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Presidentes de Venezuela (página 3)

Enviado por paola


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En junio de 1886 regresa al Táchira, acompañando las fuerzas invasoras de los generales Segundo Prato, Buenaventura Macabeo Maldonado y Carlos Rangel Garbiras quienes, una vez más, enarbolan la bandera autonomista frente a los atropellos del gobernador de la sección Táchira del gran estado Los Andes, general Espíritu Santo Morales. Le toca derrotar al coronel Evaristo Jaimes en Capacho Viejo y al propio gobernador Morales en Rubio. Ascendido al grado de general, Cipriano Castro comienza a destacarse dentro de la política local del gran estado Los Andes. Según lo refiere la tradición histórica, es durante el entierro de Evaristo Jaimes, quien había muerto en el combate, cuando conoce a Juan Vicente Gómez, su futuro compadre y compañero de aventuras. En 1888, cuando Carlos Rangel Garbiras es designado presidente del gran estado Los Andes, Castro accede a la gobernación de la sección Táchira, posición desde la cual se hace de una mayor clientela. Su fama sigue en ascenso cuando, en 1890, se encarga de la Comandancia de Armas y posteriormente, cuando es electo diputado por la sección Táchira al Congreso Nacional. Para la fecha, ya ha forjado estrecha amistad con Juan Vicente Gómez. La actuación de Castro en el Parlamento lo da a conocer en los cenáculos de mayor audiencia nacional y le permite vincularse al círculo del entonces presidente Raimundo Andueza Palacio, de cuya causa continuista se convierte en entusiasta seguidor. Con el objeto de apoyar de manera efectiva el proyecto de Andueza, regresa al Táchira en marzo de 1892. Merced a la colaboración de Juan Vicente Gómez, Emilio Fernández y Francisco antonio Colmenares Pacheco, organiza un ejército para enfrentarse a la Revolución Legalista que se ha fomentado en todo el país contra la política oficial.

Realiza entonces una campaña militar que comienza por la derrota de 2.000 hombres mandados por Espíritu Santo Morales y Eliseo Araujo. Luego de exitosos combates en Palmira y San Juan de Lagunillas, entra a Mérida con la intención de marchar hacia Caracas, pero el avance de Joaquín Crespo contra las tropas anduecistas, indicativo de una masiva victoria de la revolución, lo obliga a abandonar. Marcha al exilio y permanece 7 años (1892-1899) en la hacienda Los Vados, en las cercanías de Cúcuta, mientras Juan Vicente Gómez se establece en una finca vecina. Desde el ostracismo, contempla la descomposición del liberalismo tradicional y desarrolla una activa campaña publicitaria, con el objeto de presentarse como una opción política ante la crisis nacional. Ya a mediados de 1898, el partido castrista se moviliza en todo el Táchira en procura de mayores apoyos para su líder, cuyo nombre sugiere para la presidencia del estado. A medida que aumenta la desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio Andrade, crece el dinamismo de los partidarios de Castro, que a la postre se convierten en Comité Revolucionario. A principios de 1899 se aproxima a Rangel Garbiras, quien también se encontraba exiliado, buscando una acción conjunta, pero no se logra el acuerdo entre ambos hombres. Castro resuelve entonces organizar un movimiento revolucionario bajo su comando exclusivo, con la colaboración de Juan Vicente Gómez, Manuel Antonio Pulido, Froilán Prato, Emilio Fernández, Régulo Olivares y Santiago Briceño Ayesterán, entre otros oficiales de confianza. Así forja la Revolución Liberal Restauradora, que comienza con la invasión del territorio nacional, el 23 de ma -yo de 1899. En adelante, Castro realiza una campaña en la cual destacan los siguientes hechos armados: Tononó (24.5.1899), Las Pilas (27.5.1899), El Zumbador (9.6.1899), Cordero (28.6.1899), Tovar (6.8.1899), Parapara (26.8.1899), Nirgua (2.9.1899) y Tocuyito (14.9.1899). El presidente Andrade abandona el país por el incontenible avance del «Restaurador», quien entra a Caracas el 22 de octubre de 1899 para convertirse en primer magistrado hasta diciembre de 1908. Durante su gobierno se destacan: la Revolución Libertadora (1901-1903); el bloqueo de las armadas de Inglaterra, Alemania e Italia a los puertos venezolanos (diciembre 1902-febrero 1903) que motivó la célebre proclama «Venezolanos, la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria»; los juicios contra varias de las empresas extranjeras que operaban en el país; el movimiento de La Aclamación (1906) y La Conjura (1907). En las manos de Castro se liquidan los centros dispersos de poder político y se prepara el advenimiento de un gobierno plenamente autoritario. Pero, a la vez, protagoniza un proceso de deterioro moral que trastorna la marcha del gobierno, provoca la escisión entre sus partidarios y origina fuertes reacciones de gobiernos extranjeros. Debido a su salud minada por toda clase de excesos, Cipriano Castro viaja a Europa en noviembre de 1908 con el objeto de someterse a una riesgosa operación quirúrgica en Alemania, dejando en el poder transitoriamente al vicepresidente de la República, general Juan Vicente Gómez.

El mandatario encargado se aprovecha de las circunstancias para efectuar un incruento golpe de Estado, el 19 de diciembre de ese año. Inmediatamente después de su caída, Cipriano Castro sufre el acoso de las potencias resentidas por la política que sostuvo durante 8 años. Los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Holanda se coligan con el objeto de impedir su retorno a Venezuela. De esta manera se consolida el régimen gomecista, mientras el «peligroso» viajero deambula sin fortuna por las islas vecinas. Como carece de apoyos para una invasión armada, se marcha a Madrid para luego convalecer de su operación en París y en Santa Cruz de Tenerife. A fines de 1912 pretende pasar una temporada en Estados Unidos, pero es apresado y vejado por las autoridades de inmigración y obligado a marcharse en términos perentorios (febrero 1913). Por fin se establece en Santurce, Puerto Rico (1916), constantemente vigilado por los agentes enviados por Juan Vicente Gómez. En 1917 se le aproximan representantes del Gobierno norteamericano, disgustados por la neutralidad gomecista durante la Primera Guerra Mundial, con el objeto de atraerlo para una posible reacción contra el Gobierno venezolano; pero el exiliado rehúsa las ofertas de la Casa Blanca. En la historiografía venezolana, Cipriano Castro es conocido también bajo el apodo de el Cabito, traducción del apodo de le petit caporal con el cual se designaba a Napoleón, personaje que Castro muchas veces pretendió emular. El Cabito fue también el título de una célebre novela de Pedro María Morantes, Pío Gil (1909) que satirizó duramente al régimen de la Restauración Liberal. Sus restos reposaron en el cementerio de San Juan de Puerto Rico hasta el 25 de mayo de 1975, cuando fueron repatriados e inhumados en un mausoleo de su pueblo natal. (Fuente: Enciclopedia Polar).

Juan Vicente Gómez

Hacienda La Mulera (Edo. Táchira) 24.7.1857 _ Maracay (Edo. Aragua) 17.12.1935Jefe militar, hombre de Estado, presidente de la República desde el 19 de diciembre de 1908 hasta el 17 de diciembre de 1935. Fueron sus padres Pedro Cornelio Gómez y Hermenegilda Chacón Alarcón. Pedro Cornelio Gómez era hijo de Ana Dolores Gómez Nieto y de José del Rosario García Bustamante, quien le donó la hacienda La Mulera de la cual era propietario así como de la hacienda La Isla, heredadas a su vez de su padre, el capitán Eleuterio García Rovira, quien las había obtenido en pago de sus haberes militares por sus servicios en la Guerra de Independencia.

Del matrimonio de Pedro Cornelio Gómez con Hermenegilda Chacón Alarcón hubo 13 hijos, de los cuales murieron a temprana edad 4, siendo los otros: Juan Vicente, Indalecia, Juan Crisóstomo, Elvira, Regina, Ana, Pedro, Emilia y Aníbal. En enero de 1875, Pedro Cornelio Gómez fue designado presidente del Concejo Municipal del distrito Bolívar del estado Táchira y falleció el 14 de agosto de 1883, asumiendo su hijo Juan Vicente desde entonces la representación de la familia y la dirección de sus negocios agrícolas y pecuarios.En junio de 1886, se ve conmovido el Táchira por el enfrentamiento entre 2 fracciones del Partido Liberal Amarillo que se disputan el Gobierno regional. Una expedición revolucionaria encabezada por los generales Segundo Prato y Buenaventura Macabeo Maldonado y por el coronel Cipriano Castro invade el Táchira con el propósito de asaltar la plaza de Capacho Viejo y enfrentarse a las tropas que comandan los generales Espíritu Santo Morales y Evaristo Jaimes; este último, de quien Gómez es compadre, muere en la acción y Juan Vicente Gómez viaja desde La Mulera al campamento de los revolucionarios con el propósito de reclamar el cadáver para darle sepultura; allí conoce a Cipriano Castro y establece amistad con él, vínculo que al correr del tiempo, se consolida cuando Gómez hace a Castro padrino de uno de sus hijos. El historiador Antonio Dávila, al referirse a esta etapa de la vida de Juan Vicente Gómez (1886-1892), anota que «…en los pueblos de San Antonio, Capacho, Lobatera y Táriba no habían familias de mayor pujanza que los Gómez, los Castro y los Bello. A la casa de La Mulera subían las familias de San Antonio: los Prato, los Maldonado, los García, los Merchán, los Cuberos, los Acero, los Galavís; o bajaban de Capacho: los Castro, los Cárdenas, los Velasco, los Jaimes, los Pernía, y pasaban allí horas o días de esparcimiento, donde eran atendidos de la manera más cordial, primero por don Pedro Cornelio y luego por su hijo Juan Vicente…»En 1892, Venezuela se ve nuevamente envuelta en una gran crisis política y en la guerra civil provocada por la aspiración continuista del presidente Raimundo Andueza Palacio, quien pretende aprovechar la aprobación de una reforma constitucional que amplía la duración del período presidencial para permanecer en el ejercicio de la presidencia y no convocar a elecciones. El ex presidente Joaquín Crespo enarbola entonces la bandera de la constitucionalidad y con el nombre de Revolución Legalista, se alza en armas en tierras del Guárico.

