América Latina entre sombras y luces (Alfredo Vergara) (página 2)
Enviado por IVÁN JOSÉ TURMERO ASTROS
El jueves temprano obtuve 24 fotocopias del documento para distribuirlas en la pretendida sesión de esa tarde. Además, en la recepción del hotel deposité una lista que contenía los nombres de las personas que constituían el principal contacto con cada delegación, a fin de que se les indique la ubicación de la sala y les recuerden que la reunión se iniciaría a las tres de la tarde. A media mañana busqué al Ministro de Finanzas del Ecuador para invitarlo a la reunión y exponerle las ventajas que una acción conjunta tendría para nuestro país. Fue cuando recibí la primera sorpresa del día: el ministro ya no estaba en el hotel.
Esa mañana había salido intempestivamente. La sorpresa logró debilitar nuestra estrategia original al no poder obtener el apoyo ecuatoriano. Desde luego, la imprevista partida del Ministro no podía estar relacionada con nuestros planes por la sencilla razón de que él no los conocía. Al menos así yo creía. La segunda sorpresa la recibí en la sala donde debía efectuarse la reunión cuando -a las tres y diez de la tarde- entró el amigo uruguayo que me informó que nadie vendrá? mientras me entregaba el periódico The Wall Street Journal. Allí en el periódico, muy visible, se observaba la noticia que explicaba la deserción de las delegaciones y el fracaso de la reunión. La noticia tenía un encabezado que, es de suponer, habrá causado alferecía en más de un funcionario del gobierno ecuatoriano. El encabezamiento de la noticia deformaba la verdad debido a dos hechos: en primer lugar, era imposible que el Gobierno hubiese tenido tiempo para propiciar la formación de un club cuya necesidad recién se había evidenciado tres días antes. En segundo lugar, cualquier "patrocinio" de ser el caso, habría sido canalizado a través de algún funcionario del gobierno y no por intermedio de un profesional independiente. Por otro lado, la utilización de la palabra "Club" en la edición de los periódicos en idioma español, no concordaba ni con la noticia en idioma inglés originalmente publicada por The Wall Street Journal, ni con los argumentos que habíamos expuesto en Panamá. En efecto, los editores de The Wall Street Journal habían utilizado la expresión "Cartel de Deudores (Debtors`Cartel) y no la de Club de Deudores. La principal diferencia entre esas dos expresiones radica en el hecho de que la palabra club define a un grupo cuyos miembros poseen alguna característica exclusiva que excluye a quienes no la poseen, mientras que la palabra cartel define a un grupo cuyos miembros se unen para impulsar algún objetivo común. Desde esa perspectiva, resultan adecuados los nombres de "Club de París y "Club de Londres, en cuanto a que en ambos casos se excluye a los acreedores que no alcancen un determinado nivel de acreencias. Pero la propuesta de organizar un consorcio de países deudores con el propósito común de renegociar juntos la deuda, encaja mejor en el concepto de "cartel. En todo caso, la confusión de conceptos fue inmediatamente utilizada por los acreedores para equiparar nuestra propuesta con la de un "club de países que no querían pagar la deuda; "club" del cual tendrían que excluirse por voluntad propia todos los gobiernos responsables que sí estaban dispuestos a honrar sus compromisos financieros.
Esa era la conclusión que explícitamente respaldaban los bancos de Nueva York y el presidente del BID, Antonio Ortiz Mena, al declarar que no se daría curso a ningún Club de Deudores; advertencia que –debemos puntualizar- se había emitido incluso antes de que los países deudores hubiésemos podido reunirnos una primera vez. Al inmenso poder de los acreedores solo podía hacer sombra la claridad de sus objetivos. Hubiera sido inútil tratar de averiguar a través de quien se filtró la noticia hasta The Wall Street Journal. Había conversado con demasiadas personas. En todo caso debo admitir que actué sin la más mínima y elemental prudencia, sin ninguna estrategia y subestimando la capacidad de maniobra de la banca acreedora y de sus poderosos aliados. La única excusa para explicar mi imprudencia quizá pueda basarse en el hecho de que, en ese momento, era imprescindible y urgente enfrentar la maniobra que los acreedores se encontraban tramando para impedir que los deudores podamos participar libremente en el mercado de capitales. Los hechos, como averiguamos después, habían seguido una cronología lógica y directa: The Wall Street Journal había publicado la noticia en su temprana edición del miércoles. Con el periódico en una mano y el teléfono en la otra –y quizá antes de haber desayunado- los ejecutivos de los bancos acreedores habían lanzado una colérica cascada de advertencias, amenazas y exhortaciones que emergían desde Nueva York y Washington y fluían hacia las capitales de América Latina. Las amonestaciones, aunque informales, tuvieron un efecto inmediato. Entre la tarde del miércoles y la mañana del jueves, todas las delegaciones que hubieran podido estar en nuestra frustrada reunión, habían receptado desde sus correspondientes países algún tipo de notificación que les prohibía asistir.
A las tres y cuarto de la tarde de ese jueves, luego de que el amigo uruguayo tuvo la amabilidad de avisarme que nadie vendría y mientras recogía las copias que minutos antes yo mismo había inútilmente distribuido sobre la mesa, no podía definir si la pesadumbre que sentía afloraba por la evidencia del fracaso o por el tufillo a soledad. Sin embargo, al observar la mesa, los sillones, los vasos, las jarras con agua y los ceniceros que quedaban inmaculadamente limpios, intuí que mi pesadumbre se originaba al constatar que, a pesar de tenerla lista y servida, una oportuna propuesta de unidad latinoamericana había sido sumisamente desechada.
Corolario.
Transcurrió más de un año antes de que los gobiernos de América Latina se percataran que el mercado de capitales había sido confiscado por el bloque acreedor. Cuando intentaron reaccionar ya era demasiado tarde. El 19 de mayo de 1984 –es decir, transcurridos más de 14 meses desde nuestra abortada reunión- los presidentes de Argentina, Brasil, Colombia y México, resolvieron enviar una carta a la cumbre del "Grupo de los Siete? que se encontraban reunidos en Londres; carta en la cual proponían establecer un "diálogo constructivo para buscar acuerdos conjuntos sobre el tema de la deuda externa". A pesar de que los mandatarios de los siete países acreedores más ricos estaban ocupados, fueron lo suficientemente amables para dedicar algunos minutos para leer la carta. La respuesta fue emitida por intermedio del presidente Ronald Reagan, quien aconsejaba a los presidentes latinoamericanos dirigirse a las oficinas del FMI en Washington, debido a que esa era la institución que estaba coordinando los asuntos referentes a la deuda del tercer mundo.
Un mes después, el 21 y 22 de junio de 1984, se citaron en Cartagena los cancilleres y ministros de finanzas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, República Dominicana, Perú, Uruguay y Venezuela, para firmar un documento bautizado como el Consenso de Cartagena, en el cual se proponía crear una oficina de consulta e información estadística que pudiese ser usada en conjunto por los países deudores. La oficina –que quizás pretendía ser la contraparte de la creada por el Grupo Ditchley- jamás llegó a funcionar. Finalmente, en el mes de septiembre de 1984, los integrantes del Consenso de Cartagena volvieron a reunirse, esta vez en la bella ciudad de Mar del Plata. En el documento oficial de la reunión –el Comunicado de Mar del Plata- se formulaba un taciturno llamamiento a los países acreedores para sostener un diálogo político en torno a los problemas de la deuda. Esa fue la última vez que nuestros gobiernos oficialmente mencionaron, aunque sea de manera indirecta, la posibilidad de establecer un tratamiento global a la deuda externa. Después de la reunión de Mar del Plata, la iniciativa en el tratamiento de la deuda fue retomada por los acreedores con el Plan Baker formalizado a fines de 1985, con el Plan Brady anunciado en marzo de 1989 y con la serie de diferentes esquemas al margen del mercado y caso por caso que, desde principios de la década de los 90 y hasta la actualidad, han sido propuestos y manejados por el bloque acreedor. Las consecuencias posteriores son bastante conocidas. La deuda de América Latina que al iniciarse la crisis en 1982 era de alrededor de 300 mil millones de dólares, a principios del tercer milenio ya supera los 850 mil millones; entre 1982 y el año 2000 hemos pagado a los acreedores un total de 960 mil millones: 576 mil millones por intereses y 384 mil millones por amortización. Por lo tanto, América Latina ha transferido un total de 1510 mil millones de dólares, contabilizando los 550 mil millones de incremento de la deuda más los 960 mil millones de transferencias. En consecuencia -adquiriendo nueva deuda para cubrir deuda antigua- hemos cubierto 5 veces el valor de la deuda original, sin que ésta haya disminuido. Por último, si contabilizamos el total pagado desde 1982 sobre los 300 mil millones de dólares iniciales, los réditos alcanzan una tasa de rentabilidad bruta del 28 por ciento; rentabilidad que triplica el promedio de la renta obtenida en el mercado internacional de capitales. En definitiva, la deuda de América Latina ha constituido un negocio tres veces más rentable que los otros negocios de la banca acreedora. Esa rentabilidad, desde luego, ha sido generada porque la acción conjunta de los acreedores –especialmente a través del pari passu ha impedido que el libre juego de oferta y demanda distribuya el riesgo financiero entre todos los participantes y reduzca el precio de nuestros pagarés en el mercado secundario. En el actual horizonte nos atrevemos nuevamente a pregonar que -en un mundo ya globalizado lo que impide que América Latina pueda dejar atrás el dogal de la deuda es la existencia del cartel de acreedores formado por el Club de Paris, el Club de Londres y el Grupo Multilateral; cartel que impide que el mercado pueda funcionar libremente y sin pari passu, para que podamos negociar y cancelar en su verdadera cotización los devaluados pagarés de nuestra deuda.
