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Educación colombiana. El espejismo del reformismo a la búsqueda de la calidad (página 2)


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Esa nueva consideración del niño como sujeto activo implica, necesariamente, una mutación del maestro. De instructor, docente o preceptor pasará a ser considerado como orientador, entrenador o acompañante. Pero, esta, como todas las mutaciones no se da de un golpe y sin dejar huella, pero, en todo caso, es lo común al movimiento progresista considerar al niño no como un recipiente a llenar, sino, como una fuerza, un potencial con el cual se debe contar.

Ahora considerar que el niño es sujeto de su propia formación, implica tener en cuenta su interés, que de manera adecuada puede el maestro captar o presumir el interés del educando y que es menester conocer sobre él en particular y sobre la naturaleza del ser humano en general para lograrlo. La labor del intelectual y muy especialmente la del maestro debe ser la de un gran facilitador, alguien que sea capaz de vincularse a las producciones colectivas simbólicas, alguien que genere el diálogo público en donde se pueda ayudar a entender las distintas racionalidades que están en juego en los distintos espacios simbólicos y en temporalidades diferentes. Y es que "el acto educativo produce una recontextualización desde cada actor participante y por tanto debe ser planteado como un proceso y un propósito lo suficientemente flexible.

La escuela como punto de encuentro entre las nuevas generaciones y la generación adulta, desarrolla un tipo de cultura que permite la interacción de los diferentes agentes educativos, a partir de principios comunicacionales, normas, rituales y demás practicas cotidianas que expresan como en un determinado grupo social sus miembros manifiestan las maneras de sentir, pensar y actuar que son la base del estilo particular de vida que los caracteriza.

La escuela puede asumirse como una instancia de mediación cultural entre los significados, los sentimientos y conductas de la comunidad social, con miras al desarrollo de las nuevas generaciones. Esto conduce a un choque de culturas que se manifiesta en tensiones, aperturas, restricciones y contrastes en la construcción de significados, que encuentran en la escuela su escenario ideal y determinan las transacciones simbólicas en medio de las cuales cada individuo desarrolla su construcción de significados, que le permitirán enfrentar su vida cotidiana como miembro de una sociedad de la cual forma parte y que le exigirá su ajuste a las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales vigentes, resultado de un complejo proceso histórico que al consolidarse tras su fase de revolución se convierte en reaccionario, conservador y promotor del statu quo imperante.

De ahí que al plantear la interrelación entre los diferentes aspectos que componen cada una de las culturas, que interactúan al interior de la institución escolar, se llega a entender por cultura el conjunto de significados, expectativas y comportamientos compartidos por un determinado grupo social que facilitan y ordenan, limitan y potencian, los intercambios sociales, las producciones simbólicas y materiales y las realizaciones individuales y colectivas en un marco de espacio y tiempo determinados.

Si lo humano solo es posible en el ámbito de la cultura y esta no puede darse sin el lenguaje, es válido señalar que la educación es un acto de comunicación mediado por el lenguaje. Por ello, la institución escolar es el punto de encuentro y desencuentro, donde a partir de unos criterios normativos y comunicacionales se sientan las bases que permiten la construcción de conocimientos significativos, la estructuración de pautas de interacción social y la interiorización de la cultura propia del grupo social.

Tradicionalmente la vida escolar ha estado gobernada por la uniformidad, el predominio de la disciplina formal, la autoridad arbitraria, la imposición de una cultura homogénea, euro céntrica y abstracta, la proliferación de rituales carentes de sentido, el fortalecimiento del aprendizaje académico y disciplinar de conocimientos fragmentados, incluso memorístico y sin sentido distanciado de los problemas reales que lógicamente ha promovido aburrimiento, desidia y hasta fobia por el aprendizaje y la escuela.

Las exigencias de la economía y el mercado marcan las nuevas realidades de la cultura institucional, generando como consecuencia las políticas de desregulación y privatización el sistema educativo, banderas del neoliberalismo en materia de educación y que en Colombia se vienen abriendo paso, tras años de pedagogía tradicional cristiana, innumerables intentos de reforma curricular y ensayos de teorías y modelos educativos surgidos en otros contextos.

En el sector oficial se pregona la ampliación de cobertura, la permanencia de los estudiantes en el sistema y la búsqueda de la calidad, sin embargo, no obstante el control del gobierno y los mecanismos creados en cada institución, el docente enseña, orienta y evalúa según su criterio y aptitud profesional. Le corresponde al egresado enfrentarse a las realidades del mundo y demostrar que posee las competencias necesarias para desempeñarse con éxito en el mundo laboral, familiar y social.