El general Cipriano Castro, que representaba al Táchira en la Cámara de Diputados, ha cultivado la amistad del presidente Andueza quien, ante el estallido de la rebelión legalista en los Andes, le confía el mando de una expedición que debe ir a defender su gobierno en tierras andinas. Castro, al llegar al Táchira y antes de emprender sus acciones contra las tropas revolucionarias que comandan Espíritu Santo Morales y Eliseo Araujo, le ofrece a Juan Vicente Gómez una alta posición en su Estado Mayor con el propósito de encargarlo de la logística del ejército y le da el rango de coronel. El triunfo de la Revolución Legalista y la huida del presidente Andueza Palacio obligan a Castro y Gómez a marchar al exilio a Colombia, estableciéndose en 2 haciendas cercanas a la raya fronteriza con Venezuela, desde donde continúan sus labores del campo y sus empresas políticas. En el exilio permanecerán desde 1892 hasta el 23 de mayo de 1899.En los años finales del siglo XIX atraviesa Venezuela por una etapa de grandes dificultades políticas y económicas, siendo Ignacio Andrade presidente de la República; el alzamiento del general José Manuel Hernández; la muerte de Crespo en el campo de batalla y la rebelión del general Ramón Guerra fueron causas que el general Cipriano Castro creyó suficientes para alzarse en armas en tierras del Táchira, el 23 de mayo de 1899, con el propósito de tomar a Caracas y establecer un gobierno que bautiza con el nombre de liberal restaurador. Juan Vicente Gómez lo acompaña en esta nueva expedición militar, pero ya con el rango de general y como segundo jefe expedicionario. Durante sus 7 años de exilio en Colombia lo acompañó Dionisia Bello, tachirense, nativa de Capacho y con quien procreó 7 hijos: José Vicente, Josefa, Alí, Flor de María, Graciela, Servilia y Gonzalo. La marcha del ejército de la Revolución Liberal Restauradora dura 5 meses, atravesando el territorio de los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Yaracuy y Carabobo, haciendo su entrada triunfal a Caracas en la tarde del 22 de octubre de 1899. Durante este recorrido, Gómez tuvo a su cargo la organización de las tropas y su dotación de municiones y alimentos, apareciendo como fiador personal de las provisiones que le cedían los comerciantes al paso de los pueblos del camino.

Durante las primeras semanas de la instalación del gobierno de la restauración liberal, Gómez permanece en las filas del ejército, atendiendo de manera especial los numerosos casos relacionados con los expedicionarios tachirenses que desean regresar a su tierra. A comienzos de diciembre de 1899 es designado gobernador del Distrito Federal en sustitución del general Julio Sarría Hurtado, cargo en el que permanece 2 meses, siendo sustituido por el general Emilio Fernández. La situación en el Táchira se torna difícil para el nuevo gobierno, pues aún permanecen al frente del Ejecutivo regional los generales Juan Pablo Peñaloza y Joaquín Corona, representantes del desaparecido gobierno de Andrade. El 2 de marzo de 1900 Juan Vicente Gómez llega al Táchira con el carácter de jefe civil y militar y en su saludo de bienvenida anuncia que regresa a su tierra nativa con el propósito de «regularizar la administración» e invita a los tachirenses a colaborar «en la hora de las reparaciones»; una vez cumplida su misión, regresa a Caracas a comienzos de 1901. La Asamblea Nacional Constituyente que se reúne en Caracas en febrero de 1901 para sancionar una nueva Constitución, dicta un decreto organizando provisionalmente la República y nombra al general Cipriano Castro, presidente de la República, al general Ramón Ayala, primer vicepresidente y al general Juan Vicente Gómez, segundo vicepresidente.La situación de Venezuela durante los 2 primeros años del siglo XX era de tal manera crítica en el orden político y social, que una sucesión de motines, la aparición de guerrillas en diversas regiones del país y el descontento de los liberales amarillos y de los nacionalistas por la nueva organización gubernamental, eran el prólogo de una nueva guerra civil.

En diciembre de 1901, el alzamiento del general Luciano Mendoza, en tierras de Aragua fue la señal de que se iniciaba la Revolución Libertadora que lograría congregar un ejército de 16.000 hombres, organizada y financiada, con apoyo económico de la New York and Bermudez Company, por el banquero y político liberal general Manuel Antonio Matos y cuyos cuerpos regionales estaban comandados en el centro del país por los generales Luciano Mendoza, Antonio Fernández y Luis Loreto Lima; en el oriente, por los generales Domingo Monagas, Nicolás Rolando, Zoilo Vidal y Horacio Ducharne y en occidente, por los generales Gregorio Segundo Riera, Amábile Solagnie, Juan Pablo Peñaloza y Rafael Montilla. La Revolución Libertadora constituyó la empresa revolucionaria más poderosa desde los años de la Guerra Federal. Para que se enfrentara al general Mendoza, el presidente Castro designó el 20 de diciembre de 1901 al general Juan Vicente Gómez con el grado de general de división. Gómez derrota a Mendoza en el sitio de La Puerta y una segunda vez en el Paso de Esteves; al general Antonio Fernández en un nuevo encuentro en La Puerta; luego se dirige a los llanos de Cojedes para presentar batalla al general Luis Loreto Lima en Tinaco, derrotándolo; Lima muere a consecuencia de las heridas recibidas. El 26 de febrero de 1902 regresa Gómez a Caracas, después de 65 días de campaña y el 17 de marzo, el presidente Castro lo nombra delegado nacional en los estados Lara, Falcón, Zulia, Yaracuy, Trujillo, Mérida y Táchira y le confía la empresa de enfrentarse a la Revolución Libertadora que se ha apoderado de los estados del norte de occidente. Riera y Peñaloza cuentan con una organización militar y unos recursos superiores a los que poseían Mendoza y Fernández y frente a la importancia de la misión que se le ha confiado, Gómez encomienda a los generales Régulo Olivares y Luis Valera, realizar maniobras de distracción simulando estar empeñados en la defensa de Coro, mientras marcha sobre el campamento de Urucure en donde, el 16 de abril, sorprende y derrota a los jefes revolucionarios. El 26 del mismo mes, llamado por Castro, regresa a Caracas, mientras Riera y Peñaloza reagrupan sus fuerzas y atacan Coro, ciudad que toman después de muchas horas de combate, cayendo prisioneros los generales Ramón Ayala y Arístides Tellería y consolidándose el frente revolucionario en todo el norte y centro del occidente del país. La Revolución Libertadora también se apodera de la región oriental, organizando un ejército de 8.000 hombres y en espera del desembarco del general Matos. El 29 de abril, el presidente Castro designa jefe expedicionario del Ejército de Oriente al general Gómez, quien se embarca en La Guaira y el 3 de mayo, en unión del general José Antonio Velutini, sitia y ocupa la ciudad de Cumaná. El día 6, Gómez y Velutini atacan la plaza de Carúpano, en donde está atrincherado el general Nicolás Rolando, pero los revolucionarios logran rechazar los repetidos ataques con fuertes pérdidas para las tropas del Gobierno; en los asaltos finales a la plaza, Gómez recibe una herida en una pierna que le imposibilita para seguir dirigiendo la acción, siendo trasladado el 16 de ese mismo mes de mayo a Caracas.

