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La Guerra por Malvinas (página 2)

Enviado por Matias Andres Prieto


Partes: 1, 2, 3

En 1833 Manuel Moreno realiza la primera protesta diplomática a la oficina extranjera por la usurpación de las Malvinas. Lamentablemente, no se obtiene respuesta alguna, al igual que los siguientes 4 reclamos realizados por Moreno.

Los años posteriores se suceden en reclamos a Gran Bretaña por parte de Cancilleres Argentinos, pero por toda respuesta, Inglaterra reitera que había dado el asunto por concluido. Exigida por la ausencia de resultados, la Argentina toma nuevas formas de protesta pero no obtiene resultados positivos.

En 1946, se decreta nuestra soberanía sobre el mar epicontinental y zócalo continental argentino. Fue aprobado el Art. 73 de la Carta de las Naciones Unidas en pro de la independencia de los territorios no autónomos. Gran Bretaña incluyó el archipiélago Malvinas entre los que se hallaban bajo su administración, en calidad de colonia. Se efectuó rápida y enérgica protesta por parte del gobierno argentino.

En 1948, en la novena Conferencia Interamericana de Bogotá una declaración niega a las Malvinas como "territorio autónomo" definiéndolas como "territorio de facto, ocupado por una potencia extranjera"

En 1960 se dicta la Resolución 1514 denominada "Declaración sobre la Concesión de la Independencia de los Países y Pueblos coloniales" que abarca dos aperturas conceptuales tendientes a la independencia de los países: una es la "libre determinación de los pueblos" y la segunda es "la integridad territorial". Inglaterra optó por la primera y Argentina por la segunda.

En 1963 se tienen noticias de que Gran Bretaña concedería la Independencia a las Malvinas. Felizmente esto había sido previsto por la Argentina que ya en el año anterior ante la Comisión Jurídica de la OEA se opuso al ingreso de nuevos miembros a dicha Organización.

En 1964 el Subcomité III del Comité Especial de las Naciones Unidas designa a las Malvinas "territorio a descolonizar".

En 1965 la Asamblea General de las Naciones Unidas dicta la Resolución 2065 que constituye, sin duda, el paso más importante de nuestra larga marcha diplomática. Esta resolución llega a la realidad del problema.

Gran Bretaña ya no podía determinar por su cuenta y se vio obligada a entablar conversaciones con la Argentina. El 20 de julio de 1966 comienzan las negociaciones en Londres. En 1967 un representante británico, manifestando que su país se hallaba dispuesto a cumplir con la resolución 2065, viajó a las Islas para poner en acuerdo a los malvinenses del traspaso a la Argentina, pero ello fue inútil "gracias" a la presión ejercida por la Falkland Islands Company.

A partir de la década de 1970 se inician otros ciclos de conversaciones que se interrumpen, básicamente por la negación de Inglaterra a tratar el tema de la soberanía.

Hasta aquí llegó nuestra lucha en paz: un largo juicio en el aire que nunca fue satisfecho en su legítima demanda.

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La ilustración muestra la ubicación de las islas en la misma plataforma marítima.

El conflicto. Las razones que llevaron a la guerra

Causas

La causa fundamental del conflicto armado ocurrido entre la Argentina e Inglaterra de 1982, se remonta a la usurpación británica de las Islas en 1833. En ese año, se expulsa a la población local, y se la reemplaza por otra, los llamados "kelpers".

Durante casi ciento cincuenta años, la Argentina produce constantes reclamos diplomáticos, sin resultados concretos. El conflicto tuvo avances y retrocesos, pero nunca se llegó al reconocimiento esperado por nuestro país. Durante largos años la Argentina proveyó de importantes elementos de supervivencia a la población residente en las Islas, con el ánimo de ganarse su confianza y buena voluntad, sin resultados visibles.

Paulatino distanciamiento entre ambas naciones

Una de las razones por las cuales el conflicto armado no se produjo antes, tiene que ver con la especial relación existente entre Argentina y Gran Bretaña desde la Independencia de nuestra Patria con España. Esa relación estuvo signada por la complementación económica, donde Argentina era el "granero del mundo"- según una conocida frase de la época – y Gran Bretaña proveía manufacturas. La venta de carnes, cueros y granos por parte de nuestro país, estableció una relación de dependencia con su principal comprador, Inglaterra. Varias generaciones de argentinos se educaron en la admiración al Imperio británico. Todo ello se cortó al finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando entra en escena los Estados Unidos de Norteamérica como principal potencia occidental. Inglaterra pierde poder y se va replegado, abandonando las antiguas colonias. Son los años de la descolonización de la India, de China, de los países sudamericanos.

En la década del 60, Inglaterra produce su "revolución verde", es decir, comienza a utilizar su propio territorio para proveerse de materias primas, dependiendo cada vez menos de las importaciones, que reduce drásticamente en comparación con principios de siglo. De esta forma, se va produciendo un paulatino distanciamiento, lo que permite a la Argentina acentuar los reclamos de soberanía sobre las Islas Malvinas.   

A principios de 1982 el régimen militar, en nuestro país, estaba llegando a su fin. El descontento popular por el deterioro de la situación económica y política, sumado al conocimiento sobre las violaciones de los derechos humanos que amparaba el régimen, llevaron a la Junta Militar a un callejón sin salida. Ante los resultados nefastos de la gestión, el régimen, entró en una crisis casi terminal.La recuperación de la soberanía sobre las Islas Malvinas se convirtió en una de las preocupaciones centrales del gobierno militar encabezado por el General Leopoldo F. Galtieri, frente a la posibilidad de que Chile obtuviera el control de Canal de Beagle y Argentina perdiera presencia en el Atlántico Sur. Para ello comenzó, una ofensiva diplomática e irreflexible que duraría hasta el comienzo de la guerra.Argentina se propuso reactivar las negociaciones y alcanzar algún tipo de acuerdo con Inglaterra sobre la soberanía de las Islas Malvinas.En enero de 1982, la Junta militar decidió, retomar las negociaciones diplomáticas y emplear la fuerza armada en caso de fracaso de la primera opción (1).

A principios de marzo, el gobierno militar argentino propuso al gobierno británico acelerar las negociaciones diplomáticas para "obtener una pronta solución".Los reclamos de la Argentina fueron adquiriendo un tono cada vez más agresivo.

(1) La operación militar prevista inicialmente era incruenta y consistía en el desembarco, la ocupación y el retiro inmediato de las islas. De este modo, los militares argentinos buscaban evitar una reacción del gobierno inglés y obligarlo a una negociación.Sin embargo, una vez producido el desembarco, la Junta decidió no retirarse de las islas porque advirtió que la campaña militar por la recuperación de la soberanía sobre las Islas Malvinas podía generar importantes beneficios políticos internos, ya que los militares necesitaban realizar una acción espectacular que desviara la atención del publico del aumento de los conflictos sociales. La guerra de Malvinas, una causa de reivindicación nacional de larga tradición, les permitiría conseguir el apoyo de amplios sectores sociales que ya comenzaban a mostrar su disconformidad y su oposición a la dictadura. La antesala de una guerra

A partir de la segunda visita del vicecanciller británico Nicholas Ridley y de sus inaceptables propuestas, no se produjo ningún avance en las negociaciones; antes bien, las relaciones entre ambos países se fueron endureciendo hasta culminar con el episodio de las Georgias y la posterior ocupación militar de las Malvinas por la Argentina.

A mediados de 1979 visita Buenos Aires y luego las Malvinas el vicecanciller RIDLEY. A su regreso de las islas inició una nueva ronda de conversaciones, sin que se hiciera ningún avance positivo.Posteriormente, hacia fines de 1980, el señor RIDLEY realizó dos nuevas visitas a las Malvinas llevando a los isleños tres propuestas del gobierno británico que, buscando apoyo de éstos por alguna de ellas, provocaron una verdadera conmoción en el apacible ánimo de los mismos.