CAPÍTULO III
EN LA RESACA
La asamblea del BID concluyó el viernes 25 de marzo de 1983. La mayoría de los asistentes, acreedores y deudores regresaron a sus respectivos países para iniciar con sus labores habituales el día lunes. Los deudores regresaron con una perspectiva diferente a la de los acreedores.
En la perspectiva de los deudores estaba una sensación de congoja, ya que las deudas que acarreaban eran grandes. América Latina también tuvo el mismo sentir, debido a que la gran cantidad de préstamos recibidos habían terminado. Los acreedores a diferencia de los deudores tenían una sensación de alegría, ellos sostenían que América Latina no solo debía pagar la deuda pública, sino que también debían solventar el pago del sector privado.
Cada gobierno implantaría su propio mecanismo para absorber las deudas del Estado. En abril de 1983, diversos funcionarios de países deudores y acreedores viajaron entre las capitales de América Latina y Washington, ya sea para recibir instrucciones o impartirlas. Antes de que el año finalizara, cada país tenía su mecanismo para solventar el pago de las deudas contraídas.
Para armar esos mecanismos se requería acoplar sofisticados laberintos de ingeniería financiera. Felizmente todos pudieron ser ensamblados con éxito al combinar trozos de los siguientes modelos: la "capitalización" chilena; la "chucuta" venezolana; la "sucretización" ecuatoriana; y, la "desdolarización" argentina.
La "capitalización" chilena
En 1983 Augusto Pinochet cumplía una década como jefe del gobierno militar chileno, posición a la cual había arribado blandiendo como bandera de combate la necesidad de impedir que el gobierno socialista de Salvador Allende nacionalice los bienes y negocios del sector privado. Debido a ese antecedente, para Pinochet resultaba patéticamente embarazoso nacionalizarlas deudas del sector privado.
A diferencia de otros países latinoamericanos, en Chile la mayor parte de la deuda externa había sido contratada por el sector privado, debido a esta razón de gran peso, el equipo económico del gobierno estaba firme en que las ganancias o pérdidas del sector privado debían pertenecer a quien lo ejecute.
La negación de Augusto Pinochet tuvo que sucumbir cuando los bancos acreedores amenazaron con suspender el financiamiento al comercio chileno. El gobierno tuvo que formar un mecanismo de ayuda y rescate financiero, donde se llegó al acuerdo de fusionar tres grupos de deudores clasificados con base a las siguientes características:
1. El primer grupo estaba conformado por aquellos cuya deuda se contabilizaba en dólares.
2. El segundo grupo estaba integrado por aquellos cuya deuda se encontraba registrada en pesos chilenos.
3. El tercer grupo lo conformaban aquellos bancos domésticos que mantenían una deuda con acreedores externos.
Se decretó que el Banco Central financie fondos para los tres grupos: al primer grupo mediante la venta de dólares a través de cambios preferenciales en montos suficientes, al segundo grupo la concesión de préstamos en condiciones blandas y con un alto interés para poder pagar la deuda, al tercer grupo la compra por parte del Banco Central de toda la cartera que los Bancos domésticos quisiesen vender al Estado.
Los Bancos privados prefirieron vender al Banco Central de Chile toda aquella cartera originada en los préstamos que habían sido otorgados a sus propios accionistas sin garantía real. Esta cartera permanece registrada como si fuera recuperable, fue inscrita en el balance de los activos del Banco Central bajo el nombre de inactivos. De esa manera también fue presentada por los informes oficiales del gobierno.
En esos documentos el proceso mediante el cual el gobierno utilizó los recursos pertenecientes a todos los chilenos para pagar las deudas de una selecta parte de la población, se denominó: "Capitalización y Fomento del Sector Privado".
La "chucuta" venezolana
En Venezuela, el gobierno también decidió repartir a precios bajos los dólares del Banco Central, pero sin establecer grupos de deudores como se hizo en Chile, sino desmembrando el mercado en cuatro segmentos y en cuatro precios:
1. El precio más bajo se designó para el primer segmento, estaba destinado para aquellos que requerían dólares para pagar sus deudas o para importar bienes y servicios de gran importancia.
2. El segundo segmento estaba dirigido cubrir la demanda de aquellos que necesitaban importar bienes y servicios calificados como no esenciales.
3. El tercer segmento estaba limitado a determinados rubros que debía cumplir obligatoriamente el Banco Central.
4. El cuarto segmento denominado "segmento de mercado libre" en el cual debía efectuarse las operaciones no contempladas en los segmentos anteriores.
El mecanismo terminó de perfeccionarse el 15 de septiembre de 1983. Para esa fecha, en el primer segmento los dólares del banco central se vendían en 4 Bolívares con 30 centavos, mientras que en el cuarto segmento los dólares se negociaban a un precio que oscilaba en alrededor de 10 Bolívares. Con este mecanismo cualquier ciudadano podía duplicar su fortuna en un par de horas con la compra de dólares baratos en el primer segmento y venta de los mismos a un mayor precio en el cuarto segmento.
A pesar de esa gran cantidad de beneficiarios más de 200 mil de acuerdo al ciudadano Ho Fuk Wing (el chino expiatorio), quien fue lucrado con dólares a bajo precio. Muchos empresarios expresaron que el subsidio otorgado por el gobierno no les había satisfecho, que sus ganancias no habían sido suficientes, que en otros países se podían obtener mayores utilidades y que sólo habían recibido una ayuda "chucuta".
La "sucretización" ecuatoriana
En Ecuador, a diferencia de Venezuela, la estatización de la deuda privada no benefició a un número relativamente amplio de individuos, sino que se concentró en apenas 410 deudores.
El mecanismo en este país fue entregar a cada uno de los deudores influyentes directamente la ayuda. El gobierno se auto-impuso la obligación de pagar la deuda a los bancos extranjeros y los 410 deudores se comprometieron a entregar al Banco Central una cierta cantidad de sucres en un período de 7 años. Durante ese plazo un dólar equivalía a 1000 sucres, el gobierno en la práctica regaló a los deudores 9 dólares por cada 10 que adeudasen.
Ese obsequio fue bautizado con el nombre de "sucretización", que reflejaba el hecho de que mediante un simple decreto del gobierno y como si fuera un acto de alquimia convertir una deuda cara en dólares en una deuda barata en sucres, utilizando el dinero de todos los habitantes del Ecuador.
En el año 2000, el gobierno del Ecuador, que pertenecía al mismo gobierno de 1983 "sucretizó" la deuda y devaluó los sucres hasta convertir en nada los salarios, para luego transmutarlos a su mínimo valor en dólares, la nueva moneda nacional.
