La recta descendente es una idealización de la conducta del comprador: dice que si logra conseguir un precio bajo, estará dispuesto a comprar una cantidad alta. Pero si el precio es alto, tendrá que conformarse con una cantidad menor.
Esta hipótesis es generalmente aceptable. Sin embargo, existen casos en que un agente podría pensar en comprar mucho si el precio es alto "pues significa que la gente aprecia mucho ese bien" y por tanto, calcula que le puede sacar buen provecho. Por otro lado, tratará de comprar poco de aquello que tiene bajo precio pues puede significar que la gente ya no aprecia demasiado ese bien.
Esto no quiere decir que un agente va a comportarse siempre de la misma manera, pues todo depende de las circunstancias, los tiempos y las contingencias. Si un agente percibe que una semilla va a escasear, puede ser que compre más, aún cuando hoy está más cara que ayer. Seguramente este agente pensará que pasado mañana la puede vender a mejor precio y así obtener un beneficio.
En cuanto a la curva de oferta se puede leer de la siguiente manera: "si el precio es bajo el oferente tendrá poco interés en comerciar o quizás sólo intercambie un poco, esperando que mañana tenga un mejor precio; pero si el precio que ofrecen es alto, tendrá mayor interés en intercambiar. Pero también podría suceder que si el precio es bajo tratará de vender mucho, pues quizás es un producto pasado de moda, pero si el precio es alto tratará de vender poco porque es posible que mañana lo pueda vender más alto aún. Igualmente, tener una curva de oferta descendente obedece a las distintas expectativas que poseen los agentes económicos.
2.5 La plusvalía o juego de suma positiva
La impredecibilidad de los agentes económicos parece ser un factor importante para que funcione eficientemente un sistema y requiere un buen estudio.
Un tema interesante se refiere al encuentro de un oferente y un demandante con sus curvas invertidas. O bien un oferente con curva invertida y un demandante con curva normal y viceversa.
Considerando las curvas de oferta y demanda tradicionales: descendente la de demanda y ascendente la de oferta; cuando los dos agentes se encuentran, cada uno con sus intenciones y expectativas, empiezan a negociar. El único punto que manifiesta un acuerdo es aquel donde se cruzan las líneas. Ese es el precio de mercado. Vale la pena recalcar que ese es el precio para ese mercado, con esos individuos, con esas mercancías, en ese lugar y en ese momento. Si llegan a un acuerdo intercambian a ese precio fijado por ellos mismos. A esto se le llama equilibrio del mercado. "Así pues -dice Arrow (1977)- un conjunto de precios de equilibrio es un conjunto tal que la oferta y la demanda se igualarán en el mercado".
Los críticos del mercado señalan que esta forma de ver la economía es obsoleta pues en la actualidad un individuo que quiere comprar una computadora difícilmente se puede sentar a negociar con Bill Gates, el dueño de Microsoft: "Gates te impone sus precios y no puedes negociar nada". Sin embargo esta crítica es poco válida pues Gates no pone los precios a su antojo. A pesar de que tiene todo el derecho de poner el precio que desee a sus ordenadores, sabe que corre el riesgo de no vender sus aparatos, fomentar la competencia o la piratería. Y si el precio es demasiado bajo es posible que tenga que cerrar su empresa pues no alcanzaría a cubrir los costos.
Una vez que Gates o su equipo determinan a cómo vender sus aparatos, los ofrece y si hay alguien que los compre, quiere decir que ese es el precio para esas personas (Gates y su cliente) en ese lugar y en ese momento. No es un precio impuesto pues Bill Gates no coacciona al cliente para que compre la computadora, son operaciones libres y voluntarias entre dos agentes privados.
Por definición, si el cliente compra a un precio P, ese es un precio justo para ese comprador y ese vendedor ya que es la expresión de la soberanía y libre voluntad de los agentes involucrados.
Hay otras maneras en que se forman los precios. Por ejemplo, en una subasta se ofrece un piano a un precio muy bajo y habrá muchos que quieran comprar; conforme se va incrementando el precio, el número de posibles compradores va disminuyendo. Llega el momento en que la cifra es tan alta que solo hay un posible comprador. En cuanto el mazo golpea el mallete y el subastador grita "¡vendido!", en ese instante se forma el precio justo para ese vendedor y ese comprador. Este será el precio para ese mercado, de ese momento y en ese lugar. Es muy posible que en la esquina vendan un piano de la misma marca y con otro precio. Eso no quiere decir que hubo fraude alguno. Y el comprador no tendrá derecho de reclamar.
Hay algunos autores que hablan de intercambios fuera del mercado, es decir, fuera del equilibrio. Es una idea sin sentido, a menos que se refieran al ladrón de la esquina que bajo la amenaza de quitar la vida, exige la cartera. Ese si es un intercambio fuera del mercado ya que el asaltado no es respetado en su voluntad y propiedad, hay coacción y por lo tanto no hay mercado.
Por cierto, en la sociedad existe un número importante de intercambios fuera del mercado, pero todos ellos presuponen violencia, coacción o delincuencia. Por ejemplo, las negociaciones de un sindicato con el patrón, bajo la amenaza de estallar la huelga si no reciben el sueldo solicitado. O bien cuando los funcionarios del Estado determinan sus propios sueldos y bonos o "compensaciones". O cuando se paga la gasolina que vende el gobierno. Todos estos son intercambios fuera del mercado porque se omite la voluntad y soberanía de los agentes económicos (el oferente y demandante no negocian) y descansan en fuerzas coactivas.
León Walras estudió profundamente el proceso del mercado en el siglo XVIII y observó el fenómeno de la formación de los precios. Observó que si los precios permanecían constantes era posible calcularlos conociendo las cantidades compradas y el total de la compra. Walras se refería a un sistema de ecuaciones simultáneas.
Y1=p1x11+ p2x12+ p3x13+…+ pnx1n
Y2=p1x21+ p2x22+ p3x23+…+ pnx2n
. (2.1)
Yn=p1xn1+ p2xn2+ p3xn3+…+ pnxnn
Donde Yj es la cantidad pagada por el agente j;
pi es el precio pagado por el bien i.
xij es la cantidad comprada del bien j por el agente i.
Sin embargo, a pesar de ser una observación interesante, sólo tiene sentido si los agentes no negocian y tomen los precios como fijos. Esto, por supuesto, es una circunstancia muy especial que no se da en una economía de mercado, donde los agentes negocian, los gustos cambian, las disponibilidades de insumos varían.
