Años más adelante, nos mudamos de barrio y por un tiempo dejamos de avistarla. Luego de haber alcanzado los veinticinco años de edad, volví a encontrarla repetidas veces por el centro de la ciudad, me saludaba con cariño y siempre me manifestaba sentirse grata conmigo, pues argumentaba que yo no le discriminaba, que siempre me conservaba simpático y amable con ella. Un día, me solicitó que apadrinara a su último hijo, cuestión que yo quise eludir por razones que prefiero no comentar. Sin embargo, pese a mi ausencia en la pila bautismal, ella me anunció logrando que yo fuese su "compadre" más luego, por solicitud de ella yo debía comprar los textos escolares al "ahijado" cosa que yo por lo regular siempre lo hacía hasta cuando el pupilo no quiso estudiar más. Y a la vez perdí contacto con mi "comadre flor", diez años después la encontré de nuevo en una fiesta campestre de políticos, pues yo hice presencia en ese lugar por motivo diferente a intereses políticos.
Fue allí que tuve la oportunidad de observar cómo la hechicera tenía una gran acogida de parte de personalidades importantes en la alta sociedad y en la clase política, algunos le pedían consejos, otros la colmaban de adulaciones, le anunciaban visita para consultas indudablemente para algún menester nigromántico, pues lamentablemente el espíritu inmediatista y supersticioso es mayor en la clase alta y media que en las clases populares; esto porque el poder económico permite pagar brujos con el fin de lograr el propósito romántico, sensual, o en la idea de mantenerse siempre firme en el poder. Fue la última vez que observé a la famosa Flor. Pues años más tarde supe de su des- encarnación.
Otra experiencia curiosa la obtuvimos cuando yo contaba con veinte años de edad. Aun moraba en la casa paterna cuando una noche puse en juego mis pensamientos ociosos. Tuve el deseo de experimentar con una bruja. Quería verla en su tipología y también en su real estado espiritual. Pues yo tenía la propiedad de no temerle a estos fenómenos. Fue así que esa noche, a partir de las once PM: empecé a sentir la llegada de un pesado animal con el sonido producido por el aleteo de ave de corto vuelo que al caminar se sentía el ruido de poderosas uñas rasguñando por el tejado y luego efectuando el descenso por una enredadera que se encontraba sobre el corredor frente a mi cuarto. Se dirigía rumbo a mi aposento. Dominado por la curiosidad me levanté del lecho para verificar el fenómeno; esta criatura se espantó alzándose nuevamente en vuelo hacia el norte. Luego de pasado unos diez a quince minutos retornó en las mismas circunstancias repitiéndose la acción de mi parte y de parte del extraño fantasma. Al no lograr una observación más concreta, determiné colocar una escalera para subir al techo donde esperé más de una hora sin lograr algún avistamiento. Sin embargo, no tuvimos dudas que se trataba de una bruja invocada por mis ociosos pensamientos.
Un año después de casado tuvimos otra interesante experiencia: Habíamos tomado en arrendamiento un apartamento en el mismo barrio. En alguna ocasión, después del almuerzo, me recosté para hacer la siesta de costumbre. Caí en sueño profundo; fue en este estado que observé a mi vecina que se me presentó con una vasija en la que me ofrecía una tierra que según ella, era especial para abonar el jardín de nuestra casa. En esos momentos observé una transformación horrenda en la señora, que me hizo deducir que ella era una hechicera. En esos momentos descubrí sobre el piso una astilla de guadua, la que tome como espátula para revolcar la tierra en la que encontré algunos fragmentos de huesos humanos, lo que me causo indignación y determine llevar el compuesto hechicero al jardín de la vecindad para que se diera el efecto maléfico que ella pretendía aplicarnos. Ella emitió en esos momentos un grito de horror. Desperté un poco aprensivo por el bochornoso sueño, sin embargo lo atribuí al error de acostarme a dormir con el estomago muy lleno. Pasada una semana de este hecho, un sábado en la tarde requerí a la empleada doméstica para que me diera una explicación sobre las plántulas ornamentales del jardín que se encontraban demasiado marchitas. Fue cuando la empleada me dijo haber recibido de parte de la vecina un balde con tierra negra que ella recomendó como abono para jardín. En esos momentos me acordé del siniestro sueño y resolví ejecutar la acción tal como la vivencié durante el sueño. En ese preciso momento encontré el pedazo de guadua observado anteriormente en el sueño, y con la plena certeza de encontrar los fragmentos de huesos anteriormente observados mediante la facultad proyectiva, escarbé el saldo de tierra restante en el balde en el que comprobé que estaba consumada la premonición y para concluir el mismo drama soñado, resolví sacudir las materas dentro del balde y luego un poco indignado lo llevé a casa de la vecina. Y le dije:
–Señora! El abono que nos regaló es muy fuerte para el jardín, mejor le voy a abonar el suyo que puede estar necesitando de esto -. Y ella en tono de espanto me dijo:
— No por favor! –Déjalo ahí! y habiéndolo yo regado en el patio, me retiré. Había trascurrido media hora cuando la hechicera sufrió un sincope que le costó internación hospitalaria cumpliéndose por efecto la ley del bumerán. Esta mujer tal vez pretendía ahuyentarme del sector debido a que hacía poco tiempo de manera accidental la descubrí en actos de infidelidad con su esposo, y en prevención a ser delatada de mi parte, quiso desplazarme de su vecindad.
Las acciones malignas hechizantes imbuidas de maldad y odio no alcanza a las personas de buenas intenciones, se refractan y retorna por la línea de menor resistencia a la malintencionada persona que la envió, recibiendo la carga maléfica centuplicada, bajo el antiguo axioma de que el "hechizo se vuelve contra el hechicero" por eso la necesidad de elevar el padrón espiritual para lograr la inmunidad contra cualquier proceso hechicero venga de donde venga.
Otros sucesos más contemporáneos han ocurrido en el seno de la familia, y que a pesar de haber sufrido algunos daños, no dejan de ser lecciones de aprendizaje.
Años atrás contábamos con una vecina que en condición de arrendataria había instalado una "cantina" que por su música en altos decídeles, además el humo del tabaco, la palabrería vulgar y actividades grotescas afectaba la tranquilidad y la armonía para nuestro hogar y las actividades espiritas que se efectúan apenas en el segundo piso de nuestra casa y a escasos tres metros de distancia. Cansados con esta situación, y sabiendo que el inmueble estaba en venta, resolvimos conseguir un comprador que en adelante realizara actividad más digna, para de este modo acabar con el ambiente negativo que tanto nos venía afectando. Después de logrado el objetivo, notamos que las ventas del taller empezaban a disminuir al punto de paralizarse por completo la microempresa. Ocurrió mediante un periodo de dos meses aproximadamente. Últimamente estábamos angustiados porque se estaban venciendo muchas de nuestras obligaciones y no contábamos con reservas para tales menesteres.
A pesar de contemplar el fenómeno de la baja de la economía a nivel nacional, no podíamos justificar semejante receso en el que ni siquiera los clientes cotidianos comparecían. Fue cuando pensamos que algo anormal venía sucediendo.
Un domingo en la noche después de una fervorosa oración en la que clamábamos por la mejoría laboral y el desempleo de tantos hermanos necesitados y de nosotros mismos, tuvimos la intuición de que pronto las cosas mejorarían. Fue durante el sueño que tuve la consciencia muy clara para observar a la vecina desplazada con otra señora amiga de ella, retirando de la chapa del portón del taller, una bolsa que aparentaba ser un kilo de sal de cocina; claro está, que para nuestra manera de entender, la sal es solamente un símbolo, pues esta como elemento para embrujar no tiene efecto alguno, pero sí hace parte de los ingredientes que la gente supersticiosa refiere en cuestiones de maleficios. Puede ser que el espíritu para referenciar mejor la información, se vale de esas señales que aún hacen parte de nuestros arquetipos mitológicos y supersticiosos. Es por esto que cuando se sueña siendo perseguido por un toro se dice que estamos amenazados por un enemigo. Cuando soñamos con una serpiente decimos que estaremos involucrados en chismes. Y cuando soñamos con ríos de aguas turbias presagiamos una enfermedad, y así en lo sucesivo, cada señal o imagen es un prenuncio.
Retomando la narrativa manifestamos que el lunes siguiente, despertamos contentos y confiados en que las cosas cambiarían positivamente. Ese día abrimos más temprano que de costumbre. A las 7:30 a.m. Llegó el primer cliente a negociar un aparato de nuestra fabricación. A las 10 AM:. Otro cliente llega para autorizar la fabricación de otro equipo. Y a las 3.00 PM:. Se presenta el último comprador del día para solicitar la fabricación de una maquina más. Y en los sucesivos días, la clientela de los mantenimientos regresó casi de manera masiva. Fue evidente lo del sueño y sobre todo el efecto de la oración cuando esta se efectúa sin solicitudes tan personales, siempre incluyendo en nuestros apéelos a otros seres sufrientes; y es por eso que somos escuchados y auxiliados para el alivio de nuestros sufrimientos.
Para finalizar nuestros testimonios sobre el asunto que concierne a brujas y hechicerías, expondremos el último caso vivenciado hace apenas dos años.
Conocimos en nuestro barrio a una señora de aproximados treinta y dos años de edad trabajando en un supermercado como vendedora; su estado de presentación bueno, de pronto se exageraba en el maquillado y su vestuario un poco sexy, de mediana estatura con un perfil de cara que reflejaba la belleza satánica. Para mejor explicación, como suele suceder con la belleza de la gran mayoría de las modelos que a través de la pantalla chica, periódicos y revistas despiertan y estimulan el instinto sensual del hombre lujurioso.
Tenemos que distinguir las dos bellezas; la virginal reflejada por esas almas que ya alcanzaron elevados grados de perfección, y la diabólica que solo es insinuante y frívola.
