El dilema del 2012: Recortes o crecimiento (¿y por qué no, las dos cosas?) Parte II (página 4)
Enviado por Ricardo Lomoro
Como en Detroit o Camden los únicos que están de enhorabuena son los criminales. En Oakland, octava ciudad del estado, el jefe de la policía local ya ha advertido que una serie de delitos menores no serán perseguidos por falta de recursos. Y no parece que, en breve, vayan a obtenerlos. El desempleo ha pasado del 4,8% durante el verano de 2006 al 12% de marzo de este año, y lleva más de dos años por encima del 10%. En la vecina Nevada, un estado que creció extraordinariamente durante las vacas gordas, el paro supera ya el 13% y la caída en el precio de la vivienda fue del 54% entre 2007 y 2010.
Si, como reza el dicho popular, "as goes California, so goes the nation" (como marcha California, así marcha la nación), el panorama se tiñe de negro para el resto del país. Los Gobiernos estatales y el federal no contribuyen, por lo demás, a aligerar la carga. Gastan hasta que no pueden permitirse deber un solo dólar más y legislan frenéticamente, lo que obstaculiza la creación de riqueza. La recuperación está muy lejos, y los norteamericanos están empezando a darse cuenta.
Del sueño americano a una auténtica pesadilla (¿el fin de la clase media?)
"La destrucción de empleo, el repunte del precio de los productos básicos, el encarecimiento de la gasolina y, por su fuera poco, los ajustes impulsados por el gobierno para reconducir sus cuentas públicas que, en última instancia, inciden sobre todos los ciudadanos. Toda una suma de factores que reducen cada vez más la riqueza de los hogares y, como muchos coinciden, hacen plantearse si la clase media está en peligro de extinción"… El sueño americano se está convirtiendo en pesadilla para la clase media de EEUU (El Economista – 4/5/11)
"La clase media de Estados Unidos está siendo destrozada y sistemáticamente aniquilada", asegura en un artículo el Business Insider. Tan sólo hace falta echar un vistazo a unas cuantas estadísticas para darse cuenta de que el sueño americano se está transformando en una auténtica pesadilla.
No hace tanto tiempo, la mayoría de estadounidenses vivía en casas grandes, las familias tenían uno o dos coches, no tenían problemas para comprar la ropa y los alimentos que quisieran y, la mayoría, aspiraba a enviar a sus hijos a la universidad. Nada hacía prever que el camino que llevaba años siguiéndose iba a cambiar.
La mayoría creció creyendo que si trabajaba duro no tendría ningún problema y que si hacía todo lo que el sistema establecía como bueno, habría un lugar para ellos en la clase media. Hasta que estalló la crisis y el sistema se desmoronó. Ya no hay suficientes buenos empleos para todos. De hecho, ni siquiera hay trabajos poco cualificados para la mayoría.
Desde que estalló la recesión se han perdido 7,25 millones de empleos. A menos que se hagan cambios fundamentales en materia económica, financiera y política, los factores que están destruyendo a la clase media no remitirán.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, el tiempo medio que un ciudadano está en paro es de 39 semanas. Pero los trabajos cualificados son cada vez más escasos y, de hecho, el país cuenta con un 10% menos de "puestos de trabajo de clase media" que hace una década.
Según datos recogidos por The Wall Street Journal hay 5,5 millones de estadounidenses que están desempleados y, sin embargo, no reciben ninguna prestación por desempleo. Además, el número de empleos de baja remuneración ha aumentado de forma constante durante los últimos 30 años y ahora representan el 41% de todos los puestos de trabajo que hay en Estados Unidos.
Si el panorama no es lo suficientemente desolador, hay más datos que certifican las dificultades a las que deben hacer frente los hogares. En los últimos 12 meses el precio medio de la gasolina en Estados Unidos se ha incrementado en un 30%. En este sentido, un conductor gastará alrededor de 750 dólares más por la gasolina en 2011 que en 2010. Por desgracia, parece probable que el precio del petróleo seguirá subiendo aún más.
Lo más preocupante es cómo incide la crisis en los segmentos más vulnerables de la población, los niños y los ancianos. Según Alternet, en Estados Unidos, más del 20% de los niños vive en la pobreza. En el Reino Unido y en Francia la cifra es muy inferior, de un 10%. Y, según el censo de Estados Unidos, el número de niños que viven en la pobreza ha aumentado en alrededor de dos millones en los últimos 2 años.
Teniendo en cuenta todo este escenario, no extraña que el 59% de los estadounidenses estén recibiendo dinero del Gobierno en forma de subsidios de una forma u otra.
Anexo IV: Clase media americana: del sueño a la pesadilla (documento original)
– 36 Facts Which Prove The American Dream Is Turning Into A Nightmare For The Middle Class (Business Insider – 4/5/11)
(Michael Snyder, The American Dream)
The U.S. middle class is being shredded, ripped apart and systematically wiped out. If you doubt this, just check out the statistics.
The American Dream is being transformed into an absolute nightmare.
Once upon a time, the rest of the world knew that most Americans were able to live a middle class lifestyle. Most American families had nice homes, most American families had a car or two, most American families had nice clothes, most American families had an overabundance of food and most American families could even look forward to sending their children to college if that is what the kids wanted to do. There was an implicit promise that this was the way that it was always going to be.
Most of us grew up believing that if we worked really hard in school and that if we stayed out of trouble and that if we did everything that "the system" told us to do that there would be a place for us in the middle class too. Well, it turns out that "the system" is breaking down. There aren't enough good jobs for all of us anymore. In fact, there aren't very many crappy jobs either. Millions are out of work, millions have lost their homes and nearly all of the long-term economic trends just keep getting worse and worse. So is there any hope for the U.S. middle class?
No, there is not.
Unless fundamental changes are made economically, financially and politically, the long-term trends that are destroying the U.S. middle class will continue to do so.
The number of good jobs has been declining for a long time. The good jobs that have been lost are being replaced by a smaller number of low paying "service jobs".
Meanwhile, the cost of everything is going up. It is getting really hard for American families to be able to afford to put food on the table and to put gas in the tank. Health care costs are absolutely outrageous and college tuition is now out of reach for millions of American families.
Every single month more American families fall out of the middle class. Today there are 18 million more Americans on food stamps than there were just four years ago. More than one out of every five U.S. children is living in poverty. Things are getting really, really bad out there.
(Read more: http://www.businessinsider.com/american-dream-middle-class-2011-5#ixzz1LSS0Qizg)
36 Statistics Which Prove That The American Dream Is Turning Into An Absolute Nightmare For The Middle Class
The U.S. middle class is being shredded, ripped apart and systematically wiped out. If you doubt this, just check out the statistics below. The American Dream is being transformed into an absolute nightmare. Once upon a time, the rest of the world knew that most Americans were able to live a middle class lifestyle. Most American families had nice homes, most American families had a car or two, most American families had nice clothes, most American families had an overabundance of food and most American families could even look forward to sending their children to college if that is what the kids wanted to do. There was an implicit promise that this was the way that it was always going to be. Most of us grew up believing that if we worked really hard in school and that if we stayed out of trouble and that if we did everything that "the system" told us to do that there would be a place for us in the middle class too. Well, it turns out that "the system" is breaking down. There aren't enough good jobs for all of us anymore. In fact, there aren't very many crappy jobs either. Millions are out of work, millions have lost their homes and nearly all of the long-term economic trends just keep getting worse and worse. So is there any hope for the U.S. middle class?
No, there is not.
Unless fundamental changes are made economically, financially and politically, the long-term trends that are destroying the U.S. middle class will continue to do so.
The number of good jobs has been declining for a long time. The good jobs that have been lost are being replaced by a smaller number of low paying "service jobs".
Meanwhile, the cost of everything is going up. It is getting really hard for American families to be able to afford to put food on the table and to put gas in the tank. Health care costs are absolutely outrageous and college tuition is now out of reach for millions of American families.
Every single month more American families fall out of the middle class. Today there are 18 million more Americans on food stamps than there were just four years ago. More than one out of every five U.S. children is living in poverty. Things are getting really, really bad out there.
The following are 36 statistics which prove that the American Dream is turning into an absolute nightmare for the middle class….
#1 The competition for decent jobs in America has gotten absolutely insane. There have been reports of people actually getting down on their knees and begging for jobs. Many Americans are starting to wonder if they will ever get a decent job again. According to the U.S. Bureau of Labor Statistics, the average duration of unemployment in the United States is now an all-time record 39 weeks….
#2 According to the Wall Street Journal, there are 5.5 million Americans that are unemployed and yet are not receiving unemployment benefits.
#3 The number of "low income jobs" in the U.S. has risen steadily over the past 30 years and they now account for 41 percent of all jobs in the United States.
