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Psiquismo y elementales (página 3)


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Nuestro perro seguía por el lado derecho y el otro a mi izquierda, acompañándonos durante unos cuarenta minutos aproximadamente, empero cuando llegamos al desvío que conduce a la casa de campo, el acompañante forastero desapareció misteriosamente. Comprendí que se trataba de un fenómeno de otra dimensión. Estas fueron mis experiencias en la vida campestre, producto de haber estado siete años en el llano y once en la cordillera central.

Vendimos el predio para incorporarnos de nuevo a la ciudad que nos aguardaba para reencontrarnos con el estudio de la doctrina de los espíritus. Abandonar la parcela nos causó mucho tristeza; ya no volvería a disfrutar de esos indescriptibles y soñadores amaneceres que discurrían amenizados con el canto sinfónico de mirlos, toches, arrendajos y otros bellos pájaros, consentidos y protegidos por nosotros; tampoco contemplaríamos las golondrinas que anidaban en los halares de la cabaña, ni a los colibríes que constantemente revoleteaban de flor en flor libando su néctar de las plantas ornamentales recostadas sobre la baranda posterior de la casa, no volveríamos a degustar las apetitosas manzanas criollas del gran árbol cuyo tronco se apoyaba en el tejado de la parte posterior del rancho; no aspiraría más el rico aroma de los pinos romerones, cipreses y eucaliptos que daban sombra e inspiración al patio; no más paseos por las alamedas curtidas de olor a poleo y a hierbabuena, la fragancia del musgo, la tierra húmeda y el susurrar de incestos y de las cascadas de aguas cristalinas que poco a poco formaban el riachuelo que cruzaba el predio.

No más noches tranquilas de plenilunio llenas de inspiración y poesía, también las noches cuya oscuridad se violaba con la luz de las velas y la lámpara a petróleo para estudiar el idioma internacional Esperanto. De regreso, en la distancia, aún divisábamos la antena del radio teléfono que se erguía impetuosa y nos traía a la memoria el recuerdo de los felices momentos, cuando modulábamos con colegas de diferentes lugares del planeta, especialmente con mis amigos del Brasil. En razón de mi afición por la radio y el Esperanto, decidí viajar a este país hermano para visitar y conocer a mis colegas de radio afición y doctrina, a la vez que participaría en un Congreso de Esperanto en la ciudad de Brasilia celebrado en 1981. De este maravilloso evento conservo gratos y bellos recuerdos de los momentos compartidos con hermanos vibrantes de amor y filantropía.

El readaptarnos a la ciudad cobró para nosotros alguna dificultad. Salir de un medio apaciguado, solaz, y silencioso no era fácil. Enfrentar nuevamente la ciudad exigente, agitadora y ruidosa, era aceptar un escenario diferente pero con oportunidades diversas de aprendizaje adquiriendo una buena cantidad de libros espiritas editados en Portugués y Esperanto, y enviados años atrás por el doctor FRANCISCO THIESEN del Brasil.

1.10. MISTIFICADORES – OBSESORES

De acuerdo a la autora Ivonne a. Pereira[1]"La envoltura semi-material del espíritu ¿Adopta formas determinadas? ¿Puede ser perceptible? Si. Una forma que plazca al espíritu, y así se os aparece en ocasiones, ya sea durante vuestros sueños o cuando os halláis en estado de vigilia, pudiendo también adoptar una forma visible e incluso palpable".

(ALLAN KARDEC – El libro de los Espíritus" Pregunta No. 95)

Tan variada es la clase de entidades mistificadoras desencarnadas, que se presenta confusión con las entidades obsesoras, haciendo difícil, en determinados casos, separar la una de la otra. Procuraremos tratar aquí una modalidad de mistificadores que podrá también considerarse dentro de la clase o especialidad de obsesores, ya que participa de unos y de otros.

Mistificar es, según los diccionarios, el acto de – engañar, estafar, apoderarse, abusar de la credulidad de alguien, medrar -, valiéndose de la astucia y triquiñuelas, malicia y aún maldad. Existen los mistificadores inofensivos, juguetones que pasan el tiempo alegremente, livianamente, cuyas ociosidades y futilidades solo a ellos mismos perjudiquen, y que todos consideran irresponsables cuales niños traviesos, y que ninguno toma en serio. Ellos proliferan, tanto en la Tierra como en el Espacio, Existen los hipócritas, peligrosos por tanto, que saben engañar porque se camuflan en una falsa seriedad, la cual mantienen, apoyados por cierta firmeza y lógica y que solamente observadores muy acuciosos y prudentes podrán descubrir. En la Tierra como en el Espacio proliferan también, en la condición de encarnados, como de desencarnados, causando en el seno de las sociedades serios desequilibrios y significativos daños, desde luego desorganizando la vida y las situaciones de los incautos que se dejan embaucar por sus dudosas actitudes. Dentro del espiritismo, estos desencarnados acostumbran causar severos perjuicios a los médiums orgullosos e insubordinados a la disciplina en general, que la buena práctica de la doctrina recomienda, y también entre directores de organizaciones espiritas poco competentes, moral e intelectualmente, para este importante menester. Sus actitudes mistificadoras, serán fácilmente observadas y desenmascaradas por un adepto prudente, buen conocedor del terreno práctico de la Doctrina, como de su filosofía, y por encima de todo, por alguien que, portador de elevadas cualidades morales se encuentra bien asistido e inspirado por los planos superiores del Mundo invisible, ya que de todo esto nos advierte la doctrina espírita.

Existe además, una tercera clase, la más impresionante que se nos ha deparado a lo largo del ejercicio de nuestra mediumnidad, la más perturbadora, peligrosa y difícil de ser combatida porque generalmente ignorada su existencia por los propios adeptos del espiritismo, es la que actúa preferentemente en los propios paisajes invisibles, en torno de entidades desencarnadas no debidamente moralizadas, las cuales pueden interferir en la vida de los encarnados, perjudicándolos hasta llevarlos a estados alucinatorios o aún en estado de obsesión, por el simple placer de practicar el mal, divirtiéndose. obtienen estos resultados que les causan mucha satisfacción, por la torpe tarea que realizan persiguiendo y adulando a las personas, que por excesiva confianza, no ejercen la oración y la vigilancia mental de cada día, como defensa contra los males psíquicos, actitudes que atraen a esos detestables grupos espirituales durante el sueño corporal, y también contra espíritus desencarnados frágiles, rebeldes, incrédulos y livianos, que con el pasar del tiempo no se armonizan con el deber, lo que les evitaría tales situaciones después del deceso corporal.

Generalmente, esos a quienes denominamos mistificadores – obsesores no fueron enemigos de sus víctimas a través de las existencias, ni aún las conocieron con anterioridad en la mayoría de los casos. Se ejerce la persecución y el asedio, alcanzando funestos éxitos será porque encuentran el campo abierto para sus operaciones en los sentimientos bastardos de las mismas, afinidades morales y mentales de mala categoría, en aquellos que aún se aprisionan en estos estados enfermizos, volviéndose para estos tales acontecimientos, el premio – castigo- por su negligencia en la práctica reformadora, o de la mala voluntad que presentaron frente a los aspectos superiores de la vida, a encarnados y desencarnados que les ofrecen sus afinidades, esas desagradables criaturas invisibles frecuentemente las hacen caer en desgracia estimulándolas para la ejecución de desastrosas acciones, hasta en los sectores de la decencia de las costumbres, cuyas consecuencias son siempre lamentables, requerirán de aquellos que se dejaron embaucar por sus artimañas, largos períodos de sufrimiento o reparaciones forzosas, muchas veces, a través de amargas reencarnaciones.

El lector que, atento, se ilustra en páginas de obras doctrinarias, sobre todo las psicografiadas, observará citas sobre legiones inferiores del mundo invisible, que afligen a los recién desencarnados desprevenidos, falanges cuyos integrantes se presentan como deformes personajes, grotescos y extravagantes y cuyas acciones y configuraciones parecerían ser fruto de pesadillas a aquellos que no se afinan con las delicias de la espiritualidad. Nos provocan, nos seducen, nos aterrorizan, creando mil fantasmagorías que las pobres víctimas percibirán como alucinaciones diabólicas, de las cuales se servirán, como juguetes para la realización de sus caprichos, maldades y hasta obscenidades. Comúnmente se quejan los suicidas de tales hordas, cuyo asedio los agravan en la inmensidad de los males hacia donde el suicidio los lanzó, a su ya insoportable suplicio. y en las sesiones prácticas, o mediúmnicas, de la doctrina espírita, cuando aquellas están bien organizadas y dirigidas, no es raro escuchar quejas idénticas de parte de los espíritus comunicantes muy inferiores, o aún de suicidas.

¿Qué aspecto mostraría esas entidades, para ser consideradas tan feas y repulsivas, por todos cuantos a ellas se refieren, revelándolas a los hombres?. ¿Qué especie de deformidades presentan, hasta el punto de torturar y llevar a la locura a un recién desencarnado o a un hombre, a este, persiguiéndolo de preferencia en estado de sueño, hasta el extremo de llegar a producir una obsesión?.

Confesamos que tales consideraciones jamás nos preocuparon y, por eso, nuestra atención se dirigía hacia este asunto sin nuestros Guías espirituales, no nos despertasen el interés sobre el particular, así tuviésemos noticias de su existencia en el mundo invisible. Ahora, fue una de esas legiones extrañas, sorprendentes, extravagantes, que nuestro instructor espiritual Charles nos llevó a conocer y examinar durante cierto desprendimiento bajo la acción letárgica, constituyéndose en una memorable lección, que aquí intentaremos describir por su orden y bajo sus intuiciones vigorosas, en la noche del 18 de marzo de 1958.

