La Economía natural es un sistema mediante el que todos los seres vivos sobrevivimos. Consiste fundamentalmente en entregar tiempo para recibir energías más que tiempo. Un ejemplo: Cuando nuestros padres nos dan la vida y la primera leche, lo que nos proporcionan es tiempo. El alimento que nos dan es energía que nos permite vivir más tiempo. Si no nos proporcionaran alimento, nuestro tiempo se acabaría en pocas horas. La vida es tiempo y cuando se acaba el tiempo se acaba la vida. Cuando nuestros padres dejan de alimentarnos, tenemos que buscarnos la vida por nuestra cuenta, es decir, tenemos que conseguir energía para tener más tiempo de vida. En eso no nos diferenciamos del resto de los seres vivos.
La Economía Instintiva es la que utilizamos todos los días los animales para sobrevivir. Se diferencia de la economía natural en que utiliza las informaciones contenidas en el cerebro, el saber, para obtener más energía y más tiempo. Es más eficiente que la natural porque permite obtener más tiempo en menos tiempo.
Se basa en la idea de que en el tiempo extra podemos obtener tres tipos de informaciones: tecnología, logística y conocimiento y con ello conseguimos obtener más informaciones, más saber, más energía y más tiempo. Podemos hacer otra cosa durante ese tiempo extra: podemos manipular instrumentos, planificar nuestra actividad y transmitir parte de la información que obtengamos.
Es el sistema basado en que los hombres también dedicamos nuestro tiempo a conseguir derechos que utilizamos para adquirir más tecnología, logísticas, conocimiento, saber, energía y tiempo. Un ejemplo que para esta explicación es la administración de los alimentos; en la antigüedad se asignaba a cada ser humano ciertos derechos sobre algunas reses determinadas. Cada uno de nosotros supo a partir de entonces que había unas reses que podían servirnos de alimento y otras que nos estaban vedadas porque eran para alimentar a otros. Supimos entonces que debíamos cuidar nuestras reses y procurar que se reprodujeran, que no podíamos permitir que desaparecieran porque entonces nos quedaríamos sin reses y no tendríamos derecho a alimentarnos con las reses de otros.
Es la que utilizamos los hombres en la actualidad para sobrevivir. Se diferencia del Sistema de Economía Política en que utiliza un tipo especial de derechos (financieros) que llamamos dinero.
Hipótesis
1. ASIMETRIA DE INFORMACION Y REDISTRIBUCCION DEL INGRESO, desarrollo teórico frente a varias escuelas de pensamiento desde el origen de la economía como ciencia social.
2. Existencia clara de la ASIMETRIA DE INFORMACION Y REDISTRIBUCCION DEL INGRESO, en el contexto global.
Objetivos
General
Dar a conocer desde un enfoque teórico ASIMETRIA DE INFORMACION REDISTRIBUCCION DEL INGRESO.
Comprender la influencia e importancia de ASIMETRIA DE INFORMACION Y REDISTRIBUCCION DEL INGRESO.
Específicos
Conocer si es posible establecer ASIMETRIA DE INFORMACION FRENTE A REDISTRIBUCCION DEL INGRESO
Determinar hasta qué punto es imprescindible UN SISTEMA DE REDISTRIBUCION DEL INGRESO
Metodología de investigación
Tipo de investigación
Esta investigación pretende analizarla ASIMETRIA DE INFORMACION Y REDISTRIBUCCION DEL INGRES, desde una vision meramente teórica.
Métodos de investigación
Los métodos seleccionados para poder demostrar las hipótesis dentro de los esquemas analíticos del pensamiento económico cualitativos son los siguientes: a) método descriptivo y d) método histórico.
El método analítico se utilizará para el estudio de los principales y determinantes del desarrollo y desempeño. Posteriormente, el método deductivo permitirá establecer patrones de relaciones, determinantes, importancia e influencia y las posibles políticas fiscales en relación a la teoría.
Procedimiento metodológico
Se aplicará técnicas de investigación documental tales como lectura científica, análisis de contenido, etc. Para el desarrollo de la investigación se utilizará fuentes primarias necesarias para recopilar información bibliográfica de textos, revistas, periódicos, etc. Además del estudio de documentos y documentos proporcionados en clase de política y teoría fiscal.
MARCO TEÓRICO
Escuelas de Pensamiento Económica, información asimétrica y redistribución
Pre-capitalistas
Mercantilistas
El Fundamento de la riqueza era la acumulación de metales preciosos. Veían la riqueza como un stock que se acumulaba (tipo RIN) y no como un flujo de producción (tipo PIB). Para que acumulaban metales? Para construir ejércitos para defender y ensanchar sus dominios territoriales. Dos etapas. 1era: Lo importante era la extracción de metales, el objetivo era apropiarse de ellos mediante la extracción (época de Colón y Carlos V). 2a: Lo importante era el comercio internacional como mecanismo para atraer metales. La idea era tener un saldo en balanza comercial favorable, que estimulara una entrada de capitales. España se mantuvo en la primera etapa y, a través del comercio, el oro de América fue a parar al continente europeo e Inglaterra. (economía, 1994)
Fisiócratas
Tenían profundas bases religiosas, creían que existía un orden natural y por lo tanto el Estado no debía intervenir desvirtuando dicho orden. La tierra es el único factor productivo capaz de crear riqueza. El resto únicamente la transforma. Está vinculado al orden natural. Creen que únicamente la agricultura es productiva. Para ellos la industria –artesanal- solo transforma y el comercio distribuye la riqueza creada por la tierra. Por ese motivo no son actividades productivas. Esta corriente ve a la riqueza como un flujo de producción que se repite período a período en la agricultura
Clásicos
El fenómeno de sobreproducción es parcial, obedece a una distorsión del proceso económico que genera una oferta superior a la demanda. En la sociedad capitalista la base es el intercambio generalizado de mercancías. Es decir, que cada vendedor de mercancías, cualquiera sea el tipo de mercancías que vende (ya sea un bien producido con sus propios medios de trabajo, un bien que el capitalista hace producir a sus asalariados, o la fuerza de trabajo que el obrero vende), todos realizan como vendedores y luego compradores, el ciclo: M-D-M. (economía, 1994)
Para la economía clásica, desde Jean Baptiste Say (Ley de Say), se considera que la mediación del dinero en este M-D-M, es sólo una molestia innecesaria. La mediación del dinero tiene como fin facilitar el intercambio, pero no genera alteraciones cualitativas. Es decir que M-D-M es igual que M-M, el intercambio directo, o trueque.
