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La crisis económica de la Unión Europea: ¿Complejo de Saturno o Síndrome de Estocolmo? Parte I (página 2)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8

Pero la globalización (por la vía de la financierización internacional), la liberación del comercio exterior (por la apertura de mercados y las rebajas de aranceles a países de fuera de la región) y por los diferentes grados de desarrollo económico de los socios, han hecho saltar las costuras y la "gran carpa" ha comenzado a perder aire. Eso que los técnicos (eufemísticamente) llaman "asimetrías". En una palabra, se jodió el invento…

Se puede atribuir a la "irresponsabilidad" de los PIGS (irrefutable), a la "deslealtad" inglesa (evidente), a la "subsidiaridad" francesa (el último país socialista), o a la "racanería" alemana (que no se muestra dispuesta a comprar más "chucherías" a sus "socios", para que ellos puedan comprar sus Mercedes, o a darles crédito suficiente, como hacen los chinos con los norteamericanos, para que sigan viviendo el "sueño americano"). Lo uno por lo otro y la casa sin barrer…

Entre los pecados "originales", dignos de reseñar, de esta "des-Unión Europea", está el temor reverencial y agradecimiento eterno que sienten los alemanes por los EEUU. Las "chocolatinas" de la guerra, dicen los mayores. En definitiva, ni honra, ni barcos. O sea.

Tal vez por eso, ha resultado tan fácil para la banca americana y los brujos de Wall Street extender (¿contagiar?) su "way of life" por el ámbito europeo. El sida financiero que inoculó la mayor crisis económica desde el fin de la segunda guerra mundial puede terminar matando al proyecto de la Unión. Dejando claro que el virus vino de los EEUU (responsable inicial), pero su principal portador europeo ha sido Gran Bretaña (responsable subsidiario), les dejo con un pequeño relato (inicialmente gracioso, finalmente dramático) sobre la estupidez de Heidi (una cervecera alemana) y la titulización de las deudas. Tanto como para "relajar" un poco esta desdichada crónica.

La crisis financiera explicada de manera sencilla

Heidi es la propietaria de un bar en Berlín.

Como es natural, quiere aumentar las ventas, y decide permitir que sus clientes, la mayoría de los cuales son alcohólicos en paro, beban hoy y paguen otro día.

Va anotando en un cuaderno todo lo que consumen cada uno de sus clientes.

Esta es una manera como otra cualquiera de concederles préstamos.

Muy pronto, gracias al boca a boca, el bar de Heidi se empieza a llenar de más clientes.

Como sus clientes no tienen que pagar al instante, Heidi decide aumentar los beneficios subiendo el precio de la cerveza y del vino, que son las bebidas que sus clientes consumen en mayor cantidad.

El margen de beneficios aumenta vertiginosamente.

Un empleado del banco más cercano, muy emprendedor, y que trabaja de director en la sección de servicio al cliente, se da cuenta de que las deudas de los clientes del bar son activos de alto valor, y decide aumentar la cantidad del préstamo a Heidi.

El empleado del banco no ve ninguna razón para preocuparse, ya que el préstamo bancario tiene como base para su devolución las deudas de los clientes del bar.

En las oficinas del banco los directivos convierten estos activos bancarios en "bebida-bonos", "alco-bonos" y "vómito-bonos" bancarios.

Estos bonos pasan a comercializarse y a cambiar de manos en el mercado financiero internacional.

Nadie comprende en realidad qué significan los nombres tan raros de esos bonos; tampoco entienden qué garantía tienen estos bonos, ni siquiera si tienen alguna garantía o no. Pero como los precios siguen subiendo constantemente, el valor de los bonos sube también constantemente.

Sin embargo, aunque los precios siguen subiendo, un día un asesor de riesgos financieros que trabaja en el mismo banco (asesor al que por cierto despiden pronto a causa de su pesimismo) decide que ha llegado el momento de demandar el pago de las deudas de los clientes del bar de Heidi.

Pero, claro está, no pueden pagar las deudas.

Heidi no puede devolver sus préstamos bancarios y entra en bancarrota.

Los "bebida-bonos" y los "alco-bonos" sufren una caída de un 95% de su valor. Los "vómito-bonos" van ligeramente mejor, ya que sólo caen un 80%.

Las compañías que proveen al bar de Heidi, que le dieron largos plazos para los pagos y que también adquirieron bonos cuando su precio empezó a subir, se encuentran en una situación inédita.

El proveedor de vinos entra en bancarrota, y el proveedor de cerveza tiene que vender el negocio a otra compañía de la competencia.

El gobierno, tras conversaciones entre el presidente del gobierno y los líderes de los otros partidos políticos, interviene para salvar al banco, porque claro, los bancos son las venas mismas de la economía de un país (y porque son poderosos, aún más que los gobiernos)

Para poder financiar el rescate del banco, el gobierno introduce un nuevo impuesto muy elevado que… pagarán los abstemios.

¡Por fin! ¡Una explicación que entiendo!

(Lo valioso de las explicaciones es que sean sencillas para quienes no son especialistas en el tema. Pero lo cierto es que el bar estaba en USA no en Alemania…)

Después vinieron "volando" los PIGS y pusieron contra las cuerdas a Heidi, al abuelito de Heidi y hasta a la Señorita Rottenmeier… Al final, los "camareros" del Club Med, han resultado ser unos africanos y amenazan con estropear las vacaciones de sol y playa de los laboriosos alemanes o el bucólico retiro de los jubilados teutónicos.

Tomemos nota de la extraña levedad de Europa, e intentemos ver si es posible "no acabar como el Rosario de la Aurora":

"En las últimas horas de la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático, el primer ministro chino, Wen Jiabao, organizó una reunión con otros líderes de grandes países en desarrollo, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y sus colegas, indio, Manmohan Singh, y sudafricano, Jacob Zuma.

Al rato, apareció Barack Obama con Hillary Clinton, y un par de horas después sellaron el pacto que cerró la cumbre. El presidente de turno de la UE, el sueco Frederick Reinfeldt, se enteró del acuerdo por SMS"… La Unión Europea lucha contra la irrelevancia (El Mundo – 31/10/09)

"No corresponde a la Unión Europea rescatar a los países miembros con problemas de presupuesto, como Grecia, según indicó el martes un importante portavoz presupuestario del partido Conservador de la canciller alemana Angela Merkel.

Norbert Barthle indicó que Grecia tan sólo es "la punta del iceberg", y señaló a Italia, España, Irlanda, Letonia y Hungría como otros países europeos con problemas, informa Reuters"… Alemania avisa: no es trabajo de la UE "rescatar a estados en quiebra" (Libertad Digital – 16/12/09)

"Salta la espita en el seno de la UE. La Comisión Europea (CE) estudia acudir al rescate de Grecia, evitando así la ignominia que supondría que un país de la zona euro acuda al Fondo Monetario Internacional (FMI). El Gobierno griego niega este plan y responde que no necesitan un "rescate"… La UE estudia rescatar a Grecia mediante créditos extraordinarios o avales (Libertad Digital – 21/1/10)

"Este año, se suponía que la Unión Europea formada por 27 países, alcanzaría la mayoría de edad como protagonista en el escenario mundial, impulsada por el Tratado de Lisboa, que ha simplificado la engorrosa estructura institucional de la UE. En cambio, Europa está empezando a verse como el perdedor en un nuevo orden geopolítico dominado por Estados Unidos y las potencias emergentes, lideradas por China"… Los sueños de grandeza de Europa menguan (The Wall Street Journal – 30/1/10)

"Los funcionarios europeos no tardan en ridiculizar cualquier especulación sobre un rescate de Grecia e insisten en que lo que Atenas necesita es poner en orden sus finanzas.

Pero si se intensifican los temores que han infectado a algunos de los miembros más débiles de la zona euro y Grecia tiene dificultades para refinanciar su elevada deuda, las autoridades europeas dispondrán de varias opciones para ayudar al país a salir del atolladero"… En caso de ser necesario, ¿quién saldría al rescate de Grecia? (The Wall Street Journal – 9/2/10)

"La quiebra del gigante estadounidense de la banca de inversión Lehman Brothers en septiembre de 2008 cortó la respiración del sistema financiero mundial, igual que el desplome de las Torres Gemelas tras los sangrientos atentados del 11-S en Nueva York marcó un antes y un después en el orden mundial.

En las semanas siguientes al caso Lehman, las entidades bancarias a ambos lados del Atlántico comenzaron a caer como moscas, y sólo la intervención de los Estados evitó lo que iba camino de convertirse en una masacre financiera.

