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Factores condicionantes de la violencia familiar en el adulto mayor (página 2)

Enviado por Lisbell Rodriguez


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A través de las Políticas Sociales, el estado viene cumpliendo con adscribirse a ciertas normas y tratados internacionales para velar por el bienestar del adulto mayor; hechos que a su vez ha ido ampliándose a no solo propuestas reinvindicativas sino también a transformaciones en el modelo de desarrollo económico, "para poner a la economía al servicio de las personas", según Julia Cuadros.

La sociedad civil, conjuntamente con las organizaciones de personas adultas mayores, en sus diferentes Foros Nacionales sobre Envejecimiento y desarrollo, llevados a cabo anualmente desde el 2001; viene planteando el desarrollo humano sostenible, en la medida que permite no sólo el crecimiento económico, sino que distribuye sus beneficios equitativamente, colocando a las personas en el centro del desarrollo y considerando al crecimiento económico como un medio y no como un fin[20]

El Estado para proteger el bienestar del adulto mayor, parte por considerar que toda persona, sin importar su condición, edad, credo o ideología, tiene derechos que deben ser respetados; el adulto mayor por tanto, merece respeto y debe brindárseles condiciones para una vida digna.

Entre los derechos del adulto mayor, se tienen las siguientes[21]

1.- Derecho a un envejecimiento saludable.

2.- Derecho a un bienestar físico- mental y social.

3.- Derecho a una adecuada nutrición de acuerdo a la edad.

4.- Derecho a la recreación y el sano esparcimiento

5.- Derecho a una educación, conciencia y cultura sobre el Envejecimiento y la vejez.

6.- Derecho a la atención medica gratuita.

7.- Derecho a que el aporte de las personas mayores sea revalorado.

8.- Derecho a vivir en un ambiente digno de respeto y afecto.

9.- Derecho a integrarse libremente en grupos zonales, Distritales y/u organizaciones.

10.- Derecho a no ser maltratado, ni marginado por la sociedad.

En el ámbito internacional, la "Carta de los Derechos de las personas mayores", elaborada por las Naciones Unidas, estipula varios derechos, de los cuales queremos destacar algunos:

  • "las personas de edad deberán poder vivir con dignidad y seguridad, y verse libres de explotaciones y malos tratos físicos o mentales".

  • "las personas de edad, deberán tener acceso a medios apropiados de atención institucional, que les proporcionen protección, rehabilitación y estímulo mental y social en un entorno humano y seguro".

  • "las personas de edad, deberán tener acceso a servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de autonomía, protección y cuidado".

Las políticas sociales en torno al adulto mayor, hasta 1999, han sido mas de tipo preventiva promocional; sin embargo, las demandas sociales, han exigido del estado, respuestas más concretas que se han ido plasmando en los lineamientos de Trabajo, Planes de Acción y en la "Ley de las Personas Adultas Mayores" Nº 28803, promulgada el 19 de Julio del 2006.

En los Lineamientos de Política para el adulto mayor, se tiene como objetivos:

* Mejorar la calidad de vida de toda la población adulta mayor, independientemente de su edad, sexo o etnia, con el propósito de que vivan un proceso de envejecimiento saludable.

* Promover el desarrollo integral de los adultos mayores, brindando oportunidades para una vida digna e independiente en el contexto de sus familias y su comunidad.

* Asegurar servicios idóneos de salud y seguridad social, vivienda digna, recreación y cultura, que permita a los adultos mayores mantener una actividad física, intelectual, afectiva y social, priorizando a los sectores de mayor pobreza.

* Impulsar la formación de una conciencia, cultura y sensibilidad sobre el envejecimiento, la vejez y respeto a la dignidad de los adultos mayores, que conduzca a eliminar la discriminación y la segregación por motivos de edad en todos los ámbitos de la sociedad, contribuyendo así a fortalecer la solidaridad social y el apoyo mutuo entre generaciones.

* Ampliar y fortalecer la capacidad de coordinación y gestión institucional para dar respuesta a los problemas de los adultos mayores, aprovechando de manera racional y eficiente las capacidades de los gobiernos locales, organismos no gubernamentales y otras

La Ley por su parte, establece como deberes del estado, el de asegurar el pleno ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores; encargándole como órgano rector, a la Dirección de Personas Adultas Mayores; órgano de línea del Viceministerio de la Mujer y Población Vulnerable, quien tiene como tarea, el de promover, coordinar, dirigir, ejecutar, supervisar y evaluar las políticas, planes, programas y proyectos sobre las personas adultas mayores. Mientras que por otro lado señala que la familia tiene el deber de cuidar la integridad física, mental y emocional de los adultos mayores, así como brindarles el apoyo necesario para satisfacer sus necesidades básicas.

Existen otras Leyes y Planes Nacionales que indirectamente atañen a los adultos mayores; estos son, la Ley de Protección Frente a la Violencia Familiar; y el Plan Nacional de Apoyo a la Familia 2004 – 2011; en ambas señalan el interés supremo del Estado de velar por el bienestar de la familia y luchar contra toda forma de violencia y maltrato; así como fortalecer la unidad familiar que permita el crecimiento de todos sus miembros.

Sin embargo y considerando la situación socio económica y las relaciones que se dan al interior de la familia, no se logra garantizar el bienestar del adulto mayor; por lo que se plantea la necesidad del estudio de la vejez, de manera transversal en todos los campos de la economía e integrada a la familia y comunidad en general. Hechos que actualmente se viene discutiendo en la elaboración del "Plan Nacional para las Personas Adultas Mayores 2013-2017"; y que por su parte el INABIF, a través de la Unidad de Servicios para Personas Adultas Mayores (USPPAM) lo viene promocionando.

CAPITULO III:

La familia y el adulto mayor

CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA Y EL ADULTO MAYOR EN EL PERÚ

Es en la familia donde se desarrolla el ser humano. Es ahí donde va a satisfacer sus necesidades básicas como son la de alimentación, vivienda, vestimenta, salud; y donde experimentará los primeros afectos, el sentirse amado y aceptado por los demás. Por ello es necesario rodear a cada uno de los miembros de la familia, de afecto sincero, sin sobreprotección que lo anule, y permitiéndole crecer y lograr el aprendizaje de una conducta autónoma, libre y autorregulada, que se convierta en la garantía para su sano desarrollo[22]

Desde esta perspectiva, la familia aparece como el mejor contexto para acompañar a la persona a transitar en los cambios que implica necesariamente la vida. Para el adulto mayor significa, ser la instancia donde se encuentran quienes le pueden brindar la ayuda que pudiera necesitar y la fuente de apoyo afectivo tan necesario para asumir las pérdidas que conlleva el envejecer[23]La familia es todavía la fuente primaria de apoyo emocional, y en la edad avanzada tiene sus propias características especiales.

Partiremos, entonces, por identificar a la familia como impulsora de valores, reglas y hasta mitos que conducen la relación entre sus miembros y crean el soporte para su propia dinámica. Según María del Luján González, y desde una perspectiva evolutivo – educativa, la familia supone[24]

  • un proyecto vital de existencia en común con un proyecto educativo compartido,

donde hay un fuerte compromiso emocional.

  • un contexto de desarrollo tanto para los hijos como para los padres y abuelos,

  • un escenario de encuentro intergeneracional,

  • una red de apoyo para las transiciones y las crisis emocional y/o económico

Toda persona tiene derecho a crecer dentro de un grupo familiar y derecho a la Integridad personal. Esto implica no sólo el aspecto físico-biológico; contar con alimentos, vestido, vivienda, educación y otros; sino que tiene que ver también con lo psicológico, espiritual y moral, es decir el bienestar biopsico-social[25]

Cualquiera sea el contexto histórico – social en el que se sitúe a la familia, siempre deberá cumplir las siguientes funciones:

1. Provee satisfacción a las necesidades biológicas de subsistencia.

2. Constituye la matriz emocional de las relaciones afectivas interpersonales, necesaria

para la maduración biológica y psicológica

3. Facilita el desarrollo de la identidad individual, ligada a la identidad familiar.

4. Proporciona los primeros modelos de identificación psicosexual.

5. Inicia el entrenamiento de los roles sociales.

6. Estimula el aprendizaje y la creatividad

7. La familia es transmisora de valores, ideología y cultura

Sin embargo, en los últimos años se han venido dando algunos cambios que presentan con alarma las tendencias de descomposición de la familia. Se habla de un aumento de los embarazos adolescentes, la creciente inestabilidad en la familia que se refleja en las tasas de divorcio y separaciones; los nuevos arreglos familiares que incluyen familias reconstituidas, de tendencias al aumento de parejas que conviven sin formalizar su unión, etc. Todo ello que no permite dar estabilidad económica y soporte emocional al adulto mayor. Según los resultados del censo 2007, el número de convivencia se ha incrementado del 12% en 1981 a 16.3% en 1993, y a 24.6% en el 2007; mientras que el porcentaje de casados ha disminuido en forma acelerada al pasar de 38.4% en el año 1981 a 28.6 en el 2007[26]

Por otro lado, la constitución de los hogares, se va centrando a ser cada vez más nucleares, es decir familias con ambos padres e hijos o un solo padre con los hijos (Monoparental); lo cual no da lugar a integrar al adulto mayor en el seno familiar, y lo que es más, a considerarlo como miembro activo, por lo tanto con necesidades de afecto y de recursos económicos que le ayuden a su supervivencia.

