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Desigualdades en la distribución de la renta en los países desarrollados (Parte I) (página 2)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6

En otras palabras, la concentración de la riqueza socava la base de consumidores de la economía, provocando una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay un menor nivel de actividad económica.

Los datos económicos de varias fuentes, entre ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.

Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando, mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de Gini muestra la creciente disparidad en la distribución del ingreso.

En términos del coeficiente de Gini, los Estados Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto superarán a México, un país todavía en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU siguen siendo un país mucho más rico en general. Si la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se asemejarán a un país del 3er mundo, en términos de la disparidad en la distribución del ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en 2032

En vías de subdesarrollo

Los Estados Unidos se están convirtiendo en un país postindustrial y neo tercermundista. En parte como consecuencia del aumento del desempleo y la falta de oportunidades económicas, la caída de los salarios reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el aumento de la concentración de la riqueza, y a que el gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal histórico. La influencia dominante de las empresas sobre el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el debilitamiento gubernamental a nivel federal y las políticas destructivas de impuestos están agravando los problemas económicos que enfrenta Estados Unidos.

A menos que se implementen reformas estructurales o se produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la economía de EEUU continuará y se acelerará. A medida que la economía de EEUU continúa su descenso, la salud pública, nutrición y educación, así como la infraestructura del país, se deterioran visiblemente y el estado tercermundista de los Estados Unidos se hará evidente.

Las ilusiones pasadas: breve recorrido por la hemeroteca reciente

(Nota: corresponde al momento de redacción del citado Paper)

La renta de los británicos "regresa" al 2005 (desde hace 80 años no se vivía algo similar)

"Los banqueros centrales no suelen caracterizarse por su sinceridad y mensajes claros y contundentes. Más bien, como altos cargos de la burocracia financiera, sus discursos suelen estar llenos de ambigüedades, cuando no de mentiras piadosas para no generar alarma y desconfianza en la población. Su trabajo consiste en hacer creer a los agentes económicos que ellos pueden manejar la situación, que las cosas están bajo control"… Mervyn King alerta: "La renta de los británicos regresará a niveles de 2005" (Libertad Digital – 9/2/11)

"Maquillaje" (el "efecto desánimo" altera las cifras reales del paro en los EEUU)

"Conocíamos recientemente la noticia de que la tasa de desempleo en EEUU bajó al 9% en enero, desde el 9,4% en el anterior mes, lo que supone 600.000 personas desempleadas menos. Además, la Oficina de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics, BLS) estadounidense revisó al alza los datos de creación de empleo de los dos anteriores meses (noviembre y diciembre)"… El "efecto desánimo" maquilla el paro de EEUU (Libertad Digital – 15/2/11)

Los parados de larga duración en los EEUU (de lo cíclico a lo estructural)

"El 45% de los parados de EEUU llevan más de 27 semanas buscando trabajo. Ni el gasto público ni la política monetaria ayudan a solventar este problema"… Los parados de larga duración crecen a un ritmo sin precedentes en EEUU (Libertad Digital – 22/2/11)

En EEUU la crisis amplia la brecha entre la riqueza de los blancos y las minorías

"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada una de las dos grandes minorías de Estados Unidos -hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes en medio de la crisis del sector de la vivienda y la recesión, según nuevos estudios"… Crece la brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)

La prolongada anemia de la economía americana ("la Gran Japonización")

"La resistencia de la economía de Estados Unidos, que en los últimos 25 años siempre ha remontado pese a guerras, ataques terroristas y el hundimiento de las acciones, se ha debilitado tras la explosión de la burbuja inmobiliaria. El colchón que en el pasado la ayudaba a absorber estos golpes ya no está funcionando como antes"… A EEUU se le dañaron los amortiguadores (The Wall Street Journal – 31/7/11)

Recayendo en la recesión global (¿es que alguna vez habíamos salido?)

"Las fábricas de todo el mundo están pisando el freno de la producción, en una desaceleración de la actividad económica que suscita el espectro de una recaída en la recesión"… La locomotora manufacturera global pierde impulso (The Wall Street Journal – 1/9/11)

La pobreza avanza en Estados Unidos y alcanza a un 15% de la población

"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000 dólares al mes, según los datos divulgados hoy por la Oficina del Censo"… La tasa de pobreza en EEUU sube por cuarto año consecutivo (Cinco Días – 13/9/11)

La OIT y la OCDE pronostican que en 2012 se podría generar más desempleo

"La desaceleración económica mundial podría generar un fuerte incremento del desempleo en el año 2012 en el conjunto de los países del G20, según un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE"… La OIT advierte de un fuerte incremento del desempleo en 2012 en el G20 (Expansión – 26/9/11)

Cuando la "oferta" elimina al empleo y luego a la "demanda" (a pesar del crédito fácil)

"Muchos estadounidenses creen que las importaciones chinas de bajo precio aniquilan empleos fabriles en Estados Unidos. La mayoría de los economistas dicen que los beneficios del comercio superan por mucho sus costos"… Las importaciones chinas afectan más de lo que se cree al mercado laboral de EEUU (The Wall Street Journal – 27/9/11)

La pobreza infantil "proyectada" en el Reino Unido (estado del malestar)

"Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una organización de investigación financiera independiente, los ingresos medios de la población bajarán un 7% hacia finales de la presente década. Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%, vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8 millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"… La cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)

Peores vaticinios de la OIT: la crisis del empleo seguirá hasta 2016

"La crisis financiera mundial ha hecho mucha mella en el empleo. La factura en puestos de trabajo ha sido alta en casi todo el mundo. Cicatrizar ésta herida costará mucho tiempo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que harán falta cinco años, hasta 2016. Según los cálculos de la agencia dependiente de la ONU, recuperar los niveles de empleo previos al estallido financiero precisa 80 millones de empleos. Sin embargo, "la reciente desaceleración económica" hace que esto no sea posible a corto plazo, por lo que retrasa un año su pronóstico inicial de recuperación"… La OIT vaticina que la crisis de empleo seguirá hasta 2016 (El País – 1/11/11)

Mercado laboral en el Reino Unido: "cerrado por reformas" (volvemos en 10 años…)

"Reino Unido necesitará diez años de austeridad para resolver sus problemas económicos, según ha informado el think tank independiente Reform, citado por el diario británico The Telegraph"… Reino Unido necesitará diez años de austeridad para resolver sus problemas económicos (El Economista – 22/11/11)

La "percepción" de los europeos (pérdida de confianza)

"Nada hace pensar que los líderes europeos encuentren en la opinión pública europea un aliado en este proceso. Según el Eurobarómetro de noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%) creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31% que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41% confía en la Unión Europea (frente a un 47% que desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones supranacionales en la definición de la política fiscal, los resultados son incluso menos esperanzadores"… ¿Una Europa euroescéptica? (El País – 25/11/11)

El contrato social se está empezando a deshacer en muchos países.

"Uno de los legados de la última gran bonanza económica vivida entre las grandes potencias y los países emergentes es una brecha mayor entre ricos y pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de crecimiento, según el informe hecho público ayer por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran Recesión"… La brecha entre ricos y pobres se dispara al nivel más alto en 30 años (El País – 6/12/11)

Generación "ni-ni": ni estudia, ni trabaja (el problema crece en toda Europa por el paro y la falta de alternativas)

"La crisis está dejando descolgados a muchísimos jóvenes. En España, 800.000 ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudian, ni trabajan. Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos años han empeorado las cifras de la llamada generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%, según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía peores"… La crisis eleva al 22% los jóvenes que ni estudian ni trabajan (El País – 16/12/11)

Esquizofrenia capitalista: las firmas gastan en maquinaria, pero no crean empleos

"En ninguna otra recuperación estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial las empresas han sido tan rápidas en impulsar el gasto en maquinaria y software y, al mismo tiempo, más lentas a la hora de contratar empleados"… El hombre vs. la máquina, el dilema de EEUU (The Wall Street Journal – 17/1/12)

Los jóvenes se llevan la peor parte de la crisis de desempleo (la generación perdida)

"Davos está acostumbrado a las bravuconadas de los líderes políticos. Sin embargo, cuando jefes de compañías de todo el mundo acostumbrados a hablar en voz baja advierten "no de una crisis, sino de un desastre", cuando comienzan a llamar algo "un cáncer en la sociedad", uno sabe que tenemos un problema"… La bomba de tiempo del desempleo juvenil (BBCMundo.com – 29/1/12)

"La OIT calcula que 6,4 millones de menores de 25 años ya han perdido la esperanza de encontrar trabajo. En el mundo hay 75 millones de jóvenes desempleado. La cifra ha aumentado en 4 millones desde 2007"… El paro juvenil en España cuadruplica la tasa mundial (Gaceta.es – 29/1/12)

¿Por qué falla la máquina de empleos?