Sintéticamente las propuestas fueron las siguientes:

a) Condominio o administración argentino-británica de las islas. Esta propuesta fue rechazada de plano por todos los pobladores y, a su vez, por los negociadores del gobierno argentino en New York.b) Congelamiento de las negociaciones acerca de la soberanía sobre el archipiélago. También esta alternativa fue rechazada por la mayoría de los pobladores isleños, aduciendo que del congelamiento se derivaría una indefinida incertidumbre que desalentaría todo proyecto futuro de inversiones encaminada a la explotación de los recursos naturales (riqueza ictícola, petróleo, etc.) cuyas perspectivas han cobrado repentinamente notoriedad. Posteriormente La Comisión de las Islas hizo suya la propuesta ante el gobierno británico. Por su parte, el gobierno argentino la rechazó de plano en las conversaciones que se desarrollaban en New York.c) La tercera propuesta, que fue la que el vicecanciller apoyó en la reunión con los pobladores como la más viable a su juicio, consistía en reconocer la soberanía argentina, pero condicionada al instantáneo arrendamiento total de las Islas a Gran Bretaña. La reacción frente a esta alternativa ni fue unánime. Pese a un rechazo inicial, contó luego con cierto apoyo de un sector minoritario. La mayoría se aferró a la posición de continuar siendo una "colonia" de Gran Bretaña en "pleno Mar Argentino", posición incitada por el "Falklands Island Committee" (Comisión de las Islas Falklands), único grupo de presión organizado existente.A su regreso al Reino Unido, el vicecanciller Ridley debió enfrentar un duro debate en la Cámara de los Comunes sobre las propuestas formuladas a los malvinenses. Entre otras, el funcionario hizo las siguientes declaraciones ante el Parlamento:

"No tenemos dudas de nuestra soberanía sobre las Islas", pero reconoció que la disputa con la Argentina "causa una continua incertidumbre y estancamiento poblacional y económico", y más adelante agregó: " La posibilidad de declarar una zona de 200 millas alrededor de las islas es remota sin acuerdo de la Argentina…"En síntesis, después de 15 años de negociaciones (durante la etapa que se inicia con la Resolución 2.065 de las Naciones Unidas, se desemboca en las propuestas de Ridley, que evidencia el propósito de Gran Bretaña de congelar las tratativas sobre el tema soberanía, buscando una especie de equilibrio o compensación con el proyecto de cooperación económica entre ambas naciones para el aprovechamiento de los recursos del archipiélago.

La decisión de recuperar las Malvinas

El gobierno militar consideró, a finales de 1981, que a pesar de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas y de los esfuerzos diplomáticos y económicos argentinos, el Reino Unido no accedería a negociar sobre la soberanía. Por tanto, la Junta Militar previó una alternativa militar para el caso de que fracasaran las tratativas diplomáticas. Aprobó la idea del Almirante Jorge Isaac Anaya de recuperar las Malvinas mediante una acción sorpresiva e incruenta para las fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el traspaso de la soberanía.

Se creó una Comisión de Trabajo Conjunta para realizar el planeamiento de la recuperación. La Comisión de Trabajo estableció como fecha más temprana para realizar la operación el 15 de mayo. Sin embargo, durante marzo de 1982 se producen acontecimientos que alteraron esa fecha, e incluso, lo que era sólo una alternativa se transformó en el objetivo principal.

Por lo expuesto la Junta Militar decidió recuperar las islas Malvinas el día 1º de abril de 1982, basando la acción en las siguientes suposiciones:

Que el Reino Unido no reaccionaría con violencia.

Que EEUU se mantendría al margen.

Que se podría controlar la crisis y, por lo tanto, habría negociaciones por la cesión de la soberanía.

El General Leopoldo Fortunato Galtieri, fue en su momento un astuto observador de la psicología argentina. Y jugó con la carta de que el pueblo argentino, intensamente patriótico, olvidara la inflación de tres dígitos, la devaluación de la moneda, la creciente desocupación, el aumento de la deuda externa, y que no trascendiera, como se veía en esa época que ya iba a ocurrir, él numero de los 30.000 desaparecidos, y el reclamo que cada vez con mas fuerza se ejercía desde Madres de Plaza de Mayo, sobre todo desde el duro revés sufrido por la entrega del Nóbel de la Paz recibido por Pérez Esquivel, en su delirio de poder pensó que todo esto iba a quedar en el olvido si se veía ante la posibilidad de saldar cuentas de un siglo de antigüedad con un intruso extranjero

De modo que Galtieri lanzó una guerra santa para recuperar las Islas Malvinas de manos de los británicos. La mayoría de los argentinos jamás habían visitado las islas, muy pocos serán los que la conocían.

Cuando estalló la guerra, el 2 de abril de 1982, los argentinos, desde los húmedos llanos del Paraná hasta las desoladas laderas de los Andes y al cosmopolita Buenos Aires, enviaron a sus hijos y hermanos a morir en los fríos páramos de las Malvinas, barridos por los vientos.

Galtieri cometió un error fundamental: precipitó una guerra que no podía ganar. Subestimó el sentimiento de orgullo nacional de los británicos tradicionalmente fervorosos y su compromiso con sus pretensiones territoriales.

Sobrestimó la capacidad de la Argentina para entablar una guerra prolongada, a cientos de kilómetros de sus costas. Y leyó erróneamente las señales provenientes de Washington. Galtieri creyó que Estados Unidos se mantendría por lo menos neutral, lo queda cuenta sobre su escasa visión del panorama geopolítico internacional. Se sintió anonadado cuando resultó claro que Washington respaldaría a Gran Bretaña.

Esperaba, cuando menos, la neutralidad norteamericana durante las negociaciones posteriores a la invasión, sobre la base de dos vitales acuerdos secretos que había hecho de proporcionar dinero y hombres para operaciones de Estados Unidos en América Central, y de una garantía d e plegarse a cualquier embargo cerealero contra Rusia debido al castigo de ésta a Polonia.

Pensaba también que sus relaciones personales con los funcionarios de la administración Reagan eran tan estrechas, que abandonarían su amistad histórica con los británicos para ayudar a su nuevo amigo.

Los primeros planes para la invasión se elaboraron en septiembre de 1981, se los revisó en diciembre y se los distribuyó para su especificación detallada en enero de 1982.

La fecha clave se fijó primero para mediados de mayo, si fracasaban las negociaciones de febrero.

Búsqueda de ambos gobiernos por prevalecer en el poder

Se ha mencionado con demasiada frecuencia este motivo, que no carece de fundamento. En sus memorias, la ex- primer ministro inglés, Margaret Thatcher, realza la importancia del triunfo inglés en Malvinas como un triunfo personal de su gobierno. Ello le permitió perpetuarse por dos períodos más en el poder, en un momento en que los conflictos sociales en su país no le auguraban mucha fortuna. Es por ello que rechazó toda posibilidad de solución negociada, llegando incluso a cometer el peor crimen de guerra de todo el conflicto, el hundimiento del Crucero ARA. "Gral. Belgrano", para hundir con él la propuesta de paz realizada por el entonces Presidente del Perú, Belaúnde Terry y que ya había sido aceptada por la Argentina y avalada por los EE.UU.

En cuanto al gobierno argentino, es conocida la situación que atravesaba el gobierno militar, con malestar creciente de los sectores obreros y el reclamo de democracia por parte de los sectores políticos.

Intereses petroleros en el atlántico sur

Como se ha podido observar, la plataforma submarina que une las Islas al continente argentino, es una de las zonas potencialmente más ricas del mundo, superior al Mar del Norte en materia de explotación de hidrocarburos. Ya existían numerosos informes soviéticos, norteamericanos e ingleses ( "Informe Shackleton"), donde se auguraba la explotación de esta importante reserva petrolera. Por esto un olvidado enclave colonial vuelve a tener relevancia para la corona británica, y se elaboran las hipótesis para reafirmar sus intereses en el Atlántico Sur.

A la zaga de la riqueza petrolera, también incide la riqueza ictícola del Atlántico Sur, dada la escasez de la Pesca en otras latitudes.

Jugada estratégica utilizada por Inglaterra ante Argentina

Se puede afirmar que el conflicto bélico de 1982, fue una jugada estratégica desarrollada por el gobierno inglés sobre el gobierno argentino. La operación de la inteligencia británica realizada sobre las Georgias con envío de obreros argentinos al mando del chatarrero Constantino Davidoff, produjo el efecto deseado: Al enarbolarse la bandera argentina sobre esa Isla, Inglaterra tuvo el argumento para "indignarse", movilizando sus buques hacia la zona y provocando una reacción en cadena que reinstalaría la vieja hipótesis de conflicto elaborada por la Armada Argentina de recuperar por la vía directa a las Islas Malvinas. De tal forma, si Argentina permanecía impasible a la provocación, hubiera supuesto una renuncia tácita a sus derechos soberanos sobre Malvinas

El episodio de las GEORGIAS, desencadenante del conflicto.

         El que tomara la iniciativa sería rotulado como agresor.

Para la estrategia británica era indispensable que ese rol sea ocupado por la Argentina. Así ellos podrían reaccionar militarmente "con todos los recursos de la Royal Navy" tal como lo tenían previsto desde 1976 y demostrando nuestro "patoterismo", desligarse de la tutela de la ONU, actuar en propia defensa y construir su FALKLAND FORTRESS. Tal fortaleza liquidaría por completo nuestros reclamos de soberanía.