Las más o menos discretas maniobras en las últimas semanas de los Gobiernos de la UE para apuntalar las finanzas públicas de Grecia y evitar su bancarrota persiguen precisamente evitar que el efecto dominó que vivió la banca a finales de 2008 se repita, pero con los Estados como víctimas. El objetivo de los líderes europeos es dejar claro a los especuladores que las capitales del Viejo Continente serán solidarias entre ellas. Y que apostar por quebrar eslabones débiles como Grecia, Portugal o España no tendrá premio porque no se romperá la cadena"… El euro pone a prueba la solidaridad de la UE (El Economista – 11/2/10)

"La crisis griega brinda la oportunidad a París y Berlín de controlar a sus vecinos y marcar las directrices de la política de la zona euro"… Merkel y Sarkozy sacan tajada (El Mundo – 14/2/10)

"El rescate de Grecia no sólo afectará la deuda soberana en el viejo continente sino la soberanía de cada país"… La tragedia griega que cambió a Europa (The Wall Street Journal – 16/2/10)

"El siglo XXI comenzó a toda velocidad en Grecia. Saludó la nueva centuria con su incorporación a la Europa del euro, de la que en principio había quedado fuera pero a la que luego se adhirió en 2001, ya con los criterios establecidos en Maastricht en el bolsillo. Tres años después, volvió a ser la casa de los Juegos Olímpicos. Demasiadas emociones fuertes. Y ahora se están pagando en forma del déficit público más elevado de la zona euro y el riesgo de impago pendiendo como una espada de Damocles sobre el país.

Esta tesitura ha planteado un dilema al resto de eurosocios. ¿Conviene respaldar a Grecia para proteger así al euro? El cuerpo lo pide, pero la cabeza dice que esta maniobra está repleta de riesgos"… Cierren la puerta a Grecia (El Economista – 20/2/10)

"Las desigualdades y desequilibrios internos de la euro zona, que benefician a Alemania, son el verdadero problema del euro, dice un ex Secretario de Estado del Ministerio de Finanzas alemán"… ¿Nostalgia por el Marco? (La Vanguardia21/2/10)

"Siguiendo la prensa económica internacional, podríamos llegar a una conclusión cierta: el sistema político-económico mundial funciona ya de tal manera que es más fácil que quiebre un país que un banco. Estos últimos son siempre demasiado grandes para cerrar y son los contribuyentes los que les tienen que asistir. Por otra parte, la zona euro, a pesar de que es producto de la voluntad política de 16 países, se puede desplomar, porque Grecia tiene unas deudas muy grandes"… Tragedia griega, drama europeo (El Mundo – 21/2/10)

"Con frecuencia se expone que las raíces de la crisis financiera de Grecia se remontan al diseño de la divisa única europea. En realidad, es aún peor. La crisis griega guarda relación con la misma base sobre la que se ha edificado la unidad europea en los últimos 60 años. Es una amenaza no sólo para el euro, sino para todo el complejo de la UE.

El riesgo para Europa ahora es que si la UE no realiza avances en materia de política como respuesta a la crisis griega, dará un paso atrás -y el largo proceso de integración europea podría comenzar a derrumbarse-"… Grecia amenaza no sólo al euro (Expansión – 24/2/10)

"Parto del supuesto de que los Gobiernos europeos no se pondrán de acuerdo para violar la ley vigente", declara el antiguo miembro del Tribunal Constitucional alemán en una entrevista adelantada hoy por el semanario "Der Spiegel".

En el caso de que, pese a todo, esas ayudas se produzcan, existe la posibilidad de recurrir y los parlamentos o diputados podrían presentar denuncias ante sus respectivos tribunales constitucionales, señala Kirchhof"… Un experto advierte de que las ayudas a Grecia vulneran los tratados de la UE (El Economista – 28/2/10)

La crisis griega ha demostrado que los organismos financieros de la UE no tienen las facultades para obligar a los países miembros que se desvían del camino a ordenar su casa, señala en una entrevista Jean-Pierre Jouyet, presidente de la superintendencia francesa de bolsas. "Necesitamos nuevas herramientas para manejar estos desequilibrios, porque un pacto sin sanciones no basta", dice Jouyet, quien también fue ministro de Finanzas de Francia.

¿Será posible pasar del gigante económico (ahora, entre dudas y deudas) y el enano político (sin peso internacional), al gigante económico (independiente) y al gigante político (soberano)? Aprovechando las "rebajas", tal vez…

Mal que les pese a los "socios" atlánticos (EEUU y el "submarino" británico).

– La verdad de la milanesa (víctimas colaterales: no hagan olas, muchachos…)

(Traducción para lectores no argentinos) Milanesa: filete de carne empanado; el desplazamiento de significado se relaciona con la expresión consignada, que alude a un posible engaño respecto de la carne oculta. La verdad de la milanesa: supuesto conocimiento de una causa encubierta. (Diccionario etimológico del lunfardo – Oscar Conde – Taurus 2004)

¿Por qué pueden ser rescatados los bancos y no los países? O si ustedes quieren, ¿por qué hay que rescatar a los países, sí y sólo si, con ello se salvan a los bancos?

El "veleidoso" (Napo) Sarkozy (en el tiempo que le queda entre las prácticas de movilidad del pelvis y la atenciones dedicadas al pubis angelical de Carla) se da prisas para solucionar el problema de la deuda griega, en clave de resolver el problema de los bancos franceses que se han quedado "pringados" con los bonos helénicos.

La "hacendosa" Merkel (haciendo memoria de sus épocas en la Alemania Oriental) deja de lado los "usos y costumbres" teutónicos, para no dejar caer a Grecia, si con ello atiende las reclamaciones de los bancos alemanes "ahítos" de deuda soberana ateniense.

Esa es la verdad de la milanesa. Grecia les importa una "higa". Lo único que los moviliza es el riesgo de que el Partenón se caiga sobre el balance de los bancos franceses y alemanes. Hecha la trampa… se hace la ley.

El Banco Central Europeo que tuvo y tiene dinero para monetizar la deuda de los bancos, no la tiene (o quiere tener) para monetizar la deuda de los países miembros. El BCE que repartió dinero a espuertas para salvar a los bancos sub-prime (y otras estafas piramidales), se hace el abstemio y sugiere a Grecia que vaya a "alcohólicos anónimos" para resolver su "adicción" a la deuda. Para los bancos hay dinero. Para Grecia (y otros PIGS) sólo "metadona".

¿Por qué el BCE se "traga" todos los títulos sub-prime que le dan los bancos y no tiene capacidad para lanzar un "bono europeo" que consolide la oferta y mejore la calificación crediticia? ¿Saben lo que es la sinergia? Colusión rima con corrupción.

El mundo al revés (I): los bancos han cogido dinero de los bancos centrales y ahora se lo prestan a los gobiernos.

El mundo al revés (II): ¿cómo es posible que los bonos corporativos tengan menor riesgo que los bonos soberanos de algunos países de la zona euro?

"La reciente caída en los mercados financieros mundiales ha intensificado las dudas de los inversionistas sobre los bancos que podrían tener exposición a la deuda de las economías europeas en apuros.

La preocupación es que las instituciones financieras, en especial las de Europa, enfrenten una nueva ronda de problemas debido a su exposición a la deuda soberana de Grecia, Portugal, España, Irlanda y otras economías con un mayor riesgo de declararse en cesación de pagos. Eso podría frenar una recuperación incipiente en un sector que tal vez no está preparado para afrontar una nueva crisis"… La crisis de Grecia infecta a los bancos y la presión puede llegar a Francia y Bélgica (The Wall Street Journal – 8/2/10)

"La enorme exposición de los bancos alemanes y franceses a Portugal, Irlanda, Grecia y España explica por qué las mayores economías de Europa están actuando para rescatar a sus vecinos del sur, según el informe de Société Générale titulado Casamiento griego"… La banca europea tiene 1,5 billones expuestos a los países con problemas (Expansión – 12/2/10)

"Alemania y Francia han sugerido en los últimos días que el rescate de Grecia podría ser necesario para salvaguardar la zona euro, pero ambos países podrían tener una motivación más apremiante: proteger sus propios bancos"… La deuda pesa sobre los bancos de Francia y Alemania (The Wall Street Journal – 19/2/10)

"La banca alemana y francesa es, junto a la británica y la suiza en menor medida, la más expuesta a una hipotética quiebra de los denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España). Los bancos europeos tienen 185.000 millones de euros en Grecia y más de 1,5 billones en los cuatro países"… La quiebra de los PIGS causaría un agujero de 1,5 billones a la banca europea (Libertad Digital – 26/2/10)

"El BCE no confía en los gobiernos de los países de la eurozona. Al menos no lo suficiente como para esperar que cumplan con el Pacto de Estabilidad que ellos mismos se impusieron. Y eso que el propio Trichet ha alertado en numerosas ocasiones sobre el peligro de perder la confianza de los mercados"… El déficit se dispara en la UE – El BCE no confía en sus gobiernos: nadie cumplirá el Pacto de Estabilidad (Libertad Digital – 12/3/10)

Una de las palabras claves que se asocian a cualquier unión monetaria es "credibilidad". Tener una moneda en común obliga a los estados miembros a cumplir con unas normas que transmitan confianza a los mercados y aporten equilibrio a toda la zona. Por eso, cuando se creó el euro, todos los países se comprometieron con un Pacto de Estabilidad con estrictos límites sobre el déficit (3% del PIB) y la deuda pública (60% del PIB).

Desde el 11 de marzo, cuando publicó su Boletín del mes, sabemos que el Banco Central Europeo (BCE), el encargado de fijar la política monetaria adecuada en función de las necesidades de la eurozona, no confía en que ninguno de los países sobre los que tiene que velar cumpla con sus obligaciones al menos en los próximos 3 años. Es más, en sus últimas previsiones, pronostica que el déficit del conjunto de la eurozona se situará en el 5,6% en 2011 (casi el doble de lo permitido) y en el 3,9% en 2012, cinco años después de iniciada la crisis. La deuda, por su parte, llegará al 87,3% en 2012.