Ahora bien, si se admite que una hogaza de pan puede tener diferentes precios y todos ellos son precios de equilibrio y haciendo abstracción del tiempo, es posible que se admita el sistema anterior de ecuaciones para calcular el precio de mercado de cada hogaza y de cada naranja vendida. Aquí ya se estaría considerando la hogaza de pan vendida a las ocho de la mañana como una mercancía diferente de la hogaza de pan vendida a las diez de la mañana.
Todo lo que se requiere para que sirva el sistema de ecuaciones de Walras es que sea un sistema no singular, es decir, que su determinante sea diferente de cero. Dicho de otra manera, que sea un sistema de ecuaciones linealmente independiente donde hay n ecuaciones y n precios.
Si se suma
x11+ x21+ x31+…+ xn1= x1
x12+ x22+ x32+…+ xn2= x2
(2.2)
x1n+ x2n+ x3n+…+ xnn= xn
donde xi es la cantidad del bien i intercambiada en el mercado.
Se obtiene la cantidad total vendida del bien x1, x2,…,xn . Estas cantidades son denominadas por muchos economistas como la demanda. Pero igualmente podría llamarse oferta pues es lo que llevan los oferentes al mercado.
Por tanto la igualación de la oferta y la demanda resulta ser una obviedad.
La conjetura de Walras dice que los precios están estrechamente relacionados con la oferta (o demanda) de productos. Es decir, que si se conoce las cantidades que llegan al mercado, se puede determinar de antemano el precio que van a tener.
Intuitivamente parece una proposición aceptable, pues si llega poca mercancía parece natural que el precio se eleve y si se produjo mucho arroz es natural que baje el precio. Pero una cosa es determinar la dirección de los precios y otra encontrarlos o calcularlos de manera precisa.
Si esta conjetura fuera cierta, ya no se necesitaría que los agentes económicos pierdan el tiempo negociando a cómo comprar una tonelada de arroz, bastaría tener una buena computadora y alimentarla con los datos de las cantidades que llegan al mercado para que la máquina, en cosa de segundos, determine el precio. Walras sugirió entonces que los precios dependen de las demandas de bienes, no solo de la demanda de un bien, sino de todos los demás.
La formulación es la siguiente:
P1=f(x1, x2,…,xn)
P2=f(x1, x2,…,xn)
(2.3)
Pn=f(x1, x2,…,xn)
Sin embargo, parece ser que la conjetura de Walras posee algunas inconsistencias si se considera el siguiente ejemplo.
Supóngase que sólo se dispone de cuatro naranjas y tres manzanas. ¿Como pretender que con estos simples datos la computadora puede saber los precios que tendrán en el mercado? Es imposible pues hay demasiadas posibilidades. Se puede acotar si se considera que el gasto total es de 10 pesos. Se puede pensar en un sistema como el que sigue:
1n+2m=4
3n+1m=6 (2.4)
La solución es n=5/6 , m=7/3
Pero también podría ser:
3n+2m=7
n + m=3 y la solución es m=2, n=1
Y así se podrían construir una infinidad de soluciones.
Luego, parece ser que no es posible concluir que, conociendo la demanda total de n bienes es posible determinar los n precios.
El error de la conjetura podría deberse a la agregación de los n bienes en ecuaciones tipo (2.2). En realidad, para determinar los n precios se requiere tener, ciertamente n ecuaciones, pero no de forma agregada.
Se necesitan saber las cantidades que operaron en cada mercado y el monto total de la operación. Es decir un sistema como:
Y1=p1x11+ p2x12+ p3x13+…+ pnx1n
Y2=p1x21+ p2x22+ p3x23+…+ pnx2n
…. (2.5) .
Yn=p1xn1+ p2xn2+ p3xn3+…+ pnxnn
Donde Yj , xik son constantes.
En estas condiciones es posible calcular los precios que se formaron, los de las acciones de compra realizadas. Si se quisiera usar el modelo de Walras para pronosticar precios, se estaría abusando de su planteamiento. En efecto, para que fuera posible pronosticar los precios que va haber mañana, se tiene que contar con los siguientes requisitos:
- los gustos de los agentes no deben cambiar.
- los agentes no deben negociar, sino tomar los precios como dados.
- deben comprar lo mismo que ayer.
Pero entonces se trata de una economía muy especial que no vale la pena detenerse en ella. Lo cierto es que en las economías de mercado los gustos y preferencias globales cambian a cada momento y nadie las puede pronosticar; Algunos agentes podrán tener gustos con duraciones más prolongadas, pero otros cambian de manera inesperada. Puesto que los agentes tienen libertad de negociación, es muy posible que las cantidades intercambiadas sean diferentes a las del día anterior.
Otro aspecto equivocado de Walras se refiere a la condición de beneficio nulo de las empresas. Se trata entonces de una economía muy diferente a la de mercado, donde los empresarios son movidos por el interés del beneficio.
Estas distorsiones en el concepto del mercado conduce a la idea de que un tercer agente puede intervenir en ellos para "lograr el equilibrio". En efecto, Arrow (1977) dice: Supongamos que los mercados se consideran en algún orden definido. En el primer mercado, ajustamos el precio de modo que se igualen la oferta y la demanda, dados todos los demás precios; esto requerirá normalmente que se eleve el precio si inicialmente la demanda supera a la oferta; que baje en caso contrario. Al final de la primera vuelta, el último mercado estará en equilibrio, pero ninguno de los demás lo estará necesariamente porque los ajustes de los mercados subsecuentes destruirán el equilibrio logrado en cualquiera de ellos".
2.6 El dinero como fenómeno espontáneo
Uno de los méritos del trabajo de Arrow se refiere a la introducción implícita del dinero. Dice Arrow (1977) "la existencia de un mercado supone que debe haber por lo menos, un bien aparte del que se comercia en ese mercado, ya que un precio debe expresarse como la tasa a que un individuo da algo a cambio del bien en cuestión". Quiere decir que la presunción del funcionamiento eficiente de los mercados implica la existencia de un mecanismo que hace posible esto: el dinero. No se necesita abundar más en ello mientras ese mecanismo no sea pervertido por algún agente.
2.7 Los precios de mercado
La posibilidad de calcular los precios después de realizadas las operaciones ha permitido surgir la idea de poder calcular los precios antes de que se realicen los intercambios.
Hasta hoy en día, no ha sido posible tener un modelo que pronostique los precios que surgirán en el mercado de mañana. Aún si se redujera el ámbito del precio de las acciones en la bolsa mexicana de valores, o aún si se redujera a un paquete de diez acciones es fácil que falle cualquier modelo. Incluso si se redujera el problema a calcular el precio de una sola acción, fallaría el modelo. Es fácil comprobar esta afirmación si tan solo se intenta calcular la tasa de cambio entre el peso mexicano y el dólar para el día siguiente.