Una de nuestras parientes, pequeña niña de 10 años de edad, la menor de seis hermanos, presentaba anomalías en su comportamiento como niña, desajustes que bajo la óptica de la doctrina espírita, se concluiría que su procedencia era producto de la influencia de parte de seres desencarnados inferiores. Sus gestos se caracterizaban por movimientos cómicos, horribles carcajadas, palabrerío ridículo, atrevido, desagradable y desatinado, que a toda la familia irritaba y a los extraños escandalizaba, siendo necesaria toda la paciencia y buena voluntad que la Doctrina espírita recomienda, para que se pudiese soportar tal estado de cosas, pues, además de lo anterior, la niña se rebelaba contra cualquier disciplina desobedeciendo todo, reacia, odiosa, causando la impresión de encontrarse desequilibrada en sus facultades mentales. Se intentó la aplicación de diversos castigos, sin dejar de utilizar la clásica zurra con chancleta. Tales eran los escándalos por ella provocados en esas ocasiones, como las escenas que presentaba dentro del hogar, que repercutían desfavorablemente en el vecindario, siendo necesario sustituir la práctica de los castigos por la de consejos, amabilidad, persuasión; así como se resistía a los castigos, también rechazaba la oración y los "pases" que le deseaban aplicar, continuando con las mismas actitudes impertinentes. Pasadas las crisis, se mostraba perfectamente normal: conversaba con inteligencia y demostraba precocidad, era aplicada en los estudios, con buenas notas en el curso primario que entonces concluía. Por esta razón, se consultó a la espiritualidad como era natural en familia espírita, el espíritu "Charles", desvelado amigo e instructor espiritual de la familia, después de prescribir medicamentos para el sistema nervioso, afirmó con toda sinceridad:

– Ella entró en afinidad con entidades inferiores durante su estancia en la herraticidad, antes de la reencarnación. El arrepentimiento sincero, la condujo, a tiempo, a apartarse de esa falange, con el deseo de encaminarse hacia mejores planos. Es poseedora de facultades mediúmnicas que en el futuro podrán fructificar generosamente, en el servicio al prójimo si éstas son bien cultivadas. Los antiguos compañeros de lo invisible la asedian con el propósito de atraerla hacia los viejos compromisos. Conocéis el remedio para tales desarmonías. ¡Aplícalo!".

Si El único remedio sería el trabajo de reeducación de la niña sobre la base del Evangelio, oraciones, paciencia, vigilancia, amor, riguroso disciplina, sin hacer concesiones que redundaren en complicidad con caprichos perjudiciales, fraternidad y una actitud caritativa para con los infelices seductores desencarnados. En la noche del 18 de Marzo de 1958, encontrándonos durante una temporada en la residencia de nuestros familiares, sucedió que, la figura espiritual de Charles, envuelta en su luminoso y bello ropaje de iniciado Hindú, se presentó a vuestra visión y, adormeciéndonos por el proceso del sueño magnético como habitualmente lo hace, nos arrebató en espíritu, dejando nuestro cuerpo carnal en estado letárgico. Superando el primer aturdimiento, fenómeno invariable en ese género de desprendimiento, nosotros nos reconocimos en el recinto de la propia residencia de la paciente. Sin alcanzar el Espacio, acompañada por el noble amigo, me vi rodeada de seres disformes extravagantes, feos, grotescos, repulsivos. Y Charles los presentaba:

— Son estos los antiguos compañeros de la niña B., durante su estancia en lo invisible, antes de la presente reencarnación. Pertenecen a una clase especial de mistificadores, la cual se inclina para la de obsesores. No son enemigos de ella, según la terminología humana, no es venganza, porque ella ningún mal cometió contra ellos. Tampoco son amigos, ya que ellos no se hacen amigo de cualquiera, en razón de que no han adquirido el sentido de fraternidad ni a favor de sí mismos. Simplemente, la sedujeron en el Espacio. y ella, inconsecuente, liviana, placentera, sedienta de nuevas sensaciones y – por qué no decirlo – inferior, carente de ideas generosas que la impulsasen para lo Alto, más no albergaba sentimientos de maldad, se dejó embelesar y seducir por sus mistificaciones y adulaciones y estableció afinidad con ellos, con el simple interés de divertirse, imaginándolos inofensivos, tal como el hombre holgazán que se une a un bando de extravagantes, a fin de distraerse de las preocupaciones fatigantes, sin medir cualquier consecuencia. Con el transcurso del tiempo se percató del error que cometiera y se retractó, refugiándose en la oración, el auxilio que le faltó. Y se refugió entre vosotros, reencarnada, como si lo hiciera en el seno de un reformatorio para reeducarse, bajo el impulso para nuevos progresos. Obsérvalos. Ellos no me ven, solamente a ti. y, cuales niños travieso, exhibirán su elegancia, la que ellos mismos juzgan irresistible, con la intención de seducir y atraer hacia su grupo."

Charles No reveló la identidad espiritual de la niña, la que en este siglo viviera en nuestro ambiente doméstico, pero si los lazos consanguíneos, durante nuestra infancia, prohibiéndonos revelar su antiguo nombre y condición a cualquiera que sea.

Mientras tanto, las entidades bajo nuestra observación iban y venían por la casa, se ocultaban unas detrás de las puertas, por debajo de las mesas y de las sillas, como si estuviesen jugando al escondite; se golpeaban mutuamente con puñetazos y puntapiés violentos, pavorosos, lo que los llevaba a gritar y llorar, saltaban muy alto como si fuesen acróbatas, hacían cabriolas y piruetas de todo tipo, caminaban sobre las manos, como payasos en el picadero de un circo de diversiones; se colgaban de las batientes de las puertas riéndose a carcajadas en un bullicio ensordecedor, lo que escuchábamos como si se tratase de rumores materiales, se lanzaban injurias unos a otros, se halaban sus cabellos lanzaban berridos, se escupían recíprocamente como criados en pugna; lloraban de dolor, corrían detrás del agresor, abofeteándose mutuamente. Se vestían grotescamente con fantasías carnavalescas; vestidos extravagantes con vivos colores, haciendo repicar sonajeros como los bufones medievales, algunos con vestimentas rayadas, otros presentaban blusas o camisones extremadamente grandes para su cuerpo, mientras que otros ostentaban pantalones cortos y muy apretados, mostrando sus piernas duras, frías y resecas, verdaderas canillas; otras, por el contrario mostraban piernas gruesas torcidas y deformes cubiertas con medias chillonas. Sus cabelleras parecías postizas; excesivamente abundantes, cayendo hasta los hombros y la espalda, semiocultando el rostro; otros con cabelleras exageradamente cortas o rasuradas endurecidas o almidonadas. Algunas rubias y erizadas hacia arriba o hacia los lados con horrible apariencia. Las había negras, amarillas, rojas, rosadas y hasta verdes, lo que junto a la indumentaria extravagante los mostraba como verdaderos fantasmas.

Algunas de esas pobres entidades traían capas escarlatas con escamas adornadas con vivos colores, píes enormes calzados con botas o zapatos muy puntiagudos – cosa rara de observarse en los espíritus desencarnados en el estado de trance – tocaban flautines muy primitivos y pequeñas gaitas propias de los niños; danzaban desagradablemente, notándose que lo hacían con aires de provocación, a guisa de sonrisas. Uno de ellos trajeado con un manto rosado, exhibía su cabellera y manos, parodiando dis- placenteramente la imagen del Señor caído observado en las procesiones del culto católico y lo hacía usando zapatos demasiado grandes, acompañado de un semblante grotescamente compungido. Otras entidades se presentaban con gorros en forma de embudos con borlas pendientes o fajas de cintas, sombreros de tres picos con alas enormes o copas excesivamente altas, exactamente como le gustaría ostentar a los carnavaleros humanos.

Damos crédito que tales hordas durante los carnavales influencian a los incautos que se dejan arrebatar por la pasión e influencias del Momo, conduciéndonos a lamentables excesos comunes en esos eventos del año, y a través de estos carnavaleros se satisfacen en todos los gozos y exceso materiales, valiéndose por lo tanto de las vibraciones viciadas y contaminadas de impurezas por los mismos adeptos de Momo, con las cuales tienen afinidad.

Algunas de esas feas criaturas presentaban un aspecto aún más singular, completamente imposible para ser apreciado por un cerebro humano, dado lo excesivamente confuso, grotesco y cómico de su aspecto, además de la dramatización que los caracteriza, siendo capaz de llevar a la locura alucinatoria no solamente a los recién desencarnados que caen en sus garras, como también a las personas encarnadas que por ellos se dejan influenciar hasta la posibilidad de descubrirlas con frecuencia por encontrarse ya plenamente en afinidad con sus vibraciones.

Una de ellas se mostraba exageradamente alta, rolliza como un tronco de árbol. A cierta altura aparecían los brazos que más parecían mazos y que movía en giros como los tentáculos de un pulpo, distribuyendo latigazos en su entorno. De su corpulento cuerpo descendían las piernas como finísimas varas, enormes zapatos negros que parecían canoas. Los trazos fisonómicos se diseñaban desde el comienzo del tronco de su increíble cuerpo. No tenía cuello, ni hombros, ni ropa, únicamente un sombrero para mostrarse más monstruoso. Esa horrible entidad se hacía acompañar de otra criatura que era su contraste, con propósitos caprichosos. Era considerablemente pequeña, con un rostro de dimensiones desproporcionadas comparadas con el tamaño del cuerpo, mejillas gordísimas y enrojecidas como si el infeliz viviese eternamente soplando alguna cosa; sombrero con alas enormes, botas, espuelas y látigo. Todo deforme e impresionante por la fealdad y la desarmonía. Entre las dos no se sabía cuál era la más desagradable y chocante. Es cierto que tales arremedos, apariencias o gustos causaban insoportable malestar y hasta horror, no solamente por la forma grosera, sino también por las influencias nocivas y contaminadas que sus mentes desajustadas de la armonía de la Creación dejaban irradiar. De ese modo, un médium desdoblado del cuerpo físico con fines de observación y estudio en lo invisible, se encuentra con pasmosas percepciones al no escapar a su visión ningún detalle y que para su entendimiento los Mentores lo auxilian con la orientación respectiva.