Las empresas producen y ganan más, pero no aumentan su personal

He aquí algunos números del desempeño de las empresas y el mercado laboral en Estados Unidos que sirven de barómetros clave de la economía del país. En los últimos 10 años:

– La producción de bienes y servicios se ha expandido 19%.

– Las ganancias de las empresas que no pertenecen al sector financiero han aumentado 85%.

– La fuerza laboral ha crecido en 10,1 millones de empleos.

– El número de puestos de trabajo del sector privado, sin embargo, se ha reducido en casi dos millones.

– Y el porcentaje de adultos estadounidenses con trabajo se ha reducido a 58,2%, un nivel que no se había visto desde 1983.

En gran parte, eso ocurre porque la economía crece demasiado despacio o como para absorber la fuerza laboral disponible, y los sectores que suelen contratar en las primeras etapas de la recuperación -como la construcción y la pequeña empresa– se vieron paralizados por el descalabro del crédito.

También hay que considerar el factor de la confianza. Si los empleadores estuvieran seguros de que podrían vender más, contratarían a más personas. Si estuvieran menos inseguros de la durabilidad de la recuperación y otros factores, estarían más inclinados a incrementar sus niveles de contratación.

Hay, además, un fenómeno que precede a la recesión y que ha persistido a lo largo de ella. Se trata de los cambios en la forma en que funciona el mercado y cómo los empleadores ven a su fuerza laboral.

Los ejecutivos lo llaman "reducción estructural de costos" o "flexibilidad". El economista Robert Gordon, de la Universidad de Northwestern, lo llama el surgimiento de "los trabajadores desechables", una abreviación de una estrategia de las empresas para reducir costos laborales dondequiera que puedan, a un nivel sin precedentes.

El economista Alan Krueger, de la Universidad de Princeton, calcula que 70% de la escasez de trabajo actual es simplemente cíclica, el resultado de una decepcionante recuperación de una profunda recesión. Sin embargo, atribuye 30% a cambios en el mercado laboral que comenzaron una década atrás o más.

Consideremos lo siguiente:

En la recesión más reciente y en las dos anteriores -1990-91 y 2001- los empleadores han sido más rápidos a la hora de despedir empleados y recortar sus horas de trabajo que en las recesiones que las habían precedido. Muchos de ellos también fueron más lentos para volver a contratar. Como resultado, la "recuperación sin empleo" se ha convertido en la norma.

En el pasado, cuando los negocios se desplomaban, las empresas reducían personal y aceptaban menos trabajo por empleado. Durante la profunda recesión de principios de la década del 70, la producción estadounidense de bienes y servicios se redujo en 5% y el empleo en 2,5%. Los economistas trataban de comprender el "acaparamiento laboral", la tendencia de las empresas a retener a los empleados que no necesitaban.

Pero ya nadie piensa así. Entre finales de 2007 (cuando el empleo estadounidense alcanzó su mayor pico) y finales de 2009 (cuando tocó fondo), la producción estadounidense de bienes y servicios disminuyó 4,5%, pero el número de trabajadores se redujo mucho más: 8,3%. El rompecabezas de hoy es entonces: ¿cómo y por qué los empleadores lograron aumentar la productividad, o la producción por hora de trabajo, como nunca antes durante la peor recesión en décadas?

En una época anterior, cuando más estadounidenses trabajaban en líneas de ensamblaje, muchos despidos eran temporales. Cuando el negocio se recuperaba, los trabajadores volvían a ser convocados, a menudo debido a garantías sindicales.

En el peor momento de la recesión de 1980-82, uno de cada cinco desempleados correspondía a un "despido temporal". En la reciente recesión, la proporción de despidos temporales nunca fue superior a uno de cada 10. Eso se debe en parte a que menos estadounidenses trabajan en fábricas. Hoy, en cambio, si un restaurante no tiene suficientes clientes, quiebra.

"Cuando los despidos son temporales, las recontrataciones pueden realizarse muy rápido", comentan los economistas Erica Groshen y Simon Potter, de la Reserva Federal de Nueva York. Cuando los despidos son permanentes, la recuperación del empleo es lenta, añaden. Si el empleador quiere contratar, debe embarcarse en la tarea de revisar currículos, lo que consume mucho tiempo.

Las empresas, con sus ojos fijos en el precio de las acciones y en las ganancias, valoran más que nunca la flexibilidad encima de la estabilidad. La recesión les demostró que podían hacer más con menos trabajadores de lo que muchos de ellos creían.

En una encuesta a 2.000 empresas a principios de este año, McKinsey Global Institute, el centro de estudios de la enorme empresa de consultoría, encontró que 58% de los empleadores esperaba tener más trabajadores a tiempo parcial, temporales o subcontratados en los próximos cinco años y más de 21,5% trabajadores "tercerizados o externos".

"La tecnología", señala McKinsey, "permite a las empresas gestionar el empleo como un aporte variable. Con el uso de nuevos sistemas de programación de recursos, se pueden proveer de personal sólo cuando lo necesitan, ya sea por un día completo o unas pocas horas".

Las agencias de ayuda temporal juegan un papel cada vez más importante, desde la provisión de personal fabril y administrativo hasta enfermeras e ingenieros.

También facilitan volver a recortar en tiempos difíciles. Los trabajadores, en pocas palabras, ahora pueden ser contratados "en el momento preciso". Y aparentemente, muchos empleadores no creen que todavía sea el momento. Debido a que "pueden contratar personal temporal casi al instante, hay poca necesidad de contratar a la espera de una recuperación en los negocios".

Cuando sí reclutan personal, las grandes empresas multinacionales con sede en EEUU están en mejor condición de y más dispuestas a contratar en el exterior, en parte porque los salarios son a menudo más baratos, pero también porque es allí donde están sus clientes.

En la década de los 90, las multinacionales incorporaron en EEUU casi dos puestos de trabajo por cada nuevo empleo fuera del país; en tanto que en la década siguiente, recortaron 2,9 millones de empleos estadounidenses, mientras que aumentaron 2,4 millones en el extranjero, de acuerdo con el Departamento de Comercio de EEUU.

Hal Sirkin, de Boston Consulting Group (BCG), afirma que el aumento de los salarios en China resta un poco de atractivo al país. En 2000, los salarios de los trabajadores chinos promediaron 3% de los de sus contrapartes estadounidenses. Hoy en día, representan 9%, y la firma de consultoría espera que la cifra llegue a 15% en 2015. Sirkin predice que ello impulsará a muchos fabricantes a devolver el trabajo a EEUU. ¿Cuántos? Sirkin todavía trabaja en un cálculo.

Aun cuando el gobierno cuenta 4,68 trabajadores desempleados por cada puesto que se abre, algunos empleadores insisten en que no pueden encontrar empleados con las habilidades que necesitan a los salarios que pueden pagar.

Realidad o ficción

En toda Europa, Asia y América, las corporaciones nadan en efectivo, mientras su implacable búsqueda de eficiencia sigue generando enormes ganancias. Sin embargo, la porción de la torta que les corresponde a los trabajadores se está reduciendo, gracias al alto desempleo, a las jornadas reducidas de trabajo y a los salarios estancados.

Estados Unidos en los años 70, tenían 20 millones de empleos manufactureros, con una población total de unos 220 millones. A principios del año 2011, sólo se mantienen 12 millones de empleos en las fábricas norteamericanas, pero con una población total de 320 millones de habitantes. En los años 70, Estados Unidos controlaba el 28% de la fabricación mundial de bienes y China sólo el 4%. En enero de 2011 Estados Unidos produce el 20% mundial y China el 19%.

En enero (2011), 2,8 millones de personas estaban "marginalmente ligadas" a la fuerza laboral, frente a los 2,5 millones de enero del año anterior (2010). Dentro de este grupo se encuentra la gente que ha buscado empleo en los últimos 12 meses, pero no en el último mes.

De ellos, casi 1 millón no cree que encontrará empleo (cifra que baja desde 1,3 millones en diciembre 2010) y el resto, 1,8 millones, no han buscado trabajo en las últimas cuatro semanas por razones como estudios o responsabilidades familiares, explica el Departamento de Trabajo.

La tasa de paro que incluye a estas personas, así como a aquellos que se han visto forzados a trabajar a tiempo parcial , denominada U-6, se redujo al 16,1% desde el 16,7% de diciembre (2010).

El número de desempleados de larga duración, aquellos que llevan en el paro al menos 27 semanas, se redujo a 6,2 millones y supuso el 43,8% de los desempleados.