La informalidad en su organización, la existencia de madres solteras, separadas y lo peor del caso, la existencia cada vez mayor de madres adolescentes, no hace más que vislumbrar la inestabilidad familiar, la falta de unión familiar, el apoyo mutuo, las perspectivas de desarrollo y logro del bienestar en su conjunto. Nos encontramos con familias desintegradas, abocadas a tareas de subsistencia y sin las posibilidades de brindar una calidad de vida aceptable para sus miembros.

Estas nuevas características familiares y la situación de pobreza de la familia, crea una situación de inestabilidad emocional y económica a los adultos mayores, quienes se encuentran inmersos en la vida de sus propios hijos, la adolescencia o la juventud de sus nietos, y la de superar su propio conflicto interno que le produce el hecho de ir perdiendo autoridad y participación directa en la dinámica familiar. La coexistencia de estas tres generaciones en la red familiar y para lo cual la familia aún no esta preparada, genera sus propios conflictos para afrontar esta convivencia en buenas y mejores condiciones que facilite una convivencia armoniosa.

Si bien es cierto que la familia ampliada o extensa, todavía juega un papel importante en el apoyo a los miembros de la familia de mayor edad, no lo es tanto en cuanto la situación económica y los limitados recursos, no permite cubrir las necesidades básicas que garanticen a su vez la tranquilidad emocional de sus integrantes; muy por el contrario se va generando molestias que al ir acumulándose, se vuelve en una bomba de tiempo y uno de los factores de riesgo para la violencia familiar.

Como señala María Barriga[27]la pobreza es un círculo vicioso que, además de tener efectos graves sobre la calidad y niveles de vida de los peruanos pobres, afecta las posibilidades de crecimiento económico y estabilidad social y política. Las familias que enfrentan una situación de pobreza se ven afectadas por secuelas en la nutrición en la salud y en la capacidad para recibir instrucción que en muchos casos no pueden ser remontadas, aunque los ingresos mejoren. Una población pobre tiene una baja expectativa de vida, sufre de altas tasas de incidencia de enfermedades, es mano de obra poco calificada y, por todo ello, constituye una fuerza de trabajo poco productiva; Mientras que por otro lado, se agudizan los problemas sociales y el deterioro de las relaciones familiares y la desintegración de los mismos.

Según diagnóstico del "Plan Nacional de apoyo a la familia 2004-2011", las familias, por su composición, el 61.5% son nucleares y el 25.3% extendidas[28]El 56% de las mujeres de 15 a 49 años, viven en estado estadísticamente denominado de unión conyugal: formalmente casadas el 31% y en situación de convivencia el 25%; el 36% es soltera y un 7% ha disuelto su unión conyugal por divorcio o separación. Y que el 41% de las mujeres alguna vez unidas, ha sido empujada, golpeada o agredida físicamente por su esposo o compañero, la mayoría de ellas (83%) a veces y un significativamente 16% con frecuencia; lo mismo que los niños que llegan al 41% de los padres que acuden a los golpes para corregir a los hijos. Datos que nos muestran la situación de informalidad y situación de violencia que viven las familias.

Señala a la vez que según una reciente encuesta, en Lima y Callao los tres principales problemas en las relaciones familiares son: la falta de comunicación con 34.9%, problemas económicos con 24.4% y desconfianza con 11.6%; mientras que por otro lado y según la percepción de los encuestados, los principales problemas familiares son: exceso de trabajo con 6%, machismo con 4.7%, individualismo con 4.1%, adulterio con 3.5%, violencia con 3.5%, divorcio con 2.9%, medios de comunicación con 1.2%, libertinaje con 1%, feminismo con 0.5%[29].

Las múltiples carencias y dificultades que genera la pobreza tensan al máximo las posibilidades de supervivencia de las familias, ha crecido fuertemente el número de hogares pobres cuyo único jefe del hogar es la madre, ha aumentado el número de hijos extramatrimoniales, ha aumentado el número de madres adolescentes, y la violencia doméstica en el hogar. Pese a todo lo señalado, el estado sigue apostando por la familia como órgano fundamental que requiere ser fortalecida.

Si bien la población peruana continúa siendo predominantemente joven, viene presentando un proceso de envejecimiento que además de cambiar progresivamente el perfil demográfico nacional, está generando nuevas demandas sociales y una constante preocupación por parte de autoridades y planificadores del desarrollo del país.

Como se sabe, el envejecimiento poblacional se debe a la disminución de las tasas de fecundidad, las que descienden en el Perú desde 1970 y a ritmo más acelerado a partir de 1980. Asimismo, está determinado también por el aumento en la esperanza de vida al nacer, debido a la disminución de la mortalidad de la población en edad avanzada. La evolución de este indicador señala que de 55.5 años en promedio registrada en 1972, la esperanza de vida aumentó a 66.7 años en 1993, a 69.7 años en el 2002 y, según proyecciones oficiales, al año 2025 bordea los 80 años

Partimos por considerar como personas mayores a aquellas que tienen 60 o más años de edad; y que según el Plan Nacional para las Personas Adultas Mayores esta población se puede clasificar en tres grandes grupos:

* Persona Adulta Mayor Autovalente: es aquella persona mayor capaz de realizar las actividades básicas de la vida diaria, aquellas actividades funcionales esenciales para el autocuidado: comer, vestirse, desplazarse, asearse, bañarse y realizar las actividades instrumentales de la vida diaria, que son actividades tales como: cocinar, limpiar, comprar, lavar o planchar, usar el teléfono, manejar la medicación, manejar el dinero, realizar tareas o trabajos fuera de casa o salir fuera de la ciudad.

* Persona Adulta Mayor Frágil: se define como aquella que tiene algún tipo de disminución del estado de reserva fisiológica asociada con un aumento de la susceptibilidad a discapacitarse. Se considera que el 30% de los adultos mayores que viven en la comunidad tienen esta condición.

* Persona Adulta Mayor Dependiente o Postrada: se define a aquella persona que tiene una pérdida sustancial del estado de reserva fisiológico, asociada a una restricción o ausencia física o funcional que limita o impide el desempeño de las actividades de la vida diaria, se considera que entre el 3% a un 5% de personas mayores que viven en la comunidad tienen esta condición.

Según el diagnóstico elaborado por el MIMDES[30]tenemos que, de la población total, de cada 100 mujeres hay 87 hombres, lo cual se haya asociado a la mayor esperanza de vida que alcanzan las mujeres respecto a los hombres, que actualmente es de 66 años para éstos, mientras que las mujeres llegan a los 71 años. Esta población se ubica en las zonas urbanas en un 70% y el resto en las rurales, siendo los departamentos donde se concentra una mayor proporción de ellos, Lima (33.8%), La Libertad (5.0%), Piura (5.5%), Puno (6.0%) y Cajamarca (4.9%).

En otras informaciones estadísticas sobre situación del adulto mayor, el varón sale más favorecido por cuanto cuenta con mayor nivel educativo y con ello un seguro médico y social producto de su participación en la actividad económica; lo que no sucede con la mujer en nuestro país. Pero por otro lado, a medida que se avanzan en edad, la pobreza extrema tiende a ser más frecuente entre hombres y mujeres que no cuentan con un seguro social ni familias que los apoyen en esta etapa de la vida.

VIOLENCIA FAMILIAR Y MALTRATO EN EL ADULTO MAYOR

El término violencia familiar alude a todas las formas de abuso que tienen lugar en las relaciones entre los miembros de la familia. Toda violencia familiar constituye violación a los Derechos humanos y libertades individuales y colectivos y por consiguiente un obstáculo para el desarrollo de sus integrantes y del grupo familiar. Para establecer que una situación familiar es un caso de violencia familiar, la relación de abuso debe ser crónica, permanente y periódica, refiriéndonos así a las distintas formas de relación abusiva que caracterizan un vínculo familiar.

Desde la década de los 90s el Estado peruano ha reconocido expresamente lo alarmante, grave y perjudicial de este problema y se ha pronunciado con el establecimiento de políticas públicas a través de la Ley 26260 publicada el 24 de Diciembre de 1993: Ley de Protección frente a la Violencia Familiar.