El problema es que, además, ningún país cumplirá con el criterio del déficit exigido por el BCE. Es más, lo que antes parecía un límite inflexible, ahora se ve como una simple meta a alcanzar según las necesidades de cada país. De hecho, el propio informe reconoce que la deuda volverá a caer por debajo de su nivel "recomendable", al menos "dos décadas".

La institución presidida por Jean-Claude Trichet no parece que esté muy tranquila con esta situación, y alerta de las "amenazas a la sostenibilidad de las finanzas públicas"; al reflejo que estos incumplimientos tendrán en un posible alza de la inflación; y a la subida en el precio que los mercados exigirán a los gobiernos para seguir comprando su deuda pública (y este incremento en los tipos también lastrará a empresas y hogares).

Pero además de hacer el análisis en conjunto, el BCE también se detiene en las cifras de cada país. En este aspecto, España sale muy malparada en la foto. Su déficit público estará en 2012 en el 5,3% (7,5% un año antes) si se cumplen los pronósticos de los chicos de Trichet, lo que la sitúa en el segundo puesto de este dudoso podio de endeudamiento público, sólo superada como Irlanda.

Viendo estas cifras, no es extraño que el economista jefe del BCE, Jürgen Stark, alertase hace unos días sobre la posible creación de un Fondo Monetario Europeo que salvase a los países con dificultades en sus finanzas públicas. Algunos economistas lo ven como una posible escapatoria para los gobiernos menos responsables. Y viendo lo que han hecho hasta ahora, teniendo unas normas supuestamente estrictas y sin una red de seguridad, es lógico que Stark y su jefe teman lo que pudiera ocurrir en ese caso.

En una de sus conclusiones, el boletín alerta de que "el éxito del ajuste" dependerá no sólo de lo que hagan los gobiernos, sino también de su fiabilidad ante los mercados. Y teniendo en cuenta que ni siquiera el BCE prevé que ninguno cumpla antes de 2012, ¿qué pensarán los inversores?

La Europa "high yield": los Gobiernos europeos necesitarán pedir prestado 1,45 billones de euros este año, una cifra superior al récord de 1,39 billones de euros de 2009, según Standard & Poor's. Mucho "papel" para tan triste papel…

– ¿Y a partir de ahora, qué? (de Eurolandia a los Estados Unidos de Europa)

Si la Unión Europea hubiera querido demostrar que "sabe" y "puede" podría haber empezado por controlar los abusos especulativos de la banca, antes, durante y después de la crisis.

¿Se han adoptado medidas de control sobre las entidades financieras y la "exuberancia irracional" de los mercados, para evitar que se repita una crisis de este tipo?

¿Qué hizo y qué hace por la regulación de los fondos de inversión alternativos, incluidos los "hedge funds" (fondos de inversión libre) y los fondos de capital-inversión o capital-riesgo)?

¿Qué hizo y qué hace por controlar los CDS "naked"?

¿Qué hizo y qué hace por controlar las operaciones de productos derivados o estructurados negociados "over-the-counter", esto es, de forma bilateral y en mercados no "organizados"?

¿Qué hizo y qué hace por controlar las inversiones especulativas a la baja?

¿Qué hizo y qué hace para controlar los fondos de cobertura (swap)?

¿Qué hizo y qué hace para controlar el alquiler de acciones, su venta al contado y su compra a futuro, para devolverlas al locador?

¿Qué hizo y qué hace para controlar las vetas a corto (short selling)?

¿Qué hizo y qué hace para controlar las operaciones (excesivamente) apalancadas?

¿Qué hizo y qué hace para mejorar la seguridad de los mercados de derivados?

¿Qué hizo y qué hace para controlar las operaciones de la banca en la sombra?

¿Acaso, los especuladores son "buenos" cuando favorecen los intereses creados y "malos" cuando pisan los cayos de la casta política?

¿Por qué el BCE no interrumpe su política de encargar los análisis del riesgo de los países a organismos de clasificación estadounidenses, siendo que estos últimos tienen un historial pésimo y a pesar que depender de dichos organismos resulta simplemente inaceptable?

¿Por qué el BCE no ha establecido algún tipo de tasa de resarcimiento al sector financiero que ha impuesto tan enormes externalidades sobre el resto de la sociedad?

Mientras la UE "ataba los perros con chorizos" los "hedge funds" eran Inversores Extranjeros Directos; al retirarse la marea y dejar la playa sembrada de cadáveres, esos mismos "fondos especulativos" resultan ser los culpables de la creciente y de la bajante.

No hay tsunamis buenos y malos. Hay "observatorios meteorológicos" que los prevén (anticipan) y otros que no se enteran. Hay poblaciones que viven en zonas de riesgo (y así les va) y otras que habitan en zonas más seguras para afrontar los avatares climáticos.

¿Dónde estaba y está la UE ante el tsunami financiero?

¿Dónde estaba y está el BCE ante el tsunami financiero?

¿Hasta dónde pueden llegar las "tragaderas" de la UE y del BCE ante el despropósito que los bancos puedan especular contra los Gobiernos que los rescataron?

¿Qué están haciendo la UE y el BCE (tanto monta monta tanto) por resolver los excesos del fundamentalismo de libre mercado?

La Unión Europea (y Europa en general) es acomplejada, imitadora y facilona. Se queda embarazada a la primera y ni siquiera sabe con quién pasó la noche del hecho. Cobarde, cómplice, segundona (luego "tercerona" y pronto "cuarterona").

En el grupo de países más desarrollados, que primero fue el G-8, después el G-9, luego el G-10, y que ahora, para "pastelear" mejor, es el G-20 -donde sólo se hacen discursos fatuos y protocolares "fotos de familia"- (en realidad, poco más que un G-Je!-20), la Unión Europea es la secretaria-ejecutiva que atiende la centralita telefónica, por lo que, en la mayoría de los casos, se termina enterando por SMS. Por lo cual, la Unión Europea resulta ser uno de los más "¡Je!" de los 20.

En el próximo mundo G-2 (EEUU + China), la Unión (o des-Unión) Europea (juntando todos los trastos) podrá llegar a la butaca número 4 (después de Japón), sí y sólo sí, India lo permite, a Brasil lo pillan en Carnaval, y el precio del petróleo y el gas no aceleran a Rusia. Al final, puede que la inviten a las "fotos" del G-20.

Antes, los secretarios de Estado norteamericanos (con sorna) preguntaban: ¿cuándo necesito hablar con Europa, a quién llamo?

Ahora, lo tienen claro. Da igual. A Europa no tengo que llamarla. Que se enteren de lo resuelto por los periódicos. Esto es lo que hay. Triste pero real.

A la "inmadura" Unión Europea le ocurre lo mismo que a sus jóvenes: Ni-Ni-Ni (ni estudian, ni trabajan, ni piensan). Blanda, sobreprotegida, sin convicciones firmes. Cree en las impresiones y en las tendencias que proporcionan el gusto y el género.

¿Por qué pensamos que éramos tan ricos, tan rápido y tan fácilmente?

La Unión Europea ha entrado en una era llena de incertidumbres laborales, económicas y vitales. Se acabó lo conocido.

Reconociendo que no hay estrategias sencillas a las que recurrir ante los nuevos problemas sistémicos, indudablemente, mayores serán los daños cuanto más tarden en reconocerse, tanto por parte del sector público como del privado.

Para empezar, tal vez, los "mandamases" europeos, con toda humildad y espíritu de enmienda, podrían esclarecer a sus ciudadanos ¿por qué la Unión Monetaria Europea pasa su mayor crisis? En esta crisis ha quedado de manifiesto que existe una cadena de errores. El primero es un error técnico, en el que se venden productos que el vendedor no entiende; un error profesional, en el que se dejan de hacer tareas de control que deberían realizarse; y, finalmente, un error ético, que es el más grave. Hemos aprendido que el Estado debe impedir que se vuelva a producir esa cadena de errores.

Luego, podrían enseñar a sus ciudadanos ¿cuál es el secreto para sobrevivir a esta crisis? Ser muy austeros.

Después, podrían explicar a los ciudadanos ¿cómo ven el futuro? Tenemos que pensar que somos pobres. Debemos pensar que hemos retrocedido cinco años; no hay nada de malo en eso, por lo menos todavía estamos vivos. Los que estamos medianamente bien tenemos que ayudarnos unos a otros. Y luego, tenemos que empezar a ser competitivos, no sólo limitarnos a reclamar al Gobierno porque, al final, el Ejecutivo te quita a ti para poder darte. No todo son derechos. Además, los gobiernos deben hacer leyes suficientemente buenas para que el empresario pueda crear pronto empleo y riqueza, y también los sindicatos deben dar facilidades a los empresarios. En definitiva, debemos tomar conciencia y ayudarnos unos a otros, todos juntos. El futuro tenemos que crearlo nosotros… Ni "onda" de Elliot, ni "C" de Barak, ni mandangas… sólo sangre, sudor y lágrimas. Volver a los orígenes. Hacer "lo de siempre". Orgullosos de ser europeos.