2.8 Modelos para calcular precios futuros de mercado
Es notable ver que los modelos más elaborados para pronosticar los precios precisos de mercado en el próximo año, de las semillas, el oro, el dólar o cualquier otro bien fallan con probabilidad cercana a uno. Aún si se pronostican con horizontes cortos, de un mes, una semana o del día siguiente, es muy probable que fallan. La razón es muy simple. Cuando concurren dos agentes que quieren intercambiar, interviene una cantidad enorme de variables difíciles de enumerar y determinar.
Por ejemplo, cada vez que una joven va a la tienda con la intención de comprar una blusa, se fija en el color, la textura, la combinación, la temporada, la marca, la tienda; piensa si le va a gustar al novio, a las amigas, a sus hermanas o al jefe. En fin, todas las variables se procesan en esa maquinaria tan fina y compleja que se llama cerebro para decidirse a pagar o no el precio que pide el oferente, o a proponer otro precio hasta llegar al punto de acuerdo o desacuerdo. El caso es que nadie puede prever el resultado final. Es posible que no se pueda pronosticar siquiera si se hará o no la operación.
2.9 La predicción
La imposibilidad de calcular los precios del mercado no implica que se deba abandonar el esfuerzo por pensar en los precios del mañana. Pero estos precios deben verse como simples posibilidades, especulaciones que generan diversos escenarios. En realidad todos los productores y consumidores trabajan a base de especulaciones. Piensan que posiblemente encontrarán un comprador que pagará diez mil dólares por su automóvil; piensan que es muy probable que el precio de las tortillas sea el mismo que el de ayer. Estas especulaciones sirven para hacer cálculos económicos a fin de tomar decisiones e intentar conseguir los mejores resultados.
Ante la dificultad de calcular precios futuros precisos, los modelos econométricos introducen un término de error con el fin de determinar intervalos donde pueden ocurrir los precios. Esto es más real, y el modelo será más confiable mientras mayor sea la varianza del error. Pero si la varianza es muy grande, aunque el modelo sea confiable puede ser inútil.
2.10 Alteración de los precios de mercado
Ya se ha visto que las operaciones de mercado constituyen juegos de suma positiva donde los dos involucrados ganan. No es posible explicar los intercambios libres y voluntarios sin el presupuesto de que ambos agentes se sienten más beneficiados que antes de la operación.
Otro punto interesante de la teoría económica se refiere a los mecanismos de generación de riqueza. Aquí ya se vio que el mercado es un mecanismo que genera riqueza para las dos partes, el oferente y el demandante. ¿Será posible que exista otro mecanismo más eficiente? La respuesta es negativa.
2.11 Redistribución del ingreso
Se creía que quitándoles a los que tenían "demasiada riqueza" y distribuyéndola entre los pobres se lograba mejorar la sociedad. Sólo que este método implica varios problemas.
El primero se refiere a la existencia de un agente que se arroga el derecho de violar la propiedad privada. Si puede violar la propiedad privada de un gran rico, también lo puede hacer con un mediano o con un pobre.
El segundo problema se refiere a crear una sociedad o grupo de personas que dependen del "benefactor". Estos ya no se preocuparán por ser productivos pues los mantiene el Estado.
El tercer problema se refiere al acotamiento que el benefactor les hace a "los ricos". Éstos ya no podrán invertir más, ni comprar más materia prima, ni crear más puestos de trabajo, ni elaborar más mercancías pues les despojaron del capital.
El cuarto problema se refiere al crecimiento de la burocracia del benefactor. Necesita gente que le ayude a quitarles a los ricos y que le ayude a distribuir. El resultado de este proceso será que los verdaderos beneficiarios serán "el benefactor" y su equipo de trabajo.
El quinto problema del sistema de distribución a la Robin Hood se refiere a las conductas que genera, ya que nadie quiere hacerse rico porque sabe que será candidato a ser expropiado. Luego, se creará, a largo plazo, una sociedad igualitaria de pobres.
2.12 El papel de los impuestos
Una manera de aplicar el sistema de Robin Hood es mediante la aplicación de una política fiscal a base de impuestos. Especialmente si los impuestos son de orden progresivo, es decir, cuando el Estado impone tasa mayor a la gente que gana más.
También se ha hecho muy popular que los gobiernos cobren impuestos por cada operación comercial. Así, por ejemplo, si se va a comprar un automóvil de $100,000.00 el gobierno impone un pago extra por $15,000.
Figura 2.7 La intervención del tercero destruye los mercados
P* es el precio de equilibrio pactado por el oferente y demandante.
Pn es el precio dictado por un tercero.
Qn1 es la cantidad que el oferente estaría dispuesto a vender dado el precio Qn.
Qn2 es la cantidad que posiblemente podría adquirir el demandante, dado el precio Pn.
Los efectos posibles de un impuesto a la operación comercial son los siguientes:
- Puede suceder que el cliente no realice la compra. En este caso, el gobierno destruyó el mercado que se estaba formando con el comprador, el vendedor y el precio de equilibrio. Se trata de un juego de suma negativa, pues perdió el cliente (no tendrá el auto que deseaba); perdió el oferente, al no tener el ingreso por venta del auto. Y finalmente también perdió el gobierno, pues no consiguió el dinero que deseaba, al no haberse hecho la operación.
- Puede suceder que se realice la compra. Si el impuesto lo paga el cliente, sentirá que le han robado $15,000.00 que no estaba dispuesto a pagar. También se está destruyendo al mercado, pues la operación ya no depende de la libertad soberana de los agentes para determinar el precio. Al nuevo precio impuesto por el Estado, es probable que se reduzca la cantidad de clientes. Esta reducción conduce asimismo a una contracción de la planta productiva y eventualmente a despedir trabajadores.
- Si el impuesto lo absorbe el oferente, entonces se descapitalizará y posiblemente tenga que cerrar su negocio.
- Si el impuesto se absorbe por las dos partes (oferente y demandante) entonces la descapitalización es para ambos y por tanto, sus tasas de crecimiento serán menores.
- No hay garantía de que el dinero obtenido con base a impuestos tenga un efecto virtuoso en manos del Estado.
En resumen, el único precio que permite un óptimo de Pareto, es el precio de mercado, es decir, el precio determinado libremente entre oferente y demandante; el precio donde no interviene el Estado.
El precio de mercado, o precio de equilibrio, es el precio capaz de generar riqueza. Esta riqueza se distribuye de la manera más justa, es un óptimo de Pareto. Se distribuye entre los actores del intercambio y cualquier reparto diferente que hiciera un tercer agente, perjudica a uno de los dos.