Ya desde 1976 Argentina, por medio de su Armada, habían instalado la Estación científica "Corbeta Uruguay", en Thule.

En 1981, la misma Fuerza, tenía previsto la instalación de una nueva Base Científica en Puerto Leith ( Islas Georgias del Sur) a concretarse en el invierno de 1982.

Hacia fines de mayo de 1981, la empresa "Georgias del Sur", en cumplimiento de un convenio firmado con Gran Bretaña, contrató un grupo de operarios argentinos con la misión de desmantelar una planta ballenera que se hallaba instalada en la Isla San Pedro (la mayor de las Georgias del Sur) ocupada al igual que las Malvinas y las Sándwich del Sur.El 20 de marzo de 1982, Londres presentó una protesta considerando un hecho grave de desembarco del personal civil y militar, quienes habían izado la bandera Argentina y cambiado señales inglesas, y que además se habían escuchado disparos de armas de fuego. Esta actitud fue considerada por el gobierno británico como el primer paso de una invasión.Como consecuencia, se llevaron a cabo los primeros movimientos de tropa de ambos países. Argentina envió varias unidades de la flota de guerra para prestar apoyo y proteger al citado grupo de ciudadanos, el gobierno ingles por su parte envió una embarcación militar para desalojar de inmediato al grupo de trabajadores que había "cometido actos contrarios a la soberanía británica en la región". Este hecho hizo pensar al gobierno argentino que Gran Bretaña estaba utilizando esta oportunidad para reforzar su presencia militar en las islas.

La reacción argentina

Ante la descomedida actitud inglesa en Georgias por el desembarco de los chatarreros, nuestro gobierno de entonces ordenó considerar seriamente el empleo de la "alternativa militar", la cual proveía de una acción militar de envergadura, que se venía gestando desde enero de 1982 como una hipótesis de conflicto, en caso de que fracasaran las negociaciones previstas, en Nueva York para febrero de 1982.

La recomendación estratégica claramente expresada de este plan consistía en que "la operación no debía ejecutarse antes del 15 de mayo". Ello se debía a que cualquier reacción metropolitana de Gran Bretaña no podría arribar a Malvinas antes del 5 de junio y para entonces un desembarco anfibio británico sería imposible, debido a la llegada del crudo invierno.

Los planificadores británicos también estaban convencidos de que no podrían desembarcar en Malvinas y llegar a Puerto Stanley después del 10-15 de junio, por lo tanto era necesario que Argentina adelantara la fecha de "recuperación" al 1-2 de abril de 1982. Así ellos tendrían tiempo, de efectuar el asalto anfibio de rigor antes de que el invierno llegara.

Esta anticipación de nuestra fecha, es uno de los principales argumentos para demostrar que el gobierno británico conocía al detalle nuestros planes y que manejó el incidente de los chatarreros en Georgias para hacerlos "abortar" y así ajustar a sus necesidades la iniciación de nuestra recuperación de Malvinas.

Ocupación militar de las islas Malvinas

Durante la noche del 1º de abril de 1982 y la madrugada del viernes 2, parte de la flota argentina de mar operaba frente a las Islas Malvinas en función de los planes de recuperación de las islas, bautizado por sus comandantes "Operación Rosario". Entretanto, la reducida dotación de británicos en la capital malvinense se desplegaba en actitud defensiva.Esa misma noche se reunía el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, a pedido de Gran Bretaña, que denunció "la inminente amenaza de invasión argentina a las islas". La reacción argentina fue inmediata. Nuestro embajador denunció ante las Naciones Unidas la situación de grave tensión provocada arbitrariamente por Inglaterra en las Georgias.A las 6.30 de la mañana del viernes 2 de abril, las Fuerzas Armadas argentinas (ejército, marina y aviación) desembarcaron en las Malvinas tomando posesión de Puerto Stanley, al que rebautizaron Puerto Argentino. Cabe aclarar aquí, que también los jóvenes argentinos que hacían el servicio militar fueron "embarcados y llevados" hacia el sur. Ellos no combatieron en la guerra porque tenían una carrera militar sino porque el servicio militar era entonces obligatorio.  Luego de algunos enfrentamientos en diversos lugares de la isla (sin bajas Britanicas, pero si de Argentinos, falleció el capitán de corbeta IM Giachino y otros Infantes de Marina resultaron heridos) culminaron con la rendición del gobernador británico, así fue como la Armada Argentina levantó la bandera nacional.

Debido al exitoso resultado del operativo, el gobierno militar comunicó a la población que "la Republica, por intermedio de las Fuerzas Armadas, mediante la concreción de una excelentísima operación conjunta, ha recuperado las Islas Malvinas, Georgias y las Sándwich del Sur…".

La noticia fue anunciada al país por cadena oficial y generó una primera reacción de sorpresa generalizada.

Al día siguiente de la ocupación era designado gobernador de las Malvinas el general Mario Benjamín Menéndez, pasando a ser el segundo gobernador argentino del Archipiélago. El primero fue Luis Vernet, designado en 1829.

Simultáneamente, tanto el gobierno inglés como los países de la Comunidad Económica Europea disponían drásticas sanciones económicas y financieras contra la Argentina.

Días de triunfalismo

Con el episodio sucedido el 2 de abril, el gobierno y la población, creían que el triunfo estaba cerca.Además, las autoridades militares argentinas siempre consideraron improbable que las autoridades británicas intentaran recuperar militarmente las islas, estaban confiados en que Gran Bretaña no entraría en una contienda bélica en territorios tan alejados, y según creían los estrategas de las Fuerzas Armadas argentinas, sin importancia para los intereses británicos. Este error de apreciación fue la razón por la cual la Junta no tenía previsto un plan de defensa de sus posiciones una vez que las islas habían sido tomadas. Por otra parte, confiaban también en que, en caso de un enfrentamiento armado, las fluidas relaciones que la Argentina tenía con el gobierno de Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos, servirían para asegurar, por lo menos, la neutralidad de ese país en la guerra.Sin embargo, la reacción británica no fue la que habían previsto Galtieri y los otros jefes militares. Los grupos conservadores de aquel país, liderados por la primera ministra Margaret Thatcher, vieron, al igual que los militares argentinos, la posibilidad de utilizar la guerra del Atlántico Sur como un medio para conseguir consenso hacia su política interna. Rápidamente los británicos enviaron una gran cantidad de buques de guerra hacia la zona austral, al mismo tiempo que lograban la solidaridad de los miembros de la Comunidad Económica Europea y el apoyo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y también de la OTAN.Argentina, por su parte, había conseguido un tibio respaldo de la Unión Soviética y la solidaridad total, aunque no armada, de los países latinoamericanos. El ministro de Relaciones Exteriores Costa Méndez, realizó infructuosas gestiones para lograr el apoyo del gobierno estadounidense, pero no se pudo lograr. Por el contrario poco después de terminada la guerra se supo que Estados Unidos había otorgado apoyo logístico a las tropas británicas.

Inicialmente, el gobierno de EEUU cumplió el papel de mediador entre sus aliados. Sin embargo, la gestión conciliadora, fracasó. La guerra, entonces, apareció como la única opción.En principio, la actitud triunfalista en el gobierno se extendió a todo el pueblo que apoyó con fervor y entusiasmo el desembarco de la Fuerzas Armadas argentinas en las islas.El 2 de abril, Galtieri convocó al pueblo a Plaza de Mayo. Desde el Mundial de Fútbol de 1978, los jefes militares no habían tenido otro "baño de multitud". La sociedad argentina se vio arrinconada contra una paradoja imprevista: el régimen que había sumido el país en una de sus etapas más tenebrosas, ahora aparecía como paladín de una vieja y legítima reivindicación: la recuperación de las Islas Malvinas. Nadie pudo permanecer al margen acerca del tema; muchos se movilizaron de una u otra forma, para expresar su apoyo a la acción militar. Una encuesta registra un 90% de adhesión a los militares.El pueblo argentino dio un total apoyo a la decisión del gobierno militar, no sólo con su voz sino también donando ropa, joyas, dinero, chocolates y todo que podía ser de ayuda para los chicos de la guerra.Como contraparte de la euforia que manifestaba el pueblo, sediento de venganza contra la histórica usurpación inglesa sobre nuestro país, se hallaban padres y familias enteras rogando por el regreso de sus hijos; esos hijos que no eran mas que nuestros soldaditos de 1982, desprotegidos, solos, lejos de sus seres queridos, con miedo de ser muertos como mucho de sus compañeros. Algunos de ellos, los que sobrevivían, enviaban cartas a sus familiares y seres queridos, contando la verdad de los acontecimientos. …pensemos en la angustia y desesperación de ellos, tan diferente a la alegría y euforia de todo del resto de la población, que hablaba de un triunfo cercano.Así, el clima de euforia aumentaba y siguiendo instrucciones oficiales, los medios de comunicación eran los encargados de informar sobre este episodio, con la misma pasión con que se transmite un partido de fútbol y con la misma seguridad de que el partido estaba ganado.Es así entonces, como la sociedad mantuvo un espíritu triunfalista que era alimentado por los órganos de prensa manipulados por el régimen militar. La censura aplicada a la información sobre el curso de la guerra creó la ilusión de la victoria.La llegada de los buques de guerra británicos a las islas hizo evidente que los ingleses consideraban que tenían muy poco para negociar con el gobierno argentino. Luego de recuperar sin mayores problemas las Islas Georgias, a principios del mes de mayo, los británicos comenzaron el ataque militar contra las Malvinas.A comienzos de junio, la infraestructura de combate era considerablemente inferior a la tecnología bélica de los ingleses y las condiciones alimentarias de los soldados argentinos eran pésimas. Pese al heroísmo de nuestros soldados y algunos resultados exitosos de la aviación, el resultado de la guerra iba mostrando la cruda realidad de la derrota argentina.