Otra entidad del nuevo grupo que acabamos de descubrir, medía aproximadamente metro y medio de altura, usaba zapatos grotescos muy grandes y colocados de manera inversa, vestía un saco demasiado grande y exagerado para el volumen de su cuerpo y estatura. Particularmente mostraba unos bigotes tan extensos que se arrastraban por el piso, hasta una distancia cercana a los tres metros de longitud, los exhibía de manera provocante cual payaso, soplándolos de vez en cuando y esos ridículos bigotes se levantaban por el aire ondulantes para después enrollarse tomando la posición natural de los bigotes humanos. No nos fue posible contener la risa delante de ese infeliz mistificador, que se nos presentó más cómico y liviano que malvado. Inmediatamente Charles nos reprendió con vivacidad asegurando nuestras manos con fuerza, para decirnos en susurro:

– "Reírse es aplaudir, alabar sus actos, por lo tanto, es afinarse con ellos. Habría intercambio de vibraciones. y de cualquier manera se establecerá el contacto para producir el encantamiento. Es necesario delante de estas manifestaciones guardar discreción y evitar las impresiones y emociones, para mantener el equilibrio que se traduce en la superioridad moral."

Otros espíritus se exhibían inválidos con brazos y piernas torcidos, bocas deformadas, gestos ridículos y chocantes, miradas extraviadas, vistiendo andrajos en vez de fantasías, gemían y lloraban gritando por el socorro de alguien que los ayudase en su recuperación, pues no conseguían reequilibrarse para retornar a su estado que les era natural antes de las farsas mistificadoras que creaban con el propósito de atormentar al prójimo. Parecían sufrir enormemente, aterrorizados, deprimidos, decepcionados. Charles nos explicó:

– "Ese es el resultado de tantas liviandades e inconsecuencias por ellos practicadas. No dudemos que la peri espíritu sea un cuerpo semimaterial, sutil e impresionable, sensible, que registra en el campo de sus potencialidades vertiginosas hasta las ondulaciones de los más suaves pensamientos. Actuando sobre ese envoltorio tan delicado como sublime, la mente o el pensamiento, la voluntad de los individuos, harán de él lo que deseen, ya que la mente – o el pensamiento-, la voluntad, la energía psíquica, la esencia del ser—crean, producen, edifican, realizan, conservan, aplican, modifican, valiéndose de las poderosas fuerzas que le son naturales (el resaltado es nuestro).

Dedicados a las continuas y tantas acciones desarmonizadas, acostumbrados a los tantos inconvenientes y ligerezas irreflexivas, durante largas décadas, esas entidades terminan por viciar, no solamente su propia mente, sino también la propia esencia o materia sutil y maleable del peri espíritu, el cual se deforma ante los choques magnéticos de las vibraciones emitidas para ejecutar esas lamentables apariencias, se afean ante el dominio mental de tantas gesticulaciones y desfiguraciones de la forma ideal periespiritual diseñada por la Creación. Mal intencionadas y contrarias al Bien, tanto se hacen feas y desagradables, que deforman voluntariamente el peri espíritu, por el solo propósito de perturbar el prójimo hasta conducirlo a la obsesión a través del terror y la alucinación que infunden, y cuando caen en cuenta de no continuar, porque se perjudican a sí mismos, sus fuerzas se encuentran agotadas para volver a rehacerse y regresar a su estado natural.

No es en vano que se abusa de las leyes generales de la Creación, en la Tierra como en el Espacio, y por eso mismo, esos infelices así permanecerán, bajo su entera responsabilidad y por libre y espontánea voluntad; auto -agredidos mentalmente, heridos por los choques desarmonizados de sus propias vibraciones dirigidas hacia objetivos contrarios a los establecidos por la Divinidad Suprema. Tal como se encuentran, serán encaminados para la reencarnación, como infractores del orden público, único recurso de la actualidad – la reencarnación – para que lentamente se reequilibren dentro de la armonía general, ya que las figuras pesadas de la materia carnal actuarán como formas ortopédicas necesarias para minimizar tales enfermedades vibratorias, de origen moral y consciente. Fácilmente se comprenderá que los pobres holgazanes, inconsecuentes y malvados renacerán enfermos físicamente, ya que como enfermos graves son como espíritus, arrastrando el cuerpo intermedio o peri espíritu, brutalizado como se puede ver. Serán, por lo tanto, enfermizos, raquíticos, retardados, víctimas de males incomprensibles, que la Medicina terrena diagnosticará como de origen sifilítico; serán feos, tristes, doloridos, torpes en sus movimientos y acciones, porque torpe son sus vibraciones, dementes, tontos y mediocres. causando muchas veces, repugnancia y compasión a quien los distinga. La sentencia cristiana – a cada uno según sus obras- es el escrito más elástico que los hombres han conocido. Esos infelices que ahí vemos, hiriendo, traicionando, mintiendo, persiguiendo a sus hermanos de Humanidad, en la Tierra como en el invisible, de igual modo serán heridos, traicionados, engañados y perseguidos porque las malas acciones engendradas por sus mentes desorganizadas los reducirá a sufridores en tremendas luchas a través de difíciles pruebas, como situaciones de convalecencia psíquico-conscientes que demandarán siglos hasta que alcancen el necesario equilibrio, esto es, la regeneración y la reparación completa del mal practicado.

Ante lo que se ha expuesto, percibirás las responsabilidades que pesan sobre los hombros de los espíritas, médiums o no. a través de ellos, será necesario que las enseñanzas y revelaciones de la espiritualidad sean conscientemente propagadas entre los hombres, para ayudar en la reeducación de sí mismos, para no más permitir que estos se dejen enredar en las marañas obsesoras por parte de criaturas de tal especie, que actúan preferencialmente a través del sueño corporal de cada noche. Vuestras sociedades están atestadas de lamentables casos originados por la convivencia con las pasiones de unos y de otros. También están repletas de reencarnaciones expiatorias por parte de esos mistificadores terrible, que acaba de sorprender en acción. Tantos laicos, religiosos como espíritas que mediten a tiempo, sobre el peligro de los desequilibrios en el mundo mental de cada uno, los que fácilmente ofrecen acceso a invasiones de lo invisible. Nos resta afirmar, que la niña, motivo de la presente lección se corrigió de las anormalidades presentadas. Y lo que más contribuyó para este feliz desenlace fue el servicio de consejos y oraciones a favor de las entidades que ejercían la influencia, durante las fraternas y hermosas reuniones del Culto del Evangelio en el Hogar, que los espíritas desde hace algún tiempo practican, recordando los tiempos apostólicos".

Nos motivó a incluir este importante tema de nuestra querida IVONNE, la necesidad de demostrar al lector, que muchas de estas entidades causan confusión a quienes los observan.

Para ser más explícitos tomamos como ejemplo al personaje que imita al tronco de un árbol, pues quien lo llegase a ver en la floresta o en cualquier lugar de la manigua, podría asegurar que observó a la madre de monte o a la patasola. Y si llegase a observar esa criatura tipo botija con ese atuendo arriba descrito, sentado sobre una piedra o un tronco a la orilla de un río o lago, estaría acreditando haber descubierto al "duende, el poira o al mohán, según el lenguaje de los legendarios pescadores, leñadores o lavanderas, y aquellas otras personas frecuentadoras de los ríos. Y lagunas.

1.11 ACCIÓN DE LOS ESPÍRITUS EN LOS FENÓMENOS DE LA NATURALEZA

Según Gil Restani De Andrade[2]en el texto los espíritus de la naturaleza Elementales naturales:

"Los espíritus que presiden los fenómenos de la naturaleza forman una categoría especial en el Mundo espírita; algunos ya habrían encarnado en el estado material, no necesariamente como seres humanos. Una abrumadora mayoría de esos espíritus ha reunido las condiciones para su primera experiencia encarnatoria dotada del principio inteligente, Dios no se entrega a una acción directa sobre la materia, teniendo, por lo tanto, sus laboriosos y dedicados agentes en todos los grados de la escala de los mundos. Los espíritus que interfieren en los fenómenos de la Naturaleza no habitan ciertamente la Tierra, dirigiendo los fenómenos de acuerdo con sus atribuciones. Se dividen en dos categorías: conductores, que actúan con conocimiento de causa y con libre albedrío; conducidos – los que, aún ensayando para la vida, actúan en innumerables aglomeraciones, sin saberlo. Unos comandan, otros ejecutan; los que ejecutan se encuentran atrasados con relación a los conductores, así como acontece entre los propios hombres. Primero, los espíritus que aún aguardan su primera experiencia encarnatoria actúan como ejecutores como comandos o dirigidos. Cuando se desenvuelven suficientemente, dentro de las Leyes Divinas, su inteligencia comandará y dirigirán las cosas del mundo material; posteriormente, evolucionarán, hasta el punto de llegar a tener condiciones para cooperar, coordinar y dirigir atribuciones del mundo moral. "Es así, que todo funciona, que todo se encadena en la Naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues éste comenzó por el átomo. Admirable ley de armonía que vuestro limitado espíritu no puede concebir en su conjunto".

De esta manera, existen espíritus en innumerables grados evolutivos, magnetizados al planeta, en etapa que podemos denominar como pre-reencarnatoria que actúan bajo la coordinación y dirección de los espíritus que ya vivieron experiencia en la materia.

En el Plano espiritual, no solamente existen espíritus de la especie humana. Encontramos también espíritus de animales, como describe André Luiz, en el Libro "Nuestro Hogar", cuando menciona las formas monstruosas que lo asuntan en su largo peregrinaje por la región umbralina; al ladrar de perros, carruajes tirados por caballos, citando además la existencia de Ibis, grandes aves que devoran "formas mentales odiosas y perversas, entrando en franca lucha con las tinieblas del umbral"[3].