Aunque el caso de Grecia nos sirve de aviso para extraer lecciones para la unión monetaria, por ahora, sólo se puede constatar el fenómeno del silencio, ese espeso "silencio de los corderos" exhalado otras veces, en la retrospectiva de la historia, provocando el desconcierto profundo de sus ciudadanos. Una faena de "becarios".

– El mareo de la perdiz (no comment)

(Les voy a ahorrar el esfuerzo de leer el siguiente Apartado en su versión original. Creo que con los "Titulares" tendrán suficiente material, para el sufrimiento y la frustración.)

– Bruselas quiere un "Gobierno económico" europeo y centralizado (Libertad Digital – 10/2/10)

– Un Gobierno económico para la UE (Cinco Días – 11/2/10)

– La "moneda única" debe hacerse mayor (El Economista – 11/2/10)

– Van Rompuy se estrena con una cumbre crucial para la deuda pública española (El Confidencial – 11/2/10)

Grecia pierde su soberanía y no tendrá "derecho a voto en la UE" si hay rescate (Libertad Digital – 17/2/10)

– Nuevo tratado – Berlín y París elaboran documento estratégico para el gobierno económico UE (Cinco Días – 27/2/10)

– Bruselas confirma que trabaja en la creación de un Fondo Monetario Europeo (El Economista – 8/3/10)

– El economista jefe del BCE rechaza la creación de un Fondo Monetario Europeo (Expansión – 8/3/10)

– Europa quiere bajar el calibre de un arma financiera clave: los CDS (The Wall Street Journal – 10/3/10)

– Líderes de la Unión Europea proponen regulación para los CDS (The Wall Street Journal – 11/3/10)

– EE UU advierte a Europa que el plan para la regulación de fondos puede enfrentarlos (Cinco Días – 11/3/10)

– Sobre la queja del Secretario del Tesoro – La CE responde a EEUU: La propuesta europea de controlar los hedge funds emana del G20 (Cinco Días – 11/3/10)

– La ministra de Finanzas de Francia no cree que Grecia necesite un rescate (The Wall Street Journal – 12/3/10)

– Alemania es partidaria de limitar el voto de los países que no controlen sus finanzas (Negocios.es – 12/3/10)

– Londres y París chocan por la regulación financiera (Expansión – 12/3/10)

– La zona euro avalará la deuda griega si se dispara su coste (Cinco Días – 13/3/10)

– Alemania: "Necesitamos reglas más severas" en la Eurozona (El Economista – 15/3/10)

Grupos de capital británicos se oponen a la regulación de los "hedge funds" en la UE (Intereconomia.es – 15/3/10)

– El eurogrupo decide que no se garantizarán préstamos para sanear la deuda de Grecia (Expansión – 16/3/10)

– Bruselas aplazada la directiva sobre hedge funds tras las advertencias de EEUU (El Economista – 16/3/10)

(Si ponen en los "titulares" anteriores, año 2011 o año 2012… todo sigue igual. O sea.)

¿Puede Europa estar "medio embarazada"? (apoyo a Grecia sin firmar cheques)

Si tuviera que contestar ahora mismo (16/3/10) la pregunta que encabeza este Apartado: ¿Y a partir de ahora, qué? (de Eurolandia a los Estados Unidos de Europa), seguramente diría que continuamos en "Eurolandia".

Para tranquilidad de los EEUU y alegría del Reino Unido, la Unión Europea continúa "mareando la perdiz". Fingiendo que está "medio embarazada". Diciendo "Diego" donde antes había dicho "digo". Borrando con el codo lo que escribe con la mano. Acomplejada. Cobarde. Timorata. Indecisa. Miserable. Tacaña. Despreciable. Avara. Vacilante. Indecente. Cómplice. Deshonesta.

La Europa (de los "mercaderes") que no se anima a enfrentar el "momento de la verdad". Donde "finanzas sólidas" e "integración" parecen incompatibles. Donde se plantea el gran dilema entre "credibilidad" o "cohesión". Pura esquizofrenia.

¿De "Zorba" el griego a "sobra" el griego? Como no podemos tener 16 alemanias (16 países con superávit), tenemos que afrontar los desequilibrios. Tal vez, la alternativa sea que Alemania se "españolice" o todos se "argentinicen" (lo más probable, si todo sigue igual). Así, Europa pierde peso económico en el mundo.

Si se decidiera dejar de ser Eurolandia (¡aleluya!), se podría comenzar (de menos a más, digo) aplicando la "regla Volcker". Limitando el riesgo que pueden tomar las firmas bursátiles, imponiendo límites a los bancos comerciales para que no puedan operar por cuenta propia en los mercados, ni invertir o promover "hedge funds" o fondos de capital riesgo. Un pequeño golpe en la mesa…

Supervisar los "hedge funds" más de cerca, y los que gestionan más de 100 millones de euros deberán registrarse en un organismo centralizado europeo de control y revelar sus datos financieros para limitar el riesgo sistémico y para proteger a los inversores. Finalmente, por qué no, limitar la paga de los ejecutivos, dando más poder a las juntas de accionistas. Como para ir moviendo ficha…

Una vez cogida carrerilla, quedará por resolver el gran asunto europeo: que para tener una moneda única hay que tener un tesoro común. Crear una unión fiscal europea. Entonces, recién, se podría hablar de Unión Europea. Difícil, pero real…

– Conclusión (o anhelo) preliminar: Más Europa

La razón de que haya crecido mi escepticismo sobre las perspectivas a largo plazo para la eurozona no es el aspecto económico inherente de la unión monetaria. Es que dudo de que exista la voluntad política para hacer lo que es necesario.

Ahora que pueden estarse dibujando en la pizarra de la Historia, esto que parece ser el fin de los días de vino y rosas, más que la crisis en sí, me preocupan los síntomas de descomposición que se advierten por todas partes. Una "ciclogénesis explosiva".

Señores, el problema no es Grecia (que también), tampoco el euro (que también), el problema es que éste capitalismo (librecambista, financiero, fugaz y falaz), tal como lo padecemos, está muerto. Lo único que se puede aguardar (y desear) es que, si es cierto que hay vida después de la muerte, surja uno nuevo, mejor, más sostenible, menos abusivo y más social. El antiguo ha muerto por exceso. Es de esperar que nazca uno nuevo, así sea por defecto. Tempus fugit…, el tiempo corre…, el tiempo apremia.

Europa (y por consiguiente Grecia, sin olvidar a los otros PIGS), se ha contagiado el SIDA financiero por andar "durmiendo con el enemigo". Por débil, por acomplejada, por invertebrada, se ha dejado encandilar por el "espectáculo de la bolsa". Y ahora, vienen los arrepentimientos. Tarde; no se puede estar "medio embarazada". A Venus no le es suficiente con la "contabilidad creativa" inventada por Marte, para disimular la crisis (el niño) que lleva en sus entrañas. Hay que asumir la maternidad responsable, reconocer al niño (PIGS & Cía.) y decidirse a ser una buena madre soltera. Está claro, una "madre soltera". Tal vez, a partir de allí, se pueda criar al hijo (los Estados Unidos de Europa) de mejor manera (autónoma y soberana). Ganar importancia y credibilidad.

No se puede jugar a todas las cartas a la vez. Y mucho menos si el "croupier" es norteamericano o inglés (los chicos de la quiebra). Es posible que así amaine, la "tormenta perfecta" que barre Europa. Y hasta vuelva a brillar el sol… ¿Es mucho pedir (y desear) unos Estados Unidos de Europa a "toda velocidad"? Nada abstracto…

Buscando soluciones definitivas (vacunas contra la "malaria" europea)

¿Qué puede hacerse para resolver los problemas derivados de la crisis griega u otras similares (PIGS al volante)?

Descartando que un país miembro del "área euro" (AE) deje de serlo o salga temporalmente, así como partiendo de que los países miembros del AE no están dispuestos a ampliar los recursos del presupuesto europeo, lo lógico es que estos países, durante el periodo en el que ajustan sus desequilibrios excesivos tanto fiscales como de competitividad, reciban financiación externa durante algunos años para suavizar los efectos sociales de dicho ajuste. Existen varias opciones posibles para lograrlo:

1. La opción más sencilla y fácil de aplicar es dejar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ayude a Grecia porque está deseando hacerlo, al ser uno de sus miembros, y porque tiene una gran experiencia en imponer condiciones con un programa de reducción de su déficit y su deuda, y de mejora de su competitividad. De hecho, ya ayudó al Reino Unido en 1967, ha ayudado a Polonia y ahora está ayudando a Letonia. Sin embargo, parece existir una extraña distinción entre los miembros de la Unión Europea y los del AE. La ayuda del FMI a uno de los 16 miembros del AE parece ser considerada como un estigma para el AE, como si fuera una aceptación de que no funciona adecuadamente. Es verdad que se ha permitido que el FMI envíe a sus expertos economistas para que estudien la verdadera situación económica y fiscal griega, pero no parece que se quiera que le ayude, lo que es ridículo, ya que es otro miembro más y además, en una reunión histórica del G-20 en 2009, se aprobó un fuerte aumento de los recursos y emisiones de DEG del FMI para que pudiera prestar 750.000 millones de dólares adicionales para hacer frente a estos casos.

