilitados por la vacilante demanda agregada, han sido aún más afectados por los programas de austeridad fiscal, los cuales con frecuencia conllevan recortes en el empleo y en los salarios, con un impacto directo en los mercados laborales. La reacción política, lejos de la respuesta anticíclica a la crisis inicial en 2009 y 2010, en muchos casos fue procíclica en 2011 y 2012, generando la recaída aquí descrita
Parte 3 del Informe (en inglés). Regional economic and labour market developments
Developed Economies and European Union
Unemployment has started to become entrenched and further job destruction threatens
Macroeconomic conditions deteriorated in 2012 in much of the Developed Economies region, substantially increasing uncertainty to the outlook. Spillovers of the Euro area economic woes to the rest of the Developed Economies region and the global economy are becoming increasingly visible.
The loss in risk appetite of investors in Europe is spreading more widely, also affecting economies in other countries in the region. As recessionary conditions spread throughout the region, unemployment rates are expected to go up again after having receded since their peak in 2010 (see Table 1). Indeed, the regional unemployment rate is expected to remain elevated throughout 2013 and to slowly decline only from next year onward, mainly thanks to improving labour market conditions outside the Euro area. Overall, unemployment rates will remain almost 2 percentage points higher than before the crisis over the entire forecast horizon.
Recessionary conditions have significantly reduced job creation rates; thereby lowering chances for job-seekers to return to employment quickly (see Figure 15). As a consequence the average duration of unemployment has increased with some 33.6 per cent of all job-seekers in the Developed Economies and European Union region being unemployed for 12 months or longer, up from 28.5 per cent prior to the crisis. The incidence of long-term unemployment is 31.3 per cent in the United States and 39.4 per cent in Japan. Overall, with the onset of the crisis, unemployment outflows have decreased by 33 per cent and remained broadly at that lower level for most of the region. At the same time, worker inflows into unemployment have experienced an upward trend since the beginning of the crisis. The simultaneous drop in unemployment outflows and jump in job destruction rates magnified problems of joblessness in developed economies. At the same time, gross labour market turnover -the sum of job creation and destruction in a given period- has been trending downwards over the last three decades and is now 7 per cent below the region"s turnover rate after the recession in the early 2000s. This bodes ill for faster labour market adjustment, thereby preventing a faster employment recovery. At the same time, as unemployment duration lengthens, job-seekers lose their skills and competences and will find it more and more difficult to get an alternative job opportunity. An increasing number have dropped out from the labour market altogether or returning to non-market activities. In OECD countries as a whole, for instance, the share of discouraged workers in the total labour force increased by 50 per cent between 2007 and 2011, whereas the increase in discouragement among youth in these countries was almost twofold.
The problem of an increasing detachment from the labour market is particularly severe among younger people who have been particularly hard hit by the crisis. In the Developed Economies region, youth unemployment rates have deteriorated substantially with the crisis and not shown signs of improvements since. As recessionary conditions have taken hold of most European countries again, youth unemployment has further increased, reaching more than 50 per cent of young active people in countries such as Greece and Spain and more than 22 per cent in the Euro area overall. So far, only Austria, Germany and Switzerland have managed to keep youth unemployment low, in some cases even lower than prior to the crisis but even there, the slowdown in economic activity has started to push up youth unemployment (Austria, Switzerland) or prevented it from falling further (Germany). Some young people have started to return to or prolong education, to acquire new skills in order to improve their future labour market chances (Barrow and Davis, 2012). Others have dropped out completely or are increasingly frustrated in their job search without, nevertheless, returning to the education system. This group of young people that is neither in employment, education nor training (NEET) has grown since the crisis, in particular among European crisis countries, and is expected to increase further as recessionary conditions continue to prevail in the Euro area (see Figure 16).
More than among the adult population, rising and more persistent unemployment for young people has fuelled their inactivity rates. The rapid and substantial increase in youth unemployment in some advanced economies has significantly lengthened the average duration of unemployment even for younger cohorts, a situation without precedence. As a consequence, youth participation rates have dropped in advanced economies by more than could have been expected on the basis of precrisis trends (see Figure 17). As the prospects of finding a job are dim and not all countries offer second-chance education opportunities or activation measures targeted at young job-seekers, fewer young people decide to search actively for a job, waiting for economic conditions to improve before returning to the labour market. This is likely to hamper their future chances for employment further, as essential skills for job search and employment are lost or not sufficiently acquired. Indeed, existing studies point to the particularly harmful effect of unemployment and inactivity early in a person"s career. Important job experience is not being gained and might be difficult to acquire when a young person eventually finds employment later on. As a consequence, as the crisis continues, young unemployed, once they eventually become employed, will be less productive, earn lower wages and have fewer stable employment opportunities. Existing evidence already points to a loss of at least 1 per cent of GDP among European countries due to the higher youth unemployment in the European Union (Eurofound, 2012).