También, del libro "Nuestro Hogar", aprendemos extraordinaria lección sobre las aguas y la acción que sobre ellas ejercen los espíritus. "El agua no solamente transporta los residuos de los cuerpos, también conlleva las expresiones de nuestra vida mental. Será nociva en las manos perversas, útil en las manos generosas, y cuando está en movimiento, su corriente no solamente esparcirá bendiciones de vida, sino además que se constituye en un vehículo de la Providencia divina, absorbiendo las amarguras, odios y ansiedades de los hombres, lavándoles la casa material y purificándoles la atmósfera íntima.

Además, del excelente libro de André Luiz, extraemos de su último capítulo, la descripción de socorro dado, con el concurso de los espíritus de la naturaleza, al enfermo Ernesto, segundo marido de Zelia, viuda del autor espiritual de la obra ". Narcisa llamó a alguien, con gestos que yo no podía comprender. A partir de ese momento, ocho entidades espirituales le atendían el pedido. Inmensamente sorprendido, la indagué sobre la existencia de mayales y eucaliptos. Debidamente informada por los amigos, que me eran totalmente extraños, la enfermera me explicó: – son servidores comunes del reino vegetal, los hermanos que nos atienden. Y ante mi sorpresa remató: Como puede observar, nada existe de inútil en la Casa de Nuestro Padre. En toda parte, si existe quien necesite aprender, hay quien enseñe; y donde aparece la dificultad, se presenta la Providencia.

En el nuevo testamento existe un ejemplo de cómo el maestro Jesús manipula la acción de los Espíritus sobre la Naturaleza. En los siguientes acontecimientos de la vida de Cristo, esa acción está explícita:

  • 1. Bodas de Canaán – Transformación del agua en Vino (Juan, II-1 a 11)

  • 2. Los Endemoniados de Gadara – Vibraciones espirituales aterrorizan una manada de cerdos, que se lanzan al mar y se ahogan. (Mateo VIII –28 a 34)

  • 3. La Higuera Estéril – Poderosísima descarga de fluidos que hace que el árbol se seque, inmediatamente- (Mateo XXI – 18 a 22)

  • 4. La Pesca Milagrosa- Vibraciones del Maestro hacen que haya abundancia de pescado. (Lucas V – 1-11)

La más valiosa lección, sin duda, es el pasaje de la Tempestad Aplacada, conforme nos lo narra el Evangelista Marcos (Capítulo IV – Versículos 35 a 41). En ella, Jesús reprendió el viento y dijo al mar: Cálmate, enmudece! El viento se aquietó y apareció una gran calma. Y los discípulos, acostumbrados a ver la acción del Jesús sobre las fuerzas espirituales de obsesores, se dicen unos a otros: "¿Quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?"

Es absolutamente incomprensible que el Maestro fuese a influir directamente sobre los vientos y el mar. Obviamente, se estaba dirigiendo a las potencialidades que el Padre designara para ejercer su acción sobre la naturaleza, o sobre los espíritus que interfieren sobre los fenómenos naturales.

Las tempestades, espiritualmente reflejan la acción de la providencia divina, a fin de reequilibrar las fuerzas mentales en desequilibrio, sea en la Tierra, en el plano material, sea en el Mundo de los espíritus.

En el libro "Entre la Tierra y el Cielo", de André Luiz, el destacado espíritu nos cuenta acerca de una tempestad magnética desencadenada en las proximidades de "Mansión de Paz", uno de los puestos de socorro espirituales localizados en regiones del umbral: "A través de la ventana de material transparente de esa Mansión, se veían una cantidad enorme de criaturas atadas unas a otras, vociferando maldiciones y dando gemidos que causarían piedad hasta los más endurecidos de corazón. Se agarraban unos a otros, para defenderse mejor de la tempestad magnética que azotaba esa región llevando consigo una lama oscura en extraño torbellino, como si fuese una nube oscura saltando".

El Maestro Allán Kardec siempre nos estimuló hacia la investigación de manera permanente, para ampliar nuestro entendimiento y comprensión acerca de las enseñanzas contenidas en la Doctrina Espírita. De sus anotaciones sobre este importante tema, pasamos a comprender que "todo tiene su razón de ser y nada sucede que no esté dentro del marco de las leyes Divinas.. (El Libro de los espíritus – pregunta 536); que los grandes fenómenos "tienen como único motivo el restablecimiento del equilibrio y de la armonía de las fuerzas físicas de la Naturaleza". (536 A).

1.12 UNA EXPERIENCIA MÁS

Otro acontecimiento importante para nosotros que trata de la sobrevivencia del espíritu de los animales, sucedió hace algunos años, cuando en la plaza central de mercado de Neiva, una señora ofrecía un singular perrito de color achocolatado, cejas muy curiosas y poseedor de una gran expresión de ternura y amistad. Opté por adquirirlo y una vez en casa, nos enteramos de su género, era una hembra. No nos decepcionó, por cuanto la cachorra significaba algo especial para nosotros. Mucho se encariñó con nuestros pequeños hijos, pasando a ser el centro de atención de la familia. Meses más tarde enfermó y murió, pese a los esfuerzos realizados por aliviarla. La identificábamos con el nombre de mona, y ante lo sucedido nuestros apesadumbrados hijos me requirieron para preguntar si mona continuaba viviendo en el mundo invisible, respondiéndoles afirmativamente, por cuanto la muerte es aparente y además todos los seres vivos sobrevivimos después de extinguirse la vitalidad del organismo físico que alberga al espíritu.

En el siguiente día, después del almuerzo, nos dispusimos a reposar como de costumbre, adormeciendo suave y profundamente. En este estado, se me presentó mona meneándome su colita, acercándose con muchos halagos, pasando a juguetear con mi mano izquierda la que sutilmente mordía con sus agudos dientes. Al despertar, pude constatar sobre mi mano la señal dejada por su delicada mordedura, igualmente la baba allí depositada. Sobre lo acontecido; meditamos y analizamos hasta qué grado se materializó la cachorra, ya que su presencia en el sueño dejó una prueba irrefutable .de que el ectoplasma del que soy poseedor dio lugar a semejante comprobación. Por lo sucedido con mona pasé a relatar el hecho a mi familia.

Un día después, encontrando a mi esposa profundamente dormida, la escuché que balbuceaba –"¡mona!". Procedí a despertarla, molestándose por mi inoportuna interrupción. Su comentario fue que se encontraba experimentando el mismo fenómeno con la juguetona mona, la cual continuaba viva en el espacio y muy apegada a los seres con los cuales había compartido en nuestro hogar.

1.13. EL ALMA DE LOS ANIMALES EN LA CODIFICACIÓN KARDECIANA

Limitar el desarrollo espiritual al reino humano es empequeñecer los planes divinos de la creación. A la vez es apoyar la posición teológica católica y protestante, la cual no le asigna a los animales ni alma ni sensibilidad, es decir, que ellos fueron creados para estar sometidos al capricho del hombre.

Sin embargo, a pesar de esa limitación espiritual apoyada por ciertos espiritas que poco estudian, de todos modos los animales son seres con un principio inteligente e inmortal y que están destinados a grandes mutaciones esenciales y formales hasta alcanzar el nivel del reino hominal. "El libro de los espíritus" de Allán Kardec así lo demuestra con toda racionalidad filosófica. La vida es pues una corriente ascendente sin solución de continuidad que realiza su proceso de evolución en lo psíquico y en lo formal. Esta grandiosa concepción del alma animal no solo la vemos sustentada por la codificación kardeciana, sino también por eminentes discípulos de Kardec como León Denis, Gabriel Delanne, Gustavo Geley, Manuel González Soriano y tantos otros pensadores más, los cuales sobre las bases de la ciencia, la filosofía y la religión han sostenido que el alma de los animales está destinada a una constante evolución palingenésica hasta alcanzar el nivel de la formación humana.

Además corrientes espiritualistas con base en las concepciones filosóficas de Oriente y en antiguas tradiciones de Occidente, también sostuvieron la evolución espiritual de los animales. Nos referimos a la Teosofía, la Rosacruz, y todas las escuelas esotéricas que en la actualidad sustentan firmemente el proceso de la evolución anímica y psíquica de los animales.

Con esto queremos demostrar que la palingenesia zoológica es de carácter universal y está relacionada con la misma doctrina de la reencarnación del reino humano. Pues si la evolución del alma animal no fuera una realidad estaría en peligro la misma doctrina de la reencarnación del ser humano, ya que la negación de aquella no sería otra cosa que un rompimiento del alcance dialéctico que existe entre ambas concepciones palingenésicas, las que establecen para la naturaleza del espíritu un orden y una armonía racional, al conceder a toda forma de vida la misma igualdad de desarrollo y evolución.

1.14. SOBRE UN PRINCIPIO MEDIÚMNICO DE CARÁCTER DIALECTICO

En el parágrafo 540 de "El libro de los Espíritus" se da un principio mediúmnico de carácter absolutamente dialéctico, el cual expresa lo siguiente: "así, todo sirve, todo se encadena en la naturaleza", "desde el átomo primitivo hasta el arcángel, que a su vez ha empezado por el átomo. Admirable ley de la armonía, cuyo conjunto no puede apreciar vuestro espíritu limitado.