2. Otra opción planteada es crear un FMI dentro de la UE (FME) para hacer frente a estas situaciones. Éste impondría unas condiciones más duras que el FMI, tendría un sistema de resolución rápido en caso de quiebra o impago de deudas soberanas de países miembros y se financiaría al principio en los mercados y después con las multas que pagarían todos los países que incumpliesen los requisitos del PEC.

Esta misma idea se planteó tras la crisis asiática sin éxito ya que presenta varios problemas: lleva mucho tiempo ponerla en marcha; si impone condiciones más duras que el FMI, los países preferirán acudir a éste en lugar de al FME; su financiamiento sería muy complicado ya que más de la mitad de los países del AE exceden los requisitos de deuda del PEC y todos los de déficit y, finalmente, los países no son empresas y no quiebran porque son soberanos y nadie puede imponérsela.

3. Una tercera opción con mayor posibilidad que la anterior es crear un solo emisor de bonos soberanos en euros en lugar de (o además de) los 16 actuales miembros del AE. Ésta tiene dos importantes ventajas para sus inversores: una mayor liquidez y una mayor diversificación del riesgo. Las dos razones por la que el bono alemán tiene el spread más bajo del AE es que su probabilidad de impago es la más baja y su mercado el mayor y más líquido del AE y, a mayor liquidez, menor spread, ya que los inversores necesitan poder entrar y salir con facilidad de cualquier bono soberano.

Al aumentar la liquidez del mercado, agrupando los 16 actuales en un solo bono en euros, incluso Alemania podría salir beneficiada ya que el tamaño del mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos es de unos seis billones (europeos) de dólares, el del conjunto de bonos soberanos del AE es de unos cuatro billones de euros y el alemán es de un billón de euros aproximadamente. El concentrar todas las emisiones en una sola produciría una gran ventaja de reducción de los spreads medios sin ningún coste aparente.

Su segunda ventaja es su mayor diversificación. Este bono soberano en euros de 16 países mejoraría tanto la diversificación para el inversor que una garantía común por parte de todos sus países miembros implicaría que todos ellos podrían salir ganando, aunque aquellos con mayor probabilidad de impago ganarían más que los de menor probabilidad. Pero sería difícil determinar la ganancia neta de unos y otros, y además los costes para los transferidores netos serían mucho mayores de verse obligados a rescatar a un país miembro de una situación cercana al impago, como está ocurriendo hoy.

El único problema que plantean dichos bonos es que debilitaría la disciplina que imponen los mercados financieros a los países que no controlan su déficit y su deuda. Pero podría resolverse introduciendo cláusulas y multas mucho más duras en el PEC para aquellos países que incumpliesen sus requisitos, dando mayor credibilidad al bono europeo. Finalmente, el emisor de estos euro-bonos podría ser el Banco Europeo de Inversiones y la garantía podría ser conjunta o cada país garantizando de acuerdo con su participación relativa en su capital, o también la Comisión Europea.

Que un ministro de Finanzas alemán refrendara en público la idea de un Fondo Monetario Europeo (FME) con recursos para rescatar a los miembros de la eurozona con problemas financieros resulta bastante sorprendente. Parece atentar -o al menos modificar- contra las reglas básicas alemanas que prohíben los rescates y muestran tolerancia cero a una disciplina financiera poco estricta dentro de la eurozona.

Sin duda, la idea sugerida por Wolfgang Schäuble es un arma de doble filo. Daría a ese fondo las mismas herramientas para imponer condiciones e intervenir en las políticas fiscales de los países de las que dispone el Fondo Monetario Internacional. Desde el punto de vista alemán, sería su principal propósito.

Pero igual de sorprendente resulta el hecho de que la iniciativa, que incluye la promesa de otras medidas sin especificar para reforzar la coordinación política en la eurozona, haya surgido antes de Berlín que de París.

Normalmente, las propuestas más espectaculares en la UE son una prerrogativa francesa. La tradición alemana es mucho más prudente. Las "huidas hacia adelante" francesas provocan irritación. Pero, en general, sólo si Berlín apoya la idea se alcanza alguna solución.

Al final, las grandes iniciativas europeas raramente se aprueban a menos que los dos mayores estados fundadores entierren sus diferencias y lleguen a un acuerdo. Eso era sin duda lo que sucedía cuando el club europeo contaba con menos miembros. En una UE ampliada, la cooperación franco-alemana es una condición necesaria, aunque no siempre suficiente, para el progreso.

Aquellos fuera del círculo mágico -especialmente en Reino Unido- desconfían con frecuencia de la estrecha relación entre Berlín y París. Tradicionalmente se los ha considerado empeñados en la integración europea, como en los días de Helmut Kohl y François Mitterrand. La tendencia británica a hablar de un "eje franco-alemán" -una frase muy ofensiva en Alemania por recordar el eje germano-italo-japonés de la Segunda Guerra Mundial, de infausto recuerdo- pone de relieve la instintiva hostilidad, al menos en Londres.

La realidad es mucho más compleja, ya que en la mayoría de las ocasiones París y Berlín muestran posturas distintas. De seguir así, no habrá posibilidad de acuerdo en Bruselas.

Ese es el caso en el área fundamental de la política económica -y especialmente de la política fiscal– de la eurozona. Francia siempre ha expuesto que los ministros de Finanzas que se sientan en el Ecofin, y en el eurogrupo de miembros de la eurozona, deberían tener mayores poderes para coordinar la política. Alemania ha considerado tradicionalmente esta idea como una estrategia para reducir la independencia del Banco Central Europeo (BCE) y, potencialmente, no sólo para interferir en las políticas presupuestarias de los estados miembros endeudados, sino también para obligar a los defensores de una firme disciplina presupuestaria -tal y como se considera a sí misma Alemania- a relajar y expandir la demanda doméstica a través del Tesoro.

La pregunta ahora es si los dos pueden encontrar intereses comunes para diseñar un paquete de medidas, inspirado por la crisis griega (aunque no se acordarían a tiempo para ayudar a Atenas).

La entrevista a Schäuble en un dominical alemán ha provocado un gran revuelo. Parece ser que fue aprobada por Angela Merkel, la canciller, pero no se comunicó a París. Por este motivo, al lunes siguiente las autoridades de Berlín trataron por todos los medios de hacer hincapié en que "tenemos que consultar a nuestros socios, y en especial a París".

A primer vista, Schäuble y Merkel han hecho un gran avance para cumplir el deseo francés de crear algún tipo de "gobierno económico" para la eurozona. Merkel incluso ha usado esa frase -aunque deliberadamente al referirse a los 27 estados miembros, y no sólo a los 16 miembros de la eurozona-.

Sin embargo, es probable que las propuestas alemanas se centren principalmente en la disciplina presupuestaria y que incluyan severas reglas y multas para aquellos que infrinjan las "normas de Maastricht", fijando un techo del 3% del PIB para los déficit presupuestarios, y un límite sobre los préstamos gubernamentales del 60%. No habrá nada en el paquete que pudiera fomentar la negligencia fiscal, sobre todo no por parte de Berlín.

Al hacer pública la idea del FME, es posible que Schäuble intente poner en evidencia a París. No parece haber analizado cómo podría crearse sin una nueva negociación del tratado de la UE -algo que otros estados miembros contemplarían con pavor, teniendo en cuenta su experiencia con el tratado de Lisboa-.

Así que el resultado final quedará determinado por lo que pueda hacerse sin un cambio en el tratado, y conseguirse con París y Berlín del mismo lado. Sin duda llevará tiempo.

Paper – La era de la austeridad ("double" Keynes o "full" Weber… ¿qué les apetece?) (I) (Noviembre 2010)

Vivimos un tiempo de requiebros, mitos y mentiras… ¿A quién le interesa conocer la realidad?

-Acto I: De aquellos polvos… (hipócritas de todos los países, uníos)

When begin the beguin

En 2007 estalló la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos. En 2008 estalló oficialmente la crisis y sus consecuencias continuaron retumbado a lo largo de todo el 2009.

A comienzos de 2009, la angustia se apoderaba de los inquilinos de Wall Street mientras algunas vacas sagradas, como Lehman Brothers, fueron devoradas por la epidemia de las hipotecas basura y los perversos derivados asociados a éstas. Fue entonces cuando, el ex presidente de EEUU, George Bush, advirtió sobre el posible colapso del sistema financiero, al mismo tiempo que la cuna del capitalismo urdía un plan de rescate, valorado en 700.000 millones de dólares y con cargo a los contribuyentes.

Casi 365 días más tarde, el S&P 500 registraba máximos anuales con una subida del 24,8% en 2009, los cinco bancos más importantes continuaban con sus operaciones y casi todos habían resuelto sus deudas, Bernard Madoff estaba cumpliendo condena por su descomunal fraude, las principales entidades financieras se preparaban para repartir más de 25.000 millones de dólares en bonus y la Casa Blanca contaba con un nuevo inquilino: el demócrata Barack Obama.

Sin duda Obama se benefició de la crisis para ganar la presidencia. Pero la ganó sin saber qué hacer exactamente frente a la crisis. No tenía arma secreta, no tenía fórmula mágica. El "liderazgo" del que presumió en los últimos meses de 2008 consistió básicamente en seguir a pies juntillas las recomendaciones del último secretario del Tesoro de Bush hijo, Henry Paulson. Paulson contó a veces con más apoyo de los demócratas que de ciertos sectores republicanos.