En el sector privado la dinámica es diferente hay una mejor criterio de selección en los insumos y la educación es tratada como una mercancía mas que juega en el mercado del librecambio siguiendo su propio ideario ideológico y pedagógico, los docentes son controlados en mejor forma y se someten a las directrices trazadas y son funcionarios del centro educativo quien les paga y les exige lo mejor de su competencia profesional. Los egresados tienen mayores y posibilidades de éxito al incorporarse a la sociedad.

Las continuas reformas a la que se somete el sistema educativo son respuestas a los constantes cambios en las estructuras productivas de la sociedad y a las exigencias del mercado, las cuales demandan de las instituciones mejores resultados y atenuar la ecuación costo-beneficio. Desde afuera y con el aval del gobierno se aceptan las recomendaciones y exigencias de los organismos internacionales de crédito en materia educativa. El cambio educativo provoca y facilita el perfeccionamiento de la institución y el desarrollo individual mediante la transformación de la cultura institucional y la cultura experiencial que se va construyendo día a día

Por ello, el acto educativo exige el reconocimiento de la diversidad cultural y de los modos particulares de razonar dentro del conocimiento, la ciencia y la política. Hay que reconocer la existencia de diferencias individuales, las cuales demuestran que nuestras cualidades son moldeadas por los contextos culturales de los seres humanos como la familia, la organización socio-económica y la institución educativa, entre otros. La competencia pedagógica del docente exige tener en cuenta tales consideraciones al momento de enseñar y de evaluar el desempeño del estudiante en el estudio de la lengua materna.

El enfoque empresarial lleva al movimiento de las escuelas eficaces donde hay una obsesión por alcanzar determinados estándares que permitan la certificación por parte de las autoridades educativas de los procesos que se llevan cabo en la institución y que generan una tensión entre los esquemas rutinarios fosilizados y las nuevas tendencias en materia de educación,

En cuanto a la cultura de los docentes entendida como el conjunto de valores, creencias, hábitos y normas dominantes que determina lo que dicho grupo social considera valioso en su contexto profesional, así como los modos políticamente posibles de pensar, sentir, actuar y relacionarse entre si. Dicha cultura del docente lo enfrenta a los cambios del mundo y hace que en algunas ocasiones actúen de manera conservadora arropándose en sus hábitos y practicas exitosas en el pasado, pero que ahora lo dejan en evidencia ante la sociedad que exige nuevas respuestas de los docentes en el contexto de la globalización, el desarrollo tecnológico y las exigencias del mercado.

En efecto, la globalización ha permitido, y muchas veces ha promovido, un cambio radical en la concepción de la "educación", asociada a expresiones como "la era de la información", "la superautopista de la información", o "la sociedad del conocimiento". La educación global demanda nuevas formas de implementación técnica, significa un rol diferente para el maestro, docente o educador, y una selección eficiente de nuevos contenidos educativos, llevados al aula con un modelo educativo que responda a la cultura de la imagen que domina y gobierna la vida de los niños, niñas y jóvenes de hoy.

En el mundo globalizado, la educación, en general, es impactada en varios niveles, entre otros: la standardización derivada del uso de tecnologías aplicadas al quehacer educativo; las exigencias de correspondencia entre los objetivos de la educación y los del sector productivo. La educación, ante los imperativos de la globalización, tiene que sacrificar muchas de sus potencialidades para circunscribirse a un tipo parcelado de formación humana; a la capacitación, la adquisición de habilidades consustanciales a la producción industrial y, más aún, a la simple adecuación del individuo a su entorno. Lo que se haga dentro de los parámetros de la rentabilidad, la eficacia, eficiencia, productividad y competitividad en el plano internacional, se considera como un esfuerzo positivo congruente con los nuevos tiempos.

La globalización, con su cara de internacionalización ha fragmentado identidades culturales, ha transformado costumbres, tradiciones y formas de vida. Ante tales procesos de aculturación, nos encontramos hoy en día (siglo XXI) con una "crisis del progreso", en donde se disocian por un lado el universo de las técnicas, los mercados, las finanzas, y por el otro lado el universo interior, ese que llamamos de nuestra identidad y que ahora mas que nunca se pone a prueba. Debemos ser ciudadanos del mundo desde nuestra localidad y entrar en el juego de la globalización con lo que tenemos.

Por ello, el desarrollo profesional del docente debería apuntar hacia prácticas más creativas e innovadoras, que respondan al deterioro del status del docente, el cual debe dejar de ser un simple administrador del currículo para convertirse en un trabajador de la cultura. Dejando de ser un simple depositario de conocimientos, ejemplo de valores, con algún sentido de pertenencia a la institución y sujeto al múltiple control por parte de los diferentes entes sociales

La imagen del docente paso de la figura de artesano o apóstol de la educación heredada de los fines de la edad media, a la del técnico-academicista de los tiempos del capitalismo industrial, al nuevo enfoque reflexivo que lo convierte en un gestor de la investigaciónacción, conocedor de la realidad social que rodea la cotidianidad del estudiante y buscando respuestas y alternativas de solución a la problemática del medio donde se desarrolla la tarea educativa y de formación.