La "desdolarización" argentina
A diferencia de lo que sucede en Chile, Venezuela y Ecuador, donde las empresas estatales son las que generan las principales exportaciones, en Argentina son las empresas privadas las que controlan los dólares necesarios para pagar la deuda externa.
El mecanismo utilizado fue llamado "Seguros de Cambio", con el cual el Estado se comprometía a cubrir con pesos argentinos, cualquier incremento en el precio del dólar que se produzca entre 1982 y el momento en que las empresas e individuos del sector privado debían pagar su deuda externa.
Las consecuencias de estatización en Argentina tuvieron un efecto más profundo que en los otros países, ya que la falta de una fuente propia de divisas, obligó al gobierno a incrementar la emisión e impresión de pesos argentinos, lo cual generó un aumento en el déficit fiscal y en la inflación.
El mecanismo que fue utilizado para cubrir las pérdidas en dólares entregando subsidios en pesos, que en un primer momento fue bautizado con el nombre de "desdolarización" generó el agudo proceso inflacionario que eventualmente desembocó en la denominada "convertibilidad", la cual colocó a la Argentina en el callejón sin salida en el que, ya en pleno Siglo XXI, aún permanece.
Rentabilizando
A finales de 1983, Chile, Ecuador, Venezuela y Argentina, lograron alcanzar los objetivos de transferencia de pérdidas por la "nacionalización" mexicana y también lograron satisfacer las demandas exigidas en Panamá por el banquero orador.
El uso de los mecanismos creados para que los gobiernos absorban el pago de las deudas privadas, logró reducir el temor de los acreedores de no poder recuperar los préstamos otorgados. Aunque aún subsistía el temor, pero en menor escala, de que los gobiernos no pudieran pagar la deuda completa.
Con el objeto de mitigar ese último temor, en 1985 se estableció una estrategia que facilitara el pago de las deudas de todos los gobiernos. La estrategia se basaba en tres condiciones:
1. Que los países deudores reduzcan sus gastos internos.
2. Que los bancos acreedores concedan nuevos créditos con el que se pueda financiar una nueva inversión.
3. Que los préstamos del FMI y el Banco mundial sean económicamente rentables.
En la práctica, ninguna de esas 3 condiciones llegó a concretarse, así que entre 1985 y 1988, los países: Bolivia, Perú, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Honduras y República Dominicana, debieron suspender nuevamente los pagos de las deudas.Ante esa realidad, en 1989 el nuevo Secretario del Tesoro Nicholas Brady creó el Plan Brady, que tenía por objeto que los bancos acreedores acepten reducir el monto de la deuda Externa, a condición de que oficialmente se les garantice que la deuda restante y los intereses serían pagados en su totalidad.
Debido a que ese tratado no funciono, los acreedores impulsaron la creación de un nuevo sustituto: los Bonos Global; los cuales comenzaron a circular en 1995 y lograron reduciendo tasas y ampliando plazos reforzar una vez más el precio de los bonos de la deuda en el mercado secundario.
Memoria
Se pudiera llegar a asumir que los principales artificios y mecanismos utilizados para el tratamiento de la deuda externa de América Latina, fueron creados por algún banquero o por la imaginación de algún deudor. En el caso de los planes "Plan Baker" y del "Plan Brady", estos fueron ensamblados gracias a la buena memoria de algún antiguo funcionario de la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos, quien ya conocía que 60 años antes otros dos planes, el "Plan Dawes" y el "Plan Young", igualmente habían sido acoplados para intentar obviar las crisis económicas, políticas y sociales originadas en el pago de la deuda externa.
El resultado final es ampliamente conocido: en 1982 las dos terceras partes de la deuda externa recaían sobre los préstamos otorgados bajo el riesgo de los acreedores privados, pero una década después cerca del 90 por ciento de esa deuda había sido trasladada a manos de los acreedores oficiales.
En América Latina el desastre sí ocurrió. Todos los indicadores económicos, financieros y sociales demuestran que entre 1982 y 1992, nuestro continente no solo se paralizó, sino que retrocedió. Ese período fue bautizado como "la década perdida".
CAPÍTULO IV
AL MEDIODÍA EMPEZÓ LA HISTORIA
En Londres en el año 1732 fue designada una vivienda al primer Ministro de Inglaterra, en esa vivienda se han estado varios e históricos episodios. Al mediodía del martes 8 de junio de 1982, El primer Ministro Margaret Thatcher escribió una carta para darle la bienvenida al presidente Ronald Reagan en su primera visita oficial a Inglaterra. Hubo dos antecedentes que marcaron la calidez del discurso:
1. La victoria de Inglaterra sobre Argentina en la guerra de las Malvinas.
2. La genuina y sincera coincidencia entre el pensamiento político y económico de la primer Ministro y el Presidente.
El conflicto de las Malvinas se había iniciado dos meses antes, cuando el 3 de abril el ejército argentino invadió las islas que habían permanecido bajo el control y administración de Inglaterra desde 1833.
La invasión de las islas en efecto logró revertir la situación política interna. En pocos días, un masivo y eufórico movimiento de masas gritaba en las calles de Buenos Aires su total apoyo al gobierno de la dictadura. La euforia, sin embargo, solo duraría unas pocas semanas.
Al comenzar la invasión, el ejército argentino logró controlar con 10.000 soldados la totalidad del pequeño territorio de las islas.
Mientras transcurría abril, parecía que la distancia decidiría la victoria de Argentina. Sin embargo antes de que terminara ese mes y utilizando todo su poder presidencial, Ronald Reagan comunicó que Estados Unidos oficialmente se declaraba aliado de Inglaterra en esa guerra. Esa declaración, formulada el 30 de abril, confirió a Inglaterra el derecho de usar los territorios e insumos norteamericanos que se requieran para transportar y abastecer a las tropas. Así, en apenas cinco semanas, Inglaterra logró revertir la situación y forzar la rendición de Argentina. Ese era el antecedente que explicaba el significado real de las palabras de la Primer Ministro al calificar a Reagan como "un amigo en quien confiar en épocas de peligro".
Impuestos
Para rebajar los impuestos se dictaminó que la tasa impositiva máxima se reduzca del 60 al 28 por ciento. Desde luego, esa acción estaba respaldada por la afirmación teórica de que al rebajar impuestos se estimula la actividad económica; teoría que fue originalmente formulada por el doctor Arthur Betz Laffer, quien pregonaba que cuando los impuestos se han tornado demasiado altos, los empresarios dejan de sentir ese innato deseo por producir. Sin embargo, Ronald Reagan se caracterizaba por ser un político a tiempo completo. Para establecer estrategias en su gobierno, Reagan consultaba primero a la opinión pública. Pero sobre ese escenario la tesis de Laffer adolecía de una grave debilidad: podía ser fácilmente criticada como una hábil maniobra destinada a justificar la reducción del monto de impuestos que debían pagar los ricos. Para minimizar esa potencial crítica, Arthur Laffer estableció un antiguo axioma económico denominado "Ley de la rentabilidad marginal decreciente", el cual permite deducir que las empresas están cerca de esos límites, los empresarios preferirán trabajar menos. Pero si trabajan menos, producirán menos. Si producen menos, ganarán menos. Y si ganan menos, el fisco recibirá menos impuestos. Bajo esa perspectiva, para que en la economía se produzca más y se recaude más, lo correcto es rebajar los impuestos a las rentas empresariales. Así, la Curva de Laffer brindó el respaldo teórico requerido por la reducción de impuestos ordenada por Reagan en Norteamérica y por Thatcher en Inglaterra.