Entre otras cosas porque ya se veía por dónde se intentaba pasar la maroma de la crisis: por un dispendio público inaudito y por abrir la puerta a una penetración gubernamental de la empresa privada sin precedentes en Estados Unidos. Algo que tiene que sacar de sus casillas a cualquier conservador.

Pero en el otoño del terror financiero cualquiera que se opusiera al rescate estatal de la economía estaba condenado a la crucifixión política. Si a eso se le suma que Goldman Sachs y otras grandes firmas de Wall Street eran y son las primeras donantes de la campaña de Obama -y de John McCain, y de Hillary Clinton-, queda claro que el presidente, cualquier presidente, tenía poca o ninguna opción. Había que hacer como si las espaldas del Tío Sam fueran anchas hasta el infinito y esperar a que pasara el temporal.

Para solventar este inconveniente, la Administración Obama y el Congreso aprobaron en febrero un plan de estímulo de 787.000 millones de dólares, que incluyó créditos fiscales de hasta 8.000 dólares para aquellos que compraran su primera vivienda o de 6.500 para los que compraran la segunda.

Un parche para hacer frente a la caída de los precios inmobiliarios, que ya han cedido cerca de un 20% desde que alcanzasen la cima allá por 2005. Al fin y al cabo, entre la Administración Bush y Obama, el gasto para impulsar el sector inmobiliario y evitar los desahucios asciende hasta los dos billones de dólares. A principios de 2010, nueve de cada diez hipotecas cuentan con el respaldo directo o indirecto del Gobierno de EEUU.

El dinero gastado en rescates económicos en la recta final de la Administración Bush y la recta inicial de la de Obama, si se suma dinero del Gobierno y de la Reserva Federal, asciende a la friolera de 2 billones -con b de boina- de dólares. Eso es bastante más que los 750.000 millones del TARP que costó sangre, sudor y lágrimas que el Congreso aprobara a ras de elecciones.

Sin embargo, por mucho que se quiera endulzar el contexto, la realidad posee un sabor agridulce, el temporal apenas ha pasado -si por pasar se entiende seguir con un 10% de paro- y el Gobierno norteamericano se encuentra en una situación que daría envidia a la Unión Soviética en sus buenos tiempos. Según datos recogidos por The Wall Street Journal (enero 2010), Washington S.L. metió 245.000 millones en cerca de 700 bancos y compañías de seguros, garantizó 350.000 millones más de deuda bancaria, hizo préstamos a corto plazo por valor de 300.000 millones, rescató a dos de los tres gigantes de Detroit, regó 955.000 millones más sobre pequeños negocios y para desatascar tarjetas de crédito, controla en estos momentos, directa o indirectamente, nueve de cada diez hipotecas en EEUU…. etcétera.

Un llamativo resultado de todo esto es que el déficit se dispara. En 2014 el Gobierno no ganará para pagar sus deudas, mayormente a acreedores extranjeros, muchos de ellos chinos.

Otro resultado no menos llamativo es que, aunque el Gobierno no se cansa de proclamar que sin estas medidas extraordinarias la crisis habría sido mucho peor, tampoco está nada claro cuándo va a empezar a ser mejor. Cuándo va a despegar de una vez el empleo, y se va a poder volver por fin a una relación normal entre la Casa Blanca y las empresas.

La gran pregunta es: ¿es eso tan fácil?, ¿Se puede simplemente volver al minuto y resultado de antes de la crisis? Si el Gobierno simplemente se sale tal cual de las empresas intervenidas, ¿quién garantiza que en diez o quince años no volverá a pasar esto?

Y si el Gobierno no se sale tal cual, ¿quién garantiza que superará sus contradicciones entre garante de los beneficios de las empresas intervenidas y el interés público? Si en el momento en que es presidente y principal accionista de Washington S.L. Obama no atina a crear empleo, ¿cómo atinará cuando ya no se siente en el consejo de administración de América? ¿Quién rescatará al Tío Sam de sí mismo?

The Big Bang (la factura de los rescates públicos)

La intervención de los gobiernos, bajo la excusa de rescatar al sistema financiero internacional y combatir la recesión económica, ha supuesto un desembolso de dinero público histórico.

El coste de los rescates bancarios y la aplicación de los planes de estímulo, asciende a 13 billones de dólares hasta 2009. Esta cifra equivale al 21,12% del PIB mundial (61,5 billones de dólares), de modo que la intervención pública supone una carga adicional próxima a los 1.900 dólares por cada ser humano del planeta. Y ello, sin contar con las inyecciones extraordinarias de liquidez aplicadas por los principales bancos centrales.

En concreto, los rescates bancarios por parte de los gobiernos (empleando dinero del contribuyente) asciende a 3,6 billones de dólares (el 5,73% del PIB mundial) o, lo que es lo mismo, 515 dólares per cápita. Mientras, los planes de estímulo suman 9,4 billones de dólares (el 15,39% del PIB mundial), equivalente a 1.382 dólares por ser humano, según un estudio elaborado por Grail Research and de Luxe & Associates, para la prestigiosa Harvard Business Review (enero 2010).

Según el informe, casi el 75% del rescate bancario ha sido llevado a cabo por los países occidentales, es decir, EEUU y las grandes potencias europeas. En este caso, el coste de salvar el sistema financiero haciendo uso del gasto público ha sido del 7,8% del PIB conjunto de dichos países.

Islandia lidera el ranking de esfuerzo público para sostener en pie su banca tras destinar el 76,2% de su PIB a esta tarea, seguido de Irlanda (48,3%), Letonia (33,6%) -junto a otros países del Este como Hungría (20,6%)-, Reino Unido (19,3%), Rusia (14,2%), Emiratos Árabes Unidos (12,2%), EEUU (7,3% del PIB), España (5,2%) y Alemania (5,1%).

En cuanto a los planes de estímulo, por encima de todos destaca Arabia Saudí (85%) y China, cuyo Gobierno ha destinado el 46,7% de su PIB a estimular la economía mediante un ingente plan de gasto público, según los autores del informe. Le siguen Sudáfrica (29,3%), EEUU (34,6%) y Japón con el 13,9% del PIB. El plan de estímulo aprobado por el Gobierno español hasta 2009 asciende al 5,3% del PIB, indica el informe.

Sin embargo, tras este dispendio, las cuentas estatales comienzan a indigestarse como consecuencia de la absorción de los activos tóxicos de la banca y los planes de estímulo económico, según reconoce el propio Banco Central Europeo (BCE).

Pese a ello, ante el temor de que la recuperación adopte una forma de W (doble recesión), el Fondo Monetario Internacional (FMI) anima en su último informe a seguir manteniendo los planes de estímulo en 2010, con lo que la factura global de la intervención pública para combatir la crisis podría llegar a ser superior en los próximos meses.

Por el momento, los gobiernos han gastado con el dinero de los contribuyentes la quinta parte de la riqueza mundial. Una deuda adicional de 1.900 dólares por cada niño, mujer y hombre del planeta.

El tamaño estimado de la burbuja global asciende al dinero gastado en el Plan Marshall, la compra del Estado de Lousiana, la guerra de Corea, el New Deal, la guerra de Irak, la guerra de Vietnam y la operación de la NASA a la Luna.

Imaginemos que contamos con una fortuna mayor que la suma del dinero gastado en el Plan Marshall, la compra del Estado de Lousiana, la guerra de Corea, el New Deal, la guerra de Irak, la guerra de Vietnam y la operación de la NASA que llevó al aterrizaje en la Luna y que de la noche a la mañana lo perdemos. Aún a pesar de nuestra incapacidad para hacer dicha suma algo comprensible, el total del problema deja de ser un número seguido de muchos ceros, para así sentirlo enormemente más cercano.

Éste es el tamaño estimado de la burbuja global o, en otras palabras, lo que se ha perdido. Diría que un desastre de tal calibre merece un poco de reflexión. Lo sucedido es el resultado -como es habitual en el caso de una catástrofe- de una combinación de factores. La pregunta que hizo la Reina Isabel II de Inglaterra en la London Business School de "cómo hemos llegado a este punto" es equivalente a preguntar al portero del edificio en llamas si sabe por qué está ardiendo la azotea.

Todo es relativo

El Fondo Monetario Internacional, FMI (21/4/10), calcula que el total de las depreciaciones y provisiones por pérdidas crediticias asumidas por la banca mundial ascenderá a 2,3 billones de dólares, es decir, medio billón de dólares menos que su anterior estimación.

De esta cifra, el fondo calcula que los bancos de EEUU asumirán un total de 588.000 millones de dólares, frente a los 654.000 millones de dólares de la anterior estimación, tras la estabilización de los precios de la vivienda en la segunda mitad de 2009.

Por su parte, para los bancos de la Eurozona las estimaciones ascienden a 442.000 millones de dólares, 38.000 millones de dólares menos que en octubre, mientras que 398.000 millones de dólares corresponden a las entidades de Reino Unido.

Todo es relativo: cuando el FMI considera una buena noticia anunciar pérdidas de 2,3 billones de dólares, es señal de lo mal que han ido las cosas. De su último informe sobre Estabilidad Financiera Global, se desprende que el panorama sombrío de los mercados financieros y el sector privado comienza lentamente a mejorar.

