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La sociedad humana ante la globalidad (página 3)


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Es trágico que pocos habitantes de la Tierra se beneficien. Obedece a que la naturaleza no entiende de justicia: los peces grandes engullen a los pequeños; los lobos a los conejos; los huracanes y terremotos destrozan lo que encuentran a su paso; los seres humanos arrasan el medio; países y personas poderosos abusan de sus semejantes.

El homo sapiens busca su conveniencia, no la de los demás: procede con egoísmo pragmático, como lo proclama el positivismo económico o utilitarismo, cuyo exponente es Bentham, quien a fines de siglo 18° afirma: "con motivo de cada acto que ejecuta, todo ser humano se ve inclinado a seguir la línea de conducta que, en su inmediata estimación del caso, contribuirá en el más alto grado a su propia felicidad máxima, cualquiera que sea su efecto en relación con la dicha de otros seres similares, uno cualquiera o todos ellos en conjunto."[95]

La autopreferencia —así llama este autor a su principio— es rasgo inherente del hombre en todas las épocas.

¿Por qué, entonces, hay quienes condenan la libertad de mercado?

El mismo autor ilustra: "cualquiera cosa que reduzca el bienestar y la felicidad personales de cualquier individuo lo inhabilita, en igual grado, para impartir felicidad a sus semejantes; y no sólo a ese extremo, sino que lo predispone a reducir la cuota de disfrute de ellos al nivel de la suya propia." Y agrega: "los grandes enemigos de la paz pública son las pasiones egoístas e insociables, necesarias como son, una a la existencia misma de cada individuo, y la otra a su seguridad."[96]

En la etapa actual de dialéctica universal, las piezas del sistema económico planetario buscan acomodarse y provocan turbulencia. Es menester aportar ideas y estrategias para dirigir y hacer menos doloroso el trance. Es provechoso hacer caso a Van Gigch: "los sistemas deben planificarse, no puede permitírseles sólo que ocurran."

¿Quién tiene que tomar la iniciativa?

Las naciones-Estado ricas, por ser quienes disponen de recursos, poder y liderazgo para encabezar acciones tendientes a ordenar el caos de manera sensata y premeditada, tanto para preservar su hegemonía como por motivos éticos, auxiliadas por los organismos internacionales que tienen esa responsabilidad (ver capítulos 21 y 22).

Los planes deben rebasar el concepto desarrollo económico que privó en siglo 20º y promover el desarrollo del ser humano en su integridad física y espiritual: buscar su bienestar-bienser, definido atrás, lo cual impone especificar qué mundo se puede construir y determinar cómo lograrlo, en particular cómo evitar y corregir las desigualdades sociales y regionales.

16. Planificar en tres fases

La globalización ha sido provechosa para pocos países y grupos, porque las fuerzas del mercado liberadas favorecen a los poderosos y golpean con rigor a los débiles, lo cual origina asimetrías y distorsiones, injusticias y resentimientos, que se intensifican.

El presente es difícil de comprender y el futuro es un enigma. Las dificultades se complicarán y surgirán otras, que afectarán el funcionamiento de todas las naciones, incluso ricas. Deriva de que el hombre es propenso a hacer juicios erróneos; a tomar decisiones equivocadas; efectuar compras o ventas indebidas; realizar inversiones inconvenientes; especular a partir de información insuficiente o inexacta, y padecer estados emocionales que distorsionan la realidad y originan caprichos.

La conducta de cada agente —comprador, inversionista, productor, vendedor— incide en la sociedad en conjunto, en empresas y familias y origina perturbaciones y crisis. Para colmo, los gobiernos aplican remedios incorrectos. La volubilidad y los yerros hacen que las economías se estanquen y desplomen.

Es indispensable regular las fuerzas del mercado para evitar que su comportamiento sea perjudicial. Ambas manos de la economía deben inducir los movimientos de oferta y demanda a un estado de equilibrio favorable para la sociedad en conjunto, no sólo para unos pocos.

En economía equilibrio no significa inmovilidad, como en mecánica. Es la situación "de un cuerpo organizado que desempeña con absoluta regularidad sus funciones, gracias a la armoniosa proporción y el perfecto ajuste de las partes de que se compone, sin experimentar cambios cualitativos o cuantitativos de su estructura," explica Zamora.[97]

De allí el empeño de Smith, Marx y Keynes por buscar remedios para evitar o paliar rupturas de ese equilibrio, que lo mismo aparecen en el interior de una sociedad como en sus relaciones con las demás. Los tres se preocupan porque se mantenga estabilidad.

Los retos del gobernante son mantener equilibrio interno y externo y promover el desarrollo, por medio de políticas de alcance general, especificadas en el plan, cuyo objeto es diagnosticar la situación con enfoque integral; identificar ventajas y amenazas; anticipar y evaluar sus efectos; aprovechar las primeras; eludir las segundas, y definir soluciones prácticas de larga duración.

Planificar no es técnica para reprimir, sino para organizar y señalar caminos. Su función es inducir a actuar, no inmovilizar. El discurso no es si debe aplicarse, sino el carácter y profundidad que se le ha de imprimir.

Aún el neoliberal más recalcitrante admite que todo sistema tiene que operar con orden. Una empresa, una ciudad, un país, una región, el mundo entero son sistemas, conjuntos de elementos estructural y funcionalmente interrelacionados en busca de un fin común: deben organizarse, administrarse y controlarse; esto es, planificarse.

Incluso Smith sostiene que la economía no debe liberarse del todo, sino que el Estado ha de determinar adónde dirigirla y ayudarla a conseguirlo, consciente de que las decisiones humanas, guiadas por instinto y aptitudes, originan cambio, desarrollo y disparidades.[98] Tácitamente sugiere planificar la economía y propone medidas proteccionistas que faciliten el comercio.

Timbergen divide la planificación económica en tres fases: cuantitativa (en las variables), cualitativa (en la estructura) y reforma (en las bases de la sociedad).[99] Las adopto como planificación táctica, planificación estratégica y reforma institucional, cuyos papeles son:

Planificación táctica. Adecuar la marcha de la economía a movimientos coyunturales, cíclicos y de plazo corto. Es brazo ejecutor del plan estratégico. Su objetivo: mantener estabilidad e impulsar producción, empleo e ingreso.

Planificación estratégica. Acoplar la estructura productiva interna al marco internacional, mediante definición explícita de misión, objetivos y estrategias y modos de manejo de todos los instrumentos de política del Estado. Finalidad: dirigir la sociedad por buen camino en plazo medio y fomentar su desarrollo en el largo.

Reforma institucional. Modificar características fundamentales de la sociedad, aspectos esenciales de la nación-Estado, en conformidad con requerimientos propios y del escenario internacional.

Las tres son módulos del régimen que debe regir la administración de la Tierra a escalas global, nacional, regional y local.

La planificación asume dos enfoques: una es indicativa, inductiva o voluntaria, en la cual el gobierno hace explícitos objetivos, políticas, estrategias y programas que se propone cumplir en un plazo determinado y establece pautas para guiar la actuación de particulares. La otra es coercitiva u obligatoria, cuyo objeto es regir las actividades de los agentes productivos.[100]

Ninguna se da en términos rígidos: se adoptan posturas eclécticas, según criterios de las autoridades, características del país y circunstancias del momento.

17. Individualismo con ética

En los cincuentas y sesentas la planificación se enfila a organizar las etapas del proceso económico —producción, circulación, distribución y consumo— con tinte materialista. Los resultados se miden por monto y variación del volumen de producción (producto nacional o interno bruto, definidos en Capítulo 3).

Se considera deber del Estado proteger lo que Churchill llama intereses nacionales y abocarse a la tarea básica de "maximizar las ventajas de su país frente a las de otros Estados, ya sea en cooperación o a expensas de dichos Estados."[101]

La práctica implícita al final se conoce como política de empobrecimiento del vecino, por tratarse de que un Estado se enriquezca a costa de otro(s).[102] Al final "todos los países salen perjudicados como resultado de decisiones políticas individuales, que sólo busquen el propio interés. […] Los países pueden alcanzar mejores resultados […] si escogen las políticas de forma cooperativa," alertan Krugman et. al.[103]

Desde el fin de la segunda guerra la humanidad procura atender a esta recomendación. Se advierte en la proliferación de organismos internacionales, acuerdos de integración o complementación, convenios y alianzas. Nominalmente se destierra el proteccionismo, antagonista del mercado libre, sin que desaparezca, porque las naciones siempre antepondrán su conveniencia y aplicarán políticas defensivas cuando lo juzguen conveniente.