En cierta ocasión, Catalina, la mujer a la que en este caso hacemos referencia, manifestó haber sido abandonada por su marido. Fue cuando yo queriendo aplicar esos formalismos a los que en muchas ocasiones apelamos como un medio de hacer buenas relaciones, le dije: ¿Cómo es posible que una mujer tan bonita como usted, venga a ser despreciada por su marido? –Si– dijo ella, y como estoy recién ingresada a una iglesia de la reforma cristiana, he de pedirle al Señor que me conceda otro esposo más fiel. Días más tarde, por algunas circunstancias entramos en una charla que me motivó a una chanza que sin medir consecuencias cometí una "fantochada". Y le dije:
— Catalina! –UD. Es la única mujer que sería capaz de echar a perder mi matrimonio. Por lo visto, ella no lo tomó en broma, en adelante me siguió asediando personalmente y vía telefónica. Quise eludirla presentando argumentos de mala salud y falta de tiempo. Ella me tildaba de mentiroso e incumplido. Finalmente, no insistió más; Sin embargo, empezaron a suceder fenómenos espirituales en avanzadas horas de la noche. Más o menos a la una de la madrugada, me despertaba un ruido como si alguien se lanzara del techo al piso. Y luego unos pasos hacia la alcoba; en esos momentos me venían los recuerdos de Catalina y fue por espacio de varias semanas al punto de ser registrado el fenómeno por mi esposa que dormía en el primer piso. Y fue mediante el sueño que una entidad me dijo que se trataba de Catalina. Luego en mis oraciones hube de pedirle perdón por mi liviandad, además de evangelizar a esa alma equivocada que más luego observé modificada mostrando simplicidad en su presentación personal, y también totalmente despreocupada de mí, empero un poco dedicada a los menesteres de su iglesia. Nos dice Emmanuel en la obra Vida y Sexo recibida mediúmnicamente por Chico, que toda liviandad sexual trae consecuencias dolorosas a corto o largo plazo.
Es verdad, lo he podido comprobar en varias ocasiones.
Volviendo a hacer apología sobre las brujas queremos decir que éstas son muy variadas en sus actitudes y facultades. Algunas son hechiceras que se dedican a la preparación de brebajes, hacen el ritual del tabaco, leen cartas entre estas el tarot, preparan amuletos, talismanes, riegos etc., etc. Algunas se asocian con desencarnados malhechores para causar obsesiones por solicitud de aquellos inescrupulosos que les contratan. Es lo que denominaríamos como clásicas hechiceras y en esto, también podemos encuadrar personajes del género masculino. Las más clásicas son las que han aprendido a volitar y para esto idealizan la forma de ave fenómeno de (zoantropía) y que por gravitar dentro de una faja tan densa, su vuelo es pesado y lento como las aves de corral, "aves de corto vuelo". Y muchas de estas son criaturas demasiado sensuales y uno de sus objetivos es visitar personas de su gusto para mitigar sus aberrantes instintos; Y los brujos contrariamente frecuentan monasterios, presidios y otros internados donde la mujer a pesar de esa camisa de fuerza que le somete a una aparente castidad; pues con el pensamiento también se fornica y se comete adulterio, y es con esas formas pensamientos de los espíritus encarnados, que los desencarnados o encarnados en la otra dimensión descubren donde se encuentran los seres afines a sus intereses e inclinaciones. No cabe duda de que estas criaturas son verdaderas médiums que algunas logran la facultad de desmaterializarse y más luego materializarse en el lugar deseado, como también a pesar de estar el espíritu desdoblado, tienen condiciones para materializarse con forma animal en otro lugar lo que podríamos llamar facultad de bilocación, esa facultad conocida en algunos espíritus elevados como Antonio De Pádua y otros religiosos conocidos en la historia de la humanidad.
Para explicar mejor aquello que dicen algunas personas sobre contusiones, hematomas o cualquier tipo de moretón en el cuerpo, lo más probable es que haya sido agredido en el peri espíritu mediante los estados del sueño ya en desdoblamiento, y estos daños se somatizan es decir aparecen registrados en el cuerpo físico.
En "El romance liberación" de Salvador Gentile[7]encontramos interesantes enseñanzas sobre procesos obsesivos, empero solo expondremos el II capítulo y parte del V capitulo en el que se hace referencia a estos sucesos obsesivos, lo concerniente a brujas y algo sobre las realidades del peri espíritu.
Eran casi las 17 horas, cuando nosotros nos aproximamos a la casa donde residía Silvia, el personaje principal del drama bajo nuestra observación.
De repente, un Espíritu con aires de perdulario, asomó a la ventana y gritó para la turba que se encontraba en la vecindad, haciendo señal de llamado. En un instante, el grupo se aproximó en loca carrera, invadiendo la casa, y causándome espanto.
Arquímedes, acostumbrado a lidiar esa clase de espíritus en razón de su trabajo asistencial, se mantenía sereno, y cuando se completo la invasión me convido a entrar. Vamos a esa casa, está franqueada para todos. Prepárese por lo pronto para presenciar algo; apostaría, que usted ni siquiera llegó a imaginar que esto fuera posible de ocurrir. Ese grupo busca divertirse.
Entramos; el ambiente era horrible. Un olor acre dominaba en el entorno, causando incomodidad. La cantidad de espíritus, que tomo en asalto la casa, se aglomeraba en un cuarto. Más al fondo, se apreciaba un recinto de baño. Las emanaciones mentales de esa congregación desvariada, era algo indescriptible y deprimente. Sentí dificultad para movilizarme o permanecer de pie, Arquímedes percibió mi desespero.
Vamos! Anímese. A pesar de lo absurdo, esta es una escena común en el diario vivir de muchas personas livianas e inconsecuentes, que se entregan a las pasiones enfermizas. Es acto de mala educación violar la intimidad de quien quiera que sea. A pesar de todo, estamos en misión de estudio que viene a ser muy provechoso, esclareciendo las personas para que dramas como este, sean cada día menos comunes. Nadie nos ve, de manera que usted puede estudiar el caso bajo cualquier punto de vista.
Me aproximé a la puerta del espacioso baño, completamente testado por los espíritus obsesores, restando apenas un pequeño círculo central, como si fuera un palco, donde una bella y joven mujer se movía, en meneos lascivos, abrazada por un espíritu, de facciones horribles. El espectáculo era dantesco.
La joven se dislocaba en pasos sensuales, pasando la mano por el cuerpo desnudo procurando excitarse. Tenía los parpados serrados, como en devaneo, sumergiéndose en extraordinaria fantasía de placer. La multitud estaba estática, en silencio, comulgando con la sensualidad del momento.
Faltarían palabras para retratar el terrible cuadro que se desdoblaba delante de mí, al ver los deseos desenfrenados de aquella joven. Su mente irresponsable estaría fijando la imagen de algún hombre de su predilección, y por esto, esa criatura de aspecto animalizado, le sorbía y le disfrutaba las emociones.
Cuando el espectáculo parecía alcanzar su clímax, Arquímedes me tocó el brazo invitándome a salir.
– Mi Dios–, nunca pensé presenciar situaciones tan extrañas! Nunca imaginé tales consecuencias, como resultado de las mañas sensuales de una persona!
– Qué piensa usted mi amigo? Si la dueña de casa mantiene la puerta abierta, atrayendo a aquellos que se encuentran en la misma faja vibratoria, en la cual deliberadamente se coloca, el resultado está acorde con la realidad, Quien quiera convivir con espíritus buenos, que procure mejorar sus propias condiciones morales. Por la misma ley, quien se complace en hundirse en el pantano de las emociones miserables, que se prepare para convivir con los espíritus de las sombras Es la ley de atracción o de afinidad vibratoria. La humanidad invisible que puebla la tierra y las esferas más bajas, se nutren de los espíritus encarnados, succionándoles la energía vital, arrastrándolos para que los satisfagan en los vicios de toda especie, sorbiendo las emanaciones mentales deletéreas, que generan imágenes de vida momentánea que son para ellos alimento indispensable. Ese es el motivo principal de la lucha de las sombras contra la luz.
Por cada persona espiritualizada en el mundo de los encarnados, contamos también con cinco espíritus de las sombras en asecho de aquellos que de algún modo les comulgan en actos y pensamientos. Por esto, podemos entender lo que representa para el mundo invisible inferior, el potencial de cada encarnado, compartiendo para cinco vampirizadores.
La consideración era muy lógica, sin embargo, sentía pesar de aquella mujer, joven y bonita, entregada a si misma e incapaz de controlar sus impulsos malsanos.
De repente se abrió la puerta del baño y Silvia, luciendo lujosa levantadora, salió un poco abatida rumbo al cuarto. La turba le siguió los pasos, y todo hacia entender que también seria violada la intimidad en la alcoba de dormir. Cuando la joven pasó frente a nosotros, Arquímedes extendió la diestra, e imperceptible rayo magnético se interpuso al frente de la multitud. El primer espíritu invasor chocó contra la barrera magnética, dando la impresión de que sufriera el impacto de una descarga, retrocedió exclamando, sorprendido:
Epa! Aquí hay Ángeles A fuera el personal!..
En ese instante la sala quedó vacía solo restando nosotros. Entramos de nuevo en el cuarto Silvia estaba acostada, pareciendo extenuada. Pobrecita— pensé— ni se imagina cuanta energía le vampirizaron, lo peor de todo, por la riqueza de la permuta de sensaciones lascivas, cuanto se iría a hundir cada vez más, en ese proceso de intercambio deplorable.
— Arquímedes! Me cuesta creer que esa joven sea mala, viéndola así tan abandonada! ¿No sería victima de su propia ignorancia? Mi amigo! Ud. Debe estar influenciado por la belleza de sus trazos fisonómicos. Quien ve cara, no mira corazón, dice la sabiduría popular. Ella no tardará en mostrarse tal como realmente es.