En su relación con el alumno, el maestro debe tener un saber epistemológico que le permita saber la naturaleza e historia del saber lingüístico y del papel que debe jugar en la constitución de sujetos discursivos. Solo así el docente puede configurar su posición frente al aprendizaje de la lengua materna y solo así estará en condiciones de pensar el objeto de enseñanza (la lengua) en función de los sujetos que la aprenden (los estudiantes) y en función de si mismo como usuario y como docente de la de la lengua materna.

Además se exige al docente dominio sobre el contexto de la educación. Se parte por considerar el papel ideológico que juega el sistema educativo al interior de la sociedad. A través de la escuela se reproduce la ideología de los grupos dominantes de la sociedad, los cuales generan un discurso normativo sobre la educación, que se opone a los discursos teóricos y pragmáticos que se construyen desde los sectores dominados, generándose un macrodiscurso que sustenta las acciones, interpretaciones y relaciones entre los miembros de la comunidad educativa.

Aquí se exige que el docente construya un para qué de la profesión, para lo cual debe dominar no solo el aspecto jurídico del sistema educativo, sino un dominio de saberes de tipo filosófico, político e ideológico, que le permitan entender la realidad del hecho educativo en el contexto del medio donde desarrolla su labor. Un docente con esta competencia contextual podrá realizar una labor de cara a la realidad que rodea al estudiante.

La capacidad de interpretar las normas, su adecuada aplicación y el conocimiento de los factores asociados que inciden en el desempeño del estudiante y condicionan su mismo accionar, colocan al maestro en una posición de liderazgo y proyección al interior de la comunidad.

Otro aspecto que completa el desarrollo de la competencia pedagógica del docente tiene que ver con las exigencias de dominio ético y epistémico, relacionados con el status individual del profesor como sujeto socio-profesional y como sujeto que aprende.

En términos generales la imagen que los maestros tienen de si mismos y la que proyectan en la sociedad no es la mejor. Algunos poseen una baja autoestima, otros son víctimas del conflicto que vive el país, no reciben oportunidades adecuadas de actualización y se les ofrece poca motivación. Estos factores inciden en la imagen negativa del maestro en la sociedad colombiana.

Ante esta situación se gesta al interior de algunos grupos sociales y de los mismos educadores una nueva valoración de la profesión, no obstante las situaciones adversas, que en última instancia, tanto las unas como las otras, dan orientación a la vida personal y profesional del maestro en su hacer cotidiano y el aporte en la construcción de comunidades discursivas que buscan solución a la problemática que las aqueja.

Por lo tanto, los tres dominios arriba identificados como constitutivos de la competencia pedagógica del maestro hacen que surjan entre los saberes, los procesos, las actitudes, las aptitudes y los valores provenientes de cada dominio, estructuren un campo semántico y semiótico que constituyen la matriz de desarrollo para la competencia pedagógica del maestro, base de su desempeño y accionar en el aula con sus estudiantes. El Plan Decenal de educación (2008:22) define así el perfil del docente "Se tiene un docente con fortalezas en lo pedagógico y disciplinar, sensible a la problemática social, en permanente proceso de cualificación y actualización; reconocido por su desempeño y proyección".

Concebida así la educación como acto de comunicación que permite la mediación entre el docente y el estudiante, esta se da a través de los contenidos de las diferentes ramas de la ciencia, el desarrollo de habilidades y la promoción de valores, en la aspiración de ofrecer una formación integral que permita el desarrollo de las competencias necesarias para un mejor desempeño en la sociedad, que demanda la presencia de individuos competentes capaces de actuar en el contexto donde fueron educados y donde les corresponde vivir.

Tanto las teorías del desarrollo cognitivo como las teorías de la comunicación enfatizan en el concepto de competencia para hacer alusión a la capacidad de un individuo de saber hacer en contexto, para actuar sobre la realidad que le rodea de una manera adecuada y acorde a las circunstancias en los que se desarrollan los hechos de la vida individual, familiar y social.