Otro problema teórico consiste en saber si existe alguna otra forma de generar riqueza aparte del quid pro quo.
Ciertamente, una persona puede acumular riqueza a base de fraudes, por ejemplo, dando kilogramos de 800 gramos; también se puede asaltando a los transeúntes. Ambas prácticas implican la generación de riqueza pero fuera del principio de intercambio libre y voluntario. No son recomendables porque terminan por destruir a la sociedad.
Otros autores han pensado que se puede generar riqueza por medio del gasto público. Por ejemplo, si el gobierno construye carreteras, va a permitir que se desarrolle el comercio, se incremente el consumo, se incremente la planta productiva y con ello se generan más empleos. Para que el gobierno haga una carretera, necesita cobrar impuestos, sea a los trabajadores, sea a los productores. Pero entonces va a reducir el nivel de consumo de los trabajadores; y va a reducir el nivel de inversión.
No sería mala la idea del gasto de gobierno si en el balance, comparando el nivel de consumo perdido con el nivel de consumo nuevo, resultara positivo; o bien, comparando el nivel de inversión o pérdida con las nuevas inversiones, se compensara positivamente. Pero nadie puede garantizar este resultado. Por otra parte, la carretera se gasta, la intemperie tiende a destruirla y puede ser que se de el caso de quedar inutilizada antes que genere algún beneficio económico. Por tanto, la idea de que el gobierno gaste en una carretera, puede no ser muy buena pues termina por generar pobreza en algún lugar, además de que tiene que seguir cobrando impuestos por los gastos de mantenimiento.
Esto no quiere decir que no se deben hacer carreteras para el desarrollo de país. Las carreteras son necesarias, fundamentales para la labor económica. El problema radica en quién debe ser el sujeto que decida si se hace o no una carretera. La respuesta es que no debe ser el gobierno.
Si hace falta una carretera, debe haber particulares que se encarguen de construirla, que usen sus propios recursos, y busquen la manera de recuperar la inversión. Puede ser que ponga casetas de cobro, puede ser que conquiste el interés de la gente para que colaboren con sus aportaciones. Puede ser que genere una bolsa de accionistas que aporten capital debido a que la carretera favorece a sus negocios. En fin, hay muchas maneras de resolver el problema de la carretera. Pero todas estas soluciones deben conservar un principio: no despojar a nadie de su patrimonio.
Lo mismo se puede decir de los puentes, las presas, la telefonía, la electricidad o el petróleo. Lo único que justificaría la entrada del gobierno es que no existiera algún particular interesado en brindar el producto o servicio.
Por ejemplo, si hay una epidemia de cólera ¿debe el gobierno incrementar los impuestos a fin de contratar médicos, crear hospitales, comprar medicinas, y curar a la gente? Si se deja al mercado, seguramente habrá agentes que consigan las vacunas y las ofrezcan a cambio de una cantidad de dinero. Algunos tendrán para pagar, otros podrán pedir prestado al banco. Pero todos podrán resolver su problema sin necesidad de utilizar a un Robin Hood.
En resumen hay dos modelos puros y extremos en la economía: uno de ellos (planificación centralizada), se basa en la concentración de las decisiones económicas en un centro de decisiones; el otro se basa en las decisiones libres y soberanas de cada individuo.
Son modelos extremos que parten de principios distintos y opuestos. Uno se construye a partir del principio de propiedad privada; el otro se erige con base a la abolición de la propiedad privada.
Como puede verse, el principio de propiedad privada es un concepto clave para definir los sistemas económicos fundamentales de la economía.
El principio de propiedad privada únicamente dice que ningún individuo puede usar la fuerza o la coacción para quitarle a otro sus pertenencias y que un individuo puede hacer lo que desee con sus propiedades siempre y cuando no dañe la propiedad privada de otros. Por tanto, el individuo puede vender, rentar, hipotecar o destruir su propiedad siempre y cuando no dañe a otros individuos.
Si se construye un sistema económico con base al principio de propiedad privada, naturalmente surge el intercambio libre y voluntario, la libre competencia. Los gobiernos quedan limitados a cuidar que el mercado funcione.
Si se construye un sistema con base a la abolición de la propiedad privada, naturalmente no puede existir un comercio adecuado y se tendrá que construir un aparato que organice a la sociedad a fin de producir los bienes que hacen posible la existencia humana.
Empero, los modelos puros son una abstracción de la mente, producto de la reflexión, la observación y el estudio. En realidad, no hay ningún país que tenga como característica que todos sus habitantes respetan el principio de propiedad privada. Al haber robos, asesinatos, fraudes y violencia se constata que todavía no se ha aprendido a respetar al prójimo. Incluso, cuando se constata la existencia de gobiernos que cobran impuestos para usarlos en algo diferente de la responsabilidad de cuidar que el mercado funcione bien, se puede presumir que hay violación al principio de propiedad privada.
Tampoco ha sido posible construir un país o una economía donde quede totalmente abolida la propiedad privada. El hecho de ver que un individuo comercia con otro; que un ciudadano intercambia una gallina por sal, o que se use algún tipo de billetes para adquirir bienes en las tiendas del Estado, quiere decir que todavía no está erradicado el sentido de propiedad.
En realidad, las economías reales son combinaciones convexas de los dos modelos puros: Tienen un poco de Planificación centralizada y lo demás es mercado, o viceversa.
Figura 2.8 Las economías reales entre dos modelos puros
Todas las economías reales se encuentran entre estos dos polos. Por ejemplo, Hong Kong se encuentra muy cerca del modelo de Economía de Mercado, mientras que Corea del Norte es la economía más cercana a la planificación centralizada.
Cualquier país que se considere, está en un punto intermedio pero no permanece en el mismo lugar por mucho tiempo. Más aún, se puede demostrar que a cada momento cambia de posición. En otras palabras, no existe estabilidad en estos puntos intermedios.
La actividad de cada ciudadano, pero fundamentalmente la acción del gobierno empuja a un país hacia uno u otro de los modelos puros. Así que, se puede estudiar a cada economía considerando su posición, su velocidad y dirección y algo así como su aceleración.
Por ejemplo, se podría usar una escala de cero a diez para ubicar a cada país. Se podría calificar con cero al país que tiene una economía totalmente planificada y diez si es una economía de mercado pura. En este tenor, Corea del Norte se acercaría a una calificación de 0 y Hong Kong a una de 10. México podría obtener una calificación intermedia.
