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Propuesta para la enseñanza del diseño de bienes de capital y de consumo (durable y no durable) basados en la agro-industria (página 5)

Enviado por Ibar Anderson


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Esa marcada disminución en el número de plantas industriales adquiere particular significación durante el último período intercensal, no sólo por la intensidad que asume (11,2%) sino, fundamentalmente, por las características que presenta. En efecto, entre 1973 y 1984 se verifica una reducción de poco más de 4.000 plantas (3,9%), donde la desaparición neta de casi 8.500 micro-emprendimientos (menos de 10 ocupados por establecimiento) asume un papel más que decisivo. Muy distinta es la situación que se manifiesta entre 1984 y 1993 donde, en general, el mayor ritmo de desaparición de plantas fabriles se verifica en aquellos estratos que nuclean a las plantas industriales más grandes (más de cien ocupados). Considerando el período en su conjunto, la reducción del número de unidades productivas durante las últimas dos décadas alcanza su mayor intensidad relativa en los establecimientos que conforman la "gran industria" (desapareció más de la tercera parte de las plantas de más de 300 ocupados que existían en 1975).

La desaparición de casi 200 grandes unidades fabriles, así como la de más de 300 establecimientos que ocupaban entre 101 y 300 ocupados, no implica necesariamente que se trate del cierre definitivo de las mismas. En realidad, muy particularmente en el último período intercensal, se asistió a un difundido proceso de redimensionamiento industrial, que derivó en el desplazamiento de un número importante de plantas hacia estratos de menor ocupación relativa. De esta manera, las que pueden ser consideradas como PyMEs (entre 11 y 100 ocupados por unidad productiva) fueron las menos afectadas, desde el punto de vista cuantitativo, en el transcurso de la etapa considerada.

(5) Entre 1959 y 1963, cerca del 65% de la inversión extranjera destinada a la instalación de empresas industriales en el país se dirigió al complejo metalmecánica (en especial, hacia la fabricación de automotores) y a la producción química y petroquímica. Así, en la producción metalmecánica pueden citarse los casos de, a simple título ilustrativo, Chrysler Fevre Argentina, Citrôen Argentina, Deutz Argentina, Eaton Ejes, Foxboro Argentina, Fric-Rot, John Deere Argentina, Massey-Ferguson Argentina, Mercedes Benz, Renault, Saab-Scania, Safrar (Peugeot), Transax y Wobron.

(6) Es decir que el proceso de desindustrialización se remonta mucho más atrás que esta última década. En 1970 los trabajadores industriales eran el 28 % del personal ocupado, en 1999 descendieron al 18 %, y entre 1973 y 1993 cerraron 15000 establecimientos industriales, o sea un 15 % del total. Por tanto es un elemento esencial a considerar cuando se juzgan los datos de su evolución en los 90, dado que el punto de referencia es uno de los escalones más bajos de los últimos años.

(7) Véase Hugo Nochteff: "Reestructuración industrial en la Argentina. Regresión estructural e insuficiencia de los enfoques predominantes", en Desarrollo Económico, nro. 123, vol. 31, octubre-diciembre, Buenos Aires, 1991.

(8) En principio, como dice Schorr, esa adscripción a la teoría de las ventajas comparativas aparecía sustentando una política donde la asignación eficiente de recursos hacia los sectores competitivos a nivel mundial, conllevaría la desaparición de todas aquellas actividades y/o empresas incapaces de competir en el ámbito internacional. Por su parte, la propia competencia en los mercados mundiales llevaría al mejor –y máximo- aprovechamiento de las ventajas comparativas "naturales" y, a la vez, incentivaría los esfuerzos internos destinados a perfeccionar la eficiencia tecno-productiva y la capacidad competitiva de la producción doméstica. La eliminación de la protección pondría a las empresas locales en la disyuntiva de transformarse en más "eficientes" para enfrentar con éxito la competencia externa o, en su defecto, verse sustituida por ésta.

Durante los años noventa, las principales "fallas de mercado" radicaban, esencialmente, en el excesivo intervencionismo estatal y en la profusión de regulaciones que impedían el libre juego de las "fuerzas de mercado". La remoción de tales regulaciones permitiría liberar esas fuerzas de la "competencia" y, con ello, maximizar el bienestar social (cosa que no sucedió según la evidencia empírica presentada por los investigadores del área económica y otros autores de prestigio científico y académico.

 

(9) Bajo la Administración Alfonsín (1983-1989), la política económica se modificó en ciertos aspectos, pero no se alteró, sino que, por el contrario, se tendió a consolidar la estructura de poder económico heredada del período militar. Entre 1983 y 1989 el salario promedio real del sector manufacturero local disminuyó aproximadamente un 20%

(10) Las líderes fabriles fueron "exportadoras" en los 90 y las PyMEs fueron "importadoras", esto expresa el carácter asimétrico y discriminatorio de la liberalización comercial instrumentada.

(11) Entre 1993 y 1998 la elaboración de productos textiles cayó un 24% y la de prendas de vestir y pieles un 17%, la elaboración de maquinaria de oficina un 44%, la fabricación de instrumentos médicos y ópticos un 27%, la producción metalúrgica un 20% y la elaboración de maquinaria y aparatos eléctricos un 16%.

(12) Otra expresión del proceso de "desindustrialización" que trajo aparejada la interrupción del proceso sustitutivo se pone de manifiesto en la pronunciada caída en la cantidad de plantas fabriles relevadas en los tres últimos censos económicos. En efecto, en 1993 fueron censadas poco más de 90.000 unidades, lo que supone la desaparición de más de 10.000 plantas durante la última década, y de más de 15.000 respecto al año 1973. La tabla elaborada por Azpiazu-Basualdo-Schorr, en base a información del INDEC, Censos Nacionales Económicos, 1974, 1985 y 1994; muestran una variación porcentual negativa en casi todos los items que hacen al tamaño medio de las plantas y la producción desde 1973 hasta 1993.

Para aportar mas datos, agregamos que diciendo que esta marcada disminución en el número de plantas industriales adquiere particular significación económica durante el último período intercensal, no sólo por la intensidad que asume (11,2 %) sino, fundamentalmente, por las características que presenta. En efecto, entre 1973 y 1984 se verifica una reducción de poco más de 4.000 plantas (3,9 %), donde la desaparición neta de casi 8.500 microemprendimientos (menos de diez ocupados por establecimiento) asume un papel más decisivo. Y entre 1984 y 1993 queda de manifiesto la desaparición de más de 10.000 plantas fabriles, lo que conllevó la expulsión de más de 360.000 trabajadores (más del 25% de los ocupados a mediados de los ochenta) y, como un fenómeno inédito en la historia de la industrialización local, una caída en la ocupación media por planta fabril.

(13) Uno de los referentes del análisis económico, político y social industrial Argentino más importantes que formó grupos de estudio entre diversos ámbitos como las Naciones Unidas, el PNUD, la CEPAL y las Facultades de Ciencias Económicas y de Ingeniería de la UBA.