Según la Ley, constituyen manifestaciones de violencia familiar los actos de maltrato físico y psicológico, entre cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado hijos en común, aunque no convivan y; de padres o tutores a niños, niñas y adolescentes bajo su responsabilidad. La violencia familiar, como agresión física y psicológica lleva implícita una elaboración dentro de una estructura de poder que se refleja en las relaciones interpersonales de los miembros; es una práctica consciente, orientada, elaborada, aprendida y legitimada por quienes se sienten con más poder que otros, con mas derechos que otros de intimidar y controlar. En suma, es un patrón aprendido de generación en generación.

Pero como bien lo señala Miriam Schenone Ordinola Ex Ministra de la Mujer,[31] la violencia no sólo se limita a la violencia doméstica, aquella del golpe, del maltrato, del cuerpo herido muchas veces de muerte. La violencia se torna más sutil, ingresa a las diversas instancias de nuestra sociedad e impide a miles de mujeres desarrollarse; es decir existe otro tipo de manifestación de la violencia, que si bien no es notoria a simple vista, trae consigo serias y graves consecuencias

Los efectos de la violencia, según señala la ONG Manuela Ramos[32]puede ser: temor, inseguridad, baja autoestima, depresión, culpa, vergüenza, dependencia, aislamiento, sentimientos ambivalentes; todo ello que va degradando su condición de ser humano y su posibilidad de contar con un soporte emocional estable para el desenvolvimiento de sus funciones, tanto al interior de la familia como en la sociedad.

Diversos autores señalan como causas principales de la violencia familiar en el

Perú, a[33]

* Insatisfacción de las necesidades básicas, donde el factor económico juega un rol preponderante, no importa el status, la insatisfacción de expectativas crea estrés.

* Insatisfacción de necesidades emocionales; la carencia afectiva provoca un vacío que se pretende llenar inadecuadamente con relaciones inmaduras, vicios, lo que logra un escape momentáneo.

* Insatisfacción de capacidad de logro.

* La presencia de ciertas dinámicas familiares (violencia familiar, falta de comunicación, inversión de roles).

* La naturaleza y la calidad de la relación que se establece entre la persona mayor y quien le cuida en el entorno familiar.

* La descalificación, falta de reconocimiento a la sabiduría y la experiencia de los adultos mayores

* La sociedad tiene un culto muy elevado por la juventud y tiende a excluir y marginar a las personas mayores.

El maltrato en el adulto mayor, es una conducta destructiva que está dirigida a una persona mayor; ocurre en el contexto de una relación que denota confianza y reviste suficiente intensidad y/o frecuencia como para producir efectos nocivos de carácter físico, psicológico, social y/o financiero de innecesario sufrimiento, lesión, dolor, pérdida y/o violación de los derechos humanos y disminución en la calidad de vida para la persona mayor[34]además de constituirse en una causa importante de lesiones, enfermedades, pérdida de productividad, aislamiento y desesperación. O como lo señala más concretamente la OMS " El maltrato y abuso a las personas adultas mayores se define como cualquier acción, serie de acciones, o la falta de acción apropiada, que produce daño físico o psicológico y que ocurre dentro de una relación de confianza". [35]

La violencia familiar frente al adulto mayor, a su vez, trae consigo reacciones agresivas, ya sea para defenderse o atacar, replicando y generando el círculo vicioso de la violencia; pero que también puede conllevar a una reacción más pasiva y sumisa, agravando la situación del adulto mayor y conduciéndolo al aislamiento total.

Para muchos adultos mayores en nuestro país, el maltrato forma parte de su vida cotidiana, lo sorprendente es que ellos no se percatan de que es así, ya que la violencia adquiere diferentes formas que se manifiestan de manera física, psicológica y económica, por mencionar algunas. Lo asombroso es que dentro del seno familiar se fomentan muchas de estas formas de maltrato lo cual contribuye en gran medida a la desvalorización de los adultos mayores como individuos pertenecientes a una sociedad, los cuales aún tienen mucho que aportar.

La Oficina de Investigación y Registro del MIMDES (2003) señala que, en nuestra sociedad existen actitudes negativas frente al proceso de envejecimiento y por ende frente a las personas mayores de 60 años o adultos mayores. En el ámbito familiar estas actitudes van desde la sobreprotección hasta el maltrato en todas sus variantes, que por lo general no es denunciado por las víctimas en tanto significa un enfrentamiento con los agresores que usualmente son sus propios hijos o familiares de los que dependen afectiva y/o económicamente.[36]

De acuerdo a las estadísticas del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual – PNCVFS (2002), los principales victimarios de los adultos mayores lo representan sus propios hijos adultos con el 44.4%, los  cónyuges 14.6%, pareja actual (afectivo y/o sexual) 9.7%, u otros familiares (nuera, yerno, etc)  17%. Es necesario destacar que las edades de los hijos/as agresores fluctúan entre 26 y 45 años y son en un  68% varones. En el 2011 los casos registrados de violencia familia física y psicológica en adultos mayores es del 11.6% de las denuncias registradas en CEM de Lima; y de violencia física el 5.2%; elevándose del 4% en el 2002 a 17% en el 2011.

En el ámbito familiar el tipo de violencia que mayoritariamente se ejerce contra los adultos mayores es el maltrato psicológico hasta en un 95%. Siendo la agresión mas frecuente los insultos (85%), humillación y desvalorización (66.3%), amenazas de muerte (40%), y rechazo ( 48.8%). Sin embargo, nos señala que, los adultos mayores no están exentos de la violencia física, que en el 2002 representó el 39% del total de casos registrados en los CEM. Las bofetadas, empujones, puntapiés y puñetazos fueron las formas de agresión más frecuentes. Un 2% del total de 22 casos, señalaron ser víctimas de violencia sexual, siendo principalmente afectadas las Personas Adultas Mayores (PAM) de sexo femenino. De este grupo 8 denunciaron violación y 12 acoso o chantaje sexual. Ambos delitos fueron referidos únicamente por las mujeres. El único adulto mayor varón que denunció violencia sexual dijo ser víctima de tocamiento en contra de su voluntad. (PNCVFS 2002)

El 35% de las Personas Adultas Mayores (PAM) que acudieron al CEM por maltrato señalan como motivo de la violencia, la actitud de parte del agresor/a en el extremo de querer "controlar su vida", el 31.7% el carácter dominante e impulsivo del victimario/a, 21.9% los motivos económicos, 27.5% motivos familiares, 9.8% celos e infidelidad y el  12.4% refiere que no hubo motivo o razón aparente. El MIMDES, concluye que entre los factores que contribuyen al maltrato en los adultos mayores, se encuentra la presencia de ciertas dinámicas familiares (violencia familiar, falta de comunicación, inversión de roles); y por otro lado la discriminación social y poca atención a este grupo etareo[37]

El abuso a las personas adultas mayores puede ser parte del ciclo de violencia familiar; puede venir de los familiares directos o de la sociedad por la falta de atención a sus necesidades. Las manifestaciones de abuso y maltrato de las personas adultas mayores pueden tomar distintas dimensiones:[38]

Abuso físico: Toda acción intencionada, que produce daño a la integridad física de una persona adulta. Se manifiesta mediante el golpe o daño físico, tales como pellizcos, jalones de pelo o cualquier lesión en el cuerpo; patadas, puñetes, empujones, golpes con objetos, quemaduras, agresiones con armas, etc. Estas situaciones se incrementan cuando las víctimas son: Personas obesa, postradas en cama, discapacitados, incontinentes, incapacidad de origen físico o mental.

Abuso sexual: Es toda acción que implica amenazas o intimidaciones que afectan la integridad y la libertad sexual de la persona y lesionan su dignidad: relaciones sexuales forzadas, abuso, violación. Puede darse desde los acercamientos íntimos hasta la violación sexual; o a través de palabras, gestos insinuantes, manoseos, caricias inapropiadas, exhibición de genitales o la violación propiamente dicha.

Maltrato y/o Abuso Económico o Patrimonial: Es aquella acción u omisión que implica daño, pérdida, transformación, saturación, destrucción, retención o distracción de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores, derechos, o recursos económicos del adulto mayor. Es la explotación de los bienes de la persona, el fraude o estafa a una persona adulta mayor, el engaño o robo de su dinero o propiedades.

Maltrato emocional y/o abuso psicológico: Es toda acción u omisión que cause daño emocional en las personas adultas. Se manifiesta mediante ofensas verbales, humillaciones, amenazas, indiferencia, silencios, gestos despreciativos, indiferencias, desvalorizaciones, descalificaciones, ridiculizaciones, críticas exageradas y públicas, lenguaje soez y humillante, insultos, burlas, rechazo, amenazas, La sobreprotección , también es una forma de maltrato, genera sentimiento de inutilidad o resta independencia que puede causar estrés y ansiedad.

