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Propuesta para la enseñanza del diseño de bienes de capital y de consumo (durable y no durable) basados en la agro-industria (página 2)

Enviado por Ibar Anderson


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http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/encuentro2008/05_publicaciones/01_actas_diseno/archivos_pdf/actas_n_1.pdf

1. Análisis del contexto Socio-histórico y Productivo, Político Regional y Macroeconómico Nacional:

Este item tiene por objetivos:

-Establecer la definición de industria manufacturera Argentina, su evolución histórica y su actual estado presente.

-Conocer el contexto productivo regional Argentino (industrializado en ciertos sectores, no industrializados en otros y en franca desindustrialización de algunos) y sus condiciones histórico-productivas, geográfico-industriales, político-económicas y culturales (grado de crecimiento económico y desarrollo social, tecnológico y ecológico).

-Comparar las opiniones del cuerpo de docentes y alumnos avanzados de la carrera de Diseño Industrial en la UNLP, respecto de la realidad industrial del país y las posibilidades que el mismo ofrece para la praxis profesional (y su grado de adecuación o inadecuación para el mundo del trabajo). Finalmente confrontar las opiniones de docentes y alumnos avanzados con las diversas fuentes (INDEC; Ministerio de Economía y Producción de la Nación; Secretaría de Industria, Comercio y PyME; investigaciones del: CONICET, SECYT/BID/CONICET, UBA, FLACSO-Sede Argentina).

-Encontrar posibles hipótesis explicativas a la baja inserción laboral del Diseñador Industrial en regiones rurales no-industrializadas y urbano desindustrializadas; y proponer las competencias profesionales necesarias de la educación para corresponder con esas necesidades (ampliación de las competencias profesionales.

-Ampliar el perfil profesional para integrar al Diseñador a tareas de planificación de políticas productivas locales, articulación de la Gestión del Diseño Industrial, con gestión social del diseño, gestión política de articulación entre ONG´s, empresas y otras instituciones sociales y económicas.

En principio se comienza analizando las evidencias empíricas presentadas en los Censos Estadísticos Nacionales –INDEC- e investigaciones (sobre Historia, Economía, Política e Industria) de autores de prestigio –en especial de Azpiazu(1), Basualdo(2) y Schorr(3)-.

Debemos recordar que un objetivo fue el de estimar la evolución de tendencias de ciertas ramas industriales que puedan colaborar a la definición de un "perfil industrial" nacional (enfocado a ciertas ramas manufactureras que han sido y que actualmente son estratégicamente fomentadas, subsidiadas, promovidas y/o apoyadas desde la política gubernamental nacional, debido a intereses estratégicos para la región como el MERCOSUR). Y de esta manera fomentar el desarrollo tanto en zonas industrializadas como no-industrializadas; asimismo encontrando una línea para la evolución de conocimientos disciplinares que amplien la concepción epistemológica de la disciplina hacia otras áreas de interés (fundamentales para ser implementadas en los cambios curriculares que se están reclamando en los Congresos de Diseño Industrial a nivel nacional y aprovechando la oportunidad estratégica para transferir esta información al Departamento de Diseño Industrial de la UNLP, que lleva adelante una remodelación del Plan de Estudios).

 

Para el estudio, partimos de marzo de 1976, pensando que ya no fue la vinculación entre la producción industrial y el Estado el núcleo central del proceso económico. Fue el tránsito de una sociedad industrial a otra basada en la valorización financiera y la consolidación de un nuevo proyecto de dominación, mediante el "disciplinamiento" de, fundamentalmente, la clase trabajadora (en 1976 la remuneración salarial promedio de la industria disminuyó un 33% con respecto a 1975; estableciéndose, desde entonces, una tendencia decreciente en el largo plazo). Disciplinamiento que fue continuado durante los gobiernos democráticos de: Alfonsín, Menem y De la Rúa.

Como puede verse, en el siguiente gráfico de barras, el aporte del Sector Secundario o Manufacturero (que es lo que mas nos importa para nuestro análisis) al PBI Nacional Argentino, se ha visto reducido durante el siglo XX (habiendo alcanzado su mayor valor a mediados del siglo, con el llamado modelo económico-productivo de "sustitución de importaciones" de 1936-1976).

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Gráfico ( 1 )

En los años posteriores al golpe de Estado de 1976 se produjo en la Argentina el cierre de más de 20.000 establecimientos fabriles(4), el producto bruto del sector cayó cerca de un 20% entre 1976 y 1983, la ocupación disminuyó en ese mismo período y se redujo el peso relativo de la actividad manufacturera en el conjunto de la economía (pasó del 28% al 22%). Más aún, la industria dejó de ser el núcleo ordenador y dinamizador de las relaciones económicas y sociales en la Argentina. En este proceso, las empresas mas pequeñas fueron las más "castigadas" –por su menor capacidad para amortiguar las terribles fluctuaciones económicas-. Pero este proceso involucró también a las compañías extranjeras, ya que muchas de ellas, líderes en sus respectivos sectores industriales, cesaron sus actividades en el país o fueron transferidas a otros capitales locales o extranjeros (tales son los casos de, a simple título ilustrativo, General Motors y Citrôen en la industria automotriz, Olivetti en máquinas de oficina, Duranor en la producción petroquímica, y Sudamtex en la actividad textil).

La caída estrepitosa de la industria metalmecánica (fundamentalmente en el período de De la Rua) es el símbolo del derrotero seguido durante esos años(5), todo un "emblema" de la caída de la industria Argentina. Veamos el siguiente gráfico de lo que pasó en la industria metalmecánica (autentico paradigma de la producción industrial "pesada" de todo país, incluyendo a la automotriz) construido con información del INDEC:

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Gráfico ( 2 )

La impresionante caída de la producción en el sector de máquinas herramientas para trabajar metales es el claro ejemplo de la caída de la producción industrial que acompañó la caída del entonces Presidente Fernando De La Rúa. Pues, de su desbastador proceso "desindustrializador" que se arrastra desde el 76 (lo cual no afecto a todas las ramas por igual). Pero: ¿por qué elegimos esta rama industrial? Porque es un autentico "indicador" del estado de la industria manufacturera del Sector Secundario de la producción que más "valor agregado" genera, mejores puestos de trabajo "altamente calificados" ofrece y menores despidos de obreros produce. Si esta rama esta mal, muchas industrias también lo estarán prontamente.

Desde la Dictadura militar y Martinez De Hoz-Aleman, pasando por Alfonsín, Menem, De La Rúa hasta Duhalde; la denominada "Argentina viable" (o Argentina que no entra en conflicto con la "Globalización", es una forma elegante de decir que no entra en conflicto con las grandes potencias económicas y tecnológicas del planeta) y se corresponde a las áreas que los países industrializados y un reducido sector de grupos locales, están interesados en desarrollar en nuestro país, por la alta rentabilidad que ofrecen (petróleo, granos, etc.).

La "Argentina viable" es para algunos sectores, la Argentina agraria, exportadora, agroindustrial y productora de petróleo y gas. La Argentina productora de bienes industriales, intermedios o finales, es un país "del pasado". "Da lo mismo producir acero que caramelos, hay que producir lo que cuenta con ventajas comparativas" se dijo en la década del `70 (y sin importar por el momento quien lo dijo), y ese fue el concepto que inspiró en lo esencial la política gubernamental desde 1976, y particularmente en la última década.

Desde 1976 dos fuertes crisis terminaron con dos períodos de gobiernos democráticos, el de Alfonsín por un lado y el de De La Rúa por otro. Esto motiva las siguientes preguntas:

1-¿Se evidenció una caída de la producción industrial el 20 de diciembre de 2001 que acompaño la caída del entonces Presidente Argentino Fernando De La Rúa y todo su gabinete?

2-¿De qué modo se relacionan Política e Industria?

3-¿Qué podemos deducir de los períodos de gobierno post-1976 hasta la actualidad y sus relaciones con la producción manufacturera local?

4-¿Podemos definir un perfil productivo nacional consolidado en cierto "tipo" de industrias, de modo que con ello podamos definir un perfil de Diseño Industrial Argentino –y que asimismo, nos sea útil para definir un perfil para la enseñanza del Diseño Industrial que se dicta en nuestras Universidades Argentinas-?

5-¿Es conocido el "perfil productivo" manufacturero Argentino (industrial o no), por los responsables del dictado de las carreras de grado en las Casas de Altos Estudios en Argentina? Más concretamente, los Directores de las carreras de grado de Diseño Industrial en las distintas Universidades Argentinas son responsables de reproducir un sistema de enseñanza del sistema capitalista: ¿obsoleto o vigente? ¿Hasta que punto es obsoleto o vigente? Pues, no hay antecedentes de investigación ni publicaciones sobre este tema.