(14) La industria nacional con acotados eslabonamientos locales –en lo productivo, y más aún en lo atinente a la investigación y el desarrollo científico-tecnológico-, su creciente propensión a la adquisición de empresas locales en detrimento de la radicación de nuevas plantas, sus relativamente escasos requerimientos de mano de obra, la mayor regresividad distributiva de los ingresos que las caracteriza y sus elevados coeficientes de importación, entre otros factores determinan un serio obstáculo para el pregonado "efecto derrame" sobre la sociedad que debería tener la industria. Pues no se derramo desarrollo económico sobre el resto de la sociedad de bajos recursos, sobre los obreros asalariados, el capital producido se concentró en pocas manos nacionales y en fuertes firmas extranjeras.

(15) Para mas información ver las medidas que sugiere M. Schorr en: INDUSTRIA Y NACIÓN. Poder económico, neoliberalismo y alternativas de reindustrialización en la Argentina contemporánea. Editorial Edhasa. 2004. Buenos Aires.

Medidas que hay que incorporar para producir cambios en el sistema productivo industrial y que podrían formar parte de lo que el autor denomina "sistema de fomento industrial concebido como planteamiento orgánico" y que sería aconsejable adoptar en el país para que se produzca la tan ansiada "reindustrialización".

Por lo que el autor se pregunta: "Se trata de una incitante incursión en el debate en torno a una misma problemática: ¿la industria Argentina tiene o no posibilidades reales de asumir un papel preponderante en la resolución de, por lo menos, las crecientes disparidades económico-sociales? Y al mismo tiempo: ¿puede regresar –bajo nuevos contextos- a su insoslayable condición de componente estructural básico de un proceso de desarrollo –no ya de simple crecimiento económico- sustentable, en todas las dimensiones de esta última acepción?" (Schorr. Ibid. Pág. 46).

(16) El siguiente es el perfil del egresado declarado en el plan vigente (1997) para la carrera de grado de Diseño Industrial de la UNLP:

"El egresado de la carrera de Diseño Industrial está en condiciones de gestionar el desarrollo proyectual de los productos, para ser realizados por la industria manufacturera de bienes de uso y de capital, con destino a la satisfacción de necesidades, optimizando su funcionalidad y determinando sus condiciones tecno-morfológicas"

(17) Las siguientes son las competencias del egresado declaradas en el plan vigente (1997) para la carrera de grado de Diseño Industrial de la UNLP:

"1. Estudio, factibilidad, programación, proyecto, gestación, desarrollo, supervisión, inspección o control y producción en cualquiera de sus modalidades, respetando los principios de necesidad, funcionalidad, resistencia estructural, tecnología interna, economía y producción, establecidos por los profesionales o actividades a las que estuvieren vinculados, conjugándolos con los aspectos de uso y estético morfológicos de:

utensillos, instrumentos y artefactos.

Elementos, componentes, carcasas, carrocerías, accesorios y partes de productos o sistemas complejos.

2. Determinación de condiciones ergonómicas y antropométricas vinculadas al item anterior.

3. Realización de arbitrajes y pericias y, en lo referente a las leyes de modelos y diseños industriales, tasaciones, presupuestos y cualquier otra tarea profesional emergente de las actividades descriptas en los items 1 y 2.

4. Intervención en todas aquellas actividades que afecten las relaciones de uso, forma y color de los productos industriales.

5. Intervención en la confección de normas y patrones de uso de productos o sistemas de productos.

6. Gestión informática en el desarrollo de productos (CAD/CAM)"

(18) Durante el gobierno de Menem, la creciente demanda de productos importados (tanto de insumos como de bienes finales) por parte de las firmas de la actividad y la existencia de una suerte de "sustitución inversa", como dice Schorr, de manufacturas nacionales por importadas.

(19)

1. Productos alimenticios, bebidas, tabaco, cuero y calzado.

2. Papel y cartón.

3. Gases comprimidos y licuados.

4. Petróleo y productos petroquímicos.

5. Neumáticos.

6. Productos de limpieza e higiene.

7. Fibras e hilados manufacturados.

8. Pinturas.

9. Materiales para la construcción.

10. Productos metálicos básicos.

11. Productos metalmecánicos.

12. Máquinas de uso agropecuario y sus partes.

13. Artículos para el hogar.

14. Material de transporte.

(20) Azpiazu, D. y Nochteff, H.: El Desarrollo Ausente. Restricciones al desarrollo, neoconservadorismo y elite económica en la Argentina. Ensayos de Economía Política. Tesis/Norma, Buenos Aires, 1994.

(21) La 1er. Hipótesis de Nochteff es: "la razón principal para presentar una versión simplificada del comportamiento de la economía Argentina en términos de la teoría del desarrollo Schumpeteriana es destacar que las propiedades claves del desarrollo, especialmente el impulso endógeno dado por la búsqueda de cuasi rentas a través de la innovación, son débiles o están casi ausentes en los principales períodos de la historia económica Argentina".

La 2da. Hipótesis de Nochteff es: ".la elite económica Argentina no innova. Tiende a formar monopolios que no son erosionados por la competencia."

La 3ra. Hipótesis de Nochteff es: "que la causa fundamental de la persistencia de la economía de adaptación o, en otras palabras, la ausencia de senderos sostenidos de desarrollo, habría sido el comportamiento de la elite económica entendida como –en cada período- el conjunto de empresarios individuales o de organizaciones empresarias de mayor peso económico u político, que moldean el sendero del resto de los agentes económicos (incluidos los administradores de las empresas estatales o quienes tomen las decisiones que definen las estrategias de dichas empresas)".

La 4ta. Hipótesis de Nochteff es: "la mayor restricción a las innovaciones (entendidas como algo más que la adaptación tecnológica tardía), y al diseño e implementación de políticas científicas, tecnológicas e industriales ha sido la falta de demanda de dichas innovaciones y políticas de parte de la elite económica. Y si predominan los monopolios no innovadores: a) no habrá ningún "factor de desarrollo" que contrarreste la tendencia a la disminución del crecimiento (y, finalmente, la tendencia a la depresión) inducida por el grado de monopolio.tenderán a ser monopolios no transitorios, y en ese caso los efectos "retardatorios" o depresivos del grado de monopolio tenderán a perpetuarse, constituyendo por sí mismos una barrera al dinamismo".

(22) Fernández Berdaguer, Leticia. "Las calificaciones de los diseñadores industriales". La demanda de calificaciones para profesiones universitarias. S/e. Buenos Aires. 1992. Pág. 38.