Para evitar apreciaciones subjetivas, es necesario establecer una metodología bien definida para que cualquier persona que la aplique obtenga el mismo resultado. Para ello se pueden elegir variables que sean capaces de medirse y que den cuenta del estado de una economía, es decir, si está cercana al modelo de planificación centralizada o al de economía de mercado.
2.13 El papel del Gobierno
Todos los países tienen cambios en el personal que conforma el gobierno. Algunos presidentes duran tres, cuatro, seis años, otros son vitalicios. Todos los gobiernos tienen influencia sobre la economía de los países. Algunos ayudan a mejorarla otros a empeorarla. Se puede simplificar la acción de cada gobierno en dos tendencias: tratar de que su economía avance más hacia el mercado o tratar de llevarla a la planificación centralizada.
Hasta hoy en día los gobiernos que han pretendido empujar conscientemente a sus países hacia el mercado han mostrado poca experiencia, ya que es una corriente relativamente nueva. Realizan reformas que suelen ser endebles, dejando la sensación de que empeora la economía. Se olvidan de un principio fundamental: La gente tiene que cambiar sus ideas. Esto significa que para construir una economía de mercado estable y duradera, se tiene que empezar con una reforma educativa a fin de que la gente comprenda la necesidad de defender el principio de propiedad privada, del respeto al prójimo, y de asumir la responsabilidad personal.
Los que empujan hacia la planificación centralizada no se atreven a declararse abiertamente contra la propiedad privada. No demuestran, desde el punto de vista teórico que el Estado tiene la ciencia, la capacidad y la prudencia para resolver los problemas que el mercado no puede. Esto hace que ejerzan políticas que temporalmente ganan adeptos entre la población pero que a largo plazo crea pesadillas económicas.
La forma en que empujan a la economía hacia la planificación centralizada consiste en: subir o meter altas tasas impositivas, dejar los recursos en manos del Estado, dejar la educación, salud, electricidad en manos de la burocracia gubernamental, regular desde el gobierno a la banca, el comercio, las importaciones y otros renglones de la economía.
Figura 2.9 El papel del gobierno en la economía
Hay gobiernos que, sin darse cuenta, empujan a sus países hacia la planificación centralizada enarbolando programas bienintencionados. Es el efecto de la ignorancia de las ciencias económicas.
Una carencia notable de la teoría económica se refiere a la falta de un indicador que diga en qué punto intermedio se encuentra un país. Qué tanta planificación central tiene o qué tanto mercado. Este indicador podría reflejar el nivel de grados de libertad económica que tienen los individuos.
Un trabajo que ha servido de guía para la presente investigación es el que ha realizado la Heritage Foundation y The Wall Street Journal.
2.14 El índice de la Heritage Foundation
Este indicador, creado hace menos de dos décadas, es el que más se acerca al interés de este trabajo. El origen de este índice se puede resumir en las siguientes observaciones:
Aún cuando dos hermanos nacen de los mismos padres, crecen en la misma casa y van a las mismas escuelas, llega el momento en que se empiezan a diferenciar: uno se hace más próspero que el otro. Lo mismo ocurre entre países. Japón era tan pobre o más que México a fines del siglo XIX, pero llegó a convertirse en una gran potencia industrial y comercial mientras que México se quedó muy atrás. Hay regiones que en un tiempo no tenían ninguna riqueza natural, ni siquiera agua para tomar, pero algo ocurrió que de pronto se transformaron en economías prósperas. Por el contrario, hay países que han tenido toda clase de recursos naturales: agua, tierras fértiles o petróleo, y su población ha sufrido las peores hambrunas.
Ha sido preocupación constante del hombre desde tiempos inmemoriales buscar la clave de la riqueza. Se llegó a pensar que la prosperidad era una concesión de los dioses y para tenerlos contentos se sacrificaban en su honor a las hijas más bellas del pueblo, aún hoy en día se ven las grandes peregrinaciones para pedirle a la Virgen o a los santos les conceda mejor suerte. Otros pensaban que la grandeza se obtenía haciendo crecer el reinado, y conquistaban tierras y pueblos para crear imperios donde nunca se ocultaba el sol, pero con el tiempo cayeron estrepitosamente. La última gran aventura para lograr prosperidad se fundamenta en la creencia de que centralizando las decisiones en un pequeño grupo de sabios o en un líder talentoso que administre vidas, almas y recursos, se puede lograr que la sociedad tenga todo lo que necesita.
Tales han sido los experimentos de la Alemania de Adolfo Hitler, la China de Mao, la URSS de Stalin o la Cuba de Fidel, pero tampoco lograron demostrar que esa concentración de poder es suficiente para lograr el resultado deseado. La gente común, los hombres de ciencia y los economistas se siguen preguntando por las claves de la riqueza.
La Heritage Foundation es un tanque de pensamiento donde convergen científicos, economistas, matemáticos y filósofos para estudiar a profundidad las razones, causas o factores por los que los pueblos sufren de pobreza.
Con mucha asiduidad han analizado teorías de los grandes pensadores que también se han preocupado por encontrar las claves de la riqueza. Desde Platón, Aristóteles, Richard Cantillón, Quesnay, Adam Smith, Carlos Marx, Carl Menger, Friedrich von Böhm-Bawerck, Wieser Ludwig von Mises, Friedrich von Hayek, Rothbard, hasta autores contemporáneos como Milton Friedman, James Buchanan, Henry Hazzlit, Hans Herman Hoppe, Jesús Huerta de Soto y otros. Todos han pasado por un estudio profundo, a fin de extraer lo mejor de cada uno que de luz para encontrar las claves de la riqueza.
El resultado ha sido lo que se conoce ahora como el Indicador de Libertad Económica (ILE). En efecto, este indicador no tiene gran complejidad matemática, ni necesita sofisticados modelos econométricos; sin embargo, está resultando una herramienta importante para el estudio de las economías. Es una especie de "barómetro coherente de la libertad económica" (Miles,2006). Igualmente se le puede ver como el barómetro del estatismo o de la burocratización de la economía.
Con el ILE se ha estudiado a más de 160 economías de todo el mundo y los primeros resultados se dieron en 1994. A partir de entonces, y de manera continuada, cada año se vienen publicando los resultados.
Cada economía recibe un número (su índice de Libertad Económica) que más adelante se dirá cómo se obtiene. Este número está dentro del intervalo [1,5] donde la cifra 1 significa que es una economía totalmente libre y 5 una economía sin libertad económica para los agentes privados. De manera dual se puede decir que 1 significa que es una economía sin planificación centralizada y 5 es de total planificación centralizada. O en lenguaje más popular se puede decir que 1 significa economía de mercado y 5 economía estatalizada.