Las palabras del instructor me parecieron proféticas, pues moviéndose Silvia en un viraje sobre la cama, deparó con una foto enmarcada, de nuestro conocido y desventurado Antonio Serra; dando la impresión de que una corriente eléctrica le atravesase el cuerpo, saltó de la cama cual leona ofendida, y como si fuera leve como una pluma, agarró la foto, crispó los dedos sobre el reluciente vidrio, como si quisiese despedazar a ese hombre, y con la fase trastornada por el odio, se puso a vociferar.
–Canalla Ingrato! Viejo sucio e indecente! Después que se hastió de mí, me lanza al polvazal? Ud. me va a pagar muy caro! Quiero verlo en una silla de ruedas La comida a de descenderle por la garganta como fuego. En condición de hombre ninguna mujer lo disfrutará, porque voy a pedir para que lo tornen impotente! Su dinero no le servirá para nada. Solo lo liberaré cuando postrado a mis pies satisfaga todos mis caprichos de mujer No! No voy a perder la oportunidad que se me presentó para conquistar todo lo que yo quiero!
A medida que vociferaba Silvia se fue desfigurando, sus trazos fisonómicos se endurecieron, su expresión se semejaba a la de una fiera, y los ojos registraban un brillo siniestro. La metamorfosis era aterradora pero real; de repente, por lo que se notaba, la joven se presentaba en su legitima personalidad, por lo tanto ya no me parecía ni joven ni bonita, por el contrario me hacia recordar la imagen de una bruja.
El impulso de odio le provocó una honda que le sonrojó todo el cuerpo, transmitiéndole calor, que más le ruborizaba las fases. Se dejo arrastrar por la emoción y el cansancio. Se sentó un momento en el lecho, y luego se dirigió a la pequeña licorera ubicada en un rincón de la sala, de donde tomó un frasco de whisky, y ansiosa vació en una grande copa llenándola hasta la mitad, y sorbió todo el líquido de un solo trago. Por su reacción se notaba que la bebida le quemaba la garganta. Y un cuarto de hora más luego, se aquietó. Con la copa en una mano y la otra en la cabeza como si procurase escoger por qué camino seguir, de súbito, empezó a despojarse del ropaje, dando a entender que se iría a vestir. Arquímedes me convido a salir con un movimiento de cabeza y ganamos la calle.
Uff.. Me desahogué, ya no resistía más el peso del ambiente, y el aire repugnante que estaba sometido a soportar.
Vamos a caminar un poco. Volvemos más tarde cuando Silvia se encuentre reposando para intentar si es posible un entendimiento, a favor de nuestro amigo Antonio Serra.
Eran las veintitrés horas cuando regresamos.
Silvia ya se había recogido y comenzaba a envolverse en las mallas del sueño. En el vestíbulo, antecámara del cuarto de dormir, había un pequeño sofá para dos personas. Nos sentamos. Deberíamos esperar que Silvia se sumergiera en sueño más profundo, en el cual abandonaría el cuerpo físico. En ese estado pretendíamos abordarla fraternalmente, intentando apaciguarla, con relación a sus sentimientos por causa de la deserción de Antonio, con el compromiso afectivo que inició por su propia voluntad.
Tal vez por tener hábitos regulares, poco antes de emerger del cuerpo físico, dos entidades de la organización que identificamos por sus insignias, compadecieran en la casa y se hicieron presentes a aguardar el desdoblamiento de Silvia bien desligada del vaso carnal. Serian las doce y cuarenta de la noche, cuando Silvia asomó a la puerta del cuarto. No quise acreditar en lo que mis ojos veían. A pesar de que la entidad guardase algunos trazos, no podía aceptar de manera alguna que esa fuese el alma de Silvia. Era un monstruo. Y su rostro parecía haberse alargado. Su cuello y cabeza parecían como los de una serpiente, y las arrugas que le cubrían le daban la apariencia de persona de mucho más edad; los brazos eran peludos y alargados, sus dedos delgados, y crespos, con largas uñas curvas, aparentando garras de águila; el cuerpo tenía la apariencia de estar recubierto de lama.
-Es ella misma—confirmó Arquímedes mediante mi espanto. El cuerpo de carne, bien conformada y joven, en este caso, no cambia lo horripilante del espíritu retratándose en la peri espíritu. Esa es Silvia en su autenticidad espiritual de la manera más desnuda. La mujer que se colocó sobre el destino de Antonio Serra y que lo hizo prisionero en su telaraña de sombras.
– Mi Dios! ¿Luego la peri espíritu no es el retrato del mismo cuerpo físico?
– Generalmente, si! Sin embargo estamos ante un caso excepcional. Como le informé, el proceso de asistencia a partir de los insistentes pedidos de Ruth, hija de Antonio, estoy en el caso ya hace unos días. Tuve la oportunidad de pesquisar y ponerme a la par de ciertos detalles, en cuanto a los personajes de la trama, que se desdobla a nuestros ojos. Silvia infelizmente como ve, es un espíritu tremendamente endurecido. Vive hace mucho tiempo estacionado en las fajas del odio y la rebeldía. Antes de reencarnar integraba esa falange de espíritus malhechores, inclusive hacía parte de esa inmensa cuadrilla, que se autodenomina como organización. Tenía el mórbido placer de asustar con su apariencia para mejor imponerse a sus víctimas y su aspecto era una copia mucho más triste de lo que se presenta aquí a nuestro frente.
¿y la ayuda para la encarnación con toda la asistencia de preparación previa orientada por los buenos espíritus no lo ayudó en nada?
Su reencarnación fue promovida por especialistas de su organización.
¿Disponen ellos de poderes para eso? ¿Y por qué no? El proceso en sí mismo, en el nivel de automatismo que realizan no ofrece mucha dificultad.
Es de entender que la gran mayoría de modelos, artistas, actoras de teatro y cine, con su aspecto y actitudes de Madonas, no son otra cosa que las legítimas representantes o embajadoras del astral inferior. Vienen para promover vicios y todo lo que ayude a alimentar el vampirismo; también, ese tipo de personajes del género masculino. Lo cursivo es nuestro.
¿Y cómo consiguen la adhesión de los futuros padres?
No siempre necesitan de esa formalidad, pues hay personas, y muchas infelizmente, que no se hacen respetar, o no merecen respeto, y que acaban colaborando con esas organizaciones de las sombras.
¿Cómo así? En el caso de Silvia, por ejemplo, fue intromisión en el hogar de un matrimonio liviano, a pesar de la buena formación que recibieron. En la época, jóvenes e inconsecuentes creían que todo hacía parte de la moda, el modernismo y la liberación sexual. Todo lo que no ofendiese a los dos era bueno según ellos, esa era la regla. La intimidad conyugal no se diferenciaba mucho de los cuadros que se ven en los prostíbulos, verdaderas orgías que harían envidiar a los más licenciosos romanos Las consecuencias naturalmente eran las mismas que presenciamos hace poco, en el cuarto de baño: Puertas abiertas, para quien quisiese entrar, y la intimidad conyugal transformada en espectáculo público. En una de esas orgías conyugales la señora concibió y los espíritus que libremente acompañaban la vida doméstica, ligaron el huevo al espíritu que hoy conocemos con el nombre de Silvia.
— ¿Y cómo reaccionó el matrimonio?
La ligazón de un espíritu de esa calidad, desde el inicio, produjo tremendo impacto en la madre que, si era liviana, no albergaba malos sentimientos. La diferencia del padrón vibratorio entre madre e hija era brutal. El estado mental de la gestante preocupaba a todos, porque en mudanza de su temperamento alarmaba. La encarnación flaqueó muchas veces, pero los espíritus de la organización permanecían vigilantes para evitar cualquier inconveniente. Cuando esta se completo con el nacimiento, la madre aliviada de tal fardo dentro de sí misma, pudo volver a su estado normal. La criatura se desenvolvió con todo el cariño, a pesar de ser intrusa y a medida que el espíritu se señoreaba de sus funciones orgánicas, su maldad era notoria. El matrimonio pagó alto precio por su invigilancia, y Silvia no se sentía bien en ese hogar, donde los padres procuraban ahora, respirar en clima mental más elevado. Tan luego empezó a recibir algún dinero de enamorados generosos, dejó el hogar se mudó para esta ciudad, y arrendó esta casa donde mora sola, sin interferencias de nadie, llevando la vida que le plazca.
-Pobre niña!–Dice bien, pobre niña, aún no completó veintidós años en la presente encarnación, y ya llegó a este estado deplorable.
-Vengan aquí ustedes, exclamó Silvia, ásperamente, para los dos espíritus que la aguardaban. Van a buscar a aquel canalla que fue mi amante. –Lo quiero aquí a mis pies. Noté que la joven infundía terror hasta aquellos espíritus endurecidos acostumbrados con la ferocidad imperante en el plano en el cual circulaban. –Salga de prisa!.
No hubo mucha demora cuando la puerta se abrió. Algo fue tirado con violencia de fuera para dentro, como si hubiese sido agarrado por los dos secuaces.
Por las piernas y los brazos, para ser lanzado, Antonio se estrelló de barriga contra el piso, sobre los pies de Silvia que, altiva y feroz movió los labios con una tímida sonrisa de satisfacción, al ver al hombre humillado a sus pies.
–Y entonces señor Antonio Serra, ¿va a volver hacía mi?
–Honrarás las promesas de amor con las cuales usted sedujo a una criatura que estaba bajo su dependencia económica?
–¿Donde está el patrón generoso y ardiente?
— Silvia, por favor, libéreme! Perdóneme si la ofendí, si la perjudiqué! Cometí un error terrible, olvidándome de mis compromisos anteriores.
