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Crisis de la educación peruana (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Primera Parte

HIPÓTESIS DE LA EDUCACIÓN NACIONAL

CAPÍTULO I

LA REALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN EL PERÚ

La Educación Peruana, en el umbral del tercer milenio, no garantiza una verdadera educación para las grandes mayorías nacionales. Su existencia es sólo para decir que hay educación en el Perú, en diversos niveles y modalidades. Una encuesta nacional sobre su calidad, expresaría categóricamente, que es escasa. Toda cosa es creíble, cuando merece ser creída, si sus efectos lo confirman y su práctica lo demuestra; de lo contrario, será una apariencia, una falacia. En este sentido, la Educación Nacional en vigencia no es orgánica ni funcional; no da los frutos esperados para el desarrollo de la sociedad peruana en su totalidad; al contrario, viene deformando el alma nacional, generando el servilismo; porque su sistema es obsoleto, que parece corresponder al siglo XVII, según el parámetro de las posibilidades filosóficas.

En cambio, nuestra educación Tahuantinsuyana fue dialéctica; vale decir, científica, orientada por las leyes naturales y cósmicas, la que permitió el desarrollo más grande en América. Por eso, el mejor ideólogo cubano, José Martí, dijo: «Lo único que se envidia de América del Sur es su cultura Incaica». Una vez colapsada nuestra cultura por el vasallaje de España, el Perú nuevo dejó de tener cultura auténtica y una educación de alta calidad hasta hoy: años finales del siglo XX.

Desde la gesta emancipadora del yugo español, la educación fue desatendida desde 1825 hasta 1876, recién en esa fecha fue restituida inicialmente durante el gobierno del primer presidente civil, don Manuel Pardo, al dictar el primer Reglamento de Instrucción, en base a los principios de la educación idealista de España. Desde entonces, constituyó dicho reglamento en la línea maestra del actual sistema educativo. No obstante los impulsos y reformas que se dieron a lo largo de la vida republicana, se mantienen intangibles sus principios idealistas, reñidos con los principios fundamentales de la filosofía científica.

Manuel Gonzáles Prada, primer socialista peruano, con acierto dijo: La educación en el Perú es idealista y teórica; forma intelectuales baratos que se arriman a la oligarquía por su filosofía pancista; y no a los hombres de lucha para la reivindicación del pueblo profundo. Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui, nuestros mejores ideólogos, fueron partidarios de una verdadera educación para resolver la ignorancia y el atraso del Perú; porque la que existía era de una filosofía desgajada por el avance de la ciencia. Luis Alberto Sánchez, fue partidario de la necesidad de mejorar la educación para el desarrollo de la sociedad. Adolfo Hitler, en su libro «Mi Lucha», después de la II Guerra Mundial, dijo: «El Perú está atrasado, porque su educación está desviada».

En todos los confines del mundo, la educación es concebida como la palanca de desarrollo de las sociedades. En el Perú, por error craso se concibe como una inversión improductiva, por desconocimiento de su gran valor para la vida humana o por intereses creados; el país se halla atrasado y por ende, en la zaga del tercer mundo. En cambio, los países que tuvieron acertada política educativa, alcanzaron altos niveles de desarrollo: como Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Japón. Pues, un país vale más o vale menos en el consenso mundial según la calidad de su capital humano.

El capital humano del Perú es de poco valor axiológico, por que su educación es de baja calidad, inspirada en miserias de una filosofía atemporal, que ha generado hombres absolutistas, fanáticos, egoístas, chantajistas, arribistas, chauvinistas, vanidosos, soberbios; claudicantes, traficantes, antidemocráticos; como también pesimistas, fatalistas, pancistas, inmorales, individualistas; conformistas, mafiosos, sobones, etc.

El problema de fondo de la baja calidad educativa radica en los viejos principios que la sustentan; que no permiten la formación del hombre analítico, crítico y científico; vale decir, el ingenioso, y en suma, el humano, competitivo acorde a la altura de los nuevos tiempos en constante cambio.

El atraso del Perú se debe, inobjetablemente, a su ignorancia. En consecuencia, el país necesita una vocación gubernamental de servicio educativo serio para todos los peruanos, previa reforma del Sistema Educativo.

CAPÍTULO II

TESIS DE LA AUTÉNTICA EDUCACIÓN

DEL PERÚ ANTIGUO

  1. Esta demostrada la existencia de un comunismo de tribu como origen de los pueblos conocidos en el mundo. Los primeros seres humanos que habitaron en el antiguo Perú, sin duda alguna, fueron las hornas de los clanes errantes los que conformaron los ayllus y éstos las tribus sedentarias o comunidades primitivas. En esta agrupación primitiva tuvo mayor presencia los ayllus, que también fueron errantes y luego sedentarios; de este modo, integraron la comunidad primitiva del Perú. Asentada sobre la propiedad común de la tierra, y unida por vínculos de sangre, eran sus miembros individuos libres, con derechos iguales, que ajustaban su vida a las resoluciones de un consejo, formado democráticamente por todos los adultos hombres y mujeres de la tribu.

    Más adelante, los adultos explicaban a los niños, cuando las ocasiones lo exigían, cómo debían de conducirse en determinadas circunstancias. En el lenguaje grato a los educadores de hoy, diríamos que en las comunidades primitivas la enseñanza era para la vida por medio de la vida: para aprender a manejar el arco, el niño cazaba; para aprender a guiar una piragua, navegaba. Si los padres dejaban a los niños en completa libertad, ¿cómo todos los adultos resultaban después idénticos?, ¿en virtud de qué la anarquía de la infancia, se transformaba en la disciplina de la madurez? Todo eso se producía por la concepción del mundo, pues el primitivo supuso, que la Naturaleza estaba organizada en igual forma: su religión fue por eso una religión sin dioses. Los primitivos creían, en efecto, en fuerzas difusas que impregnaban a todo lo existente, de la misma manera como las influencias sociales impregnaban a todos los miembros de la tribu. Bastaba tal modo de pensar y actuar de los adultos para que los niños se autodisciplinaran.

    De esta concepción (la única posible en una sociedad rudimentaria en que todos los miembros ocupaban un sitio igual en la producción) deriva lógicamente el ideal pedagógico al cual los niños debían de ajustarse. El «deber ser», en el cual estaba la raíz del hecho educativo, les era sugerido por su medio social desde el momento mismo de nacer. Con el idioma que aprendían a hablar recibían una cierta manera de asociar o de idear; con las cosas que veían y las voces que escuchaban, se impregnan de ideas y sentimientos elaborados por generaciones anteriores; se sumergían de manera irresistible en un orden social que los influenciaba y moldeaba. Nada veía, nada sentían sino a través de maneras consagradas en su grupo. Su conciencia era un fragmento de la conciencia social, y se desenvolvía dentro de ella. De modo tal que antes que el niño bajara de las espaldas de la madre había recibido, de manera confusa todavía, pero con relieves ponderables, el ideal pedagógico que su grupo consideraba fundamental para la propia existencia. ¿En qué consistía ese ideal?; en adquirir, hasta hacerlo imperativo como una tendencia orgánica, el sentimiento profundo de que no había nada, absolutamente nada, superior a los Intereses y las necesidades de la tribu.