Lo sensato es aplicar criterio ético y tomar en cuenta los imperativos de la sociedad —así les llama Van Gigch— "los cuales dictan que la mejor solución debe también satisfacer los costos sociales óptimos. La eficiencia tecnológica ha de subordinarse a la eficiencia social." Debe existir moralidad en el diseño y ejecución de los planes.[104]

Las estrategias y tácticas se deben matizar con reflexiones acerca de valores y sentimientos humanos; evaluar su posible impacto espiritual directo o indirecto en la sociedad en conjunto y en los individuos en particular, y aquilatar las consecuencias de cada decisión con sentido humanista, conforme al significado consignado en Capítulo 3.

El liberalismo se funda en respetar y estimular la conducta individual: cada persona es libre para pensar, juzgar, opinar, tomar decisiones y disfrutar la vida en el contexto de obediencia a la ley y respeto a los derechos de los demás.[105] Cada quien cuida de sí; se esfuerza u holgazanea según su arbitrio; procura no depender de otros; lo que consigue depende de sus decisiones, siempre en busca de su propio beneficio. Ejerce su autopreferencia, diría Bentham.

"El individualismo, el libre pensamiento, no datan ni de nuestros días, ni de 1789, ni de la reforma, ni de la escolástica, ni de la caída del politeísmo grecolatino o de las tecnocracias orientales. Es un fenómeno que no comienza en parte alguna, sino que se desenvuelve, sin detenerse, durante todo el transcurso de la historia," apunta Durkheim.[106]

Lo valida la reforma protestante de Lutero y Calvino en siglo 16°. Da vigor al capitalismo e impulsa el arte y el pensamiento científico.[107]

Los marxistas lo condenan, porque antepone el interés de la persona al de la sociedad y le atribuye reparto injusto de la riqueza. Prefieren régimen dictatorial —del proletariado— que restringe derechos del individuo a favor de la colectividad.

¿Qué es preferible: individualismo o autoritarismo? ¿Dejar que el hombre actúe conforme a su naturaleza en un régimen democrático o someterlo a los arbitrios de un gobierno totalitario?

La pregunta es maniquea.

El totalitarismo debe descartarse, porque atropella la dignidad humana. El derecho a la vida y a ser libre es primario, inherente e irrenunciable. El hombre aspira a poder elegir.

Existen dos soluciones humanistas: republicana y liberal.

La republicana, inspirada en Maquiavelo y Rousseau, utiliza el "concepto de libertad para referirse a la capacidad de un pueblo o estado para decidir por sí mismo su destino," opina Velasco Gómez. Se le reconoce como libertad positiva. [108]

El criterio liberal, inspirado en Hobbes y Locke, "identifica la libertad con el derecho natural." Empero, como el ejercicio de tal libertad puede conducir al conflicto y la guerra, "es indispensable construir un poder público sobre los particulares que limite su libertad:" el Leviatán. De esta manera, la libertad de los particulares es "una concesión expresa del poder público, o bien resultado del silencio de las leyes." Se dice que es libertad negativa.[109]

Ambas posturas conceden prioridad al albedrío de la persona, lo que las hace aceptables por igual. Los Estados constituidos sobre bases democráticas adoptan principios de una u otra. Lo importante es infundir individualismo con toque ético y nobleza que se aproxime a la perfección de las relaciones humanas que preconiza Braudel (ver Capítulo 4, supra).

18. Sistema global de planificación

Las relaciones entre países trazan la geografía humana y por involucrar asuntos políticos, sociales y económicos moldean la cultura.

Las aperturas informática y de mercado borran virtualmente linderos entre naciones-Estado y facilitan los enlaces entre personas, empresas, gobiernos y organismos, en un juego donde cada uno acata leyes naturales, vela sus intereses y actúa egocéntricamente. Los poderosos imponen reglas de juego y patrocinan desigualdades sociales y geográficas, que ocasionan inquietud, incertidumbre, anomia y entropía.

Dado lo anterior "el manejo pluralista y la coordinación de políticas parecen haberse vuelto necesarios, porque las políticas nacionales no coordinadas han llevado a resultados económicos que no han sido óptimos para el aceitado funcionamiento de la economía internacional," afirma Gilpin,[110] con tono eufemístico, pienso, porque tales resultados han sido desastrosos.

Se tiene que poner orden. La solución es implantar el sistema global de planificación: establecer mecanismos y formular lineamientos para conducir el mundo en dirección premeditada, por consenso y concertación, en los términos éticos reiterados, con el propósito de eludir y corregir los vicios del globalismo y que sus virtudes y beneficios se aprovechen y distribuyan con equidad.

La construcción de dicho sistema requiere perspectiva integral, plural, de largo plazo, coherente con la realidad. Debe contemplar los estadios táctico, estratégico y reforma institucional, dentro de estructura matricial que abarque países, bloques regionales y corporaciones trasnacionales.

Los retos de la globalidad no pueden ser resueltos por las naciones-Estado de manera individual. Es imprescindible la cooperación de todas: cada una ha de comprometerse a aplicar la planeación como instrumento de política interna, integrada y coordinada con las de las demás, en un clima de solidaridad, entendimiento y acuerdo.

Rousseau asienta: "como los hombres no pueden engendrar nuevas fuerzas, sino únicamente unir y dirigir las existentes, no tiene[n] ya otro medio de conservarse que formar por agregación una suma de fuerzas que pueda superar la resistencia, ponerlas en juego mediante un solo móvil y hacerlas actuar conjuntamente." A partir de tal premisa aspira a "hallar una forma de asociación que defienda y proteja de toda la fuerza común a la persona y a los bienes de cada asociado, y en virtud de la cual, al unirse cada uno con todos, no obedezca más que a sí mismo y quede tan libre como antes. Éste es el problema fundamental al que da solución el contrato social."[111]

Con tal filosofía en mente, recomiendo que las naciones-Estado hagan un pacto internacional para implantar dicho sistema de planificación, con enfoque amplio y flexible, apegado a las circunstancias cambiantes, en el contexto de su soberanía y de acuerdo con el interés de todos los involucrados, hasta donde sea razonable y factible.

Tienen que fijar como meta común el bienestar-bienser planetario equitativo —o menos injusto— con efecto duradero. La motivación para participar es obtener beneficios individuales y la certeza de que la acción concertada, en un ambiente de comprensión mutua, paz y solidaridad, amplifica la capacidad de progresar de todos.

Cada país formularía la taxonomía de sus fuerzas y debilidades; describiría marco cultural, ideología y aspiraciones; señalaría intenciones de reforma institucional; haría explícitos recursos físicos, propósitos, estrategias y tácticas económicas (fiscal, monetaria, cambiaria); sectoriales (agricultura, energía, industria, servicios); de mercado (demanda, oferta, precios); servicios financieros (liquidez, tasas de interés, instituciones, mecanismos de regulación, operaciones); recursos humanos (población, educación, capacitación, nivel de vida); organización política e institucional, y competitividad (la defino en Capítulo 65).

Con los planes nacionales se integraría el plan global, equivalente a contrato social de dimensión cósmica, inspirado en Rousseau. Buscaría conciliar la libertad inalienable de las naciones y su sujeción a un régimen que establezca orden, compromiso y esfuerzo compartido.

Se requiere metodología-modelo de coordinación de políticas sociales, de carácter voluntario, que las naciones-Estado acondicionen a sus necesidades y utilicen para ordenar y administrar sus sistemas económico, político y social, adecuarlos al marco global y participar en la implantación del mecanismo colaborativo de desarrollo global.

No es pertinente imponer patrón común estricto. Cada país ha de determinar el esquema más adecuado a sus características culturales, sociales, económicas, naturales y políticas, aunque compatible con el marco global, sin provocar distorsiones ni rupturas. De ningún modo puede ser coercitivo, que contravenga la naturaleza y cultura de cada nación. Tampoco conviene una autoridad supranacional que vigile la actuación de los Estados y viole soberanía e independencia.

La tecnología aporta vasta información que facilita preparar políticas eficaces y dar seguimiento a su instrumentación y brindarla a particulares, para que la empleen como fuente de conocimientos y herramienta para prever y valorar posibles efectos y consecuencias de cursos alternativos de acción, controlar operaciones, administrar recursos y conocer y evaluar resultados. Este mecanismo patrocinaría que gobiernos, empresas, instituciones y familias estén al tanto de lo que sucede y de lo que pretenden hacer los otros. Sus expectativas se fundarían en bases sólidas y permitirían ejecutar acciones razonadas, menos pasionales y más provechosas, o menos dañinas, si fuere el caso.