Maltrato por descuido o por abandono: También se le llama maltrato por negligencia, se producen cuando no se atienden las necesidades de alimentación, salud, cuidados y afecto que las personas adultas mayores requieren y se merecen. Es toda aquella acción que provoca desatención y poco interés por apoyar, cuidar y/o compartir con los adultos mayores. Se reconoce por la apariencia de la persona: palidez, falta de higiene, delgadez, apariencia enfermiza etc. La Negligencia o Abandono puede ser intencionada o no intencionada.

Todas estas formas de violencia  en su mayoría son ejercidas por familiares cercanos al adulto mayor, generándole  sentimientos contradictorios, de afecto, de rechazo y dependencia emocional ante quien ejerce la violencia hacia él.

La OMS es mucho más explícita con respecto a las formas de maltrato en los adultos mayores:

  • verbal: burlas, insultos, gritos, acusaciones, humillaciones y amenazas;

  • física: pellizcos, jalones de cabello, aventones, empujones, puntapiés, golpes, bofetadas, quemaduras, ataduras;

  • sexual: al forzarlos a tener relaciones sexuales, acariciarlos, manosearlos o hacerlos que tengan cualquier otra actividad sexual contra su voluntad;

  • emocional: menospreciarlos, no hablarles ni tomarlos en cuenta, hacerles sentir culpables y amenazarlos;

  • económica: limitarles la libertad de manejar los recursos económicos necesarios para su subsistencia o bien por el interés de su pensión o de sus propiedades, condicionarles la atención que requieren o destruirles objetos de valor estimativo.

Helpage Internacional, por su parte, en un estudio en Sudáfrica ha identificado distintos tipos de abuso y maltrato contra las personas mayores, siendo estos de tipos: físico, emocional y verbal, acusaciones de brujería, financiero, sexual, abandono y falta de respeto, y maltrato sistemático. Reveló que el abuso y el maltrato contra las personas mayores formaba parte de un cuadro de violencia doméstica endémica, consecuencias del debilitamiento de las estructuras familiares y la falta de apoyo familiar, la perdida de respeto hacia los mayores, la urbanización, los efectos del cambio político y social que se traducen en inseguridad, la pobreza y el deterioro de la seguridad social del estado[39]

Como bien lo señala la Helpage Internacional, el abuso y maltrato contra las personas mayores es una de las caras más ocultas de la violencia, pese a ser un gran secreto a voces, la victima de violencia no suele denunciar a su maltratador, como según lo señala el MIMDES, por:

  • Esperanza en que la situación cambie.

  • Miedo a represalias en ellas o en sus hijos.

  • Vergüenza ante la sensación de fracaso o culpa.

  • Tolerancia a los comportamientos violentos.

  • Dependencia de la mujer respecto a su pareja: psicológica y económica.

  • Situación psicológica de la mujer.

  • Sentimientos de ambivalencia o inseguridad.

  • Miedo al aparato judicial.

  • No saber a quien dirigirse o a qué servicios acudir.

  • Falta de apoyo familiar, social o económico.

O como lo señala también, la Helpage:

  • Por temor a las represalias

  • Baja autoestima, que los hace considerarse "merecedores de malos tratos".

  • El aislamiento social, la representación de las personas mayores como frágiles y dependientes.

  • Las relaciones tensas entre las generaciones en la familia.

  • La reestructuración de las redes de apoyo[40]

Muchas pueden ser las consecuencias de la violencia familiar, y no todas ellas se pueden detectar de primera instancia; ello dependerá de la frecuencia y el tipo de violencia que se dé y reciba, y decimos ambas cosas porque tanto daño se hace el que efectúa la violencia como el que la recibe, sobre todo tratándose entre los miembros de una familia.

Jaime Miguel Monterde Arguello (1999); señala que la violencia afecta a todo nuestro organismo, ya que altera nuestras funciones básicas como tener una adecuada alimentación, las horas de sueño, continuar aprendiendo; asimismo nuestra capacidad de amar y la forma de relacionarnos con nuestro entorno, también se ve afectada. Considera que "cuando una persona altera su funcionamiento básico y pierde el humor para desempeñarse en su núcleo familiar o laboral, se convierte esto en un problema muy serio, se genera estrés provocándose un abanico de padecimientos que pueden ser gastritis, depresión, ansiedad e incluso llegar hasta el suicidio"[41] . Por último señala que cuando nos convertimos violentos perdemos los valores, nos convertimos egoístas, somos irritables, y mostramos actitudes violentas como forma de desahogo.

Precisando aún más con respecto a las consecuencias del maltrato tanto en el adulto mayor, como en cualquier otro miembro, se tiene:

* A nivel personal sufren daños en el orden de su percepción de sí mismo, bajo nivel de autovalorización, inseguridad, temor, desconfianza, aislamiento, soledad, pesimismo, ideas e intentos suicidas.

* A nivel Familiar, se deterioran las relaciones interpersonales, sustitución de roles, rigidez afectiva, incertidumbre en la relación de pareja que puede llevar a la situación de infidelidad, tensión volcada a otros miembros mas débiles, perdidas de valores.

* A nivel social, laboral se asumen actitudes irresponsables, se rompe reglas.

FACTORES CONDICIONANTES DE LA VIOLENCIA EN EL ADULTO MAYOR

Para la detención del maltrato es fundamental tener claro, cuales son los factores condicionantes de riesgo y de protección para evitarlos o fortalecerlos según sea el caso; aún más teniendo en cuenta que el adulto mayor por naturaleza es un grupo sumamente vulnerable, por su situación de dependencia económica y de atención integral.

Los factores de riesgo son aquellos aspectos personales o situaciones en la vida de los individuos que están asociados con un aumento de la probabilidad de sufrir los efectos negativos de ellos; mientras que los Factores protectores, son aquellas características personales o elementos del ambiente, capaces de disminuir los efectos negativos que en el proceso de relacionarse con ellos, puede afectar su desarrollo personal y bienestar social.

Las situaciones y/o condiciones que se presentan al individuo, y la forma de afrontarlo, siempre estará en relación al modo de vida (filosofía de vida) que se lleva, al apoyo moral, económico y emocional que la persona recibe de su entorno familiar y social en conjunto. Situaciones que podrán ser atendidos individual, familiar y socialmente; pero que requiere a su vez de contar con buenas relaciones sociales, familiares y desarrollo personal basada en una autoestima elevada, madurez para afrontar las dificultades y un nivel de organización para defender sus derechos.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo que pueden conllevar a sufrir violencia en el adulto mayor, parte desde su propia condición de ser adulto mayor, con desventajas físicas y biológicas que ello significa; además de las que la sociedad y la familia en particular le den como espacio a las relaciones familiares saludables, donde reine la armonía y solidaridad entre sus miembros.

Sin embargo y no obstante a ello, cabe señalar que tan importante es cómo se de las relaciones familiares, cómo se maneje los conflictos y demandas de necesidades; como, el que la familia en su conjunto puede llegar a cubrir esas mismas necesidades y cumplir con el proyecto de vida que aspiran; todo ello que se logra con un ingreso económico "por lo menos" estable.

Desde esta perspectiva y dada la integración del adulto mayor en la vida familiar y social; es que se puede identificar hasta 5 aspectos en los que se ve involucrado y hasta cierto punto afectado por ellos[42]

  • Económicos : por la inseguridad e inestabilidad de ingresos.

  • Políticos : por legislación inadecuada, inoperante o inexistente.

  • Sociales : por la marginación y/o la discriminación.

  • Culturales : por los mitos, prejuicios y falta de conocimiento.

  • Biológicos : por el deterioro progresivo de facultades.

Aspectos que generan situaciones de riesgo en los tres niveles de participación del adulto mayor:

A nivel Personal

A nivel Familiar

A nivel Social:

* Baja autoestima

* Cambios de personalidad y conducta

* Dependencia económica

* Problemas de salud

* Familia desintegrada

* Familias monoparentales y/o extensas

* Familias con antecedentes de conducta violentas y problemas psicológicos

* Familias de escasos recursos económicos

* Carencia de valores morales y espirituales

* Poca tolerancia al estrés y escasa capacidad de resiliencia

* Falta de integración y unión familiar

* Situación de marginación y pobreza

* Crisis económicas

* Crisis de valores

* Aceptación de la violencia como forma de resolver conflictos

La situación económica en que encuentra al adulto mayor, lo convierte en dependiente económico, físico y emocional de sus hijos. El tener que dejar el rol de adulto independiente para ocupar el rol de adulto dependiente, los coloca en una situación de riesgo; si se trata de una familia con características violentas, el adulto mayor será víctima de las mismas conductas autoritarias y humillantes que reciben los niños y demás miembros de la familia.