Paradójicamente, la realidad es que las mediciones de desigualdad de ingresos y riqueza entre países están cayendo, gracias a un crecimiento robusto constante en los mercados emergentes. Pero a la mayoría de la gente le importa más lo bien que le va en relación a sus vecinos que a ciudadanos de tierras lejanas.

A los ricos les está yendo esencialmente bien. A enero de 2011, los mercados bursátiles globales se recuperaron. Muchos países son testigos de un crecimiento vigoroso de los precios de la vivienda, de las propiedades comerciales o de ambos. Los renacientes precios de las materias primas están creando enormes ingresos para los dueños de minas y pozos petroleros, incluso a pesar de que las subas de precios de los alimentos básicos están desatando disturbios, si no completas revoluciones, en el mundo en desarrollo. Internet y el sector financiero siguen desovando nuevos millonarios y hasta multimillonarios a un ritmo asombroso.

Las causas de la creciente desigualdad en el interior de los países son bien entendibles, y ya han sido señaladas anteriormente. Vivimos en una época en la que la globalización expande el mercado para los individuos ultra talentosos, pero hace que la competencia deje afuera a los empleados comunes. La competencia entre países por individuos calificados e industrias rentables, a su vez, limita la capacidad de los gobiernos de mantener impuestos elevados a los ricos. La movilidad social está aún más afectada porque los ricos les brindan a sus hijos una educación privada y ayuda post-escolar, mientras que los más pobres en muchos países no pueden permitirse ni siquiera que sus hijos sigan yendo a la escuela.

En el siglo XIX, Karl Marx observó inteligentemente las tendencias de desigualdad en sus días y concluyó que el capitalismo no podía sustentarse políticamente de manera indefinida. Llegado el caso, los trabajadores se levantarían y derrocarían el sistema. Transcurrida la primera década del siglo XXI, aún se espera que llegue el caso… Mientras, fuera de Cuba, Corea del Norte y unas pocas universidades de izquierda en todo el mundo, ya nadie se toma en serio a Marx.

Sin embargo, en un momento en que la desigualdad alcanza niveles similares a los de hace 100 años, el statu quo tiene que ser vulnerable. La inestabilidad puede expresarse en cualquier parte. Fue apenas hace poco más de cuatro décadas que los disturbios urbanos y las manifestaciones masivas sacudieron al mundo desarrollado, catalizando en definitiva reformas sociales y políticas de amplio alcance.

Sin embargo, sería un grave error suponer que la enorme desigualdad es estable siempre que surja a través de la innovación y el crecimiento.

Lo que resulta evidente es que la desigualdad no es sólo una cuestión de largo plazo. Las preocupaciones sobre el impacto de la desigualdad de ingresos ya están constriñendo la política fiscal y monetaria en países desarrollados y en desarrollo por igual, a la vez que intentan abandonar las políticas de híper estimulación adoptadas durante la crisis financiera.

El mapa de los salarios mínimos en Europa

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*Todas las cifras son brutas

Los habitantes de Luxemburgo serían los más afortunados en este sentido, ya que cuentan con el salario mínimo más alto de Europa (1.758 euros mensuales); Les siguen de cerca los irlandeses, con 1.462 euros y los holandeses (1.424 euros/mes).

En España nos encontramos aproximadamente en la mitad de la tabla. No somos los que menos salario mínimo tenemos ni los que más, y estamos en prácticamente el mismo nivel que países como Grecia (863) o Eslovenia (748), pero muy lejos de Inglaterra (1.139), Bélgica (1.415) o Francia (1.365).

Las cifras, correspondientes a enero de 2011, han sido publicadas por la oficina estadística comunitaria (Eurostat). Todas las cifras son en bruto, por lo que el montante final que reciba finalmente el ciudadano tendrá mucho que ver con los impuestos de cada país.

A pesar de ello, las diferencias son menores cuando se tiene en cuenta también el poder adquisitivo de cada país, tal y como podemos ver en la tabla inferior. En este segundo caso pasamos de una horquilla de 123 EUR – 1.758 EUR (sin tener en cuenta el poder adquisitivo) a otra de 233 a 1.452. España sigue en el grupo central, aunque los resultados para nuestro país apenas varían: nuestro salario mínimo corresponde a 766 euros si tenemos en cuenta el poder adquisitivo de los españoles frente al del resto de Europa, apenas 15 euros por encima de los 748 euros reales.

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El riesgo de pobreza en la Unión Europea

España cuenta con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la media de la UE-27, que se sitúa en el 16,3%. Desde el IEE indicaron que como población en riesgo de pobreza se define a aquellas personas que, incluyendo las transferencias sociales, se sitúan por debajo del umbral de pobreza.

Entre los países de la UE hay grandes diferencias, ya que las tasas de población en riesgo de pobreza varían entre casi un 26% y tan sólo un 8,6%, subrayaron. La mayor proporción de población en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%, figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria (21,8%).

Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y Grecia comparten un 19,7%. España figura en el séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la población mayor de 65 años. Mientras, Italia (18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras por encima del 17%) también superan la media europea.

La mayoría de países de la UE (16 en total) logran situar el porcentaje de población en riesgo de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria (12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia (11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de pobreza entre su población.

Desigualdad inquietante (la desigualdad conduce a un menor crecimiento económico)

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La "percepción" de los europeos (pérdida de confianza)

¿Más Europa? Esa parece ser una de las soluciones propuestas a la crisis económica y política que asola al continente. La forma concreta que esa "mayor" Europa tome no está nada clara (creación de un tesoro europeo, establecimiento de impuestos europeos, fortalecimiento de los mecanismos de control fiscal por parte de las instancias supranacionales,…), pero todas ellas parecen pasar por una nueva ronda de transferencias de soberanía hacia las instituciones supranacionales en el ámbito de la política económica.

Nada hace pensar que los líderes europeos encuentren en la opinión pública europea un aliado en este proceso. Según el Eurobarómetro de noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%) creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31% que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41% confía en la Unión Europea (frente a un 47% que desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones supranacionales en la definición de la política fiscal, los resultados son incluso menos esperanzadores.

En cierto sentido, que el euroescepticismo esté en auge no debería sorprendernos. Una de las regularidades empíricas más estables encontradas por los estudiosos de la opinión pública europea es que el apoyo al proceso de integración está muy correlacionado con el ciclo económico: los europeos apoyamos la integración en los años de bonanza económica y nos hacemos euroescépticos en las crisis. Si observamos la evolución de la desconfianza hacia la Unión Europea por países, se aprecia que son los países que están atravesando mayores dificultades económicas aquellos donde el ascenso del euroescepticismo es más acusado.

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Mientras que en los países escandinavos (con poblaciones tradicionalmente muy euroescépticas) la desconfianza de sus poblaciones hacia Europa de hecho se ha reducido ligeramente en la última década, en los países del centro del continente y, sobre todo, en la periferia más afectada por la crisis (los famosos PIIGS), se puede detectar un claro aumento de la desconfianza hacia la UE en los últimos cinco años. Por el papel central que, según algunos, la opinión pública alemana ha jugado en la capacidad de los líderes europeos de adoptar determinadas decisiones, es particularmente preocupante el aumento de la desconfianza hacia la UE en este país que, a pesar de no haber sufrido apenas la crisis económica, ha visto cómo su nivel de desconfiados hacia Europa ha aumentado en solo cuatro años en veinte puntos, hasta colocarse en un 55%.

Menos de la mitad de la población europea cree que la UE ha sido positiva

¿Qué papel ha jugado la existencia de la moneda única en este proceso de auge del euroescepticismo? Resulta complicado establecer nítidas relaciones de causalidad con estos datos, pero es llamativo que dos de los tres países que decidieron quedarse fuera de la unión monetaria tienen hoy índices de confianza en la UE mejores que hace una década, mientras que, con la excepción de Finlandia, todos los miembros de la eurozona han visto cómo el euroescepticismo crecía en sus poblaciones. El caso de Grecia es el más dramático de todos: mientras que en el 2001 tres cuartos de la población confiaban en la UE y un cuarto desconfiaba, en 2011 la relación se ha invertido: hoy sólo un tercio de la población confía en la UE, y dos tercios desconfían.

¿Han cambiado las características de los individuos europeístas y euroescépticos a lo largo de esta década? Un análisis en detalle de los determinantes de la desconfianza a nivel individual revela que si bien muchas características de los individuos (edad, clase social) siguen estando asociadas de la misma forma que hace diez años con diferentes opiniones sobre la UE, el efecto de la ideología del individuo ha cambiado de dirección: en 2001 los europeos de izquierdas tendían, en media, a desconfiar menos de la UE que los de derechas. Hoy sucede lo contrario: ideológicamente, son los europeos de izquierdas los que más desconfían de la UE.