    En la comunidad primitiva, los fines de la educación derivan de la estructura homogénea del ambiente social, se identifican con los intereses comunes al grupo y se realizan igualitariamente en todos sus miembros de manera espontánea e integral: «espontánea» en cuanto no existe ninguna institución destinada a inculcarlos; «integral», en cuanto cada miembro incorpora más o menos bien todo lo que en dicha comunidad es posible recibir y elaborar.

    Este concepto de la educación como una función espontánea de la sociedad, mediante la cual la prole se asemeja a los adultos, dejó de serlo cuando la comunidad primitiva se fue transformando lentamente en sociedad dividida en clases, por la distribución de los productos, la administración de Injusticia, la dirección de la guerra, la inspección del régimen de riego, etc. En consecuencia, la educación no estaba confiada en nadie en especial, sino a la vigilancia difusa del ambiente, orientada a un fin práctico, útil para la vida.

  2. La educación en los ayllus del Perú.

    El hombre era un punto del universo, el ser más evolucionado de los microorganismos de la materia por acciones cósmicas ignotas. Esta forma de aparición del hombre fue concebida por los Incas, al pensar que el hombre procede de la Naturaleza, concretamente de la Pachamama.

    El cosmos es el mundo, el universo, el conjunto de todas las cosas que existen en él, los seres orgánicos e inorgánicos, las fuerzas de gravitación universal, y todos los entes del espacio infinito. Pero, en sentido restringido, el planeta Tierra es el cosmos del hombre por ser su escenario inmediato. Según la filosofía Incásica, el planeta Tierra era el mundo del hombre, de él viene y a él vuelve; que contiene el pasado, el presente y el futuro del hombre, y su relación era la total armonía. En cambio, los españoles eran idealistas, que concebían su vida en lucha constante con la Naturaleza, con todos los hombres del mundo para supervivir con más bienes materiales.

    En el seno del Tahuantinsuyo, los pueblos agrupados en ayllus fueron iguales en su trato, hubo pueblos de distintos colores de piel, que iban desde el blanco hasta el cobrizo más intenso; este carácter multirracial del incario lo constataron los propios cronistas españoles, que se encontraron con que aquí también habían pueblos con la piel más blanca que los españoles, pero aquí también habían pueblos con la piel más obscura, sin embargo, los incarios no tuvieron el criterio del racismo, porque pensaban en la raza única de la especie humana. La historia prueba que el racismo nació en el Occidente, como una expresión de la mentira, la expoliación y el sojuzgamiento al que sometieron a otros pueblos.

    Otras características peculiares de la nación Incaria fueron, sus inventos, la cultura como la civilización al servicio de todos; mientras los imperios occidentales nunca fueron portadores del progreso ni de la cultura, sino de la opresión, la violencia y la sujeción; porque carecieron del sentido comunitario. Para los Incas, la medida del valor de las personas estaba dada por su aporte en beneficio de la comunidad. En esta forma de encarar la existencia, el valor social recaía sobre quienes mostraban adhesión con su ayllu y su nación, y no sobre quienes hacían ostentación personal de sus riquezas; todos habían sido formados en este criterio, que constituía su psicología de base; a nadie se le habría ocurrido en el Tahuantinsuyo acumular riquezas, pues no se conoció la propiedad privada. Para el occidental, el lucro y el amor a sí propio fue su psicología de base.

    En los pueblos del Tahuantinsuyo hubo un elevado enfoque de la propia existencia; pues, no vieron, por ejemplo, en los metales preciosos un medio de acumulación de riquezas, sino como simples objetos que permitían expresar la belleza. Para los Incas el oro y la plata eran obsequios de Pachamama, el trabajo en ella era vivir alegremente, como gobernar era hacer que todos trabajen con alegría. En cambio, el occidental aportó al mundo la desocupación, la explotación, el engaño, la miseria, la ociosidad, etc.

    A nuestro juicio, la economía debe estar al servicio de la sociedad, la organización económica un derivado de la organización social. En el Tahuantinsuyo, los ayllus no sólo eran unidades sociales de base, sino también centros de producción económica. En el Occidente ocurrieron las cosas de otra manera: allí para que pudiera desenvolverse la economía esclavista debió la sociedad condenar a la mayoría de su población a la esclavitud y a su vez encumbrar a los esclavistas; cuando a la economía esclavista le sucedió la feudal, hicieron su aparición los señores feudales y los siervos de la tierra; y cuando, finalmente, al feudalismo le siguió la economía capitalista, en la sociedad se encumbraron a los burgueses en la cúspide, mientras los proletarios caían en los abismos de la sociedad. En todos esos casos, la sociedad jugó un papel subsidiario de explotación.

    Además, las leyes naturales son las que regulan la dinámica de todas las cosas en su conjunto, donde el hombre se halla inmerso en estrecha interacción. Nadie podría desdeñar esta verdad incontrovertible, fuente de todas las ciencias. En este entender, las necesidades humanas son científicas, y todo esfuerzo humano debería orientarse hacia su satisfacción, sin discriminación; puesto que las leyes naturales no son discriminatorias. Por eso, creemos que las concepciones filosóficas de los Incas fueron científicas. Mientras que al finalizar el siglo XX, la sociedad peruana vive con prejuicios filosóficos; parte de éstos constituyen los contenidos educativos que se les trasmite en todos los niveles y modalidades de la Educación Peruana.

  3. La filosofía incásica.

    Algo evidente; todo conocimiento científico parte de la experiencia directa, así como la filosofía de las leyes naturales. La concepción incásica de la vida y el mundo tuvo como punto de partida una Visión integrada y unitaria del universo. En cambio, los occidentales tuvieron una perspectiva homocéntrica.

    Para los incásicos, Pacha mama unía el espacio con el tiempo, que el pasado genera el presente, como éste el futuro; que Pachamama contiene el germen de los seres que viven sobre ella y nadie puede ser Propietario de ella, que el hombre es de ella. En tanto, los occidentales se hacían por sí y ante sí dueños de tierras.