Vale la pena destacar que se ha encontrado una sorprendente correlación entre el valor del índice y el Producto Interno Bruto per cápita. En efecto, véase la siguiente gráfica.
Figura 2.10 Correlación entre ILE y el PIB per cápita
En esta grafica se representan los 160 países que ha analizado la Heritage Foundation. Su ubicación depende del valor del índice y de su Producto Interno Bruto per cápita. Como puede notarse, aquellos países que tienen mejor índice, es decir, cercano a uno, son los que tienen mayores ingresos personales. Aquellas economías con valores cercanos a cinco, que quiere decir que tienen muy poca libertad económica, son los que tienen los menores ingresos per cápita.
Agrupando a estos países en función de las cuatro clasificaciones de la economía (Libre, mayormente libre, mayormente controlada y controlada) que hace la HF, se puede calcular el promedio de Producto Interno Bruto per cápita de cada grupo.
Figura 2.11 Relación entre ILE y PIB per cápita en el mundo
Fuente: Index of Economic Freedom 2006
Estudiando la evolución del índice se puede hacer algunos pronósticos. Por ejemplo, la República Popular de China tiene un índice muy bajo pero en tan sólo un año subió 10 lugares convirtiéndose así en la economía líder en el camino de la libertad económica. Otros países han perdido posiciones pues los gobiernos introducen reformas que reducen la libertad económica de los individuos, el caso más notable es el de Argentina.
Por medio del Índice es posible encontrar explicaciones a supuestas paradojas. En efecto, ante la drástica subida de los precios, muchos economistas auguraban la caída de la economía mundial, sin embargo, la tasa de crecimiento global es de 5.1%, mayor que el 4% del año anterior (Miles). Esto se comprende bien al estudiar las tendencias del ILE.
De acuerdo al valor del índice, la Heritage Foundation agrupa a los países en libres si se ubican en el intervalo [1,2), mayormente libre si cae en el intervalo [2, 3), mayormente controlado en el intervalo [3,4) y reprimido si pertenece a intervalo [4,5]. Quizás una mejor terminología para los latinos sería Libre, Menos libre, Controlado y Muy controlado. Pero, por ahora, se ha preferido mantener la terminología dada por los traductores del índice.
El resultado que se obtiene y que es congruente con la gráfica mostrada más arriba, dice que aquellos países con mejor índice son los que tienen mayor ingreso bruto per cápita.
La economía más libre, de acuerdo a los valores del Índice, es Hong Kong con un puntaje de 1.28, en segundo lugar está Singapur (1.56) e Irlanda (1.58). Hong Kong se ha mantenido como líder durante todo el tiempo que se ha publicado el índice, es el ejemplo más cercano a lo que es una economía de mercado, con bajos impuestos, sin aranceles de importación, pocas regulaciones y moneda estable.
Un caso sorprendente se puede apreciar en la economía de Irlanda, un país pobre en la década de los setenta del siglo XX y con altas tasas de emigración. Empezó a liberalizar sus mercados (a mejorar sus ILE) y en poco tiempo se revirtieron las tendencias de migración. Hoy es una economía preferida por los inversionistas y por la gente que busca trabajo y oportunidades de prosperidad.
Por otro lado, la economía más reprimida o más controlada por el Estado, o la menos libre, sigue siendo Corea del Norte (lugar 157 con puntaje 5) que también se ha mantenido como líder en esa dirección; le sigue Irán en el lugar 156 con puntaje 4.51 y Birmania con puntaje 4.46. Estados Unidos que sigue siendo una de las economías más importantes alcanza el lugar 9 con un puntaje de 1.84.
Algunos países no tienen un número asignado ya que mantienen conflictos internos, guerras civiles o no disponen de cifras oficiales confiables. Tal es el caso del Congo Belga, Irak y Sudán.
2.15 Administración del ILE
Una observación notable se refiere al hecho de que el valor del índice depende de la voluntad política de los gobiernos. En efecto, dada la soberanía que tiene cada país y que está depositada en sus aparatos de Estado, tienen la facultad de mover el valor del ILE a donde deseen. Basta imponer las políticas acordes con el objetivo.
México, por ejemplo, tiene la posibilidad de decidir si mejora o empeora su índice de libertad económica. Pero México no tiene manera de decidir el valor del índice del resto del mundo. Puede ser que el resto del mundo mejore su índice de libertad económica, pero también pude ocurrir que lo empeore. En tal caso, se generan cuatro escenarios posibles.
Cuadro 2.4 Ganancia de México ante movimientos del ILE
Resto del mundo | a | b |
México | mejora | empeora |
Mejora | 2 | 1 |
empeora | -1 | -2 |
Elaboración propia
- El mejor escenario se logra cuando México mejora su índice y el resto del mundo también. Quiere decir que el mundo converge hacia un mercado libre global donde hay libre flujo de trabajo, mercancías y capital. Se genera un ambiente donde muchos ganan y pocos pierden. Los que pierden tienen la posibilidad de cambiar de actividad (dada la mayor libertad) y el mundo sale ganando.
- Si México mejora su índice y el resto lo empeora, quiere decir que el flujo de mercancías, trabajo y capital se reduce entre el país y el resto de mundo. En el peor de los casos México podría quedar completamente aislado. Dicho de otro modo México y el resto del mundo perderían las ventajas del comercio libre entre naciones. Sin embargo, la garantía de que México no sufra demasiado radica en que su índice pueda alcanzar el máximo valor. Esto significaría que México le daría apertura a cientos o miles de inversionistas que huyen de sus países (por el bajo índice de libertad económica). Además, México estaría en el mejor ambiente de mercado interno: sin trabas y sin impuestos a fin de que todos los agentes desarrollen libremente su iniciativa motivados por la perspectiva de un mayor beneficio.
- Si México empeora su índice hasta el extremo en que se eliminan las libertades económicas y el resto del mundo mejora, se suprimiría el libre flujo de mercancías, trabajo y capital con el exterior. No habría nuevas inversiones foráneas y los capitales ya establecidos tenderían a salir a buscar mejores ambientes económicos. Internamente, se estaría construyendo una economía centralizada donde sólo el gobierno tomaría decisiones, se estaría desaprovechando el talento de los individuos. El resultado irremediable es que México perdería, aún cuando el resto del mundo lograra su mejor índice. Esto sería así porque siendo escaso el capital internacional y siendo amplio el resto del mundo, encontraría lugares propicios en muchos lados. Los capitales nacionales tenderían a salir para evitar la confiscación nacional; los mejores talentos buscarían en otras latitudes y México se quedaría con los menos aptos, los menos preparados, los menos audaces.
