III.
EL MONOPOLIO DE LA INFORMACIÓN Y LOS MEDIOS DE COMBATIRLA.
La información que llega a los ciudadanos de Occidente, falseada y distorsionada, de todas partes y a todas partes, monopolizada por siete grandes multinacionales de los medios de comunicación a nivel mundial es algo que es necesario contrarrestar. Internet por ahora sigue siendo un buen medio de contrainformación y hay que trabajar en que lo siga siendo. Sobre el tema de la Información es recomendable el interesante trabajo de Pierre Bourdieu Sur la télévision. Allí se nos dice que los medios trabajan por dar una información inane e idílica con la que evadir los auténticos problemas. Recuerdo cuando la OTAN bombardeó la televisión serbia. No me extrañó en absoluto, desde luego era un objetivo militar, ya que la televisión es un arma poderosísima, junto a la publicidad, con las que se nos bombardea diaria e insistentemente.
Las informaciones contradictorias llevan a no saber qué creer ni qué pensar. Respecto a las imágenes de la CNN del festejo del atentado sobre las Torres y el Pentágono entre los Palestinos se difundió la noticia por Internet de que eran falsas. Mediante Internet se puede combatir en cierta medida esa terrible desinformación y llevar a cabo una labor de contrainformación, el problema es que la CNN se apresuró a desmentir (El País 19-9-2001) las informaciones como la realizada por quienes difundieron la noticia de que "Las imágenes de palestinos celebrando los ataques procedían de 1991, cuando Irak invadió Kuwait. Luego la CNN manipula la información sobre los atentados", diciendo que se filmaron el mismo día del atentado a las 11:00 a.m. Al final, con las noticias contradictorias, bulos, falsedades y desmentidos, no sabes muchas veces qué creer, ni qué pensar.
La contrainformación contratacó con la noticia de que efectivamente, la CNN había grabado las imágenes en Gaza el mismo día, pero que: "La TV alemana transmitió ayer jueves un reportaje con evidencias indesmentibles que muestra cómo las imágenes de CNN fueron falsificadas, preparadas y enviadas a todo el mundo. El reportaje muestra una entrevista a una mujer que aparece en las imágenes de CNN y que declara que le pidieron que celebrara frente a la cámara con el típico grito de las mujeres nómades y que lo hizo porque le ofrecieron un trozo de pastel dulce" (Alvaro Rojas Director de El Chileno: Manipulación de la CNN. Aldesur-REDH & Web-eurosur.org, 22-9-2001). Pero ya parece que se trata de emponzoñar la labor periodística de la CNN por el mero hecho de ser una multinacional estadounidense, pues al fallar la primera contrainformación es cuando ha salido la segunda.
Manuel Vázquez Montalbán recordaba, sin embargo, la falsedad de las imágenes de los pelícanos de Alaska ennegrecidos por el petróleo, que fueron utilizadas por la CNN como si perteneciesen a pelícanos del golfo Pérsico. La empatía animal serviría para justificar los bombardeos y el embargo a Irak. En las imágenes de las Torres Gemelas no había cuerpos destrozados, como era de suponer, pues los medios se confabularon para no verter imágenes escabrosas con la excusa de evitar el morbo o no herir la sensibilidad de los espectadores (como si a algún televidente le quedase un ápice de sensibilidad). Pero la finalidad de dicha censura bien podría haber sido muy otra: "Supongo que no vivimos días como para comprobar con precisión la veracidad de los mensajes recibidos (…). Frecuentemente he oído o leído justificaciones de la manipulación televisiva aséptica sobre lo ocurrido en Nueva York, a partir del dato de que la crudeza con la que se vivió la retransmisión de la guerra del Vietnam desmoralizó a la población. No. Lo que hizo fue movilizar la conciencia antibelicista y por eso no volveremos a ver cadáveres en las guerras, ni pelícanos o palestinos en su sitio y a su tiempo" (M.V.Montalbán Pelícanos. El País 24-9-2001). La guerra es un gran horror, pero la filmografía y la épica que desde Homero cantan sus alabanzas, a excepción del cine de guerra antibelicista como Apocalipsis Now, nos hacen ver que las guerras son cosas honorables en las que sólo los malos pierden y los buenos salen ganando.
Ya no quedan en Occidente muchas personas que vivieran y recuerden la Segunda Guerra Mundial por lo que la posibilidad de poder asesinar impunemente sin medir las consecuencias habría llevado a miles de jóvenes estadounidenses a alistarse en la armada tras el atentado de las Torres. La información sobre la guerra no es veraz. Hollywood forma ya parte de la construcción de la subjetividad. Por eso resulta grotesco la reminiscencia de alguno de sus films de acción y propaganda. En la película Rambo III (1988) el personaje interpretado por Sylvester Stallone acude a Afganistán para liberar al coronel Trautman, hecho prisionero por los invasores soviéticos cuando se disponía a entregar misiles Stinger a los rebeldes afganos. Algunos parlamentos de los personajes de la película son memorables: Habla el coronel Trautman: "Los afganos combaten casi sin armas y mal equipados y lo cierto es que ustedes (los soviéticos) subestiman al enemigo. Si conocieran su historia sabrían que esa gente jamás se ha rendido ante nadie. Prefieren morir antes que ser esclavos de un ejército invasor. Nosotros ya tuvimos nuestro Vietnam. Ahora ustedes tienen el suyo". Habla Rambo: "Esta es ahora nuestra guerra. Inshalá".
Y ya reflexionando sobre la guerra de los Balcanes se llegaba a las mismas conclusiones: "El periodista estadounidense David Rieff hace una descripción similar en su libro Matadero, Bosnia, el fracaso de Occidente. «Tanto en Sarajevo como en Tuzla o en Mostar se podían ver jóvenes vestidos con ropas de Rambo repantingados en cafés o paseando a las muchachas en los pocos coches civiles que quedaban en cualquier zona en concreto. El grado en el que se habían esculpido a imagen y semejanza de los personajes que habían visto en películas como Rambo o Mad Max llevó al director teatral de Sarajevo Haris Pasovic a confesarme en una ocasión que cuando volviera la paz confiaba en que se haría un juicio por crimenes de guerra. Cuando dije que no debía imaginar que la ONU hablaba en serio al respecto, que la gente que negociaba con Karadzic y el general Mladic no intentarían encerrarlos, negó con la cabeza impaciente. -No, no -me dijo, riendo-. -No me refiero a ellos. Me refiero a Sylvester Stallone. ¡Es responsable de gran parte de lo que pasa aquí!»" (Guillermo Altares Esto es un infierno. Los personajes del cine bélico. Alianza Editorial. Madrid 1999, p.227).