    En base de estas premisas, en el Tahuantinsuyo se gobernaba para el bien general, con el principio extraordinario: gobernar es hacer que todos trabajen con alegría en beneficio de la comunidad; no existió el Pensamiento de acumular riquezas en desmedro de su ayllu. En cambio, los occidentales eran narcisistas.

    En el Tahuantinsuyo hubieron pueblos de distintos colores de piel, que iban desde el blanco hasta el cobrizo, sin embargo no hubo racismo, la relación hombre – mujer no era tan desigual en la vida pre americana. La relegación de la mujer y el racismo fueron introducidos por los occidentales, como también los desajustes sociales que se dieron, debido a la atrevida sustitución de las leyes naturales por las leyes sociales. Esto se hizo clarividente en España de la vieja Europa, donde el hombre ignoró que vive gracias a la conjunción de los cuatro elementos constitutivos de la vida: nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y carbono.

    La cultura Incaria no fue un imperio, sino una expansión cultural, eminentemente socialista, como lo prueban sus ayllus con su ayni, minca, kamachico; su idioma quechua de elevado carácter social; sus descubrimientos, inventos y creaciones también tuvieron sentido social, sirvieron para elevar su status de vida y proseguir la exploración de todo cuanto existe en la Naturaleza, manteniendo la unidad física e ideológica de sus habitantes; sin descuidar la atención a sus niños, y la jubilación del hombre del trabajo productivo. Entre sus actividades científicas, son importantes los calendarios, como una forma de atrapar los movimientos del Sistema Solar que influyen decisivamente en la vida echas; las construcciones de los seres, sobre todo en las siembras y cosechas; las construcciones de sus canales de irrigación, como grandiosas obras de ingeniería; los extraordinarios conocimientos de Botánica, Física, Química, etc.; como genistas insuperables produjeron el maíz, perfeccionaron el cultivo de la papa, cultivaron el algodón inclusive en colores; los alcances en la medicina, realizaron trepanaciones, momificaciones, etc.; sus dominios en la estética, el arte, la cerámica fueron asombrosos; su conducta social, moral, solidaria y fraternal constituyeron el paradigma de la más alta dignidad humana. Dichos valores, no obstante el vasallaje español y neo español por espacio de 448 años, siguen siendo la gran reserva moral y cultural del futuro.

    En la sociedad Incaria no se conoció la «propiedad privada», porque su estilo de vida fue comunitario; se practicó el principio: todos para uno y uno para todos, por la naturaleza de sus ayllus, instituidos a similitud de la gran dinámica del cosmos. Estos y otros hechos reales no fueron para menos, cobraron trascendencia mundial. En China popular se «ensaya la comuna nutrida por la experiencia del ayllu y el calpulli incarios»; como en Rusia, el Soviet. El pensamiento cósmico de los Inkarios influyó sobre Carlos Darwin para la elaboración de su teoría evolucionista de los seres vivientes. Igualmente, influyó sobre Carlos Marx para la creación de su método científico el marxismo. A nivel mundial, lo único que enorgullece al Perú es su cultura Incaria, que aún detenta minimizada, como reserva cultural del mundo cuadridimensional; pero a ello habría que agregar la frase del mejor ideólogo cubano, José Marti: «Lo único que vale en América es su cultura Incaica».

    Con hidalguía conviene declarar, que no contamos con las fuentes verídicas y absolutas de la maravillosa cultura incásica. Es cierto, que los quipus cobran su testimonio, sin embargo, las tradiciones escritas no son sino historias occidentalizadas, vale decir, que hay mucho por conocer.

    La cultura del Perú de hoy, a nuestro juicio, adolece de autenticidad, de carácter científico y de caldo humanístico; por ello requiere su ponderación con el método científico, para prodigar una verdadera educación a los hijos del Perú profundo, quienes en esta hora crucial se mueren de hambre por su ignorancia en la transformación de sus recursos naturales. La cultura que se trasmite a través de la Educación Nacional de hoy, no es valiosa para la vida y el trabajo, por eso no hay desocupados en el país.

  4. La cultura científica.
  5. La educación dialéctica.

La educación Incaria fue inspirada en la dialéctica natural del cosmos, el desarrollo de la realidad circundante y las necesidades humanas.

Sus fines educativos fueron determinados por la dinámica de todas las cosas en su conjunto, como por el propósito de elevar el nivel de vida de la sociedad comunitaria, sin mezquindades personales. La educación en el Occidente tuvo un fin individualista, debido a su concepción subjetivista del mundo. El amor a la tierra fue uno de los fines concretos de la educación Incaria; porque era su madre y protectora de su vida con equidad. En los españoles había la mentalidad de lucha antagónica por el interés del dominio de clase, de expansión y obtención de bienes materiales, generando en sus relaciones sociales el esclavismo y el feudalismo.

Para el Incásico el trabajo fue una virtud, como decir la verdad, el no mentir ni robar; porque estaba plasmado así a través de los fines concretos de su educación. El español llevaba consigo una lacra social debido a su concepción fatalista de la vida, y apasionamiento por la propiedad privada.

El Perú histórico tuvo una educación auténtica, eminentemente hogareña y práctica, sin recetas extranjeras que aplicar ni modelos que copiar. Su sistema educativo fue elaborado acorde al diario crepitar de sus conocimientos, siendo su máxima expresión las Yachayhuasi, las acllahuasi, los quipus, los ayllus y los capullis; además los ritos, cantos y bailes que practicaron con sentimientos fraternales y fines de solidaridad. Hoy, el Perú en su vida republicana, con los prejuicios importados por los españoles práctica a lo largo y ancho de su territorio, actos inmorales, pauperizantes y de autodestrucción.

En base de las tradiciones y testimonios escritos por los cronistas españoles y criollos, como por las aseveraciones de historiadores y sociólogos nacionales, se llega a la evidencia que la educación Incaria estuvo impartida en forma viva por el hogar y el gobierno, orientada por una filosofía cósmica. El hogar proporcionaba la educación elemental y popular, con carácter naturalista, religioso, mítico y clasista, en el siguiente contexto: idioma, buenas costumbres, labores agrícolas, habilidades manuales, sumisión incondicional a las autoridades, y sus ideales: apego a la tierra natal, amor familiar, sentido de unidad, sentido de responsabilidad, formación del hombre creador. Mientras la educación dirigida por el gobierno estaba destinada a la nobleza, a la élite, bajo la dirección de los amautas.

La Educación de hoy está desviada de su verdadero sentido, particularmente en el Perú. Toda ciencia gira al servicio del hombre, de no ser así no tendría razón de ser. La ciencia de la Educación en la sociedad peruana está desgajada por los avances de la ciencia moderna, que en lugar de formar hombres útiles para la sociedad, viene deformando el alma nacionalista y la unidad dialéctica.