Privatizaciones
En Inglaterra Margaret Thatcher introdujo en el proceso de gratificación empresarial una variante de su propia inspiración: la privatización de las empresas públicas. Cuando intentó la implantación de ese proceso, el principal obstáculo que tuvo que vencer fue la oposición inicial de los poderosos sindicatos públicos. Por lo cual tuvo que luchar con ese gran rival, la firmeza que demostró hizo que se originara su apelativo de "Dama de Hierro", apelativo que fue justificado por los miembros de su gabinete, así como por la firmeza, rapidez y capacidad de respuesta que demostró en la Guerra de las Malvinas. Sin embargo, Margaret Thatcher prefería cubrir su mano de hierro con un guante de seda, especialmente cuando tenía que distribuir con amplitud y equidad los beneficios económicos. Ese guante lo utilizó a lo largo de su gobierno, pero de manera especial en los principales experimentos de privatización. El éxito de Margaret Thatcher inspiró a Ronald Reagan para también él tratar de impulsar la privatización de las empresas estatales. Pero en Norteamérica el escenario era radicalmente diferente. Exceptuando las industrias de las fuerzas armadas en todas sus ramas, las empresas estatales de los Estados Unidos no constituyen monopolios legalmente estructurados, sino que son organizaciones subsidiadas por el Estado, pero que tienen que competir con empresas privadas que ofrecen los mismos bienes y servicios, especialmente en las áreas de educación, salud y seguridad social. Esta característica permite que los procesos de privatización puedan efectuarse sin necesidad de rematar la infraestructura de las empresas del Estado ni de concesionar las instalaciones de los servicios públicos, sino que solo se requiere suprimir subsidios.
Goteras
La "Trickle Down Economics" que puede ser traducida como "economía del goteo" o "economía del chorreo", de acuerdo al nivel de optimismo del traductor se fundamenta en un dogma generosamente patrocinado, el cual asevera que el dinero que se coloque en el segmento superior de la pirámide económica, tarde o temprano fluirá hacia los niveles inferiores. La lectura de ese dogma induce a concluir que el método más eficiente para estimular el desarrollo y reactivar el crecimiento, es a través del dinero que el gobierno pueda transferir a los sectores empresariales. El gobierno, a su vez, puede transferir dinero a esos grupos a través de dos canales: reduciéndoles los impuestos o entregándoles subsidios. Pero desde la perspectiva política, el canal menos visible es el de subsidiar a empresas y a empresarios reduciendo el nivel de sus impuestos. El incremento del producto o de la oferta, a su vez, generaría más demanda y, en consecuencia, el gobierno podría recolectar una mayor cantidad de impuestos al consumo. Por lo tanto, así dice la teoría: los impuestos más bajos hasta podrían forjar un superávit fiscal. Una mayor tasa de inflación, a su vez, podría mermar o incluso diluir el incentivo ya otorgado por el Estado a las empresas y a los empresarios. Afortunadamente, el gobierno también tenía una herramienta para detener la inflación: aumentar las tasas de interés. El mecanismo para que esa herramienta funcione adecuadamente se encuentra incorporado en los estatutos del Banco Federal de la Reserva de los Estados Unidos, conocido bajo el diminutivo de Fed por la mayoría de economistas, que tiene la atribución de prestar dinero a los bancos privados que así lo soliciten.
Tasas
Cuando a principios de junio de 1982 Reagan viajó a visitar a Margaret Thatcher a Europa, la tasa de interés que cobraba el Fed fluctuaba en alrededor del 10 por ciento, mientras que las tasas que efectivamente cobraban los bancos a sus clientes en ciertos casos la duplicaban hasta alcanzar el 20 por ciento. Cuando Reagan regresó a Norteamérica un par de semanas más tarde, constató que varios bancos luchaban abiertamente por obtener más préstamos del Fed. El motivo de esa pugna era fácil de entender: los bancos podían medrar buena parte de la diferencia de 10 puntos entre la tasa que pagaban al Fed y la tasa que podían cobrar a sus clientes. Esa pugna y el objetivo de reducir la inflación, señalaban la necesidad de elevar la "tasa de descuento". Pero elevar las tasas de interés que cobraba el Fed significaba adoptar una política monetaria "contractiva". Por lo tanto, en el escenario económico ortodoxo prevaleciente en ese entonces, la política fiscal también debía contraerse. Esa creencia formaba parte del dogma aceptado tanto por los fiscalistas como por los monetaristas. Para los dos grupos, sí la economía estaba padeciendo inflación, ambas políticas debían contraerse para reducir la demanda. Al contrario, si la economía sufría de recesión, el dogma dictaminaba que ambas políticas deban expandirse para ampliar el gasto.
Siete gordos
Entre 1982 y 1989, transcurrió lo que alguien denominó "los siete años gordos del neoliberalismo". Aunque el apelativo suena un tanto grasiento, en efecto logra describir la bonanza alcanzada en esos años, que se traduce en las siguientes estadísticas básicas: Primero, en cada uno de esos siete años gordos el Producto Interno Bruto creció 3.2 por ciento en promedio anual. La bonanza de esas cifras y la gordura de esos años, dieron una aura victoriosa a las políticas impulsadas desde los gobiernos de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher. Los dos fueron reelectos con sonados triunfos en las urnas –Reagan en 1984 y Thatcher en 1983 y 1987, y al terminar su mandato ambos dejaron el poder en manos del sucesor que ellos mismos escogieron: George Bush y John Major, respectivamente. Cuando un gobierno de cualquier país se endeuda, la deuda queda en herencia para que la pague el próximo gobierno. Pero si es que el nuevo gobierno también prefiere que sea otro el que pague, puede renegociar con los acreedores un nuevo plazo. Así, dilatando y posponiendo los pagos, el plazo definitivo quedará sujeto a las intermitentes y futuras negociaciones que entre sí entablen los dos litigantes: los sucesivos gobiernos y los acreedores. Pero el número de meses, años o décadas que tendrán que transcurrir para que el plazo negociado algún día se cumpla, no dependerá del tesón de los litigantes, sino del mayor o menor predominio internacional que ese país tenga. En el caso de la deuda norteamericana, el plazo para pagarla puede llegar a ser extremadamente largo o puede que jamás llegue a cumplirse. Sin embargo, aunque jamás llegue a ser cancelada, la deuda si tiene un costo que con frecuencia resulta impostergable e inevitable: el pago de intereses.
Golfo
El deterioro de la economía norteamericana fue eclipsado por el fulgor de otro hecho menos palpable pero mucho más visible: la Guerra del Golfo, que fue transmitida vía satélite en vivo y directo a los cinco continentes por la empresa CNN. La difusión del programa televisivo que se efectuó desde el 6 de agosto de 1990 hasta el 12 de febrero de 1991, proyectó el traslado de 510.000 soldados, el emplazamiento de 15 naves entre buques y portaviones, el despegue de 120 aviones desde la base de Dhahran en Arabia Saudita y de otros 90 desde la base de Incirlik en Turquía; entre los ajetreos más publicitados. Adicionalmente y como complemento a la imagen televisada del incontable número de bombas lanzadas contra territorio iraquí, se divulgaron las estadísticas que demostraban que el 85 por ciento de esas bombas habían impactado a menos de 3 metros del centro de los objetivos previamente seleccionados. La precisión de la información, la fluidez de la acción, la nitidez de las imágenes y el escaso número de norteamericanos muertos, esculpió en la mente de la mayoría de los televidentes, el ícono de una guerra perfecta, de una guerra muy diferente a la de Vietnam. Como consecuencia, el Presidente George Bush alcanzó un 91 por ciento de aceptación entre los electores. Un año después Bush se lanzó a su segunda campaña con la confianza de que su reelección estaba asegurada, porque la Guerra del Golfo había devuelto a los Estados Unidos el orgullo que "es lo más importante que puede tener un pueblo".
Tercer camino
Cuando Bill Clinton asumió la presidencia, el déficit fiscal de los Estados Unidos superaba los 290 billones de dólares, cifra que equivalía al 4.9 por ciento del PIB. Por definición, un déficit fiscal se produce cuando el gobierno gasta más que lo que recibe. Por lo tanto, desde la primera noche que dormía en la Casa Blanca, Bill Clinton tenía que enfrentar la disyuntiva de contrariar a quienes creían poder beneficiarse del gasto público o, alternativamente, a quienes creían que por culpa del gasto del Estado debían pagar más impuestos.
Es decir, tendría que escoger entre uno de los dos grupos que juntos acoplan la totalidad del electorado. Pero Clinton como buen estratega político, aprovechó la disyuntiva para contentar a todos sin favorecer a nadie. Clinton expresaba al pueblo el logro obtenido por colocarse por encima de la discusión que mantienen aquellos que consideran que el Gobierno es el enemigo con aquellos que consideran que el Gobierno es la respuesta, les decía que había encontrado un "tercer camino". Como es fácil de suponer, el hecho de que un presidente de los Estados Unidos anuncie que ha "encontrado un tercer camino", provocó una oleada de especulaciones que trataban de descifrar en qué lugar podría estar localizado ese tercer camino. En un primer momento se supuso que podría estar situado en una posición intermedia entre la política fiscal propuesta por Keynes y la política monetaria propuesta por Friedman. Pero ese supuesto fue desechado muy pronto, tal vez bajo la creencia de que, ya en la década de los noventa, ni Keynes ni Friedman constituían referentes para política alguna.