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Disposición de fuerzas en la Operación Rosario

La recuperación

La Fuerza de Tareas Anfibia 40 entró en acción el 2 de abril. Debió realizar una redistribución de las tareas de sus elementos de combate, por las siguientes razones:

La pérdida de la sorpresa ante la detección de los movimientos navales.

La destrucción de un helicóptero Puma del Ejército al romperse las trincas que lo sujetaban en el rompehielos ARA Almirante Irizar.

Las obstrucciones en la pista.

La instalación de ametralladoras en el sector.

A las 07:00 hs fue ocupado el aeropuerto, que se encontraba obstruido para el aterrizaje con máquinas viales y vehículos volcados. El proceso de remoción pudo hacerse sin oposición activa. La tarea, realizada por una Sección de la Compañía C del Regimiento de Infantería 25, con el apoyo de una Compañía del BIM 2, fue esforzada y, a las 07:30 hs estaba finalizada. Horas antes, en las primeras de la madrugada del 2 de Abril, la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia, tenía un movimiento inusitado. En la plataforma de la unidad se hallaban estacionados 3 Hércules C-130H y 2 Fokker F-28. Poco después de la 01:00 arribaron otro Hércules C-130H y un Hércules KC-130H. A las 00:00 hs comenzaron a ingresar a la unidad aérea los efectivos del Ejército que serían transportados a Malvinas: el RI 25 del Ejército, a cargo del Coronel Seineldín, la Compañía de Ingenieros de Combate 9 y elementos del Comando de la IX Brigada de Infantería.

A las 04:00 hs comenzó el embarque del personal y el material. Se iniciaba así, la ejecución de la fase Asalto de la Orden de Operaciones Aries 82.

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Armamento inglés capturado en la Operación Rosario

La hora prevista originalmente para iniciar la operación fue demorada por los ya citados obstáculos sobre la pista de Stanley y la redistribución de tareas en la operación de recuperación de las islas. Por lo tanto, el Hércules C-130H TC-68, comandado por el comodoro Beltramone, despegó hacia Malvinas a las 05:15 hs, trasladando al GOE, al Estado Mayor del Componente Aéreo del Teatro de Operaciones Malvinas (EMCATO), un Elemento Control Transporte Aéreo y el material para establecer una terminal de cargas en la nueva unidad aérea de combate. El Hércules TC-68 se mantuvo en vuelo por espacio de una hora, orbitando al este de la pista de Stanley, mientras ésta era despejada de los obstáculos y, previo aviso, aterrizó a las 08:45 hs, con los elementos que constituían el embrión de la BAM Malvinas que, pese a haber sido el primer blanco seleccionado por el enemigo, reconociendo su importancia vital para el sostenimiento de la guarnición argentina en las islas, resistiría cuarenta y cinco días bajo el fuego aéreo y naval y mantendría su capacidad operativa hasta el último día.

El GOE ocupó el aeropuerto y procedió a revisar sus distintas instalaciones. Verificada la ausencia de elementos que pudieran constituir riesgos para el personal y material, fue entregando las dependencias a los encargados de establecer los servicios generales para el funcionamiento del aeropuerto y los especiales que permitirían el control del espacio aéreo y de las aeronaves en operación en el ámbito de Malvinas. El GOE permaneció en la base para proporcionarle seguridad y defensa, hasta que fue relevado por una compañía específica, destacada al efecto desde la I Brigada Aérea. Siguiendo escalonadamente al primer Hércules, se trasladó desde Comodoro Rivadavia al Estado Mayor de la IX Brigada de Infantería, la masa del RI 25, y la Compañía de Ingenieros 9, con el resto de los Hércules C-130H y los Fokker F-28, ese mismo 2 de Abril, antes del mediodía. De acuerdo con lo planificado por la conducción política, evacuó en los vuelos de regreso al continente al personal del BIM 2, relevado a las 14:00 hs por el RI 25, el que quedó a cargo de la seguridad en Malvinas, actividad que cumplió hasta que fue relevado, a su vez, el 7 de Abril de 1982. Asimismo, se trasladó a Comodoro Rivadavia al gobernador Rex Hunt, su familia y comitiva y a los Royal Marines británicos, todos los cuales fueron reembarcados en un Boeing B-707 que despegó de Comodoro Rivadavia a las 23:40 hs, con destino al aeropuerto de Carrasco en la República Oriental del Uruguay. El Comando Aéreo Estratégico ordenó el 2 de Abril el despliegue a Malvinas de una escuadrilla de Pucará, de la III Brigada, que había arribado el día anterior a Río Gallegos. A las 16:00 hs, aterrizaron en Puerto Argentino los primeros aviones de combate: 4 Pucará despegados de Río Gallegos a las 14:00 hs. Su tarea era ejecutar las operaciones aéreas que le fueran ordenadas por el comandante del Componente Aéreo Teatro de Operaciones Malvinas, en el área de las islas. La seguridad de Puerto Argentino quedó a cargo de la Compañía de Policía Militar 181 que arribó el día 3 de Abril de 1982, transportada en el Hércules C-130H TC-64. Las operaciones predispuestas en el plan Aries 82 se estaban cumpliendo sin mayores dificultades y para el día 4 de Abril, estaban completadas. Pero la situación político-estratégica había variado y los requerimientos que se sucedieron, incrementaron el esfuerzo del transporte aéreo en una magnitud insospechada al inicio de las operaciones. La resolución de la junta ahora era disuadir al gobierno británico de intentar la recuperación de las islas por la fuerza, ante el posible costo económico, político y militar que la empresa le podría ocasionar. Pero esta alternativa había sido expresamente descartada sin ser evaluada por ningún organismo especializado de planificación, de modo que las órdenes provinieron directamente del máximo nivel de conducción nacional. Sin embargo, a esta altura de los acontecimientos la FAA ya había elaborado dos planes que esperaban la firma de sus comandantes: el plan Mantenimiento de la Soberanía y el Caburé Azul y Blanco; además, tenía en borrador la apreciación de situación del transporte aéreo. Era imposible avanzar en este plan porque, si bien se intuía cuál sería la reacción de la Junta de Comandantes en Jefe en el caso de que Inglaterra no aceptara el hecho consumado de territorio en disputa ocupado por la Argentina, no se podía cuantificar los medios que ordenaría trasladar a Malvinas. Por esta razón se previó la creación del Comando Conjunto de Transporte y del Comando Aéreo de Transporte, los que tendrían la enorme responsabilidad de planificar sobre la marcha.

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AVIONES IA – 58 PUCARA EN CRUCE A LAS ISLAS (Óleo Carlos García)

La respuesta inglesa

La reocupación de las Islas Georgias el sábado 26 de abril de 1982, por la Task Force, hacía prever prontas acciones sobre el objetivo principal de las Malvinas: Puerto Argentino. En efecto, el día 1º de mayo de 1982, el Reino Unido intentó una maniobra aeronaval para obtener una victoria rápida sobre la guarnición argentina.

Estrategia Naval Argentina

La estrategia naval tomada por los argentinos eran establecidas en Buenos Aires por las autoridades, estas eran las siguiente.

-La interdicción con portaaviones de la zona de las líneas de comunicaciones marítimas, fue considerada y descartada.