No obstante, una nueva tormenta se cierne sobre la deuda soberana. Hace sólo seis meses, el FMI calculó que la crisis obligaría a bancos y entidades financieras globales a realizar unas provisiones de 2,8 billones de dólares en los próximos cuatro años. La recuperación del crecimiento económico, el control del desempleo en Europa, y el freno a la caída de los precios inmobiliarios han reducido en medio billón de dólares esa estimación.

El FMI calcula que dos tercios de las pérdidas ya se han materializado. Aunque los sólidos beneficios compensan actualmente las pérdidas registradas, a medida que la regulación sea más estricta, este fenómeno se disipará. Además, la sombra de la duda sigue amenazando a los sistemas bancarios de algunos países (en concreto, el FMI vigila muy de cerca de EEUU y Alemania).

Aunque el sistema financiero se esté enderezando, el proceso será lento. Todavía puede verse afectado por los riesgos de los mercados de deuda pública. La crisis ha forzado al límite los balances soberanos: a medida que las perspectivas de crecimiento se iban agotando, el endeudamiento fue incrementándose, lo que coincidió con la necesidad de aumentar generosamente el gasto del déficit. La deuda pública sigue subiendo vertiginosamente.

Las autoridades se enfrentan entonces a dos grandes desafíos. Hacer de los mercados financieros un lugar más seguro (aunque las reformas apuntan en esa dirección, avanzan muy lentamente). Y recuperar el equilibrio fiscal para mantener, o recuperar, la credibilidad de las entidades crediticias sin cortar la cuerda de salvamento a las economías que todavía la necesitan.

-Acto II: … vinieron estos lodos (la canción del lamento)

Los estados se indigestan con los activos tóxicos de la banca y los estímulos

Un informe del Banco Central Europeo titulado The Janus-headed salvation. Sovereign and bank risk premia (El rescate de dos caras. Prima de riesgos bancarios y soberanos) muestra, con gran aparato gráfico y analítico, la verdadera causa de la más que posible quiebra de países como Grecia y, quizá la propia España si sigue aumentando su deuda pública. (Libertad Digital – 27/1/10)

Las conclusiones del estudio, firmado por Jacob W. Eijsing y Wolfgang Lemke, apuntan a los Gobiernos europeos como los primeros responsables de la situación actual de endeudamiento soberano y negras perspectivas de recuperación económica.

Según los autores, cuando los Gobiernos europeos anunciaron en octubre de 2008 paquetes de rescate para sus sistemas financieros "los diferenciales de riesgo de los bancos decayeron y subió el riesgo soberanos, ya que los inversores percibieron una transferencia de riesgo crediticio del sector bancario al Estado".

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Posteriormente los diferenciales se ampliaron y la crisis se ha agravado. Gran parte de la banca, que está virtualmente quebrada por invertir en activos ruinosos o conceder créditos de difícil recuperación, ha sido apoyada ciegamente por los Gobiernos de todos los países que, sin pretenderlo, se han apropiado de este modo de todos los activos tóxicos que poseía la banca. La cobertura estatal se ha hecho en gran parte mediante emisión de deuda, lo que ha puesto a algunos Estados al borde de la quiebra.

La operación de transferencia comenzó en el otoño de 2008, coincidiendo con la quiebra de Lehman Brothers. Muchos estados, incluyendo España, garantizaron la supervivencia de los todos los bancos para evitar que, los más afectados por las malas inversiones, quebrasen y arrastrasen consigo a todo el sistema.

Pero la "ventanilla" bancaria no fue la única largueza financiera que los Gobiernos se han dado en el último año y medio. Con idea de evitar que la crisis financiera pasase a la economía real, todos los gobiernos lanzaron ambiciosos planes de estímulo financiados en su mayor parte contra deuda soberana.

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Los dos planes de estímulo: el bancario para evitar la quiebra de la banca privada; y el económico, para mitigar la crisis fomentando artificialmente la demanda, han llevado la deuda pública y, como consecuencia, la prima de riesgo soberana a las nubes. Porque, todo ese dinero gastado alegremente por los gobiernos ha venido de las continuas emisiones de deuda que han realizado -y siguen realizando- todos los países de Europa.

Los inversores, conscientes del deterioro económico general y de las cargas que los Estados están asumiendo, desconfían y evitan comprar deuda, o lo hacen contratando seguros de impago, los CDS o Credit Default Swap, cada vez más onerosos.

En este sentido, tal y como informa el diario Expansión, Grecia, Irlanda, Portugal y Malta son, por este orden, los únicos países de la eurozona a los que, en estos momentos, los inversores exigen una rentabilidad más elevada que a España por colocar la deuda en los mercados. El rendimiento del bono español a diez años alcanzó ayer el 4,028%, por lo que, por primera vez desde finales de 2007, se sitúa por encima del de Eslovaquia a ese plazo.

El siguiente paso es la declaración formal de quiebra por parte de los países que más irresponsablemente se han endeudado. Grecia está la primera de la fila y Ucrania la segunda. España no anda muy lejos y camina decidida tras las últimas emisiones de deuda por parte del gobierno de Zapatero.

Además, a los planes de estímulo se suma la insostenibilidad a largo plazo del sistema de prestaciones públicas y pensiones, debido al envejecimiento de la población y un escenario de bajo crecimiento económico. Así, según un reciente informe de la Comisión Europea (CE), España se sitúa en el grupo de países con "alto riesgo" de insostenibilidad fiscal a largo plazo. El informe divide a los 16 países de la zona euro en tres grupos de "riesgo":

Alto: Irlanda, Grecia, España, Chipre, Malta, Países Bajos, Eslovenia y Eslovaquia.

Medio: Bélgica, Alemania, Francia, Italia, Luxemburgo, Austria y Portugal.

Bajo: Finlandia.

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Desde 2006, cuando se publicó el anterior estudio sobre sostenibilidad fiscal, tan sólo seis países han visto empeorado su nivel de "riesgo" como resultado del intenso deterioro que han sufrido las cuentas públicas tras la crisis económica y financiera: Irlanda, España, Malta, Países Bajos, Austria y Eslovaquia.

La CE emplea el denominado S2 como principal indicador de sostenibilidad fiscal, ya que mide la magnitud del ajuste fiscal que precisa un país (más impuestos o menos gasto público) para garantizar su solvencia soberana.

La CE concluye que la mayoría de los países necesitan diversas reformas estructurales para reducir el "riesgo" de insostenibilidad fiscal a largo plazo: generar superávit presupuestarios primarios estructurales; reformar el sistema público de pensiones; posibilitar tasas de crecimiento económico que aumenten nuevamente las tasas de empleo; y controlar el gasto sanitario.

Y todo ello, según el escenario base (baseline scenario). Y es que, el ajuste presupuestario sería aún mayor en caso de que se materialicen las peores previsiones económicas, que los analistas de la Comisión denominan Crisis scenario: lost decade (Escenario de crisis: la década perdida). Es decir, la CE no descarta una depresión económica en Europa similar a la sufrida por Japón desde los años 90.

Los gobiernos europeos necesitan 2,2 billones de euros para financiar el gasto

La agencia de evaluación de riesgo Fitch calcula que dieciséis países europeos necesitarán créditos por valor de 2,2 billones de euros de los mercados de capitales en 2010 para financiar su deuda, lo que equivale al 19% de su Producto Interior Bruto. (Libertad Digital – 26/1/10)

Los países analizados por la agencia son: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza, que no es miembro de la UE.

Según el informe, los países que más endeudamiento van a necesitar (incluidos los vencimientos y la deuda a corto plazo) son Francia, con 454.000 millones de euros; Italia, 393.000 millones; Alemania, 386.000 millones, y Reino Unido, que requerirá 279.000 millones de euros.

En relación con su PIB, los países que más créditos van a precisar son Italia, Bélgica, Francia e Irlanda, donde el porcentaje rondará el 25 por ciento.

Fitch señala que durante el pasado año algunos gobiernos han aumentado hasta un 20 por ciento respecto al año anterior su deuda a corto plazo.

Francia y Alemania cubrieron durante 2009 más de la mitad de sus créditos netos con Letras del Tesoro, mientras que en España y Portugal esta proporción fue cercana al tercio.

Según Fitch, los países analizados en su informe tienen una deuda a corto plazo (con menos de un año de período de madurez) de 766.000 millones de euros.

Según el autor del informe, Douglas Renwick, "el aumento del volumen de deuda a corto plazo preocupa a Fitch porque incrementa los riesgos del mercado".

La crisis europea en gráficos (Fuente: BBCMundo – 24/6/10)

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Una de las principales causas de la crisis monetaria en la zona del euro es que prácticamente todos los países involucrados han violado sus propias normas autoimpuestas.

Según los criterios de convergencia adoptados como parte de la unión económica y monetaria, la deuda pública no debe superar el 60% del PIB al final del año fiscal.

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En la eurozona, el déficit público anual no debe superar el 3% del PIB. Sin embargo, como muestran los mapas, sólo dos de los 16 países que la zona del euro -Luxemburgo y Finlandia- han logrado adherirse a las reglas.