Otra información contradictoria es la que afirmaba, por un lado, que tras el ataque a las Torres el presidente Bush había forzado a Ariel Sharon a apaciguar sus incursiones contra los palestinos, y por otro, que tras el atentado el presidente israelí había intensificado la masacre del pueblo palestino. Lo primero se manifestaba al hilo de una entrevista a Gema Martín Muñoz: "Ayer, israelíes y palestinos acordaban un alto el fuego después de casi un año de violencia sin diálogo" (Entrevista Digital a Gema Martín Muñoz. El País 19-9-2001. Así como el titular y los artículos siguientes de la primera página del periódico: "Bush refuerza el alto el fuego en Palestina para ganarse a los árabes"). Y lo segundo lo manifestaba el mismo día y en el mismo periódico, en la sección de Opinión, Edward Said: "Israel explota ahora cínicamente la catástrofe estadounidense intensificando su ocupación militar y la opresión de los palestinos.
Desde el 11 de septiembre, fuerzas militares israelíes han invadido Jenin y Jericó, y han bombardeado repetidas veces Gaza, Ramala, Beit Sahur y Beit Jala, causando grandes bajas entre los civiles y enormes daños materiales" (Edward Said Pasión colectiva. El País 19-9-2001). Incluso las noticias alternativas y críticas daban por bueno el alto el fuego: "El inesperado cese al fuego asumido por Ariel Sharon en su guerra contra Palestina, luego de dejar tantos muertos en el camino, hace dudar que se trate de una actitud de buena voluntad, y lleva a pensar que se prepara para los días de la Justicia Infinita, que han de llegar al Golfo Pérsico con los soldados y las armas de Estados Unidos" (Kinnto Lucas ¿Justicia infinita contra quién?. Web-eurosur, 22-9-2001). Sin embargo algún editorial ya había corroborado las informaciones de Said: "El conflicto entre Israel y los palestinos es un vivero de terroristas, en un caldo de injusticia que se debe rectificar. Justo lo contrario de lo que hicieron ayer los israelíes con nuevos ataques con tanques en Gaza, que causaron la muerte de al menos 12 palestinos" (Respuesta a un enemigo difuso. Editorial de El País 13-9-2001). ¿El ataque a Estados Unidos provocó el cese de las hostilidades entre palestinos e israelíes o al contrario, su recrudecimiento? Las informaciones contradictorias llevan a no saber qué creer ni qué pensar, pero en este caso me inclinaría por creer lo segundo, ya que de un día para otro no creo que se pase de la guerra a la paz en Palestina.
Después estaban las recomendaciones. Mientras que el presidente Bush recomendaba a los estadounidenses que salieran a consumir: "Las autoridades estadounidenses piden a los ciudadanos que demuestren su patriotismo llenando las tiendas, yendo al cine, comprando todo lo que necesiten o haciendo viajes de vacaciones. El consumo es el motor de la economía y, en estos tiempos de crisis y guerra, es necesario mantenerlo a pleno rendimiento" (La Vanguardia Bush pide a los americanos que consuman más. 26-9-2001), al mismo tiempo y por razones opuestas, Dario Fo, el premio Nobel de literatura italiano y su familia, recomendaban consumir menos y elegir bien lo que se consume como vía para luchar contra las desigualdades: "En estos años hemos trabajado con éxito para demostrar que es posible hacer compatibles nuestros consumos, ahorrar, tener mejores productos y, al mismo tiempo, boicotear el mercado de la muerte rehusándonos llevar nuestro dinero a su molino. Hoy estas elecciones ya no son solamente justas y convenientes, son también urgentes e impostergables. Te pedimos hacer este gesto, inmediatamente, ahora mismo. Ya no hay tiempo para pensarlo más. La locomotora del capitalismo salvaje está acelerando su velocidad, apunta con determinación absoluta hacia la guerra y la destrucción del planeta. La única posibilidad es cortarle el abastecimiento de carburante. Enseguida. (…). Votas cada vez que haces compras". (WebIslam nº140. 21 de septiembre de 2001. Dario Fo, Franca Rame y Jacopo Fo. Una guerra disimulada. www.lainsignia.org).
IV.
LA APUESTA POR EL PENSAMIENTO CRÍTICO.
Desde luego que yo me defino como anticapitalista, si bien no soy de los que están dispuestos a cambiar el sistema vigente por cualquier otro, sino que propongo un cambio hacia mejor, de modo que no lo cambiaría por un modelo de sociedad como el islamismo afgano, por ejemplo… El capitalismo tiene muchas desventajas pero algunas ventajas, si bien la mayoría de los países con deuda externa sólo sufren sus desventajas y no disfrutan de sus ventajas… Por cierto, a ese respecto no estoy de acuerdo con la condonación de la Deuda, sino que preferiría que los deudores se negasen a pagar (podrían hacerlo en concepto de reparación por los daños causados por 500 años de imperialismo, colonialismo y expoliación)…
Desde luego el pensamiento crítico es una necesidad y la insistencia en ahogarlo a lo largo de la historia por todos los medios del poder revela que los dominadores siempre lo han visto como una amenaza. La racionalidad del capitalismo, la racionalidad de la ley de la oferta y la demanda, del pensamiento técnico, instrumental o mercantilista, no me parece tal, sino profundamente irracional. Puede que sea lógico el que haya que tirar fruta y verdura al mar para mantener los precios, pero desde luego no me parece racional. Y eso porque incluyo dentro de lo que puede llamarse racional algo más que lo meramente eficiente o instrumental. El pensamiento crítico se caracteriza por no adoptar posturas unilaterales, esto es, no estar ni totalmente a favor del islamismo ni del capitalismo, ni totalmente a favor de los palestinos ni de los judíos, sino levantar acta de las atrocidades y corruptelas cometidas por ambos bandos afín de luchar por retormar la dirección hacia una tercera vía entre los dogmatismos tendiendo hacia el cumplimiento del verdadero proyecto ilustrado nacido en Grecia y caracterizado por la Igualdad y por el Gobierno de la Razón.
La posibilidad tecnológica de la Web podría suponer la desmaterialización de las grandes ciudades, aberrantes conglomerados de millones de personas con cinturones de pobreza alrededor, sería algo muy positivo y nos permitiría a muchos repoblar las zonas rurales, hoy abandonadas. En las ciudades se oculta el dolor y la muerte en los grandes Hospitales, en las cárceles y en los sanatorios mentales (en este sentido haces bien al retomar a Foucault). Su paz es sólo aparente. No creo que se pueda retornar a formas de vida anteriores, para recuperar lo destruido por la mecanicación del trabajo el camino es hacia delante, no hacia atrás.