Velutini se encarga entonces de la jefatura del ejército de oriente. Por los mismos días, el general Ramón Cecilio Farreras, segundo jefe de la guarnición de Ciudad Bolívar, al grito de «mueran los andinos», entrega la plaza a la revolución y con ella, todo el control de Guayana, fortaleciendo las posibilidades de un inminente triunfo nacional. Solamente quedan en poder del Gobierno los estados Miranda, Aragua y Carabobo, pero con la presencia de numerosas guerrillas revolucionarias, y los estados Trujillo, Zulia, Mérida y Táchira. El 5 de julio de 1902 el presidente Castro dirige una alocución al país y anuncia que ha encargado de la presidencia de la República al general Juan Vicente Gómez, en su condición de segundo vicepresidente y que marcha al oriente, al frente de una expedición militar para destruir a la revolución en sus propios campamentos. El objetivo verdadero era el de impedir que el ejército oriental llegara a unirse en los límites entre Aragua y Guárico con el ejército revolucionario de occidente. Fracasada la maniobra de Castro por los desastres que sufrieron los ejércitos del Gobierno en Guanaguana y Aragua de Barcelona, antes de que pudiera iniciar su ofensiva, el presidente decide regresar al centro del país para esperar los ejércitos revolucionarios ya unidos, que tienen como objetivo la toma de Caracas. Castro decide instalar su comando y presentar la batalla en la ciudad de La Victoria, capital para entonces del estado Aragua. Sus tropas suman 8.000 hombres y lo acompañan los generales Diego Bautista Ferrer, Leopoldo Baptista, Emilio Rivas, Manuel Salvador Araujo, Régulo L. Olivares, Pedro María Cárdenas, Rufo Nieves, J.B. Bravo Cañizales, Francisco Linares Alcántara, hijo y el vicepresidente Gómez que, al comienzo de la batalla, anuncia desde Caracas al general Castro que «…debo salir yo con 1.000 hombres que tengo disponibles…», y ante un posible asalto revolucionario en el camino entre Caracas y La Victoria, le dice que «…con el parque que llevo trituro a todo el que se me atraviese y le caigo al enemigo por retaguardia, dominándolo…» La batalla de La Victoria es la más importante en la historia de las guerras civiles venezolanas, por el número de soldados combatientes, por el moderno armamento que utilizaron ambos ejércitos y por su duración, pues se inició el 12 de octubre y finalizó el 3 de noviembre de 1902; regresan triunfantes a Caracas el presidente Castro y el vicepresidente Gómez, pero Castro rehúsa reencargarse del mando, continuando con el título de presidente de la República en Campaña y comandante en jefe de los ejércitos, situación que mantuvo durante los días del conflicto ocasionado por el bloqueo de las flotas de Inglaterra, Alemania e Italia a los puertos venezolanos y hasta el 20 de marzo de 1903. En abril de ese mismo año, el general Nicolás Rolando, con un ejército de 3.000 hombres, amenaza con un asalto a Caracas y Castro comisiona una vez más a Gómez para que enfrente la nueva embestida revolucionaria; el 11 chocan los ejércitos de Rolando y Gómez en El Guapo, en un combate que dura 3 días y que termina con la derrota de Rolando, quien se retira a Guayana con las tropas que salva del desastre. Apenas vencido Rolando, se anuncia un nuevo desembarco del general Manuel Antonio Matos en tierras de Falcón y la reactivación de la lucha revolucionaria en el occidente, principalmente en los estados Falcón y Lara. Una vez más, Juan Vicente Gómez es el designado para comandar los ejércitos que van a enfrentarse a las tropas de los generales Riera, Peñaloza, Montilla y Solagnie. Con la toma de Barquisimeto, el 23 de mayo de 1903, en la que participa al lado de Gómez, en forma decisiva, el general Rafael González Pacheco, y con el combate de Matapalo, ocurrido el 3 de junio, se liquida definitivamente la fortaleza revolucionaria del occidente y los jefes principales del movimiento libertador vuelven al exilio. Castro, en telegrama del 6 de junio dirigido a Coro, le dice a Gómez: «…Felicito al vencedor en todas partes, predestinado para ser el Pacificador de Venezuela…» Gómez regresa a Caracas y con el carácter de delegado nacional y jefe expedicionario sobre el oriente de la República, se embarca en La Guaira, el 27 de junio, comandando un ejército de 2.000 hombres, en 3 buques de la Armada. El 5 de julio empieza a navegar por el Orinoco y el 11 desembarca en Santa Ana con el propósito de tomar a Ciudad Bolívar, en donde se encuentra atrincherado Nicolás Rolando con un nuevo ejército que había logrado formar bajo su exclusiva dirección, cuando la revolución ya está liquidada en el resto del país. El combate empezó el 19, y el 21 de julio, después de 50 horas de lucha, se rindió el ejército de Rolando. Era el fin de las guerras civiles en Venezuela.

El retorno de Juan Vicente Gómez a Caracas en medio de aclamaciones y arcos de triunfo, determina el comienzo de la desconfianza entre Castro y Gómez y la división de los integrantes del gobierno de la restauración liberal en «castristas» y «gomecistas» o «gomistas» como se decía entonces. Las camarillas que rodean a uno y a otro harán más profundo el distanciamiento hasta llegar a la ruptura de la amistad entre los 2 jefes. Con Castro están los jefes liberales amarillos y nacionalistas que, durante la Revolución Libertadora, se quedaron a su lado; en cambio, junto a Gómez, además de su numerosa familia, están los oficiales tachirenses del ejército restaurador, que se sienten menospreciados por Castro y el creciente grupo de ganaderos y comerciantes del centro del país con quienes ha entrado en amistad y negocios al establecerse, en 1903, en Maracay. En 1904 se promueve una reforma constitucional para aumentar el período presidencial a 6 años, estableciendo un período provisional de un año a fin de que la nueva Constitución entre en vigencia en 1905 y pueda el general Castro presidir las festividades de los centenarios de 1810 y 1811. Gómez es elegido el 3 de mayo primer vicepresidente de la República, para el período provisional y ocupa nuevamente la presidencia de la República, durante un mes, mientras dura la visita del presidente Castro al oriente. El Congreso Nacional, el 7 de junio, elige al general Castro presidente de la República y al general Gómez primer vicepresidente, para el período constitucional 1905-1911.

Las intrigas desatadas por las camarillas que rodean a Castro y a Gómez son cada día más graves y el 9 de abril de 1906, Castro expide una alocución anunciando su retiro temporal de la presidencia de la República; quería probar si eran ciertas las noticias acerca de la conspiración de Gómez y medir el grado de su popularidad. Este episodio, que la historia conoce con el nombre de La Aclamación es uno de los actos más pintorescos del gobierno restaurador, por la naturaleza de los documentos que se cruzan entre el presidente y el vicepresidente y de los gestos que escenifican ambos personajes y concluye con la peregrinación de delegaciones de todo el país a la ciudad de La Victoria, donde se había instalado Castro, para pedirle que vuelva a la presidencia y con su anuncio de que regresará a Caracas y reasumirá el poder, el 5 de julio.Noticias acerca de graves quebrantos de salud del presidente Castro empiezan a circular a mediados de 1906 y la camarilla castrista se dispone a prepararse para la eventualidad de la muerte del presidente, con el propósito de no permitir que Gómez llegue a encargarse del Ejecutivo como su legítimo sucesor. Se agrupan Tello Mendoza, Revenga, Torres Cárdenas, Celis y rodean al general Francisco Linares Alcántara, presidente del estado Aragua, a quien escogen como candidato a la sucesión, en caso de muerte del presidente. Es el episodio conocido con el nombre de La Conjura, durante el cual Gómez se ve amenazado en su vida y tiene que cambiar constantemente de domicilio.

Durante los años 1906 y 1907 permanece la mayor parte del tiempo en Maracay, alejado de la actividad oficial, no obstante ser el primer vicepresidente de la República. El restablecimiento de la salud de Castro significa el final de La Conjura, pues él se da cuenta de que sus ministros habían escogido ya un sucesor, dándolo por muerto. Esta reacción del presidente significa la liquidación de la camarilla castrista, así como la recuperación de la confianza en Gómez y la reanudación de la interrumpida amistad. El fracaso de una intervención quirúrgica en Caracas obliga al presidente Castro a viajar a Berlín para ingresar en la clínica del cirujano Israel. El 23 de noviembre de 1908, Castro se separa del poder y entra Gómez a desempeñar la presidencia en su condición de primer vicepresidente. Al día siguiente se embarca Castro en el buque Guadaloupe, rumbo a Europa. Los juicios intentados por el presidente Castro a la New York and Bermúdez Company y a otras compañías norteamericanas y francesas habían provocado, desde 1906, graves tensiones con el Departamento de Estado y con la Cancillería de París y traído como consecuencia la ruptura de relaciones con Estados Unidos, Francia y Holanda. Por su parte, los jefes del liberalismo amarillo y del nacionalismo en el destierro organizan un nuevo movimiento revolucionario, visto con simpatías por los intereses norteamericanos. Estas circunstancias facilitan a Gómez el apoyo suficiente para organizar un golpe de Estado y sustituir definitivamente a Castro en el ejercicio del poder.El 19 de diciembre de 1908, con el pretexto de un cable, supuestamente dirigido desde Berlín por Castro al gobernador Pedro María Cárdenas, insinuándole la conveniencia de asesinar a Gómez, se inicia la reacción. Se destituye a los jefes militares castristas y se apresa a los ministros que continuaban leales a Castro.