Si, como apuntan estos datos, la crisis económica y su gestión ha deteriorado el apoyo a la UE en los países más duramente afectados por la crisis y entre los sectores más progresistas de la población, ¿existen formas de recobrar la confianza de los europeos en la UE y de dotar de una legitimidad democrática a los intensificación del proceso de integración de la que ahora carece?

Es cierto que, dada la heterogeneidad de intereses que conviven en la UE, la capacidad de adoptar políticas que agraden a amplios sectores de europeos y que hagan por tanto recobrar la confianza de éstos en las instituciones supranacionales es limitada. Sin embargo, los propios datos de Eurobarómetro muestran que sí existen políticas demandadas de manera casi unánime por los europeos: la abrumadora mayoría de los europeos creen que la Unión Europea debería endurecer las políticas contra los paraísos fiscales (89%), regular los salarios en el sector financiero (82%), o establecer un impuesto a los beneficios de los bancos (84%) o a las transacciones financieras (el 72%). La UE puede aprovechar el amplio consenso ciudadano sobre estas cuestiones como una oportunidad para ganar la confianza ciudadana que ha perdido durante la crisis. O puede elegir ignorar estas demandas y agrandar los problemas de desconfianza ciudadana a medida que estas cuestiones sean cada vez más centrales en la agenda política de los europeos. Hagan ustedes sus apuestas.

Los jóvenes que ni estudian, ni trabajan (el problema crece en toda Europa por el paro y la falta de alternativas)

Hay grandes diferencias entre los distintos países de la UE. Y España, con un paro juvenil cercano ya al 50%, está entre los que tienen peores datos: son el 22,4% (en 2008 eran el 17%, y un año antes, el 13,8%). Con más de 800.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan, unos 280.000 más que en 2007 (si se cruzan los porcentajes de la Encuesta Europea de Fuerza del Trabajo de Eurostat con los datos del padrón del INE), España ocupa el quinto puesto de la Unión en este preocupante ranking. Por delante están Letonia (22,5%), Irlanda (24,1%), Italia (24,2%) y Bulgaria (27,8%). Donde menos hay es en Holanda (5,9%) y Luxemburgo (6,9%). Este último está en el grupo de los únicos cuatro países que han logrado reducir sus cifras durante la crisis, junto a Alemania Malta, de forma levísima, Bélgica.

"Es difícil hacer generalizaciones para toda Europa, pero lo que parece estar ocurriendo es que los jóvenes están siendo víctimas del paro (esto ha sido peor en países como España), pues son los más fáciles de despedir; y de los recortes de las ayudas sociales. En Reino Unido se espera que bajen un 20% en los próximos tres años, además de lo que ya se han reducido", señala Neil Lee, economista del instituto de investigación The Work Foundation, de la Universidad de Lancaster.

El catedrático Psicología Social de la Universidad de Valencia José María Peiró distingue dos grandes grupos de jóvenes bajo la etiqueta de ni-ni (ni estudian ni trabajan). Primero, los que lo son porque no les queda más remedio: han fracasado en los estudios y no encuentran trabajo. Segundo, los de tipo "sabático", que se toman un tiempo antes de ponerse a trabajar, al final o en medio de los estudios. "Lógicamente, estos tienen salario de reserva, quizás por la familia", añade.

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Precisamente el apoyo familiar -más en los países del sur de Europa-, junto con las ayudas sociales y el trabajo sumergido -el Ministerio de Economía estimó a principios de 2011 que la economía sumergida en el 20% del PIB español-, amortiguan el impacto social de una cifra como ese 22,4% de ni-nis.

Aventurar cuántos jóvenes pertenecen a cada situación es realmente complicado, pues la encuesta europea simplemente señala a los jóvenes parados o inactivos que no han estudiado, ni siquiera un cursillo de inglés o de informática, en el último mes. Y en realidad las variantes son infinitas: el que encuentra trabajo pero lo rechaza por las malas condiciones del empleo o porque tiene que desplazarse; el que vuelve a estudiar, pero se frustra y lo deja (en Madrid, se titula sólo el 10% de los matriculados en escuelas de adultos, según CC OO); el que decide agotar el paro antes de ponerse otra vez manos a la obra; el que se desanima tras mucho tiempo buscando empleo…

Sin embargo, parece claro que el primer grupo que señala Peiró, el de los que no trabajan porque no pueden, y ni se les pasa por la cabeza retomar los libros, crece en medio de la crisis. Sobre todo en un país como España, que ha mantenido durante toda la década un porcentaje de abandono escolar temprano cercano al 30%, aunque ahora haya bajado al 28%. Fue en 2008 cuando en España empezó a crecer mucho la cifra de ni-nis y se disparó en 2009, precisamente cuando todos esos jóvenes escasísimamente formados empezaron a engrosar masivamente las filas del paro.

Antes de la crisis los jóvenes españoles ya tenían serias dificultades para acceder a empleos de calidad

Es decir, que son precisamente los más vulnerables los que están engordando la estadística, asume el catedrático de Economía de la Pompeu Fabra José García-Montalvo. "Las tasas de paro que han crecido más rápidamente son las de los jóvenes con menos formación; a diferencia de otras crisis anteriores, mucho más rápido que las tasas de desempleo de los universitarios", señala.

Así, no hay trabajo, y el reenganche en el sistema educativo se hace complicado, no solo porque a los jóvenes les pueda costar más o menos tomar la decisión, sino "la escasa relevancia de los programas de segunda oportunidad para mejorar la formación de los alumnos que abandonan", señala el profesor de Economía de la Universidad de Vigo Alberto Vaquero.

La bomba de tiempo del desempleo juvenil

El mundo, dicen, está "sentado sobre una bomba de tiempo, social y económica". El mundo está plagado de desempleo juvenil.

Los números son duros. En algunos países del mundo árabe hasta el 90% de los jóvenes en edades comprendidas entre los 16 y 24 años está desempleado. En EEUU el desempleo juvenil llega a 23%, en España al casi 50% y en el Reino Unido al 22%.

En todo el mundo hay 200 millones de desempleados. 75 millones tienen edades entre los 16 y 24 años, y cada año cerca de 40 millones de jóvenes están listos para entrar al mercado laboral.

Los líderes empresariales reunidos en el Foro Económico Mundial (enero 2012) saben que las cifras son importantes: los jóvenes que estuvieron desempleados por mucho tiempo ganaran menos dinero durante toda su vida.

Tendrán menos probabilidades de ser empleados. No tendrán las habilidades que las empresas necesitan. Es más probable que tengan problemas de salud a largo plazo. Y la situación puede degenerar en descontento social.

Hay un término para eso: la generación perdida. O como dice un profesor de una escuela de negocios "El desempleo es una porquería. El desempleo juvenil es peor aún. Los jóvenes perdieron la línea de visión hacia el futuro".

Cifras duras

•200 millones de desempleados a nivel mundial

•75 millones con edades entre 16 y 24 años.

•90% de los jóvenes en países árabes no tienen trabajo.

•23% desempleo juvenil en EEUU.

•22% en Reino Unido

•50% en España

•Cada año 40 millones de jóvenes ingresan al mercado laboral.

A los jefes les preocupan estas cosas, hasta a los de corazón más frío, porque todo lo mencionado arriba cuesta dinero.

Indirectamente, porque hay un menor demanda para sus productos y servicios; directamente, en costos de entrenamiento y de salud, e impuestos más altos.

Luego tenemos la parte demográfica. En Jordania cerca del 70% de la población tiene menos de 30 años. Si los jóvenes no están preparados para el trabajo, el país se quedará pronto sin talento, dijo un participante.

Para los políticos, la Primavera Árabe es algo que sigue fresca en la mente de la gente. Los levantamientos comenzaron en Túnez cuando Mohamed Bouazizi se inmoló.

"Se mató no porque quería hacer una protesta política. Se mató porque no tenía un empleo", dijo un gerente de fondos de inversión de Pakistán. La falta de oportunidades para los jóvenes fue uno de los catalizadores de la llamada Primavera Árabe.

Los organizadores del Foro Económico Mundial de Davos quieren demostrar que su inmensa red -una combinación única de grandes empresas, gobiernos, activistas sociales y organizaciones no gubernamentales- puede hacer una diferencia.

Se organizó un taller para identificar qué causa el desempleo juvenil y si puede existir alguna solución rápida para atacar el problema, para quienes hablaron era obvio que el problema desafía las soluciones simples.

Claro que todo desempleo tiene una cosa en común: la falta de demanda de trabajadores. Pero cada país, cada región tiene problemas diferentes.