Segunda Parte

ANTÍTESIS DE LA EDUCACIÓN INKARIA

CAPÍTULO III

LA POLITIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

  1. El Vasallaje de España.

El Tahuantinsuyo alcanzó un desarrollo que asombró al Mundo por la calidad dialéctica de su educación; vale decir, al ritmo de las leyes naturales. Así, como se dio con el «milagro griego» por su acertada educación. Y del mismo modo, como hoy ostentan los ocho países más desarrollados del mundo.

Si en el mundo existen países desarrollados y medianamente desarrollados, es porque existieron en dichos países educación de alta o mediana calidad. Mientras el Perú cuenta apenas con un desarrollo incipiente, porque su educación es de bajo nivel.

El Vasallaje de España fue la negación de la portentosa cultura Incaria, en cuanto a su filosofía, educación, sistema agrario, económico, social, político, ideológico, etc.; como en cuanto se refiere a sus valores e ideales humanos. España gobernó directamente el Perú desde su llegada hasta la gesta emancipadora, por cerca de trescientos años; pero la supuesta Emancipación, no liquidó espiritual ni materialmente esa dominación. Sólo se produjo una transferencia de poder al mestizo; de este modo, en la mal llamada época de la República siguió por mucho tiempo el gobierno indirecto de una España hipócrita, falsa, rabiosa y cobarde.

El arribo de España al Perú no fue una conquista, sino enfáticamente una invasión chapetona, abrupta e inhumana. La miseria de su filosofía determinó en la vida peruana, las siguientes fases:

  1. Esclavismo.
  2. Feudalismo.
  3. Capitalismo.

A nuestro juicio, la cultura de la sociedad peruana de hoy no es la continuidad de la Incaica, menos de las española, sino es la híbrida peruana – española, no injertada planamente por sus diferencias en filosofía. Este fenómeno social – cultural ha generado la contradicción social irreconciliable en el seno de la sociedad: la desigualdad socio – económica y la injusticia social.

  1. La contradicción educativa.

La educación Incásica ha girado en torno a las necesidades humanas, en consonancia con las leyes naturales. Los españoles importaron las iniquidades de todo género y en ese marco, establecieron la superestructura de la administración pública, con fines de explotación del hombre por el hombre. La comunidad incásica se desenvolvía con la mística al derecho de cultivo de un pedazo de tierra para el sustento, de beber agua sana, respirar aire puro; de recibir el calor energético, conocer lo maravilloso de nuestro planeta; del amor al prójimo, de la vida libertada, etc. Estos derechos humanos fueron negados por el egoísmo español.

El ambiente favorable era tal, que todo niño, hombre o mujer, tenían asegurados sus medios de subsistencia, además de un trato igualitario por todos los hombres y mujeres de la comunidad. Por eso el niño vivía y se desarrollaba rodeado de afecto y solidaridad, de suerte que los lazos sentimentales que le unían a su pueblo eran tan grandes, que no podían vivir jamás fuera de él; los triunfos de cada quien eran el triunfo de todos, del mismo modo que las desgracias de cada quien eran lloradas por todos. A ese niño, cuando mayor, nunca se le habría ocurrido plantear las cosas en términos individuales, porque en su mente como en su corazón mantenía el espíritu de la interrelación social. En tanto, el niño español nace en un medio de desigualdades, sea porque su familia es de ricos o pobres, sea porque él mismo, es considerado hijo «legítimo» o hijo «natural»; aprende desde el principio que la sociedad es una selva en que cada quien es enemigo y competidor del otro, y en la que el hombre está destinado a luchar contra la Naturaleza. En esta misión de oscura hostilidad, se le machaca por todos los medios que para supervivir le está permitido aplastar a los demás, y vivir su «propia vida», sin ser ligado a nada ni a nadie; salvo al propósito de lograr para sí propio todos los medios materiales que le sean posibles; puesto que en la selva occidental, los unos eran lobos de los otros; y que el más fuerte era el que se imponía.

La invasión española, consecuentemente fue la negación de la cultura y la educación por espacio de tres siglos. La Educación Nacional fue rehabilitada a comienzos de la República con criterios occidentales, siempre con fines de explotación. Agravándose esta extraña fuente educativa con la inclusión de las corrientes pedagógicas francesa y norteamericana. Sistema educativo impuesto, que ha servido de bebedero generaciones republicanas. Una educación aforciori no es educación, sino una domesticación; así como la libertad impuesta es la peor de las tiranías, que consecuentemente deforma el alma humana y produce la conducta deseada por la clase social dominante.

Sin embargo, desde 1876 a 1962 hubo el intento de impulsar la Educación como es de comprender a través de los esfuerzos siguientes:

  1. En 1876 se dio el primer reglamento de instrucción con el primer presidente civil, don Manuel Pardo.
  2. La adopción del modelo educativo norteamericano para la Educación Secundaria, durante el gobierno de Eduardo López de la Romaña.
  3. La creación de la primera Escuela Norma de Varones con sede en Lima, durante el gobierno de José Pardo, en 1905.
  4. La creación de la primera Escuela Normal de Mujeres «San Pedro» con sede en Lima, en 1927.
  5. La conversión del Ministerio de Instrucción a Educación, mediante la gestión del destacado educador, César Cueto Fernandini.
  6. La creación de la Facultad de Educación en la Universidad Mayor de San Marcos, para elevar el nivel de formación de los educadores del Perú, a gestión de César Cueto Fernandini.
  7. El ensayo de la Escuela Nueva durante los dos gobiernos de Manuel Prado Ugarteche, nada menos para dar una nueva orientación a la Educación.

h. El intento de tecnificación de la educación durante los gobiernos de Luis Bustamante Ribero y de Manuel A. Odría.

Además hubo seis reformas educativas:

  1. Durante la gestión política de Manuel Vicente Villarán.
  2. En el gobierno de Eduardo López de Ia Romaña.
  3. En el gobierno de Manuel Prado.
  4. En el gobierno de Juan Velazco Alvarado.
  5. En el gobierno de Fernando Belaunde Terry.
  6. Y, en el gobierno del presidente Alberto Fujimori.

Todos estos impulsos no dieron el fruto esperado por cuestiones políticas. Hoy, desde hace más de tres décadas, la educación no tiene sentido ni se sabe hacia dónde va.

  1. La educación al servicio de las clases dominantes.

En la comunidad primitiva las mujeres estaban con respecto a los hombres en un mismo plano de derechos, los niños no iban a la zaga.