Para evitar los problemas del reconocimiento internacional y los compromisos políticos que traería la sustitución violenta del régimen constitucional, Gómez ordena a la Corte Federal y de Casación iniciar el enjuiciamiento del general Castro por intento de asesinato en la persona del vicepresidente encargado y estimula las demandas que los hermanos del general Antonio Paredes, fusilado en 1907 por órdenes del presidente Castro en las riberas del río Orinoco, intentan ante la Corte Federal y de Casación. En el primer gabinete ministerial de Gómez figuran personalidades que habían tomado parte en La Conjura como el general Francisco Linares Alcántara y otros que habían formado filas en la Revolución Libertadora como los generales Roberto Vargas, Rafael María Carabaño y J.M. Ortega Martínez y actúa como secretario general de la presidencia el general Leopoldo Baptista y como canciller Francisco González Guinán, representativo sobreviviente del guzmancismo. Gómez inicia su gestión concediendo la libertad a todos los presos políticos e invitando a quienes permanecían en el exilio a regresar al país; restaura la libertad de prensa, pero se niega a disolver el Congreso y a convocar una Asamblea Constituyente, como lo reclama todo el país.El 5 de agosto de 1909, el Congreso Nacional aprueba una reforma constitucional que reduce el período presidencial a 4 años; se crea un Consejo de Gobierno, en donde va a tener asiento la mayoría de los antiguos jefes revolucionarios que regresan del destierro y se establece un período provisional hasta el 19 de abril de 1910, en que debe entrar en vigencia la reforma. El 11 de agosto, es elegido Gómez presidente provisional de la República y el 25 de abril de 1910, es elevado por el Congreso al rango de general en jefe de los ejércitos venezolanos. El 27 de abril, las cámaras legislativas lo eligen presidente constitucional de Venezuela para el período 1910-1914. Pero, en 1913 Gómez decide continuar en el ejercicio del poder y esta determinación crea la primera gran crisis en el seno de su gobierno. Los integrantes del Consejo de Gobierno, Baptista, Ayala, Martínez, Peñaloza tienen orden de abandonar el país, mientras Gómez declara turbado el orden público y por lo tanto, suspendido el proceso electoral, alegando como pretexto una supuesta invasión encabezada por el general Cipriano Castro, por las costas de Falcón. Gómez se declara en campaña y se instala en Maracay, mientras que José Gil Fortoul, presidente del nuevo Consejo de Gobierno, ocupa la presidencia de la República. Gómez hace su entrada triunfal a Caracas, el 1 de enero de 1914. El 19 de abril de 1914 un Congreso Nacional de Plenipotenciarios resuelve designar al general Juan Vicente Gómez presidente provisional de la República y comandante en jefe del Ejército; luego dictan los plenipotenciarios un Estatuto Constitucional provisional que regiría hasta que fuera promulgada la nueva Constitución y designa presidente provisional de la República a Victorino Márquez Bustillos y comandante en jefe del Ejército al general Juan Vicente Gómez, disponiendo al mismo tiempo que el período provisorio duraría hasta que, sancionada la nueva Constitución, tomasen posesión de sus puestos los funcionarios constitucionales.

En junio quedó aprobado el texto de la nueva Constitución que aumentaba el período presidencial a 7 años.El 3 de mayo de 1915, el Congreso Nacional eligió al general Juan Vicente Gómez, presidente constitucional de la República para el Septenio 1915-1921. Pero Gómez permanece en Maracay como comandante en jefe del Ejército y presidente electo, mientras que Victorino Márquez Bustillos, en Caracas, en su condición de presidente provisional, atiende durante 6 años, la mayor parte de los problemas de la administración. La decisión continuista de Gómez en 1913 trajo, entre otras consecuencias, la protesta de la Asociación General de Estudiantes y la clausura por 10 años de la Universidad Central; la prisión del periodista Rafael Arévalo González por haber lanzado la candidatura presidencial de Félix Montes, el exilio de Montes que permanecerá en el destierro 22 años, y la conspiración del general Román Delgado Chalbaud, quien fue arrestado y permaneció preso y engrillado en la cárcel de La Rotunda durante 14 años. También se levantará por primera vez en armas el guerrillero guariqueño general Emilio Arévalo Cedeño, quien durante 7 veces y hasta 1931 invadirá el territorio venezolano desde la frontera del Arauca, en el empeño de estimular la protesta contra el régimen de Gómez. La conspiración de Delgado Chalbaud determinó la prisión de numerosas personas en diversas ciudades, entre otros, el jurista Néstor Luis Pérez, de Maracaibo y el presbítero Evaristo Ramírez, de Mérida.

A comienzos del siglo, el general Gómez había formado en Caracas un nuevo hogar con la dama caraqueña Dolores Amelia Núñez de Cáceres procreando 8 hijos: Juan Vicente, Florencio, Rosa Amelia, Hermenegilda, Cristina, Belén, Berta y Juan Crisóstomo. En los gabinetes ministeriales y en el servicio diplomático, el presidente Gómez contó siempre con la colaboración de intelectuales y de profesionales universitarios de notable significación en la vida cultural venezolana y en su mayor parte, pertenecientes a la última generación de pensadores positivistas. Gómez mantuvo siempre un grupo formado por sus compañeros de vida militar y de personas de su intimidad, a quienes de manera permanente confiaba las presidencias de los estados, algunos de los cuales se mantuvieron en el ejercicio de dichos cargos durante los 27 años del régimen.Goméz creó, por decreto de 1910, la Academia Militar como base de un Ejército Nacional, que pondría término definitivamente al sistema de los ejércitos privados controlados por los caudillos regionales. En este sentido, ordenó el desarme nacional y sometió a regiones como el estado Trujillo a un verdadero régimen de ocupación durante los años 1913 y 1914 mientras que, en los actos del centenario de la independencia en 1911, hacían su presentación los primeros cuadros del nuevo ejército organizado por el chileno Samuel MacGill y el venezolano Félix Galavís. Era un golpe definitivo contra nuevos alzamientos guerrilleros, al estilo del siglo XIX. En esta forma, Gómez pudo hacer frente y derrotar los levantamientos de Horacio Ducharne y Ángel Lanza, en 1913, en el oriente; las repetidas incursiones guerrilleras de los generales Juan Pablo Peñaloza en tierras del Táchira y de Emilio Arévalo Cedeño, en los llanos; de los hermanos Matías y Patrocinio Peñuela, en el Táchira; así como la invasión de Rafael Simón Urbina y Gustavo Machado, en tierras de Falcón y la de los generales Román Delgado Chalbaud y Pedro Elías Aristeguieta, por tierras del estado Sucre, ambas en 1929, al igual que el levantamiento del general José Rafael Gabaldón en Portuguesa y el alzamiento de Norberto Borges en el estado Miranda, también en 1929.Desde 1913 hasta 1935, con excepción de los años en que Francisco Baptista Galindo ejerció un poder atemperador, las prisiones de La Rotunda, el castillo Libertador de Puerto Cabello y el castillo de San Carlos en el lago de Maracaibo, así como las cárceles de las capitales de los estados, alojaron una numerosa población de presos políticos, muchos de ellos sometidos a la tortura de los grillos o al tormento del tortol, mientras que otros eran enviados a cumplir tareas en la construcción de las carreteras nacionales. A partir de 1913, el presidente Gómez eligió definitivamente como sede de la presidencia de la República y de la Comandancia del Ejército la ciudad de Maracay, la cual fue convirtiéndose de una gran aldea en una ciudad, con vastas construcciones militares y donde la mayoría de los colaboradores militares y civiles del régimen edificaban sus viviendas, al mismo tiempo que Gómez ordenaba la construcción de avenidas, parques, hoteles, teatros y edificios para sede de las oficinas administrativas del Gobierno nacional; y al mismo tiempo que se iba convirtiendo en propietario de las grandes haciendas que rodeaban a Maracay, iniciaba en la ciudad una etapa de construcciones industriales como sede de las fábricas de papel, de jabón y velas, de la ganadera industrial, del lactuario y de los telares que se había dispuesto a fundar, siendo así el primer propietario rural y el dueño de las fábricas más modernas del país. Hasta el año final de su gobierno, a Maracay concurrían para entrevistarse con el presidente Gómez, además de las personalidades de su gobierno, gente de todas las condiciones sociales y la mayor parte de las veces los recibía en el parque zoológico que rodeaba su casa de Las Delicias, a la sombra de un samán. Era hombre de pocas palabras y orientaba las entrevistas sometiendo al visitante a un interrogatorio destinado a enterarse de la verdadera interioridad del visitante. Enviaba a los estados a gente sin cargos visibles, para vigilar a los presidentes. Recibía todas las mañanas, a primera hora, el informe de los presidentes de estados, de los jefes militares y de los jefes de las oficinas de telégrafos que estaban en la obligación de comunicarle toda clase de noticias. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) mantuvo la neutralidad del país, no obstante las presiones de Estados Unidos y de las naciones europeas aliadas y de ser acusado de tener simpatías progermanas. Frente a las presiones norteamericanas, utilizó la presencia del presidente provisional, Victorino Márquez Bustillos, que era en realidad un «primer ministro», para negarse a discutir las proposiciones de ruptura de la neutralidad, alegando que esa materia correspondía al presidente provisional pues él no era sino presidente electo, no juramentado.