La automatización reemplaza muchos trabajos rutinarios, no sólo en los países desarrollados.

Hay problemas estructurales, por ejemplo cuando es muy burocratizado contratar a alguien.

También puede achacársele alguna culpa al sistema educativo, que falla en darles a los jóvenes las destrezas que se necesitan para trabajos en economías avanzadas.

En Corea del Sur es al contrario. Hay tantos graduados universitarios que el país se está quedando sin gente para llenar trabajos de obreros.

Además están las destrezas vitales o la falta de ellas. Algunos jóvenes no conocen lo básico, desde vincularse con compañeros de trabajo hasta tener las habilidades empresariales fundamentales.

Pero a veces una mejor educación podría aportar una solución: en China, muchos repartidores de correspondencia sólo pueden leer chino, lo que les impide trabajar en compañías logísticas internacionales que distribuyen correos y paquetería llegada del mundo entero.

También hay problemas culturales. Algunos países gradúan grandes cantidades de mujeres en la educación universitaria, sólo para negarles las oportunidades de trabajo, con lo que desperdician sus talentos.

¿Qué hacer?

Es un tema que se presenta una y otra vez: negocios, universidades y escuelas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales, no logran comunicarse sobre qué es lo que necesitan y qué es lo que pueden lograr.

"El sector privado podría ser un elemento de cambio", afirmó un participante, un activista de izquierda que trabaja en una campaña educativa.

"Las universidades son simplemente muy lentas", dice un industrial, "Si les digo que necesito graduados con diferentes destrezas, les toma dos o más años cambiar sus cursos. Para ese entonces la tecnología estará cambiando de nuevo".

Pero de todos modos, otro empresario advirtió que "una buena educación ya no te garantiza una buena vida".

Sean del mundo árabe, de América del Norte o de América Latina o Asia, muchos ejecutivos lamentaron la falta de impulso empresarial y de destrezas básicas de negocios y la necesidad de una cultura donde el fracaso no sea celebrado.

Un hombre que está a cargo de una empresa con varios cientos de miles de empleados en todo el mundo se quejaba de que "vivimos en un mundo en el que la creación de la riqueza no va paralela a la creación de trabajo. Esa otrora cercana conexión está rota".

Mientras algunos sugieren la creación de grandes programas, con una inversión de US$ 50.000 millones en los próximos diez años para adiestrar gente en todo el mundo, otros proponen pasos más pequeños con mayor garantía de éxito

Del Ensayo: El "factor" Bernanke: otro "Maestro" que se cae del tabernáculo (Parte II) – Publicado en Junio de 2013

(Hagiografía -no autorizada- del heterodoxo "socializador" de las pérdidas del sistema financiero)

(En Apartado 10) – Canción triste de Main Street (el Día de la víctima)

– Asalto a la ilusión

Cuando era pequeño, mi padre, hijo de inmigrantes (que sabía muy bien lo que era la pobreza), me decía: si tú estudias y terminas la escuela primaria, nunca tendrás que ser peón de campo… si terminas el colegio secundario, nunca tendrás que ser peón de albañil… y si terminas la universidad… tendrás la vida asegurada.

Ese "paradigma" fue cierto hasta en la remota, falaz y fugaz Argentina. Ese país donde alguna vez sus pobladores se creyeron que eran ingleses que hablaban en francés, y un día descubrieron que eran italianos que hablaban en español. Ese país que se creyó elegido por Dios, para que en sus campos creciera de noche lo que no se podían comer durante el día. Ese país que estaba predestinado al éxito y terminó siendo el mayor ejemplo mundial de fracaso económico.

Así y todo, al menos hasta los años 80, ese proyecto de vida fue cierto. El ascensor social funcionaba. Los hijos (en la mayoría de los casos) superaban a sus padres en "calidad" de trabajo, "nivel" de remuneración y "progreso" social. En definitiva mi padre tuvo razón y sus dos hijos universitarios… tuvieron la vida asegurada.

Después paso lo que pasó en Argentina, y eso ya es otra historia

Luego de casi 25 años de exilio voluntario en la "avanzada" Europa, ¿podría hacer a mis hijas (o nietos) el planteo que mi padre me hizo en la lejana Argentina, allí por 1950?

¿Pueden hoy los jóvenes, mejor preparados que sus padres (en un gran porcentaje), esperar un nivel de vida más alto que el de sus padres? No digamos un mejor nivel de vida… ¿al menos un trabajo mejor que el de sus padres? No digamos un trabajo mejor… ¿al menos un trabajo?

Todas las respuestas son NO. Con un 50% de paro juvenil, no hay casi ninguna (podría decir, ninguna, sin pecar de pesimismo) probabilidad de que puedan tener un mejor trabajo que sus padres. "Década perdida" o ¿generaciones perdidas?…

Y no estoy hablando de los ni nis (que va de suyo), sino de graduados universitarios (a veces, con masters e idiomas). Un 20% de paro juvenil universitario, varios años de espera antes de tener un primer empleo. Becarios eternos, estudiantes aparcados en guarderías universitarias (el master del master, el idioma del idioma…). "Talludos" que se ven obligados a continuar viviendo "con" sus padres o (peor aún) "de" sus padres.

Han destruido el mercado de trabajo, han roto el ascensor social, han limitado las posibilidades de constituir nuevas familias, han cercenado la natalidad…

Han transformado el Primer Mundo en el Tercer Mundo. Lo que se dice, todo un éxito. Bravo por la financierización de la economía, por la globalización, por el librecambio, por la desregulación, por la privatización, por la deslocalización, por la competitividad, por la economía de casino, por la turboeconomía, por la economía de "manos libres". Bienvenidos al subdesarrollo.

¿Qué guerra o catástrofe natural asoló Europa para que su clase media tenga que recurrir a la Cruz Roja en busca de ayuda?

¿Qué razón hay para admitir la perspectiva de una generación perdida de gente joven, destinada a sufrir durante toda su vida lo peor del desempleo y sus condiciones sociales?

¿Qué siniestro ha ocurrido en los EEUU donde desde enero de 2009 el número de estadounidenses que necesitan cupones de comidas se ha disparado desde los 32 millones hasta los 43 millones?

¿Qué acontecimiento trágico ha ocurrido en el Reino Unido para que el poder adquisitivo de los británicos acabara en 2011 en niveles de 2005, un estancamiento tal que hay que irse 80 años atrás en el país anglosajón para ver algo similar?

En el "Manifiesto de economistas aterrados", escrito en 2011 en Francia por cuatro economistas galos -Philippe Askenazy, Thomas Coutrot, André Orléan y Henri Sterdyniak-, lanzado en España en abril de 2011 y al que se han adherido ya más de tres mil doscientos colegas (a enero de 2012), se denuncian las diez falsas evidencias que "se invocan para justificar las políticas que actualmente se llevan a cabo en Europa". El análisis de estos economistas, aunque formulado con aliento socialdemócrata, conecta con una percepción que tiende a generalizarse. Porque constatan que, pese a la crisis, "no se han puesto de ninguna manera en cuestión los fundamentos del poder de las finanzas", por lo que esta recesión requiere "la refundación del pensamiento económico".

Para los "aterrados" expertos son falsas las siguientes evidencias: 1) la de que los mercados financieros sean eficientes; 2) la de que los mercados financieros favorezcan el crecimiento económico; 3) la de que los mercados son buenos jueces de la solvencia de los Estados; 4) la de que el alza excesiva de la deuda pública es consecuencia de un exceso de gasto; 5) la de que hay que reducir los gastos para reducir la deuda pública; 6) la de que la deuda pública transfiere el precio de nuestros excesos a nuestros nietos; 7) la de que hay que tranquilizar a los mercados financieros para poder financiar la deuda pública; 8) la de que la Unión Europea defiende el modelo social europeo; 9) la de que el euro es un escudo contra la crisis, y 10) la de que la crisis griega ha permitido por fin avanzar hacia un gobierno económico y una verdadera solidaridad europea.

Obviamente, no todas "las falsas evidencias" de los "economista aterrados" son por igual convincentes, pero lo es el predominio que ellos denuncian: la política neoliberal como única opción que viene impuesta desde los mismos centros de decisión en los que se gestó la crisis. No se trata de un problema ideológico sino empírico: el ajuste infinito nos lleva a una recesión de profundidad incalculable.