Hasta los siete años, a partir de los cuales debían ya vivir a sus expensas. El niño acompañaba a los adultos en todos los trabajos, compartía en la medida de sus fuerzas y recibía como recompensa iguales alimentos que los otros. La educación no estaba confiada a nadie en especial, sino a la vigilancia difusa del ambiente. Gracias a una insensible y espontánea asimilación de su entorno, el niño se iba conformando poco a poco dentro de los moldes reverenciados por el grupo. La diaria convivencia con el adulto lo introducía en las creencias y las prácticas que su medio social tenía. De este modo, el niño adquiría su primera educación, sin que nadie le dirigiera expresamente.

Este concepto de la educación fue como una función espontánea de la sociedad, mediante la cual la prole se asemeja a los adultos en la comunidad primitiva; y dejó de serlo en tanto la comunidad primitiva se transformaba lentamente en una sociedad dividida en clases. Entonces, la educación fue concorde a los intereses de las clases dominantes, vale decir, simplemente una domesticación.

  1. En el mundo tras las disoluciones de las comunidades primitivas, se forman las sociedades divididas en clases, como en Esparta, Atenas, Roma, etc. Aparece al amparo de un «estilo de vida», con fines de explotación del hombre por el hombre, entre los siglos VI y V a. de C. En tanto, en el Perú aparece con la llegada de los españoles, en el siglo XV d. de C., específicamente en el año 1532, como un «esclavismo tardío», causando la destrucción de la cultura Incaria en toda su forma; menos en su esencia, que todavía supervive el alma tahuantinsuyana.

    La llegada de los españoles al Perú no fue el encuentro de dos mundos, menos una transculturización, sino una dominación con fines de explotación. La educación en el Perú, desde la aparición del esclavismo, fue un proceso de servicio de las clases dominantes.

  2. La aparición del esclavismo en el Perú.

    El trato político de los españoles a los «hijos del Sol» fue como a una tribu salvaje. La educación impuesta debía de cumplir estas tres condiciones esenciales: destruir los restos de alguna tradición enemiga; consolidar y ampliar su propia situación como clase dominante; prevenir los comienzos de una posible rebelión de las clases dominadas. Es decir, la clase dominante opera así en tres frentes distintos, y aunque cada uno de estos frentes solicite vigilancia desigual según las épocas, pero la clase dominante no la abandona jamás.

    En el momento de la historia humana en que se efectúa la transformación de la sociedad comunista primitiva en sociedad dividida en clases, la educación tiene por problema propio: luchar contra las tradiciones; inculcar que las nuevas clases dominantes no tienen otra finalidad que asegurar la vida de las clases dominadas, y vigilar atentamente el menor asomo de protesta para extirparlo.

    El ideal pedagógico, naturalmente, no podía ser el mismo para todos: no sólo las clases dominantes cultivan uno muy distinto al de las clases dominadas, sino que procuran además que la masa laboriosa acepte esa desigualdad de educación como una desigualdad impuesta por la naturaleza de las cosas, y contra la cual sería una locura rebelarse. Por eso, en materia de educación a través de la dominación española y durante sus reflejos se va a dar la siguiente premisa: para la clase dominante, «la riqueza y el saber», y para la clase dominada, «el trabajo y la sumisión».

    La esclavitud en el Perú empieza con la llegada de los españoles y termina aparentemente con la gesta emancipadora, estableciéndose las dos clases sociales: dominante y dominada. La dominante dueña del Perú, además dueña del poder político, para poner en práctica su filosofía. Por ejemplo, en asunto de educación, para los suyos una educación abierta a las ciencias, artes y letras; en tanto, para los hijos del Sol una educación reducida en rezos y a la sumisión, vale decir, al servicio de los esclavistas.

  3. Educación acorde a los intereses de la clase esclavista.

    El feudalismo en el Perú se desarrolla después de la mal llamada gesta emancipadora, con la presencia de los mestizos en el poder político; una clase social hipócrita, falsa, rabiosa y cobarde, que gobierna con el argumento de haber defendido la Patria, siguiendo las huellas del gobierno directo de España.

    Esta nueva clase pasa a la posición de opresora, y la clase dominada a la posición de oprimida, sin cambiar su condición de explotada. La clase opresora varía un poco su dominación global, mediante el reparto del territorio nacional entre sus integrantes que se convierten en feudalistas o terratenientes, sin dejar de tener un gobierno central feudalista.

    En el sistema feudal continúa la desigualdad socio – económica, se da la distancia abismal entre el siervo y el señor feudal. En materia de educación sigue el mismo curso del sistema esclavista, con ligera flexibilidad con la creación de escuelas para el pueblo.

    El feudalismo no sólo significó el reparto de las tierras de cultivo, sino el reparto de los esclavos, de los nativos del Perú; para alcanzar la mayor producción agrícola y la educación estaba orientado a este fin.

  4. Educación acorde a los intereses de la clase feudalista.

    Por efecto de contradicción, los hijos de los mestizos ya no fueron amantes de las tierras de cultivo, sino de la actividad comercial, de la industria y de la vida en la ciudad. Con la aparición de esta nueva actividad social no desaparece la desigualdad, socio – económica existente, ahora ya no es entre el siervo y el señor feudal, sino entre el obrero – legítimo oprimido – y el burgués – legítimo opresor.

    Los burgueses, nuevos ricos del Perú, llegan al poder del Estado para gobernar de acuerdo a los intereses de su clase y dirigir el destino de la educación en consonancia a su fin económico. Las tierras ya empobrecidas son abandonadas; sus sirvientes son educados para este fin, mientras los no asimilados se quedan como campesinos, pero víctimas de impuestos (nueva modalidad de explotación).

    En esta etapa de la vida nacional, la educación cobra dos vertientes: una, para la gente que tiene recursos económicos, y otra, para la que carece de ellos. En este contexto aparecen Intelectuales que defienden la bandera burguesa por favores (pagos) mezquinos.

  5. Educación acorde a los intereses de la burguesía.
  6. Educación acorde a los intereses de la clase capitalista.

La clase capitalista de hoy es, la clase burguesa de ayer, o sea, la clase acomodada convertida en adinerada; la obrera en proletaria, en virtud que los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres; haciendo otro momento histórico, en que todo gira en torno del dinero o se monetiza. Además, es el momento que se habla de empresas nacionales e internacionales.

Desde el punto de vista educativo, también hay dos vertientes: la educación para los hijos de los adinerados, en centros educativos particulares; y la educación para los hijos de los proletarios en los centros estatales. Aparte de esta dicotomía en el servicio educativo, en una sociedad pobre, existe el fenómeno mercantilista en el rubro, por parte de los capitalistas, con el claro propósito de lucro, sin darle importancia a la calidad que brindan, causando de esta forma frustración en los hijos del Perú profundo.