– El uso de buques en puerto en Malvinas como baterías móviles, fue considerado y descartado también.

– En definitiva se resolvió emplear el concepto de "Flota en Potencia" y conscientes como estaban de la necesidad de conservar una capacidad naval en reserva, como defensa ante una posible agresión chilena de postguerra, la conducción argentina decidió no comprometer sus fuerzas en batallas navales frontales y llevar una guerra de desgaste lo que a la postre demostró ser la decisión más atinada.

– La mayor esperanza de la Armada Argentina era dañar la Fuerza de Desembarco británica. La idea era atacar durante los desembarcos y aferrar a los británicos mientras su libertad de maniobra estaba limitada por esas operaciones.

– Se agregaba a la preocupación argentina sobre la supervivencia, la generada por la afirmación del almirante Hayward de la Marina de los EE.UU. en el sentido de que los satélites eran aptos para mostrar en todo momento la ubicación de la flota argentina.

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Portaaviones Armada Argentina ARA 25 de MAYO

Estrategia Naval Británica

En Londres las autoridades navales planificaron en forma conjunta una estrategia compuesta por cuatro fases, en forma de permitir un adecuado dimensionamiento de sus fuerzas:

– La Primera Fase comenzó el 12 de abril cuando, los submarinos nucleares de ataque llegaron para efectuar patrullados antisuperficie al oeste de las Islas con la Misión primaria de hacer cumplir la Zona de Exclusión.

– La Segunda Fase se inició el 22 de abril con el arribo de las unidades de superficie y duró hasta el desembarco en San Carlos el 21 de mayo. La misión era establecer superioridad aérea y en el mar en preparación para el desembarco. Esta fase se podría describir mejor llamándola de "guerra en el mar". Durante el período, las Georgias del Sur fueron retomadas y el ARA Belgrano, HMS Sheffield y B/m Isla de los Estados, hundidos.

– La Tercera Fase comenzó con el desembarco el 21 de mayo y continuó hasta el 30 de ese mes, con el objetivo de establecer una cabeza de playa, apoyar a las tropas en tierra y protegerlas de ataques aéreos. Los HMS Ardent, Antelope, Coventry y el B/m Atlantic Conveyor ingleses y el B/m Río Carcarañá fueron hundidos durante esta fase.

– La Fase Final comenzó el 30 de mayo y continuó hasta e1 cese de las hostilidades. La misión para esta fase fue de apoyo a la guerra terrestre y protección de las líneas de comunicaciones marítimas. El buque de desembarco HMS Galahad fue hundido en ese período.

En total, incluyendo las tres naves que se hallaban en la zona de operaciones al iniciarse el conflicto, se movilizaron 121 buques. Resultando muertos 255 hombres durante las operaciones. Durante los 44 días de combate en Malvinas, sufrieron bajas a razón de casi 6 hombres por día de combate.

Las cifras indican que treinta buques fueron alcanzados por los aviones y misiles argentinos, de los cuales, la mitad sufrió ataques en más de una oportunidad. Para suerte de la Task Force, de la gran cantidad de bombas MK-17 lanzadas, sólo dos hicieron explosión (HMS Ardent, 21 de mayo y HMS Antelope, 23 de mayo; esta última, mientras se intentaba su desarme. En ambos casos los buques resultaron hundidos).

Más de una decena de estas bombas no estallaron, o simplemente atravesaron los buques limpiamente, lo cierto es que el poder de la MK-17 era tal, que se dice que ante la acción de una de ellas, hubiera correspondido la destrucción de la nave que la recibiera.

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Porta aeronaves Royal Navy HMS INVENCIBLE

Errores Argentinos

Algunos errores argentinos en la guerra que fueron determinantes en su resultado:

– A lo largo de la guerra en el mar, la Armada Argentina fue advertida de vuelos no coordinados de la Fuerza Aérea.

– La Fuerza Aérea se negó a informar al Comandante del Teatro vicealmirante Lombardo, sus avistajes y contactos.

– Las Fuerzas Conjuntas en Malvinas no pudieron ejercer control aéreo sobre los aviones de la Fuerza Aérea volando sobre las islas o en sus proximidades.

– La Fuerza Aérea envió 10 aviones Pucará a Malvinas sin consultar al Comando de Teatro.

– El Comandante de las Fuerzas del Ejército en Malvinas hacía caso omiso del Gobernador y recibía órdenes del Jefe del Estado Mayor de Ejército en Buenos Aires.

– Cuando la Armada Argentina tenía dificultad en la obtención de datos posiciónales del HMS Invencible, tuvo que "invadir" la central de Información de Combate en Puerto Argentino para descubrir que el personal de Fuerza Aérea que manejaba el CIC, borraba la derrota seguida por los aviones británicos luego de cada ataque aéreo. El personal naval comenzó a conservar la información sobre el recorrido de cada raid, y así logró determinar por donde aparecerían todos ellos sobre el horizonte. Fue a partir de ese tipo de análisis, que pudieron describir una especie de "banana geográfica" que definía la probable posición de los portaaviones. Esta fue la metodología "ad hoc" que permitió a la Armada lanzar el ataque que dio por resultado el hundimiento del Atlantic Conveyor.

– En general los ataques aéreos contra la Fuerza de Tarea británica lanzados desde tierra, fueron dispuestos y partieron desde el continente sin la necesaria coordinación con los comandos argentinos en las islas, ni con las fuerzas a las que la aviación basada allí estaba apoyando.

– Lo mismo cabe decir con respecto a los escasos raids que fueron lanzados contra las cabezas de playa británicas. La Fuerza Aérea Argentina afirmó al comenzar las acciones: "Si la Flota Británica aparece, nosotros podemos destruirla: esta mentalidad dominó su acción a lo largo de todo el conflicto.

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ATAQUE AEREO EN BAHIA AGRADABLE (8 de Junio)

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Ataque aéreo a la fragata HMS ARDENT (21 de Mayo)

La visita del Papa Juan Pablo II

Ante la extrema gravedad de la situación, el Sumo Pontífice decidió viajar de inmediato a la Argentina, lo cual "configura -según se estimó en círculos vaticanos- un dramático gesto de paz sin precedentes en la historia del Pontificado Romano".El Papa llegó a Buenos Aires el 1 de junio, permaneciendo en el país dos días, durante los cuales desplegó una intensa actividad que comprendió, fundamentalmente, una prolongada entrevista con la Junta Militar y con el presidente de la Nación, dos misas concelebradas por él mismo y los cardenales, que congregaron centenares de miles de Fieles. Una de ellas en Palermo y la otra, en Luján. Durante esos actos y otras apariciones ante la multitud, el Papa pronunció conmovedoras alocuciones en español, instando a toda la Nación a orar por la paz.En el momento de disponerse a partir hacia Roma, el Sumo Pontífice mantuvo una conversación a solas con el presidente Galtieri, cuyos términos no trascendieron.

Crímenes de guerra

Hundimiento del crucero ARA. "Gral. Belgrano"- Una cuestión de Política

Transcribo textualmente la acusación concreta formulada por ese sector de representantes británicos: "El cargo es que, en conjunto con el Secretario de Defensa y el Presidente del Partido Conservador en ausencia del Secretario de Relaciones Exteriores, el Primer Ministro de Su majestad, fría y deliberadamente dio la orden de hundir al Belgrano, sabiendo que una paz honorable estaba próxima y con el propósito -muy bien justificado- de que los torpedos del Conqueror hundirían el plan de paz"

El ex-Presidente peruano Arq. Fernando Belaúnde Terry, planteó una propuesta de administración compartida de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur por parte de varias naciones y el compromiso de las potencias beligerantes de discutir la transferencia de la Soberanía, había sido aceptada por el gobierno argentino y los Estados Unidos de Norteamérica, Alemania, Italia, Canadá, etc., faltando la respuesta del gobierno británico.

Esa respuesta, comprometida para el 2 de mayo, 19:00 hs. (Hora argentina), llegó anticipadamente: A las 15:55 hs. Dos torpedos del Submarino HMS. "Conqueror" impactaron al crucero ARA. "Gral. Belgrano", hundiendo junto a él, la propuesta de paz.

El crucero ARA. "Gral. Belgrano", al momento de su hundimiento, se encontraba fuera de la zona de exclusión militar declarada unilateralmente por Gran Bretaña.

Esto, a pesar de ser lícito para su hundimiento, según las normas aplicables a los conflictos armados en el mar que componen el Derecho Internacional humanitario, puede ser denunciado como un acto de perfidia.