Para el estudiante competencia es un "saber hacer en contexto", es decir, un conjunto de acciones que es capaz de realizar en un escenario particular y que cumple con unas exigencias especificas; para el docente competencia pedagógica es un "saber hacer en contexto", que lo convierte en un docente ubicado en su campo disciplinar especifico, contextualizado pedagógicamente y definido como sujeto epistémico y ético. Bajo estas nuevas premisas es como podemos entender el contexto en el cual se mueve, o se debe mover, la educación en Colombia durante las primeras décadas del presente siglo. El perfil del estudiante lo define así el Plan decenal de educación (2008:22) "Se cuenta con un ciudadano en ejercicio del pleno desarrollo de la personalidad, respetuoso de los derechos, deberes y la diversidad cultural, que viva en paz y armonía con sus semejantes y la naturaleza, con capacidad para acceder al conocimiento científico, técnico, cultural y artístico y competente en su desempeño personal, social y laboral".

De acuerdo con la Constitución Política de 1991 "La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social: con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura. La educación formara al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia; y en la práctica del trabajo y la recreación, para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente. El Estado, la sociedad y la familia son responsables de la educación, que será obligatoria entre los cinco y los quince años de edad y que comprenderá como mínimo, un año de preescolar y nueve de educación básica. La educación será gratuita en las instituciones del Estado, sin perjuicio del cobro de derechos académicos a quienes puedan sufragarlos. Corresponde al Estado regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos; garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo. La Nación y las entidades territoriales participarán en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley. (Articulo 67 CP)

Sobre el derecho a la educación el Plan Decenal de Educación (2008:38) considera que se debe "Garantizar y promover, por parte del Estado, a través de políticas públicas, el derecho y el acceso a un sistema educativo público sostenible que asegure la calidad, la permanencia y la pertinencia en condiciones de inclusión, así como la permanencia en el mismo, en todos los niveles: inicial, básico, medio y superior".

La ley 115 de 1994 en su artículo 5 y de conformidad con el artículo 67 de la Constitución Política, plantea los siguientes fines de la educación colombiana:

1. El pleno desarrollo de la personalidad sin más limitaciones que las que le imponen los derechos de los demás y el orden jurídico, dentro de un proceso de formación integral, física, psíquica, intelectual, moral, espiritual, social, afectiva, ética, cívica y demás valores humanos.

2. La formación en el respeto a la vida y a los demás derechos humanos, a la paz, a los principios democráticos, de convivencia, pluralismo, justicia, solidaridad y equidad, así como en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad.

3. La formación para facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación.

4. La formación en el respeto a la autoridad legítima y a la ley, a la cultura nacional, a la historia colombiana y a los símbolos patrios.

5. La adquisición y generación de los conocimientos científicos y técnicos más avanzados, humanísticos, históricos, sociales, geográficos y estéticos, mediante la apropiación de hábitos intelectuales adecuados para el desarrollo del saber.

6. El estudio y la comprensión crítica de la cultura nacional y de la diversidad étnica y cultural del país, como fundamento de la unidad nacional y de su identidad.

7. El acceso al conocimiento, la ciencia, la técnica y demás bienes y valores de la cultura, el fomento de la investigación y el estímulo a la creación artística en sus diferentes manifestaciones.

8. La creación y fomento de una conciencia de la soberanía nacional y para la práctica de la solidaridad y la integración con el mundo, en especial con latinoamérica y el Caribe.

9. El desarrollo de la capacidad crítica, reflexiva y analítica que fortalezca el avance científico y tecnológico nacional, orientado con prioridad al mejoramiento cultural y de la calidad de la vida de la población, a la participación en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas y al progreso social y económico del país.

10. La adquisición de una conciencia para la conservación, protección y mejoramiento del medio ambiente, de la calidad de la vida, del uso racional de los recursos naturales, de la prevención de desastres, dentro de una cultura ecológica y del riesgo y la defensa del patrimonio cultural de la Nación.

11. La formación en la práctica del trabajo, mediante los conocimientos técnicos y habilidades, así como en la valoración del mismo como fundamento del desarrollo individual y social.

12. La formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene, la prevención integral de problemas socialmente relevantes, la educación física, la recreación, el deporte y la utilización adecuada del tiempo libre, y

13. La promoción en la persona y en la sociedad de la capacidad para crear, investigar, adoptar la tecnología que se requiere en los procesos de desarrollo del país y le permita al educando ingresar al sector productivo.

Para el logro de éstos fines el sistema educativo se ha organizado de acuerdo a los siguientes niveles, definidos en el artículo 11 de la ley 115 de 1994:

1) El preescolar que comprenderá mínimo un grado obligatorio;

2) La educación básica con una duración de nueve (9) grados que se desarrollará en dos ciclos: La educación básica primaria de cinco (5) grados y la educación básica secundaria de cuatro (4) grados, y

3) La educación media con una duración de dos (2) grados.