El sistema educativo en vigencia en la sociedad peruana es obsoleto, desgajado por la pedagogía científica; sin embargo, se viene practicando como mecanismo de modernidad, el cambio anual de léxico, sin criterio de análisis en su sentido intrínseco.

Si se piensa en un futuro mejor del país, la obra prioritaria debería ser la reforma sustantivo de la Educación Nacional, y así brindar una verdadera educación para su despegue. De lo contrario, el destino del Perú será el de pasar de colonia a colonia, como está ocurriendo actualmente.

  1. Uno de los países con raíces más profundas en la historia de América es nuestro Perú, por los grandes niveles culturales y organizativos logrados por las civilizaciones prehispánicas; y que hoy es tercermundista, «pasando de colonia a colonia», por ironía de la política de sus gobernantes, y la secuela social y mental producida por la dominación española, que aún perdura en el alma nacional. El país confronta una problemática, al parecer sin canal, por donde empezar a resolverla. Creemos que la solución podría empezar por la Educación, para formar primero, su capital humano a nivel científico; y de ser ésta la obra prioritaria, requiere su reforma medular acorde a los avances de la ciencia y la tecnología, en concordancia al carácter étnico, ecológico e idiosincrásico de la realidad peruana; y superando las causas que motivaron la crisis por la que atraviesa, entre otras, como:

    a. La educación de hoy, no es auténtica, sino postiza. La auténtica fue la educación Incaria.

    b. La pedagogía que la sustenta es obsoleto. Se necesita una pedagogía científica de acuerdo a la realidad peruana.

    c. Durante la época republicana se politizó la educación; que generó el servilismo sigloveintesco.

    d. Se subestimó la educación en la política gubernamental del país, desde que fuera restituida en 1876.

    e. Se dieron reformas educativas sólo en algunos aspectos externos y colaterales, menos en su esencia, que sigue inalterable.

    f- Educación con Magisterio vituperado, vulnerado, vapuleado por el Estado, cuando debiera merecer preeminencia entre los servidores del mismo, con dignidad social y económica.

    g Educación con adopción metafísica de sistemas foráneos. Es decir, sin adaptarse a la realidad peruana.

    h Educación sin saber: ¿a quién se enseña?, ¿qué se enseña?, ¿ cómo se enseña? Y ¿para qué se enseña?.

  2. La crisis de la Educación Nacional
  3. El bajo nivel cultural del peruano en el mundo moderno.

La capacidad del hombre del Perú, en concepto general, será igual a la del chileno, argentino, coreano, malaco, etc., porque el factor latitud, como el racial, no son determinantes absolutos. Se entiende por capacidad, desde el punto de vista mental, a la aptitud o suficiencia para alguna cosa, talento para comprender o hacer algo, aptitud legal para ser sujeto de derechos y obligaciones, o facultad más o menos amplia para realizar actos válidos y eficaces en derecho.

El hombre tahuantinsuyano, fue de estirpe ingeniosa, como lo demuestran los ayllus, pues a ellos se debió el elevado grado de cultura logrado. La idea de inepto del peruano para realizar un trabajo algo importante en la vida es el parecer de los espurios de la humanidad, que llevados por su mezquindad material, denigran la herencia de la gran raza incaria. Se dice inepto al hombre no apto para una cosa determinada, al inhábil, al que no tiene aptitud o capacidad; estas cualidades negativas no las tiene el hombre peruano, al contrario es creativo por sus ancestros.

En el umbral del tercer milenio más de la mitad de la población peruana se halla en extrema pobreza, sumergida en la ignorancia, llevando vida ignominiosa y servil, simple y llanamente por no haber merecido una «verdadera educación», por indiferencia de quienes dirigen el destino de la sociedad. Por ejemplo, si un huancaíno viaja a Estados Unidos de Norteamérica en busca de trabajo, no obstante tener cultura profesional e incluso especialidad, sólo es admitido a trabajos subsidiarios y en la mayoría de los casos a servidumbre, y si es analfabeto o semianalfabeto con dedos burdos y filosofía pancista, a la actividad de pastor de ganados. Mientras el extranjero llega al Perú, en condición de patrón, científico, industrial, artífice del pueblo, asesor de Estado, etc. Esta contradicción de vida revela, sin duda alguna, el bajo nivel cultural del hombre peruano, incluyendo su formación universitaria.

Sobre el planeta Tierra, no habrá un hombre consciente que no quiera mejorar su vida, pues la superación es un anhelo universal. La sociedad peruana no desarrolla porque su Educación está desviada, desde que fue restituida años después de la gesta emancipadora, por el primer presidente civil don Manuel Pardo, bajo el molde idealista y dogmático de la educación española. Además, desde entonces la educación fue politizada y no promocionó nuevas generaciones; por eso, como ejemplo, no se superó en forma racional la desigualdad socioeconómica existente en el seno de la sociedad, mientras en otros países hay logros positivos en ese aspecto, gracias a su educación de alta calidad. La clase social oprimida en extrema pobreza, en términos de economía moderna, carece de renta per cápita diaria de un dólar americano; entonces, es desesperante y trágica la situación socio-económica de los hijos del Perú profundo.

Algunos ideólogos, pensadores, políticos, hombres élites de la cúpula peruana piensan que se puede mejorar el status quo del pueblo, con más o menos cantidad de 1 congresistas, con mayor volumen de legislación, con reformas paliativas en algunos sectores del Estado, etc., identificándose así con los mezquinos intereses de la oligarquía nacional e internacional. Mientras que nosotros creemos viable y razonable, la promoción de la nueva sociedad mediante la formación del capital humano con una «verdadera educación», que vendría a ser la línea maestra para su verdadero desarrollo global.

Existen niveles educativos, como también niveles de desarrollo en las sociedades del conglomerado mundial (cuyos habitantes son más de cinco mil millones), en razón directa a la calidad de educación en cada país. El Perú, país tercer mundista, tiene una Educación de bajo nivel y por ende, un nivel de desarrollo incipiente, como podemos apreciar en los gráficos siguientes:

CAPÍTULO IV

LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN

1. El análisis científico de la Educación Nacional.

Antes de tratar el tema, recordemos lo que implica la educación. La educación es, en su sentido general, una actividad que tiene por fin formar, dirigir o desarrollar la vida humana para que ésta llegue a su plenitud. Pero es un fenómeno muy complejo, difícil de definir en pocas palabras; desde luego, es un hecho, una realidad que encontramos en la vida, tanto en los individuos como en la sociedad; y tanto ahora como desde que existe el hombre.