(23) 1ro.) Un ciclo expansivo a partir del inicio de la Convertibilidad en 1991, fundamentalmente a partir del restablecimiento del crédito interno (el "efecto cuota"). La mayoría de los sectores industriales experimentan un crecimiento importante (insistimos que la base de 1990 era sumamente baja), siendo los más destacados, material de transporte (especialmente automotores), productos de plástico, celulosa y papel, productos de madera, muebles y colchones, productos de cuero y calzado, bebidas. Los únicos sectores que retroceden respecto de 1990 son textiles y metales y sus fundiciones. Este periodo se extiende hasta fines de 1994, en el cual la producción industrial global crece en un 34.6%. No obstante en ese periodo se profundiza notablemente la expulsión de trabajadores por la industria y el empleo Industrial disminuye un 13.5% (que venía descendiendo desde mediados de la década del 70). Mayor producción (como la que se registró) con menor ocupación supone una mayor explotación de los trabajadores.

2do.) Un ciclo de estancamiento y retroceso desde fines de 1994, como consecuencia del impacto de la llamada "crisis del tequila". Este periodo se extiende hasta el II trimestre de 1996. Las ramas más castigadas durante ese lapso son: textiles, prendas de vestir, productos de vidrio, productos de madera, productos de plástico, automotor, y materiales de construcción. Se profundiza la caída del empleo industrial, que cae otro 8.5%. Los efectos sobre la producción industrial se atenúan en parte por el inicio de una onda exportadora hacia Brasil, que ponía en ejecución el Plan Real. Las consecuencias más agudas de esta crisis duraron aproximadamente un año.

3ro.) Un nuevo ciclo de recuperación desde mediados de 1996 hasta fines de 1998. En este periodo se produce una expansión importante de las exportaciones industriales. A partir de 1993 y hasta 1997 se incrementan en un 100%, arribando a una meseta, ya que en 1998 retroceden ligeramente. Uno de los motores principales de ese crecimiento es la exportación de automotores a Brasil, que colabora en casi el 20% en ese aumento. Otros sectores que contribuyen en una proporción significativa son la exportación de petróleo y las manufacturas de Origen Agropecuario (complejo oleaginoso), ambos de baja generación de valor agregado y ocupación de trabajadores. Pese al incremento de la Producción Industrial, continúa el proceso de disminución del número de trabajadores ocupados, salvo durante 1997 en que crece un 1.5%.

4to.) Un ciclo de retroceso desde fines de 1998, como consecuencia de la crisis llamada "asiática" –entre otros motivos (deuda externa, rigidez cambiaria, proteccionismo sobre ciertas ramas productivas, etc.- y en particular de la devaluación brasileña de enero de 1999, del cual aún no hemos salido. La producción industrial decrece en el periodo 1999/2000 en un 15% aproximadamente. En esa caída influye poderosamente el sector automotor cuyas ventas en el mercado interno caen un 22% durante 1999 y un 19.2% en el 2000, pese a la vigencia del Plan Canje. La disminución de la actividad industrial no sólo se origina en la caída del consumo, sino también en la de la inversión, que hasta el 3er trimestre del 2000 suma 8 trimestres consecutivos en descenso, con una reducción acumulada del 22%. Las ramas que sufrieron el mayor impacto durante 1999 son, además de vehículos automotores, la metalmecánica, neumáticos y textiles. Durante el 2000 la industria estuvo estancada en términos globales según el INDEC y, según estimaciones privadas retrocedió un 2.8%. En ese marco durante el año 2000, algunas ramas tuvieron un comportamiento más dinámico respecto a 1999, como el sector químico (especialmente agroquímicos), automotores (que pese a la abrupta caída de ventas apuntada, aumentó su producción por la mayor demanda de Brasil), o el sector siderúrgico (excluido laminados planos y acero para la construcción). En una visión panorámica de la última década se puede advertir que, en 1999 la producción industrial total estaba casi en los niveles de 1993 y a fines del 2001 no hubo recuperación. Si consideramos el crecimiento de la población entre estos años, la industria ha tenido un franco retroceso.

(24) A tal punto alcanzó el proceso mencionado que a muchas de las grandes firmas, dado el alto componente importado que presentó su producción, difícilmente se las pueda seguir clasificando como "industriales".

(25) Entre los "grandes": Bunge y Born, Pérez Companc, Techint, Bridas, Macri (ex Fiat), Garovaglio y Zorraquín, Arcor, Soldati (ex Brown Boveri), Corcemar, Werthein, Celulosa Argentina, Astra, Deutsch, Alpargatas.

Entre los "medianos" y "pequeños": FV-Canteras Cerro Negro, Madanes, Huancayo-Constantini, Loma Negra, Massuh, Ledesma, Nougués Hermanos, Intermandoza-Taurales, Laboratorios Bagó, Bagley, San Martín del Tabacal, Bonafide, Agea-Clarín, BGH, Grafex, Indupa (ex Roída Richard), Herman Zupan, Aceros Bragado, Astilleros Alianza, canale, Noel, Atanor, Schcolnik.

Estas empresas, salvo contadas excepciones, en casi la totalidad no son industriales, pero son referencia de análisis de SCHORR.

(26) Definiremos a los bienes de uso como productos para ser, valga la redundancia: "usados" –y sin entrar en mayores detalles, diremos que es mucho mas que un objeto tridimensional proyectado y resuelto tecnológicamente, esto es: "construido" según las reglas procedurales que la ingeniería de productos indican- y que según la teoría económica es comercializable ya que es una mercancía (ejemplos: automóviles, motocicletas, colectivos, camiones, electrodomésticos en general, mobiliario, herramientas, etc.); y por otro lado, definiremos a los bienes de capital (todo aquello que corresponde a maquinaria y equipo de transformación y elaboración tecnológica de la materia prima o piezas –ejemplos: tornos, fresadoras, balancines, inyectoras, sopladoras, extrusoras, etc.- que se conocen también como bienes de producción "duraderos" para elaborar bienes intermedios –ejemplo: vigas de madera, tubos de aceros, tornillos, etc.- que también se conocen como bienes de producción "no-duraderos" y se utilizan en la elaboración de bienes de consumo "durables"). Por otro lado, si definimos a los bienes de consumo "durables" como los productos industriales descriptos, más arriba, como bienes de uso (que se agotan en períodos de tiempo relativamente largos o "mayores"); debemos definir a los bienes de consumo "no durables" como aquellos que se "usan" (como textiles y prendas de vestir y se agotan, terminan o gastan en períodos de tiempo relativamente cortos o "menores") o se agotan porque se "consumen" (como los alimentos y bebidas).

(27) Del análisis de las divisiones regionales basadas en el concepto de región geográfica, se deduce que existen entre los autores marcadas diferencias, a veces en la identificación de las regiones y la mayoría de las veces en lo concerniente a la extensión espacial atribuida a cada región y a sus límites.

Salvo alguna que otra excepción, los autores no dieron el Marco Teórico previo a su tarea de delimitación regional. En consecuencia, campearon diferentes criterios, no sólo en la identificación de las regiones sino también en su denominación. Han faltado en general un mismo Marco Teórico y un mismo criterio para encarar cada tarea.