En efecto, los negadores de la palingenesia zoológica son, como dice el principio mediúmnico antes citado, "espíritus limitados", es decir que se mueven dentro de ese antiguo clima mental escolástico empeñado en sostener que la tierra es el único mundo habitado y el hombre el único ser dotado de alma inteligente e inmortal. pero el espíritu deberá sobrepasar ese "espíritu limitado" de que hablan las entidades espirituales que dieron base a la doctrina Espírita pues debemos buscar el porvenir y evolución de la vida y la forma en todos los órdenes de la Naturaleza y el Universo; de este modo nos zafaremos del "espíritu limitado" que nos ata a los sentidos materiales y percibimos que "desde el átomo primitivo hasta el arcángel" todo evoluciona y se perfecciona y que todo ser existente tiene ante sí un inconmensurable porvenir. Sabremos, en efecto, que tanto el átomo como el arcángel han atravesado numerosas situaciones existenciales para llegar al ser y al yo humano y divino y que todo pasa a través de los tres reinos naturales y de las más variadas dimensiones del universo hasta llegar a dirigir las del mundo mortal", como dice "El libro de los espíritus".

En la creación la vida posee una divina igualdad que solo necesita del proceso, el desarrollo y la evolución para llegar a la cúspide del ser donde el Yo se determinó como tal por el pensamiento, el sentimiento y la voluntad. En consecuencia, ningún ser animal queda rezagado en el andar evolutivo de los espíritus. Porque la vida se determina como espíritu en razón de la divina igualdad existencial de todos los seres.

1.15. SOBRE LA INTELIGENCIA DE LOS ANIMALES Y DE SU PORVENIR ESPIRITUAL

En el parágrafo 597 de "El libro de los Espíritus" se pregunta lo siguiente: "Puesto que los animales tienen una inteligencia que les da cierta libertad de acción, ¿existe en ellos un principio independiente de la materia? " Y se obtiene de los seres espirituales esta respuesta: "Si, y sobrevive al cuerpo". En efecto, vemos aquí que el principio inteligente de los animales sobrevive a la muerte como el de los hombres. La ley de igualdad existencial nos vincula a los irracionales a pesar de todas las virtudes que tenemos y que nos envanecen al lado de nuestros hermanos menores, como llamó Francisco de Asís a los animales.

Luego en el parágrafo 601 de la misma obra se formula esta pregunta: "¿Siguen los animales una ley progresiva como el hombre? Y se da esta respuesta: "Si, y por esto en los mundos superiores, donde están más adelantados los hombres, estando también los animales que tienen medios más desarrollados de comunicación, pero son siempre inferiores y están sometidos al hombre. Son sus servidores inteligentes".

Pero donde el verdadero papel de los animales se pone realmente de manifiesto en la codificación kardeciana es en el parágrafo 604 en el cual se hace el planteamiento filosófico siguiente: "Siendo siempre inferiores al hombre los animales, aunque perfeccionados en los mundos superiores, resultaría que Dios ha creado seres intelectuales perpetuamente condenados a la inferioridad, lo que parece no estar conforme con la unidad de miras y de progreso que en todas sus obras se observa". La respuesta obtenida es la siguiente: "Todo se encadena en la naturaleza por lazos que no podéis ver aún, y las cosas en apariencia más disparatadas tienen puntos de contacto que nunca llegará a comprender el hombre en su actual estado. Puede entreverlas por un esfuerzo de su inteligencia; pero solo cuando ésta haya adquirido todo su desenvolvimiento y se haya emancipado de las preocupaciones del orgullo y de la ignorancia, podrá ver claramente la obra de dios. Hasta entonces sus ideas limitadas le harán ver las cosas en un aspecto mezquino y restringido. Entended bien que Dios no puede contradecirse, y que en la naturaleza todo se armoniza, por medio de leyes generales, que nunca se separan de la sabiduría del creador".

1.16. EL PLANO DE LOS ELEMENTALES

Comprende las esferas situadas en las partes vibratorias bajas del mundo espiritual.

Por seres elementales se entiende a todos aquellos que poseen condiciones de vida rudimentaria, incompleta organización psíquica, embriones de espíritus libres, espíritus de la naturaleza, que son agentes naturales y casi siempre instintivos e inconscientes; almas por decir así, de los elementos naturales y que derivan, hacia el reino animal y más luego al reino humano.

El elemental natural, tiene vida propia y vive en el astral y también en el plano material. Según su evolución va incorporando los pensamientos e ideas de los hombres, los cuales ejecutan como si fuesen propios. Realizada una se apropia de otra que también ejecuta, y así actúan ininterrumpidamente, tornándose por eso en algunos casos, seres peligrosos, porque son inconscientes y no tienen discernimiento suficiente para distinguir el bien del mal. Son criaturas que están en el comienzo de su evolución y en los diferentes reinos.

En lo anteriormente expuesto, se hace referencia a los espíritus de los vegetales y animales, empero no a los elementales artificiales.

Los ficticios o artificiales se encuentran en todas partes: en la superficie de la Tierra, en la atmósfera, en las aguas, en las profundidades de la subcorteza, junto al elemento ígneo, invisibles a las miradas humanas, ejecutan infatigable y oscuramente un trabajo inmenso de los más variados aspectos, en los reinos de la naturaleza, junto a los minerales, los vegetales, los animales y los hombres.

Los espíritus elementales son clasificados en dos categorías generales: los elementales ficticios y los elementales naturales.

Los primeros son conocidos normalmente como "larvas", creaciones mentales, formas –pensamientos, que exigen tres ingredientes esenciales para subsistir: una sustancia orgánica, una forma aparente y una energía vital. Existen sustancias plásticas etéreas que permiten su creación; la forma depende del sentimiento o de la acción mental que inspiró su creación, y el elemento vital que los anima de la fuente universal de energía cósmica.

La vida de las larvas durará en la medida en que la energía mental o pasional emitida en el acto de la creación pueda ser prolongada siempre que, incluso cesada la fuerza creadora inicial, continúen estas siendo alimentadas por pensamientos, ideas, vibraciones de la misma naturaleza, de encarnados y desencarnados, existentes en la atmósfera astral, que abundan a lo largo y ancho del espacio y de los diversos mundos, multiplicándose continuamente.

El ser pensante constantemente crea siempre, consciente o inconscientemente, lanzando al mundo astral diferentes productos mentales.

La creación consciente depende de que el individuo sintonice o vibre, en el momento, en la onda mental que corresponde a determinada creación (amor, odio, lujuria, celos, etc.) y por eso tal forma de creación raramente es normal, habitual, porque no es fácil determinar la forma de larva que corresponde a la idea o al sentimiento creador; más la voluntad adiestrada, impulsando a la idea y al sentimiento, puede realizar la creación que tiene en vista y proyectarla en el sentido o dirección apuntada, para producir los efectos deseados.

La larva cuando es producto de un deseo, una pasión o un sentimiento fuerte, se corporifica, recibe una vida más larga que la larva simplemente mental que, casi siempre, tiene una alimentación más restringida, a no ser que esté más proyectada por una persona dotada de un alto poder mental, o por grupos de personas en las mismas condiciones.

Los sacerdotes egipcios, por ejemplo, creaban larvas para defender las tumbas de los muertos, animándolas de una vida prolongada, y ellas se proyectaban sobre los violadores de sepulcros, provocándoles perturbaciones graves hasta la muerte.

***

En cuanto a los elementales naturales, estos forman agrupaciones innumerables comprendiendo seres de vida propia aunque esencialmente instintiva, que van desde los microbios, de duración brevísima, hasta los espíritus de los animales que por su espíritu incompleto, les consideramos psiquismos elementales.

Los elementales ficticios o artificiales de la tierra, se agrupan en numerosas clases: los de la floresta, de las grutas, de la sub- corteza, de los arenales, de los desiertos, de las planicies, de las regiones heladas, etc., desempeñando cada especie y variedad un determinado trabajo bajo la supervisión de espíritus desencarnados, estos que van desde la protección de animales, la flora y en fin todo el ecosistema.

Los aborígenes de varias regiones del globo, mantienen con ellos estrechas relaciones: no derriban bosques ni inician sus estaciones de caza sin antes evocar a los genios que presiden estas actividades; hacen sus evocaciones previamente golpeando en sus tambores sagrados, en medio de ceremonias bárbaras y cuando el genio surge entre ellos, muchas veces completamente materializado, le hacen rueda en torno y danzan u cantan durante largo tiempo.

Los Lapones mantienen comúnmente estos contactos, son despertados por esos seres que duermen, remiten avisos, piden auxilio en las enfermedades, son protegidos en la caza y en la pesca, y otros lo utilizan hasta para hacer transacciones curiosas, como esa de vender viento a terceros, con la garantía de navegación segura, por lo que mandan a que el interesado amarre en los mástiles pedazos de paño, en los cuales da cierto número de nudos para hacer conocida la embarcación, bien visible a los elementos escalonados para la protección, nudos que los navegantes van deshaciendo poco a poco, en la medida en que el viento cesa y van necesitando de él en esta o en aquella dirección.

1.17. AVES Y ANIMALES DEL ASTRAL INFERIOR

Según el autor Atanagildo[4]en el texto denominado Más Allá de la Sepultura:

"Conforme os dije, debido a la necesidad de mantener y defender esas regiones tan aterradoras predominan ciertos tipos de aves y animales de gran porte, muchos de los cuales nos hacen recordar las formas grotescas y brutales de los animales prehistóricos cuyas características vosotros conocéis.

Una de las variedades de aves que más me impresionó en el astral inhóspito es muy parecido al cuervo europeo, de plumas negras y de una tonalidad parecida a la tierra negra y húmeda… es un tipo de ave que emite gritos tan estridentes que parece un enorme gigante que levanta una enorme masa de hierro para dejarla caer sobre trozos de acero suspendidas sobre la región sombría. además de esa ave, observé otro tipo de ave milenaria que conocí en otras vidas pasadas en Alejandría y Menfis. Se trata de una especie alada que era muy reverenciada como ave sagrada, comúnmente momificada y conservada en vasos riquísimos sobre las tumbas de los sacerdotes y faraones egipcios. Es un ave de extremidades largas, como la cigüeña, de pico largo y curvo, que se encuentra clasificada por los especializados terrestres como "ibis aethiopica".