–¿Por qué no se recordó cuando me envolvió con su trama de que era hombre casado y padre de hijos de mi edad?
–¿Solo ahora se recuerda de eso para evadirse en disculpas?
–Por favor, Silvia, reconozco mi error y te pido perdón.
–Es muy fácil pedir perdón, ¿Y yo cómo quedo?
–Procuraré reparar mi error con algún dinero!.
–Ah, quiere comprarme? Su dinero compra todo! No quiero ese dinero, so viejo infame, lo quiero a usted en mi casa.
–Quiero humillarlo, como usted me humilló, azotándome. Látigo a él! Gritó a los verdugos, profundamente irritada con el diálogo.
En ese momento, Antonio estaba arrodillado, con el rostro entre las manos, que recostaba sobre el piso.
Los hombres avanzaron, desabotonando los cinturones que eran como especie de cuerda trenzada y rígida. Antonio se aquietó a espera de los latigazos; parecía estar acostumbrado a ese suplicio.
Cuatro para comenzar vociferó la mujer.
Los golpes, alternados y en estancias, alcanzaban a la víctima a la altura de los riñones, hacía esfuerzo por soportarlos, sin poder dejar de emitir cortos y angustiantes gemidos.
–Entienda Silvia, no puedo continuar más con usted.
–Otros dos más por lo que veo, los otros poco efecto surtieron! Gritó posesa.
Y los azotes se sucedieron del mismo modo, solamente que ahora, pudiese notar que Antonio perdía fuerzas, estaba exhausto por el esfuerzo.
–¿Por qué no retomó el cuerpo cuando fue supliciado?
–Lo normal frente al peligro, sería hacerlo, ¿Por qué no sucedió?….. Sí, de alguna manera Antonio está sobre la acción de sedativos suministrados por el médico, y por otro lado, sufre el control de sus perseguidores, contra los cuales no tiene fuerzas para luchar
Estudiando un poco más a fondo la mediumnidad proyectiva, de la cual somos poseedores, notamos que cuando no teníamos la impermeabilidad suficiente en el preciso momento del desprendimiento, en algunas ocasiones éramos magnetizados por espíritus obsesores o magos de las sombras; y bajo esos estados hipnóticos éramos estimulados a realizar actos sexuales de la manera más absurda, cuestión que no ocurriría en estado de vigilia. Solamente en el momento de la eyaculación, es que reaccionábamos sintiéndonos enseguida decepcionados, deprimidos por esos acontecimientos verdaderamente chocantes, que personas desconocedoras del fenómeno denominaría como simples erecciones. Otro fenómeno observado, es que cuando somos transportados a lugares distantes, apelamos a la facultad de volitación y requerimos de algún tiempo para llegar al lugar deseado; empero si por algún caso somos sorprendidos por algún percance o peligro, automáticamente y de manera instantánea, regresamos al cuerpo físico y despertando a causa de ese estado que llamamos "pesadilla". Lo cursivo es nuestro.
Quedé aterrado al escuchar a Silvia acusar a Antonio de haberla seducido y engañado con falsas promesas; ¿fue así que realmente ocurrió?…. Nada de eso, ella procura echarle la culpa para dominarlo mejor. En la realidad, ella planeó cuidadosamente toda la trama. Se insinuó, progresivamente, y con mucha cautela. Facilitó muchos roses de cuerpo a cuerpo, cuando se cruzaban, como también algunas oportunidades para conversar. Se vestía de manera sensual, para mostrarse provocadora. Cierto día hicieron una fiesta en un restaurante, en conmemoración al aniversario de la casa comercial, y Silvia terminó desafiando a Antonio a bailar con ella. Este ingenuamente aceptó el convite y, cuando se sintió en los brazos, con algunas copas de vino en la cabeza, largó el cuerpo en los brazos del parejo, y ahí comenzó todo.
Antonio tomado de sorpresa, aceptó el juego.
Bailaran otras piezas, y la intimidad aumentó al punto de llevarla en su automóvil, para casa, y acabó enredándose definitivamente, apasionándose y creando todo ese problema.
Noté que Silvia no está informada de la iniciativa de Antonio, buscando un Centro espírita, o sea, apoyo para salir de esa encrucijada.
Pienso que no le interesa a la organización, que le presta los servicios informarla de cualquier fracaso, principalmente en fase de los vínculos existentes, de largo tiempo, entre ellos. Como igual haría cualquier organización terrena, van a absorber el perjuicio y seguir adelante, eso sí, con más cuidado.
Arrojado con violencia, Antonio cayó en el andén de la entrada de su casa, casi en los brazos de Ruth y de Ana su esposa, que desligadas del cuerpo físico, lo aguardaban ansiosas.
–¿Ellas saben lo que está ocurriendo? En calidad de espíritus, y desligadas del cuerpo físico, si! O, qué cree mi amigo? –Cuando los miembros de una familia se aman, sienten placer por convivir juntos; al desprenderse durante el sueño, continúan solidarios y aún en nivel más elevado, principalmente en el caso de nuestros amigos, que son personas buenas honradas, sin embargo susceptibles de ser engañadas como nosotros
-Por lo que veo no se revelan con el error de Antonio.
-Cuando libres del cuerpo, vemos la cosa con más lucidez, y podemos juzgarlas con más seguridad
-¿Si supiesen de esto en el plano físico, actuarían del mismo modo?
-Creo que no, porque no tendrían el conocimiento integral de los hechos ni la lucidez a que me referí.
-¿Y ese conocimiento no se refleja de modo alguno en el plano físico?
En parte alguna, debido a la situación deprimente y enfermiza de Antonio, el inconsciente, en ocasiones pretende liberar información, para justificar el percance del amigo.
-Madre, ayúdeme a colocar a papá en la cama–dice la joven, cuyas fases estaban relucientes de lágrimas
Alzaran a Antonio con todo el cuidado, y con sus gemidos, se angustiaban procurando manejarlo con cuidado hasta colocarlo junto al cuerpo físico.
Después, qué maravilla!—Ruth elevó ardiente oración a Jesús, suplicando socorro para el padre, allí vencido y supliciado. Ana se asoció a ella, y las dos mujeres se transformaron en dos pequeños soles, con realce para Ruth, al mismo tiempo que, sobre Antonio descendía una lluvia de efluvios que les vertían del corazón
Antonio aliviado se acopló al cuerpo, y sin despertar prosiguió durmiendo en sueño reparador. A una señal de Arquímedes, nos hicimos visibles a las dos mujeres.
Frente a la luz que irradiaba Arquímedes, Ruth se conmovió y se postró de rodillas.
-Oh! agradecida señor! Veo que mis oraciones son escuchadas! Mensajero de Dios, Ayúdeme a sacar de esa terrible persecución a mi padrecito. Sabemos que en modo alguno él es culpable, pero me párese desproporcionado el castigo. .
-A pesar de que tengamos algunos conocimientos a cerca de la espiritualidad que nos rodea, no sabemos cómo actuar, y como ayudar con eficiencia, Papá se nos muestra de mal humor y mal gusto.
-Levántese hija, somos tus hermanos, nada más; sus oraciones fueron escuchadas y nos estamos moviendo para ayudarlas en la solución del problema. Antonio estuvo en un Centro Espírita pidiendo orientación y nuestro concurso y el esfuerzo de todos nosotros, debe dar énfasis a su progreso en el conocimiento espírita que nos será el más poderoso auxiliar en su fortalecimiento. Espontáneamente, va a pedir orientación para programar sus estudios; se le facilitaran los libros más apropiados para que ganemos tiempo, y consiga afiliarse a la doctrina de los espíritus. Conságrenle apoyo, mucha comprensión, y hacer que él se sienta bien en casa.
-Si! Mi hermano en Jesús, prometo hacer todo esto para ayudar a papá, y le soy inmensamente grata por la asistencia que le van a proporcionar. Que Dios los recompense.
Quede tranquila mi hermana, que todo se resolverá muy pronto.
Ruth y Ana emocionadas regresaron al plano físico y despertaron felices, tratando de memorizar aquellas bellas experiencias de esos momentos.
Como decíamos anteriormente, en el romance encontramos interesante información sobre procesos obsesivos que el vulgo denomina como negocios salados; aquí, queda demostrado como funciona este tipo de embrujo, en el que riegos, talismanes y amuletos no tienen poder alguno para eliminarlos, pues solamente los procesos desobsesivos bien efectuados y acompañados del cambio moral positivo del afectado, como manera de elevar el padrón vibratorio y así alcanzar la inmunización y el merecimiento.
También queremos resaltar algunos aspectos sobre el peri espíritu, con el fin de enriquecer más la información sobre el mismo.
Otro de los temas a denotar, es el de los espíritus de la naturaleza cumpliendo tareas positivas o negativas dentro del destino humano.
Eran las ocho de la mañana en punto, cuando Antonio Serra abrió su establecimiento comercial.
Nosotros nos hallábamos a su espera. También los espíritus encargados de perjudicarle la actividad comercial, estaban colocados en la expectativa sobre el surgimiento de la eventual clientela.
Iba a comenzar nuestra reacción más contundente contra el asedio de las sombras, que venía afectando a ese hombre que había sido colocado bajo nuestra protección.
Dos entidades caminaban por la calzada, una al frente de la otra, de aquí para allá y de aquí para acá, cuando Arquímedes fue abordado por un espíritu de aquellos que manipulan a los de la naturaleza, de esos que trabajan al servicio del Cristo, y solicitó permiso para dar una demostración de cómo se inicia algunas desavenencias entre los seres humanos, predisponiéndose a demostrarnos lo siguiente:
Después de mentalizar la punta de un pie, y observando al espíritu perseguidor que iba por el frente muy distraído en compañía de otra entidad espiritual, aplicó fuerte golpe en la rodilla derecha.