"Los economistas esperan que, cerca de una cuarta parte de los 8,4 millones de empleos que fueron eliminados desde el inicio de la recesión en Estados Unidos, no volverán a ser creados y a la larga, estos deberán ser reemplazados por otros tipos de trabajo en sectores en crecimiento, según la última encuesta de The Wall Street Journal"… Según economistas, muchos empleos en EEUU no volverán a ser creados (The Wall Street Journal – 11/2/10)

Los economistas predicen un crecimiento lento para la economía estadounidense en su conjunto. Los encuestados esperan, en promedio, que el crecimiento económico se asiente en cerca del 3% durante el 2010, muy por debajo de la tasa de crecimiento anual del 5,7% registrada en el cuarto trimestre.

Esta es la razón por la que la creación de empleos se ha vuelto un tema preocupante: Sobre la base de esa proyección para el crecimiento económico, los economistas prevén que durante el próximo año Estados Unidos creará cerca de 133.000 empleos por mes. Eso suena positivo y es, ciertamente, mejor que más pérdidas de empleos. Sin embargo, debido a que se necesitan cerca de 100.000 empleos nuevos para absorber a quienes ingresan por primera vez a la fuerza de trabajo, ese ritmo de creación de empleos sólo será capaz de reducir lentamente la elevada tasa de desempleo.

La creación de empleo no sólo está siendo afectada por la debilidad en el crecimiento económico. "Las compañías, en nombre de generar dinero, substituyen, en detrimento del empleo, mediante subcontratación o tecnología", afirma Allen Sinai de Decision Economics. Los salarios y los beneficios hacen a los trabajadores "tan costosos que ¿quién querría contratarlos? Como consecuencia, los trabajadores desplazados no serán contratados de vuelta a menos que dupliquemos la tasa de crecimiento que estamos esperando".

Algunas compañías han utilizado la recesión para encontrar formas de hacer más con menos. "Existe cierto ángulo darwiniano para la recesión", sostiene Sean Snaith, economista de la Universidad de Florida Central en Orlando, Florida. "Las firmas que sobreviven son más sólidas por contar con la experiencia. Se aprietan el cinturón y buscan formas de eliminar lo sobrante".

¿Nuevos paradigmas? Un modelo insostenible (el daño autoinfligido): tenemos que continuar corriendo, como ardillas enjauladas. ¿Por cuánto tiempo? Mientras podamos…

Manifiesto de un economista "defraudado" (además de "aterrado"): no se puede justificar lo injustificable (escrito a principios de 2012)

No es cierto que los pobres sean los culpables de la crisis (créditos subprime).

No es cierto que las reformas estructurales se deben limitar al sector trabajo.

No es cierto que para mejorar la competitividad los trabajadores deban aceptar contratos basura y despido libre.

No es cierto que para resolver el problema del déficit público haya que limitar el gasto en sanidad, educación, pensiones y otros gastos sociales.

No es cierto que el problema de la deuda en la eurozona sea más grave que en los Estados Unidos o en el Reino Unido.

No es cierto que no se puedan restablecer el crecimiento en el corto plazo y, al mismo tiempo, abordar los problemas de la deuda en el mediano y largo plazo, como respuesta válida a la crisis.

No es cierto que los países que manejan su política monetaria necesiten del mercado para financiar su deuda.

No es cierto que el poder lo tenga el "mercado". En los países soberanos el poder lo tiene el Estado a través de su banco central y Ministerio de Hacienda. Nunca el "mercado".

No es cierto que (únicamente) con "rigor fiscal" se sale de la crisis. Es mucho lo que está en juego. Sin una acción audaz, Europa (me animaría a decir que EEUU también) podría verse arrastrada a una espiral bajista de deterioro de la confianza, de estancamiento del crecimiento y de menor empleo. Y ninguna región quedaría inmune ante semejante catástrofe.

Es aritméticamente imposible que todos los países en la eurozona se escapen simultáneamente de la crisis de la deuda a base de deflación. ¿Vamos a morir juntos?

Coda: puede pasar lo peor o lo mejor (viejas y queridas causas perdidas)

Estos "relatos" (de cabotaje), representan una manera "solidaria" de iniciar las "Conclusiones" sobre las "Economías Fallidas". Se trata de resaltar el poder del dinero frente a la fuerza de la verdad. Denunciar que reinan los principales por encima de los principios. Afirmar que la economía (y la justicia) queda(n) huérfana(s) de esperanza.

Las mías son "advertencias", no "predicciones". Puedo estar equivocado (probablemente), pero no soy "interesado" (cómplice), ni "pluma mercenaria" (lacayo), con absoluta seguridad. A partir de esta confesión, ustedes mismos.

Una crisis camaleónica

Entre los factores que impulsaron esta crisis figuran una política monetaria expansiva que propició un aumento del endeudamiento, ya que los costes de las obligaciones financieras eran muy reducidos y la abundante liquidez hizo que los tipos de interés fueran inferiores a la inflación, con lo que los incentivos para ahorrar en vez de consumir eran menores. Una errónea evaluación del riesgo por parte de las agencias de rating y de una falta de regulación externa por parte de la Fed, y sobre todo por un exceso de avaricia por parte de los responsables de las entidades financieras.

El detonante fue la elevada morosidad de las hipotecas subprime desarrolladas a raíz del boom inmobiliario en EEUU y que se concedieron sin ningún control a clientes apodados como ninjas, personas sin renta, sin trabajo y sin activos (no income, no job, no assets). La pregunta es: ¿por qué los bancos concedieron créditos a gente que seguramente no podría pagar? Para seguir alimentando la máquina del dinero. El fin no era la concesión de créditos de vivienda en sí mismos, sino el deseo de otorgarlos para posteriormente emitir títulos respaldados por esos préstamos hipotecarios. Cuantas más hipotecas daban, más títulos podían emitir y mayor altura tomaban los precios de la vivienda, con el consiguiente efecto riqueza sobre la economía real. Sin embargo esto sólo se podía sostener si el boom inmobiliario duraba indefinidamente, pero ninguna burbuja es eterna. Y ésta se desinfló el primer trimestre de 2007, cuando por la saturación del mercado cayeron los precios de la vivienda. Ante esta situación, algunos propietarios con bajo nivel de renta, al ver que el valor de la vivienda quedaba por debajo del valor hipotecado empezaron a no pagar los préstamos y a devolverles las llaves de las casas al banco. De este modo nacieron los activos tóxicos, en el sentido de que el valor subyacente de las titulizaciones de las hipotecas era mucho menor al de los bonos emitidos.

Pero, el principal problema vino a la hora de asumir e identificar el riesgo de los activos. Ya que, estas hipotecas una vez concedidas en títulos transferibles, se vendieron por todo el mundo. Quienes las contrataban en EEUU eran agentes a comisión, que cobraban en función del número de hipotecas colocadas. Los ejecutivos de estas empresas no se veían afectados por el creciente riesgo que el sistema financiero asumía. Su trabajo consistía en vender hipotecas y sólo de ello dependía su sueldo. Por otra parte, los bancos a través de la titulización -convertir activos, generalmente préstamos en valores negociables en el mercado- tampoco fueron conscientes del riesgo ya que diseñaron unos instrumentos financieros llamados CDO (Collaterised Debt Obligations) con los que las entidades sacaban de sus balances activos provenientes de su negocio hipotecario, sustituyéndolos por dinero nuevo. En una operación opaca que hacía difícil saber quién era el tenedor final de ese título. Así, cuando estalló la crisis los mercados de capitales se secaron. Los bancos no sabían quiénes estaban contaminados con estas emisiones, ni en qué cuantía por lo que no prestaban dinero a nadie.

Como consecuencia de esta restricción del crédito muchos proyectos de inversión se cancelaron provocando pérdidas empresariales, caída del crecimiento económico y destrucción del empleo. Tenemos así cómo, en un tiempo récord una crisis en el sector hipotecario estadounidense se transforma en una crisis financiera y posteriormente en una crisis económica global.

Ahora la deuda es el problema

Ante esta tesitura, los Estados intervinieron a través de estímulos fiscales y dando soporte de liquidez y apoyo a los bancos. Tanto en EEUU como en Europa el riesgo de quiebra del sistema financiero propició una rápida y desorganizada ayuda a los bancos, mientras que las respuestas en política fiscal y monetaria fueron más coordinadas. En Asia la respuesta fue más tradicional y, prioritariamente, se centró en expandir el crédito y dar estímulos en ciertos sectores.

Este esfuerzo que tuvieron que realizar algunas economías para evitar el colapso de su sistema financiero -nacionalizando incluso entidades bancarias-, y desatascar la congestión de su sector productivo hizo que los niveles de endeudamiento de estos países se incrementaran notablemente y en un breve periodo de tiempo. Todo ello, unido a un crecimiento prácticamente nulo de su PIB, hizo que en los mercados financieros, comenzara a cuajar la idea de que algunos países podrían no ser capaces de hacer frente a su endeudamiento.