El presidente Clinton entregó un sólido superávit de 237 billones de dólares, en contraste al déficit de 290 billones que recibió en 1992. Esas buenas noticias fueron anunciadas por el propio Bill Clinton en su último reporte económico del año 2000, donde expresaba que la economía norteamericana estaba más fuerte que nunca, la tasa de desempleo era la más pequeña en los últimos 30 años y la inflación había llegado a un nivel más bajo desde 1965.
Globalización
Los partidarios de la "trickle down economics" reingresaron a la Casa Blanca el 20 de enero del 2001. En ese día y en menos de 14 minutos, George Walker Bush leyó el discurso con el cual inauguraba su período presidencial. El discurso contenía 49 párrafos repartidos en la siguiente forma: en los 3 primeros agradecía la presencia del ex Presidente Clinton, del ex Vicepresidente Gore en su calidad de contendor en la campaña electoral y la de los demás asistentes a la ceremonia; en los siguientes 20 párrafos citaba la importancia histórica de la democracia norteamericana; y, en los últimos 25 párrafos, enfatizaba que la seguridad, la libertad y la justicia en el mundo, dependían de la capacidad bélica de Estados Unidos. En la mitad del discurso, en el párrafo número 24, se había introducido la única frase referente a la economía del país y a la política que planificaba ejecutar el nuevo gobierno. La frase en toda su extensión decía lo siguiente: "Reduciremos los impuestos, para que la economía recobre su impulso y para incentivar la capacidad empresarial y los esfuerzos de los norteamericanos que trabajan".
La actualidad global del mundo se torna más palpable por el tamaño de la economía de los Estados Unidos y por el hecho de que sus déficit han sido financiados, si es que financiar significa posponer el pago, aumentando la deuda norteamericana.
El peligro que la colosal magnitud de la deuda acumulada por los Estados Unidos conlleva para su estabilidad económica, actualmente está siendo debatido en el mundo académico. Aquí nos abstenemos de participar en ese debate, porque nuestro único objetivo es tratar de encontrar los posibles orígenes de la actual postración económica de América Latina.
Actualmente, el Presidente George Walker Bush luego de la aplastante victoria militar sobre los Taliban en Afganistán y sobre Saddam Hussein en Irak, goza de más popularidad que la que gozó su padre.
CAPÍTULO V
UN CONTINENTE SIN BRÚJULA
El desarrollo latinoamericano tal vez provenía de que los libros no ha podido moldearse a la conducta de ser humano, pues que ninguno ha penetrado en nuestro continente, ya que son muy poco lo que logran llegar. Como lo son estos libros que se clasifican así:
En primer lugar; es Los vedas: que fue creado por varias generaciones que vivieron mucho más de 4000 años en la región de india, con su religión el hinduismo y el budismo.
Segundo lugar; Los Anelectos de confucio: este libro justifica los frecuentes cambios que eran inculcados a la sociedad china por su sistema esclavista y cambiados por un sistema feudal que mantenían los emprendedores del siglo XX, este libro fue creado hace 2.500 años.
Tercer lugar: La Biblia: la Biblia fue creada por un grupo de personas, alrededor de más de 2.000 mil años, la biblia está dividida en dos parte, la primera es el antiguo testamento donde explican la creación del mundo y la segunda parte es el nuevo testamento.
Cuarto lugar; EL Corán: este libro contiene los mandamientos de índole religioso por Ala y EL, el libro Corán no se debe leer como un simple texto si no en forma recital ya que sus textos fueron escrito en forma de rima.
Quinto lugar: La riqueza de las naciones: explica la riqueza de las naciones no solo debían depender de la explotación de los elegantes metales y de los campesinos sino tener una buena organización social, tanto como un buen trabajo para la productividad humana.
Sexto lugar; EL Capitán: este libro fue creado en cuatro partes, la primera parte fue escrita por su creador antes de fallecer en 1883, donde el segundo y tercera parte la escribieron la hijas de Max.
Entre los libros mencionados el que más logro captar el mayor de seguidores , pero a nivel económico, fue el libro más relevante el de LA RIQUEZA DE LAS NACIONES donde Smith desmosto que la riqueza no solo dependía de una explotación si no de una buena organización.
Ausencia
Adam Smith estuvo ausente durante tres años por motivos de un viaje a Paris y Ginebra, donde fue tutor titular de un joven Duque Bualeugh, donde su familia era adinerada, en ese viaje el profesor le saco mucho provecho ya que allí mantuvo conversaciones con grande filósofos y escritores donde pudo intercambiar ideas.
Para que la obra de Smith llegara a territorio latinoamericano tuvo que esperar que llegara el siglo XX, donde llego al país de México. El pensamiento latinoamericano ya había tornado inmune a cualquiera doctrina, por lo cual se formó una discusión de fondo, donde los países de América latina con el mundo occidental.
Modelo
Este modelo cepalino fue bautizado bajo el nombre del MODELO SUTITUTIVO DE IMPORTACION donde su objetivo esa sustituir algunos productos industrializados que eran importados desde el centro, donde tanto los militares y civiles esperaban ese cambio.
Sin embargo para llevar a cabo este proyecto se debía resolver tres aspectos importantes:
1) Precisar que los productos podían suplantarse.
2) Construir un escenario que permita industrializar el proyecto
3) Asignar cada país las industrias que le corresponden.
Para unir los países de América latina se creó el MCCA, donde dos años después se fundó la ALALC que pretendía unificar el mercado de América del sur y México, pero lo cual este proyecto se desvaneció en un limbo político porque cada país quería recibir más que el país vecino.
Incógnita
Luego del fracaso de unir los países se surgieron varias preguntas que hasta hoy se ha podido resolver, pero la cual perdió validez antes la crisis de la deuda, pero que varios circulo tenían la esperanza que con la crisis que existía podría haber la oportunidad de reimplantar el modelo de unir américa latina.
Además, desde antes de 1983 el esquema cepalino ya había sido rebautizado con el nombre MODELO DE CRECIMIENTO HACIA ADENTRO que era para ahorrar dólares consumido con preferencias.
Subdesarrollo de los Trópicos
Ninguna cantidades regiones o nacionales que existían en Latinoamérica a logrado apoyar el desarrollo, Al contrario esta cantidad tienen distintas ideas y conceptos sobre el desarrollo como múltiples observadores, Como también otros se reúsan a observarla. Aunque la UNCTAD como brazo de los políticos de desarrollo la ONU encargado en realizar un estudio encaminado en realizar el desarrollo del país.
Esto profesionales o instituciones los cuales eran encargados fueron la Royal Economic Society y la American Economic Associotion, estaban repletos de profesionales que tenían muy buen prestigio en la economía.
Sin embargo estos prestigioso institución fueron muy pocos útil en los países atrasados, ya que en el informe realizado se basó en los países desarrollados y no en el desarrollo de los países con problemas ahorrativos. Tomando en cuenta así de tarea obligatoria de salir del subdesarrollo solo era para latinoamericanos.
Teoría de dependencia
La Teoría de la Dependencia en la izquierda: se asienta en el combativo y combatido dogma que asegura que el desarrollo del primer mundo nace, crece y vive gracias al subdesarrollo del tercer mundo.
A los países situados en Europa Occidental y Norteamérica, además de Japón, Nueva Zelanda y Australia, se los denominaron bajo el nombre genérico de Primer Mundo; a los países de Europa Oriental y a sus aliados, se los ubicó en el Segundo Mundo; y, por exclusión, se designó como Tercer Mundo al conformado por los demás países.
Desde luego, a raíz de la desaparición del Segundo Mundo debido al colapso del bloque comunista, vuelve a tener vigencia la intención original de Alfredo Sauvy. Así, el Tercer Mundo vuelve a representar a los países que permanecen marginados de los designios y negociaciones internacionales.