El retiro del trabajo o cese laboral, coloca también al adulto mayor en situación de riesgo, por cuanto le produce un gran impacto psicológico, llevando muchas veces a graves y progresivos problemas de depresión, ocasionado por pérdida de su identificación dentro de la sociedad, se siente que no es nadie y pierde su sociabilidad. Tiene restricciones económicas al recibir una pensión inferior al ingreso percibido por trabajo remunerado; mientras quienes no cuentan con una pensión, se vuelven más pobres y dependientes, e incrementa su angustia por conseguir su propia subsistencia.

El desplazamiento en el ámbito laboral y familiar, aunado al mayor tiempo libre no organizado ni dirigido, genera espacios de aburrimiento, zozobra y dejadez del adulto mayor, que no hace más que acelerar su envejecimiento, retraimiento y distanciamiento al entorno familiar.

El no contar con un sistema de atención médica, en que se garantice el buen estado de su salud, hace al adulto mayor más vulnerable a la perdida de sus capacidades de autovalencia y de mejor calidad de vida. Todo esto asociado a la imagen equivocada de esta etapa de la vida, donde se cree en la decadencia física y mental; y que muchas veces son también asumidas por los propios adultos mayores, cuando pretenden no "incomodar" a sus familiares.

La convivencia de los adultos mayores en grupos familiares extensas, son otros factores de riesgo para el maltrato, en la medida que existen interferencias de roles y puntos de vista frente a las situaciones que vive la familia, que no hacen mas que generan conflictos y resentimientos entre sus miembros y que agudizan el malestar en el adulto mayor.

La Pérdida de seres queridos y la salida del hogar de los hijos; es decir la situación de pérdida y abandono físico, económico y afectivo, por la que atraviesa el adulto mayor, les crea inestabilidad, temor y angustia que les puede conllevar a la soledad y el aislamiento. Soledad y aislamiento que los hace más propensos de ser victimas de violencia y de aceptar condiciones absolutamente injustas e indignas para ellos.

Esta dependencia (económica, emocional y física) hace que muchas víctimas de maltrato no delaten a su victimario/a. Esto las convierte en blancos perfectos para toda forma de abuso. Por otra parte, muchas personas adultas mayores, sienten temor a sufrir daños mayores si acusan a su agresor. Los ancianos se encuentran en muchas ocasiones en situaciones de aislamiento e indefensión y, a menudo, la persona maltratante es un familiar cercano. (Red de Salud de la Mujer Latinoamericana y del Caribe).

Factores protectores

Es importante destacar que dentro de los factores protectores, además de la propia valoración, autoestima que se tenga el adulto mayor; se tiene a la familia como principal proveedor de apoyo emocional y económico de este grupo etáreo; seguidamente de los grupos de amigos, vecinos, clubes de ancianos, profesionales y proveedores de servicios.

Dentro de los factores protectores tenemos:

A nivel personal:

A nivel familiar:

A nivel social:

  • Ser amables

  • Comunicativos

  • Enseñar con el ejemplo

  • Compartir

  • Practicar gestos y actitudes afectuosas

  • Estilo de vida

  • Autoestima elevada

  • Forma de relacionarse

  • Sentimientos

  • Fidelidad

  • Dominio de sí mismo

  • Compromisos y responsabilidades compartidas

  • Promover el buen trato

  • Afecto manifiesto.

  • Practica de valores.

  • Intención de vivir feliz.

  • Motivarnos a la reflexión.

  • Amarnos

  • Minimizar los enfados

  • Incrementar la tolerancia

  • Fortalecer las redes sociales, la integración social y la calidad de vida del adulto

  • Campañas de información y sensibilización

  • Actuaciones dirigidas a la mejor ocupación del ocio y tiempo libre

  • Acciones encaminadas a potenciar las relaciones intergeneracionales

  • Actuaciones integrales que favorezcan la coordinación de todos los sistemas de protección social.

Es básicamente el estilo de vida de las personas, la forma de organizarse y afrontar las dificultades; el que hará que disminuyan los riesgos de maltrato y de deterioro físico y mental de los adultos mayores. La recreación, el uso del tiempo libre, las actividades socio culturales, harán que los adultos mayores se mantengan activos y vigentes al interior de la familia.

La autoestima, el control y la tolerancia por su parte, fortalecerán la personalidad de los adultos mayores, y harán posible el saber reconocer sus derechos y defenderlos; para lo cual verán la necesidad de organizarse y acudir a las instancias respectivas para su abordamiento.

El saber reconocer la necesidad de apoyo y/o acompañamiento, es también parte de una búsqueda de lograr el bienestar, que según Jaime Miguel Monterde Arguello, tiene un doble efecto sobre el bienestar sicosocial:

Efecto Directo: Al permitir que el individuo se sienta parte integrante de un conjunto de personas unidas por lazos de solidaridad y responsabilidad mutua, con los que puede contar en caso de necesitarlas; también le permite satisfacer sus necesidades de pertenencia y afecto y darle un sentido a su vida mediante el amor que da y recibe de otros.

Efecto Indirecto: Atenúa y protege de los efectos disturbadores de las condiciones estresantes, al aumentar la capacidad de respuesta frente a las situaciones cotidianas.

RELACIONES FAMILIARES Y ROL DEL ADULTO MAYOR

Hablar de relaciones familiares saludables, es hablar de aquellas relaciones que se dan en la familia y que posibilitan que sus integrantes se sientan bien entre sí. Para ello es importante que los miembros de la familia puedan expresar libremente sus ideas y opiniones, propiciando el desarrollo de sus capacidades emocionales para enfrentar la vida. Se caracteriza por el afecto, el buen ejemplo y el respeto mutuo; lo cual permite el crecimiento y desarrollo favorable de toda la familia[43]

Es importante tener relaciones familiares saludables para que la interacción entre sus miembros sea positiva y enriquecedora; creándose sentimientos de satisfacción tanto en el grupo como en las personas que lo conforman. Estos sentimientos de satisfacción familiar van a contribuir a renovar constantemente el deseo de los miembros de la familia de persistir y continuar construyendo conjuntamente el proyecto de vida.

Según el INABIF, una familia donde existen relaciones familiares saludables presenta las siguientes características:

  • Los miembros de la familia se sienten muy unidos los unos a los otros.

  • Se piden ayuda entre sí.

  • Les gusta pasar juntos el tiempo libre.

  • Les es fácil encontrar momentos para hacer cosas juntos.

  • Promueven la participación de todos.

  • Son aceptadas las sugerencias de cada uno de sus miembros de la familia.

  • Se aprecia a los amigos de los demás miembros de la familia.

  • Se muestran afecto y pueden expresar libremente sus emociones.

Mientras que por otro lado, señala que las relaciones familiares saludables se pueden generar incentivando en el hogar:

  • Un clima de confianza y de libertad

  • La amistad entre padres, hijos y demás miembros de la familia.

  • Propiciando el dialogo entre sus integrantes como forma de resolver las desavenencias.

  • Enseñando a los hijos con el ejemplo a ser responsables de sus actos.

  • Creando oportunidades de conversación entre sus miembros, para escucharlos y poder comprenderlos.

  • Brindando y expresando amor, propiciando el desarrollo de la afectividad en la familia.

  • Fomentando en el hogar una atmósfera positiva en la que se practiquen valores como: la tolerancia, el respeto, la solidaridad, etc

Concluye señalando la necesidad de mantener las relaciones familiares saludables, toda vez que ello permitirá que el desarrollo integral de los hijos y cada uno de sus miembros sea optimo, porque la persona que crece en un hogar donde las relaciones familiares son armónicas y existe una buena comunicación y los vínculos afectivos se fortalecen; las personas sienten afecto y orientación, y por lo tanto va ser una persona íntegra, segura de sí misma, capaz de poder alcanzar todas las metas que se proponga en la vida.

Para sobrellevar una buena relación al interior de la familia, se tiene que tener en cuenta[44]

1) Resolución de problemas: Se define como la habilidad de la familia para resolver problemas de modo tal que asegure el funcionamiento efectivo de la familia. Las familias que no logran satisfacer sus necesidades básicas, raramente pueden enfrentar adecuadamente sus problemas afectivos.

La resolución efectiva de problemas puede ser descrita como una secuencia de 7 pasos:1. Identificación del problema.2. Comunicación del mismo a las personas apropiadas.3. Desarrollo de posibilidades de solución.4. Decisión de optar por una de las posibilidades.5. Ejecución de las acciones correspondientes a la decisión adoptada.6. Promoción y apoyo para que se realicen tales acciones.7. Evaluación de la efectividad del proceso.2) Comunicación: Es el intercambio de información dentro de la familia. Puede ser clara o enmascarada, directa o indirecta. La comunicación no verbal también debe tenerse en cuenta: tono de voz, gestos, actitud corporal; ella confirma o niega lo que se dice. Idealmente, lenguaje verbal y no verbal deben corresponderse, en caso contrario, introducen confusión en la comunicación y perturban las relaciones interpersonales.3) Roles : Ellos se definen como los patrones repetitivos de comportamiento a través de los cuales los miembros de la familia cumplen las funciones que les corresponden.