Se trata de una faena compleja y espinosa. Empero, apunta Gilpin: "la coordinación de políticas entre los gobiernos […] se ha vuelto cada vez más necesaria. La solución de los problemas técnicos de la coordinación de políticas, tanto horizontalmente, a través de los regímenes internacionales, como verticalmente entre los niveles nacional e internacional de las políticas, será por lo menos un desafío central que deberá enfrentar la política económica."[112]

El asunto es delicado: la aplicación incorrecta de la técnica de planificar es peligrosa. Su fracaso causa desengaño, desaliento y desconfianza en gobernantes y sociedad civil, agrava los problemas que trata de corregir, crea otros, nutre la anomia y genera entropía.

El planificador está expuesto a caer en tres trampas: primero, extrapolar lo sucedido y dar por hecho que la sociedad y la economía mantendrán comportamiento semejante en el futuro; segundo, dejarse dominar por la emoción del momento y ser demasiado optimista cuando se vive en auge o muy pesimista ante la crisis, y tercero, soltar la imaginación y delinear objetivos inalcanzables y estrategias impracticables.

Es sencillo desear y ofrecer —"prometer no empobrece"— pero azaroso instrumentar. Hay que proceder con estricto apego a la realidad y posibilidades.

Gobiernos y comunidad internacional han de estar conscientes de sus capacidades al elaborar planes, así como durante su instrumentación y seguimiento, evaluar resultados con esmero, retroalimentar el proceso y afinar permanentemente el plan. Otro aspecto toral es anticipar repercusiones de las acciones en su país y en el ámbito global.

Hay que conservar situación relativa de estabilidad, desarrollo y concordia, donde no quepan pretextos para que alguien agreda o trate de aprovecharse. Es requisito para crear círculo virtuoso que eleve la calidad de vida en todos los confines, sobre todo los atrasados.

¿Cuál es el camino para aproximarse a esa situación?

Liberalismo irrestricto no: es injusto y riesgoso. La utopía marxista fue rechazada por la historia y no tiene sucedáneo. La ruta alterna es liberalismo humanizado, reconstruido sobre el actual, que perfeccione aciertos y enmiende defectos, con auxilio de la planificación planetaria que permita a cada país, región y comunidad descubrir y seguir la vía viable, que detallo en Capítulo 54.

Aspectos trascendentales del proceso de planificar son innovación, empleo, reforma institucional, organismos, corporaciones y sistema financiero. Examino enseguida cada uno.

19. Innovación: vector de cambio

Las causas inmediatas del desarrollo de una sociedad son disponibilidad de recursos naturales y conducta humana, sustenta Lewis. La última se despliega en voluntad de economizar, acumulación y aplicación de conocimientos y formación de capital, descritos en Capítulo 26.[113]

Ambos autores coinciden en la relevancia de acumular y aplicar conocimientos, materializados como invención e innovación, a los que, junto a instituciones, Morgan atribuye la evolución humana.[114] Invención es descubrimiento o hallazgo de algo nuevo: es fruto de investigación y desarrollo (I&D): obra de creadores. Innovación es aplicación práctica de un invento a la producción: la ejecutan empresarios.[115] Las dos repercuten en adelanto tecnológico. Adelante hablo de instituciones.

Schumpeter, cuyas ideas se conservan vigentes a 50 años de distancia, centra su teoría en las innovaciones, o sea introducir productos, modos de producción, procedimientos de comercialización, fuentes de materias primas y formas de organización.[116]

Cepeda Salinas apunta lo mismo en estilo coloquial: "existen cuatro caminos básicos para generar riqueza y éstos son: hacer lo mismo que los demás más rápido; hacer lo mismo que los demás más barato; hacer lo mismo que los demás mejor, y hacer lo que los demás no hacen."[117]

Para ponerlos al día agrego: integrarse a otros para producir más rápido, más barato, mejor y lo que no se hace, en el lugar donde sea más redituable. Así incorporo la integración y el dónde.

edu.red

NOTA: Es innecesaria y discutible la duración exacta de cada periodo: se ajustan a quinquenios para facilitar su lectura.

FUENTES: Schumpeter, Joseph A., Business Cycles, McGraw-Hill, New York, 1939; Hansen, Alvin

H., Ciclos económicos y política de estabilización, Siglo XXI, México, 1967, e investigación propia.

Las innovaciones hechas de 1950 a 1970 detonaron la quinta onda larga o ciclo de Kondratieff en el mundo, según se aprecia en el cuadro.[118] Arranca en los sesentas, cuando la economía mundial se ubica en la cresta de la onda anterior. Sus resultados se observan a partir de 1990 como incremento sostenido de inversión, productividad y rendimientos de capital, así como reproducción acelerada de tecnología, que retroalimenta y vigoriza el proceso.[119]

La fase expansiva pudiere durar 20 a 30 años más. Depende de la destreza y eficiencia con que se utilice y reproduzca el capital; de la vida útil de la planta productiva y construcciones; del ritmo a que se acomoden los factores productivos, sectorial y regionalmente; de la memoria histórica y expectativas de los agentes económicos, y del horizonte que cubran las decisiones de inversión.

El empleo de mano de obra se consideraba indicador prominente de las fluctuaciones. No aparece en el párrafo anterior, porque la situación ha variado, como explico en Capítulo 20. Hoy los cambios son más profundos por la naturaleza y alcance de las innovaciones, que modifican patrones de consumo y de vida y fuerzan a reorganizar, reconvertir y relocalizar la planta productiva del planeta. Supone recibir inyecciones masivas de capital para trasformar y adaptar las instalaciones a escala global y producir maquinaria con especializaciones y especificaciones diferentes; disponer de aparatos, equipos, accesorios, programas y sistemas también distintos, y de planta idónea para ofrecer bienes y servicios complejos y refinados. La tecnología es tan avanzada que por sí misma se reproduce y evoluciona a alta velocidad.

Innovar implica combinar tecnologías y hacerlas compatibles. Los pasos inmediatos serán fusionar las tres magnas conversiones de siglo 20º: informática, amplifica la potencialidad de la mente humana; biotecnológica, abre fronteras insospechadas en el conocimiento de la vida, y cuántica, expande capacidad para actuar sobre la materia.

Imposible dudar que crecerán las ventajas competitivas de países prósperos y de quienes tengan medios, capacidad y voluntad para adherirse a la reestructuración productiva. El costo será desempleo y profundización de los darwinismos social y geográfico.

La comunidad de países tendrá que fijar prioridades de investigación; aplicarla para mejorar condiciones de vida de zonas atrasadas; introducir soluciones para impedir que el progreso tecnológico acentúe el darwinismo, o al menos lo atenúe; limitar el desperdicio derivado de la obsolescencia, y prever hasta dónde se puede manipular el genoma humano sin afectar las leyes de la naturaleza ni contravenir la ética. Todo debe estar contemplado en el sistema de planificación.

20. Perspectiva del empleo

La globalización introduce profesiones, especialidades, funciones y tareas e impone adaptación o trasformación de otras. Privilegia a trabajadores calificados y desdeña a quienes realizan faenas rudimentarias, que se sustituyen por máquinas y aparatos o con inmigrantes, siempre en busca de competir en los términos de eficiencia, eficacia y rentabilidad fijados por el mercado.

Es una afrenta desde el ángulo humanista, pues hay 150 millones de desocupados y 850 millones de subempleados al inicio del siglo, según ONU; entre 60 y 100 millones de jóvenes de 15 a 24 años buscan trabajo sin conseguirlo, y quienes cumplen 40 años pierden la esperanza de conservar su puesto u obtener uno. Las aptitudes se vuelven obsoletas en poco tiempo, por la velocidad de la innovación tecnológica, y crea inestabilidad laboral e inquietud social.

El desempleo medio en Unión Europea es superior a 10%. Se le considera estructural: llegó para quedarse. Milton Friedman lo considera tasa natural de desempleo.[120] No se corrige con políticas fiscales ni monetarias. Su magnitud depende de cuántos trabajadores se ponen al día en destreza técnica y qué tan flexibles son para acomodarse a los cambios suscitados por el progreso tecnológico.

Se invalida la teoría keynesiana centrada en el principio de que la economía tiende al empleo pleno.[121] La estructura productiva actual impide aspirar a su plenitud.

El escenario laboral del mundo adelantado se trasforma: se ensancha la brecha entre personal calificado e impreparado; abunda la contratación de personal de alta calificación y escasean puestos de categoría intermedia y baja, y las escalas de salarios cada vez se abren más. Muchos trabajadores prefieren cobrar seguro de desempleo o dedicarse al ocio que realizar faenas rudimentarias, las cuales quedan disponibles para inmigrantes provenientes de zonas subdesarrolladas.

Las plazas contractuales, permanentes y seguras se castigan con menor pago; se sustituyen por turnos cortos, puestos de tiempo parcial, contratación externa, tareas por cuenta propia, microempresas o actividades informales, y se induce jubilación forzada. Los sindicatos abandonan la postura tradicional de lucha laboral; ahora proclaman el derecho al trabajo y negocian para que no se cancelen plazas.