Lo que ya señalaba Deleuze, el paso de la sociedad disciplinaria a la sociedad de control (Gilles Deleuze «Posdata sobre las sociedades de control», en Revista Babel, nº 21. Buenos Aires, diciembre de 1990: "Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias". [Deleuze Pourparles. Paris Minuit 1990]. Cfr. Michael Hardt & Antonio Negri Empire. Harvard University Press 4ª, 2001; 1.2. Biopolitical production: «Biopower in the Society of Control», p.22 ss.), soluciona una objeción que se le ha hecho al Foucault de Vigilar y Castigar: un investigador pretendió desmentir a Foucault al analizar la situación de las cárceles norteamericanas en la actualidad y verificar que no hay ningún disciplinariamiento del recluso, que hoy en día, simplemente, se les encierra dentro y se impide que salgan, de modo que lo que ocurre en el interior está muy poco regulado y reglamentado. Ello nos llevaría a la idea de que tan sólo se controla el encierro, mientras que ya no se gasta energía en la represión interior, pues casi es mejor dejar que surja por sí sola. El control funciona también con la inmigración, ya que África está abandonada, simplemente se intenta que no entren en otros países, pero ya no se explota ni coloniza como antaño (aunque aún existen compañías extractoras de diamantes y petróleo a cambio de armas), sencillamente, una vez dejada una zona en condiciones lamentables, se aísla como un ghetto sumido en la violencia (suburbios estadounidenses o parisinos) y se controla que la violencia no salga de allí.
Por otra parte, respecto a la vigilancia ocular en las ciudades, hay una organización fomentada por el cantante Peter Gabriel, dedicada a realizar el contrapanópticon, es decir, dedicada a proporcionar cámaras de video a las comunidades para que puedan filmar los abusos de la policía y presentarlos como prueba ante un jurado. Luego vemos que algunas veces las armas del enemigo pueden ser utilizadas en su contra.
Habitar poéticamente el mundo, la pretensión del último Heidegger, denostador de la técnica como imposición, a mi juicio es siempre posible cuando se adquieren suficientes márgenes respecto al dominio exclusivamente laboral. Esos márgenes, yo los llamo ocio, (siempre que no se colonizan por el consumo dirigido de artículos inútiles), y se convierten en centros de creatividad. Y mejor quizá que la creatividad no se institucionalice estatalmente, ya que reglamentarla, burocratizarla y asalariarla supone destruirla. En el aspecto de la creatividad es en el único que soy liberal, el Estado que asegure las condiciones necesarias (cierta igualdad económica) para que todos puedan desarrollar, cultivar y expresar su creatividad (libertad de pensamiento y de acción).
EXTRACTOS DE PRENSA SOBRE EL ATAQUE TERRORISTA A EE.UU. Y LA SUBSIGUIENTE GUERRA EN AFGANISTÁN.
Sobre el ataque terrorista a Estados Unidos decía Alain Touraine: "Nadie espera ver flotas aéreas o marítimas enfrentarse masivamente; nadie puede localizar y describir con detalle la organización militar, los recursos económicos, el sistema de información que permiten al bando antiamericano llevar a cabo esta guerra (…). El mundo puede transformarse en un gigantesco País Vasco (…). Todos tenemos la responsiblidad de evitar un enfrentamiento cada vez más catastrófico entre un poder absoluto y unos desarraigados sin esperanza" (Alain Touraine La hegemonía de EE UU y la guerra islamista. El País 13-9-2001).
"El orden internacional post muro de Berlín, en términos de seguridad, con sus implicaciones económico-sociales, no sólo de defensa ante las amenazas, no está definido -mucho menos articulado- porque ni siquiera están identificadas las verdaderas amenazas (…) ¿Es posible avanzar por el camino de la gobernabilidad -no hablo del gobierno- de esta nueva realidad planetaria inducida por el fenómeno de la globalización de la información, la economía, las finanzas, y… ahora el terror? (…). La información es el 85% de la lucha por la erradicación de esté fenómeno. El 15% restante serían las operaciones derivadas para capturar y destruir las tramas. Lo más dramático es que la información a la que me refiero está disponible en su casi totalidad, y llegaría al máximo de eficacia si se pusiera en común por una docena de países que se consideran amigos y aliados. Pero esto no ocurre" (Felipe González Globalización del terror. El País 15-9-2001).
"¿Qué les lleva a hacerlo? Cuando la vida sólo ofrece dolor y humillación, la desesperación empuja a la venganza y a la muerte. La miseria puede convertir la vida en un infierno. En Occidente lo sabemos, pero no lo tomamos en serio. La vida también puede volverse un infierno por otras causas que los occidentales hemos olvidado: vivir bajo ocupación militar, sufrir bombardeos de castigo, padecer humillaciones diarias, ver cómo desaparece lo que daba sentido a las cosas. Esas cosas empujan a la desesperación, que es otro nombre del infierno. Para quienes hoy viven desesperados, la historia reciente viene siendo un enfrentamiento entre los occidentales poderosos y ricos, dispuestos a matar pero no a morir, y los pobres impotentes a quienes sólo cabe morir matando. Piensan que en Palestina, en Irak, en África y en otros sitios los poderosos llevamos años matando sin morir. Creen que el pasado martes, por una vez, los desesperados se tomaron la revancha al precio de morir matando. El martes también cambió nuestra visión del mundo en que vivimos. Descubrimos que los impotentes e ignorantes saben y pueden más de lo que nos habían dicho, y que quienes nos protegen saben y pueden menos de lo que pretenden (…). Occidente no va a lanzarse a un combate épico contra no se sabe muy bien quién, y, si se enfrenta con una denominación religiosa con mil millones de seguidores, cometerá un error espantoso. La vía hacia nuestra seguridad consiste en reducir el número de otros dispuestos a morir. Lograrlo no requiere resolver previamente todos los conflictos y dramas del mundo. Lo que sí exige es recrear la esperanza de que las injusticias pueden llegar a repararse. Sólo el desesperado muere matando, el que tiene esperanza prefiere vivir luchando. El gran reto de Occidente no es matar a unos centenares de asesinos suicidas; si eso es todo lo que hacemos, aparecerán otros. El reto consiste en poner fin a las situaciones que hacen surgir miles de desesperados dispuestos a morir matando. Algo que en los últimos 10 años no hemos hecho. Quizá tras el 11 de septiembre de 2001 empecemos a hacerlo" (Carlos Alonso Zaldivar Morir matando. El País 16-9-2001).