Son cinco las funciones básicas :1. Provisión de recursos.2. Crianza y soporte emocional3. Gratificación sexual adulta.4. Promoción del desarrollo personal.5. Mantenimiento y conducción del sistema familiar, que incluye a su vez una variedad de acciones que tienen que ver con el liderazgo y la toma de decisiones, el establecimiento de límites y del modo de relacionarse con familiares, amigos y otras instituciones; la disciplina y las reglas de comportamiento de sus miembros, los aspectos económicos y financieros y aquellos relacionados con la salud.

En una familia saludable, los roles son asumidos de manera efectiva, y aunque pueden cometerse errores en algunas áreas, se cumplen la mayor parte de las funciones con eficiencia y responsabilidad.4) Resonancia afectiva : Se define como la habilidad para responder ante ciertas situaciones que se presentan con la cantidad y calidad apropiadas de sentimientos, normalmente, se experimenta una amplia gama de sentimientos, en diferente intensidad, que dependerán de la situación o estímulo que los genere. En la familia saludable, sus integrantes poseen la capacidad de expresar todo el rango de emociones apropiadas a cada situación aún cuando se presenten episodios ocasionales de respuestas inapropiadas sea en calidad o en cantidad5) Involucración afectiva: Se refiere al interés y valoración que muestra la familia respecto a las actividades e inquietudes de cada uno de sus miembros.6) Control del comportamiento: Esta dimensión considera los patrones que una familia adopta para regular el comportamiento de sus miembros. El control puede referirse a situaciones de peligro físico, aquellas relacionadas con la satisfacción de necesidades psicológicas y a situaciones que se generan durante el proceso de socialización, tanto dentro como fuera de la familia. El control puede ser rígido, tipo "dejar hacer – dejar pasar" o caótico, pero el más saludable es el control flexible. Es importante subrayar que una familia saludable no es aquella que no presenta problemas, o la que ésta libre de ciertas características negativas; es más bien, quien sabe afrontar las dificultades y reúne esfuerzos para salir ventajosos de ello.

Por el contrario las familias que no poseen suficientes habilidades para enfrentar de manera afectiva las tareas básicas (provisión de aportes), o aquellas tareas relacionadas con las crisis evolutivas o con las exigencias propias de vida diaria, como acontece en las familias caracterizadas con la violencia; son las familias más propensas a desarrollar problemas psicológicos de importancia, y no permite el desarrollo integral de sus miembros.

Cabe también señalar, que no sólo con la existencia de buenas relaciones intergeneracionales se garantiza una correcta y sólida formación de valores, ello es condición necesaria pero no suficiente; pues este proceso exige más que cordialidad y fraternidad. Requiere primero que todos tomen conciencia de la importancia, de vivir en familia y compartir responsabilidades.

Por ello, las generaciones mayores, a partir de las posiciones que ocupan dentro del grupo familiar, deben asumir de manera consciente responsabilidades como:

  • Crear las condiciones esenciales para dar continuidad a la familia con una generación cualitativamente superior a la que le antecedió.

  • Crear valores sólidos y perdurables que permitan el fortalecimiento de la familia y su continuidad sociocultural.

  • Formar a las nuevas generaciones en los principios del respeto y la tolerancia intergeneracional.

  • Preservar el patrimonio familiar para que pueda ser enriquecido por las nuevas generaciones.

  • Propiciar la educación de las nuevas generaciones sobre la base de la experiencia acumulada por las generaciones anteriores.

  • Potenciar la comunicación intergeneracional con métodos flexibles y creativos en los que tanto unos como los otros puedan comprenderse independientemente de los años que los separen.

  • Defender la identidad familiar a partir de la conservación de los valores que porta cada generación.

El cumplimiento de cada una de ellas, contribuirá al fortalecimiento de la familia y las relaciones intergeneracionales y al mismo tiempo, se convierten en retos y desafíos en esta época de profundos y permanentes cambios; dentro de los cuales el hombre como sujeto generacional juega un papel fundamental en la perpetuación de sí mismo como especie del entorno y de la cultura y de la propia familia como célula fundamental de la sociedad.

Desde las nuevas estructuras familiares y cambios sociales, se plantea los nuevos roles del adulto mayor en la familia: Como padres de hijos adultos, como abuelos, como suegros; cuyas funciones principales serían:

* De apoyo y orientación con los hijos.

* De acompañamiento y ejemplo para los nietos.

* De soporte emocional para toda la familia.

Según Alicia Forttes, la actualidad exige de estilos diferentes de ser abuelos[45]

  • Formal: se interesa por sus nietos pero cuida de no involucrarse en la crianza de ellos.

  • El que busca entretenerse: mantiene una relación informal y juguetona con sus nietos,

sin entrar en mayores compromisos.

  • Figura distante: aparece en los cumpleaños o vacaciones pero generalmente tiene poco

contacto con sus nietos.

  • Padres subrogantes (sustitutos): asumen grandes responsabilidades en la educación y cuidado de sus nietos, especialmente cuando la madre trabaja fuera del hogar.

Sin embargo el abuelo ideal, es aquel disponible y cariñoso, cercano al nieto, ubicado en la etapa evolutiva que está viviendo, acepta el ser abuelo como un aspecto más de su identidad personal, familiar y social, respeta las reglas del sistema parental, respeta el crecimiento del nieto, del hijo y de él mismo en su etapa y papel. Tiene flexibilidad frente a los cambios y necesidades, siendo capaz de asumir en situaciones críticas, la función que haga falta.

CAPITULO IV:

Análisis e interpretación de la muestra de investigación

SITUACIÓN DE LOS ADULTOS MAYORES DESDE

SU PROPIA PERSPECTIVA[46]

Para conocer la situación del Adulto Mayor en el CEDIF Año Nuevo, se hace necesario en primer lugar precisar las condiciones económicas en el que se desenvuelve este grupo poblacional; y en segundo lugar las relaciones que a partir de ello establece con los demás miembros.

De la población encuestada, adultos mayores del CEDIF Año Nuevo, el 37% aún convive con su pareja (27% mujeres y 10% varones), lo cual no significa hacer una convivencia marital afectiva, por el contrario, muchas veces consiste en compartir la vivienda y mantener en ella dificultades para asumir los gastos por servicios, además del hacinamiento; mientras que por otro lado, consiste en mantener una relación conflictiva que se manifiesta con indiferencia o agresiones verbales, que a la larga repercute en una estabilidad emocional sólida. El resentimiento, el rencor, el propio orgullo, producto de las malas relaciones e infidelidades se mantienen a lo largo de los años, situaciones que no les permite vivir en armonía y tranquilidad. El hecho de vivir con la pareja, en resumidas cuentas, responde a la necesidad de contar con un espacio dentro de la vivienda, más que de compartir el hogar propiamente dicho.

El problema de la vivienda, lo es también para los demás miembros de la familia, tal es así, que el 57% de los adultos mayores, señala que comparten la vivienda con hijos casados y el 53 % con nietos; lo cual trae consigo sus propios inconvenientes, desde asumir la responsabilidad del hogar, hasta el de compartir los gastos que demanda su mantenimiento, sin entrar a detallar el problema del hacinamiento que de por sí ocasiona conflictos. Cabe también señalar que existe un significativo 10% de adultos mayores que viven con otros familiares y un 7% lo hace solo; lo cual evidencia el abandono del 17% de los adultos mayores por parte de sus familiares directos.

A pesar de que un 83% de los encuestados señalaron vivir con algunos familiares directos, el 60% de ellos manifiestan permanecer la mayor parte del tiempo solos y el 53% no comparten ni siquiera los fines de semana en familia. Este mismo distanciamiento ha conllevado a que un 33% prefiere acudir a terceros para solicitar algún tipo de apoyo; y pese a que el 43% señala confiar y/o recurrir a sus hijos casados, éste requerimiento es más afectivo que económico o el de cubrir sus propias necesidades; situación que los acongoja y deprime, por lo que tratan de justificar la falta de atención de sus propios familiares, dada la responsabilidad que tienen éstos para con sus hijos, olvidando que el adulto mayor es también parte de la familia y tan vulnerable como los propios niños.

El 73% de los adultos mayores, se considera aún jefe de la familia ( 40% son varones y el 33% mujeres); por lo que asumen responsabilidades de manutención y subsistencia de otros miembros y/o de la suya propia; a pesar que sólo el 29% de toda la población y en su mayoría varones recibe un ingreso fijo por su jubilación (que por cierto no cubre la canasta familiar ); el 27% solo recibe propinas de otros familiares, el 22% ve la forma de conseguir algún ingreso con trabajos eventuales y un último 20% no posee ningún tipo de ingreso. Cabe señalar que dicha designación de "Jefe de Familia", se da más por el hecho de que los adultos mayores, en un 87% de los encuestados, señalan ser propietarios de su vivienda; por tanto responsables del mantenimiento de los servicios o velar para que ello se cumpla.