Este artilugio es clave para dos cosas. Uno, para fundamentar la fuerte vinculación entre producción y demanda, ya que son la misma cosa y el rol de la producción no es otro que satisfacer la demanda. Dos, para afirmar que la producción siempre genera su capacidad de demanda como polo opuesto. Como son la misma cosa, la generación de oferta garantiza automáticamente la existencia de una demanda equivalente. En consecuencia, según Say, siempre que la gente oferte más trabajo del que las empresas demanden se producirá un exceso de oferta, por lo que se reducirá el precio (salario) para así arribar nuevamente a la situación de equilibrio. Si no se llega a aquella situación, se debe a que los trabajadores no están dispuestos a bajar sus pretensiones. (iniciales, 2000)
Smith
Es de nacionalidad escocés y escribe al inicio de la 1era Revolución Industrial. Sus desarrollos teóricos son causa y efecto de sus tiempos. Principales obras: "La teoría de los sentimientos morales" (1759). Es una obra más bien filosófica, también está la idea de un orden natural. En ella establece que los hombres individualmente, guiados por su egoísmo y atemperados por la justicia natural alcanzan simultáneamente un óptimo inividual y un óptimo social. "Investigación sobre la Naturaleza y causas de la riqueza de las Naciones" (1776). Esta es la obra más reconocida de Smith, y en ella sistematiza sus principales ideas sobre la economía. Principales ideas de "la riqueza de las naciones" La riqueza es un flujo, que se crea y se destruye dinámicamente.[3] (oligopolio, 2001)
Como todos los mercados están en equilibrio, para Smith no debería existir el desempleo (que es un desequilibrio del mercado de trabajo), incluso proponía eliminar las casas de pobres (si bien exactamente no son lo mismo, pueden compararse con las propuestas de eliminación del seguro de desempleo). Tiene una hipótesis de crecimiento económico según la cual, el sistema capitalismo va a crecer hasta llegar a un estado estacionario, en el cual se reproducirían los mismos resultados período a período. A su vez, no existirían crisis en el trayecto de la economía al estado estacionario.
En el plano comercial reconocía como fundamento del comercio las ventajas absolutas. Según esta teoría aquel país que produce un bien en condiciones más favorables, que le permiten venderlo más barato, habrá de exportarlo a aquellos que lo producen en condiciones menos favorables. Por lo que si solo existieran dos países que producen dos bienes, y si uno de ellos es más productivo en ambos, no existirían motivos para que comerciaran entre sí.
Ricardo
Para los fisiócratas y Smith el objeto de estudio era determinar la causa de la riqueza de las naciones. Para D. Ricardo el objeto de estudio era analizar los procesos de distribución, o sea como se reparte la riqueza entre Renta-Salario-Beneficio. Este objeto lo llevó, sin embargo, a formular una teoría de la riqueza y del crecimiento. (countries?, 1999)
Principales Ideas:
La teoría objetiva del valor. El valor no se puede explicar por la ley de la oferta y la demanda, ya que los "precios de mercado" son muy volátiles. Por lo tanto define el valor como las horas de trabajo "horas hombre" necesarias para producir un bien en las peores condiciones de producción que existan en el mercado. Cuando en el proceso productivo intervienen maquinarias, estas le transfieren al valor del bien que producen una alícuota del valor de ellas mismas, o sea una parte del valor que ellas tienen incorporado (trabajo pretérito).
Teoría de la distribución:
Teoría de la renta: El valor de la producción agrícola se determina en las peores condiciones de producción, ya que existen distintas calidades de tierra. Como se comienza produciendo en las mejores condiciones y sucesivamente se van incorporando peores tierras (a medida que aumenta la producción) los rendimientos son decrecientes. (JUEGOS?, 1997)
La Renta de cada parcela de tierra se determina por la diferencia que existe con la productividad de la peor parcela de tierra. A medida que la población aumenta, se vuelve necesario producir más alimento, se cultivan nuevas tierras menos productivas y aumenta la renta de los terratenientes.
Teoría de los salarios: Existe un precio natural del trabajo (PNT) que coincide con una canasta de subsistencia, compuesta básicamente por bienes agrícolas. Cuando el salario es mayor que el PNT aumenta la población ya que mejoran las condiciones de subsistencia y cuando es menor la población disminuye (Ley de Maltus). A su vez, cuando la economía crece se genera una presión a aumentar los salarios, ya que para producir más se requiere más mano de obra. Por lo tanto a medida que crece la economía aumentan los salarios, crece la población (ya que S>PNT) lo que genera mayores necesidades de producción de bienes agrícolas, por los rendimientos decrecientes en el agro el precio de estos sube y el salario se iguala al PNT. En conclusión el salario aumenta en términos de los bienes industriales, pero permanece constante en términos de los bienes agrícolas. Teoría de los beneficios: Como los salarios suben en términos de los bienes industriales, los empresarios deben afrontar mayores costos, entonces sus beneficios unitarios disminuyen, o lo que es lo mismo cae la tasa de beneficio. Evolución de la economía. Se llega pacíficamente (sin crisis) al estado estacionario, el que solo se puede trasladar por un cambio técnico, o por la apertura comercial a nuevos mercados. (Information, 2006)
¿Por que se llega al estado estacionario?
Hipótesis
1) Pleno Empleo
2) Salario = mínimo de subsistencia
3) Rendimientos decrecientes
4) Crecimiento poblacional (Maltus)
A medida que aumenta la población se requiere producir más alimentos. Por los rendimientos decrecientes esto implica un aumento en el costo de la mano de obra para los capitalistas y una caída en sus beneficios. Esto sucede hasta el punto en que no se deseará invertir más (salvo para reponer el desgaste del período anterior). De este modo se llega al estado estacionario. La conclusión Ricardiana con respecto a la evolución de la distribución es que bajará la tasa de beneficios, mientras aumentará la renta de la tierra y los salarios permanecerán constantes (en el mínimo de subsistencia). En lo que respecta al origen del comercio él lo explica por las ventajas comparativas. Según las cuales no interesa únicamente quién produce un bien más barato, sino quién lo produce más barato en relación con los restantes bienes. Según esta teoría aunque un país fuera más eficiente produciendo todo le convendría ceder la producción de ciertos bienes a otros países (que son comparativamente más productivos) y viceversa. En el plano de la política económica Ricardo fue un impulsor de la derogación de la "Ley de Granos", que prohibía importar trigo de Francia. Según su teoría si se importaba el trigo más barato bajaría el costo de la canasta de subsistencia y aumentaría la tasa de beneficios de los empresarios. (theory, 2001)
Malthus
Es el tema de la superpoblación.
La otra segunda cuestión, igualmente importante, que se planteó: Hay límites derivados, que incidan en el desarrollo y en el progreso de la humanidad y que fomentan el conflicto social y no sería su causa el poder establecido sino la escasez. [4]
Una acumulación de datos, principalmente estadísticos, es necesaria y aquí se citan algunos.
Por otra parte, los niveles de desarrollo o de pobreza de la población, en relación a la alimentación, se puede medir con el coeficiente o Ley de Engels, que se elaboró por la misma época, y que se calcula actualmente dividiendo los ingresos totales de la familia por los gastos de alimentación y que es óptimo cuando es menor de 20 % y que en países en desarrollo puede ser alrededor del 50 %.
Es un porcentaje sobre los salarios medios, que a su vez es modificado por la composición de la población activa, efecto Halbwachs, y completado por otras leyes como la de Fourastie: el 50% de una hora de trabajo es el precio de un kilo de pan.
Lorenz y Gini también aportan análisis de coeficientes gráficos. Obviamente, según el estado actual de la cuestión, con tecnologías muy superiores, tanto de producción, de almacenamiento, como de distribución, ha hecho que aún no sea cierta la advertencia de catástrofe maltusiana, aunque si lo es en muchas regiones del mundo inmersas en un círculo vicioso de bajas expectativas y esto lo es para los dos términos de la teoría de la catástrofe maltusiana.
En cuanto los coeficientes deben ser matizados por componentes culturales y la productividad de los sistemas económicos, locales o regionales; pero tiene valor como índice en un indicador de pobreza u otros tipos de penuria, donde así se utiliza también para hacer comparaciones como índice de desarrollo y otros aspectos de la dieta.
Es una buena medida de la descripción de aspectos estructurales en el sistema social de un grupo o población en un tiempo dado, pasado o presente.
Existen las prioridades sociales de los consumidores, que van variando los componentes de su cesta de la compra y por ende más aún el IPC de forma uniforme por trasvase de recursos y por ello es complejo establecer una canasta de forma generalizada.
A niveles salariales óptimos se consume menos porcentaje en alimentación 'pero más en dinero'. la mala interpretación de esto puede distorsionar la aplicación del coeficiente : presupuesto / alimentación.
Esta obviedad se ve en otros indicadores o índices como el IPC y las Encuestas de presupuestos familiares.
El espacio social o espacio inteligente y el tiempo social o tiempo evolutivo, es mejor explicado en términos aritméticos de medida o con estadísticas e indicadores.
Existe una fuerte correlación entre el consumo de alimentos feculentos, proteínas, calorías totales y cereales, y niveles de pobreza por ingresos económicos familiares, con medios de producción sin personas cualificadas para desarrollar una mayor productividad de los recursos y por tanto con salarios muy bajos, lo cual cierra el círculo de pobreza : sin industrialización y comercialización de los alimentos o muy primarias. (312, 2002)
La población trabajadora debería por tanto ser mínima en agricultura y máxima en servicios.
Pero en el medio urbano los que están mal están peor que sus similares en el medio rural, pues el suburbio es una disfunción.
Se observa una nueva distribución de los sectores en el desarrollo del urbanismo, que a la vez es causa y fin de estos cambios.
Las dietas son modificadas y mejoradas en este proceso por la mayor oferta y que significa una real protección de los consumidores.
El cambio de hábitos alimenticios modifica la elasticidad de la demanda, porque alimentos considerados de lujo ya son de uso corriente, pero todo esto sólo sucede al aumentar los niveles de vida por las rentas salariales más altas. (economy, 2005)
El efecto en el mercado es producción abundante, barata y normalizada en calidades y variedades.
Aparecen los supermercados que han homogeneizado temas de alimentación en la antigua dicotomía urbano-rural, que está siendo obsoleta, por las variaciones en el tiempo social y en el espacio social, con sus redes de distribución y una información (publicidad) más orientada a dar servicios, variedad y calidad.
El planteamiento.
La mejora del rendimiento de los presupuestos familiares incluye ahora más diversificación de los gastos y aumento del ahorro, que a su vez condiciona y optimiza el sistema económico / financiero de la comunidad u organización social.
Las personas individuales o en familias mal dotadas deben tener prioridad eventualmente en política asistencial a un nivel de efectividad medio.
El antiguo dicho 'no le des un pescado, dale algo para pescar' no parece que funcione.
Son factores estructurales los que condicionan el consumo en alimentación humana, por tanto las políticas no son tan sencillas como se presume.
Son las modificaciones paulatinas, y dinámicas, de oportunidades de trabajo en tecnologías o industrias o en el Medio ambiente o en los avances de la nutrición o en el procesamiento de los alimentos.
En algunos casos y de una forma dramática, 'la educación es la llave'.
Algunas importantísimas situaciones, que tienen una presencia maximizada, ya de origen histórico post colonial o como resultado o secuela de una catástrofe natural, requieren una aplicación más universal y gestionada por los organismos internacionales, públicos y privados, ya existentes y trabajando.
Hay además componentes culturales y psicológicos, como medio ambiente, estilo de vida, según tipo ocupacional y clase social, que son igualmente importantes que los económicos y que también condicionan otros niveles no alimentarios, como son la libertad y la promoción o el tiempo libre y la cultura, para lo cual hay que liberar recursos en el presupuesto familiar y ya se está especificando en el aumento de las clases medias bajas, que se están ubicando en espacios sociales cada vez más inteligentes como son los nuevos suburbios de los extensos anillos periféricos de las ciudades, que duplican a la misma ciudad. (microeconómico, 1992)
Desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible o desarrollo sustentable hace referencia a la utilización de forma racional (con lógica social en beneficio de las grandes mayorías) de los recursos naturales de un lugar, cuidando que no sean esquilmados (sobretodo con la lógica de la maximización de las ganancias a corto plazo) y las generaciones futuras puedan hacer uso de ellos igual que hemos hecho nosotros, es decir, sin que nuestras prácticas, fundamentalmente económicas, imposibiliten el futuro de la vida humana en la Tierra.
El término desarrollo sostenible o peor aún, desarrollo sustentable– es una desafortunada traducción del inglés.
Más correctamente debería llamarse desarrollo continuo o desarrollo perdurable, ya que el desarrollo no se sostiene en el tiempo ni se sustenta en el tiempo; más bien, continúa o puede continuar en el tiempo o perdura o puede perdurar en el tiempo.
La primera definición internacionalmente reconocida de desarrollo sostenible o desarrollo continuo se encuentra en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. [5]
De esta manera se oficializa un enfoque en el que se compatibilicen los aspectos ambientales, con los económicos y los sociales, desde una perspectiva solidaria tanto intergeneracional como intrageneracionalmente. (studies?, 2001)
Por tanto, el concepto de desarrollo sostenible o desarrollo continuo, si bien procede de la preocupación por el medio ambiente, no responde a temas fundamentalmente ambientalistas, sino que trata de superar la visión del medio ambiente como un aspecto aparte de la actividad humana que hay que preservar.
El medio ambiente está implicado con la actividad humana y la mejor manera de protegerlo es tenerlo en cuenta en todas las decisiones que se adopten.
El concepto de desarrollo sostenible tiene un vector ambiental, uno económico y uno social.
El aspecto social no se introduce como una concesión o por mera justicia humana, sino por la evidencia de que el deterioro ambiental está tan asociado con la opulencia y los estilos de vida de los países desarrollados y las élites de los países en desarrollo como con la pobreza y la lucha por la supervivencia de humanidad marginada.
Definición del concepto
«En pleno proceso de definición. Se encuentra en todos los discursos políticos, pero sus opciones de aplicación práctica pueden ser muy diversas y, eventualmente, perversas. Desde ideologías de tipo liberal se hace énfasis en la posibilidad de compatibilizar el crecimiento económico con la preservación ambiental vía aumento de la productividad (producir más, consumiendo menos recursos y generando menos residuos) y con la equidad social vía mejora general de las condiciones de vida (lo que no siempre es automático). Desde ideologías ecologistas más radicales se hace énfasis en las opciones de crecimiento cero y aplicación estricta del principio de precaución (en lugar de realizar las actividades productivas mientras no se demuestre que son dañinas, dejar de realizarlas en tanto en cuanto no se demuestre que no son dañinas).»[6]
Justificación del desarrollo sostenible o desarrollo continuo
La justificación del desarrollo sostenible o desarrollo continuo proviene tanto del hecho de tener unos recursos naturales limitados (nutrientes en el suelo, agua potable, etc.), susceptibles de agotarse, como por el hecho de que una creciente actividad económica sin más criterio que el económico produce, como ya se ha constatado, problemas medioambientales tanto a escala local como planetaria graves, que pueden en el futuro tornarse irreversibles. (Information, 2006)
Por ejemplo, si queremos aumentar la producción en agricultura, se puede hacer mediante puesta en regadío, uso de fertilizantes, agricultura intensiva, etc.
Pero cada una de esas posibles acciones tiene un coste:
Puesta en regadío: el agua es un recurso limitado; si por ejemplo estamos obteniendo el agua de acuíferos (pozos), tenemos que tener cuidado de tratar al agua subterránea también con el criterio de sustentabilidad. O sea tener el conocimiento suficiente de la misma que indique las reservas, cantidad y calidad susceptible de explotar en el espacio y en el tiempo, tasa de recarga, lugares hidrogeológicamente más convenientes de explotación, construcción de perforaciones eficientes, etc. y que se asegure una correcta Gestión y Protección del acuífero a nivel legal e institucional. Con los ríos hay que cuidar además dejar suficiente agua para no afectar la fauna y flora ribereña (el llamado caudal ecológico), amén de entrar en competencia directa con otros usos entre los que se encuentra el consumo humano.
Fertilizantes (estiércol, abonos químicos, etc.): aumentan la producción, pero el agua de lluvia arrastra disuelto parte de lo que estamos dando al suelo (lixiviados), pudiendo acumularse en acuíferos y resultar por tanto contaminados (p. ej. por altas concentraciones de nitrógeno). En idéntico caso nos encontramos con los plaguicidas con el agravante de haberse demostrado algunos de uso intensivo en épocas pasadas bioacumulables, con el consiguiente problema de salud pública.
Agricultura intensiva: aumenta la producción al introducir mayor número de plantas por metro cuadrado de una especie especialmente adaptada, posibilidad que ofrecen las máquinas empleadas, pero también consume mayor cantidad de nutrientes del suelo (y eso va a parar a la cosecha que recogemos; no vuelve al suelo), con lo que hay que proyectar rotaciones de cultivos (diferentes cultivos consumen en diferentes proporciones los nutrientes del suelo y pueden complementarse) y barbechos (dejar un tiempo una parcela de tierra sin cultivar) para limitar la proliferación de parásitos de nuestras plantas. También entran en juego otros factores, como preservar la variedad genética de las especies ya que no se sabe qué especies serán mejor para afrontar los problemas que surjan en el futuro. (iniciales, 2000)
El tema de la Alimentación humana no es catastrofista en sí mismo, tal como predecía Maltus.
Desarrollada la tecnología de la alimentación no depende la penuria de la Población de la escasez de recursos sino de la Organización de estos recursos.
En términos generales hay dos metodologías de investigación del desarrollo sostenible o sustentable o continuo o perdurable:
a) construcción de indicadores que midan el impacto del desarrollo en el medio ambiente (medición física)
b) actitudes y opiniones de las personas sobre el deterioro del medio ambiente (medición sociológica).
Marx
Pensamiento filosófico:
Se enmarca dentro del "materialismo histórico", que surge como variante al modelo filosófico hegeliano. Sostiene que existe una estructura que esta dada por las relaciones de producción y una superestructura que implica la organización jurídico-política de una sociedad. La estructura, en cierto sentido, determina a la superestructura. A su vez, dentro de la estructuras existen clases con intereses propios, que proporcionan la dinámica de este sistema. Estas categorías no se limitan al análisis del capitalismo (existían en el feudalismo, el esclavismo, etc.). (oligopolio, 2001)
Pensamiento económico:
Reforma la teoría objetiva del "valor trabajo" de Ricardo. Establece que el valor se determinará en las condiciones medias y no en las peores condiciones de producción. Lo que existe entre los peores y mejores productores es una transferencia de plusvalía de los primeros a los segundos. La plusvalía surge debido a que durante la jornada de trabajo los obreros dedican una parte del tiempo de trabajo a reproducir el valor de su fuerza de trabajo y el resto a generar un plus valor. Esto es la teoría de la explotación y se da al ser el trabajo la única mercancía que puede generar un valor superior al necesario para reproducirse. Esto se debe a que el trabajo es por un lado una mercancía y por otra es la fuente del valor.[7]
Evolución del capitalismo.
En primer lugar es importante señalar que el capitalismo no cae por sí mismo. En "el capital" Marx no predice el fin del capitalismo por las propias leyes que lo gobiernan. Para este autor el capitalismo crece en el largo plazo (eternamente) sacudido por crisis periódicas de sobreproducción, luego de las cuales se da una mayor concentración del capital (Ley de la concentración) y una peor distribución del ingreso (Ley de la pauperización). "Generándose islas de riqueza en un mar de pobreza".
Objetan ambas teorías las ortodoxas y las heterodoxas.
1. La sobreproducción no es un acontecimiento parcial, episódico y auto corregible por el mercado, sino que esta intrínsecamente determinado por la lógica propia del modo de producción capitalista, la de la competencia ciega por el beneficio. La producción no esta regulada, por lo que no se produce en función de lo que se necesita, sino que se produce por la competencia para obtener mayores ganancias.
2. La idea de que el problema del bajo consumo se resuelve aumentando el poder de compra de los sujetos atenta y torna negativo la lógica del beneficio, ya que por ejemplo un aumento de los salarios y un control de precios (inflación) provocaría una disminución del beneficio del capitalista, lo que atenta contra la base misma del sistema.
El objetivo que impulsa la producción capitalista es el del máximo beneficio, es decir, la lucha por la apropiación de la plusvalía producida por el trabajo humano, la única fuente generadora de valor, que se valoriza en el mercado a través de la venta de mercancías.
En el capitalismo lo importante no es la satisfacción de las necesidades sociales sino la obtención de ganancia: si no hay posibilidad de ganancia, de realizar la plusvalía, el capitalista no producirá. Lejos del cuadro idílico que los economistas burgueses pretenden pintar sobre el funcionamiento lógico y ordenado del capitalismo, el marxismo explica el carácter anárquico de la producción capitalista, dirigida por las fuerzas ciegas del mercado y el afán de lucro individual de los capitalistas. Esta es la razón por la cual la acumulación capitalista siempre choca contra límites objetivos. El marxismo sitúa las causas de las crisis capitalistas en el propio corazón del sistema, en la contradicción derivada del carácter social que la producción adquiere bajo el capitalismo y el carácter individual, privado, de la apropiación. (312, 2002)
A diferencia de otros modos de producción y formaciones socioeconómicas anteriores, los propietarios de capital, acuciados en todo momento por la competencia de otros capitalistas que concurren en el mercado, se ven obligados a revolucionar incesantemente las técnicas de producción, renovar los medios de producción e intensificar la explotación de la fuerza de trabajo asalariada (aumentando la plusvalía absoluta y relativa). Como resultado, entre los dueños de capital se desata una feroz competencia por conseguir una tasa de beneficios mayor, hecho que tendrá implicaciones dramáticas para el funcionamiento general del sistema. De forma permanente, el capital afluye hacia aquellas ramas de la producción que ofrecen más margen de ganancia, aunque ello implique un elevado desembolso de capital fijo, y un aumento paulatino en la composición orgánica de capital.
Los capitalistas invierten sus capitales movidos por la ganancia: si piensan que pueden obtener beneficios rápidos y mayores en determinadas ramas de la producción, no dudarán en invertir en ellos la mayor parte de capital que puedan, recurriendo al crédito bancario y al endeudamiento masivo. Si no lo hacen perderían posibilidades de ampliar su cuota de beneficios. Pero este proceso no puede ser ilimitado, aunque el afán de ganancia lo sea. Al final se produce una sobreinversión de capital, es decir las inversiones no se amortizan tan rápidamente porque el mercado se empieza a saturar de mercancías. El efecto inevitable de esta sobreinversión en bienes de capital es la sobreproducción, tanto de bienes de consumo como de medios de producción, y la sobrecapacidad productiva instalada.
En definitiva, existe demasiada abundancia de todo, una abundancia que el mercado, en un momento dado, no puede absorber. A partir de determinado punto, comienza la fase de crisis, con una espiral de caída en la tasa de beneficios, desinversiones, despidos masivos, cierre de fábricas. En resumen, la destrucción de fuerzas productivas se apodera del ciclo económico.
Neoclásicos
Sus principales expositores fueron Marshall, Walrass y Pareto. Muchos de sus integrantes poseían una formación matemática e incluso algunos eran ingenieros (Walrass). Por lo tanto introducen dentro del análisis económico la matemática como instrumento para representar los equilibrios. Principales aportes: Teoría subjetiva del valor. El valor de un bien no depende del numero de "horas hombre" necesarias para elaborarlo, sino de la utilidad1 que le genera a quien ha de consumirlo. Por ej. no vale lo mismo el agua en Uruguay que en Iraq, ni vale lo mismo un pedazo de pan para alguien que está en ayunas o para quien ya se comió tres flautas (Walrass define la utilidad como la "rareté"). Por este motivo los neoclásicos se preocupan por los precios y no por el valor en sí mismo de los bienes. La idea es que si hay una oferta y una demanda existirá un "rematador" que en un instante coloque el precio justo para que ambas partes queden satisfechas "en equilibrio". Es un retorno al mundo de los clásicos (Smith y Ricardo). (applications, 2003)
Por lo tanto, el dinero es neutral, o sea, no afecta al nivel real de la economía, sino únicamente, al nivel de precios. Es la llamada teoría cuantitativa del dinero.[8]
Marshall
El estudio de la economía no parece que requiera dotes especialmente relevantes. ¿No es acaso, en el aspecto intelectual, una materia extremadamente fácil, en comparación con los estudios más elevados de la filosofía o de la ciencia pura? Y, sin embargo, un buen economista, o simplemente competente, es una auténtica rareza. Materia fácil en la que pocos destacan. Tal vez, la paradoja encuentre su explicación en el hecho de que, en economía, el maestro debe poseer una rara combinación de dotes. Debe alcanzar un nivel elevado en distintas direcciones, combinando capacidades que, a menudo, no posee una misma persona. Debe ser, en algún modo, matemático, historiador, estadista, filósofo; manejar símbolos y hablar con palabras; contemplar lo particular bajo el prisma de lo general, abordar lo abstracto y lo concreto con el mismo vuelo de la idea. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con la vista puesta en el futuro. Su mirada ha de abarcar todas las partes de la naturaleza y de las instituciones humanas. Debe ser, simultáneamente, interesado y desinteresado; distanciado e incorruptible como el artista, y no obstante, a veces, tan pegado a la tierra como el político. Si no plenamente, sí en muy buena parte, Marshall poseía ese ideal poliédrico. Pero, por encima de todo, esta variedad de educación y de naturaleza le otorgaba el don más esencial de cuantos le son precisos al economista: era en sumo grado historiador y matemático, estudios, a la vez, de lo particular y de lo general, de lo temporal y lo eterno." (Keynes, Ensayos Biográficos, p.185)
Nuestra exposición, menos ambiciosa, se concentrará sólo en algunos aspectos fundamentales de la obra principal de Marshall: Principles of Economics, 1890. Esta obra, sorprendentemente rica y sutil, desafía una presentación general y cualquier intento de resumen. Cualquier síntesis, delante de tal densidad, y cualquier selección de algunos temas corren el riesgo de parecer reduccionista. La ambición de Marshall, así como sus preocupaciones por la relevancia práctica sin renunciar a una sólida orientación teórica, son circunstancias que ayudan a explicar el grado de complejidad de la obra, y por qué razón, para un observador desprevenido, los Principios pueden parecer faltos de coherencia y de lógica interna. Marshall era un matemático competente y emplea las técnicas algebraicas y geométricas para analizar situaciones concretas a partir de supuestos e hipótesis establecidos con precisión. Sin embargo, el autor no se daba por satisfecho con el estudio puramente mecánico de las tendencias y los equilibrios. Marshall era, por encima de todo ello, un hombre realista, plenamente consciente de la complejidad de la vida económica, dotado del rigor necesario, pero también convencido de que la realidad nunca se dejaría encerrar en los límites estrechos de un modelo. Además tuvo la suerte de ser comprendido por un público cultivado de hombres de negocios, empresarios y políticos, para quienes escribió su obra. Por eso, relegará los desarrollos más técnicos a las notas de pie de página y a los apéndices matemáticos dando a veces la impresión de que escribió dos libros: uno con el texto principal y otro con las ecuaciones, las notas al margen y todo lo demás.
Sin ánimo de abarcar toda la obra de Marshall, y aun menos la contenida en los principios, en estos apuntes nos limitaremos a ver con algún detalle la teoría de los precios.
Concepción General del valor y los Precios
Los elementos que gobiernan el valor se deben buscar, de una parte, en la utilidad aportada por los bienes consumidos, y, de otra, en los esfuerzos y sacrificios implicados en la producción. Estas satisfacciones y costes subjetivos son susceptibles de una evaluación por parte del mercado: el dinero da una medida de las mismas. De este modo, en el mercado, la utilidad gobierna la demanda y los costes gobiernan la oferta. Estas dos hojas de la tijera, como dice Marshall, determinan los precios. Nosotros las analizaremos en su orden.
2.1 La Teoría de la Demanda
La concepción marshaliana de la demanda difiere fundamentalmente de la concepción clásica. Para los clásicos, la demanda se refiere a cantidades necesarias para satisfacer necesidades particulares. Hay así "una demanda de subsistencia" para alimentar la población, una "demanda de trabajo productivo" correspondiente a la acumulación deseada de capital, una "demanda efectiva que permite la remuneración de los factores a sus tasas naturales y hace entonces venir los bienes sobre el mercado, una "demanda de bienes de lujo y de trabajo improductivo" eventualmente para garantizar desembolsos suficientes, etc,[9] En efecto, como hemos visto, la reflexión de los clásicos se dirige esencialmente hacia las fuerzas que gobiernan el precio natural, los cuales dependen esencialmente de la oferta.
Evidentemente la naturaleza de la demanda va a cambiar. Ya no se trata de una simple cantidad requerida para la satisfacción de una necesidad particular, sino de una relación que expresa, antes de toda transacción de mercado, la evolución de las cantidades demandadas de acuerdo con los distintos precios posibles. Es entonces un concepto ex-ante y es también una función que puede expresarse en una curva.
Sin duda esta noción se impone ahora con la fuerza de lo evidente; pero no podemos olvidar que al final del período clásico fue una formulación innovadora. Por supuesto las curvas de demanda fueron trazadas antes de Marshall por Cournot pero es el primer autor el que logró el mérito de desarrollar una teoría en este campo. (JUEGOS?, 1997)
La teoría de la demanda de Marshall es esquemática e incompleta y se concentra en la demanda de un bien, o un grupo de bienes, frente a un entorno vagamente definido. La función de utilidad del individuo se define como:
Donde x es el nivel de consumo del bien X, e y es el gasto en todos los demás bienes medido en dinero de poder adquisitivo constante. El cómo se define tal índice y si el precio de x está o no incluido en su cálculo es algo que no se aclara. Asumiendo la utilidad marginal decreciente del consumo del bien X y del bien Y, podemos deducir el gasto máximo e que el individuo está dispuesto a hacer para asegurarse el consumo de x unidades del bien X, cuando dispone de un ingreso total de m para gastar en todos los bienes. Esta función se define implícitamente como puede obtenerse la función inversa de demanda del bien x como comprobarse con facilidad que la demanda aumenta con el ingreso y disminuye con el precio del bien X. La demanda de mercado se obtiene simplemente agregando las demandas individuales.
Si los individuos pueden comprar x unidades del bien X al coste monetario total de c(x), entonces, el excedente del consumidor que éste obtiene con la compra es igual a la evidentemente, este excedente se mide en dinero. La ganancia en términos de utilidad está dada por si cada unidad puede adquirirse a un precio fijo, p, y si el consumidor maximiza su bienestar dado p. Esta fórmula es exactamente la misma que obtendríamos al calcular la renta del suelo, en cuyo caso e (x, m) es el producto obtenido de la utilización de una cantidad x de factor variable, al que se le paga por su productividad marginal y m es el equivalente de la cantidad de tierra. Precisamente por esa analogía, Marshall utilizó hasta 1898 el término renta en lugar del, ahora más familiar, de excedente del consumidor.
Para Marshall, este caso general resulta de poca utilidad práctica ya que depende demasiado de elementos imposibles de observar en el comportamiento ordinario de los individuos. Por eso, formula a continuación un caso especial que puede ser útil como una aproximación, introduciendo el siguiente supuesto simplificador: admitamos que el bien X es poco importante en el consumo y que, por lo tanto, e (x, m) y c(x) son cantidades despreciables con respecto al gasto total m. En este caso, es válida la siguiente aproximación a la función de demanda puede expresarse y el excedente del consumidor.
Así, la función de demanda es proporcional a la utilidad marginal y el excedente del consumidor al beneficio en términos de utilidad (a b); el factor de proporcionalidad en ambos casos es el recíproco de la utilidad marginal del ingreso (1/w'(m)). Este resultado supone entonces que la utilidad marginal del ingreso es constante y es fundamental para la teoría de la demanda de Marshall y para sus aplicaciones a la economía del bienestar. (Information, 2006)
Si la utilidad marginal del dinero es constante, el análisis de la demanda se simplifica notablemente. Por ejemplo, cuando un precio baja, el ingreso real aumenta. La restricción presupuestaria se desplaza y los gastos pueden aumentar. Entonces, la utilidad del último franco gastado disminuye. En la teoría microeconómica esto es denominado efecto renta y analiza la influencia de una variación del ingreso sobre el consumo de un bien y sabemos que en el caso de bienes inferiores este es negativo. En la derivación de su curva de demanda Marshall descarta este efecto renta. Los bienes que él estudia son "de poca importancia" de manera que las consecuencias sobre el ingreso real de una variación del precio son descartables. La utilidad marginal del dinero se puede considerar en estos casos constantes. Así es posible derivar la curva de demanda de un bien en función de su precio. La idea subyacente es que pariendo de una situación de equilibrio U´i/pi = U´m la disminución del precio significa que ahora U´i/pi > U´m como U´m es constante hace falta una disminución de U´i para restablecer el equilibrio. Esta baja se obtiene aumentando el consumo del bien individuo.
Pero aparte de que este razonamiento supone una utilidad marginal del dinero constante. Todo el análisis se conduce con la hipótesis de independencia de los bienes, de lo que resulta, una función de utilidad aditiva. Así que la demanda del consumo de cada bien puede tratarse con independencia de la demanda de los demás bienes. Marshall subraya que ciertos bienes son complementarios (sólo pueden utilizarse en conjunto de acuerdo con una relación técnica fija), y otros son sustitutivos (procuran indiferentemente la misma satisfacción). Tener en cuenta todas estas interdependencias lleva necesariamente a otra función de utilidad y hace más compleja la determinación del óptimo del consumidor.
La teoría de la demanda planteada arriba parece demasiado restrictiva; aunque parece indispensable generalizarla a un número mayor de bienes Marshall no optó por ese camino, al menos en su obra publicada. Evidentemente, aunque cada bien puede tener una participación muy pequeña y despreciable en el gasto total, el consumo de todos esos bienes si puede afectar la demanda de los demás y la utilidad marginal del consumo.
2.2. La Teoría de la Oferta:
La oferta de bienes nace de la combinación de servicios productivos por parte de las empresas. Podemos establecer una simetría entre la lógica marshaliana de la determinación de la demanda y la de la oferta de servicios productivos. Así como los consumidores se benefician de la utilidad de los bienes que adquieren los oferentes de servicios productivos soportan desutilidades ligadas a la oferta que proponen, Así como las utilidades crecen a ritmo decreciente las desutilidades crecen a ritmo creciente. En suma, la producción implica costos y sacrificios que en la mayor parte de los casos crecen por unidad producida medida que la producción aumenta.
A esta idea general de la oferta de servicios productivos debe añadírsele otra. Marshall supone que en principio existe todo un abanico de usos posibles para los factores productivos, El trabajador puede elegir su empleador, el capital el sector de su empleo. De ello resulta que los demandantes de servicios productivos compiten por su obtención. Estos servicios irán a quien más les pague y lo haga más rápido y con mayor seguridad. Frente a la utilización alternativa, un principio de sustitución los conducirá naturalmente hacia la rentabilidad más alta y más cierta.
La teoría Marshalliana de la empresa tiene dos aspectos principales. El primero se refiere al modo en que el empresario combina los factores de producción. El segundo a los ajustes que pueden efectuarse cuando se modifican las condiciones de mercado. El primero puede tratarse inmediatamente: los empresarios son racionales y tratan de maximizar sus beneficios bajos restricciones. En tanto prevalecen las condiciones de la competencia, crecen de poder sobre los precios de sus productos y sobre las remuneraciones de los factores. De modo que, para un nivel dado de producción, la racionalidad conducirá a elegir el método menos costoso de producción. El segundo punto, el de las posibles respuestas de una empresa a la modificación de su entorno, es más complejo. Es aquí donde Marshall introduce el tiempo distinguiendo tres, o cuatro, períodos.
En efecto, si el crecimiento de la demanda se mantiene, puede ser ventajoso para las empresas el bajar el conjunto de sus costes y aumentar la capacidad. A estos tres períodos, tradicionales en el análisis Marshallianos, podríamos añadir, apoyándonos en el propio Marshall, un período más largo de tiempo en el que las técnicas de producción se modifican. [10]
A menudo se ha subrayado, y es importante, que estas distinciones temporales no son de "calendario" si no "funcionales". Aun en el caso general y para un sector determinado, el horizonte de corto plazo es más próximo que el de largo plazo, las "duraciones" son fundamentalmente diferentes de una rama a la otra, de una empresa a la otra. Este el marco temporal en el que se desarrolla la teoría de la oferta de Marshall. A continuación nos concentramos en el análisis de la oferta de largo plazo. (studies?, 2001)
2.2.1 La teoría de la oferta de largo plazo:
Para Marshall, la producción está organizada por las empresas, casi siempre negocios familiares, en una permanente pugna por minimizar sus costes de producción modificando sus métodos de producción de acuerdo con el llamada "principio de sustitución". Este principio en Marshall es muy similar a las leyes de selección natural y de supervivencia de los mejores. Las empresas de Marshall no cuentan con libre acceso a las tecnologías de producción disponibles para todos y más bien deben experimentar y probar permanentemente distintas alternativas. La curva de oferta de largo plazo se define, para Marshall, para un estado general dado de los conocimientos científicos y tecnológicos, pero cada empresa debe explorar el modo de utilizar tales conocimientos.
En general, aunque la distinción no es del todo clara en Marshall, pueden identificarse dos casos extremos de la teoría de la oferta a largo plazo. Por comodidad podríamos referirnos a ellos como el caso de la agricultura y el caso de la industria. El primero es mucho más fácil de analizar ya que se trata de un sector en el que los procesos productivos son relativamente simples, no hay o son mínimas las economías internas de escala, los bienes son homogéneos y fáciles de comercializar, etc,. El tamaño óptimo de la empresa es pequeño, de modo que existe una elevada competencia y la gestión da poco margen a la innovación de modo que no hacen falta habilidades especiales. A medida que crece el mercado, aumenta el número de empresas idénticas o muy similares a las anteriores.
El precio de oferta de largo plazo de cada bien al que el sector puede abastecer el mercado es justamente el necesario para cubrir los costes de producción en la situación de mínimo coste, de modo que se consiga la adquisición de los insumos productivos necesarios, para inducir la preparación adecuada de los trabajadores que en el futuro remplazarán a los actuales, para sustituir la maquinaria y los demás bienes de capital. El precio de la tierra debe también ser suficiente para prevenir que esta se destine a usos alternativos, etc. En el largo plazo, a medida que crece la producción el precio tenderá probablemente a crecer por la necesidad de atraer al sector factores más escasos, como la tierra. Tal tendencia podría ser mitigada por la sustitución de factores y por la existencia de posibles economías externas debido al aumento de la eficiencia que se consigue, no dentro de cada empresa, sino por la expansión del sector. Sin economías o deseconomías externas la renta total generada por el sector será el área triangular sobre la curva de oferta y bajo la curva de precio. Un resultado que evidentemente no se aplica en presencia de economías externas.
Como en el caso de la demanda, la oferta de largo plazo depende del entorno general en el que se desenvuelve el sector; pero, al igual que en la teoría de la demanda, este entorno no es considerado en detalle por Marshall. Simplemente, se asume que los precios están expresados en dinero con poder adquisitivo constante, lo que no impide considerar la existencia de interrelaciones entre los distintos sectores que Marshall no desarrolla con una teoría más completa. (312, 2002)
El caso de la industria, es muy diferente. Los productos son ahora diferenciados, su comercialización es difícil y las empresas deben construir una reputación en el mercado que les permita mantener la conexión con el cliente. También hay, por lo anterior, importantes economías internas de escala en la producción y la gestión de las empresas requiere habilidades especiales y escasas. En su origen las empresas aparecen como negocios familiares, organizados por un fundador excepcional y, en su desarrollo posterior pasa por un ciclo vital de crecimiento, consolidación, auge y decaimiento, a medida que el negocio familiar pasa a manos de las distintas generaciones de propietarios de la misma familia. Aun en el caso de las sociedades anónimas, es muy probable que las empresas maduras caigan en el anquilosamiento y la burocratización. Por todo lo anterior, un sector está formado por una multiplicidad de firmas, de distinto tamaño, con bienes diferenciados y en distintas fases de su ciclo vital.
La curva de oferta de largo plazo no es una simple relación entre un precio único y las cantidades ofrecidas. El precio a considerar es ahora un índice de todos los precios de las distintas empresas del sector. Por supuesto, este precio debe reunir las características del precio agrícola, garantizando la renovación de todos los factores productivos. Pero, además de lo anterior, también debe permitir la renovación constante de unas empresas por otras y, en equilibrio, mantener la distribución por edades de las empresas. Ahora, en el caso industrial, ninguna de las empresas se encuentra en una situación de equilibrio estático.
Las nuevas empresas se establecerán siempre que los beneficios esperados durante todo el ciclo vital justifiquen el coste de oportunidad de la nueva inversión, considerando que en las primeras etapas, mientras la empresa establece su lugar en el mercado, los saldos de explotación serán negativos. Por todo esto, Marshall propone el concepto innovador de la empresa representativa: una parábola que evita el tener que considerar toda la distribución de empresas diferentes que conforman un sector. Por definición, la curva de oferta de largo plazo representará el coste medio de la empresa representativa. Marshall, estaba convencido de que un observador atento podría identificar con facilidad la empresa del mercado asimilable a la firma representativa.