"La CNN estaba claramente cumpliendo con su deber patriótico: nuestros medios de comunicación de masas se han erigido en Ministerio de Propaganda y manipulan la rabia, la ansiedad, la credulidad, la ignorancia y la autocompasión de la opinión pública para fabricar un consenso nacional de extraordinaria crudeza, y enormes contradicciones. Fuimos atacados por ser tan buenos y generosos, además de tan ricos y poderosos (…). Por encima de todo, casi nadie ha pedido a la opinión pública que reflexione acerca de por qué la política estadounidense ha engendrado odio en otras partes del mundo (…). Aquel predecesor histórico de Estados Unidos, Roma, fue también un imperio multicultural. Su dependencia espiritual de Atenas desapareció cuando los atenienses se resignaron a la insignificancia. ¿Están renunciando los atenienses contemporáneos, los europeos occidentales, a su propia cultura política? (…). La palabra 'terrorismo' se ampliará para abarcar todo tipo de movimiento y disidencia. Pronto veremos columnistas que comparen a los manifestantes contra la globalización con la yihad islámica (…). Por el momento, ésta parece muy limitada. Sólo un miembro del Congreso, Barbara Lee (que representa a la ciudad negra de Oakland y la ciudad universitaria de Berkeley), tuvo el valor para votar en contra de otorgar poderes extraordinarios al presidente. Hay más que estarían dispuestos a manifestar su oposición y sus críticas si pudieran referirse a iniciativas europeas para formar otro tipo diferente de coalición antiterrorista, una que aspirara a poner fin a los odios etnocéntricos, la pobreza desesperada y la subyugación permanente a un mercado mundial. Nadie en Washington ha sugerido que los perpetradores de los atentados se sometan a la nueva jurisprudencia internacional que se ha iniciado en La Haya, aunque la idea parezca evidente. Los europeos podrían también hacer propuestas serias para integrar una coalición antiterrorista con la labor de las Naciones Unidas (…). Por encima de todo, ha sido escandaloso que el 89% de los encuestados respondiera 'sí' en una encuesta nacional a la pregunta de si se debían emprender acciones militares, aunque supusieran la muerte de miles de civiles inocentes" (Norman Birnbaum Atenas y Roma ¿Otra Vez?. El País 21-9-2001).
"¿Se puede invocar, como el presidente Bush, la defensa legítima de la civilización, la libertad y la democracia contra quienes siembran el terror y la muerte cuando el mismo Bush se niega a ratificar el acuerdo para la prohibición de las mortíferas minas antipersona, fomenta la busca de nuevas formas de guerra bacteriológica y destina la parte del león de su colosal presupuesto militar a la creación del escudo antimisiles -la famosa guerra de las galaxias- que, tras la carnicería organizada y perpetrada a partir del territorio norteamericano sin que la CIA, FBI y demás organismos de seguridad se enteraran, resulta tan ilusorio como un espejismo? (…). El castigo impuesto desde hace diez años al inocente pueblo de Irak –desnutrición, miseria, alta mortalidad infantil- por los crímenes y aventuras bélicas de su dictador -un dictador al que nunca eligió, del que fue su primera víctima y que para colmo sigue en su puesto- ¿va a repetirse contra otros pueblos sospechosos de albergar terroristas en virtud de la fatal ecuación musulmán = islamista? La distinción entre vasco, abertzale y etarra ¿no debería inducirnos a afinar los conceptos con respecto al Islam y los árabes? En la coalición de países defensores de la libertad y democracia justamente reclamada por Bush para acabar con el terror que hoy sacude a la sociedad norteamericana, ¿caben Estados supuestamente moderados -a menos que ser moderado equivalga a ser un buen socio económico- como Arabia Saudí, en donde la condición de la mujer no es mejor que en Afganistán, y cuya teocracia no sólo apoya al régimen talibán sino que difunde por el mundo, gracias a la renta petrolera y al control de los Santos Lugares del Islam, una versión fundamentalista de éste, por obra de imanes wahabíes de la índole del que se distinguió en Marbella por su manual de suaves consejos correctivos a las esposas desobedientes? ¿Se puede seguir guardando silencio y mirar al otro lado ante el brutal sistema de apartheid en Gaza y Cisjordania, la política de tierra quemada de Sharon, la humillación y acoso del pueblo palestino reducido en guetos infames sin comprender que ese estado de cosas prolonga sine die al conflicto y convierte a decenas de millones de jóvenes sin esperanza de futuro ni de vida decente en candidatos a la inmolación en criminales atentados suicidas? La mejor manera de derrotar al terrorismo anti-israelí ¿no sería la de eliminar las razones objetivas que favorecen la conversión de un joven en un kamikaze terrorista? La palabra terrorismo aplicada a realidades muy distintas ¿no permite todo tipo de comparaciones oportunistas como las de Piqué entre ETA y los radicales palestinos y las de Putin entre aquella y los independentistas chechenos? Desmemoriados como somos, volvamos la vista atrás: ¿no recurrieron al arma del terror los nacionalistas argelinos durante su lucha por la independencia y los fundadores del Estado de Israel hasta el día en que plasmaron su proyecto de Hogar nacional judío? Pisamos arenas movedizas y todas las precauciones que tomemos en el empleo del lenguaje serán siempre pocas" (Juan Goytisolo Preguntas, preguntas, preguntas. El País 20-9-2001).