Porque si observamos el siguiente Gráfico podemos visualizar una marcada caída de los Obreros Ocupados (IOO) en la industria manufacturera desde 1997 y acrecentado por la crisis económica-política que dejó el Presidente De La Rúa (con su caída en el 2001) para el entrante año 2002. Mostrando su incidencia en las ramas de la Industria Manufacturera directamente ligadas a la importancia que ellas tienen para el Diseño Industrial como profesión ligada directamente a la Producción Secundaria. Midiendo el período 1997-2004 por trimestres (I, II, III y IV). Veamos el siguiente gráfico:

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Gráfico ( 3 )

Es evidente la caída de la mano de obra ocupada en el año 2002, que quedó registrado por el Índice de Obreros Ocupados (IOO) del año 2003: ¿hasta donde influyó esto en la incidencia laboral del Diseñador Industrial Argentino?

Desde 1976 hasta finales del 2001 se ha venido produciendo una política en contra del desarrollo sostenido y autónomo de la industria; destruyendo cientos de miles de puestos de trabajo y conduciendo a la actual desocupación y contracción del mercado interno (provocando a su vez mayor reducción de la Industria, en un circuito vicioso). Pues, si las cifras oficiales indican que la recuperación económica, la industria y los puestos de trabajo "en blanco" están en aumento –lo cual es cierto según el INDEC- en el actual gobierno de la administración Kirchner; están todavía muy lejos –lo cual también es cierto- de alcanzar los mas altos valores que llegaron a tener para décadas pasadas (y aún más lejos de sobrepasarlos).

6-¿Podrá hacerlo en cierta medida la actual gestión de gobierno de Kirchner? ¿En qué tipo de producción y hasta donde -si es que puede- lo hará?

Porque, la desindustrialización(6) y reestructuración regresiva del sector manufacturero(7), el retroceso y la desarticulación de la estructura industrial –como varios autores señalan- no han sido el resultado no deseado de crisis externas que golpearon la economía Argentina, sino el resultado de una política que se aplicó, con variantes en estos años post-1976 (desbastándose ramas enteras de la producción industrial). Cierre de miles de establecimientos, expulsión masiva de trabajadores, desarticulación del tejido industrial, desarticulación de redes de proveedores locales, el desmantelamiento de eslabonamientos inter e intraindustriales, caída del aporte de la Industria manufacturera al PBI Total de la nación, etc. En definitiva, se incidió negativamente sobre el "valor agregado" y sobre la capacidad tecnológica local. Veamos el siguiente gráfico:

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Gráfico ( 4 )

En tanto sucedió un crecimiento del PBI, como el gráfico anterior lo indica, cayó la participación de la Industria Manufacturera en su aporte al PBI Total nacional, como el siguiente gráfico lo muestra:

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Gráfico ( 5 )

Lo cual es bastante elocuente de lo que ha sucedido en la Argentina en estos últimos años.

A nivel de los liderazgos empresariales, el proceso mencionado se manifestó en un importante reemplazo de firmas nacionales por extranjeras. En este sentido operó una desnacionalización de la estructura industrial y la concentración de la producción en las grandes empresas. La creciente extranjerización de la industria acentúa poderosamente la dependencia y la distorsión de la actividad industrial, genera inmensos vacíos en el "tejido" industrial que fueron cubiertos por productos importados, y ocasionó la ruina y desaparición de una parte muy importante de la industria de capital nacional. Reduciéndose la mano de obra ocupada de un modo tan drástico como nunca se vio hasta fines del año 2002 (que tuvo como consecuencia de las malas políticas económicas, la caída del gobierno del Presidente De La Rúa).

Luego de las políticas neoliberales implementadas en la Argentina en los últimos años:

7-¿Contamos con una industria que, habiéndose ajustado a la competencia internacional, resulta mas apta para competir en el mundo?(8) La respuesta es que no tenemos esa industria por varias razones (explicadas por los especialistas e investigadores que analizan estos temas). En nombre de dicha eficiencia se ha destruido una gran parte de la industria nacional, se han generado prácticas anti-competitivas (todo lo alejado a prácticas leales de competencia genuina) y particularmente se ha expulsado del mercado de consumo de los bienes que produce la industria a más de la mitad de la población del país; o sea, para un mercado interno "selecto" de clases sociales que pueden pagar cierto tipo de productos y servicios (y para un mercado externo situado en la exportación).

En este descenso ha tenido también un peso importante el hecho de que han cobrado, -en la década de los 80s(9) y fundamentalmente de los 90s (la industria fue uno de los sectores mas "dinámicos" en materia de desocupación y precarización de las condiciones laborales)(10)-, una mayor gravitación relativa las industrias de baja generación de "valor agregado" (como algunos sectores de la agroindustria, la producción de petróleo, la extracción de minerales, en desmedro de otras ramas tradicionales como la metalmecánica) y una caída estrepitosa en los aportes relativos a la producción Total nacional(11).

Según autores como Martín Schorr, en su libro INDUSTRIA Y NACIÓN. Poder económico, neoliberalismo y alternativas de reindustrialización en la Argentina contemporánea (que es el estudio más reciente y actualizado al año 2004 sobre nuestra situación actual en lo referente a la industria Argentina, de los treinta años pasados; realizado en el Área de Economía y Tecnología de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales –FLACSO- Sede Argentina); este autor señala que entre tales transformaciones cabe destacar el proceso de "desindustrialización"(12) y reestructuración regresiva de la actividad que se inicia a mediados de los setenta y se consolida durante los noventa con cierre de plantas industriales. Si pensamos que entre 1998 y el año 2001 la producción manufacturera Total de la Argentina disminuyó cerca de un 20%, se achica el número de fábricas industriales, se reduce la producción industrial y se incrementan los despidos, ceteris paribus, se achica la fuente de trabajo del Diseñador Industrial, en la industria local, como de tantas otras personas (desde los puestos de obreros hasta los niveles gerenciales, pasando por todos los niveles).

Del análisis de los datos intercensales, por tamaño de establecimiento surge que las plantas de mayor tamaño reducen, entre 1973 y 1993, su participación en la ocupación industrial en alrededor de un 30%, mientras las de menos de 50 trabajadores aumentan en el mismo período un 18,4%. Entonces:

8-¿Son las Pequeñas y Medianas empresas –PyMES– el factor principal para estimular la recuperación de la industria y fundamentalmente para recuperar empleos en la misma?

Y de las industrias que han logrado sobrevivir a las crisis:

9-¿Qué sectores de la economía "industrial" y en que magnitud están creciendo y todavía puede que crezcan más? ¿Ello puede definir un perfil industrial de la Argentina? Pues, esto es de suma importancia para el Diseño Industrial y su futuro accionar profesional (y para definir hacia donde deben apuntar algunas de las competencias profesionales).

M. Schorr, retomando a Dorfman(13), se planteará la necesidad imperiosa de formular e implementar Políticas Industriales que tiendan a "reindustrializar" el país, a fomentar el desarrollo económico y la equidad social, para liberar las demandas reprimidas de bienes manufacturados de gran parte de la población. Tristemente, debemos anticipar, que para este autor, durante el corto período de gobierno de Duhalde y en lo que va de la Administración Kirchner, se puede afirmar que "no" existe en el nivel nacional una estrategia de desarrollo productivo en general, e industrial en particular.

De las cuatro dimensiones analíticas que plantea el autor, solo una es de competencia directa de este análisis: la convergencia de las políticas científico-tecnológicas con los requerimientos del sector industrial y el desarrollo económico-social de las regiones es posible. (rol "fundamental" de la Universidad y sus políticas educativas, carreras de grado y planes de estudios; acordes a las "necesidades" que la industria reclama a la ciencia y tecnología); con el objetivo prioritario de reactivar el mercado interno, promover el desarrollo productivo regional, y generar empleo formal. La reversión del escenario de "desindustrialización" por el de "reindustrialización" es un componente insoslayable del desarrollo económico que deberá verse sustentado por la conformación de un complejo científico-tecnológico que acompañe y dinamice sus avances.

Y por otro lado, aparece la pregunta siguiente (si tenemos en cuenta la precaria vocación emprendedora de la elite empresaria sectorial y la configuración estructural de la industria heredada de la "desastrosa tormenta" neoliberal –fundamentalmente con Menem-): ¿se puede realmente garantizar que están dadas las condiciones para el imprescindible proceso de "reindustrialización" del país tan proclamado por todos los sectores sociales y profesionales, para que la industria asuma el papel protagónico como propulsor del desarrollo económico? La respuesta (pensando la tendencia histórica post-1976) parece sustentar la difícil hipótesis, cuanto no, la imposibilidad de que se instale un proceso "reindustrializador", que "derrame" progreso y desarrollo sobre amplios sectores sociales(14), por el modo en que están organizadas las políticas hacia ese sector (sin entrar en mayores detalles)(15).