Respecto a su condición de buque militar, podría constituir un blanco para la flota inglesa; sin embargo, al estar alejándose de la misma, y encontrarse fuera del alcance de su artillería cualquier buque británico, u otro objetivo enemigo, no puede ser considerado un objetivo militar, de cuyo hundimiento pudiera sacarse una ventaja militar precisa. La única razón que lo explica es la necesidad política del Gobierno de Margaret Thatcher de proseguir hasta las últimas consecuencias las operaciones militares, asegurándose, como efectivamente ocurrió, una victoria que le permitiera ser reelecta por dos períodos más en el gobierno. Y, subsidiariamente, asegurarse los negocios familiares en las islas australes.

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Lugar donde se hundió el Crucero Gral. Belgrano

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Submarino Atómico HMS "Conqueror"

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CRUCERO ARA Gral. BELGRANO

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Hundimiento del Crucero Gral. BELGRANO (2 de Mayo)

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Momento final del ARA Gral. BELGRANO

Fusilamientos de soldados argentinos en Malvinas

Durante las batallas en las islas se produjeron fusilamientos de soldados argentinos (excesos de lesa humanidad) por parte de soldados británicos

Los militares británicos más comprometidos son: Kent Lukowiak, un cabo de la marina británica que confesó haber fusilado a un soldado argentino después de la rendición en la batalla de Monte Longdon, Gary Sturge y Vincent Brambley, ambos admitieron haber presenciado el asesinato a sangre fría de soldados que ya se había rendido y se encontraban desarmado.

Este último publico un libro dando a conocer estos hechos.

Intento de homicidio y levantamiento compulsivo de minas

Anteriormente la Federación de Veteranos de Guerra había impulsado la constitución de la Comisión Investigadora de Crímenes de Guerra con sede en el Ministerio de Defensa, cuyo informe final fuera analizado por el ex Auditor General de las Fuerzas Armadas, Brigadier Eugenio Miari, quien constato la comisión de tres violaciones a las Convenciones de Ginebra en lo atinente al trato hacia los prisioneros de guerra, por parte de las fuerzas británicas.

"El Convenio de Ginebra señala que los prisioneros de guerra deben ser tratados en toda circunstancia con humanidad estando prohibido por considerarse infracción grave, cualquier acto u omisión ilícita que acarree la muerte o ponga en peligro grave la salud de los mismos (Art.13), los que, además, tienen derecho a ser respetados en su persona y en su dignidad"(Art14).

La violación al Convenio de Ginebra en el caso del ex cabo Carrizo se enmarca perfectamente en los artículos anteriormente mencionados ya que una vez despojado de su armamento Carrizo fue acribillado por sus captores.

El caso del ex subteniente Durán y los soldados conscriptos Vallejos y Pinatti, la violación a los Convenios de Ginebra trata sobre el hecho de que soldados argentinos fueron obligados a realizar tareas peligrosas como el traslado de municiones y el levantamiento compulsivo de minas. En este incidente perdió la vida un argentino y otros tres resultaron heridos.

Confió que el Poder Judicial, la dirigencia política, los organismos de derechos humanos, y otros estamentos de nuestra comunidad, acompañen en esta búsqueda por sancionar los crímenes cometidos por aquellos que extranjeros que usurpan nuestros archipiélagos.

Otra cosa que me parece importante resaltar, es que unos 270 veteranos argentinos de la Guerra de Malvinas se suicidaron en los últimos 20 años por falta de atención psicológica y que la gran mayoría de los sobrevivientes del conflicto con las tropas británicas, hoy con alrededor de 45 años, a pesar de las medallas, carecen de empleo, atención medica y vivienda digna, cuando seria el Estado el que debería hacerse cargo de ellos.

Situación de las Malvinas después de 1982. Relación entre argentina y Gran Bretaña

Desde la firma de la rendición, la situación jurídico-política con el Reino Unido por la posesión de las Malvinas no varió sustancialmente. Nuestro País continúa sosteniendo su derecho a la soberanía del territorio y sus intenciones de reanudar las negociaciones bilaterales; pero las mismas se ven trabadas, dado que el gobierno inglés se mantiene inflexible en su posición de no avenirse a tratativas que estén condicionadas por la Argentina a la cuestión de la soberanía, a la vez que se afirma en la tesis de que el futuro de las islas debe ser resuelto por los isleños. En 1985 los ingleses les otorgaron una nueva Constitución que reconoce el derecho de sus habitantes a la autodeterminación.

Hacia el final de la década de los 80 y luego de numerosas marchas y contramarchas, los gobiernos de la Argentina y de Gran Bretaña llegaron a un entendimiento sobre el modo de restablecer las relaciones diplomáticas normales interrumpidas a partir del 2 de abril de 1982. Este acuerdo pudo realizarse porque ambos gobiernos acordaron reiniciar las relaciones diplomáticas sin discutir soberanía.

Este tema fue puesto bajo un "paraguas" que reconocía la existencia del litigio y los reclamos de soberanía de ambas partes en tanto se dejaban para más tarde negociaciones concretas al respecto. Sin embargo, si bien el gobierno del presidente Alfonsín había avanzado hacia un acuerdo con Gran Bretaña, la percepción general era que las negociaciones se habían estancado. Le correspondió al gobierno del presidente Menem, inaugurado el 9 de julio de 1989, poner en práctica este mecanismo con la firma de los Acuerdos de Madrid de febrero de 1990.

La cuestión de Malvinas en la Organización de Estados Americanos (OEA)

Como ocurriera en el caso de la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA) fue un foro intensamente utilizado por la diplomacia Argentina para sumar votos favorables de la región en temas "sensibles" a los intereses argentinos -particularmente la cuestión de las Malvinas.

En la XV Asamblea General de la OEA, reunida en Cartagena de Indias, Colombia, a principios de diciembre de 1985, 17 países –Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, México, Uruguay, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Surinam y Venezuela– presentaron y aprobaron en forma unánime un proyecto de resolución que instaba a respetar las resoluciones de la ONU, de acuerdo con las cuales la Argentina y Gran Bretaña debían negociar en forma pacífica su disputa de soberanía sobre las islas Malvinas. No obstante, la efectividad de dicha resolución fue prácticamente nula, dado que no modificó la postura británica.

La XVI Asamblea General de la OEA reunida en Guatemala, en noviembre de 1986, respaldó el comunicado del gobierno argentino, que sostenía que la "zona de exclusión" decretada por Gran Bretaña alrededor de las Malvinas constituía una "amenaza cierta" a la paz. La resolución, aprobada por consenso de sus 31 miembros, instaba a la Argentina y Gran Bretaña a negociar, criticaba la decisión británica en tanto generaba un elemento adicional de tensión en el diferendo, y subrayaba la necesidad de evitar acciones que, como esta medida británica, agravaran el problema existente en el Atlántico Sur. Las autoridades británicas rechazaron la resolución de la OEA, limitándose a declarar que las potencias pesqueras tendrían que habituarse a las nuevas disposiciones de Londres.Un nuevo respaldo de la OEA a la Argentina en la cuestión de Malvinas tuvo lugar en Río de Janeiro el 4 de febrero de 1987, cuando una resolución del Comité Jurídico Interamericano, el órgano consultivo del organismo panamericano, ratificó que "la Argentina tiene inobjetable soberanía sobre las islas Malvinas", y calificó como "un acto atentatorio no sólo contra el derecho sino también contra la paz y la seguridad internacionales" la decisión británica de establecer una zona de exclusión pesquera en aguas ubicadas alrededor del archipiélago. La OEA no limitó su respaldo a la posición argentina en la cuestión de Malvinas, sino que también se pronunció a favor de la continuidad democrática frente a la crisis militar de Semana Santa que estalló en abril de 1987. Así, el 22 de dicho mes, Venezuela presentó ante el foro multilateral una iniciativa para tratar la crisis militar argentina, moción que fue respaldada por los representantes de Bolivia, Brasil, Colombia, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Trinidad -Tobago. Finalmente, el Consejo Permanente de la OEA proclamó ese mismo día 22 "su más firme y categórico respaldo al presidente Raúl Alfonsín", por sus esfuerzos destinados a preservar "el alto destino democrático" de la Argentina. Esta resolución del Consejo fue aprobada por aclamación, aunque los representantes de Chile y Paraguay presentaron reservas legales a la misma.El 1º de marzo de 1988, tuvo lugar en Washington una Reunión Extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, convocada por la Argentina para analizar la gravedad y posibles consecuencias de las maniobras militares que Gran Bretaña tenía programado realizar días después en el Atlántico Sur, conocidas con el nombre de "Fire Focus". Luego de analizar el caso, el Consejo aprobó por 25 votos a favor, ninguno en contra y la abstención de Estados Unidos y Santa Lucía una resolución -copatrocinada por la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, Venezuela, Costa Rica y República Dominicana- que incluía 4 puntos:

1) exhortación a Gran Bretaña y la Argentina para entablar negociaciones para resolver lo que el documento define como "una disputa de soberanía".