Nevertheless, a closer look at job creation dynamics around boom–bust periods reveals a more general pattern of sluggish employment growth, irrespective of any specific sectorial pattern or labour market mismatch. Indeed, when analyzing the effect of growth on job creation around the time of banking crises, large drops in employment during banking recessions can be detected alongside more sluggish employment growth immediately afterwards (see Figure 21). This pattern of an L-shaped evolution of employment following a banking crisis contrasts with a more pronounced recovery of employment after a business cycle downturn that was not induced by foul credits and liquidity-constrained banks. Indeed, job creation falls more than four times faster when a recession follows a banking crisis than during normal business cycle downturns. In contrast, employment creation does not react at all -or only very weakly- to growth in the recovery period following such a banking crisis.
Differences in the responsiveness of job creation to growth of this magnitude cannot be explained by sectorial or occupational shifts alone. Instead, downturns induced by banking crises come with strong cleansing effects whereby over-investment and misallocation induced by excessive leveraging prior to the crisis wipe out large parts of the economy. As a consequence, credit constraints worsen during a financial market crisis and depress the employment recovery for some time. In addition, persistent problems of the financial sector to restore sustainable balance sheets during such downturns also affect monetary policy transmission mechanism. This will affect financing conditions in particular for small and medium-size enterprises where many jobs originate. Despite record low refinancing rates for banks, both short- and long-term interest rates for corporations are sizeable, in particular in countries where sovereign debt risk spills over to the private credit market. Even companies that have sufficient own funds to invest are reluctant to enter any longer term commitments. Job creation is further impaired by the fact that banking-related crises require firms to build up new collateral to finance their activities, which is easier done through physical investment rather than through new hires (Calvo et al., 2012). This liquidity-hoarding is one of the major reasons for low investment and employment growth in developed economies and explains why job creation has been so slow despite large slack on labour markets and rapidly falling hiring costs in many advanced economies.
Box 5. Why do some asset price bubbles have worse effects on output and employment than others?
Financial globalization has brought about more frequent financial asset price bubbles. Whereas the post-war period was mostly immune from asset price bubbles in the Developed Economies region, deregulation of the banking sector in the 1980s in the United States led to the savings and loans crisis in 1989. Similarly, the opening of the capital account pushed Scandinavian countries through a real-estate and asset price boom in the early 1990s. Periods of rapid increases and declines of asset prices became more frequent with the real estate bubble in Japan at the end of the 1980s, strong housing price swings in France and Switzerland at the turn of the 1990s and the IT bubble at the turn of the 2000s in several countries of the Developed Economies and European Union region. More recently, the United States housing bubble burst in 2007-08, while European economies are currently experiencing a sovereign debt crisis (Brunnermeier and Oehmke, 2012).
Not all asset pricing bubbles have the same impact on the real economy, however. For instance, the stock market crash in 1987 and the crash of the IT bubble in 2001 had very little direct negative impact on GDP. In contrast, the stock and housing market bubbles have triggered long-lasting periods of economic recession and stagnation in Japan over the 1990s and in the USA and other advanced economies since 2008.
Existing evidence shows that besides the wealth effect of higher asset prices on consumption and investment decisions, it is primarily the severity of credit constraints that explains differences in crisis impacts. Indeed, as banks screen the credit worthiness of borrowers they take their clients" income or wealth as collateral. Asset price bubbles affect the credit constraints through the value of the collateral. Kiyotaki and Moore (1997) describe the interaction between credit rationing and asset pricing bubbles for firms. A similar analysis can be made when the collateral takes the form of real estate (Iacoviello, 2005).
To illustrate the importance of the credit channel for explaining differences in the impact of asset price bubbles, a medium-scale semi-structural macroeconomic model is used by the ILO for the estimates in this box. This model takes into account the main characteristics of modern economies. The financial sector is made of commercial banks and traders. Banks make decisions regarding loan application according to the collateral of borrowers. The collateral of borrowing firms takes the form of equities. Traders" expectations are subject to opinion dynamics and may lead to bubbles when the same beliefs are shared by a sufficient number of traders. The real sector is composed of workers and firms. Workers receive labour income depending on wages and the level employment, while firms form investment decisions based on the profit rate. Lastly, fiscal authorities engage in public spending either to limit the level of debt or to sustain economic activity, while monetary authorities set the interest to stabilize the inflation gap and the output gap. The model is calibrated to mimic characteristics of the United States economy. Consumption accounts for 70 per cent of GDP, while the share of investment is 12 per cent of GDP at the steady state. On the income side, the labour share of income accounts for 77 per cent of GDP. Population growth at the rate of 1 per cent annually and the real annual interest rate is 2 per cent. Public spending amounts to 18 per cent of GDP while the public debt to GDP ratio is close to 50 per cent.