Un temor que cobró forma cuando, en octubre de 2009, el nuevo gobierno griego indicó que se había disimulado el verdadero tamaño de su deuda desde hacía casi una década, los problemas se dispararon en los meses posteriores, hasta que en abril de 2010 Atenas pidió el rescate y el 8 de mayo, se concedió una línea de crédito de 110.000 millones de euros para rescatar a Grecia (80.000 por parte de la UE y 30.000 del FMI), quien ahora (noviembre 2011) está pendiente de un segundo rescate. No fue la única, el 22 de noviembre de 2010 le siguió Irlanda, que percibió una ayuda de 67.500 millones de euros; y el 6 de abril del año 2011 Portugal claudicó y se le destinó un fondo de ayuda por valor de 78.000 millones. Ahora España e Italia están en el punto de mira al ubicar su prima de riesgo por encima de los 400 puntos básicos. Un nivel a partir del cual la intervención se realizó en los anteriores países.

También al otro lado del Atlántico, han tenido su particular vía crucis con la deuda. Demócratas y republicanos tras una ardua negociación alcanzaron un acuerdo para elevar el techo de endeudamiento de la economía estadounidense -que se establecía como límite en los 14,29 billones de dólares- , un acuerdo que se alcanzó in extremis el 2 de agosto de 2011 para evitar que la primera potencia económica entrara en quiebra.

Bajo los términos de lo pactado, la autorización de endeudamiento subió de inmediato en 900.000 millones de dólares, y se añadirán otros 1.5 billones para el año 2012. A cambio se aplicarán de inmediato recortes de casi un billón de dólares, mientras un comité bipartidista tiene de plazo hasta fin del año 2011 para buscar una reducción del déficit federal en otros… 2 billones de dólares (hasta el 22/11/11, no lo han logrado).

Pero los "fallos" de la economía venían de antes

El factor evidente que precipitó la crisis fue la imprudencia imperdonable del sector financiero, sumada a la insensatez de una desregulación que le dio rienda suelta. La herencia que nos dejó (capacidad excedente en el sector inmobiliario y hogares demasiado endeudados) dificulta todavía más la recuperación.

Pero la economía se encontraba muy mal ya antes de la crisis, y la burbuja inmobiliaria no hizo más que ocultar sus debilidades. Si no hubiera estado la burbuja para estimular el consumo, se habría producido una enorme escasez de demanda agregada. Lo que ocurrió en cambio fue que la tasa de ahorro personal se redujo a apenas el 1%, mientras el 80% de los estadounidenses menos pudientes gastaban cada año aproximadamente el 110% de sus ingresos. Incluso si el sector financiero se recuperara completamente y estos estadounidenses pródigos no hubieran aprendido nada sobre la importancia del ahorro, su consumo no superaría el 100% de sus ingresos.

En alguna medida Estados Unidos y el mundo fueron víctimas de su propio éxito. El acelerado aumento de la productividad en el sector industrial superó el crecimiento de la demanda, lo que supuso una reducción del nivel de empleo en ese sector. Esto implicaba un desplazamiento de mano de obra al sector de servicios.

La necesidad que tienen los Estados Unidos y Europa de retirar mano de obra del sector industrial se agrava por el cambio de las ventajas comparativas: además de que hay un límite global para la cantidad de empleos fabriles, una proporción mayor de esos puestos de trabajo se irá a otros países.

Mientras tanto, la globalización fue uno de los factores (aunque no el único) que contribuyeron a que surgiera el siguiente problema clave: el aumento de la desigualdad. Como una parte de los ingresos se trasladó de personas que los gastan a personas que no los gastan, la demanda agregada se redujo. Asimismo, el enorme encarecimiento de la energía derivó poder adquisitivo de los Estados Unidos y Europa a los países productores de petróleo, que al darse cuenta de la volatilidad de sus precios, eligieron acertadamente ahorrar gran parte de esta renta.

Las protestas durante el año 2011 por todo el mundo han expresado la preocupación de la clase media y trabajadora ante su futuro económico, el aumento de la desigualdad de los salarios y la riqueza, y la concentración de poder por la élite.

El argumento de que el 99% de la población se hunde, mientras que el 1% prospera, tal vez simplifique una realidad compleja, pero suena certero; el capitalismo no regulado y la globalización no han beneficiado a todos, y entre sus consecuencias adversas se incluyen las pérdidas masivas de empleo, un crecimiento salarial mediocre y un aumento de las desigualdades.

La desigualdad alimenta la inestabilidad sociopolítica y reduce el crecimiento económico. También conlleva la ausencia de demanda agregada que debilita el crecimiento porque redistribuye las rentas de los actores con mayor propensión marginal a gastar a los actores con mayor propensión a ahorrar.

Los levantamientos y las revueltas árabes, los últimos disturbios en Inglaterra y las protestas anteriores en ese mismo país contra los recortes de pensiones y la subida de las tasas académicas, las protestas de la clase media israelí contra el alto precio de la vivienda y la presión de una inflación alta, la preocupación de los estudiantes chilenos sobre la educación y el empleo, el vandalismo de coches caros de los peces gordos alemanes, las manifestaciones griegas contra la austeridad fiscal. Aunque no todas compartan un mismo lema, expresan (de formas diferentes) la preocupación de la clase media y trabajadora sobre su futuro económico, los problemas de acceso a las oportunidades económicas y la concentración de poder por las élites económicas, financieras y políticas.

– De Obama 1.0 a Obama 2.0 ("Lo mejor está por llegar") (escrito a finales de 2012)

¿Cómo deja el país el presidente de EEUU (Obama 1.0) al reelegido presidente de EEUU (Obama 2.0)? El paro, la deuda, el PIB,…, todo ha empeorado.

Cuando Barack Obama ganó las elecciones presidenciales encarnaba la promesa de un cambio radical. Es más, su lema repetido una y mil veces decía "Yes, we can" (sí, podemos). Cuatro años más tarde, poco ha cambiado o más bien ha empeorado.

Hoy por hoy, los datos no reflejan ningún síntoma de mejora y la crisis económica lejos de estar resuelta muestra la incapacidad de gestión del presidente estadounidense.

El paro es quizá el punto más débil de la legislatura del Obama. El nivel de desempleo en octubre (2012) fue del 7,9 % con más de 12 millones de parados. En enero de 2009, la tasa era incluso menor, del 7,8%.

El panorama laboral llegó a ser más dramático hasta septiembre (2012) cuando acumuló 43 semanas por encima del 8%. Lejos queda aquel 2008 cuando Obama prometió crear 12 millones de empleos si llegaba a la Casa Blanca. Cuatro años después, no lo cumplió por 7,8 millones.

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Crecimiento insuficiente

En términos de crecimiento, la actividad en EEUU aumentó un 2% del PIB en el tercer trimestre del año 2012. Sería un dato aceptable si no fuera porque crecía el doble a finales de 2011. Además, el porcentaje dista bastante del 4,3% proyectado por la Casa Blanca al aprobar el sonado paquete de estímulo de 831.000 millones de dólares.

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A pesar de la inyección millonaria a costa del contribuyente estadounidense, Obama no fue capaz de resucitar una economía y lo único que provocó fue un incremento del endeudamiento del país.

A consecuencia de estas medidas, la deuda nacional supera a noviembre de 2012 los 16 billones de dólares, algo más de lo que genera la economía en un año. Se estima en 1,13 billones de dólares el déficit del último año fiscal. Obama ha aumentado el endeudamiento más que los 41 primeros presidentes de EEUU juntos.

Estas cifras además ponen de manifiesto la complicada escena que puede darse a finales del año 2012 o principios de 2013. EEUU debe afrontar el agotamiento del techo de endeudamiento del Tesoro, establecido en los 16,4 billones de dólares y que puede llegar a consumirse a corto plazo.

"En realidad, estamos hablando de lo siguiente: ¿vamos a demorar cuatro o cinco años en salir del atolladero? ¿O va a demorar 10 o 12 años?", se pregunta el profesor de economía y política pública de la Universidad de Harvard Kenneth Rogoff. "No hay nada que pueda sacarnos de esto en uno o dos años. Eso sería un verdadero milagro. Pero una política acertada puede acelerar el proceso".

Empleos y salarios

EEUU tiene un problema grave de desempleo. Alrededor de 3,6 millones de estadounidenses están desocupados desde hace un año o más. Casi uno de cada cinco hombres de entre 25 y 54 años no tiene trabajo. Las políticas fiscal y monetaria deberían ser calibradas para que la mayoría de estas personas regresen a trabajar antes de que se vuelvan permanentemente ineptos para un empleo.