En 1919, se enfrentó Gómez a la primera conspiración de militares académicos salidos de la Escuela Militar quienes, en unión de estudiantes y periodistas, habían organizado una sublevación que fue descubierta momentos antes de estallar.El final del período constitucional 1915-1921 coincidió con el comienzo de la era petrolera y por tanto, el comienzo de grandes cambios económicos y sociales que al final habrían de reflejarse en el campo político, aparentemente paralizado. Esta paralización se explicaba, en parte, debido al clima de expectativas causado por el precario estado de salud de Gómez quien padecía, desde hacía ya varios años, de una enfermedad de la próstata. En diciembre de 1921 una retención de orina lo lleva al umbral de la muerte pero gracias a la intervención del doctor Adolfo Bueno, logra recuperarse. Gómez promueve entonces una reforma constitucional que aprueba el Congreso mediante la cual se restablecieron los cargos de vicepresidentes de la República, eliminados en la Constitución de 1914, se mantiene el período presidencial de 7 años, se elimina la Comandancia en Jefe del Ejército para volver a atribuir el comando al presidente de la República y se le permite la reelección. El Congreso reelige presidente para el período 1922-1929 al general Juan Vicente Gómez y nombra primer vicepresidente a su hermano Juan Crisóstomo Gómez y segundo vicepresidente a su hijo el general José Vicente Gómez. El 30 de junio de 1923 es asesinado en su dormitorio en el Palacio de Miraflores el primer vicepresidente Juan Crisóstomo Gómez y mientras el Gobierno señala a los exiliados como autores intelectuales del crimen, las versiones populares lo explican como producto de intrigas y rivalidades en el seno de la familia de Gómez. En 1925, el Congreso Nacional aprueba una nueva reforma mediante la cual elimina la prohibición al presidente de la República de permanecer fuera de Caracas más de 25 días y se fortalece el predominio del poder central al otorgársele autoridad al presidente de la República para designar los presidentes de los estados. El objeto fundamental de la reforma de 1925 era crear el cargo de vicepresidente de la República, eliminando las 2 vicepresidencias, y designar al general José Vicente Gómez como vicepresidente de la República.En 1928, con el pretexto de un carnaval estudiantil hace acto de presencia en la vida nacional una nueva generación de políticos que van a ser los dirigentes de una nueva oposición, distinta en sus tesis y proposiciones de la mantenida desde 1913 por quienes representaban las tendencias liberales y conservadoras o nacionalistas. El 7 de abril de 1928, se sublevan 2 cuarteles en Caracas y se pone en marcha una conspiración militar en la que participan algunos líderes universitarios que es dominada por el gobierno. En las averiguaciones aparece mezclado en el movimiento el nombre del vicepresidente de la República, general José Vicente Gómez, y en mayo el presidente Gómez promueve una nueva reforma constitucional para eliminar la Vicepresidencia de la República, establecer una nueva norma, según la cual el asiento del Poder Ejecutivo estará en el lugar en donde se hallare el presidente y establece el inciso 6º del artículo 32 de la Constitución para prohibir las actividades comunistas y anarquistas.En abril de 1929 concluye el período presidencial 1922-1929 y Gómez considera necesaria una nueva reforma constitucional para regresar a la fórmula de 1914, de un presidente de la República y un comandante en jefe del Ejército con quien el presidente de la República debe consultar los nombramientos y remoción de los ministros, la convocatoria del Congreso, la declaratoria de la guerra y la suspensión de garantías y una vez aprobada la reforma por el Congreso, recomienda como candidato a la presidencia de la República a Juan Bautista Pérez (quien desempeñaba la presidencia de la Corte Federal y de Casación) y se hace designar comandante en jefe del Ejército.

Esta situación se mantendrá vigente hasta junio de 1931 cuando, por razones de conflictos en el seno del régimen, Juan Bautista Pérez se ve obligado a presentar la renuncia de su cargo y se lleva a cabo una nueva reforma para fundir en uno solo los cargos de presidente de la República y de comandante en jefe del Ejército.En la etapa 1928-1935, Gómez decreta la creación del Banco Obrero y del Banco Agrícola y Pecuario y promulga la primera Ley del Trabajo. El 7 de julio de 1931 presta por última vez su juramento como presidente de la República de Venezuela. Era el lustro final de su gobierno. Durante los 27 años de su permanencia en el poder, no varió en sus costumbres y mantuvo las mismas de su época de hacendado y de guerrero, caracterizadas por la sencillez en sus hábitos, su desconfianza a las camarillas, la relación directa con gente de todas las condiciones sociales y su capacidad para utilizar en su gobierno las personalidades de mayor prestigio intelectual con que el país contaba. La mayor parte del tiempo vivió solo, asistido por sus edecanes y gente de confianza y visitaba a su familia a determinadas horas del día. Fue dueño de una inmensa fortuna constituida toda en territorio venezolano, evaluada en Bs. 115.000.000 aproximadamente y que en 1936, por decisión confiscatoria del Congreso, pasó, en su totalidad, al patrimonio nacional. (Fuente: Enciclopedia Polar).

Eleazar López Contreras

Queniquea (Edo. Táchira) 5.5.1883 _ Caracas, 2.1.1973 Militar, político y presidente de la República de Venezuela entre 1936 y 1941. Es presentado al Registro Civil con el nombre de José Eleazar, pero más adelante y por propia voluntad, comienza a usar simplemente el nombre de Eleazar. Fueron sus padres el coronel Manuel María López Trejo y Catalina Contreras. Huérfano de padre desde el momento mismo de su nacimiento, es su tío materno, el presbítero Fernando María Contreras, quien se encargó de su instrucción y educación. Comienza sus primeros años de estudio en Libertad (Capacho Viejo), en la escuela privada de las hermanas Jaimes y pasa, luego, en Independencia (Capacho Nuevo), a las escuelas dirigidas respectivamente por Luis Ignacio Velasco y Rafael María Velasco Bustamante y asiste por algunos meses al colegio fundado por Jacinto Gutiérrez. El 15 de septiembre de 1893, ingresa al colegio Sagrado Corazón de Jesús en La Grita, donde obtiene el título de bachiller en ciencias filosóficas el 15 de julio de 1898; este colegio era dirigido por monseñor José Manuel Jáuregui, quien fuera su padrino y maestro.

López Contreras sentía inclinación por los estudios de medicina y proyectaba, animado por su protector el presbítero Contreras, partir para la Universidad de Los Andes con tal propósito, pero resolvió unirse a la Revolución Restauradora. El 24 de mayo de 1899 se presentó ante el general Cipriano Castro a ofrecerle sus servicios, los cuales fueron rechazados por considerarlo Castro a él y su compañero de colegio, Carlos Rangel Cárdenas, «demasiado pichones» para las pruebas que los esperaban. No obstante este rechazo, se incorporó el 25 de mayo al movimiento de tropas sobre San Cristóbal y el 2 de junio, se le designa ayudante adjunto del batallón Libertador. Comienza así su vida militar en la campaña de Castro, acompañando a éste en su marcha revolucionaria desde Los Capachos hasta llegar triunfante a Caracas. Edecán del presidente de la República (enero 1900), López Contreras es designado ayudante habilitado del batallón Junín. Comanda varios batallones en Carabobo efectuando tareas de vigilancia militar que requería el estado contra la amenaza de alzamiento a favor del general José Manuel Hernández, el Mocho, y en 1901, es jefe de guarnición en Tucacas. A mediados de 1902, López Contreras es nombrado segundo ayudante del Estado Mayor en la Casa Fuerte de Barcelona; allí gana el aprecio del general Diego Bautista Ferrer a cuyas órdenes se encontraba. López Contreras reconoce la influencia que el general Ferrer ejerció en su vida militar; también actúa bajo sus órdenes con motivo del bloqueo de las potencias extranjeras a Venezuela en diciembre de 1902. Fue asignado luego para desempeñar cargos administrativos tales como: jefe del resguardo de Cristóbal Colón (1907) y de la aduana de La Vela (1908). Administrador de las salinas de Araya (1913), en febrero de 1914 se reincorpora al ejército activo con el cargo de primer comandante del batallón Rivas núm. 17 y ocupa varios cargos como jefe de batallón en Caracas hasta 1919 en que es nombrado director de guerra. Desde este cargo, se propone el desarrollo de la aviación militar en el país. En 1920, es designado para viajar a Europa y Norteamérica en una misión de estudios y compra de material de guerra (noviembre 1920-febrero 1921); este viaje le permitió apreciar el desarrollo industrial de Francia, Bélgica, Inglaterra y Estados Unidos y observar la forma como estos países, en especial los 2 primeros, trabajan en la reconstrucción de sus zonas devastadas por la guerra.

El 28 de octubre de 1924, por disposición del presidente de la República, es designado con el carácter de jefe de la Delegación Militar que representa al ejército venezolano en el Perú, con motivo de la celebración del centenario de la batalla de Ayacucho; durante esta visita, concibe la idea de escribir una obra en homenaje al general Bartolomé Salom, la cual denominó El Callao histórico y fue distribuida en la conmemoración del centenario de la capitulación de El Callao, en febrero de 1926. Cuando ocurrieron los sucesos políticos de 1928 y 1929, López Contreras se encontraba al frente de la guarnición de Caracas y notificado por el gobernador del Distrito Federal, Rafael María Velasco, tomó las disposiciones necesarias para mantener el orden en la ciudad. En su obra Páginas para la historia militar de Venezuela manifiesta no haber sido nunca partidario de las medidas represivas como medio de eliminar la rebelión de la juventud y le manifestó al general José Vicente Gómez su opinión de dejar a los estudiantes arrestados en la misma universidad; tampoco apoyó la opinión de establecer un batallón de tropas frente a esa casa de estudio, como era el criterio del gobernador Velasco, limitándose a hacer desfilar una unidad, con el propósito de imponer respeto al público. Expuso también que creía más convenientes las medidas de orden público que las de acción militar, ya que consideraba que la situación podía ser dominada fácilmente sin recurrir a la violencia. Con motivo de la sublevación del cuartel San Carlos (7.4.1928), al enterarse del hecho, se dirigió al sitio de los acontecimientos y tomó el cuartel con la sola fuerza de su voz de mando y trató de que dichos sucesos fueran sometidos a la justicia militar, eximiéndose de ejercer como juez suplente, por cuanto entre los comprometidos figuraba uno de sus hijos, pero recibió órdenes de consignar todo en manos del gobernador del Distrito Federal. A raíz de estos acontecimientos, fue invitado por personas de la oposición a secundar un probable movimiento armado del general Román Delgado Chalbaud. Su respuesta fue negativa aludiendo a su lealtad al gobierno y a sus compromisos personales con Gómez, considerando que su deber militar le impedía esta traición al gobierno y a la institución armada y que lo cuerdo era esperar la oportunidad que sería la desaparición de Gómez por muerte natural para iniciar un movimiento de unión patriótica y de democratización; lo contrario, consideraba, era seguir estimulando el caudillismo. Sin embargo, los sucesos de febrero y abril de 1928 y las intrigas del tío de Gómez, José Rosario García, en su contra, lo pusieron en situación difícil; alegando dolencias pulmonares, solicitó ser enviado al Táchira como comandante de la Brigada núm. 4.