- Si México empeora y el resto del mundo también, entonces se crea un juego de suma negativa donde todos pierden. Es el peor de los escenarios caracterizados por la anulación de libertades económicas; el capital desaparece en ambos lados, las decisiones económicas se centralizan en la burocracia y se crea el caldo de cultivo para la aparición de conflictos bélicos entre los países. Cada nación justificará su fracaso económico culpando a la acción del vecino, y tratará de resolverlo mediante invasiones, anexiones o exterminio.
Ganancia de México ante movimientos internos del ILE y del Resto del Mundo
Figura 2.12 Escenarios posibles del ILE entre México y el resto del mundo
Elaboración propia
CAPÍTULO 3
METODOLOGÍA
Normalmente los individuos que integran la sociedad tratarán de ajustarse a las reglas del juego establecidas por el Estado. La acción del Estado sobre los agentes económicos se puede medir mediante un índice. Este índice debe incluir una serie de variables donde el Estado refleja su actitud hacia los ciudadanos.
Las variables pueden ser desde los impuestos que el Estado cobra a los individuos, los aranceles para la importación de carne, la emisión monetaria, los empréstitos que el gobierno contrata con el exterior, la fijación de precios oficiales, y todas aquellas variables y políticas que inducen conductas en los individuos, sea para inhibir o para promover mayor actividad. Si el Estado cobra impuestos muy altos, es posible que algunos individuos prefieran no crear nuevas empresas, otros preferirán cerrar y emigrar.
Figura 3.1 Respuesta de los agentes económicos ante un incremento de impuestos a las importaciones
Elaboración propia
Si el gobierno aumenta demasiado los aranceles, los industriales no tendrán necesidad de competir y hacerse eficientes; si el gobierno emite grandes cantidades de dinero y genera inflación, los inversionistas podrían reducir su actividad; si el gobierno contrata grandes cantidades de deuda, puede ser que los agentes contraten compras a largo plazo y a tasa fija. Fig. 3.1.
De esta manera se puede tomar a cualquier otra variable, por ejemplo, las regulaciones que debe cumplir un negocio para empezar a operar. Si los requisitos se incrementan, la actividad de apertura se reduce. Si los requisitos disminuyen, se incentiva para que inicien nuevos negocios. Es decir, se observa una curva como la de la figura 3.2
Figura 3.2 Respuesta de los agentes que abren empresas
Elaboración propia
No se puede garantizar qué tipo de concavidad tendrá esta curva, pero se puede aceptar que es decreciente, es decir, de pendiente negativa.
< 0
Donde Q es la cantidad de negocios que se abren en un período de tiempo, podría ser un año, y R el número de requisitos previos a la apertura.
Todas las variables que conforman el índice aquí propuesto tienen la característica de pendiente negativa.
Quienes más se han dedicado a este tema son: la Heritage Foundation (HF) y The Wall Street Journal (WSJ). Juntos se han dedicado a estudiar las economías de 160 países, y logran demostrar que existe una correlación positiva entre la libertad económica y el Producto Interno Bruto per cápita. Otras instituciones han estudiado los efectos de la corrupción en la economía, la delincuencia, la eficiencia y otros conceptos. Todos estos estudios se usarán aquí para construir el índice que se desea. Para tal efecto, se construirá la metodología que incluya todas las variables relevantes, se evaluará cada variable, y se buscarán los promedios. Una vez construida la metodología, se aplicará al caso del sector rural mexicano a fin aceptar o rechazar la hipótesis de que el nivel de Producto Interno Bruto per cápita del campo mexicano tiene que ver con el margen de acción que el Estado brinda a los agentes privados del sector rural.
El índice que aquí se propone no es exactamente el mismo que ha construido la H F pero son muy compatibles. En efecto, se ha tomado como base el índice de la H F pero se han hecho cambios y adaptaciones a fin de hacerlo más funcional y que se pueda aplicar al caso del campo mexicano.
Para determinar los criterios de evaluación se ha hecho uso de la teoría económica, los dos grandes modelos: la teoría de los mercados y de la planificación centralizada. En cuanto a la teoría de los mercados se ha tomado como modelo la Teoría del Equilibrio General de John Kenneth Arrow, en tanto que para la teoría de planificación centralizada se considera aquí la aportada por Leonid Kantorovich (ambos premios Nóbel de Economía)
La información que sirve para alimentar a cada variable, se obtuvo de fuentes oficiales (INEGI, Banco de México, OCDE, Informes de Gobierno y otros) También se usan algunas entrevistas con gente de los sectores estudiados.
Una vez alimentada cada variable, se tomaron los promedios simples a fin de determinar los valores para cada factor. Luego, se consideró el promedio simple de los factores para obtener el Índice de Libertad Económica en el campo mexicano en el período comprendido entre 1994 y 2005. Se analizan los resultados a fin de determinar si efectivamente el bajo producto interno per cápita del campo puede ser explicado a través del bajo Índice de Libertad Económica que tiene dicho sector. Finalmente se elaboraron las recomendaciones a la luz de los resultados obtenidos.
En virtud de que el indicador de la Heritage Foundation cubre algunas de las características que buscaba esta investigación, se tomó como base usando su mismo nombre (con el permiso del autor, Marc Miles). Hay que aclarar que la metodología aquí especificada ha sido construida interpretando la dinámica del Índice de Libertad Económica, ya que las publicaciones de la Heritage Foundation sólo mencionan algunas variables. Se han eliminado algunas variables que agregaban redundancia y se ha simplificado en otras que agregaban complicaciones innecesarias. El modelo que aquí se propone consta de 48 variables. Cada variable se ha elegido de tal forma que su incremento refleje una tendencia negativa en la actividad económica de los agentes. Esto ha requerido cambiar algunas denominaciones agregando los términos correspondientes. De cualquier forma, se ha cuidado la compatibilidad a fin de que este índice sea aplicable a otros casos.
3.1 El Index of Economic Freedom de la Heritage Foundation
La HF construye su Index of Economic Freedom (IEF) con 51 variables reunidas en diez factores. Para efectos de esta investigación, se han tomado únicamente las variables que se consideran convenientes para construir el Indicador de Libertad Económica (ILE) de tal manera que sea más versátil a la realidad mexicana.
Los 10 factores del ILE son:
F1. Política comercial,
F2. Carga impositiva de gobierno,
F3. Intervención del Gobierno en la economía,
F4. Política monetaria,
F5. Flujos de capital e inversión extranjera,
F6. Actividad bancaria y financiera,
F7. Salarios y precios,
F8. Derechos de propiedad,
F9. Regulaciones en el campo
F10. Mercado informal.