La educación formal en sus distintos niveles, tiene por objeto desarrollar en el educando conocimientos, habilidades, aptitudes y valores mediante los cuales las personas puedan fundamentar su desarrollo en forma permanente y tiene como objetivos comunes de todos los niveles el desarrollo integral de los educandos mediante acciones estructuradas encaminadas a:

1) Formar la personalidad y la capacidad de asumir con responsabilidad y autonomía sus derechos y deberes;

2) Proporcionar una sólida formación ética y moral, y fomentar la práctica del respeto a los derechos humanos;

3) Fomentar en la institución educativa, prácticas democráticas para el aprendizaje de los principios y valores de la participación y organización ciudadana y estimular la autonomía y la responsabilidad;

4) Desarrollar una sana sexualidad que promueva el conocimiento de sí mismo y la autoestima, la construcción de la identidad sexual dentro del respeto por la equidad de los sexos, la afectividad, el respeto mutuo y prepararse para una vida familiar armónica y responsable;

5) Crear y fomentar una conciencia de solidaridad internacional;

6) Desarrollar acciones de orientación escolar, profesional y ocupacional;

7) Formar una conciencia educativa para el esfuerzo y el trabajo, y

8) Fomentar el interés y el respeto por la identidad cultural de los grupos étnicos

Para ello el artículo 14 de la citada ley de educación señala que se debe cumplir con la enseñanza obligatoria de:

1) El estudio, la comprensión y la práctica de la Constitución y la instrucción cívica, de conformidad con el artículo 41 de la Constitución Política;

2) El aprovechamiento del tiempo libre, el fomento de las diversas culturas, la práctica de la educación física, la recreación y el deporte formativo, para lo cual el Gobierno promoverá y estimulará su difusión y desarrollo;

3) La enseñanza de la protección del ambiente, la ecología y la preservación de los recursos naturales, de conformidad con lo establecido en el artículo 67 de la Constitución Política;

4) La educación para la justicia, la paz, la democracia, la solidaridad, la confraternidad, el cooperativismo y, en general, la formación en los valores humanos, y

5) La educación sexual, impartida en cada caso de acuerdo con las necesidades psíquicas, físicas y afectivas de los educandos según su edad.

A partir de la ley general de educación, se expidió decreto 1860 de 1994 por el cual se reglamentó parcialmente la Ley 115 de 1994, en los aspectos pedagógicos y organizativos generales. Siendo lo mas destacado entre otros la obligatoriedad del PEI definido en el articulo 14 así: "Todo establecimiento educativo debe elaborar y poner en práctica, con la participación de la comunidad educativa, un proyecto educativo institucional que exprese la forma como se ha decidido alcanzar los fines de la educación definidos por la ley, teniendo en cuenta las condiciones sociales, económicas y culturales de su medio".

Además dispuso la conformación el Gobierno Escolar en todos los establecimientos educativos estatales constituido por los siguientes órganos: El Consejo Directivo, como instancia directiva, de participación de la comunidad educativa y de orientación académica y administrativa del establecimiento; El Consejo Académico, como instancia superior para participar en la orientación pedagógica del establecimiento; y, El Rector, como representante del establecimiento ante las autoridades educativas y ejecutor de las decisiones del gobierno escolar.

De otra parte, al expedirse la ley 715 DE 2001 se dictaron normas orgánicas en materia de recursos y competencias de conformidad con los artículos 151, 288, 356 y 357 del Acto Legislativo 01 de 2001 que modificó la Constitución Política creando El Sistema General de Participaciones constituido por los recursos que la Nación transfiere por mandato de los artículos 356 y 357 de la Constitución Política a las entidades territoriales, para la financiación de los servicios de salud y educación principalmente. Esto significa una reducción en los aportes para educación y nuevas responsabilidades a los entes territoriales. Según el Plan Decenal de Educación (2008:34) en el 2016 los recursos destinados al sector educativo de fuentes estatales, privadas e internacionales deben crecer progresivamente hasta el 7% del PIB.

Para efectos de evaluación escolar se promulgo el decreto número 230 del 11 de febrero de 2002 Por el cual se dictaron normas en materia de currículo, evaluación  y promoción  de los educandos y evaluación institucional, siendo lo mas destacado y nefasto a al vez para todo el sistema educativo lo dispuesto en el artículo 9o., en relación con la promoción de los educandos, donde se exige que "Los establecimientos educativos tienen que garantizar un mínimo de promoción del 95% de los educandos que finalicen el año escolar en cada uno de sus grados", con lo cual prácticamente se da la promoción de los estudiantes año tras año.