El apoyo que reciben los adultos mayores por parte de sus familiares, es muy relativa; tanto así que un 60% de los encuestados señaló no recibir ningún tipo de apoyo por parte de sus familiares, el 20% manifestó recibir solo los alimentos; mientras que el 16% por lo menos reconoce recibir una propina; la parte afectiva no logran visualizarla, por tanto se sienten 36% ignorados, 16% rechazados y un 2% presionado, lo cual hace un 54%, frente a un 44% que se siente aceptado al interior de la familia, y un 2% apoyado realmente por su familia.

Entre los problemas en los que se ven involucrados los adultos mayores, se tiene que el 73% es de tipo económico principalmente, un 16% señalan además por problemas de espacio y/o hacinamiento; otros en discusiones de pareja, relaciones entre padres e hijos, problemas de incomprensión, y problemas de infidelidad; todos ellos que tienen relación entre sí y que ubican al adulto mayor en una situación de angustia y desesperación por su impotencia a ayudar a resolver el problema y a sentirse culpable de todo ello a la vez; de ahí que vemos su entrega total e incondicional al apoyo con los nietos; a no querer compartir y/o evitar cualquier tipo de gastos en la familia. Los adultos mayores manifiestan incomodidad por las discusiones frecuentes y conflictos entre sus familiares por los pagos del servicio y manutención de la familia, por tanto ceden todo lo que ellos puedan tener y no querer incomodar con sus propias necesidades, por lo que son capaces de acudir a solicitarlo a terceros, antes que a sus familiares directos; suelen hasta entregan su espacio y ubicarse en cuartos rústicos al fondo de la vivienda para brindar comodidad a su familia.

Existe un 60% de los adultos mayores que señalan no poder evitar intervenir en las discusiones familiares y los 40% restantes si bien no intervienen, no pueden evitar sentirse afectados por tal situación. Sin embargo, el 40% de los entrevistados se considera ignorado, un 13 % cuestionado y el 47% que creen que lo toman en cuenta, reconocen que es por interés económico o la condición de alojados en que se encuentran sus familiares, ya que como dijéramos anteriormente, el 87% de los adultos mayores entrevistados señaló tener vivienda propia y estar alojando, aún a su pesar, a sus familiares.

El 44% de los adultos mayores, califica de conflictiva las relaciones familiares, y esto debido principalmente a la falta de recursos económicos y falta de principios y valores en la familia; hecho que les ubica en una situación de inestabilidad emocional, y que se refleja en su comportamiento y estado anímico de éstos. Las encuestas nos muestran un 44% de adultos mayores preocupados; un 27% ansioso; y hasta un 13% de nerviosos, frente a su situación de adultos mayores; mientras que por otro lado un 53% manifiesta estar triste muchas veces; y es que a pesar de que participan en Centro de apoyo al adulto mayor, no deja de incomodarlos el trato, la falta de atención y afecto de parte de sus familiares hacia su persona; no deja de preocuparles la situación económica, las relaciones de pareja y de padres e hijos que afronta su familia; no deja de preocuparles el "ser una carga" y no poder contribuir con ellos etc.; todo ello que no los deja ser feliz y hacer feliz a los suyos, y que por el contrario su preocupación, mal humor y desanimo conllevan a agudizar las malas relaciones al interior de la familia.

Frente a todo lo presentado, podemos inferir que existe una incomodidad permanente en el adulto mayor proveniente de los problemas económicos y de las malas relaciones familiares en le que se ve inmerso y en el que poco puede contribuir; esto le genera ansiedad y minusvalía que va mermando su participación y desenvolvimiento en general. Se observa un maltrato emocional y afectivo de parte de los familiares, por el aislamiento, por la falta de involucramiento del adulto mayor a la dinámica familiar; por la falta de una buena comunicación y enfrentamiento de los problemas familiares en conjunto; por la designación de roles y funciones de acuerdo a las capacidades y condiciones de cada uno de los miembros y por la falta de enfoque de solidaridad, apoyo y respeto mutuo que se deben todos los miembros de la familia.

Podemos también señalar maltrato por negligencia, en cuanto la preocupación de la familia gira en torno de los niños y jovenes, dejando de lado a los adultos mayores, a quienes por el contrario los involucran en el cuidado de los nietos y de los bienes, más que en buscar el bienestar de éstos conjuntamente con toda la familia.

Y por último, se observa un abuso económico de los familiares por cuanto hacen uso de los bienes e ingresos de los adultos mayores para cubrir sus propias necesidades, recurriendo para ello al chantaje emocional y abandono de la familia, hasta muchas veces la presión intimidatoria de maltrato físico.

SITUACIÓN DE LOS ADULTOS MAYORES DESDE LA PERSPECTIVA DE

SUS FAMILIARES [47]

Desde la perspectiva de los familiares frente a las relaciones que se dan al interior del hogar, tenemos que el 47% señala no encontrarse muy unidos a sus familias, pero que sin embargo, suelen pedirse ayuda entre sí en un 64%; mientras que a la vez manifiestan que no les es fácil encontrar momentos para hacer cosas juntos y solo el 42% algunas veces comparten entre ellos; por lo mismo vemos adultos mayores deambulando solos, o lo que viene cubriendo de alguna manera el abandono de los familiares, grupos de adultos mayores que se reúnen para compartir momentos de recreación y sano esparcimiento, pero que a la vez llevan la tristeza y el resentimiento enraizado, muy dentro del alma.

Solo el 20% de las familias encuestadas, promueven la participación en la familia, frente a un 47% que algunas veces lo hace y un 33 % que no suele hacerlo nunca; lo cual guarda relación con el grado de aceptación y respeto a las opiniones vertidas por cada uno de los miembros de la familia, y aún más con la expresión de los sentimientos al interior del hogar, que en un 22 % suele manifestarlo frecuentemente, un 47% algunas veces, pero que un 31% no lo puede hacer nunca. Este tipo de represiones, falta de comunicación e intercambio de opiniones; no hace más que truncar las buenas relaciones en la familia.

El 47% considera que existe una imposición por parte del jefe del hogar frente a determinadas situaciones, que aunado al 31% que en algunas veces lo suele hacer, resulta un total de 78% , que emplea su poder de jefe de familia para hacer prevalecer su punto de vista; que si bien no suele llegar a los gritos y golpes en un 67%, si existen diferencias que mantienen latente la agresión e impotencia de quienes no pueden expresarse libremente como son los casos de los niños y los adultos mayores; y que las diferencias entre los adultos y los adultos mayores se dan en un 44% frente a la crianza de los hijos principalmente.

Frente al aprecio al adulto mayor en el hogar, se tiene que el 29% de las familias encuestadas, quieren al abuelito casi incondicionalmente, el 47% manifiesta quererlos más algunas veces que otras; y que ésta se haya en relación a cuan cariñoso también se muestren los adultos mayores con los demás miembros de la familia; así tenemos que el 38% es considerado "muy cariñoso", mientras que el 62%, lo es algunas veces; lo cual muestra la reciprocidad de los sentimientos y la necesidad de mantener la armonía por ambas partes; aún cuando en la muestra observamos que existe más cariño por parte de los adultos mayores a la familia, que los familiares a ellos.

Sobre la intervención de los adultos mayores en la familia, a través de su experiencia y consejos, se tiene que el 42% por lo general hace llegar su aporte, un 42% lo realiza ocasionalmente, y un 16% no interviene con sus orientaciones; pero de todos los familiares encuestados, el 40% consideran que los adultos mayores intervienen positivamente en los problemas y otros 40% solo lo hacen algunas veces; por lo mismo el 53% de los familiares prefieren que los adultos mayores algunas veces no intervengan, frente a un 20% que prefieren que no lo hagan jamás.

Por lo general las intervenciones de los adultos mayores están en función a la educación de los hijos, lo cual les afecta y sienten impotencia al no poder intervenir más efectivamente que el simple hecho de reclamar y "ganarse un lío" por lo que consideran maltrato, teniendo muchas veces que abstenerse "para no empeorar la situación"; mientras que la opinión de los familiares va por el sentirse desautorizados para educar y orientar a sus propios hijos, según sus propias normas; interferencias de este tipo enfrentan a estas dos generaciones que abre una brecha en las relaciones intra familiares y que se agudiza por la falta de comunicación y disposición para mejorar dichas relaciones.

El 51% de los encuestados señalan que sus adultos mayores colaboran en el hogar y otros 36% que lo hacen ocasionalmente; sin embargo frente a esta misma pregunta los adultos mayores manifestaron estar forzados por cuanto ven indiferencia y falta de responsabilidad de los padres y/o adultos para asumir la atención del hogar en todos los sentidos. Se observa un gran apego del adulto mayor hacia los niños, por lo mismo se sienten chantajeados emocionalmente cuando los padres se los encargan y tienen que asumir la responsabilidad de cuidar y/o hasta de cubrir algunos gastos de los menores.