Si en verdad lo que queremos en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, es formar Diseñadores Industriales acorde a lo que verdaderamente existe como industria en la Argentina (y no lo que "debería" existir como industria y que de hecho NO EXISTE por más que así lo deseemos; porque ello representaría una formación "burbuja", aislada de la realidad del mundo, y ello justamente sería anti-científico y en si mismo representaría –desde un punto de vista ético- todo lo que no se debe hacer desde un centro de formación universitaria), para que ello no suceda, tomamos contacto con esa realidad para conocerla mejor y poder decidir mejor en base a datos cuantitativos de la realidad que determinen decisiones cualitativas (para trazar caminos futuros a transitar). Y formulamos las siguientes preguntas:

10-¿Qué es la industria manufacturera Argentina en la actualidad? ¿Qué sectores y/o ramas industriales la conforman? ¿Qué, cuánto y cómo producen? Entre otras cosas que seguramente no serán suficientes para determinar la magnitud del problema al que nos enfrentamos, pero de hecho si serán una muy buena aproximación a la "realidad" y eso es otro objetivo que nos proponemos con este trabajo: "ayudar a tomar decisiones complejas" con datos concretos, para transformar la realidad (o por lo menos intentar ayudar a que el Departamento de Diseño Industrial la transforme, en lo que concierne al Diseño Industrial y nada más). Dado que las Direcciones de todas las carreras de la Argentina están pasando por el mismo momento de reflexión y debate (tal como quedó planteado en las conclusiones de el encuentro de ELADDI-Mendoza-2004)

Por otro lado, otra aclaración importante es señalar que (dado los innumerables informes que pueden ser encontrados en la bibliografía general sobre la Producción Industrial Manufacturera Argentina y en revistas especializadas del sector industrial y/o de Colegios de Profesionales de Ingenieros en sus diversas especialidades) este informe, para diferenciarse, conforma un estudio de la información de la Producción Industrial Manufacturera directamente implicada con la disciplina académica del Diseño Industrial en Argentina.

Lo cual implica, por un lado, segmentar la información total disponible de dicha Producción Industrial Manufacturera a una información parcial sobre ciertos rubros industriales o agrupaciones temáticas de interés directo para el profesional del Diseño Industrial (de modo que se pueda conducir un análisis segregado de interés "prioritario" para la disciplina académica); para lo cual, el análisis se hizo teniendo presente el "perfil profesional"(16) y las "competencias profesionales"(17) declaradas en el Plan de Estudios vigente (1997) para la carrera de grado de Diseño Industrial de la UNLP.

Aquí se presentó un problema a la hora de analizar los datos de la producción industrial y ha estado referido a la segregación de los índices y/o indicadores referidos a la industria manufacturera de interés prioritario para el Diseño Industrial. El problema que se presentó a la hora del análisis sesgado de tales datos de interés para la disciplina, fué que dentro del título "industria manufacturera" usado por el INDEC, intervienen producciones industriales que no hacen directamente al área del "perfil" profesional y tampoco importan según las "incumbencias" declaradas en el Plan de estudios vigente (1997) para la carrera de grado de Diseño Industrial de la UNLP.

Este capitulo intenta reflejar la actual situación industrial de los rubros manufactureros mas importantes de la producción industrial en la Argentina a lo largo de un período "recortado" históricamente entre 1990 al 2005 -teniendo los últimos treinta (30) años un significado referencial e histórico-.

Por esto último que acabamos de decir, la información que necesita un Diseñador Industrial para reconstruir un panorama de lo que aconteció la última década en la producción nacional es complicado de obtener (pues no se encuentra de forma pura sino hay que elaborarla) y poder constatar si ha devenido o no la llamada "desindustrialización" Argentina como advertía Ezio Manzini (teórico del Diseño Industrial Europeo) cuando visitó el Departamento de Diseño Industrial de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata en 1999 y como hacen referencia otros autores nacionales como Martín Schorr (2004).

Desindustrialización que según los analistas en política económica del grupo –que por razones prácticas denominaremos-: Azpiazu-Basualdo-Nochteff corresponde fundamentalmente al período del gobierno de Carlos Menem(18), con la consecuentemente estrepitosa caída de la producción industrial y de la mano de obra ocupada correspondiente al gobierno del ex-Presidente De La Rúa (de un modo dramático). Pues bien, es menester constatar esto con los datos de la situación empírica de los hechos acontecidos en la última década y verificando la fiabilidad de las conclusiones –por otro lado públicamente divulgadas según los medios de comunicación masiva-; en definitiva, es prioritario saberlo desde el Diseño Industrial para entender nuestras proyecciones futuras como disciplina académica.

Para el análisis del aparato productivo nacional, se tomaron los principales indicadores de la producción industrial Argentina (como el Índice de Obreros Ocupados, Índice del Volumen Físico, Índice de Producción medido en unidades fabricadas, toneladas, litros, etc. de materiales y/o productos elaborados por la industria manufacturera) censado por el INDEC sobre una segmentación del sector de las 22 ramas manufactureras presentadas en la CIIU-revisión3 (Clasificación Industrial Internacional Uniforme–revisión3) según la ClaNAE ´97 (Clasificación Nacional de Actividades Económicas 1997), y desagregando de ello las quince (15) ramas "claves" para el análisis. Los datos del análisis se extrajeron fundamentalmente de la evidencia empírica presentada en los informes publicados por el INDEC: Industria Manufacturera: Producción, ocupación y salarios (1990-2001) y en el EPI. Estadísticas de Productos Industriales. 2004; y otros informes que señalaremos oportunamente.

También debemos señalar algunos problemas metodológicos encontrados a la hora de efectuar el análisis de los datos que presenta el INDEC. Pues, este organismo, elabora regularmente diversas estadísticas de la Industria Manufacturera. Algunas de ellas tienen como objeto reflejar el comportamiento coyuntural del sector y otras tienen como propósito indagar sobre sus principales modificaciones estructurales.

Una organización de los distintos tipos de productos industriales elaborados, pueden ser el presentado en el EPI. Estadísticas de Productos Industriales. INDEC 2004 (que reúne datos cuantitativos sobre la producción de mas de 70 bienes del sector), donde aparecen ordenados catorce (14) rubros o agrupaciones temáticas(19), y con los que se puede –obviando las tablas históricas- elaborar gráficos (que tienen un problema al ser realizados usando la información que presenta el INDEC en sus diversas publicaciones). El problema se presenta a la hora de compaginar una continuidad histórica de los datos a lo largo de las diversas publicaciones que se emiten desde el Instituto; si lo que queremos es establecer una cronología de lo acontecido en la década 1994-2004. Ya que, por ejemplo, la publicación del INDEC: Industria Manufacturera: Producción, ocupación y salarios (1990-2001) estudia el período comprendido entre 1990-2001 (utilizando un tipo de metodología de análisis estadístico, que no detallaremos) y se corta en el año 2001, por lo cual nos quedamos sin saber que pasa desde el 2001 hasta el 2004; y si entonces luego, tomamos la otra publicación del INDEC EPI: Estadísticas de productos Industriales, para complementar la información faltante vemos que este análisis comienza en el año 1996 (con la excepción de la maquinaria agrícola que comienza con los análisis en 1990) y llega hasta septiembre de 2004 (utilizando una metodología de análisis estadístico diferente incluso hasta en la forma de presentación gráfica de la información contenida). Todo esto dificulta la lectura y/o interpretación de los datos y por ende, aquello referido al "empalme" de los datos contenidos en tablas que están estructural y metodológicamente confeccionadas de modos distintos, en distintas publicaciones; cuando lo que se quiere es formar tablas y gráficas estadísticas que sean continuas en sus datos y no confusas para el lector no especializado (por lo menos en la última década) para poder visualizar la evolución de la producción del sector fabril y poder realizar conjeturas o hipótesis de tendencias de ciertos rubros industriales (según como vengan evolucionando históricamente cada rama manufacturera).

Por otro lado, para anlizar también hemos tenido en cuenta el Estimador Mensual Industrial (EMI), que refleja cada mes la evolución de la producción manufacturera, sobre la base de información suministrada por 135 empresas líderes, cámaras empresarias y organismos públicos, que informan en conjunto sobre 115 productos e insumos representativos.

Las empresas y demás informantes han sido seleccionados por el INDEC sobre la base de una investigación previa de relaciones entre distintas actividades industriales. De esa manera se determinaron familias de productos que reflejan el nivel de actividad ya sea en forma directa, como indicador representativo de la producción, o indirecta por constituir el insumo principal de otro sector. El cálculo del EMI comienza en enero de 1994, pero en la última publicación del INDEC correspondiente al mes de octubre de 2004, la base de EMI se toma 1997=100.

En la EMI se ha optado por presentar la información de manera trimestral dado que, si bien la medición mensual de la producción de procesos continuos o de fabricaciones repetitivas en series grandes no presenta dificultades, cuando el ciclo de fabricación se extiende, aparecen problemas debido a que además de los productos terminados deberían tomarse en cuenta aquellos en curso de fabricación. Por otra parte las mediciones mensuales están usualmente afectadas fuertemente por la cantidad de días laborales y por el ritmo de recolección de las respuestas, particularmente sensible en las actividades regionales. La primera estimación "preliminar" de los índices se calcula a los 45 días de la finalización del trimestre analizado, -con las respuestas aproximadamente del 70% de los informantes-, mientras que la segunda estimación se elabora al finalizar el trimestre siguiente con la totalidad de los informantes. Dado que información complementaria de periodicidad anual puede llevar a correcciones en los índices, los trimestres del último año de la serie tendrán carácter provisorio.