#4 Only 66.8% of American men had a job last year. That was the lowest level that has ever been recorded in all of U.S. history.
#5 Once upon a time, anyone could get hired at McDonald's. But today McDonald's turns away a higher percentage of applicants than Harvard does. Approximately 7 percent of all those that apply to get into Harvard are accepted. At a recent "National Hiring Day" held by McDonald's only about 6.2 percent of the one million Americans that applied for a job were hired.
#6 There are now about 7.25 million fewer jobs in America than when the recession began back in 2007.
#7 The United States has lost an average of about 50,000 manufacturing jobs per month since China joined the World Trade Organization in 2001.
#8 A New York post analysis has found that the rate of inflation in New York City has been about 14 percent over the past year.
#9 The average price of a gallon of gasoline in the United States is now up to $ 3.91 a gallon.
#10 Over the past 12 months the average price of gasoline in the United States has gone up by about 30%.
#11 Spending on energy now accounts for more than 6 percent of all consumer spending. Every time this has happened since 1970 we have also had a recession that followed.
#12 The average American driver will spend somewhere around $ 750 more for gasoline in 2011. Unfortunately, it seems likely that the price of oil is going to go up even higher. Already the price of oil is closing in on the all-time record….
#13 In the United States, over 20 percent of all children are living in poverty. In the UK and in France that figure is well under 10 percent.
#14 According to the U.S. Census, the number of children living in poverty has gone up by about 2 million in just the past 2 years.
#15 The wealthiest 1% of all Americans now own more than a third of all the wealth in the United States.
#16 The poorest 50% collectively own just 2.5% of all the wealth in the United States.
#17 The wealthiest 1% of all Americans own over 50% of all the stocks and bonds.
#18 According to a new report from the AFL-CIO, the average CEO made 343 times more money than the average American did last year.
#19 In 1980, government transfer payments accounted for just 11.7% of all income. Today, government transfer payments account for 18.4% of all income.
#20 U.S. households are now receiving more income from the U.S. government than they are paying to the government in taxes.
#21 59 percent of all Americans now receive money from the federal government in one form or another.
#22 The average cost of tuition, room and board at America's public universities is now $16,000 a year. For America's private universities, that figure is, $ 37,000 a year.
#23 The cost of college tuition in the United States has gone up by over 900 percent since 1978.
#24 Approximately two-thirds of all college students graduate with student loan debt.
#25 17 million college graduates are doing jobs that do not even require a college degree.
#26 According to the Bureau of Economic Analysis, health care costs accounted for just 9.5% of all personal consumption back in 1980. Today they account for approximately 16.3%.
#27 One study found that approximately 41 percent of working age Americans either have medical bill problems or are currently paying off medical debt.
#28 Back in 1965, only one out of every 50 Americans was on Medicaid. Today, one out of every 6 Americans is on Medicaid.
#29 Total credit card debt in the United States is now more than 8 times larger than it was just 30 years ago.
#30 During the first three months of this year, less new homes were sold in the U.S. than in any three month period ever recorded.
#31 Now home sales in the United States are now down 80% from the peak in July 2005.
#32 U.S. home prices have now declined 32% from the peak of the housing bubble.
#33 For most middle class families, the family home is the number one financial asset. Unfortunately, U.S. home values have declined an astounding 6.3 trillion dollars since the housing crisis first began.
#34 According to a recent census report, 13% of all homes in the United States are currently sitting empty.
#35 The housing crisis just seems to keep on getting worse. 31 percent of the homeowners that responded to a recent Rasmussen Reports survey indicated that they are "underwater" on their mortgages.
#36 Unfortunately, it looks like millions more middle class Americans could soon be in danger of losing their homes. According to the Mortgage Bankers Association, at least 8 million Americans are at least one month behind on their mortgage payments at this point.
El 46,5% de los norteamericanos vive al límite de sus posibilidades financieras
"Sólo el 24,9% de los norteamericanos podrían conseguir 2.000 dólares en 30 días, según un estudio publicado por el National Bureau of Economic Research. Annamaria Lusardi de la George Washington School of Business, Daniel J. Schneider de Princeton University y Peter Tufano de la Harvard Business School preguntaron: "¿Cuánto confía usted en que podría conseguir 2.000 dólares si surgiese una necesidad inesperada durante el mes que viene?" Un 24,9% afirmó estar seguro de que podría, un 25,1% dijo que probablemente podría, un 22,2% dijo que probablemente no y un 27,9% que seguro que no"… Casi la mitad de los estadounidenses vive al día (Libertad Digital – 26/5/11)
Los investigadores puntualizan que preguntaron específicamente "si podrían conseguir" los fondos en vez de peguntar si disponían de esa cantidad en forma de ahorros, "pues los individuos puede que no recurran sólo a los ahorros para enfrentarse a los imprevistos".
La conclusión del estudio es clara: "La capacidad de los americanos para enfrentarse a imprevistos es sorprendentemente limitada", ya que "si consideramos a los que responden que están seguros o que probablemente no podrían hacer frente con un imprevisto financiero ordinario de esta magnitud, encontramos que casi la mitad de los americanos son financieramente frágiles".
La cifra de 2.000 dólares "refleja el orden de magnitud del coste de una reparación de coche inesperada, un copago grande en gasto médico, gastos legales o una reparación del hogar", según los autores, es decir, gastos no previstos pero que pueden darse perfectamente en la vida de cualquier ciudadano común.
Los resultados concuerdan con otros estudios anteriores. A la pregunta de si habían "guardado fondos de emergencia para cubrir gastos durante tres meses, en caso de enfermedad, pérdida del trabajo, problemas económicos u otras emergencias" sólo el 49% dijo que sí.
Cabe tener en cuenta que el estudio se ha realizado sobre datos correspondientes al año 2009 y que, desde entonces, Estados Unidos ha experimentado cierta mejora. Pero no hay motivos para suponer que esta leve mejora haya sido suficiente para variar significativamente esta preocupante fragilidad.
La clase media en apuros
Posiblemente, uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que una parte importante de la clase media norteamericana también se considera frágil. Según los autores, "resulta algo increíble que casi una cuarta parte de los hogares que ingresan entre 100.000 y 150.000 dólares afirmen no ser capaces de conseguir 2.000 dólares en un mes, pero este hecho puede resultar menos chocante cuando uno considera los costes de vida en las zonas urbanas, costes de vivienda y cuidado infantil, el sustancioso servicio de la deuda y otros factores".
Los investigadores preguntaron, a continuación, cómo conseguirían los fondos, ofreciendo 14 opciones agrupadas en 6 categorías:
•Ahorros: (1) retirar ahorros, (2) liquidar o vender inversiones, (3) liquidar inversiones de jubilación aunque suponga pagar una penalización, (4) tomar presta contra mis ahorros de jubilación en mi lugar de trabajo.
•Familia o amigos: (5) tomar prestado o pedir ayuda a mi familia, (6) tomar prestado o pedir ayuda a mis amigos (no miembros de mi familia).
•Crédito típico: (7) usar tarjetas de créditos, (8) abrir o usar una línea de crédito o hacer una segunda hipoteca, (9) pedir un préstamo.
•Crédito alternativo: (10) conseguir que me adelanten la paga, (11) empeñar un activo que poseo.
•Trabajar más: (12) trabajar horas extras, conseguir un segundo empleo o que lo haga un miembro de mi hogar.
•Vender posesiones: (13) vender cosas que poseo, excepto mi hogar, (14) vender mi hogar.
Un 18,6% del total contestó que para conseguir el dinero tendría que empeñar o vender algo, o bien recurrir a algún préstamo. "Añadido al 27,9% que considera que seguro que no podría hacer frente a la emergencia, esto sugiere que aproximadamente un 46,5% de los encuestados están viviendo muy cerca del borde financiero".
Comparativa de ocho países
Los investigadores dirigieron la misma pregunta a ciudadanos de otros países. En el Reino Unido los resultados fueron muy similares. En Canadá los que respondieron que seguro que podrían fueron un 44,3%. En Holanda, un 57,7%, el mejor resultado de los ocho países del estudio.
Es interesante observar que los que más confían en poder hacer frente al gasto inesperado son también los que más recurrirían para ello al ahorro. Destacan en este sentido los holandeses que no son sólo los que más recurrirían al ahorro sino que, además, disponiendo de 6 respuestas alternativas entre las que elegir son el único país que considera también "otros" métodos. No acaban ahí las particularidades de los holandeses, pues son también los que menos recurrirían a trabajar más o vender posesiones para conseguir los 2.000 dólares.
¿Cómo les ha ido durante la crisis a los que viven "del lado bueno de la vías del tren"?