Durante su permanencia en los Andes preparó su obra: Síntesis de la vida militar de Sucre, dada luego a la circulación en el centenario de la muerte del prócer, el 4 de junio de 1930 y adelantó la documentación para la obra Bolívar conductor de tropas, ofrecida como homenaje al Libertador en el centenario de su muerte en diciembre del mismo año. A fines de julio de 1930, Gómez le autorizó para venir a Maracay y lo nombró jefe del Estado Mayor del ejército, con carácter interino, con el fin de preparar al ejército para la conmemoración del centenario de la muerte del Libertador. El 22 de abril de 1931, fue nombrado ministro de Guerra y Marina interino mientras durase la ausencia del titular, general Tobías Uribe, quien había solicitado permiso para viajar a Europa por motivos de salud. Designado el general Juan Vicente Gómez para ejercer la presidencia de la República desde 1931 hasta 1936, López Contreras fue nombrado ministro de Guerra y Marina, el 13 de julio de 1931, cargo que ejerció hasta el 17 de diciembre de 1935. Se esmeró en desarrollar y formar profesionalmente al ejército, refundiendo en un solo instituto y bajo una misma dirección, las escuelas Militar y Naval, dotándolo de una biblioteca militar y creando asignaturas como trigonometría y física. Dio impulso a la aviación militar, reforzándola con nuevas unidades de entrenamiento y de combate y de material de guerra. Como ministro, estimuló a los militares a estudiar historia militar e historia contemporánea; también se ocupó de actualizar las disposiciones jurídico-penales del Ejército y de la Armada. El 17 de diciembre de 1935, muere Juan Vicente Gómez y resulta electo Eleazar López Contreras presidente encargado para sustituirlo hasta el 19 de abril de 1936, cuando el Congreso lo elige presidente constitucional para el período 1936-1943. Desde su primer mensaje al país, anunció su deseo de reducir el período presidencial de 7 a 5 años y prohibir la reelección para el ejercicio inmediato siguiente, lo cual quedó sancionado en la reforma a la Constitución Nacional del 16 de julio de 1936. A la muerte de Gómez, parecía inevitable una guerra civil; pero López Contreras, a pesar de restringir la participación política de grupos opositores de la llamada «izquierda», logró mantener un difícil equilibrio entre las fuerzas políticas en juego y enrumbar al país después de una dictadura hacia una transición democratizante, con mano fuerte, pero sin la acostumbrada violencia, tortura y derramamiento de sangre que suelen acompañar a estos procesos. El 5 de mayo de 1941, el general López Contreras hizo entrega del poder al general Isaías Medina Angarita ante el Congreso Nacional que había elegido a éste, presidente para el período 1941-1946. Se retira, entonces, a la vida privada. Después del golpe de Estado del 18 de octubre de 1945 contra el gobierno del general Medina, es detenido, expulsado y sometido a juicio. Va a vivir a Colombia y a Estados Unidos donde escribe otro de sus libros El triunfo de la verdad, en el cual defiende su obra de gobierno como un orden de orientación democrática que garantizó las libertades públicas y la propiedad privada y que fijó normas fundamentales en el campo de la acción social; también fija su posición, basada en documentos y correspondencia, frente a Acción Democrática, a la doctrina revolucionaria y marxista que sus líderes mantuvieron en el exilio y a su actuación en la lucha por la conquista del poder. En 1944, escribe su obra Páginas para la historia militar de Venezuela, en la cual describe sus actuaciones y servicios rendidos desde 1899 cuando se inicia en la carrera militar hasta mayo de 1941. López Contreras se casó por primera vez con Luz María Wolkmar, de cuyo matrimonio tuvo 6 hijos: Blanca Rosa, Eleazar, Cristina, Cecilia, Fernando y Margarita; en segundas nupcias con la señora Luisa Elena Mijares, de la cual no tuvo descendencia y, por último, con María Teresa Núñez Tovar a quien tocó ser primera dama en el período de gobierno 1936-1941, teniendo de ella 2 hijas: Mercedes Enriqueta y María Teresa. Se mostraba complacido de parecer más un académico que un soldado y explicaba que durante su servicio militar su gran interés fue siempre leer y estudiar los métodos de gobierno civil. Cuando asumió el mando presidencial, se presentó a dichos actos sin el atuendo militar y no volvió a llevar el uniforme. Desde joven mostró entusiasmo por las ideas de Bolívar y cuando llegó al poder utilizó la ideología bolivariana como un símbolo de identificación frente a la ideología marxista, a la que combatió, y a la cual consideró extranjera. Sus características personales de paciencia, calma y prudencia al actuar en medio de situaciones de exaltación fueron siempre notorias y le valieron el respeto tanto de civiles como de militares. En 1951, regresó del exterior, a vivir en Caracas retirado de toda actividad. Fue reconocido en vida por su gestión de gobierno, considerada como histórica y fue respetado como ejemplo de civismo. Murió a la edad de 90 años, siendo senador vitalicio. (Fuente: Enciclopedia Polar).

Isaías Medina Angarita

San Cristóbal (Edo. Táchira) 6.7.1897 – Caracas, 15.9.1953Militar y político. Presidente de la República (1941-1945). Hijo del general coriano José Rosendo Medina y de Alejandrina Angarita García. Realizó estudios de primaria y de bachillerato en su ciudad natal y a los 15 años de edad se trasladó a Caracas para inscribirse en la Escuela Militar (9.3.1912). En aquella decisión influyeron sobre el joven tachirense los generales Félix Galavís y León Jurado. El primero había concebido la idea de tecnificar y modernizar el ejército, trayendo al coronel chileno Samuel MacGill para organizar la Escuela Militar, de la que egresaría Medina con el grado de subteniente el 23 de julio de 1914. Se desempeñó como tal al mando del tercer pelotón de la tercera compañía y del segundo batallón del regimiento de infantería Piar núm. 6, brigada núm. 3. Al ascender a teniente (3.7. 1915), pasa a ser comandante del primer pelotón de la primera compañía del primer batallón del regimiento de infantería Sucre núm. 2, brigada núm. 1.

Al llegar a capitán (7.4.1917), sigue en el regimiento de la infantería Sucre núm. 2, como comandante de la tercera compañía del primer batallón hasta el 31 de enero de 1918 y, luego, como comandante de la primera compañía de este mismo batallón hasta el 3 de febrero de 1919. En esta fecha, regresa a la Escuela Militar como comandante de la compañía de cadetes y profesor en dicha institución. Siendo teniente coronel (15.1.1927), es profesor de conocimiento de servicio y de castellano en la Escuela de Aspirantes a Oficiales y también de educación física en las Escuelas Federales de Caracas, en la Escuela Normal de Hombres y en el liceo Andrés Bello. Al ejercer estas tareas docentes, se va a relacionar con otros profesores y estudiantes de esos institutos, formando parte de grupos donde se discuten ideas y tendencias nuevas, mostrándose, en esas ocasiones, partidario de la autonomía universitaria. Más tarde, hace amistad con otros intelectuales y forma parte del Grupo Atenas y del Club de los Siete. Con el profesor Antonio José Sotillo aprende los métodos pedagógicos para aplicarlos en la Escuela Militar. Fue nombrado también jefe de servicio de la Dirección de Guerra del Ministerio de Guerra y Marina. Allí se inició su amistad con el general Eleazar López Contreras. En 1930, fue nombrado miembro de la Comisión de Reglamentos Militares y Navales; en 1931, ayudante interino de la Jefatura del Estado Mayor y a partir del 15 de julio de ese mismo año, jefe de servicio del Gabinete del Ministerio de Guerra y Marina y secretario, cargo que desempeñó hasta el 12 de julio de 1935. Ascendido a coronel (12.7.1935), es nombrado por decreto ejecutivo ministro de Guerra y Marina el 1 de marzo de 1936. General de brigada (5.7.1940), pasa a disponibilidad para convertirse en candidato a la Presidencia de la República y por «…primera vez en 40 años, [Venezuela] disfruta la emoción de una campaña presidencial…», según afirmación del embajador norteamericano Frank Corrigan. Cuando desde San Carlos (Edo. Cojedes), se lanza la candidatura de Medina el 3 de marzo de 1941, ya la del candidato de oposición, Rómulo Gallegos, tenía un mes en la calle. Esta última logró obtener 13 votos en la elección hecha por el Congreso Nacional (28.4.1941); Diógenes Escalante obtuvo 2 votos, uno Luis Gerónimo Pietri y otro, José Izquierdo; Isaías Medina Angarita resultó electo presidente de la República con 120 votos. El 30 de abril de 1941 contrae matrimonio con Irma Felizola. El 5 de mayo de 1941, día en que Medina asumió la Presidencia de la República, Venezuela tenía 3.870.771 h; Caracas 269.000 y el presupuesto nacional era de Bs. 300.000.000. Medina fue un militar civilista que respetó los derechos humanos; propició y defendió la libertad de expresión; permitió la libre actividad de los partidos políticos; promovió una reforma de la Constitución que otorgó por primera vez el voto a las mujeres para elegir y ser elegidas concejales, así como la elección directa de diputados y permitió la legalización del Partido Comunista. Se considera un grave error suyo no haber llegado hasta la concesión del sufragio universal, directo y secreto, causa esgrimida por sus adversarios para justificar su caída.