Estos rasgos se aprecian en economías emergentes, como México.

Thomas Friedman aduce que los gobiernos deben esforzarse por hacer que el empleo de su gente sea intocable y no se traslade ni sustituya. Están obligados a construir la infraestructura física y humana que permita a la población adquirir la instrucción requerida para tener ocupación permanente.[122]

Suena utópico, mas la ética aconseja planificar el mercado de trabajo en el marco de los modos y relaciones de producción vigentes, en busca de lo más próximo a esa situación ideal, de acuerdo a las posibilidades reales, con la metodología y enfoque que he reiterado.

21. Organismos internacionales

Existen alrededor de 250 naciones-Estado, cada una con principios, valores e intereses afines o contrarios a los de otras. Cuando son afines, entablan relaciones en armonía, colaboración y convivencia pacífica. Si se presentan discordancias surgen conflicto, hostilidad y guerra.

Por libre y soberana que sea una comunidad no puede aislarse, pues tiene influencias recíprocas con otras, lo cual aguza el instinto colectivista de sus miembros, quienes paradójicamente se agrupan para proteger su individualidad, a través de alianzas bilaterales o multilaterales con objeto de cooperar entre sí o combatir a terceros.

Desde el fin de la segunda guerra mundial el concierto de naciones procura vivir en paz, si no absoluta por lo menos general, y resolver conjuntamente problemas multilaterales mediante entendimiento, comprensión y acuerdos. Participan en tales propósitos unos 300 organismos internacionales gubernamentales (OIGs) y más de 5,000 no gubernamentales (ONGs), quienes atienden todo asunto que trasciende fronteras, cobra dimensión mundial y requiere soluciones globales.

Los OIGs son antiguos: Archer consigna datos de 1693.[123] Brindan foro de diálogo e instrumento de cooperación inigualables. Los poderosos los aprovechan para colaborar, ponerse de acuerdo en asuntos clave, negociar entre sí y con los subdesarrollados, atacar problemas comunes y resolver controversias. Los subdesarrollados para lo mismo y solicitar ayuda.

El más importante es Organización de las Naciones Unidas (ONU),[124] a la cual se vinculan 47 organismos.[125] Se fragua en tiempos de guerra para promover la paz y se proyecta al futuro, al encomendársele alentar cooperación y auxilio. La constituyen 50 países en 1945. En el presente agrupa 191. Es reproducción miniatura del orbe, lo cual hace su labor superlativa. Ocupa más de 50,000 personas. Padece burocratismo, deficiencias de coordinación y control, corrupción, abusos, duplicación y traslape de funciones y dificultades financieras crónicas.[126] Como consecuencia, suele ir a la zaga de sus responsabilidades y siempre está en reorganización. Aún así, no puede concebirse su muerte: "ONU es, hoy día, más necesaria que nunca para nuestro mundo. […] Si […] tendríamos que crear otra," clama Naffah.[127]

Amén de la complejidad de sus tareas, los OIGs se ven agobiados por problemas que dificultan obtener resultados acordes a la magnitud de las necesidades. Cada uno trabaja por su cuenta y promulga su normatividad, a la que deben ajustarse los miembros, sin coordinación ni comunidad de metas. Stiglitz juzga que estamos ante una situación de "gobernanza global sin gobierno global."[128]

Empero, no es correcto juzgarlos a la ligera. Trabajar para un mundo tan abstruso y convulsionado es obra colosal. Lo que hace falta es analizar estructuras, prácticas y funciones de cada uno; evaluar su actuación; replantear su constitución, e insertar sus responsabilidades y tareas en el contexto del sistema mundial de planificación.

Son criticados, en particular ONU y organismos financieros, por atender lineamientos de los poderosos: "están ideologizados en demasía a favor de la concepción de los países industrializados de lo que deberá ser el mundo del futuro," opina Urquidi.[129]

Pearson et. al. piensan: "al crear una organización de paz [ONU], los ganadores creaban también una organización diseñada para promover su propio interés en mantener el statu quo de posguerra durante el mayor tiempo posible."[130]

Es comprensible que los países ricos busquen consolidar sus privilegios. Digo comprensible, no apropiado. Responde a la autopreferencia benthamiana, natural en todo individuo y grupo.

Al concierto mundial de naciones corresponde exigirles no utilizarlos como instrumentos de poder y pedir a sus autoridades no dejarse manipular, pues deben ser independientes y neutrales.

Dado su papel hegemónico los mismos Estados ricos tienen obligación y compromiso de que los OIGs actúen imparcialmente, se reorganicen, se adapten a la realidad y sean núcleo de coordinación y apoyo de la comunidad de naciones.

Jacobson supone que "podría culminar el mundo entero organizado como una unidad política."[131] Si bien es inconcebible en el presente, pudiere cristalizar en horizonte no tan lejano, cuando se modifiquen las percepciones de patria, nación, Estado y soberanía. La Unión Europea avanzó mucho en este sentido en medio siglo y creó cuerpos comunitarios, moneda común (euro), trata de instituir una Constitución también comunitaria y se ve cercano el día cuando se integre en confederación de Estados, unificados, aunque con características y culturas propias.[132] Aún así, por ahora el planeta está regionalizado, apunto en Capítulo 3.

22. Sistema financiero internacional

Mención aparte merecen Fondo Monetario Internacional (FMI)[133] y Grupo Banco Mundial (BM), ambos del sistema ONU,[134] instituidos en 1944 en Bretton Woods, como rectores del sistema financiero mundial.

La misión de FMI es coadyuvar a que los países miembros resuelvan desequilibrios financieros y a preservar la salud del sistema mundial en este terreno. La de BM fue aportar fondos para reconstruir las economías desvastadas por la guerra y es alentar el desarrollo de las atrasadas. Conceden crédito a solicitantes que cumplen requisitos de austeridad, disciplina fiscal y monetaria, solidez económica, tienen gobierno democrático, combaten la corrupción y aceptan compromisos concretos, formalizados en una carta de intención.

Ante el hecho de que muchas economías padecen estragos causados por el neoliberalismo, en 1989 dichos organismos emiten diez recomendaciones para que las subdesarrolladas se adapten a la situación y progresen: 1, ejercer disciplina fiscal, 2, reordenar prioridades de gasto público, 3, emprender reforma tributaria, 4, liberar tasas de interés, 5, mantener tipo de cambio competitivo, 6, liberar comercio, 7, liberar inversión extranjera, 8, privatizar empresas, 9, desregular y 10, proteger derechos de propiedad. Se conocen como Consenso de Washington.[135]

Los países solicitantes de crédito tienen que apegarse a tales requisitos y someterse a vigilancia. Se instruye a los gobiernos en apuros cómo hagan su tarea. Son condiciones que cualquier economía debería implantar motu proprio, pues la globalización es inevitable e irreversible. Nadie puede detener la marcha de la tecnología ni la trasformación a velocidad aterradora del aparato productivo y los mercados ni el flujo de información que flota en el espacio.

La carta de intención equivale a programa de emergencia, requerido para garantizar solvencia y asegurar la recuperación de los fondos prestados, que pertenecen a los países miembros, México entre ellos. El acreditado se compromete a reorganizar su economía, estabilizarla, construir su plataforma de desarrollo y generar recursos para pagar su deuda. Se apega a un patrón general, de visión estrecha y alcance limitado, pero mejor y más efectivo que los planes de desarrollo preparados para llenar una formalidad o congraciarse con el pueblo.

Cumplir los lineamientos ocasiona desajustes: devaluación, receso, inflación, desempleo y acrecienta la pobreza. Ante ello aflora inconformidad, protestas y animadversión al Fondo, al Banco, al Consenso de Washington y a EUA, por ser metrópoli del imperio. Se les acusa de imponer estrategias al mundo subdesarrollado y regir su destino.

Ambos organismos observan el comportamiento de cada país deudor, elaboran dictámenes y recomendaciones, que también son vistas como injerencia indebida. Mas resultan convenientes, por equipararse a auditorías externas que exponen deficiencias que desde dentro pudieren pasar inadvertidas.

No tendrían porqué intervenir si cada nación-Estado formulara su política económica de acuerdo a su filosofía, capacidades y limitaciones; fijara acciones y metas alcanzables; se coordinara con otras para aprovechar sinergias; utilizara los recursos con honradez; se administrara con sensatez, prudencia, constancia y humanismo, y avanzara con eficacia. Si cada uno actuara correctamente y no incurriera en desequilibrios, FMI o BM no tendrían porqué imponer requisitos ni los países acatarlos. No cumplen y sus economías sufren colapsos que les orillan a implorar recursos y asesoría. Los organismos acuden en su ayuda y se les acusa de intervencionistas.