Por otro lado como el concepto de región es una abstracción, una teoría a los fines del pensamiento y de la investigación geográfica (que en nuestro caso busca encontrar un criterio de ordenamiento a la producción nacional, que en definitiva es lo que nos interesa entender para comprender regiones con fuerte base industrial y otras menos industrializadas con extensiones rurales no industrializadas), es lícito pensar que han de existir tantas divisiones regionales de la Argentina como geógrafos la encaren y en virtud de la diversidad de criterios que sustenten.

En ese sentido, nosotros no seremos una excepción a la regla y las divisiones regionales que se encaran para el presente trabajo de investigación es el resultado de la compatibilización de las ideas propias de cada uno de los autores (con los intereses personales de esta beca de investigación). Fundamentalmente nos inclinamos al estudio de Juan A. Roccatagliata en el libro de La Argentina. Geografía general y los marcos regionales del cual se desprenden varias cuestiones. En principio, una discusión metodológica sobre la problemática del abordaje geográfico-regional llevado adelante y finalmente la aplicación del concepto de región al caso Argentino.

(28) Entre ellas se destacan la de Enrique Delachaux (1908) –la más temprana y pionera de la geografía disciplinar en la Argentina-, y las que publicaron más tarde Pierre Denis (1920) y Franz Kühn (1922), en base a exploraciones y trabajos realizados antes de la I Guerra Mundial. Estas tres obras se convirtieron en material de consulta tanto para funcionarios estatales e intelectuales preocupados por la configuración del territorio como para el incipiente campo profesional de geógrafos en Argentina. Sus autores llegaron a la Argentina en el marco de misiones de estudio que las potencias europeas enviaban con el fin de relevar los recursos existentes en distintas naciones menores.

En sus obras partieron de la revisión de cuatro principales obras de la geografía Argentina del siglo XIX (Woodbine Parish, 1852), (Victor Martin De Moussy, 1860-64 y 1869), (Hermann Burmeister, 1876) y (Richard Napp, 1876).

(29) La aparición de una literatura llamada regional o regionalista durante este período ha sido interpretada como parte de las reacciones de grupos dirigentes frente a la politización del proletariado. Participa de un movimiento de romantización de lo tradicional y lo nativo frente a la anterior idealización de la inmigración europea. En la demarcación de esta zona literaria se observa una fuerte asociación entre "lo regional" y "lo rural" y "las provincias del interior" (cfr. Jitrik, N., 1972; Dos Santos, E., 1972; Prieto, A., 1988, Int. y pp. 185-7). Entre los autores que han transitado por esta literatura se cuentan: Joaquín V. González, Roberto J. Payró, Ricardo Rojas, Benito Lynch y Martiniano Leguizamón.

(30) Cfr.: Honorable Cámara de Senadores de la Nación, Diario de Sesiones de 1913 (2/7 y 23/8); 1917 (27/6); 1918 (29/8; 21-30/9).

(31) Entre los más representativos Juan Alvarez, en 1914 (Alvarez. 2001) y Alejandro Bunge desde la fundación de su Revista de Economía Argentina (1918).

(32) El término "regional" para identificar estas alianzas sectoriales ancladas en la consolidación de los sectores azucarero y vitivinícola, aparece en los debates parlamentarios sobre la cuestión proteccionismo-librecambismo. Un reciente análisis sobre estos debates y alianzas regionales puede leerse en: Crocchi, F., 1998.

(33) Al abordar la geografía Argentina desde la perspectiva regional surge la necesidad de precisar el concepto de región, así como también el valor actual de la geografía regional. El concepto de región es complejo y en los últimos años los estudios concernientes a la geografía regional han sido centralizados en las necesidades prácticas para definir los acuciantes problemas regionales.

Así el geógrafo estudia la organización de un espacio diferenciado, individualizado y organizado (Roccatagliata, 1984). El paradigma regional en geografía ha variado (Schaefer, 1953) hasta recibir un encuadre teórico en la obra The Nature of Geography (Hartshorne, 1939), la que para algunos geógrafos es la verdadera teoría de la geografía (Rey Balmaceda, 1985). En efecto, el concepto de región es de sumo interés para conocer mejor el conjunto de la sociedad Argentina (Boletín Oficial, República Argentina, 4ta. Sección, 1985).

Al intentar definir la región se adopta una búsqueda de principios explicativos generales que permitan interpretar la organización del espacio y las estructuras regionales, concibiendo a la región como un sistema espacial integrado, procedente de procesos comunes, aunque sin negar aquellas individualidades que son el "gesto" particular de cada espacio diferenciado.

(34) CPC: La nomenclatura de base de la CPC es el "Sistema Armonizado de designación y codificación de mercancías" (SA-96) del Consejo de Cooperación Aduanera, actualizado en 1996.

(35) Sectores económicos, división de la actividad económica de un Estado, atendiendo al tipo de proceso que implique. Las actividades económicas se dividen en tres grandes sectores denominados primario, secundario y terciario (Colin Clark, 1940).

El sector primario agrupa las actividades que implican la extracción y obtención de materias primas procedentes del medio natural (agricultura, ganadería, minería, silvicultura y pesca). Es propio de las zonas rurales.

El sector secundario incluye las actividades que suponen la transformación de las materias primas en productos elaborados, es decir, la industria y la construcción (por ejemplo, siderurgia, sector agroalimentario, etc.; la producción de bienes de consumo en general). Se localiza principalmente en zonas urbanas.

El sector terciario, finalmente, es un conjunto mal definido que incluye todas las actividades y prestación de servicios que no pertenecen a los otros dos sectores y que podrían considerarse como actividades de suministro de bienes inmateriales a las personas, a las colectividades o a las empresas. Este sector agrupa los servicios mercantiles y no mercantiles, especialmente el comercio (al por mayor y al por menor), el negocio de automóviles y las reparaciones, el alquiler de viviendas, el correo y las telecomunicaciones, los seguros, el turismo, la sanidad, la educación, la cultura y los servicios ofrecidos por las administraciones públicas. Normalmente, en los países desarrollados más del 60% de la población activa trabaja en este sector productivo.

La división de la economía en distintos sectores permite estudiar su evolución a lo largo del tiempo, pero sigue siendo bastante convencional. Las fronteras entre sectores suelen ser imprecisas. Por ejemplo, es muy difícil determinar si las actividades de servicios presentes en el seno de las organizaciones industriales (servicios informáticos o de gestión) pertenecen realmente al sector terciario o, a la inversa, si la utilización de productos industriales en los servicios (transportes, telecomunicaciones) no modifica la definición del sector secundario. Este mismo problema se presenta para la "agroindustria" o las MOA (Manufacturas de Origen Agropecuarios), que presentan límites imprecisos entre lo "urbano" y lo "rural"; pues, dentro el Sector Secundario se localiza la división 15 de la sección "D" que corresponde a una de las ramas manufactureras presentadas en el CIIU-rev3 (Clasificación Industrial Internacional Uniforme–revisión3) según la ClaNAE ´97 (Clasificación Nacional de Actividades Económicas 1997) del INDEC donde la producción de alimentos y bebidas presenta esa dicotomía urbano-rural (ejemplo: plantaciones de maíz, vid y ganado bovino comienzan siendo producidos en las áreas rurales de uso del suelo y terminan siendo manufacturados en sus etapas finales en lugares urbanos de uso del suelo; ya sea para terminar siendo latas de conserva de granos de maíz, o vino embotellado, o cortes de carne refrigerada respectivamente. De todos modos los límites de la cadena de valor que se incorporan a los productos poseen indistintamente aspectos rurales como urbanos, desde la localización inicial hasta la final de toda la industria agroalimentaria o agroindustria).