Este Instituto Nacional de Estadística y Censos –INDEC-, con la finalidad de obtener indicadores de la evolución de la producción, la ocupación y los salarios del sector, realiza también la Encuesta Industrial Mensual (EIM) –no confundir con Estimador Mensual Industrial (EMI) que realiza el mismo INDEC-, de representatividad nacional, que cubre unidades productivas de distinto tamaño y de mayor cobertura sectorial que el EMI (que es simplemente un "estimador"); ya que la información proviene de aproximadamente 3000 locales industriales seleccionados del Censo Nacional Económico 1994 (CNE ´94 – referido al año 1993) y que cuentan con mas de diez (10) personas ocupadas y abarca todas las actividades de la industria manufacturera. La información se recopila mensualmente mediante la aplicación de un formulario que registra entre otros datos correspondientes el valor de las ventas de bienes producidos con materia prima propia, variación de existencias, ocupación, horas trabajadas y salarios pagados (y otras mediciones).

La publicación reflejada en Industria Manufacturera: Producción, ocupación y salarios (1990-2001), contiene los resultados obtenidos mediante la EIM para el período comprendido entre el primer trimestre de 1990 y el segundo trimestre de 2001 (ahí se corta o truncan las estadísticas de esta publicación).

Respecto de la Encuesta Industrial Mensual (EIM), diremos que esta se realiza con la finalidad de obtener datos de la evolución de la producción, la ocupación y los salarios industriales en el ámbito del territorio nacional. Con los datos obtenidos mediante este relevamiento se elaboran entre otros indicadores el Índice de Volumen Físico (IVF) de la producción industrial, el Índice de Obreros Ocupados (IOO) en la industria, el Índice de Horas Trabajadas (IHT) en la industria y el Índice del Salario Medio (ISM) pagado por obrero ocupado en la industria.

También, para evaluar los cambios estructurales en el sector industrial se releva la Encuesta Industrial Anual (EIA), que permite obtener estimaciones para distintas variables, entre las que se destaca el valor agregado industrial, por rama de actividad; cabe destacar que los resultados obtenidos por la encuesta anual deben ser considerados los datos definitivos para la actividad industrial de cada año, mientras que la encuesta mensual constituye un anticipo de los mismos.

Por otro lado, decíamos que no sólo varían las formas de publicar y/o presentar los datos en tablas y/o acompañados de gráficos, sino que también varían las técnicas de procesamiento de datos y no siempre son constantes entre publicaciones que hacen referencia a la Producción Industrial manufacturera (para evitar detalles metodológicos que compliquen el análisis y la presentación de los datos, a nuestro criterio mas relevantes, obviaremos tales detalles, restringiendo la interpretación de la información y tendiendo hacia otras publicaciones que se aproximan más a la actualidad. Teniendo la década anterior a la actualidad sólo un título informativo e ilustrativo de lo que ha venido ocurriendo durante los últimos treinta años). Cuando no se disponga de información que oficie de "enganche" entre años anteriores y años posteriores, debido a estar presentados como decíamos en publicaciones diversas y con técnicas diversas de análisis, pues el mismo INDEC genera "lagunas" de información, esas lagunas truncarán el análisis y nos veremos obligados a continuar trabajando sólo con la información fidedignamente presente y que permita construir una continuidad histórica (lo que por otro lado, "recortará" nuestro análisis aún más hacia la información pura y exclusivamente disponible).

Por otro lado, el problema que –evidentemente- se presenta con la información no filtrada por el INDEC (pues el filtro lo debemos hacer nosotros), es la "mezcla" de los distintos rubros industriales en una totalidad de la cual sólo una parcialidad es la que nos interesa en nuestro análisis para Diseñadores Industriales (según el "perfil" del Plan de estudios vigente hasta la actualidad en el Departamento de Diseño Industrial de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP). Entonces, si: "no toda la producción industrial hace al Diseño Industrial" (según el Plan de estudios vigente) aunque tenga una elevada importancia en la generación del valor de la producción elaborada (como la industria alimenticia y de bebidas lo ha venido haciendo estos últimos tiempos con un crecimiento estrepitoso) y por ende: "no toda la producción industrial nos debería interesar" (además que: "no toda la producción que puede interesar a un Diseñador Industrial es analizada y censada por el INDEC", aunque estadísticamente la información que presenta este organismo de gobierno sea representativa de la producción nacional en cuanto a la economía en un muy elevado porcentaje); no "todo" esta contenido en esa información manejada por el INDEC y de ese "universo" ya previamente recortado, como decíamos: "no todo interesa al Diseño Industrial" tal cual el Plan de Estudios vigente así lo declara (por lo menos en la FBA-UNLP). Ejemplo: podemos encontrar productos (aunque de producción industrial) no relacionados con la "producción industrial" que hace al núcleo de interés directo de la disciplina académica del Diseño Industrial pero si indirectamente relacionados, como es la industria de alimentos y bebidas (que indirectamente se relaciona con el Diseño Industrial por la industria del envase y packaging).

2. Discusión sobre las contradicciones entre la "innovadora" disciplina del Diseño Industrial y la "no innovadora" realidad industrial y empresarial Argentina. El caso paradigmático de la producción de bienes de consumo durables (automotores) y el de bienes de consumo no durables (alimentos y bebidas) desde 1976 y hasta la década de los noventa:

Hemos estimado la evolución de tendencias de ciertas ramas industriales que puedan colaborar a la definición de un perfil industrial enfocado a ciertas ramas que son estratégicamente fomentadas, subsidiadas, promovidas y/o apoyadas desde la política gubernamental nacional (debido a intereses estratégicos para la región como el MERCOSUR) y que el futuro Diseñador Industrial tome conciencia de ellas para que se efectúen los arreglos pertinentes (ya sea en las materias de grado o de posgrado)

Avanzamos teniendo "fuertemente" en cuenta lo que Nochteff, H. describe en: "Los senderos perdidos del desarrollo. Elite económica y restricciones al desarrollo en la Argentina", en Azpiazu, D. y Nochteff, H.: El Desarrollo Ausente. Restricciones al desarrollo, neoconservadorismo y elite económica en la Argentina. Ensayos de Economía Política(20). Entre otras investigaciones más (como parte de la bibliografía consultada).

Según este autor, desde 1976 la productividad de la sociedad Argentina viene cayendo y la economía atrasándose, no modernizándose (con caída de la productividad y atraso tecnológico). Por lo que afirma que la Argentina se subdesarrolló durante estas dos últimas décadas.

Las preguntas que se hace Nochteff son: ¿El comportamiento de la elite económica fue un motor del desarrollo o más bien una restricción al desarrollo? ¿En la Argentina que se subdesarrolló en estas últimas décadas, las acciones gubernamentales de privatización, desregulación y apertura fueron políticas que transfirieron poder de regulación –de coacción- al mercado, o fueron políticas que transfirieron poder de regulación a la elite económica o, por lo contrario, políticas que erigieron nuevas restricciones al desarrollo? Entendiéndose el "desarrollo" como un concepto mucho mas amplio que simple "crecimiento" económico (pues, puede haber crecimiento económico sin que allá desarrollo en muchas esferas de la vida, el trabajo y la producción).

Y entre las respuestas que encuentra este autor, es que la economía Argentina en particular, y las Latinoamericanas en general, no han sido economías de desarrollo en sentido schumpeteriano, sino –en el mismo sentido- economías de adaptación (tardía desde el punto de vista tecnológico). La teoría del desarrollo de Schumpeter –punto sobre el que insiste Nochteff- no implica necesariamente que las firmas oligopólicas (o monopólicas) sean transitorias, sino que su posición monopólica tiende a serlo, en la medida en que –en un proceso de desarrollo- no innove o innove menos que sus competidores o imitadores.

Si la economía no es "competidora", en el sentido de competir por las cuasi rentas tecnológicas (dinero obtenido de las ganancias económicas que provee la innovación tecnológica a las empresas que invierten en I+D), o –en otros términos- si es una "adaptadora (tecnológicamente) tardía", no hay desarrollo en términos schumpeterianos, porque la economía no es capaz de cambiar sus propios datos mediante la innovación (o sea, generando o compitiendo por cuasi rentas tecnológicas) y, por lo mismo, no habrá demanda de tecnología (o al menos de innovaciones significativas en términos de los mercados internacionales, aunque sí de adaptaciones tecnológicas menores y tardías), ni en el interior de las firmas ni desde estas al sistema científico y tecnológico ni al sistema político.

Según las hipótesis de Nochteff, la Argentina ha sido y es un país con bajo nivel de innovación tecnológica, según la teoría del desarrollo schumpeteriana (1er. hipótesis de Nochteff), porque la elite económica no es innovadora (2da. hipótesis) y es la responsable de fijar caminos o senderos a ser transitados para todos los actores económicos (3er. hipótesis), no habiendo demandado una política científica, tecnológica e industrial conformando monopolios –no innovadores tecnológicamente ni transitorios históricamente- y retardando el desarrollo económico de la nación (4ta. Hipótesis)(21).