En la práctica actúan como rescatistas, invaden campos y duplican funciones. Dado que el grueso de asociados los necesitan, es preciso reorganizarlos y conseguir que canalicen sus recursos de manera armónica, coordinada, equitativa y eficaz, según capacidades y requerimientos de cada miembro, con perspectiva integral.[136]

Los efectos más adversos del globalismo proceden de la liberación de los mercados financieros y de capital, arguye Stiglitz, ya que inevitablemente va acompañada de alta volatilidad, que obstruye el crecimiento e incrementa la pobreza.[137] Son inconvenientes de la economía casino, que preocupa a Keynes.

¿Aconseja esto restringir transacciones internacionales de capital?

No lo creo: obstruiría la corriente de inversión, sustancia vital de la economía y se anquilosarían empleo, producción y comercio. Tampoco es sencillo: los flujos monetarios están mundializados: se operan a distancia, por teléfono e internet. Las decisiones sobre dónde colocar el capital son asunto local, individual, soberano. Su disponibilidad y libre desplazamiento despierta confianza: es ventaja competitiva. El ahorro fluye adonde obtiene mejor rendimiento y seguridad de recuperación en el momento deseado. Para varias economías las operaciones especulativas son actividad destacada de alto valor agregado. Desalentarlas acarrearía desempleo y mermaría el ingreso nacional. Cualquier barrera a la entrada o salida de capital condena a la nación-Estado que la establece a quedar fuera y no recibir fondos. A la vez patrocina mercado negro, sobre el cual se carece de control; dificulta regular movimientos financieros, y auspicia corrupción. El costo económico y social sería excesivo e incidiría en desprestigio que ningún político está dispuesto a aceptar, a menos de que exista causa excepcional, inevitable. Por lo demás, un control internacional prevalecería sobre legislaciones internas y violaría soberanías.

Lo ideal sería combinar libre movilidad internacional de capital; regulación, supervisión y control de mercados financieros, y soberanía de políticas monetarias nacionales. Son incompatibles y por lo mismo inaplicables. La disyuntiva es controlar movimientos de capital sin desalentar la inversión, de tal modo que el movimiento de capital no cause dependencia ni estragos. Reorganizar el sistema financiero internacional, con cuidado de que sea gradual, para no provocar desajustes, desequilibrios, distorsiones ni incongruencias. Es mucho lo que se puede mejorar en materia de pagos, cambios, inflación, comercio y desarrollo internacionales, si se apegan a un plan global que ordene los mercados financieros globales en los términos apuntados.

23. ONGs y corporaciones

Los organismos internacionales no gubernamentales (ONGs) también desempeñan papel relevante. Son parte de la sociedad civil. Proponen, promueven, catalizan, observan, vigilan y auditan actividades de gobiernos, OIGs y corporaciones trasnacionales, emiten opiniones y recomendaciones.

Es primordial vigilar que no abusen, no sean perjudiciales ni rémoras del progreso. Algunos patrocinan y/o participan en actividades perniciosas. Deben identificarse y desmantelarse, pues desvirtúan el espíritu generoso que los debe alumbrar.

Otro actor destacado son las corporaciones trasnacionales (CTNs), llamadas así porque sus actividades trascienden fronteras de sus países sede.[138] No son trasnacionales por producir fuera, sino por actuar como tales, aclaran Czinkota et. al.: "el criterio clave es que la empresa controle sus instalaciones productivas en el exterior y las administre (al igual que sus operaciones locales) de forma integral en busca de oportunidades globales."[139]

Cuando la matriz posee el capital total de la compañía, ésta conserva su nacionalidad, aunque sus operaciones son trasnacionales. Si opera fuera asociada con capitalistas de otros países es además multinacional. Las CTNs influyen en lo que sucede en territorios anfitriones y en el mercado mundial. Es fenómeno arcaico: en siglo 13° compañías holandesas y británicas hacen negocios más allá de sus fronteras; se expanden a fines del 19º y se consolidan en el 20º.

Se les repudia por extranjeras, lo que denota xenofobia y nacionalismo; por dominar economías locales, interferir en políticas nacionales, auspiciar dependencia tecnológica, ejercer influencia cultural, inmiscuirse en la vida interna y restar soberanía a los gobiernos, lo cual es cierto en buena medida. También por extraer sus ganancias, aunque sea legítimo, sin considerar que suelen reinvertirlas y sólo retiran pagos por tecnología, patentes, intereses, dividendos y servicios.

El aspecto positivo es que inyectan capital fijo, trasfieren tecnología, crean empleo, generan ingreso, promueven desarrollo sectorial y regional y captan ingreso por exportación.

Las CTNs son líderes de la economía mundial desde fecha inmemorial y lo seguirán siendo. Por su conducto se globalizan flujos de capital, tecnología, acceso a mercados y asistencia técnica. También reestructuran procesos productivos. De alguna forma planifican la marcha y dinamismo de la economía planetaria, señalé atrás.

A los OIGs, con ONU a la vanguardia, compete instaurar y operar el sistema global de planificación que recomiendo, auxiliados por ONGs y CTNs. Por ahora no existe líder, voluntad ni plan rector para organizar y orientar en la misma dirección a tantos países, de manera que sus acciones, coordinadas, sean más efectivas en la búsqueda del bienestar-bienser general, bajo un pacto que los comprometa sin sacrificar soberanía, cultura, autodeterminación ni libertad.

No será un hombre excepcional quien ordene el planeta, sino la comunidad de naciones, en conjunto, por iniciativa y con el patrocinio de los gobiernos con mayor poder: no se puede evitar. Es ley natural: ellos tienen los recursos.

Tercera parte

Subdesarrollo y pobreza

24. Pobreza de las naciones

Abordé los temas desarrollo y planificación desde perspectiva global. Ahora los enfoco a naciones subdesarrolladas, en especial México.

¿Qué se entiende por subdesarrolladas?[140]

El prefijo sub debajo de, inferior a— da al vocablo connotación relativa: es la situación de ciertas sociedades respecto al estado de superioridad tipificado como desarrollo, correspondiente a países desarrollados. Se aplica a naciones con pobreza relativa, cuya naturaleza y orígenes deben desentrañarse para comprender el problema y aportar soluciones. El cuerpo de doctrinas que lo estudian se denomina teoría del desarrollo, aunque sería más propio teoría de la pobreza, por ser ésta el meollo del asunto.

Pobreza es anverso de riqueza. Se origina en la división del trabajo y en como se distribuyen los factores productivos tierra, capital y conocimiento, que determinan rangos de ingreso y los darwinismos social y geográfico examinados en Capítulo 5.[141] Cuando es general no es defecto atribuible a la persona, sino al sistema: es sistémico.

Anticipé que desde siempre existen personas y sociedades que detentan fortuna y poder, frente a la masa mayoritaria que vive en penuria. El Antiguo testamento alude a tal diferencia: Isaac "fue hombre de gran riqueza y llegó a ser muy importante y poderoso" (Génesis 26.13).[142] En el Nuevo testamento frecuentemente se menciona el tema, como cuando Jesús advierte: "entre ustedes siempre habrá pobres" (Mateo 26.10) y "en la vida los que tienen mucho obtienen más, y los que tienen poco pierden hasta lo poco que tienen" (Lucas 19.26). Platón alega que un Estado sano es capaz de evitar las "incomodidades de la pobreza o de la guerra."[143] Aristóteles advierte: "la pobreza es próximo pariente de la revolución y el crimen."[144]

Numerosos pensadores buscan fórmulas para eliminar el mal. Algunos brindan arquetipos de sociedad ideal: Platón es precursor, con La Atlántida.[145] En siglo 16º Thomas More concibe Utopía (lugar que no existe, por su etimología griega ??? no y ????s: lugar), "una de las protestas más famosas en contra de la desigualdad," opina Whittaker.[146] Campanella propone La Ciudad del Sol. Un siglo después Winstanley y Bellers recomiendan sociedades igualitarias. En la siguiente centuria destacan Godwin, Saint Simon, Owen y Fourier, y en siglo 19º Rodbertus y Marx, éste el más influyente de todos.[147]

La revolución industrial de siglo 17° expande la brecha ricos/pobres. En el contexto de La ilustración Rousseau propone contrato social en 1762, que comprometa a respetar derechos humanos y auspiciar la igualdad. Adam Smith investiga en 1776 a qué obedecen las diferencias en La riqueza de las naciones, título de su obra cumbre, que le vale ser padre de la economía.[148]

En siglo 19° y principio del 20° la industrialización contribuye "a una creciente disparidad en la riqueza entre las sociedades del hemisferio occidental y aquellas del hemisferio austral" y abre la brecha ricos/pobres, relatan Pearson et. al.:[149] Se le llama brecha norte/sur, porque los primeros se sitúan en el hemisferio boreal —excepto Australia y Nueva Zelanda— y los segundos en el meridional.