El coste medio y el tamaño de la empresa representativa cambian a medida que crece la producción del sector por dos razones principales. En cuanto mayor sea el sector, es más probable que existan mayores economías externas, disminuyendo el coste de cada empresa particular. En segundo lugar, y más importante, en cuanto mayor sea la demanda, mejores serán las perspectivas para una nueva empresa que desee construir un mercado para su producto y mayor será entonces el tamaño que alcancen las empresas antes de empezar su fase de decaimiento. Por ambas razones, lo más probable es que la curva de oferta a largo plazo sea decreciente, a pesar del coste que supone atraer nuevos recursos y talentos escasos para el sector. Las curvas de demanda derivadas de todos los factores pueden servir para explicar las rentas que estos generan, pero su relación con el excedente total del productor es confusa ya que éste, ya no puede ser representado por un área triangular a partir de la curva de oferta de largo plazo.
Lejos de los esquemas simples de competencia atomística y perfecta, esta forma de concebir la oferta de largo plazo es muy próxima a ideas posteriores de competencia monopolística, desarrolladas algunas décadas después por autores de la escuela de Cambridge e incorporadas sólo recientemente en las teorías endógenas del crecimiento económico. Los bienes son diferenciados y las empresas no son precio aceptantes, ya que cada una de ellas se enfrenta a una curva de demanda decreciente en su mercado particular. Aunque las empresas crezcan rápidamente y puedan aprovechar las crecientes economías de escala, no podrán vender su producto sin construir lentamente una clientela y una reputación en el mercado que permita, a su vez, construir una curva propia de demanda. Todo esto toma un tiempo considerable comparado con la vida de la empresa aunque, en casos excepcionales, el proceso se consolida rápidamente dando lugar a un monopolio o a un número limitado de empresas que interaccionan estratégicamente en un mercado. (countries?, 1999)
3. Equilibrio de Mercado y Períodos de Análisis:
El intento de Marshall de reconciliar los resultados de la competencia perfecta con los rendimientos crecientes es complejo y problemático. Su concepto de economías de escala externas a la empresa es sin duda innovador pero su análisis está lejos de ser completo. Marshall estaba convencido que numerosas empresas podrían beneficiarse de las economías internas de escala. En ese contexto, la empresa está motivada a crecer con una oferta cada vez mayor a precios más bajos y aumentando al mismo tiempo su participación en el mercado. Por ello, al menos en principio, es esperable que el mercado termine dominado por un número limitado de empresas de gran tamaño. Además, la existencia de economías externas, relativas al sector, acentuará este proceso de concentración: las grandes empresas estarán en mejores condiciones para beneficiarse de ellos que las pequeñas.
Aceptado lo anterior, resulta que Marshall nos ofrece un conjunto de conceptos que terminan por poner en duda, sino por cuestionar claramente, la existencia de la competencia perfecta. A partir de la teoría de la oferta de largo plazo es legítimo preguntarse si debemos aceptar la imposibilidad de la competencia y resignarnos a la aparición necesaria de los monopolios. Además, si hay rendimientos crecientes, qué debemos entender por equilibrio, etc., Marshall rechaza las posibilidades anteriores y encuentra sus razones para ello en su concepto del ciclo vital de las empresas. Precisamente por ello, es crucial el concepto de empresa representativa: concebida como: "aquella que tiene la existencia normal y el éxito medio, dirigida con habilidad normal y con acceso normal a las economías internas y externas" (p.265) La hipótesis del ciclo vital y su corolario, la empresa representativa, permiten, para Marshall, reconciliar la existencia simultánea de economías internas y externas y del equilibrio competitivo en el largo plazo. [11]
A modo de resumen de la representación de Marshall, puede decirse que la demanda (relacionada con la utilidad) y la oferta (que depende de los costes de producción) determinan los precios, cualquiera que sea el período de análisis: en el mercado corriente, el corto y el largo plazo. Podría añadirse que la existencia de economías de escala no impide en el largo plazo la existencia de un equilibrio competitivo. Utilizando la metáfora célebre de Marshall, puede decirse que "las dos hijas de la tijera" participan en la determinación de los precios y "resulta conveniente discutir si es la hoja inferior o la superior la que corta el trozo de papel, para saber si el valor está determinado por la utilidad o por el coste de producción". Así, "en cuanto más corto sea el período de tiempo que consideremos, mayor atención debemos prestar a la influencia de la demanda sobre el valor y en cuanto más largo sea dicho período, mayor será la influencia del coste de producción sobre el precio.
Keynes
Uno de los primeros críticos a la Ley de Say fue el llamado socialista romántico Jean Charles Leonard de Sismondi . Su análisis se basa en las deficiencias del sistema de competencia. Afirma que este no genera el bienestar general sino más bien una concentración de riquezas que polariza a la población. Esta consecuencia provoca además sobreproducción y crisis debido al desequilibrio entre la cantidad de asalariados y los capitalistas. No existe una demanda adecuada que pueda absorber la oferta. Además teoriza la imposibilidad de los productores de medir las necesidades del mercado. Previó la proletarización de la población y la miseria de la clase obrera del siglo XIX. Sin embargo sus soluciones no eran muy aplicables ya que preconizaba un regreso a la producción a pequeña escala. Afirma que el problema es un problema estructural de la demanda, es decir que la sobreproducción es producto del bajo consumo. El capitalita alienta la producción pero no es capaz de generar un poder de compra capaz de satisfacer esa producción. Afirma que este problema puede resolverse mejorando el nivel de ingreso de los trabajadores, lo cual dará paso en el futuro a las teorías keynesianas y socialdemócratas. (economía?, 1993)
John Keynes, contradice la ley de Say, sosteniendo que al generarse un exceso de oferta no disminuye el precio, sino que el mercado se mantiene un largo tiempo en situación de desequilibrio o desempleo (Según Say nunca habría desempleo porque siempre que se oferte trabajo, éste se demandará).
El gasto de consumo depende de los ingresos, y a su vez de la denominada por Keynes "ley psicológica fundamental". Según esta ley, un incremento en el ingreso total se traduce en un incremento del Consumo pero de tal forma que la variación del ingreso sea mayor que la variación del consumo debido a las características psicológicas de la sociedad. Explica que las personas tienen una propensión natural al consumo, y que prefieren ahorrar debido a que la economía es prospera pero al mismo tiempo genera desconfianza, lo cual provoca una baja del consumo.
En resumen, es la de Keynes una teoría de crisis por bajo consumo o baja demanda, el problema no es producir mucho sino consumir poco y que estas crisis no se autorregulan por si solas a través del mercado sino que necesitan de la intervención del Estado. Keynes, argumenta que la solución a este estado de desequilibrio debe provenir desde el Estado, el cuál deberá poner en práctica la política económica traducida tanto en políticas fiscales, aumentando el gasto público, interfiriendo en la cuestión impositiva y demás, como en políticas monetarias e incentivando el consumo y generando confianza para ello.
Monetaristas
No existe desempleo estructural, lo que sí existe es desempleo friccional (los que están cambiando de empleo) que depende de las características reales de la economía. La demanda de dinero es estable, por lo que cambios en la oferta de dinero no se trasladan a la demanda, sino a precios. Esto se debe a que a la gente le interesa tener una cantidad real de dinero bastante definida, que depende de su ingreso permanente (aquel que surge de un promedio de los distintos ingresos que tendrá a lo largo de su vida), ya
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