Entre el monopolio del desarrollo en sentido schumpeteriano y el de la economía adaptativa Argentina hay dos diferencias esenciales: el primero se basa en la innovación y el segundo en la política comercial y en los subsidios; el primero es transitorio, el segundo dura tanto como el poder de "lobby" para sostenerlo. En el primero el sostén de la cuasi renta es la innovación; en el segundo, las políticas gubernamentales, especialmente la comercial (desde el punto de vista del estado) y el "lobby" para conseguirla (desde el punto de vista del empresario). Este comportamiento refuerza el efecto del "adaptativo tecnológicamente tardío" en el sentido en que tanto el interés por la innovación como el interés por las políticas científicas, tecnológicas e industriales son desplazados, en el mejor de los casos, a un plano secundario. A su vez, la economía no recibe (o recibe muy tardíamente) el impulso de los "factores de desarrollo" (la innovación) que impulsan su dinamismo, pero sí los efectos del aumento del grado de monopolio, que lo retardan".

Este fenómeno fue casi inmediatamente identificado por los economistas de los países centrales –incluso por algunos de los ortodoxos, que consideraban a las industrias Latinoamericanas como irremediablemente ineficientes- no como un fenómeno de ineficiencia industrial sino como un fenómeno de inadecuación de paridades. En otras palabras, los economistas de los países centrales –salvo los más heterodoxos, indica Nochteff- sólo reconocieron un fenómeno de desventaja comparativa en la industria como un fenómeno que merecía analizarse, y como un caso cuya solución no era la mera eliminación de la industria por ajuste a las ventajas comparativas.

Desde el punto de vista de la economía en su conjunto, este comportamiento (la obtención de "opciones blandas" en las que no se invierte en ciencia y tecnología) no lleva a un proceso de etapas o ciclos de desarrollo, sino a una serie de lo que Nochteff llama "burbujas" que, cuando se terminan, dejan sólo algunas "gotas" aisladas de capacidad tecnológica y productiva, y no un nuevo estadio de capacidad sobre las que pueda generarse otro ciclo de desarrollo. "Burbujas" en la que la elite económica se consolidó y expandió mientras el producto "per capita" caía.

La industrialización sustitutiva de importaciones, en épocas del auge "industrializador" en la Argentina, fue la segunda "opción blanda". El rasgo más específico de la "opción blanda" post-1976 fue una "burbuja" o un "boom" para la elite económica en medio del retroceso del producto "per capita", del sistema productivo y de la capacidad de progreso técnico, que se reflejó claramente en el aumento de los ingresos del segmento más rico de la población.

En la economía de adaptación (de no desarrollo) –como la Argentina-, las cuasi rentas son posibles debido a la elevación de las barreras aduaneras al ingreso mediante políticas gubernamentales, o debido al aprovechamiento de recursos naturales. La elite económica no es ni innovadora ni competidora (o imitadora creativa de los innovadores). En otras palabras, no genera cuasi rentas tecnológicas ni compite por ellas como en los países del llamado primer mundo o mundo desarrollado. En consecuencia, la ciencia y la tecnología y las políticas científicas, tecnológicas e industriales que las impulsan –en Latinoamérica en general y en Argentina en particular- están ausentes de la agenda política de los gobernantes o tienen una posición muy secundaria, y la ciencia está muy débilmente vinculada a dichos patrones.

En términos schumpeterianos –como dice Nochteff-, en una economía de adaptación (con tecnología tardía) no hay desarrollo, sino sólo fases de expansión, producidas por impulsos exógenos y por la adaptación (tecnológicamente tardía) a dichos impulsos. El desarrollo, o la dinámica económica de largo plazo no existe.

Con la formación temprana de monopolios no innovadores (tecnológicamente) ni transitorios (históricamente), los oligopolios típicos de estas economías no realizan su principal aporte al desarrollo, o sea: "la innovación"; y en cambio, potencian (en la medida en que no están sujetos a la transitoriedad proveniente de la competencia) su efecto perverso de retardamiento del dinamismo económico. La industrialización sustitutiva de importaciones fue importadora de tecnología de un modo tardío y trunco a la Argentina (nuestro denominado período de auge industrialista). Tristemente nuestra "mejor" época industrial (1936-1976) está lejos de serla como debería haber sido una época "verdaderamente" industrial, pues fue una época de sustitución de importaciones que convenía a los intereses de los grupos dominantes por causas eternas –como la guerra-.

La elite económica y las políticas gubernamentales crearon monopolios no innovadores (tecnológicamente) ni transitorios (históricamente), generando un conjunto de condiciones bajo las cuales la demanda de tecnología es aún más baja, adaptativa y tardía –parafraseando a F. Fajnzylber: "tardío y trunco proceso de industrialización del país"-.

Durante todo el período post-1976, crecieron o se consolidaron las industrias productoras de bienes escasamente diferenciados, las de ensamble, o las asentadas en el aprovechamiento relativamente simple de los recursos naturales. Retrocedieron las industrias "basadas en la ciencia" y las de "proveedores especializados", generadoras y/o portadoras de progreso técnico y articuladoras del tejido industrial; entonces, los agentes económicos no demandaron innovaciones ni dentro de la firma ni desde la firma al sistema científico y tecnológico, cualquiera sea el contenido que se dé al concepto.

Tanto los individuos como los actores sociales tienden a buscar opciones que son "blandas" para cada uno de ellos, pero crean un peso muy duro de llevar para el resto de la población, y especialmente en el largo plazo. Consecuentemente, no es razonable esperar que las elites económicas latinoamericanas –Argentina también- busquen "opciones duras" (de innovación científico-tecnológica) simplemente porque deseen el bienestar social, o el crecimiento en el largo plazo (en el que como dice Nochteff: "todos estaremos muertos").

Las "opciones blandas" (anti-industriales) seguirán siendo la mejor opción por mucho tiempo dentro de este contexto, muy posiblemente, hasta tanto sucedan: ¿quién sabe qué?, que pueda revertir esta situación; en tanto las "opciones duras" (industriales) difícilmente se instalen como motores de las economías como la Argentina. Las probabilidades para las "opciones duras" son aparentemente –por las evidencias presentadas en este informe- algo difíciles, aunque ello no signifique imposible, de lograr en nuestro contexto. Y lo serán aparentemente por mucho tiempo más.

-Una primera conclusión: esta dada por la contradicción detectada entre los intereses disciplinares del Diseño Industrial y la industria nacional, y es que por una lado tenemos una industria nacional –o lo que sobrevivió desde el período post-1976 hasta el shock neoliberal de los noventa- que se consolidó en los estadios iniciales de las cadenas de valor agregado, con bajos niveles de inversión, con riesgo económico prácticamente nulo y bajos niveles de innovación científico-tecnológica (que aseguren un progreso técnico y ganancias genuinas –y sostenidas en el tiempo- en términos de productividad y competitividad schumpeterianos de las firmas entre sí). Porque tenemos profesionales del Diseño Industrial (por lo menos los egresados de la FBA-UNLP), con un "perfil" e "incumbencias" profesionales orientadas para realizar (por intermedio del proyecto de diseño) justamente lo contrario, justamente innovación en todos los sentidos (estético-morfológico, semiológico, ergonómico, funcional, tecnológico-constructivo, etc.). Y esto es contradictorio con lo que muestra la evidencia empírica de la información suministrada por el INDEC y que ha sido procesada por los especialistas.

Pues, cuando el Diseño Industrial como disciplina proyectual que nace con el capitalismo industrial del siglo XX, en el llamado "mundo desarrollado" (entiéndase como primer mundo o como más guste definírselo) es transferido a la Argentina al crearse las carreras de Diseño Industrial en las Universidades de La Plata, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, San Juan y Mar del Plata; no tuvieron en cuenta (los fundadores de las mismas), las condiciones del contexto socio-económico y productivo nacional, previo a la transferencia de contenidos y programas a contextos tan disímiles como el nuestro (o si lo tuvieron fue de un modo relativo y con "pinzas"). Aunque debemos también ser justos y decir que para el año que se funda la carrera de grado de Diseño Industrial en la Argentina, la carrera universitaria de Diseño Industrial de la FBA-UNLP, fundada en la década de 1960 (período de auge industrialista), pertenece a una etapa de modelo político-económico de la Argentina, conocido como: "modelo de sustitución de las importaciones" (1936-1976) (también conocido como etapa de promoción de las exportaciones); donde –según L. Fernández Berdaguer-:

"En 1960: "el diseño industrial" se expande en la etapa de sustitución de importaciones, para una industria que prometía ser el eje del crecimiento y desarrollo del país"(22).

Por lo cual, aparentemente los fundadores de las carreras de Diseño Industrial en la Argentina, no tenían motivos por los que preocuparse; pero hoy esto ha dejado de ser así y tenemos una responsabilidad mayor: cuestionarnos la validez de las premisas epistemológicas contenidas en el actual Plan de Estudio y sus relaciones actuales con la industria nacional (dado que la industria ya no es "tanto" en la Argentina, el eje de crecimiento del país).