The impact of asset price bubbles on output and employment is compared under two scenarios, assuming a 1 per cent increase in the value of equities. The simulated path of output is then recalibrated to match the magnitude of output swings during the past two recessions in the United States (see figure B5.1).
In the first scenario (Panel A), credit rationing is less severe and banks are more accommodative. In the second scenario (Panel B), credit rationing by banks is severe and credit decisions are highly sensitive to the value of the stock market, which is used as collateral by banks.
In Figure B5.1, an increase in stock prices is associated with increased employment instability when credit decisions depend more heavily on the value of the stock market (Panel A vs. Panel B). Economic instability takes the form of amplified output fluctuations. The standard deviation of employment is 20 per cent lower under scenario 1 (panel A) than under scenario 2 (panel B). Under scenario 1, employment reaches a peak after 3 years. When the economy unfolds, employment reaches a through after 7 years. In Panel A, the transmission channel between asset pricing bubble and credit is weaker reducing the degree of employment instability. These implied elasticities by the two scenarios are in line with the estimations of Gilchrist et al. (2005) using a VAR model for the United States.
New sources of employment growth
The sluggish recovery in much of the Developed Economies region following the financial crisis and the double dip in the Euro area have led to a substantial increase in trend unemployment rates in the region (see Figure 22). This implies that higher unemployment might already have become persistent, at least in certain countries of the region. In particular European countries in the Baltics and the Mediterranean have suffered from a strong and potentially lasting increase in their underlying unemployment rate, preventing a stronger employment recovery. Together with the increase in unemployment duration this rise in trend unemployment will pose serious challenges to policy-makers in finding the proper activation measures. On the one hand, higher trend unemployment has reduced the production potential, which further depresses a level of activity that is already below its medium-term sustainable growth rate (Ho and Yetman, 2012). This will feed into a self-sustaining slow-growth path of economic expansion whereby low activity and weak employment hold each other down. In addition, the decline in the efficiency of labour market matching in reaction to structural adjustment caused by the financial crisis will exacerbate problems for faster employment growth and further reduce the effectiveness of policy interventions that aim at stimulating the recovery.
A continuación se presentan los últimos datos disponibles al mes de abril del año 2014 de Ingresos de los hogares publicados por el U.S. Department of Commerce y Eurostat, con los que se pueden completar y actualizar las series estadísticas presentadas más arriba (de los Papers previamente citados)
http://www.census.gov/hhes/www/income/data/historical/inequality/IE-1.pdf
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/income_social_inclusion_living_conditions/introduction (datos disponibles al mes de abril 2014)
Table 1. Median Household Income in the Past 12 Months: 2000, 2011, and 2012
(In 2012 inflation-adjusted dollars. Data are limited to the household population and exclude the population living in institutions, college dormitories, and other group quarters. For information on confidentiality protection, sampling error, nonsampling error, and definitions, see www.census .gov/acs/www/)
http://www.census.gov/hhes/www/income/data/historical/inequality/IE-1.pdf
http://epp.eurostat.ec.europa.eu/portal/page/portal/income_social_inclusion_living_conditions/introduction (datos disponibles al mes de abril 2014)
publicado el 15/2/15
– Informes de organismos internacionales – Primer trimestre del año 2014 (Selección de párrafos, tablas y cuadros, vinculados con la desigualdad de ingresos)
Informe de OXFAM – Gobernar para las élites – Secuestro democrático y desigualdad económica – 20 de enero de 2014
La desigualdad económica crece rápidamente en la mayoría de los países. La riqueza mundial está dividida en dos: casi la mitad está en manos del 1% más rico de la población, y la otra mitad se reparte entre el 99% restante. El Foro Económico Mundial considera que esta desigualdad supone un grave riesgo para el progreso de la humanidad. La desigualdad económica extrema y el secuestro de los procesos democráticos por parte de las élites son demasiado a menudo interdependientes. La falta de control en las instituciones políticas produce su debilitamiento, y los gobiernos sirven abrumadoramente a las élites económicas en detrimento de la ciudadanía de a pie. La desigualdad extrema no es inevitable, y puede y debe revertirse lo antes posible.
Resumen
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