Al impacto, el espíritu saltó de susto e indignación. Sin mediar palabras o indagaciones sobre el suceso, porque según él obviamente el acometimiento había sido aplicado por el compañero, arrojándose sobre él, como si fuese una fiera, derribándolo al suelo, enganchándose los dos en plena lucha corporal.
El agredido sin entender lo que pasaba, ya que su compañero al recibir el golpe por el elemental reaccionó de manera rápida y sin pedir explicaciones. El otro, buscaba defenderse rodando por el piso tratando de esquivar la agresión del adversario y a la vez también atacaba en respuesta, y por haber sido tomado por sorpresa, se sintió en desventaja, y mientras tanto se recuperaba para reclamar la revancha.
Los compañeros de tareas que pronto los rodearon en la expectativa del desenvolvimiento de la trifulca, no hicieron el mínimo empeño por separarlos, Apenas azuzaban para estimular la pelea, dividiéndose en barras de animación.
Fue cuando el más agredido al verse casi dominado, sacó fino y largo puñal, hiriendo al adversario en las costillas, una, dos, tres veces, hasta que los amigos atónitos ante el inesperado suceso, resolvieron intervenir para separarlos.
La entidad herida, yacía boca abajo sobre la cuneta de la calzada con la sangre que brotaba de las heridas abiertas, chorreando en gruesos hilos rojos.
Mientras unos prendían al agresor, otros alzaban al herido para buscar auxilio en alocada carrera.
La lucha fue rápida, miré para Arquímedes, perplejo, con los ojos pidiendo explicaciones. Al final el puntapié, dado como simple ejemplo, había desencadenado la escena de sangre, y ya me sentía terriblemente culpable, por no haber evitado el suceso. Fue cuando el instructor esclareció.
-Mi amigo, estamos en una especie de guerra, usando nuestra propia estrategia de lucha. –El golpe no hubiera tenido mayor repercusión, si el agredido con cautela, hubiera pedido alguna explicación al compañero habiendo podido deshacer el equívoco que permitimos para tal confusión. Así corren las consecuencias por su propia cuenta. –No es preciso que se inquiete ante ese hecho. El espíritu de la naturaleza atendió mi pedido de acción y no tomó por cuenta propia la iniciativa.
-¿No estamos tomando las mismas armas, que recriminamos sobre la traición y la mentira? –Aún que así fuese, me párese que usando las mismas armas del adversario, estamos en una contienda justa y limpia; claro está, teniendo en cuenta que luchamos en defensa de personas injustamente oprimidas.
Mirando el poso de sangre en el piso, como si estuviésemos en el plano físico, me asaltó la preocupación de que mis futuros lectores tal vez no estuviesen en condiciones de entender el hecho.
Arquímedes, que me acompañaba el pensamiento, vino en mi socorro.
-Digamos que el cuerpo espiritual que llamamos periespíritu, es un organismo vivo a semejanza del cuerpo físico, diferenciado en su estructura por la maza que lo compone, en razón de su naturaleza vibratoria. La vida no da saltos, empero continua integralmente apenas sujeta a la naturaleza de la materia que nos estructura el cuerpo y las leyes que la rigen, y que naturalmente no son enteramente las mismas, tenemos lagrimas al llorar, corre sangre por nuestras venas, y si ingerimos alguna cosa que deje restos, necesitamos eliminarlos, es decir evacuamos o excretamos casi en la misma forma que lo hacemos como encarnados, según lo materializado que estemos.
– Eso va asustar a mucha gente. ¿Por qué piensa así?
Porque yo mismo, a pesar de espiritualista, tiemblo sólo al pensar, que el flagelo de las dolencias y de nuestras flaquezas físicas, no desaparecen en la sepultura.
-Sería apenas una perplejidad momentánea. El raciocinio, fatalmente, conduciría luego a la comprensión de que nuestros problemas de orden físico, se extinguen en la medida que nosotros dejamos de sentir el cuerpo, para luego sentir solamente el espíritu, o para mejor decir, cuando nuestra naturaleza material va cediendo terreno a nuestra naturaleza espiritual.
Invitamos al lector, estudiar el tema sobre el periespíritu, expuesto por el mismo autor de este capítulo en el anuario del año 1996
Iba a profundizar el asunto que me pareció interesante, cuando Arquímedes, indicándome el flujo de gente que venía por la vía, me pidió que anotase la diferencia en el comportamiento de los transeúntes, ya sin la interferencia perniciosa de las entidades que los desanimaban.
Más luego otro bando de obsesores regresó en reemplazo de los espíritus que sufrieron la desavenencia, pero éstos fueron neutralizados mediante el aislamiento magnético que efectuábamos sobre los clientes para que no sintieran ninguna influencia de desánimo. Esta lucha se mantuvo durante el día, hasta causar fatiga y la desistencia definitiva de los malhechores.
Al final del día, nuestra victoria se mostraba abrumadora. Estábamos felices por la alegría de nuestro amigo Antonio Serra y de sus empleados, todos atónitos con el gran movimiento.
Ya solito al cerrar el almacén, con los ojos húmedos, en la tela mental resurgían las escenas de los contactos con José Pedro, ese director de centro que le prometiera ayuda y protección. Y en esos momentos en voz baja dice conmovido:
Gracias mi Dios!
2.3.1 El rosario de coral por el Dr. A. WILIM
A continuación, para complementar aún más sobre tipos de brujas, exponemos interesantes apartes del romance El rosario de coral por el Dr. A. WILIM. Editado por la Federación Espírita Brasilera[8]
El personaje principal del romance, Dr. Leyre que después de haber encontrado en la playa del cabo Ferret, un rosario armado en cuencas de coral rojo, este se convirtió en el detonador psicológico de Leyre, para sus desdoblamientos conscientes que lo conducían al aposento de Lucia, quien desde existencias pasadas venia vinculada a Leyre, y que por circunstancias del destino, esta vez había adquirido compromiso matrimonial por imposición de su padre y la autoridad clerical influyente en esa familia, con el Sr. Delile, personaje de importante relevancia política y económica dentro de la sociedad Francesa de la época. Leyre, por recomendación de su profesor de química, visita al Dr. Hertault para exponer el inquietante fenómeno que en su estado de vigilia no comprende y por lo tanto se siente un poco perturbado.
He aquí, la introducción de este interesante romance.
Refugiado en la luz y en un rincón del gabinete, me entretenía distraído mirando el humo que de mi tabaco salía en marejadas, cuando me trajeran la nota sobre la visita del Joven Leyre.
De nombre, ya lo conocía. Era uno de los más brillantes discípulos. El profesor Durieux, mi viejo Amigo, célebre por sus admirables trabajos concernientes a la fermentación de los vinos.
Leyre defendiera notable tesis sobre la acción del ácido sulfúrico en la vinificación y Durieux estimaba en él, un legitimo heredero y continuador de su carrera.
Tal como estaba en traje casero, pues aún no pasaba de las 8 horas, mandé que lo hiciesen pasar; y no sé por qué, tuve el presentimiento de que iría a estudiar uno de aquellos casos extraordinarios, de tanto interés para mi espíritu siempre ávido y curioso.
Los acontecimientos como veremos, confirmaran la previsión, pues Leyre venía a ofrecerme una de las más insólitas e inverosímiles observaciones de mi experiencia médica.
Juzgando por mi experiencia, nada pudiera dejarme entrever, en cuanto a los fenómenos que le determinaban la consulta. Así en cuanto leía la carta del viejo colega Durieux, examinaba de reojo al nuevo cliente, y no veía más que un guapo joven, alto, formidable, semblante de líneas regulares en la moldura de la barba castaña y ojos negros cuyo brillo me traducían franqueza y sinceridad.
También los términos de la recomendación eran calurosos.
"ahí va Leyre, jefe de mi laboratorio, que se juzga victima de perturbaciones de fondo nervioso, lo que supongo como un cisma exagerado, pues nada le he notado de inquietante. Por el contrario, él es siempre el mismo hombre que he conocido hace un buen tiempo. No obstante, le pido que le escuche y le asista, como persona digna de afecto.
Durieux.
–Pues mi caro señor Leyre, estoy a su entero disponer..
—Quiero Doctor, su opinión sobre algunos incidentes nerviosos, que me dejan aprensivos en cuanto el futuro. Se trata ni más ni menos de unos sueños siempre uniformes secuenciales y persistentes, que vengo experimentando, y de los cuales no me puedo eximir.
-Quiero describirlos con certeza y sin omitir cualquier pormenor.
-Diga en qué fecha y como empezó a experimentarlos con todas las circunstancias que los caracterizan.
-En este caso, para exponer todas las particularidades, tendría que alargarme, y no deseo tornarme inoportuno.
– Nada de ceremoniales amigo, sus sueños pueden ser de naturaleza singular, pues de otra manera ellos no lo impresionarían tanto. Preciso pues, para opinar, hacer de ellos un análisis muy completo.
-Antes de todo, permítame Dr. No ser apenas al médico que me confieso:
-Esas revelaciones me transforman el sueño en una vida más agitada y fatigante de lo normal. A mi maestro Durieux le confidencié esas aprensiones que me distorsionan el día, y esto me motivó para que viniese a escucharle sus consejos.
– Vamos al asunto y no recele revelar su caso, pues Durieux no le hizo venir aquí de manera inoficiosa. Tome un cigarro y prosigamos.
-muy agradecido, no fumo. En cuanto a los hechos helos aquí:
-El día 28 de noviembre, hice una excursión fatigante hasta el cavo Ferret y caminando por la playa, encontré un rosario formado por cuencas de coral rojo, y de regreso me acosté temprano luego de cenar. Precisamente esa noche, mire lo que soñé. (En esos momentos sacó del bolso una libreta con su diario, lo consulto, y prosiguió).