En el 2009, se espera una nueva reglamentación en el sistema de evaluación y promoción de estudiantes, para que responda a metas de calidad, permanencia y cobertura y corrija los efectos negativos del decreto 230 del 2002. Se anuncia por parte del MEN que desde el 2010, se aplicará una prueba que evalúa el nivel de logro de los estándares de competencias a estudiantes, docentes y directivos docentes en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Aspecto importante de la educación colombiana del momento actual es su interés por el desarrollo de las llamadas competencias laborales en respuesta a los retos de la globalización evidenciadas, como ya se dijo, en las grandes transformaciones estructurales del mundo actual que afectan el orden tecnológico, económico, social y político, se materializan en la nueva lógica de producción que incluye nuevos contenidos, medios y métodos de trabajo, con lo cual evolucionan los patrones de trabajo y empleo, decrecen los trabajos repetitivos, aumentan las tareas que requieren más inteligencia y creatividad, lo cual impone a cada país políticas y modelos educativos que respondan a las exigencias de los organismos internacionales de crédito y de las empresas multinacionales en plena competencia por fuentes de materias primas y mercados para sus productos que garanticen el éxito económico.

Con ello, la organización de las unidades productivas se hace más flexible, con responsabilidad para todo el personal y toma de decisiones por todos, marcando el paso de la antigua producción fordiana (en serie) y a la especialización flexible, caracterizada según Delcourt (1991:46) por: Productos de calidad perfeccionados, gran disponibilidad de variantes, tecnologías programables, escasa división del trabajo, obreros calificados, pequeñas unidades de producción, organización inteligente y competencia de calidad.

En el pasado el tipo de demanda del mercado hacía posible la producción en serie de un mismo producto a lo largo de muchos años, invirtiendo poco en investigación y desarrollo. Las demandas actuales y los constantes cambios hacen imprescindibles para cualquier empresa la inversión en Investigación y Desarrollo para aumentar la calidad de los productos y para diseñar los nuevos.

Las nuevas organizaciones inteligentes le apuestan al conocimiento y pretenden aprovechar al máximo las capacidades y competencias de cada trabajador, no asignando tareas de responsabilidad en función de la cualificación profesional sino de las competencias demostradas en la gestión compartida de la empresa.

Según Echevarría (1993:204), citado en el Periódico Al tablero No 23, la calificación está relacionada con las capacidades profesionales a nivel teórico que refrendan los títulos académicos. Por su parte, la cualificación se relaciona más con la idoneidad, la capacidad profesional puesta en práctica y la flexibilidad de adaptación apuestos de trabajo diferentes. La calificación viene determinada por el título, mientras que la cualificación está más en función del perfil profesional, pero no se define solo por él.

Dentro de las múltiples funciones que cumple el sistema educativo en la sociedad actual se tiene la de preparar la mano de obra que requiere el aparato productivo y formar los ciudadanos para la convivencia social en los marcos del orden jurídico-político establecido.

En éste sentido las continuas reformas planteadas a la educación colombiana marcan, un común denominador, el paso de la formación académica a la técnica, que privilegia el desarrollo de las competencias: comunicativa, como propósito general del currículo; cognitiva-cognoscitiva, a través de las áreas del ciclo básico para la formación común (según estándares); y, adicionalmente la competencia laboral a través de las áreas y proyectos del ciclo medio. De modo transversal el desarrollo de competencias etico-ciudadanas le confiere al currículo un modelo de corte social.

La educación básica y media debe fortalecer el aprendizaje de las áreas básicas y las competencias generales, que son la condición esencial para lograr con éxito otros aprendizajes, tanto en el mundo laboral como en la educación superior. Una buena educación general que contemple el desarrollo de competencias laborales generales, hace innecesarias la formación especializada, la cual puede hacerse más adelante.

Los colegios técnicos o académicos que contemplan en su Proyecto Educativo Institucional énfasis hacia el mundo del trabajo, deben preparar a egresados para el mundo del trabajo, contribuyendo así a mejorar las posibilidades de empleo de las personas, que garantice su desempeño exitoso en el mundo laboral. Según la Organización Internacional del Trabajo la empleabilidad se define como "la capacidad de conseguir y conservar un empleo; de sintonizar con el mercado de trabajo, de poder cambiar de empleo sin dificultades o de encontrar un puesto de trabajo".

Los empleadores hoy en día buscan en sus trabajadores las siguientes habilidades mínimas: Comprensión lectora, solución de problemas semiestructurados que requieren formulación y prueba de hipótesis, comunicación oral y escrita, manejo de tareas simples en el computador y Dominio del idioma Inglés.

Para ello, el currículo de las instituciones educativas debe orientarse hacia el desarrollo de competencias tales como: Manejo de recursos, buenas relaciones interpersonales, comprensión del funcionamiento de sistemas, manejo de información y utilización de nuevas tecnologías.