Ahora bien, la educación es una función universal, pero su realización no puede ser la misma en todos los tiempos y en todos los lugares, depende esencialmente de la concepción de la vida y del mundo de cada tiempo. Cada época y cada pueblo tiene sus ideales, que tratan de inculcar a las nuevas generaciones. Sin embargo, la función en sí es la misma, como lo es el lenguaje respecto a las lenguas particulares. En la educación intervienen diversos factores, los principales son los siguientes:

1º La finalidad o ideal que se persigue..

2º La personalidad psicofísica a quien se dirige.

3º Los métodos que se emplean.

4º Las circunstancias o el medio en que se realiza.

5º La persona o agente que dirige la educación.

Todos estos factores se deben tener en cuenta para realizar la acción educativa, y de ellos vamos a tratar a groso modo.

Juan Jacobo Rousseau, creador de la Sicología del Niño, llamado Copérnico de la pedagogía, al escribir «El Emilio», dijo: «No se mejora la educación porque no se conoce a la infancia». En el Perú se instruye mal y teóricamente se educa sin conocer al estudiante. Aristóteles, dijo: «El propósito mayor de la educación es la formación del hombre para el arte de vivir bien y brindar el bien a los demás». En el Perú ad portas del siglo XXI, los estudiantes carecen de valores en su formación y por ende no tienen el arte de vivir bien, son prematuramente deprimidos, insatisfechos, frustrados en sus aspiraciones, que lógicamente se tornan rebeldes en su vida ciudadana.

La Pedagogía es la ciencia de la educación. Se ha discutido sobre el carácter científico de la pedagogía y se ha dicho que es un arte, una teoría o una técnica. En realidad, la pedagogía es todo esto, según el punto de vista desde que se la contemple. La educación comenzó siendo un arte, es decir, una obra personal; la actividad de una persona con el fin de educar o formar a otra y aún sigue siéndolo hoy, en cuanto sólo se considera la acción del educador, su habilidad, su destreza con dicho fin; así se habla del arte de enseñar o de educar, y en este sentido la educación es una obra de arte y el educador un artista. Pero sobre esta actuación práctica, inmediata, se eleva la reflexión, el estudio, la meditación del educador, que quiere dar a su gestión una base ideal; y, tal como lo han hecho casi todos los pensadores y pedagogos de la historia, desde Platón hasta nuestros días; unos principios permanentes; y entonces surge la teoría de la educación que se llama pedagogía. Esta reflexión y meditación ha llegado a formar con el tiempo un sistema que se llama sistema educativo, con métodos, objetivos propios que sobrepasan el campo de la pura especulación, y así la pedagogía se constituye en una ciencia. Esta ciencia, a su vez, se aplica a la educación mediante una serie de procedimientos y reglas, debidamente experimentados y comprobados, y surge la pedagogía como técnica o tecnología. Finalmente, cuando se estudian los últimos principios de la educación, sus ideales y fundamentos, tenemos la pedagogía como filosofía de la educación. La pedagogía se nos presenta pues, constituida por una serie de aspectos diferentes según el ángulo desde que se la contemple. Pero de todos, el más importante y decisivo es su carácter científico. Desde este punto de vista y teniendo en cuenta los factores que intervienen, así como los criterios, haremos el análisis científico, o sea, desde la óptica de la pedagogía científica.

El creador de la pedagogía científica es Juan Federico Herbart, filósofo, psicólogo alemán, de la primera década del siglo pasado. Para Herbart, la pedagogía como ciencia se basa en la psicología y la ética; la primera indica los medios y los obstáculos; y la segunda los fines de la educación. Herbart sostuvo las siguientes razones:

1º La educación es un derecho frente al Estado y los políticos.

2º La vida espiritual del hombre es un derecho frente al mero aprender y a las materias de enseñanza.

3º La conducción espiritual requiere una teoría científica.

4º Las verdades serán innovables.

Iniciando el análisis, la finalidad que persigue la educación es conservar los bienes culturales. De aquí surge el ideal de la educación, el cual depende del ideal de vida de la generación que educa. Pero ha de referirse sobre todo a la vida anímica del individuo, de la cual debe partir. En este sentido, tiene como fin el desarrollo de la afectividad, de la voluntad y del mundo de las ideas, dependiendo del estado cultural de una generación determinada de un pueblo concreto. Aquí intervienen los factores que integran la realidad social: familia, comunidad local, Iglesia y Estado. Pero tiene a su vez una base científica, que le da continuidad y permanencia, es así a la vez natural y científica, universal e histórica.

Los bienes culturales de la sociedad peruana no son auténticos, desde que se produjo la invasión española hasta hoy, están plagados de prejuicios culturales en contraste con nuestra antigua cultura que tuvo un ideal de vida científico. Nuestra cultura-actual es hi 'brida: hispana – francesa – norteamericana y por ende inauténtico, no digna de conservarla; un segmento de ella es nuestro contenido educativo, por ello, deviene el bajo nivel educativo. Entendemos por cultura el conjunto de valiosos valores para la vida cotidiana del hombre; los valores de dicho contenido no son valiosos para la vida de los peruanos. Entonces, para una verdadera educación se debe ponderar nuestra cultura aplicando el método dialéctico, extirpando las cizañas culturales.

El bajo nivel de la educación es reflejo de la sociedad y del Estado peruano, porque en este proceso existe la unidad, la lucha y la contradicción de las relaciones a todo nivel. Nuestra sociedad es atrasada y no desarrolla porque carece de un «ideal de vida nacional», que no sabe hacia dónde va. A propósito, ¿qué es un ideal?. Es la conciencia humana; que se basa en la contraposición gnoseológica de la conciencia a lo material, a la materia. Es ideal cuando corresponde a una idea objetiva en bien del ser humano, en calidad de modelo; la conciencia puede reflejar la esencia de las cosas reales, puede investigar las leyes objetivas y, basándose en ellas, establecer proyectos de lo futuro, de lo aún no existente; puede también crear representaciones y conceptos ilusorios que tergiversen la realidad. Este es el motivo para que el conocimiento científico contraponga y compare siempre lo que se sabe de los objetos y con ellos fundarse en la esencia objetiva.

La conciencia peruana está desorientada desde la gesta emancipadora de 1824 hasta hoy, no hay atisbo de un ideal de vida nacional, por falta de una filosofía propia. Esta lacra social, mental y cultural, que perdura en la estructura mental de los peruanos es la que no permite el despliegue de la sociedad. Otros países del orbe ostentan su ideal de vida; por eso desarrollan y alcanzan mejores niveles de desarrollo. También nuestra cultura incaria tuvo un ideal científico. En nuestra sociedad actual no hay valores positivos, casi en todo orden; vale decir, no hay modelos de vida en lo social, político, económico, jurídico, ideológico, ético, etc. El Estado es el ente, que debe ser el paradigma, como también todas las instituciones tutelares; sobre todo, el presidente de la República, debería liderar la Educación Nacional.