Pero, en conclusión, ese desajuste contradictorio se debe a como evolucionó la industria nacional en estas últimas décadas.

La Industria nacional avanzó desde el período post-1976 y fundamentalmente toda la década de los noventa, brevemente, con las siguientes características:

Durante el período 1976-1983, las evidencias disponibles indican una considerable retracción de las actividades elaboradoras de bienes textiles e indumentaria, de madera y muebles y de maquinaria y equipo, y una mejor performance relativa de los sectores productores de alimentos, bebidas y tabaco, de papel e imprenta, de productos químicos (no analizados en este trabajo por no ser de incumbencia directa al Diseñador Industrial), de minerales no metálicos y de metales básicos (tampoco analizados en este trabajo).

Luego, una de las principales conclusiones que surge del análisis del perfil sectorial que presentaba la industria Argentina a mediados de la década de los 90 es que un núcleo sumamente acotado de actividades daba cuenta de la mayoría de la producción manufacturera generada en el mercado local, en el marco de una tendencia de largo plazo hacia la "desindustrialización" y la "simplificación productiva" del aparato manufacturero. Al indagar acerca de los principales rasgos estructurales de dichas ramas fue posible verificar que las mismas se sustentaban, en gran medida, en la explotación de ventajas competitivas naturales (los alimentos), en el aprovechamiento de regímenes de promoción y protección (automotores), y en la elaboración de ciertos commodities industriales de uso difundido (acero y sus derivados, productos y sustancias químicas). Dadas las principales características estructurales de esas ramas de la producción, presentan un reducido dinamismo en cuanto a la generación de valor agregado, encadenamientos productivos y capacidad para generar nuevos puestos de trabajo.

En la marcada involución productiva de los 90, de ciertas actividades vinculadas a los bloques textil y metalmecánico (con la excepción de la industria automotriz), dicho proceso de deterioro estructural se encontraba directamente relacionado con la profunda crisis que atravesaron tales actividades, lo cual también se encontraba íntimamente asociado a las principales características que asumió la apertura de la economía encarada durante la década pasada (fuerte asimetría en detrimento de determinados actores y sectores manufactureros).

Los noventa representaron una desintegración de generación de "valor agregado" en muchas ramas (con excepción de algunas), con "desindustrialización" y desarticulación de la estructura productiva local, siendo las actividades fabriles de mayor dinamismo aquellas muy próximas al sector primario –minería y petróleo- o, como en el caso de la rama automotriz, cada vez más parecidas a tareas de armado y/o ensamblado de partes que a una actividad industrial en sentido estricto (si lo pensamos como se da en el mundo desarrollado con I+D científico-tecnológico, de ingeniería y de Diseño Industrial).

En cuanto a esta última década, que es la que mas nos interesa, podemos identificar diferentes ciclos en la evolución de la industria(23). Los sectores mas favorecidos en estos últimos años son Ramas Altamente Concentradas (RAC), que ya trataremos (entre los dos (2) sectores podemos citar a la producción de alimentos y automotores; como a continuación se trata).

a) En la producción automotriz: en el transcurso de la década pasada, numerosas firmas abandonaron sus producciones tradicionales para volcarse crecientemente hacia la armaduría y/o ensamblaje de partes y piezas importadas (proceso que se dio paradigmáticamente en la industria automotriz, pero de ningún modo fue la única, sino que afectó a la industria metalmecánica en general), lo cual conllevó fuertes implicancias a nivel de las empresas(24) como conjunto del sector manufacturero local (induciendo una considerable desintegración de la actividad manufacturera local, tanto en términos productivos como en materia laboral). Con la caída del ámbito de la producción metalmecánica y de aquellos productos elaborados con un relativamente alto componente de valor agregado y de integración nacional; y con la pérdida del "efecto tracción" en materia de generación de eslabonamientos productivos, de empleo de alta calificación y de conocimiento científico-tecnológico. Entre las empresas podemos citar a las plantas de montaje de Ford y Toyota, actualmente en funcionamiento en la Provincia de Buenos Aires.

Como puede apreciarse a continuación, vemos un crecimiento en las importaciones desde el año 1984 al 2001.

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Gráfico ( 6 ) Ver el detalle de este gráfico abajo.

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Gráfico ( 7 ) Fuente: Schorr (2004), en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO.

Es evidente, entre las cinco (5) ramas manufactureras que corresponden a la elite empresaria industrial en la Argentina, solo la Rama 34: Fabricación de vehículos automotores sobresale por su carácter decididamente "importador". Lo cual, como evidencia empírica, consolida la idea de que el Diseño Industrial automovilístico (como de otros bienes de consumo "durables", tal como se ha venido enseñando académicamente –por lo menos en la FBA-UNLP, por larga data-, es cosa del pasado). Pues la importación destruyó la I+D científico-tecnológico en una de las ramas industriales más poderosas: la metalmecánica orientada a la industria automotriz.

b) En la producción de alimentos: Los superávit se verificaron en aquellos productos elaborados con un reducido "grado de industrialización" (como la industria alimenticia). Argentina es un país industrial que ha venido adoptando un perfil esencialmente agroindustrial, con un peso determinante en la explotación o transformación, con baja incorporación de valor agregado (y una importante salida exportadora). Crecientemente focalizada en el aprovechamiento de las ventajas comparativas derivadas de los recursos naturales (como la elaboración de alimentos, petróleo, etc); las exportaciones de las firmas líderes, poseían en los noventa patrones de especialización volcados al comercio internacional sustentados, generalmente, en actividades fabriles intensivas en recursos naturales. El perfil exportador consolidado en los 90 (y en la actualidad también) en la Argentina fue el de la explotación de ventajas comparativas naturales (como la que utilizó la producción de alimentos). Lo cual ayudó a aumentar la "simplificación productiva", debido a la escasa importancia en la generación de valor agregado (comparado con la industria metalmecánica), bajo nivel de formación de encadenamiento productivos dentro del sector interior de la producción fabril y casi nulo efecto de "arrastre" sobre el resto de la industria hacia una efectiva y creciente industrialización.

Se consolidaron –en los 90- los principales oligopolios manufactureros y un perfil exportador fuertemente asentado en la explotación de ventajas comparativas "naturales" y/o actividades que se ubican en las primeras etapas del procesamiento fabril –lo que representó una menor "complejización productiva"-. Ello reflejó que durante este período bajo análisis cerca del 50% de las exportaciones totales de la cúpula fueron realizadas por empresas vinculadas a la elaboración de alimentos y bebidas. Entre las empresas agroindustriales podemos citar: Aceitera General Deheza, Arcor, Canale, Ledesma, Mastellone Hermanos y Molinos Río de La Plata.

A continuación podemos ver el crecimiento en las exportaciones desde el año 1984 al 2001.

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Gráfico ( 8 ) Ver el detalle de este gráfico abajo.

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Gráfico ( 9 ) Fuente: Schorr (2004), en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO.

Del gráfico anterior se desprende una conclusión muy fuerte y sólida: la década de los noventa (situación que se sustenta hasta el presente) consolidaron la exportación de cinco (5) ramas productivas que representan la elite nacional; y dentro de las cuales, la Rama 15: Elaboración de alimentos y bebidas, por gran diferencia posee el mayor porcentaje de las ganancias producidas por las exportaciones manufactureras nacionales (cerca del 50% en algunos años y superando el 50% en otros) un valor notablemente superior en términos cuantitativos a cualquier rama manufacturera nacional. En este sentido, el análisis de la evidencia empírica es determinante y superador a cualquier hipótesis que trate de consolidar otro modelo productivo (que no sea el que estamos presentando). Las conclusiones están a la vista, y son sencillamente demoledoras de cualquier prejuicio que tengamos al respecto sobre que se produce "fuertemente" en la Argentina. Ver el siguiente gráfico:

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Gráfico ( 10 )

En este gráfico de barras aparecen ochenta y ocho (88) producciones entre alimentos y bebidas y en el que rápidamente se pueden visualizar ocho (8) producciones que cruzan la línea del los mil millones de pesos en valor de facturación productiva y que segmentadamente son las siguientes producciones presentadas en el gráfico a continuación:

edu.redGrGráfico ( 11 )

Según la codificación de la Rama 15 del CIIU-rev3 y pensando tanto en la industria automotriz, como en la alimenticia, si se primarizó la industria, ceteris paribus: ¿se "primarizaron" las posibilidades del Diseño Industrial en Argentina?

En Argentina, las industrias que fueron las líderes en cuanto a producción: alimentos y automotriz (que solo ensambla y por ende, es producción de ensamblaje, pero no producción industrial con desarrollo de I+D e ingeniería y Diseño Industrial en si misma, sino transferencia de esa tecnología a la Argentina).