Se entiende por competencia laboral el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y disposiciones, que permiten al individuo trabajar en equipo, lograr resultados en una organización o unidad productiva: Esta habilitado para conseguir un empleo, generar su propia empresa o negocio, mantenerse en la actividad que elija y aprender elementos específicos del mundo del trabajo.

Para los próximos años según el MEN la formación en ciencia, tecnología e innovación estará fortalecida en la educación formal, informal y formación para el trabajo y desarrollo humano. Los programas de formación técnica y tecnológica serán de buena calidad y deben responder a las necesidades del mercado laboral, el sector productivo y la sociedad (Plan Decenal de Educación, 2008:31)

De esta manera, el Estado ofrece el servicio educativo a los colombianos el cual dentro de la política general se considera como gasto social, cuyos recursos son asignados a los entes territoriales según las disposiciones contenidas en la ley 715 de 2000, pero que en términos generales son insuficientes y no permiten ofrecer al pueblo la posibilidad de acceder a una educación de calidad acorde a los requerimientos de la sociedad del conocimiento a la que estamos tendiendo y que como se acaba de plantear exige la formación de individuos competentes para su desempeño en la sociedad globalizada, altamente exigente y en constante transformación.

Problemas educativos actuales

La actual política educativa del gobierno colombiano centra sus objetivos en extender la cobertura, elevar la calidad y mejorar la eficiencia, pero esto ante dos fenómenos íntimamente ligados que afectan la educación y Colombia como son el ausentismo y la deserción escolar. Parece que el modelo pedagógico, la temática y el sistema de evaluación no hacen atractiva la escuela para los niños, niñas y jóvenes, que pareciera manejan otros lenguajes y códigos basados en la imagen que convierten del discurso escolar algo pesado y tedioso. Además las difíciles condiciones económicas y sociales en que viven les plantean otras expectativas de vida.

La deserción dicen Diana Moreno Psicóloga de la Universidad de Ibagué y Alberto González, PhD. Psicología del deporte de la Universidad del Tolima, "es el último eslabón en la cadena del fracaso escolar. Antes de desertar, el alumno probablemente quedó repitiendo, con lo que se alargó su trayecto escolar, bajó su autoestima y comenzó a perder la esperanza en la educación. En consecuencia, para comprender el punto final de la deserción, se debe analizar más detenidamente el comienzo del problema, la repitencia. Ella es la mayor causa de deserción escolar: un repitente tiene alrededor de un 20% más de probabilidades de abandonar el sistema escolar". En Colombia, dada la aplicación del decreto 230 sobre evaluación escolar solo el 5% de los estudiantes en un grado debe repetir, por lo tanto el problema de la deserción no se puede asociar completamente a lo planteado por los investigadores citados.

La deserción o abandono de las aulas de clase, es un hecho que afecta mayoritariamente en el medio colombiano a los sectores pobres y a la población rural. En el país en general, la deserción tiende a ocurrir con frecuencia alrededor de los 10 años, edad en la cual los niños y niñas comienzan a trabajar; sin embargo, en diversos centros educativos se aprecia mayor deserción en los primeros niveles, produciendo a la larga una población analfabeta.

Del total de 11 millones 600 mil niños y jóvenes colombianos entre los cinco y 17 años de edad, hoy trabajan un millón 700 mil; 200 mil buscan empleo y ocho millones 550 mil realizan oficios varios para ganarse la vida. Estas cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) indican además que la mayoría de esos menores son explotados como obreros, empleados domésticos, mendicidad, prostitución infantil y ventas callejeras, negándoles la posibilidad de acceder o permanecer en el sistema educativo. Asimismo, agrega el DANE, que entre cerca de tres millones de personas desplazadas por la violencia, más de la mitad son menores en edad escolar, y de éstos más de 800 mil abandonan definitivamente las aulas de clase.

Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) la situación económica del país, la deserción escolar, los altos índices de desempleo y subempleo y la depauperación de las familias han disminuido los recursos destinados a la educación de los menores. Esta crisis se da en todos los estratos sociales, desde el más bajo hasta el más alto, pues el presupuesto que antes se destinaba a la enseñanza de los infantes ahora se tiene que emplear en otras necesidades más perentorias al interior de cada familia. En los casos más extremos los padres de familia optan por no enviar mas a sus hijos a la escuela o colegio. Frente al deterioro económico y pérdida del empleo de sus padres, los niños y jóvenes se ven forzados a desertar de los planteles educativos y en la mayoría de los casos entran al mercado laboral informal en condiciones degradantes de explotación.