Sin embargo, EEUU tenía un problema de sueldos incluso antes de la recesión de 2007-2009. El hombre promedio entre 25 y 65 años ganó US$ 40.081 en 2011, cerca de 16% menos que en 1999, en términos reales. A las mujeres les fue un poco mejor, ya que ganaron US$ 30.061, o 4% más que en 1999.

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Un crecimiento económico más rápido es una condición necesaria pero probablemente insuficiente para que los salarios vuelvan a subir. Como han documentado los economistas David Autor y Frank Levy del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), los empleos de ingresos medios que pueden ser fácilmente automatizados o trasladados al extranjero están desapareciendo, y con ellos los sueldos de la clase media.

Ascenso social

Los próximos cuatro años serán más productivos si comienzan con un reconocimiento de que la brecha entre los ganadores y los perdedores en la economía estadounidense se ha estado ampliando. Detrás del cambio hay razones, incluidas las fuerzas del mercado, el avance de la tecnología, la globalización y las cambiantes costumbres sociales. La distancia entre el penthouse y la planta baja se ha ampliado, pero los escalones que permiten el ascenso, como la educación, no han mejorado conmensurablemente.

La desigualdad proviene de decisiones políticas

A principios del siglo XIX Estados Unidos presumía de ser una de las sociedades más igualitarias del planeta. En una carta fechada en 1814 Thomas Jefferson aseguraba que en su país no había pobres: "La mayor parte de nuestra población es trabajadora; nuestros ricos, que pueden vivir sin trabajar, son pocos, y tienen una riqueza moderada. La mayoría de la clase trabajadora tiene propiedades, cultiva su propia tierra, tiene una familia, y puede establecer precios competitivos que les permiten alimentarse abundantemente, vestir muy por encima de la mera decencia, trabajar moderadamente y criar a sus familias". Para Jefferson esta equidad era la esencia misma del recién independizado país: "¿Puede ser cualquier estado de la sociedad más deseable?"

El tercer presidente de los Estados Unidos estaba obviando la situación de toda la población afroamericana que vivía en la esclavitud pero, al margen de esto, tenía razón en una cosa: pese a lo que podría parecer, la sociedad estadounidense del siglo XIX era relativamente igualitaria en términos económicos. Mucho más que hoy en día. Tras el revulsivo que supuso la revolución industrial, donde una gran oligarquía controlaba toda la producción, y la desigualdad alcanzó una de sus cotas más altas, la situación fue estabilizándose hasta los años ochenta del siglo XX. Desde entonces, la brecha entre ricos y pobres no ha dejado de crecer: entre 1980 y 2007 la desigualdad ha aumentado en un escandaloso 135%. Hoy en día, en EEUU, el 1% de la población controla el 23,5% de la riqueza. (Davies, J., Sandström, S., Shorrocks, A., y Wolff, E., 2008).

Este auge de la desigualdad es el que trata de analizar un nuevo estudio, "The Rise of the Super-Rich" ("el auge de los súper-ricos") publicado en la revista American Sociological Review, que, centrándose en el caso estadounidense, asegura que, a partir 1980, los ricos supieron imponer sus criterios en el Congreso, los sindicatos perdieron fuelle, disminuyeron los impuestos a las rentas altas y, en definitiva, el 1% más adinerado no dejó de acumular riqueza, mientras el resto de la sociedad la perdía. Una tendencia que no ha disminuido ni un ápice desde entonces, y que es similar a la que están viviendo las sociedades europeas.

La desigualdad vuelve a niveles de la era industrial

La situación no es nueva. Con la llegada de la industrialización se vivió una situación parecida en todo el mundo occidental: la brecha de la desigualdad creció enormemente, auspiciada por gobiernos y élites. Entre 1913 y hasta que finalizó la II Guerra Mundial, el 1% de la población acumuló entre el 11,3% y el 23,9% de la riqueza de Estados Unidos. Tal como el propio Franklin D. Roosevelt argumentó en un discurso en 1932, durante una reunión de la Commonwealth, la revolución industrial había sido posible "gracias a un grupo de titanes financieros cuyos métodos no habían sido examinados con demasiado cuidado". El presidente justificó esto tirando de pragmatismo, en su opinión Estados Unidos tenía el derecho de aceptar esta realidad "agridulce". El resultado, tal como reconocía el propio presidente, era que la igualdad de oportunidades había desaparecido.

En 1928 la diferencia entre ricos y pobres de Estados Unidos alcanzó su cenit: el 1% de la población controlaba cerca del 25% de la riqueza. Desde entonces, pese a la "agridulce" visión de Roosevelt, la brecha empezó a disminuir. La lucha por los derechos civiles, los sindicatos -que pese la represión de la Guerra Fría tuvieron una gran fuerza en los Estados Unidos- y, en definitiva, la extensión de cierto estado del bienestar, lograron que en 1975 la diferencia entre ricos y pobres disminuyera notablemente: en 1975 el 1% más rico "solo" acumulaba el 8,9%. La brecha había disminuido en un 63%. La situación ha dado un vuelco desde entonces, al menos a nivel estadístico: ¿Qué ha ocurrido en los últimos 30 años para que la brecha de la desigualdad sea similar a la de la revolución industrial?

¿Y cómo es la situación en la City?… perdón en el Reino Unido: "the big momma"

"La economía británica permanecerá en un periodo de depresión por dos años más, según un importante centro de estudios"… Reino Unido: dos años más de depresión (BBCMundo – 6/11/12)

El Instituto Nacional de Investigación Económica y Social (Niesr, por sus siglas en inglés) considera que una economía está en depresión cuando la producción está por debajo de su nivel máximo anterior. El centro calcula que el producto interno bruto, la medida del rendimiento económico, creció en 0,5% entre agosto y octubre con respecto al año pasado. Pero aún está en 2,8% por debajo de su máximo nivel a principios de 2008.

Ya es la depresión más larga del país desde la década de 1920, superando a la Gran Depresión de la década de 1930. Incluso cuando Reino Unido haya recobrado su máximo nivel de producción, la economía seguirá teniendo una considerable capacidad de reserva, implicando que muchos aún no podrán encontrar un empleo apropiado.

La cantidad total de empleados ya llegó a su nivel previo a la recesión, pero mientras tanto la población continuó creciendo, y eso quiere decir que la tasa de empleo aún permanece por debajo del máximo". Además, muchos trabajadores están subempleados -trabajando a tiempo parcial y no a tiempo completo- o aceptando empleo por debajo del nivel para el cual están calificados.

"Pasará una cantidad considerable de años antes de que la brecha de producción se cierre", agregó, al poner la fecha para el regreso a la normalidad económica más allá de 2017. El pronóstico de Niesr predice un crecimiento de 1,1% el año entrante y 1,7% en 2014. Sólo a partir de 2015 podremos esperar una recuperación sostenida. Pero incluso una vez que la economía haya alcanzado su nivel potencial de producción, Kirby pronostica que su crecimiento a largo plazo será de sólo 2% anual, menor que el prolongado promedio de 2,5%.

"Los contribuyentes tienen el riesgo de no recuperar el importe inyectado a los bancos RBS y Lloyds para evitar la quiebra de estas entidades"… Los británicos podrían no recuperar "nunca" el dinero del rescate bancario (Negocios.com – 17/11/12)

Los contribuyentes británicos corren el riesgo de no recuperar "nunca" los 66.000 millones de libras esterlinas (unos 77.000 millones de euros) inyectados en los bancos RBS y Lloyds para evitar la quiebra de estas dos entidades durante la crisis financiera, según advierte un informe elaborado por el Comité de Cuentas Públicas de la Cámara de los Comunes del Parlamento británico.

Asimismo, el documento calcula que el rescate de Northern Rock le costará a los ciudadanos de Reino Unido alrededor de 2.000 millones de libras (2.325 millones de euros).

En el caso de la entidad de Newcastle, el primer banco británico víctima de la crisis financiera que acabó siendo nacionalizado y posteriormente dividido en dos entidades, los parlamentarios británicos señalan que "el Tesoro no respondió con rapidez a la crisis al carecer de las capacidades y conocimientos adecuados".

Por otro lado, apuntan que la división en dos de Northern Rock tras su nacionalización no sirvió para estimular el crédito, ya que sólo se alcanzó el 60% del objetivo de préstamos estipulado, mientras que la falta de ofertas desembocó en nuevas pérdidas para los contribuyentes cuando se llevó a cabo su venta a Virgin Money.

En este sentido, los miembros del Comité advierten de que la falta de competencia no permite albergar mucha confianza en que los contribuyentes lograrán beneficios con la venta de los dos bancos que aún continúan bajo control público, RBS y Lloyds.

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