"2010 fue otro buen año para los millonarios, aunque el ritmo de crecimiento de sus fortunas se desaceleró"… Los millonarios controlan 39% de la riqueza del mundo (The Wall Street Journal – 1/6/11)
Según un nuevo informe de Boston Consulting Group divulgado el martes, la cantidad de familias millonarias en el mundo creció 12,2% en 2010, a 12,5 millones. (BCG define a los millonarios como aquellos con US$ 1 millón o más en activos invertibles, excluyendo viviendas, bienes de lujo y participación en su propia compañía).
Estados Unidos continúa liderando al mundo en cuanto a cantidad de millonarios, con 5,2 millones de hogares, seguido de Japón con 1,5 millones, China con 1,1 millones y el Reino Unido con 570.000. Singapur encabeza el mundo en "densidad de millonarios", o sea el porcentaje que representan del total de la población, que está en 15,5%.
La tendencia más importante, sin embargo, es una que tiene que ver con la distribución global de la riqueza. De acuerdo con el reporte, los millonarios del mundo representan 0,9% de la población mundial pero controlan el 39% de su riqueza, por encima del 37% de 2009. Su riqueza hoy llega a US$ 47.400 billones (millones de millones) en riqueza invertible, por encima de los US$ 41.800 billones (millones de millones) de 2009.
Aquellos que están un escaño arriba también avanzaron. Quienes tienen US$ 5 millones o más, que representan 0,1% de la población, controlaron 22% de la riqueza mundial, frente al 20% de 2009.
Los millonarios controlan 20% de la riqueza en América del Norte y 38% en el Medio Oriente y África. Aunque pareciera que la riqueza de los millonarios en Estados Unidos está más concentrada, en ese país son más, por lo que su riqueza está más distribuida entre la población de los ricos más ricos.
Aún así, los datos evidencian una tendencia que se ha estado viendo durante años, el fortalecimiento de una economía en la que el ganador se lleva todo o la mayor parte.
El número de estadounidenses que recibe cupones de alimento bate récords. El Gobierno alimenta de forma directa a más del 14% de la población.
"Unos 44 millones y medio de americanos recibieron cupones de comida del Gobierno en el último mes. El número de personas que recurren a esta ayuda lleva aumentando 30 meses de forma consecutiva. Con un gasto público mensual de 6.000 millones de dólares, el programa de asistencia bate récords históricos en paralelo al aumento del desempleo, pero una gran parte de estos recursos se utiliza de forma fraudulenta"… Obama, el presidente de los cupones de comida (Libertad Digital – 10/6/11)
Muchas personas no utilizan los cupones para comer sino para comprar otros productos, con la complicidad de otros a los que prestan sus tarjetas EBT a cambio de efectivo, o de los propios comercios que se las aceptan para pagar cualquier cosa, en ambos casos con un descuento a favor del cómplice. De esta forma, los beneficiarios adquieren gratis productos no autorizados en este programa, como alcohol y tabaco. El Gobierno paga así los vicios de varios cientos de miles de americanos.
"El público no sabe hasta dónde llega este problema", aseguró a un medio local el director del departamento de Investigación de la Policía de Ohio, Brent Devery. "Con el aumento de cupones de comida estamos viendo un aumento en su uso fraudulento. Las tarjetas EBT se utilizan de forma inapropiada constantemente".
Se trata de un fraude de casi 400 millones de dólares anuales, según el Informe de Actividades Sospechosas del departamento del Tesoro (equivalente al Ministerio de Hacienda), aunque es lógico pensar que la cifra es mayor: sólo en Michigan el fraude asciende a 55 millones anuales, según el fiscal general de dicho estado.
En una investigación reciente en varios comercios de Florida la policía detectó un fraude de 3,5 millones. Son innumerables los casos de similar naturaleza y cuantía en todo el país. La magnitud del fraude es tal que ya hay empresas que se ofrecen para combatirlo, una tarea que el Gobierno es incapaz de asumir por falta de recursos.
Sin embargo, en los últimos años la picaresca en Estados Unidos se mezcla con la necesidad: el número de quienes utilizan los cupones de comida aumenta en paralelo al de desempleados. Y ambos se encuentran en niveles nunca vistos:
Unos 44,5 millones de estadounidenses recurrieron a estos cupones el último mes, según los datos del departamento de Agricultura, responsable del programa. Se trata de un récord histórico tanto en números absolutos como relativos: más del 14% de la población. Es decir, casi uno de cada siete americanos recibe comida pagada por el gobierno, en un país cuyo principal problema de salud es la obesidad.
Además, se trata del 30º mes consecutivo en el que aumentan estos datos. Desde octubre del 2007 se ha pasado de 27 millones de beneficiarios a los actuales 44,5.
En el último año se han sumado al programa más de 4 millones de personas, una subida del 11%. Este aumento ha afectado a 47 de los 50 estados, en algunos casos con incrementos superiores al 20%.
Con estos números y unos gráficos tan llamativos, los conservadores no han tardado en culpar a Barack Obama de la extensión de la pobreza. "Es el presidente de los cupones de comida", aseguró el ex congresista republicano Newt Gingrich, quien acaba de anunciar su candidatura a las elecciones presidenciales del 2012. "Yo en cambio quiero ser el presidente de los sueldos".
Sin embargo, aunque las políticas de Obama no ayudan precisamente a mejorar la economía ni a sacar de la dependencia a los millones que viven del Estado, el problema se remonta a mucho antes, como se puede ver en el siguiente gráfico.
Fuente: familyinequality.wordpress.com
Como cualquier otro programa gubernamental, el de los cupones de comida ha ido a más con el tiempo. Su alcance es enormemente mayor ahora que cuando se puso en marcha, hace 40 años, a pesar de que entonces las familias vivían en condiciones mucho peores.
El problema en ese momento era que los niños no ingerían suficientes calorías, y ahora es que "están obesos", asegura Chris Edwards, director de estudios fiscales del Instituto Cato. "Además, la economía de EEUU ha crecido y la pobreza y el hambre se han reducido. Sin embargo, los programas de cupones de alimentos tienen más beneficiarios que nunca y su coste sigue en aumento".
"Los subsidios alimentarios y agrícolas tienen un fin político, pero ningún sentido económico: aumentan el coste de las materias primas y los alimentos, por ejemplo, la leche y los cereales. Esto perjudica a las familias de menores ingresos a las que supuestamente se quiere ayudar".
Además, la burocracia consume el 10% del presupuesto del programa de cupones alimentarios. "Estos costes son altos porque los funcionarios tienen que llevar al día la información de decenas de millones de beneficiarios, así como de las transacciones económicas de cientos de miles de establecimientos que aceptan los cupones", explica Edwards.
¿Cuál es la solución, entones? "Eliminar los subsidios y dejar que la competencia reduzca los precios para todas las familias. Los cupones de comida contribuyen a mantener a millones de personas dependientes del Gobierno y además crean diversas patologías sociales".
"España es el séptimo país de la UE-27 con mayor riesgo de pobreza entre su población, según datos de Eurostat correspondientes a 2009 recogidos en una nota por el Instituto de Estudios Económicos (IEE)"… España es el séptimo país europeo con mayor riesgo de que su población caiga en la pobreza (Expansión – 12/6/11)
En concreto, España cuenta con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, por encima de la media de la UE-27, que se sitúa en el 16,3%. Desde el IEE indicaron que como población en riesgo de pobreza se define a aquellas personas que, incluyendo las transferencias sociales, se sitúan por debajo del umbral de pobreza.
Entre los países de la UE hay grandes diferencias, ya que las tasas de población en riesgo de pobreza varían entre casi un 26% y tan sólo un 8,6%, subrayaron. La mayor proporción de población en riesgo de pobreza corresponde a Letonia, con un 25,7%, figurando a escasa distancia Rumanía (22,4%) y Bulgaria (21,8%).
Lituania supera levemente el 20%, mientras que Estonia y Grecia comparten un 19,7%. España figura en el séptimo lugar de la UE-27 con una tasa de población en riesgo de pobreza del 19,5%, si bien alcanza un 25,2% en la población mayor de 65 años. Mientras, Italia (18,4%), Portugal, el Reino Unido y Polonia (los tres con cifras por encima del 17%) también superan la media europea.
La mayoría de países de la UE (16 en total) logran situar el porcentaje de población en riesgo de pobreza por debajo del promedio. Alemania, Malta, Irlanda y Luxemburgo cuentan con cifras en torno al 15%, mientras que Suecia, Dinamarca y Francia ya bajan al entorno del 13%. Austria (12%), Eslovenia (11,3%), Países Bajos (11,1%), Eslovaquia (11%) y sobre todo la República Checa, con tan sólo un 8,6%, figuran entre los países con menor riesgo de pobreza entre su población.