ONU estima que 1,200 millones de personas subsisten en pobreza extrema a fin de siglo 20, y 1,600 millones de personas en pobreza moderada. Suman 2,800 millones, cifra indignante cuando el producto planetario crece con rapidez, abundan bienes y servicios y se proclaman democracia y respeto a los derechos humanos.

El corolario es que jamás ha existido equidad entre personas ni países. La teoría del desarrollo intenta dilucidar a qué se debe. En Capítulo 56 examino la pobreza en México.

25. Síndrome de subdesarrollo

La primera mitad de siglo 20º presencia dos guerras mundiales, que trazan un parteaguas histórico. A partir de 1945, concluida la segunda, los países adelantados acometen su recuperación y se aviva el interés por los subdesarrollados. "Tuvo su origen en la conciencia política, cada vez más despierta, de la gran masa humana que vive en una miseria lamentable y que percibe, cada día con mayor claridad, la enorme y creciente diferencia entre sus condiciones de vida y las que predominan en las naciones ricas y desarrolladas," escribe en esa época Kaldor.[150]

Es enorme el contraste. En el mundo próspero se genera efecto-riqueza, antes citado, que patrocina flujos crecientes de empleo-ingreso-ahorro-inversión-producción e induce a la gente a ahorrar y ejercer alto consumo, lo cual refuerza el auge.

En el ámbito subdesarrollado opera efecto-pobreza, que configura un circuito perverso, donde tales flujos se mueven al revés y vigorizan el atraso. Obedece a que lo integran zonas condenadas a ser pobres, por estar atrapadas en círculos viciosos infranqueables. Nurkse lo compendia en una tautología: "un país es pobre porque es pobre,"[151] proposición irrebatible. Enfrentan "circunstancias que tienden a mantener a cualquier economía atrasada en una condición estacionaria, en un estado de " sostenido por fuerzas automáticas internas.[152]

El asunto está de moda en los cincuentas. A instancias del presidente John F. Kennedy de EUA, ONU promueve brindar atención preferente a países atrasados en los sesentas, nombrada década de desarrollo, que se refrenda en los setentas.

Dadzie comenta: "en la perspectiva de 1980 las dos décadas de desarrollo podrían bien ser caracterizadas como La gran masa de la gente en los países en desarrollo continúa su vida en terrible pobreza."[153]

En 2000 ONU celebra Cumbre del milenio. Allí 189 jefes de Estado y de gobierno presentan Objetivos de desarrollo del milenio para 2015: erradicar la pobreza extrema, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, reducir a la quinta parte la mortalidad materna, combatir VIHSIDA, malaria y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y crear un pacto global de desarrollo.[154]

Son intenciones sanas, pero impracticables mientras no se instituya sistema de planeación y no se fije plazo razonable: 15 años son pocos: se requieren 30 ó 45: 2 ó 3 generaciones, pues subdesarrollo no es un problema, es la conjunción de múltiples problemas de índole plural —naturales, políticos, culturales, económicos, tecnológicos, sociales, emocionales— todos vinculados, que caracterizan un síndrome —conjunto de fenómenos que causan una situación determinada— y es sistémico.

Los ensayos sobre la materia enumeran síntomas en cuanto a disponibilidad y aprovechamiento de factores productivos y su asignación, situación demográfica y económica. Cada autor destaca aspectos que juzga relevantes y propone soluciones parciales. Pero no se halla el remedio efectivo, porque la sociedad humana es demasiado intrincada y heterogénea: incluye al hombre y la naturaleza, más todo lo intelectual y material surgido de la conjunción de ambos. Es equiparable a inmenso circuito electrónico, donde cada componente tiene una función precisa, está conectado a los demás y todos entablan influencias recíprocas. La eficacia del conjunto depende de cada parte y de la forma en que operan, se relacionan e interactúan. Observar aisladamente cultura, población, recursos naturales, capital o planta industrial es como examinar sólo un transistor, un diodo o un electrodo para tratar de comprender al todo y repararlo. La sociedad debe estudiarse en su integridad, con enfoque de sistemas:[155] analizar el conjunto y cada parte, sus interrelaciones y reacciones, conocerlos, organizarlos, dirigirlos, vigilar su comportamiento, controlarlos y corregirlos, en pos de objetivos predeterminados alcanzables, fijados según recursos disponibles.

El subdesarrollo se distingue por agudos contrastes entre sectores productivos y entre regiones, originados en la coexistencia de actividades capitalistas modernas e intermedias con labores rudimentarias.

Para Furtado resultan de que "la penetración de la nueva tecnología en el sistema productivo, al desorganizar un sector de economía artesanal preexistente, crea de inmediato un problema de excedente de mano de obra sin posibilidades de absorción. Tal excedente refluye hacia formas artesanales de economías de subsistencia, creando dentro del sistema económico un dualismo que condicionará todo el proceso social subsiguiente. El dualismo de la estructura económica se reflejará, por un lado, en una distribución sumamente desigual del ingreso, y por otro en una demanda de bienes finales poco vigorosa."[156]

La sociedad se desdobla en varias, con grados diferentes de avance o pobreza, según recursos, estructura productiva y localización industrial. Se manifiesta en desigualdades de ingreso —darwinismo social— y desequilibrios regionales —darwinismo geográfico interno. Explica la existencia de múltiples Méxicos.

En tal escenario la finalidad de la política pública tiene que ser combatir el síndrome de manera integral y promover el desarrollo.

26. Paradigma desarrollista

Un país es pobre porque es pobre, como dice Nurkse, porque no evolucionan su cultura, régimen jurídico-político, instituciones, ciencia, tecnología y aparato productivo. Lo impide su pobreza, la cual es a su vez consecuencia del estado de aquellos conceptos. Romper el círculo implica renovar los aparatos legal y político, reorganizar las instituciones, elevar la cultura, impulsar ciencia y tecnología, mejorar la base económica, contener el crecimiento de población y cuidar el medio, de manera sistemática y planificada.

Se resume en tres dilemas: cultural, político y económico, atenazados por dos retos: demográfico y ecológico, que dilucido a lo largo de este trabajo.

Lewis atribuye el desarrollo a disponibilidad de recursos naturales y conducta humana, anoté. La primera no requiere comentario. Sin embargo, la paradoja de que países con riqueza física son pobres insinúa que es determinante el comportamiento de sus habitantes, del cual derivan tres causas inmediatas del desarrollo:[157]

Voluntad de economizar: esfuerzo para aumentar el rendimiento o reducir el costo de la actividad productiva. Es decir, para obtener eficiencia. Max Weber la nombra mentalidad económica (???s economicus).[158]

Conocimientos técnicos y sociales. Los primeros se refieren a investigar, descubrir, aprender, inventar, innovar, i.e. enriquecer la inteligencia colectiva. Los sociales a cómo entablar relaciones humanas constructivas, o sea elevar la inteligencia emocional del grupo.

Acumulación de capital: invertir en planta, equipo y construcciones. Se necesita generar ahorro interno o conseguirlo fuera.

Entrañan decisiones que gobiernan el funcionamiento de la economía y su posición en el contexto internacional. Son fruto de principios, valores, educación, sentimientos, costumbres y actitudes. Dependen de régimen jurídico, político e instituciones. Modificarlos requiere metamorfosis cultural y renovación jurídica, política e institucional.

¿Cómo se ataca el síndrome de subdesarrollo en años recientes?

Terminada la segunda guerra, los Estados prósperos adoptan recetas keynesianas para mantener equilibrio económico local y externo —condensado en empleo pleno y precios estables— y evitar otra depresión como la de los treintas. Larribau lo llama mito del pleno empleo.[159]

Keynes desconoce el subdesarrollo. No es inconveniente para que el tercer mundo se ajuste a sus tesis, avaladas por naciones ricas y organismos internacionales, ya que sus remedios fiscales y monetarios dan resultados apreciables en tiempo breve y prestigio a los gobernantes.

Los países poderosos fincan su avance en la industria desde siglo 17º. Se les califica de industrializados, sinónimo de desarrollados, cualidad que varió, pues ahora los impulsa su sector terciario. El antecedente influye para que los débiles sigan la estrategia, confundida con objetivo, de fomentar la industria, orientada al mercado interno, y con ello sustituir importaciones, atraer inversión, crear empleo y fortalecer ingreso y demanda. Buscan inducir crecimiento hacia dentro. Se sustenta en intervención estatal, presupuesto deficitario, deuda pública, inyección de circulante, financiamiento y proteccionismo comercial. Interesa ocupar gente, táctica keynesiana típica. No preocupa operar con eficiencia, productividad, calidad, puntualidad ni costo mínimo, pues la falta de competencia externa asegura ventas y rentabilidad. Tampoco importa avanzar con estabilidad monetaria, procedimiento sano, pero lento. Se opta por gasto inflacionario, de respuesta veloz, sin aquilatar riesgos. El paradigma se conoce como desarrollismo. Larribau lo considera mitología del crecimiento.[160]

¿Cuál es el resultado?