La industria automotriz en los 90 en la Argentina no fue lo que la industria automotriz fue en los países de origen de tales firmas (el desarrollo tecnológico, las patentes, la innovación fuertemente schumpeteriana, etc.; no llegaron con sus efectos "derrames" a toda la industria de la Argentina, solo se transfirió tecnología. Pues la industria automotriz –líder mundial en desarrollo tecnológico, de ingeniería, de diseño, de generación de valor agregado, de encadenamientos productivos y de creación de fuentes de trabajo- en la Argentina se transformó en plantas de "montaje" y ensamble combinado con algo de ingeniería local (pero no de desarrollo integral, sino de autopartes nacionales; que por razones económicas convenía y conviene hacerlas más acá).

Por otro lado, con la industria de los alimentos se evidenciaron los mismos efectos perniciosos que en la industria automotriz –que se había mal instalado para el beneficio nacional-. Pues en la industria de alimentos se dieron los mismos "vicios" que produjo la industria automotriz, pero con diferencias en el sentido de que son industrias muy distintas una con otra.

Para el análisis que Schorr realiza en base a datos de Azpiazu (en base a información del INDEC. Censo Económico, 1994); de las RAC: Ramas Altamente Concentradas (aquéllas en las que los ocho(8) mayores locales generan más del 50% de la producción de la rama), RMC: Ramas Medianamente Concentradas (aquéllas en las que los ocho (8) mayores locales generan entre el 25% y el 50% de la producción por rama) y las REC: Ramas Escasamente Concentradas (aquéllas en las que los ocho(8) mayores locales generan menos del 35% de la producción de la rama). Detalla un listado de grandes, medianas y pequeñas empresas controladas y vinculadas por los principales grupos económicos locales y conglomerados extranjeros que actúan en la Argentina desde 1973, llegando con el análisis hasta 1990 ver el siguiente listado(25).

Otra conclusión evidente que se desprende de los datos observados, en primer lugar, a mediados de la década de los 90 el 48,8% de la producción manufacturera era generada en RACs: Ramas Altamente Concentradas (aquéllas en las que los ocho mayores locales fabriles explican más del 50% de la producción)-, estrato en el que quedaban agrupadas 85 actividades industriales (el 51,2% del Total). Por otra parte, en el polo opuesto, las veinte ramas en que prevalecían formas "competitivas" de mercado RECs: Ramas Escasamente Concentradas (donde la contribución productiva de las ocho mayores no supera el 25% del Total), aportaban apenas el 16,9% de la producción sectorial. En las ramas "competitivas", donde la presencia de pequeñas unidades productivas resulta decisiva, revelan una menor productividad que las correspondientes a las industrias oligopólicas –las RACs-.

Siendo las RECs las ramas productivas mas convenientes en términos de "competitividad" (económica y de diseño, debido al factor schumpeteriano de innovación tecnológica), son las ramas mas idóneas para el ejercicio profesional del Diseñador Industrial; justamente las ramas mas comprometidas en cuanto a exhibir una mejor productividad media de la mano de obra (las RACs triplican a las RECs en productividad media de la mano de obra), lo cual las convierte en ramas industriales favorables para la competencia tecnológica pero con escasa capacidad de penetración de mercados –debido a que no son ni monopólicas ni oligopólicas-.

La conclusión es que hay mayores probabilidades de trabajo en industrias como las RECs dado que son las menos expulsoras de mano de obra y que según sus actividades "competitivas" y de innovación tecnológica hacen que los profesionales sean requeridos por las mismas. Al respecto cabe destacar que entre las ramas "competitivas" –las RECs- encontramos a los sectores de: producción de equipo de transporte (piezas y partes para automotores), los productos plásticos, las industrias metalmecánicas, de maquinaria y de equipos y las de elaboración de textiles.

Si cuantificamos los respectivos valores de las RACs, RMCs y RECs para la Rama 15: Elaboración de alimentos y bebidas, observaremos que estos valores porcentuales son del orden del 48,69%, 45,32% y 5,99% respectivamente (en lo que respecta a los valores de la producción, en millones de pesos para el año 1993)

Otra conclusión es que en la generalidad de los casos, las PyMEs perdieron durante los ´90 la importante gravitación relativa, que se caracterizaba por presentar una elevada intensidad laboral (en muchos casos con una considerable demanda de mano de obra altamente calificada) y, según los sectores, un importante dinamismo en términos de la creación de valor agregado, encadenamientos productivos y "derrames" en materia científico-tecnológico. Sin duda, la forma en que la apertura económica repercutió sobre este segmento empresario es uno de los principales factores para explicar los motivos por los cuales en el transcurso del decenio pasado la industria manufacturera disminuyó aún más su participación en el conjunto de la economía Argentina y expulsó a un número importante de trabajadores, al tiempo que simplificó de modo ostensible su perfil productivo (todo ello en un contexto de crecimiento de la concentración económica y de desarticulación regresiva de la trama fabril).

El Diseño Industrial debe apuntar no tanto a empresas líderes, como a PyMES y a La evidencia indica que las PyMEs han sido las menos expulsoras de mano de obra en la dura década de los noventa y las más idóneas para el trabajo profesional del Diseño Industrial.

Si la industria Argentina ha tenido la característica de desarrollarse fuertemente de un modo mono u oligopólico; tanto en actividades de ensamblaje (automotores) o vinculadas a las primeras fases de procesamiento de recursos naturales (petróleo y alimentos). Con orientación hacia los mercados externos (exportación) y/o a satisfacer la demanda interna -nacional- de los sectores de altos ingresos; de las evidencias analizadas se puede concluir algunas cuestiones. Entre las cuales podemos decir que las ramas de mayor significación en cuanto a la mejor performance productiva lo han tenido las producciones ligadas a las "primeras" etapas del proceso productivo (de ello que nos hallamos referido a la primarización de la producción), que presentan un claro denominador común: un reducido dinamismo en cuanto a la generación de valor agregado (si se lo compara con las producciones ligadas a las etapas "finales" de la producción) y bajo nivel de interacción de los eslabonamientos productivos (sobre todo a nivel intraindustrial) y de baja generación de puestos de trabajo (si se lo compara con la industria metalmecánica).

Todo indica, en base a evidencia empírica, sólidamente analizada por Azpiazu, Basualdo, Nochteff y Schorr y a datos del INDEC y ciertas Cámaras de la Industria y Producción, que el "perfil" productivo en la Argentina, que podría ayudar a definir un "perfil" para el Diseñador Industrial, debería tener en cuenta estos datos; cuanto menos tenerlos presente para poder proyectar vías alternativas, o nuevos senderos a transitar (sin evadir la realidad de la producción nacional). Esto no es ingenuo ni casual, lleva casi tres décadas formándose y es por ello que todo parece indicar que aparentemente –y muy probablemente, todo continúe así e incluso se agrave más (máxime con la actual situación de "dólar alto" de la actual Administración Kirchner que tanto favorece la exportación, otra "burbuja" según Nochteff)-.

Es el pasaje del viejo modelo de acumulación de capital -el de la segunda etapa del modelo de sustitución de importaciones- frente al nuevo modelo de la burguesía agroindustrial pobremente schumpeteriana de fines de los noventa (tecnológicamente no innovadora ni transitoria, según Nochteff, y menos expuesta al "riesgo") lo que estaría definiendo el cambio de paradigma productivo en la Argentina y –ceteris paribus- el cambio de paradigma en el modelo de enseñanza académico para el Diseño Industrial en la Argentina.

Es el modelo que hemos heredado con una primarización del aparato productivo o "simplificación productiva" que ha contribuido –y contribuirá aún más, aparentemente, según Schorr- a acentuar un patrón de especialización productiva estrechamente ligado a las primeras etapas del procesamiento fabril y, como tal, con escaso dinamismo en materia de generación de "valor agregado", y puestos de trabajo con un deterioro en la participación de las ganancias.

Concentrándonos en el ámbito fabril, en producciones con una ostensible orientación exportadora –no del mercado interno- y basándonos en las ventajas comparativas "naturales" y de carácter estático (las menos dinámicas), que se consolidó con el MERCOSUR, con un eje en pocas ramas productivas (y grandes empresas) altamente competitivas –RACs- en términos internacionales (entre las que se destacan alimentos y bebidas entre otras de no incumbencia directa para el Diseñador Industrial como químicos, petróleo y derivados e insumos siderúrgicos, más vinculados al área de la "ingeniería" que al "diseño"); es como obtenemos el perfil productivo consolidado en la Argentina en los últimos años, que lleva este modelo productivo anti-industrial (lo cual no implique, posiblemente, la desaparición total de la industria manufacturera, pero si su fuerte contracción debido al nuevo modelo de acumulación del capital). Lo que esta marcando un sesgo productivo anti-industrial para el Diseño Industrial –una contradicción con los fines mismos de la carrera-.