Los "ganadores" y los "perdedores" de la crisis en los Estados Unidos
"En Estados Unidos se usa el término "jobless recovery" para definir las recuperaciones económicas en las cuales el empleo tarda mucho en recuperarse o bien lo hace a un ritmo excesivamente moderado. Pues bien, según el último estudio al respecto publicado por la Northeastern University (Boston, Massachusetts) debemos modificar ligeramente el término, ya que según ellos la actual Gran Recesión no solo ha provocado una recuperación mala para el empleo, también para los salarios, por lo que la denominan "jobless and wageless recovery""… La economía se recupera, sus ciudadanos no (El Confidencial – 4/7/11)
En un artículo llamado "The Wageless, Profitable Recovery" el New York Times se hace eco del estudio. ¿Qué ocurre con el empleo, con los salarios y quién se está "recuperando" realmente en EEUU? Comencemos por el principio, el PIB sí se recupera. Según el análisis, que trabaja con datos constantes desde 2005, éste pasa de 13,36 billones de dólares en el cuarto trimestre de 2007 a tocar fondo con 12"81 billones. Posteriormente aumenta situándose actualmente según los últimos datos del primer trimestre de 2011 en 13,44 billones de dólares. Recuerdo que los datos son constantes desde 2005, por tanto sin inflación y por tanto no coincidirían si mirásemos ahora los valores nominales en una tabla.
Podríamos pensar según esto que la famosa recuperación "en V" se ha producido y por ello tener una visión muy optimista de la actual situación. Pero no todo va tan bien… no, algunas cosas fallan. ¿Por ejemplo? Pues como se podrán imaginar por lo dicho hasta ahora, el mercado laboral. Los niveles de empleo siguen estancados en los niveles más bajos a pesar de la "recuperación", siendo especialmente acusado entre jóvenes, inmigrantes y en general personas sin educación superior. Todo este proceso, muy similar al caso español, provoca que la producción por hora trabajada aumente de forma notable, es decir, la productividad.
En la tabla pueden ver los datos de la actual recuperación, desde su mínimo en el 2º trimestre de 2009 hasta el 1º de 2011, comparándolo con los 7 trimestres siguientes de las anteriores recuperaciones. El resultado es inquietante, tras cada nueva crisis el "jobless recovery" parece más acusado, por lo que seguramente no estemos ante algo puntual sino estructural.
Es más, la actual crisis es la primera desde la Segunda Guerra Mundial que no consigue mejorar el número de ocupados totales sietes trimestres después de terminar la recesión oficialmente.
¿Qué está ocurriendo entonces? Si el PIB crece, si la productividad mejora, ¿a dónde va todo eso? No a los salarios desde luego, ni viendo la remuneración por hora real, ni mirando a las remuneraciones mensuales reales, ni observando a los trabajadores "full time" se ven mejoras. Los resultados son en todos los casos planos o negativos.
¿Dónde entonces? La siguiente tabla nos sacará de dudas, muestra el aumento del PIB, el aumento de los beneficios empresariales en términos de PIB y lo mismo con las remuneraciones a los empleados.
A finales de 2010 si el PIB había mejorado en 528 mil millones de dólares, 464 pertenecían a los beneficios empresariales y solo 7 a sueldos y salarios. Es decir, un 88% del actual crecimiento es debido a las empresas, solo un 1% debido a sus trabajadores. Es más, si miramos el primer trimestre de 2011 (que fue realizado con datos provisionales), el porcentaje se incrementaría a 92% por 0%. ¿Curioso, no?
El estudio afirma que la total ausencia de beneficios para los trabajadores en una recuperación económica es algo sin precedentes en la historia. La ausencia de creación de empleo unido al estancamiento de las remuneraciones son los causantes de este "resultado devastador" según el informe.
Es de esta forma como se produce la paradoja de que el PIB crece, los beneficios empresariales crecen +39.6%, el Dow Jones sube +45.8%, el S&P500 aumenta +44.3% mientras los trabajadores miran tristes como todo sube menos el bienestar que ellos ven delante de sus narices. Quién nos iba a decir que la economía pasaría de un día para otro a esto, a ser otra cosa distinta a la vida real de los ciudadanos.
Ahora bien, ¿hasta dónde llegará este "experimento"? Y aquí volvemos nuevamente a la sostenibilidad de la actual recuperación económica. Se ahorran costes y además algunas empresas se ven muy beneficiadas por la actual coyuntura, por ejemplo por un bajo dólar quien exporte o por el precio de las materias primas una petrolera. Pero, ¿es esto sostenible? ¿Se puede seguir ganando más y más a costa del personal o de factores coyunturales?
Los beneficios empresariales, a pesar de su expansión y salud en anteriores trimestres, parecen no tan vigorosos en conjunto como anteriormente. De ahí que del 2º trimestre de 2010 al 4º del mismo año haya sólo una pequeña mejora y de este último al 1º de 2011 un estancamiento. ¿Ha tocado techo el sistema? Algo puede haber.
Mucha gente opina que si los sueldos no aumentan el consumo no aumenta, y entonces difícilmente puede mejorar la economía.
En EEUU la crisis amplia la brecha entre la riqueza de los blancos y las minorías
"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada una de las dos grandes minorías de Estados Unidos -hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes en medio de la crisis del sector de la vivienda y la recesión, según nuevos estudios"… Crece la brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)
La riqueza media neta de los hogares blancos es 20 veces mayor que la de los hogares negros y 18 veces en el caso de los hispanos, de acuerdo con un análisis de nuevos datos del gobierno correspondientes a 2009, realizado por el Pew Research Center, un centro de investigaciones independiente.
Las disparidades son las mayores desde que el gobierno comenzó a hacer el seguimiento de esos datos hace 25 años. La separación entre los blancos y los otros grupos es el doble de lo que era en las dos décadas previas a la recesión y a la crisis financiera de 2008, de acuerdo con el estudio.
"En los cuatro años transcurridos entre 2005 y 2009, hubo un súbito y pronunciado incremento en las disparidades de los niveles de riqueza", dijo Rakesh Kochhar, un investigador del centro Pew y coautor del informe. Kochhar agregó que "utilizar la riqueza neta promedio, como opuesta al valor medio, no pintaría un cuadro tan preciso porque daría un peso más grande a los hogares más ricos".
El sombrío panorama fue acentuado por el colapso de la burbuja inmobiliaria en 2006 y la recesión que duró desde fines de 2007 a mediados de 2009, que tuvieron "consecuencias mucho mayores" para la riqueza de las minorías que para la de los blancos, según el estudio.
Entre 2005 y 2009, la riqueza media ajustada por inflación se hundió dos tercios entre los hogares hispanos y 53% entre los negros, en comparación con solamente 16% entre los blancos.
La riqueza -la suma de activos tales como vivienda, autos, acciones, cuentas de bancos y de retiro, menos la suma de las deudas- es un indicador fundamental del bienestar económico, junto con los ingresos. Los ingresos están compuestos por salarios, intereses, ganancias y otras fuentes de beneficios. La principal diferencia entre riqueza e ingresos es que la riqueza puede ser transferida.
"La riqueza puede establecer el estatus financiero de una familia durante generaciones", dijo Kochhar, que es un economista.
A fines del año 2010, la oficina del Censo de EEUU informó que el número de estadounidenses viviendo en la pobreza había llegado al nivel más alto en 15 años.
Para todos los grupos, la propiedad de una vivienda es el mayor elemento que contribuye a la riqueza neta. El incremento en los precios de las viviendas a comienzos de la década pasada fue acompañado por un histórico aumento en la cantidad de propietarios de viviendas, que llegó a 69% en 2009, desde 64% en 2004. Pero el desplome en el valor de las casas luego se transformó en la mayor causa de la erosión en la riqueza de los hogares, concluyó el estudio.
La caída en los precios tuvo un efecto más perjudicial en las minorías que en los blancos: los hispanos y los negros obtienen más de la mitad de su riqueza neta de sus viviendas, en tanto que ese factor representa 44% en el caso de un hogar blanco.
Como resultado de las caídas, el hogar negro medio tenía solamente US$ 5.677 en riqueza en 2009, mientras que el hispano tenía US$ 6.325. El hogar medio blanco tenía US$ 113.149 en 2009.
La casa de dos dormitorios de Laevonne Gordon, una afroestadounidense de Escondido, California, valía US$ 265.000 cuando la compró en 2005. Ahora, está valuada en US$ 81.000 y está atrasada con los pagos mensuales de su hipoteca. "Estoy tratando de obtener una modificación del préstamo para poder conservar la casa", dijo durante una visita a Community Housing Works, una agencia de asesoría en San Diego, California.