Se tiene pues que la tasa de deserción esta asociada a la movilidad, como consecuencia del conflicto armado interno y a la búsqueda de nuevas oportunidades laborales por parte de las familias, puede generar valores negativos, lo cual evidencia que el sistema educativo en un determinado lugar está perdiendo estudiantes y simultáneamente en otro los está absorbiendo, en lugar de perderlos. Esto no debe verse como una expresión de eficiencia del sistema ya que estas tasas negativas se deben fundamentalmente a migraciones de un municipio a otro.

Es decir, son múltiples los factores que llevan a la deserción escolar y que están claramente identificados por el MEN y fueron dados a conocer en el documento "El Desarrollo de la Educación en el siglo XXI" (2004:19) en estos términos "Las dificultades para combinar trabajo y estudio, las expulsiones por fallas disciplinarias, la perdida del año, los embarazos de adolescentes, la falta de afecto, los conflictos entre docentes, la violencia familiar, el pandillismo y las consecuencias del distanciamiento entre la escuela y la comunidad"

Las cifras oficiales del MEN señalan que las tasas mas elevadas de repitencia y deserción se presentan en el primer grado de primaria con niveles cercanos al 12% y al 11% respectivamente. Para los demás grados, la tasa de deserción alcanza valores cercanos al 6% para el grado sexto. Las tasas de deserción son más altas en la población más pobre del sector oficial y en las zonas rurales, según el informe citado anteriormente.

Las escuelas y colegios deben cumplir una función muy importante en la prevención del abandono escolar, siempre y cuando ofrezcan un sano ambiente escolar donde los estudiantes se sientan cómodos y se viva como una comunidad de compañerismo, compromiso y rigor académico, aquí se requiere de docentes que colaboren para asegurar que los estudiantes puedan superar sus problemas académicos o psicológicos. Es la misión de la escuela hacer todo lo posible por mantener la asistencia regular de sus estudiantes a clases. Como ya se dijo la decisión de abandonar la escuela nace del aburrimiento que producen las clases, ya que los alumnos sienten que lo que les enseñan no vale la pena, que no tiene relevancia en su vida.

Para enfrentar este problema los planes de mejoramiento institucional formulados como producto de la autoevaluación escolar impulsan a las escuelas para que trabajen en torno a la creación de proyectos educativos institucionales en los cuales los alumnos participan en el diseño y llevan a cabo, la flexibilización del curriculum volviéndolo más interesante para ellos.

Por tanto, se debe detener la deserción escolar ya que este es un proceso lento y en el cual cobran importancia las soluciones individuales. Hay que proponer ciertas acciones para que el sistema pueda prolongar los años de educación: Hacer que las escuelas sean más accesibles a las familias; Enfocar la acción a que los estudiantes aprendan reconociendo sus necesidades básicas; Seguimiento a los alumnos que tienen problemas en sus aprendizajes; Individualizar las prácticas para ayudar a los alumnos de alto riesgo e intervenir en tres contextos: familia, escuela y comunidad; Movilizar recursos para unir el mundo de la escuela y el del trabajo sin hacer que este le "robe" estudiantes a la escuela; Paralelamente, promover un cambio en la organización, las prácticas y también en las actitudes de los adultos para lograr una relación positiva con sus hijos y la institución escolar; Usar variadas técnicas educativas y estándares escolares claros para todos que no terminen discriminando y clasificando a los estudiantes como buenos y malos; y, asumir la responsabilidad de educar a todos los estudiantes con un horizonte claro.

El Plan Decenal de Educación (2008:43) con respecto a la deserción señala entre sus macro metas "Que en el 2010 las entidades del orden nacional y territorial han desarrollado programas específicos para garantizar la retención escolar en todos los niveles educativos y lograr la meta del 2%". El gobierno colombiano busca con su política garantizar a la población la disponibilidad, el acceso, la permanencia y la calidad en el servicio educativo.

Bibliografía

COLOMBIA. Constitución Política de la República de Colombia, 1991: Santafé de Bogotá: Impreandes, 2006

MEN COLOMBIA. "El Desarrollo de la Educación en el siglo XXI". Santafé de Bogotá, 2004

MEN COLOMBIA. Ley General de educación. Bogotá: Ediciones Fecode, 1994

MEN COLOMBIA. Plan Decenal de educación (2006-2016) La educación que queremos para el país que soñamos. Santafé de Bogotá, 2008

MEN COLOMBIA. Periódico Al tablero. (Varios números)

REVISTA Educación y Cultura. Fecode-Ceid. (Varios números)

REVISTA Semana. (Varios números)

VARIOS. Colombia al filo de la oportunidad. Santafé de Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio, 1994

 

 

Autor:

Javier Pena

Partes: 1, 2
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