"Ésta es una guerra contra el terrorismo, según todo el mundo, pero ¿dónde, en qué frentes, para qué fines concretos? Nadie da respuestas, excepto la vaga insinuación de que a lo que 'nos' enfrentamos es a Oriente Próximo y el Islam, y que el terrorismo tiene que ser destruido. Sin embargo, lo más deprimente es ver el poco tiempo que se emplea en intentar comprender el papel de Estados Unidos en el mundo y su implicación directa en la compleja realidad que hay más allá de las dos costas, que durante tanto tiempo han mantenido al resto del mundo extremadamente lejano y en la práctica fuera de la mente del estadounidense medio. Se podría pensar que 'América' era un gigante dormido en vez de una superpotencia casi constantemente en guerra, o en algún tipo de conflicto, en todos los dominios del Islam. El nombre y el rostro de Osama Ben Laden se han vuelto alucinantemente familiares para los estadounidenses, hasta el punto de borrar cualquier historia que él y sus tétricos seguidores puedan haber tenido (por ejemplo, como útiles reclutas en la yihad lanzada hace 20 años por Estados Unidos contra la Unión Soviética en Afganistán) antes de que se convirtieran en símbolos trillados de todo lo que resulta odioso y repulsivo para la imaginación colectiva. De forma también inevitable, las pasiones colectivas están siendo canalizadas hacia una campaña a favor de la guerra que se parece extraordinariamente a la persecución de Moby Dick por el Capitán Ahab, en vez de lo que está pasando en realidad, una potencia imperialista que ha sido herida en casa por primera vez y que persigue sistemáticamente sus intereses en lo que de pronto se ha convertido en una nueva geografía del conflicto, sin claras fronteras ni actores visibles. Se barajan símbolos maniqueos y escenarios apocalípticos, mientras a las futuras consecuencias y a la moderación retórica se las lleva el viento (…). Sin embargo, la responsabilidad intelectual exige un sentido aún más crítico de la actualidad. Naturalmente, ha habido terrorismo, y casi todos los movimientos de lucha modernos se han basado en el terror en alguna de sus etapas. Esto fue tan cierto en el caso del Congreso Nacional Africano de Mandela como en todos los demás, sionismo incluido. Y aun así, bombardear a ciudadanos indefensos con F-16 y helicópteros de guerra tiene la misma estructura y los mismos efectos que el terrorismo nacionalista más convencional. Lo especialmente malo en todo terrorismo es cuando se vincula a abstracciones religiosas y políticas, y a mitos que lo reducen todo y que se apartan de la historia y del sentido común.
Es aquí donde la conciencia seglar tiene que dar un paso adelante y hacerse sentir, tanto en Estados Unidos como en Oriente Próximo. Ninguna causa, ningún Dios, ninguna idea abstracta pueden justificar la matanza en masa de inocentes, y muy especialmente cuando sólo un pequeño grupo de personas están al cargo de estas acciones y sienten que representan una causa sin haber sido elegidas o tener un auténtico mandato para hacerlo.
Además, con tanto como se ha discutido sobre los musulmanes, no hay un solo Islam: hay varios Islam, igual que hay varios Estados Unidos. La diversidad es cierta en todas las tradiciones, religiones o naciones, aunque algunos de sus seguidores hayan intentado inútilmente trazar fronteras alrededor de sí mismos y definir claramente sus credos (…). Los atacantes suicidas de Nueva York y de Washington parecen haber sido de clase media, personas con estudios, no pobres refugiados. En lugar de conseguir unos líderes sabios que resalten la importancia de la educación, la movilización de masas y la organización paciente al servicio de una causa, los pobres y los desesperados a menudo se ven embaucados por el pensamiento mágico y las soluciones rápidas y sangrientas que ofrecen tan espantosos modelos, todo ello envuelto en paparruchadas religiosas llenas de mentiras (…). La satanización del Otro no es una base suficiente para ninguna clase de política decente, y mucho menos ahora que el enraizamiento del terrorismo en la injusticia y la miseria se pueden reconducir, y los terroristas pueden ser aislados o disuadidos con facilidad, o, si no, puestos fuera de combate. Hace falta paciencia y educación, pero la inversión compensa más que los niveles aún mayores de violencia y sufrimiento a gran escala. Las perspectivas inmediatas son de destrucción y de sufrimiento en una escala muy grande, con los artífices de la política estadounidense exprimiendo los miedos y aprensiones de sus votantes con la cínica certeza de que muy pocos intentarán una campaña contra el patriotismo inflamado y las beligerantes incitaciones a la guerra, que durante un tiempo han logrado que se pospongan la comprensión, la reflexión y hasta el sentido común. A pesar de ello, aquellos de nosotros que tenemos la posibilidad de llegar a la gente que está dispuesta a escuchar -y hay mucha gente así en Estados Unidos, en Europa y en Oriente Próximo-, por lo menos debemos intentarlo tan racional y pacientemente como sea posible" (Edward Said Pasión colectiva. El País 19-9-2001).
TERRORISMOS.
"En los años treinta y cuarenta los judíos clandestinos en Palestina eran descritos como ‘terroristas’. Después, nuevas cosas acontecieron. Para 1942, el Holocausto estaba en marcha, y cierta simpatía liberal con los judíos se había expandido en el mundo occidental. En los años 1944-1945, los terroristas de Palestina -quienes eran sionistas- comenzaron a ser descritos como ‘luchadores por la libertad’. Se pueden encontrar, en libros y carteles, las fotografías de al menos dos primeros ministros israelíes, incluyendo a Menajem Begin, con la frase: ‘terroristas, recompensa tanto’. La recompensa más elevada que he encontrado es por 100 mil libras esterlinas por la cabeza de Menajem Begin, el terrorista (…). En 1985, el presidente Ronald Reagan recibió a un grupo de hombres barbudos. Estos barbudos de los cuales yo estaba escribiendo en The New Yorker eran hombres de aspecto feroz, con turbantes, y parecían haber llegado de otro siglo. El presidente Reagan los invitó a la Casa Blanca. Tras recibirlos habló ante la prensa. Los señaló y dijo: ‘Estos son el equivalente moral de los padres fundadores de Estados Unidos’. ‘Estos’ eran los mujaidines afganos. Estaban, en aquel momento, con pistola en mano, luchando contra el ‘Imperio del Mal’ (…). El asunto del terrorismo es bastante complicado. Los terroristas cambian. El terrorista de ayer es el héroe de hoy, y el héroe de ayer se vuelve el terrorista de hoy (…). Históricamente, la experiencia de la violencia ejercida por el oponente fuerte ha hecho de las víctimas terroristas. Se sabe que los niños maltratados muchas veces se vuelven padres abusivos y adultos violentos. Eso es lo que pasa con los pueblos y las naciones. Cuando son maltratados, pegan de regreso. El terror estatal muchas veces cultiva terror colectivo. Se sabe que los judíos no cometieron terror excepto durante y después del Holocausto. Los estudios demuestran que la mayoría de los miembros de los peores grupos terroristas en Israel, Palestina, las bandas Stern e Irgun, fueron inmigrantes de los países más antisemitas de Europa del Este. Del mismo modo, los jóvenes chiítas de Líbano o los palestinos de los campos de refugiados son gente maltratada. Se vuelven muy violentos. Los ghettos se tornan violentos en su interior. Se vuelven violentos hacia el exterior cuando tienen un claro e identificado blanco externo (…). La ausencia de ideología revolucionaria es central para el terrorismo de las víctimas. Los revolucionarios no cometen terror no pensado. Aquellos que estén familiarizados con la teoría revolucionaria se saben los debates y las disputas dentro de los grupos revolucionarios en Europa, la lucha entre anarquistas y marxistas, por ejemplo. Pero los marxistas siempre han argumentado que el terror revolucionario, si alguna vez se utiliza, debe ser sociológica y psicológicamente selectivo (…). Así que la ausencia de ideología revolucionaria que se inicia más o menos en el periodo posterior a la segunda Guerra Mundial ha sido central en este fenómeno" (Eqbal Ahmad Masiosare-Rebelión El terrorismo de ellos y el nuestro. 21-10-2001: www.eurosur.org).