Hirschman escribe: "se esperaba que la industrialización cambiara el orden social y todo lo que hizo fue producir manufacturas."[161]

Flores afirma: "así, después de dos décadas de diagnósticos superficiales y demagogia desarrollista en crescendo [sic], hoy comenzamos a apreciar más sobriamente las enormes dificultades teóricas y prácticas que es necesario vencer para modernizar una economía."[162]

La mezcla es explosiva: las estrategias de desarrollo hacia dentro fuerzan el sistema y provocan desajustes entre recursos, población y tecnología; entre regiones y sectores, y entre grupos sociales. Se desquicia el proceso. Asciende el PIB/H, pero se concentra el ingreso y se extiende la pobreza.

En los ochentas se arraigan neoliberalismo y globalidad. Las regiones prósperas buscan solucionar dificultades propias, en tanto el ámbito subdesarrollado se precipita en la crisis de la deuda, que estalla en México en 1982 y se prolonga a la década perdida, según la denomina Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Al decenio siguiente Argentina, Brasil, México, Rusia y sudeste asiático, entre otros, registran graves crisis financieras.

Tal es el panorama que inspira el Consenso de Washington referido en Capítulo 22. En los noventas algunos subdesarrollados se recuperan, impulsados por el auge que vive EUA, para padecer nuevos desequilibrios hacia el cambio de siglo.

27. Desarrollismo en México

La evolución industrial de México arranca con la segunda guerra mundial (1939-1945), cuando las potencias se concentran en fabricar material bélico y descuidan mercados de manufacturas, que quedan libres y son atendidos por áreas subdesarrolladas.[163]

Al terminar las batallas se reanuda la competencia entre los poderosos. El gobierno mexicano emite ley que fomente industrias nuevas y necesarias y las protege con aranceles para restringir importaciones, que se sujetan a permiso previo.[164] Arranca el desarrollismo.

Este país avanza durante los cincuentas y sesentas sin inflación: vive el desarrollo estabilizador, tildado de milagro mexicano, gracias a abundantes recursos sin explotar; productividad creciente; importación restringida; compradores cautivos; mercado interno en expansión, y auge de posguerra en el primer mundo, que remolca a todos.

Pero la solución es aberrante y artificiosa: el gobierno federal, en complicidad con OIGs y naciones prósperas, emula la trayectoria de éstas y estimula industrialización indiscriminada. Intenta producir de todo aunque se carezca de ventajas competitivas. Muchas empresas operan con ineficacia, mala calidad, ínfima productividad y alto costo, atenidas a que no tienen competencia de fuera. Pronto pagarían su error.

28. La docena trágica

El desarrollo estabilizador se trunca en 1971, por receso en EUA. La reacción del presidente Echeverría es exacerbar el desarrollismo, el gasto público, la deuda y la inflación. Se enfrenta a empresarios, debilita la confianza, huye el ahorro y encamina al país a grave colapso en 1976.

En octubre de ese año se solicita auxilio al Fondo Monetario Internacional (FMI), a quien se entrega la primera carta de intención, donde se establecen compromisos de saneamiento económico.

México sale pronto del enredo por sus pródigos yacimientos de petróleo y dada la emergencia energética mundial comentada en Capítulo 1. El presidente López Portillo ofrece convertirlo en potencia: el problema sería administrar la abundancia, anuncia engreído. La nación se petroliza: dos tercios del ingreso de exportación provienen del crudo en 1981 y Pemex aporta un cuarto del ingreso público.

El sector petrolero se robustece, en tanto se atrofia el resto del aparato productivo. La inversión privada se aletarga, por desconfianza en la política fincada en gasto, deuda externa e inflación excesivos.

El mercado petrolero mundial se satura al inicio de los ochentas; desciende el precio y sobreviene grave colapso: "el 22 de agosto de 1982, el Gobierno Mexicano solicitó a la comunidad bancaria internacional una prórroga de 90 días para los pagos de capital correspondientes a la deuda del sector público," informa Banco de México.[165] Se declara en moratoria por segunda vez en su vida[166]y es precursor de la crisis de la deuda que infesta al ámbito subdesarrollado y al mundo.[167]

"Al finalizar 1982, el país afrontaba la más grave crisis económica desde la Gran Depresión Mundial de fines de los años veinte y principios de los treinta," reconoce Banco de México."[168]

El caso ilustra que el desarrollismo es efectivo mientras existen recursos sin aprovechar; se eleva la productividad; el gobierno aplica política sensata y disciplinada, y el mundo rico disfruta prosperidad. También muestra que acciones carentes de continuidad, congruencia, orden y visión de largo alcance mitigan síntomas aislados de la enfermedad y narcotizan a la sociedad para que se resigne a vivir en postración permanente, pero no promueven el desarrollo.

El fracaso deriva de gobernar sin plan que especifique y analice la etiología del síndrome y defina condiciones, oportunidades, amenazas, objetivos, estrategias, políticas, tácticas y programas, sustentados en la realidad y procedimientos técnicos, con visión integral, telescópica.

Jamás ha existido un plan auténtico, a pesar de que el artículo 26 de la Constitución mexicana dispone implantar el sistema de planeación democrática; en 1930 se emite Ley de planeación; en 1934 aparece primer plan sexenal, y desde entonces cada Presidente presenta su plan, que no pasa de ser lista de intenciones. Adelante regreso a este punto.

En el primer mundo se archivan las teorías de Keynes en los setentas, por demostrar su incapacidad para alcanzar estabilidad y desarrollo perdurables. Se sustituyen por fórmulas monetaristas que persiguen controlar la inflación, mediante restricción financiera y disciplina fiscal y los mercados se dejan en libertad, para que actúen como mecanismo regulador, bajo el principio de la mano invisible. En los ochentas la receta es fortalecer la oferta, a través de reducción de impuestos y alicientes a la inversión privada, en el contexto de la globalización, como señalo en Capítulo 2.

A contracorriente, dos presidentes de México aplican política desarrollista y hunden a la nación en una vorágine regresiva e inflacionaria que desquicia la economía, retrasa la adaptación a la globalidad, empobrece a empresas y familias y pone en efervescencia a la sociedad. Los dos sexenios se recuerdan como la docena trágica.

29. Rumbo a la modernidad

Villarreal sintetiza los problemas engendrados por el esquema estatista-protector en 3S: sobreprotección, sobrerregulación y sobrestatización. Aconseja corregirlos con estrategia 3D: Desprotección, Desregulación y Desestatización.[169]

A partir de 1983 se procura modernizar y reanimar el aparato económico. Se entregan cuatro cartas de intención a FMI para afrontar los efectos de devaluaciones, caída del precio de petróleo y problema de deuda, que aísla a México del mercado financiero internacional. Es preciso aplicar medidas dolorosas para enrolarlo en la corriente global: se adelgaza el gobierno y se aplica rígida disciplina presupuestaria y monetaria; se privatizan empresas estatales; se emprende reconversión industrial; se eliminan barreras comerciales y reglamentos obsoletos; se estimula inversión privada; se reforma el sistema financiero, y se apuntala la estructura productiva. En suma, se aplica la fórmula 3D.

"El cambio estructural ha generado un nuevo funcionamiento del sistema económico (economía abierta, desregulada y privatizada) y ha implicado no sólo la racionalización de la intervención del Estado en la economía, sino nuevas reglas del juego y nuevos jugadores en el proceso, así como nuevos mecanismos para la determinación de los precios o señales del mercado (tasa de interés, tipo de cambio, salarios, etc.)," dice el mismo autor.[170]

En 1989 se consolidan los ajustes, se reestructura la deuda, se firma Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y se contiene la inflación. Con esto la actividad productiva se recupera moderadamente.

Rebelión en Chiapas y asesinatos políticos crean desconfianza en 1994. Además, se eleva la tasa de interés en EUA. Tales acontecimientos provocan salida de 19,000 millones de dólares en ese año que conducen a devaluación del peso en diciembre, con impacto devastador en 1995.