Existen otros innumerables tipos de aves que están siendo clasificadas por los estudiosos. que se mueven en los reinos inferiores. aunque sean paisajes inhóspitos y que infunden temor, es necesario que el hombre encarnado conozca ese mundo astral en vez de acondicionarse exclusivamente a la lectura fantasiosa de los escritores de ficción, que aunque se aproximen a la realidad impresionante no saben trazar caminos benéficos sin sembrar esperanzas para las almas desesperadas.

En muchas excursiones realzadas a las regiones subterráneas., el tipo de animal que más me llamó la atención fue una especie de caprino gigante – un tipo de cabra montés muy común en los Alpes suizos y muy conocida en las montañas asiáticas y africanas – cuyas extremidades delanteras son más cortas que las traseras, los cuernos son largos y acentuadamente curvados hacia atrás.

Observe a esos animales en pequeños grupos con aspecto terriblemente amenazador y que tenían en sus oscuros ojos un mirar siniestro y hasta diabólico. Eran monstruos peludos, de color sepia y tenían largas barbas hasta las quijadas. agitan el aire a su alrededor cuando se mueven a saltos bruscos, dejando una sensación de temor a las restantes especies de los alrededores.

Para los desencarnados que aún desconocen la composición y la plasticidad de la sustancia astral inferior, es muy fácil confundir a esos caprinos con cierta falange de espíritus malhechores y degradados de las sombras, que se aprovechan de la debilidad ideoplástica de los religiosos "fallecidos" que temen al infierno y a Satanás, para crear escenas de tanta angustia, que no me es permitido revelar, por orden superior, en estas comunicaciones.

Finalmente, pude comprobar que las leyendas o fantasías más absurdas creadas en el mundo físico se fundamentan en esas figuras horrendas, que después de desencarnados encontramos palpitantes de vida en las regiones del astral inferior. Tal vez dominado por tales impresiones dantescas es que el hombre terreno acostumbraba a pintar al diablo con pies de cabra y cuernos de carnero.

¿Se les podrá atribuir alguna función útil a esas aves monstruosas del astral inferior? Aquí la Ley es la misma que rige los fenómenos del "descenso" de la energía y su consecuente materialización en vuestro mundo físico. Aunque varíen los planos vibratorios, la ley permanece inmutable y original en su determinismo creador. Las cosas se transforman, perfeccionan y evolucionan o se petrifican y estacionan a través del tiempo. El astral inferior es inmenso crisol de fuerzas y formas agresivas en continua evolución renovadora, y se asemeja a un rústico y vigoroso laboratorio situado exactamente en el límite de la vida física y de la existencia angélica.

Ese mundo salvaje y saturado de fuerzas prepara los elementos y las formas originales que descendieron a la cuna primaria de la vida terrena, así después drena y purifica los tóxicos mentales y psíquicos de los desencarnados enfermos, ayudándolos a elevarse hacia las esferas más hermosas. Es también el taller que construye las formas carnales para los espíritus que descienden a la materia y en su entorno desencarnatorio funciona como un tanque que lava y recibe sus trajes sucios. Algunas situaciones demasiado pavorosas, de rectificaciones espirituales, nos recuerdan el mismo efecto que hace el nitrato de plata cuando se usa para cauterizar las llagas físicas.

Esas especies gigantescas que merodean siniestramente entre la vegetación sombría del astral inferior cumplen con la tétrica tarea de ser "transformadores vivos" de las energías deletéreas de ese medio tan nocivo.

Aquello que los espíritus de divinidad tendrían que ejecutar bajo los más lúgubres y heroicos sacrificios, esas monstruosas aves y otros tipos de animales extravagantes que realizan a gusto, deglutiendo todas las formas de elementales peligrosos y dañinos que producen las mentes enfermas y diabólicas.

En el mundo físico, la lombriz, el sapo, la lagartija y principalmente el gallinazo, son valiosos cooperadores del campesino, propagando la semilla y destruyendo las sustancias corrompidas y sanean el ambiente de la vida humana.

El astral inferior que rodea la atmósfera terráquea, como ya os recordé es un vasto depósito de desechos mentales creados por el descuido de la humanidad encarnada, en peligrosa simbiosis con los genios de las tinieblas. Gracias a las aves y a los monstruos que viven en esa tormentosa morada, esas creaciones mentales nocivas son incesantemente devoradas, pudiendo mantener el equilibrio necesario para proseguir la vida astralina y la manutención vital e instintiva de la vida física.

Indagué por mis propios medios, el motivo de la existencia de esas aves y la razón de sus horribles formas que bien podría imitar a todos los cuadros más terribles de la Tierra. Yo no tenía dudas que eran aves destinadas a un ambiente infernal, cuya espantosa voracidad hacía desaparecer instantáneamente todo lo que caía cerca. Pero aún ignoraba su benéfica función de gigantescos transformadores de vida nociva inferior, cuando devoran las creaciones delictuosas que provienen del caos de las pasiones desenfrenadas de la mayor parte de la humanidad terrena.

Esas aves devoran y trasmutan en los hornos crematorios de sus abultados estómagos, las larvas, los elementales, los duendes peligrosos, los desperdicios y los combustibles repelentes que se producen, se agregan e incorporan por efecto de la proyección degradada de la mente humana en la sustancia astral.

¿Existe alguna función especializada para cada tipo o variedad de aves o animales del astral inferior, para la desintegración de las fuerzas y sustancias peligrosas producidas por la mente de los hombres? El espíritu observador no tarda en identificar la sabiduría y la armonía del Creador, que mantienen el equilibrio de la vida por medio de las formas y energías opuestas.

La poesía y la utilidad caminan juntas al servicio benefactor de la creación; mientras el picaflor chupa el néctar de las flores, que es su manjar predilecto, el urubú o buitre hambriento se sirve de la carne putrefacta y se vuelve eficiente higienizador del ambiente apestado. Por eso, los seres dantescos del mundo mórbido del astral también varían su preferencia nutritiva por la forma deletérea que se producen por causa de pensamientos y pasiones degradadas del hombre. El apetito de ciertas aves del astral se satisface con sustancias de un tono pardo terroso y de viscosidad violácea, producidas por la codicia, celos; otras prefieren alimentarse con porciones repugnantes de formas negras y entremezclados con fulgores chispeantes, que se crean por las expresiones violentas del odio, de la cólera y de la irascibilidad de los encarnados.

También noté un tipo alado muy parecido al buitre terrestre, de cabeza pelada y de aspecto chocante a primera vista, que además de su mórbida alimentación se entregaba a un movimiento febril de alas, quedando luego en una actitud de ave enferma. los preceptores me informaron que aquel tipo de ave lenta, de mirar fijo y enfermo, sólo devoraba las configuraciones mentales producidas por las almas encarnadas y desencarnadas que son enfermas, melancólicas y sin esperanzas, que especialmente mantienen la idea fija en el suicidio.

En aquellas grutas y cuevas aterradoras del astral inferior, delante de las expresiones más horrendas que la imaginación humana pueda crear, la madre Tierra actúa a favor de sus hijos para que llegue lo más rápido posible a la perfección. Sirviéndose de aquellos repulsivos "transformadores vivos", los hace trabajar bajo el control de la ley benefactora para higienizar el medio e impedir el desarrollo de las formas perniciosas y ofensivas de sus propios creadores humanos.

Las especies de fauna del astral inferior en obediencia a la ley específica del magnetismo, afín a sus tipos se conservan en las regiones o zonas en que se depositan sustancias mentales perniciosas de su preferencia nutritiva. Hay tantas variedades animales, reptiles y aves astralinas, acordes a la producción de los más variados tipos de sustancias degradas provenientes de las mentes humanas. De acuerdo con la psicología de los pueblos terrenos, cada raza presenta en particular una tendencia colectiva más elevada o más nociva, todo depende de la pasión o de la virtud predominante en su seno. Hay pueblos cuya índole fundamental es la ociosidad, en otros, la furia belicosa y existen aquellos en que predomina la sensualidad, la hipocresía, la inescrupulosidad, la cupidez o la venganza, como si fuesen dominadas por una sola pasión.

1.18. JUVRUS Y ORCO

Según Waldo Veira[5]en su texto Proyecciones de la Conciencia:

Domingo 5 de agosto de 1979, Me recojo en la cama siendo las 20:09 horas, físicamente cansado y somnoliento. Tuve una nítida y prolongada visión de María Clara, preparándose con anticipación para una excursión diferente, sin revelar detalles. Casi siempre constituye sorpresa el itinerario de la proyección, cuando esta es dirigida. Los intensos ejercicios de exteriorización de energías se prolongaron hasta las 20:36, hora que indicaba el reloj cuando lo consulté. Me recosté por el lado derecho.

La conciencia me hizo aparecer frente al espíritu María Clara, que allí se presentaba con la apariencia de encantadora niña de unos 9 años de edad, cabellos oscuros abundantes y alisados. Vestido delicado, con expresiones de niña muy entendida. Era la ya conocida María Clara, que estaba preparándose y en condiciones para su próxima reencarnación.

Explicó que mi visita se haría a una entidad llamada Orco y que en lo posible evitara sobresaltarme manteniendo la confianza y serenidad durante el tiempo de su presencia, aunque no siempre visible. A continuación, hizo breves consideraciones sobre los animales y los hombres en la Tierra, sus tareas, evolución y razón de ser, como especie de preámbulo.

Se llevó a cabo la excursión a una región espiritual limítrofe a la superficie del planeta.

Por momentos, observé que el ambiente no era el más agradable. En la atmósfera, más oscura que clara, el penoso cambio se dio del volitar, al deslizamiento, del deslizamiento pasamos al lento caminar hasta alcanzar una desértica y semioscura planicie. Los haces de luz que salían del psicosoma, inmediatamente desaparecieron.