(36) Analizando el Sector Primario, según la categoría de tabulación de la ClaNAE-97 (Clasificación Nacional de Actividades Económicas 1997), exclusivamente la sección "A" que trata sobre la Agricultura, Ganadería, Caza y actividades de servicios conexas (excluyendo del análisis a la sección "B" que analiza la Pesca, y la sección "C" que analiza la Explotación de Minas y Canteras); y en conjunción con el Sector Secundario, la sección "D" desde la división 15 hasta la división 36 (excluyendo del análisis a la sección "E" que analiza el Suministro de Electricidad gas y Agua, y la sección "F" que analiza la Construcción), se ha podido determinar el perfil productivo nacional agro-exportador (lo que nos ha confirmado a la agro-industria como el motor de la producción y economía formal nacional).

(37) El PBI es la suma de todos los bienes y servicios producidos en un país, en un año. Lo de "bruto" indica que no se ha contabilizado en el producto el desgaste de los equipos utilizados en la producción de estos bienes y servicios.

(38) Gran parte de los datos utilizados fueron transferidos al Instituto del Conurbano (ICO) de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento (UNGS) en el marco de un convenio entre el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y el ICO.

(39) José Antonio Borello: Desde mediados de 1995 es investigador-docente asociado del Instituto del Conurbano (ICO) en la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS); y desde fines de 1997 es investigador adjunto del CONICET. Ha trabajado en diversos proyectos de investigación sobre la temática industrial y especialmente en cuestiones que hacen a la geografía de la industria. Es autor de monografías y artículos sobre estos temas. Ha sido consultor de diversos organismos nacionales e internacionales. Estudió geografía en la Universidad Nacional de Cuyo, en la University of Cincinnati (EE.UU.) y en la University of Ottawa (Canadá); de esta última obtuvo una maestría en geografía, en 1984. Es, además, doctor en Diseño del Medio Ambiente y Planificación por la Virginia Polytechnic Institute & State University (EE.UU., 1993). Ha recibido becas y subsidios del CONICET, del Nacional Science Foundation (EE.UU.) y del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (Canadá). Nación en Mendoza, en 1957.

(40) Marcela Vio: Es investigadora-docente en el ICO de la UNGS desde 1997. Su trabajo se desarrollo en el Área de Sistemas Económicos Urbanos, donde participa de proyectos de investigación vinculados con la dinámica económica de la región Metropolitana de Buenos Aires. Ha trabajado en proyectos de desarrollo humano. Actualmente se desempeña como docente en Planificación Urbana, Facultad de Diseño, Arquitectura y Urbanismo de Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA). También ha dictado cursos de capacitación para docentes de nivel medio. Es arquitecta (UBA) y estudió Economía Urbana en el Development Planning Unit de la University College London, donde obtuvo el título de Msc. in the Built Environment. Nació en Buenos Aires en 1967.

(41) Federico Fritzsche: Es investigador-docente en el Instituto del Conurbano (ICO) de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) desde 1998. Trabaja en el Área de Sistemas Económicos Urbanos, donde participa en proyectos de investigación vinculados con la dinámica económica, y sobre todo industrial, de la Región metropolitana de Buenos Aires. Ha trabajado en la oficina de Buenos Aires de la CEPAL como asistente y consultor en diversos proyectos de investigación del Programa de estudio de ls pequeñas y medianas empresas (PyMEs). Participó como docente en diversas asignaturas y seminarios del departamento de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras (UBA): Seminario de Graduación en Geografía humana, Geografía política, Introducción a la Geografía, Geografía económica y actualmente en Geografía industrial. También ha dictado cursos de capacitación docente. Nació en Buenos Aires en 1969 y es profesor en Geografía (UBA).

(42) Esto sucede, por ejemplo, con el tabaco en Salta, Jujuy y Misiones, con el algodón en el Chaco, con la vid en Mendoza y San Juan, con las peras y las manzanas en el Alto Valle del río Negro, con el limón y la caña de azúcar en Tucumán y con la explotación forestal para la producción de papel en Misiones.

(43) Por lo tanto podemos decir que el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) comprende: El Gran Buenos Aires (GBA) que está formado por: la Capital Federal y 19 partidos contiguos que en conjunto forman una gran urbe. Esos partidos son Almirante Brown, Avellaneda, Berazategui, Esteban Echeverría, Florencio Várela, General San Martín, General Sarmiento, Matanza, Lanús, Lomas de Zamora; Merlo, Moreno, Morón, Quilmes, San Fernando, San Isidro, Tigre, Tres de Febrero y Vicente López. A partir de 1994 algunos de estos partidos se subdividieron dentro del plan Génesis 2000 del gobierno de la provincia de Buenos Aires. De tal modo, Esteban Echeverría se dividió en un partido homónimo y otro denominado Ezeiza, Morón se dividió en Morón, Ituzaingó y Hurlinghan, y General Sarmiento en San Miguel, José C. Paz y Malvinas Argentinas. Por su parte, el nuevo partido de presidente Perón se formó con sectores de las jurisdicciones de San Vicente, Esteban Echeverría y Florencio Várela. Así la porción bonaerense y Gran Bs. As. Hoy cuenta con 25 partidos, debido a ese proceso de subdivisión. En resumen, el Gran Bs. As. está formado por Cap. Federal (ciudad autónoma de Bs. As.) más 25 partidos anteriormente mencionados.

La incorporación (debido al presidente de conurbación y la continuidad urbana), del Gran La Plata (La Plata, Cap. De la provincia de Bs. As.) más Berisso y Ensenada. La ocupación parcial de los partidos de Cañuelas, Escobar, General Rodríguez, Marcos Paz, Pilar y San Vicente. Entonces, actualmente son 34 los partidos bonaerenses que junto a la ciudad de Bs. As. conforma el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

(44) Ibid. Págs. 53-54 y 56.

(45) Coraggio, José Luis; Rofman, Alejandro; Garay, Alfredo; Badía, Gustavo. Desarrollo local en Áreas Metropolitanas: condiciones y posibilidades del Conurbano Bonaerense. Colección Institucional, Universidad Nacional de General Sarmiento. Buenos Aires. 1999.

(46) El conjunto de actividades que conforman este Programa se propuso contribuir a instalar en la esfera pública la cuestión del desarrollo local, entendido como un proceso de desarrollo integral en el que las condiciones de vida de todos los miembros de la sociedad local mejoran de manera sostenida tanto en lo material como en lo social, lo cultural y lo político. Puesto que el papel de los actores locales constituye uno de los resortes fundamentales de este proceso, el Programa ha estado especialmente orientado a generar instancias de encuentro, capacitación y coordinación de los agentes actuales y potenciales de desarrollo local.

Para ello, a lo largo de los tres años de duración del Programa se organizaron Talleres de capacitación, Encuentros de Difusión y Comunicación y Encuentros de Articulación y reflexión sobre temas de relevancia dentro de la problemática local. Asimismo se editaron Manuales de gestión, Memorias de los Encuentros de Difusión, Cartillas de desarrollo local y un Boletín periódico con informaciones producidas por el Programa. Por último, se realizaron Asesorías Técnicas a instituciones públicas y no gubernamentales.

(47) Los autores han podido explicar tales transformaciones en el mundo de la producción, utilizando los trabajos de investigación de un equipo de geógrafos franceses que habían elaborado mapas que dividían al "norte" económico-mundial del "sur" mundial (al analizar cómo era el mundo de "sustitución de importaciones", o sea, el mundo de los Estados Nacionales). Casualmente y simplificando la cuestión podemos decir que: el mayor desarrollo tecnológico se localizaba –y se localiza todavía, en fuerte dosis- en las regiones de mayor concentración de población (concentrándose en la costa este y oeste de EE.UU, el centro de Europa hasta Japón el área de centralidad o de los países de industrialización "central"); permitiéndonos ver con mayor claridad estas nociones de "centro" y "periferia" en la forma de organización del mundo. El predominio de los Estados Nacionales de los países centrales, que en el marco del modelo anterior a la globalización, garantizaban que sus mercados y sus aparatos productivos estuvieran concentrados sobre cierta parte del mundo.

(48) Alberto Lalouf. "Un modelo tentativo para el análisis de la producción de artefactos tecnológicos en países subdesarrollados. Más allá de la fracasomanía", en PRODUCCIÓN Y USO SOCIAL DE CONOCIMIENTOS. Estudios de sociología de la ciencia y la tecnología en América Latina. Editorial Universidad Nacional de Quilmes. 2004. Pág. 264.

(49) La desindustrialización que se produce cuando la industria manufacturera no contribuye tanto como antes en la riqueza de una nación. Tal vez sería mejor llamar a este proceso reindustrialización ya que el cambio no deja de lado a toda la actividad industrial sino que se produce una reducción en la industria secundaria en beneficio de la terciaria y de la cuaternaria. En otras palabras, una economía en proceso de desindustrialización cambia la manufacturación de bienes por la prestación de servicios.

(50) Por ejemplo, el cultivo de caña de azúcar del Noroeste, que se había desarrollado desde mediados del siglo XVII en las plantaciones jesuíticas, recibió un gran impulso con la llegada del ferrocarril a Tucumán, en 1875, y con la decisión del Estado que, a partir de 1833, comenzó a proteger la producción azucarera contra la competencia del azúcar importado. En este contexto, el azúcar del Noroeste dejó de ser un producto comercializado a escala local para convertirse en una producción destinada al mercado interno (nacional).

(51) En el área chaqueña se produce la materia prima y se lleva a cabo la transformación inicial (el desmontado); sin embargo, las posteriores etapas de transformación, como las que corresponden a hilanderías y tejedurías, se han realizado tradicionalmente en los grandes centros urbanos –el área metropolitana de Buenos Aires y, luego, diferentes sectores del país beneficiados por políticas de promoción industrial-. De este modo, la mayor parte del valor agregado generado por el circuito productivo del algodón no se ha concentrado en el área chaqueña, sino en otras zonas del país; esta situación se agrava en los casos en que las etapas finales del circuito productivo se llevan a cabo en el extranjero.

(52) Alejandro Rofman es doctor en Ciencias económicas, profesor de la Universidad de Buenos Aires e investigador del CONICET.

(53) Rofman, Alejandro. Las economías regionales a fines del siglo XX. Editorial Ariel. Buenos Aires. S/f.

(54) Este proceso de retiro del Estado de una de sus funciones centrales tuvo otro correlato específico, fuertemente dañino para los mercados de trabajo en las economías regionales del interior. Se trata del proceso de Reforma del Estado, que se instituyó con la asunción del gobierno en 1989, con el propósito de que el sector público se desprendiera de las numerosas empresas de su propiedad que se ocupaban de producir bienes (YPF, SOMISA, etc.) y ofrecer servicios públicos (energía eléctrica, gas, agua, teléfonos, transporte ferroviario, etc.) a la sociedad.

Los procesos de privatización comenzaron con la telefónica ENTEL y concluyeron con la venta remanente de acciones de YPF en poder del Estado. El impacto de dichas privatizaciones tuvo un alto costo social, más allá de las mejoras en la prestación de los servicios que se advirtieron en varias de ellas. Ese costo social consistió en la cesantía abierta o disimulada (bajo el nombre de "retiro voluntario") de numerosos contingentes laborales, con desigual impacto según la zona. Cuando, como en el caso de YPF, la reducción de puestos de trabajo se produjo en áreas urbanas de reducido tamaño, donde todo el peso del consumo recaía en los ingresos de los trabajadores petroleros, el efecto fue altamente perjudicial para ellos y para la comunidad que los alojaba. Es el caso de importantes localidades del sur patagónico, de centros urbanos neuquinos o áreas donde existían poblaciones enteramente vinculadas al quehacer petrolero. Nada se hizo para reinsertar a los trabajadores cesantes en nuevas actividades.

Por otra parte, el objetivo de adecuar la economía Argentina a los flujos económicos y financieros internacionales, en pleno proceso de globalización, impuso otras estrategias fundamentales del plan. Entre ellas, puede citarse el proceso de apertura externa, que consiste en bajar fuertemente los aranceles a las importaciones, y la importancia creciente del proceso exportador, indispensable para obtener las divisas que permitan pagar las importaciones y hacer frente a los compromisos de la deuda con los acreedores del exterior. La baja de la protección aduanera fue brusca y no hubo mecanismos que permitieran que las actividades internas, perjudicadas por el aluvión importador, encararan los necesarios procesos de reconversión para estar en condiciones de competir con los bienes que se traían desde el exterior. Esta apertura externa impactó sobre procesos productivos regionales que son claves para definir el perfil económico y social del interior.

En el ámbito de las importaciones, ahora favorecidas por la fuerte reducción de los aranceles aduaneros, una actividad muy dañada fue la industria textil, acosada por la competencia que proviene de los países donde el costo de la mano de obra es sustancialmente más bajo que en la Argentina, lo que les permite entrar en el mercado nacional con precios menores que los internos.

(55) Éstos son bases de datos especializadas, en las que toda la información está unida a un sistema de referencia espacial y que integran diversos tipos de información, como imágenes aéreas y de satélites; censos; información sobre la ordenación del territorio (como la localización de zonas industriales, residenciales, bosques, pantanos, zonas recreativas y agrícolas); mapas edafológicos, estadísticas de precipitaciones o de transporte. Los SIG pueden utilizarse para analizar, por ejemplo, el impacto de determinadas actividades económicas sobre el medio ambiente, la distribución espacial de industrias concretas o poblaciones (ejecutivos y trabajadores manuales, por ejemplo) dentro de las zonas urbanas.

(56) Este trabajo se desprende de la Beca de Perfeccionamiento de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de La Plata (alta: 01/04/04, baja: 31/03/06), cuyo tema de investigación fue: "Modelos de gestión integrada de diseño para el desarrollo de Planes Proyectuales y Productivos en zonas desindustrializadas o no-industrializadas". Director: Diseñadora Industrial María del Rosario Bernatene. Esta propuesta de investigación para la Beca nació a partir de las tareas que se venían desarrollando dentro del Proyecto interdisciplinario (B124): "Interacción de contenidos éticos y estéticos en el proyecto de Diseño Industrial" acreditado en la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (alta: 01/05/01, baja: 31/12/05), dirigido por Bernatene y que contó con la participación de destacados investigadores de la Universidad de Buenos Aires y La Plata (en Arte, Arquitectura, Diseño Industrial e Ingeniería).

(57) Schorr, Martín. INDUSTRIA Y NACIÓN. Poder económico, neoliberalismo y alternativas de reindustrialización en la Argentina contemporánea. Ediciones Edhasa. Buenos Aires. 2004.

(58) Realizado en el Área de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO- Sede argentina.

(59) El economista austriaco-americano Joseph Schumpeter, un propulsor de la teoría de la innovación, relacionaba el auge de los ciclos económicos con la aparición de nuevos inventos que estimulaban la inversión en las industrias productoras de bienes de consumo. Puesto que estos nuevos inventos se desarrollan de manera desigual, las condiciones de la economía tienen que ser alternativamente expansivas y recesivas. Schumpeter destacó el papel del empresario como agente innovador que crea y desarrolla un nuevo producto, un nuevo mercado, o nuevas técnicas de producción. En las economías industrializadas de finales del siglo XX, los conglomerados y las corporaciones han sustituido al empresario individual; sin embargo, éste aún sigue existiendo, tanto en las pequeñas y medianas empresas, como en los países en vías de desarrollo del Tercer Mundo. El empresario, que es, según este autor, el individuo que asume riesgos económicos, y un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas.

(60) El concepto de monopolios no innovadores (tecnológicamente), ni transitorios (históricamente) hace referencia a sectores del mercado económico que siendo los únicos vendedores y/o productores de ciertos bienes que la demanda requiere para cubrir sus necesidades, no han apostado a la innovación tecnológica como estrategia productiva competitiva y este hecho se ha mantenido a lo largo de la historia por períodos de tiempo sostenidos (sin que se produzcan cambios sustanciales que cambien esta situación).

(61) Ruby D. Hernández es Contador Público y Licenciado en Economía en la Universidad Nacional del Sur; Master en Economía Regional y PHD Candidate en Economía en la Universidad de Pennsylvania, EE.UU.

(62) Ruby Daniel Hernández. Bases para un modelo de desarrollo: tecnológico, industrial y regional Ediciones Macchi. Buenos Aires. 1998.

(63) Ruby Daniel Hernández. Ibid. (pps. 47 y 48).

(64) Ruby Daniel Hernández. Ibid. (pp. 48).

(65) Ruby Daniel Hernández. Ibid. (pps. 49-51).

(66) "A partir de la década de 1930 la Argentina obligada por circunstancias externas (., guerra) incorpora un fuerte proceso de sustitución de importaciones con estrategias industriales compatibles con los intereses de los sectores dominantes" Hernández, Ruby. D. Bases para un modelo de desarrollo Tecnológico-Industrial-Regional. Ediciones Macchi. 1998. Bs. As. Págs. 49-50.

(67) AA.VV. La demanda de calificaciones para profesiones universitarias. Ibid. Págs. 15-16.

(68) Ibidem.

(69) "…el modelo de acumulación fordista de aplicación generalizada en los países desarrollados. Sin embargo, no se expande plenamente en los países en vías de desarrollo. Esta interpretación aporta una guía conceptual importante e Cienciapara aproximarse a los problemas de desarrollo en la Argentina…que confirma una débil integración del tejido productivo industrial y fuertes relaciones de tipo centro-periferia". Hernández, Ruby. D. Ibid. Pág. 52.

(70) Fernández Berdaguer, Leticia. Ibid. Pág. 19.

(71) Hernández, Ruby. D. Ibid. Págs. 47-48.

(66) Ruby Daniel Hernández. Ibid. (pp. 52).

(67) Métodos y fuentes usadas:

Para el análisis del aparato productivo nacional, entonces, se tomaron los principales indicadores de la producción industrial argentina, censados por el INDEC, sobre una segmentación del sector de las 22 ramas manufactureras presentadas en el CIIU-rev3 () según la ClaNAE ´97 () y desagregando de ello las 15 ramas "claves" para el análisis. Los datos del análisis fueron extraídos fundamentalmente de la evidencia empírica presentada en los diversos informes publicados por el INDEC como: Industria Manufacturera: Producción, ocupación y salarios (1990-2001) y en el EPI. Estadísticas de Productos Industriales. Por otro lado, la información más actualizada llega hasta el período de septiembre de 2004 y entre las primeras, se difunde el Estimador Mensual Industrial (EMI), que refleja cada mes la evolución de la producción manufacturera, sobre la base de información suministrada por 135 empresas líderes, cámaras empresarias y organismos públicos, que informan en conjunto sobre 115 productos e insumos representativos. También el INDEC, con la finalidad de obtener indicadores de la evolución de la producción, la ocupación y los salarios del sector, realiza la Encuesta Industrial Mensual (EIM), de representatividad nacional, que cubre unidades productivas de distinto tamaño y de mayor cobertura sectorial que el EMI (que es simplemente un "estimador. Como complemento del conjunto de indicadores destinados a seguir la evolución industrial, en el corto plazo se difunde trimestralmente la publicación "Estadísticas de Productos Industriales", que reúne datos cuantitativos sobre la producción de mas de 70 bienes del sector. Respecto de la Encuesta Industrial Mensual (EIM), diremos que se trata de una muestra de cobertura nacional de aproximadamente 3000 locales industriales seleccionada del Censo Nacional Económico 1994 (CNE ´94 – referido al año 1993). Por otro lado, para evaluar los cambios estructurales en el sector industrial se releva la Encuesta Industrial Anual, que permite obtener estimaciones para distintas variables, entre las que se destaca el valor agregado industrial, por rama de actividad.

(68) CPC: La nomenclatura de base de la CPC es el "Sistema Armonizado de designación y codificación de mercancías" (SA-96) del Consejo de Cooperación Aduanera, actualizado en 1996.

(69) Sectores económicos, división de la actividad económica de un Estado, atendiendo al tipo de proceso que implique. Las actividades económicas se dividen en tres grandes sectores denominados primario, secundario y terciario (Colin Clark, 1940).

El sector primario agrupa las actividades que implican la extracción y obtención de materias primas procedentes del medio natural (agricultura, ganadería, minería, silvicultura y pesca). Es propio de las zonas rurales.

El sector secundario incluye las actividades que suponen la transformación de las materias primas en productos elaborados, es decir, la industria y la construcción (por ejemplo, siderurgia, sector agroalimentario, etc.; la producción de bienes de consumo en general). Se localiza principalmente en zonas urbanas.

El sector terciario, finalmente, es un conjunto mal definido que incluye todas las actividades y prestación de servicios que no pertenecen a los otros dos sectores y que podrían considerarse como actividades de suministro de bienes inmateriales a las personas, a las colectividades o a las empresas. Este sector agrupa los servicios mercantiles y no mercantiles, especialmente el comercio (al por mayor y al por menor), el negocio de automóviles y las reparaciones, el alquiler de viviendas, el correo y las telecomunicaciones, los seguros, el turismo, la sanidad, la educación, la cultura y los servicios ofrecidos por las administraciones públicas. Normalmente, en los países desarrollados más del 60% de la población activa trabaja en este sector productivo.

La división de la economía en distintos sectores permite estudiar su evolución a lo largo del tiempo, pero sigue siendo bastante convencional. Las fronteras entre sectores suelen ser imprecisas. Por ejemplo, es muy difícil determinar si las actividades de servicios presentes en el seno de las organizaciones industriales (servicios informáticos o de gestión) pertenecen realmente al sector terciario o, a la inversa, si la utilización de productos industriales en los servicios (transportes, telecomunicaciones) no modifica la definición del sector secundario. Este mismo problema se presenta para la "agroindustria" o las MOA (Manufacturas de Origen Agropecuarios), que presentan límites imprecisos entre lo "urbano" y lo "rural"; pues, dentro el Sector Secundario se localiza la división 15 de la sección "D" que corresponde a una de las ramas manufactureras presentadas en el CIIU-rev3 (Clasificación Industrial Internacional Uniforme–revisión3) según la ClaNAE ´97 (Clasificación Nacional de Actividades Económicas 1997) del INDEC donde la producción de alimentos y bebidas presenta esa dicotomía urbano-rural (ejemplo: plantaciones de maíz, vid y ganado bovino comienzan siendo producidos en las áreas rurales de uso del suelo y terminan siendo manufacturados en sus etapas finales en lugares urbanos de uso del suelo; ya sea para terminar siendo latas de conserva de granos de maíz, o vino embotellado, o cortes de carne refrigerada respectivamente. De todos modos los límites de la cadena de valor que se incorporan a los productos poseen indistintamente aspectos rurales como urbanos, desde la localización inicial hasta la final de toda la industria agroalimentaria o agroindustria).

(70) Analizando el Sector Primario, según la categoría de tabulación de la ClaNAE-97 (Clasificación Nacional de Actividades Económicas 1997), exclusivamente la sección "A" que trata sobre la Agricultura, Ganadería, Caza y actividades de servicios conexas (excluyendo del análisis a la sección "B" que analiza la Pesca, y la sección "C" que analiza la Explotación de Minas y Canteras); y en conjunción con el Sector Secundario, la sección "D" desde la división 15 hasta la división 36 (excluyendo del análisis a la sección "E" que analiza el Suministro de Electricidad gas y Agua, y la sección "F" que analiza la Construcción), se ha podido determinar el perfil productivo nacional agro-exportador (lo que nos ha confirmado a la agro-industria como el motor de la producción y economía formal nacional).

(71) Clasificación Industrial Internacional Uniforme–revisión3.

(72) Clasificación Nacional de Actividades Económicas 1997.

(73) O sea que se invirtió en los productos transables –protegidos-: del Sector Primario (como la ganadería); y el Sector Secundario de la producción se vio afectado por los capitales extranjeros que invirtieron en productos transables –protegidos-: como es el caso del montaje de automóviles de diseño extranjero (que afectó a los capitales nacionales de productos transables –no protegidos- como la industria metalmecánica) y esto repercutió directamente en el Diseño Industrial nacional.

(74) En total y a nivel nacional, es notable la preponderancia de la generación de divisas -por exportación- de los Productos Primarios con un 22% (agricultura para producir soja sin procesar, ganadería bovina, etc.) mas las Manufacturas de Orígen Agropecuario (MOA) con un 32% (soja procesada: aceite de soja, etc.) por sobre las Manufacturas de Orígen Industrial (MOI) con 29% (automóviles, etc.) lo que nos está confirmando la importancia del perfil agroindustrial de la Argentina. Finalmente el restante 17% corresponde a la producción de Combustibles y Energía.

Se han producido varios cambios tecnológicos en el agro Argentino como aquellos que exigen grandes aportaciones de biotecnología y se emplean en las gran llanura pampeana (en zonas sojeras, arroceras, para ganadería bovina, etc.). Tienden a ser, en el caso de la agricultura, explotaciones de monocultivos (como la soja) y en el caso de la producción ganadera de animales únicos (bovinos de alta calidad genética en la llanura pampeana), orientadas a la venta; entre otros comprenden: los cultivos irrigados de arroz en las tierras bajas, el trigo y el algodón; las plantaciones de caña de azúcar; las hortalizas en las inmediaciones de los grandes centros urbanos, y la cría intensiva de ganado (bovino, ovino, porcino, equino) y aves de corral (pollos y gallinas, etc.).

Basta observar una tendencia a nivel nacional, al verificar que las MOA (Manufacturas de Origen Agropecuario) han crecido un 14% entre 1998 y el 2003, en tanto las MOI (Manufacturas de Origen Industrial) han decaído un 11% en el mismo período; tendencia que confirma nuevamente el perfil agroindustrial.

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28 – NOCHTEFF, H.: "Industrialización, desarrollo tecnológico, exportaciones e industrias de punta. Estrategia global de Desarrollo Industrial e Inserción Internacional de Argentina", en Desarrollo Industrial e Inserción Internacional. Organizado por Fundación F. Ebert y C.E.R.E. Buenos Aires. Noviembre de 1988.

29 – NOCHTEFF, H. Desindustrialización y retroceso tecnológico en la Argentina. La industria electrónica de consumo 1976-1982. FLACSO-GEL. Buenos Aires. 1985.

 

 

 

 

Autor:

Ibar Anderson

Diseñador Industrial Ibar Anderson. Magíster en Estética y Teoría del Arte. Facultad de Bellas Artes. Universidad Nacional de La Plata. Argentina. 2009.

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