Derrocado por un golpe cívico-militar el 18 de octubre de 1945, fue detenido y expulsado del país. El 8 de mayo de 1952, se le presentó un accidente vásculo-cerebral trombótico de la arteria cerebral media y se hospitalizó en el Doctor's Hospital de Nueva York, ciudad donde había pasado su exilio. Cuando se le permitió su regreso a Caracas, a las pocas semanas, tenía como secuela irreversible de su enfermedad una hemiplejia izquierda. Falleció un año después a consecuencia de la ruptura de un aneurisma abdominal. (Fuente: Enciclopedia Polar).

Rómulo Betancourt

Guatire (Edo. Miranda) 22.2.1908 _ Nueva York (Estados Unidos) 28.9.1981Político, periodista, fundador del partido Acción Democrática, presidente de la República en 2 ocasiones. Hijo de Luis Betancourt, inmigrante procedente de las islas Canarias y de Virginia Bello, nativa de Guatire. Rómulo Ernesto Betancourt Bello cursó los estudios de primaria en su pueblo natal, bajo la dirección del pedagogo y periodista Juan José Fermín. En 1919, la familia Betancourt se traslada a Caracas en donde Rómulo concluye sus estudios de primaria para ingresar en 1924, en el liceo Caracas dirigido por Rómulo Gallegos; fueron sus condiscípulos, entre otros, Jóvito Villalba, Raúl Leoni, Elías Toro, Isaac Pardo, Juan Bautista Fuenmayor, Armando Zuloaga Blanco, Carlos Eduardo Frías y Miguel Acosta Saignes. En 1925, inicia sus colaboraciones en revistas caraqueñas y especialmente Billiken en donde publica varios cuentos, convirtiéndose al mismo tiempo en promotor de grupos de estudio, conferencias y recitales. En 1926, ingresa a la Universidad Central de Venezuela en unión de la mayoría de los bachilleres del liceo Caracas. En 1928, se reconstituye la Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV) bajo la presidencia de Raúl Leoni. Una asamblea de «fevistas» acuerda celebrar la Semana del Estudiante del 6 al 12 de febrero, con el propósito de crear fondos para instalar la Casa del Estudiante; pero a medida que se realizan los actos estudiantiles, la Semana toma el carácter de una protesta universitaria contra el gobierno de Juan Vicente Gómez. Los discursos pronunciados por los estudiantes Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt y Joaquín Gabaldón Márquez, el poema de Pío Tamayo en el acto de coronación de la reina de los estudiantes, Beatriz Peña y el gesto del estudiante Guillermo Prince Lara al romper en el hospital Vargas una placa de mármol que mencionaba a Gómez, determinan las órdenes de prisión de este grupo dirigente y su traslado al castillo Libertador de Puerto Cabello. Gestiones realizadas por diversas personalidades logran, al término de 2 meses, la orden de libertad para los prisioneros del castillo.

El 7 de abril del mismo año, estalla una conspiración militar con apoyo estudiantil; los rebeldes se apoderan del cuartel de Miraflores, pero son dominados al intentar la toma del cuartel San Carlos. Betancourt, quien está comprometido en esta acción, logra abandonar el país rumbo a la isla de Curazao y comienza su primer destierro que va a durar hasta finales de enero de 1936. En Curazao, entra en contacto con los numerosos grupos de exiliados y de trabajadores venezolanos que participan en los propósitos de lucha contra el régimen gomecista; ingresa al Partido Revolucionario Venezolano (PRV) cuya sede central está en Ciudad de México y dedica su tiempo al estudio de la historia latinoamericana, de las fuentes del pensamiento socialista y al conocimiento de las obras que estudian el problema de la penetración imperialista en los países latinoamericanos y para lograr su propósito se empeña en aprender inglés. A finales de 1929, se retira de las filas del PRV y viaja a Barranquilla en donde se encuentra con Raúl Leoni, Juan José Palacios, Ricardo Montilla y Valmore Rodríguez; publica un folleto de denuncia contra el régimen bajo el título de Dos meses en las cárceles de Gómez y regresa a Curazao para encontrarse con el revolucionario Simón Betancourt, quien es agente del movimiento revolucionario que, en París, organiza el general Román Delgado Chalbaud. Rómulo y Simón Betancourt viajan a Santo Domingo pues, en unión de un grupo de exiliados, pretenden navegar hasta la isla La Blanquilla y esperar allí el crucero Falke, rebautizado General Anzoátegui, en que viaja la expedición de Delgado Chalbaud que ha logrado salir del puerto de Dantzig rumbo a las costas de Cumaná. Al fracasar el intento, Rómulo Betancourt decide viajar a Costa Rica, pero antes publica una nueva denuncia contra Gómez, escrita en colaboración con Miguel Otero Silva y con prólogo de José Rafael Pocaterra, con el título de Las huellas de la pezuña. En ese país centroamericano conoce a Manuel Mora, secretario general del Partido Comunista de Costa Rica y a la maestra de preescolar, Carmen Valverde. A mediados de 1930, viaja nuevamente a Barranquilla y funda, en unión del periodista y político colombiano Luis Enrique Osorio, la Alianza Unionista de la Gran Colombia, con el propósito de exaltar los lazos de entendimiento entre los liberales y demócratas de Venezuela, Colombia y Ecuador. Dicta numerosas conferencias y publica artículos de combate en los diarios de Bogotá. En el mismo año, al ocurrir el derrocamiento del presidente peruano, Augusto B. Leguía, viaja a Lima en unión del escritor Gonzalo Carnevali, pero encuentran rechazo y vigilancia por parte del nuevo jefe de Estado, Luis Sánchez Cerro, quien les impide acercarse al líder aprista Víctor Raúl Haya de la Torre. Betancourt regresa a Colombia y en 1931, funda en Barranquilla la Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI) en unión de Leoni, Montilla y Rodríguez. ARDI expresa la posición de Rómulo Betancourt frente a los grupos marxista-leninistas formados por los desterrados venezolanos en México y La Habana y sostiene, fundamentalmente, que la revolución contra el gomecismo no podría ser obra exclusiva de la clase obrera, sino de una alianza de clases.

El mismo año, redacta el llamado Plan de Barranquilla, suscrito por exiliados de diversos matices de la nueva izquierda y cuya exposición se orienta a realizar un análisis de la situación venezolana a la luz de la dialéctica marxista. En 1932, Betancourt regresa a Costa Rica y se une en matrimonio con Carmen Valverde de cuya unión nacerá una hija: Virginia Betancourt Valverde. Ante los ataques que contra la región andina y los andinos realiza en Nueva York el grupo de exiliados que, bajo la dirección de Carlos López Bustamante y Rafael Bruzual López, lanzan el periódico Venezuela Futura, Betancourt escribe una larga refutación que publica bajo el título Con quién estamos y contra quién estamos en la cual amplía los análisis contenidos en el Plan y rechaza la posición regionalista del grupo de Nueva York, señalando la naturaleza de los poderosos intereses nacionales y no simplemente regionales, que sostienen el régimen de Gómez. Ingresa a la redacción de Trabajo, órgano del Partido Comunista de Costa Rica y es profesor de la Universidad Popular de los Trabajadores de esa nación, al mismo tiempo que funcionario de la Biblioteca Nacional de Costa Rica, cargo que aprovecha para leer y hacer el resumen de los 15 tomos de la Historia contemporánea de Venezuela de Francisco González Guinán. En 1935, el presidente León Cortés ordena la expulsión de Betancourt del territorio costarricense por gestiones de los funcionarios diplomáticos y consulares de Venezuela. El 17 de diciembre de 1935, muere en Maracay el presidente Gómez y, a finales de enero de 1936, Betancourt se embarca en Puerto Limón, rumbo a Venezuela. En febrero, se incorpora a la lucha política, dedicado desde el primer momento a la formación de una alianza política que incorpore también a los sectores de profesionales que habían permanecido indiferentes en la lucha contra el finalizado régimen.

Pide y logra la colaboración de Alberto Adriani y de Mariano Picón Salas y funda el Movimiento de Organización Venezolana (ORVE), bajo la presidencia de Adriani y la secretaría general de Picón Salas, reservándose para sí la secretaría de organización. Los sectores partidarios y simpatizantes del marxismo-leninismo forman filas en el Partido Republicano Progresista (PRP). En ORVE, figura la mayoría de los integrantes de la generación del liceo Caracas, llamada después de los sucesos de la semana estudiantil, Generación del 28. La oposición al gobierno del presidente Eleazar López Contreras se hace cada vez más violenta y, tanto «orvistas» como «perrepistas», logran aumentar sus filas y organizar manifestaciones y protestas. En junio de 1936, la discusión de un proyecto de Ley de Orden Público presentado al Congreso por el ministro Alejandro Lara, trae como consecuencia el estallido de una huelga política de duración indefinida, promovida por ORVE, PRP, la FEV y la Confederación de Trabajadores. El gobierno de López Contreras logra dominar el movimiento huelgario y estos acontecimientos determinan la renuncia de Rómulo Gallegos como ministro de Educación y el retiro de un numeroso grupo de «orvistas», encabezados por Picón Salas. Betancourt asume entonces la Secretaría General de ORVE. A finales de 1936, el gobernador del Distrito Federal, Elbano Mibelli, revoca el permiso de funcionamiento de los partidos ORVE y PRP así como el de la FEV como organización política; la Corte Federal y de Casación, al conocer de la apelación que presentan los dirigentes de los partidos, confirma la decisión del gobernador Mibelli. ORVE, PRP y el Bloque Nacional Democrático (BND) del Zulia, deciden entonces integrarse en un partido único, bajo el nombre de Partido Democrático Nacional (PDN), del cual Rómulo Betancourt es secretario de organización; pero el gobernador Mibelli se niega a legalizar esta nueva organización, alegando que está constituida por los mismos dirigentes de los partidos anteriormente disueltos y el PDN pasa a la clandestinidad. El 13 de marzo de 1937, el Ejecutivo Nacional dicta un decreto de expulsión del territorio, por el término de un año, de 37 altos dirigentes políticos entre los cuales destaca Rómulo Betancourt. Al igual que en 1928, logra burlar la orden de prisión y se dedica a organizar desde la clandestinidad los cuadros directivos del PDN, en el cual Jóvito Villalba figura ahora como secretario general. El 30 de octubre de 1939, la policía del régimen logra dar con su paradero y lo hace preso para expulsarlo, esta vez con destino a Chile, donde se vincula a los dirigentes del Partido Socialista, especialmente a Oscar Schanke y Salvador Allende y realiza viajes a Argentina y Uruguay en donde pronuncia conferencias auspiciadas por los partidos socialistas de ambos países.