2) preocupación "por el aumento de tensión en el Atlántico Sur", como consecuencia de los ejercicios militares programados por Gran Bretaña entre el 7 y el 31 de marzo de 1988.

3) "esperanza" de que Londres reconsiderara la decisión de maniobrar en el Atlántico Sur.

4) transmisión de la resolución a la ONU.

La cuestión Malvinas en la Asamblea General de las Naciones Unidas

Colonialismo

Podríamos definir al colonialismo como

"la sujeción de los pueblos a una subyugación, dominación y

Explotación extranjera".

Dentro de este marco general se debe ubicar la cuestión de las Islas Malvinas en el ámbito de las Naciones Unidas.

A partir de 1964 y a iniciativa de la República Argentina, la cuestión Malvinas entra en el debate del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas (Comité de los 24).

Luego del informe favorable de este comité la cuestión entra en el temario de la Asamblea General.

Las resoluciones de la Asamblea General no son de cumplimiento obligatorio, es decir, son incoercibles.

Resolución 2065

Salvo los acontecimientos de 1982 donde se cambió la situación del tema, la cuestión Malvinas siempre se debatió en la Asamblea General.

Mediante una activa gestión diplomática, Argentina logra su primer triunfo en las Naciones Unidas.

El 16 de septiembre de 1965 la XX Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Resolución 2065 por la cual se expresa que reconociendo "la existencia de una disputa entre los gobiernos del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y la República Argentina acerca de la soberanía sobre dichas islas" invita a los gobiernos a "proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial (Comité de Descolonización) …a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y la resolución 1514 de la Asamblea General, así como los intereses de la población de las islas Malvinas".

Esta resolución aprobada por 94 votos a favor, 14 abstenciones y ningún voto en contra, es la base primera de la cuestión en el ámbito de Naciones Unidas.

Con la aprobación de esta resolución Argentina logra:

Que las Naciones Unidas descarten para este caso el principio de libre determinación y acepta el criterio de la integridad territorial ya que contrario podría haber solicitado al Reino Unido que arbitrara los medios necesarios para que este territorio se independizara.

Acepta el criterio argentino de tener en cuenta para este caso los intereses de los habitantes y no los deseos de los mismos como pretendía el Reino Unido.

Descarta la postura del Reino Unido, de la no injerencia de la organización internacional en esta cuestión.

En base a esta resolución y a través de las negociaciones entre las partes se logra un acuerdo entre los dos países el 1° de julio de 1971 (Declaración de Buenos Aires) por el cual se facilita la integración física entre las Islas Malvinas y el territorio continental argentino (comunicaciones, transportes, comercio, educación).

Resolución 3160

El 14 de diciembre de 1973, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la segunda resolución sobre el tema, Res. 3160, por la cual se expresa el "reconocimiento por los continuos esfuerzos realizados por el gobierno de la Argentina…para facilitar el proceso de descolonización y promover el bienestar de la población de las islas" e insta a los gobiernos a que "prosigan sin demora las negociaciones para poner término a la situación colonial".

Se expresa asimismo que las Naciones Unidas están gravemente preocupadas por el hecho de que han transcurrido ocho años (desde la Res. 2065 de 1965) sin que se hayan producido progresos sustanciales en las negociaciones".

Esta resolución contó con 116 votos a favor, 14 abstenciones y ningún voto en contra.

Las dos resoluciones mencionadas hasta aquí para la cuestión Malvinas se encuadran en el período que hemos denominado cooperación entre el Reino Unido y la República Argentina.

Resolución 31/49

La relación bilateral entre los dos país entra en un período crítico por esta cuestión.

Entre los hechos más importantes que perturbaron la relación de cooperación se puede mencionar:

El 2 de marzo de 1975, un contingente de turistas argentinos y extranjeros, embarcados en el "Regina Prima" no desembarcaron en Puerto Stanley (Capital de las islas Malvinas) ya que el capitán se negó a izar la bandera británica, como solicitaban las autoridades coloniales de las Malvinas.

El 16 de octubre de 1975 la embajada británica en Buenos Aires anuncia al gobierno argentino el envío de una misión a las islas Malvinas para realizar un relevamiento o estudio de las mismas. Este hecho trae como consecuencia un cambio de notas entre las partes, la denuncia Argentina en las Naciones Unidas el 8 de diciembre de 1975 y se declara a la misión inglesa (Shackleton) "no bienvenida" el 2 de enero de 1976.

Además el gobierno argentino sugirió el retiro del embajador británico en Buenos Aires, y no asumió sus funciones el embajador argentino en Londres.

El 4 de febrero de 1976 el destructor de la marina argentina "Almirante Storni" efectuó disparos reglamentarios a proa del buque inglés "Shackleton", que realizaba investigaciones a 80 millas de las islas Malvinas, sin autorización del gobierno de Buenos Aires. Interviene también en la acción un avión argentino que junto con el "Almirante Storni" escoltan al navío inglés hasta Puerto Stanley.

Este período conflictivo entre las partes tuvo sus derivaciones en la Asamblea General de las Naciones Unidas en la cual se aprueba resolución 31/49.

Por la misma y siguiendo a las anteriores resoluciones se pide a ambos gobiernos "que aceleren las negociaciones relativas a las disputas de soberanía" y expresa su reconocimiento por los continuos esfuerzos realizados por el gobierno de la Argentina… para facilitar el proceso de descolonización y promover el bienestar de la población de las islas".

Pero en esta resolución se produce una modificación de importancia en relación a las anteriores. El punto 4 de la misma "insta a las dos partes a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por un proceso recomendado en las resoluciones arriba mencionadas" (Res. 2065 y 3160)

Esta modificación motivó que por primera vez en la cuestión Malvinas, el Reino Unido votara en contra.

Al mismo tiempo esta actitud del Reino Unido trajo como consecuencia la abstención de otros países.

La resolución contó con 102 votos a favor, 1 en contra y 32 abstenciones.

Resolución 37/9

Luego de la guerra de las Malvinas de 1982 el tema es incluido en el temario de la Asamblea General de ese año y la misma aprueba la resolución 37/9 del 4 de noviembre de 1982.

En esta resolución como en las anteriores se solicita que "reanuden las negociaciones para encontrar en el más breve plazo una solución pacífica al conflicto de soberanía en el asunto de las Malvinas".

Contrariamente a las anteriores resoluciones de la Asamblea General, en ésta se agrega que el Secretario General "inicie una; nueva misión de buenos oficios… para ayudar a las partes".

La resolución 37/9 fue aprobada por 90 países, 12 Votaron en contra y 52 Estados se abstuvieron.

Resolución 38/12

Tal como se había aprobado en el punto 40 de la resolución37/9 del 4 de noviembre de 1982, la cuestión Malvinas se incluyó en el orden del día provisional de la XXXVII sesión de la Asamblea General.

La parte resolutiva no difiere de la aprobada el año anterior: La resolución 38/12 fue aprobada por 87 votos a favor, 9 en contra y 54 abstenciones y 7 ausencias, el 16 de noviembre de 1983.

A partir de 1984 las resoluciones a las que se llego son todas muy similares entre sí, y básicamente exhortan a las dos partes a la negociación y la solución pacifica del conflicto.

En el siguiente cuadro se hará referencia a estas resoluciones:

RESOLUCION Y AÑO

Votos a favor

Abstenciones

Votos en contra

Resolución 39/6 – 1984

89

54

9

Resolución 40/21 – 1985

107

41

4

Resolución 41/40 – 1986

116

34

4

Resolución 42/19 – 1987

114

36

5

Resolución 43/25 – 1988

109

37

5

Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU

Las resoluciones que adopta el Consejo de Seguridad son de cumplimiento obligatorio, se pueden hacer cumplir por la fuerza si es necesario. Este se dedica a cuestiones que amenazan la paz y seguridad mundial, poniendo en riesgo vidas humanas. Es por ello que se ocupo del tema de Malvinas durante la guerra de 1982, sancionando dos resoluciones:

Resolución 502 – 02 de Abril de 1982

En esta resolución el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exige la cesación inmediata de las hostilidades, el retiro inmediato de todas las fuerzas argentinas de las islas y exhorta a los gobiernos de la Argentina y Gran Bretaña a que procuren hallar una solución diplomática a sus diferencias y a que respeten plenamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Resolución 505 – 26 de Mayo de 1982

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprueba la Resolución 505; que pide al Secretario General que emprenda una misión renovada de buenos oficios, entablando inmediatamente contactos con las partes para negociar condiciones mutuamente aceptables para una cesación del fuego; y exhorta a las partes en conflicto a que cooperen plenamente con el Secretario General en su misión.