En general, Grecia es el país que más ha fallado, con la deuda en 115,1% del PIB y un déficit de 13,6% del PIB. Pero entre las economías más grandes, la deuda de Italia es aún más alta que Grecia, como porcentaje del PIB, mientras que el déficit de España es del 11,2% del PIB. Si el Reino Unido se encontrara en la zona del euro, también estaría en contra de los criterios, con una deuda actualmente en el 68,1% del PIB y su déficit en un 11,5% del PIB.

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En términos de tamaño económico, Alemania es el centro neurálgico de Europa, seguido del Reino Unido, Francia e Italia, mientras que Malta es sin duda la economía más pequeña de la eurozona.

El Reino Unido se muestra en gris en el mapa porque no pertenece a la zona del euro, pero es fácilmente la mayor economía de la UE que no han adoptado el euro.

Si nos fijamos en los miembros de la eurozona en términos de PIB per cápita, la situación es distinta. Luxemburgo es de lejos el líder de la liga en este ranking. De hecho, es el país más rico del mundo según esta medida, con las Bermudas y Noruega en segundo y tercer lugar.

La economía de la eurozona representa más del 75% del PIB global de la UE. La UE en su conjunto compite con Estados Unidos por el título de la mayor economía del mundo: cada uno que representa alrededor del 20% del PIB mundial.

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La zona del euro en su conjunto ha salido de la recesión mundial, pero la recuperación sigue siendo insuficiente y frágil, ya que algunos países todavía no han registrado un crecimiento renovado.

En las 16 naciones que han adoptado el euro, el crecimiento global para los tres primeros meses de 2010 fue de 0,2% con respecto al último trimestre de 2009, según la Agencia de estadísticas Eurostat.

Esa fue una buena noticia después de las contracciones agudas que sufren todos los países del área de la moneda durante el 2009. El Reino Unido, que no está en la zona del euro, se muestra en gris en el gráfico para fines de comparación.

Sin embargo, el panorama sigue siendo sombrío en la República de Irlanda, Grecia, Chipre y Luxemburgo, mientras que los temores de una "doble porción" de la recesión no se pueden descartar.

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La recesión mundial ha cobrado empleos en la zona del euro. En marzo de 2010, la tasa de desempleo de la zona fue del 10%.

Pero aquí también hay evidencia de lo lejos que el club de divisas está de una convergencia económica real, con marcadas variaciones en los niveles de desempleo entre los 16 países miembros.

España está en la peor situación, con una tasa de desempleo que se ha duplicado desde 2008 – un hecho dramático tratándose de un país que fue uno de los mayores creadores de empleo de la UE. Y el panorama es aún peor para los jóvenes trabajadores en España, para quienes el nivel de desempleo es superior al 40%.

Por otra parte, Eslovaquia, la República de Irlanda, Portugal, Grecia y Francia tienen tasas de desempleo de dos dígitos que están por encima de la media de la zona del euro, mientras que Holanda es el menos afectado, con un desempleo de apenas 4,1%…

¿Una tragedia griega o una tempestad en un vaso de agua?

Para algunos, los temores del mercado de bonos que afligen a Grecia y otros países europeos brindan un motivo real para preocuparse. Sostienen que mientras los problemas de deuda ahora parecen contenidos, puede extenderse con facilidad. Grecia es sólo una de muchas economías -incluida la de EEUU- que soportan fuertes cargas de deuda como legado de la crisis financiera.

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Incluso si los problemas de deuda soberana en países de la zona euro no causan un contagio global a gran escala, los pesimistas afirman que de todos modos el resultado probablemente serán costos más altos para los préstamos en Europa. Esto le restaría bríos a la recuperación económica tanto en el continente como en el resto del mundo.

Grecia "es un llamado de atención", afirma Henry McVey, director de macroeconomía y asignación global de activos en Morgan Stanley Investment Management. Ahora que las instituciones financieras han reducido sus deudas, "los inversionistas se concentran en qué gobiernos están sobreapalancados", señala. (The Wall Street Journal – 8/2/10)

Independientemente de si la reacción a Grecia se justifica, el revuelo de principios de febrero de 2010 refleja la naturaleza tenue del sentimiento alcista del mercado bursátil. Los inversionistas empezaron este año en general con optimismo, según las expectativas de una recuperación global "equilibrada" en la que el crecimiento mejoraría, pero a un ritmo lento que permitiría que las tasas de interés se mantuvieran bajas.

El primer problema surgió a mediados de enero, cuando China se movió con mayor rapidez que lo previsto para restringir los préstamos bancarios. En febrero, la crisis de deuda en Europa, que se viene gestando desde hace tiempo, dificulta aún más el proceso.

"Lo que hace un par de semanas parecía un escenario perfecto de recuperación económica ha desaparecido", escribieron analistas de divisas de BNP Paribas.

La primera semana de febrero (2010), los inversionistas se apresuraron a volver a deshacerse de activos de riesgo, incluyendo materias primas y bonos corporativos. En tanto, el dólar se fortaleció a medida que los inversionistas abandonaban el euro. Para muchos inversionistas, el destino elegido fueron los bonos del Tesoro estadounidense.

Hay una amplia gama de temores, desde una simple desaceleración económica hasta escenarios más extremos como una nueva crisis de crédito en Europa en momentos en que los bancos afrontan pérdidas ligadas a su exposición a la deuda gubernamental, o un retiro de países como Grecia de la Unión Europea. El mayor temor es el contagio, que los problemas de las economías atribuladas se diseminen a medida que los inversionistas se apresuran a vender sus inversiones en mercados aún saludables más accesibles para compensar pérdidas en lugares como Grecia.

La caída en los mercados financieros mundiales ha intensificado las dudas de los inversionistas sobre los bancos que podrían tener exposición a la deuda de las economías europeas en apuros.

La preocupación es que las instituciones financieras, en especial las de Europa, enfrenten una nueva ronda de problemas debido a su exposición a la deuda soberana de Grecia, Portugal, España, Irlanda y otras economías con un mayor riesgo de declararse en cesación de pagos. Eso podría frenar una recuperación incipiente en un sector que tal vez no está preparado para afrontar una nueva crisis.

Buena parte de la deuda que desvela a los inversionistas estaría en las manos de las entidades locales de cada país, aunque hay indicios de que los bancos europeos podrían tener parte de estos activos. Incluso si los bancos no poseyeran montos importantes de deuda soberana, hay dudas sobre la exposición a los mercados en problemas de sus carteras de crédito. "Los efectos de esto son negativos", manifestó Jon Peace, analista de Nomura en Londres. Peace, por ejemplo, redujo su recomendación del banco español BBVA debido a su exposición a la deuda soberana de España.

Según cifras del Banco Internacional de Pagos, los bancos franceses y suizos tienen una exposición de US$ 75.500 millones y US$ 64.000 millones a Grecia, respectivamente. Los bancos británicos, en tanto, tienen una exposición de US$ 193.000 millones a Irlanda y los alemanes tienen una exposición de US$ 240.000 millones a España.

Contagio financiero

El domingo 7 de febrero (2010), los ministros de Finanzas del grupo de las siete economías más industrializadas del mundo (G-7), trataron de disipar las dudas sobre la deuda griega en medio de los temores de que los problemas se diseminen a otros miembros de la zona euro.

Timothy Geithner, el secretario estadounidense del Tesoro, señaló que los países europeos y el G-7 manejarían la situación de Grecia con extremo cuidado. Otros asistentes al encuentro realizado en una remota localidad de Canadá subrayaron que, al ser un país relativamente pequeño, Grecia no constituía una gran amenaza al sistema financiero global.

Los mercados, no obstante, parecen concentrados en las repercusiones más allá de Atenas. "Nadie está tan preocupado por Grecia, sino por el contagio potencial", afirma Axel Merk, presidente y director de inversión de Merk Mutual Funds.

Lo que más preocupa a las autoridades europeas es que las dudas de los mercados se traspasen desde los países altamente endeudados, como Portugal, Grecia, Irlanda y España, a los miembros de la zona euro con finanzas más sólidas. Los bonos de Bélgica y Austria ya se vieron presionados en la primera semana de febrero.

"Los trastornos en Grecia han reducido la liquidez del mercado", indicó Mohamed El-Erian, presidente ejecutivo de la firma estadounidense de renta fija Pacific Investment Management Corp. "Como resultado, las economías vecinas se han convertido en coberturas parciales para exposiciones que no se pueden cubrir directa y totalmente".

Países como Bélgica, Austria y Francia, en todo caso, deberían ser capaces de sortear un asalto contra sus bonos pese a su alto endeudamiento porque no dependen de los inversionistas extranjeros para financiar sus déficits, señala Sebastien Galy, estratega cambiario de BNP Paribas en Nueva York.

La transmisión de presiones especulativas desde un país, banco o moneda a otro, un fenómeno conocido como "contagio financiero", ha sido el motor de algunas de las peores crisis financieras de los últimos años. A menudo, la presión se traspasa de un grupo de activos financieros a otros a medida que los inversionistas reaccionan a las pérdidas al liquidar otros activos en su portafolio.

Durante la crisis asiática de 1997, que partió con la devaluación de la moneda tailandesa, una serie de países con importantes déficits en cuenta corriente se vieron afectados. Esto es lo que parece ocurrir ahora con la zona euro, señala Ricardo Hausmann, profesor de la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard y ex ministro de Planificación de Venezuela.

Deuda soberana sin freno

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