Leyre dijo haber tenido un sueño anterior al día del paseo en el que el soñó encontrar ese rosario, hallazgo que más luego se materializo. Y en lo sucesivo se efectúan más sueños, los que Leyre siempre me comentaba, y yo a la vez analizaba con mucho interés. Decía Leyre: –De hecho, algunas enfermedades se anuncian eventualmente por sueños antes de manifestarse en la vida real. –Quiero por lo tanto Dr, .me haga un examen minucioso sin que se me oculte ninguna conclusión sacada del chequeo.
Le hice el examen y nada constaté de anormal en el consultante. Respiración, circulación, funciones digestivas, secretoras, motrices sensoriales, todo, en fin, perfecto. Los músculos fueron examinados con el auxilio de corrientes eléctricas, no dieron cualquier señal de anomalía; El conducto nervioso se presentaba perfecto, los reflejos normales; el globo ocular, examinado con cuidado, no reveló ningún síntoma patológico. Leyre gozaba de excelente estado de salud bajo el punto de vista físico. Resolví por consiguiente efectuar el examen de las facultades psíquicas. Examen demorado y meticuloso mediante el cual también pude comprobar la inexistencia de cualquier disturbio de atención, de memoria, de voluntad, de lenguaje hablado o escrito.
-Su caso no se me figura de fondo patológico, lo vamos a encarar bajo un punto de vista muy especial, presiento mucho que Durieux ya lo haya percibido a la vez que conoce mi trabajo sobre estos asuntos., y sabe muy bien lo que me puede interesar. Pues bien. Yo creo, igual que él, encontraré en su caso, importantes observaciones a tomar. Después, me despertó la curiosidad: ¿Habría tan inexplicable ligazón entre los sueños y el tal rosario? Como médico claro está, no podría admitirlo. Como conocedor de la metapsíquica, me mantenía en duda.
Presentándose en mi pensamiento un incendiado conflicto como si yo asistiese al desdoblamiento de dos estados de consciencia, y uno de estos estados como personificado me decía: A qué punto llegaste! ¿Vas a creer a un joven químico encontrar un rosario de coral como para que después se ponga a soñar como cualquier histérico?
¿Qué relación podría encontrar en esos dos hechos? Conoces científicamente a conciencia algo que tenga relación con esto? Nada! No es verdad? Y podrás encontrar una causa onírica en las cuentas del coral o en el metal que las une, en la medalla o en la cruz que la adorna? Tampoco. te enfrentas a dos hechos concomitantes sin cualquier relación entre ellos. Por lo tanto todo esto no pasa de ser pura coincidencia.
Empero el otro estado de consciencia surge y se defiende diciendo:
No tengo como tú la misma convicción; No diré que el rosario haya originado los sueños; me limito a decir que nada se, pero tampoco niego que pueda haber alguna relación entre lo encontrado y los sueños. Confío muy poco en mi sabiduría. La ciencia humana no se me figura como un monumento acabado, pero si un edificio en construcción, empero aún sin terminar.
Es por eso que alguna cosa quiero negar a priori, y acredito que nada hay imposible. No quedarás sorprendido, si oyeses decir que ese mismo rosario podría servir de vehículo a la tuberculosis, si un enfermo de ese mal, lo hubiese saturado de su propia expectoración. No obstante tus ojos no podrían ver el agente del contagio; ni tu olfato ni tu paladar, ni tu tacto jamás lo descubriría. Fue preciso que apareciese el poderoso microscopio, y las sutilísimas reacciones de laboratorio para que el bacilo de cok infinitamente pequeño originara el mal. Sin la existencia del microscopio, el bacilo de cok se tornaría un ser inaccesible para ti, debido a que este vive en un mundo en el cual no puedes penetrar, Mundo que para nosotros, realmente es otro mundo, y solo de manera artificial podemos conocer.
Me pregunto yo mismo, si no habrá aún otros mundos ocultos a nuestra vista, otros seres de los cuales no podemos prever su influencia a pesar de su realidad; otras fuerzas, de las cuales no sentimos su actuación sino por sus efectos. Quién osaría decir que tales mundos, seres y fuerzas no podrían existir? De mi parte, se que a ese respecto, nada se.. Es posible que en ese rosario existía cualquier tipo de influencia. Por el momento nada afirmo, pues no soy un crédulo, pues confieso ser un ignorante.
Tal vez un día se venga a descubrir el instrumento que descubra la existencia de esos seres y de esas fuerzas hasta ahora desconocida.
Nos sería fácil penetrar en ese mundo en cuanto inaccesible a nuestras investigaciones, tal como era el mundo de los infinitamente pequeño a las investigaciones de Aristóteles e Hipócrates. Lejos hubiera ido el conflicto de mis dos estados de consciencia si no me hubiera integrado en mi mismo para reprimir la indagación.
Alguien en este romance decía:
El pensamiento en conjeturas vagabundeaba, galopaba sin frenos, a poblar de seres insospechados ese espacio tan distante, y al mismo tiempo tan próximo de nosotros. ¿Era allá que precisábamos situar genios y hadas, djins y peris, kobolds y lutins, ondinas y silfides, salamandras ígneas, y nomos? ¿Sería por esto, que espantadas por la incredulidad humana, creciente y perversa, las ninfas amorosas, los faunos joviales, las triades amigas de los árboles y los sátiros de pies grifados, procuraran refugio?
De pronto me fluctuaba el pensamiento indulgente con la imaginación popular, cuyo oculto y contundente simbolismo me deleitaba.
Las narrativas de Leyre se siguieron sucediendo ante el médico que cada vez tomaba más interés por ayudar al paciente, formulándole recomendaciones para que supiera comportarse frente a esos interesantes sucesos de carácter onírico que para el Dr Hertault, muy pronto dejo de verlos como patológicos pero si, sucesos dentro de la realidad espiritual. Más adelante, próximo a la finalización de los dramas, resaltaremos nuevos episodios, pues esa serie de desdoblamientos conscientes durante la noche en el dormitorio de Lucia, y también Lucia, sufriendo los mismos fenómenos dentro de la facultad proyectiva, pronto se convirtió en un verdadero idilio, por el cual ella que ya estaba comprometida con antelación a consorciarse con el Sr. Dalile, empezó a desanimarse de dicho compromiso el cual no podía eludir para no contrariar a su padre que entre otras cosas tenía intereses creados en su futuro yerno. Esta terrible encrucijada empezó a tornarla psicótica y más luego neurótica, situación que en nada modificó el programa matrimonial, y que a pesar de esto, la pareja de enamorados "fantasmas" no dejo de tener los sabidos encuentros espirituales durante la noche.
A continuación, retomamos el siguiente drama.
Cuando como de costumbre me presenté en desdoblamiento en el aposento de Lucía en el hotel, allá en Granada España donde habían viajado para pasar la luna de miel, noté que ella estaba preparada para salir. De cuando en cuando, me parecía oírle decir: — mi marido quiere que lo acompañe a ver un espectáculo de Gitanos, con danzas típicas.
Yo conjeturé qué la moza registraba mi asistencia. Y quiso explicarme porque estaba en trajes de paseo. El marido no tardo en venir a buscarla. Tomaron un carruaje seguido de dos "Landaus" todos escoltados por un pelotón de agentes de la policía, pues no era prudente aventurar de noche sin seguridad en aquel barrio de gitanos de granada.
Acompañé fácilmente la comitiva apegado al lado de ella, sin experimentar cualquier óbice material. Descendiendo de la Ciudad propiamente dicha, tomamos la dirección para Albayein. A través de calles solas y mal pavimentadas, alcanzamos el camino que sigue por la cuesta dominando el valle profundo, más allá del cual, en el lado opuesto, se desdoblaba la masa oscura del alambra. Los carruajes estacionaron al frente de una casa levantada en ladrillo. La puerta entre abierta dejaba ver una sala de techo bajo, bien iluminada. Adentro seis mujeres viejonas y feas se alineaban vestidas de folclóricas ropas granadinas. Al lado de ellas vi. a unos bailarines de fisonomía patibular, vestidos a la andaluza, corbata roja, y sombrero de bordas largas.
Dos de ellos afinaban los encordados, al fondo de la sala una mujer más vieja, de rostro encasquillado y ojos negros y penetrantes, que se mantenía sentada fumando un corto tabaco, en cuanto a sus pies, una jovencita de unos 12 a 13 años, muy bonita, que se conservaba en actitud provocadora.
La vieja aparentaba como si fuese una reina rodeada de su corte. Otras personalidades de su edad, parecían atribuirle mayor respeto.
Los forasteros tomaron sillas recostadas a las paredes, al frente de las bailarinas, Sería por todos, una docena de espectadores entre las cuales se encontraban tres señoras inglesas incluyendo a Lucía.
En el fondo de la sala posaban los cocheros, los agentes de policía y el populacho del barrio.
No sé qué presentimiento me detuvo, pues resolví refugiarme en la sombra de la noche. Me senté sobre la tapia que dividía la casa con la calle, y desde ese punto me parecía ver lo que sucedía en el fondo del local.
Se levantaron las bailarinas los parejos y los guitarristas; entraron en acción ejecutando una serie de danzas graciosas que me parecieron del más perfecto arte coreográfico: Fandangos, jotas, sevillanas, habaneras, tangos etc.,… La danza española es sin duda bastante artística, debido a la mímica y el ritmo, Solamente el concepto de las pasiones, el asedio masculino ardiente, y la defensa femenina estimulante. En las danzas del norte hay más salvajismo; en las del sur, más sensualidad que en la habanera, y más brutalidad en el tango. Todas sin embargo expresan maravillosamente las sucesivas fases de la eterna función del amor.
También es posible que yo les haya atribuido un sentimiento inexistente..