En el húmedo, pesado y frío ambiente, atravesando por helados vientos y desagradables emanaciones, bordeaba solamente una luz con apariencia de neblina bajo el cielo color plomizo. Formas vagas pasaban como sombras opacas en la espesa oscuridad. Extrañas bolas de energía revoleteaban aquí y allá, dando la sensación de estallarse.

Cuanto más se avanzaba, más denso y difícil se presentaba el aire cuya estructura se semejaba de la propia materia física, extendido como red en plena noche sin luna, y en medio del cual me esforzaba por continuar.

Rompían las tinieblas el vagar de sombríos personajes, de persistentes formas pensamiento y de creaciones indescriptibles, algunos alucinados y con forma de avispas caballo, que simulaban observar, muy rápidos, voraces y perseguidores, daban la sensación de penetrar en todas las cavidades pero que, felizmente, así como aparecían eran naturalmente alejados.

Después de lo anterior, el recorrido fue extenso, realizando con prisa que no permitió el examen detallado del medio ambiente. Un espíritu, con apariencia de hombre duro y fuerte atravesó el camino. Explicó mentalmente:

–Bienvenidos sean, soy Javrus. Les presentaré a Orco.

Presentí instantáneamente que él conocía mi procedencia y la finalidad de la visita.

Así que me desentendí, y en ese momento, el tortuoso camino, es atravesado de un salto por un enorme perro color tierra, del tamaño de una pantera, musculoso, pelos largos semejante a una melena, con brillantes ojos parecidos a los humanos muy penetrantes y perturbadores. Gruñía con sonidos estridentes, a manera de un lobo muy feroz. De las patas sobresalían puntiagudas garras. Era un personaje capaz de impresionar al espectador más sereno.

La entidad hizo un gesto para calmarlo y el auténtico perro de la región Malasia se hizo a un lado, se mantuvo alerta por un momento y después se retiró de regreso tomando la misma dirección de donde procediera, desapareciendo en las sombras.

El corpulento Javrus hizo algunas consideraciones sobre las tareas en que se desenvolvía con Orco. Me comunicó que se desempeñaba como vigilante espiritual y que Orco no debía ser tomado como un perro común pero sí, como un ser más evolucionado a su especie, de inteligencia subhumana, dotado de un poderoso magnetismo animal. A tales seres, no es raro que se les denomine elementales o asistentes de la naturaleza, y así se les dé el nombre que sea, afirmó, son una creación de Dios, hermanos menores de nuestro sendero evolutivo, igual a los demás.

Informó además, que muchas de las misiones de paz e incursiones de asistencia y rescate son confiadas a los dos para atender a entidades enfermas, necesitadas de recursos aún muy humanos, para ser esclarecidos y rehabilitados, por respirar aún el producto contaminado de las fuerzas psíquicas de la superficie planetaria, que son los residuos mentales de los encarnados invigilantes. Muchas otras especies animales existen para el servicio, conforme a las posibilidades y aptitudes personales, a la manera de Orco.

Acentuó que, frecuentemente el encarnado que consigue llegar hasta aquellos parajes espirituales, al retornar a la vigilia lo hace con sobresaltos, tejiendo en su imaginación en décimos de segundos, bajo la actuación del pavor y al primer contacto con el cerebro físico, increíbles y floridas pesadillas en la que lucha con monstruos que lo persiguen implacablemente. Es natural que así sea, pues si el ambiente y la apariencia y expresiones de Orco amedrentaba a los más experimentados desencarnados de ágiles y lúcidas mentes, que decir de los encarnados proyectados fuera del cuerpo, de manera precaria, improvisada, raciocinio débil, en salidas fugaces y condiciones mentales no siempre conscientes?

Cualquiera que las experimente, ha de reconocer que aquellas escenas pueden desencadenar las más fantásticas pesadillas, fantasías y creaciones mitológicas en la mente encarnada. Estas situaciones deben haber inspirado a la formación de los servicios de los guardias humanos que se hacen acompañar de perros en tareas de vigilancia, búsqueda y rescate.

En ese punto le dirigí un gesto fraternal y Juvrus se quedó con la responsabilidad de abnegado en la incesante lucha purificadora en un área de intensos conflictos espirituales. ¿Cuánto tiempo hará que ese abnegado espíritu se encuentra trabajando en esa región?

La salida de allá fue lo menos desagradable y el retorno a lo físico sucedió como una ligera travesía.

***

De regreso a lo físico, acostado sobre el lado derecho, consulté el reloj y registré mentalmente, 9:36 de la noche, con la percepción del brillo en la semioscuridad del cuarto de aquellos inolvidables ojos de la personalidad de Orco, avanzando y ladrando. De aquél núcleo de fuerzas vivas, él se destacó por fuerza mayor, tocándome profundamente y desarchivando de manera instantánea y completa los acontecimientos de mi banco de memoria.

Nunca se deja de aprender. Cuántas vidas desconocidas existen aún para ser estudiadas. En el plano extra físico encontramos las cosas más extrañas que en la propia superficie del planeta. Es bueno decir aquí que el peri espíritu o cuerpo luminoso tiene siempre alguna claridad, sea sutil o exuberante, lo que varía es su tonalidad, grado e intensidad, o la potencia energética irradiante conforme al grado evolutivo de la inteligencia, las condiciones de la conciencia y del ambiente.

Y, en ese instante, un baño de energías espirituales parece haber hecho sonar una campanilla en mi interior, que me llamaba para cumplir con el registro de lo experimentado.

Otros fenómenos para explicar

2.1 LOS FUEGOS FATUOS

Se conoce como fuegos fatuos, a una especie de llamas o lenguas de fuego producidas por el fenómeno de la oxidación reducción de metales enterrados, especialmente en suelos húmedos. De este fenómeno químico se origina las versiones sobre el alumbramiento de guacas o tesoros guardados bajo tierra, también vetas de oro u otros metales bien sea que hayan sido ocultados por aborígenes o por civilizados.

En las reacciones químicas fundamentales y con determinadas condiciones, las substancias se convierten en otras completamente diferentes; decimos que se produce un cambio químico o reacción, cuando las moléculas no son las mismas antes y después del proceso en cuestión. En términos químicos, una reacción sólo se produce espontáneamente (para nuestro caso, tesoros metálicos enterrados, las altas temperaturas, la presión y la humedad, aligeran estas reacciones entre los componentes metálicos sepultados y los componentes moleculares del área), cuando los productos resultantes – denominados productos en adelante- de la misma son menos energéticos que los productos de partida – reactivos – es decir, cuando aquellos tienen mayor estabilidad química. Hay varios factores que aportan energía a una molécula, por lo que una reacción espontánea no siempre libera energía apreciable, por ejemplo luz y calor (dicha energía la denominamos gases fatuos que se desprenden de las reacciones internas entre los tesoros enterrados y los elementos circundantes). Sin embargo, muchas reacciones producen de hecho grandes cantidades de energía.

En la corteza terrestre existen muchos elementos y compuestos químicos en forma natural, por lo tanto, las minas de cobre, plata, hierro, vetas de oro, etc. también producen los fuegos fatuos, que muchos han observado y ha servido para el descubrimiento de esas minas.

El ocultamiento de tesoros, sean estos del orden artístico (parte del componente cultural de un pueblo que llega a identificarlo) o en moneda y/o joyas han acompañado al desarrollo civilizador del hombre. En América, se conocen casos de esta naturaleza desde comienzos de la conquista hasta el presente siglo. Una vez aparece el papel moneda (dinero circulante oficial, representado en papel y metal), los egocéntricos, mezquinos, ambiciosos y metalizados, amontonan de manera oculta, significativas cantidades de dinero. Generalmente las personas que realizan esta actividad no tienen formación académica, principios espirituales, ni conocimiento sobre la función de la fortuna como elemento circulante y productivo y menos aún sobre la desvalorización de la misma cuando es papel moneda. Hasta hace algún tiempo, entre mendigos se conocieron casos de atesoramiento de billetes, guardados de manera no cuidadosa.

Para ilustrar mejor lo anterior invitamos a consultar las obras "ESTA NOCHE LA LIBERTAD" de Dominique Lapierre y Larry Collins, donde se encuentra un caso típico, el de Nisan, personaje conocido como uno de los príncipes más ricos de la India antes de la época de la independencia.

EN LAS TELAS DEL INFINITO capitulo 2º titulado el castillo negro, de Ivonne A Pereira dictada por el Espíritu Adolfo Bezerra de Menezes

Varias son las experiencias obtenidas sobre la observación de los fuegos fatuos. En la región de Casanare, en una vereda llamada Chavinave ubicada en la margen derecha del río Cusiana, a unos quince kilómetros abajo de la población de Maní, se encuentra el Hato "Chavinave", hasta el año de 1968 pertenecía al señor Rufino Lara, cuya edad pasaba de 70 años, que lo había heredado de su señor padre igualmente llamado Rufino.

Cerca de la gran casona se habían establecido otros inmuebles de los futuros herederos de la gran hacienda. Contaban los oriundos de la región que el anterior Rufino, padre de Rufino Lara, atesoraba anualmente una buena cantidad de oro representada en monedas esterlinas o "morrocotas" y cuando llenaban un cajón de un metro cúbico, lo enterraba a un lado de la casa, sembrándole un árbol de mango común que se conoce por su frondosidad. Para despistar, sembraba otros más cerca del afortunado. Los descendientes llegaron a afirmar que alcanzó a enterrar siente cajones repletos del precioso metal, durante su trayectoria de vida. Además de joyas y otros valores que sepultó secretamente dentro del área de la casa.