"Este acto terrorista tiene un carácter completamente criminal y hay que condenarlo, aunque no por razones hipócritas como hacen Blair y Bush. Los marxistas nos oponemos al terrorismo individual porque es contraproductivo y sólo es un arma que sirve a los sectores más reaccionarios de la clase dominante. Y este es un claro ejemplo: esta atrocidad sangrienta sólo será útil para las grandes empresas y el imperialismo estadounidense. Dará a Bush mano libre para hacer todo lo que quiera en Oriente Próximo y en todo el mundo. La opinión pública estadounidense ahora estará dispuesta a aceptar una política reaccionaria, dentro y fuera de sus fronteras (…). Una cosa es cierta. La consecuencia del ataque será fortalecer el imperialismo y el ala de derechas en EEUU. Una vez más vemos las consecuencias reaccionarias del terrorismo individual, que los marxistas condenamos incondicionalmente (…). El saqueo del planeta por parte de las grandes empresas ha creado una enorme miseria, guerra y caos, que ahora ha impactado en el corazón del imperialismo mundial. Esta es la verdadera causa de la actual atrocidad. El terrorismo del hambre mundial, la enfermedad, la miseria, la explotación y la opresión que atormenta a millones de hombres, mujeres y niños durante todos los días de sus vidas, es la verdadera causa de la agitación e inestabilidad que recorre el planeta al principio del siglo XXI" (Ted Grant & Alan Woods Rebelión-El Militante: Y cuando ellos crearon el desierto, le llamaron paz. 17-9-2001: www.eurosur.org).
"Entiendo la expresión ‘terrorismo’ exactamente en el sentido definido en los documentos oficiales de EE.UU: ‘el uso calculado de la violencia o de la amenaza de la violencia para obtener objetivos que son de naturaleza política, religiosa, o ideológica. Esto es realizado a través de la intimidación, la coerción, o infundiendo miedo’.
Según esta definición -enteramente apropiada-, el reciente ataque contra EE.UU. es ciertamente un acto de terrorismo, en todo caso, un horrendo crimen terrorista. En todo el mundo es difícil encontrar algún desacuerdo al respecto, ni debiera haberlo.
Pero fuera del significado literal del término, como acabo de citar de documentos oficiales de EE.UU., también hay un uso propagandístico, que por desgracia es el habitual el término ‘terrorismo’ es utilizado para referirse a actos terroristas cometidos por enemigos contra nosotros o nuestros aliados. El politólogo Michael Stohl tiene toda la razón cuando escribe que ‘debemos reconocer que por convención -y hay que subrayar que es sólo por convención- se describe normalmente el gran uso de poder y la amenaza del uso de la fuerza como diplomacia coercitiva y no como una forma de terrorismo’, aunque comúnmente implica ‘la amenaza y a menudo el uso de violencia para lograr lo que se describiría como propósitos terroristas, si no fuera porque las grandes potencias siguen exactamente la misma táctica’ (…).
Considerando estas convenciones, incluso la misma gente y sus acciones pueden pasar rápidamente de ser ‘terroristas’ a ser ‘combatientes por la libertad’ y viceversa. Esto ha estado sucediendo justo al lado de Grecia en los últimos años. El ELK-UCK fue oficialmente condenado por EE.UU. como ‘terrorista’ en 1998, por sus ataques contra la policía y los civiles serbios, en un esfuerzo por provocar una reacción desproporcionada y brutal de Serbia, como declararon abiertamente. Todavía en enero de 1999, los británicos -el elemento más agresivo en la OTAN al respecto- pensaban que el ELK- UCK era responsable por más muertes que Serbia, lo que es difícil de creer, pero por lo menos nos dice algo sobre las percepciones a los niveles superiores de la OTAN. Si uno puede confiarse en la voluminosa documentación suministrada por el Departamento de Estado, la OTAN, la OECD, y otras fuentes occidentales, nada cambió en la práctica en el terreno hasta el retiro de los inspectores del KVM (Misión de Verificación OSCE para Kosovo) y los bombardeos de fines de marzo de 1999. Pero las políticas cambiaron: EE.UU. y Gran Bretaña decidieron lanzar un ataque contra Serbia, y los ‘terroristas’ se convirtieron instantáneamente en ‘combatientes por la libertad’. Después de la guerra, se volvieron ‘terroristas’, ‘bandidos’ y ‘asesinos’, cuando realizaron acciones similares en Macedonia, un aliado de EE.UU (…).
Debiera ser innecesario señalar que el terrorismo masivo es un instrumento habitual de los estados poderosos, como indica Stohl. Algunos casos no son ni siquiera controvertidos. Tomemos la guerra de EE.UU. contra Nicaragua, que dejó decenas de miles de muertos y el país en ruinas. Nicaragua apeló a la Corte Internacional de Justicia, la que condenó a EE.UU. por terrorismo internacional (‘el uso ilegal de la fuerza’), ordenando que desistiera y que pagara considerables reparaciones. EE.UU. respondió a la decisión de la Corte escalando considerablemente la guerra, y vetando una resolución del Consejo de Seguridad llamando a todos los estados a respetar la ley internacional. La escalada incluyó órdenes oficiales de atacar ‘objetivos blandos’, objetivos civiles indefensos, como colectivos agrícolas y clínicas sanitarias- y de evitar el ejército nicaragüense. Los terroristas pudieron implementar esas instrucciones, gracias al control total del espacio aéreo nicaragüense por EE.UU. y al moderno equipo de comunicación que les fue suministrado por sus supervisores (…).
Pero la guerra terrorista de EE.UU. no fue ‘terrorismo’, fue ‘contraterrorismo’ según los estándares doctrinarios. Y los estándares de EE.UU. dominan en gran parte del mundo (…).
12. ¿Está usted de acuerdo con la opinión de que el mundo cambió el 11 de septiembre de 2001?
Sin duda alguna. La historia de Europa y de su vástago estadounidense está jalonada por la realización de crímenes atroces contra otros – o de matanzas mutuas, como en la guerra civil de EE.UU. o en las guerras europeas. Es la primera vez que los cañones han apuntado en la dirección opuesta, o por lo menos de alguna manera importante. Congo no atacó a Bélgica, o India a Inglaterra, o Argelia a Francia, o México o Filipinas a Estados Unidos. Las atrocidades del 11 de septiembre fueron únicas, no -por desgracia- por su dimensión, sino por el objetivo (…).