En el Tahuantinsuyo, todos los hijos del Sol recibieron educación dirigida por el Estado, y el hogar; orientada por las leyes naturales, basada en la verdad y el bien. Destruida nuestra portentosa cultura por la invasión española, la educación de los hijos del Sol fue eliminada. Años después de la gesta emancipadora, recién en 1876 se restituye la educación con el primer presidente civil Manuel Pardo, bajo el molde de la educación española dogmática; y, en 1903, durante el gobierno de Eduardo López de la Romaña, se adopta el modelo educativo francés para la Secundaria y el modelo norteamericano para la Primaria. Estas fuentes incongruentes y otras variantes determinaron el sistema vigente, que no se adapta a la realidad peruana; pues 1as reformas que se dieron no han transformado su esencia. Por eso, no hay una auténtica y verdadera educación en el Perú, pues como ya se dijo se educa sin saber: ¿a quién se enseña?, ¿qué se enseña?, ¿cómo se enseña? Y ¿para que se enseña?. Nuestros estudiantes son prematuramente deprimidos, insatisfechos, frustrados en sus aspiraciones, que lógicamente se tornan rebeldes por despecho; ya que los conocimientos suministrados y la formación inculcada no son útiles para la vida real del hombre, menos para ser profesionales competitivos a nivel de la Comunidad Internacional. La prueba incuestionable de este hecho son nuestros estudiantes universitarios, que al concluir sus estudios profesionales, atiborrados de conocimientos abstractos e incoherentes, no tienen, aplomo en su especialidad, con el agravante que egresan con una mentalidad desviada y la conciencia destruida, sin patria ni bandera; con la trágica suerte de no tener trabajo por su incompetitividad; engrosando de este modo, la fila de los desocupados o el servilismo sigloveintesco.

Se viene empleando el método dogmático, usado en Australia en el siglo VIII en una escuela religiosa; su forma de razonamiento tiene la estructura lógica: deductivo – inductiva, e invertida: inductivo – deductiva. El uso de este método en la enseñanza de la verdad es, determinante en el modo de pensar del hombre, en contraposición al dinamismo de la vida y el mundo.

El dogmatismo, es un procedimiento del pensar que opera con conceptos y fórmulas invariables, sin tener en consideración las condiciones concretas de lugar y tiempo; o sea, haciendo caso omiso al principio que afirma el carácter concreto de la verdad. Su aparición está unida al desarrollo de las representaciones religiosas: la exigencia de que se acepten por la fe los dogmas de la Iglesia, establecidos en calidad de verdad indiscutible; no sujetos a critica y obligatorios para todos los creyentes. En la filosofía moderna, el dogmatismo está unido a las concepciones anti dialécticas que niegan la idea de la variabilidad y del desarrollo del inundo. En la vida política, conduce al sectarismo, al subjetivismo; a no tomar en consideración la práctica. Es el método de la pedagógica dogmática, en contraste con el método dialéctico de la pedagogía científica, cuya estructura y forma de razonamiento es el análisis – síntesis.

La dialéctica fue el método de Sócrates en su enseñanza de la Ciencia Moral, quien concebía como el método «que hace parir la verdad». Galileo utilizó este método para marcar la partida de la ciencia. La ciencia, como fuerza importante, comienza con Galileo y, por consiguiente, existe desde unos trescientos ochenta y cinco años aproximadamente, aunque antes tuvo un matiz dogmático, que hoy se conoce con el nombre de metafísica. En los primeros ciento cuarenta años del tiempo indicado, fue como un anhelo de los eruditos, sin afectar a los pensamientos o costumbres de los hombres corrientes. Sólo en los últimos doscientos treinta y cinco años la ciencia se ha convertido en un factor importante, que determina la vida cotidiana de todo el mundo. En ese breve tiempo ha causado mayores cambios que los ocurridos desde los antiguos egipcios, mediante la presencia del método dialéctico en la investigación y en la enseñanza.

La pedagogía actual es de corte idealista, implícitamente conlleva el método dogmático, por eso la enseñanza es teórica, y nuestros estudiantes son repetidores, sin iniciativas ni actitudes de ingenio. Esta es, una de las razones para el bajo nivel educativo, el conformismo Y atraso de nuestra sociedad.

El Perú es tercermundista, ¿por qué? La respuesta no es tan fácil, obedece a muchas razones, el problema principal es que la educación está mal orientada desde su restitución en 1876 hasta hoy. El Perú es una realidad distinta a otras, por razones sociales, políticas, económicas, ideológicas, jurídicas, éticas, etc.; requiere una educación su¡ generis, acorde a su carácter étnico, ecológico, idiosincrásico…; como una pedagogía científica forjada por los educadores, los profesionales, los intelectuales del Perú. Con participación de las instituciones tutelares, el Estado, la familia, y otras. Además de una organización horizontal, requiere un Plan Nacional de Educación y un ideal educativo proyectado por el Estado y la sociedad.

El actual sistema es obsoleto, desgajado por los avances de la ciencia y la tecnología, tiene más de noventa años de antigüedad, y no responde a las exigencias de la vida moderna. A propósito, entendemos por sistema educativo, al conjunto ordenado de todos los elementos que intervienen en el proceso educativo sistematizado y académico.

La sociedad peruana tiene la capacidad para conocer, comprender y saber de las cosas del mundo, como cualquier otra sociedad del mundo y, no hay razón lógica para mantenerla con mentalidad dogmática y dedos burdos; necesita una verdadera educación, con un magisterio competitivo, bien formado. En efecto, pueden promulgarse las leyes más sabias, pueden formularse las doctrinas educativas más avanzadas, pueden incluso contarse con los edificios escolares más modernos, planes y programas científicos, los medios materiales más técnicos; todo esto será ineficaz, sin la acción creadora, amorosa, patriótica y artística del auténtico espíritu magisterial. Sólo educadores sanos, vigorosos, optimistas, egregios, podrán forjar personalidades con cualidades análogas. Para ello, requiere una reforma de los centros de formación magisterial, sean universitarios o institutos, con nueva tónica, cualidades axiológicas, currícula moderna, etc., etc.

Tuvimos en la cultura Incaria una educación dialéctica, científica, orientada por las leyes naturales. Hoy, la sociedad necesita una verdadera educación con un magisterio de profunda vocación, técnicamente capacitado, con dignidad social y económica, escalafón científico; para que se reconstruya la sociedad de clases, y quizá se obvie la opresión de la clase dominante. De lo contrario, el fenómeno sico – social oprimirá al Perú profundo por un tiempo más; pero no para siempre, ya que los tiempos cambian y no hay nada eterno en este mundo.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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