FMI, los gobiernos de Canadá y EUA y la banca internacional ponen a disposición de México 50,000 millones de dólares, con los que cubre compromisos de corto plazo, conserva su crédito externo, registra asombrosa recuperación en 1996 y reemprende el desarrollo, debido a que el aparato productivo es sólido, el gobierno opera con austeridad y disciplina y restringe la oferta monetaria; TLCAN y apertura comercial generan dinamismo y diversidad de exportaciones, se restaura la confianza y alienta la inversión. La economía adquiere categoría de emergente, que defino luego.

De cualquier modo, el avance se concentra en unos cuantos sectores y regiones; agricultura retrocede cada vez más; numerosas empresas ineficientes quiebran; se acumula inflación de 250% de 1995 a 2001, que comprime el ingreso, y el crecimiento demográfico es casi 2% anual. Crece la miseria y se acentúan contrastes entre ricos y pobres, educados e ignorantes, satisfechos y hambrientos, conformes y descontentos.

Las naciones-Estado ricas avanzan en los noventas, gracias a la globalidad y terminan el siglo 20º con admirable prosperidad de 10 años.

Los subdesarrollados deben asimilar las enseñanzas de medio siglo y adoptar paradigmas que los incorporen a la corriente global. Mas no en la forma improvisada, precipitada y desventajosa como lo han hecho, sino con enfoque razonado, sistémico, apoyados en técnicas de planificación que prescriban procedimientos de largo alcance e impulsen la evolución de manera ordenada, coordinada, en armonía y colaboración con otros países.

30. Desarrollo sustentable

Población, recursos naturales y aparato productivo forman trinidad inseparable que traza el devenir de una comunidad.

La población del planeta se incrementa a ritmo inconveniente: se estima que en 2025 sumará 8,300 millones de personas. En la porción subdesarrollada crecerá 40%, para sumar 7,100 millones. Será factor retardatario del avance.

Cubrir las necesidades de un conglomerado que ascenderá a tal ritmo implica que los recursos naturales se deterioren cada vez más, sobre todo en áreas rezagadas, que explotan el medio de modo irracional.

Es evidente que las características geográficas influyen en la riqueza o pobreza de las naciones. Lo demuestra la segregación del planeta en pobres en trópicos y sus inmediaciones, con desiertos, montañas y selvas mezquinos en recursos, y prósperos en el norte, donde disponen de medio ambiente pródigo, más cultura y capital para explotar los recursos con propiedad. Tres casos rompen la norma: Israel se ubica en la faja desértica, pero cuenta con gente calificada, inversión y tecnología. Australia y Nueva Zelanda están en el sur; pero su civilización se localiza debajo del paralelo 30° y también poseen personal adiestrado, inversión y tecnología.

Hace cincuenta años las políticas económicas soslayaban la protección del medio ambiente, porque la contaminación de suelo, agua y aire no parecía nociva ni se vislumbraba su agotamiento. Poca gente conocía la palabra ecología; menos su significado.

Kindleberger se angustia. En 1958 advierte: "la explotación actual de los recursos naturales se está acercando a sus límites básicos, de forma que la preocupación malthusiana acerca de la disminución de los mientos, no está totalmente desprovista de fundamento."[171]

Opiniones como éstas se juzgan catastrofistas. Aún así, despiertan reflexiones acerca de ¿cómo debe efectuarse la explotación de la naturaleza; a qué ritmo; con qué productividad; a qué costo? Obligan a vislumbrar qué heredarán las generaciones futuras; definir la responsabilidad de cada país frente al resto del orbe, y responder preguntas que tienen respuesta única: se deben racionalizar el crecimiento demográfico y la explotación de recursos, en particular en zonas rezagadas, donde los problemas son acuciantes.

Otro lado de la trinidad, planta productiva, incumbe a la economía. Involucra las cuestiones de asignación de recursos escasos aludidas: ¿Qué producir? ¿Cómo y cuánto? ¿Para quién? ¿Dónde? Plantean el dilema económico, que dilucido adelante. La planificación ha de contestarlas en busca del resultado más provechoso, sin dañar la naturaleza.

El concepto escasez es fundamental: aparece cuando las necesidades exceden a los recursos disponibles. Es lo común: si éstos abundaran no habría actividad productiva; los satisfactores serían libres y gratuitos y nadie tendría que trabajar para obtenerlos. Ocurre en El paraíso de Adán y Eva, de donde son expulsados porque descubren el bien y el mal: se vuelven humanos, tienen necesidades y son condenados a laborar para satisfacerlas.

En el mundo real existen pocos bienes libres: aire, aguas y espacios de uso comunal gratuito. Cualquiera tiene acceso a respirar, navegar, nadar, pescar, cazar, acampar, pasear en ellos… así como a destruirlos, contaminarlos, agotarlos y degradarlos.

Administrar adecuadamente población, naturaleza y aparato productivo es esencial para desterrar el padecimiento más lacerante de la humanidad: la pobreza, que envilece al género humano y menoscaba el planeta.

De Castro pregunta en 1952: "¿la sobrepoblación es causa del hambre o el hambre es causa de la sobrepoblación?"[172] Como en el acertijo "¿qué fue primero: el huevo o la gallina?" no hay comienzo ni fin. Forma uno de los circuitos que arraigan el síndrome de subdesarrollo.

Todo indica que la pobreza se expandirá a ritmo acelerado en el futuro inmediato. Atacarla con gasto social es infructuoso: equivale a limosna; es paliativo demagógico. Remedios efectivos son vigorizar la planta productiva, detener la explosión demográfica y corregir los factores que arruinan el medio físico, con criterio sistémico, i.e., en conjunto, no de manera aislada. Se precisa que la comunidad internacional organice y aproveche con sensatez y armonía todos los lados de la trinidad, con un sistema global de planificación, y que las naciones-Estado implanten sistemas individuales, coordinados e integrados al global.

ONU introdujo en 1987 la noción desarrollo sustentable:[173] el "que satisfaga las necesidades de la generación actual sin comprometer las de las futuras."[174] Se refiere a que el aparato productivo aporte satisfactores sólo hasta donde el medio natural lo permita, sin destruir, deteriorar ni agotar los recursos que sustentan la supervivencia y el desarrollo. Implica que haya congruencia entre tendencia demográfica, ambiente físico y economía. Igual que un triciclo: cada rueda debe tener especificaciones y condición óptimas, en concordancia con las demás, para que funcione bien. Si alguna se atora, se mueve con dificultad o a expensas de otra entorpece la marcha del vehículo. El ejemplo es aplicable a la trinidad: si exceso de población y producción desmedida agotan la naturaleza, todos perderemos.

En la retórica actual desarrollo sustentable sustituye al antiguo desarrollo económico como una frase más, que no se atiende con el esmero que requiere.

Mantener equilibrio entre población, recursos y su explotación es urgente y universal. Urgente por la velocidad con que se multiplican población, estragos ambientales y pobreza. Universal porque la Tierra es de todos quienes la poblamos hoy y la habitarán mañana. Ergo, la tarea exige participación cooperativa de todos: naciones-Estado, autoridades, organismos (OIGs y ONGs), empresas y sociedades civiles.

Algunos gobiernos emiten normas para que en sus países las actividades humanas no alteren el medio. OIGs y ONGs aportan proyectos, dinero, trabajo y asistencia técnica con igual objeto. Varias empresas hacen frente a esa responsabilidad por convicción. Numerosos ciudadanos se abstienen de conductas perjudiciales y participan en programas comunitarios. Existen acciones loables, pero aisladas e insuficientes y sus resultados son insignificantes ante la magnitud del problema, sobre todo en áreas subdesarrolladas.

Es frustrante, porque existen múltiples recursos e innovaciones para proteger y restaurar el medio ambiente; métodos para crear fuentes renovables de energía, sustituir elementos tóxicos, reciclar y dar durabilidad a materiales; la ciencia médica y la industria químico-farmacéutica producen fórmulas para ejercer o inducir paternidad responsable; se dispone de mecanismos para aliviar la pobreza, y opera vasta red de información que facilita la difusión y aplicación de métodos de administración de la naturaleza.

Los mecanismos internacionales de colaboración son incompetentes para luchar contra las cuatro plagas que, cual jinetes del Apocalipsis, atañen a la humanidad entera: crecimiento demográfico, miseria, destrucción del medio y violencia, pues lo que sucede en un lugar algún día se refleja en otros, sin importar latitud, grado de pobreza u opulencia, y al final en todos.

Habitamos la aldea global: la tenemos que cuidar y enriquecer. La comunidad planetaria se debe reorganizar e instaurar el sistema que ordene la sociedad humana y la capacite para lograr desarrollo sustentable equitativo, en los términos que sugiero aquí.

31. Funciones del Estado

La causa final o designio de los hombres es su propia conservación y lograr vida armónica. Con esa intención crean el Estado, el Leviatán, para que controle las pasiones naturales e imponga restricciones, asegura Hobbes.[175]

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