14. ¿Es peligroso el Islam para la civilización occidental o constituye el modo de vida occidental una amenaza para la humanidad?
La pregunta es demasiado amplia y vaga para que pueda responderla. Debiera quedar en claro, sin embargo, que EE.UU. no considera al Islam como un enemigo, o viceversa. El estado musulmán más poblado del mundo, Indonesia, ha sido un favorito de EE.UU. desde que el ejército tomó el poder en 1965, organizando una matanza que la CIA comparó con los crímenes de Hitler, Stalin y Mao, y provocando con ella una euforia ilimitada en Occidente, que continuó apoyando al asesino masivo a cargo, mientras acumulaba crímenes contra los derechos humanos que superaban todo lo ocurrido a fines del siglo XX. El estado islámico más extremo, fuera de su retoño talibán, es Arabia Saudita, un cliente de EE.UU. desde su concepción. En los Balcanes, por razones que no podemos analizar ahora, EE.UU. decidió apoyar a los musulmanes contra los cristianos. En los años 80, un objetivo primordial de las guerras terroristas de EE.UU. en América Central, que causó cientos de miles de muertos y dejó a cuatro países en ruinas, fue la iglesia católica, que había cometido el terrible pecado de adoptar "la opción preferencial por los pobres." El "modo de vida occidental" incluye una gran variedad de elementos, muchos altamente admirables, muchos adoptados con entusiasmo por el mundo islámico, muchos criminales, y que constituyen incluso una amenaza para la supervivencia humana.
En lo que respecta a la "civilización occidental," tal vez podríamos adherirnos a las palabras atribuidas a Gandhi cuando se le preguntó qué pensaba de la "civilización occidental": dijo que podría ser una buena idea" (Noam Chomsky Entrevista nº5. Zmagazine 11-10-2001, . Título original: Chomsky interview 5. Link: http://www.zmag.org./chomsky_interview_5.htm. Traductor: Germán Leyens).
LA YIHAD ISLÁMICA.
"La jihad, que ha sido traducida miles de veces como ‘la guerra santa’, no es precisamente eso. Jihad es una palabra árabe que significa "luchar". Podría ser luchar con violencia o luchar con medios no violentos. Hay dos maneras, la pequeña jihad y la gran jihad. La pequeña jihad implica violencia. La gran jihad implica las luchas con el ser. En términos prácticos, en la historia islámica, la jihad, como un fenómeno violento internacional, había desaparecido desde hace 400 años. De pronto fue revivida con ayuda estadunidense en los ochenta. Cuando la Unión Soviética intervino en Afganistán, Zia ul-Haq, el dictador militar de Pakistán, vio una oportunidad y lanzó una jihad contra el comunismo sin Dios. Estados Unidos vio una oportunidad enviada del cielo para movilizar a mil millones de musulmanes contra ‘el Imperio del Mal’. El dinero comenzó a fluir. Los agentes de la CIA comenzaron a recorrer el mundo musulmán reclutando personas para luchar en la gran jihad. Bin Laden fue uno de los primeros reclutas. No sólo era árabe. También era saudita. No sólo era saudita. También era un multimillonario, dispuesto a aportar dinero. Bin Laden anduvo reclutando gente para la jihad" (Eqbal Ahmad Masiosare-Rebelión El terrorismo de ellos y el nuestro. 21-10-2001: www.eurosur.org).
DOBLE RASERO O DOBLE VERDAD DE LOS USA Y OCCIDENTE.
"Por lo tanto, ¿cuál es mi recomendación para Estados Unidos? Primero, evita los extremos de los dobles estándares. Si vas a practicar dobles estándares, te pueden pagar con dobles estándares. No consientas el terror israelí, el paquistaní, el nicaragüense, el salvadoreño, por un lado, y después te quejes del terror afgano o del palestino. No funciona. Trata de ser justo. Un superpoder no puede promover el terror en un lugar y razonablemente esperar desincentivar el terrorismo en otro lugar. No funcionará en este encogido mundo. No consientas el terror de tus aliados. Condénalos. Lucha contra ellos. Castígalos. Por favor evita las operaciones encubiertas y la guerra de baja intensidad. Estos son campos de cultivo del terror y las drogas. Donde sea que ha habido operaciones encubiertas, ha habido un problema central de drogas. Evítalo. Déjalo. Por favor enfócate en las causas y ayuda a aminorarlas. No te concentres en las soluciones militares. El terrorismo es un problema político. Busca soluciones políticas. Tomemos el ejemplo del último ataque sobre Bin Laden. No sabes qué estás atacando. Ellos dicen que saben, pero no saben. Estaban tratando de matar a Kadafi. Mataron a su hija de cuatro años. La pobre niña no había hecho nada. Kadafi está vivo. Trataron de matar a Saddam Hussein. Mataron a Laila Bin Attar, una celebrada artista, una mujer inocente. Trataron de matar a Bin Laden y sus hombres. No una, sino 25 personas murieron. Trataron de destruir una fábrica de armas químicas en Sudán. Ahora admiten que destruyeron una inocente fábrica. La mitad de la pro- ducción de medicinas de Sudán fue destruida, no una fábrica de armas químicas. No sabes. Piensas que sabes. Cuatro de tus misiles cayeron en Pakistán. Uno estaba ligeramente dañado, dos completamente dañados y uno intacto. Durante 10 años, el gobierno estadunidense ha mantenido un embargo tecnológico sobre Pakistán porque mi país intenta construir armas nucleares y misiles. ¿Qué creen que le dijo un funcionario paquistaní al Washington Post? Dijo que era un regalo de Alá. Queríamos tecnología estadunidense. Ahora la tenemos, y nuestros científicos están examinando este misil muy cuidadosamente. Cayó en las manos equivocadas. Así que no hagan eso. Por favor ayuden a fortalecer el marco de la legislación internacional. Había una corte criminal en Roma. ¿Por qué no acudieron a ella primero para obtener su orden judicial contra Bin Laden, si tienen evidencia? Obtengan una orden judicial y después persíganlo. Respeten a la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas". (Eqbal Ahmad Masiosare-Rebelión El terrorismo de ellos y el nuestro. 21-10-2001: www.eurosur.org).