CORRESPONSABILIDADES EN EL BIENESTAR DEL ADULTO MAYOR

El adulto mayor debe empezar por valorarse como un individuo que posee un cúmulo preciado de experiencia que puede trasmitir a los jóvenes en el interactuar diario. Así mismo la familia y comunidad deberá iniciar el proceso de valoración del adulto mayor en la sociedad; para que en conjunto, todos ellos logren alcanzar el tan ansiado bienestar personal y grupal, en torno a las buenas relaciones familiares.

De estos problemas se desprenden las necesidades más urgentes de nuestros adultos mayores:

  • Oportunidades para generar ingresos y/o posibilidad de recibir pensiones adecuadas.

  • Recuperación de espacios para la organización y toma de decisiones.

  • Recuperación de roles, el reconocimiento de su experiencia laboral y/o de vida.

  • Aceptación de la vejez y valorización de esta etapa de la vida

  • Atención especializada de su salud integral y nutrición.

Frente a ello, corresponde aquí, determinar responsabilidades en los 3 niveles: social, familiar y personal:

A la sociedad le corresponde:

* En primer lugar aceptar el envejecimiento como un proceso cronológico natural, gradual e irreversible.

* Promover el respeto por todos y cada uno de los integrantes de la familia y la comunidad, sin importar su edad.

* Conocer y hacer respetar los derechos individuales.

* Promover la vida familiar y la relación intergeneracional.

* Capacitar y promover la organización de los adultos mayores.

* Fomentar la solidaridad y la ayuda mutua en el grupo, en la familia y en la comunidad.

* Recordar que todos estamos en camino de pertenecer al grupo de los adultos mayores.

* Crear un ambiente más adecuado para quienes envejecen

* Proveer programas de asistencia para que los adultos mayores frágiles, puedan seguir viviendo en su propio hogar.

* Crear programas de asesoría profesional a fin de mejorar la capacidad de los adultos mayores para enfrentar problemas de aceptar y adaptarse a los que les toca vivir.

* Darle la oportunidad de seguir siendo parte del sistema productivo en actividades que le permitan sentirse útil.

A la familia le corresponde:

* Crear un ambiente donde prime la cordialidad, la comunicación y la tolerancia

* Mantener las buenas relaciones sociales y familiares para el logro del bienestar de sus

Miembros y del adulto mayor en particular.

* Asegurar un espacio importante para el nuevo rol del adulto mayor al interior de la familia

Al individuo que envejece le corresponde:

* Prepararse y educarse para un mejor envejecer

* Sobreponerse y asumir un papel activo-creativo en la construcción del propio bienestar.

* Asumir con ánimo positivo las pérdidas y limitaciones inevitables.

* Aprovechar y participar al máximo en relaciones interpersonales y obtener el apoyo social que se le brinda, ya sea cognitivo, emocional e instrumental.

* Organizarse a fin de defender sus propios derechos evitando el aislamiento y situación de riesgo latente.

* Hacer uso del tiempo libre en actividades que le conlleve a la capacitación de sus Habilidades y mantener activa su presencia en la familia y comunidad.

* Identificar su nuevo rol al interior de la familia, sin intromisiones, chantajes, ni abuso de parte de ninguno de sus miembros.

Por último se recomienda asumir ciertas actitudes por parte del adulto mayor en la familia, para generar un clima de armonía y tranquilidad[48]

* Actitud de comprensión hacia los miembros de la familia.

* Aceptar a cada uno con sus cosas buenas y malas.

* Mostrarse prudentes, discretos y con mucho tacto en su actuar con la familia.

* Escuchar y hablar lo justo y necesario, cuidar de no herir.

* No dar consejos no solicitados.

* Ceder mucho, especialmente con los adolescentes y jóvenes, de manera que para ellos sea un agrado el venir a la casa de los abuelos.

* Tratar de ayudar pero no entrometiéndose ni imponiendo ideas.

* Mantener una buena comunicación de confianza y de mucho diálogo.

* Compartir situaciones, actividades, decisiones.

* Evitar peleas y discusiones.

* No inmiscuirse en la vida de los hijos; dejar que hagan su vida como estimen conveniente.

* No ser quejumbroso y negativos.

Conclusiones

De acuerdo al estudio realizado en el AAHH Año Nuevo, y particularmente con adultos mayores y sus familias del CEDIF "Año Nuevo"; encontramos ciertas características que nos conlleva a las conclusiones siguientes:

A Nivel Personal y familiar:

  • Familias extensas y numerosas, compartiendo vivienda en hacinamiento, con dificultades para cubrir sus gastos mínimos de subsistencia.

  • Familias en constantes relaciones conflictivas, producto de la mala comunicación, formas de resolver dificultades y falta de recursos económicos.

  • Profundo resentimiento, entre cónyuges y pares, por deslealtad, aportes diferentes en la relación familiar ya sea económico o afectivamente etc. Situaciones de infidelidad, disconformidad, frustración, incompatibilidad de caracteres, puntos de vista diferentes, cansados de "ceder"; ha conllevado a conflictos permanentes y que ha ido mellando la relación, el interés, el sentimiento y afecto entre las parejas.

  • Distanciamiento afectivo y físico de las parejas, quienes pueden compartir una misma vivienda y hasta la misma habitación pero que no llevan una vida marital, ni una relación armoniosa al interior del hogar.

  • Resignación a una vida indiferente en la relación de pareja, a tal punto de solo mantenerlos una relación económica de subsistencia.

  • Adultos mayores, sobre protectores, quienes justificando la falta de responsabilidad de sus familiares frente al descuido de sus miembros; asumen esa responsabilidad y no permiten que cada miembro cumpla con su rol en la familia.

  • Adultos mayores, muy "generosos", no queriendo "molestar" a sus familiares, quitan la voluntad y responsabilidad de sus hijos de preocuparse de ellos; lo cual se vuelve una costumbre e indiferencia a las necesidades del adulto mayor.

  • Adultos mayores sin apoyo económico de sus familiares; por el contrario le solicitan a éste, con chantajes y sentimientos de culpa, su aporte a la economía del hogar. Sin embargo le niegan el afecto, el aprecio y consideración en los demás aspectos socio familiares.

A Nivel Social:

  • El proceso de envejecimiento constituye un fenómeno universal que afecta a todos los seres vivos. Pero el envejecer no significa necesariamente que la persona se deslice inevitablemente hacia la invalidez, soledad y a un deterioro físico y mental; lo que requiere es una mejor atención de parte de la familia y de la sociedad en su conjunto.

  • Los paradigmas relacionados con la vejez, hacen del adulto mayor un ser tremendamente vulnerable al maltrato y al abuso; siendo los factores de orden personal y social lo que los ubican en esa situación; factores como: Pérdida de rol social, Baja autoestima, pérdida de su compañera o compañero, deficiencias físicas, cambios importantes del esquema corporal, dependencia por enfermedad, retiro laboral, bajos niveles de ingreso, dependencia económica.

  • El nivel socioeconómico es la variable que más impacta en la calidad de vida del adulto mayor; es el que más influye en el bienestar y el distrés (sentirse solo, triste y angustiado). Pero si bien lo económico es influyente, no debe ser determinante para el buen desenvolvimiento de la familia.

  • Uno de los factores más importantes para prevenir la violencia y maltrato familiar, se ha venido señalando a las relaciones familiares saludables; las mismas que tienen su sustento, principalmente, en la comunicación, el buen trato y la necesidad de mejorar la calidad de vida de cada uno de los miembros que conforman la familia.

A manera de reflexión:

  • La situación del adulto mayor como grupo etáreo, a nivel familiar y económica es ya bastante difícil de asumir; para que sobre ello reciba malos tratos por parte de la familia, que no hace mas que acrecentar su estado de ansiedad y malestar al interior de la propia familia. Todo ello que conlleva a una actitud también agresiva por parte del adulto mayor; y que se le viene atribuyendo como parte de la característica propia de este grupo etáreo, encubriendo con ello, la situación de violencia que se vive al interior de la familia.

  • No es extraño escuchar a los adultos el trágico porvenir que les espera y por el cual vienen trabajando para "no molestar a nadie" o no tener que ser enviados a un asilo (tener su pensión o asegurar alguna renta). Quien no ha sido testigo de sarcasmos de ese tipo?, que no hace mas que ver el problema desde una perspectiva individual y material; cuando el problema tiene que ver con el propio desarrollo humano y la conservación de nuestra propia especie; es un problema que tiene que ver con la solidaridad y calidad de vida de cada uno de los miembros de la familia.

  • Partes: 1, 2, 3
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