Anexos

Anexo 1

LA DERROTA DE MALVINAS

FIN DE LA DICTADURA MILITAR Y VUELTA A LA DEMOCRACIA

Cuando la guerra termino, empezaron a ser difundidas otras versiones de los hechos.

El efecto fue letal para la dictadura: en Julio de 1982, el general Galtieri renuncia, su lugar es ocupado por el General Reinaldo Bignone. Para ese entonces la Marina y la Fuerza aérea se habían retirado de la Junta Militar.

Bignone trata de imponer por decreto, una amnistía general por la lucha antisubversiva, los políticos mas críticos al régimen se oponen con el respaldo de "las marchas de la resistencia", realizada el 10 de Diciembre, y la "Asamblea de la Civilidad" que exigían el esclarecimiento de los hechos de violencia subversiva, la aparición con vida de los detenidos – desaparecidos y elecciones sin condicionamientos.

Estos hechos provocan el llamado a elecciones para el 30 de Octubre de 1983.

La ciudadanía renovaba su interés por la participación y se afiliaba a los partidos políticos (tradicionales y nuevos) que surgían al calor de la apertura política.

En el radicalismo fue elegido en elecciones internas el Dr. RAUL ALFONSIN, su discurso democrático y antiautoritario tuvo gran aceptación sobre todo en la juventud.

En el peronismo sin debate interno y lejos de una renovación fue elegido candidato el Dr. ITALO LUDER, su campaña estuvo muy alejada de las preocupaciones de la sociedad.

El 20 de Octubre se impuso la formula radical, siendo electo como presidente de la nación el Dr. Alfonsin, que asumió el 10 de Diciembre con un gran apoyo social.

El nuevo gobierno se propuso indagar todos los actos de los gobiernos militares, fundando en 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), esta investigo los crímenes de la dictadura, publicando un informe bajo el titulo de "NUNCA MAS" donde se probaba mas de 9000 casos de represión ilegal y asesinatos a raíz del terrorismo de estado.

Se realizo la reforma al código de justicia militar, se arresto a los jefes de las juntas militares y a líderes de los movimientos guerrilleros como Montoneros y ERP.

En medio de un clima de inestabilidad se llevaron a cabo los juicios públicos a las juntas militares, en 1985, siendo hallados culpables sus componentes.

Por medio de un plebiscito se acepto el "Laudo Papal" sobre el conflicto del Beagle de 1978.

El gobierno radical debió hacerse cargo de una difícil situación económica, en 1985 se lanza el "Plan Austral" el cual congela salarios, precios y tarifas para equilibrar las cuentas del estado, a pesar de un gran éxito inicial en 1986 enfrentaba serias dificultades por el pago de la Deuda Externa, apareciendo en 1987 las protestas populares y sindicales, a esto se añadió la protesta de los militares a raíz de los juicios, desembocando en la "Sublevación Carapintada" la cual fue sofocada por las marchas populares de apoyo a la democracia y la negociación del gobierno, para lograr tranquilidad el presidente dicto las leyes de "Obediencia Debida" y "Punto Final" que lejos de apaciguar los ánimos generaron los levantamientos de Monte Caseros y Villa Martelli en 1988.

ANEXO 2

Dijeron Los Ingleses en su prensa

Los relatos que se agregan a continuación han sido extraídos de crónicas de guerra británicas y forman parte del sentimiento auténtico de soldados que supieron valorar la aptitud de los artilleros argentinos.

Al igual que un sinnúmero de otras referencias vinculadas con la valentía y el coraje evidenciado por soldados de las fuerzas argentinas que participaron en la gesta de Malvinas, nos permitimos extractar estas notas a modo de homenaje a quienes modestamente lucharon y expusieron sus vidas con la templanza propia de nuestros legados artilleros y, por sobre todo, en reconocimiento hacia quienes murieron en suelo malvinense.

"Todas las informaciones dejaban entrever que los argentinos se servían de las elevaciones para atrincherarse y preparar las mejores posiciones defensivas. El área quedaba dentro del alcance de los grandes cañones calibre 155mm que los argentinos desplazaban constantemente desde una base a otra alrededor de Stanley".

The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Híspame rica, Buenos Aires, 1983, Pág. 367 y 368."El viernes 11 de junio todavía no se había respondido a los llamamientos, y el efecto de la demora, combinados con las noches heladas y bombardeos por parte de la artillería argentina, empezaban a producir cierta frustración. Un pelotón de Guardias Escoceses tuvo que retirarse ante los intensos disparos de la artillería pesada argentina y el Regimiento de Comandos 42 sufrió las primeras bajas, desde el avance, al verse alcanzado por los proyectiles argentinos".

The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Híspame rica, Buenos Aires, 1983, Pág. 370.

"Los cañones argentinos que estaban situados alrededor de Stanley, seguían causando estragos entre las posiciones británicas. Son unos cachorros endemoniadamente malos y desagradables. Te escupen un proyectil y estonquea toda la zona".The Sunday Time Insight Team, Una cara de la moneda, La Guerra de Malvinas, Editorial Híspame rica, Buenos Aires, 1983, Pág. 377.

En relación con los fuegos de hostigamiento realizados contra los buques ingleses, según el testimonio del Teniente de la Armada Británica DAVID TINKER, "…los proyectiles de los cañones argentinos caían a unas 50 yardas de distancia de nosotros".Tinker Hugh, La vida y gallarda muerte del Teniente David Tinker.

"La artillería argentina tenía cuatro cañones franceses calibre 155mm. Durante la campaña estos fueron utilizados con poca munición. Mientras esperábamos en el Monte KENT, recibimos más de treinta ráfagas. Durante el ataque al Monte DOS HERMANAS, aproximadamente 400 proyectiles de alto poder fueron disparados sobre nosotros en aproximadamente 4 horas".

(Nota: Error del autor. Se trataban de sólo dos cañones calibre 155mm, Modelo Argentino, de fabricación nacional)Akhust Gerald R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal (US Army), Marzo – Abril 1984, Pag 21.

"Los fuegos de las baterías enemigas fueron muy efectivas. Finalmente tuvimos muchas dificultades para localizar los cañones enemigos. Disparamos muchos proyectiles sobre posiciones simuladas. Demasiado tarde nos dimos cuenta que tirábamos sobre viejas cubiertas que simulaban ser cañones, cubiertas por telas de enmascaramiento. Fueron muy buenos para engañarnos".

Akhust Gerald R (My), "A gunner's tale", Fiel Artillery Jornal (US Army), Marzo – Abril 1984, Pag 21.

"El 2do Batallón del Regimiento de Paracaidistas, tuvo escasa oposición, pero considerable dificultad causada por el fuego de la artillería argentina calibre 155mm"

– Watson, Bruce W Y Dunn, Peter M Military lesson of the Falklands Island warviews from the Unites States, Arms and armours press, Londres, 1984, Pag 164.

"El fuego de la artillería argentina de 155mm comenzó a caer sobre las posiciones que los argentinos acababan de perder. Los Infantes de Marina británicos se protegieron entre las fisuras que presentaban las rocas, mientras que los proyectiles explotaban alrededor".

– Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 157.

"Con la luz del día el fuego de la artillería argentina se intensificó bajo la dirección de los observadores adelantados quienes reglaban el tiro. El terreno lindante el Monte Dos Hermanas estaba cubierto de cráteres por las granadas de 155mm".– Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 165.

"Los proyectiles de los cañones calibre 155mm se distinguían de los proyectiles de los obuses calibre 105mm y de los morteros de 120mm por su fuerte tronar. Cuanto antes tuviera lugar la siguiente fase era mejor, pues menos tiempo debieran mis hombres permanecer bajo el fuego de la artillería argentina".

Thompson Julian, No Picnic, Leo Cooper in association with Secker and Warburg, London, 1985, Pag 165.

" Las tropas británicas enfrentaron a una dura artillería de 155mm, que dejó tirados a heridos y muertos, pertenecientes a las unidades de asalto".

– Laurence Charles, corresponsal de guerra del The Daily Telegraph.

ANEXO 3

La Guerra en imágenes

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Submarino argentino ARA SAN LUIS

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Ataque de un Pucara en rasante sobre comandos británicos (Carlos García)

edu.red

Ataque aéreo al desembarco en San Carlos – El pasillo de las Bombas

Partes: 1, 2, 3
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