No obstante estoy convencido de que Lucía experimentaba la misma sensación, eso, porque sus ojos se nublaran con aquella misma expresión perpetua con que se me abandonaba en la eclosión de nuestros besos. Hubo a seguir un entre acto. La jovencita que se refugiaba junto a la gitana vieja, se levantó y empezó a bailar solita. Inexperimentada aún, daba con su rapidez de los movimientos y presión de sus gestos, un encanto extraordinario a su presentación.
No le busquemos por lo tanto en esa hora, fijar el semblante alegre, porque en él se estampa ya de manera indeleble, el estigma del vicio innoble.. En adelante debería sucederse un concierto. En cuanto los guitarristas afinaban los instrumentos, El empresario, un gitano vestido de terciopelo verde y sombreo alado, adornado de piedras multicolores, se aproximó a los extranjeros y preguntó si querían que les leyeran la "buena suerte".
Un ingles acepto la propuesta y fue conducido hacia la vieja bohemia; lo mando a sentar. Las otras sibilinas se apartaron. El ejemplo del inglés animó la compañía y todos los visitantes pasaron a exhibir la palma de la mano. Sucesivamente Iban y venían sonrientes más o menos convictos y acordes en afirmar que la quiromántica algo adivinara de justo y verdadero.
Lucía y Dalile no querían imitar a los demás, el dueño del clan quiso persuadirlos.
Un inglés de porte distinguido y un poco altivo, objetó entonces:
–En verdad Sr. Dalile, El señor debía experimentar.. Mire que vale la pena mostrar la mano a esa hechicera. Dalile respondió que eran cosas que no le interesaban.. Mire, insistió el ingles— la verdad es que ella lee admirablemente y el señor pierde una buena oportunidad de divertirse.
La adivina comprendió el sentido del dialogo, hace señal a Dalile, que sin duda para no mostrarse ridículo, resolvió imitar a los otros.
Infelizmente con él, las cosas fueron diferentes. Mal le fijó los ojos en la mano abierta, y la mujer no pudo disimular su sorpresa. Llamó a las comadres mostrándoles la mano en observación y todas se manifestaron admiradas. Mientras tanto la gitana en referencia habló algunos minutos. El se sonrojaba contrariado. Por fin habló algunas palabras a la quiromántica. Fue cuando ella respondió moviendo la cabeza negativamente, y con vivacidad, al mismo tiempo que se fijaba en Lucía. La vieja insistía, parecía que Dalile se negara a cualquier propuesta .que ella le hiciera. Luego él notó que todas las miradas convergían hacia su esposa. Con resolución pidió a Lucia que también se hiciese examinar la mano
Lucía inicialmente se negó, empero, la insistencia de la gitana termino por convencerla y esta aceptó, por prevención a malos entendidos. Se acercó una de las compañeras y le arrimó una silla, Lucía se acomodó y le extendió la mano que la quiromántica leyó con avidez. Grande fue su asombro, que se sucedieron expresiones de espanto y sorpresa, miró la moza con gran admiración, y luego llamó a las compañeras y mostrándoles la mano de Lucía; emitían una ruidosa algarabía en lenguaje exótico, de la cual no comprendí una sola palabra.
Fatalísima curiosidad!. ¿Por qué no obedecía al presentimiento íntimo que me repelía de aquella sala innoble? Me dejé impresionar por la actitud de la hechicera y la curiosidad venció el temor. No pude escucharle los conjuros a media voz que hacía, y me acerqué oyéndole decir que Lucia era amada por un mago que tenia la facultad de separarse del cuerpo durante la noche para visitarla, además ese mago poseía un talismán. Yo ya me había ubicado detrás de lucía. Fue cuando la "arpía" erigiendo los ojos hacia mí, hizo un gesto de terror. A continuación, cerrando los puños, extendió los brazos en dirección donde me hallaba, y aclamó estentórea:– Jesús!, María! Protégenos!… He ahí está! –Lo veo claramente.
Es curioso este drama de espanto y admiración por parte de las viciosas gitanas al registrar la presencia de Leyre, referenciándolo como hechicero, cuando en realidad la mediumnidad mercenaria y supersticiosa de estas mujeres, las podría encuadrar dentro de una variedad de brujas. Es aquí que cabe el adagio popular que dice: (El burro hablando de orejas).
Para hacer una mejor exposición sobre quiromancia, diremos que, las líneas de la mano con sus rasgos muestran estados de salud, pues las corrientes nerviosas y los ganglios o chacras menores provocan cambios en estas líneas que pueden ser interpretadas o leídas por una persona especializada, tal como lo demostró el Dr. Arnoldo Krum Heller en su obra Quirología Médica. Empero además de esta apreciación agregamos que también se opera el fenómeno mediúmnico llamado psicometría que consiste en observar en la tela magnética de la mano,(archivo akasico) sucesos realizados en el pasado; así como acontecimientos todavía por venir.
Otro fenómeno digno de esclarecer es el de la grafología, por medio de la cual es posible apreciar en los caracteres de las letras algunos rasgos de la personalidad con sus perfiles psicológicos, y en algunos casos es posible conocer hasta el nivel evolutivo de la persona analizada.
Uno de los objetivos centrales de este .texto es el de esclarecer sobre eventos y fenómenos que muchos no conocen y que los espíritas en especial, deben saber y divulgar por bien de la humanidad, pues el espiritismo, por sus conocimientos sabe develar lo que se encuentra haciendo parte del "egoísta ocultismo," en algunos casos de carácter bien esotérico, y en otros solamente superstición y mentira.
El ritual del tabaco, con sus invocaciones, es un proceso hechicero practicado por gente inescrupulosa y vulgar, y por lo regular está más dedicado a causar encantamientos en los enamorados; empero la lectura del tabaco, no pasa de ser un acto meramente supersticioso, mentiroso, en el que supuestamente a través de las formas variadas de las cenizas, mostraría prenuncios o advertencias de cualquier naturaleza.
Igualmente ocurre con las interpretaciones que algunos supersticiosos le dan al cuncho del café, en el que se presentan formas caprichosas, extrañas, que sólo se producen al azar, y por el acaso, como suele ocurrir también en algunos muros o superficies en que el agua y la lama producto de la humedad, causan como especie de imágenes que la gente piadosa y mística atribuye como apariciones de alguna virgen o del Papa, que según el mundo católico considera como haciendo parte del sagrado santoral.
Lucia desmayo, Y yo mismo me encontré de camino dentro del ámbito de la noche. La paciente fue reconducida al carro, el marido volvió a la sala, al mismo tiempo que las gitanas se retiraran en tumulto blandiendo navajas y haciendo tiros de revolver.
Algunos campesinos al sentirse asechados por fantasmas indeseables, desenfundan el machete virándolo en su entorno, rastrillándolo sobre el suelo, en señal defensiva. Hoy, pensamos que más que superstición, es lógico que algunos espíritus teman ser afectados en su cuerpo astral, pues cuando éstos se encuentran muy materializados algo puede suceder que les afecte en su fisiología psicosomática.
Luego el Sr. Dalile tomó carro y partió para la ciudad, traté de antecederlo, y me vi en el aposento de Lucía. La forma incorpórea de mi amada ya allí se encontraba posante.
—Lucía! Mi lucia— Dije abrazándola. ¿Qué fue lo que te sucedió? Cuénteme lo que le dijo la gitana. Y ella respondió:
Dígame, Antonio, si es por artificios de magia que consigues venir hacia mí. No me eludas ni me mientas.
–Te juro que ignoro absolutamente lo que sea la magia, y si es cierto que a ti me reúno por medios sobrenaturales, eso se da a contra de mi voluntad, Pienso que sea el bendito rosario que nos tenga recíprocamente ligados, y si hay en eso cualquier sortilegio, sería por obra de la virgen santísima.
–Ven arrodíllate con migo a los pies del crucifijo y repitas mis oraciones. Me empujó para el oratorio entrelazó sus manos entre las mías, y rezó el padre nuestro, el Ave María, haciendo que yo los repitiera. Nos santiguamos antes y después de las oraciones. Fue una prueba decisiva, Lucia se tranquilizó. Si magia hubiese en nuestro caso, no podría ser diabólica.
— Perdóname haber desconfiado de ti. Pero.Que mujer terrible ¿estaba allá?
Si! Y escuché todo lo que ella te decía. Mi Dios! ¿Qué hacer? Se arrodilló de nuevo y pareció abismada en una oración fervorosa. Después, más calma, se irguió y caminó hacia mí.
–confió en Dios y la virgen. presiento que fui destinada para la vida eterna. Ojala pueda volver mi cuerpo al seno de la tierra, para pertenecerte única y exclusivamente. Se sentó e hizo sentarme al pie para mirarme demorada, y piadosamente, con una expresión de infinita ternura.
Mi pobre Antonio, comprendo cuánto hayas sufrido. Escuchamos el ruido de un carruaje. pasos pesados indefinidos, repercutían en la escalera, y después en el corredor. Entraran, traían el cuerpo inanimado de mi Lucía. Lo extendieron en la cama, y las señoras extranjeras que participaran con ella del evento, allí estaban también atentas. Llegó el Médico, se retiran todos quedando solamente el galeno y el marido. Este, de una vez examinó, palpó, auscultó y concluyó:
Siempre la misma cosa. Es necesario dejarla sola. Si mañana no despierta, entonces intervenimos. Por ahora nada hay que hacer. Quedó el Sr. Dalile un poco contrariado. No le tomemos mayor importancia. Nuestra interpretación de pensamientos era tan dulce y tan profunda que permanecimos inmóviles con el temor de quebrarles el encantamiento. En esos momentos golpeaban la puerta. La siniestra gitana entró, se aproximó del Sr. Dalile y le entregó alguna cosa. No pude ver que era. Después ella le hablaba al oído y él meneaba la cabeza..como que la mujer le hacia un pedido. Lo vi. sacar la billetera y ponerle en la mano un valor bancario. Ese gesto nos sorprendió Nos sentimos tomados de una inquietud indefinida. Fue cuando observé precipitarse la gitana con un arma empuñada. Instintivamente; me coloque al frente de Lucía. Lo que sucedió no lo recuerdo.
Aquella narrativa me suscitó tan extraña complicación, que tuve que recogerme meditativo y en silencio. Llegué a acusarme por haber consentido a Leyre discurrir tan larga y exhaustivamente. La curiosidad a mi manera de ver, sobrepasara en mí, los deberes de médico. Procuré corregir la falta, pensando en recomendarle extemporáneamente, reposo y silencio.
El día 24 de marzo, por la mañana, El Dr. Duriux vino a buscarme a toda prisa, por que el discípulo se hallaba gravemente herido, presumiendo que se hubiera intentado suicidar. Tan sorprendido como Uds, se podrían imaginar, salté de la cama y aún en chancletas y vestido sin detalles como de emergencia, me dirigí al lugar. Al llegar a los aposentos de Leire, encontré a la madre de Leire arrodillada junto al lecho y sollozarte.
Con una palidez de cera, el joven tenía la pijama y los cobertores empapados de sangre, debido a una extensa herida en el pecho. Duriux, solicitaba agua hervida, agua oxigenada y lo más necesario con el fin de proceder a una intervención rápida.
La herida aparecía en la región sub- clavicular izquierda, región particularmente complicada, debido a los grandes vasos que la atraviesan- la arteria y vena sub cava. Verifiqué que la herida en sentido oblicuo de adentro hacia fuera y de abajo hacia arriba fue producida por cuchillo o puñal; y aunque no era profunda habiendo la lámina resbalado por la aponebrosi clavipectoral, apenas afectando los ejes del músculo superficial del gran pectoral. La hemorragia abundante que hubiera sobrevenido, me pareció que se hubiera debido al seccionamiento de algunos ramos de la arteria acromo-toráxica . por lo tanto traté de tranquilizar a la Sra. Leyre y el colega Diureux, no se trataba, afortunadamente de herida mortal, pero para mayor seguridad, mandé a llamar al profesor Vilanova, notable cirujano que me confirmó el diagnostico – ¿Quien hirió a éste joven preguntó él–. Respondí que probablemente había sido él mismo.
–yo no concuerdo, porque si el golpe fuese aplicado por su propia mano, la incisión no se daría en sentido oblicuo ascendente y externo, como lo vemos. Ese golpe, por lo tanto solo había podido ser ejecutado por otra persona por el frente y a la derecha de la víctima.
–pero no es posible – aclamó la sra. Leyre- porque mi hijo se acostó ayer a las veintiuna hora , no saliendo más del cuarto, por otro lado, nadie penetro en nuestra casa, cuyas puertas yo misma cerré cuidadosamente muy de mañana cuando le di la entrada a la empleada, las trancas y los cerrojos estaban intactos.
— una cosa puedo asegurar- replicó el profesor- parece ser que no fue este muchacho quien a si mismo se hirió; por mi parte, comprendía el raciocinio del colega, lo hallaba perfectamente lógico. Si Leyre se hubiera herido asimismo, la dirección de la herida podría ser perpendicular u oblicua, de afuera para dentro y de encima hacia abajo, al menos que se pudiese conjeturar un minucioso estudio del movimiento necesario, para disimular a otra mano criminal.
— A dónde está el cuchillo?- pregunta Vilanova
La Sra. Leire, respondió: Nadie lo encontró! Es extraño, respondió el cirujano, en cuanto observaba la herida.
—-Hertault, por favor, busque un litro de suero, mientras aplico estas ampollas de éter y cafeína.
Media hora después de aplicado el tratamiento, Leyre abrió los ojos sin dar muestras de recuperación de los sentidos.
Nunca observé un estado de choque tan profundo, si no en los grandes traumatismos— dice el cirujano— tendremos que esperar la recuperación del paciente para poder escuchar de él, sobre la realidad del suceso.
— Esa hemorragia es curiosa, me desconcierta y encuentro que ese estado de choque es más grave que el admisible por la herida y consecuente a la hemorragia, sorprende en verdad, que tal cantidad de sangre se vierta, siendo que los vasos sanguíneos rotos son tan pequeños, pues son de aquellos que generalmente se obturan por sí mismo. En este caso, ninguna señal de brumos o cúmulos como si la sangre fuera de un hemofílico. ¿Será hemofílico este joven? — De ninguna manera! Respondió Durieux – muchas veces se ha cortado, sin presentar anomalías.
Leyre adormeció, juzgamos innecesaria nuestra presencia y partimos.
Al día siguiente, la madre de Lucia recibía un telegrama de parte del señor Dalile quien le anunciaba estar de regreso dispuesto a cancelar el matrimonio con Lucia, diligencia que se cumplió trayéndole el mejoramiento psicofísico de Lucia y un año más tarde, se realizó el matrimonio con Leyre.
Sobre la unidad del ser humano y animal como dimanando de un mismo principio
En el parágrafo 606 de "El Libro de los Espíritus" se formula la pregunta: "La inteligencia del hombre y la de los animales, ¿dimana, pues de un principio único? La respuesta expresa: "Sin duda alguna; pero en el hombre ha experimentado una elaboración (por razones palingenésicas) que la hace superior a la que anima al bruto.
En esta parte de la codificación kardeciana tenemos planteada la unidad sustancial en cuanto al origen del ser y de la inteligencia, los cuales se desarrolla mediante una constante palingenésica y reencarnación tanto del hombre como del animal.
Esta concepción sustancial es la que nos hace entrever que en el universo existe una divina igualdad que permitirá el reencuentro, en condiciones y grados morales correspondientes, de un perro con su amo, de un caballo con su dueño, etc., pero ya con la misma imagen humana, para proseguir así avanzando desde "el átomo al arcángel", como dice el mensaje mediúmnico del parágrafo 540.
En el parágrafo 607 se pregunta: "Se ha dicho que el alma del hombre en su origen, es el estado de infancia en la vida corporal, que apenas destella su inteligencia y que se ensaya en la vida (Parag. 190). ¿Dónde pasa el espíritu por esta primera fase?": La respuesta expresa: "en una serie de existencias que procede al periodo que llamáis de humanidad".
En efecto, el ser pasa y se ensaya para la vida humana a través de periodos no humanos, o sea animales, a fin de alcanzar su condición de ser racional mediante la adquisición del Yo, el pensamiento y la voluntad. Es decir, que el animal deviene ser espiritual para alcanzar el estado de conciencia personal mediante su evolución palingenésica, tal como ocurrió con el hombre.
En el mismo parágrafo 607 se formula una pregunta que resulta decisiva para la demostración de la evolución espiritual de los animales, la cual expresa: "¿parece, pues, que el alma ha sido el principio inteligente de los seres inferiores de la creación?", La respuesta es terminante y dice: "¿No hemos dicho que todo se encadena y tiende a la unidad de la naturaleza? En esos seres que estáis muy lejos de conocer en su totalidad, se elabora el principio inteligente, se individualiza poco a poco y se ensaya en la vida, como hemos dicho. Esto es, hasta cierto punto, un trabajo preparatorio como de la germinación, después del cual el principio inteligente experimenta una transformación y se convierte en espíritu. Entonces empieza para él, el periodo de humanidad, y con él la conciencia de su porvenir, la distinción del bien y del mal y la responsabilidad de sus actos, como después del período de la infancia viene el de la adolescencia, luego la juventud, y en fin, la edad madura. Por lo demás, nada de humillante tiene este origen para el hombre. ¿Se creen humillados los grandes genios por haber sido fetos informes en el seno de su madre? Si algo debe humillarle, es su inferioridad ante Dios, y su importancia para sondear la profundidad de sus designios y la sabiduría de las leyes que arreglan la armonía del universo".
"En esa admirable armonía que hace que todo sea solidario en la naturaleza, reconoced la grandeza de Dios. Creer que él ya haya podido hacer algo sin objetivo y crear seres inteligentes sin porvenir, sería blasfemar su bondad, que se extiende a todas sus criaturas".
En el capítulo XI titulado "Génesis Espiritual" del Libro "La Génesis" Del Allán Kardec, en el parágrafo 23, el maestro hace importantes reflexiones en cuanto al destino espiritual de los animales. Dice al respecto: "según a opinión de algunos filósofos espiritualistas, el principio inteligente, distinto al principio material, se individualiza y se elabora pasando por los diversos grados de la animalidad; ahí es donde el alma se ensaya para la vida y desarrolla sus facultades por el ejercicio; ese sería, por decirlo así, su periodo de incubación. Llegada al punto del desarrollo máximo que tal estado mental permite, recibe las facultades especiales que contribuyen al alma humana; de este modo habría filiación espiritual como la hay corporal".
Sobre la ley de unidad que enlaza y preside la creación
Después de tan lógicas y racionales consideraciones, el maestro Kardec reafirma la evolución espiritual de los animales con las expresiones siguientes: "Este sistema, basado en la gran ley de unidad que preside a la creación, es preciso convenir que está conforme con la justicia y la bondad del creador, así da una salida, un objetivo y un destino a los animales; éstos dejan de ser criaturas desheredadas, encontrando en el porvenir que les está reservando una compensación a sus sufrimientos. Lo que constituye el hombre espiritual no es su origen, sino los atributos especiales que le transforman y hacen de él un ser distinto, así como el fruto sabroso es distinto de la raíz amarga de donde ha salido. Por haber pasado por la hilera de la animalidad, el hombre no dejaría de ser hombre, no sería animal, así como el fruto no es raíz, como el sabio no es tampoco el feto informe por el cual comenzó su vida en el claustro materno".
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