Los hispanos fueron golpeados con más fuerza por el declive en el mercado de la vivienda porque están concentrados en zonas que sufrieron las mayores depreciaciones en el valor de las casas, como los estados de Arizona, California, Florida y Nevada.
El valor medio de las acciones de posesión directa y de los fondos de inversión cayó con más fuerza en el caso de hispanos y negros. El valor retrocedió 32% para los hispanos y 71% para los negros. Para los blancos, el valor declinó 9%. Los blancos e hispanos con dificultades financieras pueden haberse visto obligados a vender acciones o a dejar de aportar a sus planes de pensión, disminuyendo así el valor de sus portafolios, explicó Kochhar.
Dado que una parte mayor de blancos es propietaria de acciones y participa en fondos de inversión, y tiene cuentas de retiro, la recuperación del mercado bursátil desde 2009 probablemente haya beneficiado a los hogares de esa parte de la población más que a las minorías.
También es probable que el desempleo prolongado y el hundimiento de los ingresos hayan afectado de forma negativa la riqueza de los hogares, señaló el estudio de Pew.
Gordon, madre de tres hijos que se está divorciando, ha estado distribuyendo diarios desde que su debió cerrar su guardería infantil porque muchos de sus clientes perdieron sus empleos y hogares.
Las conclusiones se basan en el análisis de Pew de la "Survey of Income and Program Participation", un cuestionario económico distribuido en más de 36.000 hogares por la Oficina del Censo de EEUU a fines de 2009.
– ¿Quién ayudará a los pobres? (Project Syndicate – 29/8/11) Lectura recomendada
(Por Dominique Moisi)
París.- Con el agravamiento de la crisis económica y la perspectiva de otra recesión importante en el horizonte, la creciente desigualdad social se convirtió en una cuestión cada vez más apremiante. ¿Cómo se refuerza una sensación de solidaridad y responsabilidad dentro de un país? ¿Quién protegerá a los más débiles?
Mientras reflexiono sobre esta cuestión, me viene a la mente un debate que tuve hace más de diez años en Berlín con el teólogo alemán Hans Küng y participantes norteamericanos y asiáticos. El tema era "Globalización y ética" -específicamente, una comparación de las maneras en que Europa, Estados Unidos y Asia protegen a los miembros más frágiles de sus respectivas sociedades.
Todos los participantes coincidieron en que en Europa el estado tradicionalmente desempeñaba el papel que llevaba a cabo la filantropía privada en Estados Unidos y la familia en Asia. Pero todos nos apresuramos a agregar que ningún modelo era "puro"; vale decir, la familia ya no era lo que solía ser en Asia, el estado desempeñaba un papel más importante de lo esperado en Estados Unidos y muchas veces no cumplía con las expectativas en Europa.
La realidad se ha tornado aún más complicada desde entonces: el papel de la familia sigue decayendo en Asia; la filantropía, a pesar de unos pocos individuos extraordinariamente generosos, hace rato que encontró sus límites en Estados Unidos; y, posiblemente a excepción de los países nórdicos, el estado en Europa, sobrecargado por la deuda, ya no tiene los medios o la voluntad para asumir nuevas responsabilidades.
Entonces, ¿quién se ocupará de proteger a los más débiles si ninguno de estos tres actores puede hacerlo como corresponde? ¿Vamos camino a un mundo unido por la incompetencia y la deficiencia compartidas?
En el mundo occidental, los más pobres son los más afectados por el estancamiento económico. Sin embargo, en los países de rápido crecimiento de los mercados emergentes, los ricos tienden a cerrar los ojos ante el sufrimiento de los más pobres, excepto cuando se sienten amenazados por el riesgo de un levantamiento político como, digamos, en Arabia Saudita.
De hecho, las elites adineradas en los países emergentes viven en un estado de negación de sus pobres, ignorándolos literalmente. Brasil e India son particularmente asombrosos en este sentido. El crecimiento económico es necesario, pero no suficiente: también hace falta una fuerte sensación de responsabilidad social.
Sería absurdo condenar, como hacen algunos, a la globalización como el principal y único culpable de la erosión de las fuentes tradicionales de apoyo a los pobres. La globalización es por sobre todo un contexto, un entorno, aún si las consecuencias de la primera crisis financiera y económica importante de la era global profundizan aún más la brecha entre los muy ricos y los muy pobres.
Sin embargo, la globalización hace que los más vulnerables sean más visibles, y por lo tanto hace que la ausencia de justicia social resulte más inaceptable. Un mundo de mucha mayor transparencia e interdependencia crea nuevas responsabilidades para los ricos. O, más precisamente, hace que la antigua responsabilidad de proteger a los más débiles sea más difícil y más urgente.
En un mundo de creciente complejidad, quizá lo que hagan falta sean soluciones simples. Se podría seguir, por ejemplo, el principio de ventaja comparativa de Adam Smith: lo que Europa hace mejor es el estado, mientras que Asia sigue basándose en la familia y Estados Unidos continúa centrándose en la iniciativa individual. El problema es que en un mundo de referencias universales, la legitimidad de las soluciones surgirá más que nunca de su aceptabilidad cultural y de su eficiencia.
En Europa occidental, por ejemplo, el llamado al sacrificio de todos los ciudadanos para resolver la crisis de deuda va en contra de una percepción persistente de que no todos contribuirán de la misma manera, y que la desigualdad social se verá exacerbada por la austeridad. Restablecer el crecimiento en el corto plazo y, al mismo tiempo, abordar los problemas de la deuda en el mediano y largo plazo bien puede ser la única respuesta válida a la crisis.
Pero no funcionará, ni en Europa ni en otras partes, sin un énfasis mucho mayor en la justicia social. Si bien algunas de las personas muy ricas se quejan, como lo hizo recientemente Warren Buffett, de que no pagan suficientes impuestos, la generosidad iluminada de estas pocas almas felices -que quieren salvar al capitalismo y al liberalismo– probablemente no sea emulada por los nuevos ricos en los países emergentes, mucho menos por los ricos en otras partes. Seamos realistas: la gente como Buffett y Bill Gates tienen muy pocos seguidores entre los muy ricos de Estados Unidos. ¿Y acaso las sociedades asiáticas pueden realmente reflotar una sensación efectiva de responsabilidad familiar?
La globalización sí parece haber debilitado las diferencias culturales perceptiblemente en la última década. Pero, cuando se trata de la protección de los más débiles y la lucha contra la creciente injusticia social, quizá la "desculturización global" cree una oportunidad para combinar lo mejor de lo que queda en determinadas tradiciones. Quizá los países deberían intentar basar sus sistemas de bienestar social en una nueva síntesis de estado, familia y filantropía.
(Dominique Moisi es el autor de The Geopolitics of Emotion (La geopolítica de la emoción). Copyright: Project Syndicate, 2011)
La pobreza avanza en Estados Unidos y alcanza a un 15% de la población
"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000 dólares al mes, según los datos divulgados hoy por la Oficina del Censo"… La tasa de pobreza en EEUU sube por cuarto año consecutivo (Cinco Días – 13/9/11)
En 2009, la cifra fue de 43,6 millones de personas en situación de pobreza, de acuerdo con el informe "Ingreso, pobreza y cobertura de seguro médico en los Estados Unidos: 2010", lo que suponía un 14,3% de la población total,
Se trata del cuarto incremento anual consecutivo, la tasa más alta desde 1993 y la cifra total más grande desde que las estimaciones de pobreza comenzaron a publicarse en 1959.
De acuerdo con estos datos, uno de cada seis estadounidenses vive por debajo del umbral de pobreza.
Asimismo, el ingreso de los hogares de clase media declinó un 2,3% respecto a 2009, al pasar de 50.598 dólares a 49.445 dólares, lo que ahonda la pérdida de poder adquisitivo de los estadounidenses y reafirma la lentitud de la recuperación económica.
Los datos revelados también mostraron cómo la brecha entre el grupo de los que reciben más ingresos frente al de los que reciben menos ha seguido ampliándose.
El 10% que recibe menos ingresos vio disminuir su renta en un 12,1%; mientras que el 10% de los que ingresa más solo vio reducirse su renta un 1,5%.
La raza también aparece como un factor destacado en la diferente situación económica, con blancos y asiáticos a la cabeza de los ingresos y negros e hispanos en la cola, aunque todos los grupos sufrieron una disminución en su renta.
Los hispanos en situación de pobreza aumentaron de 12,3 millones en 2009 (25,3%) a 13,2 millones en 2010 (26,6%), y los negros pasaron de 9,9 millones (25,8%) a 10,6 millones (27,4%), respectivamente.
Sus ingresos también registraron un notable descenso, de 2,3% en el caso de los hispanos (37.759 dólares) y de 3,2% en el caso de los negros (32.068 dólares).
La población blanca no hispana vio mermar también sus rentas en un 1,3%, pero sobre una base mucho mayor: de 55.360 dólares en 2009 a 54.620 dólares en 2010.
Por familias, la situación también ha empeorado, con 11,7% del total y 9,2 millones en 2010 en la pobreza, comparado con el 11,1% y los 8,8 millones de 2009.
En lo que se refiere a la distribución geográfica, el sur de EEUU fue la región en la que concentró el aumento de la pobreza, al pasar de 17,6 millones a 19,1 millones de personas.
El sur estadounidense registra las mayores tasas de pobreza, con un ascenso de un 16,9% en 2010 frente al 15,7% en 2009, mientras que el resto de las regiones apenas registró cambios estadísticos (noreste, 12,8%; medio-oeste, 13,9%; y oeste, 15,3%).
Durante la presentación del informe, Robert Groves, director de la Oficina del Censo, resaltó la importancia de los datos, ya que "nos muestran cómo las cambiantes condiciones económicas han impactado en las familias estadounidenses".
La Oficina de Presupuesto y Gestión de EEUU situó los ingresos que definen el umbral de pobreza, actualizados por la inflación anual, en 22.314 dólares para una familia de cuatro miembros y en 11.139 dólares para una persona sola, lo que significa recibir menos de 1.000 dólares al mes.
En lo que respecta a las personas sin cobertura médica, la cifra se mantuvo en los niveles del periodo anterior: un 16,3% del total de la población de 310 millones de habitantes, aunque la cifra ascendió de 49 millones en 2009 a 49,9 millones en 2010.
Desde 2007, un año antes de la reciente recesión económica, la media de ingreso real de los hogares ha declinado 6,4% y la tasa de pobreza ha aumentado un 2,6%.
Por otra parte, el número de habitantes sin seguro médico supera los 50 millones de personas.
Razones
Sheldon Danziger, director del National Poverty Center (Centro Nacional de la Pobreza) de la Universidad de Michigan, explicó a BBC Mundo algunas de las posibles causas de estos resultados.
"Nuestros índices de pobreza son mayores que en Canadá y algunos países del norte de Europa por dos razones: la primera es que desde hace 30 años los salarios reales de los que no tienen un diploma de secundaria han disminuido considerablemente, en especial para aquellos que trabajan en la construcción", dice Danziger.
"En segundo lugar, nuestras políticas sociales hacen muy poco por aumentar los salarios de los trabajadores en épocas de bonanza económica o para ayudar a los desempleados durante las recesiones", agrega.
Otro dato que resalta Danziger es que el 21% de los niños en EEUU son pobres. Según él, ese es un porcentaje similar al del año 1965.
"La mayoría de ellos no tiene acceso a la educación superior, por lo que es más probable que continúen siendo pobres cuando sean adultos", agregó.
Según las perspectivas del National Poverty Center de la Universidad de Michigan, para que la tasa de pobreza general regrese a los niveles de 2000 (11,7%) tomará por lo menos unos seis o siete años.
La pobreza infantil "proyectada" en el Reino Unido (estado del malestar)
"Según un estudio realizado por el Instituto de Estudios Fiscales (IFS, siglas en inglés), una organización de investigación financiera independiente, los ingresos medios de la población bajarán un 7% hacia finales de la presente década. Como consecuencia, 3,1 millones de niños, un 23,1%, vivirán en la pobreza absoluta en 2020, frente a los 2,8 millones, un 21,1%, contabilizados en la actualidad"… La cuarta parte de los niños de Reino Unido, en la pobreza absoluta en 2020 (El Economista – 11/10/11)
La organización considera que esta situación se deberá a los recortes en los subsidios a las familias aplicados por el Gobierno de coalición y el aumento de los impuestos, como el Impuesto al Valor Añadido, que ha pasado del 17,5 al 20%.
El instituto define la pobreza "absoluta" cuando los ingresos de una familia están por debajo del 60% de la cantidad media establecida.
Por su parte, un portavoz del Gobierno ha afirmado que el estudio no tiene en cuenta el impacto que tendrá el cambio de comportamiento de la gente debido a las modificaciones en el llamado estado del bienestar, ya que la actual administración busca empujar a la gente a buscar trabajo para no depender de las ayudas estatales.
El contrato social se está empezando a deshacer en muchos países.
"Uno de los legados de la última gran bonanza económica vivida entre las grandes potencias y los países emergentes es una brecha mayor entre ricos y pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de crecimiento, según el informe hecho público ayer por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran Recesión"… La brecha entre ricos y pobres se dispara al nivel más alto en 30 años (El País – 6/12/11)
La bonanza de un país no se traslada de forma automática ni natural a la reducción de la brecha social y las políticas correctoras -los impuestos y los servicios sociales- han ido perdiendo efecto como redistribuidores de riqueza desde mediados de los noventa. El 10% más pudiente de la población gana como promedio 9,6 veces más que el 10% más desfavorecido en el conjunto de la OCDE, según el estudio, y la distancia ha crecido incluso en los países tradicionalmente más igualitarios, como Alemania, Suecia o Dinamarca, aunque sigue muy por debajo de la media.
"El contrato social se está empezando a deshacer en muchos países. La incertidumbre y los miedos a la exclusión han alcanzado a la clase media en muchas sociedades, la gente siente que está sufriendo una crisis de la que no son responsables, mientras esos con altos ingresos resultan perdonados", alertó el 5/12/11 el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, al presentar el informe Estamos divididos, por qué la desigualdad sigue creciendo. Gurría hizo un llamamiento a los Gobiernos: "Tratar la cuestión de la justicia es una condición sine qua non para el restablecimiento de la confianza".
Los españoles no salen bien parados. El ingreso medio del 10% de la población mejor situada era en 2008 alrededor de 38.000 euros, casi 12 veces más que ese 10% que menos gana (una media de 3.500 euros), un punto más que en el informe anterior. La distancia se ha estrechado respecto a la España de los ochenta, pero no en los últimos años. Las cifras de la oficina estadística europea (Eurostat), que llegan hasta 2010 y comparan el 20% de los más ricos con el 20% de los más pobres. El año pasado la desigualdad alcanzó el nivel más alto desde 1995 y en 2009, último que permite comparar entre los países de la Europa de los Veintisiete, solo Letonia, Lituania y Rumanía superaban a España en disparidad de rentas.
La desigualdad queda por encima de la media y de países como Italia (10), aunque por debajo de Estados Unidos (14). Se llevan la palma México y Chile, con ratios de 26 y 27, respectivamente. Pero, poniendo el foco fuera de la OCDE, la brecha es muy superior en otros países, como el floreciente y admirado Brasil el país donde los más pudientes ganan 50 veces más que los peor situados.
El informe también recoge el indicador Gini, en el que uno indica desigualdad absoluta y cero reparto perfecto, que refleja la misma tendencia "políticamente explosiva", según la OCDE.
El estudio analiza otros motivos de la brecha social, como los efectos de la globalización y cambios demográficos y de estructura familiar, con más hogares unipersonales, pero destaca la brecha salarial y el sistema fiscal como las grandes causas. El beneficio ha ido mejorando para los más formados y empeorando para los empleados de menor cualificación y han proliferado los trabajos a tiempo parcial. Por eso el organismo insta a los Gobiernos a invertir más en capital humano y la creación de "más y mejor empleo".
Y, en plena ola de recortes sociales en Europa, lanza una petición: es importante tener servicios públicos de calidad de acceso libre, como la educación, salud y atención, sobre todo en los países emergentes.
La OCDE también pone sobre la mesa otro de los debates candentes y advierte del recorte en los impuestos a los que más ganan, así que pide a los Gobiernos "que revisen su sistema fiscal para asegurar que los más ricos contribuyen en su justa medida en el pago de impuestos".
Aunque, más que un incremento en las tasas, la organización cree que pueden resultar más efectivas medidas como la eliminación de las exenciones fiscales y replantearse el papel de otros tributos sobre la propiedad o la transferencia de activos.
Gurría defendió un aumento de la fiscalidad para los más ricos, pero poniendo el acento en el 1% con los recursos más elevados o incluso en un porcentaje inferior, porque a su juicio ahí "hay margen", y dijo que en muchos casos su nivel de impuestos es relativamente menor que el de otros grupos de población.
La OCDE pide actuar. Gurría lo recalcó. "No hay nada inevitable en esta alta y creciente desigualdad".
Ricos más ricos, pobres más pobres
Henry Ford solía decir que mejoró los salarios de sus trabajadores para que pudiesen comprar los automóviles que fabricaban. Pero probablemente el magnate también necesitaba fidelizar a esa mano de obra porque, entonces, conceptos como la deslocalización industrial no existían, y menos para industrias tan pesadas. Hoy el panorama no puede ser más diferente.
La globalización es uno de los motivos por los que la desigualdad tiende a crecer, porque la mano de obra empieza a competir de forma global y entre los rivales figuran potencias emergentes con mano de obra más barata. El progreso tecnológico también provoca disparidad salarial, porque premia mucho más al profesional formado y perjudica al menos cualificado.
¿Por qué la desigualdad importa?
La pregunta se adentra en el terreno de la ética y la justicia social. Pero también hay argumentos economicistas. El analista del Banco Mundial, Branko Milanovic, uno de los principales expertos internacionales en la materia, advierte que "el incremento de los desequilibrios en ingresos se traduce después en una brecha de educación y de salud, lo que merma el crecimiento" porque los países con menores niveles sanitarios y de formación son menos dinámicos.
El aumento de la desigualdad de ingresos, además, afecta a la vida política. "La gente más rica es capaz de controlar los procesos políticos a través de la financiación de partidos y se benefician de forma desproporcionada porque logran mejores empleos", señala. A su juicio, la discriminación por riqueza "no es diferente de la discriminación por razones de sexo o raza: un largo segmento de la población no tiene oportunidad de utilizar sus capacidades para beneficiarse a sí mismo y a la sociedad", lo que "obviamente lleva a unos menores ingresos en general".
Desigualdad no es lo mismo que pobreza, esta última se puede reducir al tiempo que crece la brecha entre ricos y pobres. Así que hay también quienes ponen el acento en la reducción de la miseria, pero no de la diferencia entre ricos y pobres. Martin Feldstein, de la Universidad de Harvard, responde por correo electrónico que el aspecto importante de la desigualdad es la miseria y la política pública debe centrarse en reducir ese problema, "y no la desigualdad en sí misma". A su juicio, "el crecimiento económico puede incrementar los ingresos y el bienestar de las clases medias mucho más que la redistribución". Puede hacerlo, pero no siempre ocurre. La bonanza reciente lo muestra.
Imaginen, propone Feldstein, que un pájaro mágico entrega a cada persona 1.000 dólares, ello no reduciría ninguna desigualdad, pero no deja de ser una mejora para todos que no recae a expensas de nadie. Feldstein habla de "igualitarismo rencoroso", el sentimiento de rechazo de aquellos que, aunque vean mejorar sus ingresos, protestan porque los ricos aún se alejan más. Y añade que esos 1.000 dólares significan más para el pobre que para el rico, con lo que su situación avanza más en términos relativos.
Pero hay otro relato para esta fenomenal crisis financiera, y en ese, la desigualdad desempeña un papel crucial como motor de deudas imposibles. Un trabajo de investigadores del Fondo Monetario Internacional (FMI), Desigualdad, endeudamiento y crisis, analizaba a finales del año 2010 el caso estadounidense.
Las dos grandes crisis de los últimos 100 años, la Gran Depresión de 1929 y la Gran Recesión que empezó en 2007, vinieron precedidas de fuertes incrementos en la desigualdad de ingresos y un aumento similar en los ratios de endeudamiento entre los hogares de medios y bajos ingresos. "La crisis es el resultado último, después de un periodo de décadas, del shock del poder de negociación sobre los ingresos de dos tipos de hogares, los de los inversores, que representan el 5% de la población y cuyo poder de negociación crece, y los trabajadores que suponían el 95% restante", explican los autores, Michael Kumhof y Romain Rancière.
El mecanismo es el siguiente. La concentración de la riqueza en una parte cada vez más concreta de la población redujo la capacidad adquisitiva del resto y, para poder mantener su nivel de consumo, se abarataron los créditos, alumbrando ese fenómeno de las hipotecas basura, de alto riesgo, porque se otorgaban a familias que difícilmente iban a poder pagar. La burbuja de crédito engordó el sector financiero y recortó inversiones productivas. Todo iba bien hasta que alguien un día no pudo pagar la hipoteca, el precio de las casas se derrumbó, grandes bancos quebraron y se empezó a hablar de refundar el capitalismo y unas cuantas cosas más.
"Creo que los créditos fáciles fueron una forma de redistribución para la gente cuyos ingresos no seguían el ritmo. Nadie tenía incentivos para impedirlo, después de todo, existía la ilusión de que el crédito se pagaría", responde desde Chicago el economista Raghuram Rajan, ex economista jefe del FMI que advirtió en 2005 contra el desastre financiero que se avecinaba. "Por supuesto", añade el ahora profesor de la Universidad de Chicago, "la mejor política hubiese sido mejorar la capacidad de la gente para ganar dinero, a través de la formación, pero eso lleva mucho tiempo".
La brecha social y las clases medias se han convertido también en un tema caliente en Estados Unidos. "Este tipo de desigualdad, un nivel que no se veía desde la Gran Depresión, nos hiere a todos", dijo Obama en un discurso electoral en el que emuló a Theodor Roosevelt para defender una mayor justicia redistributiva.
Warren Buffet, uno de los hombres más ricos del planeta, sorprendió al mundo a mediados del año 2011 al quejarse de que pagaba pocos impuestos, que se le había gravado el 17% por su fortuna, cuando los 20 trabajadores de su oficina pagan tipos del 33% al 41%. "Dejen de mimar a los súper ricos", se titulaba el artículo del The New York Times en el que hacía semejante denuncia, un lema que bien podría leerse en cualquier pancarta del movimiento Ocupa Wall Street, o ese somos el 99%, en referencia a que el 1% más rico ha prosperado a expensas del resto.
La crisis produce fenómenos extraños, pero Rajan advierte contra estos últimos alegatos sobre los impuestos. Una subida fiscal, a su juicio, "podría usarse como fuente de ingresos para reducir el déficit en tanto que haya el mismo énfasis en gastar con cuidado en las cosas que importan, como una red mínima de seguridad y la mejora de capacidades para el futuro", pero "las subidas de impuestos no son una gran idea para financiar derroches o si se presentan como una medida punitiva". Es más, explica que el incremento de tasas en segmentos muy pequeños de la población tiende a restar responsabilidad en el gasto. "Después de todo, votaré para que haya más gasto si sé que otros pagarán por ello, así que mientras a los ricos se les pida que paguen más, creo que es una mala idea decir que nadie más pagará nada, y quizá incluso lograr incluso rebajas", reflexiona.
Los impuestos que pagan los más ricos han menguado en los países de la OCDE en los últimos 40 años. El tipo marginal en EEUU o Reino Unido, por ejemplo, se situaba por encima del 70% en los años setenta, antes de que los nuevos credos de Ronald Reagan o Margaret Thatcher diesen lugar a tijeretazos de 40 puntos en el transcurso de una década, según un análisis publicado en el foro de debate Vox, del Centre for Economic Policy Research (CEPR).
Este análisis, firmado por Thomas Piketty junto a otros dos autores, señala que los países ricos han crecido aproximadamente al mismo ritmo durante los pasados 30 años, a pesar de los cambios introducidos en las políticas fiscales y defiende que el tipo máximo podría situarse en el 80% para ese 1% más rico de la población sin que ello desincentivara, la creación de riqueza ni la productividad.
Tampoco hay conclusiones demasiado claras entre idearios políticos -al menos, los escritos en discursos y programas electorales- y la reducción efectiva de la pobreza. Una investigación de Wilkinson y Piketty analiza cómo la brecha social variaba en periodos de Gobierno de Thatcher, Major y Blair en Reino Unido.
Cuando Milanovic, ahora profesor invitado en la Universidad Carlos III de Madrid, comenzó a investigar la desigualdad vivía en un país comunista, la antigua Yugoslavia. A aquellos políticos, recuerda, les escocía su trabajo porque mostraba que la igualdad universal era un mito bajo el socialismo. Cuando trabajó en países capitalistas tampoco despertó pasiones.
"La desigualdad no es lo mismo que la pobreza y la brecha puede ensancharse tanto en la bonanza como en la crisis, impulsada por motivos diferentes en cada escenario", reflexiona Alfonso Novales, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.
En la euforia, cuando todos los ingresos crecen de forma absoluta, pasa desapercibida, pero cuando estalla una Gran Recesión dispara la pobreza relativa por el latigazo del paro y la caída de los salarios. En España, en el año 2010 había un 21% de los hogares por debajo del umbral de la pobreza y los ingresos de las familias bajaron un 4,4%. Tres de cada 10 personas que el año 2010 pidieron ayuda a Cáritas lo hicieron por primera vez y el peso de los inmigrantes, el colectivo más castigado por el paro y vulnerable por la falta de red social y familiar, ha bajado del 60% al 50%.
Desigualdad inquietante (la desigualdad conduce a un menor crecimiento económico)
"Los Estados Unidos se parecen cada vez más similar a un país del tercer mundo. Los datos económicos indican una dura realidad que el debate político general evita. La evidencia sugiere que, sin reformas fundamentales, los EEUU se convertirán en una nación post-industrial y un nuevo país del tercer mundo en 2032". Les suena extraño, veamos lo que argumentan los analistas de Seeking Alpha para afirmar esto: Las características fundamentales que definen a un país del Tercer Mundo son el alto desempleo, la falta de oportunidades económicas, los bajos salarios, la pobreza generalizada, la extrema concentración de la riqueza, la deuda pública insostenible, el control del gobierno por los bancos internacionales y corporaciones multinacionales, débil estado de derecho y las políticas contraproducentes del gobierno.
Todas estas características son evidentes en los EEUU de hoy en día.
Otros factores incluyen la mala salud pública, nutrición y educación, así como la falta de infraestructura. La salud pública y la nutrición en los EEUU, aunque se sitúan por debajo de los estándares europeos, están muy por encima de los de los países del tercer mundo. La educación pública norteamericana ahora se ubica detrás de países más pobres, como Estonia, pero sigue siendo superior a la de los países del tercer mundo. Mientras que infraestructuras en ruinas se pueden ver en ciudades de todo el país, la vasta infraestructura de los Estados Unidos no se puede comparar a un país del tercer mundo. Sin embargo, todos estos factores se deterioran rápidamente en una economía en declive.
El desempleo y la falta de oportunidades económicas
El desempleo es un problema de fondo, estructural a los EEUU, es un desafío fundamental. El mercado laboral de EEUU. está en una tendencia descendente de largo plazo debido a la globalización, es decir, la deslocalización de la fabricación, la externalización de puestos de trabajo y la desindustrialización.
El deterioro estructural del mercado laboral de EEUU seguirá produciéndose, ya que los trabajadores estadounidenses se han fusionado en una fuerza laboral global en la que todavía no pueden competir directamente con países como China e India. En China, por ejemplo, el salario bruto, en términos de paridad de poder adquisitivo, es equivalente a aproximadamente $514 por mes, 57% por debajo del umbral de la pobreza en EEUU. De acuerdo con el Instituto de Política Económica, el déficit comercial de EEUU con China por sí solo ha causado una pérdida de 2,8 millones de empleos en EEUU desde 2001.
La caída de los salarios reales y de los ingresos familiares
Los trabajadores son más pobres en términos de poder adquisitivo cuando el costo de la vida aumenta más rápidamente que los salarios. De hecho, si los ingresos del hogar se ajustan por inflación, las familias estadounidenses más pobres han crecido significativamente en los últimos diez años. En 2010, por ejemplo, el ingreso real medio por hogar cayó un 2,3%. Aunque el salario medio ha aumentado de manera constante en términos nominales, la disminución del poder adquisitivo es una realidad para la mayoría de los estadounidenses.
De acuerdo con el famoso economista Milton Friedman, "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario". En otras palabras, los precios suben cuando la oferta de dinero se incrementa más rápido que la población o la actividad económica sostenible. El crecimiento económico aparente que se crea a través de la expansión del crédito, es decir, mediante el aumento de la oferta de dinero, tiene un efecto estimulante temporal, pero también hace que los precios suban. La oferta de dinero real es una medida exacta de la inflación.
Mientras los salarios de EEUU y los ingresos familiares sigan cayendo en términos reales, la pobreza y la dependencia de los programas gubernamentales de asistencia seguirán aumentando
Concentración de la riqueza
Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, advirtió que, "en última instancia, estamos interesados en los estándares de vida y en las tendencias de la distribución de la salud, los cuales, más importantes que las ganancias o los ingresos, representan una medida de la capacidad de los hogares para el consumo".
En otras palabras, la concentración de la riqueza socava la base de consumidores de la economía, provocando una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay un menor nivel de actividad económica.
Los datos económicos de varias fuentes, entre ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.
Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando, mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de Gini muestra la creciente disparidad en la distribución del ingreso.
En términos del coeficiente de Gini, los Estados Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto superarán a México, un país todavía en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU siguen siendo un país mucho más rico en general. Si la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se asemejarán a un país del 3er mundo, en términos de la disparidad en la distribución del ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en 2032
Bienvenido al tercer mundo
Los Estados Unidos se están convirtiendo en un país postindustrial y neo tercermundista. En parte como consecuencia del aumento del desempleo y la falta de oportunidades económicas, la caída de los salarios reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el aumento de la concentración de la riqueza, y a que el gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal histórico. La influencia dominante de las empresas sobre el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el debilitamiento gubernamental a nivel federal y las políticas destructivas de impuestos están agravando los problemas económicos que enfrenta Estados Unidos.
A menos que se implementen reformas estructurales o se produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la economía de EE.UU. continuará y se acelerará. A medida que la economía de EEUU continúa su descenso, la salud pública, nutrición y educación, así como la infraestructura del país, se deterioran visiblemente y el estado tercermundista de los Estados Unidos se hará evidente.
La "percepción" de los europeos (pérdida de confianza)
"Los líderes europeos piden una mayor unión para salir de la crisis pero la opinión pública desconfía cada vez más de las instituciones comunes"… ¿Una Europa euroescéptica? (El País – 25/11/11)
¿Más Europa? Esa parece ser una de las soluciones propuestas a la crisis económica y política que asola al continente. La forma concreta que esa "mayor" Europa tome no está nada clara (creación de un tesoro europeo, establecimiento de impuestos europeos, fortalecimiento de los mecanismos de control fiscal por parte de las instancias supranacionales,…), pero todas ellas parecen pasar por una nueva ronda de transferencias de soberanía hacia las instituciones supranacionales en el ámbito de la política económica.
Nada hace pensar que los líderes europeos encuentren en la opinión pública europea un aliado en este proceso. Según el Eurobarómetro de noviembre de 2011, menos de la mitad de los europeos (un 47%) creen que la pertenencia de su país a la UE ha sido algo positivo (frente al 18% que piensa que ha sido algo malo y al 31% que considera que no ha sido ni bueno ni malo), y solo el 41% confía en la Unión Europea (frente a un 47% que desconfía). Si preguntamos a los europeos sobre algunas de las reformas propuestas, como un mayor papel de las instituciones supranacionales en la definición de la política fiscal, los resultados son incluso menos esperanzadores.
En cierto sentido, que el euroescepticismo esté en auge no debería sorprendernos. Una de las regularidades empíricas más estables encontradas por los estudiosos de la opinión pública europea es que el apoyo al proceso de integración está muy correlacionado con el ciclo económico: los europeos apoyamos la integración en los años de bonanza económica y nos hacemos euroescépticos en las crisis. Si observamos la evolución de la desconfianza hacia la Unión Europea por países, se aprecia que son los países que están atravesando mayores dificultades económicas aquellos donde el ascenso del euroescepticismo es más acusado.
Mientras que en los países escandinavos (con poblaciones tradicionalmente muy euroescépticas) la desconfianza de sus poblaciones hacia Europa de hecho se ha reducido ligeramente en la última década, en los países del centro del continente y, sobre todo, en la periferia más afectada por la crisis (los famosos PIIGS), se puede detectar un claro aumento de la desconfianza hacia la UE en los últimos cinco años. Por el papel central que, según algunos, la opinión pública alemana ha jugado en la capacidad de los líderes europeos de adoptar determinadas decisiones, es particularmente preocupante el aumento de la desconfianza hacia la UE en este país que, a pesar de no haber sufrido apenas la crisis económica, ha visto cómo su nivel de desconfiados hacia Europa ha aumentado en solo cuatro años en veinte puntos, hasta colocarse en un 55%.
Menos de la mitad de la población europea cree que la UE ha sido positiva
¿Qué papel ha jugado la existencia de la moneda única en este proceso de auge del euroescepticismo? Resulta complicado establecer nítidas relaciones de causalidad con estos datos, pero es llamativo que dos de los tres países que decidieron quedarse fuera de la unión monetaria tienen hoy índices de confianza en la UE mejores que hace una década, mientras que, con la excepción de Finlandia, todos los miembros de la eurozona han visto cómo el euroescepticismo crecía en sus poblaciones. El caso de Grecia es el más dramático de todos: mientras que en el 2001 tres cuartos de la población confiaban en la UE y un cuarto desconfiaba, en 2011 la relación se ha invertido: hoy sólo un tercio de la población confía en la UE, y dos tercios desconfían.
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