El Modelo Cepalino sugería reducir la dependencia de América Latina creciendo hacia adentro. Es decir, produciendo para el consumo interno. Pero los oponentes de la CEPAL más bien sugerían seguir la dirección inversa: que América Latina crezca hacia afuera. Es decir, que produzca para exportar.
La Teoría de la Evolución
Esta teoría intenta el desarrollo de las naciones, donde los países subdesarrollados deben recorrer obligatoriamente los mismo camino que recorrieron los países desarrollados. La Teoría de la Evolución cuenta con el respaldo implícito de las organizaciones regionales que oficialmente están obligadas a impulsar el desarrollo de Latinoamérica, incluyendo el Banco Interamericano de Desarrollo, el Instituto de Investigaciones del Desarrollo de Latinoamérica, el Consejo Interamericano de Desarrollo Integral, la Agencia de Cooperación y Desarrollo, la Conferencia Permanente sobre el Desarrollo, el Centro de Administración del Desarrollo, el Centro de Competitividad y Desarrollo, etc. En el nombre de todas esos entes se encuentra escrita la palabra desarrollo, pero ninguno intenta definirla
CAPÍTULO VI
LIBROS DEL DESARROLLO
El progreso económico se basa en el esfuerzo que tenga cada uno de los habitantes como lo explica La Riqueza de las Naciones, no solo se basa en la localización como se dice en las otras teorías.
"El trabajo anual de cada nación es el fondo que la surte originalmente de todas aquellas cosas necesarias y útiles para la vida que se consumen anualmente en ella, y que consisten siempre o en el producto inmediato de aquel trabajo, o en lo que con aquel producto se adquiere de las demás naciones. Según, pues, aquella proporción que este producto, o lo que con él se adquiere, guarde con el número de los que han de consumirlo, así la nación estará más o menos abastecida de las cosas necesarias y útiles que más conduzcan para su uso o su necesidad."
Esta frases cristaliza la obra de Smith donde afirma que la riqueza de las naciones dependerá siempre de los 3 factores, primero el buen uso de los recursos naturales y humanos, segundo del intercambio del producto y tercero una buena equitativa distribución de ingresos.
Lo que no dijo.
Existen tres grandes mitos que suelen ser falsamente atribuidos a Smith, los cuales son los siguientes:
1. "Dejar hacer, dejar pasar".
Jean Claude Marie Vincent de Gournay nació en una sociedad de familia rica en Paris y llegó a ser uno de los comerciantes más adinerados en la etapa previa a la revolución francesa. En 1751 fue nombrado Intendente de Comercio por el penúltimo rey de Francia, Luis XV, cargo con el que intentó derogar todas las normas que en ese entonces limitaban las actividades comerciales
En Latinoamérica esta consigna ha sido atribuida a Smith, tanto por sus partidarios como también sus adversarios. Ambos grupos aseguran que la frase "dejar hacer, dejar pasar" demuestra que él era radicalmente contrario a cualquier regulación por parte del Estado.
2. " La mano invisible"
Puede decir que la ambición de algunos, en algunas otras épocas, no a sido fatal al reposo universal de Europa como la impertinente celo y la envidia de los comerciantes. "El capitalismo"
Sistema económico que se utiliza capital para producir riqueza, la palabra capitalismo es muy complicada en definir ya que a tenidos muchos calificativos como negativos o pintoresto.
Así lo expresaba Smith: "Un jardinero, que cultiva su propio huerto con sus mismas manos, reúne en su persona los tres distintos caracteres de propietario, colono y jornalero, y sus productos le pagan la renta del primero, las ganancias del segundo y los salarios del tercero"
Lo que dijo
Adam Smith era un hombre muy pacifista que se puede decir que jamás disparo una pistola pero si con sus escrituras peleo pos sus ideas de libertad, no vio el nuevo continente pero en sus escritura dijo como argumentaba la convivencia de que Inglaterra mantenía.
Sus argumentos se centran exclusivamente en un objetivo: el beneficio económico de los habitantes de su propio país, Inglaterra
ANÁLISIS: SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO VIII
EN UN MUNDO GLOBALIZADO
Para hablar de un mundo globalizado nos centramos en la obra de Adán Smith que tiene por nombre "las riquezas de las naciones". Se enfoca básicamente en las circunstancias que se estaban viviendo en la época de la revolución francesa y evitar que en España se volvieran a vivir la causa raíz; para evitar un colapso en la monarquía francesa. Lo que busca esta obra es transformar el pensamiento económico en una ciencia social. La obra habla acerca del principio universal de la riqueza; que es el trabajo productivo del hombre, las ganancias y rentas de las tierras, también habla acerca de las producciones rudas del campo, de las manufacturas, de las relaciones entre los signos de las monedas que constituyen la riqueza nominal, entre otros.
El autor del libro dice que las riquezas se generan por tres fuentes:
por la suma del producto rudo del campo.
por las rentas y ganancias de los fondos, en relación la estabilidad de la moneda y su decadencia.
por su distribución en los gastos del soberano, obras públicas y el trabajo del hombre.
Establece que las políticas de desarrollo de cualquier país deben cumplir con objetivos, como por ejemplo: que la tasa de crecimiento de la producción debe ser mayor al de la población, en todo país debe haber un índice de rentabilidad adecuado y estabilidad financiera y que debe haber un reporte eficiente y equitativo de los ingresos de todos los sectores. Todo esto si se aplicara a un país seria de muy gran ayuda para el desarrollo del mismo.
Por otra parte se da un pequeño resumen en donde se explica el transitar de siglo XXI.
Empezando con la primera guerra mundial en Latinoamérica la economía solo se debía por causa de la producción de la agricultura, la explotación de materias primas y minerales. En la segunda guerra mundial, existieron colonias que querían librarse del control político como lo sucedido con filipinas de estados unidos, Corea de Japón entre otros. Y estas lograron liberarse de esa atadura y para continuar con su desarrollo era necesario que reorganizaran su actividad económica que les permitía poder cultivar y explorar libremente. Todo esto creo competencia entre esas ex colonias y Latinoamérica buscando conquistar los mercados industrializados. Pero como estas querían entrar en el mercado debían centrarse en dos elementos importantes para entrar; los cuales son el precio y la calidad. Pero se enfocaron en el precio como su arma de combate. Una vez centrándose en esta arma debían conocer que estarían expuestos a una guerra de precios. Y esta establece que el país que vende debe aceptar menos dolores aunque venda bastantes productos. Es aquí donde aparece la devaluación, esta dice que el país que exporta debe devaluar.
CAPÍTULO XI
DESEMPLEO Y CRECIMIENTO
Raúl prebish fundador del CEPAL escribió: mientras los países del centro guardaban sus beneficios para el progreso técnico de sus industrias, los países de la periferia han transferido gran parte de su progreso al centro. Y además instalan plantas de ensamblajes con los productos industrializado.
Esto desfavorece al país ya que no les permite desarrollarse en cuanto a producción, es difícil y desmotivante que en el país no se produzca nada sino que todo lo importen, como el ejemplo anterior. Y si hablamos de las riquezas del país como por ejemplo: el petróleo que es la riqueza mayor de Venezuela y que si quieren elaborar cauchos en una planta, sus dueños deben vender el petróleo al centro a muy poco para que luego ellos elaboren los cauchos y nosotros tengamos que comprarlo a un precio más elevado generando pocas ganancias y evitando el desarrollo de país.
También se habla que es necesario incentivar al país en cuanto a la inversión e instalación de nuevas plantas. Para esto el estado ofrece recursos como:
exonerar impuestos, y conceder abundantes créditos.
Pero para ese tiempo no se podía por el déficit fiscal que generaban estas dos fuentes y que le permitía a los gobiernos tener que financiar.
En ese entonces las bancas internacionales no contaban con esos créditos debido a que no existían los suficientes petrodólares; Y era necesario buscarlos en las bancas del país para evitar las deudas externas, entonces se creó la maquinita para imprimir billetes en moneda nacional, esto se conoce como Reserva monetaria; instaladas el año 1917 y 1931 al mismo tiempo se instalaron bancas centrales en Latinoamérica.
Sin embargo instalar nuevas fábricas significaría general fuentes de empleo. Lo que ocasionaría crear más maquinitas que fueran eficientes y veloces para imprimir billetes y esto aumentaría a la inflación. Luego aparecieron teorías para confirmar que la inflación depende de las estructuras del país y no del exceso de dinero.