A finales de 1939, se liquida el acuerdo entre los partidos que en 1937 habían formado el PDN y la corriente que encabeza Betancourt conserva el nombre de PDN, mientras la mayoría de los militantes del PRP integran, en la clandestinidad, el Partido Comunista de Venezuela. En 1940, publica Betancourt su libro Problemas venezolanos, recopilación de las columnas sobre economía y finanzas venezolanas que había escrito durante su clandestinidad caraqueña en las columnas del diario Ahora. A mediados de 1940, regresa a Venezuela. Se acerca el final del gobierno del presidente López Contreras y Betancourt promueve la candidatura simbólica de Rómulo Gallegos para oponerla en la calle a la candidatura presidencial oficial del general Isaías Medina Angarita. El proyecto político logra gran éxito, pues en casi todos los estados de la República se constituyen grupos procandidatura de Rómulo Gallegos que, a los pocos meses, serán las bases de organización nacional del futuro partido Acción Democrática. En mayo de 1941, el Congreso Nacional elige al general Medina Angarita, presidente de la República para el período 1941-1946, mientras Gallegos obtiene los 13 votos de la minoría unificada que representa, en el seno del Parlamento, el pensamiento de los partidos ilegalizados. El 13 de septiembre de 1941 concede el presidente Medina Angarita la autorización para el funcionamiento del partido Acción Democrática que representa la continuación del PDN y de las organizaciones procandidatura de Gallegos. Betancourt será el secretario general del nuevo partido y Rómulo Gallegos, su presidente. En 1944 funda Betancourt el diario El País, bajo la dirección de Valmore Rodríguez y escribe, hasta el 18 de octubre de 1945, una columna editorial diaria sobre temas nacionales y de política internacional. A medida que pasan los meses, acentúa los términos de su oposición al gobierno del presidente Medina Angarita y, en las elecciones municipales de 1944, es elegido concejal por la parroquia caraqueña de San Agustín, derrotando la candidatura de Rodolfo Quintero, respaldada por una alianza del partido de gobierno, el Partido Democrático Venezolano (PDV), con la organización marxista Unión Municipal. Al acercarse el final del gobierno de Medina Angarita, Acción Democrática decide apoyar un candidato del partido de gobierno que garantice la realización inmediata de una reforma constitucional que restablezca la elección popular del presidente de la República y de los senadores y diputados. Para ello, Betancourt y Leoni sostienen conversaciones en Washington con el embajador Diógenes Escalante, a quien deciden respaldar como candidato. Al comienzo de su campaña electoral, Escalante enferma y el acuerdo pactado se rompe ante la proclamación de la nueva candidatura de Ángel Biaggini. Al mismo tiempo, se estaba organizando una conspiración militar encabezada por los mayores Marcos Pérez Jiménez, Julio César Vargas y Edito Ramírez y por el capitán Carlos Delgado Chalbaud, quienes protestaban contra la permanencia indefinida en los mandos del Ejército de un numeroso grupo de generales y coroneles que se mantenían en el control de las fuerzas armadas desde los días finales del régimen de Gómez. Conversaciones mantenidas entre Betancourt y Pérez Jiménez dan como resultado el estallido de un movimiento militar el 18 de octubre de 1945. Al día siguiente, el presidente Medina se entrega a los militares sublevados y se constituye una Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt e integrada por 7 miembros: 2 militares, Mario Vargas y Carlos Delgado Chalbaud, y los civiles Betancourt, Leoni, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Gonzalo Barrios y Edmundo Fernández. Esta Junta actúa durante 2 años y medio (octubre 1945-febrero 1948). Convoca a elecciones para el nombramiento de una Asamblea Nacional Constituyente que se realizan el 27 de octubre de 1946 y, aprobada la nueva Constitución Nacional en 1947, se convoca a elecciones para elegir el presidente de la República, los senadores y diputados al Congreso Nacional y los diputados a las asambleas legislativas así como los concejales. El 14 de diciembre de 1947 se celebran los comicios y es elegido presidente de la República Rómulo Gallegos.

Durante los años de su presidencia, Betancourt hubo de enfrentar y dominar varios alzamientos militares y manejarse dentro de un ambiente de conspiraciones y ataques cada vez más violentos. Durante su gestión, estableció las bases de un nuevo trato con las compañías petroleras, una política de reforma agraria y de desarrollo industrial que marcaría el comienzo de una nueva etapa en la economía venezolana. En febrero de 1948, ante el Congreso Nacional, hace entrega de la Presidencia a Rómulo Gallegos y en abril, preside la delegación venezolana a la IX Conferencia de los Estados Americanos reunida en Bogotá, donde fue corredactor de la carta constitutiva del organismo regional (OEA) e iniciador de un plan, no realizado, de asistencia económica para América Latina y el Caribe. Los 8 meses de duración del gobierno del presidente Gallegos se caracterizaron por una creciente oposición, en el parlamento y la prensa, de los partidos social cristiano Copei y Unión Republicana Democrática (URD) y la metódica organización de una conspiración militar planeada y dirigida por el jefe del Estado Mayor, general Marcos Pérez Jiménez. Conspiración que logra ponerse en marcha y derrocar el 24 de noviembre de 1948, el régimen constitucional que es sustituido por una Junta Militar presidida por Carlos Delgado Chalbaud, ministro de Defensa de Gallegos, Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. Gallegos es hecho prisionero y luego expulsado del país; Betancourt logra una vez más burlar la persecución y refugiarse en la Embajada de Colombia, de cuyo asilo diplomático sale, en enero de 1949, rumbo a Cuba para iniciar un tercer exilio. En La Habana, reanuda sus tareas periodísticas y es colaborador de un gran número de publicaciones latinoamericanas, en cuyas columnas denuncia la dictadura militar que se ha instalado en Venezuela. Organiza en La Habana, la I Conferencia Pro-Democracia y Libertad en 1950. Por invitación de gobiernos, partidos políticos y universidades, visita a Bolivia, Chile y Uruguay en una campaña continental de repudio a la reunión de la X Conferencia Interamericana que debía instalarse en Caracas en 1954. En La Habana, es víctima de un atentado; viaja a Costa Rica, luego a Estados Unidos y finalmente, a Puerto Rico en donde vive varios años. Durante este período la editorial Fondo de Cultura Económica de México publica su libro Venezuela: política y petróleo. En diciembre de 1957, a raíz de la maniobra política de Pérez Jiménez que desconoce la Constitución y se hace reelegir mediante un plebiscito, Betancourt se traslada a Nueva York y promueve conversaciones con Jóvito Villalba y Rafael Caldera quienes también se encuentran exiliados en los Estados Unidos.

El 23 de enero de 1958, es derrocado Pérez Jiménez y el 9 de febrero, Betancourt regresa a Venezuela para asumir la presidencia de Acción Democrática. Recorre el país en una campaña de reorganización de los cuadros de su partido y, al ser convocadas elecciones generales para el mes de diciembre de ese mismo año, Acción Democrática lo proclama como su candidato presidencial. Triunfa en los comicios del 7 de diciembre de 1958, siendo elegido presidente de la República para el período constitucional 1959-1964, con la suma de 1.284.092 votos. Corresponde al presidente Betancourt asumir la responsabilidad de la jefatura del Estado en uno de los períodos más difíciles de la vida del país, por tener que presidir la transición al régimen democrático en un momento en que una crisis fiscal y económica ocasionaba graves dificultades a la administración: huelgas, continuas protestas y manifestaciones callejeras, al mismo tiempo que se repetían los brotes conspirativos de los grupos partidarios del régimen derrocado. Por otra parte, desde mediados de 1960 hubo de enfrentar su gobierno el estallido de una conspiración fidelista-comunista estimulada y financiada desde el exterior y que iba a tener sus manifestaciones principales en las guerrillas urbana y campesina. El 24 de junio de 1960, es víctima de un atentado en la avenida Los Próceres en Caracas, en el cual resulta quemado y malherido, lo cual no le impide continuar gobernando. La conformación del gobierno que presidió no tenía antecedentes en Venezuela pues estaba integrado, en todas sus instancias, a partir del Consejo de Ministros, por representantes de los partidos Acción Democrática, Social Cristiano Copei y Unión Republicana Democrática.

Partes: 1, 2, 3, 4
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