Poco fue el crédito que a tales informaciones se le dio, más no dudaba de la existencia de esos tesoros, pero sí de la proporción y dimensión de los mismos. Muchas fueron las ocasiones que allí pernocté, con el deseo de ver los gases fatuos, que me dieran alguna señal de esa supuesta realidad. La última vez que pernocté allí, fue el 24 de diciembre de 1968. La pareja de ancianos me acogió con cariño y generosidad, y en gratitud, en esa noche navideña, les obsequié una pipa muy curiosa y un tarro de picadura, que recibieron con mucho agrado.

Serían las 8:00 p.m. cuando la señora me pidió el favor que acompañara su nieta de 16 años, donde una familiar vecina, para que la chica escuchara y bailara conmigo el disco Los Sabanales, de moda en esa época. Y así sucedió. De regreso a casa y muy cerca de ésta, observamos un inusitado y descomunal incendio en la zona sembrada de frutales de mango. Nos encontrábamos a una distancia de unos 150 metros y el sector que cubría la conflagración era aproximadamente media hectárea. Las impresionantes llamaradas no producían humo ni levantaban residuos como sucede en las quemas forestales.

De repente la jovencita me dice:

"mire como arde el oro de mi bisabuelo Avanzamos unos cuantos metros y la candelada desapareció; retrocedimos un poco y nuevamente volvimos a observar el incidente en su magnitud.

Esto último me hizo pensar que la fulgurante llamarada de los gases fatuos se revela de acuerdo con un determinado ángulo de incidencia que se forma con el reflejo de la luminosidad lunar, el observador y el foco generador de las llamas. El observador al desplazarse desde el punto de mira del núcleo reflector de la fogata, sea hacia delante o hacia atrás, deja de observarla, porque varía el valor del ángulo que forma la triangulación. Entre el núcleo reflector y el punto del observador hay una distancia que es denominada radio de acción, por lo que el fenómeno, desde luego, puede verse con este mismo radio, en otro punto circunferencial donde sea favorable el ángulo de incidencia de la luz lunar.

Han transcurridos 34 años y aún es posible comprobar esta versión, ya que hoy día se llega a la zona por vías de fácil acceso, por cuanto muchos de los herederos del hato aún existen, como otros habitantes de la región que pueden dar testimonio de los hechos.

A muchos de los tesoros que se entierran, sus dueños lo conjuran, dejando con ellos una cantidad de larvas mentales y vibraciones malsanas, las cuales se consideran elementales artificiales que los cuidan y que impiden u obstaculizan el rescate de los mismos.

Otros, son cuidados por sus propios dueños, quienes algunas veces, cansados de su condición egoísta y mezquina, resuelven facilitar el rescate por parte de personas de su interés y agrado.

Es muy lamentable conocer médiums, que se prestan para la búsqueda y localización de entierros o tesoros escondidos, desconociendo u omitiendo los nobles objetivos de la mediumnidad.

No es correcto que el espirita consciente se adorne con oro u otros metales y piedras preciosas de manera exagerada, tal vez con el propósito de impresionar, llamar la atención o hacer ostentación de poder y de belleza. Solamente las personas vacías, livianas, frívolas y carentes de Evangelio, se preocupan por aparentar y lucir en exceso estos artilugios.

Cuanto más evolucionado es el hombre, nada de preocupación le causan los adornos, su presentación es bien sencilla sin descuidar la higiene corporal y mental. En la humanidad contamos con muchos ejemplos de descollantes figuras que brillaron por su sencillez, cultura, espiritualidad y humildad como Jesús y Mahatma Gandhi. Hacia allá debe tender el espirita del tercer milenio, de lo contrario, no pasaremos de ser sepulcros adornados.

2.2 LOS VEHÍCULOS FANTASMAS

Muchos conductores de vehículos, especialmente aquellos que conducen durante la noche, han tenido extraordinarias experiencias sobre visiones de carros fantasmas. En nuestro país, sobre las vías más circuladas y en donde se han producido buen número de accidentes, suelen presentarse estos fenómenos llegando a causar pánico y confusión.

En dos ocasiones tuve la oportunidad de encontrarme con carros fantasmas. En el año de 1982, transportaba carga pesada en un camión, acompañado de otro conductor. Siendo las tres de la madrugada sobre la vía que conduce del Espinal al Guamo, en el Dpto. del Tolima, nos encontramos con un camión portador de muchas luces tipo cocuyo, que nos hizo cambio de luces repetidas beses desapareciendo luego repentinamente. Sucedido lo anterior, paramos nuestro carro y con linterna en mano buscamos hacia los lados de la vía para constatar si había tomado otra ruta o si se había accidentado. Pese a que la noche era bastante oscura, verificamos que nada de lo anterior había sucedido. Pensamos inmediatamente que este era un carro fantasma, causando mucha conmoción en mí auxiliar. Fue necesario que tomara la dirección del vehículo. Este evento, para mí fue asombroso y espectacular.

Cinco años después, sobre una carretera que conduce de Neiva a Palermo, en el departamento del Huila, en las horas de la madrugada, aproximadamente a las 4:00 a.m., conducía un auto y me propuse a alcanzar otro vehículo, era un camión, diferente al modelo que había observado en el fenómeno descrito anteriormente, sólo que no venía a mi encuentro. Lo seguía y el otro me llevaba una corta distancia que se prolongaba en las curvas. Al llegar a una extendida loma con una gran pendiente, pensé que lo alcanzaría, pero no fue posible por cuanto desapareció de mi frente para ubicarse detrás de mi auto. Comprendía en ese momento que se trataba de un carro fantasma. Estos fenómenos son muy comunes, y pensamos que los mismos pueden estar regidos por dos factores.

El primero: en algunos lugares han sucedido accidentes y aquellos que allí han desencarnado de manera violenta y repentina, continúan considerándose como si estuviera encarnados y operando los vehículos en los que se transportaban. Estos vehículos son formas pensamientos fortalecidas y vigorizadas por el pensamiento de los desencarnados que logran materializar o densificar el fenómeno etérico. Posibilitando ser vistos por personas sensitivas. El otro caso es la visión que tienen algunos médiums psicométricos, que al penetrar en la zona del accidente, registran el archivo akásico y observan las escenas de lo acontecido.

En la obra espirita titulada en el país de las sombras, de I. D" Esperance, capítulo IV vacaciones deliciosas un navío fantasma. Allí se describe que no solamente se conocen carros fantasmas, también nos encontramos con navíos, trenes y hasta aviones, como otros tantos medios de transporte. Se llega a la conclusión que la humanidad en gran parte no está preparada para su encuentro con la muerte física de manera accidental y violenta.

2.3. HABLANDO DE BRUJAS, ALGUNOS DICEN QUE LAS HAY , LAS HAY.

Siempre nos hemos interesado por desmitificar aquellos fenómenos que aunque embarnizados de tanta leyenda, no dejan de tener asombrosas realidades.

Algunos supersticiosos dicen que las brujas persiguen a los niños que no han sido bautizados.

Otros comentan que amanecen con señales de haber sido "chupados" en parte alguna de su cuerpo por brujas, Hay quienes manifiestan que la manera de capturarlas es regando mostaza en el lugar frecuentado por éstas, para que ellas se entretengan recogiendo grano por grano hasta que les sorprenda la aurora y de esta manera ser capturadas, y en las tiras cómicas las presenta trasportándose de a caballo en una escoba. Lamentablemente las tomaron como el personaje ideal para celebrar una fecha de distracción a los niños el "HALLO WEEN "

Este asunto sobre brujas es interesante y por tanto merece exponerlo con narrativas como testimonios, además de citas en textos espíritas que de algún modo se ocupan del tema.

Hechizo, sortilegio y brujería significa operación de "magia negra" destinada a perjudicar a alguien. Antiguamente, la palabra hechizo o sortilegio era expresión de encantamiento, en el sentido benéfico de "acumular fuerza" en los objetos animales y seres humanos. De ahí que el hechizo comprendía la confección de amuletos, talismanes, escapularios y oraciones de cuerpo "cerrado", cuya finalidad era proteger al individuo del encantamiento o hechizamiento, de objetos y seres; implicaba la presencia de un mago, porque era un proceso vinculado a la vieja magia. Pero, en base a su proverbial subversión e incitado por el instinto animal inferior, el hombre percibió en esa acumulación de fuerzas y dinamización del éter físico en los objetos y seres vivos, un óptimo camino para sacar provechosos favores. Después aparecieron los filtros mágicos y las bebidas misteriosas que favorecían los amores y casamientos y por otro lado, se hacían amuletos con irradiaciones nocivas con fines vengativos. La palabra hechizo, que definía el arte de encantar al servicio del bien, paso a significar el proceso destructivo o de magia negra.

"El hechizo es la función de convocar fuerzas del mundo oculto para catalizar objetos, que mas tarde irradian energías maléficas en dirección a la persona prevista por los nigromantes. Es un fenómeno muy lógico y positivo, porque la acción hechizante es activada desde el campo de las energías libres, en correspondencia con las energías que pertenecen a las cosas, objetos y seres. El trabajo más importante de los hechiceros, es invertir la polaridad de esas fuerzas, empleándolas en sentido agresivo o demoledor ¡tal como sucede con las energías de la naturaleza descubiertas por los hombres!"[6]

Queremos explicar al lector que los nombres de los personajes mencionados en las narrativas no son los reales, pues algunos de estos aún existen y/o en otros casos por lo menos aún viven algunos descendientes.

En la década del cincuenta vivíamos en un barrio de la ciudad de Neiva, ubicado en la periferia y sobre la rivera de un rió, pues sería un sector de estrato uno. En esos tiempos los adolescentes nos sentíamos aprensivos cuando escuchábamos hablar a los adultos de una bruja. Según comentarios, con frecuencia, en horas avanzadas de la noche el vecindario observaba una pava posando en la cúpula de un almendro en la vecindad de nuestra casa. Los observadores comentaban que se trataba de Flor, la hechicera que ejercía la cartomancia, leía el tabaco, el cuncho del café, vendía filtros de amor y hasta ejecutaba abortos.

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