La primera de ellas fue la escuela estructuralista que establece que la inflación depende de la infraestructura física y de las organizaciones financieras, políticas, sociales, culturales y legales. Y además dice que la inflación no puede ser una medida monetaria a corto plazo y es necesario que para disminuir el crecimiento se debe modificar las estructuras nombradas.
La otra estructura es la monetaria que establece que la inflación se produce por exceso de emisión monetario. y que la solución está en encerrar bajo llave y en el sótano del banco estas maquinistas para controlar el exceso de salida de dinero.
Surgió otra hipótesis llamada "curva de Phillips " debido a que él era un investigador serio y riguroso que mediante trabajos estadísticos demostró que el desempleo está relacionado con la inflación, y que si uno aumenta en otro disminuye y viceversa.es aplicable a cualquier país y en cualquier periodo . Esta hipótesis anulo por completo las demás y permaneció por un tiempo en el mundo hasta que llego…
Las elecciones de Richard Milhous Nixon el cual llego a la presidencia de estados unidos en América del norte. y este propone lograr una tasa del crecimiento controlada y al mismo tiempo la tasa de la inflación. Y esta promesa no se pudo llevar a cabo porque surgió un déficit comercial generado por algunos países que se les prohibía incursionar en la producción de armamentos y se tenían que enfocar en el área de la manufactura civil.
CAPÍTULO X
ENTRE EL FISCO Y LA MONEDA
El déficit fiscal se puede controlar devaluando la moneda y los piases que no puedan deben disminuir la capacidad de gastos de la población; debido a que si el precio aumenta se disminuirá el consumo y esto favorecería a la disminución del déficit. Y que el gobierno en cuanto a economía debe comparar las políticas fiscal y monetaria para crecer sin inflación y sin déficit.
Algunos poderes públicos no aceptan que el incremento de la inflación provoca aumento en el desempleo y es por eso que se ha producido el estancamiento.
En América del norte se analizaron todas las teorías de la inflación y la curva de Phillips no se pudo sostener en el siglo XXI debido a la crisis de deuda y la urgencia de pagar intereses.
Y salió a relucir lo que era el estanflación, que no es más que el estancamiento debido a la inflación y se propusieron algunas características del subdesarrollo; como lo son:
el crecimiento del nivel de desempleo,
el progresivo grado de inestabilidad y dependencia financiera, y
la audaz concentración de las riquezas.
Para contrarrestar estos efectos que impiden el desarrollo del país es necesario el crecimiento, la estabilidad y la equidad es lo que propone Adam Smith.
CAPÍTULO IX
DESEMPLEO Y CRECIMIENTO
Después del estancamiento vino el crecimiento de un país; el cual se define país como un valor aritmético que se calcula al dividir la producción total de un año el famoso PIB (producto interno bruto), para el PIB del año anterior, donde la fracción que exceda a uno representa la tasa de crecimiento. El PIB aumento y disminuyo la inflación en un dígito, es decir se recomienda establecer estudios de este indicador para disminuir la inflación y esto favorecerá el crecimiento. Creándose una teoría llamada desarrollismo, que establece que primero se debe tener el pastel para luego repartirlo, utilizándose esta teoría para calcular valores a través del indicador y favorecer el crecimiento de un país y así este no tendría que envidiarles nada a los países industrializados.
Surgió otra metodología que elimino por completo las maquinistas para imprimir billetes y le prohibió a el banco central su utilización; esta es la " ley de la convertibilidad" usada para convertir los pesos en dólares, llamada caja de conversión; esta tiene un mecanismo simple y eficiente que le permite guardar cantidades de dinero independientemente si son pesos o dólares. Logrando extirpar en argentina la inflación y la devaluación. Pero empezaron a crearse rumores sobre los que atendían las cajas, y a influenciarse de malos comentarios, pero a pesar de todo esto; esta metodología tuvo éxito reduciendo la inflación a cero y aumentando el PIB favoreciendo el crecimiento.
Hablando un poco de lo que es el desempleo relacionado a lo que relata el libro se pudo apreciar y destacar algunos temas de importancia, cómo lo de que el desempleo en argentina en algunas épocas disminuía y esto era muy desmotivante, lo cual se concluyó que para generar primero empleos es necesario que el país conozca y explore cada una de las riquezas que tiene en sus subsuelos. De. Esta manera se contribuirá a que el país crezca.
En cuanto a los emigrantes podemos decir que son las personas que viajan a otros países buscando nuevas oportunidades de surgir económicamente. Algunos se van por buscar empleo pero muchos no regresan, pero los emigrantes latinoamericanos sí, ya que no pueden irse y dejarlo todo atrás, esto implican que ellos deben enviarles una parte de su salario a sus familiares y esto forma parte de PIB de ese país.
En resumen la cantidad de desempleo genera migraciones, las migraciones generan remesas y estas favorecen al desarrollo económico del país (PIB) .
La predicción según Smith dice que el desarrollo económico del país no dependen de las circunstancias ambientales, históricas, ni climáticas sino de la cantidad de personas que trabajen. El desarrollo económico de un país es muy fácil de contar, basta con contar el número de habitantes que poseen empleo.
CAPÍTULO X
ENTRE EL FISCO Y LA MONEDA
No tenemos por qué dudarlo se ha tratado de usar la política fiscal para ganar un poco más y la política monetaria para comer un poco menos. Pero la costumbre de mezclar esas dos políticas no se origina en América Latina, sino que constituye parte de una larga tradición que se inicia hace siglo.
Las crisis económicas son inevitables porque responden a la naturaleza misma del ser humano, que gasta en exceso en épocas de bonanza y ahorra demasiado en épocas de infortunio. Así, periódicamente el miedo reemplaza a la euforia y juntos forman los llamados "Ciclos Económicos".
La teoría de los Ciclos se mantuvo en las sombras por varias décadas hasta que, ya en el Siglo XX y debido a la gran crisis de los años 30, comenzó a ser revisada por varios economistas que acogieron la conclusión de que los Ciclos son inevitables. Sin embargo, la mayoría creía que era factible evitar que los Ciclos se transformen en Crisis, siempre y cuando se lograse obtener un equilibrio dinámico entre lo fiscal y lo monetario.
La política fiscal:
La política fiscal se reduce a tratar de igualar gastos e ingresos dentro de un mismo periodo. Pero su versión moderna se ubica en el otro extremo: intenta unir presente con futuro al financiar los gastos de hoy con los ingresos de mañana.
Entre esos dos extremos, Latinoamérica ha practicado varias versiones intermedias que pueden agruparse en cuatro etapas:
La primera etapa, que cubre hasta la Segunda Guerra Mundial, se caracterizó por gastar solo el dinero ya ahorrado.
En la segunda etapa, que va desde los años 50 hasta mediados de la década de los 70, se trató de invertir hoy con la ilusión de ahorrar mañana.
En la tercera etapa, que se inicia con la ya mencionada "Batalla del Yom Kipur" y que llega hasta 1982, se consumió hoy para pagar mañana.
la última etapa que avanza hasta nuestros días, se debe pagar hoy y mañana lo que nunca se invirtió ayer.
Este descontrol se agudiza al final de cada período fiscal, cuando los recursos para pagar la deuda tienen que dividirse en dos montones: el primero, para pagar la deuda interna; y, el segundo, para pagar la deuda externa.
Desde 1983, el objetivo de la mayoría de las políticas de ajuste fiscal y monetario impuestas en América Latina, ha sido el de alcanzar un superávit comercial. Lo cual efectivamente se ha logrado cumplir en casi todos los años. Pero a pesar del constante esfuerzo de nuestra gente por consumir menos y de las inalterables instrucciones de los organismos internacionales, las cifras de los superávit han sido patéticamente minúsculas.
El 2001 fue un año positivo para la balanza comercial de Latinoamérica: se exportaron 312.6 mil millones de dólares y se importaron 301.9 mil millones. El superávit resultante, 10.7 mil millones, fue el segundo más grande de la última década. Sin embargo, apenas alcanzó para cubrir un poco más de la décima parte de los 97 mil millones requeridos para pagar las cuotas y los intereses de la deuda externa por ese año. El restante 90 por ciento fue pagado contratando nueva deuda.