A partir de acá avanzaremos sobre otras dos contradicciones más detectadas, que se suman a la primera ya citada y que pasamos a detallar por su importancia:

-La segunda conclusión: se basa en otra contradicción detectada y que se desprenden del análisis de la evidencias empíricas analizadas en este trabajo y es la incompatibilidad entre las conclusiones de esta investigación sobre la situación actual de la Industria Manufacturera Argentina y lo que se describe en el perfil del egresado declarado en el plan vigente (1997) para la carrera de grado de Diseño Industrial de la FBA-UNLP, que es el mismo que corresponde para los egresados hasta la actualidad, cuando dice: "El egresado de la carrera de Diseño Industrial está en condiciones de gestionar el desarrollo proyectual de los productos, para ser realizados por la industria manufacturera de bienes de uso y de capital, con destino a la satisfacción de necesidades, optimizando su funcionalidad y determinando sus condiciones tecno-morfológicas" (26).

Ahora bien, según la descripción del perfil actual del Diseñador Industrial egresado de la Facultad de Bellas Artes, de la Universidad Nacional de La Plata; este profesional sale formado hacia el Diseño Industrial de bienes de capital –bienes de producción "duraderos" y "no-duraderos"- y por otro lado en lo que se ha definido como bienes de uso –cuya definición más acertada sería: bienes de consumo "duraderos"-. La falla radicaría entonces (además de no ser muy explícita la declaración del perfil), según las conclusiones de esta investigación, en que haría falta una "ampliación" de la definición del perfil profesional del egresado hacia los bienes de consumo "no-duraderos" (packaging para alimentos y bebidas, prendas de vestir, confecciones de cuero, entre otros).

Tanto las manufacturas de origen agropecuario (MOA) como las manufacturas de origen industrial (MOI) han tendido a su primarización, es decir: a la generación de productos de escaso "valor agregado". Y el perfil industrial se consolidó fuertemente hacia los sectores manufactureros ligados a la exportación con una gravitación dentro del sector "transables" de bienes de consumo "no-durables" (que se corresponde con las Ramas Altamente Concentradas, como alimentos y bebidas).

En la década de los ´90 se perdió ingeniería local, se perdió en investigación y desarrollo sobre bienes de capital, fundamental para la creación de bienes de consumo "durables" –también conocidos como "bienes de uso"-. Subsiste, pero con un peso relativo atenuado, un importante sector de producción de bienes intermedios y bienes durables, de consumo y de producción, que aún constituyen una parte importante del aparato industrial y son el sector en donde existen en mayor medida las pequeñas y medianas empresas (PyMES), las más importantes en cuanto a la generación de puestos de trabajo, eslabonamientos productivos y valor agregado. Por lo cual no queda inhabilitado el antiguo perfil profesional declarado en el Plan de estudios vigente (1997), pero si necesitaría una "ampliación" epistemológica hacia estas nuevas áreas del conocimiento -como la gestión de diseño y el emprendedorismo aplicado al diseño tal cual poseen otras universidades (esto se verificó consultando los planes de estudios de las 200 universidades seleccionadas de todo el mundo).

Una hipótesis para la acción indicaría, que el "perfil ampliado" del Diseñador Industrial, de acuerdo a las evidencias empíricas presentadas y analizadas en este trabajo, debería estar orientado a la elaboración de bienes de capital ("duraderos" o "no-duraderos") para la elaboración de bienes de consumo "no-durables" –sin desmedro del tradicional diseño de bienes de capital para bienes de consumo "durables" (que es lo que se ha venido practicando hasta la fecha), lo ejemplos los daremos al final. En este sentido lo que necesitamos es una pasaje epistemológico de la esfera del diseño de bienes de consumo "durables" (automóviles, muebles, electrodomésticos, etc.) y de los bienes de capital orientados a la producción de dichos bienes de consumo "durables"; al diseño de piezas –moldes y matricería, etc- para bienes de capital orientados a la elaboración de bienes de consumo "no-durables" (como ser la industria del envase para lo que es bebidas y del packaging para alimentos, por citar el ejemplo que en este capitulo se marca como el "mas fuerte". Lo cual como ya hemos dicho, no quiere decir que esto no se haya dado esporádicamente, lo que si no ha sido parte de un programa sólido y activo ni mucho menos sistemático en la enseñanza); lo que representaría una mayor "tecnificación" del Diseño Industrial, una apropiación epistemológica, metodológica y tecnológica, de áreas proyectuales difusas de interés estratégico.

-La tercera conclusión: es otra tercera contradicción detectada en los ítems que señala Dorfman en La industrialización en la América Latina y las políticas de fomento y que Schorr retoma para su análisis en INDUSTRIA Y NACIÓN. Poder económico, neoliberalismo y alternativas de reindustrialización en la Argentina contemporánea, acerca de la centralidad del rol del Estado en fomentar políticas tecnológicas e industriales que tiendan hacia un desarrollo sostenido y "reindustrilizador" de la Argentina (ver al autor, no nos detendremos en señalar estos ítems). Y aunque las razones sean muy válidas y las compartamos y podamos "desear" que ello suceda o llegará a suceder algún día a futuro; es que por más que estas razones y argumentos en pos de re-industrializar la Argentina posean un gran valor (más práctico que teórico, a los efectos de ver un desarrollo económico que pueda transferirse a bastas capas de la sociedad), no porque sea lógicamente necesaria la "re-industrialización" y sus bondadosos efectos -por ser algo tan benéfico para nuestra sociedad-, estos efectos "simplemente" van a sucederse sin que se de una voluntad política previa.

Es decir, aún siendo cierto lo que Dorfman describió y que Schorr –sensatamente- retomó, esos pasos que se indican sobre los nuevos senderos que se deberían transitar en políticas industriales en Argentina -pueden ser tomado o no en cuenta por los responsables de implementar dichas políticas, con la responsabilidad máxima en el actual Presidente y todo su gabinete-, pueden que nunca sucedan o si; pero lo cierto es que ello escapa a nuestro control.

Lo que si no escapa a nuestro control es: ¿Qué puede hacer el Diseñador Industrial con todo ello? ¿Qué puede hacer el Diseñador Industrial con el aparato productivo heredado (y con las limitaciones industriales impuestas por el mismo)? ¿Para generar más trabajo para otros individuos de esta sociedad (si es que puede de algún modo) y para él mismo? ¿Es el Diseñador Industrial el responsable de generar "trabajo" o es un asalariado más dentro de la cadena productiva como otros individuos y profesionales?

Obviamente que el Diseñador Industrial, amén de la importancia relativa dentro de la cadena productiva (preferentemente industrial), no es el responsable directo de implementar políticas industriales tendientes a una política social de inserción laboral dentro del mercado formal del trabajo para vastos sectores de la población (pues ello es responsabilidad de la política gubernamental de la Administración del Presidente de turno y de sus programas; presentes o ausentes, explícitos o implícitos de gobiernos y de los diversos partidos políticos, con todo lo que ello implica).

Aquí aparece la pregunta: ¿cómo hacer entonces para lograr una mayor inserción laboral del Diseñador Industrial en esta fluctuante y conflictiva realidad productiva en la que, evidentemente según lo indica la evidencia, todo parece ser –en términos productivos- industrialmente regresivo y ello no a fluctuado demasiado en casi treinta años? Opuesto al perfil profesional del Diseñador Industrial que se impuso por lo menos en La Plata en la década de 1960 y que es bastante acorde –con ligeras variantes- a lo que sucede en el resto de las Universidad Argentinas; pues, ninguna escapa a este patrón "nacional" de comportamiento académico que a motivado la siguiente investigación. Pues los modelos de enseñanza han sido replicados.

Si observamos el siguiente Gráfico, veremos que la Rama 15: Elaboración de alimentos y bebidas ha crecido (lo cual es un buen indicador para ser tenido en cuenta por el Diseñador Industrial) por arriba del nivel Total de la Industria Manufacturera (que representa desde la Rama 15 –inclusive-, hasta la Rama 36 –inclusive-); en cuanto al Índice de Obreros Ocupados (IOO), teniendo como base 1997=100.

edu.red

Gráfico ( 12 )

Habiendo evolucionado históricamente, el porcentaje de personal ocupado en las plantas industriales de la Rama 15: Elaboración de alimentos y bebidas; en 1973 con un 21,9% a 1984 con un 25,7% y a 1993 con un 27,3%; un notable crecimiento. Otro notable incremento del porcentaje de la participación, de la misma Rama 15, fue el evidenciado en el valor de la producción total manufacturera; que de un 21% aproximadamente para el año 1984, pasando por un 26,4% para 1993 a un 27,1% para 1998 termina con un 30,9% par el año 2001 (algo así como un incremento del 10% en 17 años). Con esta tendencia de crecimiento es bastante evidente la importancia de esta rama manufacturera para el futuro.

Entonces, en base a esta información podemos decir que recomendamos la necesidad de fortalecer la enseñanza del Diseño Industrial para la "agro-industria"; indicando que no ha sido parte de un programa de enseñanza sostenido a largo del tiempo (mucho menos ha sido implementado de un modo sistemáticamente planificado en la curricula académica). Teniendo presente estas consideraciones recomendamos que lo más conveniente y prudente sería comenzar a transitar un desarrollo productivo orientado a fortalecer la agroindustria.

3. Estudio de la Geografía Económica, de la Geografía Industrial y de la Geografía Regional de la Argentina.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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