"Y también está Irak. Ninguno de los argumentos normalmente utilizados para el continuo bombardeo y bloqueo de Irak tienen validez. La noción de que las crueldades de Sadam sean únicas, es una ficción abyecta. Los generales turcos, estimados miembros de la OTAN, han matado 30.000 kurdos en la última década y les han denegado el uso de su propio idioma. ¿Modernidad responsable? Sadam nunca intentó una semejante aniquilación cultural. El reino saudí ni siquiera pretende respetar los derechos humanos, su trato de las mujeres no hubiera sido aceptable ni siquiera en la Rusia medieval. Y en lo que se refiere a las armas nucleares, el agresivo inspector de Unscom, Scott Ritter, insiste en que no pueden ser toleradas. Israel, sin embargo, posee armas nucleares, sin sanción alguna. Dobleces de este tipo y a una semejante escala, llevan a los jóvenes a la desesperación" (Tariq Ali The Independent-Rebelión Sí, existe una alternativa efectiva al bombardeo de Afganistán. 15-10-2001: www.eurosur.org).
(ENTREVISTA A G. SARTORI, EL PAÍS 8 DE ABRIL DE 2001).
"En todo caso, si usted habla de religión, hay diferencias. La comunidad pluralista es para mí esa 'buena sociedad' que se caracteriza por que, dentro de la diversidad, genera consenso e integración. Si nuestra civilización, la democrática liberal, se basa en convicciones realistas que preceden a las construcciones constitucionales y que son, por medio de la tolerancia, la columna vertebral de nuestro sistema de creencias. Este sistema es hoy perfectamente ajeno a las creencias religiosas. Con esta premisa, digo que las dos cuestiones están en plantearse si los inmigrantes que llegan desde el sur a Italia y España son gentes fáciles de integrar y, sobre todo, si tienen la voluntad de integrarse. Yo creo que no tienen ningún deseo de integrarse salvo excepciones. E incluso si desearan hacerlo serían los más difíciles de integrar, ya que su sistema de creencias y de valores difiere totalmente del nuestro" (Entrevista a G. SARTORI, El País 8 de abril de 2001).
"No hago nunca consideraciones étnicas. Si las hiciera, daría igual que fueran chinos, indios u otros. Son tan diferentes como los otros y, sin embargo, no crean reacciones xenófobas. Se trata de un problema cultural, político y ético. Si fuera étnico serían rechazados todos por igual. Pero el rechazo y la reacción la genera culturalmente el islam, que es una religión pública, no privada, una religión muy fuerte y autoafirmativa. Las religiones sincretistas son privadas y no afectan a la cosa pública. Pero el islam, que pasa ahora con un fuerte renacimiento, es, yo diría hoy que absolutamente, al cien por cien, incompatible con la sociedad pluralista y abierta en Occidente. Aunque los islamistas son muy diferentes entre sí, ellos tienen un concepto del mundo propio que nada tiene que ver con el colectivo de individuos con una base común, como somos las sociedades occidentales. Los principios de las dos culturas son antagónicas y son ellos los que nos consideran a nosotros los infieles aunque estén aquí (en Europa), no nosotros a ellos" (Sartori Ibid.).
"No es fragmentación, es algo mucho peor, es la disolución balcánica de nuestras cualidades pluralistas. Lo que es muy posible. La sociedad abierta, como contraposición a la cerrada, ya no es la que nos conceptuaba Popper. Se trata de establecer cuán abierta puede ser una sociedad abierta para seguir siéndolo. Se trata de poder definir el valor de la diversidad, la solidez del pluralismo, la importancia de la tolerancia. El pluralismo tiene una larga historia en Occidente. Comienza al final de las guerras religiosas del XVII. Entonces comienza a cuajar el concepto de que la diversidad no es dañina, sino un valor añadido, y a partir de ahí se desarrollan la tolerancia, el consenso y el pluralismo, sobre estas piezas se ha de basar la sociedad abierta para que no se colapse. Estas nociones no son infinitamente elásticas. La apertura total que supone la entrada indiscriminada de todo aquel que quiera hacerlo nos deja sin espacio ni para respirar, pero además supone la entrada de fuerzas culturales ajenas y enemigas al sistema pluralista nuestro" (Sartori Ibid.).
"Hay tres criterios para establecer la supervivencia en diversidad. El primero es la negación del dogmatismo, es decir, precisamente todo lo contrario que predica el islam. Cualquier cosa que uno haga tiene que ser explicada por argumentos racionales. Todo acto tiene que ser explicado. No vale eso de que Dios lo dice, o que es así. El segundo es que ninguna sociedad puede dejar de imponer el principio de impedir el daño y esto supone que todas nuestras libertades siempre acaban donde supondrían un daño o peligro de daño al prójimo. Y el tercero y quizás más importante es el de la reciprocidad. La reciprocidad dentro de la doctrina de la tolerancia supone que no podemos ser tolerantes con la intolerancia. Yo soy tolerante como anfitrión, pero tú tienes que serlo asimismo desde tu papel de huésped. La religión católica ha sido durante mucho tiempo muy intolerante, hoy no se lo puede permitir. Aunque muchas veces quisiera. Ya ha perdido para siempre la ocasión de serlo. Pero el islam sigue pensando en el poder de la espada. Y la obligación en estas religiones es distinta. A la Iglesia católica no le gusta que se vayan sus creyentes, pero se tiene que aguantar. La islámica no te lo permite" (Sartori Ibid.)..
Sartori afirma que el pluralismo, por medio de una integración voluntaria y racional, suma valores, mientras el multiculturalismo fracciona y fragmenta, crea pequeñas sociedades cerradas, de necesidad identitaria en las que ya se disuelve la premisa de que todos los ciudadanos son iguales y liquida así la ciudadanía, balcaniza.
"La reciprocidad supone que, si entras en un país que no es el tuyo y te beneficias de ello, considerando que no se te ha obligado a acudir al mismo, entonces debes atenerte a los valores básicos de la sociedad que te acoge. Si no lo aceptas, no es que yo te vaya a echar, pero no te hago ciudadano con los mismos derechos de un país cuyas reglas no aceptas" (Sartori Ibid.).
El lugar principal de la integración habría de ser la escuela pública: "En la escuela. Es ahí donde la segunda generación debe completar una integración que para la primera es imposible por su procedencia y nivel cultural" (Sartori Ibid.).
"Creo que hay mucho militante antirracista que genera mucho racismo. Y creo que mucho político debería tener más en cuenta la ética de la responsabilidad frente a la fácil ética de los principios. Cualquiera puede ser bueno en sus intenciones. Pero quien no sea responsable en el ejercicio público y político, quien no tenga en cuenta cuáles pueden ser las consecuencias de sus propias acciones, es un irresponsable ante sus votantes, ante la sociedad entera y finalmente también ante los propios inmigrantes" (Sartori Ibid.).
Simón Royo Hernández
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