Variables del factor 1 Política comercial
V1.1 Tasa arancelaria máxima
V1.2 Barreras no arancelarias
V1.3 Corrupción en el servicio aduanero
Variables del factor 2: Impuestos federales
V2.1 Tasa impositiva máxima sobre los ingresos personales
V2.2 Tasa impositiva máxima a las empresas
V2.3 Variación anual del gasto gubernamental
Variables del factor 3: Intervención del gobierno en la economía
V3.1 Consumo del gobierno como porcentaje de la economía
V3.2 Empresas e industrias gubernamentales.
V3.3 Política de subsidios.
V3.4 Producción económica generada por el Gobierno
Variable del factor 4: Política monetaria
V4.1 Tasa de inflación
Variables del factor 5: Flujos de capital e inversión extranjera
V5.1 Aversión legislativa ante la inversión extranjera
V5.2 Restricciones a la participación de extranjeros como
accionistas de empresas mexicanas
V5.3 Restricciones para que los extranjeros puedan comprar tierras nacionales.
V5.4 Ausencia de leyes que garantizan un tratamiento igualitario para las empresas extranjeras y nacionales
V5.5 Restricciones a la repatriación de las ganancias
V5.6 Restricciones a las transacciones de capital
V5.7 Restricción de financiamiento nacional para las empresas extranjeras
Variables del factor 6: Actividad bancaria y financiera
V6.1 Posesión de instituciones financieras por parte del gobierno
V6.2 Restricciones a la capacidad de los bancos extranjeros para
abrir sucursales y filiales
V6.3 Influencia gubernamental sobre la asignación de créditos
V6.4 Regulaciones gubernamentales que inhiben la actividad financiera
V6.5 Restricción para ofrecer todo tipo de servicios financieros,
valores y pólizas de seguro
Variables del factor 7: Salarios y precios
V7.1 Leyes de salario mínimo
V7.2 Restricción para fijar precios en forma privada.
V7.3 Controles gubernamentales de los precios
V7.4 Alcance de los controles gubernamentales de los precios
V 7.5 Política de subsidios gubernamentales
Variables del factor 8: Derechos de propiedad
V8.1 Control gubernamental del sistema judicial
V8.2 Ausencia de leyes para el respeto de los contratos
comerciales
V8.3 Rechazo al arbitraje internacional para las disputas
contractuales
V8.4 Expropiación de la propiedad por parte del gobierno
V8.5 Corrupción dentro del Poder Judicial
V8.6 Demoras en la recepción de las resoluciones judiciales
V8.7 Indefinición legislativa de los derechos de propiedad privada.
Variables del factor 9: Regulaciones en el campo
V9.1 Licencias requeridas para operar un negocio
V9.2 Dificultad para obtener licencias comerciales
V9.3 Corrupción en la burocracia
V9.4 Regulaciones laborales
V9.5 Regulaciones sobre medio ambiente, seguridad para el
consumidor y salud de los trabajadores
V9.6 Regulaciones que imponen una carga económica sobre la
actividad comercial
Variables del factor 10: Mercado informal
V10.1 Contrabando
V10.2 Piratería de propiedad intelectual en el mercado informal
V10.3 Mercado informal de producción agrícola
V10.4 Mercado informal de actividad industrial
V10.5 Mercado informal de servicios
V10.6 Mercado informal de transporte
V10.7 Mercado informal de mano de obra
3.2 Formulación matemática del ILE
ILEm= ((V11m+V12m+V13m)/3+ (V21m+V22m+V23m)/3+(V31m+V32m+V33m+ V34m)/4+…+ (V10,1m+V10,2m+…+V10,7m))/10
ILEm = Índice de Libertad Económica en el año m
Vijm= variable j del factor i en el año m
ÍLEm = (1/10)( ∑(∑ Vijm )/kt)) i=1, 2, …, 10 (porque son diez factores)
j=1,2, … ,t t es el número de variables del factor kt,
kt = 1, 2, …,10 son los factores que componen este índice
s es el número de variables de cada factor
Significa que después de evaluar a cada variable, se calcula el promedio de los valores de la variable de cada factor. Ese promedio es el valor que se le asigna a cada factor en el año considerado. Finalmente se toma el promedio simple de los valores de cada factor para obtener el Índice de Libertad Económica del año considerado.
3.3 Escala y criterios para evaluar a las variables.
Aunque la mayoría de las variables aquí consideradas son las que conforman el índice de la HF hay que decir que se han tomado sólo las que se adaptan al campo mexicano. En virtud de que la HF no define la escalas para evaluar a cada variable, aquí se especifica la forma de evaluación para todas ellas procurando que sea compatible con el espíritu del Index of Economic Freedom.
La valoración de los factores es una consecuencia directa del resultado de las variables y pocas modificaciones se hicieron para dejar intacta la calificación de la HF. Sólo se intentó poner más clara la interpretación del factor.
Hay que reconocer, sin embargo, que existe cierta subjetividad en cuanto a la asignación del valor más bajo o del más alto del índice. Así, por ejemplo, si el arancel de importación es mayor del 12 % el autor considera que se debe calificar con cinco, que es el peor valor del índice. Pero seguramente podría haber quien considerara que sólo si el arancel es mayor del 80% se debe dar la peor calificación.
Estas diferencias, ciertamente, provienen de valoraciones propias o incluso ciertas preferencias en cuanto a los sistemas económicos. No se puede pensar que las preferencias que posea el autor demeriten los trabajos de investigación pues finalmente todo ser humano tiene preferencias. Es posible que otros investigadores tuvieran un propuesta diferente para medir a las variables y ello llevaría a mejorar el índice aquí propuesto o proponer uno diferente.
De cualquier manera, hay que reconocer que estos trabajos son perfectibles y que seguramente se puede ir mejorando en la medida en que otros trabajos se dediquen a medir los efectos de las políticas de Estado sobre los productores, comerciantes, consumidores y otros sectores de la sociedad.
3.4 Factor 1 Política comercial
Cuadro 3.1 Tasa arancelaria
Puntaje | Calificación | 1.1 Tasa arancelaria |
1 | Muy bueno | El gobierno declara públicamente que no cobrará aranceles a ningún tipo de mercancías |
2 | Bueno | El gobierno establece un arancel máximo promedio del cuatro por ciento a las importaciones |
3 | Regular | El gobierno establece un arancel máximo de ocho por ciento |
4 | Malo | El gobierno establece un arancel máximo promedio del 12 % |
5 | Muy malo | El gobierno establece un arancel máximo promedio superior al 12 % |
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