Y esa ha sido la historia de Latinoamérica en las dos últimas décadas: la política fiscal se ha visto limitada a contratar nueva deuda para pagar la vieja.
La historia:
El origen del dinero se pierde en las penumbras de la historia. Se supone que el hombre lo inventó cuando dejó de ser nómada y necesitó realizar los primeros canjes entre tribus sedentarias.
La arqueología señala que al principio se usó como dinero una gran variedad de artículos, incluyendo piedras, conchas, sal, cuero, ganado, maderas, ornamentos, flechas, miel, azúcar, tabaco, curtidos, ajonjolí, seda, papiro, aceite, perlas, cauris y metales, entre otros.
En el Siglo XV antes de Cristo, como la época en que por primera vez se acuñó monedas.
Subdesarrollo Precolombino:
Las monedas de oro serían sustituidas por las de plata, a raíz del descubrimiento y explotación de las minas de México y de Potosí, realizado en los primeros años de la conquista española.
En la época en que Cristóbal Colon descubre América, esta se encontraba dividida en dos imperios: el Imperio Azteca, que tenía alrededor de 10 millones de súbditos, y el Imperio Inca, que con alrededor de 20 millones de habitantes. Ambos imperios se encontraban en una avanzada etapa de organización comunitaria que, en varios aspectos, superaba las estructuras sociales existentes en la Europa de aquella época.
.El sistema económico se basaba en la planificación colectiva y dependía básicamente de la explotación agrícola, pecuaria y minera que, a su vez, reposaban en la magnífica infraestructura del imperio, así como en la existencia de nichos de producción artesanal en el campo textil y en la orfebrería.
Las obras públicas, a cuya supervisión los incas dedicaban casi todo su tiempo, se construían usando el sistema de la MITA, que era una especie de sorteo en el que se escogía los miembros de cada AYLLU que, forzosamente, debían trabajar en las minas, en el empedramiento de caminos y calles, en la excavación y limpieza de canales, en la edificación de palacios y templos, en el transporte de bienes y cosechas, en el levantamiento de silos e, incluso, en la construcción de viviendas para la burocracia militar y para los miembros de la teocracia.
El sistema tributario consistía en dividir la producción de cada AYLLU en tres partes: una parte se entregaba al Inca; otra se destinaba a la elite teocrática y militar encargada de controlar la producción en beneficio propio y del Inca; y, la restante tercera parte, se distribuía entre la gente del AYLLU respectivo.
CAPÍTULO XI
DOLARIZACIÓN Y EL PESO LATINO
El dinero lo usamos diariamente ,cuando nos referimos a que una persona tiene dinero ,estamos diciendo que posee bienes y riquezas .Mientras que la moneda no la usamos muy frecuentemente, aunque sabemos su nombre y escuchamos que es muy importante , pero realmente no se le da el valor que de verdad tiene; nuestro dinero nos interesa porque somos miembros de una familia, mientras que nuestra moneda nos interesa porque somos miembros de una nación; valoramos nuestro dinero dentro de las fronteras, mientras que nuestra moneda tiene valor por fuera de ellas; el Banco Central puede fijar aunque sea fugazmente el precio de la moneda, pero jamás el precio del dinero; y, relacionamos moneda con devaluación y dinero con inflación. Para lograr una estabilidad económica, cada país debe saber que poseen dinero pero no tienen moneda.
El sendero
A partir del siglo XXI se introdujo más monedas de hierro, cobre o plata y se emitieron papeles bajo el patrón oro. Para que el dinero de un país tenga valor para el resto del mundo, tiene que cumplirse por lo menos una de las siguientes tres alternativas:
1. La primera alternativa es que todo el mundo crea que la producción de ese país puede cubrir la totalidad del dinero emitido por esa nación.
2. La segunda alternativa es que dos o más países se asocien para comerciar entre ellos y acuerden recibir en pago la moneda de cualquiera de los países asociados
3. La tercera alternativa es que, dos o más países, decidan crear y compartir una misma moneda.
uno de los argumentos que apoyan la primera alternativa fue el de Adam Smith, quien identifica la moneda con el trabajo que es necesario para producir la riqueza de un país, el afirmaba que el trabajo, fue el precio primitivo, la moneda original adquiriente que se pagó en el mundo por todas las cosas permutables. No con el oro, no con la plata, sino con el trabajo se compró originariamente en el mundo todo género de riqueza.?
Por otro lado, Milton Friedman, asegura que todo el mundo acepta dólares, porque confían que todos los demás lo harán. La respuesta más breve y la correcta es que las personas aceptan esos pedazos de papel porque confían en que otras lo harán también. Los pedazos de papel verde tienen valor porque todos creen que tienen valor.
Si la economía de un país no es lo suficientemente grande, su moneda no puede respaldar las transacciones que se efectúen un poco más allá de los estrechos límites de sus fronteras. Y esa es una condición que, hoy por hoy, ningún país latinoamericano puede cumplir.
Con respecto a la segunda alternativa, la asociación comercial ha tratado de crear mecanismos de integración o de libre comercio. Sin embargo todos esos intentos, han fracasado. El próximo intento en esa línea se concentra en la creación del ALCA "el Área de Libre Comercio de las Américas" que no es una iniciativa de Latinoamérica y que ya ha tenido serios cuestionamientos a pesar de que, se supone, recién empezará a funcionar en enero del año 2006.
La tercera alternativa trata de crear o compartir una moneda en común. Sin embargo, para crear una moneda en común, es necesario que los países latinoamericanos logren derribar una serie de barreras legales convencionales unas, artificiales otras gratuitamente levantadas entre ellos y, adicionalmente, que logren construir el escenario de unidad que un Peso Latino requeriría para poder transitar libremente.
El Euro: breve historia
El Euro se origina en una isla en la prision de la Isla de Ventotene, donde se encontraba recluido Altiero Spinelli, quien fue arrestado a la edad de 20 años por participar en un movimiento clandestino para derrocar al gobierno fascista de Benito Mussolini. En los años de encarcelamiento de Spinelli, pudo meditar en la tragedia en la cual estaba inmersa Europa.
Spinelli , junto con dos compañeros de prisión expresaron mediante el manifiesto de Ventotene que la línea que divide a los partidos reaccionarios de los partidos progresistas, ya no coincide con las líneas tradicionales de la democracia o del socialismo, sino que la división se produce entre los que luchan por la conquista del poder político en sus naciones, y los que luchan por crear un sólido y unido estado europeo. Spinelli una vez libre, inició una larga lucha política dirigida en contra de la existencia de las naciones y estados dentro de Europa. La lucha de Spinelli y del Movimiento Federalista Europeo que el mismo creó, encontró una abierta oposición en todos los partidos políticos, llevaran o no un membrete liberal, socialista, conservador o demócrata.
Por más de tres décadas Spinelli insistió en solicitar directamente al pueblo europeo que se pronuncie a favor o en contra de la unificación europea.
Después de la aprobación del borrador del Tratado efectuada por el Parlamento Europeo, los diversos gobiernos y partidos políticos nacionalistas, comenzaron a bloquear o boicotear las actividades necesarias para oficializar y ejecutar el Tratado. Sin embargo, en 1989 sucedió un evento que nadie esperaba, pero que estremeció los cimientos mismos del viejo continente: el bloque socialista y comunista de Europa del Este comenzó a hundirse.
La historia tiene un final feliz: Europa empieza a transitar el Siglo XXI como un continente férreamente unido; no por un gobierno, ni por un partido político, ni por un trazado territorial, ni por una bandera, sino por una moneda. Por fin habrá paz en la tumba de Altiero Spinelli.
El Dólar: breve historia
Carlos I Rey de España y Emperador de Alemania, ordena que en las recién descubiertas minas de plata en el territorio de lo que hoy es México, se empiece a acuñar una moneda similar a la que se utilizaba en Europa con el nombre de thaler.
En el primer siglo de acuñación, los daler de plata fluían casi en su totalidad directamente a España. Se calcula que entre 1540 y 1650, el exceso en la circulación de monedas de plata, generó un aumento en el nivel de precios superior al 600 por ciento, en un mundo donde la inflación era entonces un fenómeno desconocido.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |